El momento político-social que enfrenta nuestro País,
especialmente en las definiciones que tenemos que decidir sobre el
Modelo de Educación, nos obliga hoy más que nunca a profundizar el
proceso unitario y el fortalecimiento de todas las organizaciones de
trabajadores de Chile. La unidad y la fuerza organizacional serán las
vigas maestras, no solo para potenciar nuestra política, sino que
también, acaso lo más importante para convertirnos en un interlocutor
social legítimo y potente frente a los poderes públicos, privados y
sociales.
Los trabajadores de las Universidades Chilenas
enfrentamos momentos decisivos. El trance histórico que vive Chile
en orden a recrear, una vez por todas, un Modelo de Educación que
responda a las demandas de gratuidad y de calidad, en todos los
niveles que exige una ciudadanía empoderada y deseosa de ganarle a
la desigualdad e inequidad imperante en nuestra patria.
La Educación Superior Chilena requiere urgentes
cambios, especialmente en los