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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA CENTRO UNIVERSITARIO DE ORIENTE LICENCIATURA EN PEDAGOGIA SECCION CHIQUIMULA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN EDWIN ROLANDO RIVERA ROQUE, M.A.

Informe: Teorías de la personalidad

INTEGRANTES:    

Kevin Marcoleny Guzmán Pérez Magda Estefany Morales Lázaro Flor de María Gramajo Jácome Jacqueline Scarlett Gómez Espino

Chiquimula, 22 de abril de 2017

201145216 201342757 201342612 201322181


INTRODUCCIÒN Las doctrinas personalistas proponen modelos de convivencia en los que la dignidad humana se afianza con la soberanía del Estado. La democracia personalista implica la relación armónica entre el individuo y el Estado, de ahí que sean condenables el individualismo burgués y capitalista y los totalitarismos de distinto signo. Cuando decimos educación personalista estamos pensando en un sistema que le da prioridad a lo personal, a lo individual. Lo más importante será el desarrollo personal a través de la libertad, que requiere una conciencia autónoma. Para los personalistas el fin de la educación es la construcción personal permanente; el crecimiento personal a través de la actividad. Tenemos que considerar personalistas pedagogos Emmanuel Mounier, Lorenzo Mileni y Paulo Freire. A partir de las teorías personalistas de la educación se han realizado diferentes experiencias prácticas en relación a la educación personalizada El personalismo como fuente de pensamiento tuvo lugar en una sociedad dentro de un medio rodeado por diferentes puntos de vista y diferentes pensamientos en una misma sociedad en el siglo XX. La finalidad de este tipo de educación es el desarrollo integral de la persona humana y sus rasgos principales tendrán que ver con la sociedad plural, democrática y participativa en la que se inserta. Educación Personalista: Sistema pedagógico que le da prioridad a lo personal, a lo individual. El papel del educador personalista es distinto al tradicional ya que está basado en la libertad individual y frente a la transmisión de conocimiento primará la orientación, coordinación y ayuda. El presente trabajo contiene en sus páginas el pensamiento Freirano, se describe un poco sobre la vida del fundador de estas teorías que es Emmanuel Mounier y también explica la pedagogía liberadora de Milani.


Teorías de la Personalidad Cuando hablamos de la personalidad a menudo tendemos a darle un cierto tinte de postura simplemente como si consistiera en rasgos atractivos y admirables: Efecto, encanto, honestidad. Pero no vemos que la personalidad es algo mucho más complejo de lo que indica el uso ordinario del término, e incluye tantos rasgos positivos como negativos. Resulta fácil hablar de rasgos de la personalidad sin definir el término en si, es difícil elaborar una definición amplia de lo que es personalidad. Un concepto actual

que

podemos

utilizar

es:

Patrón

de

sentimientos

y

pensamientos ligados al comportamiento que persiste a lo largo del tiempo y de las situaciones. La personalidad se refiere a aquellos aspectos que distinguen a un individuo de cualquier otro, y en este sentido la personalidad es característica de una persona, la personalidad persiste a través del tiempo y de las situaciones. Sin embargo se debe mencionar que existen diversas teorías que tratan sobre la personalidad, estas teorías son las que tratan o intentan dar una explicación teórica a los procesos y rasgos de la personalidad de carácter psicológico, fundamentales que pueden encontrarse en la psique humana. Consisten en la teorización y descripción de aquellos factores que en conjunto, hacen al individuo para poder comprender su conducta e intentar predecirla. El personalismo no es un problema si no una filosofía, es la actitud, es la existencia, es la búsqueda de la personalidad, se apoya sobre el esfuerzo humano para humanizar a la humanidad. Aporte de Emmanuel Mounier. Visualiza a La educación desde una pedagogía personalizada. Emmanuel Mounier aporto un nuevo cauce a la investigación filosófica, centrado en la persona y su dimensión relacional. Ha descrito a la persona como: “ser


espiritual constituido como tal por su forma de subsistencia y de independencia en su ser” y añade “la persona, en el hombre, está sustancialmente encarnada, mezclada con su carne, aunque trascendiéndola.” Esa carne es una dimensión esencial del hombre: el modo en que se manifiesta su espíritu y su medio de comunicación.

Propone las relaciones interpersonales presuponen una estructura personal y adecuarse a ella para no derivar en relaciones antipersonales.

Milani propone una pedagogía liberadora de la pobreza cultural frente a la burguesa que mantiene una pedagogía a su servicio, acentuando cada vez más las diferencias entre pobres y ricos. Para Milani el fracaso escolar es consecuencia de la pedagogía burguesa, diseñada para mantener privilegios, para la burguesía, el fracaso escolar es el resultado de las diferencias naturales, es un problema derivado de la diferencias en cuanto a coeficiente intelectual, de capacidad, y no de la ausencia de igualdad de oportunidades. La educación es universal y obligatoria; teóricamente, toda la población está escolarizada; por tanto, podría deducirse que existe un escenario académico en donde existe la igualdad de oportunidades. Por contra, nada más falso que esta apariencia de justicia socioeducativa: Los alumnos pobres interiorizan unos valores y unas prioridades vitales que no son precisamente incrementar el conocimiento en abstracto, que es lo que oferta la escuela pública. Milani propone su pedagogía liberadora en dos libros: uno colectivo, “Carta a una maestra” y el denostado por la iglesia oficial y por los políticos de la democracia cristiana, “Experiencias pastorales”. Pensamiento Freiriano “La práctica educativa es todo esto: efectividad, alegría, capacidad científica, dominio técnico al servicio del cambio”, sostenía Freire.


Su técnica pedagógica propone que los maestros observen cuidadosamente el universo de sus estudiantes, se adapten a su propio vocabulario y los incentiven a “salir de la cultura del silencio” para reconocerse como protagonistas de su propia cultura. Le apunta a la pedagogía crítica y liberadora, contribuyente con la alfabetización como muestra de progreso y desarrollo de los pueblos, por medio de la educación. Emmanuel Mounier Filósofo francés, impulsor de una corriente de pensamiento cristiano llamada personalismo. Estudió en Grenoble y en la Sorbona, iniciando su actividad de erudito con un trabajo sobre Charles Péguy del que entonces sólo se conocía la obra poética y cuya profundidad y complejidad de pensamiento puso de manifiesto (La pensée de Charles Péguy, París, 1931). En 1932 renunció a la enseñanza de filosofía en Saint-Omer para marchar a París. Tenía veintisiete años y con un grupo de jóvenes que experimentaban su misma crisis dio vida en aquel año a la revista Esprit, en torno a la cual se fue organizando más tarde el movimiento que ha quedado como una de las más significativas expresiones del pensamiento católico contemporáneo. Emmanuel Mounier (1905-1950), el líder del movimiento personalista y sin duda su principal ideólogo, corre el peligro de convertirse en un autor olvidado, sólo apto para uso en contextos clericales; ciertamente murió con sólo 45 años y buena parte de su obra es estrictamente “de combate”, pero aunque su retórica tiene algo de crispado y su vocabulario suena hoy a “años 30”, su obra no debiera interesar sólo en el mundo eclesiástico: no es ocioso recordar que uno de los principales teóricos de la postmodernidad, Jean-François LYOTARD, se inició en “Esprit” y otro de los puntales del movimiento, Gianni VATTIMO, fue personalista en origen. Mounier pretendió pensar una filosofía cristiana conscientemente contemporánea en

un

momento

en

que

cristianismo

y

modernidad

se

habían

dado

(¿definitivamente?) la espalda. Por eso mismo su obra no pude entenderse sin advertir que se trata de la respuesta creyente a la filosofía de la sospecha (Marx,


Nietzsche, Freud). Sin embargo, y paradójicamente, Mounier (y de ahí su influencia sobre Lyotard y Vattimo) anuncia sin saberlo la postmodernidad al proponer “Refaire la Renaisance” [rehacer o reconstruir el Renacimiento] como objetivo de un pensamiento católico que no puede estar frontalmente contra la modernidad sino que debe mostrar la insuficiencia del modelo humanista (e individualista) heredado del renacimiento y de la ilustración. Mounier estaría perfectamente de acuerdo con Gianni Vattimo cuando, en CREER QUE SE CREE, (1996) el filósofo italiano dice que: «El Evangelio es más amigable respecto a la razón (tardo) moderna y sus exigencias de lo que una concepción, en el fondo autoritaria, de la salvación me quiere hacer creer», o que: «La verdad del cristianismo es sólo la que se produce cada vez a través de las “autentificaciones” que advienen en diálogo con la historia, y con la asistencia del espíritu, como ha señalado Jesús». Para Mounier, la respuesta al ateísmo se encuentra en el necesario «humanismo concreto»: no hay seres en abstracto y desarraigados sino “personas” miembros de una comunidad, de una cultura espiritual en cuyo seno se realizan. En palabras de Mounier: «La desesperación no es una idea. Es sobre todo un corrosivo». El ser humano no es un individuo errático, sino un proyecto de comunicación y una íntima participación en la vida. Precisamente el principal error del existencialismo ateo (Sartre) es el de definir al hombre como proyecto pero sin prestar atención a las condiciones por medio de las cuales dicho proyecto tiene sentido (el amor, la familia, la comunidad). Son precisamente

esas

instancias

comunitarias

las

que

evitan

caer

en

la

desesperación, en el desarraigo, y nos permiten abrirnos al sentido en un mundo cada vez más cosificado. “Sentido” y “transcendencia” se descubren como remedios contra la contra la “angustia” y la “desesperación” existencial. La “revolución del siglo 20” no sería, pues, el socialismo que considera a los individuos como números y miembros de una masa, sino el redescubrimiento de una comunidad donde el hombre logre ser “persona” y no simple número. Ello exige, por lo demás, superar la perspectiva tecnológica e instrumental del


humanismo renacentista, para recuperar la transcendencia, tal como apunta su análisis del maquinismo en EL PEQUEÑO MIEDO DEL SIGLO XX. De hecho en este libro, que está escrito en polémica implícita con Jacques Ellul, cae muy posiblemente en la ingenuidad de minusvalorar la máquina y la tendencia de lo que Ellul llamaba “sistema técnico” a dar por clausurada la vida espiritual. Emanuel Miuner escribió el libro revolución personalista y comunitaria, donde menciona los valores personalistas que definen “lo espiritual”. LORENZO MILANI Lorenzo Milani nació en Italia en 1923, pronto hará noventa años, en una familia muy rica, pero poco religiosa. Y le dolía mucho la pobreza de la gente y sufría las injusticias. Lorenzo quiso ser pintor y visitaba las iglesias para ver los cuadros. Se hizo sacerdote católico. En su primera parroquia de San Donato abrió una escuela para ayudar a los niños a superarse. Se aprendían materias como lengua o matemática, pero también se aprendía a pensar y a reflexionar.

Los viernes se organizaban conferencias o charlas en las que algunos invitados venían a la parroquia para ofrecer una plática sobre algún tema interesante. Así los niños aprendían cosas nuevas, perdían la vergüenza y agarraban seguridad al hablar ante los demás. En los sermones denunciaba a los partidos políticos que engañaban a la gente. El cardenal se enojó con él y presionado por los políticos lo mandó castigado a un pueblito llamado Barbiana, a lo alto de las montañas, lejos de la ciudad. Allí se dedicó por completo a la educación de aquellos niños pastores y leñadores que por pobres no iban a la escuela, sacaban pésimas calificaciones, estaban reprobados, repetían curso o habían sido expulsados.

Nace así la Escuela de Barbiana. La Escuela era como una familia. Lorenzo era para los niños padre y madre al mismo tiempo; les quería como auténticos hijos, de hecho, los llamaba “hijitos”. Tenía un cartel pegado en la pared que decía en inglés I CARE, es decir, me importas, me interés


Estaba muy cerca de ellos, era cariño pero al mismo tiempo muy duro y exigente con ellos. Don Milani iba a las casas a presionar a los papás para que mandaran sus hijos a la escuela. Cuando un padre no quiso mandar a su hijo, hizo una huelga de hambre sentado en la puerta de su casa. “Estaré aquí hasta que no envíen a su hijo a la escuela”. En la escuela no había calificaciones ni reprobados para que los alumnos no pensaran que eran tontos. Había clases todos los días del año, doce horas diarias, sin vacaciones, sin juegos, pues decía Don Milani, que los pobres están en desventaja de los ricos y tienen que aprovechar más el tiempo para emparejarse. Además el fútbol decía, sólo sirve para humillar al que pierde. Los mayores enseñaban a los pequeños y no se avanzaba en una explicación hasta que todos la entendieran, porque en la vida no se trata de llegar primero sino de llegar todos juntos. Decía que los pobres están pobres porque no entienden ni saben hablar bien. Por eso le daba mucha importancia a leer el periódico, comentarlo entre todos y saber hablar en público. Desde los catorce años los mandaba al extranjero, a Francia, Inglaterra y Alemania, de dos en dos, para que crecieran como personas y aprendieran los idiomas. Les obligaba a escribir constantemente de su experiencia. Para eso estudiaban mucho la geografía y la historia, para poder comprender qué pasa en el mundo y ver la manera de arreglar las injusticias. Los padres de los alumnos arreglaron el camino para que sus hijos pudieran llegar a la escuela en motos y así aprovechar más el tiempo. Don Milani escribió una carta a los sacerdotes que defienden los ejércitos y las armas. Afirmaba que la mayoría de las guerras se hacen para defender a los ricos, con la excusa de defender a la Patria. Entonces el gobierno le hizo un juicio, del que salió absuelto. También con ocho de sus alumnos escribió un libro llamado CARTA A UNA PROFESORA en donde demuestra cómo las escuelas, tanto privadas como oficiales, lo único que hacen es dejar pobres a los pobres y favorecer a los ricos. Por eso es tan importante meterse en la política para cambiar el mal gobierno. Inventó el escrito colectivo, una manera de escribir respetando las aportaciones de cada uno, para poder escribir el libro. Al mes de publicar el libro, el 26 de junio de 1967, Lorenzo Milani


murió de leucemia. Tenía 44 años. Dos días antes de morir murmuró: “Un gran milagro está ocurriendo en esta habitación: un camello está pasando por el ojo de una aguja”. Como diciendo yo fui de familia rica pero toda mi vida la puse al servicio de los pobres, espero que la frase de Jesús: Es imposible que un camello entre por el ojo de una aguja no se me aplique a mí. Decía también: «Ahora que sufro, soy al final igual a los pobres». En cumplimiento de su voluntad, fue enterrado en el pequeño cementerio de Barbiana. Muchos de sus alumnos, que no pasarían de pastores y leñadores, como sus padres y abuelos, gracias a la Escuela de Barbiana son ahora profesionistas. Pero sobre todo, gracias a Don Milani, aprendieron a servir a los demás, a cambiar el mundo. Ahora son líderes sindicales, están comprometidos con los campesinos y trabajadores, apoyan todas las causas a favor del tercer mundo, de África y América Latina. Don Milani demostró que es posible otra forma de educar para que los niños encuentren un sentido en su vida, sean soberanos, generosos y comprometidos con la paz y la justicia en el mundo. De Milani y de los alumnos de Barbiana hemos aprendido en las Escuelas de Tareas a ir a las casas de los más pobres y necesitados a motivar a los papás para que manden sus niños; a ofrecer más horas de aprendizaje a los niños de las colonias marginadas para recortar las distancias que tienen con los niños ricos más preparados; a tener clases aunque llueva o sea fiesta en las otras escuelas; a no reprobar ni correr a nadie, ni siquiera poner tachas en las fichas; a motivar a los niños para que hablen en público en las clausuras y cuando explican el cuento; a escribir las bitácoras y los diarios en la escuela; animar a cualquier persona para ser maestro; a trabajar en equipo; animar a los niños y maestros para hacer preguntas a la gente que nos visita; ofrecerles idiomas, inglés en un tiempo, y computación a los niños; la importancia de las juntas o asambleas para tomar acuerdos; sentir la escuela como un hogar, como familia, sentados juntos en las mesas grandes, comiendo paletas y festejando convivios; que los padres se involucren en mejorar la escuela pintando, arreglando las mesas, limpiando el patio; tener claro que lo importante no son los conocimientos sino los valores, el corazón para que sea honesto y solidario. Nos falta mucho por aprender de Don Milani. Ojalá su vida y su obra nos


sirvan para mejorar nuestra educación. Su inspiración anima hoy nuestras Escuelas de Tareas Calasanz. Nos sentimos profundamente agradecidos. A don Milani y a los alumnos de la Escuela de Barbiana les dedicamos el homenaje de nuestra Semana Social. Sus obras y su muerte Fue creador de un método pedagógico de educación muy distinta de los sistemas tradicionales, que se convirtió en todo un movimiento educativo laico a favor de los pobres y en contra del fracaso escolar. En España existe un movimiento de renovación pedagógica con el nombre de Movimiento de Educadores Milanianos (MEM o Grupo Milani). En su libro "Experiencias Pastorales", don Milani escribió lo siguiente: "Con frecuencia me preguntan los amigos cómo hago para llevar la escuela y cómo hago para tenerla llena. Insisten en que escriba un método, que les precise los programas, las materias, la técnica didáctica. Se equivocan de pregunta. No deberían preocuparse de cómo hay que hacer para dar escuela, sino de cómo hay que ser...¡No se puede explicar en dos palabras!...Hay que tener las ideas claras respecto a los problemas sociales y políticos. No hay que ser interclasista, sino que es preciso tomar partido. Hay que arder del ansia de elevar al pobre a un nivel superior. No digo ya a un nivel igual al de la actual clase dirigente. Sino superior: más humano, más espiritual, más cristiano, más todo" Fundamentación de la pedagogía de L. Milani. Todas las personas, excepto casos y situaciones particulares, nacemos biológicamente iguales, siendo la sociedad la que nos va situando entre los ricos o los pobres, entre los favorecidos o los empobrecidos. Los favorecidos, la burguesía y la aristocracia, mantienen sus privilegios a través de una amplia variedad de instrumentos sociopolíticos y de control, entre otros, la educación. Milani propone una pedagogía liberadora de la pobreza cultural frente a la burguesa que mantiene una pedagogía a su servicio, acentuando cada vez más


las diferencias entre pobres y ricos. Para Milani el fracaso escolar es consecuencia de la pedagogía burguesa, diseñada para mantener sus privilegios, para la burguesía el fracaso escolar es el resultado de las diferencias naturales, es un problema derivado de la diferencias en cuanto a coeficiente intelectual, de capacidad, y no de la ausencia de igualdad de oportunidades. En definitiva, la pedagogía burguesa es selectiva, competitiva y clasista, no pone las mismas herramientas pedagógicas para todos, ya que no tiene en consideración el que no todos los alumnos parten con, ni mantienen, las mismas condiciones. La pedagogía burguesa tolera y justifica el fracaso escolar, ya que lo importante es mantener sus privilegios académicos. Este planteamiento, a primera vista excesivamente radical y superado, aún aceptando que las condiciones escolares han cambiado, que las posibilidad de acceso a la escolaridad obligatoria es universal, que lo medios técnicos han revolucionado la didáctica, sus directrices siguen estando vivas. La educación es universal y obligatoria; teóricamente, toda la población está escolarizada; por tanto, podría deducirse que existe un escenario académico en donde existe la igualdad de oportunidades. Por contra, nada más falso que esta apariencia de justicia socioeducativa: los niños pobres, por el mero hecho de serlo, ya no parten con las mismas posibilidades, sus familias tampoco están en las mismas condiciones de igualdad para ayudar académicamente, y motivadas por la cultura, que las familias burguesas. Aún más profundo, los alumnos pobres interiorizan unos valores y unas prioridades vitales que no son precisamente incrementar el conocimiento en abstracto, que es lo que oferta la escuela pública. Milani propone su pedagogía liberadora en dos libros: uno colectivo, “Carta a una maestra” y el denostado por la iglesia oficial y por los políticos de la democracia cristiana, “Experiencias pastorales”. PAULO FREIRE


(Recife, Brasil, 1921 - São Paulo, 1997) Pedagogo brasileño. Estudió filosofía en la Universidad de Pernambuco e inició su labor como profesor en la Universidad de Recife, como profesor de historia y filosofía de la educación. Desde unas creencias profundamente cristianas, Paulo Freire concibió su pensamiento pedagógico, que es a la vez un pensamiento político. Promovió una educación humanista, que buscase la integración del individuo en su realidad nacional. Fue la suya una pedagogía del oprimido, ligada a postulados de ruptura y de transformación total de la sociedad, que encontró la oposición de ciertos sectores sociales. Definió la educación como un proceso destinado no a la domesticación sino a la liberación del individuo, a través del desarrollo de su conciencia crítica. Pedagogía de la liberación La educación liberadora es un proceso de renovación de la condición social del individuo, considerando al sujeto como un ser pensante y crítico, reflexionando de la realidad que vive. En este proceso, subyace la liberación en contraposición a la pedagogía bancaria, de la que somos presos desde nuestros inicios en la educación lo que nos limita la posibilidad de creación de nuestros propios conocimientos, fomentando la reproducción sin análisis ni comprensión de los temas que se nos están enseñando. La perspectiva de la educación de la liberación se ubica en una horizontalidad de las relaciones humanas, y que, por tanto, implica el diálogo y la continua reflexión acerca

de

la

propia

realidad

a

lo

largo

del

proceso

educativo.

Se

considera liberación porque pretende una suerte de reencuentro de los seres humanos con su dignidad de creadores y participantes activos en la cultura que los configura. Por todo esto, en el método pedagógico freiriano, al mismo tiempo que una persona adulta aprende a leer y escribir, recupera el dominio de la propia vida y analiza, mediante una reflexión en común con otros seres humanos, su realidad. En este análisis, se buscan las causas que inciden en un estado determinado de la cultura, y se detectan las inercias y fuerzas que impiden la


expresión y realización de las personas. Se dice, entonces, que la persona en cuestión ha tomado conciencia, o se ha concientizado. Es importante resaltar que esto jamás puede ser producto de un adoctrinamiento o manipulación por parte de otros, sino que el sujeto debe hallar por sí mismo su camino en la vida. Paulo Freire llamó, como hemos dicho, educación bancaria a aquella que nos aleja de la comprensión de nuestras circunstancias sociales, y que genera la pasividad y el fatalismo en los sujetos. No en vano Freire decidió utilizar un término procedente del ámbito económico, pues la educación bancaria ve en todo momento al alumno como una inversión, la cual, tarde o temprano deberá entregar retribuciones, ya sea como mano de obra barata o como sujetos productores y poco pensadores. Además de eso, el proceso educativo es reducido al grado de pesar en los estudiantes como cajas de depósito, olvidando así, todos los procesos cognitivos y reflexivos que suceden cuando de educación se habla. Esto ocurre debido a una escuela concebida según una relación unidireccional en la que uno enseña y otro aprende, sin que los roles cambien. Se adquiere entonces la falsa idea de que hay sabios absolutos e ignorantes también absolutos. La educación liberadora parte de las ideas del constructivismo, con este tipo de educación, el educando aprende a comprender el mundo en su interacción con él, es un sujeto consciente del mundo en evolución constante, su aprendizaje es más duradero ya que propicia la reflexión y la crítica. La razón de ser de este tipo de educación, radica en su impulso conciliador, educador-educando, ambos simultáneamente educadores y educandos; esto, permite que ambas partes logren crear conocimiento. Y sobre todo, que ambos busquen ser liberados de la opresión. Para que exista liberación, Freire (1972) informa que es necesario que tanto el educador como el educando sean liberados en su pensamiento auténtico, ya que los hombres se educan entre sí y si un educador no está liberado no podrá promover la liberación de sus educandos.


La educación liberadora, propicia la reflexión de la conciencia sobre sí misma, de ahí, que este tipo de educación sea un acto cognoscente que permite la superación de educador-educando gracias al diálogo, el pensamiento y la acción. Gracias al diálogo, en este tipo de educación, los educandos y el educador tienen la posibilidad de expresar sus creencias, opiniones, y conocimiento; contribuyendo con la discusión al pensamiento crítico que permite tener una posición frente a diferentes temas. Es a partir del diálogo, que tanto educandos como educadores logran conocer las ideas de cada uno, respetándolas pero teniendo derecho a criticarlas y cuestionarlas de forma respetuosa e inteligente. Este tipo de educación, parte de la historia de los hombres reconociéndolos como seres inacabados con una realidad inacabada; implica la negación del hombre abstracto, aislado del mundo, ya que propone la relación hombre-mundo simultáneamente, relación que permite al hombre la comprensión del mundo en evolución. Por ende, el educador debe propiciar espacios donde todos los educandos estén incluidos en las actividades escolares, se reconozcan y se relacione con su realidad y con la sociedad en la que están inmersos. La educación ya no se basa en la transmisión de postulados abstractos, indiscutibles y exactos, sino en la creación de conocimiento basado en la historia de los educandos, en su presente, los cambios que se deben realizar para la contribución al mejoramiento de este y la creencia en un mejor futuro. Además, la educación liberadora no acepta la existencia de un futuro preestablecido, sino que es futuridad revolucionaria, de ahí que se identifique con los seres más allá de sí mismos –como proyectos– para quienes el mirar atrás es la mejor manera de conocer lo que está siendo. Esto con la intención de construir un mejor futuro. En este tipo de educación, esto es posible, cuando se propone a los hombres su situación como problema, son capaces de apropiarse de ella y de transformarla. El papel del educador en este tipo de educación no es otro que el de proporcionar, conjuntamente con los educandos, las condiciones para que se dé el conocimiento verdadero, conocimiento que se da a nivel de la acción. La educación liberadora,


implica un acto permanente de descubrimiento de la realidad y busca la emersión de las conciencias de la que resulta su inserción crítica en la realidad. El educando en este tipo de educación de be creer en los educandos y en la capacidad de estos de crear conocimiento; debe concebir el error como algo natural en los procesos educativos y no penalizarlo como falta grave. En este tipo de educación, el educador estaría al servicio de la liberación. Este tipo de educación, se fundamenta en la creatividad, no acepta la existencia de un futuro preestablecido, sino que es futuridad revolucionaria. ¿En qué consistía el pensamiento Freiriano? “La práctica educativa es todo esto: efectividad, alegría, capacidad científica, dominio técnico al servicio del cambio”, sostenía Freire. Desde esta perspectiva definió la educación como un proceso destinado a la liberación y el desarrollo de la conciencia crítica. “La gran tarea humanista e histórica de los oprimidos: liberarse a sí mis Para Freire la alfabetización era la mejor vía para la liberación. Gran parte de su carrera la dedicó a alfabetizar a los adultos. Sus propuestas también influyeron en las nuevas ideas liberadoras de América Latina. En base a lo anterior podemos deducir que el pensamiento Freiriano consiste en transferir una educación más humanista, innovadora y transformadora, el cual considera que la realidad es punto de partida del acto de conocer. Su pensamiento está completamente cimentado en el concepto de libertad, el cual pone a servicio dela transformación de los procesos educativos y sociopolíticos. Busca que las y los estudiantes juntamente con los docentes dejen de ser objetos pasivos de una historia estática y dogmática, para convertirse en sujetos responsables, capaces de conocer y crear su propia historia. Para Freire, enseñar no es transferir conocimientos, sino crear las posibilidades de su construcción o de su producción. Nos dice que los actos educativos no son neutrales y que todo acto educativo es un acto político. Además propone que el currículo sea construido por los propios participantes en el proceso de enseñanza y aprendizaje, y plantea como necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta.


CONCLUSIONES.

1. Cada persona tiene una personalidad diferente que le ayuda a fundamentar muy bien su pensamiento ante las distintas situaciones que se le presentan a lo largo de la vida, y para ayudarle al individuo existen teorías basadas en la Personalidad, para comprender por qué el comportamiento de cada persona ante distintas situaciones.

2. Para el filósofo Milani el hecho de que una persona tenga dinero no quiere decir que su cerebro se le vaya a llenar de conocimientos mágicamente, para tener un conocimiento que supere a la persona en sí debe estar cimentada en valores morales que le ayuden a mantener un equilibrio entre el conocimiento y la cultura.

3. Como bien se dice que para dar una buena charla hay que conocer al público de igual manera pasa cuando vamos a dar una buena clase, se hace necesario conocer a los alumnos a los que se les va a dar una clase, esto se logra conociendo la personalidad de cada alumno y respetarla de modo que sea afectiva y efectiva adaptándose el docente al alumno y también el alumno al docente.


4. Es importante que exista respeto entre las diferencias de pensamiento que existen en un aula de clases, tomando en cuenta que si se quieren formar personas autónomas para la sociedad, se debe empezar por la educación, en un aula de clases.

RECOMENDACIONES

1. Para comprender la personalidad del individuo debemos de acoplarlos a su con texto y conocimiento que posee el ser humano, las teorías nos van ayudar a comprender que personalidad tiene cada individuo como persigue sus obstáculos en la vida así darle la acompañamiento filosofo de las personalidad o sus teorías que se relacionan con ellos.

2. Primer lugar debemos de ganarlos la confianza a las personas y interactuar con ellos o dialogar para conocer sus personalidades, saber cómo llegarles a conocer su personalidad sobre todo respetando la decisión de cada individuo como se expresa a cualquier situación de la vida, para que ellos se formen personas libres independiente basándose en la educación y valores el filósofo Milani se basó en la trasformación de las persona aplicando la base los valores y la educación.


3. Hay que saber trasmitir un conocimiento adecuado a nuestros alumnos para generar en ellos la curiosidad y que empleen su propio juicio crĂ­tico de los conocimientos adquiridos ,motivar que todos nos equivocamos y formar el sentido de la persona humana.

4. Fomentar en el aula la participaciĂłn activa para que los alumnos pierdan el miedo a opinar y ellos logren esa conexiĂłn de los conocimientos y fomentar esas personas que la sociedad necesita y quiere el mundo.


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