La férrea estructura gris y plata del edificio posmoderno, contrasta casi violentamente con las casas de estilo Neo-colonial y Art Nouveau de la Colonia Roma y con el parque al cual rodean; remembranza del que fuera un reducto de la “aristocracia porfiriana” y de la burguesía citadina de mediados del siglo XX.
Josefina Vicens (1911-1988) El libro vacío, lleno de tantas cosas…
Nació en San Juan Bautista, Tabasco, el 23 de noviembre de 1911. Una de las principales estudiosas de su obra, Ana Rosa Domenella, recrea su imagen de este modo: Fue la única rebelde entre las cinco hermanas y la preocupación de sus padres por tal motivo, desde ser campeona de balero en su niñez, apasionada de la fiesta brava o por su trabajo en los ejidos como secretaria de acción femenil en la Confederación Nacional Campesina.1 Realizó estudios de filosofía, letras e historia en la Universidad Nacional Autónoma de México. Tuvo una larga carrera como guionista de cine y fue presidenta de la entonces denominada Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de México. Ejerció el periodismo como editorialista política en varias revistas nacionales, donde firmó sus colaboraciones con el seudónimo Diógenes García. Fue comentarista de toros en el periódico Torerías y en la revista El Sol y Sombra, en los que firmó como Pepe Faroles. […] sus dos novelas están protagonizadas y narradas por personajes masculinos: el oficinista José García en El libro vacío y el adolescente Luis Alfonso Fernández en Los años falsos. […] El nombre de José García está tomado de dos de sus seudónimos: el Pepe Faroles de las crónicas taurinas y el Diógenes García, comentarista político. Al firmar como hombre sus trabajos periodísticos se inscribía en una larga tradición de escritoras que utilizaron seudónimos masculinos; también complacía su versatilidad y espíritu lúdico. Josefina Vicens sentía una genuina atracción por la muerte y cultivó, amorosamente, su necrofilia desde joven. En una entrevista le cuenta a Elena Poniatowska que le advertía a sus amigos que si algún día llegaba a suicidarse no sería por motivos económicos, amorosos o existenciales, sino simple y llanamente por “curiosidad”, a lo cual le respondían los amigos: “Espérate tantito, de todos modos lo vas a ver”. Sin embargo llega hasta la vejez, ese “descuido imperdonable”
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Ella dejó en una entrevista el testimonio de su experiencia al escribir: Escribo como si a mí misma me contara un secreto casi inconfesable, en el que me encuentro Josefina Vicens involucrada y nadie debe conocer. Escribo, pues, para nada; escribo por condena, escribo para mí.3
El libro vacío obtuvo en 1958 el Premio Xavier Villaurrutia y Los años falsos se publicaron en 1983. Entre los guiones de las películas que escribió destacan; Las señoritas Vivanco, Los perros de Dios y Renuncia por motivos de salud. En 1986, grabó un disco dentro de la serie “Voz viva de México”. En 1987, se realizó la edición conjunta de sus dos novelas. Murió en la Ciudad de México el 22 de noviembre de 1988, un día antes de haber cumplido 77 años.
Gu
Una cita Con el destino
En su Carta prefacio de Octavio Paz sobre El Libro vacío, el poeta le brinda comentarios de admiración y entusiasmo. Recibí tu libro. Muchas gracias por el envío. Lo acabo de leer. Es magnífico: una verdadera novela. Simple y concentrada, a un tiempo llena de secreta piedad e inflexible y rigurosa. Es admirable que con un tema como el de la “nada” —que últimamente se ha prestado a tantos ensayos, buenos y malos, de carácter filosófico— hayas podido escribir un libro tan vivo y tierno. También lo es que logres crear, desde la intimidad “vacía” de tu personaje, todo un mundo —el mundo nuestro, el de la pequeña burguesía—. ¿Naturalismo? No, porque las reflexiones de tu héroe, siempre frente a la pared de la nada, frente al muro del hecho bruto y sin significación, traspasan toda reproducción de la realidad aparente y nos muestran la conciencia del hombre y sus límites, sus últimas imposibilidades. El hombre caminando siempre al borde del vacío, a la orilla de la gran boca de la insignificancia […] Gracias de nuevo por El libro vacío, lleno de tantas cosas, tan directo y tan vivo. 4
La muerte y patriarcado en Los Años Falsos, Ana Rosa Domenella. Profesora del PIEM de El Colegio de México y Profesora de la UAM Iztapalapa. Íbid. 3 Íbid. 4 http://redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/memorias/escritoras_hispano01/nljosefinav.htm 2
Se diría que la casa de Guadalupe Loaeza, podría ser la alegoría de lo que ha representado su obra en las letras mexicanas: una aguda contrapropuesta a las aspiraciones e ideales de la burguesía. Sus muros espejados devuelven la imagen de ese mar de fantasías y
como ella decía, aquejada de una ceguera parcial.2
México D.F. Verano de 2006. Año 4 Número 16
La carrera de Josefina Vicens, a menudo se compara con la de Juan Rulfo porque, al igual que el célebre jaliciense, sólo publicó dos libros y, sin embargo, dejó una huella profunda en las letras mexicanas contemporáneas.
Guadalupe LOAEZA
Nuevo número de atención a clientes: 01 800 001 LEER www.clublectores.com
Una cit el dest preconceptos para hacerlos ver tal cual son: pétreos e inmóviles ante el avance de la historia. La autora de Compro, luego existo y Debo, luego sufro, salió a recibirnos con la cordialidad que la caracteriza y conversó amenamente con Club de Lectores sobre la lectura, los libros, la vocación de escribir y de leer. El nacimiento de su vocación literaria ¿Cómo la descubro? Creo que porque me gusta mucho platicar. Tiene que ver con la comunicación, con contar historias, estar rodeada de gente, tiene que ver con El Otro. Uno escribe para El Otro.
Descubrí mi vocación escribiendo larguísimas cartas, que era una manera de platicar por entregas. Tuve oportunidad de estudiar en el extranjero, tanto en Canadá como en Francia, y a mis amigas les gustaban mis cartas; se divertían con todo lo que les platicaba. Y de pronto mis amigas me decían, dice mi papá (o mi mamá) que me escribas más seguido porque leemos tus cartas a la hora de la comida. Me sentía halagada pero también asustada porque decía: ¡Qué barbaridad! Ahora no sólo me dirijo a mi amiga, sino a su familia.
China” Mendoza. Pero yo comencé en un periódico de oposición, entonces las crónicas cobraban otro sentido y otra intención. Ahora ya he escrito más de 20 libros, cuentos, ensayo narrativo y una novela. Escribo prácticamente a diario. Colaboro tres veces por semana en el periódico Reforma además de textos para otras publicaciones. Sobre qué escribir En la actualidad estamos muy consentidos los comunicadores por todo lo que pasa. Tenemos temas… yo a veces me siento frente a la computadora y digo: tengo
La vocación de escribir es algo que se trae con uno, pero de pronto se descubre. Creo que el día en que me presenté a las oficinas del periódico unomásuno y pedí colaborar en él, tenía una cita con el destino: con la escritura. Su primer libro
Un concepto diferente por describir: Los fantasmas y las fantasías de la burguesía mexicana Ya Elenita Poniatowska había hablado mucho sobre esto, también Rosario Castellanos y María Luisa “La
Hay muchos temas sobre que escribir. Se puede escribir de todo, acerca de todo, a propósito de todo, lo importante es la forma en que usted lo va a escribir. Puede escribir acerca de las cosas más anodinas, cotidianas, sin importancia, pero: ¿cómo va a presentarle al lector lo que quiere contar? Eso es lo más importante: la forma, investigar, leer muchos periódicos, hablar con mucha gente, estar en contacto con otros periodistas, ir a las universidades. Eso es parte de mi trabajo. Se podría decir que escribo 24 horas al día. No paro, cuento mis sueños, cuento mis viajes… en fin, se vuelve un reflejo natural.
Guadalupe LOAE LO AEZA ZA
Escribir también tiene que ver con una manera de ser observadora, o tal vez que provengo de una familia numerosa.
Empecé publicando crónicas en el periódico en 1982. Hacia 1985 publiqué la recopilación de esas crónicas cuyo título Las niñas bien, gustó mucho y llamó la atención. A partir de ahí fue un cambio “gruesísimo” –como dicen las niñas bien– porque tuvo que ver con muchas cosas en mi vida, no nada más un cambio vocacional, sino de vida, de proyecto, de perspectiva, muy interesante.
tres temas, ¿de cuál voy a hablar? Es contar lo que sucede, lo que pasa, lo que está en el aire.
Una cita Con el destino Guadalupe Loaeza
SIEMPRE ESTARÁ PARIS… Esta obra es la crónica anecdótica de la ciudad luz, París. En ella, grandes personajes se convierten en hombres y mujeres de carne y hueso para venir a nuestro encuentro. Incluye 1 CD.341 págs.
Nº 224065 275 PESOS/PUNTOS
Guadalupe Loaeza
LOS DE ARRIBA ¿Cómo era la gente bien en el México del siglo pasado? ¿Cómo son ahora? ¿Cómo se comportaban antes y cómo lo hacen actualmente? ¿Cómo han cambiado sus intereses, sus valores, sus diversiones y su visión de México? 316 págs.
Nº 232012 139 PESOS/PUNTOS
El Programa Nacional de Bibliotecas Magisteriales, entregó el premio del “Gran Sorteo Maestro”, un automóvil, Neón SXT, MODELO 2005, a la profesora Fátima del Rosario Bojórquez Hoil. La profesora Bojórquez, residente del Estado de Yucatán, comentó a Club de Lectores que, desde sus inicios en la docencia, ha estado acrecentando su biblioteca familiar con las obras del Programa Nacional de Bibliotecas Magisteriales, sobre el cual comentó: “Este Programa maneja una buenísima calidad en los materiales. Nos orienta para enfrentar problemas en el aula y con los alumnos. Cuando
estudiamos la maestría –ella cursa actualmente un postgrado en pedagogía– nos proporciona un excelente material de consulta”. Agregó: “quiero dar las gracias al Programa Nacional de Bibliotecas Magisteriales, por haberme dado la oportunidad de lograr esta ganancia doble, pues adquirí mi biblioteca y además obtuve mi auto”. El Gran Sorteo Maestro, se llevó a cabo recientemente y en él participaron los contratos aplicados en el PNBM durante el periodo de septiembre a diciembre de 2005.
México país de lectores Creo que México sí es un país de lectores. Se dice que no se lee, pero yo creo que sí. Bueno, veamos los millones de ejemplares que se venden de historietas, se leen los cómics, ¿no? La gente sí lee. Desafortunadamente no se lee tanto como en otros países y no hay tantas librerías ni bibliotecas, el libro está muy caro… Habría que inculcar más el hábito de la lectura, y hacerlo desde muy jóvenes, no hasta los quince años, ¡no! Diría que un niño tiene que ver a sus padres leer. En su casa tiene que haber libros y deben estar en un lugar privilegiado. Me acuerdo que a mis hijos, desde chiquitos, les leía cuentos de Cortázar. Ahora ellos son amantes de este autor. Pero creo que sí se lee en México, no soy pesimista. En nuestro país hay una tradición por los libros, que se refleja en las ferias del Palacio de Minería, de Guadalajara –que es muy importante– y la del Metro, entre otras. Además hay muchos jóvenes publicando constantemente. Entonces, creo que sí se lee. La lectura en el desarrollo de la personalidad Leer es fundamental. Es punto de referencia, da argumentos. Hace viajar la mente y la imaginación. Hace posible entender nuestra realidad y el momento que estamos viviendo. Leer historia nos hace reubicarnos. Es un ejercicio mental extraordinario, se enriquece el vocabulario y ayuda a la reflexión. Se vuelve uno más divertido si lee porque tiene más cosas que contar. Se humaniza uno más. Se es más feliz. Decía Simone de Beauvoir, que el día que descubrió la biblioteca en su casa, se dijo: “tengo la felicidad garantizada”. Para comenzar a leer
de cuerpo entero y es muy humoroso, a Augusto Monterroso, que hace textos muy pequeños pero muy amenos y concisos, a Juan Rulfo, sus cuentos de El llano en llamas son preciosos. Les diría que empezaran por el cuento. Están los cuentos clásicos de Edgar Allan Poe. Elena Poniatowska tiene una literatura muy entrañable. Leer a Carlos Monsiváis, sus crónicas, con esa enorme capacidad de observación. También podrían empezar con la poesía, de Jaime Sabines que es una poesía muy cercana. Si un lector no es muy ávido, le diría que empezara con autores muy mexicanos y cosas sencillas. No exigirse mucho, no abrumarse, leer una página y luego dejar… pero sí leer. Es como el ejercicio físico que al principio cuesta trabajo y de pronto, surge naturalmente. Consejo a jóvenes escritores En primer lugar les diría que escriban lo que sea: una hoja diaria, aunque sea una frase, que no lo dejen de hacer, que se atrevan, que vean mucho cine, que vean la tele… que se informen, que no se preocupen por la forma, que se lancen, que no se queden nada más con el deseo. Un ejercicio que a mí me resultó, fue seguir un consejo de Don Manuel Buendía, gran periodista asesinado hace muchos años. Él nos decía que mandáramos cartas a la sección de correspondencia de los periódicos y si se publicaban era porque estaban bien escritos, eran originales o tenían su chiste. Empecé así en el unomásuno, escribí varias cartas a propósito de una obra de teatro, de una injusticia que había leído en los diarios, de una queja, de una denuncia. ¡Y me publicaban mis cartas! Entonces yo decía: ¡Ah, caray, entonces no han de estar tan mal! Y ese es un buen ejercicio que les recomendaría a los jóvenes.
Habría que empezar por escritores y obras no muy complicados. Les diría que leyeran a Jorge Ibargüengoitia, nos pinta Guadalupe Loaeza Guadalupe Loaeza
SIMPLEMENTE MARTITA...
POR LOS DE ABAJO
El retrato que pinta el libro de Guadalupe Loaeza sólo refuerza la imagen de un presidente débil, saboteado por la oposición y manipulado por su mujer. Para quienes ya pensaban que Vicente Fox le había arrendado la presidencia a su esposa, el libro de Guadalupe Loaeza sólo confirma esa impresión. 217 págs.
Un retrato del proceso de democratización y de la lucha contra la desigualdad social de los últimos veinte años, en nuestro país; con el estilo único de Loaeza. 490 págs.
Nº 232024 199 PESOS/PUNTOS
Nº 232019 159 PESOS/PUNTOS
LEGAL
Club de Lectores constituye un sistema para la consecución de fines culturales donde se anima a descubrir y compartir el gusto por la lectura, facilitando la adquisición de buenos libros con la intención de formar e incrementar el acervo de las bibliotecas familiares. Club de Lectores trata de acercarse, particularmente, a personas o comunidades que en razón de su situación social, física o cultural no pueden acudir a otras instancias.
Programa Nacional Hacia un País de Lectores La consolidación de nuestra democracia, a través del ejercicio cabal de la ciudadanía, exige la formación de ciudadanos en el sentido completo de la palabra: personas capaces no sólo de elegir a sus gobernantes sino de participar en la toma de decisiones que afectan a la vida colectiva. Para la formación integral del ciudadano, para su capacidad de decisión, para el desarrollo cultural del individuo y el de los grupos sociales, la lectura es una condición indispensable: una lectura libre, autónoma, ejercida como forma de vida, como afición placentera y satisfacción personal, como manera de encuentro con los otros […] […] Este Programa es el conjunto de esfuerzos que el gobierno de la República propone a la sociedad para incorporar la lectura en la vida de todos los mexicanos: en el hogar, la escuela, la universidad, los espacios culturales, los lugares públicos, y los centros de distribución y acceso a los libros y a otros materiales de lectura. Considera, asimismo, la unión y la colaboración de todos los actores y esferas de la sociedad como condición básica para lograr su objetivo: autores, editores, impresores, libreros, bibliotecarios, promotores voluntarios, maestros, padres de familia, organizaciones sociales y privadas, medios de comunicación y ciudadanos en general. También el firme compromiso y la colaboración de los órdenes de gobierno: federal, estatal y municipal. De ahí que, como política de Estado, habremos todos de garantizar un esfuerzo colectivo sin precedentes para desarrollar nuestras capacidades y consolidar nuestro proyecto democrático; esto es, hacer de México un país de lectores. Fuente: Programa Nacional Hacia un País de Lectores, Presidencia de la República. 2
Verano 2006
Bienvenido a Club de Lectores En Club de Lectores trabajamos para procurarle una gran variedad de libros cuyas características —así como nuestras promociones— se dan a conocer en nuestra revista trimestral y en nuestra página web www.clublectores.com Una vez que seleccione los libros de su agrado comuníquese al 01 800 001 5337 o ingrese a www.clublectores.com y utilice sus pesos/puntos para adquirirlos y recibirlos en el siguiente envío mensual. Al solicitar el canje, le sugerimos confirmar la equivalencia en pesos/puntos y la existencia de los libros elegidos, ya que éstas pueden variar sin previo aviso debido a cambios de políticas en las distintas editoriales que proveen a Club de Lectores. Asimismo, la presentación de los libros que usted reciba puede ser diferente de la que se muestra en esta revista, debido al frecuente lanzamiento de nuevas ediciones. Todo lo ofrecido en esta revista será válido únicamente del 1 de junio de 2006 al 31 de agosto de 2006. Para cualquier aclaración, o para realizar su canje de pesos/puntos, también puede recurrir a la sección "Use sus pesos/puntos" en www.clublectores.com Agradecemos su confianza y esperamos que disfrute de las excepcionales facilidades que Club de Lectores ofrece para hacer de la lectura una actividad de deleite familiar.
Club de Lectores Revista trimestral Año 4 Núm. 16 Junio 2006 Director Ignacio Uribe Ferrari Director Administrativo Miguel Echenique Información y textos Susana Garduño Soto Coordinación del fondo editorial Virginia Krasniansky Corrección de estilo Virginia Krasniansky Miguel Echenique
Diseño, formación y fotografía digital Pedro Zúñiga Montes Asistente de Diseño César Herrera Vergara Fotos Guadalupe Loaeza Laura Alejandra Alcaraz Editor responsable Nelson Uribe de Barros El contenido de las colaboraciones es responsabilidad exclusiva de sus autores.
©Club de Lectores es una publicación trimestral editada por Edilar S.A. de C.V. con domicilio en Blvd. Manuel Ávila Camacho 1994, Desp. 403, Torre Ejecutiva Satélite, Tlalnepantla, Edo. de México, C.P. 54055. Teléfonos (01) 55 53 61 96 11, larga distancia sin costo 01 800 001 5337. Fax (01) 55 53 62 08 51. Correo Electrónico: club@clublectores.com, dirección en Internet: www.clublectores.com. Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2002-090919153500-102. Número de Certificado de Licitud de Título: 12203. Número de Certificado de Licitud de Contenido: 8858. RFC: EDI000424HP8. Editor Responsable: Nelson Uribe de Barros. Edición computarizada: Edilar, S.A. de C.V. Impresión: Pressur Corporation S.A. Zona Franca Colonia Suiza, Ruta 53, Km. 120.500, Nueva Helvecia - Departamento Colonia. Uruguay Teléfonos: 00 598 55 476 70 / 71 • informes@pressur.com
EDITORIAL
El placer de leer D
igamos que una afición no nace por decreto: muchos jóvenes leen porque el maestro se los ha ordenado y ellos no desean reprobar. Pero esto no significa que la lectura haya anidado en su interior como una placentera necesidad que los acompañará toda la vida. Al contrario, al experimentar la lectura como obligación, es posible que se liberen de ella en cuanto puedan. Recordemos cómo se inició en nosotros ese gusto particular por andar en bicicleta o por lo que sea que atraiga a cada quién. ¿Acaso alguien nos sermoneó sobre la importancia de hacerlo? ¿Nos dijeron que éramos buenos niños y nos pusieron una estrellita en la frente por ganar pericia en el asunto? No, y no lo necesitamos. Una afición conlleva en sí la recompensa. Despierta en forma misteriosa al combinarse cierto carácter con los estímulos que brinda el ambiente. Es imposible descubrir la lectura si no hay libros y gente leyendo a nuestro alrededor. Pero lo que termina por ser definitivo es que la experiencia resulte íntimamente placentera. Eso es lo que nos lleva a desear repetirla. Y aquí nos topamos con un problema pues, en nuestros días, todo está puesto al servicio de la utilidad: “¿Qué ganas con eso?”, es la pregunta para medir si algo vale la pena. De modo que uno tiene que decir que pasea para mejorar la circulación de la sangre, que mira el cielo para adquirir conocimientos atmosféricos y que lee para ser un mejor ciudadano. Todo lo cual es verdad y es mentira. Las ganancias mencionadas son secundarias a la razón principal: el simple gusto de sentirnos vivos, conectados con nuestro interior y, a la vez, con el universo. Este motivo debiera bastarnos. Es innecesaria la demagogia que lleva los libros a la altura de la salvación. Suenan bien afirmaciones como la del escritor John Steinbeck: “Por el grosor de la capa de polvo que cubre los libros de una biblioteca pública puede medirse la cultura de un pueblo”, y sin embargo, sabemos de pueblos
que, contando con un gran número de lectores, son capaces de cometer salvajes atrocidades. Los libros no nos convierten por arte de magia en mejores personas pero me consta que aligeran los largos trayectos, ofrecen una incondicional y enriquecedora compañía y consuelan en los momentos difíciles. También me consta que cuando logramos transmitir el entusiasmo que nos provoca una lectura, es posible que otros se animen a leer. Recuerdo, por ejemplo, que cuando acababa de morir mi padre, hallé entre sus cosas Algo sobre la muerte del Mayor Sabines, poema que ya conocía pero que ahora me causó tal impacto que no pude más que compartirlo con los demás integrantes de la familia: Padre mío, señor mío, amigo de mi alma, tierno y fuerte, saca tu cuerpo viejo, viejo mío, saca tu cuerpo de la muerte. Saca tu corazón igual que un río, tu frente limpia en que aprendí a quererte, tu brazo como un árbol en el frío saca todo tu cuerpo de la muerte. Amo tus canas, tu mentón austero, tu boca firme y tu mirada abierta, tu pecho vasto y sólido y certero. Estoy llamando, tirándote la puerta. Parece que soy yo el que me muero: ¡padre mío, despierta! Todos, niños y grandes, escucharon en silencio. ¿Cómo supo el poeta lo que estábamos pasando? ¡Qué bien! nombraba la emoción que nosotros apenas balbucíamos. Mi nieta adolescente tomó el libro y se refugió a leerlo en un rincón toda la tarde. Nadie se lo había pedido de tarea, nadie le dijo siquiera: “léelo, te hace bien”. Ella se adentró en sus páginas porque
pudo sentir que Sabines la tomaba de la mano y la ayudaba a transitar por el dolor de la pérdida y el asombro ante la finitud de la vida. Así pasa: todo lo que hay que hacer es exponerse a los libros como a los rayos del sol. Más temprano que tarde llegan las palabras que parecen haber sido escritas para nosotros, llenándonos de deleite espiritual. ¿Qué más queremos? No digo con lo anterior que dejemos todo a la casualidad. Sin una guía, sólo algunas personas, ya predispuestas y con un ambiente adecuado, harán suyo el placer de leer. Pero creo que esta guía sólo puede provenir de una persona verdaderamente gozosa de la lectura. Por una simple razón: El entusiasmo no se enseña sino se contagia. Nadie se lanza a viajar por escuchar la sentencia “Viajar instruye”. En cambio, es posible que corra a tomar el autobús luego de oír las aventuras por la Sierra Gorda de un entusiasta viajero. Sucede igual con los libros. La falta de consideración de este principio es, en parte, responsable de que los programas de animación a la lectura den con frecuencia pocos frutos. Si los encargados de esta tarea –llámense papás, maestros, promotores o bibliotecariosno han descubierto el placer de leer, podrán saber mil técnicas pero su actitud delatará que nunca se han enamorado de una novela, al punto de no querer otra cosa que sumergirse entre sus páginas, con el aliento suspendido por lo que está ocurriendo al personaje. De modo que será una suerte que aquellos a los que pretenden animar se crean el cuento de que leer es lo máximo. Habría que comenzar a desmitificar la lectura y experimentarla en carne propia. Sólo así es posible valorarla en su justa medida de irremplazable fuente de placer y de conocimiento de uno mismo y los otros.
Berta Hiriart
Club de Lectores Nº 16
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La férrea estructura gris y plata del edificio posmoderno, contrasta casi violentamente con las casas de estilo Neo-colonial y Art Nouveau de la Colonia Roma y con el parque al cual rodean; remembranza del que fuera un reducto de la “aristocracia porfiriana” y de la burguesía citadina de mediados del siglo XX.
Josefina Vicens (1911-1988) El libro vacío, lleno de tantas cosas…
Nació en San Juan Bautista, Tabasco, el 23 de noviembre de 1911. Una de las principales estudiosas de su obra, Ana Rosa Domenella, recrea su imagen de este modo: Fue la única rebelde entre las cinco hermanas y la preocupación de sus padres por tal motivo, desde ser campeona de balero en su niñez, apasionada de la fiesta brava o por su trabajo en los ejidos como secretaria de acción femenil en la Confederación Nacional Campesina.1 Realizó estudios de filosofía, letras e historia en la Universidad Nacional Autónoma de México. Tuvo una larga carrera como guionista de cine y fue presidenta de la entonces denominada Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de México. Ejerció el periodismo como editorialista política en varias revistas nacionales, donde firmó sus colaboraciones con el seudónimo Diógenes García. Fue comentarista de toros en el periódico Torerías y en la revista El Sol y Sombra, en los que firmó como Pepe Faroles. […] sus dos novelas están protagonizadas y narradas por personajes masculinos: el oficinista José García en El libro vacío y el adolescente Luis Alfonso Fernández en Los años falsos. […] El nombre de José García está tomado de dos de sus seudónimos: el Pepe Faroles de las crónicas taurinas y el Diógenes García, comentarista político. Al firmar como hombre sus trabajos periodísticos se inscribía en una larga tradición de escritoras que utilizaron seudónimos masculinos; también complacía su versatilidad y espíritu lúdico. Josefina Vicens sentía una genuina atracción por la muerte y cultivó, amorosamente, su necrofilia desde joven. En una entrevista le cuenta a Elena Poniatowska que le advertía a sus amigos que si algún día llegaba a suicidarse no sería por motivos económicos, amorosos o existenciales, sino simple y llanamente por “curiosidad”, a lo cual le respondían los amigos: “Espérate tantito, de todos modos lo vas a ver”. Sin embargo llega hasta la vejez, ese “descuido imperdonable”
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Ella dejó en una entrevista el testimonio de su experiencia al escribir: Escribo como si a mí misma me contara un secreto casi inconfesable, en el que me encuentro Josefina Vicens involucrada y nadie debe conocer. Escribo, pues, para nada; escribo por condena, escribo para mí.3
El libro vacío obtuvo en 1958 el Premio Xavier Villaurrutia y Los años falsos se publicaron en 1983. Entre los guiones de las películas que escribió destacan; Las señoritas Vivanco, Los perros de Dios y Renuncia por motivos de salud. En 1986, grabó un disco dentro de la serie “Voz viva de México”. En 1987, se realizó la edición conjunta de sus dos novelas. Murió en la Ciudad de México el 22 de noviembre de 1988, un día antes de haber cumplido 77 años.
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Una cita Con el destino
En su Carta prefacio de Octavio Paz sobre El Libro vacío, el poeta le brinda comentarios de admiración y entusiasmo. Recibí tu libro. Muchas gracias por el envío. Lo acabo de leer. Es magnífico: una verdadera novela. Simple y concentrada, a un tiempo llena de secreta piedad e inflexible y rigurosa. Es admirable que con un tema como el de la “nada” —que últimamente se ha prestado a tantos ensayos, buenos y malos, de carácter filosófico— hayas podido escribir un libro tan vivo y tierno. También lo es que logres crear, desde la intimidad “vacía” de tu personaje, todo un mundo —el mundo nuestro, el de la pequeña burguesía—. ¿Naturalismo? No, porque las reflexiones de tu héroe, siempre frente a la pared de la nada, frente al muro del hecho bruto y sin significación, traspasan toda reproducción de la realidad aparente y nos muestran la conciencia del hombre y sus límites, sus últimas imposibilidades. El hombre caminando siempre al borde del vacío, a la orilla de la gran boca de la insignificancia […] Gracias de nuevo por El libro vacío, lleno de tantas cosas, tan directo y tan vivo. 4
La muerte y patriarcado en Los Años Falsos, Ana Rosa Domenella. Profesora del PIEM de El Colegio de México y Profesora de la UAM Iztapalapa. Íbid. 3 Íbid. 4 http://redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/memorias/escritoras_hispano01/nljosefinav.htm 2
Se diría que la casa de Guadalupe Loaeza, podría ser la alegoría de lo que ha representado su obra en las letras mexicanas: una aguda contrapropuesta a las aspiraciones e ideales de la burguesía. Sus muros espejados devuelven la imagen de ese mar de fantasías y
como ella decía, aquejada de una ceguera parcial.2
México D.F. Verano de 2006. Año 4 Número 16
La carrera de Josefina Vicens, a menudo se compara con la de Juan Rulfo porque, al igual que el célebre jaliciense, sólo publicó dos libros y, sin embargo, dejó una huella profunda en las letras mexicanas contemporáneas.
Guadalupe LOAEZA
Nuevo número de atención a clientes: 01 800 001 LEER www.clublectores.com
Una cit el dest preconceptos para hacerlos ver tal cual son: pétreos e inmóviles ante el avance de la historia. La autora de Compro, luego existo y Debo, luego sufro, salió a recibirnos con la cordialidad que la caracteriza y conversó amenamente con Club de Lectores sobre la lectura, los libros, la vocación de escribir y de leer. El nacimiento de su vocación literaria ¿Cómo la descubro? Creo que porque me gusta mucho platicar. Tiene que ver con la comunicación, con contar historias, estar rodeada de gente, tiene que ver con El Otro. Uno escribe para El Otro.