Baksiulam número 2

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journal

por Robert Smith

Todos los mejores artĂ­culos de Walter Mercuri David Conches por Claudio Di Renzo Horacio Di Renzo Adam Hsu Reportaje a

Tan Tuey

por Martin Ugarte

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Practique gong fu tradicional Escuelas Kai Men y Lai gong fu Horacio Di Renzo - Claudio Di Renzo Núcleo central Nazca 1840 - Caba Tel.: 15- 6374 9044 (consultas: lunes a viernes de 10 a 21 hs) http://www.lai-kf.com http://www.kaimenkungfu.org David Conches e-mail: david@goldendragon.es Barcelona - España http://facebook.com/dconches Guillermo Fernández Lai gong fu - xing yi quan Alem 184, 2º piso - Monte Grande Complejo Güemes - Güemes 4270 - Caba e-mail: fernandezcw@yahoo.com.ar Tel.: 4833-1729 / 155-133-3409 Walter Mercuri Centro Natural Integral - Lai gong fu Avellaneda 62, 2800 - Zárate, Argentina e-mail: sifuwaltermercuri@yahoo.com.ar Tel.: 03487 51-5719 http://www.facebook.com/sifuwaltermercuri Martín Ugarte Lai gong fu - wenshengquan Juramento 2791 - Caba - Tel: 4783-9076/ 154-051-1446 e-mail: martinugarte@fibertel.com.ar Facebook: https://www.facebook.com/wugong.belgrano Wenshengquan Argentina: http://www.wenshengquan.com.ar Felix Vallejo Lai gong fu - tanglangquan Tel: 0342 15-614-2239 E-mail: cachov@gmail.com http://www.dragondejade.com.ar/ Jorge Rizzo Lai gong fu - Chin woo Argentina https://www.facebook.com/shifujorge?ref=ts&fref=ts San Justo Ariel Sabio Lai gong fu Mendoza San Rafael Además: Mar del Plata, Jujuy, Perico, Salta, Miramar, Córdoba

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BAK SIULAM KUNE Hola, amigos: Hemos logrado que muchísima gente nos espere, y eso ya es mucho. En este mundo en el que todo parece apurarse para llegar no se sabe bien adónde, es mucho y nos motiva. Gracias, gente, por su apoyo, por sus críticas y por sus aportes. Intentaremos estar siempre a su altura. En este número tratamos de profundizar acerca de qué es el gong fu tradicional y por qué debemos cuidarlo. Van por ello las notas de Horacio Di Renzo y de Adam Hsu. Tenemos una suculenta nota de Robert Smith sobre mi sikung Cheng Manching. Como siempre, David Conches nos ilumina sobre ciertos estilos, con su artículo “Meihua quan”.

por Horacio Di Renzo

por Adam Hsu

Martín Ugarte nos trae su trabajo sobre el Wen Sheng Quan de Shangdong, estilo que está estudiando hace años.

por Ariel Sabio

El doctor Ariel Sabio nos informa sobre lo que debemos saber acerca del grave problema del colesterol.

por Pu Songling

Además, el profesor Walter Mercuri, de Zárate, Buenos Aires, nos cuenta todo su trabajo en un completo y cálido reportaje.

por David Conches

Wu de o virtud marcial: Guillermo Fernández nos acerca su mirada sobre el tema. Un adelanto sobre el Tan Tuey para ir sabiendo su origen… Y mucho más para que ustedes, queridos lectores, nos sigan esperando, con su infinita paciencia.

por Martín Ugarte

por Robert Smith

por Guillermo Fernandez

por Claudio Di Renzo

Colaboradores Horacio Di Renzo, David Conches, Adam Hsu, Robert Smith, Martín Ugarte, Guillermo Fernandez, Emanuel Arriva Quevedo, Walter Mercuri Traducción de inglés: Ela DeLarge E-mail: eladelarge@hotmail.com Teléfono: 1162994553 Corrección: Pabla Diab

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por Claudio Di Renzo

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Kung Fu tradicional

un verdadero compromiso que no todos los practicantes están en condiciones de tomar. Dentro de esta realidad, hasta en las escuelas más exigentes y rigurosas, se comprende que debe haber claramente dos

Situaciones preocupantes

Mi alumno, el profesor Aníbal Tanus. Ejemplo de dedicación, compromiso e idoneidad.

por Horacio Di Renzo

grupos bien diferenciados de practicantes: El alumno común, que accederá a tanto como pueda por su tiempo y dedicación… y que por lo tanto, aprenderá “poco pero muy valioso”. El alumno formal, eventualmente llamado “discípulo” que adopta un compromiso y dedicación y en cuyos hombros cae la responsabilidad de ayudar a perpetuar y continuar el Arte para las próximas generaciones.

Hay veces que uno se pone a escribir de repente, por necesidad, ante una situación que lo desborda. Este es uno de estos casos: la preocupante situación del Kung Fu masivo, que pareciera que a nadie le importa.

El primer grupo aprovecha la maravilla del kung fu. El segundo grupo ayuda a que el kung fu no muera. También, obviamente, aprovecha sus maravillas.

Hoy, si uno mira desde afuera, el Kung Fu parece ser un inmenso bosque que se la pasa dando hermosos frutos.

Ambos grupos requieren una escuela seria y profesores altamente capacitados.

Cada vez hay más gente que entrena dentro de un linaje marcial, cada vez hay más Escuelas y cada vez hay más cursos y seminarios en todo el mundo. Cada semana vemos más y más actividades que nuclean muchísima gente.

La creencia de que un alumno común puede ser enseñado por cualquiera es absolutamente falsa. Un profesor “cualquiera” lejos de ayudar pondrá en peligro la salud y la calidad de vida del alumno común. Enseñar kung fu sin método, sin la teoría correcta, afecta a todos, aun al alumno menos comprometido con el arte.

Uno ve todo esto y se pregunta: ¿cómo puede ser desalentador tal panorama de florecimiento?

Una postura mal alineada, una rodilla mal colocada, la realización de movimientos vigorosos durante mucho tiempo conducen solamente a un final: la lesión, a veces no reversible.

El problema es qué entendemos por “florecimiento” del kung fu en el mundo.

¿Y cuáles son los problemas a los que deseo hacer mención, dónde está esta preocupante situación del título?

Porque a veces florecen jazmines, pero otras crece por todos lados un simple yuyo.

Hay varios problemas hoy en cómo se están conduciendo muchos profesores y por consiguiente muchas instituciones:

Lo primero que voy a hacer para exponer mi pensamiento es aclarar que, para mí, “wu shu federativo” y “kung fu o wushu tradicional” son dos cosas absolutamente diferentes. Hecha esta distinción, aclaro que me voy a referir a mi querido wushu tradicional, y que no pretendo con esta nota describir absolutamente ninguna situación que tenga que ver con la forma 24 de taijiquan, ni con el wushu olímpico, ni con el wushu competitivo incluido el san da.

Desconocimiento de la cultura marcial del kung fu La idiosincrasia y cultura del kung fu se engloba dentro de un código ético llamado “WU DE”.

Estamos hablando entonces, de la situación actual del kung fu tradicional.

Wu De comprende varias áreas: comportamiento personal y auto-cultivo, comportamiento social dentro de la escuela y familia

Entendamos primero que kung fu tradicional es un arte marcial de alta exigencia para quien lo practica, y que dominarlo implica Baksiulam Kune - journal

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marcial, comportamiento social ante los colegas, y forma y fondo de la metodología de trabajo de la escuela de pertenencia. El Arte Marcial Chino nació y se crió durante siglos dentro de una serie de premisas éticas basadas –como la sociedad china misma– en las enseñanzas de Confucio. De esa manera, una escuela de kung fu se desarrolla dentro de un esquema familiar, una estructura “piramidal y jerárquica”, como se formaban hace 50 años las familias normales en todas partes del mundo. Los códigos del Wu De se vuelcan como el agua de una jarra, de arriba hacia abajo. Es el Maestro quien tiene que enseñar con su ejemplo, y sus alumnos aprenderán de ese modo natural y relajadamente lo que es correcto. Cualquier persona que ha recibido una educación formal en su casa, basada en el respeto a los mayores, la piedad filial y los valores esenciales, casi diría que adopta naturalmente las normas éticas. Cuando esa educación en casa no fue recibida, hay algunas fisuras que con paciencia y auto-observación se pueden subsanar sin problemas. Después de todo, qué puede tener de extravagante el respeto, la moral, la humildad, la disciplina, la paciencia… Ese código ético es esencial no solamente para que el kung fu sea algo más que un conjunto de técnicas de autodefensa, sino que además es absolutamente vital para que las Artes Marciales Chinas Tradicionales no desaparezcan para siempre. Esto es así porque, dentro de estos lineamientos, se encuentra el compromiso de los discípulos de mantener la pertenencia a la familia marcial, respetar al Maestro, a los Mayores, honrar la técnica aprendida practicando para entenderla y solamente modificarla si hiciera falta cuando se haya logrado un nivel de maestría. En nuestros días hay tantos profesores sin maestro, aun con muy buenos conocimientos… Profesores idóneos que no guardan relación con sus maestros y escuelas. El problema en este caso, no es para sus alumnos. Ellos podrán aprender arte marcial. Pero en el futuro, el kung fu “real”, el tradicional, se habrá desdibujado más y más en cada generación hasta que algún día solamente podamos aprender retazos de un arte que logró sobrevivir 2000 años. Dicho de otro modo: si cada uno aprende y después enseña del modo que quiere, sin respeto por su origen, el arte, sin duda, va a ir desviándose. Es inevitable. Al típico occidental de hoy le cuesta comprender estas reglas. Por eso tantos maestros buenos recelan a la hora de enseñar a los occidentales. Pero también esto ocurre en China, donde las nuevas generaciones muchas veces no aceptan las viejas reglas. En el pensamiento globalizado actual, “viejo” es sinónimo de “obsoleto”. Como si el Sol pudiera ser obsoleto porque es viejo. Podría ahondar más, pero digamos que en el caso del kung fu y su preservación como cultura, el pensamiento moderno conspira contra su supervivencia.

Maestros instantáneos, profesores que nunca fueron alumnos, escritores que no aprendieron lo que enseñan Existe un virus en el kung fu actual-, que hace que todo aquel que aprende algo el domingo-, lo enseñe el lunes. Me explican la Teoría de las Cuerdas (de la física cuántica) hoy, y yo mañana no solamente lo comento en casa… abro una tienda online y doy

conferencias sobre Cuerdas en todo el mundo, otorgo certificados, etc. Esto, por ridículo que parezca, es moneda corriente en el ambiente marcial. ¡Y en todos lados! Nunca como hoy hubo tantos “Maestros Ciruela”. Todo el mundo sabe, todo el mundo divulga, todo el mundo enseña. La pregunta es: ¿quién aprende? Un practicante viaja a China unos meses, o incluso unos años, y vuelve y escribe un libro sobre el kung fu. Hace 50 años quienes escribían un libro sobre kung fu eran Sun Lu Tang, Chen Wei Ming, Yang Jwing Ming… Hoy cualquier practicante con menos de diez años de kung fu está escribiendo libros sobre sistemas que apenas conoce. Mirando las fotos, a uno le duele la vista de ver tantos errores. Esos autores son “maestros” pero en realidad, apenas son practicantes más o menos conscientes de lo que enseñan. Con el tiempo y de tanto escuchar que sus alumnos los llaman “maestro”, se terminan creyendo el cuento. Y ahí vemos cómo, semana a semana, van apareciendo más “maestros” (sifu), cuyas posiciones de piernas no podrían pasar por la aprobación de ningún viejo maestro “de verdad”. Sustituyen la técnica real por el boxeo, reparan todos los problemas técnicos con trabajo físico, y listo. Pueden incluso pelear bastante bien. Pero no saben kung fu. Para pelear bien, no hace falta saber kung fu. Y el problema es que el alumnado potencial, la persona de la calle, no puede notar la diferencia por lo que estos “maestros” pueden hacer una buena carrera enseñando. La ecuación es simple: estos maestros producirán otros maestros. El resto del razonamiento, se lo dejo a usted. Para que no muera el kung fu, tenemos que volver a la cultura del kung fu: que aquel que esté enseñando haya mordido amargo durante al menos 10 años. Que siga aprendiendo toda su vida. Que practique incansablemente sin fijarse en si es instructor, profesor, monitor, maestro o superhéroe.

Proliferación indiscriminada de Federaciones Mundiales, Representantes, y otras franquicias Hoy, en Hong Kong, en Taiwan, incluso en China, se está dando cada vez con más frecuencia un fenómeno para mí preocupante. Un maestro de un estilo, generalmente no un heredero, decide armar una “Federación Mundial de su Estilo”. No tiene alumnos fuera de su país. Pero, internet mediante, se contacta con una docena de profesores a los que previamente ha estudiado en términos de tamaño de su escuela, cantidad de alumnos, viveza para gestionar, etc. Los contacta, les ofrece “representación”, y así, con los que aceptan, arma la “Nueva Federación”. En un momento dado, tiene armada una federación, con 12 representantes de su estilo ¡que jamás han practicado con él! O, con suerte, han practicado cuatro o cinco días en un viaje. Invito ahora a releer la frase anterior, así se puede tomar más conciencia del nivel de pelotudez avanzada, de incoherencia, de

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falta de valores, ideales y propuestas serias, que hay detrás de todo eso. Sin mencionar, obviamente, el verdadero objetivo: ganar plata. Ya se sabe: te tomás el avión siendo un zapallo telúrico y cuando volvés, sos ginseng coreano de alta calidad. Hace pocos meses, tenía un “amigo de Facebook”, un profesor de otro país, cuya escuela, por lo que podía observar no era muy prestigiosa que digamos. Un profesor sin maestro, que enseñaba una mezcla de estilos.

maestros “nombran a todos los que dictaron los seminarios” como si alguna vez hubieran sido sus maestros. Porque una cosa es decir: “sifu Pepe ha participado en seminarios dictados por estos maestros”. Y otra cosa es lo que suelen decir: “sifu Pepe ha aprendido con José Pérez, (y a partir de aquí una larga lista de nombres chinos de maestros de fama mundial). Se nota la diferencia, ¿no?

Como colegas charlamos varias veces muy amablemente. Un buen día me entero de que ese profesor es “Representante Oficial” para su país de una entidad de Argentina. “Qué maravilla -pensé- ni pisó Ezeiza, y ya representa a un maestro de acá, con quien nunca practicó”. Por supuesto que no se lo dije… es su problema, y mayormente, es el problema de sus pobres alumnos. Varios meses después viaja al país a recibir su diploma y comenzar a practicar con dicho maestro. Algo así como agarrar a un tipo, acostarlo en una camilla, abrirle la panza, sacarle el apéndice, irse a casa y anotarse en la Facultad de Medicina. Todo al revés. Yo no quiero herir a nadie. Explico así, porque de eufemismos y miradas al costado estoy hasta el cogote. Porque las cosas hay que decirlas, porque si no, no se entiende EL ENORME PROBLEMA QUE ESTAMOS COMPRANDO, inundando el planeta de maestros que no saben nada, que no pueden ni pararse decentemente, que no conocen UNA técnica como la gente, pero que tienen reconocimiento internacional con sede en China. Lo más preocupante de todo esto es que muchas veces quienes inician este tipo de movidas son gente macanuda, con muy buen nivel técnico y conocimientos reales. Pero ¿realmente piensan difundir el kung fu de esta manera? Si queremos salvar al kung fu, volvamos a la cultura del kung fu, tenemos que decirles a quienes nos quieren representar que el único camino es: “Vení a practicar, aprendé, desarrolla, y cuando estés maduro, enseñá y sé representante”. En muchos casos, he visto que gente que acudió a mí, y a quienes les dije que mis exigencias eran lo que escribí arriba… terminaron colgando los diplomas de las otras entidades que les pusieron la alfombra, les cobraron sus honorarios y los nombraron “representantes”, aun sin haber practicado, o habiendo practicado un par de días.

Sustitución de la relación maestro-discípulo por la concurrencia a 200 seminarios.

Aparentemente, a la hora de escribir, a muchos se les pasa esa diferencia y “sin querer” dicen lo segundo cuando en realidad deberían decir lo primero. El problema es que muchas veces (no siempre) quien asiste a todos los seminarios no está buscando un maestro para ponerse bajo su ala y seguir aprendiendo. Ergo, el seminario reemplaza al maestro. Qué quiere que le diga… Cuando estoy apagando las luces de mi kwon, a la noche antes de irme a dormir, miro los altares de los maestros, los saludo y les digo “gracias”. De repente, siempre, me invade una emoción tal que se me pone la piel de gallina. Sentir que tengo el honor de pertenecer a ese grupo, de continuar esa cadena de profesores, de participar desde mi lugar en la divulgación de esa cultura marcial… eso no solamente es un honor, sino que además es una condición indispensable para todo profesor que pretende transmitir un arte marcial como una cultura. Ninguno de estos cuatro puntos son blanco o negro. Existen matices. Lo sé. Hay gente que comienza así y con el tiempo se convierte en un verdadero maestro. El tiempo, como siempre, resuelve… pero el hecho de que este camino esté tan difundido de esta manera no puede menos que preocupar. Si queremos salvar al kung fu, debemos volver a la vieja costumbre de buscar quien nos enseñe y seguirlo durante mucho, mucho tiempo, respetándolo y honrándolo; formando en el futuro parte de la familia marcial y haciendo más grande la escuela que nos nutrió.

ACLARACION IMPORTANTE Como podrán observar esta nota está firmada por mí. Representa, por lo tanto, mi humilde y limitado punto de vista. No hay en esta nota ninguna pretensión de “tener la verdad absoluta”. Los hechos están expuestos desde mi visión y es comprensible que algunas personas estarán de acuerdo y otras, con todo derecho, en desacuerdo. Son bienvenidos los comentarios tanto desde una vereda como de la otra. Léanse las situaciones como algo que sucede a nivel MUNDIAL y no solamente en nuestro entorno nacional. Por lo tanto, tampoco hay ninguna intención de referirme puntualmente a alguien en particular. Nadie se sienta “atacado”, es solo mi opinión y vale únicamente como eso. Saludos a todos y gracias infinitas por leerme.

Pienso que los seminarios son una maravilla. Me encantan; cuando puedo, acudo a alguno.

Horacio Di Renzo y su maestro Chan Kowk Way

Hoy hay profesores que traen periódicamente a grandes maestros de kung fu y organizan muy buenos seminarios. Esto me parece un hecho muy positivo, ya que nunca como hoy hemos tenido la oportunidad de tener cerca, conocer, y hasta entrenar un par de días con muy buenos exponentes del arte marcial. Hasta aquí, todo no solo bien, sino fantásticamente bien. El inconveniente que surge inevitablemente como subproducto de esto es que se forma una farándula de profesores sin maestro, que buscan honestamente subsanar la ausencia de una guía con una asidua asistencia a cuanto seminario se les ofrezca. No puedo estar en desacuerdo con la concurrencia a estos seminarios. Lo que pasa es que no son pocos quienes a la hora de nombrar a sus

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Invitado

por Adam Hsu ser completo, si quiere beneficiarse y beneficiar a los otros. Un buen ejercicio siempre es seguro, y debe dejar un gusto dulce horas después, días y hasta semanas después.

El número y variedad de ejercicios que tenemos hoy es enorme. Usted puede elegir entre practicar básquetbol, fútbol, soccer, escalar, hacer ejercicios aeróbicos, etcétera. ¿Por qué necesitaríamos el kung fu como ejercicio?

Cuando somos jóvenes podemos disfrutar mucho el movimiento externo. Cuando envejecemos, nos volvemos menos activos y no podemos hacer tan fácilmente movimientos largos, tener velocidad, altura, impacto y torcer los músculos rápidamente. Por desgracia, es en ese punto cuando el cuerpo necesita más ejercicio para mantener la salud y la juventud. La mayoría de los ejercicios que ofrece la sociedad no pueden satisfacer esa necesidad.

En mi opinión, es difícil encontrar otra ejercitación física o actividad que alcance al kung fu como ejercicio. Para todos los practicantes del kung fu tradicional, incluso aquellos que buscan en él la defensa personal, hacer artes marciales a diario previene enfermedades, crea una vida mejor y da esperanza de longevidad. En otras palabras, el kung fu es un arte único y completo.

No estoy de acuerdo con los llamados ejercicios de bajo impacto, de acercamiento suave, cuyos contenidos son los mismos pero en dosis menores. Necesitamos una mejor prescripción de ejercicio para el interior y el exterior del cuerpo. El kung fu es la mejor manera de lograrlo.

¿Qué hace que el kung fu sea un ejercicio tan excepcional? En realidad, “ejercicio” no es la palabra adecuada para describir las cualidades del kung fu. En China, el término yun dong es el utilizado para esta actividad. Los diccionarios inglés-chino y chinoinglés lo definen como “deporte, ejercicio o recreación”. Como sea, estas palabras describen a dong, pero no a yun.

Hay aproximadamente 250 estilos de kung funorteño, sureño, interno, externo, largo rango, corto rango- y numerosas armas. Pero todos tienen algo en común.

Una mejor traducción sería “movimiento, acción y movilidad”. Movimientos como ondular los brazos, golpear las piernas, torcer el cuerpo y sacudir la cabeza son visibles, y pueden ejecutarse tanto en solitario como en grupo, o con una pelota, vara o raqueta. Todos son dong.

Por favor, no se equivoquen creyendo que el wushu, (literalmente, “arte marcial”) sancionado por el gobierno chino, es kung fu tradicional. El wushu moderno tiene más en común con los ejercicios del oeste que con el kung fu tradicional. Evaden el yun. Algunos lo llaman “ballet chino”. ¿Podemos llamarlo “aeróbicos chinos”? Para que el kung fu sea un ejercicio completo, se debe practicar correctamente y a su manera. Nuestro sentido común del día a día nos dice que el no moverse es igual a no ejercitar, y que la salud no será beneficiada. Creo que todos, incluso aquellos que jamás han practicado kung fu,

Estoy de acuerdo con que todos esos tipos de ejercicio son invaluables y saludables, pero el yun no es esto. En China yun y dong nunca van separados. Yun significa “interno”, incluyendo respiración, circulación control mental y focalización. Generalmente, el dong trata más con la estructura ósea, los tendones y los músculos. El yun se asocia más a los nervios, los órganos, el cerebro y los sentimientos. Un joven tenista, por ejemplo, suele usar mucho dong, focalizándose en la fuerza externa. Sobrepasar el dong puede hacer decrecer la salud porque el yun es dejado de lado. Lo interno y lo externo deben estar balanceados y el ejercicio debe 07

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atención en el propio cuerpo (por dentro y fuera) y en el espíritu.

pueden probar un simple experimento científico. Elija una postura y manténgala por un tiempo. Creo que luego de tres minutos el cuerpo sentirá lo mismo que si ejercitase.

Así es como llegan los beneficios a la salud.

Dudo de que la gente sin entrenamiento dure diez minutos en esa postura. El entrenamiento de kung fu afirma que es un corto período.

El yun nunca otorga distracciones que desplacen al objetivo principal de rejuvenecer el cuerpo, sus órganos y su alma.

Si usted tiene el acceso al equipamiento y recursos para este tipo de ejercicio (el estático) verá que obtiene los mismos resultados: el ritmo cardíaco aumenta, al igual que la respiración, y es más, el oxígeno que recorre la sangre. Una manera más fácil de comprobar esto es mediante la transpiración.

El yun y el dong no tienen conflictos entre sí. De hecho, cuando se los practica juntos son poderosos compañeros capaces de lograr enormes beneficios.

El ejercicio de movimiento, el dong, es algo como una inversión. Se invierte una determinada cantidad de energía para mover el cuerpo. Cuando somos jóvenes tenemos más que suficiente y podemos disfrutar cualquier movimiento sin importar su magnitud. Con el paso de los años no nos es tan fácil usar tanta energía libremente. Nuestra reserva es mucho menor y el riesgo mucho mayor.

Sifu Liu Yun Chiao, maestro de Adam Hsu

Por otro lado, la ejercitación del yun conlleva una recompensa muy grande por una cantidad de energía muy pequeña. La atracción principal de los ejercicios del dong es recreativa. Sus beneficios para la salud son un efecto secundario. El dong es externo, mientras que el yun, interno, y focaliza nuestra

. . . o r e m ú n o En el próxim bert Smith Han Ching Tang, por Ro RTE por Martin Ugarte Wen sheng quan, 2° PA Renzo Tan tuey, por Horacio Di ri Neijia, por Walter Mercu llermo Fernández Hsing yi quan, por Gui s Notas de David Conche Adam Hsu ng y China Nuestro viaje a Hong Ko Baksiulam Kune - journal

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...y mucho más


Consejos

Por el dr. Ariel Sabio

El problema del colesterol Cuando al paciente se le dice que debe recibir tratamiento, suele mostrar desinterés debido a que colesterol alto no produce síntomas. También existe la creencia errónea de que los niveles de colesterol dependen exclusivamente de la dieta. Causas, tratamiento y conclusiones.

¿Que es? El colesterol es una grasa (también llamada lípido) que el cuerpo necesita para funcionar apropiadamente. Es utilizado para producir hormonas, para la construcción de membranas celulares y otras funciones específicas. Pero cuando supera los limites considerados normales, puede producir distintas enfermedades por obstrucción de las arterias, ya sean del corazón, del cerebro o de otros órganos. El término médico para los niveles altos de colesterol en la sangre es hipercolesterolemia o dislipidemia.

Las causas Si bien el colesterol es uno solo y no hay muchos tipos como generalmente se cree, puede tener distintas denominaciones según las formas de medirlos en los análisis de sangre o según se unan a distintas proteínas transportadoras. Por ejemplo, cuando el colesterol está unido a lipoproteina de alta densidad se denomina colesterol HDL, con frecuencia llamado colesterol “bueno”. Es el el que circula desde la sangre hacia el hígado para ser eliminado a través de la bilis.

El dr. Sabio en Hong Kong, entrenando con un hijo de Lam Sai Wing

Toda persona debe realizarse su primer examen de detección hacia los 35 años en los hombres y a los 45 años en las mujeres, excepto que tenga antecedentes de dislipidemia familiar. En este caso se debe proceder a la detección precoz. Los valores considerados normales actualmente son los siguientes:

Si el colesterol está unido a lipoproteína de baja densidad, se denomina colesterol LDL, con frecuencia llamado colesterol “malo“. Es el circula por la sangre y cuando está muy elevado produce placas obstructivas en las arterias.

Colesterol LDL: 70 a 100 mg/dl (los valores más bajos son mejores).

Para muchas personas, los niveles de colesterol anormales se deben en parte a un estilo de vida inadecuado, que incluye el consumo de una alimentación rica en grasa, el sobrepeso o la obesidad, la falta de ejercicio, la diabetes, la insuficiencia renal, hipotiroidismo, etc.

Colesterol total: menos de 200 mg/dl (los valores más bajos son mejores).

Ciertos medicamentos, como anticonceptivos, diuréticos, betabloqueantes y antidepresivos, también pueden elevar los niveles de colesterol. Varios trastornos que se transmiten de padres a hijos llevan a que se presenten niveles anormales de colesterol y triglicéridos, tal es el caso de la dislipidemia familiar.

Estudios y exámenes complementarios

Colesterol HDL: mas de 50 mg/dl (los valores más altos son mejores).

Triglicéridos: 10 a 150 mg/dl (los valores más bajos son mejores). Si sus resultados de colesterol son anormales, también le pueden realizar otros exámenes como: - Examen de glucemia (glucosa) para buscar diabetes. - Pruebas de la función renal. - Pruebas de la función tiroidea para buscar hipotiroidismo. (Continuará…)

Un análisis de laboratorio se debe realizar para diagnosticar un trastorno lipídico relacionado con el colesterol elevado.

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por Pu Songling

Nacido en Shangdong en 1640, llenó las palabras con su sello Cuentos de Liao Zhai, Madrid: Alianza Literaria, 1984

En la ciudad de Jinan había un bonzo de desconocida procedencia que se dedicaba a ir descalzo y con un hábito remendado por todos los restaurantes de la orilla del lago leyendo los sutras y pidiendo limosna. Pero era tan raro, que no aceptaba ni el dinero, ni el vino, ni la comida, ni el grano que se le ofrecía. Y cuando le preguntaban qué era, a fin de cuentas, lo que quería, se quedaba mudo. -Maestro- le aconsejó alguien en cierta ocasión-, ya que no come ni bebe, debería irse a vivir a la montaña. ¿Qué hace usted en una ciudad tan bulliciosa y llena de aromas de carne y pescado como ésta? El bonzo entornó los ojos y siguió leyendo los sutras como si no hubiese escuchado nada. Más bien parecía maldecir entre dientes al que le había hecho la pregunta. Como éste seguía insistiendo, el bonzo lo perforó con la mirada. -¡A mí me da la gana hacer esto! -Exclamó. Siguió leyendo los sutras y al rato se marchó. Como algunos pensaban que debía de tener alguna razón especial para actuar de aquel modo, lo siguieron por la calle, acosándolo a preguntas. El bonzo no contestaba, pero terminó por hartarse. -¿Y a ustedes qué les importa?-gritó-. ¡Yo hago lo que quiero! A los pocos días el bonzo salió a las afueras de la ciudad, se tumbó a dormir a un lado del camino y quedó allí quieto como un muerto durante tres días. Los vecinos del lugar, temiendo que pudiera morirse de hambre-lo cual les traería complicaciones-, se juntaron y fueron a convencerlo. -Maestro, si abandona este lugar le daremos toda la comida o el dinero que quiera. Pero el bonzo seguía con los ojos cerrados, sin decir palabra. La gente comenzó a ponerse nerviosa. Lo rodearon, lo zarandearon y le pidieron, cada vez con mayor brusquedad, que se fuera de la ciudad. El bonzo se levantó enfurecido, sacó una navaja, se la clavó en el vientre, metió las manos en la herida, se sacó las tripas y las arrojó a un lado del camino. Hecho esto, se murió. La gente corrió aterrorizada a informar a las autoridades y éstas ordenaron que le dieran sepultura. Los perros escarbaron la tumba esa noche y dejaron al descubierto la estera que envolvía al monje. Cuando a la mañana siguiente alguien la pisó, resultó que estaba vacía. Al voltearla, todos vieron que la estera seguía cerrada como un capullo, igual que cuando lo enterraron. Baksiulam Kune - journal

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Artes marciales tradicionales de Shandong

por David Conches

Al parecer, Yan Sihai escribió un libro en el que indicaba que su compañero de celda junto con Li Chueren, Wei Xuenzong, Yen Ling, Wan Sang, etc., habitantes de Shandong y alumnos del maestro Li, también había aprendido Meihua. Por lo que consta, Yan Sihai y Li eran de la misma generación que Qi Dazuan, mientras que Chueren, Wei Xuenzong, Yen Ling y Wan Sang, entre otros, pertenecían a la de Tan Henle.

Se dice que en la provincia de Shandong está reunida, se

El mejor discípulo de Tan Henle fue Fen Kesan, quien integró la quinta generación del Meihua Chuan y rara vez tuvo adversarios. Huo Yunfang, habitante de la provincia de Henan, al saber de las habilidades de Fen, pudo convencerlo de que fuese a Shandong para combatir contra Song Yuelong. Cuando se comprobó que este último no era tan bueno en la lucha como su atacante, Song Yuelong quiso aprender de él, lo reconoció como Maestro y se convirtió, junto con su hijo Song Yuling, en su discípulo. Se hospedaron por largo tiempo en casa de Feng para aprender su arte. Años más tarde, Fen Kesan fue asesinado por el gobierno Qing, pero el Meihua siguió divulgándose.

enseña y se practica la tercera parte de los aproximadamente doscientos estilos de wushu o kung fu que existen en China. El Meihua Chuan o Boxeo de la Flor, también llamado Zonghua Wushu, está entre ellos. Con abundante contenido, especialmente en ataques, este estilo, que agrada a mucha gente, fortalece la salud y puede ser practicado sin tener en cuenta género o edad. Desde la dinastía Qing, se practica en muchas provincias, como Hebei, Shandong, Henan, etc. Según el libro Yihetuan Yanjiu (Archivos de investigación sobre el Boxeo), Yihétuan es lo mismo que Meihua Chuan, Yihe Chuan o Boxeo de la justicia, lo que significa que el estilo tiene varios nombres.

Guo Wheizhen, de la séptima generación del estilo, fue uno de los discípulos de Song Yuling. En el año 1894 el Meihua Chuan llegó a su octava generación, cuyos aprendices destacados fueron Lu Fu, Dong Guang y Liu Ying.

Siguiendo la historia de la organización Yihétuan, notamos que las personas de las provincias Zhili y Shandong que practicaban artes marciales crearon una fundación de wushu, la Concordia y Justicia, cuyo nombre fue reemplazado luego por Meihua. Paralelamente, basándonos en lo que expone el libro Chuanan Zacun (Existencia de acontecimientos confusos en el boxeo chino), los habitantes del norte del río Yunhe fueron los responsables de los sucesos anteriormente mencionados.

Zao Sanduo, también conocido como Zao Luozu, nació en la aldea de Saliu, del distrito de Zhili Wei, y según la historia china, en 1896 dirigió la insurrección contra las religiones. En principio, los fines del Meihua son los mismos que los de los otros estilos: autodefensa, salud, etc., pero sus practicantes solían estar relacionados con misteriosas sectas o religiones secretas y folklóricas como Bailian, Loto Blanco, Qinshui, Bagua, Tianli y otras. Las intenciones de estas sectas estaban claramente encaminadas en contra de la dinastía Qing, por ello esta comenzó a llamar al Yihe Chuan “Arte Marcial Oscuro”, prohibieron su práctica y persiguieron a sus discípulos, que cambiaron el nombre del estilo por Meihua Chuan con el fin de seguir practicándolo.

Según archivos anteriores a los que hemos mencionado, solo Yihe Chuan y Meihua Chuan son sinónimos. La historia nos dice que un hombre llamado Zhou Hongyi, nacido en Zhili (en el seno de la familia Zhili Shunde), creó el estilo. Su familia siempre se había dedicado a los estudios, actividad en la que Zhou no destacaba, pero las artes marciales eran su fuerte y tuvo varios éxitos luego de convertirse en experto. Su vida se desarrolló durante el final la dinastía Ming y principio de la Qing. La línea sucesoria del Meihua Chuan comienza con Yan Pin, alumno de Zhou, quien entregó sus conocimientos a Qi Dazuang. Antes de fallecer en 1786, este último enseñó a Tan Henle, quien con 62 años hizo a Fen Kesan su sucesor.

Tras el descubrimiento de este cambio, el Meihua solamente pudo ser practicado en secreto y, en consecuencia, se sabe muy poco acerca de su desarrollo en esa época y quienes poseen datos no desean revelarlos hasta que ya no quede de ellos ni memoria ni descendientes.

Las crónicas sobre hechos reales durante la dinastía Qing afirman que en 1778, año 43 de Chaolong, un policía detuvo a Yan Sihai y a otro hombre apellidado Li por ser miembros de la Concordia y Justicia, que hasta ese entonces era una asociación secreta y misteriosa.

Referencia: Artículo tomado de revista Golden Dragon N° 1.

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Wen Sheng Quan Un estilo interno de arte marcial chino para la salud y la longevidad

por Martín Ugarte “Wensheng quan” o “El boxeo de la longevidad”. Obtuvieron una gran reputación en las provincias chinas de Hebei, Henan, Zhili, Shanxi y Shandong.

El estilo El Wensheng quan es una flor exótica en la familia del wushu chino, cuya teoría está regida por la unión de lo humano y lo celestial, y enfoca la moralidad y las leyes del wushu en las mismas premisas que las leyes naturales. Combina técnicas marciales con principios taoístas. El Wensheng quan hace hincapié en la unificación de la conciencia interna y externa, respiración y acción. Además, combina movimientos espiralados con los meridianos de la Medicina Tradicional China para maximizar la fuerza y la potencia del cuerpo humano. En el transcurso de varios cientos de años ha evolucionado continuamente, pero aún mantiene su simplicidad original, su naturaleza y su utilidad. La respiración en dos tiempos y el desarrollo de fuerza en dos y tres tiempos son sus características únicas y distintivas. En términos de combate, el Wensheng Quan se concentra en la importancia de ponerse en una situación favorable, utilizando ataques activos, combinando movimientos estáticos y dinámicos. La forma Toutang Jia solo incluye 32 movimientos simples y es la base principal de todo el estilo. En este estilo no hay movimientos complicados ni ejercicios extenuantes. Es un ejercicio para todo tipo de personas: ancianas y jóvenes, mujeres y hombres, débiles y fuertes. Su práctica puede producir cambios significativos en la constitución del cuerpo, mejorar el estado físico, hacer mucho más fuertes a las personas sanas y retardar el envejecimiento.

Song Chuan Ping y Wang Anlin

HISTORIA DEL WENSHENG QUAN Introducción El Wensheng quan se originó a mediados del siglo XVII, al final de la dinastía Ming y principio de la dinastía Qing. El fundador fue el Gran Maestro Liu Fengtian (1617-1689), un maestro de gran integridad y sabiduría, muy versado en yin yang, taijiquan y bagua. Desde la niñez, estudió las teorías taoístas; luego, bajo la dirección de un gran maestro, practicó el neigong taoísta y alcanzó un alto nivel académico. Vivió en la provincia de Shandong, y escribió el libro La canción de las 8 escrituras de Bagua.

Como muchos practicantes de Wensheng quan tienen vidas largas, en China se dice que aquellos que sigan ejercitando luego de los 80 años seguirán vivos y fuertes hasta más allá de los 90. Por ejemplo, el maestro Song Chuanping, participó en la Convención Nacional de Wushu a sus 94 años, en 1984, y fue premiado con el Gran León de Oro. Murió a los 104 años. Como el Wensheng quan puede hacer fuerte al débil, benevolente al fuerte y longevo al benevolente, se lo llama el Boxeo de la Larga Vida.

Ocho de sus discípulos fueron famosos. Uno de ellos fue Gao Yun Long (también conocido como Gao Nanguo), cuyo arte en Letras Maestros y linaje y Marcialidad alcanzó un nivel supremo, puesto que dominaba las 32 formas de Long quan y sus armas. Así, él y su maestro Liu Fengtian combinaron las dos artes de Wen y Wu (literario y militar) y crearon “El boxeo de los órganos internos que consisten en yin Nuestra línea de Wen Sheng Quan desciende directamente del Yang, cinco elementos y ocho diagramas”, también llamado maestro Song Chuanping. Los últimos representantes del linaje viven Baksiulam Kune - journal

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actualmente en Argentina. El sifu Martín Ugarte dicta clases diariamente en su escuela, en Buenos Aires, Argentina. El sifu Wang Anlin vive en Boston, EE.UU. Ambos viajan regularmente y mantienen los lazos cercanos, como lo hacen las familias (en este caso, una familia marcial).

La tercera generación del Gran Maestro que “Lleva adelante la tradición y abre el camino del futuro” Wang Anlin nació en 1964, en la ciudad de Jining, provincia Shandong. Desde niño aprendió Wensheng quan con el sifu Song Ruyi. Su inteligencia, su afición por el estudio y su disposición para

Los representantes principales de Wensheng Quan Song Chuan Ping (1892-1996), de la provincia Shandong, distrito WenShang, fue el heredero integral de dicho arte marcial. En el año 1986, a la edad de 94 años, participó en la Conferencia Nacional de Intercambio de Wushu y logró el Premio de Oro. Tan asombroso resultó que la revista Arte Marcial Chino le hizo un informe especial. En el año 1990, su foto fue publicada en una importante revista de Wushu de los Estados Unidos. A principio de los noventa, a los 100 años de edad, el maestro Song Chuan Ping todavía tenía buena vista y oído, dos tercios de su cabellera gris volvió a ser negra, y además le creció un diente nuevo. Vivió fuerte y con buena salud hasta los 104 años.

soportar una vida dura y penosa lo llevaron a ser el favorito de su maestro. A través de las enseñanzas de su maestro y de su propio desarrollo, heredó y comenzó a promocionar el Wensheng quan, siendo hoy en día la 3ª generación y máxima autoridad mundial del estilo. En agosto de 1996, encabezó la delegación de Wensheng quan para representar al grupo Wushu tradicional de Shandong en el “2º Festival Internacional de Wushu de Jinan” en el que participaron más de 20 países. Ganó la medalla de oro individual y un primer premio colectivo. Allí conoció al sifu Claudio Di Renzo, a quien tomó como alumno. Así, Claudio se convirtió en el primer practicante oficial del estilo Wensheng quan fuera de China. ¡Todo un honor para nosotros! El Maestro Wang entregó a Claudio un certificado como constancia y lo comprometió a seguir estudiando el estilo. En agosto de 1998, Wang Anlin salió campeón individual en el “3º Festival Internacional de Wushu de Jinan”. En agosto de 1999, en el “4º Festival Internacional de Wushu de Jinan”, se encargó de la promoción y enseñanza a los practicantes de ultramar a través del Centro Provincial de Artes Marciales y resultó campeón de los Grandes Maestros.

Song Ruyi (1916-1991), de la provincia Shandong, distrito WenShang, aprendió artes marciales cuando era joven con su padre, el gran maestro Song Chuan Ping. Su kung fu literario y marcial alcanzó el nivel superior, heredó por completo la teoría, la ley, la esencia y la importancia de dicho arte marcial, y fue venerado como la segunda generación de Grandes Maestros de Wensheng quan. Cuando practicaba, concedía mayor importancia a la calidad interna del estilo. Enfatizaba especialmente que aunque se tiene que practicar miles de veces, no debe practicarse brutalmente, tiene que practicarse con esmero. Decía: “Practicar el Wensheng quan requiere la elevación de la propia personalidad y formación. Solamente la persona decente y desinteresada tiene la rectitud imponente y la audacia de espíritu necesarios”.

En mayo de 1998, viajó a Italia junto con el grupo delegado de wushu de Shandong con el fin de participar en la “7ª Asamblea Internacional de Kung Fu” y ganó dos campeonatos. Además, obtuvo el título de “Gran Maestro Internacional de Kung Fu” otorgado por la Federación Internacional de kung fu, hecho que causó sensación en los países extranjeros, y llevó a que las revistas de wushu de Italia, España, Argentina y otros países escriberan un informe especial sobre él. En 1999, recibió la invitación de la Universidad Central de las Nacionalidades, de Beijing, para explicar y transmitir Wensheng quan. Así dejó que por primera vez el Wensheng quan entrara al

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Crónicas

instituto de Educación Superior. En el año 2000, el sifu Claudio Di Renzo fue recibido como discípulo de Wensheng quan, y de este modo abrió oficialmente la cortina de promoción del Wensheng quan al mundo, con lo que cumplió el último deseo del maestro Song Ruyi en cuanto a la promoción del Wensheng quan.

Un ejemplo a seguir

En julio del año 2003, un grupo de Deporte en el mundo, de CCTV, viajó a Jining para filmar el documental sobre Wensheng quan y el sifu Wang Anlin con su magnífica habilidad demostró la impresionante técnica de ataque de Wensheng. En septiembre del mismo año, la Prensa Popular de Deportes, Audio y Video filmó 20 episodios de las enseñanzas de Wensheng Quan en Jining, donde el maestro Wang explicó la forma tradicional y el conocimiento adquirido de Wensheng quan. Entre los años 2004 y 2006, el sifu Wang Anlin filmó una serie de episodios para el Canal de Televisión y Deportes de Shandong, donde explicó el arte de ataque y defensa de Wensheng quan.

Les presento a Luis Rocamora, mi alumno y sihing de la mayoría. Luis, de 56 años de edad, practica taijiquan, ha practicado Bei Shaolin, Wing Chun, y encima hace trekking.

En septiembre de 2006, el señor Zhao Yingjun, de la Asociación Tradicional del Arte Marcial Coreano, contrató al Sifu Wang Anlin como asesor de la asociación. En octubre del mismo año, el sifu Wang Anlin representó al equipo Nacional de China, como portador de la bandera y fue el primero que entró al estadio, cuando participaba en la 2da Competencia Mundial Tradicional de Wushu. Allí ganó dos campeonatos individuales y pudo encontrarse con el señor Wang Xiaolin, presidente de la Asociación Nacional de Wushu y con el señor Hein Verbruggen, presidente de la Comisión de Coordinación del Comité Olímpico Internacional.

El trekking lo ha llevado a lugares como Córdoba, Mendoza y Salta donde ha recorrido a pie tremendos paisajes. Su persistencia y su tenacidad hacen que para mí sea un ejemplo a seguir. Especialmente porque los martes, jueves y sábados lo tenemos en el gimnasio practicando con dedicación y esmero.

Desde el año 2005 hasta el 2007, varias delegaciones de artes marciales chinas tradicionales y entusiastas de Corea, Japón, Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Argentina y otros países, hicieron un viaje especial a la ciudad de Jining, Shandong, para aprender con el maestro Wang Anlin. Durante estos años, el sifu Wang Anlin viajó a Beijing, Shanghai, Hebei, Henan, Hunan, Jiangsu, Fujian, otras provincias, y distintas ciudades de Shandong para hacer un intercambio profundo y aprender constantemente con los encargados mayores de las artes marciales tradicionales y wushu, como taijiquan, yi quan, xing yi quan, baguazhang, bajiquan, tanglangquan y nan quan, entre otras. En la actualidad, el maestro Wang Anlin vive en Boston, EE.UU. Allí, dicta diariamente clases con su método An Lin Wu Dao, que contiene el estilo Wensheng quan como base marcial, pero también tiene elementos de otros estilos, como el taijiquan estilos Yang y Chen, xingyi quan, baguazhang, qigong, medicina tradicional china, el estudio del dao, etc. Es un método abarcador de esos elementos, orientado principalmente a la salud y la mejora de la calidad de vida de las personas.

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por Robert Smith

3. Los esfuerzos de taichi emplean respiración lenta, profunda y balanceada y posturas relajadas (kung chia). Con una inversión de 10 a 40 minutos diarios (la forma 128 requiere 20 minutos; la 37, siete minutos), el ejercicio realizado por una persona promete promover la salud y prolongar la vida.

Un chino civilizado es la persona más civilizada del mundo. Bertrand Russell Antes de abordar una exposición de las enseñanzas del maestro Cheng Manching, el más profundo que he observado, sería bueno sintetizar lo que implica el taichi, el arte que él enseñaba. El taichi es un ejercicio taoísta, una forma de meditación con movimiento, que da la visión (William Blake lo llamaba “imaginación”) a través de la cual ver la Verdad. La visión no tiene nada que ver con los ojos. De hecho, el filósofo Chuang Tzu, contemporáneo de Mencio, dijo que “los ojos envidian a la mente”. Aquí yo enumeraré lo que considero como lo esencial del arte. Con este bagaje, entonces, podemos continuar con este extraordinario hombre enseñando este extraordinario arte.

4. Al principio, al final y siempre el alumno debe estar relajado. Varios ejercicios de calistenia ayudan a lograrlo. Toda rigidez y fuerza debe ser vaciada desde la parte superior del torso y debe bajar a la planta de los pies, una de las cuales está siempre firmemente arraigada al suelo. Sin la relajación apropiada, el alumno nunca podrá esperar obtener las verdaderas posturas del taichi. El alumno se relaja completamente y respira como un niño: naturalmente por la nariz, el diafragma es ayudado preferentemente por los abdominales antes que por los músculos intercostales. La energía intrínseca del hombre, el chi, debe ser almacenada justo debajo del ombligo. La mente conduce esa energía por todo el cuerpo según la necesidad, pero el chi no puede circular en un cuerpo tenso.

1. El taichi chuan (Máximo Gran Boxeo) es una antigua forma china de calistenia de movimiento lento y defensa propia (que se vuelve rápidamente popular en Occidente). Como ejercicio físico, puede ser practicado por todos -viejos y jóvenes, hombres y mujeres- sin las restricciones de tiempo, espacio, clima, vestimenta o equipamiento que son comunes en otros deportes.

5. La cintura es la fundación de cada movimiento corporal. Es el gran eje desde el que todos los movimientos del taichi derivan su celeridad, nitidez y poder. Solo en la flexibilidad de la cintura se encuentra la verdadera potencia. Luchar con brazos o piernas independientemente de la cintura es la marca del principiante perpetuo.

2. Hay cuatro teorías sobre los orígenes del taichi. La más popular (aquella con la que acuerda Cheng Manching) establece que Chang Sanfeng lo aprendió durante un sueño. Una segunda teoría afirma que se originó durante la dinastía Tang (618-907) y se desarrolló a través de las enseñanzas fusionadas de cuatro escuelas: la Hsu, la Yu, la Cheng y la Yin. Una tercera posición dice que la familia Chen de Chen Chia Kou, en la provincia de Honan, creó el taichi durante la dinastía Ming (1368-1644). La cuarta y más razonable teoría simplemente plantea que se desconoce al fundador del taichi, pero que su desarrollo data de un Wang Chungyueh, de la Provincia de Shansi, quien lo introdujo en Honan.

6. Lo primero acerca del taichi afirma que cuando las vértebras más bajas están derechas, el espíritu de vitalidad alcanza la parte superior de la cabeza y cuando la parte superior de la cabeza es sostenida como si suspendiera desde arriba, el cuerpo entero se sentirá liviano y ágil. El cuerpo debe ser sostenido “tan livianamente que la adición de una pluma será sentida y tan sensible que una mosca no podría posarse sobre él sin ponerlo en movimiento”. 7. Luego de enseñar los ejercicios básicos de una sola persona y calistenias auxiliares, el estudiante 15

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controla sus impulsos, y se retira hacia atrás, las fuerzas entrantes y salientes se cancelan una a la otra, y, aplicando nada más que cinco libras de fuerza en la línea de su cuerpo en retirada, lo derribará fácilmente. 11. Se requiere enseñanza correcta, perseverancia y talento natural. Sin embargo, los dos primeros requerimientos son los más importantes. Un maestro no se hace de 20 minutos diarios. La maestría proviene de décadas, no años, de practicar las posturas del taichi y el estado de la mente que desarrollan cada día en cada movimiento. La respiración abdominal y un cuerpo relajado en cada minuto son prerrequisitos. Si estos hábitos están articulados con una práctica diaria constante con toda clase de compañeros, la excelencia emergerá. Cuando un día estaba almorzando con un amigo chino en Tainan, él me contó sobre un artista chino que sabía taichi, un hombre “extraño” llamado Cheng Manching. Busqué y encontré al hombre, y golpeé a su puerta, pidiendo instrucción. Entre algunos orientales, dar es un privilegio que se tiene que ganar, yo no sabía eso y lo colmé generosamente de regalos. Mi motivo era la instrucción inmediata. Él los aceptó, pero no su esencia: yo. En su lugar, aplicó una aceptada costumbre china y me asignó por un año a Liang Tungtsai, un alumno senior y profesor por su propia cuenta.

avanza hacia el empuje de manos (tui shou) practicándolo con un compañero. Aquí él aprende a interpretar los movimientos de su oponente y a derrotarlo por “neutralizar mil libras con cuatro onzas”. Aprende el significado real sobre los fundamentos encarnados en el ejercicio individual.

En 1950, Liang había estado cerca de la muerte por una enfermedad del hígado. Como había escuchado del renombrado Cheng Manching, se acercó a él, aprendió tai chi, recuperó su salud y a partir de ese momento se sentó a sus pies. Era un funcionario de aduanas retirado, se instaló en Estados Unidos a mediados de los años 60 y ahora enseña taichi en Boston.

8. La práctica del empuje de manos se desarrolla en un método comprensivo de autodefensa. Aikido y otros pocos métodos asiáticos enfatizan el principio flexible del taichi, pero ninguno logra su nivel de relajamiento, sutileza y agilidad. Por manejar el chi, muchos exponentes del taichi son capaces de resistir ante el poder completo de un puño o patada. 9. El taichi desarrolla una solidez tenaz bastante diferente de la asociada con la mayoría de las artes de lucha. Esa tenacidad se puede comparar con la fuerza de una fuerte vid que es flexible; la fuerza, con un palo, que es rígido. La tenacidad viene de los tendones, la fuerza, desde los huesos. La tenacidad siempre será privilegiada, ya que brota del chi. El buen boxeo está arraigado en los pies, brota en las rodillas, es directamente dirigido por el torso y funciona a través de los dedos. 10. Cada movimiento en el boxeo correcto contiene círculos. (G.K. Chesterton lo dijo bien: “me di cuenta de que las cosas redondas son las más lindas, particularmente la eternidad y un bebé”.) Si usted es atacado en línea recta y se resiste con una defensa en línea recta, la fuerza más fuerte prevalecerá. Pero si la fuerza atacante es neutralizada con circularidad, es una manera simple de derrotar a un oponente, no importa cuán fuerte sea. Usando el taichi, usted se retira ligeramente y neutraliza la agresión de su oponente. Si este no puede controlar su impulso, caerá. Un leve empuje será suficiente para derrotarlo. Si, de todas maneras, él ve su error, Baksiulam Kune - journal

Sin pedirme un centavo, Liang me enseñó la forma 37 (kung chia) y me presentó tanto la filosofía del arte como a un grupo de grandes boxeadores, incluyendo a Wang Yennien, otro muy conocido profesor de taichí, famoso por su técnica 16


A partir de ese día y por más de dos años, tuve el honor de ser parte del grupo de estudiantes avanzados, quienes se reunían en casa del maestro cada domingo a la mañana por muchas horas. Y en los últimos seis meses de mi estadía, Cheng me permitió, cada semana por las tardes, una práctica privada. La práctica era lo que uno hacía. Trabajaba muy duro y al principio siempre rebotaba contra la pared. Esto no me molestaba y sólo me sentía perturbado cuando Cheng intercedía para ahorrarme algunos golpes. Hubiese preferido resolver este tipo de cosas por mí mismo.

de empuje de manos. El enfoque que tomó Liang fue simplemente para mejorar mis raíces (apoyos) y defensa; de esa manera, cuando Cheng estuviera listo para mí, yo tendría una buena base para el aprendizaje de ataques. Posteriormente, Liang me presentó a Han Chintang, el experto en qinna. Mientras estaba practicando con Liang, me contó mucho

Pero él no interfería mera o principalmente para evitarme el dolor. Señalaba que yo transpiraba tanto que el chi se escapaba, que uno debía ganar por medio de la relajación. Por lo tanto, cada pausa estaba organizada. Como yo venía de la experiencia del judo, estaba preparado para sudar y ejercitar hasta que la maestría llegase. Pero no es de ese modo como llega en tai chi, decía Cheng; viene de “aquietar la mente” mientras “se invierte la pérdida”. Y viene con el tiempo.

sobre Cheng, el hombre de las “cinco excelencias” (pintura, poesía, caligrafía, medicina y taichi). En 1925 Cheng, un profesor de arte en dos universidades de Pekín, sufría una avanzada etapa de tuberculosis que lo forzó a ir al sur, al Instituto de Artes de Shangai y a la Universidad de Chinan, donde fundó el Instituto de Bellas Artes. Sin embargo su enfermedad empeoró y estaba a punto de morir cuando un amigo le presentó a Yang Chengfu, uno de los más grandes maestros de taichi en China. Puesto que todo lo demás había fallado, Cheng se inició en el taichi. Sus palabras fueron: “En unos pocos meses, la hemorragia interna se detuvo y mi temperatura volvió a la normalidad. En alrededor de un año, mi enfermedad estaba completamente vencida”.

Por otra parte, algunos de mis más entusiastas atacantes también tenían lecciones que aprender. Más de una vez, Cheng, sintiendo que los procedimientos tendían hacia lo sádico, me hacía a un lado y “jugaba” con mi antagonista. El atacante se encontraba con que se habían invertido los papeles y él era el blanco de manos cuya energía impactaba mucho más que una mera sacudida. La corta y dulce lección aquí (que más tarde, cuando fui más eficiente y completamente entusiasta, volví a aprender) fue que uno no debe ser codicioso: cuando se practica con un compañero de menor nivel, se lo respeta.

Luego de un año practicando posturas básicas con Liang y técnicas de empuje de manos con Wang Yennien (mientras practicaba otras formas de boxeo), toqué la puerta de nuevo, y esta vez Cheng Manching la abrió. Me encontré con un hombre bajo y delgado que con sus manos finas como las de una dama, me condujo hacia el interior de la casa. Allí me dio mi primera lección, diciéndome que me relajara y calmara mi mente (Karlfriend von Durckheim, una de las autoridades europeas más destacadas en la síntesis cuerpo-mente, afirma que en todo ejercicio espiritual la base está contenida en la primera lección). A causa del mayor desarrollo del sentido muscular y la mejora de la circulación que acompaña la mayor eficiencia del organismo, la persona físicamente bien entrenada puede relajarse de un modo más completo que aquella de pobre condición física. Pero uno debe estar entrenado en relajación. No hay nada místico en ese entrenamiento. Uno, simplemente, persevera en las posturas y en el empuje de manos.

Esto no es decir que el taichi no requiere esfuerzo. Lo requiere. Pero lo que más necesita es fe. Una vez pregunté a Cheng por qué ninguno de sus estudiantes se le acercaba en habilidad. Su sucinta respuesta fue: “No hay fe”. ¿Fe en qué? Simplemente en los dos principios: relax y hundimiento, en no resistir y en permanecer unido al oponente. Cheng dijo que había omitido el secreto del taichi en su Chengtzu Taichi Shihsan Pien (Los Trece Capítulos de Boxeo de Taichi de Cheng) para prevenir que el mundo exterior lo conociese. Era simplemente esto: nunca aplique más de cuatro onzas de energía sobre su oponente ni le permita aplicar sobre usted más de cuatro onzas. De hecho, el viejo axioma de derrotar mil libras con cuatro onzas de fuerza desencadenada significa que uno nunca recibe mil 17

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libras. Si esto es aprendido, decía Cheng, la maestría vendrá. Pocos siguen este principio.

mucho más difíciles de relajar, pero deberían estar lo más relajados posible si la energía desencadenada desde la planta de los pies y se transmite sin interrupción hasta la punta de los dedos. Cheng me dijo que esa energía no debe ser generada desde los hombros o desde el pecho. Al principio debería venir del medio de la columna. Trabajar para hacerla descender hasta el sacro, y desde allí hasta la planta de los pies. Cuanto más abajo sea posible ir, más grande será el poder. Como la habilidad de transmitir el chi desde la planta de un pie hasta los dedos de la mano toma décadas, las conexiones intermedias deben ser utilizadas de la siguiente manera: cadera-hombro rodilla-codo tobillo-cintura planta del pie – palma de la mano En el empuje de manos, cuando su peso está en la pierna trasera, traiga la fuerza desde el sacro; cuando el peso está en la pierna delantera, la energía necesaria es menor y lo adecuado es que provenga de la mitad de la columna. Hay muchos tipos de energía, pero la mayoría no son de alto orden. Un ejemplo de esta habilidad es la energía vibratoria, en la que el cuerpo entero tiembla espasmódicamente. Es excelente para utilizar contra un

Empujando, dijo. Está bien tener en mente que si el oponente está rígido, es una cosa fácil empujarlo. Si está relajado, es mucho más difícil. Oponiéndose al primer hipotético atacante, uno debe empujar sin previo aviso. Pero contra un oponente relajado, uno apenas toca suavemente y sólo aplica el empuje cuando siente una vibración de resistencia. Esto se llama ti fang (levantar y

hombre que lo sostiene por atrás, pero puede causarle mucho daño interno.

dejar). Cuando usted toca a su oponente en su intento de provocar resistencia, inhale hacia las plantas de los pies con la mente. Luego, cuando exhala, todo el poder viene de las plantas antes que de las manos. Si usted utiliza la fuerza de las manos, romperá sus propias raíces. Para alcanzar su objetivo, se debe estar totalmente relajado. La cintura está relajada gracias al estiramiento natural de la columna y la disposición hacia la relajación. Los muslos y las piernas son Baksiulam Kune - journal

Si solo se observa el arte sin participar de ella, puede haber confusión. Una vez cometí el error de invitar a un estadounidense, segundo dan de karate okinawense, para que conociese a Cheng. El estadounidense no se impresionó por lo que veía. Quería probarlo. Entonces Cheng señaló a un estudiante para que se enfrentara al 18


karateka. Este amagó una patada alta, el brazo del estudiante comenzó; el pie del karateka se proyectó hacia abajo, el estudiante lo bloqueó ligeramente mientras entraba y tocaba el corazón del estadounidense. Muerto, falló en darse cuenta de eso, porque se retiró burlándose del taichi. Más tarde, me disculpé con Cheng, pero él me rechazó con

un gesto de la mano: “Hay que ser amable con los hombres ciegos”. La inevitable continuación: llevé al tipo con un amigo mío de Shaolin y lo dejé a su socorro. Una semana más tarde lo vi. Había interrumpido. ¿Por qué? “¡Maldición! ¡Esos chicos quieren pelear!”. Despreciativos con lo suave, temerosos de lo duro, sin lugar a dudas a este sujeto todavía lo emocionaban las fiestas y su baile. Pelear no es eso.

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Cheng recalcaba que unos sólidos fundamentos, es decir, un buen maestro, un buen sistema y un cuerpo saludable no podían menos que tener éxito. Si faltaba alguno de estos elementos, los resultados serían mucho menores. Todos los grandes maestros tenían está base desde la cual sus grandes habilidades habían emergido. De Cheng y su círculo escuché sobre maestros con mucha capacidad. El padre del taichi moderno, Yang Luchan, quien practicaba con más de setenta años de edad, una vez caminó muchísimas cuadras bajo la lluvia y el barro para visitar a un amigo. ¡Pero cuando llegó a la casa no tenía ni un rastro de barro en sus zapatos! Ese mismo amigo decía haber visto a Panhou, hijo de Yang, hacer el mismo truco. El amigo pudo ver que Panhou levitaba en su presencia. Chienhou, el otro hijo de Yang, podía mantener una golondrina en la palma abierta de su mano. El pájaro no podía volar porque Chienhou, “oyendo” su energía, lo sometía sutilmente sin darle paso para abrir sus alas. Chienhou también derrotó una vez a un hombre famoso por su manejo de la espada con un pequeño pincel. Li Pinfu, quien estudió con Wang Lanting (un estudiante premiado por Yang Luchan que murió tempranamente) fue una vez desafiado por un robusto sureño que, como tenía las habilidad del chikung, podía empuja sillas y mesas sin siquiera tocarlas. Li había pasado ya los sesenta años, y acunando a un perro entre su brazo izquierdo, intentó rechazarlo, pero el boxeador atacó de todos modos. Li lo derribó con destreza sin dejar de acunar dulcemente al animal. Algunas pocas de estas habilidades han llegado al presente aunque hay muchos que aseguran poseerlas. A veces esto se vuelve absurdo. He conocido a un hombre que había escrito un libro acerca de los beneficios del crecimiento del chi agregando peso a los genitales. Otro defensor del taichi, profesor de la escuela de artillería, una vez formó parte de una exhibición pública que presencié. Comenzó declarando que su chi impediría que alguien tomara de sus dedos su pincel de escritura mientras él estaba escribiendo. (En uno de sus libros Nikos Kazantzakis cuenta cómo un conocido sobrevivió al frío y al hambre durante la depresión de Berlín en los años veinte practicando respiración mientras hacía caligrafía: la pluma y el codo se alineaban con el corazón). Desafió a todos los presentes a sacárselo. Un insignificante soldado se acercó sonriendo y rápidamente le quitó el pincel. Una risita nerviosa se difundió entre la audiencia mientras el profesor explicaba que o bien no estaba listo o el soldado había actuado de manera incorrecta. Entonces, intentaron de nuevo, y, nuevamente, el soldado le quitó el pincel de los “dedos poderosos de chi”. El profesor comenzó a explicar por qué esto había vuelto a ocurrir, pero esta vez la pragmática audiencia lo estaba abucheando. En medio de una explicación que nadie escuchaba, comenzó detrás del profesor la siguiente demostración, por lo que tuvo que abandonar el escenario sonriendo falsamente. Para mí, esto fue una descortesía por parte de la audiencia, pero muestra claramente su independencia y pragmatismo. Baksiulam Kune - journal


empujaron nuevamente hacia mí. Lo golpeé con mucho vigor entre 20 y 25 veces en el plexo solar y encima de su corazón. Él lo tomó con humor, sonriendo. Un antiguo campeón chino de peso medio de boxeo, de Shanghai, también lo golpeó pero inútilmente. Unos años antes, Hsih había aprendido taichi con Cheng y con el tiempo adquirió esta habilidad para recibir un golpe. Otro de sus estudiantes, William Chen, compartía esa habilidad. Pero de todos los boxeadores a los que golpeé libremente, solo ellos tomaron los golpes de manera relajada. El maestro de pakua Wang Shuching era famoso por eso, pero aunque relajado, tenía un vientre que parecía cualitativamente diferente. Y muchas habilidades vienen de manera desigual. Otra practicante, hija de un anciano embajador chino de Estados Unidos, vino muchas veces para ver la práctica. Yo estaba allí el día en el que ella contó a Cheng acerca de Li Huangtze, su maestro de taichi en Shangai. La mujer decía que él tenía poderes especiales. Cheng le pidió que se explicase. Ella contó que se había cansado del empuje de manos y le preguntó qué hacer frente un ataque real. Él la incitó a atacar. Ella se acercó atacándolo. Cuando se le estaba acercando, una fuerza la echó hacia atrás y ella comenzó a balancearse en todas direcciones. Cuando sus pies comenzaron a dolerle, le imploró que la hiciera detener. Con un pase de su mano, permitió que dejara de rebotar. También contó que cuando él tocaba a un estudiante, salían chispas de sus manos. Cheng se rió de todo eso. “Conocí a Li” dijo. “Su taichi no era tan bueno. Él pudo hacer lo que hizo porque usted es una estudiante. Su truco no funciona con un igual o un superior”. Más tarde, Cheng me contó que el maestro de la mujer había aprendido de Tung Yinchieh (otro alumno senior de Yang Chengfu) y posteriormente había ganado la habilidad especial de “golpear sin tocar”. Esta habilidad, sin embargo, depende del temor del estudiante y no funcionaría contra un buen boxeador.

Esto no significa que el chi no sea real, sino solamente que algunos fingen tener –y no tienen– esta habilidad. Cheng es, en efecto, una viva representación de eso. Me contó que los taoístas lo explican de la siguiente manera: De acuerdo con una teoría de la medicina china, las secreciones de algunos órganos mezcladas en los riñones forman una esencia llamada ching. Uno intenta conservar el ching mediante la abstinencia sexual y vaporizándolo en el chi. Esto se logra principalmente en el “océano de chi”, el tantien, 1,3 pulgadas debajo del ombligo y tres décimas de distancia hacia la columna. La fuerza principal se encuentra en la mente, que se concentra en el tantien, y, de ese modo, genera calor. El chi inspirado se vuelve yuanchi, una sustancia eléctrica que viaja a través de los vasos sanguíneos y entra a la estructura ósea a través del sacro. Como los huesos no tienen otra apertura, el calor del chi dentro de ellos se vuelve como vapor y, al enfriarse, se transforma en médula ósea. Cuando se llena la médula, sale hacia el cerebro, el “océano de médula”. Es ahí cuando el espíritu está completo, el hombre es un hombre completo.

Una vez luego de disfrutar una larga hora con Cheng, le mencioné que Franklin Kwong, un compañero de taichi, me había dicho que en Shangai había visto a dos hombres derribar a otro a distancia, sin tocarlo. Kwong era un ingeniero, graduado de la Universidad de Nueva York, e incapaz de dejarse llevar por charlatanes. ¿Creería Cheng que eso fuese posible? Me respondió que había oído de tales maestros, pero nunca había llegado a conocerlos. Si no los había visto, no podía verificar que poseyeran estas

La prueba del taichi era Cheng, pero hay otra evidencia. Uno de sus estudiantes, Hsih Shufung, oriundo de Taichung, de sesenta y cinco años, varias veces me animó a golpearlo donde quisiese (excepto en la cabeza y en los genitales). Cuando lo hice, el impacto envió sus 105 libras hacia atrás a los brazos de dos hombres, quienes lo

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habilidades. Pero tampoco podía afirmar que no tuvieran tal maestría. Mientras se mantenga la mente abierta en estos aspectos (E.J. Harrison, mi viejo amigo, describió en 1913 en el Espíritu de Pelea Japonesa a Kunishige, un estudiante de kiaijutsu, haciendo caer a un hombre con un grito), es bueno recordar la historia de un gurú quien envió a su estudiante preferido al Himalaya para obtener instrucción avanzada. Doce años después el estudiante regresó, y el primer día fue a caminar con su maestro. Fueron a un río. Pensando en impresionar a su maestro, cruzó hacia la otra orilla caminando sobre el agua. Mientras tanto, el gurú pagó el pasaje y cruzó el río en bote. Cuando descendió, fue abordado por su alumno: “¿Por qué se subió al bote?” El gurú respondió tranquilamente con otra pregunta: “¿Estudiaste doce años solo para ahorrarte unas monedas?”. Cheng siempre insistía en que el cuerpo del arte valía mucho más que su mera función. Si el cuerpo es dominado, decía, sus funciones se hacen automáticas y efectivas. Las funciones son útiles pero no tienen tanta importancia. Más importantes eran los conceptos de las cuatro onzas, invertir en la pérdida, relajarse, hundirse y arraigarse. A veces, él mismo estaba confundido cuando explicaba el uso de cierta postura: bajo los corredores del tiempo, lo había perdido en alguna parte. Puedo recordarlo afirmando que las “Manos como nubes”, una de las treinta y siete posturas, es para el uso de la cintura y su función puede ser tanto un amague o desviación como un ataque de empuje con los dedos mientras el cuerpo hace horizontalmente. Él asoció los ataques con pie con los cinco elementos:

Chen hablaba raramente del tien hsueh, pero cuando lo hacía era invariablemente profundo. Una vez, en el continente, había sido atacado por el famoso Wu Menghsia, y Cheng lo hirió. Wu respondió “tres años”, para significar que en ese lapso de tiempo volverían a pelear. Como Wu era un oponente formidable, Cheng lo respetaba lo suficiente como para estudiar tien hsueh intensivamente con dos importantes maestros durante cinco años. Cuando esto se produjo, Wu nunca volvió. Cheng sintió que el tiempo perdido no le había aportado nada a pesar del hecho de que solo conocía la mitad del arte: él aprendió la parte dañina. El debería haber dedicado el doble del tiempo para aprender el significado especial del efecto correcto de los golpes.

No es que las funciones de taichi no sean efectivas por sí mismas. Cuando uno es atacado utiliza el peng para bloquear al oponente. Si él empuja su brazo, use che tieh (“plegado”, una técnica mencionada en los Clásicos del Boxeo taichi). Manteniendo el brazo flexible, cuando el oponente empuja su codo, relájelo y golpéelo con su mano. Si la empuja, pliéguela y golpee con el codo. Ese juego de ying y yang es muy efectivo. Del maestro de Cheng, Yang Chengfu, se decía que era amable a comparación de su hermano mayor Yang Shaohou. Muchos boxeadores en Taiwan me contaron que ellos tenían amigos que habían sido asesinados por Yang Shaohou. Estas historias son difíciles de creer pero sin duda Yang Shaohou era un maestro muy duro. Sin embargo, de acuerdo con Cheng, Yang Chengfu tampoco era tan amable. Durante el entrenamiento, practicaba Látigo simple para la fuerza expansiva y Tocar la Guitarra para la fuerza contraída, y mantenía estáticamente cada una por extensos períodos. También hacía repetidamente Paso hacia Atrás, Rechazar al Mono (para mover el chi pasando el sacro), Paso hacia Adelante, Desvío hacia Abajo, Bloqueo y Golpe. Pero la mayor parte de las veces se sentaba y rara vez hablaba. Los estudiantes temían hacerle preguntas. Su miedo pudo provenir de lo que ocurrió cuando Cheng se acercó a Yang para una práctica de empuje de manos. Yang usó dos dedos, lo arrojó 20 pies y lo dejó knocked out. Cuando el recuerdo de esto se evaporó, Chen se le acercó nuevamente. Esta vez, Yang puso una mano en su mandíbula, lo tiró y lo noqueó. Estas fueron las únicas veces que Chen enfrentó a Yang. Si esto era verdad, ¿de dónde provenía la gran habilidad de Cheng? Muchos estudiantes senior de Yang debieron haberse apropiado de algunas de ellas. Probablemente la mayoría venía de Chang Chingling, un granjero, de quien se decía que podía arraigarse tan bien que hundía el suelo. En realidad, Chang había sido entrenado por Yang Panhou, lo que lo hacía “hermano” de Yang Chengfu, pero por alguna razón la familia Yang quiso que él se incribiera como alumno de Yang Chengfu. Era un luchador excepcional. Una vez un famoso boxeador, Wan Laisheng, llegó y desafió al círculo de Yang. Chang aceptó el desafío pero la pelea no llegó a ninguna parte: ambos se lastimaron las palmas de las manos en el inicio y la lucha fue pospuesta. Años más tarde, cuando Chang alcanzó cierta fama, viajó en busca de luchadores famosos. Era imposible de derrotar hasta que encontró a un taoísta a quien llamaban Dzou y fue derribado inmediatamente. Dzou comentó: “Su técnica, señor, no es tan buena”. Chang pasó un tiempo con él y aprendió nuevos métodos y posturas. Chang, probablemente, le haya enseñado muchísimo a Cheng; algunos creían que su increíble habilidad en el empuje de manos provenía en gran medida de Chang. Como sea, hay otra explicación. En Sechuang, Cheng conoció a un taoísta con el que estudió, después de lo cual, según Chen Weiming, se habilidad creció enormemente. Pregunté a Cheng sobre esto por lo menos tres veces desde distintos ángulos estratégicos, y cada vez corrió un velo sobre ello. Era un poco mejor respondiendo preguntas sobre la contribución de Chang:

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“Aprendí eso gracias a Yang Chengfu”. El resto era un misterio. La pereza y la torpeza pedagógica de Yang Chengfu durante la época en la que estudió Cheng eran comunes en muchos maestros. Chen Weiming cuenta cómo Yang Luchan golpeó a todos los estudiantes de taichi del maestro Cheng Chaishing, y fue invitado a una instrucción especial. Al día siguiente Yang fue. Chen se sentó en una silla y parecía estar enfermo o dormido. Su cabeza colgaba hacía un lado de modo poco confortable. Yang se la sostuvo hasta que le dolieron los brazos. Cuando finalmente Chen pareció despertar, le dijo secamente a Yang que se sentía cansado y que regresara al día siguiente. Yang regresó y un bien despierto Chen aceptó enseñarle. Había superado la prueba. Cheng Manching, educado en esta cultura y deseando desesperadamente la habilidad, estaba preparado para aceptar cualquier cosa con tal de lograrlo. Vio que si persistía las perspectivas se le abrirían. Vio a Yang perezoso y engordando pero todavía imbatible. Durante este período lo vio derrotar con facilidad al famoso boxeador Wu Huipei. Y una vez, caminando con Yang, fueron arrollados por una bicitaxi. El taxi golpeó de frente a Yang y rebotó diez pies, sus ocupantes cayeron en el suelo como resultado de “recibir energía”. Yang apenas si se dio cuenta del incidente y continuó su conversación. Más tarde, el mismo Cheng estuvo en la Provincia de Hunan y tomó todos los desafíos. Durante ese período el famoso maestro Tu lo visitó para un combate amistoso; Cheng descubrió que cualquier lugar donde se moviera, el pie de Tu lo alcanzaba. Como un adolescente, Cheng dijo que Tu ya era magistral. Un enano llamado Hsu frecuentaba el grupo de Tu pero nunca mostraba nada. Cierta vez criticó a Tu a sus espaldas por fumar opio. Tu se enteró, se enojó, pero no dijo nada. Más tarde, intentó emboscar a Hsu en un puente angosto. El enano lo esquivó y lo empujó, pero lo salvó de una caída fea agarrándolo de la coleta mientras exclamaba: “¡Sos un muchacho extraño; fumás opio y ahora intentás matarme!”. Entonces, Tu se inclinó ante Hsu y le pidió que le enseñara. En Chungking, Cheng se encontró con el famoso Wan Laisheng, pero este combate nunca se llevó a cabo debido a la guerra. Durante ese mismo período, Cheng asistió a una demostración en la embajada inglesa en Chungking, donde algunos ingleses se burlaron de su delgadez. Chen Weiming preguntó a quienes se reían si alguno quería pelear. El más robusto de entre los ingleses aceptó y le preguntó qué estilo prefería. Cheng respondió: “El que quieras”. El oponente le lanzó un puño derecho, Cheng lo neutralizó y lo hizo caer. Enojado, el inglés se levantó y tiró dos puños a la cara del pequeño hombre. Cheng lo evadió, puso su palma derecha en la axila izquierda del oponente y lo empujó, para luego salvarlo de una caída que pudo haberlo dañado mucho. Después, Cheng fue a Taiwán. Quería avanzar del primer paso al tercero (Cielo) en la escala de habilidad. Esto requirió que se aislara para una intensa meditación que

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debió haber durado mucho tiempo, pero tuvo que regresar a Taipei ya que su familia necesitaba ayuda. Si es verdad que cuando Cheng estuvo en Taiwán quería alejarse de la sociedad porque de ese modo su arte ascendería, esto parece implicar que el arte que nosotros poseemos está incompleto debido a que necesita el suplemento de otras formas de meditación taoísta. Pero hay algunos (como Liang Tungsai) que sostienen que el arte es suficiente. Liang me contó que Yang Luchan, Cheng Chingping y otros grandes maestros de mitad del siglo XIX lograron el arte sin la meditación. Ciertamente, dijo Liang, el Boxeo Clásico del Taichi es muy explícito en ese punto: La práctica diligente trae la habilidad de interpretar la fuerza. A partir de aquí, la máxima meta es completar la maestría detectando la fuerza del oponente… Coordinar lo sólido y lo vacío es la clave. Si esto se alcanza, es posible interpretar la fuerza, Después de esto, estudiando con ahínco y recordando, se puede alcanzar el estadio de total dependencia de la mente. Sobre esto, Liang argumentaba que el taichi incluía con esto todas las condiciones de la meditación taoísta. Escuché que Yang Luchan fue una vez emboscado por cien hombres y, como no quería matar a ninguno de los malhechores, se envolvió en su capa presentándose a la paliza y fue dado por muerto. Al día siguiente, Yang fue al trabajo como siempre, pero muchos de sus atacantes se quedaron en cama porque habían resultado heridos al golpear su capa. Yo me burlé de todo eso, pero Cheng me advirtió que no lo hiciese. Que de hecho, la energía de Yang una vez había paralizado el brazo de un gran boxeador de Shaolin. En efecto, Wan Laisheng escribe que cuando los brazos y las piernas ya no se necesitan y una vez que el chi se mantiene, uno se hace invulnerable ante cuchillos y dagas. Esto se llama “Protección de campana de oro”. […] Una vez Cheng me invitó a atacarlo como yo quisiese. Luego de años de judo y boxeo pensé que sería capaz de mantener el equilibrio. Pensé. Amagué arriba con mis manos y fui hacia abajo para golpear su diafragma. Pero cuando llegué, él ya no estaba allí. Resistiendo suavemente sus manos en las mías, esquivó mi ataque y en el mismo movimiento me empujó contra la pared. Traté repetidamente, pero nunca pude desestabilizar su postura. Sus pies se movían muy poco, pero la aguda sensibilidad que tenía su cuerpo de mis movimientos le permitía neutralizarme y empujarme y manejarme a su antojo. A menudo me lanzaba tan fuerte que mi oreja por poco rozaba el suelo; y después, en el último movimiento, él me sujetaba evitando que me lastimara. Su arte iba más allá de la técnica; nunca experimenté nada tan relajado y a la vez tan terriblemente eficiente en toda mi vida.

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Otra vez, más tarde me animó a repetir la operación. Me esquivó, desvió y me golpeó suavemente. Pero esta vez no dejó de atacar. Tenía sus manos en los ojos, la garganta, todo alrededor de mi diafragma y, al mismo tiempo, sus pies presionaban mis piernas. Eso estaba tan bellamente organizado que no podía zafarme. Retrocedí frenéticamente hasta la pared, donde luego de sacar sus dedos de mi garganta, desistió. Pareció ser informal y amigable, pero en realidad fue aterrador. Contra eso no había defensa. Estoy seguro de que nadie golpeó tan rápido y tan seguido en tan corto período de tiempo. Afortunadamente, puso poca energía en sus golpes.

Referencia: “Master of the Five Excellences”; en Smith, Robert, Chinese Boxing. Masters and Methods. Japón: Kodansa International Ltd., 1974.

Cheng se relacionaba poco con otros boxeadores. Como Sun Lutang, “Sus ojos estaban muy alto” (lo que significa que se encontraba muy por encima de otros boxeadores). Y algunos lo criticaban. Yo no me andaba con rodeos al contárselas; nunca fracasó al demolerlas. Un ejemplo servirá para ilustrar la utilidad de este argumento. Le conté a Cheng que alguien criticaba sus posturas a causa de su codo doblado; es mejor, decían, doblar menos y usar la energía desde la espalda. Cheng respondió que la dependencia de la espalda es una marca de fuerza enérgica, li, más que de energía tenaz, ching. Le dije que los críticos insistían en que doblar el codo frenaba el chi. Él negó: el chi proviene de los tendones no de los huesos. […] A menudo, cuando la práctica terminaba y nosotros nos sentábamos a beber té, me hablaba de diversos asuntos y me hablaba sobre boxeadores que había conocido. Una vez me dijo que el boxeo en el continente se había deteriorado y que Chang Chihkang, estudiante suyo, era allí el boxeador más habilidoso. En una de esas sesiones, le dije que un individuo borracho estaría perfectamente relajado. ¿Era esto lo que debíamos buscar? Porque era más sencillo descorchar botellas que seguir la rigurosa disciplina del taichí. “No –respondió–, nosotros no buscamos ese estado. El borracho gana relajación pero sacrifica su i (mente) a la bebida”.

Siempre me llamó la atención el maestro Cheng Mang Ching, sobre todo por su discipulo Wang Tsing, de quien fui el primer alumno en Argentina.

[…] ¡Y las historias que contaba! Cuando Yang Chengfu estaba en Hangchou, un boxeador lo desafió. No pudo disuadirlo. Al día siguiente, sentado en su cama, vio al hombre, quien le repitió la propuesta. Yang se rindió: “Usted gana”. El atacante le dijo que se levantase, pero Yang se negó. Entonces, luego de atacarlo de todos modos, acabó golpeado contra la cabecera de la cama.

Un día allá por el año 79 fui a verlo, ya que mi hermano tomaba clases de xing yi quan, con Tung Lin, y me refirió que había un maestro de taijiquan, y como yo había entrenado con Fernando Chedell, y había dejado de asistir me dijo que el maestro Wang me iva a interesar.

[…]

Fui a Suipacha 62 y asi nomás me anoté, porque el maestro Wang era una gran persona, y con el tiempo nos unía una gran amistad, el me hablaba de Cheng Mang Ching.

¡Pero suficiente! Un sufi místico dice que cuando Dios está bien dispuesto hacia sus sirvientes, abre las puertas de la verdad y cierra las de la discusión. Cheng siempre enfatizaba que el taichi es para vivirlo y practicarlo, no para teorizar. En América somos afortunados porque este gran maestro vive entre nosotros hace ocho años. Reside y enseña su fascinante arte en Nueva York.

Para que todos ustedes lo conozcan, esta es su historia… Claudio Di Renzo

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Wu De, virtud marcial por Guillermo Fernandez

Voy a relatar algunas de mis experiencias en China en la escuela de Xing Yi Quan del maestro Li Jing Xuan relacionadas con el Wu De o código de conducta del kung fu tradicional. Vi por primera vez al maestro Li Jing Xuan en el Tercer Torneo Internacional de Kung Fu de la ciudad de Jinan, China, en el mes de julio de 1998, cuando fue presentado en la exhibición de los maestros de ese torneo como una leyenda viviente del kung fu de la provincia de Shandong. Contaba para ese entonces con 93 años de edad y 56 de práctica, es decir que comenzó a practicar a los 37 años, lo cual muestra a las claras que se puede llegar a los más altos niveles de kung fu empezando a una edad madura. Como estaba autorizado por mi maestro Claudio Di Renzo para aprender de cualquier rama del kung fu tradicional durante ese viaje a China, decidí tomar algunas clases con el maestro Li Jing Xuan, ya que me parecía una excelente oportunidad de practicar el estilo Xing Yi Quan que él enseñaba, y que figuraba dentro de mis opciones de aprendizaje. Fue así que comencé mi relación personal con él y que pude mantener y construir a lo largo del tiempo durante mis sucesivos viajes a China para completar el estilo. En mi segundo viaje conocí a su hijo, el maestro Li Cang, quien actualmente dirige la escuela, y a los otros alumnos de su padre, es decir, mis compañeros de práctica. También conocí a muchos de los alumnos directos del maestro Li Cang. Rescato varias anédotas de mis viajes, durante los que pude apreciar la importancia del Wu De (el código de ética marcial o “virtud marcial”) y de la pertenencia a una “familia de kung fu tradicional”. Lo principal de todo es el respeto a los maestros que muestran todos aquellos practicantes y que se hace extensivo a los integrantes más antiguos de la escuela, más allá de su edad, su lugar de origen o su nivel de práctica. No es de sorprender, entonces, que aquellos alumnos más nuevos me llamaran como “Lao Fan”, que quiere decir “viejo Fan” (Fan es mi apellido en Chino), lo cual es una señal de respeto porque en China los viejos o ancianos son respetados como depositarios de experiencia y conocimientos acumulados. Otro término con el que me llaman es “shi xiong”, que quiere decir “hermano mayor del mismo maestro”, y que son las mismas palabras con las que me dirijo al hijo de mi maestro cuando hablo con él. También los alumnos del maestro Li Cang, mi hermano marcial en la jerarquía del estilo Xing Yi Quan, usan un término relacionado con la jerarquía Baksiulam Kune - journal

familiar aplicada al kung fu. La primera vez que lo oí fue una tarde cuando estaba caminando despreocupadamente por las calles de Jinan y me sorprendió la repetición de las palabras “shi shu”. Me di vuelta para ver de qué se trataba y descubrí que una persona se dirigía a mí llamándome para saludarme. Fue entonces que lo reconocí como uno de los alumnos del maestro Li Cang y caí en la cuenta de que estaba usando un término tradicional, que en este caso era “tío marcial”, ya que por ser “hermano menor” de su maestro yo pasaba a ser automáticamente su “tío”. Siempre el término “shi” hace referencia al maestro y es lo que distingue particularmente a la relación marcial. Así como cuando un pariente que vive lejos nos viene a visitar y queremos agasajarlo llevándolo a pasear o a comer, así también me encuentro con situaciones parecidas cuando voy a China a practicar y visitar la escuela. Es común que mis compañeros más nuevos me hagan una invitación a cenar en un restorán o en sus casas, y que al encontrarnos reunidos en esas ocasiones todos quieran brindar con el visitante, lo cual, tengo que decirlo, puede ser complicado cuando los reunidos son muchos y los brindis abundantes. Este comportamiento en particular se basa en una máxima confuciana (la filosofía que enseñaba Confucio) que dice: “No hay mayor alegría que recibir a un amigo que viene de lejos”, y con más razón cuando ese amigo es un familiar que viene de la otra punta del mundo. En una ocasión, estando ya en China, regresaba una noche a Jinan desde otra ciudad que había ido a conocer; me bajé del tren en la estación y me dirigí a la salida para ir al hotel. Me encuentro entonces con un compañero de práctica que volvía a su casa después del trabajo y que se ofreció a acompañarme a mi alojamiento. Para eso se preocupó en buscarme un taxi mientras se comunicaba por celular al hotel para avisar que me esperaran y me prepararan una habitación. Cuando conseguimos el taxi, nos dirigimos al hotel, y para mi sorpresa, al bajar, mi compañero no me dejó pagar, pero lo más extraño fue que el chofer tampoco quería que le pagáramos el viaje. El motivo de tal actitud fue que el chofer había estado escuchando durante el viaje nuestra conversación sobre la práctica y como él era alumno del maestro Li Cang, bajo ninguna circunstancia quería aceptar que sus “tíos marciales” (ese fue el término que usó) corrieran con el gasto. Recuerdo la primera vez que invité a la Argentina en el año 2003 al maestro Li Cang, quien me mostró un video con un mensaje grabado de mi Maestro, en el cual, entre otras cosas, me decía que cuidara bien durante su estadía aquí a mi “hermano mayor”, es decir, su hijo, ya que era la primera vez que viajaba fuera de China. Todo esto muestra la importancia de la “familia marcial” y de las relaciones personales en una escuela de kung fu tradicional.

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por Claudio Di Renzo

sistema muy chino que se practicaba en Okinawa. Continué el estudio marcial en Vicente López, en el estilo Chuan Fa, bajo la dirección del maestro Ludovico Pirri; con él logré la faja en el año 1984 en la biblioteca de Olivos. En 1986 ascendí a mi 2° dan, de kempo y defensa personal y maestro de chuan fa.

Hablar sobre Walter Mercuri es algo muy difícil. Es un hombre tan grande que uno no sabe cómo describirlo. Más si uno es su maestro, su amigo y su admirador. Siempre ha estado cerca, desde el año 86. En las buenas y en las malas. No recuerdo ni una sola vez haber discutido con él. Y le he visto caer y lo he visto levantarse. Pero nunca lo escuche quejarse…

También tomé cursos de full contact, y seminarios con los maestros José Luis Casales y Horacio Doglioli (el originador del full contact argentino), siempre en busca de lo mejor para todos mis alumnos. En el año 1986, en el Instituto Kumazawa, realizo un seminario, las Segundas Jornadas Técnicas de Artes Marciales; allí es donde conozco a Claudio Di Renzo: realizaba la demostración y mostraba el uso de las armas chinas de gong fu. Quedé maravillado. Ese día y con la autorización del maestro Pirri, solicité ser alumno de Di Renzo. Hasta el día de hoy soy su discípulo en el camino de las artes marciales chinas, y he viajado con él a China varias veces.

¿Cómo estás Walter? Bien, sifu. Hola a todos, y a este medio que difunde las artes marciales de China; desde Zárate al mundo.

¿Cuándo comenzaste las artes marciales? Conocí las artes marciales allá por el año 1973, de casualidad. En esa época trabajaba en una carpintería, y vi a Jorge Sintowsky realizar movimientos de manos y piernas, y también manejo de nunchaku y palos. Quedé gratamente sorprendido y le pedí que me entrenase. Él era alumno de Roberto Villalba, en Mar del Plata, y hacía el estilo tangsudo. Ese día se inició en mí un camino en que sigo transitando y que no tiene fin. Luego, hacia el año 1975, ingresé en el instituto Huato bajo las órdenes del maestro Roberto Félix Torres. Allí prectiqué hasta el año 1977 sin interrupción. Me trasladé a Tigre y entrené aikido en el Centro de Aikido Beccar, y kempo de Tumaiti, un

¿Por qué hiciste el cambio de las artes marciales hacia el gong fu? El cambio lo realizo en un tiempo que necesitaba apaciguar mi ser, al encontrar en el gong fu todo lo que me gusta; eso que me hace continuar y fortalecerme. Las dolencias de la vida hacen que ese vacío en mí pueda llenarse y apaciguarse y logro con su práctica un nuevo camino. Un nuevo camino en un nuevo tiempo cargado de vitalidad y ganas de vivir plenamente día a día. En el gong fu logro la conexión que va más allá de este 25

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Walter y su maestro en Foshan, China, en 2005

hambre”. ¿Cuantos estilos practicás y por qué? Practico el bak siulam, el bak sing choy li fat, taijiquan en estilos Yang, Wu y Chen, long yin quan, o sea, boxeo de dragón y wenshengquan. Hice el discipulado con Lai Han Liang y Wang An Lin, y, por supuesto, con mi sifu. No sabría decir por qué elegí cada uno de los estilos.

Contame sobre tu trabajo en la Municipalidad de Zárate.

tiempo, el cuerpo, la mente y el espíritu reciben la esencia y la transmisión ancestral.

Contame sobre tu infancia y tu adolescencia. Mi mamá era ama de casa y cuidaba de mi hermano Ariel y de mí. Mi papá era un metalúrgico y trabajaba en

Campana. La infancia es única para mí. Mis amigos del barrio, jugar a la pelota y volver sin miedos, sin riesgos... La gente te cuidaba y también te retaba cuando hacías algo indebido. Recuerdo a la maestra Ana María, que era para mí una segunda mamá. Recuerdo a mi hermano en la guerra de las Malvinas, fue dificilísimo. Los que volvieron no volvieron iguales. Yo tenía un hermano y cuando volvió no era el mismo. Me decía: “Hermano, ¿te acordás cuando decíamos que teníamos hambre? Bueno, eso no era Baksiulam Kune - journal

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En el año 2000, al regresar de China, presenté un proyecto en la Municipalidad de Zárate, Área de Deportes, y fui recibido por Miguel Presensa, el director de esa área, quien aceptó mi propuesta. Así que en enero de 2001 inicié mis clases en la costanera, a la vera del río Paraná. Continué dictando las clases y sumando gente. Otro proyecto se aprueba para llevar los abuelos del hogar de ancianos y a los niños de distintas escuelas de Zárate. Entonces, en las escuelas de 29-801, Santa Teresita y el Hogar Evita, La Casa del Adolescente, hubo taichí.

Incluimos el taijiquan en los grupos de contención a pacientes oncológicos, como los del grupo Renacer, Lalcec. Hubo jornadas en las que participaron los doctores Instituto de Oncología Ángel H. Roffo. Enseñamos el qigong y el taichí en su fase inicial, cuando los alumnos aprenden a respirar conscientemente y coordinando los ejercicios con la correcta relajación. Todo esto está basado en la práctica de los ejercicios chinos, por ejemplo, el qigong que se hace en China, para mantener y preservar la salud. Luego del primer año,


pueden continuar su aprendizaje de taijiquan en el kwon, si lo desean En el año 2006 paso a depender del área de Deportes de la Municipalidad, y puedo incorporar el proyecto del gong fu y taijiquan en un proyecto apoyado por psicólogos, psiquiatras, doctores en cardiología y clínicos. Todos estos profesionales avalan estas disciplinas para desarrollarlas desde la Municipalidad. Esto es un paso muy importante. A la vez

Yun Choi Yeung, maestro de taichí y wing chun. Entre Hong Kong y Foshan en territorio chino muchos de los que viajaban encontraron estilos y maestros de primer nivel. Foshan fue maravilloso, con la plana mayor de la Asociación Chin Woo. Vimos pak mei, estilos diferentes de wing chun, Chen taijiquan, hung sing choylifat, tanglang, hung gar, estilo de dragón, armas, chi sao, y estilos de los que no recuerdo el nombre. En los años 2005, 2011 y 2012 volví a China y me encontré con Huorong, maestro de longyinquan (dragón). Aprendí tres formas y los ejercicios básicos. Con el maestro Huorong pude ver cómo es un maestro de gong fu. Él comenzó practicando hung gar con su padre. Domina el estilo hung gar y el longyinquan. En mi segundo viaje, tuve la suerte de acompañar a sifu a encontrarse con Lai Han Liang, hijo de Lai Gan Qing, discípulo de Ku Yu Cheung y de Tam Sam, y ser testigo de lo duro que puede ser un maestro cuando toma un discípulo. Durante todo el tiempo que yo estuve lo escuché decir “no tomo discípulos”, “no enseño más”. Y al sifu Claudio diciendo que no importaba, iba a regresar de todas formas, Perdón por hablar de corazón de estos sucesos.

comienzo a dar tiro con arco chino y se funda la primera escuela municipal de arquería. Hoy, el gong fu, el taichi y el qigong son enseñados en los Cepam y Centros Culturales de mi ciudad, gracias al intendente Osvaldo Caffaro, y al director de deportes profesor Hernán Albertarrio y su equipo de trabajo. Me pone muy orgulloso decirlo. ¿Qué nos podes decir de tus viajes a China? Cuando era muy chico, estando en la escuela primaria, realizaba dibujos con los techos curvos, mis ranchitos de campo tenían esos techos curvos… ¿y de dónde venía esa imagen para dibujar así? Seguramente nadie me podrá creer, pero yo siempre hacía esos dibujos, o soñaba con cosas chinas. Pasaron 25 años y muchas historias en este camino de las artes marciales chinas, hasta llegar al año 1986, cuando, como dije, participo de las Segundas Jornadas Técnicas de Artes Marciales organizadas por la revista Yudo Karate, un evento de tres días realizado en Kumazawa, donde participaron los mejores exponentes de Argentina en las artes de Japón, Corea y China, además de los entrenadores nacionales de karate y taekwondo. Pero fue en la cátedra de armas de gong fu dictada por el sifu Claudio Di Renzo la que cambió mi vida con respecto al arte marcial chino. Pasaron los años y un día mi maestro me cuenta que iba a ir a un viaje a China junto con una delegación de 23 personas representantes de todo el gong fu tradicional. Fue un viaje colorido e intenso por todo lo que significaba para mí. Ya con pisar el suelo de ese país maravilloso estaba hecho. La cuna del gong fu. Entramos por Hong Kong, era como estar en las películas en las que se ven barcos y botes en el mar de China. Nuestro maestro nos guía a la Asociación Chin Woo de Hong Kong, donde había un amigo suyo era el secretario, 27

Viajamos cruzando desde el sur hacia el norte de China, entrenando en Jinan, y Jinning, provincia de Shangdong, visitamos la casa de Confucio en Qufu, una ciudad impresionante, desde ese lugar fuimos a Denfeng a pocos kilómetros del templo Shaolin, cerca de Chen Jia Gou, cuna del taijiquan. No puedo olvidar esos lugares con tanto gong fu, y tanta historia. En el año 2000 todavía se podían ver las casas antiguas rodeando Shaolin, los miles de alumnos todo el día practicando gong fu, moderno y tradicional. Digo esto porque China está creciendo muchísimo y algunas cosas han cambiado. Y ese viaje de ensueño a Chen Jia Gou… la villa de los que se llaman Chen. Estuvimos en la casa del maestro de taichí donde practicó Yang Lu Chan, nuestro ancestro. Todo se conserva como era antes. Hasta vimos la cama de Yang Lu Chan, en su dormitorio. Llegar a Beijing fue hermoso. Recuerdo sorprenderme al ver miles de bicicletas y sobre ellas tipos con ropa Mao. Eso ya no existe. Caminamos por la casa del Emperador Amarillo, vimos la ciudad prohibida, una construcción única y majestosa. Todo eso unido al Templo del Cielo, la Gran Muralla, los hutong, el parque Beihai… Ver y sentir a la gente de Beijing, que se adecua como el agua a cada paso de su historia y de sus vidas. La humildad y la paciencia son las virtudes de un pueblo milenario. Y quisiera decir unas palabras para un lugar de ensueño que se llama Lijiang. Vivir esa estadía en casas de madera y estilos antiguos de más de 200 y 500 años que hoy son patrimonio de la humanidad. Recorrer ese pueblo de la provincia de Yunnan, es vivir en el pasado. Sus colores y su vida social, gente muy sencilla y alegre. La gente se reúne en plazas amplias y bailan la música Naxi al ritmo del fuego y una flauta que hace la unión de los pueblos del Tibet y Lijiang. A 10 kilómetros de Lijiang, se encuentra una villa llamada Baiya, muy chiquita y humilde, donde conocimos al doctor Ho, Baksiulam Kune - journal


Walter Mercuri y su profesor

Junto a dos de sus cinco hijos, Maia y Rodrigo

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toda una autoridad en las hierbas de montaña. Vos tenés a Juan Barbieri y Javier Kornuta como sifu, ¿cómo es eso? Cuando me inicié en las artes marciales y pasaron dos años, el maestro Roberto Torres, me pone al frente de una clase para que lidere ese grupo. Con el tiempo me di cuenta de que mejoraba mi técnica al tiempo que lograba una conexión con mis compañeros y todos nos sentíamos bien. Javier Kornuta y Juan Barbieri han estado siempre a mi lado. Por un lado, Javier viaja conmigo a China, se hace discípulo del maestro Wang An Lin; cuando vuelve, pide hacer wing chun y sifu lo toma de discípulo; luego lo presenta a Leo Imamura para que continúe. Juan Barbieri, de Lima, también tiene un gran potencial. Es seguidor del bak siulam, de bak sing choylifat, taijiquan, y el wing chun. Ambos son personas de mi círculo de amigos. Se han desarrollado viviendo el gong fu. Cuando pensé graduarlos como sifu, consulté a mi más antiguo alumno y a sifu.

En un viaje a China charlando con Claudio

Vos también practicás el boxeo del dragón. Dentro de todo, también hago algo del longsingquan. El estilo nace en el templo Wa Sau Toi, y un monje llamado Tai Yuk se lo enseña a Lam Yiu Gwai (1877-1966). En Guangdong este maestro tiene muchos alumnos, de quien salieron los seguidores. Uno de ellos es mi maestro Huorong.

Además comenzaste el wenshengquan… Sí, con el maestro Wang An Lin; comencé el estilo en 1999. Hice el discipulado junto con Javier Kornuta y Claudio Di Renzo. Me ha enseñado sobre cómo curar a ciertas personas o cómo prevenir las enfermedades.

Junto a Lai Han Liang en Guangdong

¿Qué nos podés contar del maestro Lai Han Liang? Esto es un lujo. Tener un maestro así para heredar su gong fu es algo que se da solo a cierta gente. Mi maestro Claudio siempre ha tenido eso. No sé cómo llamarlo. Ser discípulo de Lai Han Liang, cuyo padre fue Lai Gan Qing, discípulo de Ku Yu Cheung y Tam San, es increíble. Cuenta el maestro Lai que de chicos eran tres hermanos y que para salir a la calle a cumplir con sus obligaciones tenían que hacer frente a su padre las formas de gong fu, y solamente si estaban bien hechas, los dejaba salir. Es un lujo para nosotros depender de él. Es una persona muy agradable y que enseña bien. No le gusta estar en el ambiente del gong fu. Es más, nunca habla ni bien ni mal de sus colegas, pero cuando habla de alguien por algo es. Yo he corregido todas las formas con él, una vez practicadas con sifu, lo cual hace una gran responsabilidad. Estoy muy contento de pertenecer a Lai gong fu. Todo se hace como se dice.

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Enseñando taijiquan

¿Querés agregar algo más? Espero poder lograr algo, mejorar al ser humano, para que en el futuro las personas sean más

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En ambas escuelas las tres formas tienen diferentes movimientos, pero sus aplicaciones son exactamente iguales, en tanto que cada variación obedece a las particularidades técnicas de los maestros que la originaron.

Tan tuey

De las tres formas, sin duda, la más importante, antigua y sobresaliente es tan tuey. Esta forma de origen incierto es practicada en varios estilos de gong fu; siendo sus precursores los sistemas norteños islámicos (gong fu musulmán chang quan), como el Cha quan y los sistemas de la gente Han de China. El sistema islámico se llama chio men tan tuey. Tan tuey es una forma de 10 o 12 maniobras (según la rama) repetidas simétricamente dos o tres veces. Como su nombre lo indica (piernas saltarinas o piernas de resorte, aunque algunos lo traducen como pierna profunda), desarrolla una fuerte base y da el poder y la musculatura necesarios para la realización de una efectiva y técnica patada. Todos los maestros del norte de China coinciden en que el tan tuey es lo más importante para asegurar un progreso formado por una buena base.

por Claudio Di Renzo

Los maestros de arte marcial chino han sido siempre

La práctica de tan tuey se difundió en toda China, especialmente en las provincias de Henan, Shangdong, Hopey y Shangay del norte. Los estilos mantis, garra de águila y otros lo han incorporado en sus bases.

muy orgullosos de sus sistemas particulares, clamando superioridad con respecto a otros estilos chinos y foráneos. Esto ha hecho que se quedara atrás su difusión con respecto a las demás artes marciales coreanas y japonesas, que han sido bien difundidas e inteligentemente promovidas por sus cultores. Los japoneses primero y ahora los coreanos han dado muestras de madurez y sentido práctico al modernizar los sistemas de enseñanza.

Hay dos versiones que han logrado gran popularidad por separado: una de ellas, el tan tuey musulmán de diez maniobras practicado en el estilo Cha quan y el Bak Siulam, y la otra, el Ching Wu -más difundido y popularizado- de doce maniobras, la primera cuenta con patadas altas y movimientos largos y circulares, con mucha demanda física y la segunda enfatiza el pateo bajo y movimientos cortos y directos.

El gong fu o wushu ha tenido algunos momentos de estandarización y síntesis, como el conseguido con la fundación, a principios del siglo pasado, de la Ching Wu Athletic Association, liderada por el gran maestro Huo Yuan Chia, del estilo mi tsong del norte de China. En ella se reunieron grandes maestros de sistemas norteños como Shaolín, garra de águila, mantis, taijiquan, xing yi, baguazhang, bajiquan, y aunaron conocimientos y esfuerzos para crear nuevas y poderosas rutinas. De allí salen las diez formas de bei Shaolin quan actual, antiguamente dividido en muchos subsistemas. Lamentablemente, Huo Yuan Chia fue envenenado por expertos japoneses que no podían vencerlo en combate y sus esfuerzos fueron dispersados.

Los practicantes de hoy día están acostumbrados a aprender rápido a efectuar muchas cosas. Hay mucho apuro en la vida moderna y eso hace difícil, para el alumno de hoy, el aprendizaje del tan tuey. ¿Por qué pasar tanto tiempo en una forma básica? Lo cierto es que todo buen maestro sabe que la base es la única manera de asegurar un camino correcto hacia la maestría del arte. Y esto se logra, ya sea con las diez líneas del tan tuey musulmán o con las doce del tan tuey de la Ching Wu. No hay manera fácil o cómoda de aprender gong fu, esto se logra solo con esfuerzo y perseverancia. Estos puntos son acentuados con su práctica y también la humildad y la calma se logran con su entrenamiento diligente y paciente. Según el maestro estadounidense F. De María, un estudiante debería pasarse un año practicando tan tuey durante cuatro horas diarias. Esto nos demuestra la alta estima que se le tiene a esta forma

En Nanking, también se fundó el instituto de Kuo Shu (arte nacional) en el cual nació el sistema chanq quan estandarizado, formado por los estilos Shaolin, hua quan, pao, hong y Cha quan, del norte de China. De este instituto salieron nombres como el de Han Ching Tang, gran maestro de Shaolín y taijiquan.

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en el circulo de los grandes del gong fu. Tan tuey contiene todos los movimientos básicos necesarios para aprender cualquier técnica avanzada. Es un perfecto abecedario de principios, golpes, patadas y aplicaciones. En principio, enseña el modo de utilizar la línea central en el golpe, fundamental para una buena alineación de todo el cuerpo y una correcta defensa. Contempla la aplicación de golpes verticales y la combinación de patadas con puñetazos en orden sistemático y práctico. Lo bajo de sus posturas y la posición exigida de pateo incrementan en buen grado la potencia de las piernas y las hace fuertes y ágiles. Algunos practicantes aumentan este esfuerzo manteniendo la pierna en alto en el momento de patear, lo que agrega una gran demanda de poder y resistencia.

independientemente del sistema que se practique el triunfo le pertenece al hombre y no al método. Pero nadie duda en el norte de China que tan tuey es un camino indispensable para el éxito. En palabras del sifu Frank De Maria "quien no conoce tan tuey no sabe Shaolin norteño". Hemos observado a muchos practicantes de gong fu del norte que no tenían tan tuey en su programa o que lo habían aprendido muy rápido o mal, y puedo asegurar que es bien notorio su atraso y falta de técnica en comparación con aquel que ha entrenado tan tuey adecuadamente. Por ello la importancia del tan tuey reside en que es una vuelta a las bases del auténtico gong fu norteño.

Tan tuey posee todas las posiciones básicas: arco y flecha (gong bu), a caballo (ma bu), 4-6 (guardia), cruzada baja hacia atrás, posición de gato y su utilización, cambiando el movimiento de una postura a la otra con gracia y rapidez. Los puñetazos y bloqueos básicos se suceden y se combinan dando al alumno un buen bagaje de técnicas que a veces no contienen las formas avanzadas o intermedias. Tan tuey de 12 maniobras

También enseña a utilizar el cuerpo entero en una sola pieza, con todas sus partes en movimiento correlacionado y dando poder extra al golpe. Enseña al alumno a traer el poder desde la pierna hasta el puño pasando por la cintura y el hombro. En cuanto al uso del poder, tan tuey entrena y enseña a mantener el qi bajo. Qi significa “fuerza vital o energía”. Nosotros podemos entenderlo básicamente como concentración de fuerza. Con tan tuey, el qi se mantiene bajo, mediante la atención del alumno y por ello se desarrolla el espíritu, de modo que sirve como método de entrenamiento mental. Por otra parte, técnicamente, tan tuey es un excelente método de enseñanza, pues el orden de sus rutinas corresponde a la dificultad y nivel de la técnica. La línea uno tiene patada simple y baja, mientras que la línea diez contiene patadas dobles en saltos, combinadas con puños. La línea cuatro posee un lance de cadera y la línea once barrida con lance.

Un monje Shaolin realizando tan tuey musulman

Por supuesto, el éxito de tan tuey depende enteramente no solo de sus técnicas sino mucho más de la profundidad de conocimiento del instructor. En la historia ha habido maestros que han mejorado y engrandecido el arte marcial chino sobre la base de sus conocimientos particulares. Pero hay también quien con su conocimiento falto de depuración y de entendimiento del auténtico gong fu ha empeorado buenas técnicas. Esto nos hace llegar siempre al principio básico y no tan entendido por muchos: 31

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