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José, el soñador
Jacob se asentó en la tierra de Canaán. Tuvo 12 hijos y una hija.
Sus nombres eran Rubén, Simeón, Leví, Judá, Dan, Neftalí, Gad, Aser, Isacar, Zabulón, José y Benjamín. Su hija se llamaba Dina. El hijo favorito de Jacob era José. Había nacido cuando Jacob ya era un anciano.
Esto enfadó mucho a los hermanos de José. Jacob demostró abiertamente que quería a José más que a sus hermanos. Una de las maneras de hacerlo fue haciéndole a José una hermosa túnica.
La túnica tenía muchos colores diferentes. Era más linda que todo lo que poseían los hermanos de José. Cuando sus hermanos vieron la hermosa túnica, se pusieron muy celosos. Y odiaron aún más a José.
José empeoró las cosas contando historias sobre sus hermanos. Empezaron a odiarle tanto que no podían dirigirle ni una palabra amable.
Cuando José tenía unos 17 años, tuvo un extraño sueño. José soñó que él y sus hermanos ataban manojos de grano en el campo.
De repente, el manojo de grano de José se irguió.
Y todos los granos de sus hermanos se inclinaron ante el de José. José contó el sueño a sus hermanos.
—¿Planeas ser rey sobre nosotros? ¿Piensas reinar sobre nosotros? —le preguntaron. El sueño de José hizo que lo odiaran aún más.
Poco después, José tuvo otro sueño.
Soñó que el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante él.
Les contó el sueño a su padre y a sus hermanos.
Esta vez su padre también se enfadó porque el sueño parecía decir que el padre y la madre de José también se inclinarían ante él.
Los hermanos de José habían encontrado otra razón para odiarlo. Pero Jacob recordaba estos sueños y se preguntaba qué significaban.
Génesis 37:1–11