CIUDADNUEVA.COM.AR | JUNIO 2020 | Nº 620 | $215
El dolor por la pandemia y la angustia por no saber hasta cuándo durará nos exige “cambiarnos a nosotros mismos” para volver a salir renovados a abrazar a la humanidad en los que más sufren.
REINVENTARNOS SEMANA MUNDO UNIDO | MARIE KONDO | CORONAVIRUS Y EMBARAZADAS
Contenidos Junio 2020 22 2 3 EDITORIAL
Seremos distintos
4 IDA Y VUELTA Con los lectores
8
24
5 CRÓNICAS DE DORITA 6 ENFOQUE Tiempo de pandemia Entre el dolor y la gracia
8 MOVIMIENTO #SMU2020
Paz, igualdad y liderazgo, tres pasos firmes hacia el mundo unido
10 IDEAS Diálogo interdisciplinario Un horizonte de esperanza
15 ANÁLISIS Los líderes y la pandemia
La construcción de un nuevo liderazgo
18 PALABRA DE VIDA Junio 2020 Saber recibir al otro
19 TESTIMONIOS De la vida cotidiana Siempre triunfa el amor
22 REFLEXIÓN Dolor y oportunidad La salida es hacia adentro
DIRECTOR: Santiago Durante CONSEJO DE REDACCIÓN: Virginia Bonard; Elena López Ruf; Manuel Nacinovich; Patricia Santoianni. ARTE Y DISEÑO: Matías Blanco CORRECCIÓN: Lorena Clara Klappenbach DIRECTOR EDITORIAL: Carlos Mana ADMINISTRACIÓN: Mabel Bianconi, Elena Miscione y Juan Callejo. COLABORAN EN ESTE NÚMERO: Gustavo Clariá, Marcelo Correa, Quique Figueroa, José Luis Gerlero, Susanne Janssen, Florencia Locascio, Letizia Magri, Jesús Morán, José María Poirier, Agustín Ravanetti, Sonia Vargas Andrade.
26 IGLESIA La oración del papa Francisco
Registro de la Propiedad Intelectual Nº 959.059. Puede reproducirse total o parcialmente los textos, citando la fuente: revista Ciudad Nueva. Revista mensual del Movimiento de los focolares. © Revista Ciudad Nueva es propiedad de Editorial Ciudad Nueva.
28 REFLEXIÓN El método KonMari
IMPRENTA: Latingráfica Rocamora 4161, CABA. www.latingrafica.com.ar.
24 MIRADAS Un mundo con pandemia
La política al centro de la escena “No podemos seguir cada uno por nuestra cuenta”
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STAFF
¡A ordenar las cosas (y la vida)!
30 SALUD Apuntes para saber cuidarse y valorar la vida
Redacción y administración: Lezica 4358 C1202AAJ, CABA, Argentina Telefax: (011) 4981-4885 whatsapp: +54 9 11 6180 2255 lectores@ciudadnueva.com.ar
32 ARTE Y ESPECTÁCULOS
Este número se cerró el 19 de mayo de 2020.
Coronavirus y embarazadas
34 TRAS LAS HUELLAS DE CHIARA Hacia una nueva humanidad
EDITORIAL
3
Se hace larga la cuarentena. Si bien al cierre de esta edición comenzaba a concretarse cierta flexibilización en algunos puntos de la Argentina, los cierto es que se estima que la crudeza de la pandemia aún no llegó a esta parte del globo. Cuando en China, donde se originó la propagación del virus, y en Europa, donde los efectos fueron dramáticos, la vida pareciera volver lentamente a cierta “normalidad”, el continente americano todavía pareciera no haber vivido “lo peor”, más allá de que hay diferencias sobre cómo el coronavirus está atacando en cada país, por lo general relacionadas con las políticas públicas que cada Estado viene tomando. Sin embargo, más allá de las estadísticas y frialdad de los números, la pandemia nos ha sacudido y nos ha puesto delante de nuestra fragilidad, vulnerabilidad y finitud. Cuando como humanidad creíamos que nada podría detenernos, este enemigo invisible llegó para darnos un baño de realidad. ¿Quiénes éramos antes, quiénes somos ahora y quiénes seremos cuando todo esto acabe? Son muchas las preguntas que han surgido en este tiempo, para las cuales aún no están elaboradas las respuestas, tanto en aspectos macro como micro, en lo global como en lo local. Sin dudas hay y habrá consecuencias referidas a la familia humana y también se ven y se verán efectos en cada persona. Esas consecuencias nos golpearán a todos, especialmente a los más desprotegidos y olvidados. Es allí donde surge el peligro al que hace referencia el papa Francisco: “El riesgo es que nos golpee un virus todavía peor, el del egoísmo indiferente, que se transmite al pensar que la vida mejora si me va mejor a mí, que todo irá bien si me va bien a mí. Se parte de esa idea y se sigue hasta llegar a seleccionar a las personas, descartar a los pobres e inmolar en el altar del progreso al que se queda atrás. Pero esta pandemia nos recuerda que no hay diferencias ni fronteras entre los que sufren: todos somos frágiles, iguales y valiosos” 1. El confinamiento ya lleva más de dos meses y los primeros días o semanas no son iguales a los que vivimos
hoy. Y la manera de atravesar este tiempo es tan diversa como cantidad de seres humanos habitan el planeta. ¿Quién puede tener la certeza de que tal o cual manera de vivir este tiempo es la correcta? No obstante ello, entendemos que hay cambios que se están dando en el interior de cada uno y en relación con los demás. Una manera de “poner en orden” nuestra interioridad, nuestras prioridades, y en consecuencia nuestro entorno. Como bien se cita al psiquiatra austríaco Viktor Frankl en uno de los artículos de esta edición, “cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”. Y ese mirar hacia adentro puede ser una ocasión para resignificar incluso nuestro “ir hacia afuera”. La primera semana de mayo fuimos testigos de una acción planetaria tan virtual como real. La Semana Mundo Unido organizada por el Movimiento de los Focolares, con sus jóvenes a la cabeza, fue una muestra de que “hay mucha pequeña gente, en muchos pequeños lugares, haciendo muchas pequeñas cosas” (Eduardo Galeano) que son capaces de armar una red que contiene a toda la humanidad y que brinda certezas de que un mundo distinto es posible. Lo mismo puede decirse de la Semana Laudato Si’, que se llevaba a cabo al cierre de esta edición, al cumplirse cinco años de la publicación de la encíclica del papa Francisco. Una misma causa, un mismo objetivo, que nos une por el bien de la casa común. Es una etapa de profundo dolor, de inmensa incertidumbre sobre lo que vendrá. Sin embargo, también se respiran aires de esperanza. Los cambios que se produzcan puertas adentro revitalizarán y regenerarán nuestros modos de abrazar a la humanidad ·
1. Extracto de la Homilía, II Domingo de Pascua (o de la Divina misericordia), iglesia de Santo Spirito in Sassia, 19 de abril de 2020.
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Seremos distintos
ALTA GRACIA · Centro Mariápolis Ruta C45 km. 21 (5186), Tel.: (03547) 421194 / 15580778 www.centromariapolisag.org.ar cmaragracia@focolares.org.ar BAHIA BLANCA Tel.: (0291) 4553923 ffbb@focolares.org.ar Tel.: (0291) 4543169 / Fax: (0291) 4560051 fmbb@focolares.org.ar CAPITAL FEDERAL Tel.: (011) 4542-9367 ffbuen@focolares.org.ar Tel.: (011) 2132-1603 fmbue@focolares.org.ar CONCEPCIÓN DEL URUGUAY Tel.: (03442) 432710 ffcdeluruguay@focolares.org.ar CÓRDOBA Tel.: (0351) 4214848 ffcor@focolares.org.ar Tel.: (0351) 480-0708 fmcor@focolares.org.ar JOSÉ C. PAZ · Centro Mariápolis Capdevila 501 (1665), (02320) 431900 cmariapolisba@focolares.org.ar LA PLATA Tel.: (054) 0221 4829361 focolarlaplata@focolares.org.ar MENDOZA Tel.: (0261) 4251950 ffmendoza@focolares.org.ar Tel.: (0261) 4234484 fmmendoza@focolares.org.ar O’HIGGINS · Mariápolis Lía www.mariapolis.org.ar Villa Blanca“, C.C. 32 (6748), “Campo Verde“, C.C. 29 (6748), (0236) 4532003 mariapolis@mariapolis.org.ar PARANÁ · Centro Mariápolis C.C. 34 (SC. 3) (3100), (0343) 4216086 cmparana@focolares.org.ar RESISTENCIA Tel.: (03624) 438522 ffresistencia@focolares.org.ar ROSARIO Tel.: (0341) 4485934 ffros@focolares.org.ar Tel.: (0341) 4371909 fmros@focolares.org.ar SALTA Tel.: (0387) 4215799 ffsalta@focolares.org.ar TUCUMÁN Tel.: (0381) 4310034 fftucuman@focolares.org.ar
IDA Y VUELTA
CENTROS DE DIFUSIÓN
CON LOS LECTORES
Pasos de fraternidad
Gracias por el espacio de participación en la charla “Pasos de Fraternidad” realizada de manera virtual en el marco de la Semana Mundo Unido. El factor común del sentido de vida y coherencia en el compromiso de la dignidad humana de Gabriel (Ferrero), Arturo (Clariá) y Cristina (Calvo), ha sido la música de fondo que enriqueció el enfoque interdisciplinario. Las respuestas las iremos encontrando haciendo camino al andar.Y cada uno, viviendo conscientemente lo que nos toca. Además de apoyar con la firma la petición para que la vacuna contra el covid-19 sea de dominio público, también podemos compartir lo que encontramos de “invisible” en la realidad. Disponiéndonos siempre a recomenzar; al ser coherentes en la administración de nuestros recursos teniendo en cuenta al excluido, también generamos una fuerza renovadora muy necesaria hace tiempo. Es cierto que “este quiebre” permite entrar en el juego, ya que son muchas las certezas que cayeron, aunque se quieran “disfrazar”. Los bienes relacionales en los que nos introdujo Cristina desde hace unos años generan “la micropolítica de las relaciones”, por supuesto asumiendo también las propias sombras. Creo que es la oportunidad de ser protagonistas conscientes en el inicio de procesos que también nos propone el papa Francisco, un aporte importante, práctico, aunque invisible en la fuerza que genera. Gracias a cada uno.
María Inés
La vida es ahora
La pedagogía divina es maravillosa. La pandemia llegó como un ladrón en la noche, sin aviso. Al principio experimenté estupor (que no es miedo) y cuando pude centrarme descubrí una realidad dialogal; Dios hablando a la humanidad a través de los acontecimientos. Un diálogo amoroso de su parte. Él no provoco lo que nos acontece, somos los autores y él aprovecha cada acontecimiento. Un término realmente exultante es descubrir la naturaleza, la vida de nuestra casa común, resplandecer de belleza. Acaso no nos damos cuenta de la hermosura de la creación. Hacen falta tan pocas cosas para experimentar alegría. En CÓMO RECIBIR CIUDAD NUEVA Podés ser: AMIGO: $215 por mes * o $2.150 en efectivo, cheque o giro. Socio de CN: $880 por mes * Socio Solidario: $1.100 por mes *
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CRÓNICAS DE DORITA
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Juan Andrés Ravignani
WEB Vacuna para todos
Fueron numerosos los comentarios al artículo que invita a firmar la petición internacional realizada por científicos de todo el mundo para que la vacuna contra el covid-19 sea de dominio público. Aquí algunos de ellos: Totalmente de acuerdo con esta iniciativa. Es una pandemia que nos ha tocado mundialmente, donde todos estamos haciendo nuestra parte. No se puede lucrar con una desgracia. ¡Apoyo para que la vacuna contra el covid-19 sea de dominio público!
Lucía Gutiérrez
Sí, debe ser pública para que todos, sin distinción de raza, credo político, nacionalidad u otra etiqueta, podamos tener acceso a ella y que no sea para el enriquecimiento de unos pocos magnates.
José Penilla
Espero que los investigadores no solo reciban el aval sino la ayuda económica de todos los países del planeta, no solo una palmadita en la espalda y gracias. Todos los países deben contribuir con lo que económicamente puedan para ayudar a quienes dejan horas y días de sus vidas en bien de la humanidad.
Juana Navarro
Excelente proposición que revelará la madurez de la raza humana. La historia del gran científico Jonas Salk, que no conocía, y el apoyo de la Fundación Roosevelt, nos alientan para ejecutar lo mismo.
Jorge Teodoro Miranda
Soledad que abre la puerta a la solidaridad Excelente escrito. Nos hace reflexionar en estos tiempos, como a Moisés, la “soledad para la comunión”. Son reflexiones con esperanza. Muchas gracias. Ana María Amarante
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realidad una sola: “amar”, lo demás viene por añadidura. Pero para descubrirlo hay que “ser”; la ambición de tener y poder eclipsan toda posibilidad de plenitud. Nacimos para la comunión fraterna universal, con cada prójimo y con toda esta creación que nos fue donada. Cuando me sugieren el “después de que esto pase” expreso “vivamos el hoy, la vida es ahora” porque si nos perdemos el presente nos perdemos todo.
TIEMPO DE PANDEMIA
ENFOQUE
Entre el dolor
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y la gracia ALGUNAS DE LAS RESPUESTAS QUE EL COPRESIDENTE DEL MOVIMIENTO DE LOS FOCOLARES BRINDÓ A CRISTOVISIÓN (COLOMBIA), EN OCASIÓN DE LA JORNADA DE AYUNO Y ORACIÓN DEL PASADO 14 DE MAYO PROMOVIDA POR EL PAPA FRANCISCO, AYUDAN A IR EN PROFUNDIDAD EN ESTA SITUACIÓN ADVERSA QUE VIVE LA HUMANIDAD. por Jesús Morán
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H
e dicho y escrito en múltiples ocasiones durante estos meses que, a mi modo de ver, este es un tiempo de dolor, inmenso dolor, y gracia. Dolor, evidentemente,a causa detodos aquellos que nos han dejado, cercanos y lejanos, familiares, amigos, vecinos, y por la cantidad de gente que sigue sufriendo en los hospitales y en las casas. Dolor por la forma en que muchos han muerto: lejos de sus seres queridos, no pocos en total abandono. Dolor por los que están ya atravesando penurias de todo tipo a causa de la falta de trabajo, de asistencia sanitaria adecuada, por el futuro incierto. Dolor por la incapacidad que muchos han mostrado de dejar atrás rivalidades políticas o de cualquier tipo, intereses personales y demás, para servir al bien común. Esto también ha sido muy doloroso. Gracia, por muchas razones. En primer lugar, este tiempo nos ha puesto bruscamente frente a lo que somos en realidad, es decir, frente al espejo de nuestra fragilidad y vulnerabilidad como criaturas. No somos, ni individual ni socialmente, esos seres omnipotentes que corren sin límites por la vía del progreso infinito. Ha bastado un simple organismo acelular para desbaratar nuestros sueños de grandeza. La pandemia ha confundido el idioma del progreso tecnológico infinito y hemos tenido que abandonar nuestra torre de Babel. Una torre de Babel que quería edificarse sobre un único proyecto, una única lengua, una uniformidad que aniquilaba cualquier tipo de diversidad. En efecto, hemos llegado a la luna, pensamos que podríamos incluso habitar planetas diferentes del nuestro, la inteligencia artificial se encamina a resolver casi todos nuestros problemas, a elevar a cotas inéditas nuestro potencial creativo; y, sin embargo, en materia sanitaria estamos reviviendo las pestes que nuestros antepasados medievales sufrieron
en medio del terror, con la misma incapacidad de comprensión y resolución eficaz del problema. No cabe duda de que este brusco desmoronamiento ha abierto un espacio a la reflexión, a la compasión y a la trascendencia. Nos ha hecho descubrir la corporeidad como principio de relación, interpersonal y social. Nos ha hecho meditar profundamente acerca del destino de nuestra condición corpórea y por lo tanto nos ha puesto frente al gran enigma de la vida y de la muerte. Ha sido y es, por ello mismo, una gran oportunidad para anunciar la verdad del cristianismo como una visión de sentido completa: un Dios amor que se hace hombre, se encarna en un cuerpo mortal, sufre el martirio (el climax de toda enfermedad, entendida como disgregación física), muere y resucita con un cuerpo glorioso, no sin antes habiéndonos dado su propio cuerpo y su propia sangre como alimento, prenda de una vida eterna en la cual
traspasaremos los límites de nuestra corporeidad terrenal para formar en Él un solo cuerpo glorioso. La cruda experiencia de nuestra fragilidad, en esta pandemia, es una oportunidad única para ponernos frente a la Revelación y descubrir en ella el libro de la vida, una fuente inagotable de sentido. En segundo lugar, la crisis que vivimos pone en evidencia, quizás como nunca, el gran tema de la dignidad humana. Este momento es particularmente propicio para hacerla emerger no en forma teórica, como tantas veces lo hemos hecho, con declaraciones y manifiestos, sino en forma práctica y en todo su alcance ético. Un filósofo español define la dignidad como “lo que estorba”. ¿Qué significa esto? Significa que la dignidad del ser humano es esa nota nuestra que estorba, por supuesto, “a la comisión de iniquidades y vilezas”, pero también, y quizás con más fuerza si cabe, estorba al progreso material y técnico desmedido; esa nota que nos abre los ojos frente a los que no sirven, los inútiles, los ancianos, los enfermos, los sobrantes, los que quedan en la cuneta de la historia. ¡Cuántos de ellos hemos visto en estas semanas! ¡Cuánta gente ha muerto solo porque pertenecía a la categoría de los sobrantes! Me refiero a los ancianos, muchas veces abandonados en los asilos. Me refiero a los homeless (sin techo) de las grandes metrópolis. “Si en la tradición -dice el mencionado filósofo- la dignidad ha sido representada principalmente como una perfección, ahora vemos cómo su significado se amplía para comprender tam-
7 de sobra– para un cristiano detrás de la dignidad de cada ser humano se esconde el rostro de Cristo. Cuando ese rostro es un rostro sufriente se convierte en un llamado y en un imperativo ético improrrogable. En tercer lugar, la crisis ha reflejado inequívocamente que vivimos en un mundo enfermo, el virus más letal no es el covid-19, es otro, de tipo antropológico y social. Es estructural. Por eso, mientras esperamos la vacuna que nos proteja, tenemos que poner las bases de un nuevo humanismo integral. Habrá que iniciar a transformar muchas estructuras sociales para ponerlas al servicio de esa gran tarea que es la dignidad humana. Habrá que cambiar parámetros de desarrollo y, sobre todo, mentalidades. Habrá que estipular reglas éticas de carácter inequivocable. Habrá que profundizar en todos los campos del saber. Se hará necesario un gran pacto educativo mundial y una gran alianza cultural y religiosa.
bién la imperfección humana, donde muchas veces se hace notar con más potencia y plasticidad aún”. Por fortuna, poco a poco, la crisis que vivimos nos está devolviendo a la conciencia de que “imperfectos” somos todos, al menos desde el punto de vista de la resistencia al ataque de un virus. Esto es ya una conquista. En definitiva, este es un tiempo propicio para la dignidad, para construir una sociedad cimentada en este gran valor. Cada uno de nosotros podrá cambiar su manera de ver al otro. Si nos queda un mínimo de conciencia, cada vez que nos encontremos con uno de esos que “estorba” recibiremos la bofetada de la dignitas humana y haremos algo, aunque sea pequeño. Porque, estamos descubriendo, paradójicamente, que el contacto con la fragilidad es el camino más recto para enaltecer la gran dignidad del ser humano. Y –lo sabemos
Mi experiencia personal es que he vivido la unidad quizás como nunca en este tiempo: con gente cercana y lejana, con personas de todas las generaciones. Se han interesado por mí alumnos que tuve hace casi 40 años cuando eran adolescentes, en Santiago de Chile. Y del mismo modo yo he podido contactar a gente con la que no hablaba en años. He vivido encerrado, pero con el alma abierta y la computadora encendida. A través de esta no llegaban a mí mensajes escritos o visuales sino personas vivas. Con la Semana Mundo Unido de los jóvenes del Movimiento de los Focolares, además, hemos vivido una experiencia de “qué todos sean uno” extraordinaria. La unidad es una realidad mística, que va más allá del espacio y del tiempo. Es escatológica, llegará al final de los tiempos, pero la anticipamos ya aquí con estas experiencias de reciprocidad plena, presidida por el amor. Son experiencias fuertes precisamente porque son corpóreas, dado que el cuerpo, no lo olvidemos, no es solo el organismo, sino sobre todo aquello que nos hace presentes y reconocibles a los demás, más allá de la realidad física ·
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Vivir la unidad en tiempos de distanciamiento
MOVIMIENTO
#SMU2020
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Paz, igualdad y liderazgo,
tres pasos firmes hacia el mundo unido DURANTE LOS PRIMEROS DÍAS DE MAYO EL PLANETA SE UNIÓ A TRAVÉS DE DIFERENTES ACCIONES Y CONFERENCIAS VIRTUALES PROMOVIDAS POR LOS FOCOLARES QUE TRANSMITIERON IDEAS DE FRATERNIDAD Y UN MENSAJE DE ESPERANZA. por Marcelo Correa*
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l 14 de julio de 1789 cientos de franceses se enrolaban en un proceso de euforia social gestado durante mucho tiempo y se dirigían a tomar la fortaleza de la Bastilla. Hoy consideramos este hecho como el inicio de la Revolución Francesa, un punto de inflexión en la historia del Occidente mundial que ha inspirado los principios de constituciones, repúblicas y sociedades. La bandera ideológica de los revolucionarios se conoció a través de las palabras “Libertad, igualdad, fraternidad”. No cabe duda de que la revolución fue representativa de cambios que ya se gestaban en el seno del “Antiguo Régimen”; defender la igualdad era totalmente novedoso en una sociedad en la cual clérigos y nobles gozaban de un estatus jurídico privilegiado y no eran sometidos a las contribuciones que gran parte de la población debía aportar. Desde la Edad Media la sociedad se había organizado en estancos sociales constituidos de manera vertical y en una desigualdad socialmente aceptada. Lamentablemente esa igualdad jurídica que profesaba la revolución no alcanzó a penetrar en las estructuras de la economía y la sociedad; hoy todos conocemos la idea de igualdad, pero también sabemos que no es una realidad. Poco tiempo después se consolidaban las desigual-
dades en el mundo laboral y económico mientras el mundo se industrializaba, y los países aventajados salían a la búsqueda de mercados en los cuales vender sus productos y comprar materias primas a bajo costo. De este modo las desigualdades también se extrapolaron a las relaciones internacionales. Las sociedades conocieron pronto las miserias del capitalismo, la exclusión, la inequidad en el acceso a las oportunidades, las violaciones a la integridad y dignidad de los trabajadores. La igualdad que identificaba a los franceses de 1789 se esfumaba ante la voracidad de un sistema que tenía como premisa la acumulación, el consumo. Los aspectos centrales de ese sistema, con muchas adaptaciones, perduran hasta el día de hoy. En el primer panel de la SMU organizado por el Movimiento Políticos por la Unidad, el presidente de la organización a nivel internacional citaba el artículo de monseñor Vincenzo Paglia. En ese escrito, el citado hecho histórico también tiene cierto protagonismo. Para el autor la “fraternidad” es la promesa incumplida de la modernidad. Este es el aporte original de la oración de Francisco, quien se presentaba solo frente a una Plaza de San Pedro vacía, y en ese acto devolvía al centro de la escena la misión de la Iglesia: construir una fraternidad universal y unir
en los conceptos centrales de los nuevos liderazgos comunitarios ensayados con tanta luminosidad por los participantes de la videoconferencia: la primacía de lo colectivo, la generatividad y las buenas prácticas2. En ese aspecto, también la centralidad de los vínculos nos recuerda una fortaleza de la propuesta del carisma de la Unidad para regenerar la sociedad. Trabajar en red es un elemento que empodera ya que con estas condiciones se puede llegar allí donde individualmente no alcanzaríamos. El paradigma relacional como respuesta nos predispone a construir un mundo nuevo practicando la reciprocidad desde el principio y se identifica cuando detrás de ese individuo que actúa hay una comunidad, tal
actividades. El objetivo común parece estar más cerca cuando se difunden acciones e ideas que nos presentan vías efectivas que poco a poco han empezado a cambiar la situación en base a ideas y acciones que consideran como pasos necesarios la construcción de la paz, la justicia social y el reconocimiento de los derechos humanos. En ese marco, tal y como en 1789, la política se ubica en el centro de la escena como una forma efectiva para dar respuestas. Sin embargo, como todo historiador sabe, en otro contexto hacen falta otras estrategias para hacer una revolución. En efecto, los liderazgos comunitarios que expresan el valor inconmensurable de los vínculos sociales de fraternidad parecen ser una luz que brilla cada vez con más fuerza. De hecho, en su intervención durante la charla de Sophia ALC, Lucas Cerviño nos presentaba tres modelos históricos de liderazgo: el héroe, el sabio y el santo. Me gustaría agregar que, durante la Edad Media y Moderna, también encontramos un modelo político casi arquetípico para los monarcas, la figura del buen Pastor. Representada desde las primeras manifestaciones artísticas de los cristianos, esta figura nos retrotrae a una concepción cristológica que nos introduce
y como explicaba Virginia Osorio en el taller sobre acciones sociales3. En ese mar de ideas y acciones todavía hay muchas preguntas, muchos oscuros en las formas de construir una sociedad nueva combinados actualmente con cierta incertidumbre. Pero no cabe duda de que hay una transformación ideológica, un giro que se expresa en el lenguaje: de la meritocracia a la igualdad, del individuo a la comunidad, de la acumulación a la comunión, de la grieta al vínculo. Siento que la participación en los talleres de la SMU nos deja mejor formados para enfrentar un mundo en transformación, nos compromete a construir el mundo unido desde la esperanza y con estrategias que nacen de la comunión · *Joven miembro del Movimiento de los Focolares y del Comité Organizador de la Semana Mundo Unido. 1. Mons. Vicenzo Paglia, “Futuro dopo il coronavirus? Solo se riscopriamo la fraternità”, en Il Riformista, https://www. ilriformista.it/futuro-dopo-il-coronavirus-solo-se-riscopriamo-la-fraternita-72453/?refresh_ce 2. Canal de YouTube Comunicación Focolares Cono Sur: https://www.youtube.com/watch?v=u8jwW0jTQo0 3. Canal de YouTube Comunicación Focolares Cono Sur: https://www.youtube.com/watch?v=jgFRxsG0-r0
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a la familia del mundo en su indispensable diversidad1. Un mensaje que renace desde los orígenes y que se nos presenta como urgente. Es así como en nuestros días renace la esperanza cuando se observa que desde hace ya algunas décadas distintos especialistas apuntan a la necesidad de una transformación en los pilares centrales del sistema económico y social que nos contiene. Cuando ha quedado claro que no se puede seguir sosteniendo un sistema excluyente e injusto, han empezado a surgir cada vez más respuestas, muchas de ellas potenciadas por la pandemia del coronavirus. La Semana Mundo Unido de este año ha significado una condensación de esas respuestas esperanzadoras desde sus distintos eventos y
IDEAS
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i bien la sensación es que el mundo se ha detenido desde la aparición del coronavirus, también hay muestras de que se han activado y potenciado aspectos que nos hablan de fraternidad. Así se vio reflejado en nuestra edición del mes pasado y por eso Ciudad Nueva llevó a cabo una conferencia virtual bajo el título “Pasos de Fraternidad” en el marco de las actividades de la Semana Mundo Unido que se desarrolló alrededor del globo del 1 al 7 de mayo. El contexto internacional y las adversidades que se viven no solo a nivel mundial sino regional y local además han generado nuevas preguntas sobre las cuales aún se buscan respuestas. Existe la incertidumbre, personal y comunitaria, sobre qué tipo de mundo tendremos después de la pandemia. ¿Se podrá hablar de un mundo más unido cuando termine este tiempo? En este sentido, la convocatoria a especialistas en el mundo de la ciencia, la psicología y la economía buscó generar un diálogo que pudiese aportar claves a la hora de observar esta realidad que transmite miedo y dolor, pero también signos de esperanza. Aquí una síntesis adaptada de las intervenciones Gabriel Ferrero, Arturo Clariá (h) y Cristina Calvo, que pueden encontrarse completas en el canal de YouTube de Ciudad Nueva.
Gabriel Ferrero Físico y astrónomo uruguayo. Docente de la UNLP, investigador, representa a la Argentina en el Observatorio astronómico internacional Gemini. Autor del libro editado por Ciudad Nueva ¿Nacemos estrellados? Lo que veo en los medios, cuando salgo a la calle o converso con mis amigos me genera internamente una oscilación entre una sensación de pesimismo y optimismo muy grandes. Pero sobre todo, lo que siento dentro de mí es una esperanza muy grande. Tengo la convicción de que en la realidad hay mucho más de lo que nosotros vemos y generalmente eso que no vemos es lo más importante de la realidad. Mi esperanza se alimenta también de lo que he estudiado. La astronomía y otras ciencias muchas veces me han hecho encontrar con fenómenos que aparentan ser muy negativos pero que sin embargo terminan transformándose paradójicamente en cosas muy positivas. Un ejemplo es el del meteorito que extinguió a los dinosaurios. Hace 66 millones de años un asteroide
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DIÁLOGO INTERDISCIPLINARIO
Un horizonte
de esperanza LA PANDEMIA Y LO QUE VENDRÁ DESPUÉS, DESDE LA MIRADA DE LA CIENCIA, LA PSICOLOGÍA Y LA ECONOMÍA. por Santiago Durante
idea que después la compartió con algunos otros científicos y con el Nobel de la Paz Muhammad Yunus, con quienes elaboró un documento que plantea que, para salir de esta situación, es necesario desarrollar una vacuna. Pero que esa vacuna debe llegar a todo el mundo, a todas las personas, de manera gratuita, porque de otra manera va a ser imposible superar esto. Para eso obviamente hace falta mucho dinero y hace falta tiempo. Su idea entonces fue: “Tenemos que lograr que la vacuna se pueda desarrollar, pero que después se convierta en un bien de dominio público, que esté libre de patentes, para que después las fundaciones, las organizaciones no gubernamentales, las empresas, los gobiernos que quieran producir y distribuir las vacunas lo puedan hacer sin tener que pagar por usar una patente”.
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Gabriel Ferrero
Esto puede parecer una utopía, imposible de hacer. Pero la realidad es que hay antecedentes, como el de la vacuna contra la poliomielitis, que se desarrolló de esta manera. Nosotros no somos los que tenemos el poder en el mundo de tomar esas decisiones, pero creo que podemos hacer sentir nuestra voz, y es lo que intentamos hacer entre este grupo de científicos. Y confiar en que las personas que van a recibir este planteo también son seres humanos y que tendríamos que encontrar la manera de entendernos entre todos frente a esta situación. Confío en que en la realidad hay muchas más cosas de las que vemos y por eso confío en que realmente daremos este paso. Para firmar la petición por la vacuna contra el covid-19 ingresar a https://tinyurl.com/ydfccj5k 1. Este ejemplo lo encontré en un artículo publicado hace algunos meses en la revista Science por T. Lyson, un científico estadounidense, que llegó a mis manos gracias a Jozef Klembara, un amigo paleontólogo eslovaco.
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cayó sobre la Tierra y causó una extinción masiva. Desaparecieron más del 75 % de las especies de seres vivos. Murió el 50 % de las especies de plantas, desaparecieron los dinosaurios pero también muchos mamíferos. Y de los mamíferos quedaron los más pequeños, algunos roedores, como las ratas. Curiosamente, con rapidez la evolución de las especies se aceleró en lugar de detenerse. El número de especies se multiplicó en poco tiempo, obviamente hablando en una escala geológica o astronómica de tiempo. Empezaron por multiplicarse los helechos, después las plantas con flores y semillas, que son muy nutritivas; aparecieron las palmeras, poco tiempo después las legumbres y todo eso causó que los mamíferos empezaran a tener muchas fuentes de alimentación. Por lo tanto empezaron a desarrollarse y a aparecer en la Tierra mamíferos cada vez más grandes, nutrias, castores y poco a poco muchos más mamíferos de muy diversas especies y con tamaño distinto. Al poco tiempo, es decir 700 mil años después de la caída del asteroide, ya había sobre la Tierra mamíferos que eran 100 veces más grandes que los que había antes de que cayera el asteroide. Esto que puede parecer mucho tiempo, en realidad es muy poco si tenemos en cuenta que la evolución demoró 4 millones de años en llegar desde las células aisladas hasta los mamíferos más pequeños. Y “solamente” 700 mil años en progresar desde esos pequeños mamíferos hasta otros muy grandes1. Esos mamíferos poco a poco fueron poblando toda la tierra y fueron los que terminaron dándonos paso a nosotros, los seres humanos, entre tantas otras especies. Todo eso sucedió obedeciendo leyes que en la naturaleza son ciegas. Es decir, cuando se dan las mismas causas, en la naturaleza se producen siempre los mismos fenómenos. Pero los entes que intervienen en esos desarrollos no pueden decidir por sí mismos qué es lo que va a pasar. Un helecho no puede decidir si va a multiplicarse o no, como un átomo no puede decidir si se va a unir a otro átomo. No hay una decisión de por medio. La gran diferencia con la situación en la que estamos hoy es que nosotros podemos decidir y lo que suceda a partir de ahora depende fundamentalmente de las decisiones y de las acciones que tomemos nosotros. Depende de lo que hagamos hoy. ¿Qué significa eso? Les propongo otro ejemplo: hace unas semanas a una bióloga francesa, Catherine Belzung, se le ocurrió una muy buena
Arturo Clariá (h) Psicólogo clínico y educacional, especializado en adolescencia y familia. Master en cultura de paz y valores universales.
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Un momento sumamente excepcional irrumpió de un día para el otro en nuestras vidas, cambiando las rutinas, nuestras maneras de ver el mundo, de relacionarnos. Todos decimos que no seremos los mismos una vez terminada la cuarentena, pero creo que esta frase será cierta siempre y cuando sepamos aprovechar esta situación para aprender de la experiencia y crecer como personas y comunidad. Hay otra pandemia más silenciosa, más sutil, que se viene diseminando y podría contagiarnos si no estamos atentos y
despiertos. Tiene que ver, más bien,con una pandemia existencial, emocional. Pensemos si antes de entrar en este aislamiento ya no éramos personas encerradas, con la paradoja de que era un encierro “hacia afuera”. Todos los días abríamos la puerta de casa y salíamos a trabajar, a gastar nuestras energías en el afuera. Casi en piloto automático. Sabiendo que los seres más valiosos, nuestros hijos, están en casa, encontrándonos con ellos al atardecer del día, con nuestro nivel de sensibilidad muy bajo, habiendo gastado buena parte de aquella energía en aspectos secundarios. Arturo Clariá (h)
Si no nos damos cuenta, y este es un momento para hacerlo, saldremos de esta pandemia igual que antes. Persiguiendo el virus del dinero, de la ambición, del exitismo, de los bienes materiales, que se nos fue inoculando en todo este tiempo, sabiendo en definitiva que no es lo que realmente nos colma. Un virus que nos hace buscar los tesoros donde realmente no se encuentran. De allí la frase que puede interpelarnos hoy: ¿Dónde está nuestro tesoro? Porque “donde está tu tesoro, allí está tu corazón”. La buena noticia es que para esta pandemia existencial sí hay vacunas y son libres de patentes. Estas vacunas tienen que ver con el antídoto más profundo que podemos encontrar, que es dotar de significado nuestra vida. Estamos ante una oportunidad de frenar y concentrarnos en lo más valioso que
Dra. Cristina Calvo Directora del Programa Internacional sobre Democracia, Sociedad y Nuevas Economías del Rectorado de la Universidad de Buenos Aires. / Miembro del Task-Force convocado por el papa Francisco para abordar políticas post-pandemia. La política y la economía (incluyendo el sistema sanitario) son los ámbitos donde la pandemia está revelando no solo una gran cantidad de incoherencias e inconsistencias sino también una profundización de las desigualdades preexistentes. Primero, algo sobre la crisis. La crisis es social y ambiental a la vez, son dos caras de la misma moneda. En los últimos años, cuando se hablaba de la crisis ambiental se le dio muchísimo relieve a la crisis climática (gravísima, por cierto) y no tanto a la crisis de biodiversidad. Si bien no soy especialista en biodiversidad, entiendo la economía como trabajo interdisciplinario, por lo cual dialogo permanentemente con biólogos, antropólogos, ingenieros ambientales. A raíz de este intercambio, se evidencia que, a veces le pedimos a la economía que ponga “parches” a cuestiones a las que previamente deberíamos haber considerado, a fin de evitar males mayores y efectos no deseados. Con la destrucción de los ecosistemas, de los biomas, los virus encuentran su hábitat, por ejemplo, en roedores, la caza y el exterminio de los depredadores –que precisamente parte de su alimento lo encuentran en los roedores– se facilita así la propagación de dichos virus y su cercanía contagia con virus a los seres humanos. Seguir rompiendo el equilibrio de la naturaleza, el equilibrio biológico, seguirá siendo una amenaza no solo en relación con la diseminación del covid-19 hoy, sino para nuevas variantes en el futuro. El virus no sabe hacer otra cosa que propagarse. Este es un gran desafío a atender: la crisis de biodiversidad, la recuperación de ecosistemas y biomas. >>
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tenemos: nuestros afectos, nuestros seres queridos. La pandemia nos hizo darnos cuenta del valor del abrazo, ese que hoy no puedo darle a un montón de gente. El valor de los vínculos, de recomponer lazos, de reunirme para pedirle perdón a un amigo, algo que podía hacer antes y sin embargo pateaba para adelante. ¡Cuántas cosas importantes podemos replantearnos! El antídoto comienza frenando, haciendo silencio para escuchar las preguntas internas: ¿Para qué hago lo que hago? ¿Cuál es el significado más profundo de mi vida? ¿Cuál es el sentido que encuentro al levantarme cada día? Y detrás de esas respuestas aparece inevitablemente la dimensión de la libertad. En tiempos de encierro la psicología nos da la oportunidad de mirar el mundo desde los ojos de la libertad profunda, aquella que tiene que ver con una actitud que antecede a lo que va a suceder. Sea lo que fuere que me va a acontecer durante la jornada, bueno o malo, existe una elección previa, interna, que tiene que ver con qué actitud he decidido adoptar para transitar cada día. Cuando ya no podemos cambiar nada de una situación, entonces nos queda el desafío de cambiarnos a nosotros mismos, como decía Viktor Frankl. Las dificultades, las cuarentenas, los virus, nos enfrentan con la finitud, nos demuestran una vez más que somos seres limitados, frágiles y vulnerables, y por lo tanto nos generan angustia. Nada contagia más ansiedad que la incertidumbre de no saber hasta cuándo. Pero sí podemos decidir cuál es la huella profunda que queremos dejar en los demás. Sabemos en definitiva que no hay nada mejor que dejar una cálida marca afectiva. Esa sí cala hondo en los demás y se viraliza de manera súper positiva. ¿Cómo se escapa de la angustia, de la ansiedad de no tener respuestas? Saliendo del encierro personal y emocional, donándonos al otro. Hablamos de Pasos de Fraternidad, y este es el antídoto, los anticuerpos que tenemos que generar en nosotros y en los demás. La fraternidad de los vínculos, desde los gestos de solidaridad que estamos viendo: cuidarme yo para cuidar a otros, no salir a la calle aunque tenga ganas en pos de un bien común mayor, comprobar que los que por edad y circunstancia de salud no están tan expuestos, pueden ser ese don, protagonizando un acto solidario hacia los demás que sí corren mayor riesgo. Cuando salimos de nosotros mismos resolvemos conflictos internos, encontramos una paz terapéutica, nos volvemos empáticos y compasivos, hallamos soluciones, nos descentramos para encontrarnos en el otro. Nos convertimos en artífices de la mejor cura: la búsqueda de la felicidad colectiva.
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Segundo, el sistema económico excluyente, que ha impuesto la necesidad de la competición posicional, en el sentido de que “el que gana, gana todo, y el que pierde, pierde todo”, entre otras cosas ha provocado una “sociedad de basura, de desperdicios, de lo superfluo”, incluso de instrumentos para la muerte. En este momento se pone de relieve en toda su magnitud cuánto es el daño para el planeta y sus habitantes. Dos datos sobre esto. En India, en el marco de la pandemia, se constató, por el seguimiento de su numeración, que hay cerca de 500 millones de smartphones en desuso, no inservibles, simplemente en desuso por cambio por uno más nuevo, por ejemplo. ¡Si uno piensa lo que significa, en este momento, el esfuerzo para que los chicos no pierdan la regularidad escolar por el cierre y se busca paliar la situación a través de la educación on line… lo que significaría tener a disposición esos 500 millones de celulares! ¡Por ejemplo, en lugares de altísima vulnerabilidad, donde han perdido y siguen perdiendo días de clase, muchos porque no tienen electricidad, pero otros porque no tienen conectividad! Al menos podrían continuar su formación virtual para suplir de algún modo la imposibilidad de ir a la escuela. Esto nos lleva a preguntarnos y a desear que después de la pandemia pensemos más que nunca. ¿Cómo podríamos generar un cambio en el reparto y en el uso de los bienes? En el mismo sentido, otro dato tremendo. En Italia, la cantidad de muertes se dio fundamentalmente por la falta de centros de atención primaria en pueblos y ciudades sin equipamiento básico, por ejemplo, de respiradores. ¡Pero fíjense la contradicción… no solo en los últimos años con los llamados “planes de austeridad”, Italia padeció la destrucción del sistema sanitario público, de la asistencia, de las pensiones, sino que este país cuenta con solo una fábrica de respiradores, mientras que cuenta con 107 fábricas de armas! Los instrumentos para la muerte que mencionaba anteriormente… Si se nos concediera formular una pregunta al “Sistema”, ésta podría ser: ¿pensábamos que ya éramos inmunes, que ningún virus nos iba a atacar y por eso nos permitimos destruir los recursos de nuestro sistema sanitario y de seguridad social? Remarco estos temas porque son muy importantes para evaluar el “nuevo horizonte ético” a partir del cual tenemos que pensar qué hacemos ahora en la post-pandemia o, mejor dicho, en la pandemia, ya que en nuestros países todavía estamos en el corazón de la emergencia. ¿Cuáles tendrían que ser estos valores en el marco de un horizonte ético? Son valores compartidos más allá de la identificación religiosa o de fe que cada uno tenga: el bien común, la opción prioritaria por los más vulnerables y los excluidos, el destino universal de los bienes. Es decir, bases a través de las cuales empezar a repensar los tiempos que se vienen. Un tercer punto, en cuanto a otra incoherencia que reveló la pandemia, es la consideración de los definidos como “servicios esenciales”. Fíjense que en los 40 años que llevamos de globalización hubo una transferencia de ingresos de los sectores bajos-medios a sectores altos de la economía financiera, especulativa y los agentes vinculados a estos últimos sectores mencionados son los que tienen ingresos, salarios, varias decenas de veces más altos que los que perciben quienes se encuentran trabajando en los “servicios esenciales”. Hoy los servicios esen-
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ciales, que son los médicos, enfermeros, personal de mantenimiento, de limpieza, de sanidad en centros hospitalarios… los que hoy están en “la primera línea de fuego” con riesgo de contagio, de muerte, al extremo de la presión psicológica… son los que tienen los ingresos más bajos. Incluidos los docentes, que han tenido que reciclarse rápidamente, agotadísimos, tratando de llevar adelante un método de enseñanza como el sistema online, que no se puede improvisar de la noche a la mañana, pero que sin embargo están haciendo un grandísimo esfuerzo en función de un bien mayor, paraque los chicos no pierdan o pierdan lo menos posible el acceso a la educación. Frente a estos contrastes, es con ese “nuevo horizonte ético” (que debió haber sido el de siempre) con el que tenemos que“patear el tablero” y repensar la definición de políticas públicas. Incluso, porque la pandemia no llegó en un momento floreciente de la humanidad sino con gravísimos problemas de desigualdad, injusticias brutales,hambre, desnutrición, pobreza, crisis ecológica. Ya que estamos en el tema económico, otro nivel de discusión es la cuestión de la deuda externa internacional. Los organismos multilaterales de crédito no pueden seguir prestando del mismo modo que en el momento en que fueron creados. En el marco de la pandemia, sin duda que se está dando un mayor endeudamiento por parte de los países, por eso es el momento de revisar esos mecanismos de otorgamiento. Se debería evaluar el otorgamiento de una parte considerable de “aportes no reembolsables” que puedan ser invertidos en la mejora de infraestructura en aquellos sectores donde la pandemia reveló los déficits más importantes. Incluyendo fondos que puedan afectarse rápidamente en sectores donde se necesita una inyección de recursos para una recuperación de la actividad lo más rápido posible, antes que siga avanzando el deterioro social. Además del sector ordinario de comercio e industria hoy el gran problema lo tienen los oficios, los cuentapropistas, la economía informal, los peluqueros, la gastronomía, la hotelería, los oficios particulares, carpinteros, soldadores, electricistas, pequeñísimos empresarios, muchas veces inmersos en una profunda desprotección social. Las crisis ayudan a tomar conciencia, pero la historia demuestra que los cambios estructurales ocurren cuando cambian las relaciones de poder. Y eso aún no sabemos si va a suceder. Pero sí podemos hacer que esa toma de conciencia impulse nuestro pensamiento, nuestra creatividad y nuestra acción para buscar por todos los medios posibles, en todos los niveles donde actuemos, un mejor modo para cuidarnos unos a otros, que el que veníamos practicando ·
La construcción
de un nuevo liderazgo
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LA SITUACIÓN QUE VIVE HOY LA HUMANIDAD NOS PONE DELANTE DE LA NECESIDAD DE PERSONALIDADES QUE A TRAVÉS DE DIFERENTES CUALIDADES ESTÉN AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD. UN LIDERAZGO QUE SE CONSTRUYE EN LO LOCAL Y REPERCUTE A NIVEL GLOBAL. por Agustín Ravanetti*
Entre las cualidades más trascendentes que encontramos en los líderes serviciales, destacadas por Larry Spears, podemos mencionar la escucha, la empatía, la recuperación, el conocimiento, la persuasión, la conceptualización, la clarividencia, el compromiso con el crecimiento de las personas y la construcción de una comunidad. Los líderes serviciales piensan y trabajan más allá de las realidades cotidianas que le permiten comprender las enseñanzas del pasado, las realidades del >>
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l mundo es el escenario del desarrollo de una catástrofe económica, política, social y sanitaria sin precedentes, donde no sabemos a más de tres meses de su expansión exponencial, cuáles son sus formas de prevención más allá de algunas recomendaciones elementales, como son el lavado de manos y el aislamiento social preventivo. Podríamos decir que acudimos a procedimientos absolutamente primitivos, si tenemos en consideración el avance de la ciencia y la tecnología en el siglo XXI. El covid-19, la pandemia que ha alcanzado a más de 199 países del globo, exige y amerita la construcción de liderazgos más convergentes, pues se trata de la preservación y cuidado del bien más preciado que se nos ha concedido: la vida. Sin embargo, los grandes líderes mundiales no han coincidido en un liderazgo global, con el objeto de hacer frente a este enemigo en común e invisible que presenta un alto nivel de contagio. El resquebrajamiento del sistema económico a nivel mundial es comparable con la crisis de 1929, y esto es solo el comienzo. Las pérdidas económicas son incesantes, pero cuando esta pesadilla acabe, se cuantificarán y se pondrá en funcionamiento nuevamente la maquinaria productiva. En cambio, el dolor y la recuperación anímica de sociedades devastadas por las pérdidas de nuestros seres queridos, a los cuales ni siquiera podemos acariciar por última vez, serán cicatrices imposibles de borrar en nuestros corazones. Por ello hablamos de la necesidad imperiosa de construir un “liderazgo servicial” en términos globales. Este concepto, acuñado por Robert Greenleaf, en los años setenta, viene de muy lejos, manteniendo plena vigencia. Según Ken Blanchard, “hace dos mil años el liderazgo servicial se constituyó en el núcleo de la filosofía de Jesús, que ejemplificó al líder servicial eficaz y plenamente comprometido” (2018: El liderazgo servicial).
ANÁLISIS
LOS LÍDERES Y LA PANDEMIA
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Jair Bolsonaro (Brasil) y Donald Trump (Estados Unidos), dos líderes unidos por la prepotencia ante el avance del coronavirus
presente y las posibles consecuencias de una decisión para el futuro. Los líderes serviciales convencen, no obligan, buscan alcanzar consenso. Los verdaderos líderes sirven, luego dirigen. Durante el siglo XX podemos encontrar líderes que han plasmado esta filosofía en la figura de Mahatma Gandhi, Jonas Salk (ver aparte), Martin Luther King y Nelson Mandela (ver aparte), entre otros. Sin embargo, estas cualidades parecieran no estar personificadas en gran parte de los líderes actuales, quienes no logran dar respuestas consistentes ante la delicada realidad que hoy se nos presenta a partir de la irrupción del coronavirus. Las palabras pronunciadas a fines de marzo por el papa Francisco, a quien podemos identificar claramente con un verdadero líder servicial, irrumpieron en el corazón de millones depersonas, golpeando duramente los egos y brindándonos un mensaje que amerita un imperioso cambio de rumbo, sustentado en la fe, en la solidaridad y el amor a la comunidad: “La tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades. Nos muestra cómo habíamos dejado dormido y abandonado lo que alimenta, sostiene y da fuerza a nuestra vida y a nuestra comunidad”. Después de tan contundentes y elocuentes palabras, no queda más que dejar de lado la prepotencia, la ambigüedad, ambición e impericia de algunos de los principales líderes mundiales (Trump, Bolsonaro y Boris Johnson, entre otros). La aparición en escena de aquellos que lideran algunas de las empresas más importantes del pla-
neta en su carácter de filántropos (Bill Gates, Jeff Bezos, Jack Dorsey, Mark Zuckerberg, Amancio Ortega), quienes ostentan fortunas que superan con creces el PBI de numerosos países de África y Latinoamérica, es bienvenida. No obstante, lejos está la posibilidad de que un puñado de ellos, sumados a los jefes de Estados de cada uno de los países involucrados en esta catástrofe, pueda llevar adelante la verdadera batalla contra el covid-19. En esta cruzada, son los científicos, médicos, enfermeros, fuerzas de seguridad, docentes, empresarios, trabajadores de todos los ámbitos, quienes demuestran que el verdadero liderazgo no es representado solo por quienes, hasta hace muy poco tiempo, eran considerados los máximos líderes por ocupar “altas esferas del poder”. “No tengo tiempo”, ese cliché tan utilizado diariamente hasta hace tan solo un par de semanas a consecuencia de este cisne negro (expresión acuñada por Nassim Taleb, para reflejar un acontecimiento inesperado), nos ha transportado a otra dimensión. Carteles en ascensores de edificios, comunicaciones de balcón a balcón, videollamadas a personas mayores que viven solas o que constituyen grupos de riesgo, con el objeto de ofrecernos a realizar compras, la iniciativa de fabricar barbijos, producir máscaras con impresoras 3D para donarlas, entre otras tantas muestras de solidaridad nos han permitido recuperar los espacios de tiempo que habíamos resignado entregar a lo largo de cada uno de nuestros “día a día”. Surge, por lo tanto, en este contexto nunca antes vivido en la historia de la humanidad, la posibilidad de construir un liderazgo global servicial, a partir de la unión y el protagonismo colectivo de quienes tienen la capacidad de escuchar, empatizar, comprender, persuadir y conocer la realidad para dar lugar al nacimiento de un nuevo escenario donde “el ejército de invisibles” (tal como define el papa Francisco a los excluidos) se encuentren plenamente integrados. El emerger incesante de estos pequeños grandes líderes se está convirtiendo en la maquinaria más productiva que hubiéramos podido crear en términos de verdadera comunidad. El desafío al que nos enfrentamos nos insta a elevar nuestro nivel de exigencia, para lograr alcanzar el máximo de nuestro potencial en el plano de la solidaridad, puesto al servicio de la reconstrucción de nuestra comunidad. Para ello, tomemos como propias las palabras de un referente del mundo del deporte, más precisamente Sean Fitzpatrick (histórico jugador de los All Blacks) quien en el marco del trabajo en equipo (habiendo formado parte del equipo considerado más exitoso de la historia del deporte), nos deja una enseñanza de lo más contundente, incitándonos a cada uno a “ser lo mejor que podamos ser” ·
* El autor es Lic. en Ciencia Política y en RRII. Profesor de Liderazgo y Negociación de la Tecnicatura en Marketing del Instituto Superior FASTA Inmaculada Concepción.
PROFESIONALES JORGE RICARDO DURAN
Abogado civil y comercial - Familia - Nulidad matrimonial - Derecho Canónico
El liderazgo servicial no admite personalismos Jonas Salk (1914-1995): investigador, médico y virólogo estadounidense. A mediados del siglo XX, la poliomielitis había alcanzado proporciones epidémicas. Cada año costaba miles de vidas y muchísimos niños eran víctimas de esta devastadora enfermedad. El 12 de abril de 1955, Salk anunció el descubrimiento de la tan ansiada vacuna. En palabras de James Kerr, autor del libro Legado (2014), “Salk relegó a la polio a una nota al pie en los libros de medicina”. Mientras hoy, en plena pandemia, los laboratorios se encuentran en una carrera vertiginosa con el objeto de descubrir la vacuna, lograr vencer este virus y facturar miles de millones de dólares en forma simultánea, la grandeza de Jonas Salk, quien se rehusó a patentar su valioso descubrimiento, donándolo a la humanidad, nos moviliza a repensar el verdadero sentido de la vida. Jonas Salk
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Nelson Mandela (1918-2013) abogado, político y filántropo sudafricano. Activista contra el apartheid (sistema de segregación racial en Sudáfrica y Namibia, en vigor hasta 1992. Este sistema consistía en la creación de lugares separados, tanto habitacionales, como de estudio o de recreo para diferentes grupos raciales). Su historia es tan rica como inagotable. Mandela fue presidente de Sudáfrica entre 1994 y 1999. Su labor como primer mandatario consistió en desarticular la estructura social y política heredada del apartheid. Su incansable lucha contra la pobreza, la inequidad, conjuntamente con la promoción de la reconciliación social, se constituyeron en pilares centrales; los cuales se convirtieron en un verdadero sello de su gestión. Su coherencia entre los valores esgrimidos a lo largo de su vida y las decisiones adoptadas en ejercicio del poder engrandecen su legado.
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PALABRA DE VIDA
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Saber recibir al otro “El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a aquel que me envió.” (Mateo 10, 40)
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l evangelio de Mateo narra en este capítulo la elección que Jesús realiza de los Doce, a quienes después envía a predicar su mensaje. Están nombrados uno por uno, señal de la relación personal que construyeron con el Maestro, al haberlo seguido desde el comienzo de su misión. Conocieron su estilo, su cercanía con los enfermos, con los pecadores y con los considerados endemoniados; todas personas descartadas, juzgadas de manera negativa y de las cuales había que guardar distancia. Solamente después de estos signos concretos del amor por su pueblo, Jesús mismo se prepara para anunciar que el Reino de Dios está cerca. Por lo tanto, los apóstoles son enviados por Jesús como sus “embajadores”, y es a él a quien recibirán a través de ellos. A menudo, grandes personajes de la Biblia, por la apertura del corazón frente a un huésped inesperado, reciben la visita de Dios mismo. También hoy, sobre todo en las culturas que preservan un fuerte sentido comunitario, el huésped es sagrado aún cuando pueda ser desconocido y a él se le ofrece el mejor lugar.
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“El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a aquel que me envió.” Jesús instruye a los Doce: deben ponerse en camino, sin calzado ni provisiones, con una sola túnica. Deben dejarse recibir como huéspedes, dispuestos a aceptar las atenciones de los demás, con humildad. Deben ofrecer gratuitamente cuidados y cercanía con los pobres y donar a todos la paz. Tal como Jesús, tendrán que ser pacientes frente a las incomprensiones y persecuciones, seguros de la asistencia del amor del Padre. De esta manera, quien tenga la suerte de encontrar a alguno de ellos podrá experimentar la ternura de Dios.
“El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a aquel que me envió”. Todos los cristianos tienen una misión como discípulos: dar testimonio con mansedumbre, primero con la vida y después con las palabras, del amor de Dios que encontraron para que sea una gozosa realidad para muchos, para todos. Y dado que ellos fueron recibidos por Dios, a pesar de sus fragilidades, el primer testimonio es precisamente una bienvenida amorosa al hermano. En una sociedad a menudo signada por la búsqueda del éxito y de la autonomía egoísta, los cristianos están llamados a mostrar la belleza de la fraternidad, que reconoce la necesidad mutua de los unos y los otros, y activa la reciprocidad. “El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a aquel que me envió.” Con respecto al recibimiento evangélico, así escribía Chiara Lubich: “Jesús fue la manifestación de la plenitud del amor del Padre celestial para con cada uno de nosotros y, en consecuencia, del amor que tendríamos que tener mutuamente. Tratemos entonces de vivir esta Palabra en nuestras familias, asociaciones, comunidades y grupos de trabajo eliminando nuestros juicios, discriminaciones, prevenciones, resentimientos e intolerancias hacia los demás prójimos, algo tan fácil y tan frecuente pero que resiente las relaciones humanas e impide el amor recíproco. Recibir al otro, al que es distinto, forma parte de la base del amor cristiano. Es su punto de partida, el primer escalón en la construcción de la civilización del amor, de la cultura de comunión a la que Jesús nos llama sobre todo hoy”1 · Letizia Magri 1-Cf. C. Lubich, Palabra de vida, diciembre 1992.
Siempre triunfa
el amor
Una olla de amor En nuestro edificio andamos con algunos problemas de consorcio, de seguridad, nada nuevo para quien habita un departamento. Sin embargo nos obligó a resolver juntos cambios de cerradura, entrega de las llaves y coordinar para cuidarnos más entre todos... Y se creó el típico grupo de whatsapp. Una noche, a eso de las once, cuando bajé a abrir la puerta de entrada sentí mucho olor a quemado. Me acerqué al ascensor, no noté nada, pero el olor era intenso y si bien no había humo me surgió mandar un mensaje para saber si alguien estaba en problemas. Al ratito responde Mirta, una vecina de planta baja, que efectivamente el olor salía de su departamento, debido a que se le había quemado una comida que estaba preparando en su cacerola Essen. La noticia me tranquilizó y me hizo recordar cuando hace unos cinco años me pasó algo similar con mi única cacerola del mismo estilo, que nunca pude recuperar. Si bien a Mirta solo la conocía por la foto de whatsapp sentí que seguramente estaría viviendo la misma situación de haber “perdido” su cacerola como me paso a mí. En el momento reparé que yo tenía un sartén Essen en buenas condiciones que usaba mucho menos, porque a fin de año había recibido el regalazo de un juego completo. Entonces le saqué una foto, le escribí a mi vecina y se la ofrecí. Me agradeció sorprendida. Cuando volví a bajar para dársela me recibió como si nos conociéramos de toda la vida. Me súper agradeció y me mostró la suya, irrecuperable. Fue así, breve pero un muy lindo momento, de alegría mutua. Siento que ahora tengo una vecina más cercana en la planta baja. Cristina (Buenos Aires)
Actos de amor en familia Somos una familia de cinco integrantes: papá Francisco, mamá Micaela, Francisca (8 años),
EN UN EDIFICIO, CON UNA PERSONA DESCONOCIDA O ENTRE ABUELA Y NIETOS DE MANERA VIRTUAL, EN LA APERTURA HACIA LOS VECINOS, EN LA ACTIVIDAD LABORAL O EN LA ÍNTIMA RELACIÓN CON DIOS, LO QUE VENCE ES EL AMOR QUE PONEMOS EN CADA COSA QUE HACEMOS. Recogidos por la redacción
Vicente (6) y Carmela (4). Vivimos en La Bolsa, Córdoba. Somos muy poquitos los que habitamos este lugar, así que entre vecinos nos ayudamos y nos solidarizamos el uno con el otro. Un domingo la señora que vive enfrente de casa, quien tiene una huerta y a la que nosotros aportamos también como vecinos, nos trajo la mitad de un zapallo que había cosechado, nos pasó la receta y la hicimos tal cual. Y así lo compartimos en casa. Ese día nuestros hijos estaban felices de haber recibido ese acto de amor por parte de la señora de enfrente y decidieron hacer su propio acto de amor para con los vecinos de al lado. Se trata >>
TESTIMONIOS
DE LA VIDA COTIDIANA
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de un matrimonio mayor que vive en la ciudad de Córdoba y como no pueden venir a su casita, nosotros controlamos que esté todo bien. Fue entonces que Vicente tomó la máquina de cortar el pasto, el bidón de nafta y se puso a cortar el pasto a Jorge, nuestro vecino, mientras que Fran y Carmela eran las encargadas de juntar las hojas. Aquí intentamos solidarizarnos el uno con el otro con un pequeño acto de amor y de esa manera buscamos vivir nuestros días en cuarentena, ayudándonos entre nosotros, nosotros como familia y con los vecinos. Las tareas están bien repartidas, los niños colaboran en casa y así nuestros días de cuarentena son increíbles. Familia Mercado Zaccardi (Córdoba)
ingresó a casa, algo que por indicación de la empresa dejan a criterio del propietario. Cambió la cajita conectora y enseguida se restableció el servicio.
Su nombre era Ezequiel. Estoy convencido de que fue un ángel enviado en tiempo de cuarentena. Y tengo la certeza de que no estamos solos. Hay Alguien que se ocupa absolutamente de todo, hasta del mínimo detalle. S. D.
¿Quién maneja mis tiempos?
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Tirame una señal Una madrugada durante la cuarentena me desperté un poco nervioso. Hacía ya una semana que estaba sin servicio de internet y esto me estaba trayendo muchas complicaciones, sobre todo en el contexto de “encierro” y la necesidad de trabajar desde casa. Le pedí a Dios que hiciera algo, que contar con ese servicio era clave, fundamentalmente por mis responsabilidades laborales, además del estudio de mis hijas. Una breve oración y concilié el sueño nuevamente. Al levantarme y antes de dar una mano de pintura a una habitación (de paso aprovechamos este tiempo para acomodar la casa), se me ocurrió enviar un nuevo y respetuoso reclamo a la empresa que brinda el servicio a través de una red social. Intentaba que esta situación no me quitara del momento presente y de hacer lo que estaba planificado. Cuando me senté para trabajar frente a la computadora, utilizando los datos del celular, llaman a la puerta. Era un operario de la compañía de internet. Chequeó que la instalación exterior estuviera bien y tras tomar las medidas precautorias necesarias
La cuarentena me dio tiempos que antes no tenía o no me hacía. Siempre pensando en mi trabajo y no viendo casi nada más. Pero por lo visto, no soy yo quien maneja mis tiempos. Ahora que los tengo trato de aprovecharlos haciendo cosas en casa, mirando películas y jugando, cosa que hacía muy poco. Comenzamos a trabajar (elaboramos pastas frescas) y un matrimonio de adultos mayores de nuestra comunidad, que no tiene hijos ni familia, me hizo un pedido y se lo llevé. Cuando llegué me agradecieron por habérselo llevado y me preguntaron si tenía pan. Como no tenía, me ofrecí a comprarles, aunque me cuesta mucho cuando algo me corre de mi programa. Fui lo más rápido que pude para “no perder tiempo” y se los alcancé. No sabían cómo agradecerme, me decían que estaban mal porque no tenían el pan ni los criollos. Realmente me fui contento por ese pequeño acto y noté que nada me había pasado por “haber salido de mi programa”. Es más, estaba muy feliz por haberlo hecho. Días después también les llevé otro pedido, el pan y los criollos y se sumó también el pedido para desbloquear el celular con el cual siguen el rosario y es el único medio que tienen para “salir”. Un sábado ella tenía una conexión por Zoom con unos amigos y me llamó para ver cómo hacía para conectarse. Estuvimos alrededor de una hora
y media hablando, porque le tenía que explicar cómo usar Whatsapp web y que desde allí pudiera conectarse al Zoom. Se le había desinstalado Whatsapp en su celular, lo instalamos nuevamente, pudo habilitarlo en la computadora, después descargó el programa Zoom y luego logramos conectarnos. Fue una alegría inmensa cuando les vi las caras en mi pantalla. Habíamos logrado lo que para mí era imposible. Omar Sapag (Córdoba) Extraído del grupo de Facebook “Coronavirus en positivo”
Nada me puede faltar Tenemos una empresa dedicada al servicio de mantenimiento de piscinas particulares. Cuando empezó la cuarentena por el coronavirus, no siendo obligatoria todavía, pensamos que lo mejor era hacer nuestra parte para evitar mayores contagios y quedarnos en casa, y no visitar a nadie en las dos semanas recomendadas. Este plazo se ha prolongado y nosotros alcanzamos a trabajar las dos primeras semanas de marzo y hasta ahora no hemos podido volver.
Abuela virtual... pero real
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y algún que otro paso de baile. Luego le sigue un “piedra, papel y tijera” en el cual caigo en una total derrota. Por un momento percibo que nuestra conexión traspasa el espacio y el tiempo y las dos estamos envueltas en risas, clase de gimnasia, paseo por la casa buscando a Franc y una merienda virtual. Claro que faltaron los abrazos y los besos, pero en el alma la experiencia de que el amor es siempre creativo, que no hay virus que pueda frenar un sentimiento tan profundo y que siempre, siempre, triunfa el amor en todas sus expresiones. Cecilia Escandel (Buenos Aires)
Comenzamos a cobrar a nuestros clientes anuales la tarifa correspondiente al invierno, aún si el verano no había terminado, ya que no estábamos asistiendo con la asiduidad que requiere la temporada estival. Varios de nuestros clientes se anticiparon y nos llamaron para saber cómo estábamos, qué necesidades teníamos. Fue una linda sorpresa cuando nos decían que iban a pagarnos el mes completo, a “precio verano”. Una verdadera respuesta de Dios. Nuestros dos trabajadores, que veían la emergencia que se está viviendo en el país y en todo el mundo, también se anticiparon y nos dijeron que iban a cobrar el seguro de cesantía. Conversamos con ellos y juntos –como empresa– tomamos la decisión de buscar la manera de no incurrir en el cese de sus servicios. Como socios y esposos queremos vivir con radicalidad el salmo 23: “El Señor es mi pastor, nada me puede faltar”. Ha sido nuestro motivo de vida. No sabemos hasta cuándo estaremos en esta situación de incertidumbre, pero en nuestros trabajadores está la actitud positiva y adhieren enseguida a encontrar la mejor manera de retomar las labores con todas las precauciones. Maria Teresa Martínez Yaber y Walter Quezada Saez (Chile) Extraído del grupo de Facebook “Coronavirus en positivo”
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Combinamos con uno de mis hijos hacer una videollamada para poder estar un rato con mis nietos en forma virtual. En el mientras tanto, busqué cuentos, leí juegos, como si preparara una clase con mis alumnos. Llega la hora. Lola, de 7 y Franc, de 5 años hacen visibles sus caritas sonrientes en la pantalla. Fran saluda y sigue jugando. A Lola le entusiasma el cuento mientras intercala con un “mirá, abu, sé hacer la medialuna”. Continúa el cuento entre piruetas
REFLEXIÓN
DOLOR Y OPORTUNIDAD
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La salida
es hacia adentro EL CONTEXTO DE PANDEMIA Y LA OCASIÓN PARA UN VIAJE HACIA EL INTERIOR DE UNO MISMO. por José Luis Gerlero*
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ay situaciones en la vida que son planificadas, previstas y ejecutadas con cierta rutina; sin duda nos dan sensación de control y nos permiten habitar la tan ansiada seguridad. Por otra parte existen realidades que irrumpen, se imponen con su propia fuerza y nos hacen notar que el control y la seguridad no tienen la entidad que les otorgábamos. ¿Qué hacer cuando nada se puede hacer? ¿Hacia dónde caminar cuando el horizonte se desdibuja? ¿En dónde, en quién apoyarnos cuando el suelo parece ceder bajo nuestros pies? En momentos críticos se nos presenta la oportunidad de retornar a lo esencial y lo esencial es aquello sin lo cual no tendríamos nuestra dignidad e identidad pero que no podemos cultivar sino por medio de la escucha. La pandemia nos pone en un durante de inquietud y en un después de incertidumbre y es la dimensión
espiritual que albergamos todos los hombres en lo profundo de nosotros la que nos permite entender que la salida es hacia adentro. Muchas serán las consecuencias dolorosas de esta situación: económicas, vinculares, proyectos truncados, afecciones emocionales; no obstante, lo más trágico sucederá si desperdiciamos este tiempo en no trabajar por nuestra propia transformación. Si hay algo que nos señala esta situación es que muchos de nuestros afanes y luchas, preocupaciones y desvelos no nos dan respuesta a nuestra sed última y para muchos más la pobreza se presenta como grito desgarrador que los empuja a una nueva intemperie. La pregunta que se impone para el tiempo de post-pandemia no es ¿qué haremos?, sino ¿quiénes seremos? Nuestro corazón transformado puede generar caminos impensados para una revolución cultural, en donde la competencia y el consumo indiscriminado den lugar a la solidaridad y una mayor libertad frente a las cosas. Es ampliamente conocido que los grandes objetivos y los propósitos heroicos duran lo que el agua en una canasta. En espiritualidad se comienza hoy, se avanza de a un paso y no sirve tanto el “para siempre” como el “todos los días”. ¿Quién ingresó en esta cuarenta y quién quiere salir?, ¿quién soy en el trabajo, en la familia y quién quiero ser?, ¿quién afrontó la adversidad el 20 de marzo y quién la afronta hoy? La lucha no cambia, pero sería una gran oportunidad para que cambie el luchador. Perder el foco nos hace perder la serenidad y perdida ésta nos coloca en un camino de decisiones erróneas, de las cuales muchas pueden ser fatales. No temo equivocarme al afirmar que este tiempo nos desestabiliza y, a medida que corren los días, se ve afectado nuestro equilibrio interior, las preocupaciones, la incertidumbre, el riesgo de la propia sustentabilidad nos desorientan y nos hacen presa fácil del miedo. ¿Es posible escapar de esta trampa? Una vez más la respuesta frente al miedo es la confianza y ésta se ejerce en la más absoluta oscuridad. En tiempos de bonanza la confianza puede confundirse con esa extraña sensación de omnipotencia que da el éxito, en donde nos atribuimos de manera
Nuestro ritmo de vida: cierta carrera alocada nos ha hecho escapar del redil para ir más rápido y sin saber muy bien a dónde; hoy tenemos la posibilidad de recuperar la importancia de llegar junto a otros antes que en el primer puesto. Nuestras aspiraciones: tanta búsqueda de bienestar nos ha llevado a un cierto vacío interior; hoy podríamos recuperar los vínculos que nos plenifican junto a la interioridad que nos realiza por sobre la exterioridad que nos oprime. El trabajo: nos han empujado a esfuerzos innecesarios para lograr un estatus determinado y una posibilidad de consumo irreal; hoy se nos presenta la posibilidad de recuperar la dignidad de un trabajo que nos realice como personas y nos permita una vida digna, lejos de los estereotipos de comodidades superfluas. La familia: el entorno inmediato de nuestros seres queridos que, a fuerza de ausencias y falta de diálogo se fue haciendo anónimo, podemos recuperarlo en su sentido de encuentro, amor y camino compartido. Los vínculos: todas las ocasiones que hemos dejado para más tarde nos han cerrado los círculos de relaciones a las conveniencias y oportunidades; hoy podríamos retomar lo gratuito del encuentro. La vida interior: solemos ignorar la voz que proviene de lo profundo, la ahogamos o disfrazamos, el afuera nos encandila y absorbe todas nuestra energía porque es “lo importante”; hoy podemos cultivar nuestra escucha. Solidaridad: de tanto mirarnos y absolutizar nuestras búsquedas nos fuimos haciendo ciegos
23 para los que quedan al costado del camino; hoy podríamos crecer en visualizar el dolor ajeno, todos estamos en la misma tormenta pero no en el mismo barco, hay quienes apenas flotan en un tronco maltrecho. El tiempo de pandemia nos interpela y el tiempo de post-pandemia nos transparentará como personas y como sociedad. Está en nuestras manos enfocarnos en la oportunidad o en la desazón. La alternativa nos la brinda la espiritualidad. Más allá de profesar una confesión determinada o desarrollarse una práctica particular, es clave la conciencia de que no nos bastamos a nosotros mismos y que la dimensión transcendente es inherente a nuestra condición humana. Ahondar en nuestro interior para animarnos a encontrar · *Cuenta con amplia experiencia dentro del campo humanístico, con formación académica en filosofía, teología y ciencias sociales con orientación en educación. Autor de libros como De la velocidad a la serenidad: Un sendero de realización. Buenos Aires: Vergara, 2018; Eucaristía: Pan, vino y misericordia. Buenos Aires: PPC, 2019; Creo en el hombre. Reflexiones y novena de navidad. Buenos Aires: PPC, 2019.
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exclusiva los logros obtenidos. El salmo 22 dice: “El Señor es mi pastor, nada me puede faltar”. El desafío es poder abandonar el rebaño-masa para asumir el redil-comunidad y la diferencia radica en quién ponemos la mirada. Reconocer al Señor como pastor es aceptar nuestra condición de finitos, que no hay nada absoluto por fuera de su persona y que la realización no puede ser individual. Poner la mirada en Él nos ayuda a resignificar nuestras necesidades y darnos cuenta de que nada nos falta cuando dejamos de perseguir falsas aspiraciones y buscamos lo que nos colma. A partir de una confianza renovada y la búsqueda de lo esencial podemos reflexionar sobre los siguientes puntos:
MIRADAS
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“T
he economy, stupid” (“es la economía, estúpido”) fue el caballo de batalla que llevó a Bill Clinton en 1993 a la presidencia de los EE.UU., batiendo a un George H. W. Bush que gozaba aún de alta popularidad entre la población estadounidense. Fue sin duda un lema eficaz y que permanece como símbolo del predominio de la economía sobre la política, con todas las consecuencias que están a la vista: aumento de la riqueza concentrada en pocas manos y aumento de la llamada “cultura del descarte” denunciada por el papa Francisco, con efectos devastadores sobre el planeta. En los mismos años noventa, una mujer, Chiara Lubich1, lanzaba en un acto profético el Movimiento Políticos por la Unidad2, definiendo la política –en fuerte contraste con el pensamiento común– como “el amor de los amores”. Lubich recupera la dimensión originaria de la política como “el arte de gobernar la ciudad”, que precede y ordena a todas las demás dimensiones y exigencias humanas. Porque “la tarea del amor político –son sus palabras– consiste en crear y preservar las condiciones para que florezcan todos los otros amores: el de los jóvenes que quieren formar una familia y necesitan trabajo y una casa; el amor de quien desea estudiar y necesita escuelas y libros; del empresario que necesita de créditos, rutas, ferrovías, reglas precisas...”3. “El amor de los amores”. Qué lejos que hemos estado, en todos estos decenios, de pensar y experimentar la política en su más alta dimensión de ordenar y armonizar los sueños de la gente para que cada uno pueda crecer y desarrollar sus talentos, con las necesidades básicas cubiertas. Sin embargo, en plena crisis causada por la pandemia que afecta gran parte del planeta, pareciera que la política estuviera recuperando su rol, dejando en segundo plano –en muchos casos– la inevitable crisis económica para poner en primer lugar el cuidado y la salud de la gente. Las primeras
emergencias que la mayoría de los gobiernos han asumido en todo el mundo, también en nuestra región, fueron las sanitarias, bajo todos los puntos de vista: cuarentena obligatoria, cierre de fronteras, medidas de protección con inversiones orientadas a la adquisición de todo lo necesario para alistar centros de salud, hospitales, la protección del personal sanitario, los insumos necesarios para toda la sociedad, y una atención especial hacia las franjas más vulnerables, o por edad o por situación de marginalidad. En una segunda fase han llegado las medidas económicas, digitadas ya no desde la economía sino desde la política. Los gobiernos latinoamericanos, en su mayoría, están
UN MUNDO CON PANDEMIA
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La política
al centro de la escena LA CRISIS SIN PRECEDENTES CAUSADA POR EL COVID-19, PARADÓJICAMENTE PODRÍA DEVOLVER A LA POLÍTICA SU ROL DE MEDIADORA AL SERVICIO DE LOS CIUDADANOS, POR ENCIMA DEL HASTA AHORA MONOPOLIO DE LA ECONOMÍA. UN HORIZONTE NO EXENTO DE PELIGROS Y DESAFÍOS. por Gustavo Clariá
1. Chiara Lubich (1920-2008), italiana, fundadora del Movimiento de los Focolares.
destinando millones de dólares para sostener a las familias que, por causa del aislamiento, carecen de ingresos. Son los gobiernos que se asumen o postergan el pago de los servicios; que sostienen a los trabajadores informales; que asumen parte de los salarios de las empresas privadas para evitar despidos; que ofrecen créditos a tasa 0 para mono-
2. El Movimiento de Políticos por la Unidad (MPPU) es una asociación a la que adhieren políticos de diferentes partidos con el compromiso de contribuir a la construcción de un orden social más justo y fraterno. 3. Intervención en el Congreso “Mille città per l’Europa”. Insbruck (Austria), 9/11/2001. 4. BBC MundoNews: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-52184947
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tributistas y autónomos –en un esfuerzo conjunto entre Estado y bancos privados–, pero también créditos blandos para que las pequeñas y medias empresas puedan seguir produciendo. No se puede ocultar que hay también países en el continente que han priorizado la economía por sobre la salud al grito de que “el remedio puede ser peor que la enfermedad”, permitiendo a las empresas a reducir los salarios y/o las jornadas laborales. Pero se constata que los gobiernos que han mirado antes que nada a la gente y sus necesidades han obtenido un alto grado de aprobación, acercando como nunca la política a la sociedad. Por el contrario, hay mucho malestar y hasta fuertes protestas en los países que han puesto la economía por delante de la salvaguardia de la población y del ambiente. ¿Según estos datos, podemos formular la hipótesis de que nos encontramos frente a un retorno del necesario rol equilibrante y moderador de la política en la sociedad? Parecería que no es todo oro lo que brilla. Existen los que ven con desconfianza el modo en que los gobiernos nacionales han actuado frente a la emergencia. BBC Mundo, entre ellos, advierte que “el coronavirus parece hecho a medida para los gobiernos y políticos autoritarios que han proliferado en los últimos años... les podría servir para recortar libertades democráticas, dar renovados papeles a los militares, cerrar las fronteras a la migración y exaltar el nacionalismo frente a la cooperación entre países”4. A estas voces discordantes se unen las de grupos de personas comunes, que crecen de día en día, y que exigen regresar a sus trabajos, bajo pena de perderlo y no poder sostener a la propia familia. Los próximos meses podrán ser cruciales para entender si la crisis ocasionada por la pandemia y las medidas que se tomaron y que se siguen tomando en la mayoría de los países del mundo han sido proporcionadas y guiadas libremente por los gobiernos nacionales para el bien de la gente, o si –en cambio– hemos asistido a una puesta en escena desproporcionada y con fines hasta el momento desconocidos. Podremos también saber si estos meses de aislamiento obligado marcarán o no un cambio de paradigma en todos los ámbitos de la vida de las personas. Un cambio positivo en el que la política logre, en modo autónomo y sin intereses ocultos, recuperar su dimensión de servicio del bien común, su función equilibradora del “arte de gobernar”, su definición más alta del “amor de los amores” ·
IGLESIA
LA ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO
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“No podemos seguir cada uno por nuestra cuenta”
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l 27 de marzo pasado, en el atardecer de Roma llovía. La Plaza de San Pedro vacía. Fue conmovedor ver la figura del Papa atravesarla con su caminar cansino, subir las escalinatas y elevar una oración en nombre de toda la humanidad. Entre otras cosas decía: “Desde hace algunas semanas parece que todo se ha oscurecido. Densas tinieblas han cubierto nuestras plazas, calles y ciudades; se fueron adueñando de nuestras vidas llenando todo de un silencio que ensordece y un vacío desolador que paraliza todo a su paso: se palpita en el aire, se siente en los gestos, lo dicen las miradas. Nos encontramos asustados y perdidos. Al igual que a los discípulos del Evangelio, nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente. En esta barca, estamos todos. Como esos discípulos, que hablan con una única voz y con angustia dicen: ‘perecemos’, también nosotros descubrimos que no podemos seguir cada uno por nuestra cuenta, sino solo juntos” ·
REFLEXIÓN
EL MÉTODO KONMARI
¡A ordenar las cosas (y la vida)!
28 LA SERIE DE NETFLIX “¡A ORDENAR CON MARIE KONDO!” NOS AYUDA A VOLVER A LO ESENCIAL. CON UN POCO MÁS DE ORDEN, NUESTRA VIDA ESPIRITUAL TAMBIÉN PODRÍA BENEFICIARSE. por Susanne Janssen
“
¿Te provoca felicidad?”. Esta pregunta me quedó dando vueltas después de mirar un episodio de “¡A ordenar con Marie Kondo!”. Y me puse a pensar: un momento, ¿qué hay de ese saquito escocés que me da un poco de picazón? (siempre me dicen que me queda muy bien, pero no me lo pongo muy seguido). ¿Tengo que dárselo a alguien? ¿Y el cárdigan que solo uso una vez al año? Y ahí me cayó la ficha: no se trata de tener más, sino de contar con cosas que nos benefician.
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Es hora de poner orden Poner orden libera energía y eso evoca la consigna “menos es más” que muchos están descubriendo. Ya no gastar energía en poseer cosas, sino en construir recuerdos y vivir la vida. Parece un mensaje muy oportuno, especialmente en Estados Unidos y en Canadá, donde los garajes desbordan al punto de que casi no queda lugar para el auto y se necesita alquilar espacios para almacenar elementos que no caben en las casas. Las viviendas atiborradas, llenas de objetos, hablan de la necesidad del mensaje de Kondo. Ver a esta pequeña y enérgica mujer saltando entre livings desordenados, cocinas sucias y gara-
jes repletos me hizo sentir culpable de inmediato. Los episodios de la serie muestran una variedad de “luchas” por mantener los cajones organizados, y me podía identificar claramente con las dificultades de las personas que aparecen en ella cuando intentan soltar y liberarse de “objetos de valor sentimental”. Miré el ropero y volvió a mí la pregunta: “¿Te provoca felicidad?”. Decidí regalar un pulóver que no me daba tanta felicidad, para que otro pudiera disfrutarlo. Kondo sugiere agradecer a cada objeto por el servicio prestado. Pensé: “Wow, esta es la comunión de bienes que quiero vivir”. Como los primeros cristianos, solo tengo que tomar lo que necesito y donar lo que no necesito. Si acumulo demasiado, ¡ni siquiera puedo ver todo lo que tengo!
Esto es bueno para nosotros En el primer contacto con la casa en la que vive una familia que la contrata, Kondo realiza un gesto de humildad, agradeciendo a la casa por brindar refugio. Es un mensaje totalmente distinto del de los programas televisivos de casas en venta o que necesitan reparaciones, que tienen como fin remodelarlas por completo. Marie te dice: no, no necesitas pintar paredes y comprar muebles nuevos ni decoraciones. Basta con deshacerse de las cosas de más y organizar todo mejor. Y –algo que resulta destacable para una producción televisiva– es refrescantemente amable y respetuosa, y no reta a sus clientes por los errores y por los rincones desordenados de sus casas. El sorprendente resultado que algunas familias comparten es que la nueva prolijidad también afecta su relación: menos peleas, más tiempo juntos, menos distracciones. Marie Kondo tiene un método: va paso a paso, desde la ropa a los libros, los papeles, objetos varios en la cocina, el baño y el depósito y, finalmente –por último, lo más difícil– los objetos con valor sentimental. Respeta los sentimientos de las personas con las que está trabajando y, de la
resulta un tanto egoísta y, a la larga, evidencia una visión estrecha y cortoplacista. Si miro hacia atrás, muchas personas que podrían encajar en esta categoría me han ayudado a ser más paciente, a aceptar verdades dolorosas sobre mí misma y a ser más consciente de mis verdaderas fortalezas y, por lo tanto, a hacerme más resiliente. Esas personas me han desafiado a crecer y a madurar. Recordaba lo que Giosi Guella, una de las pioneras de los Focolares, solía decir: “Todo conflicto con el prójimo es una oportunidad para agrandar el alma. Cada vez que choco con el otro, tengo la posibilidad de agrandar mi mente estre-
solo los nutrientes que necesitan”. Como seres humanos, no necesitamos acumular cosas para ser más felices.
cha y aprender a amar más”. Un jefe poco amable sin querer me enseñó a trabajar con mayor precisión y me mostró la amistad de quienes trabajan conmigo. Los comentarios poco delicados de un colega me hicieron dar cuenta de mi impulsividad al contestar. Un amigo que siempre tomaba el camino más desconocido hizo tambalear mis hábitos y perspectivas. Marie Kondo ayuda a las personas a poner las cosas en orden, a deshacerse de las que son innecesarias y a tener tiempo para lo que es esencial. La lección que aprendí es que si pongo en orden mi vida espiritual puedo ver qué es necesario y por qué. Y eso ensancha el alma y provoca felicidad. Va más allá de los recuerdos felices o de las crisis vividas. Una persona provoca felicidad cuando la relación con ella es auténtica. No es un sentimiento de alegría superficial ·
¿Tenemos que deshacernos de las personas “tóxicas”? Un segundo pensamiento vino a mi mente: ¿qué me dice esto acerca de mis relaciones interpersonales? ¿Me provocan felicidad, como lo hacen mis queridos familiares y amigos, o la gente con la que me siento cercana en el camino de la fe? Y la cuestión se pone más complicada. En realidad, necesito de esas personas que provocan felicidad, porque me sostienen y me ayudan cuando estoy atravesando un momento difícil. Pero ¿qué sucede con aquellos que me presentan un desafío (los que me critican, las personas a las que no les caigo bien o que hacen mi vida más difícil)? En las redes sociales proliferan memes y mensajes que nos dicen que nos tenemos que deshacer de las “personas tóxicas” en nuestras vidas. Eso me
Artículo original en inglés publicado en la edición New City de Estados Unidos. Traducido por Amanda Zamuner para la edición de Ciudad Nueva Uruguay-Paraguay
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misma manera en la que habla de su método en sus libros, asesora brindando apoyo y no diciendo cosas como “hicieron todo mal” –lo que podría parecer más entretenido para algunos espectadores–. Ya se está hablando del “efecto Kondo” en los aportes a las organizaciones de beneficencia. En enero de 2019, ese tipo de entidades recibieron entre un 15 y un 25 % más de donaciones que lo habitual. Más allá de donar nuestros bienes para que otras personas puedan aprovecharlos, los principios de Marie Kondo están en consonancia con los de Chiara Lubich cuando aconsejaba a los adolescentes “imitar a las plantas que toman del suelo
APUNTES PARA SABER CUIDARSE Y VALORAR LA VIDA
SALUD
Coronavirus y embarazadas
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LA SOCIEDAD GINECOTOCOLÓGICA DEL URUGUAY (SGU) ELABORÓ JUNTO A UNA QUINCENA DE INSTITUCIONES CIENTÍFICAS Y CÁTEDRAS DE LA UNIVERSIDAD DE LA REPÚBLICA UNA GUÍA DE RECOMENDACIONES PARA PREVENIR EL CONTAGIO DE CORONAVIRUS EN LAS MUJERES EMBARAZADAS.
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as distintas organizaciones de la salud también incluyen a las mujeres embarazadas dentro del grupo de riesgo, pero no por el impacto del covid-19 en esta población. No son población de riesgo en el sentido estricto, sino porque la inmunidad, la frecuencia respiratoria y la frecuencia cardíaca cambian durante el embarazo. Aclaró la OMS1 que “hasta ahora no se ha demostrado que una mujer embarazada genere más complicaciones” pero debido a esas características, “hay que estar alertas”. Las embarazadas tienen “menos riesgo de contraer covid-19 que la población general”: primero porque son mujeres –y los datos disponibles evidencian mayor afectación en los varones– y además porque suelen ser jóvenes, “entonces no suelen tener síntomas excesivos como solían tener con otros virus respiratorios que fueron epidemia en años anteriores”. A tener en cuenta que una vez contraído el virus, no tienen excesivo riesgo de tener una evolución grave. Por otro lado, no se comprobó hasta el momento que el virus pueda transmitirse de la madre al feto. Tampoco está comprobado que pueda transmitirse a través de la leche materna, por lo que la lactancia es segura incluso si la mujer es portadora de covid-19, “siempre y cuando se mantengan medidas para la prevención de infección por microorganismos transmitidos por gotas y por contacto”, advirtió la Organización Mundial de la Salud. “Si la madre decide amamantar, puede hacerlo con todas las condiciones de higiene necesarias, es decir lavado de manos, lavado de la mama y tapabocas con una buena protección de la respiración. En esas condiciones podría amamantar, porque la leche no tiene virus y además tiene los anticuerpos que la madre está generando”. Acerca de la forma más recomendable para dar a luz en este contexto, si el embarazo progresa en los plazos preestablecidos, es mejor un parto natural. En ese caso, el bebé tiene que
estar monitorizado para prevenir cualquier eventualidad. Si el bebé efectivamente no tolera las contracciones a causa de la fatigosa respiración de la madre, la mejor opción es la cesárea.
Recomendaciones para prevenir el contagio La primera recomendación para el personal de salud es que los controles sean agendados de manera espaciada y se realice un seguimiento a distancia. “En los casos en que sea necesario el control presencial”, dice el documento, “hacerlo lo más próximo al domicilio para evitar traslados, sobre todo en transporte público”. Además, sugiere “coordinar la realización de exámenes paraclínicos, ecografías y valoración médica el mismo día y en un único lugar para disminuir el contacto social y la posibilidad de adquirir la infección”. En la misma línea, se exhorta a “fomentar los mecanismos de consulta telefónica, conferencia y teleconferencia para el seguimiento y control del embarazo en aquellas circunstancias en que resulte de utilidad; optimizar el uso de la historia clínica electrónica, así como el acceso a distancia de los resultados de laboratorio y consulta telefónica ante dudas o síntomas para definir la necesidad de asistencia en domicilio o en centro de salud”. También recomienda que se promueva el teletrabajo; si no es posible, la sugerencia es directamente evitar la actividad laboral. Para las mujeres embarazadas, las recomendaciones son más o menos las mismas que para el resto de la población: lavado frecuente de manos, evitar tocarse el rostro, distanciamiento
social, evitar el contacto con personas con infecciones respiratorias y evitar el transporte público o –si es imprescindible– “tratar de circular fuera del horario de mayor uso”. ¿Qué pasa con las clases de preparación para el parto? Las y los ginecólogos piden que se sigan haciendo, buscando alternativas a distancia. “Se promueven las clases de formación para el parto con los mecanismos virtuales, porque no hay nada que genere mayor ansiedad que no conocer algo, y si es la primera vez que va a tener un parto, esa ansiedad puede ser mucho mayor”. La OMS insiste en que las mujeres embarazadas se vacunen contra la gripe, porque si a un covid-19 le sumamos un virus de gripe, el pronóstico empeora.
¿Qué hacer si una embarazada presenta síntomas? Consultar telefónicamente siempre que sea posible es la primera recomendación que hacen los expertos ante la aparición de síntomas respiratorios en mujeres embarazadas. Según la guía divulgada por la SGU, solo se deben realizar estudios diagnósticos de infección por coronavirus las mujeres embarazadas “que presenten síntomas respiratorios compatibles con la infección”. El documento aclara, además, que “la paciente embarazada de cualquier edad gestacional puede realizarse radiografía de tórax y tomografía de tórax en los casos en los que se requiera y nunca debe suspenderse o retrasarse su realización por el hecho de cursar el embarazo”.
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Cuando el test da positivo En caso de que se confirme que la mujer tiene coronavirus durante la segunda mitad del embarazo, la guía recomienda el ingreso hospitalario manteniendo las medidas de precaución de transmisión del virus, para protegerla tanto a ella como al equipo de salud. El manual asegura que el paracetamol, los fármacos broncodilatadores y los corticoides pueden utilizarse en cualquier trimestre del embarazo. Respecto de las “terapias experimentales” que han surgido para combatir el coronavirus, los especialistas destacan que no existen contraindicaciones para el tratamiento con antirretrovirales. A la vez aseguran que no hay evidencias “que justifiquen la modificación de la vía de finalización del embarazo” por la existencia de covid-19 · Reseña realizada por la Redacción sobre entrevista de investigación de Stephanie Demirdjian en Políticas públicas. La Diaria- Fuente de información: Sociedad Ginecotocológica del Uruguay (SGU) junto a una quincena de instituciones científicas y cátedras de la Universidad de la República. 1. Organización Mundial de la Salud. Artículo publicado en la edición de Ciudad Nueva de Colombia.
ARTE Y ESPECTÁCULOS
CINE
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Incompleta pero selecta opción de grandes films Toda antología (sea literaria, musical o cinematográfica) es de por sí arbitraria, porque depende del gusto o la memoria de su autor. Además, en este caso no podría ofrecerse más que un breve muestrario de películas. De lo contrario, necesitaríamos escribir un libro. Y ya hay suficientes, empezando por la edición 1001 películas que hay que ver antes de morir. Cosa imposible de realizar, además de superflua. En ocasión de poder conocer o volver a ver grandes obras cinematográficas a través de múltiples formas, optamos ahora por presentar grandes directores y una obra en cada caso. Hay mayor presencia de europeos, que no por nada fueron los creadores del cine y los que supieron imponer el cine de autor. Imposible no iniciar este recorrido sino por el sueco Ingmar Bergman (“Cuando huye el día” o “Fresas salvajes” según la traducción). Bergman es un agudo pensador, casi un filósofo y teólogo en el mundo de la pantalla. Entre los franceses elegiría a vuelo de pájaro a Jean Renoir (“La gran ilusión”), Robert Bresson (“El proceso de Juana de Arco”, en contrapunto con “La pasión de Juana de Arco” del danés Carl Theodor Dreyer) y en la nouvelle vague a Francois Truffaut (la autobiográfica “Los cuatrocientos golpes”). Sin olvidar tampoco a Eric Rhomer (“El rayo verde”). De Italia: Roberto Rosellini (“Roma, ciudad abierta”, con la inolvidable Anna Magnani), Vittorio De Sica (“Ladrón de bicicletas”), y Ermanno Olmi (“El oficio de las armas”, sobre el condotiero renacentista Juan de las Bandas Negras). De España, vale la pena recordar al genial Luis Buñuel (“Viridiana”), a Luis García Berlanga (“El verdugo”), y a Carlos Saura (“La prima Angélica”). De Inglaterra, entre muchos, preferiría recomendar a Alfred Hichcock (La ventana indiscreta, con Grace Kelly y James Stewart). Setrata de un autor que triunfó en su
país y en los Estados Unidos y que Tuffaut consagró como maestro. De los Estados Unidos, ¿cómo olvidar a John Huston (“Dublineses”, su última maravillosa obra que adapta un cuento de James Joyce, con la interpretación de su hija Anjelica Huston)? Y ¿cómo no mencionar a John Ford (“La diligencia”, con John Wayne)? Tampoco se podrían cerrar estas breves líneas sin saludar al maestro japonés Akira Kurosawa (“Desu Uzala”, deslumbrante por su amor a la naturaleza y su canto a la amistad). O sin recurrir a Charles Chaplin (“Tiempos modernos”) y a Buster Keaton (“La General”) y Orson Welles (“El ciudadano”). De los admirados rusos, elijo dos films de cada uno de los tres citados: Sergei Eisenstein (“El acorazado Potemkin” e “Iván el Terrible”), Andrei Tarkovski (“Andrei Rubliov” y “Nostalgia”), Aleksandr Sokurov (“Madre e hijo” y “El arca rusa”). Claro que quedan muchísimos directores valiosos e infinidad de obras por citar. Se nos puede criticar por no haber mencionado a ningún argentino o latinoamericano; es verdad. No faltará la ocasión otra vez. Debo admitir que en algunos casos nos falló la memoria, en otros la voluntad.
por José María Poirier
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CUARENTENAUTA Saludamos a nuestros lectores y les acercamos nuestra columna transformada por la realidad del virus con el que convivimos. Seguimos en este aislamiento que no es deliberado, sino preventivo y fraterno. Ya lo aclaramos en la columna de mayo, con la etimología de la cuarentena. Podemos y debemos seguir activos, ejercitando la esperanza. Una de las cosas que podemos hacer es tener nuestra propia rutina informativa acerca del covid-19. No es la intención llenarnos de cifras, estadísticas, gráficos y expresiones que quizá poco nos digan, como cuando nos hablan de percentiles, curvas y demás. Debemos prestar gran atención a las autoridades sanitarias para estar en absoluta consonancia. Sea
desde las sugerencias de la escrita, radial, televisiva y la más pujante: la difusión desde la web. El Ministerio de Salud de la Nación facilita un material muy didáctico en https://www.argentina.gob.ar/salud/ coronavirus-COVID-19, graficando los cuidados que debemos mantener. Allí se publican los informes diarios, recomendaciones, teléfonos de contacto, las fases del aislamiento y sus particularidades, y requisitos para circular por el país.
LIBRO
El Quijote conforma un verdadero mosaico de situaciones y personajes llenos de acción y reflexiones, con un humor que convive con la severidad del Caballero de la Triste Figura. Aprovechamos el impasse de la cuarentena para proponer su lectura. Una primera curiosidad es que en el mismo año (1616) murieron Miguel de Cervantes y William Shakespeare, el genio de la novela y el más grande dramaturgo de todos los tiempos. Dos grandes innovadores. Cervantes hubiera querido triunfar en el teatro y en la poesía (el primero prometía dinero si tenía éxito y la segunda otorgaba prestigio). Sin embargo, El Quijote conoció la devoción de sus lectores y oyentes (los analfabetos, que no eran pocos, se hacían leer el texto por capítulos). Alfonso Quijano, hombre ya entrado en años y reconocido por sus vecinos como buena persona, vivía en su propiedad rural con la sobrina y el ama de llaves. Dice que la joven no llegaba a los veinte, y que la otra pasaba de los cuarenta. La obsesiva lectura de libros de caballería lo llevaron a perder el juicio y se imaginó un caballero andante, como los personajes de las leyendas. Necesitaba de una dama a quien dedicarle sus triunfos e inventó a Dulcinea del Toboso, y de un escudero, y recurrió al campesino Sancho Panza. En su locura, Quijote, no carente de inteligencia y de valor, cree que detrás de lo que aparece hay otras realidades: los molinos de viento son perversos gigantes, los rebaños de ovejas son ejércitos enemigos. Él pretende establecer la justicia, liberar a los oprimidos y castigar a los que abusan de los demás. Su lenguaje es refinado y sus actitudes, distinguidas. Sancho, por su parte, lo admira y habla con sentido común hilvanando refranes. El libro se publicó en dos partes: la primera en 1605, La Organización Mundial de la Salud, con sus altibajos, sigue siendo la organización líder en la publicación de material y el referente de consulta mundial. Su portal brinda detallada información de tipo técnica, estadística, consejos para la población, cómo proceder en caso de viajes y sugerencias para no caer en pánico frente a los rumores. En su portal, hay abundantes transmisiones televisivas sobre el particular. Es una página ineludible y muy bien organizada - https://www.who.int/es/emergencies/diseases/ novel-coronavirus-2019 También proponemos dar con evidencia científica resumida, relevante, actualizada y de calidad para informar la toma de decisiones sobre salud. ¿Existe un portal que destaque el contenido relacionado con la pandemia de coronavirus y las diversas actividades relacionadas que se están llevando a cabo?
la segunda diez años después y casi al final de la vida de su autor. Entre una y otra, apareció un texto apócrifo que firmaba un tal Avellaneda. Este plagio incentivó la decisión de Cervantes para terminar la segunda parte y narrar la muerte del personaje, de manera que ya nadie lo obligara a nuevas aventuras. Cervantes dice que no es el autor de la obra sino que encontró unos textos en árabe de un tal Cide Hamete. Toma distancia, incluye en la segunda parte a lectores que conocieron la primera, les da a sus dos personajes una increíble autonomía y la libertad que él tanto ama. Finalmente Quijote se arrepiente de su desmesura, mientras Sancho añora sus sueños. Borges señala: “El libro entero ha sido escrito para la escena de la muerte de don Quijote. Los autores suelen cuidar el lecho de muerte de sus héroes, pero Cervantes que, según su propia declaración, no era padre sino padrastro de don Quijote, deja que éste se vaya de la vida de una manera lateral y casual, al fin de una frase. Cervantes nos da con indiferencia la tremenda noticia. Es la última crueldad de las muchas que ha cometido con su héroe; acaso esta crueldad es un pudor y Cervantes y don Quijote se entienden bien y se perdonan”.
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por José María Poirier
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Ciudad Nueva | 620 | Junio 2020
Don Quijote de la Mancha
TRAS LAS HUELLAS DE CHIARA Ciudad Nueva | 620 | Junio 2020
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Hacia una nueva humanidad1 por Sonia Vargas Andrade
E
n este texto Chiara utiliza expresiones típicas de san Agustín. Él desarrolla una concepción lineal del tiempo que transcurre irreversiblemente desde el pasado hacia el futuro. La historia de la humanidad, dicho de manera condensada, es la historia de dos amores fundamentales que se dan en el tiempo y dan origen a todos nuestros actos en la sociedad. La cupiditas, que es el amor por sí mismo, el egoísmo, y la caritas, que es el amor de Dios y al prójimo hasta el desprecio de sí mismo. Estos dos amores dan lugar a dos ciudades: la ciudad terrenal, que se basa en la cupiditas y que está formada por los hombres egoístas, cuyas características son la violencia, la apropiación de los bienes ajenos, la división, el conflicto, el racismo, la marginación, la opresión… y la ciudad de Dios, basada en la caritas; es la ciudad de los justos, la caridad es servicio y esfuerzo por los demás, preocupándose por sus necesidades materiales y espirituales. Trabajar por la paz, el respeto y la concordia. Estas dos ciudades están mezcladas en la historia. Por ello, para san Agustín, una sociedad regida por el amor a Dios y al prójimo no puede darse nunca en esta vida. La historia camina hacia su fin, que es la separación definitiva de las dos ciudades en el juicio final: los ciudadanos del cielo gozarán de la paz de Dios, los egoístas serán apartados de esa felicidad eterna. Chiara con su carisma va un poquito más allá de san Agustín, mostrándonos que la ciudad de Dios la construimos ya, en cada momento presente, pues cada acto en favor del bien común ha sido ya redimido por el amor inmensurable de Jesús Abandonado. Por tanto, somos constructores de una Nueva Humanidad que no necesita esperar el fin de los tiempos para gozar de la presencia de Jesús en Medio, cuando será plena y total, gozo infinito.
Sabemos que el hombre lleva consigo, como una herida incurable, la nostalgia de lo sobrenatural: lo divino lo atormenta, lo infinito lo persigue, lo eterno lo atrae. Sabemos que, aunque consiguiera renovar toda la humanidad, aunque llegara a construir realmente un mundo nuevo, su corazón no alcanzaría aún todo lo que anhela. ¿Por qué? Porque está hecho para una vida que no muere. De aquí la necesidad de subrayar también otra verdad: el hombre, construyendo la ciudad terrenal, puede desde ahora edificar algo que no pase, porque puede contribuir con su esfuerzo y su trabajo a la edificación de los “Cielos nuevos y la tierra nueva”2, que lo esperan. En efecto, Cristo ha redimido, además del cosmos, también la actividad humana; más aún, ha redimido también las obras del hombre. El universo no será destruido sino transfigurado. No habrá ruptura entre el más acá y el más allá, sino continuidad. Incluso los buenos frutos de la naturaleza y de nuestra laboriosidad –todo lo que vamos construyendo día tras día– no solo no desaparecerán, sino que volveremos a encontrarlos de nuevo purificados, iluminados y transfigurados3. Es una verdad apasionante. Es una visión reconfortante y sublime de la vocación del hombre llamado a transformar la tierra con su trabajo. Pero hace falta una condición para que todo esto se produzca. Las obras del hombre perdurarán si se edifican en el mundo según el mandamiento del amor4. Ahora bien, ¿quién nos garantizará que nuestro trabajo lo estamos haciendo de esta manera? ¿Quién nos dirá si estamos realmente construyendo sobre la roca del amor y nos asegurará que lo que hacemos no va a morir? Jesús en medio de nosotros. Jesús en medio, que sublima toda sociedad pequeña o grande, que la hace ser al mismo tiempo célula de la ciudad terrenal y célula de la ciudad celestial, nos lo garantizará. Porque Él está plenamente presente donde el amor está vivo. Él es don de Dios y al mismo tiempo, fruto de esa caridad recíproca nuestra que debemos poner a la base de cada una de nuestras actividades. ¡Jesús en medio! En Él, pues, el proyecto de una humanidad nueva. En Él la garantía de que cuanto hacemos permanecerá. Chiara Lubich 1. Lubich, Ch. Congreso del Movimiento Humanidad Nueva,[VHS], Centro Audiovisivi S. Chiara, Roma, 20 de marzo de 1983. 2. 2 Ped 3, 13. 3. Cf. Gaudium et Spes 39. 4. Cf. Gaudium et Spes 38.