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4. Reparación transformadora � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � �

Como se evidencia en el relato histórico, antes señalado, del caso del genocidio contra el pueblo negro presentado ante el Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP), los procesos de paz en el país se han construido históricamente, desde la independencia hasta la fecha, a costa de los derechos y expectativas de la población negra afrodescendiente en Colombia. Sobre las banderas de la unidad nacional, la paz, el desarrollo y la defensa de los intereses superiores de la patria, se han negado los derechos de la gente negra. Así lo confirma el desarrollo de los tres últimos procesos de paz realizados en Colombia y que han terminado en acuerdos medianamente implementados: con el M19 en 1990, con las AUC en 2002, y el recientemente firmado, y en cuestionable proceso de implementación, con las FARC-EP. En todos ellos hay una constante: antes, durante y después los territorios de las comunidades negras en el Caribe, Pacífico y valles interandinos, han sido territorios en disputa y campos de batalla. Al final de todas las etapas mencionadas,

las comunidades negras terminan más violentadas, despojadas y más empobrecidas.

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Frente a lo anterior, toma sustento lo señalado en la introducción, dejando ver cómo los ajustes normativos y los procesos de paz terminan sirviendo para la expansión del proyecto extractivo en detrimento de derechos del pueblo negro afrocolombiano, en especial de sus bienes muebles e inmuebles, sin garantizar la verdad, la justicia, la reparación y sobre todo sin generar garantías de no repetición.

Cuando se aborda la reparación transformadora en este texto, y en el marco de los acuerdos de paz, no es simplemente con el fin de restaurar lo que se ha perdido, sino que busca transformar las condiciones de exclusión y superar las brechas y vulneraciones históricas que permitieron la construcción de los escenarios de riesgo y materialización de las amenazas. Es decir, medidas de reparación transformadora que dejen a las comunidades y personas del pueblo negro, víctimas del conflicto, en mejores situaciones a las presentadas al principio del mismo, dado que fueron esas situaciones las que facilitaron la materialización de las violencias y sus impactos desproporcionados y diferenciales.

// 5. Hechos victimizantes que dan cuenta del impacto desproporcionado

En el caso del pueblo negro afrodescendiente, los hechos victimizantes que no deberían repetirse son todos aquellos que generan daños desproporcionados y/o diferenciales tanto al individuo como al colectivo. De manera especial, aquellos ligados a las estrategias para el control territorial que ponen en riesgo la pervivencia de la comunidad negra como pueblo. Estas han sido identificadas, tanto por instituciones oficiales como por la Unidad de Víctimas y la Defensoría del Pueblo, así como por organizaciones humanitarias por dentro y fuera del sistema de las Naciones Unidas.

A pesar de la falta de estadísticas desagregadas para mostrar de manera detallada el impacto desproporcionado del conflicto en el pueblo afrodescendiente, las cifras sobre la ubicación geográfica de la violencia, documentadas por las instituciones del Estado, organismos internacionales y organizaciones de la sociedad civil, han mostrado de manera recurrente que los municipios y departamentos con mayor

población afrodescendiente, o identificados por las poblaciones como “territorios afrodescendientes” (CONPA, 2021), coinciden con los lugares más afectados por el conflicto armado.

Falsos positivos

Por ejemplo, el Observatorio de Derechos Humanos y Derecho Humanitario de la Coordinación Colombia documenta que en 2015 un 20 % de los casos de falsos positivos fueron en la región del Pacífico (Chocó, Valle del Cauca, Cauca y Nariño) (ODHDH, 2016).

Enfrentamientos y ataques a las comunidades

Las entidades antes mencionadas presentan cifras oficiales de estos hechos con débil información en lo que respecta a grupos étnicos. Aquí se presentan algunos datos para graficar el escenario de vulneración de derechos. • 2016-2020: 114 masacres con un total de 459 víctimas. • Departamentos con mayor número de afectados: Nariño, 57 víctimas, Cauca 40 víctimas, y Valle del Cauca, 18 víctimas. • 2020: entre enero y 24 de agosto 42 masacres con un total 182 víctimas. El 61 % del total de las masacres en la región del Pacífico, • 2020 (Nariño): 7 masacres, 34 víctimas. 3 en Tumaco. 18 eventos de desplazamiento masivo que dejaron por lo menos 8.514 personas desplazadas 7 agresiones a líderes y lideresas sociales y comunitarios, incluyendo 4 homicidios (SISDHES, CODHES, 2020).

Figura 2. Total de víctimas de masacres por departamentos (2016-2020)�

Nota: Información extraída de CODHES (Corte al 24 de agosto del 2020)�

60

50

40

30

20

10

0

Antioquia Ar auc a D.C . tá go Bo Calda s Cauc a ob a Có rd alena Ma gd Met a Nariñ o Nort e de Santander Risar alda Sucr e Va lle del Cauc a

Amenazas, desaparición, homicidios a líderes y lideresas

En 2018 el Sistema de Información sobre Desplazamiento Forzado y Derechos Humanos (SISDHES) junto a CODHES, reportó entre el 1 enero y el 31 de agosto, 140 asesinatos a líderes y lideresas sociales de los cuales 24 o 17 % eran afrodescendientes. Del total de asesinatos, 22 ocurrieron en el departamento del Cauca, 10 en el Valle del Cauca, 6 en Nariño y 5 en el Chocó. Es decir, un 31 % de los asesinatos sucedieron en la región del Pacífico (CODHES, 2018).

Durante el mismo periodo, se reportaron 320 agresiones contra líderes y lideresas sociales en 27 departamentos. 67 o 21 % de las agresiones fueron contra líderes y lideresas del pueblo negro afrodescendiente. Ocurriendo 93 de estas agresiones, es decir un 29 % del total, entre los departamentos del Valle del Cauca y Cauca.

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