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Introducción

Ya desde sus albores, la filosofía occidental ha tratado de definir la relación entre el ser humano y la naturaleza que lo rodea. Su pretensión de comprenderla, cierto debida sobretodo al miedo de verse sin amparo expuesto a ella, ha llevado a establecer la supremacía del primero sobre la segunda, concepto que ha evolucionado llegando a ser base de algunas religiones que terminaron con crear la figura de un Dios único, supremo y todopoderoso. Gracias a tal esquema de equilibrio de poderes (Dios sobre el hombre y el hombre sobre la naturaleza) el ser humano se ha atribuido el derecho de explotación del suelo, del agua, de los animales: la Naturaleza se ha vuelto históricamente un Objeto a disposición del Sujeto. Desde luego todo se ha dado en una cierta armonía hasta que las agrupaciones humanas han llegado a ser de tal envergadura de no poder dejar de lado la necesidad de organizar la provisiones de sus propias necesidades. Cada sociedad se desarrolla sobre la base de sus creencias, entonces está por allí que hay que buscar esa origen. La teoría de dualismo ontológico atribuida a René Descartes5 establece que fuera de la mente, que le pertenece al ser humano, no hay nada que sea capaz de actividades psíquicas, ni siquiera en el mundo animal. Según su visión, el cuerpo es radicalmente distinto a la mente, en la cual se incluye la consciencia y sus varios “subproductos” como los pensamientos, las emociones, la voluntad, que serían por extensión propiedades del alma. A este propósito hago referencia a un esclarecedor ensayo publicado por la National Library of Medicine, Bethesda, Maryland y la American Psychological Association, Washington D.C.6 En la página publicada por internet aquí citada se lee: “A comienzos del siglo XVII, la obra de Galileo y Descartes ponen los cimientos de la ciencia y la filosofía modernas. Por un lado, la nueva ciencia de Galileo exigía la utilización de un método de investigación experimental para la explicación de los fenómenos físicos; por otro, la nueva filosofía de Descartes quería sentar las bases de un pensamiento racional autónomo de las ideas religiosas, capaz por sí solo de descubrir certezas. Se produce a partir de entonces en todas las esferas del conocimiento un cambio

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5 René Descartes (La Haye, Turena francesa, 31 de marzo de 1596 - Estocolmo, Suecia, 11 de febrero de 1650) fue un filósofo, matemático y físico francés, considerado como el padre de la geometría analítica y de la filosofía moderna 6 En la web: http://platea.pntic.mec.es/~macruz/mente/descartes/indice.html El ensayo fue realizado a partir del Catálogo que acompañaba a la exposición de libros de las colecciones de la National Library of Medicine, realizada en conmemoración del centenario de la American Psychological Association, del 7 de agosto al 15 de diciembre de 1992. La exposición original fue patrocinada por la National Library of Medicine, Bethesda, Maryland y la American Psychological Association, Washington D.C. 1992

radical de perspectiva respecto a las cuestiones que se habían planteado desde Platón y Aristóteles. En lo que respecta al problema que estamos examinando, la filosofía de Descartes supone la disolución del planteamiento antiguo del problema como problema de la relación entre el alma y el cuerpo en un Cosmos teleológico, y la emergencia de un nuevo planteamiento del problema como problema de la relación entre la mente y el cuerpo en un Cosmos mecanicista. La nueva ciencia de Galileo tiene como consecuencia una nueva concepción de la Naturaleza que desplaza la antigua concepción teleológica del Cosmos, sustituyéndola por una concepción mecanicista, en la que la cuestión de los fines queda totalmente relegada. El Cosmos es concebido como un mecanismo de fuerzas en el que los cuerpos se influyen recíprocamente según leyes puramente mecánicas. Es posible conocer matemáticamente las leyes que producen los fenómenos naturales, sin necesidad de plantearse la cuestión de la finalidad última de tales fenómenos. La concepción teleológica exigía elaborar teorías generales que explicaran la totalidad del universo. La concepción mecanicista se limita a elaborar teorías particulares de un conjunto limitado de fenómenos. En el marco de esta concepción mecanicista del Cosmos, Descartes elimina la noción clásica del alma como principio de vida y movimiento, estableciendo una distinción radical entre el alma y el cuerpo. El alma es puro pensamiento pero carece de extensión. Los cuerpos son extensos y se rigen por causas puramente mecánicas pero son incapaces por completo de pensar. Alma y cuerpo son dos sustancias de naturaleza totalmente distinta y se encuentran separados. No hay ya un alma vegetativa o sensitiva que posibilite y regule las funciones de los seres vivos y los dirija hacia un determinado fin, sino que son puros mecanismos cuyo funcionamiento es posible explicar mediante leyes mecánicas. El alma es algo totalmente diverso: una mente pensante que no se rige por leyes mecánicas sino por leyes lógicas que están impresas en la mente en el momento del nacimiento. El dualismo sustancial de Descartes tiene importantes consecuencias: 1) Hace posible una explicación mecanicista del Cosmos, independiente por completo de la religión. La regularidad mecánica de los fenómenos naturales hace posible su conocimiento científico. 2) Afirma la total libertad del pensamiento humano, ya que al ser la mente una sustancia totalmente distinta del cuerpo, no está sometida a las leyes mecánicas. 3) Se hacía posible el estudio autónomo de la mente humana, ya que los fenómenos mentales no podían ser explicados como los fenómenos físicos y la introspección es el único acceso posible a los contenidos de la conciencia. (…) El problema de la relación entre la mente y el cuerpo sólo surge en los seres humanos, ya que, según Descartes, la única evidencia de que algo tiene mente es la posesión de lenguaje, por lo que ni los animales ni las máquinas tienen mente.”7

7 En la web: http://platea.pntic.mec.es/~macruz/mente/cuerpo-mente2.htm

Entonces, a partir de esta visión, los seres humanos se han atribuido un lugar predominante en el universo y esto conlleva como consecuencia que todo lo que no es humano se considera a su servicio. Coherentemente con tal visión, la explotación de los recursos naturales y la crueldad hacia los animales junto al impresionante desarrollo del modelo capitalista han llevado el planeta a niveles de tensiones sociales, violencia, depredación y contaminación jamás alcanzados. Solo en épocas relativamente recientes la comunidad humana ha puesto en acto estrategias para frenar esta situación. En el año 1987, la Comisión Mundial para el Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas hizo un llamado en pos de la redacción de una carta de principios fundamentales para el desarrollo sustentable. La Carta de la Tierra fue uno de los temas pendientes en la Cumbre de la Tierra de Río en 1992 y fue finalmente presentada en el 2000 en la sede de Paris de la UNESCO. (8) En el año 1997, en otro acuerdo colmado de esperanza, los países industrializados (a excepción de Estados Unidos y otras importantes naciones) firmaron un protocolo en la ciudad de Kioto, comprometiéndose a reducir las emisiones de CO2 en un determinado número de años. Tal compromiso conllevaría a un cambio del paradigma del modelo mismo de desarrollo establecido. Si bien en los países subscriptores se obtuvieron resultados alentadores, no se puede decir lo mismo respecto a los países en vía de desarrollo, en los cuales se reprodujeron (y se siguen reproduciendo) los mismos modelos de desarrollo ya practicados en el Primer Mundo. Por ende, no obstante el esfuerzo de países virtuosos, las emisiones de CO2 en los últimos años han subido hasta un 35% (9) desde entonces llevando los niveles a un limite tan alto que, el día 10 de mayo 2013, el NOAA Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (10) ha declarado que el nivel de dióxido de carbono en la atmósfera había superado por primera vez las 400 partes por millón (ppm) algo que no se había registrado en millones de años.

Desde una mirada diametralmente opuesta, las filosofías orientales jamás han separado el hombre de su propio ambiente. En un libro del 1976, que en la edición italiana lleva el titulo “L’uomo deve scegliere” (11), dos filósofos, el occidental Arnold Toynbee (12) y el oriental Daisaku Ikeda (13), dedicaron uno de los capítulos a Esho-

8 El texto completo de la Carta de la Tierra se puede encontrar en la web, traducido en todos los idiomas. En castellano: http://www.greencross.org.ar/downloads/Carta%20de%20la%20Tierra.pdf 9 El dato se encuentra en una página italiana donde se releva que Italia ha logrado alinearse con las expectativas del tratado de Kyoto: http://qualenergia.it/articoli/20130215-l%E2%80%99italia-centraobiettivo-kyoto-emissioni-di-gas-serra-co2 10 En la web: http://www.esrl.noaa.gov/gmd/ccgg/trends/ 11 Toynbee A., Ikeda D., L’uomo deve scegliere, 1988, Milano, Bompiani ed. or. Choose life, Oxford University 1976 12 Arnold Joseph Toynbee; Londres, 1889 - York, 1975 - Filósofo e historiador británico, considerado

como uno de los más importantes de la historia. http://www.biografiasyvidas.com/biografia/t/toynbee.htm

funi, concepto de la filosofía budista que da título a la obra y que exprime inseparabilidad entre el hombre y su ambiente. En la pág. 42 se lee (14): Toynbee: “La revolucionaria doctrina monoteísta judeo-cristiana abrió el camino a la deliberada e ilimitada violación de esho-funi. De la presunción de que en un único Dios, trascendente y antropomorfo, se concentra la realidad espiritual que permea todo el universo, deriva la creencia de que más allá de ese Dios no existe nada más que pueda considerase divino. Hombre y naturaleza habrían sido creados por este hipotético Dios, exactamente como los hombres han creado utensilios, obras de arte e instituciones. Al creador se le otorga el poder y el derecho de disponer de todo lo que ha creado” . Así, prosigue más adelante: “el hombre se separó de la naturaleza, privada de su carácter divino, y se sintió autorizado a explotar el ambiente, que había perdido su sacralidad e inviolabilidad. El sano respeto y temor con el cual el hombre había mirado a su medio ambiente fueron abolidos de esa forma por el monoteísmo judaico en sus versiones israelita, cristiana y musulmana.” Ikeda: “El hombre ha ido tan lejos en la destrucción de su propio ambiente fundamentalmente por dos razones. En primer lugar, el hombre moderno no considera el mundo natural como vivo en el sentido en el cual él mismo se considera vivo; en otras palabras, juzga la naturaleza como sustancialmente inanimada y por ende diferente del genero humano. Existen en verdad diferencias entre las dos formas de vida, sin embargo el hombre ha olvidado que están en relación mutua y que ambas hacen parte de una entidad vital más grande que pulsa con sus propio ritmo (…) La segunda razón nace, como usted mismo ha hecho notar, del monoteísmo judaico: considerándose más cerca de Dios en comparación con las demás creaturas el hombre se ha considerado en derecho de subyugarlas y ponerlas a su servicio”. Si esto puede provocar una sonrisa en los cartesianos más recalcitrantes, mucho más lejos ha llegado James Lovelock cuando formuló la Hipótesis de Gaia (15). Lovelock, científico en la acepción clásica de la palabra, titulado en la Manchester University, con doctorado de la London School Hygiene and Tropical Medicine, profesor de las universidades norteamericanas de Yale y Harvard, fue invitado por la NASA para colaborar en el proyecto Surveyor y fue durante este período, mientras experimentaba una nueva manera de detectar vida, cuando empezó a elaborar su teoría. Según él, y desde una mirada lejana de cualquier emotividad, pruebas demostrarían que toda la biosfera del planeta tierra (hasta el ultimo ser vivo que habita en nuestro planeta, desde las bacterias a los elefantes, las ballenas etc.) puede ser considerada como un único organismo a escala planetaria en el que todas sus partes están relacionadas. La base que estableció en las primeras fases

13 Daisaku Ikeda: Tokyo, 1928 - es un filósofo budista y escritor que fomenta la paz, la cultura y la educación. http://www.daisakuikeda.org/es/biografia-prefacio.html 14 traducción tentativa 15 En la web: www.jameslovelock.org

de sus investigaciones fue determinante y no solo para establecer una posible definición organizativa de su trabajo, desde luego postuló: “se podría considerar "vivo" a cualquier sistema que genere y mantenga sub-sistemas internos que le ayuden a ordenarse y mantener constantes sus condiciones internas (capacidad de homeóstasis)”. Con este norte al centro de su trabajo investigativo, pudo comprobar que ese paradigma se daba a todos los niveles del planeta tierra que iba analizando. Finalmente Lovelock manteniéndose dentro de un planteamiento con bases científicas llegó a la conclusión que la Tierra se puede considerar un ser vivo (16) tal como los seres que lo habitan.

16 En la web: www.gaiaconscience.com/esp/quees.htm

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