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La igualdad con las mujeres como centro de la no repetición de la violencia de género y del conflicto armado� � � � � � � � � � � � � � �

Como se mencionó, el patriarcado fue el marco estructural para la reproducción y profundización de la violencia y discriminación contra las mujeres en el escenario del conflicto armado. Estuvo en sus raíces y profundizó las condiciones que determinaron su ocurrencia, las cuales contribuyeron a su continuidad y persistencia. Así, la desigualdad social, económica y política, agravada por la desigualdad de género, se encuentra en las raíces de la guerra en Colombia, junto con otros factores, como, por ejemplo, la combustión del tráfico de drogas de uso ilícito18 y la minería ilegal. En esta lógica, la

18 En las raíces y la permanencia del negocio de las drogas ilícitas se evidencian también las violencias de género. Las personas que son sancionadas por participar en el negocio de las drogas ilícitas no solo son personas en condiciones de vulnerabilidad social, sino que también ocupan un lugar de subalternidad en el negocio mismo: son quienes más se exponen, quienes menos conocen del negocio y quienes reciben penas más duras. Las mujeres suelen ocupar estos eslabones más débiles del mercado de las drogas, de manera que quedan más expuestas a la persecución por parte del Estado y sin que las cabezas de la organización criminal se vean afectadas. Justamente por eso es posible advertir que

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igualdad se convierte en condición para la sostenibilidad y perdurabilidad de la paz.

El Acuerdo de Paz se construyó bajo el marco de una implementación transversal del enfoque de género en el que se entendió como,

el reconocimiento de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres y de las circunstancias especiales de cada uno, especialmente de las mujeres, independientemente de su estado civil, ciclo vital y relación familiar y comunitaria, como sujetos de derechos y de especial protección constitucional. (Gobierno Nacional y FARC-EP, 2016, p. 192)

Esta definición recogió la obligación del Estado de adoptar medidas particulares ante situaciones de discriminación violatorias de ese derecho a la igualdad, lo cual llevó a que en el Acuerdo de Paz se contemplara “garantizar medidas afirmativas para promover esa igualdad, la participación activa de las mujeres y sus organizaciones en la construcción de la paz y el reconocimiento de la victimización de la mujer por causa del conflicto” (p. 193), en relación con los “impactos desproporcionados que ha tenido el conflicto armado en las mujeres, en particular la violencia sexual (p. 193).

Finalmente, se agregó que la protección de las víctimas comprendiera el tratamiento diferenciado “que reconozca las causas y los efectos desproporcionados que ha tenido el conflicto armado especialmente sobre las mujeres” (p. 193), y que las acciones diferenciadas permitieran “acceder en igualdad de condiciones a los planes y programas contenidos en el

las mujeres sufren de manera desproporcionada esta guerra contra las drogas (Uprimny et al., 2016, p. 23).

Acuerdo” (p. 193), comprometiéndose, finalmente, con la participación de las mujeres y sus organizaciones a una representación equitativa en los diferentes espacios de participación.

Las disposiciones de género contempladas en el Acuerdo de Paz y su cumplimiento se enmarcan, entonces, como centrales en materia de no repetición. Así lo sostuvo el secretario general de las Naciones Unidas:

si se pasan por alto las enseñanzas extraídas del activismo por la paz protagonizado por las mujeres a lo largo de las décadas y nuestros propios compromisos para con las mujeres y la paz y la seguridad, las consecuencias para las mujeres se extenderán en el tiempo, pasarán de una generación a otra y repercutirán en las actividades colectivas para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. (ONU, Informe Secretario General, 25 de septiembre de 2020, p. 2)

Por tanto, si bien se reafirma la imperiosidad del cumplimiento de las disposiciones incluidas en el Acuerdo, el presente trabajo reconoce cuatro elementos adicionales dirigidos a implementar medidas a favor de la consecución de la igualdad de las mujeres19. A través de estos se busca eliminar lógicas patriarcales estructurales en el origen y la permanencia del conflicto armado con miras a evitar su persistencia y repetición, así como contribuir a la no repetición de la violencia de

19 En conjunto con todas las fuentes mencionadas en el inicio del informe, las siguientes recomendaciones se basan en el taller realizado con la Red Nacional de Mujeres el 15 de junio del 2021 y con las lideresas con las que trabaja CODHES, el 22 de junio del mismo año; además del informe del Relator Especial sobre la promoción de la Verdad, la Justicia, la Reparación y las Garantías de No

Repetición presentado a la Asamblea General de las Naciones Unidas en julio del 2020 (ONU, Informe del Relator Especial, 2020).

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