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Los viajeros de Wuhan
Mariana Páez Ochoa, 16 años Municipio: Hermosillo, Liceo Thezia
Hola, me presento, soy SARS-CoV-2, también conocido como Coronavirus, y para mis amigos, soy Covid. ¡Un gusto conocerte! De seguro tú ya me conocías, pero te voy a contar un poquito de mi vida, para que así me conozcan más.
Me descubrieron a mí y a mis hermanitos en noviembre del 2019, en Wuhan, ¡y desde ese momento comencé a viajar por el mundo y a explorar diferentes culturas!, me he vuelto un virus bastante culto e inteligente desde que decidí irme en mi tour mundial, hasta creo que he viajado por más países que cualquier banda famosa, eso lo tengo seguro.
Mi primera parada fue en Tailandia, produciendo muchos más hermanos, y de ahí viajamos hacia Japón y Estados Unidos. Luego nos propagamos por toda Asia, América y Europa, ¡hasta llegamos a África y Oceanía!
A Tailandia yo llegué gracias a una persona que viajó desde China hasta allá, y cuando llegué me puse a turistear y a conocer a muchísimas más personas. ¡Fue un viaje divertidísimo!
Luego decidí saltar a otra persona que cambió mi vida: me llevó a conocer Japón. Ahí probé sushis y onigiris, vi los edificios altísimos que tienen y conocí el animé, que de momento es mi tipo de caricaturas favoritas. Mis hermanos y yo decidimos causar muchísimas travesuras allá: contagiamos a miles de personas y nos esparcimos por todo el mundo.
Decidimos ordenarnos todos para cumplir nuestra misión: ser, de todos los virus que han existido, el más contagioso y cochino, el que cause más casos. Sé que suena como algo terrible, pero para los virus como nosotros, es toda una competencia. Hasta existen
Mi Mundo en tieMpos de Covid: una perspeCtiva desde la Mirada de niñas, niños y jóvenes de sonora
premios para el virus que haya causado más enfermedades en el año, algo así como los premios que tienen ustedes los humanos para las películas que hacen.
Verás, el virus de la influenza AH1N1 es hasta el momento, el más contagioso que existe. Pero ellos son unos egocéntricos, así que les vamos a ganar, definitivamente. Siempre van presumiendo que ellos causaron una pandemia hace 100 años y que causan muchas gripes cada año, pero nosotros podemos ser mejores y más tenebrosos que ellos.
Entonces, como les estaba diciendo, nos organizamos para causar millones de contagios, ¡un plan genial! Nos juntamos en pequeños grupos: unos iríamos por la nariz de las personas, otros nos quedaríamos en superficies, algunos atacaríamos los pulmones de las personas y otros directamente a la sangre, a lo más peligroso e importante. Siguiendo estas órdenes, seguimos viajando. Unos de mis hermanos se fueron al resto de Asia, pero a mí me tocó ir hacia América. ¡Qué emoción! Yo sabía que América era genial, me lo había dicho uno de mis amigos rinovirus, y al llegar no quedé decepcionado. ¡América es tan increíble! Tienen miles de museos, bosques, ¡incluso tienen 3 parques Disney! Es un continente tan lleno de culturas, idiomas, y personas diferentes…
Personas. Justo nuestro objetivo. Aprovechamos que hay tantas personas en el continente y nos pusimos manos a la obra. Empezamos a trabajar en los Estados Unidos de América y el grupo A se fue a Canadá, mientras que los grupos B, C, D y E viajamos hacia el sur. El grupo C fue a Brasil, el grupo D fue a Argentina y el grupo E fue a Ecuador. Yo formaba parte del grupo B, que bajó a México. ¡No saben qué tan feliz fui en México! México es un país tan bonito… Tienen de todo: música muy bonita, comida deliciosa, personas muy amigables y chistosas, y museos preciosos. Así que decidimos atacar ahí, y logramos contagiar a más de 800,000 personas. ¡En tu cara influenza! Sí que les podemos ganar.
los viajeros de Wuhan
Pero no les he contado sobre cómo me veo, ¡qué olvidadizo soy! Soy un virus muy, muy pequeñito y me gusta viajar de persona a persona cuando se encuentran a un metro y medio de distancia, o cuando hablan y cantan sin cubrebocas.
El otro día mis hermanitos y yo estábamos en la nariz de una señora que estaba hablando con su amigo y ¡ella se quitó su cubrebocas para estornudar! Ahí supimos que era nuestra hora de brillar: salimos volando de su nariz y aterrizamos en la mano de su amigo.
Quizá podríamos habernos quedado ahí, pero él no se lavó las manos antes de comer y entramos a su cuerpo, acomodándonos unos en su nariz mientras que otros bajamos hasta sus pulmones para atacar sus células saludables. Cuando cumplimos nuestra misión con nuestro receptor (es decir, el amigo en el que nos encontramos) le dio calentura y mucha, mucha tos. Se puso muy enfermo, y aunque me dio mucha pena haberlo contagiado, teníamos que hacerlo, pues él no siguió las reglas de higiene de los humanos. ¡Ups! Ahí fue cuando nosotros supimos que nuestra misión fue todo un éxito.
Así como la historia que les acabo de contar, mis hermanitos y yo hemos logrado contagiar a más de 38 millones de personas alrededor del mundo, y cada una tiene una historia muy diferente de cómo se contagió. Algunos fueron por hacer reuniones, aunque sabían que no debían, otros por no utilizar su cubrebocas como se tiene que usar… Pero a mí no me debería de importar. Soy un virus malvado, ¿verdad?
Pues no. Les voy a contar un pequeñito secreto: aunque yo sea parte de los virus malos, quiero que todos los niños y niñas estén a salvo y no se enfermen, así que les compartiré unos consejos para que se cuiden.
Mi primer consejo es que mantengan una distancia de un metro y medio entre sus compañeros y ustedes. Cualquier personita que
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no viva en su casa debe de obedecer a mi archienemiga, Susana Distancia. Ella se encarga de que todos los humanos respeten la distancia necesaria para que nosotros no podamos saltar de un humano a otro. Aunque no me cae muy bien Susanita, es la perfecta superheroína de cualquier historia, con su gran capa (que mide un metro y medio) y su disfraz, convence a cualquier persona de respetar la distancia necesaria.
Lo siguiente que yo les aconsejo es que usen un cubrebocas para taparse su nariz y su boca. No sólo los protege de mis hermanitos, ¡sino que también se pueden ver como un superhéroe, o un supervillano, la verdad no conozco mucho esto de los humanos!
Los cubrebocas siempre han sido mi debilidad, literalmente, tienen unos diseños súper bonitos y algunos se pueden lavar y reutilizar. ¡Dos en uno! Te ves bien y además te proteges. También lavarse las manos ayuda a que se eliminen los virus que pueden estar descansando en sus manos, así evitando la entrada a su cuerpo. Si creen que pueden estar enfermos, díganle a su mamá o papá para que les puedan ayudar a que se mejoren y para que se puedan aislar lo más antes posible. —¿Qué es aislarse, querido Covid?
Muy buena pregunta chicos. Cuando una persona se aísla, busca estar en contacto con la menor cantidad de personas para no contagiarlos de la enfermedad y así reducir los casos de enfermos. Así que chicos, si se sienten enfermos, ¡nos aislamos todos para salvar vidas! Aunque mis hermanos me aconsejaron que no hiciera este pequeño relato, yo espero que les haya gustado escuchar sobre mis hermanitos y sobre mí, para conocer más sobre nosotros y así saber cómo vencernos.
¡Ahora que les compartí estos consejos ya pueden combatir a mis hermanitos y ganar la batalla!
Enlace a videocuento: https://youtu.be/shax0QuDA78