Entrevista a Asier Ubico Delegado de CGT Telepizza y militante de Clase contra Clase
Violencia de género estructural… son los recortes y la Reforma Laboral!
p o r l a re c o n s t r u c c i ó n d e l a c u a r t a i n t e r n a c i o n a l / ó r g a n o d e Número 31 // Abril 2012
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PlAN DE LUCHA
cial Edición espe
HASTA DERROTAR LA
REFORMA LABORAL y los recortes
Finalmente, los dirigentes de UGT y CCOO, han convocado una huelga general para el 29M contra la reforma laboral de Rajoy y el PP. Por su parte, la CIG de Galicia y la mayoría sindical del País Vasco y Navarra, ya habían convocado huelga para ese día. La CGT, también ha anunciado que se suma a la huelga, aunque haciendo sus propias acciones durante la jornada de forma separada. El resto de fuerzas de la izquierda sindical también se han sumado. A pesar de la magnitud histórica del ataque, los sindicatos mayoritarios se han negado a plantear un plan de lucha a la escala necesaria para derrotarlo. Esta nueva reforma laboral, es el mayor golpe contra la clase trabajadora en décadas que empequeñece las reformas flexibilizadoras aplicadas anteriormente tanto por el PSOE como por el PP durante los gobiernos de Felipe González, Aznar y Zapatero. Esta se combina con un ajuste draconiano sobre las cuentas públicas de 35.000 millones, que provocará despidos masivos de trabajadores públicos,
recortes de miles de millones en salud, educación y prestaciones sociales, lo que empeorará la profunda crisis económica y social que ya ha dejado a 6 millones de personas sin trabajo. Un plan global de ataque a las condiciones de vida del pueblo trabajador, que aunque lo lleve adelante el PP, cuenta con el respaldo del Rey, de las burguesías periféricas -en particular la catalana y la vasca, a través de sus partidos históricos, PNV y CiU- y es fiel continuación de la “obra” iniciada por Zapatero, más allá de la oposición demagógica del PSOE para tratar de recomponerse del batacazo electoral del 20N. Pero por sobre todo, cuenta con el beneplácito de la UE, Merkozy, el FMI y el BCE, los verdaderos impulsores de las medidas de ajuste, de quienes el Gobierno de Rajoy es hoy su “mejor alumno”. A pesar de todo esto, la estrategia de los jerarcas sindicales de UGT y CCOO es llamar al gobierno a sentarse a negociar, aunque el PP -asentado en su mayoría parlamentaria- se niegue rotundamente. El colmo de esta postura servil, lo muestra las palabras del secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, diciendo que
“Tenemos una oportunidad este mes para hacer una negociación (…) Así no tendremos por qué plantearnos que pasará después del día 29 y acaso podríamos replantearnos lo del día 29” (Público, 12/03/2012). Todo un reconocimiento, de sus intenciones con la huelga, y de su “vocación negociadora” para esmerilar algunas de las partes más duras de la reforma, pero manteniendo lo central… como han hecho en los últimos 30 años. Fuentes del gobierno aseguraron que lo que realmente les preocupa es el daño que puede hacer la huelga a la imagen exterior de España: el fantasma de la “imagen griega”. Pero al mismo tiempo, el Gobierno dice que “no sacrificará la reforma laboral por la paz social” y que “está totalmente decidido a impedir que los piquetes de los sindicatos impidan a los trabajadores acudir a sus puestos de trabajo el próximo 29 de marzo” (Europa Press). Estas declaraciones son el preludio de mayores enfrentamientos. Hacer una gran huelga general activa, garantizando los piquetes y movilizaciones, que imponga en las calles el inicio de un plan de lucha para derrotar
con la reforma laboral, esa es la tarea del momento. Quien sabe, tal vez Grecia no esté tan lejos como pensamos… En esta tarea la llamada “izquierda sindical” o “alternativa”, que mantiene una política errática entre el sectarismo estéril y el seguidismo a las direcciones de CCOO y UGT, tienen planteado jugar un rol clave. No hay que repetir unidades sin crítica como la que hemos visto en Catalunya en la lucha de funcionarios. Menos aún traiciones como la que vimos en el Metro de Barcelona. Tampoco sirven las políticas sectarias que levanta la dirección estatal de CGT de querer manifestarse separadamente. Es necesario que el 29M la izquierda sindical, junto al movimiento estudiantil, el 15M y todos aquellos trabajadores que estén por derrotar la Reforma, conformen potentes y activos bloques críticos en todas las acciones y las manifestaciones de CCOO y UGT. Éstas deben convertirse en un clamor contra el diálogo, por la derrota de la Reforma y por que el 29M sea sólo el pistoletazo de salida de un plan de lucha hasta derrotar al Gobierno del PP y las CCAA.
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EDICIÓN ESPECIAL
Entrevista a Asier Ubico
Delegado de CGT Telepizza y militante de Clase contra Clase
En este número especial de Contracorriente entrevistamos a Asier Ubico, delegado de CGT en Telepizza y militante de Clase contra Clase. En las próximas semanas se cumplirá un año de la victoria arrancada a esta multinacional del trabajo basura, cuando después de cuatro meses de intensa campaña se logró la reincorporación del compañero y la conformación de un Comité de Empresa. En esta ocasión hemos querido abordar con él las perspectivas que abre la huelga general del 29M, la situación de la clase trabajadora, la juventud y sectores más explotados en particular y qué tareas tenemos por delante los revolucionarios y los trabajadores combativos en el movimiento obrero. A menos de 100 días de la formación del Gobierno de Rajoy los trabajadores de todo el Estado vamos a ir a la huelga general de 24 horas contra la Reforma Laboral ¿Cómo llegamos los trabajadores y la juventud para enfrentarnos a esta guerra que nos han declarado? La situación es contradictoria. Venimos de años de paz social, estabilidad económica y política, del “es lo que hay” y del auge del individualismo. La clase trabajadora ha sido dividida y son muchos los que no conocen organización sindical alguna, además la crisis hace que surjan a la vez que la rabia y la indignación, el miedo y los fantasmas racistas y xenófobos. Sin embargo se empiezan a ver procesos muy importantes que para mí anuncian algo nuevo y dan señales de por dónde recomponer nuestras fuerzas. La paz social con Zapatero se empezó a cuestionar a partir de la irrupción de la juventud con el 15M; desafiando éste a los planes de ajuste, las contra-reformas y el mismo Régimen del 78 y sus partidos al grito de “que no nos representan”. Su acción impactó en sectores de trabajadores, sobre todo del sector público. También en institutos y facultades, lo que explica que ahora empiece a resurgir el movimiento estudiantil -después de la derrota de la lucha contra Bolonia- como hemos visto con la jornada de huelga del 29F. La clase trabajadora hasta ahora se
ha visto permanentemente obstaculizada por las direcciones de CCOO y UGT, que hasta el último momento han evitado una huelga general. Sin embargo las masivas manifestaciones de febrero y marzo, la convocatoria de huelga en el País Vasco, Navarra y Galicia, la irrupción de los estudiantes... ha forzado a Toxo y Méndez a tener que convocar una primera Huelga General. Pero además debemos mirar al mundo y a Europa. Los analistas burgueses temen que nos convirtamos en “Grecia”. Al otro lado del Mediterráneo hemos visto cómo en 2011 se desarrollaban algunos procesos revolucionarios contra las tiranías proimperialistas de estos países. Y en la prensa se recogen noticias diarias que dan muestra de que la lucha de clases, y el movimiento obrero en particular, se está recomponiendo aunque lentamente , como la reciente huelga general de la India, los conflictos en China, las huelgas petroleras en Nigeria... A escasos días del 29M ¿Cómo ves esta convocatoria?, ¿Qué potencialidad encierra y qué límites crees que tiene? Creo que puede ser una gran jornada de lucha de la clase trabajadora y otros sectores sociales. Los sectores con más organización sindical, como la gran industria, grandes servicios, transporte... probablemente paren por completo. Además los jóvenes tene-
mos mucha expectativa en participar en los piquetes y manifestaciones, en las universidades e institutos y es posible que veamos nuevas explosiones de rabia y enfrentamientos con los cuerpos represivos. Sobre los límites veo dos principalmente. Por un lado la burocracia sindical que dirige CCOO y UGT están todavía fuertes. No hay sectores que la cuestionen, o al menos no se expresan abiertamente -ni en el interior de estas dos centrales y ni en los centros de trabajo- para que emerja una alternativa a la política de luchas simbólicas, de negociación y de súplicas al Gobierno que “mejore” la Reforma. El segundo es que todavía hay vastos sectores de la clase trabajadora que, fruto de los pactos traidores de las últimas décadas de las direcciones, no tienen organización alguna. Hablo de millones de jóvenes, inmigrantes, mujeres trabajadoras... que curran con contratos temporales, por ETT, en subcontratas, en negro... y que carecen de derechos efectivos para poder sumarse a la huelga. Es decir la existencia de una fuerte división de las filas obreras. ¿Crees entonces que hace falta “revolucionar” el modelo sindical? Desde luego. Tenemos que quitarnos de encima a las actuales direcciones sindicales, las que nos han conducido hasta donde estamos. Ellos han sido los que aceptaron todas las
grandes contra-reformas laborales de los años 90, los que han mantenido acuerdos con la patronal, los que han permitido la segregación de millones de trabajadores con peores condiciones y salarios -como es nuestro caso, los pizzeros segregados del Convenio de Hostelería en 1994-... No podemos esperar que sean ellos mismos quienes dirijan la lucha contra los nuevos ataques. Hace años que eligieron bando que es el de socios menores del capitalismo imperialista español. Pero no es sólo el problema de los actuales dirigentes. La estructura de los sindicatos, comités de empresa, secciones... está diseñada para que tiendan a su burocratización, al quedar separada del control de los trabajadores. Debemos luchar por un modelo basado en la revocabilidad de todos los representantes y delegados del Comité de Empresa, porque se elijan cada año y no cada cuatro, que cumplan los mandatos de las asambleas de trabajadoras, que todos los que trabajemos en una misma empresa estemos organizados juntos, contrario a los de ETT y subcontrata que están casi siempre indefensos. Todo esto al mismo tiempo que peleamos contra la ofensiva anti-sindical del Gobierno, que apoyándose en las corruptelas de la burocracia sindical, quiere barrer conquistas que son fundamentales para poder enfrentar a la patronal, como el derecho a huelga, a asamblea, las garantías contra el despido de los delegados, las horas sindicales... Sobre el problema de la división de las filas obreras ¿Qué pasos crees que se pueden dar? El enorme y creciente sector de parados es una gran presión utilizada por la patronal y el Gobierno para dividir las filas obreras, entre ocupados y desocupados, fijos y temporales, de plantilla y subcontratados, los múltiples tipos de contratos basura, los falsos autónomos, nativos e inmigrantes... Esta división, favorecida por la política de las burocracias sindicales, dificulta enormemente la defensa de las reivindicaciones más elementales; por lo que no puedo concebir recuperar de las manos de los actuales burócratas los grandes sindicatos, muchos comités de empresa... y por lo tanto acabar
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con la política de los Toxo y Méndez, si no logramos incorporar a los sectores más explotados de nuestra clase a nuestras organizaciones, al movimiento obrero.
“Por eso al mismo tiempo que me pronuncio a favor de la unidad para la lucha, condeno abiertamente la falta de democracia obrera y la organización burocrática que imponen las direcciones de CCOO y UGT en los sindicatos.” Es necesario unificar a todos los sectores de trabajadores combativos que se propongan derrotar las medidas del Gobierno. Y digo sectores, porque creo que este reagrupamiento debe ser independientemente de la sigla sindical. La izquierda sindical tendría que confluir con sectores de CCOO y UGT que puedan romper con las direcciones de Toxo y Méndez, y junto a ellos empezar a promover asambleas en los tajos, la coordinación y unificación de las luchas... Además, plantear un programa claro contra la división de las filas obreras, como por ejemplo: todos a la plantilla fija y con los mismos derechos. Por la prohibición de los contratos temporales y las ETTs. Y luchar por “igual trabajo igual salario”. Por eso mismo, no soy partidario de la política que lleva adelante mi sindicato, la CGT, de querer manifestarse por separado de los trabajadores de CCOO y UGT el 29M, pues eso aísla a la izquierda sindical de los cientos de miles de trabajadores que hoy son parte de los grandes sindicatos y que son los únicos que tienen la capacidad de parar el país. Además esta política sectaria choca con la tolerancia que se mantiene con delegados de nuestro propio sindicato que actúan junto a burócratas de CCOO y UGT en contra de los intereses de los trabajadores. Así lo hizo la CGT del metro de Barcelona, cuando desconvocaron la huelga de TMB rompiendo así la unidad con los trabajadores de autobuses. Creo que hay una errónea concepción de la unidad. Yo soy partidario de la más firme unidad de la clase para luchar, con la más intransigente de las críticas a los que traicionan, sean o no de mi mismo sindicato.
Por eso al mismo tiempo que me pronuncio a favor de la unidad para la lucha, condeno abiertamente la falta de democracia obrera y la organización burocrática que imponen las direcciones de CCOO y UGT en los sindicatos. La unidad sin democracia en los sindicatos no puede tener otra respuesta que la acción decidida de los trabajadores para barrer de nuestras organizaciones a estos verdadero agentes de la burguesía en el movimiento obrero para quienes, como decía León Trotsky, siempre “son más queridas las relaciones pacificas con la burguesía que la unidad del proletariado”. Hay muchos que consideran que los sectores más precarios no tienen nada que ver con la clase trabajadora, que son un sujeto social distinto y que los “obreros ya no existen”.... Es cierto que hay grupos e intelectuales, sobre todo autonomistas, que hablan del “precariado” como si fuera un “sujeto” aparte. Para ellos, por ejemplo los trabajadores de Telepizza no somos parte de la clase obrera, sino “otra cosa”, por lo tanto no debemos intentar construir sindicatos o comités de empresa, sino luchar desde el barrio, en una “lucha social”, desde afuera... que nuestra lucha está separada de los obreros con mejores condiciones, que ellos llaman despectivamente “obreros clásicos”. Cuando hablan del “obrero clásico” se refirieren esencialmente a los obreros industriales. Se basan en que, junto al enorme ejército de trabajadores precarios, se encuentran sectores de trabajadores con más derechos, contratos fijos y mejores salarios. Estas conquistas obtenidas junto al Estado de Bienestar, -que abarcó una serie de servicios y prestaciones sociales como una buena y gratuita sanidad, seguro de desempleo, etc -y que aquí fue obtenido más tarde que en Europa, como subproducto del desvió de la lucha contra el Franquismo.- permitieron un período de “paz social” mantenida bajo la ideología de “la muerte de la clase obrera”; un suerte de “integración de la clase obrera” para liquidar la conciencia de clase y borrar del horizonte la idea de la revolución social. Hoy muchas corrientes, -e incluso de izquierda-, difunden esta idea y hablan de su desaparición, e incluso dicen que los “obreros son burgueses”, o “traidores” por estar afiliados a CCOO y UGT. Repiten sin saberlo los mismos argumentos que se decía de los obreros franceses antes en Mayo del 68. En ese momento primaba el
“tercermundismo” frente a la relativa paz social en los países centrales, se separaba a los trabajadores de los países imperialistas de los trabajadores de las semicolonias, el “precariado” de entonces. Estas ideologías son nefastas porque lejos de unir, ayudan a profundizar la división del conjunto de la clase. Y porque al negarse a ver el rol clave que juegan los trabajadores industriales y de los principales servicios en paralizar el país, se privan de la única herramienta poderosa que tienen los explotados para liberarnos de las cadenas del capital. La cuestión es que estas acciones se tienen que hacer asumiendo el programa de los sectores más explotados de la clase, única forma de unificar al ejército proletario y poder por lo tanto ser realmente efectivas. Y este error de apreciación es aun más grave, porque estamos viviendo una época de profunda crisis del capitalismo a nivel mundial, y estos sectores, que podríamos decir “privilegiados” de la clase trabajadora hoy también están sujetos a las vicisitudes de la misma crisis; y sus posiciones están siendo socavadas junto al conjunto de la clase obrera. La creciente liquidación de un amplio porcentaje de empleos de trabajadores calificados y su caída hacia los niveles de los sectores más oprimidos de la clase, están llevando a grandes cambios a la clase trabajadora. A pesar de que los efectos de la crisis y el paro de masas puedan potenciar coyunturalmente las divisiones de la
“...esta generalización de los ataquesplantea la generalización del conflicto...” clase debilitando su capacidad de lucha, esta “generalización de los ataques” plantea la “generalización del conflicto”; como ha dicho asustado el mismo Toxo después de los anuncios de la Reforma Laboral. Por lo que la unidad de la clase obrera y la ruptura de la “paz social” hoy es más posible que antes. Estamos viviendo una época de potencial unidad en las filas de clase trabajadora, porque el capital está lanzando ataques de conjunto sobre la clase. Sólo falta que los escépticos de la clase trabajadora se den cuenta de ello. Precisamente sectores como el vuestro, la comida rápida o a domicilio, son puestos como ejemplos por
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estos sectores de cómo los métodos tradicionales de la clase trabajadora no les sirven ¿Qué les dirías al respecto? Esta gente convierte la necesidad en virtud. Cuando en nuestra empresa tuvimos que pelear por elecciones sindicales y mi readmisión, al principio nos tuvimos que mover clandestinamente, hacer bloqueos de tienda y telefónicos desde afuera... pero no era para nosotros lo ideal. Lo hacíamos justamente para poder tener los mismos derechos que los otros trabajadores a formar un Comité, poder contar con delegados que no temieran el despido y pudiesen pasarse por todas las tiendas, denunciar los abusos patronales... Lo hacíamos buscando el apoyo y la solidaridad de trabajadores con más tradición sindical, como los buseros de TUZSA, los de la OPEL, los de Johnson Controls, HP y otras muchas empresas. Y ellos siempre han estado de nuestro lado porque demostramos que si queríamos, podíamos!. Creo que la izquierda sindical debe proponerse como una tarea clave organizar a todos aquellos que no lo están, y a los que la política de la burocracia sindical nunca ha defendido. Pero no “aparte” de los demás sectores de trabajadores!!. Lo que hicimos en Telepizza debemos extenderlo a todas las empresas de este tipo, a los compañeros que trabajan en la industria por ETT y subcontratas... Los sectores más combativos y conscientes del movimiento obrero debemos entender como una tarea fundamental llegar a los más explotados junto a los trabajadores sindicados, independientemente de las siglas!! La intención nuestra al querer impulsar un proceso de organización en un sector tan difícil, y te hablo como militante de Clase contra Clase, no es otra que querer contribuir a que la juventud trabajadora precaria empiece a tener peso en el conjunto de la clase trabajadora; para que nos empiecen a escuchar y a solidarizarse con los millones de jóvenes sin trabajo y sin derechos. Así podremos poner a la clase trabajadora a la ofensiva, a pelear hasta el final contra los ataques y por derribar el sistema capitalista que nos los impone. Ellos tienen la experiencia..., nosotros, los jóvenes sin futuro, tenemos la fuerza..!!! ¿Cuál es la relación entre lo que tú llamas “revolución” del modelo sindical y la lucha por la unidad sindical? Para mí la división sindical que existe en el Estado español expresa
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cómo la lucha de tendencias existente en el movimiento obrero, ha acabado históricamente en una enorme fragmentación sindical por medio de múltiples escisiones. Los sectores más combativos se han separado organizativamente de la mayoría de la clase trabajadora que todavía confían en los grandes aparatos reformistas. Confianza que en muchas ocasiones se da por inercia, producto del recuerdo de las luchas dadas en el pasado, sobre todo de CCOO cuya génesis está en la lucha contra el Franquismo y el Sindicato Vertical. Esta escisión, fue la línea del anarco-sindicalismo por un lado -formando sindicatos para los trabajadores anarquistas-, y al mismo tiempo la del estalinismo en sus momentos más ultras -formando “sindicatos rojos”-, que después retomaron los grupos maoístas. Los trotskistas no acordamos con estas políticas sectarias que tratan de dar una “solución” organizativa a un problema político. Y es que, no por constituir un sindicato combativo, porque este exista sin más, los trabajadores que hoy dirige la burocracia sindical van a pasarse en masa a él. Para que el movimiento obrero se dote de una dirección combativa, no pactista, y no digamos ya revolucionaria, es necesario librar una cruda lucha política en su interior contra las actuales direcciones. ¿Y dónde se libra esta pelea? allí donde están los trabajadores -las empresas- y donde se organizan -los sindicatos, comités de empresa, asambleas-. Que los sectores más combativos se separen -como por ejemplo quiere hacer la CGT y la izquierda sindical manifestándose separadamente de los trabajadores de CCOO y UGT el 29M- de los que hoy aún dirigen Toxo y Méndez, es sobre todo una buena noticia para estos últimos, que podrán hacer su labor más “tranquilos”. No olvidemos que en muchas ocasiones han sido las propias direcciones oportunistas y burocráticas las que han dividido al movimiento obrero expulsando de los sindicatos de los sectores más combativos. La suplantación de lucha política dentro de los grandes sindicatos contra sus direcciones por parte de las corrientes anarquistas y algunas estalinistas, -ya que otras muchas que están cómodamente adaptados a la dirección de CCOO-, y otras de la izquierda sindical, hace que gran parte de los sectores más combativos y de
izquierda estén por fuera de los grandes sindicatos. Para nosotros es absolutamente necesario contar con este enorme sector para lograr la mayor unidad de la clase para los combates que vienen. Debemos pelear pues por la unidad sindical, pero esto no significa negar la crítica a la burocracia de los sindicatos mayoritarios, como hacen corrientes como El Militante, ni tampoco la “libertad de tendencias” en las asambleas de base de los trabajadores. Al contrario, es parte de la lucha por recuperar los sindicatos para la organización y la lucha, es una pelea que no se puede separar de la misma pelea contra la burocracia sindical de CCOO y UGT, disputándoles la mayoría. Hablo pues de una pelea que pasa por alentar y facilitar que los trabajadores que hoy nutren estas centrales confluyan con los sectores más combativos de la clase, se apoyen en ellos y en los sectores más explotados que debemos organizar, para precisamente defenestrar a sus actuales direcciones y recuperar de sus manos y transformar los grandes sindicatos. No serán los burócratas vendidos los que promuevan una confluencia de este tipo.
“Estamos viviendo una época de potencial unidad en las filas de clase trabajadora, porque el capital está lanzando ataques de conjunto sobre la clase. Sólo falta que los escépticos de la clase trabajadora se den cuenta de ello.” Debemos revolucionar los sindicatos, que sean independientes de la patronal y el Estado, expulsar a los burócratas que hoy los usurpan, que se rijan por la mayor democracia obrera, que impulse la unidad de las filas obreras de la que hablaba antes... Y todo esto en la perspectiva de poner fin a la actual fragmentación que vive el movimiento obrero superando a los sindicatos actuales. ¿Cómo podremos lograr esto? Peleando por un verdadero frente único de todas las organizaciones sindicales, y a lo largo de los procesos de lucha tenemos que estar abiertos a diferentes vías por las que se podrá recobrar la unidad obrera.
Desde agrupamientos inter-sindicales de sectores combativos, unificación de sindicatos en centrales unitarias con libertad de tendencias... hasta organismos de democracia directa como coordinadoras de empresas, comités de trabajadores... Para nosotros este tipo de organismos que sobrepasen los marcos de las actuales organizaciones sindicales serán cruciales en los combates que se avecinan, pues sobre ellos, coordinándolos y centralizándolos, es como los trabajadores podremos ir poniendo en pie un contrapoder al poder del Estado burgués y los capitalistas. ¿Cómo podemos los trabajadores comenzar a organizarnos para pelear por la perspectiva que estas mencionando? Para mí la pelea es porque organicen a los sectores más explotados, porque sean independientes del Estado y la patronal, adopten un funcionamiento democrático y se liquide a los burócratas vendidos, y adopten un programa anticapitalista y revolucionario... Para ello hace falta que los trabajadores nos agrupemos políticamente detrás de este programa. Yo milito desde muy joven en el trotskysmo, en Clase contra Clase, y ahora, junto con otros jóvenes y trabajadores revolucionarios, estamos impulsando la agrupación revolucionaria No Pasarán, en torno a un programa que se propone una pelea política con el reformismo, el autonomismo y demás corrientes que dirigen o influencian el movimiento obrero y juvenil. En el movimiento obrero como te digo el principal enemigo es la burocracia sindical. Pero para mí también tenemos importantes peleas que dar en contra de otras corrientes políticas que dificultan esta tarea y que tienen peso en el movimiento obrero, también en sus sectores más combativos. Hablo del reformismo, pero también del anarco-sindicalismo, el sindicalismo de izquierda o el maoísmo, que con su política sectaria dificultan que emerja una alternativa de clase y combativa a las actuales direcciones. Como dices, la militancia en el movimiento obrero es una constante lucha política contra la burocracia sindical ¿Qué lugar ocupa la pelea porque los sindicatos sean independientes de la patronal y el Gobierno? Es sin duda la principal pelea. Veamos qué enemigo tenemos por delante. El primer obstáculo es la burocra-
cia sindical de CCOO y UGT. Pero ¿quiénes son realmente? Gran parte de ellos son la correa de transmisión de grandes partidos del Régimen, sobre todo el PSOE y el PCE/IU. Otros mantienen una “independencia” formal de estos partidos pero sus lazos “extraoficiales” con ellos, el Estado y la patronal son evidentes. Es decir la burguesía, por medio de partidos patronales como el PSOE, u otros más a su “izquierda”, mantiene controlados políticamente las dos principales sindicatos y con ellos muchas de nuestras organizaciones en las empresas. Por lo tanto la pelea por nuestras organizaciones es una pelea contra uno de los brazos de este Régimen, y cuenta con el respaldo del Estado frente a cualquier intento de los trabajadores para recuperarlas. Todas las peleas de las que estamos hablando, desde conseguir la unidad de las filas obreras hasta imponer la máxima democracia obrera en el interior de las organizaciones sindicales, se desprenden y están ligadas a conseguir la total independencia de los partidos patronales y el Estado. Y no solo organizativa, sino y sobre todo política. No queremos que los “agentes” de la patronal -ya estén disfrazados de “socialistas” o “eco-socialistas”nos marquen la agenda. Cuando ellos nos dicen “la reforma laboral hay que negociarla”, “no podemos hacer más contra el cierre”, “no podemos defender a los de ETT o temporales” ... actúan así, tratando de evitar que los trabajadores levantemos una alternativa obrera a los ataques y la crisis capitalista, como podría ser “luchar hasta derrotar la reforma y su Gobierno”, “ocupemos la fábrica, pongámosla a producir y luchemos por su nacionalización bajo nuestro control” o “si tocan a uno nos tocan a todos”. Todo esto está ligado a un problema superior, y es que los trabajadores no tenemos una herramienta política propia. Nuestra clase, que es la mayoría de la sociedad, no cuenta con una voz propia en la arena política, que defienda nuestros verdaderos intereses frente a la patronal y el Estado capitalista. En cuenta de eso el PSOE y otros partidos menores, como IU, se proclaman muchas veces nuestros representantes. Sin embargo su labor como partidos enteramente comprometidos con este Régimen y la clase capitalista -ya sea gobernando, cogobernando o haciendo oposiciones leales- demuestran para quien trabajan realmente, y cada vez son más los trabajadores que ya no se creen ni la “S” de “socialista” ni la “O” de “obrero” del PSOE. Lo que que-
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da es una “P” y una “E”, las siglas de “Partido Empresarial”. No basta entonces con la lucha sindical o económica ¿Cómo crees que los trabajadores tenemos que avanzar en el terreno de la lucha política? Es algo que debemos hacer a la vez que recuperamos nuestras organizaciones sindicales y plantamos cara al Estado capitalista y sus planes de ajuste, no es algo previo, ni posterior. En este proceso vamos a tener que necesariamente fortalecer nuestra capacidad de auto-organización y lucha, vamos a ir fortaleciéndonos como clase para los combates históricos que tenemos por delante. Y como una tarea central en este sentido está la de construir un gran partido de trabajadores, que se proponga pelear hasta el final por nuestros intereses y apueste claramente por hacerle pagar la crisis a los capitalistas. No estoy hablando de reeditar experiencias pasadas, como los grandes partidos reformistas que acabaron en el parlamentarismo burgués, gestionando el capitalismo y siendo los “campeones” de los ataques contra los trabajadores, como el mismo PSOE. Tampoco la de otros partidos obreros como el PCE que usurpando las banderas de la revolución rusa li-
deró el aplastamiento de la revolución española de 1936 y más tarde llevó el ascenso obrero y juvenil de los 70 al desvío reaccionario que supuso la Transición “democrática”.
“...contribuir a que la juventud trabajadora precaria empiece a tener peso en el conjunto de la clase trabajadora; para que nos empiecen a escuchar y a solidarizarse con los millones de jóvenes sin trabajo y sin derechos.(...) Ellos tienen la experiencia..., nosotros, los jóvenes sin futuro, tenemos la fuerza..!!!” Hablo de un partido en primer lugar de combate, que su principal terreno de juego sea la lucha despiadada contra los capitalistas, el estado
patronal y sus partidos. Un partido que, aunque participe en las elecciones para combatir las ilusiones de los trabajadores y hacerle agotar la experiencia con este Régimen podrido, se juegue a vida o muerte en la lucha de clases. Que agrupe y organice a los trabajadores y jóvenes más decididos y conscientes para promover la autoorganización, la lucha implacable contra la patronal y el Estado capitalista, contra la burocracia sindical y todas las variantes reformistas con las que se nos trate de engañar. Un partido que levante un programa realmente anti-capitalista, revolucionario, de expropiación a los capitalistas. La única manera de terminar con este sistema de “esclavitud asalariada”, como le llamara Marx, es que la clase trabajadora y los sectores populares avancemos hacia la expropiación total de los grandes capitalistas, los bancos, los especuladores... y poner toda la riqueza, las fábricas, los servicios... bajo nuestro control para poder satisfacer las necesidades de la amplia mayoría de la población trabajadora. Para lograrlo los trabajadores tendremos que derrotar a la burguesía no sólo en el terreno económico, sino en definitiva en el campo del poder político. O gobierna ella sobre nosotros o
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gobernamos los trabajadores y sectores populares , extirpándole su poder económico para que no puedan levantar cabeza. Para ello el partido por el que luchamos desde Clase contra Clase y nuestra organización internacional (la Fracción Trotskista) debe dotarse de una estrategia revolucionaria para conseguir derrotar a la burguesía, su Estado, sus cuerpos represivos, medios de comunicación... en definitiva para conquistar para los trabajadores y sectores populares el poder político, para construir un Estado basado en organismos de auto-determinación de las masas, como fueron los soviet en Rusia mail o parcialmente los comités revolucionarios aquí en 1936. En definitiva lo que tenemos planteado por delante es la necesidad de construir grandes partidos revolucionarios en todos los países y reconstruir un gran partido de la revolución mundial, que nos sirvan para canalizar todos los combates que demos, las lecciones que saquemos de los mismos, las lecciones de más de 200 años de movimiento obrero y revoluciones... hacia este fin. Que permitan transformar todo eso en un legado para convertir los procesos de luchas que se abran en procesos revolucionarios, y éstos en revoluciones obreras y socialistas triunfantes.
Señor Gallardón:
Violencia de género estructural… son los recortes y la Reforma Laboral! por CYNTHIA LUB En la manifestación del 8 de marzo, Carmen, afiliada a CCOO, decía sobre la Reforma Laboral: “Está recortando de una manera drástica los derechos de las mujeres trabajadoras que tanto nos ha costado conseguir, después de muchos años de muchas luchas donde las mujeres han dejado la piel por el camino, es muy triste que en pleno siglo XXI estemos todavía reivindicando aspectos que ya reivindicaban las mujeres hace 25 años”. Y así es, una Reforma Laboral que nos hace retroceder a las oscuras épocas del franquismo; época en la que
las mujeres trabajadoras han hecho historia...Y si hoy volviésemos a salir a las calles como hace 30 años, tal
vez tendríamos que volver a pelear por las mismas reivindicaciones. Así lo muestra otro enorme sector de mu-
jeres totalmente ausente de derechos laborales: las “invisibles trabajadoras” inmigrantes. Como nos decía una mujer del sindicato de trabajadoras del hogar, el Sindihogar: “Nosotras luchamos por el derecho al paro, por nuestra inclusión en el régimen general de la Seguridad social, por contratos por escrito, por la eliminación del pago en especies. Por no ser denigradas por el racismo.”. Ellas denuncian que en este trabajo -que consiste en tareas domésticas de limpiar casas y cuidar ancianos y niños- de 700.000 trabajadoras sólo 300.000 trabajadoras cotizan a la seguridad social. Mientras tanto, el Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, dijo a propósito de la reforma de Ley del Aborto que existe “una violencia de
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género estructural que lleva a las mujeres a abortar”.También la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, habló hipócritamente de la discriminación laboral como una de las “presiones económicas, sociales, laborales o familiares” que sufrimos las mujeres. Mientras, se acaba de convalidar una Reforma Laboral -continuidad de las reformas laborales del PSOE- que no hace más que agravar nuestra situación al promover entre otras cosas el trabajo a tiempo parcial y con él la desigualdad salarial. Una de las cuestiones en las que se avanza, es en “los derechos”... pero de los empresarios para cambiar las condiciones laborales según su conveniencia. Esto perjudica enormemente a las mujeres trabajadoras y las empuja cada vez más al desempleo. Por otro lado, elimina los incentivos para contratar mujeres después de la baja maternal y dificulta aún mas las conciliación de la vida personal, familiar y laboral. Los recortes de los servicios sociales, la sanidad y la educación públicas, afectan a otro tipo de empleo mayoritariamente femenino. Otra cuestión, son los recortes en los presupuestos de ayuda a las familias, que nos afectan especialmente. La reducción y eliminación de servicios públicos dirigidos al cuidado y la atención de menores y personas dependientes, supondrá un retroceso para las mujeres que seguirán viéndose obligadas a continuar asumiendo el difícil e impracticable doble papel de mujer trabajadora y cuidadora, en muchos casos.
Por tanto, la Reforma Laboral y los recortes, acentuarán la ya enorme desigualdad y discriminación laboral que sufrimos las mujeres. El promedio de retribución de las mujeres es un 22% menor que la de los hombres. Sigue habiendo más mujeres en los puestos de más baja escala y los complementos salariales y el modo de contrato incrementan las diferencias entre sexos: “... de manera más gráfica: ganan, de media, 5.500 euros menos; y para cobrar lo mismo deberían trabajar 80 días más al año. Las retribuciones complementarias (pluses, beneficios…), que los hombres perciben en mayor medida, la mayor concentración de las mujeres en los empleos con salarios más bajos y en contratos de jornada reducida ahondan estas desigualdades”. La repercusión de esa discriminación afectará en un futuro, ya que, a menor retribución, menor pensión y prestación por desempleo. Ante esto, es necesario gritar:¡Basta de recortes! ¡Abajo la Reforma Laboral! ¡Basta de discriminación y acoso laboral! Basta de precariedad laboral, contratos de obra y servicios, las subcontratas y contratas, la mayoría de trabajo femenino junto a las y los jóvenes. Todos y todas a la plantilla fija y con los mismos derechos. Por la prohibición de los contratos temporales y las ETTs. No a la pérdida de los convenios colectivos. Exigencia de pago de todos los derechos por maternidad, beneficios y pluses. ¡Basta ya de abusos!. La violencia estructural de género es, entonces, la violencia de un sistema de explotación y opresión que hoy, ante la
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crisis histórica del capitalismo, se hace asfixiante para las mujeres, las y los inmigrantes, la juventud y la clase trabajadora. Es así que, mientras peleamos por nuestros derechos, es necesario unirnos a todas y todos los trabajadores conscientes de sus cadenas que quieran luchar por una sociedad sin explotación, a tomar nuestras reivindicaciones en sus manos. Porque mientras la clase dominante logre mantenernos divididos, oponiéndonos a unos y otras, y destilando su venenosa ideología de que hay explotados de primera clase y explotados “de segunda”, como las mujeres, los niños, los inmigrantes, los homosexuales, más fácilmente se perpetúa su dominio y nuestra esclavitud. Nuestra lucha, presente y futura, implica también la disputa contra los valores y costumbres impuestos por la clase dominante y su cultura de violencia. Una violencia que podrá ser totalmente desterrada cuando rompamos las cadenas que ciñen a la humanidad, bajo este régimen capitalista.
Estrategia Internacional Revista de teoría y política marxista
ó r g a n o d e e x p re s i ó n m e n s u a l d e C l a s e c o n t r a C l a s e
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EDICIÓN ESPECIAL
Viene de Contraportada ria No Pasarán, de la somos parte, llevó una pancarta contra la represión y por la unidad con los trabajadores. Por la tarde formamos un entusiasta cortejo juvenil para participar , como parte del “bloque crítico”, de la movilización convocada por CCOO y UGT contra la reforma laboral, donde planteamos la necesidad de un plan de lucha y una huelga general para derrotarla. Barcelona ha sido en esta ocasión la ciudad donde más masividad y contundencia han tenido las protestas. Al comienzo de la semana el Govern respiraba tranquilo, ya que la maniobra orquestada por el Ayuntamiento, la empresa y el Comité de Empresa de TMB (con la aprobación capital de la CGT-metro) para desactivar la huelga de transportes -rompiendo la unidad entre el metro y autobuses e imponiendo un referéndum trampa- alejaba la posibilidad de que el conflicto universitario confluyera con el de transportes. Sin embargo las universidades ya venían de un proceso de movilización -que se había expresado en la exitosa huelga y manifestación del 17N-, y éste se había extendido en casi todas las universidades catalanas al PDI y el PAS. La jornada arrancó la víspera con ocupaciones de facultades. Por la mañana los piquetes de la UAB cortaban la AP-7, bloqueaban los Ferrocarriles de la Generalitat, los del Campus de la UB cortaban la Diagonal, los de la UB-Raval ocupaban sedes bancarias, cortaban la Gran Vía, entraban en la emisora de la SER para leer las reivindicaciones.
Desde Clase contra Clase y la Agrupación Revolucionaria No Pasarán estuvimos en los encierros de la UAB y UB. En este último se aprobó por amplísima mayoría que el piquete garantizaría el cierre total del edificio, y también se tomarían las medidas necesarias para que la universidad no pudiera conocer la identidad de los trabajadores que se sumaban a la huelga, para así evitar que se les aplicase el descuento de salario. Se quería garantizar el derecho de huelga efectivo, totalmente vulnerado con los descuentos de 100 y 150 euros sobre salarios que pocas veces sobre pasan los 1000. La manifestación fue muy masiva, entre 50.000 y 70.000 personas. El centro de la ciudad era una marea humana de indignación. Muchos jóvenes arremetieron contra algunos símbolos del capitalismo, sobre todo los bancos y la Bolsa. En esta última los Mossos realizaron una primera carga, llevándose a los primeros detenidos. Más adelante, justo cuando la cabecera de la manifestación estaba ocupando el Rectorado de la UB todo el dispositivo policial entró en acción. Las furgonas penetraron en la manifestación entre piedras, huevos, botellas... Los jóvenes no nos resignábamos a ver como se preparaba la escabechina que nos preparaban. Segundos después salieron a la carrera, emboscando a grupos en numerosas calles, golpeando brutalmente y realizando nuevas detenciones. La brutal carga dispersó la movilización y sitio el Rectorado durante unos minutos. Aun así muchos jóvenes quisieron resistirla y buscaban la manera de reagruparse en torno al Rectorado.
Finalmente la mayoría de ellos optaron por no resignarse y continuar la marcha hasta la Plaza España, donde se celebraba el Congreso Mundial del Móvil, el mayor evento capitalista de la ciudad. Estos signos de combatividad contrastaban con la política consciente de los dirigentes del movimiento estudiantil y la Plataforma Unitaria en Defensa de la Universidad Pública. Frente a las ganas de centenares de estudiantes de seguir la protesta a pesar de la represión, éstos las pasaron por alto y mantuvieron sus actividades “programadas”. Incluso cuando algunos compañeros tomamos la palabra en la primera asamblea de la ocupación para decir que había que suspenderla de inmediato e irnos todos a la Comisaría para exigir la libertad de los 12 detenidos, se dilató la discusión para al final decir que quien así quisiera podía ir a las 18h a Comisaría, pero sin asumirlo como una movilización capital. Sólo Clase contra Clase, No Pasarán y los catalanistas -sobre todo del SEPC-, nos hicimos presentes con nuestros medios disponibles en la Comisaría de las Corts, juntando algo más de 200 estudiantes por la libertad sin cargos de los detenidos.
29M: por la unidad obreroestudiantil, por la derrota de la Reforma Laboral y todos los ajustes Este resurgir de la juventud, toda una vuelta a escena de la “indignación” de meses atrás, ha sido un elemento capital, junto con las masivas manifestaciones obreras de febrero, para que las
direcciones de CCOO y UGT convocasen la huelga general del 29M. Esta jornada de huelga está siendo asumida por el conjunto del movimiento estudiantil, en todas las asambleas se instituto y facultad es refrendada. Desde Clase contra Clase, junto al resto de compañeros de No Pasarán, estamos planteando la necesidad de que el movimiento estudiantil se sume a esta importante lucha tratando de confluir con los sectores más combativos del movimiento obrero. Es necesario que la juventud intervengamos en la huelga general, codo con codo con los trabajadores, para que sea un éxito, para que todo pare. Y al mismo tiempo para exigir que esta Reforma no se negocia, como pretenden Toxo y Méndez, y que por lo tanto después del 29M no vamos a aceptar una desmovilización como la que ya realizaron estos dirigentes tras la huelga del 29S de 2010 contra Zapatero. Después del 29M, tanto en los centros de trabajo, como en los institutos y las facultades, debemos seguir discutiendo en asambleas de base cómo continuar hasta conseguir doblarle el brazo a Rajoy y los Gobiernos autonómicos. El reciente anuncio en Catalunya de que las tasas universitarias subirán un 66% el curso que viene es una muestra de por donde van a ir los tiros. Se quiere expulsar a una gran parte de los estudiantes de esta ya de por sí elitista universidad. El movimiento estudiantil no nos vamos a resignar. Junto con los sectores más combativos y conscientes del movimiento obrero debemos imponer un plan de lucha, serio y contundente, hasta pararles los pies.
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La juventud sin futuro... la juventud SIN MIEDO por SANTIAGO LUPE
De la “primavera valenciana” a la “primavera estudiantil” El mismo día que el Gobierno de Mariano Rajoy reconoció que los ajustes presupuestarios que están por venir, van a implicar históricos recortes contra la educación, la sanidad, el desempleo y todas las prestaciones sociales, centenares de miles de estudiantes y trabajadores tomamos las calles en decenas de ciudades. Universidades e institutos vacíos, masivas movilizaciones estudiantiles de Valencia a Barcelona, de Madrid a Zaragoza, de Galicia a Extremadura... miles de jóvenes encarándose a la represión policial de los Mossos (como en Barcelona). Por la tarde decenas de miles de trabajadores asistieron a las manifestaciones contra la Reforma Laboral, muchos de ellos cantando y exigiendo una Huelga General... Los miedos del Gobierno y los barones del PP de que sus planes pueden incendiar la calle tienen bases sólidas. La clase trabajadora y la juventud vamos a en-
frentar con lucha y organización este retroceso en nuestros derechos laborales y calidad de vida.
29F, una gran jornada de lucha estudiantil Después de la represión contra los estudiantes de Valencia la convocatoria del 29F -que había sido impulsada por los estudiantes, PDI y PAS de las universidades catalanas, y por otras asambleas estudiantiles después, como en Zaragoza-se fue extendiendo por todo el Estado, empezando por los universitarios y estudiantes de medias valencianos. Las protestas en solidaridad con Valencia y contra la represión que se realizaron en decenas de ciudades durante la semana anterior a la huelga fueron haciendo el resto. Las imágenes de esa represión recorrieron el mundo y en todas las asambleas se repudió. Volvió la indignación también contra los duros recortes que comienzan a implementar los Gobiernos
autonómicos y el Gobierno central, que implican reducción de presupuestos, miles de profesores despedidos, subida de las tasas, más privatización de la educación, etc. Además se planteó el rechazo a la nueva reforma laboral de Rajoy, que eliminará conquistas históricas de los trabajadores, y sólo genera más trabajo precario para los jóvenes, entre los que el paro alcanza un record del 50%. Fue Valencia precisamente una de las ciudades con una de las manifestaciones más masivas. “El País” reconocía que en toda la Comunidad habían parado la casi totalidad de los estudiantes, más de 130.000. Aulas vacías y calles a rebosar, en la capital valenciana eran más de 40.000 estudiantes, profesores y padres y madres. En Madrid otra masiva movilización de secundaria y universidad colapsó el centro de la ciudad, y 200 universitarios ocuparon la Facultad de Filosofía de la Complutense para discutir como proseguir las movilizaciones.
En Zaragoza los militantes de Clase contra Clase y la agrupación revolucionaria No Pasarán somos parte impulsora de la Coordinadora de Estudiantes de Enseñanzas Medias (CEEM), y estuvimos promoviendo desde el primer día la huelga estudiantil. La movilización tuvo un claro tono de unidad obrero-estudiantil, con más de 3000 estudiantes, sobre todo de secundaria, y la participaron de sectores de trabajadores de CGT de diferentes empresas como Telepizza, Hewlett Packard y FCC Parques y Jardines. Todos ellos mandaron o leyeron saludos en solidaridad y por la unidad obrero-estudiantil. También organizaciones estudiantiles universitarias y numerosos trabajadores de la universidad participaron con un cortejo que había partido del Campus de San Francisco y en el que participaron nuestros compañeros de la UZ. La agrupación revoluciona-
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