Contracorriente #18

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por la reconstrucción de la cuarta internacional

Número 18 // septiembre 2010 // Precio 1,50 € // Precio de Apoyo 2 €

órgano de expresión de

integrado en la Fracción Trotskista-CI

CONTRA LOS ATAQUES DE ZP Construyamos un movimiento obrero democrático y combativo ANTE LA NUEVA TREGUA DE ETA ¿A dónde va el Movimiento de Liberación Nacional Vasco?

15S ASAMBLEA DE BARCELONA La necesidad de una direccion alternativa a la burocracia de CCOO y UGT

7º CONFERENCIA DE LA FT-CI “Dar pasos concretos para reconstruir la IV Internacional”


SUMARIO Editorial

- ¡EL 29S DEBE TRIUNFAR! Prepararemos la Huelga General contra los ataques de Zapatero - pág. 3

Estado español

- ¿A dónde va el Movimiento de Liberación Nacional Vasco? - pág. 6 - Contra el españolismo, por el derecho de autodeterminación de Catalunya - pág. 8

Mov. Obrero

- Asamblea de Barcelona: La necesidad de una dirección alternativa a la burocracia de CCOO y UGT - pág. 10 - La Huelga del Metro de Madrid- pág. 11

Mov. estudiantil

- Los estudiantes y los obreros debemos decir: ¡¡NO PASARAN!! - pág. 10

Internacional

- MANU GEORGET, dirigente de la CGT de Philip dreux 10 días de control obrero en Francia - pág. 18 - Sudáfrica, Huelga en el sector público - pág. 16 - 7º CONFERENCIA DE LA FT-CI “Dar pasos concretos para reconstruir la IV Internacional” - pág. 21

Contraportada

- ACTO INTERNACIONALISTA con dirigentes obreros y socialistas de Europa y America Latina - Continúa en pág. 26

El caso León Trotsky León Trotsky / Comisión a cargo de John Dewey sobre los Cargos Hechos en su contra en los Procesos de Moscú. Presentación de Esteban Volkov, nieto de Trotsky.

C.E.I.P. León Trotsky

Centro de Estudios, Investigaciones y Publicaciones Entre 1936 y 1938 se realizaron en la URSS los Procesos de Moscú, una serie de juicios que subieron al cadalso a la plana mayor de quienes habían dirigido la Revolución Rusa de 1917, bajo acusaciones por actividades contrarrevolucionarias en alianza con el nazismo. El principal acusado era León Trotsky. Este libro recoge su testimonio y la evidencia documental presentada para probar su inocencia ante una comisión independiente convocada para defender su honor revolucionario. Dicha comisión fue presidida por el filósofo norteamericano John Dewey, en México en 1937. Además de demostrar la falsedad de los cargos que el estalinismo utilizó para justificar los Procesos de Moscú, Trotsky expuso como evidencia el real enfrentamiento que existía entre el período de democracia soviética y el régimen impuesto por la burocracia, entre las tradiciones de Lenin y las de Stalin; los grandes debates del Partido bolchevique, su historia y preparación, y su continuidad en el combate de la Oposición de Izquierda y la IV Internacional.

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Staff Consejo Editorial Santiago Lupe Guillermo Ferrari Federico Grom

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Editorial

¡EL 29S DEBE TRIUNFAR! Prepararemos la Huelga General contra los ataques de Zapatero Este otoño arranca con la primera Huelga General de 24 horas contra el Gobierno de Zapatero. Un importante desafío para un Gobierno cada vez más débil. Hasta ahora sus principales problemas habían sido los choques con otros sectores burgueses al calor del retroceso del capitalismo español en la arena internacional y la emergencia de demandas democráticas nacionales como la catalana. Además, se le agrega el distanciamiento con las direcciones sindicales, que hasta hace poco estaban al 100% con la política del Gobierno. Todo en el marco de una naciente crisis del Régimen del 78. El 29S se trata de una jornada de huelga y movilización general a la que está llamada toda la clase trabajadora. Aún así, y como tigre herido, Zapatero promete intentar aplicar la mayor parte de su plan de ajuste antes de retirarse. Más allá de cuanto le quede en el cargo no hay duda de que el gobierno que le siga, sea del PSOE o del PP, querrá continuar descargando la crisis sobre los trabajadores. Así pues este inicio de curso viene precedido por el mayor ajuste en décadas y promete un paquete de ataques inédito sobre los trabajadores y sectores populares. Para los trabajadores, la Huelga general es el primer gran desafío desde que comenzó la crisis, ya que implica la entrada en escena de importantes sectores de trabajadores. Por eso, hay que trabajar con todo el esfuerzo posible por su triunfo. y al mismo tiempo convertirlo en un pistoletazo de salida de un plan de lucha que nos lleve a un verdadero otoño caliente. Derribar la reforma laboral, la liquidación de los convenios y la negociación colectiva, los

recortes en pensiones…, es decir que la crisis la paguen la banca y los capitalistas, no es un combate cualquiera, ni de un día, sino histórico. Para ganarlo será necesario que la clase trabajadora recomponga su capacidad de lucha y organización, unifique sus filas y ponga a sus organizaciones a la cabeza de la lucha contra este podrido Régimen del 78, presidido por el Rey de Franco y todos los “demócratas” que lo aceptaron. Las luchas que están por venir, y en lo inmediato la Huelga del 29S, abren la posibilidad de dar pasos en esta dirección.

¿En qué condiciones llega la clase obrera al combate? El durísimo golpe causado en los primeros años de la crisis, sobre todo en forma de desempleo de masas, se suma a la herencia de retroceso y desorganización que la política de pactos y paz social de los dirigentes de CCOO y UGT han causado en el movimiento obrero; des-sindicalización, división de la clase (fijos, subcontratados, de ETT, temporales, nativos y extranjeros…). El paro de masas actúa como chantaje del terror para muchos trabajadores a la hora de salir a luchar, y 3

esto se agudiza para los sectores más explotados. Hoy son un 25% los trabajadores que tienen algún tipo de contrato basura y cientos de miles los que están en empresas subcontratadas sin sindicatos ni Comité de Empresa, y aún peor es la situación de los trabajadores de la mayoría de las pymes. Existe una división aún más brutal potenciada por la burguesía y el Gobierno. La que se plantea entre los trabajadores nativos y los extranjeros, presentándose a éstos como los culpables de la crisis. La aceptación de las leyes de extranjería y la canallesca no inclusión de las demandas sociales y políticas de este sector por parte de las direcciones sindicales facilitan que el racismo pueda calar en las mismas filas obreras. Los dirigentes de CCOO y UGT han sido los responsable de que se haya podido llegar a esta situación, no solo por medio de grandes derrotas, sino sobre todo de luchas no dadas, o completamente dirigidas al desgaste y el aislamiento. Así se ha visto últimamente en los múltiples conflictos contra ERE,s y despidos, que no han ni siquiera frenado la escalada hasta los 4,6 millones de parados. Esta responsabilidad le ha ganado a las direcciones sin-


Editorial dicales la desconfianza y el desprestigio de miles de trabajadores y a la vez un debilitamiento de las organizaciones sindicales. Sin embargo, y en contra de la campaña mediática que da por muerto al movimiento obrero y que pretende liquidar sus organizaciones históricas, viene habiendo significativos signos de recuperación de la lucha obrera. El curso pasado vimos algunas experiencias de vanguardia en Andalucía, como las exitosas huelgas regionales convocadas por el SAT en la Sierra de Cádiz y la Sierra Sur de Sevilla, o la huelga de la naranja que logró imponer desde los tajos un plan de lucha sobre los dirigentes de CCOO y UGT. El final del curso estuvo jalonado por la huelga de trabajadores públicos, y sobre todo por la huelga del Metro de Madrid, que demostró el potencial de combatividad que todavía existe en importantes sectores. La Huelga del 29S va a volver a poner en evidencia que importantes batallones de nuestra clase, sobre todo los que mantienen mejores niveles de sindicalización y organización, pueden suministrar un buen golpe al Gobierno y la patronal.

Preparar el 29S para acabar con el tijeretazo de ZP Estas experiencias de lucha abren la posibilidad de empezar a revertir las consecuencias de años de retroceso. La Huelga general es un importante paso en la reaparición del movimiento obrero en escena. Por eso es un deber impulsarla y hacer todos nuestros esfuerzos para que sea un éxito. Es necesario hacer piquetes desde la primera hora para que no se muevan los buses, ni el metro y que las grandes empresas y comercios no puedan abrir. Garantizar asambleas en todos los lugares de trabajo. Las manifestaciones han de ser una gran demostración de fuerzas. Y, todo esto, debe servir de impulso

para un plan de lucha que acabe con las medidas anti-obreras de Zapatero. La Huelga, también debemos aprovecharla para avanzar en la lucha contra la política de Méndez y Toxo, que buscan volver a la mesa de negociación para “rediscutir” los ataques. Pero el Tijeretazo no es negociable. Ya lo dijeron Zapatero y sus Ministros: “Estos recortes no son negociables”. Y todas las Autonomías ya empezaron a aplicarlos, como en Madrid y Catalunya. Desde Clase contra Clase creemos que es en esta perspectiva que la izquierda sindical y el conjunto de sectores combativos del movimiento obrero debemos preparar el 29S. Hay que avanzar en el reagrupamiento de los sectores obreros y sindicales que traten de dar una pelea contra el rol que aún ocupan estos dirigentes. Por ello saludamos y participamos de las plataformas unitarias que impulsa la izquierda sindical, y especialmente de la Asamblea de Trabajadores que promueve el Comité de Convenio de TMB en Barcelona. Organismos de lucha como este pueden ser una buena manera de unificar en un primer momento a las organizaciones de la izquierda sindical con sectores no sindicalizados y sectores de CCOO y UGT contrarios a la política de sus direcciones. Para nosotros hay que fortalecer estas iniciativas tratándolas de ligar lo máximo posible a los propios centros de trabajo, promoviendo la recuperación de formas de democracia obrera como la asamblea general o la elección de delegados sujetos a las decisiones de la base y revocables en todo momento. Desde estas posiciones podremos dar una pelea a las direcciones de CCOO y UGT, participando como bloque combativo en todo el calendario de movilizaciones previsto, los piquetes, las manifestaciones… siempre con una política de denuncia y exigencia que consiga

imponer la continuidad de la lucha más allá del 29S. Se trata de poner las bases de un movimiento que avance hacia la recuperación de los sindicatos y los Comités de Empresa, para convertirlos en verdaderas herramientas de lucha.

Levantar un programa que suelde la unidad de todos los sectores obreros Para esta ambiciosa tarea es imprescindible empezar a levantar un programa que ayude a forjar la unidad de todos los sectores obreros en los que la burguesía nos tiene divididos. De hecho la atomización de la clase es uno de los principales obstáculos que se presentan a la Huelga del 29S. Se trata de combatir para que los sectores en mejores condiciones de la clase incorporen las demandas de los más explotados y oprimidos para forjar la unidad. Esto no es solo es una cuestión elemental de solidaridad de clase sino que es la única forma efectiva de pelear contra el plan estratégico de la patronal que quiere utilizar la desesperación de millones de parados e inmigrantes para rebajar las condiciones del conjunto de la clase obrera para mejorar la competitividad de las empresas españolas en el mercado mundial. Es una obligación incluir la demanda de regularización de todos los “sin papeles” y la igualdad total en derechos sociales y políticos, así como la demanda de igual salario a igual trabajo. Solo así se podrán sumar los millones de trabajadores extranjeros a la lucha y podremos aislar las ideas racistas de las filas obreras, que facilitan que se puedan agudizar aún más los sufrimientos de los inmigrantes, y debilitan de conjunto nuestras fuerzas. Tenemos que levantar un programa contra el paro de masas, comenzando por el rechazo a la anulación de los miserables 420 euros que reciben muchos para-


Editorial dos crónicos que ya se anuncia y que condenaría a miles a la miseria y el hambre, pero avanzando hacia la única solución de fondo contra el mismo: el reparto de horas de trabajo sin reducción salarial y la nacionalización bajo el control de los trabajadores de toda empresa que cierre o despida. Así podremos convertir los millones de parados en millones de aliados luchadores, y boicotear las intenciones de la patronal para convertirlos en un ejército de reserva pasivo con el que chantajear a los trabajadores ocupados para que no salgan a la lucha. Hay que pelear contra los desahucios de viviendas y las hipotecas usureras, por un plan de vivienda pública y por la expropiación de los pisos vacíos de los especuladores para garantizar una casa a todo joven o familia obrera. Hay que liquidar el peso que el pago de la hipoteca tiene para muchos trabajadores y que puede tener efectos de conservadurismo para la lucha. Para lograr que la juventud trabajadora en precario sea parte de la lucha, hay que luchar por la abolición de todos los contratos basura y las ETT,s, por los contratos fijos y por el pase a plantilla de todos los trabajadores subcontratados. Asimismo hay que acabar con las dobles escalas salariales, las legales y las ilegales, que padecen especialmente la mujer trabajadora y los inmigrantes. Estas reivindicaciones deben ser parte de un programa obrero de emergencia que pelee también por un salario mínimo de 1.200 euros que se renueve con el aumento del coste de la vida, que se oponga a las subidas del IVA y los recortes en prestaciones y luche por fuertes impuestos a las grandes fortunas, que rechace todos los ataques contra la educación, la sanidad y los servicios públicos y plantee un gran plan de obra pública controlado por los trabajadores para reforzarlos…

La clase trabajadora debe ponerse al frente de la lucha contra el Régimen del 78 Para hacer posible este programa hay que avanzar seriamente sobre los intereses de las multinacionales, como Repsol, Telefónica, La Caixa, etc., pasando por la expropiación de la banca y las grandes industrias, para ponerlas bajo el control de los trabajadores. Esto no será llevado adelante por ningún gobierno del PSOE (Felipe González fue el promotor de la reconversión industrial de los 80), ni del PP (Aznar trató de hacer el ajuste con el decreto de 2002). El Régimen del 78, sostenido por el Rey, el PSOE y el PP y las grandes empresas, se defenderá con todos los medios para evitar que la crisis se la hagamos pagar a quienes la generaron. Será necesario derribar el Régimen heredero del franquismo para imponer un Gobierno de los trabajadores y sectores populares que pueda llevarlo adelante. Que las direcciones de los grandes sindicatos tengan que romper, aunque sea por ahora, el “diálogo social” para ir a la huelga contra el plan de ataques económicos y sociales que ejecuta un Gobierno “socialista” que consideran como propio, esta llevando a amplias capas de trabajadores a una ruptura política con el gobierno del ZP, ruptura que deteriora aun más la relación de los trabajadores con el PSOE. Esto plantea a gritos la necesidad de una alternativa política de los trabajadores, con plena independencia de los partidos patronales. Que pasos dar en la construcción de esa representación política, estará ligado a la pelea para superar la política de las direcciones actuales del movimiento obrero, que solo le han abierto caminos de derrotas. Por ello en la lucha por la recomposición del movimiento obrero es necesario pensar en cómo las luchas actuales sirven para dar pasos en 5

situar a la clase trabajadora al frente de la lucha contra el Régimen. Es necesario que la lucha obrera empiece a ganar aliados en otros sectores que padecen también la explotación y la opresión. Hay que incorporar reivindicaciones de sectores populares que están sufriendo agudamente la crisis, como los autónomos o pequeños comerciantes sin asalariados. Estos sectores intermedios de la sociedad deben ser ganados por la clase trabajadora como aliados, levantando un programa contra la usura y los desahucios bancarios y por un sistema de créditos públicos para evitar su ruina. Y en el mismo sentido la lucha de los trabajadores debe asumir las reivindicaciones del movimiento estudiantil contra el Plan Bolonia y la privatización de la educación, así como las reivindicaciones democráticas de nacionalidades como la vasca o la catalana. Se trata de que la clase trabajadora dé pasos para ponerse a la cabeza, con sus propios métodos y su propio programa, del conjunto de sectores que van a levantarse contra las consecuencias de la crisis y la descomposición del Régimen del 78. Y al mismo tiempo evitemos que estos descontentos puedan ser canalizados por variantes de derecha populista (como intenta el PP con los autónomos) o por las burguesías periféricas nacionalistas (CiU, ERC, Laporta…) que solo buscan poder seguir haciendo buenos negocios a nuestra costa. La preparación de la Huelga general del 29S y los siguientes conflictos que le pueden seguir, ya sean contra el Gobierno o en las empresas, debemos tratar de convertirlos en “escuelas de guerra” donde la clase trabajadora vaya recomponiendo su capacidad de organización y lucha, a la vez que se arma de un programa para terminar por derrotar al capitalismo español y construir una sociedad sin clases.


Estado español

Ante la nueva tregua de ETA

¿A dónde va el Movimiento de Liberación Nacional Vasco? Por Santiago Lupe

Al cierre de esta edición ETA anunciaba el cese de toda actividad armada ofensiva y declaraba una tregua indefinida con la que se “reafirma en el compromiso con una solución democrática (…) a través del diálogo y la negociación”. Se trata de la respuesta de la banda a las demandas de la izquierda abertzale, que desde hace meses está inmersa en un proceso de debate interno que ha concluido en la propuesta política de “Zutik Euskal Herria” (Euskal Herria en Pié). Durante las últimas cinco décadas la estrategia del MLNV ha tenido como eje la actividad de ETA. Se ha tratado de utilizar el enfrentamiento entre la organización armada y el Estado español como el principal instrumento para presionar a los distintos Gobiernos centrales. Los atentados y sabotajes buscaban pues la apertura de un proceso de negociación con la burguesía central que concluyera con el reconocimiento de los derechos democráticos nacionales del pueblo vasco. ETA no confiaba en que la gran burguesía nacionalista, agrupada en el PNV, encabezara esta tarea. Sin embargo siempre se esperaba ganarla para que se sumara al proceso en el que ETA hacía de “vanguardia armada”. Paralelamente a la banda se fue construyendo un potente movimiento social con diferentes frentes; institucional, juvenil, sindical, de familiares de presos, cultural... la izquierda abertzale. Sin embargo la estrategia del mismo no se ha diferenciado de la que predisponía la dirección de ETA, quedando su-

bordinado el potencial de este movimiento social al callejón sin salida que suponía buscar conquistar el derecho de autodeterminación por medio de la negociación con algún Gobierno central, bien del PP o del PSOE. Así muchas veces su actividad se ha limitado a la presión social o política en el mismo sentido que iba la presión militar de la banda, así como a la necesaria respuesta ante la creciente represión contra el MLNV. La represión y persecución ha ido acentuándose cualitativamente durante la última década sobre este sector no militar. Desde la ilegalización de Batasuna en 2002 se puede elaborar una lista casi interminable de detenciones, ilegalizaciones de organizaciones políticas, sociales y juveniles, prohibición de actos, torturas policiales, sumarios farsa... Esto, junto con la persecución cada vez mayor sobre el brazo armado, ha debilitado poderosísimamente al MLNV de conjunto. Una muy difícil situación que además ha contado con muy escasa solidaridad de parte de la izquierda y las organizaciones obreras, juveniles y de derechos humanos del resto del Estado. Es en este duro contexto en el que se ha iniciado el proceso de reflexión interna dentro de la izquierda abertzale, que se plasma en la propuesta “Zutik Euskal Herria”. Como primera y más importante conclusión de este debate, que se ha realizado en cientos de asambleas de base con la participación de alrededor de 7.000 personas, destaca la apuesta por “métodos pacíficos y democráticos”. Es decir,

parece que comienza a haber un rechazo al método del terrorismo individual, y se oponen al mismo la organización y movilización social en general, como instrumentos válidos para la consecución de los derechos democráticos negados por la Constitución de 1978. Para los marxistas revolucionarios el terrorismo individual es un método completamente ajeno a la clase obrera, que sirve más para alejar la posibilidad de alcanzar nuestros objetivos que para avanzar en su conquista. Por un lado, es la excusa perfecta para que la burguesía pueda arremeter con todos sus medios represivos contra los luchadores, como hemos visto en el caso del MLNV. Y por el otro, implica la concepción de que un pequeño grupo puede “liberar” de la explotación o la opresión a todo un sujeto social, llevando pues a una lógica de golpear para después negociar con el enemigo alguna salida de compromiso. En el caso concreto de la estrategia de ETA ésta además optaba por una política de unidad de las filas nacionales, es decir de una lucha de todo el pueblo vasco (incluyendo a la larga a la burguesía de la CONFEBASK) contra España, en vez de situar el centro en la alianza de los trabajadores y sectores populares vascos con los del resto del Estado en la lucha contra el Régimen nacido de la Transición. La propuesta de “Zutik Euskal Herria” llega muy parcialmente a la conclusión de que el método del terrorismo individual es contraproducente para la lucha misma del MLNV. Sin embargo no se extraen


Estado español hasta el final las lecciones necesarias de estos 50 años, donde el terrorismo individual fue el método para una estrategia de conciliación de clases en la lucha nacional. Así el primer paso que se propone consiste en buscar una “confluencia soberanista”, es decir una alianza entre los sectores populares y obreros y las alas de la burguesía vasca, pequeña, mediana y grande, que en medio del agotamiento del modelo autonómico estén girando hacia posiciones independentistas. Además de la alianza con Eusko Askatasuna, hasta ayer mano derecha de los gobiernos del PNV, la izquierda abertzale trata de ganar en lo inmediato a sectores “soberanistas” del mismo PNV como el que puede representar Egibar. Una estrategia de colaboración de clases opuesta por el vértice a la alianza con el resto de los trabajadores del Estado para luchar contra el Régimen que niega toda posibilidad de ejercicio del “derecho a decidir”. ¿Y qué objetivo se le dan a los nuevos métodos “democráticos y pacíficos”? Los mismos que hasta ahora tenían las acciones armadas de ETA. Tratar de presionar por una normalización democrática en Euskal Herria y desde ahí abrir un proceso de diálogo con el Estadio español para avanzar hacia nuevas formas de autogobierno y el ejercicio del derecho de autodeterminación. En ningún caso se avanza en concebir la lucha por el derecho de autodeterminación como parte de un combate revolucionario contra el Régimen del 78, sino que se mantienen todas las esperanzas reformistas en que por medio de movilizaciones “pacíficas” y la vuelta a la lucha institucional se puedan obtener esos derechos democráticos básicos. La herencia de 50 años de dirección política de ETA se mantiene pues en las concepciones estratégicas del MLNV. La tregua anunciada parece confirmar que es el

sector político y social del MLNV el que está ganando peso, imponiendo sus propios métodos a la banda. Un cambio favorecido por la inacción de ETA durante este último año. El abandono de la lucha armada, si bien no podemos aún valorar el alcance que tendrá, no ha sido una decisión fácil de imponerle al sector más militarista, no sólo en ETA sino también en el seno del debate interno de la izquierda abertzale. Sin embargo, este cambio a la “vía política” no rompe con las concepciones de conciliación de clase y en última instancia reformistas que cuatro décadas de tutela de la “vanguardia armada” han sellado en decenas de miles de luchadores vascos. El abandono de la lucha armada pretende emular un proceso similar al que se abrió en Irlanda del Norte en 1999. Los mediadores internacionales escogidos, partícipes entonces, así lo atestiguan. El devenir del Sin Fein, integrándose como un partido más del régimen de la autonomía mutilada del Ulster, debe servir de aviso a navegantes de a donde llevan los “procesos de diálogo y negociación” con Estados construidos sobre la opresión nacional. En contra de esto desde Clase contra Clase consideramos que la ruptura con el método del terrorismo individual no puede convertirse en la posición de salida para una integración, aún parcial o desde una oposición testimonial, al Régimen del 78. Hay que terminar de romper con la estrategia marcada por ETA durante estos 50 años de lucha. Contra el reformismo armado no se puede oponer como alternativa un reformismo institucional, político o sindical. Hay que insertar la lucha por los derechos democráticos del pueblo vasco en la lucha revolucionaria contra el Régimen heredero del franquismo, en la lucha contra la burguesía centralista, cuestión que solo puede ser llevada hasta el final en total independencia y lucha contra la burguesía nacionalista vasca, 7

que lo único que pretende es mejorar sus condiciones para poder explotar mejor a los trabajadores y sectores populares de Euskal Herria. El dominio territorial de la burguesía española no se va a poner en discusión en ninguna mesa de negociación, el único Gobierno que puede permitir el ejercicio del derecho de autodeterminación sería un Gobierno de la única clase que no se sustenta en la explotación ni la opresión de otros sectores sociales: la clase trabajadora. En ese sentido para acabar con el Régimen de Juan Carlos I, de los PP y PSOE, avalado por los CiU y PNV... hay que forjar la alianza de la clase trabajadora de todo el Estado con los sectores populares, asumiendo las demandas democráticas legítimas de los pueblos vasco y catalán. La actual crisis del capitalismo español y la ofensiva anti-obrera que se prepara puede abrir un proceso de agudos enfrentamientos entre las clases. Además el Régimen del 78 va a ser sometido a una dura prueba, que no es fácil que pase. Se abre pues la posibilidad para que la lucha por los derechos democráticos de Euskal Herria , -comenzando por la derogación de la Ley de Partidos1, restituyendo la libertad de reunión y asociación a la izquierda abertzale, así como la liberación de todos los presos políticos2, salga del callejón sin salida a la que la ha llevado la dirección de ETA y la izquierda abertzale; desplazándose hacia una estrategia de clase y revolucionaria, que fortalezca la lucha por la revolución proletaria en el conjunto del Estado español. Única estrategia que puede resolver en forma democrática el problema nacional del pueblo vasco, así como el de otras nacionalidades oprimidas por el Estado español.

Notas

1 Una ley antidemocrática que impide la expresión política a una parte significativa de las gentes de la Comunidad Autónoma Vasca y de Navarra . 2 Permitiendo en forma inmediata el acercamiento de éstos, en cumplimiento de la propia legislación carcelaria española.


Estado español

Contra el españolismo, por el derecho de autodeterminación de Catalunya Por Guillermo Ferrari

Era un fallo con final anunciado. Diez personas, que integran una de las instituciones más reaccionarias (el Tribunal Constitucional, irónicamente conocido como la tercera cámara), han decidido después de casi cuatro largos años que el Estatut de Catalunya es inconstitucional. Es que la Constitución del 78 es tan reaccionaria que no puede incluir ni siquiera una idea sobre los derechos democráticos de las diferentes nacionalidades que hay en el Estado Español. El Rey, el Gobierno, la Oposición, los Jueces, incluso los Diputados y Senadores españolistas, no pueden soportar ninguna iniciativa que pase por fuera de sus estrechas instituciones políticas. Por ello se menciona en ocho ocasiones la “indivisibilidad de España”. Y, sólo se atreven a dejar las menciones a “nación catalana” si no tienen validez jurídica. La burguesía catalana, a través de sus representantes políticos, ha salido rápidamente al cruce denunciando los nuevos recortes del Constitucional. Con diferentes matices y ya en plena campaña electoral autonómica, tanto Montilla, como Mas y Puigcercós han salido a criticar el fallo. Algunas voces han llegado a plantear que los acuerdos del 78 en relación a las autonomías (el “café para todos”) están acabados y que sólo queda la independencia. La burguesía está muy preocupada por la recaudación de impuestos acordada, las competencias sobre las cajas de ahorro y las nuevas competencias en el Poder Judicial. De las soluciones para los desocupados no dijeron nada. Los “matices” dentro del PSOE han sido realmente llamativos: la Vice-

presidenta Fernández de la Vega y el titular de Interior, Rubalcaba, veían los beneficios del dictamen. Mientras Montilla, que acataba, lo ha criticado y se sumó a las movilizaciones convocadas, aumentando las distancias del PSC con el PSOE, que vuelve a coincidir en lo esencial con el PP en su política contra los derechos nacionales. Por detrás de esta crisis política se encuentra aún muy vigente la mayor crisis económica en décadas: la tarta ibérica se está encogiendo rápidamente en los últimos dos años y nada augura años mejores. Esto es lo que explica la pelea que hay entre las autonomías por los fondos estatales. La recaudación cae en picado desde hace tiempo y la especulación urbanística ya no es negocio. La inversión en infraestructura, algo tan importante en la economía, también se está reduciendo aceleradamente, con el enorme recorte del Ministro Blanco. Y los créditos parecen ser ya materia de estudio para historiadores. Tanto Zapatero, como Montilla aplican los planes económicos de ajuste severo que han acordado todos los gobiernos de la UE en la reunión del Ecofin. El españolismo del Constitucional, el PP y el PSOE, marcan las líneas rojas que no po-

drán nunca ser rebasadas dentro del Régimen del 78, y de paso recortan la autonomía.

Estatut, la “ley fundamental” del Tripartit y CiU Los militantes de Clase contra Clase vemos, por una parte, que hay un derecho claramente pisoteado por el Estado centralista español. Nos referimos al cercenamiento del Estatut que fue votado, aunque con baja participación, en referéndum por los catalanes. El Régimen del 78 no puede ni siquiera conceder un Estatut que para nada ponía en cuestión la negación del derecho de autodeterminación plasmado en la Constitución. Nosotros nos oponemos por completo a este atropello. Al mismo tiempo, no podemos dejar de señalar que este Estatut no sirve a los trabajadores y el pueblo de Catalunya, ni es una baza a favor de sus derechos democráticos nacionales. Debemos denunciar que el Estatut fue “cocinado” en un acuerdo parlamentario donde los trabajadores no han podido plantear ni incidir en nada, sólo se ha convocado a votar por sí o por no. Y, como si esto fuera poco, luego se recortó en otro acuerdo entre cuatro paredes, por Mas y Zapatero. Durante


Estado español estos años el Estatut catalán se ha ido desplegando y se han ampliado las competencias. Y no por ello los trabajadores han reducido los graves padecimientos, más bien lo contrario. Debemos denunciar que éste Estatut se utiliza para descargar la crisis sobre los trabajadores y el pueblo: hay más de 600.000 parados en Catalunya, el President de la Generalitat no se cansa de firmar ERE’s al tiempo que aprueba la reducción salarial a los empleados públicos de la Generalitat. Montilla aumenta los impuestos, siguiendo el ejemplo de Zapatero y Esperanza Aguirre. En síntesis, éste Estatut es la “ley fundamental” de la Catalunya del Tripartit y CiU para descargar la crisis sobre los trabajadores y el pueblo en Catalunya, aunque lo maquillen en nombre de la “dignidad de Catalunya”.

Luchar con independencia de la burguesía catalana En la medida en que el pueblo luche en las calles decididamente contra el fallo del Constitucional, el Gobierno y la Oposición del PP, que lo avalan, creemos que es un deber de los trabajadores y los revolucionarios luchar juntos. Hay que luchar contra el centralismo español independientemente de quienes se ponen hoy a la cabeza de la movilización. A la vez no podemos dejar de advertir que los trabajadores no pueden confiar en ninguna negociación, sólo en sus propias fuerzas. Ya hemos visto cómo Montilla y Artur Mas negociaron este Estatut acorde a las necesidades de la patronal catalana, las multinacionales y la Banca. Hemos visto cómo ERC se hubiera sumado al mismo, si hubiera recibido “la administración de los aeropuertos”. También son los mismos que anunciaron las peores medidas económicas en décadas (reforma laboral, pensionazo, aumento de algunas tasas, recorte a funcionarios, etc.; siguiendo las directivas de Zapatero). Ellos son los

mismos que se llenaron de dinero con los escándalos del Palau de la Música y el ladrón Millet, el caso de Santa Coloma, entre los más destacados. Y, cuántos casos más habrá aún sin denunciar. Son los mismos que cobran más de 10.000 euros y dietas inimaginables para decirnos alegremente que “hay que ajustarse el cinturón” en beneficio del “país” (léase los bolsillos de los capitalistas). Por todo esto no podemos confiar en todos los políticos que estaban en la cabecera, es necesario que la clase obrera luche de manera independiente de la burguesía catalana. Lamentablemente, las direcciones sindicales de CCOO y UGT de Catalunya, se sumaron a la manifestación del 10/7 con las mismas consignas que la burguesía. En la enorme manifestación del 10 de julio, se manifestó el gran descontento que hay en la sociedad por la grave situación económica que padecen centenares de miles familias. Al mismo tiempo, se reflejó un fuerte descontento con los políticos tradicionales puesto que una inconmensurable masa humana se ubicó delante de la cabecera de la mani y no la dejaron salir. Tanto en los políticos españolistas como los de Catalunya han tenido que reconocer la magnitud enorme de la movilización. Aún a pesar del éxito que tuvo la convocatoria, los partidos burgueses catalanes del Tripartit y CiU no han vuelto a convocar ninguna movilización. Por un lado, tienen miedo a ser desbordados (Montilla tuvo que ser sacado y escondido en un edificio del lugar), por otro, tratan de desviar todo hacia la salida electoral. En síntesis, tanto PSC como CiU, muestran una vez más su completo desinterés por resolver la cuestión nacional. Ellos enarbolan las demandas democráticas demagógicamente a fin de poder regatear mayores márgenes de autonomía para gestionar ellos mismos sus propios “negocios” y mirando a las próximas elecciones. El debate sobre cómo iba a 9

encabezarse la mani del 10/7 fue un botón de muestra.

Por el derecho de autodeterminación No es con ésta democracia degradada como podremos acabar con el centralismo burocrático que impone el reaccionario régimen de la “Monarquía Constitucional”, la banca, las multinacionales y sus partidos políticos. La única clase que puede reconocer el derecho de autodeterminación, incluso el derecho de secesión, es aquella que no vive de la opresión y la dominación, la clase obrera. Por ello es necesario buscar la unidad en la lucha de los trabajadores de todo el Estado español (Catalunya, Euskadi, etc.) para luchar contra este Régimen heredero de Franco y sostenido por el PSOE y el PP, y derribar su Estado (sus Fuerzas Represivas, jueces, su Jefe del Estado, el Rey). Este es el único camino para poder ejercer los plenos derechos nacionales que hoy se niegan. Y, no solo estos importantes derechos, sino también para acabar con el paro, el abaratamiento de los despidos, los contratos basuras, el pensionazo, los desahucios, la reducción salarial, la degradación acelerada de los servicios públicos, etc. Sólo un Gobierno obrero y popular, producto de una revolución que arroje a la burguesía del poder podrá acabar con toda la opresión nacional permitiendo ejercer el derecho de autodeterminación. La lucha democrática del pueblo catalán por su derecho a la autodeterminación está indisolublemente ligada a la revolución obrera y socialista en el Estado español. Solo la lucha por la desaparición de toda opresión nacional será un elemento importante en la constitución de la unidad de la clase obrera de todas las nacionalidades que conforman el Estado español, y que luche en la perspectiva de una voluntaria Federación Socialista de Repúblicas Ibéricas, como parte de los Estados Unidos Socialistas de Europa.


Movimiento Obrero

Asamblea de Barcelona

La necesidad de una dirección alternativa a la burocracia de CCOO y UGT Federico Grom La Asamblea de Barcelona se conforma como un espacio de unidad, motorizado por los dirigentes del Comité de Convenio de TMB (Transports Metropolitans de Barcelona), quienes hicieron un llamado a conformarla ante la necesidad de organizarse contra las medidas impulsadas por Zapatero, apoyadas por la banca y la patronal. Estas medidas son el mayor ataque desde el franquismo los trabajadores, pensionistas, y los sectores populares. Desde aquí surgieron comisiones abiertas a todos, sin distinción de filiación sindical, ni política, siendo conscientes de la necesidad de una alternativa distinta a las actuales direcciones de los sindicatos mayoritarios de CCOO y UGT. Y es así que a fines de Junio más de 400 personas participaron de la asamblea realizada en las cocheras de Sants. En la misma se encuentran trabajadores, jóvenes, estudiantes, organizaciones barriales, sindicales y políticas de izquierdas. Muchos de los que formamos parte de este espacio veníamos reclamando la necesidad de una huelga general en todo el Estado español, y ahora que las cúpulas sindicales la convocan para el 29 de septiembre, debemos ser parte de ésta, impulsando acciones combativas y democráticas. Entre las resoluciones de este importante encuentro, está la realización de una Asamblea el 15 de septiembre, en Plaza Universitat. Esta asamblea se propone discutir y resolver sobre las medidas de lucha para la huelga del 29 de septiembre y cómo continuar la pelea. Desde entonces distintas comisiones se reunieron durante el verano para organizar esta asamblea. Entre las resoluciones de este importante encuentro está el impulso de una Asamblea el 15 de Septiembre, en plaza Universidad. Esta asamblea

se propone discutir y resolver sobre las medidas de lucha para la huelga del 29 de Septiembre y como continuar la pelea. Desde entonces distintas comisiones se reunieron durante el verano para organizar esta asamblea. Sobra decir, que una mala huelga, a los únicos que beneficiaria sería a la patronal y al Gobierno. Pero también somos conscientes de que solo la huelga del 29S, sin autoorganización de los trabajadores, sin combatividad y sin un plan que le de continuidad a esta pelea, no podremos derrotar los planes del gobiernos y constituir una alternativa de y para los trabajadores. Creemos que uno de los debates más importantes, es sobre que actitud tomar frente a los grandes sindicatos y sus dirigentes vendidos. No solo es normal que en espacios de unidad para la lucha se den diferencias o matices, sino que el debate es absolutamente necesario para la clarificación de los sectores de vanguardia, tanto para resistir el ataque como para pensar en una estrategia para vencerlo.

Hay que pelear la dirección del movimiento obrero a los dirigentes de CCOO y UGT La patronal y el Gobierno está realizando un durísimo ataque sin precedentes desde la Dictadura franquista, la lucha será dura. La clase obrera tiene que recuperarse de sus viejas derrotas y defenderse. Empezar a caminar un arduo camino. Pero cada vez que quiere o intenta caminar, se da cuenta que una piedra en su zapato, se lo impide. Esta es la burocracia sindical. Pero menuda solución sería tirar los zapatos e intentar caminar descalzos. Hay que sacarse la piedrita del zapato. Sería un grave error que intentáramos remplazar a los grandes sindicatos y

evitar la pelea por tratar de recuperarlos. Aún peor sería darles la espalda de forma sectaria a las decenas de miles de trabajadores que en ellos se referencian, confundiéndolos con sus dirigentes. Hay que echar a los dirigentes vendidos, recuperar las organizaciones sindicales, y ponerlas al servicio de los verdaderos intereses de los trabajadores. Basta de que estos dirigentes discutan en mesas pequeñas con el gobierno, representante de las patronales, y hagan pactos secretos a nuestras espaldas y contra nuestros intereses. Debemos exigir a los dirigentes de los grandes sindicatos, CCOO y UGT, que vayan más allá de lo que ellos quieren ir, y debemos criticarlos dura y abiertamente cuando no lo hagan como forma de desenmascararlos frente a todos, intentando dialogar y convencer a miles de trabajadores de la necesidad de tomar las riendas de sus propias organizaciones históricas de lucha. La Asamblea de Barcelona puede ser un punto de organización para aquellos que quieran hacer acciones contra el ajuste de ZP, plantándose como alternativa a las direcciones sindicales burocráticas de CCOO y UGT, disputándole la base y la dirección de nuestras organizaciones, los sindicatos. Para ello creemos necesario orientar nuestra acción, tanto a intentar convencer a los trabajadores que son la base de los Méndez y Toxo de que hay superar y barrer a esos dirigentes, como buscar la confluencia de estos importantes sectores de nuestra clase con aquellos otros que esos mismos dirigentes han dejado completamente de lado y en buena medida no se sienten “representados” por ellos; como los jóvenes, inmigrantes, parados... Esta es la gran tarea que tenemos planteada los que formamos parte de este proceso de reorganización.


Movimiento Obrero

La Huelga del Metro de Madrid

Primeros combates de nuestra clase contra la crisis y las lecciones para el futuro Por Santiago Lupe

El recientemente terminado conflicto del Metro de Madrid ha sido uno de los primeros combates, y hasta ahora el de mayor importancia, de un sector de nuestra clase contra los planes de ajuste que prepara la burguesía contra nosotros. Creemos que por el contenido de la lucha y sus métodos nos permite además reflexionar sobre el mismo a fin de extraer las mejores lecciones para las batallas que están por venir.

Una lucha contra los planes del PP y el PSOE contra la clase trabajadora La Comunidad de Madrid les quería imponer una rebaja del 2,5%, lo cual además de la merma de salario constituía un ataque sin precedentes, ya que suponía modificar por decreto-ley un convenio colectivo pactado el año anterior. Aguirre, seguía así la senda marcada por Zapatero y la extendía a los trabajadores de empresas públicas, arremetiendo contra el salario de los trabajadores, y ya de paso sentaba un pernicioso precedente contra la negociación colectiva. No se trataba de una “política de la derecha”, sino más bien de la política que comparten casi al 100% la derecha del PP y los social-liberales del PSOE, que son quienes la impulsaron desde el Gobierno central, y quienes también la están aplicando en las Comunidades donde gobiernan. En estos casos incluso con el apoyo de fuerzas de la “izquierda” parlamentaria como ERC o EUiAICV en Catalunya. La Huelga del Metro se encuadra pues en la lista de las primeras respuestas obreras que

se está realizando ante los planes de ajuste del PSOE, el PP y el conjunto del Régimen del 78. Esto la convertía en un conflicto que se salía claramente de los marcos del conflicto salarial o de empresa. No estaba desafiando un ataque empresarial puntual, sino los puntos esenciales del ataque de la burguesía. Así pues la victoria de esta lucha iba a pasar por sacarla de la empresa, buscar la coordinación y el apoyo de otros sectores obreros y populares que también sufren la crisis y los planes del Gobierno. En definitiva convertir la huelga del Metro en una punta de lanza para abrir el camino a la derrota de los planes de los Zapatero y las Aguirre de turno.

La Huela Total, recuperando grandes tradiciones del movimiento obrero La respuesta de los trabajadores no se hizo esperar y convocaron huelga para los días 28, 29 y 30 de Junio. El Gobierno de la Comunidad haciendo uso de un reglamento de huelga que data de 1977 (anterior a la propia Constitución), impuso unos servicios mínimos del 50%, reduciendo cualitativamente el impacto de la protesta. Sin embargo esta vez los trabajadores en asamblea decidieron romper los marcos legales en 11

los que el Régimen del 78 (haciendo uso de su herencia franquista) trata de descafeinar y debilitar la fuerza de nuestra clase. El incumplimiento de los servicios mínimos los días 29 y 30 de Junio permitieron que todos los trabajadores pudieran ejercer su derecho a la huelga, llegándose a cerrar por completo el servicio. Este hecho, junto con la discusión y votación en asamblea de los pasos a seguir, ha sido un bofetón a todos los sectores burgueses; demostrándoles a muchos trabajadores que ante la magnitud de los ataques que se preparan, el camino pasa por desconocer su legalidad y pasar a la acción con nuestros propios métodos de clase. Había que remontarse al invierno de 1976 para volver a ver el Metro de la capital cerrado por huelga. Hoy como entonces las victorias obreras no se pueden obtener cumpliendo las reglas del juego que marcan los mismos contra los que luchamos. Por otro lado las asambleas vienen a poner en cuestión parcialmente el modelo sindical que se ha ido enraizando desde los Pactos de la Moncloa. Las negociaciones casi secretas entre la empresa y los Comités, de empresa o de huelga, convierten muchas veces las pro-


Movimiento Obrero testas en meras piezas de presión, abriendo el camino con mayor facilidad a pactos de vergüenza o traiciones abiertas. Estos han sido sin duda los elementos más progresivos de la lucha, lo que potencialmente la convertía en un posible punto de inflexión para el movimiento obrero en caso de haber obtenido una victoria importante; frenando el ataque al convenio y echando para atrás las medidas disciplinarias contra más de 2000 trabajadores por luchar. Sin embargo conviene reflexionar cuáles eran los límites que han llevado a la aceptación de un mal acuerdo en cuanto al salario (-1%) y el convenio (que queda tocado), y a dejar en manos de los tribunales los 2000 expedientes.

¿Pudo haberse convertido el conflicto en una gran batalla política de la clase obrera? Como decimos la lucha del Metro era objetivamente política ó tenía un carácter político, en el sentido de que se enfrentaba a los planes de la burguesía y en su desarrollo vino a cuestionar aspectos del modelo sindical y las leyes anti-huelga del Régimen del 78. La cohesión y combatividad demostrada por toda la plantilla en las huelgas de Junio eran un gran punto de arranque para lograr vencer en este conflicto que de entrada iba a ser muy duro. Además, las consecuencias de la huelga total para el usuario, facilitarían al enemigo poder criminalizar la protesta, lo cual hacía aún más necesario ganar la “batalla de la opinión pública”. Aguirre y Zapatero contaban con la policía, y con absolutamente todos los medios de comunicación de masas. Los trabajadores debíamos oponerle una gran campaña en búsqueda de la solidaridad de otros sectores obreros y populares, y extender la lucha más allá de la empresa.

El Comité de Huelga1 propuso e impulsó la huelga total, pero sin contar preventivamente con la necesidad de, antes o a la vez que se cerraba el Metro, acudir a las empresas, polígonos y barrios obreros ha realizar una gran campaña política contra el Gobierno del PP en Madrid y el de Zapatero, contra sus planes, y llamando al conjunto de los trabajadores y sectores populares a apoyar y sumarse a la lucha. Esto implicaba exigir a CCOO y UGT para que impulsasen la campaña, que incluyese una Huelga del conjunto de los empleados que dependen de la Comunidad de Madrid, empezando por el resto de sociedades mercantiles como Telemadrid o en Canal de Isabel II. Asimismo la exigencia tenía que extenderse a otras fuerzas de la izquierda sindical que tienen peso en empresas tan importantes como por ejemplo los autobuses urbanos de Madrid (EMT), que de haberse unido a la lucha hubieran amplificado la fuerza notablemente. De esta manera la huelga total partía de una gran fortaleza interna, y una gran debilidad externa. Una campaña anti-obrera durísima se desplegó contra los trabajadores del Metro en todas las radios, periódicos y televisiones. Además, apoyándose en esta histeria tatcheriana, Aguirre anunciaba la imposición de sanciones a miles de huelguistas que no habían cumplido los servicios mínimos. Ese fue el momento más crítico de la lucha. A esas alturas se produjo la “tregua” del fin de semana del orgullo gay. Dos días con servicios mínimos y tres sin paros. Este retroceso podía ser táctico o convertirse en el principio de una dinámica descendiente. Fue una gran oportunidad para iniciar una fuerte campaña política para contrarrestar la ofensiva de Aguirre, y a la vez ir retomando los paros hasta volver a cerrar por completo el Metro. Pero esta vez tratando de romper el aislamiento a través de la alianza con otros trabajadores afectados por los decretos de Aguirre y Zapatero que

quisieran pelear contra los planes de ajuste, la Reforma Laboral, junto a los parados, usuarios del transporte público incluyendo reivindicaciones sobre el alto coste... Sin embargo el CdH no organizó ninguna iniciativa en esta dirección en aquellos cinco días. En la asamblea del 5 de Julio algunos trabajadores intervinieron en ese sentido, sin embargo el CdH al completo propuso continuar con la tregua desconvocando la huelga indefinida que había legalizado Solidaridad Obrera. Se trataba de un retroceso unilateral para según el CdH poder abrir negociaciones, ya que la Comunidad, envalentonada, se negaba a recibirlos mientras seguía adelante con los expedientes. Finalmente el 12 de Julio una nueva asamblea votó la propuesta de reemprender los paros con servicios mínimos. También se empezaron a aprobar algunas medidas en la línea de organizar la solidaridad, como la creación de una Caja de Resistencia. Ya algunas fuerzas de la izquierda sindical y organizaciones sociales se habían pronunciado en apoyo a su lucha. Una política correcta que sin embargo tuvo poco tiempo para desarrollarse y que además se puso en marcha cuando ya la línea moderantista que se impuso desde la primera tregua había ido desgastando y desmoralizando a buena parte de la plantilla (lo cual además se expresaba en asambleas cada vez más pequeñas). Esa misma semana todo el CdH menos Solidaridad Obrera llegaban a el principio de acuerdo con la empresa que se ratificaría días más tarde. Un mal acuerdo fruto del giro moderantista del Comité de Huelga. El acuerdo firmado dista mucho de las reivindicaciones desde las que partía el conflicto, y que fueron el cemento que cohesionó a toda la plantilla en las jornadas de la huelga total. Este acuerdo supone la aceptación de una rebaja salarial del 1%, pero lo más preocupante son otras medidas de reducción del gasto como son la re-estructuración del transporte nocturno de personal, el que no se cubran las bajas vegetativas


Movimiento Obrero que se produzcan a lo largo de este ejercicio o la reducción de las dietas y los gastos de formación. Es un acuerdo que contiene importantes recortes salariales y laborales para los trabajadores, que sienta precedente en cuanto a futuras vulneraciones del convenio y que además no dice nada de los más de 2000 expedientes que se posponen a su resolución uno por uno por la vía jurídica. Fue ratificado por la Asamblea de trabajadores, a propuesta de 4 de los 5sindicatos el CdH, el pasado lunes 19 de julio, con un 69,3% de votos a favor, pero con un importante rechazo del 30%. Este resultado expresa que a pesar del desgaste al que ha llevado el giro moderantista del CdH, aún quedaba una fracción importante de los trabajadores dispuestos a seguir adelante. Las potencialidades del conflicto de las que hablábamos más arriba quedaron eclipsadas por la política de la dirección, que, optó por una vía declinante que fue mermando las fuerzas hasta convertir el mal acuerdo en el “único posible” para una buena parte de la plantilla. La oposición de Solidaridad Obrera al acuerdo es a nuestro entender una posición correcta y de principios. Este acuerdo es inasumible no solo por su contenido, sobre todo al dejar fuera a los 2.000 expedientados, sino también en cuanto a que el conflicto tenía las potencialidades suficientes para ganar como hemos explicado. Sin embargo durante toda la lucha han mantenido una “lealtad” a la política del CdH que creemos no beneficiaba en nada a la lucha. Consideramos que la constitución de un CdH unitario es un paso importante para emprender la lucha. Sin embargo no compartimos asociar la defensa de la unidad sindical para luchar, con el unitarismo que acaba condenando al silencio a aquellas posiciones que discuten la línea mayoritaria. Como fuerza encuadrada en la izquierda sindical, era necesario que Solidaridad Obrera hubiese planteado en

las asambleas una alternativa política a la línea que se hizo hegemónica en el CdH y que encabezaba su portavoz de CCOO, aún si se quedaba en un principio en minoría. El moderantismo sindical, sin política para “volver a la carga en mejores condiciones”, no ha sido combatido en las asambleas de trabajadores en nombre de la “unidad del CdH”. Esto ha facilitado que esta línea acabara por imponerse por convencimiento o por desgaste en la mayoría de la plantilla, y ha evitado que desde las asambleas, además de deliberar y votar sobre las propuestas aprobadas en el CdH, se pudiera gestar una alternativa desde las bases que hiciera cambiar el rumbo de la lucha.

Lecciones para los próximos combates obreros Como decíamos al principio más allá del resultado, desde nuestro punto de vista un mal acuerdo, el conflicto del Metro ha dejado planteado algunos elementos que se deben tomar como lecciones para los combates que están por venir. Muchos serán los convenios que se incumplirán si pasa la Reforma Laboral. La lucha para echarla atrás es sin duda el siguiente combate de importancia al que está llamada toda la clase obrera del Estado. La Huelga del 29 de Septiembre debemos convertirla en una primera jornada de un plan de lucha que llegue hasta la derrota del Gobierno. Para conseguirlo debemos tomar en cuenta dichas lecciones. La legalidad burguesa del Régimen del 78, que en ocasiones data incluso de la etapa final del franquismo, apuntala la defensa de los intereses de la patronal y la banca. Sus leyes y reglamentos van siempre a tratar de mermar nuestras fuerzas, a la vez que no dudarán en emplear la represión cuando lo estimen necesario. Así ha quedado demostrado con las amenazas de militarización del Metro del Consejero de Transportes o la última propuesta del Ministro de Fomento de resolver el conflicto de los controladores con 13

militares en las torres de control. Los trabajadores tendremos que romper esos corsés impuestos si queremos poder poner toda la carne en el asador para vencer los planes de ajuste draconiano que se están cocinando. El burocratismo incrustado en la mayoría de los sindicatos y Comités puede combatirse, los dirigentes vendidos y vende-obreros solo pueden caer si imponemos una férrea democracia obrera basada en la asamblea como órgano de deliberación, toma de decisiones y control de nuestros representantes electos. Sin embargo la más amplia democracia de base no es suficiente para ganar, como demuestra la lucha del Metro. Hace falta construir corrientes en el seno de las empresas, los Comités y los sindicatos, que levanten y peleen por una alternativa a la política de los dirigentes reformistas que son hegemónicos en el movimiento obrero. Una corriente que plantee convertir los conflictos que están por venir en verdaderas “escuelas de guerra” para los trabajadores, convirtiendo los conflictos en batallas políticas contra la patronal y sus representantes políticos, impulsando la coordinación con otras luchas y sectores sociales, como el movimiento estudiantil y el vecinal, organizando la solidaridad... Una corriente que de pasos en recuperar los sindicatos, secciones, Comités... para la lucha, expulsando a las direcciones burocráticas que los han ido copando en las últimas décadas. En esta tarea de reconstrucción de las fuerzas del movimiento obrero los compañeros de Clase contra Clase creemos que la izquierda sindical y las fuerzas que nos reclamamos del marxismo revolucionario debemos poner todo nuestro esfuerzo siendo parte de las batallas que se dan con una política y un programa que aporte a la construcción de esta corriente. Notas

1 El comité de Huelga es la representación de los sin-

dicatos que desde el Comité de Empresa convocan huelga. En este caso, todos los sindicatos apoyaban las huelgas. Los acuerdos del CdH eran presentados en las Asambleas de Trabajadores.


Mov. Estudiantil

Los estudiantes y los obreros debemos decir:

¡¡NO PASARAN!! Por David Cruz

El panorama para la juventud obrera y estudiantil se ve cada vez más negro a medida que se va profundizando la crisis económica. La idea de conseguir trabajo después de estudiar se está viendo como una mítica utopía inalcanzable para muchos estudiantes. Si es que antes no era ya un mito que el puesto de trabajo obtenido correspondiese a tu nivel de estudios. El paro entre los jóvenes ha llegado alcanzar el 40,3%, y muchos economistas ya empiezan a plantear que este paro es estructural e inmanente al capitalismo español, pues “basta recordar que el desempleo de los menores de 25 años subió hasta el entorno del 45% en 1984-85 (como consecuencia de la crisis de principios de los 80) y en 1994-96 (consecuencia de la crisis de 1991-92)”1.

Los ajustes del Gobierno también atacan a la educación pública En estos meses el Gobierno pretende aprobar grandes ajustes en los Presupuestos Generales del Estado, y por supuesto la educación no estará exenta de estos recortes. Muchas universidades conocen el brutal recorte presupuestario que van a sufrir y ya están tomando medidas drásticas que les permitan buscar nuevas fuentes de auto-financiación. En este sentido era certero lo que muchos estudiantes anti-bolonia veníamos denunciando durante las luchas contra este plan. Mientras el Gobierno socioliberal trata de salvar a sus capitalistas destinando millones de euros de nuestros salarios, la estrategia “a la boloñesa” trataba de cerrarle

el grifo de la financiación a la universidad pública. Así se buscaba profundizar la privatización encubierta de la educación, justificando la necesidad de las subidas de tasas y la financiación privada con las abultadas deudas que tienen las Comunidades Autónomas, y en concreto, las universidades, con la banca carroñera. Así los rectores y los gobiernos autonómicos están estableciendo subidas del 4 y del 5,5% en las tasas, como ya está pasando en Madrid situándose entre 803 y 1.254 euros el precio de los Grados2. A pesar de que la tendencia de las universidades durante estos meses es que se está incrementando el número de alumnos, basada en parte en la entrada de jóvenes que llevan meses sin encontrar trabajo, las medidas pretenden acabar con los hijos de los trabajadores en la Universidad. Una elitización brutal que no podrá ser costeada por un montón de familias cuyos cabezas de familia sufren también despidos, ERE´s, embargos, etc.

La juventud trabajadora, uno de los sectores más explotados de la clase obrera Pero el panorama entre la juventud trabajadora, precaria o parada en su mayoría, no es tampoco mejor. La crisis ha supuesto un durísimo golpe para nosotros. Sobre todo porque a la patronal le interesaba deshacerse de trabajadores que tenían un coste de despido baratísimo, como los temporales. La cuestión está en que durante todo este tiempo, los grandes sindicatos han estado firmando externalizaciones de empresa, subcontrataciones, extensión del trabajo basura a través de la ETT´s, salarios cada vez más bajos para estos puestos de trabajo, ocupados en su mayoría por jóvenes y también en un porcentaje muy alto por inmigrantes, y un largo etc.… que ha hecho posible que la juventud fuera despedida ninguna batalla de los sindicatos que uniesen a los temporales con los trabajadores fijos. Por ello, sin una juventud organizada y sin ex-


Mov. Estudiantil periencia combativa, la burocracia sindical ha sido el mayor obstáculo para crear las condiciones de la unión de todos los trabajadores, sin distinción de categorías para enfrentar los despidos. Muchos de estos trabajadores jóvenes somos los que llevamos meses en el paro y somos los que han entrado de nuevo en el sistema educativo para completar su formación con la ilusión de encontrar un trabajo digno, que la patronal no les va a garantizar. Por otro lado, el Gobierno social-liberal, la patronal y la banca quieren imponernos una Reforma Laboral que abarate más el despido, que destruya la negociación colectiva para que sea legal trabajar como esclavos aun más si cabe, introducir la privatización o semiprivatización de todos los servicios públicos, así como extender las ETT´s en el empleo público. Un recorte bestial a las condiciones conquistadas por la clase obrera. Conquistas que debemos defender para garantizarnos no solo un puesto de trabajo, sino un puesto de trabajo decente. Si durante la época de crecimiento la juventud trabajadora ha sido la principal perjudicada del aumento de la explotación y la precariedad, ¿qué podemos esperar de esta época de recortes?, con seguridad éstos nos afectarán de manera igualmente especial. Esa es la idea de los capitalistas. No hay otra salida para ellos. Un empobrecimiento mayor de los trabajadores y sus hijos.

Barrer las ideologías que desmoralizan a la juventud obrera, ¡No nos dejaremos arrastrar! Nuestra lucha por nuestro presente es acabar con la privatización y pauperización de los servicios públicos, como la que en concreto nos impone el Plan Bolonia en la universidad. La lucha por nuestro futuro es nuestra lucha contra las reformas antiobreras. Sin embargo, la burguesía española y sus célebres intelectuales han estado durante años contándonos las maravillas del capitalismo,

y de que su mundo había permitido acabar con las divisiones de clase, e incluso que la clase obrera había dejado de existir. Y que luchar por un mundo distinto y bajo el papel revolucionario de los trabajadores era impensable. Hoy la crisis, cuestiona y cuestionará más agudamente eso de que la clase obrera desapareció. Por el contrario, nos encontraremos con enfrentamientos cada vez más agudos, y ya lo vimos con la Huelga de empleados públicos del 8 de Junio, o la Huelga Total del Metro de Madrid, o la próxima Huelga General del 29 de Septiembre. La patronal se fue preparando durante años ideológicamente para acabar con el sujeto revolucionario que más temía, que más podía poner en cuestión sus planes de dominación económica, social y cultural, la clase obrera. Pero, si en la universidad caló ese mensaje anti obrero hasta el tuétano, en los trabajadores esto nos desarmó para enfrentar los ataques del Gobierno capitalista de Zapatero y nos desarmó ante las presiones derrotistas de la burocracia sindical. Recomponer en las universidades e institutos, la historia de la clase obrera y aprender de sus luchas y de sus victorias es uno de los pasos para que los jóvenes trabajadores desorganizados y sin experiencia tomen en sus manos su propia historia, y se enfrenten a todos los obstáculos que impiden lograr la unidad orgánica de todos los trabajadores del estado español.

La universidad y los institutos, la mejor herramienta para extender la lucha de los obreros Los estudiantes combativos que luchan por su futuro debemos organizarnos para confluir en los piquetes, en las manifestaciones y en las asambleas de trabajadores que se organicen para enfrentar los ajustes neoliberales que se preparan contra nosotros, la clase obrera y sus bastiones más importantes. Podemos utilizar las universidades y los institutos 15

como altavoces o “medios contra-informativos” de los explotados que luchan y de los “sin voz”, organizando desde allí la solidaridad con los conflictos sociales, forjando una unidad obrero-estudiantil que ponga mas difícil la política derrotista y conciliadora de los grandes sindicatos como CCOO y UGT, y así ir sembrando las semillas que permitirán recuperar las viejas tradiciones de lucha del movimiento estudiantil para alcanzar posibles victorias. Una unidad así para con el movimiento obrero, ayudaría a que miles de jóvenes precarios y explotados se vean con suficiente fuerza como para saltear los obstáculos de la burocracia sindical, con la suficiente fuerza como para decir: “¡Presentes!”. Unir las demandas del movimiento estudiantil en contra de la elitización y privatización de la educación con las demandas de los jóvenes precarios y parados, y contra las reformas anti-obreras permitiría echar abajo los ataques que nos lancen los de arriba.

El 29S, una buena oportunidad para avanzar en la unidad obrero-estudiantil En este sentido la Huelga General del 29S es una buena primera oportunidad para empezar a desarrollar este combate. Desde Clase contra Clase creemos que el conjunto de las organizaciones estudiantiles de izquierda, así como las corrientes políticas del marxismo revolucionario que están presentes en las universidades y los institutos, debemos poner todos nuestros esfuerzos en tratar de que los estudiantes se sumen codo con codo con los trabajadores en esta importante jornada de lucha. Hay que intentar organizar a todos aquellos estudiantes que quieren luchar junto con la clase obrera, para intentar dejar vacías las aulas y sumarnos a los piquetes y manifestaciones. Notas

1 El País, Negocios, a 07/03/2010 2 El País, a 28/08/2010


Internacional

Huelga en el sector público

Después del Mundial asoma la verdadera Sudáfrica Por Alejandra Ríos

El ambiente alegre que se vió en Sudáfrica durante el Mundial es cosa del pasado. La hipocresía que trataba de ocultar las paupérrimas condiciones de vida de la población en la economía más grande del continente más pobre del globo quedó expuesta por la acción de los trabajadores estatales, que han paralizado las instituciones educativas y de la salud en todo el país. Desde el 18/8 un total de 1,3 millones de trabajadores del sector público de Sudáfrica están en huelga exigiendo un aumento salarial del 8.6% y un incremento de 1.000 rands (137 dólares) en la asignación para la vivienda. El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, del partido mayoritario CNA (Congreso Nacional Africano), que gobierna en coalición tripartita con el COSATU (Confederación de Sindicatos Sudafricano) y el SACP (Partido Comunista Sudafricano), enfrenta una oleada de huelgas que, por su magnitud, ha puesto en peligro dicha alianza. Sudáfrica es la economía más grande del continente africano y entró en recesión en mayo de 2009 luego de una gran caída en la minería, la principal actividad económica del país. Sin embargo, y pese a la crisis, el sector de la construcción se vio beneficiado con el enorme programa de inversión gubernamental que significó el Mundial de Fútbol de 2010. La demanda de los trabajadores ha encontrado una violenta respuesta de parte del gobierno, que ha usado todos los medios para intentar derrotarlos. El ejército desplegó tropas para mantener abiertos los hospitales y envió equipos de médicos para

“brindar” servicios a la población durante el conflicto con el fin de quebrar la huelga. El ministro de Salud a su vez llamó a que se alisten voluntarios para ayudar a limpiar los hospitales y cocinar para los pacientes. Junto a esto, se ha montado una campaña contra los trabajadores de la salud acusándolos de “asesinato” y de “dejar morir a los pacientes”. Frente a tal difamación los trabajadores salieron a responder que la muerte diaria de los enfermos no es una “novedad” ni consecuencia de la huelga, ya que Sudáfrica sufre el segundo nivel más alto de personas con el HIV/SIDA en el mundo (una de cada siete personas está infectada con el virus) y posee un alto índice de mortalidad infantil. En otra muestra de su disposición a quebrar la protesta, el gobierno consiguió una orden judicial que impide a los huelguistas que bloqueen los edificios estatales y los insta a que vuelvan a sus puestos de trabajo. Esta medida aumentó las tensiones con el gobierno y los sindicatos desafiaron la orden judicial convocando a que otros sectores se plieguen a la huelga. Durante la protesta del 23/8 convocada por la COSATU, en la cual se movilizaron miles de trabajadores, la policía desató la represión contra los trabajadores de la salud en huelga con balas de goma, camiones hidrantes

y gases lacrimógenos, con el resultado de trabajadores heridos. El 26/8 las principales ciudades de Sudáfrica, Johannesburgo y Ciudad del Cabo, vieron sus calles colmadas de trabajadores estatales que marcharon con las remeras rojas de su sindicato y carteles con la consigna “¡Exigimos salarios dignos!”. Las recientes acusaciones de gastos lujosos de los ministros y de corrupción en las altas esferas gubernamentales ha aumentado el enojo de los manifestantes que cantaban consignas contra Zuma. Ese mismo día, el secretario general de la COSATU, Zwelinzima Vavi, en un acto ante miles de trabajadores en Johannesburgo, llamó a ampliar la ola de protestas y convocó a una huelga nacional de 24 horas para el jueves 2/9 en apoyo de los trabajadores del sector público. Según Vavi los trabajadores del sector de la minería y de diversas fábricas manufactureras ya expresaron su solidaridad con la protesta del sector estatal.

Crisis en la alianza del CNA El CNA está en el gobierno desde el fin del régimen del apartheid en 1994, cuando Nelson Mandela asumió como presidente con abrumadora mayoría bajo el principal eslogan “Una mejor vida para todos”. Sin


Internacional embargo, a pesar de esa inmensa conquista democrática que representó el derecho a voto por primera para la población negra, y luego de 16 años de gobierno del CNA, la mayoría de las masas urbanas y rurales no ha visto una mejora en sus condiciones de vida. Según datos de las Naciones Unidas el desempleo es casi del 30% y la expectativa de vida es de 50 años para los hombres y 53 para las mujeres, y 5,5 millones de personas viven en la pobreza. En los barrios populares la situación sigue siendo desesperante para la mayoría de la población, que no cuenta con agua corriente ni suministro energético y en muchos casos tiene que compartir un baño entre una decena de familias. Estas terribles condiciones de vida fueron telón de fondo de varias protestas, la última oleada en febrero pasado. No obstante, el gobierno, preocupado por su imagen en el exterior ante la proximidad del Mundial, logró aplacar las protestas. La central COSATU, que organiza 2 millones de trabajadores, es la principal fuerza convocante de las huelgas, y al mismo tiempo es un sostén clave del gobierno del CNA al cual apoyó en la última campaña electoral bajo la consigna “Zuma presidente”. Sin embargo, durante la huelga la COSATU ha adoptado un rol opositor, que puede hacer peligrar la estabilidad de la alianza con el CNA. Luego de la multitudinaria marcha del 26/8 algunos sec-

tores de la industria se plegaron a la huelga, como el importante sector del neumático, aumentando la presión sobre el gobierno. La COSATU amenazó incluso con no apoyar a los candidatos del CNA en las elecciones municipales del año próximo. Luego de dos semanas de huelga y frente a la amenaza de que el país se vea completamente paralizado con ampliación del alcance de la huelga, empezaron a emerger fisuras dentro del CNA dado que un sector cuestiona la forma en la que Zuma se ha manejado durante el conflicto. Este sector, además, viene exigiéndole la implementación de un sistema de salud nacional y medidas contra la corrupción. Ante esta crisis, el presidente Zuma, que busca poner fin a la huelga que ocasiona una pérdida de 135 millones de dólares por día, ha ordenado a sus ministros a que el lunes 30/8 vuelvan a la mesa de negociaciones con la propuesta de un aumento salarial del 7,5% y una asignación de vivienda de 800 rands (108 dólares). Al cierre de esta edición dos de los sindicatos más importantes de los sectores de la salud y educación han rechazado la oferta salarial. Sin embargo, la dirección de la COSATU le ha dado un respiro al gobierno ya que en medio de las consultas ha levantado la huelga de solidaridad que había sido convocada para el 2/9. Esta actitud deja en claro el papel de la COSATU como sostén del gobierno de Zuma usando su

influencia en la base de los trabajadores para salir a su rescate en la oleada de huelgas más importante de los últimos años. Muchos se preguntan cuál terminará siendo el real impacto de esta oleada de huelgas sobre el vapuleado gobierno de Zuma, que fue electo en mayo de 2009 con un amplio voto popular, pero enfrenta ahora protestas sociales y el abandono de una de las fuerzas de su alianza de gobierno. Golpeado por la crisis, escándalos de corrupción, pérdida del apoyo incondicional de la COSATU y una gran desilusión de las masas, el gobierno necesita restablecer las relaciones con los sindicatos. Para eso necesita el respaldo de la COSATU en la Conferencia política nacional del CNA que tendrá lugar a mediados de septiembre. Las huelgas y protestas recurrentes, que se extendieron durante los últimos años, muestran la impaciencia de los trabajadores y el pueblo, que no ven mejorar sus condiciones de vida. Las movilizaciones de los trabajadores estatales, formando una alianza con los sectores empobrecidos de la ciudad y las áreas rurales que se movilizaron durante 2010, muestran el camino para enfrentar la agenda neoliberal del CNA y avanzar en la resolución de los problemas más acuciantes de los trabajadores y el pueblo pobre.

Claves CNA: Congreso Nacional Africano, partido político de orientación socialdemócrata afiliado a la Segunda Internacional. Fue la principal fuerza durante la resistencia al régimen racista del Apartheid y está en el gobierno desde 1994 cuando Nelson Mandela asumió como presidente.

Apartheid: Sistema racista separatista que gobernó Sudáfrica bajo una minoría blanca desde 1948 hasta 1994. Impuso una política de separación por medio de la cual los negros y los blancos tenían que vivir en distintos barrios, viajar en diferentes auto-

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buses y hacer distintas filas, no podían bañarse en las mismas playas y las relaciones sexuales y matrimonio entre personas negras y blancas estaban totalmente vedadas por ley.


Internacional

MANU GEORGET, dirigente de la CGT de Philip dreux

10 días de control obrero en Francia Extraido de “La Verdad Obrera” periódico semanal del PTS sección argentina de la FT-CI

Reproducimos algunos estratos la entrevista para “La Verdad Obrera” a Manuel Georget, dirigente sindical de la CGT de Philips Dreux, de Francia, y militante del NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) del “Colectivo por una Tendencia Revolucionaria”. Los trabajadores de la fábrica de televisores Philips Dreux en Francia mantuvieron a principios de 2010, durante 10 días, una experiencia de control obrero ante el anuncio de la patronal de cierre y despidos. ¿Cómo enfrentaron las oleadas de despidos de los últimos años? MG: En 2003 hubo una primera oleada de despidos por el cambio de tecnología de tubo de rayos catódicos a LCD, ahí la patronal organizó una primera oleada de despidos de 250 trabajadores. Fue una huelga muy fuerte y muy larga, que terminó con la traición de un sindicato amarillo (pro patronal), que había sido creado por la empresa algunos años antes para romper la hegemonía que teníamos en la fábrica. En 2008, hubo una nueva oleada de despidos y fue una huelga aún más dura que duró 11 semanas, en la que los trabajadores peleaban por mantener sus puestos de trabajo, no por indemnizaciones, y que aparte fue ofensiva porque no solo mantuvieron un piquete en la puerta de la fábrica sino que decidieron bloquear toda la zona industrial (de Dreux) instalando varios piquetes alrededor de las otras fabricas por toda la ciudad y haciendo dos asambleas por día. Durante 11 semanas, esta huelga indefinida, que había logrado gran

adhesión entre los trabajadores, bloqueó de hecho el conjunto de la zona industrial, donde las fábricas no funcionaban por los piquetes de los obreros de Philips. Después de 11 semanas de huelga, el sindicato pro patronal de Force Ouvrière, que no había participado de la huelga y que incluso habían sido echados por los trabajadores al principio de la misma, sin ninguna consulta con los obreros, firmó un acuerdo con la patronal que aceptaba los despidos. En total fueron 287 despidos en 2008 y Force Ouvrière no sólo firmó un acuerdo para que se los eche sino que acordó con la patronal y el Ministerio de Trabajo que se puedan echar a los sindicalistas (delegados), pero solo a los de la CGT. Además, hay que tener en cuenta que esos 287 trabajadores eran la base radical de la fábrica, era la base de la CGT. En ese momento no me echaron pero me quedé solo en el sindicato ya que habían despedido a todos mis compañeros, así que dimos una pelea en primer lugar por la reincorporación de los compañeros de la CGT.

¿Cómo empezó el proceso de coordinación con otros sectores en lucha? MG: En ese momento me di cuenta que lo que había hecho a nivel local de coordinación y la acción en Dreux, tenía que hacerlo a nivel nacional. Entonces agarré mi coche y empecé a recorrer las fábricas que estaban en conflicto y empecé a conocer y relacionarme con los dirigentes de las principales luchas como Molex, Continental y Goodyear, que son los sectores más de vanguardia, para construir una coordinación de las luchas. Con estos sectores fue que se empezó a organizar la primera oposición de la historia de la CGT, que era la corriente en la CGT por un sindicato clasista y de masas. Fue ahí que muchos que eran de la CGT se empezaron a organizar por primera vez y convocamos una reunión para organizar esa oposición sindical en la CGT. El año 2009 estuvo marcado en Francia por lo que se conoce como “despidos parciales” (suspensiones), es decir, cuando la patronal obliga a los trabajadores a trabajar menos horas porque no hay


Internacional producción. Esta fue una de las razones por lo que las marchas de comienzos de 2009 fueron tan masivas. En Philips se veía que la patronal estaba preparando el cierre, no se había resuelto todavía el caso de los anteriores despidos de 2008 pero ya veíamos que se venía una nueva ofensiva de la patronal. En ese marco, fue que con mi compañera Natalie empezamos a pensar en la alternativa del control obrero (…) El proceso de coordinación se siguió organizando y durante el mes de julio de 2009 se puso en pie lo que se llamó el “Colectivo en contra de los Patrones Delincuentes”. Cuando estaban cerrando la fábrica New Fabris, donde los trabajadores amenazaron con hacerla explotar con un tanque de gas, se llamó a una marcha en la ciudad donde se encontraba la fábrica, a la mitad del verano a fines de julio, a la que acudieron 3.000 personas, algo muy raro en Francia. A partir de este momento se siguieron organizando reuniones con sectores de vanguardia en distintas ciudades, y se decidió realizar una gran actividad a la que acudieron más de 1.000 personas. Después de eso, se realizó una marcha en Paris, que fue llamada por sectores de vanguardia. ¿Cómo fue la experiencia del control obrero que hicieron en Philips? MG: (…) Cuando volvimos de las vacaciones en enero de 2010, hicimos una asamblea para discutir con los trabajadores, aunque era muy difícil porque a casi toda la base de la CGT la habían despedido en 2008 y la gente que había quedado en la fábrica eran trabajadores que nunca habían hecho una huelga. En ese momento, al ver que la patronal amenazaba con cerrar, nos dijeron: “Ustedes siempre hablan del control obrero. Por qué no probamos”. (…)

lo importante era demostrar que la fábrica podía funcionar y que podía pagar los sueldos a los obreros. No tuvimos tiempo, no llegamos a poner en venta los televisores que fabricamos pero lo interesante fue que en periodo tan corto de control obrero, solo 10 días (…) Pudimos hacer una experiencia con los pocos televisores que tuvimos para producir y los trabajadores estaban empezando a comprender que si vendían un televisor a 600 euros, produciendo 5.000 televisores, y ellos eran 147 obreros, en un mes podían cobrar 20.000 euros, una suma que no alcanzaban ni en un año de trabajo. En ese momento, la dirección nacional de Philips en Francia convoca a los sindicatos a la oficina central, diciendo que el control obrero es ilegal. La CGT le responde que ellos no tenían nada que ver, que era una decisión de los obreros, mientras que Force Ouvriére no solo dijo que

No teníamos para producir mucho, había para 5.000 televisores pero 19

no tenían nada que ver sino que la empresa podía hacer lo que quisiera con la fábrica, incluso retomarla. Ahí empezaron a meter mucha presión, con agentes de seguridad privada y fiscales de la justicia, que llegaron a la fábrica y amenazaron con procesar a nueve trabajadores (…). Bajo las amenazas de la empresa, se terminó votando, con la colaboración de Force Ouvriere, el fin del control obrero. Nosotros planteamos seguir la lucha, teniendo en cuenta que nos podíamos apoyar en una resolución de la justicia (…) y que decía que los fundamentos económicos del cierre de la fábrica no eran válidos. A medidos de febrero de 2010 los obreros recibieron telegramas en sus casas que decían que no fueran a trabajar el lunes siguiente porque la fábrica había cerrado. Nosotros desde la CGT tratamos por todos los medios (…) de avisar a los trabajadores que no tomen en cuenta la carta de la patronal y que vengan a trabajar todos el lunes. Ese lunes temprano nos enteramos de que algunos trabajadores habían recibido otro telegrama donde la patronal les decía que tenían otra propuesta, que era la de reincorporarlos en Philips pero aceptando que los trasladen a Hungría con un sueldo de 450 euros y les ponían como condición hablar el húngaro de manera fluida. Esto fue un escándalo, estaban todos escandalizados porque se les proponía a los obreros franceses que aceptaran cobrar sueldos de


Internacional ¿Cuál es tu visión sobre el NPA y su participación en las luchas obreras de los últimos años?

450 euros, pero lo que nadie denunció es que los obreros húngaros cobran sueldos de 450 euros. En ese momento el conflicto ganó repercusión nacional y en medio de este escándalo salió el ministro de Industria a defender a Philips diciendo que no eran delincuentes y llamó a una reunión a los obreros y los sindicatos en Paris. Pasó una semana y, mientras se mantenían los piquetes, salió un fallo de la justicia que decía que el lock out de la empresa era ilegal y que la empresa debía retomar la producción.(…) Tres días después de esa victoria importante, el sindicato Force Ouvrière hizo un acuerdo con la patronal para aceptar el cierre a cambio de indemnizaciones. En Francia, existe un mecanismo escandaloso que permite que un sindicato aunque sea minoritario y no tenga el apoyo de los trabajadores haga un acuerdo con la patronal. El conflicto terminó como todos saben en una derrota. Una derrota importante, pero sin embargo considero que estoy dejando algún legado a los trabajadores que lucharán en el futuro con esta experiencia de control obrero.

¿Cómo valoras tu participación de la VII Conferencia de la FT-CI y poder haber conocido al PTS? MG: Como trotskista y defensor de las banderas de la IV Internacional, el encuentro con los compañeros de la FT-CI de América Latina y Europa fue importantísimo, aún más en el contexto de la crisis capitalista actual que golpea nuestra clase violentamente, en particular en el continente europeo. En ese marco, el debate entre revolucionarios de varios países en la séptima conferencia de la FT-CI a la que fui como invitado fue de un gran valor para mí, permitiéndome comprender profundamente la realidad de la clase obrera mundial y que debemos hacer los revolucionarios para revertir el actual escéptico sobre la posibilidad de un cambio que yo noto entre muchos de los trabajadores con los que discuto a pesar de que son luchadores. Las discusiones y análisis acerca de la situación actual son determinantes para poder elaborar un verdadero programa revolucionario internacional para la clase obrera europea y mundial. Aparte como dije en el acto pude conocer al PTS y a los compañeros de Zanon y Stefani, que me hizo más claro el tipo de partido que necesitamos construir en Francia.

MG: A partir del año pasado, una serie de luchas duras del proletariado industrial se extendieron por toda Francia en contra de los despidos y de los cierres de empresas. Sin embargo, la mayor parte de esos conflictos se dieron con el objetivo de obtener mejores indemnizaciones de despido, aceptando de hecho la derrota. De conjunto, si bien los partidos de izquierda, el NPA incluido, han apoyado esas luchas, no han aportado a los trabajadores una perspectiva y un programa que permitiera que la energía de lucha de los obreros diera lugar a victorias o un camino alternativo y revolucionario al drama de la desocupación. ¿Podrías contarnos acerca de la formación de una Tendencia Revolucionaria en el NPA? MG: En Francia necesitamos construir un verdadero partido revolucionario, que aporte una perspectiva estratégica y un programa a la vanguardia obrera. Es con ese espíritu que al día de hoy estamos poniendo en pie una tendencia revolucionaria en el seno del NPA (Nuevo Partido Anticapitalista). Una tendencia que, al contrario de lo que hace la actual dirección del partido que es muy electoralista, luche abiertamente por el programa de la revolución socialista internacional y en esa perspectiva haga todo lo posible para fusionarse con los elementos más avanzados de vanguardia de los trabajadores.


Internacional

7º CONFERENCIA DE LA FT-CI

“Dar pasos concretos para reconstruir la IV Internacional” Extraido de “La Verdad Obrera” periódico semanal del PTS sección argentina de la FT-CI

Del 14 al 23 de agosto se realizó en Buenos Aires la VII conferencia de la Fracción Trotskista Cuarta Internacional. Entrevistamos a Emilio Albamonte, dirigente de la FT-CI y director de la revista Estrategia Internacional, sobre los principales debates que atravesaron la conferencia. LVO: La conferencia comenzó debatiendo sobre el marco estratégico de los revolucionarios en la actualidad, ¿cuál fue la discusión en este punto? EA: Para esta discusión presentamos el documento “En los límites de la Restauración burguesa” que escribimos con el compañero Matías Maiello, donde partimos de definir que con la crisis histórica que atraviesa al capitalismo en la actualidad se han terminado las condiciones de la etapa de restauración burguesa, durante la cual el avance del imperialismo sobre las conquistas de la clase trabajadora y los pueblos oprimidos del mundo, a diferencia del resto del siglo XX, se pudo llevar a cabo con métodos relativamente “pacíficos”. Es decir, no necesitaron en EE. UU., Inglaterra, Alemania, o Japón, para hablar de los países más importantes, ni un Mussolini ni un Hitler, ni romper con la democracia burguesa para destruir enormes conquistas de la clase trabajadora. Las direcciones reformistas de las organizaciones que surgieron en la posguerra o fueron cómplices o aceptaron como “mal menor” estos ataques. Hoy, como vemos en Europa, el capitalismo se muestra cada vez más incapaz de garantizar siquiera las condiciones elitistas de lo que algu-

nos sociólogos llaman el “pacto neoliberal”, con sectores privilegiados de las clases medias y los trabajadores, especialmente de los países centrales. Vemos un ataque que supuso la fractura de la propia clase obrera, no sólo entre proletarios de países imperialistas y oprimidos, sino también entre trabajadores de primera y de segunda (ya sean precarizados, en negro, inmigrantes, etc.), hundiendo a estos últimos, que conforman la gran mayoría de la clase obrera mundial, en la miseria y el hacinamiento en la periferia de las ciudades, junto con los desocupados que fueron relegados a la asistencia estatal para poder sobrevivir. LVO: ¿Por qué denominar al neoliberalismo como “etapa de restauración burguesa”? EA: Por un lado, porque es necesario huir de cualquier visión superficial y “alegre” de algunos sectores de la izquierda trotskista que ven situaciones y triunfos revolucionarios por doquier. Los revolucionarios tenemos que dar cuenta de lo que significó el avance del imperialismo a escala mundial durante casi tres décadas, que comprendió tanto el retroceso de las conquistas que el proletariado había arrancado al capital durante el siglo XX en Occidente como la restauración de los es21

tados obreros burocratizados en el Este de Europa, Rusia y el Oriente, particularmente China. La restauración capitalista en esos estados no sólo significó la caída de la burocracia gobernante, que se convirtió ella misma en capitalista, sino también la destrucción de las conquistas que se mantenían de la revolución y un terrible retroceso en las condiciones de vida de las masas. Esto afectó también a la clase obrera de Occidente. Durante la etapa de restauración la burguesía se valió de la incorporación de algo más de 1.700 millones de nuevos proletarios al mercado capitalista para atacar las condiciones de trabajo en todo el planeta. Con el sometimiento de los trabajadores chinos o del Este europeo a altos niveles de explotación, los monopolios imperialistas “relocalizaban” su producción, y usaban esto para bajar los salarios y avanzar sobre las condiciones de vida de la clase obrera europea o norteamericana. La misma ofensiva llegó a las semicolonias de la mano del llamado “Consenso de Washington”. Fue un proceso de conjunto. Lo que comenzó como una ofensiva reaccionaria mediante la cual el imperialismo impuso una serie de contrarreformas económicas, políticas y


Internacional sociales, que se conocieron como neoliberalismo, tuvo un salto cualitativo contrarrevolucionario con la restauración del capitalismo en aquellos estados donde se había expropiado a la burguesía. Esto sirvió, a su vez, para imponer nuevas cadenas a los trabajadores y los pueblos oprimidos del mundo. A este proceso de conjunto es a lo que llamamos “etapa de restauración burguesa”. Sin embargo, a pesar de este ataque generalizado, el imperialismo no logró más que postergar por un tiempo sus grandes contradicciones que hoy se vuelven a expresar como una crisis histórica cuyo epicentro está en las principales potencias imperialistas. LVO: ¿China no desmiente la afirmación d-e Trotsky de que la restauración del capitalismo llevaría necesariamente a una involución política, económica, y social? EA: Fueron muy diferentes las consecuencias de la restauración en la URSS y en China. Si la URSS pasó de ser la segunda potencia a nivel mundial a un país altamente dependiente de las exportaciones de gas y petróleo, un país donde fue desmantelado el aparato industrial y las condiciones de vida de las masas retrocedieron décadas, la restauración capitalista en China se benefició del atraso del país que para ese entonces aún tenía más de un 80% de su población viviendo en el campo. Sobre la base de la unidad nacional conquistada por la revolución del ’49 se logró un desarrollo industrial sin precedentes impulsado por el capital financiero internacional que la transformó en el “taller” del capitalismo mundial. En menos de tres décadas, mientras se liquidaban las condiciones de vida del viejo proletariado estatal, entre 100 y 200 millones de campesinos emigraron a las ciudades formando un nuevo ejército de trabajadores urbanos. Sin embargo, lejos de las expectativas de quienes veían en este desarrollo el surgimiento de la nueva potencia de recambio del siglo XXI, lo cierto es que China alberga contra-

dicciones cada vez más explosivas. Si bien en términos de PBI su economía es la segunda del planeta, si el producto se divide por la cantidad de habitantes se ubica apenas delante del Congo y Angola, con 400 millones de habitantes que viven con menos de dos dólares diarios. El desarrollo chino de las últimas décadas, al ser motorizado por el capital financiero internacional, directamente o a través del Estado, ha dado como resultado un desarrollo exponencial de la clase obrera, con más de 400 millones de trabajadores urbanos, teniendo como correlato el surgimiento de una burguesía muchísimo más débil. Con la nueva división mundial del trabajo de la que es parte fundamental China, también se ha vuelto a mundializar la lucha de clases. La conferencia analizó la existencia de dos movimientos obreros con dinámicas diferentes. Por un lado, el proletariado de Oriente, que es producto de la expansión de las economías de esa región en los últimos años, que sufre altos niveles de explotación, y que comienza a dar sus primeras grandes luchas, como por ejemplo en China, donde a pesar de que no existe el derecho a huelga ni a la organización sindical independiente, los trabajadores protagonizaron una oleada de luchas que tuvo a los obreros de Honda en la provincia de Guandong como su punto emblemático tras mantener la planta paralizada durante dos semanas, y se extendió a otras regiones como mostraron los enfrentamientos de los trabajadores de KOK Machinery en las afueras de Shangai con la policía. Este nuevo movimiento obrero se extiende por países como Vietnam, Camboya o Bangladesh, donde 800 mil obreras textiles vienen de protagonizar recientemente una heroica huelga que conmocionó al país. Por otro lado, el proletariado de Occidente, que encorsetado por la burocracia de los grandes sindicatos, con la excepción parcial de Grecia, aún no ha dado ejemplos de esta magnitud

frente a la crisis, aunque apostamos a que la huelga general convocada en el Estado Español para el 29 de septiembre pueda convertirse en un gran pronunciamiento de la clase obrera contra los planes de ajuste de Zapatero. Todos estos procesos estuvieron presentes en los debates de la conferencia así como la continuidad de la crisis mundial, la cual, no sólo dejó atrás toda la serie de especulaciones sobre los pretendidos “brotes verdes”, sino que dio un nuevo salto plasmado en la crisis europea. A lo que tenemos que sumarle la situación de crisis que padece el imperialismo norteamericano en Afganistán —que hizo a Obama abandonar las promesas de retirarse, reconociendo que la ocupación militar se va a extender como mínimo hasta el 2014—, al mismo tiempo que la publicación de los informes en WikiLeaks sobre las matanzas de civiles, los bombardeos indiscriminados y toda una serie de crímenes perpetrados por las tropas norteamericanas y de la OTAN muestran la verdadera cara del gobierno de Obama. LVO: Aquellos ataques que mencionabas a las conquistas y a las condiciones históricas de la clase obrera en Occidente, ¿qué cambios produjeron en la conciencia de los trabajadores? EA: Desde el punto de vista subjetivo el rasgo distintivo de la etapa de restauración burguesa fue que las múltiples conquistas parciales que había obtenido el proletariado en el período anterior, al no ser utilizadas como puntos de apoyo para el avance de la revolución a escala mundial, se le fueron volviendo en su contra una tras otra. No solamente la burocracia de los estados donde se había expropiado a la burguesía se pasó de lleno al bando de la restauración, sino que en el resto de los países las direcciones históricas de la clase trabajadora, como los PS y los PC, fueron los aplicadores directos de las contrarreformas


Internacional neoliberales, y las cúpulas de los sindicatos fueron cómplices o se mostraron impotentes para frenar esos cambios. En nuestro país la reconversión en clave neoliberal del peronismo durante los ’90 fue parte de este fenómeno. Este proceso tuvo como efecto inmediato la desmoralización en las filas de la clase obrera, la pérdida de confianza en las propias fuerzas, dando paso a una oleada de triunfalismo burgués y de pesimismo histórico sobre las capacidades del proletariado, que paradójicamente se producía en una etapa donde la clase obrera lograba una extensión, en términos objetivos, como nunca antes en la historia. Hoy son más de 3 mil millones los trabajadores asalariados, y la población urbana supera a la rural por primera vez en la historia. LVO: ¿Cómo encontró esta etapa al propio trotskismo? EA: Luego de la segunda guerra mundial, las corrientes trotskistas se fueron distanciando del legado de Trotsky, algunos esperando una autorreforma de la burocracia, y en la mayoría de los casos actuando como consejeros o depositando sus expectativas en el avance del socialismo de la mano de diferentes stalinismos nacionales, como Mao o Tito, o direcciones nacionalistas burguesas. Sin embargo, aunque en aquellos años donde el mapa parecía “pintarse de rojo”, como decía quien fue quizá el principal dirigente del trotskismo argentino, Nahuel Moreno, era evidente que incluso en los lugares donde hubo grandes revoluciones como en China, Yugoslavia, o Cuba, la inexistencia del proletariado más concentrado como sujeto social, la falta de organismos de autoorganización de las masas y la conducción de los procesos por partidos únicos de tipo stalinista, significaban al mismo tiempo un freno para el desarrollo internacionalista de la revolución y el avance hacia el socialismo. Más aun, esas organizaciones, frente a la

ofensiva del capital, demostraron su carácter contrarrevolucionario plegándose a los ataques. Cuando esto finalmente sucedió, la respuesta fue una suerte de “socialdemocratización”, algunos manteniendo en los papeles el programa y otros directamente rompiendo con el trotskismo. Fue un nuevo salto en la adaptación a los escenarios del régimen burgués, ya sea al sindicalismo “normal”, a las elecciones cada dos años, a la vida universitaria, etc., y junto con esto se desarrolló una visión derrotista para con el movimiento obrero. Nosotros creemos, desde el punto de vista subjetivo, que sólo revoluciones clásicas con el proletariado como sujeto y con formas de autoorganización pueden conducir al avance a la revolución internacional y de esta a la mundial, mientras que con “direcciones cualquiera” por más conquistas que se logren, tarde o temprano si no son puestas en función de este objetivo se transformarán nuevamente en su contrario. LVO: ¿En qué consistió la discusión sobre Latinoamérica? EA: Por un lado, en la situación general hay dos dinámicas: una al 23

norte del canal de Panamá, donde hay más gobiernos de derecha y más injerencia del imperialismo como vimos en Honduras, o con la invasión militar a Haití, o los ejercicios militares de la IV Flota en Costa Rica; y otra en Sudamérica, donde sin crisis económica aguda pero tampoco lucha de clases aguda, la burguesía logró, por ahora, mantener cierta estabilidad después de los levantamientos populares y campesinos de comienzos de la década. Mientras tanto, el proyecto más ofensivo de las burguesías latinoamericanas para el regateo con el imperialismo, que fue el ALBA, ahora está en crisis. Vemos que a lo que asistimos actualmente es el fin del ciclo de luchas donde el campesinado y los pobres eran hegemónicos, y el proletariado empieza a dar sus primeras luchas independientes: rebelión de fabriles en Bolivia, luchas en Venezuela (que lograron ser frenadas en la coyuntura mediante los asesinatos por sicarios de líderes sindicales), el sindicalismo de base en Argentina, etc. Es decir, el proletariado empieza a mostrarse como una clase independiente del bloque popular de conjunto, aunque lentamente y sin constituirse aún, por el bajo nivel de la lucha de clases, en un peligro para la es-


Internacional tabilidad burguesa “reformista”. Por otro lado, discutimos como un punto clave de la situación latinoamericana la encrucijada que vive en la actualidad Cuba y de cuya resolución depende el avance o no del imperialismo imponiendo nuevas cadenas a la región. Consideramos que la defensa activa de las conquistas de la revolución cubana contra el imperialismo y los planes restauracionistas de la burocracia es una tarea de primer orden para los revolucionarios en la actualidad. Tanto las posiciones que identifican la defensa de las conquistas de la revolución cubana con la defensa del régimen burocrático, justificando el curso restauracionista del gobierno, como aquellas que sostienen que la cuestión pasa por cambiar el régimen para obtener libertades democráticas formales, reproduciendo las campañas demagógicas del imperialismo, expresan dos formas distintas de apoyar a alguno de los agentes de la restauración del capitalismo en Cuba, ya sea la burocracia gobernante o directamente el imperialismo. La Liga Internacional de los Trabajadores (LIT) se ha plegado abiertamente a la variante socialdemócrata poniendo como eje la “lucha frontal contra la dictadura” y reclamando “libertades democráticas para los burgueses”. Los revolucionarios, al tiempo que enfrentamos el bloqueo imperialista y defendemos las conquistas que se mantienen de la revolución, tenemos que luchar por una revolución política que sea capaz de establecer las bases de un estado revolucionario. La conferencia discutió un documento especial sobre Cuba que hace una apreciación actual de la relación de fuerzas y la situación en la isla, que publicaremos próximamente, y resolvió lanzar una gran campaña por la defensa de Cuba frente a la burocracia restauracionista y el imperialismo, que consideramos que debe ser una de las

Secretariado Unificado (mandelista), que apuesta en todo el mundo a diluirse en partidos amplios con sectores reformistas liquidando la estrategia de formar partidos obreros revolucionarios.

tareas fundamentales de los revolucionarios en Latinoamérica. Como parte de estas iniciativas vamos a inaugurar un portal especial sobre Cuba para que todos los trabajadores puedan seguir cotidianamente la situación en la isla y donde expresaremos los principales debates a los que me refería. LVO: ¿No creés que frente a la crisis habría que llamar a una conferencia o congreso de las decenas de grupos nacionales y tendencias internacionales que en todo el mundo se reivindican trotskistas? EA: Si surgieran reagrupamientos de este tipo no te quepa la menor duda que participaríamos e intentaríamos discutir un programa marxista revolucionario consecuente y orientarlos hacia la fusión con lo más avanzado de la vanguardia obrera. Sin embargo, esto es altamente improbable porque en estas últimas décadas se han agudizado las diferencias, teóricas, políticas y estratégicas entre todos los componentes del llamado “movimiento trotskista” y nadie tiene hoy el proyecto de hacer ese tipo de conferencia internacional. A grandes rasgos, las distintas tendencias y organizaciones, o bien continúan actuando en forma conservadora como si nada hubiera pasado combinando distintos grados de oportunismo y sectarismo, como es el caso de la LIT dirigida por el PSTU de Brasil que sigue con un proyecto estrecho de “reagrupar al morenismo” a nivel internacional; o bien se han transformado en grupos “liquidacionistas”, como es el caso del

LVO: El PO, sin embargo, no plantea el desarrollo de una tendencia sino de una unificación en una organización que ellos llaman Coordinadora por la Reconstrucción de la IV Internacional… EA: Históricamente el PO tenía su propia tendencia latinoamericana junto con el POR boliviano de Guillermo Lora. Esta tendencia estalló ya hace mucho tiempo. En los últimos años se produjo una ruptura con el principal grupo solidario con PO que era Causa Operaria de Brasil. A partir de ahí empezaron a reforzar la política de la CRCI de la que hablás. Durante mucho tiempo sostuvieron que había que organizar a todos los que aceptaran cuatro puntos y como eje central la dictadura del proletariado. Desde que surgió la crisis mundial entraron en contradicción con el grupo italiano, uno de los tres o cuatro grupos que conforman la CRCI, ya que según Altamira estos no compartían la caracterización sobre la crisis. Recientemente, han planteado con la firma de Grisolía, el dirigente de un grupo italiano (que ahora parece que sí comprende la crisis), que: “La caracterización de la crisis mundial capitalista y las tareas que se desprenden de ella son el eje de delimitación política en la izquierda y el trotskismo. Sin otras condiciones que esta base teórica y la correspondiente acción práctica, reiteramos nuestro planteo de refundar la Cuarta Internacional”. Este llamado, si fuera serio, debería contener los lineamientos del programa y la estrategia para enfrentar la crisis. Mucho nos tememos que eso sólo sea una maniobra, y que, en última instancia, el PO se guarde como siempre el derecho arbitrario de determinar en forma sectaria quienes “comprenden” o no


Internacional la magnitud de la crisis, como hizo con Grisolía. No necesitamos aclarar que el PTS y la FT en su conjunto no sólo caracterizan y sostienen el carácter histórico de la crisis sino que luchan en todos los países donde existen para unirse con la vanguardia proletaria en base al programa de transición y la estrategia del trotskismo. Pero las razones por las cuales el PO excluye al PTS y a la FT de su llamado no se deben a ninguna diferencia sobre “el carácter histórico de la crisis” sino por el simple hecho de que hemos tenido más éxito que el PO y sus amigos en fusionarnos con los mejores elementos de la vanguardia obrera que salen a lucha en esta crisis como lo demostró en el último año la participación en Kraft en Argentina, el rol de liderazgo de nuestros compañeros de Brasil en la heroica huelga de más de 50 días del SINTUSP, o la intervención en la lucha de los electricistas mexicanos de nuestros compañeros de la LTS. Si la dirección del PO y los grupos de la CRCI no inician una discusión seria con el PTS y la FT quedará claro que su “propuesta” no es más que un mero “charlataneo” para aparecer como internacionalistas frente a sus militantes.

Brasil, o de Argentina. Sin embargo, siempre hemos sostenido que la construcción de un partido mundial de la revolución socialista no será el producto de un desarrollo evolutivo de las pequeñas organizaciones -incluido el PTS- que hoy componen nuestro agrupamiento internacional.

LVO: Por último, el acto en el 70 aniversario del asesinato de Trotsky demostró no sólo un PTS, sino una organización internacional (la FT-CI) dinámica. ¿Qué relación establecés entre el desarrollo de la FT y la reconstrucción de la IV internacional como partido mundial de la revolución socialista?

Desde el estallido de la crisis mundial venimos insistiendo en que el trotskismo, que concentra lo mejor de las experiencias del marxismo revolucionario en Occidente, sólo puede dejar de ser marginal si se fusiona con los mejores elementos de la vanguardia obrera de todos los países. En ese sentido, es un pequeño símbolo doblemente auspicioso la presencia en la conferencia como invitado del compañero Manuel Georget, dirigente de la CGT de Chartres y líder del único intento de control obrero que se dio en Francia en el último período. Digo doblemente auspicioso porque el compañero lucha también, como miembro del NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) una organización que cuenta con miles de militantes, por formar una tendencia revolucionaria dentro de este partido.

EA: En efecto, el acto al que asistieron miles de compañeros, representantes del sindicalismo de base de nuestro país, del movimiento democrático, estudiantil, etc., y donde hablaron múltiples oradores de Latinoamérica y Europa, fue la culminación de una conferencia donde se vio el desarrollo de jóvenes organizaciones marxistas revolucionarias que pegaron un nuevo salto en el último año, como en el caso de México -contra la corriente-, de

En Francia, desde la FT, primero coincidimos con los compañeros del ex grupo CRI en la tendencia CLAIRE, luego avanzamos hacia el llamado a una tendencia revolucionaria donde participan compañeros obreros y dirigentes que han sido referentes de luchas importantes. El vuelco enérgico a la rica lucha de clases que ha habido en Francia durante este periodo es lo que ha permitido esta confluencia, y tenemos la esperanza de que ma25

yores intervenciones en la lucha de clases y una intervención común en el próximo congreso del NPA, que está planificado para fines de este año, permita desarrollar una corriente dinámica en este partido, que sea una alternativa a la orientación oportunista y electoralista de la dirección del mismo. Es decir, que la combinación de una fuerte intervención en la lucha de clases y de un combate en los nuevos fenómenos políticos, en este caso el NPA, podrá hacer surgir nuevos fenómenos progresivos que sean muy superiores a la FT o a las diversas organizaciones que se reclaman del trotskismo en todo el mundo. Y esto tiene una importancia especial, ya que Francia no es sólo un lugar importante para la lucha del movimiento obrero sino que es uno de los países donde el trotskismo tiene mayor fuerza históricamente. La FT ni considera que la IV internacional va a surgir de su evolución natural como tendencia, ni confía en “reorganizar” al movimiento trotskista realmente existente a través de conferencias o congresos, cuestión que consideramos utópica por las diferencias de todo tipo que señalé antes. Nuestra organización se constituyó en la última década como un reagrupamiento defensivo creado para sostener en una época reaccionaria la teoría, la estrategia y el programa del trotskismo principista, atacado por todo tipo de revisionismos. Hoy, sin embargo, hay que dar pasos concretos en la reconstrucción de la IV Internacional. Por eso, lo que está planteado es lograr convergencias a partir de políticas en común en la lucha de clases, conquistando reagrupamientos, no sólo con lo mejor de la vanguardia obrera “independiente” en los “tests ácidos” de la lucha de clases, sino también buscando orientaciones comunes y acuerdos con aquellos sectores marxistas revolucionarios con los que empecemos a compartir un programa y una estrategia.


Internacional

Viene de contraportada que más que nunca es urgente, es apremiante para la humanidad”. También se hicieron presentes intelectuales como Guillermo Almeyra, personalidades como Pablo Gitter de APEMIA, “Cachito” Fuckman – detenido-desaparecido que estuvo

RAUL GODOY

dirigente nacional del PTS de Argentina y dirigente de Zanón, empresa expropiada a los patrones y bajo control obrero desde 2001

“La vigencia del programa de transición” Orgulloso de estar acá, con compañeros de distintos países, porque como nunca hay que ser conscientes que nuestra clase no tiene fronteras. Fue un orgullo poder recibir en Zanon y recorrer Stefani junto al compañero Manu, protagonista de la primera experiencia en décadas de control obrero en Francia. Nuestros pequeños ejemplos son tan importantes porque se dan después de más de 30 años de derrotas y pérdidas de conquistas. Muestran la potencialidad de la clase trabajadora para dar una salida a la crisis capitalista, después de muchos retrocesos que trajo la pérdida de confianza en las propias fuerzas de la clase trabajadora producto de las traiciones y claudicaciones de las direcciones burocráticas y reformistas. El capitalismo sobrevivió a su crisis

secuestrado en la ESMA, Elia Espen, Madre de Plaza de Mayo (LF) y Juan Carlos Beica, dirigente de Convergencia de Izquierda, que fue la única organización que acordó con el llamado que hicimos, para organizar un acto común de todas las organizaciones que reivindicamos el legado de León Trotsky. Ante la negativa de las demás organizaciones,

ofrecimos a los compañeros hacer un saludo en el acto. Además enviaron sus saludos, entre otros, el periodista Herman Schiller y el historiador Hernán Camarero. A continuación publicamos extractos de los discursos de algunos de los oradores que pueden verse completos en la página web de Clase contra Clase y de las distintas organizaciones de la FT.

descargando una contraofensiva en todo el mundo, que incluyó volver a poner bajo la órbita del capital a la numerosa clase obrera china, a restaurar el capitalismo en el Este de Europa que fue usada para pagar salarios más bajos contra la clase obrera de occidente. Con el explotado proletariado chino y del Sudeste asiático hicieron eso a escala mundial, cuando la ofensiva neoliberal trasladó gran parte de la producción industrial y convirtieron esos países en una gran masa de mano de obra barata que los capitalistas usaron para bajar el nivel de vida de los trabajadores en todo el mundo. Pero en el corazón del plan capitalista, los más explotados empiezan a rebelarse. Los batallones de mano de obra barata amenazan transformarse, como diría Marx, en los sepultureros del capital. Hoy vemos salir a la clase obrera china a la lucha y la prensa capitalista en todo el mundo muestra su preocupación. Vemos también la heroica lucha de las 800.000 obreras textiles en huelga en Bangladesh donde hay 4 millones de trabajadores textiles en su mayoría mujeres, uno de los proletariados más explotados del planeta. En Sudáfrica donde, después que se fueron las cámaras del Mundial, en estos días se está desarrollando la gran huelga general del millón trescientos mil trabajadores del sector público. Nos sentimos parte de aquellos que hoy están luchando contra los planes de ajuste y austeridad en Grecia, en el Estado Español, en Francia o en Gran Bretaña, en

Rumania enfrentando los planes capitalistas. Viva la lucha internacional de la clase obrera Ante la crisis los trabajadores se orientan por la necesidad misma y realizan acciones heroicas, pero la responsabilidad de los revolucionarios no es sólo estar en la primera línea del combate, sino aportar el programa que fija los objetivos de la lucha. Como militante y dirigente del PTS ha sido un honor dar la lucha en común con compañeros que no son de nuestra organización pero reivindican con nosotros los principios del clasismo. Muchas veces señalé que la política que impulsamos en Zanon no la inventamos nosotros sino que la tomamos del programa de transición de León Trotsky. Nosotros sabíamos que ante las crisis cuando los patrones quieren hacerla pagar a los trabajadores, tenemos que exigir la apertura de los libros contables de todas las empresas para mostrar ante la población lo que han ganado. Y que si los capitalistas no pueden dar lo único que tienen los obreros bajo el capitalismo, el derecho a ser explotados, entonces hay que sacar de sus manos los medios de producción, mediante la expropiación y el control obrero de cada fábrica que cierre o despida. Pero tenemos que ser conscientes de que nuestra lucha no se limita a una sucesión de fábricas tomadas y gestionadas por los trabajadores, sino que tenemos que terminar con este sistema de explotación, y poner todos los recursos al servicio de las necesidades de la mayoría


Internacional de la población, y para eso los trabajadores tenemos que construir la herramienta política que se prepare para expulsar a la burguesía del poder, necesitamos una organización revolucionaria que se proponga llevar adelante las tareas históricas de nuestra clase, la revolución obrera y socialista. La crisis histórica del capitalismo que empieza a vivirse vuelve a poner en vigencia, a 70 años del asesinato de su fundador, el programa de la IV Internacional. Programa que nos legó demandas para responder a las dos caras que tienen los capitalistas para descargarnos su crisis, el desempleo y la inflación. El reparto de las horas de trabajo entre todas las manos disponibles y para no perder el nivel de los salarios: la escala móvil de salarios, es decir el aumento automático según el costo de vida. Aprendimos que en grandes crisis, como la de 2001, o como la que empieza a transitar Europa ahora, no alcanza con la lucha de una fábrica o con el reclamo sectorial gremio por gremio. Nuestro destino está atado a la organización y la lucha del conjunto de la clase obrera, no nos vamos a salvar en un mar de desempleados y por eso alentamos la unidad con los desocupados y otros sectores de la clase obrera.

SANTIAGO LUPE

dirigente de Clase contra Clase del Estado Español

“Todos los grupos que estamos aquí, organicemos y llamemos a las organizaciones obreras y de izquier-

Hoy también, los sectores clasistas tenemos que responder a la demanda de los jubilados, los trabajadores que el capitalismo, después de superexplotarlos toda la vida, los condena a la miseria. El gobierno que se dice progresista de los Kirchner sostiene los mismos argumentos de los neoliberales: que hay que tener “responsabilidad fiscal” para pagar la deuda externa y que no se puede dar aumento. En tanto la oposición patronal, encabezada por los radicales hace demagogia con las necesidades de los jubilados mientras intenta librar de impuestos y retenciones a las grandes patronales agrarias. Nosotros peleamos para que esta lucha sea tomada por los sindicatos y por el conjunto de nuestra clase trabajadora que es la que puede dar una salida en detrimento de las ganancias capitalistas y el no pago de la deuda externa. Nosotros siempre estuvimos muy orgullosos cuando el ejemplo de Zanon y ahora Stefani era presentado a los trabajadores de distintos países. Muchos ceramistas viajamos como embajadores de la idea del control obrero y que frente a los cierres provocados por la crisis, la ocupación y puesta a producir bajo gestión obrera era una forma de mostrar la voluntad de resistencia

de los trabajadores, que no teníamos que resignarnos a quedar en la calle y cobrar la indemnización. Nos enorgullece escuchar que estas mismas ideas empiecen a reverdecer en un país central como Francia, en el corazón de Europa y con tanta tradición revolucionaria de la clase obrera, y que sectores de vanguardia obrera en esos países imperialistas levanten esa bandera de la IV Internacional. Si entre los trabajadores difundimos la necesidad de confiar en sus propias fuerzas, los revolucionarios tenemos tener plena confianza en el programa, en el único programa que da una salida a la crisis de la humanidad. Es sintomático que ante esta nueva crisis en Europa comiencen a aparecer nuevamente métodos radicales de lucha como las tomas de fábrica en Francia y dirigentes que comienzan a encarnarlos. Es sintomático que nuestra corriente internacional entre en contacto con estos compañeros. Esto compañeros y compañeras nos llena de confianza, que con la crisis capitalista las banderas limpias de la IV Internacional habrá millones que la tomen en sus manos, para crear el partido mundial de la revolución social.

das a realizar actos en las embajadas españolas en solidaridad con la huelga general del 29 de septiembre, que será también una jornada de lucha en el resto de los países eurpeos contra los planes de ajuste”

crisis histórica. La crisis de la deuda griega puso de nuevo al borde del abismo al capitalismo mundial. Y nuevamente la receta de los capitalistas para sobrevivir fue la de apretarnos todavía más las tuercas. Bajadas de salarios a los trabajadores públicos, a los pensionistas, recortes sociales históricos...al mismo tiempo que continúan los despidos y cierres de empresas y se preparan contra-reformas laborales que quieren liquidar las conquistas obreras. En el Estado Español la juventud ya soporta una tasa de paro del 40%. Pero son sin duda los trabajadores extranjeros los golpeados con más fuerza. Y hay que sumar las políticas racistas de los diferentes

En los últimos meses el continente europeo se ha convertido en epicentro de la crisis capitalista mundial. En los últimos meses ha quedado demostrado que ni siquiera con estos planes de salvar a la burguesía y hundir a la clase obrera el capitalismo ha logrado cerrar su 27


Internacional gobiernos, como la persecución a los gitanos como en Italia y Francia o los Centros de Internamiento de Extranjeros de Zapatero, verdaderos campos de concentración del Siglo XXI. El movimiento obrero debe oponer levantar bien alto la consigna: ¡Nativa o extranjera, la misma clase obrera! Las huelgas generales de Grecia debemos tomarlas como parte de los primeros ejercicios de nuestra clase. La paralización recurrente del país, la confluencia con los sectores más combativos de la juventud, los duros enfrentamientos con la policía, los intentos de toma del Parlamento, anuncian el potencial explosivo de los acontecimientos históricos por venir. Los trabajadores y los sectores populares del Estado Español somos de los más golpeados del continente. Zapatero ha lanzado un plan de ajuste histórico, que promete devolver las relaciones laborales al estado en que quedaron tras la victoria de Franco en 1939. El ataque es de tal calibre que le hace imposible a la burocracia sindical mantener la criminal política de paz

social. La clase trabajadora está ya protagonizando los primeros combates. Los trabajadores públicos protagonizaron su primera huelga general en junio y los del Metro de Madrid llevaron adelante una huelga que dejó sin servicio dos días a la capital. Toda una demostración de fuerza, violando las leyes antihuelga franquista, todavía vigentes. Son pequeños pero importantes combates, que en lo inmediato van a tener su continuidad con la huelga general del próximo 29 de septiembre donde todos los trabajadores debemos paralizar el país para poner entre la espada y la pared a Zapatero, la oposición y todo el Régimen de la Monarquía heredera de Franco. A pesar del rol de contención de las burocracias sindicales, los trabajadores del continente han empezado a decir BASTA. Europa vio nacer el movimiento obrero moderno, es la cuna de grandes tradiciones revolucionarias. Los trabajadores del Estado Español tenemos un heroico pasado que debemos convertir en un arma cargada de futuro. Nuestra clase es la clase que levantó la Comuna de los mineros asturianos,

la que derrotó el golpe fascista en la mayor parte del territorio, levantando milicias obreras, colectivizando la tierra, las fábricas... Somos los herederos de los obreros y campesinos de la Revolución española. Heroica gesta de nuestra clase de la que León Trotsky dejó planteadas valiosas lecciones para los revolucionarios de todo el mundo. Como hicieran los valientes obreros y obreras de Madrid, ayudados por miles de internacionalistas de todo el mundo, frente a esta ofensiva burguesa sin precedentes debemos volver a gritar bien alto: ¡No pasarán, no pasarán! Todos los grupos que estamos aquí, organicemos y llamemos a las organizaciones obreras y de izquierdas a realizar actos en las embajadas españolas en solidaridad con la huelga general del 29 de septiembre, que será también una jornada de lucha en el resto de los países europeos contra los planes de ajuste. Convirtamos cada batalla nacional de nuestra clase en un combate internacionalista contra el capitalismo y por la revolución mundial.

CRISTIAN CASTILLO

más grandes dirigentes de la clase obrera mundial. Hace 70 años León Trotsky era asesinado por un sicario enviado por Stalin. Con él se iba una inmensa personalidad revolucionaria, de quien fuera con Lenin el más importante teórico y estratega marxista del siglo XX... El que supo mantener la firmeza cuando otros flaqueaban, y que aún en la situación más hostil, estaba convencido que el futuro comunista era el único destino progresivo al que podía aspirar la humanidad. Su asesinato fue un punto culminante de una política de persecución, terror y muerte que la burocracia había lanzado sobre Trotsky y sus seguidores. Esta incluyó no sólo la muerte de sus cuatro hijos y el asesinato de varios de sus más íntimos colaboradores, sino el fusilamiento en masa de sus compañeros de lucha que heroicamente

resistían al stalinismo en los campos de deportación y las prisiones de la Unión Soviética que se habían transformado en la escuela de una nueva generación revolucionaria que sólo pudo ser reducida a partir de una matanza generalizada. La muerte de Trotsky no fue un acto irracional, fue un frío cálculo político, basado en la previsión que la segunda guerra engendraría nuevamente la revolución, tal como había ocurrido en la guerra anterior con la revolución rusa. Y que en esa perspectiva, Trotsky, que encarnaba la experiencia viva de la revolución de octubre, seguía siendo de temer. No casualmente, poco tiempo antes de su muerte, el embajador francés Coulondre en una entrevista con Hitler le planteaba que el beneficiario de la guerra iba a ser Trotsky, usando su nombre como sinónimo de la revo-

dirigente nacional del PTS de Argentina

“Todo triunfo parcial, por más importante que sea, debe tomarse como parte de una guerra permanente contra el capital” Compañeras y compañeros: hoy en este acto estamos homenajeando a quien fuera uno de los


Internacional lución. De ahí el ensañamiento de Stalin en terminar con su vida, ya que nuevos triunfos revolucionarios podían no sólo cuestionar la dominación imperialista sino el dominio de la propia burocracia. Compañeras y compañeros, en estos días, muchos artículos y hasta programas especiales de televisión han destacado que la biografía revolucionaria de Trotsky no tiene igual. Su biógrafo Isaac Deutscher decía con razón que: “Tan copiosa y espléndida fue la carrera de Trotsky, que cualquier parte o fracción de ella habría bastado para llenar la vida de una personalidad histórica sobresaliente”. Para 1917 ya había pasado por dos exilios luego de fugarse de las cárceles y campos de deportación del zarismo. Había sido presidente del soviet de Petrogrado en la revolución de 1905, agitador contra la guerra imperialista y uno de los teóricos marxistas más brillantes de la época, previendo doce años antes qué dinámica iba a tener la revolución rusa. Si Trotsky hubiese muerto a comienzos de los años 20 del siglo pasado, más o menos en el momento en que murió Lenin, habría sido recordado como uno de los dos grandes líderes de la revolución de octubre, como el fundador del Ejército Rojo y su caudillo en la guerra civil, y como el mentor de la Tercera Internacional, que antes de su burocratización, en sus cuatro primeros congresos, constituyó el escalón más alto que encontró la construcción de un estado mayor de la clase obrera internacional. Y luego de todo esto, comienza su lucha contra el stalinismo, primero dentro de la Unión Soviética y luego en el exilio, la batalla en la que Trotsky se consideraba cada vez más indispensable a medida que iba siendo eliminada toda la generación que había dirigido la revolución de octubre. La disputa contra el stalinismo va mucho más allá del tiempo en que fue planteada, concentró los grandes problemas estratégicos que enfrentaba y enfren-

ta la clase obrera mundial. Porque esta lucha fue en primer lugar por mantener vivas las conquistas programáticas y estratégicas que en aquel entonces ya llevaban más de 100 años de historia del movimiento obrero, conquistas que el stalinismo buscaba liquidar, y que se habían enriquecido con las batallas dadas por la Oposición de Izquierda tanto al interior de la Unión Soviética como en el terreno internacional, como la política del frente único obrero para enfrentar al nazismo y la defensa de la independencia de clase frente al frente popular. Lo justo de esta pelea no ha hecho más que agrandarse con el paso del tiempo, después de la multitud de derrotas que el stalinismo ha provocado a los trabajadores de todo el mundo. Mientras que la gran mayoría de todos los que en aquel entonces se decían progresistas justificaban a Stalin, e incluso los juicios de Moscú, la voz de Trotsky se alzaba para decir que si una revolución política liderada por la clase obrera no terminaba con el poder de la burocracia, ella misma era la que iba a encabezar la restauración capitalista. ¿Y qué otra cosa es lo que vimos suceder en la ex Unión Soviética, donde los viejos dirigentes del Partido Comunista se transformaron en los jerarcas que se quedaron con las empresas privatizadas y restauraron el capitalismo? ¿O en China, donde manteniéndose en el poder el Partido Comunista restauró el capitalismo y transformó al país más poblado de la tierra en el pulmón del capitalismo mundial en las últimas dos décadas? O en Yugoslavia y en los países de Europa Oriental, donde el capitalismo fue expropiado después de la segunda guerra mundial y donde se habían implantado regímenes burocráticos calcados del stalinismo y donde también el capitalismo fue restaurado después de 1989. Trotsky, lejos de hacer el juego a los capitalistas, como decían los amigos de la burocracia, jamás dejó de 29

considerar que la Unión Soviética era una conquista de la clase obrera que había que defender no sólo contra los intentos de la burguesía mundial sino contra la política de la propia burocracia. Decía con claridad que la única manera de preservar las bases económicas conquistadas con la revolución era barrer con la burocracia e implantar un régimen basado en la democracia de los trabajadores, que permitiera transformar a estos estados en trincheras de la revolución socialista internacional. Un programa que en parte fue recogido por quienes se levantaron contra la burocracia en Berlín en 1953, en la revolución de los consejos obreros en Hungría en 1956, en Checoslovaquia en 1968 o en Polonia en 1970 y 1980, levantamientos que fueron aplastados en sangre por la burocracia, que una y otra vez ensució las banderas del marxismo y del socialismo. ¡Cómo se ha aprovechado el imperialismo mundial identificando el comunismo con el stalinismo, el gobierno de los trabajadores con el despotismo de la burocracia! Y esta cuestión, compañeros, sigue siendo actual como lo vemos en el caso de Cuba, amenazada por la restauración capitalista no sólo por la criminal agresión del imperialismo con su bloqueo sino por la propia acción de la burocracia gobernante que se prepara a seguir el camino de sus amigos de China, Vietnam o la Unión Soviética. Por eso en este acto queremos decir: ¡Abajo el bloqueo imperialista a Cuba! ¡Fuera yanquis de Guantánamo! ¡Defendamos las conquistas de la revolución cubana! ¡Abajo las medidas procapitalistas y los privilegios de la burocracia gobernante! ¡Por el triunfo de la revolución política para que Cuba se convierta en base del impulso a la revolución socialista en toda América Latina! Pero camaradas, Trotsky no era solamente un anti stalinista, sino que para él la lucha contra la burocracia era parte inseparable de la pelea por que la clase obrera derroque a la burguesía en todos los países y


Internacional por terminar con la dominación del imperialismo a nivel mundial. Por eso en este acto, también queremos gritar ¡Fuera el imperialismo de Medio Oriente! ¡Fuera de Irak! ¡Fuera de Afganistán! Trotsky enfrentó el planteo de los partidos comunistas y de los nacionalistas burgueses que decían que en los países capitalistas atrasados, en las colonias y semicolonias, la clase obrera no tenía que luchar por el poder, sino subordinarse políticamente a las burguesías nacionales. Una política que tuvo consecuencias nefastas para una multitud de procesos revolucionarios, donde a pesar de que se produjeron levantamientos de la envergadura de la revolución boliviana de 1952 o el ascenso revolucionario en Chile, Bolivia y Argentina en los ’70, la clase obrera no pudo hacerse del poder. Y es algo que se vuelve a plantear en la actualidad de América Latina, cuando somos los trotskistas los que sostenemos que la liberación de la dominación y la opresión imperialista no vendrá de la mano de las burguesías locales, que una y mil veces han mostrado ser socias menores del imperialismo, sino que es una tarea que sólo puede ser realizada por la clase obrera encabezando al campesinado y a todos los sectores explotados. Y también entonces queremos gritar: ¡Viva la independencia política de la clase obrera! Y si Trotsky, compañeros, fue el primero que dijo con claridad que la clase obrera de los países atrasados no tenía que esperar pasivamente el triunfo de la revolución en los principales países capitalistas, fue también quien enfrentó el planteo de que era posible construir el socialismo en un solo país, como sostenía la burocracia stalinista. La construcción del socialismo, la sociedad por la que luchamos, la sociedad donde terminemos para siempre con toda explotación y opresión, sólo puede consumarse cuando la clase obrera disponga de los principales recursos de la economía mundial, cuando los mismos

medios que hoy son empleados para enriquecer a unos pocos monopolios sean puestos al servicio de satisfacer las necesidades de las masas explotadas de todo el mundo, acabando con el hambre, la miseria, las guerras, y todos los flagelos que día a día produce el capitalismo. Esta es la base de nuestro internacionalismo, ya planteado por Marx en el Manifiesto Comunista. El carácter mundial del sistema capitalista que enfrentamos plantea a la clase obrera la necesidad de su organización política no sólo a escala nacional, para luchar por el poder en cada país, sino internacionalmente, para enterrar para siempre al imperialismo, recurriendo a la lucha común de los trabajadores de todos los países. Por eso hoy nuestra lucha por construir en Argentina un gran partido revolucionario, que acabe con la burguesía que hizo el golpe genocida y que hoy sigue teniendo el poder económico y político, la clase a la cual responden tanto los Kirchner como sus opositores patronales, es parte del combate por reconstruir la Cuarta Internacional, el Partido Mundial de la Revolución Social, a cuya construcción dedicó Trotsky los últimos años de su vida. También en este acto vamos a volver a gritar bien fuerte: ¡Viva la lucha por la reconstrucción de la Cuarta Internacional! Camaradas: Al contrario de lo que Trotsky había previsto, el stalinismo salió reforzado de la segunda guerra mundial. Pero Stalin pactó con las potencias vencedoras el reparto del mundo en zonas de influencia y los partidos comunistas, como el italiano, el francés o el griego, fueron centrales para evitar que la revolución social triunfase en Europa occidental ante el hundimiento del nazismo. Esto le permitió al imperialismo estabilizar la situación del capitalismo en los principales países imperialistas, aunque no pudo evitar que en la posguerra se desarrollen numerosos procesos revolucionarios en los

países coloniales y semicoloniales, guerras de liberación y hasta revoluciones triunfantes que llevaron a la expropiación de los capitalistas, en países como Yugoslavia, China, Corea del Norte, Cuba o Vietnam. Pero estas revoluciones no tuvieron al proletariado como sujeto central y los partidos que las encabezaron, cuando llegaron al poder, establecieron regímenes de partidos únicos copiados del stalinismo de Moscú, enemigos de la democracia obrera y del internacionalismo. Estas victorias crearon un sentido común que dominó el mundo de posguerra, al cual también se adaptaron muchos compañeros que se reivindicaban trotskistas, que consideraba que el mundo avanzaba paso a paso hacia el socialismo. Una creencia que dejaba de lado la contradicción que significaba para la clase obrera que los triunfos obtenidos habían a su vez fortalecido a direcciones burocráticas y nacionalistas, opuestas a la estrategia de luchar por la revolución socialista internacional. El precio de esta ilusión fue muy alto. Estas mismas direcciones stalinistas, socialdemócratas y nacionalistas burguesas prepararon las derrotas de los años posteriores, de las que hablaba Raúl Godoy en su discurso. Los treinta años de retroceso que venimos sufriendo desde el comienzo de ofensiva neoliberal cuando estos dirigentes se entregaron con armas y bagages a la ofensiva capitalista. Y esta es una conclusión central que hemos discutido en la Conferencia Internacional que acabamos de finalizar: la clase trabajadora, sobre todo sus sectores más conscientes y combativos, necesitan una clara estrategia que considere que todo triunfo parcial, por más importante que sea como fueron las revoluciones que expropiaron a los capitalistas, debe considerarse como parte de una guerra permanente que la clase obrera debe desarrollar para terminar con la explotación capitalista imperialista. Los capitalistas siempre pretenderán arrebatarnos las conquistas


Internacional que obtengamos. Por eso necesitamos de un programa y una estrategia internacionalista para terminar con ellos, y por eso luchamos por construir partidos revolucionarios de la vanguardia obrera, estudiantil y juvenil y por reconstruir la Internacional fundada por Trotsky. Hace tres años que la emergencia de la crisis capitalista más profunda desde los años ’30 ha mostrado los límites de esas victorias del capital. Los principales estados imperialistas están fuertemente endeudados y crecen las advertencias sobre que lo peor de la crisis está por llegar. Aunque en algunas regiones del mundo, como acá en América Latina, la economía se recuperó luego de un primer sacudón, la situación general es precaria. Cuando son los centros del capitalismo mundial los que están afectados, nadie puede seriamente pensar que puede salir indemne de la crisis. Es en el marco de este período signado por la crisis capitalista, que el legado de Trotsky recobra más actualidad que nunca. Del stalinismo, compañeros, prácticamente no queda nada en pie. Donde están en el gobierno aplican planes de ajuste iguales a los de los gobiernos conservadores, igual que hacen los socialdemócratas. Por su parte, los gobiernos y movimientos populistas, más allá de la retórica de ocasión, no ofrecen más que parches al sistema. Aunque nos hablen del “socialismo del siglo XXI” como Hugo Chávez ninguno de ellos se plantea abolir el dominio de la propiedad privada y organizar la economía en base a un plan democrático para satisfacer las necesidades de los trabajadores y las masas explotadas. Menos que menos levantan una estrategia para terminar con la dominación del imperialismo a nivel mundial. Sabemos que este período de crisis capitalista va a multiplicar las convulsiones políticas, económicas y sociales en todo el mundo. Se trata entonces que multipliquemos los esfuerzos para agrupar a la vanguardia obrera y juvenil detrás

de un programa, de una estrategia y de una organización revolucionaria. La clase obrera, lejos de haber desaparecido como nos decían en los ’90, se ha reconfigurado y expandido geográficamente, como lo expresan el despertar de la clase obrera china y de otros países de la región. La experiencia histórica nos muestra que la clase obrera no va a dejar pasar sin lucha los nuevos ataques del capital para hacer pagar la crisis a la clase obrera. Pero también nos muestra que si los trabajadores no cuentan con una dirección revolucionaria, con un verdadero estado mayor, la energía de las masas se va a evaporar si los que dirigen son quienes buscan la conciliación con el capital. Y sabemos también que vamos a tener que enfrentar el recurso de a todo su arsenal de métodos contrarrevolucionarios y reaccionarios para que la crisis la pague la clase obrera. En nuestro país, como plantearon los compañeros que me antecedieron, estamos viendo los primeros pasos de una clase obrera que empieza a levantarse y busca recuperar sus organizaciones. En Kraft, en Zanon, los compañeros que estuvieron del subte, en los tercerizados del ferrocarril y en tantos otros, se está expresando el desarrollo de una corriente clasista que da cuenta de la potencialidad de la clase obrera. Del PTS estamos poniendo todos nuestros esfuerzos y energía en el desarrollo de esta perspectiva, así como en el desarrollo de un movimiento estudiantil militante y pro obrero, como el que expresan nuestros compañeros de En Clave Roja procesados en la justicia por apoyar la lucha de la clase obrera. Nuestro partido está comprometido, junto con los compañeros hoy han estado aquí presentes en la lucha por reconstruir la Cuarta Internacional. Es un proceso que no se va a dar por el crecimiento evolutivo de nuestra corriente sino a partir que los nuevos contingentes de la vanguardia obrera y juvenil que entren al combate en este período de crisis mundial tomen como pro31

pio el programa y la estrategia para llevarlos a la victoria, y esto, estamos seguros, nos llevará a la convergencia con otros sectores que reivindiquen el programa socialista obrero y revolucionario. Trotsky, compañeros, terminaba su testamento afirmando: “Fui revolucionario durante mis cuarenta y tres años de vida consciente y durante cuarenta y dos luché bajo las banderas del marxismo. Si tuviera que comenzar todo de nuevo trataría, por supuesto, de evitar tal o cual error, pero en lo fundamental mi vida sería la misma. Moriré siendo un revolucionario proletario, un marxista, un materialista dialéctico y, en consecuencia, un ateo irreconciliable. Mi fe en el futuro comunista de la humanidad no es hoy menos ardiente, aunque sí más firme, que en mi juventud. Natasha [su compañera] se acerca a la ventana y la abre desde el patio para que entre más aire en mi habitación. Puedo ver la brillante franja de césped verde que se extiende tras el muro, arriba el cielo claro y azul, y el sol brilla en todas partes. La vida es hermosa. Que las futuras generaciones la libren de todo mal, opresión y violencia y la disfruten plenamente”. Compañeras y compañeros, nuestro mejor homenaje a 70 años de su asesinato es redoblar nuestras energías para que la perspectiva por la que Trotsky luchaba cuando fue asesinado por un sicario de Stalin siga viva y se materialice. Porque estamos convencidos que si el movimiento obrero va a volver a ser alternativa para millones en este siglo va a serlo bajo las banderas del programa del trotskismo. ¡Viva la clase obrera mundial! ¡Viva la lucha por la reconstrucción de la cuarta internacional! ¡Viva el socialismo!


El domingo 22 de agosto se realizó en Argentina, en el estadio cerrado de Racing del barrio de Avellaneda el acto en homenaje al revolucionario ruso León Trotsky, a 70 años de su asesinato a manos de un sicario de Stalin.

Miles de obreros y estudiantes se hicieron presentes convocados por el PTS junto a organizaciones hermanas y dirigentes de América Latina y Europa. El acto fue la culminación de las deliberaciones de la Conferencia de la Fracción Trotskista (CI) y como reconocieron el diario Clarin y otros medios fue el acto internacionalista más importante de América Latina. El entusiasmo iba llenando las tribu-

nas a medida que llegaban las delegaciones de obreros y estudiantes. La juventud le puso toda la fuerza y no paró una sola vez de cantar, eran los compañeros de En Clave Roja y del No Pasarán, los que se jugaron en los cortes de calle en apoyo a las luchas obreras como la de Kraft. Entre los trabajadores estuvieron delegados como los de Kraft, la Agrupación Desde Abajo del gremio de la alimentación, La Bordó, agrupación de ferroviarios de la línea Roca, los ceramistas neuquinos que tienen sus fábricas bajo gestión obrera, trabajadores y delegados del subterráneo, de la UOM, SMATA, aeronáuticos, docentes y estatales, entre otros. Ahí

estaba el nuevo sindicalismo de base que busca poner en pie una alternativa clasista. El acto fue saludado desde México por Esteban Volkov, nieto de León Trotsky, quien nos decía: “Estamos aquí en el lugar histórico donde Trotsky libró su última batalla. Fue el revolucionario más completo que ha habido e intervenido en todas las fases de la lucha política. Es tan vasta su obra que deja un arsenal maravilloso para las futuras generaciones. Y desde aquí quiero mandar un saludo muy fraternal, muy caluroso, a todas esas nuevas generaciones que retoman el camino hacia el socialismo,

Continúa en pág. 26


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