Centro Universitario de Oriente CUNORI Filosofía de la Educación
Universidad de San Carlos de Guatemala USAC Lic. Edwin Rivera
“TODA EDUCACIÓN ES MANIPULACIÓN” Nos dice que no tenemos esencia ni estructura alguna, es decir, que no tenemos características propias que nos definan y que la educación debería fomentar y desarrollar y hacer crecer. Se pregunta ¿qué es el hombre y para qué está?. Esta teoría contestará: es NADA y está para NADA. Es decir que no somos nada predeterminado, no tenemos esencia ni finalidad preestablecida, sino que somos una existencia plenamente abierta. Estamos condenados a ser libres diría Sartre. Con un sujeto podríamos hacer cualquier cosa y él mismo podría hacer cualquier cosa de sí mismo. ¿Cómo deberíamos vivir? Está pregunta no tiene respuesta. Pues, no hay un cómo vivir por naturaleza. En la versión más optimista de esta concepción nihilista, somos el resultado de nuestras decisiones espontáneas e instantáneas. En una versión más pesimista, somos solo el fruto del entorno o de la sociedad que nos moldea desde la nada. Como no hay una esencia humana, salvo la no esencia, no hay tampoco una finalidad que nos corresponda por naturaleza. Bajo esta concepción subyacen diversas teorías. Por ejemplo Nietzsche, basa una concepción muy elitista de la educación. Educación sería para los muy pocos que tienen la valentía de admitir que la existencia no tiene en sí misma valor, que nada hay bueno ni malo más de lo que cualquier persona decida en cada momento y que no se deja construir de acuerdo a ninguna idea. Desde una perspectiva Budista, según Buda si reflexionamos, nos daremos cuenta de que tras todas las apariencias no hay nada y nosotros mismos no somos nada. Todo es un juego ilusorio. La pedagogía tendría que demostrarnos esa nada. Y en eso consiste la meditación en liberarnos de todo sentimiento, de toda intención y de todo pensamiento; o quizás contemplarlos pasar sin identificarnos con ellos. Quizás la interpretación más fácil y natural de esta concepción abierta del hombre, sería una pedagogía radical o anarquista, según la cual “toda educación es manipulación”. El Estado, la familia, la iglesia son instituciones coercitivas y manipuladoras que intentan formar a un individuo a partir de la nada.
Las instituciones pedagógicas, por más bien intencionadas que quieran ser, son necesariamente perversas, pues intentan normativizar y someter a patrones o leyes a lo que de por sí es completamente libre y caótico. La educación mata la espontaneidad y someten a los individuos a constantes evaluaciones y juicios 1
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exteriores y superiores, cuando el único juicio es el que hace uno mismo en el instante mismo. Por lo tanto, es imposible que una escuela sea un lugar de realización y vida. La única educación pensable es la no educación, la no intervención, dejando a los chicos en un juego completamente libre y espontáneo, sin reglas ni finalidades, sin recompensas ni evaluación. Toda intervención es condicionamiento externo. Está concepción es de difícil aplicación en la práctica. Es más bien una concepción teórica extrema a la que hay que tener en cuenta a nivel argumentativo porque influye en la praxis pedagógica. La praxis que nos recomienda esta concepción es no la intervención. Pero la no intervención tampoco es neutral. Por ejemplo: si un padre o madre acarician a un hijo o dejan de hacerlo y le recriminan una acción poco solidaria o lo dejan actuar a su antojo, sin ni siquiera ofrecerle argumentos por temor a manipularle, esto no es neutral. La no intervención es también una forma de manipulación o de abandono. ¿Puede esta concepción denunciar la manipulación de la familia, la escuela o la sociedad? No puede hacerlo porque esto implicaría que hay algo bueno o malo por naturaleza, algo que le corresponde a la persona y que habría que proteger. Pero si lo bueno, lo malo, con construcciones del individuo en ese instante. Entonces, ¿cómo calificar de buena o mala a una educación cualquiera por más coercitiva o monstruosa que sea? Inclusive si pretendemos reclamar el derecho de cada uno a hacerse como él desee, estamos reconociendo que por naturaleza es buena la libertad de cada uno; es decir, que existe un derecho natural anterior a que el sujeto lo construya o más bien lo descubra. Pero en este caso deberíamos educar para la libertad, impidiendo de algún modo que algunos falten a la libertad de los demás. No es aceptable que toda educación sea manipulación o que la mejor educación sea la que no existe. Sin embargo, esta teoría tiene mucho de positivo, los aspectos positivos van a ser que el protagonista primero y último de la educación es uno mismo y por lo tanto todo individuo que la sienta como coercitiva, es muy difícil que esté justificada, aunque todos seamos de la misma especie y eso nos permite suponer que tenemos mucho en común, también debe de tenerse en cuenta de que cada uno es un mundo, en el que los demás tienen que entrar con respeto sin traer normas o estándares homogeneizadores que imponer. Si es verdad que tenemos una naturaleza que dejar aflorar eso, debe de hacerse sin violentarla. Nunca debemos creer que sabemos mejor que la naturaleza misma de convertirse en qué es y en que debe de convertirse cada uno.
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Educarse debe de ser un juego lo más libre posible, sin más fines que el mismo juego en el propio instante, si creemos que el individuo tiene una naturaleza libre capaz de sufrir y ser dañado y que le debe de ser respetada.
EMOTIVISMO Y BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD La segunda concepción es la de la emotividad o la capacidad de emocionarnos, si en algún momento de nuestras vidas perdemos la emotividad, perderíamos toda motivación para vivir. Es la segunda corriente pedagógica o antropológica, la que afirma que nuestra esencia son los sentimientos. La finalidad última de la vida es la felicidad, al fin y al cabo una persona debería alcanzar un estado sentimental positivo y duradero en lo posible. La bondad de la vida se mide por la felicidad vivida. Los hedonistas antiguos como Aristipo y Epicuro y los sentimentalistas modernos como Hume o John Stuart Smill, representan esta concepción. Esto no hay que entenderlo como la satisfacción de algo privado.
John stuart Smill dijo: “prefiero ser un Sócrates satisfecho, que un cerdo insatisfecho”.
La diferencia entre satisfacciones no es meramente cuantitativa sino cualitativa. Hay sentimientos muy sublimes como los que provoca el arte, la ciencia, la moral o el sentimiento religioso. No se pueden poner en la misma balanza sentimientos como el hambre o la música de Bach o el sentimiento provocado por la contemplación de la injusticia. Tampoco hay que pensar que nuestros sentimientos sean diáfanos. Podemos confundirnos respecto a lo que nos hará realmente felices, podríamos no saber bien qué es lo que sentimos o no reconocerlo adecuadamente. Así hay lugar para una verdadera educación sentimental, pero lo que da valor a nuestras vidas y las valoraciones son en último extremo, los sentimientos. Nuestra inteligencia y nuestra voluntad están al servicio de nuestras emociones. Las concepciones pedagógicas modernas, llamadas alternativas se inspiran en este tipo de antropología. Los sentimientos fueron olvidados durante mucho tiempo en la tradición pedagógica, que incluso llegó a decir que “la letra con sangre entra” y que “el dolor engrandece”. Una filosofía sentimentalista tendrá que defender que el objetivo último y fundamental de la educación es conseguir personas felices que gestionan bien sus sentimientos en armonía con su entorno social y natural. 3
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¿Qué contenidos y qué medios tendrá la educación?. En cuanto a los contenidos, todo es importante saberlo, pero cada cosa lo es en el sentido de diferente grado y modo según esté orientada a conseguir el objetivo último de la felicidad humana. Se nos debe instruir para realizar trabajos eficientemente o para apreciar el arte, en la medida en que nos conduzca a la felicidad individual y colectiva, no por el mero objetivo de producir o por algún otro fin por más sublime que parezca. Una existencia infeliz nunca está justificada y la felicidad es como mínimo la prueba de que lo hemos hecho bien. Por eso el principal contenido de la educación debería ser la educación sentimental o emocional tan ausente en la mayoría de los sistemas educativos. Aprender a reconocer nuestros propios sentimientos y a gestionarlos adecuadamente, en eso consistiría el autoconocimiento.
El modo de realizar esta educación emocional está basado en el amor y el respeto por el sentimiento de los chicos o del educando, desde el primer momento de su existencia en el seno materno hasta el último día de su vida. Solo mediante el respeto de los sentimientos podemos conseguir conducir a una persona a aquello que le conviene para vivir una vida buena y feliz. Podemos estar seguros de todo aquello que resulta más doloroso que satisfactorio es perjudicial y no supone una correcta educación. En ese camino hay que dar prioridad a la satisfacción que al dolor. Una administración bien medida de placeres y dolores, premios y castigos es la única manera de conducir a alguien hacia donde queremos que vaya, lo que se suele llamar inadecuadamente conductismo. La educación no puede plantearse en términos de conducir a nadie a donde nosotros queremos, hay que señalar la simetría que existe entre satisfacción y dolor, entre premios y castigos. Los filósofos y los psicólogos suelen coincidir en que el refuerzo de la conducta es mucho más útil que el negativo. Bajo castigos un sujeto actúa con miedo y desconfianza, eso no potencia sino que inhibe las capacidades. Bajo el estímulo positivo, en cambio, el sujeto se siente más seguro y saca lo mejor de sí. Por lo tanto, la educación debería consistir en hacer feliz al que va por el buen camino, que hacer mal al que se equivoca. No podemos forzar o violentar. Por lo tanto, un sentimentalismo optimista o positivo goza de mayor justificación que uno pesimista y negativo. Filosóficamente se le pueden plantear ciertas objeciones a esta concepción sentimentalista porque hacer depender toda la conducta y todos los valores, lo
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bueno y malo, lo justo y lo injusto, del agrado o desagrado que nos puedan provocar por sublimes que estos sean: ¿No es adiestramiento más que educación? Así lo pensaba, por ejemplo, Kant. Las objeciones que pueden hacerse es que pueden entrar en conflicto nuestras expectativas de satisfacción, con nuestras creencias de lo que sería justo o correcto. En ese caso ¿habría que inclinarse por lo primero? Ejemplo: una madre que ha sufrido mucho por la muerte de un hijo. ¿Podría extirparse de su cerebro toda la historia de su hijo o su sufrimiento? Otro ejemplo sería si una droga otorgara la felicidad permanente a nosotros ¿tomaríamos esta droga? Otro ejemplo seria que si un ejército enemigo nos pide que sacrificásemos a una persona inocente para salvarnos de la invasión ¿deberíamos hacerlo? ¿Deberíamos satisfacer a todos o a la mayoría? Hay cosas que no se pueden medir por la satisfacción que provoque o por lo que pudieran provocar. La verdad, la justicia no son negociables en términos emocionales. Llevar una vida auténtica o decente puede ser más importante que ser feliz, en el caso de que se diera este conflicto. ¿Por qué habría de ser más importante de respetar nuestros sentimientos que nuestras convicciones? Sacrificamos nuestros placeres por cosas que creemos necesarias y justas, no solo como un medio para conseguir mayor satisfacción, porque muchas veces no sabríamos si podríamos conseguirlas. Los romanos decían: “hágase justicia y perezca el mundo”. Los sentimientos son la causa o los efectos de lo valioso. ¿La equidad o la verdad son valiosas porque son satisfactorias o son satisfactorias porque son intrínsecamente valiosas? Los sentimientos son el síntoma que a compaña a ser justos y veraces. Quizá tengamos que ir más allá de una educación sentimental, dando más peso a una educación moral y racional, sabiendo que estos aspectos están siempre interrelacionados. Hay mucho de positivo y de necesario en estas pedagogías que rescatan y reivindican el respeto por los sentimientos, que han sido demonizados y despreciados a lo largo de la historia pseudo-racional, mística y represora. Los placeres son vistos como algo perverso por muchas concepciones religiosas, e incluso se elogia al dolor como prueba de espiritualidad y rechazo de este mundo, 5
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habiendo un pesimismo hacia la naturaleza humana que sigue haciendo daño a muchas instituciones, desde la cuna al trabajo pasando por la familia y la escuela. Es muy difícil justificar una vida humana insatisfactoria por mas virtuosa que se la suponga. Los sentimientos siempre deben de ser tenidos en cuenta, e incluso es lo único con lo que contamos, como el médico ante los síntomas. Ninguna educación que se base en el dolor y el miedo o que ignore los sentimientos es verdadera educación. Que los niños se aburran en la escuela o que le tengan miedo o le produzca stress, todo ello demuestra que hay fracaso en nuestro sistema de educación, tanto en la escuela como en la casa. Los sentimientos han sido las principales víctimas.
VOLUNTAD Y EDUCACIÓN EN EL DEBER. La capacidad más autónoma para decidir nuestros actos. Esto no implica negar que los sentimientos o la razón tengan un fuerte peso en nuestras decisiones, pero al fin y al cabo, pese a todas las razones que nos pueda ofrecer nuestro entendimiento y frente a todas las motivaciones emocionales que tengamos, al fin hacemos lo que queremos, lo que nuestra voluntad
Kant decía que “no hay nada bueno que una buena voluntad”. Schopenhauer: Todo es voluntad y su representación. Nietzsche: La esencia del mundo es voluntad del poder. Teólogos: Dios es voluntad y no razón. La edad moderna es una edad voluntarista en el que muchas veces el hombre cree que no tiene que dar razón de sus deseos y de su elección vital.
¿Qué es lo correcto? Kant rechaza que lo correcto tenga que ver con la felicidad, la felicidad no pertenece a la ética sino a la psicología, es decir, que la felicidad no nos dice que debemos hacer. Lo correcto no consiste en conseguir la felicidad de uno, ni del mayor número e incluso de todos. Lo correcto consiste simplemente en respetar la ley que una conciencia moral tiene inscripta. No puedo querer para sí mismo algo que no quiera a la vez para cualquier ser racional que se encuentre en mi situación. Kant llama a este principio: imperativo categórico o regla de oro en la tradición ética.
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PEDAGOGÍA: La pedagogía voluntarista se pregunta ¿cómo deberíamos educar a un hombre? Ahora no es lo más importante la educación emocional, sino la de la conciencia moral. No hay que fomentar que las cosas se hagan por empatía, por miedo o cualquier otro sentimiento, sino por el deber mismo. Kant sostiene que no se puede educar mediante premios y castigos, porque sería adiestrar a un ser servil, al contrario, a veces hay que enseñar a sobreponerse a los sentimientos por muy compasivos que sean sino responden a lo justo. OBJECIONES
Un emotivista dirá que la voluntad es siempre esclava de las pasiones, como decía Hume. Para un Socrático intelectualista moral lo que hay de incomprensible e incluso de inaceptable en el voluntarismo es que uno pueda elegir lo malo sabiendo de antemano que es lo bueno.
Las objeciones a la antropología y pedagogía voluntarista es que una persona puede elegir el mal sabiéndolo, cuando se elige lo injusto el sujeto sabe que debería querer lo contrario, esto es lo que hace que tenga sentido los conceptos de mérito y culpa. ASPECTOS POSITIVOS
El voluntarismo Kantiano, desde una visión optimista tiene grandes virtudes, en especial porque nos recuerda nuestra naturaleza moral, nuestro sentido de la justicia y dignidad inalienables. La persona no es negociable. La educación no debe consistir en un amaestramiento o adiestramiento emocional. No cualquier satisfacción es adecuada, sino aquellas que se apoyan en el sentido de la libertad y la justicia.
CONCEPCIÓN SOCRÁTICA O COCRÁTICO-PLATÓNICA. Coloca el núcleo de la personalidad en la razón, pero no como la razón que entiende la ciencia, la razón instrumental o calculadora, sino en el sentido de la capacidad de intuir o ver la esencia y el valor de las cosas, la razón como comprensión o gnosis. Lo que comprendo lo quiero. Lo que quiero me hace feliz. Verdad, bien y belleza están conectado y en ese orden. Los diferentes aspectos intelectivo, volitivo y emotivo es lo mismo. Conócete a ti mismo.
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Centro Universitario de Oriente CUNORI Universidad de San Carlos de Guatemala USAC Filosofía la espiritual Educación capaz de comprender, Lic. Edwin Rivera El hombre es undeser en cierto modo las ideas eternas, que son la esencia de las cosas.
La realidad auténtica. La naturaleza material o corpórea del hombre no es más que una imagen de su esencia, inaccesible a los ojos de la carne. Pero el hombre en su caída, ignora su propia naturaleza y se identifica con un trozo de carne mortal, desatendiendo lo más importante que hay en él: la verdad y la justicia.
PEDAGOGÍA La labor del educador consiste en ayudar a cada persona a que descubra ese conocimiento esencial que posee en sí mismo de manera innata.
No se trata introducir en su mente vacía y por la fuerza cosas ajenas que no estaban, sino más bien limpiar de escorias una mente inconsciente de su propia sabiduría. Esto implica la necesidad de un diálogo amistoso o amoroso en el que el educando, que es el principal protagonista, tiene que estar comprendiendo la visión y su importancia vital y asintiendo cuando entiende o preguntando cuando duda. Solo bajo un estado de amor, de amor por el saber, puede haber verdadera educación. Y esto es así aunque sea un diálogo con uno mismo. El maestro indagará mediante preguntas las insuficiencias de las creencias del alumno o de uno mismo y esto purificará a uno de su ignorancia.
Pensar es dialogar con uno mismo. Conocimiento mediante la dialéctica Solo el justo es feliz.
OBJECIONES. Poner el acento fundamentalmente en la capacidad racional que desestima las otras facultades de los otros aspectos psíquicos como la voluntad y las emociones. Si solo hacemos lo que creemos correcto, entonces parece que no somos libres ni responsables de nuestros actos y para el sentido común las personas no
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actuamos así, sino que nos consideramos responsables y culpables por hacer el mal a sabiendas. Esta teoría choca con el sentido común. También podemos objetar al intelectualismo moral que depende de una metafísica muy discutible y muy poco aceptada, de la que existe una esencia inmaterial de las cosas y que nosotros podemos captarla. ASPECTOS POSITIVOS Desde esta visión se puede fundamentar una pedagogía que sea respetuosa con los alumnos y racional que ni amaestre bajo condicionamiento emocional, ni culpabilice, sino que valore todo el mal en la ignorancia y deposite toda su confianza en la educación. No le des a la enseñanza una forma que les obligue a aprender por la fuerza, porque no hay ninguna disciplina que deba aprender el hombre libre por medio de la esclavitud. El alma no conserva ningún conocimiento que haya entrado en ella por la fuerza. Hay dos caminos uno el de la del castigo y el otro camino llegó a la conclusión de que toda ignorancia es involuntaria y nada se querrá aprender sobre cualquier asunto quien crea que ya es sabio en eso. La educación del castigo conlleva muchos sufrimientos y da poco resultado.
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Centro Universitario de Oriente CUNORI Universidad de San Carlos de Guatemala USAC Filosofía de la Educación Lic. Edwin Rivera LAS CUATRO FILOSOFIAS DE LA EDUCACION (Resumen del video) La pedagogía no es más que ese proceso hecho de comprensión, libertad, felicidad y nada justifica un método de memorización y aburrimiento; que reprime al alumno y le impide su crecimiento a nivel intelectual y social, el ser humano desde que está en el vientre tiende a hacer lo que le es beneficioso porque eso le causa satisfacción. LA PEDAGOGÍA SOCRÁTICA-PLATÓNICA Conócete a ti mismo, para poder llegar a ser un “ser” espiritual capaz de poder comprender la realidad, ya que el ser humano cuando pierde la razón se identifica con un trozo de carne desatendiendo la verdad y justicia. Y la educación se identifica con la vida misma, que salimos de la ignorancia y buscamos comprender nuestra realidad. Por otro lado, se encuentra el Proceso Antropológico de la Pedagogía, que según Platón se da de la siguiente manera: INTELECTO
Sabiduría (piensa, razona)
VOLUNTAD
Valentía (Elige lo positivo o
negativo) DESEOS
Equilibrio (Miedo, esperanza, hambre,
frio)
La razón le permite plantearse que quiere hacer de su vida, y elegir lo mejor le conviene, el ser humano es capaz de tomar sus decisiones por sí mismo a diferencia de los animales.
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LA EDUCACIÓN, OPTIMISMO Y PESIMISMO Tendemos a hacer el bien por naturaleza, aunque en ese proceso tan difícil hagamos el mal; un profesor pesimista difícilmente creerá en las capacidades de sus alumnos, por lo tanto, le dirá como hacer las cosas, recurrirá al miedo, coerción, castigos todo lo dinámico lo verá como malo, él por su parte preferirá un alumno pasivo, aburrido y que no opine en clase. Por su parte el optimismo, se considera como algo evolutivo; puesto que el hombre tiende a hacer lo bueno, aunque rara vez se equivoca, esta debería ser una pedagogía que todos practicamos puesto que tiene muchos aspectos positivos que ayudan en el proceso educativo. Todos los seres humanos somos resultado de nuestras decisiones o de la sociedad que nos moldea, se considera a la educación como ANARQUISTA O RADICAL, porque:
El Estado La familia La iglesia La Escuela
Son manipuladoras que tratan de formar a un individuo a partir de la nada, las instituciones pedagógicas por bien intencionadas que quieran ser someten al individuo a reglas, normativos y evaluaciones.
La no educación sería la mejor opción, aunque nos parezca extraño (sin reglas, sin intervención, sin recompensas; esta es una opción extrema que pocos toman en cuenta. Por otro lado sí, se a educar se debe educar para la libertad porque cada persona reclama sus derechos y se reconoce por naturaleza que es buena esa libertad, la educación de manera espontánea le permite al individuo ser capaz de elegir lo que quiere sin que su mente sea manipulada por otro ser humano. Aspectos Positivos Se tiene que comprender que cada cual es un mundo y que puede formar parte del nuestro, sin reglas o normas que imponer El ser humano tiene una naturaleza capaz de ser libre y debe ser respetada.
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EMOTIVISMO Y BUSQUEDA DE LA FELICIDAD Ésta por su parte afirma que nuestra esencia son los sentimientos y, que nuestro objetivo en la vida es buscar aspectos positivos lo más intenso y duradero posible, además estamos dotados de características empáticas, es decir, de estar alegres cuando nuestros semejantes están bien y tristes cuando sufren, también la solarización cuando vemos injusticias contra nuestros semejantes. La verdadera educación sentimental es aquella que utiliza la inteligencia y la voluntad la da al servicio de las emociones, esto ha sido olvidado, puesto que los docentes tradicionales han promulgado que “La letra con sangre entra” y que el “El dolor Engrandece” Estas son solo ironías, utilizadas por los docentes pesimistas que reprimen los sentimientos de los alumnos. Una pedagogía sentimentalista busca personas felices en armonía con su entorno; busca el bien individual y colectivo, no sujetos infelices y pasivos, porque de lo contrario nos dictará que no se ha hecho nada bien. Objetivos Aprender a reconocer nuestros sentimientos (Autoconocimiento) Amor y respeto por el estudiante. La administración correcta de placeres, dolores, premios y castigos es la única manera de conducir a alguien a donde se quiere, (conductismo). Ante el castigo el individuo actúa con miedo e impotencia es mejor el refuerzo positivo, se siente seguro y da lo mejor de sí. VENTAJA
DESVENTAJAS
No pueden ser olvidados (el niño
Hacer depender a alguien de lo
no puede sentir miedo o estrés por
bueno, lo malo o desagradable o es
se conducido a la escuela).
educación. Sentimientos de una vida infeliz
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Al mismo tiempo los alumnos desarrollan su autonomía lo que les permite, escuchar consejos u opiniones, pero su autonomía le permite tomar la opción que mejor le parece. VOLUNTAD Y EDUCACIÓN EN EL DEBER Este se centra en la fuerza de voluntad, puesto que la felicidad es parte de la psicología y no nos dice que hacer. Lo correcto es que no puedo desear para los demás lo que no quiero para mí. Esta Pedagogía nos interroga de la siguiente manera ¿Cómo deberíamos educar a un hombre? KANT, sostiene que no se puede educar con premios y castigos porque es adiestrar, sino que hay que enseñar a sobreponerse a sentimientos por muy injustos que sean. Para él la mejor forma de enseñar es de “ojo por ojo y
diente por diente”, porque el miedo te dice no volver a hacerlo, y una persona íntegra moralmente estará satisfecha con el castigo que se le imponga, ya sea esta la pena de muerte por el asesinato de una persona. Siempre he pensado que es necesario asumir los errores pero siempre y cuando se den a conocer tomando en cuenta lo bueno y lo malo y dándole la libertad a la persona de elegir el camino que quiere tomar. y por supuesto todo lo que hacemos regresa a nosotros de la misma manera ya sea positivo o negativo. Críticas Por qué elegimos lo malo, sabiendo de antemano que es lo bueno Por qué se elige lo malo (Ignorancia) Nos recuerda nuestro sentido de justicia, moral y dignidad.
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