Las siete Lámparas de La Arquitectura
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Había una vez, en un reino muy muy lejano, un príncipe llamado John que llevaba años y años enamorado de una princesa. 2
Reinterpretado por grupo 8 201801
Esta princesa era la mujer mas bella de todo el reino pero el príncipe jamás había podido hablar con ella porque vivía encerrada dentro de su hermoso castillo y nunca salía.
Las personas del pueblo decían que la princesa jamás salía ni hablaba con nadie porque para ella, su palacio era perfecto y no quería nunca abandonar esa perfección. 3
John, lleno de coraje y sin saber que más hacer, fue a donde un hechicero para que lo ayudara a ver cómo podía sacar a la princesa de su castillo para conquistarla.
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El hechicero le dijo que el castillo de la princesa había sido construido con la magia de 7 lámparas mágicas de la arquitectura y que la princesa, en realidad, no era que no quisiera salir, sino que su padre la tenía encerrada dentro del castillo con un poderoso hechizo.
El hechicero le contó, que la única manera de romper el hechizo, era juntando las 7 lámparas de la arquitectura y construyendo un castillo mejor. Solo así, con los 7 conocimientos de la arquitectura, lograría romper el hechizo, liberar a la princesa y salvarla del castillo “perfecto” que se había convertido en su prisión.
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Antes de partir, el hechicero le dio al príncipe un mapa del mundo con un solo punto marcado y le dijo: “Este mapa te ayudará a encontrar las 7 lámparas. Sigue el camino que te marca y la ubicación de todas se te irá revelando.”
El príncipe, lleno de alegría pues por fin sabía como liberar a su princesa y llegar a ella, partió en un viaje por el mundo para conseguir las 7 lámparas y el conocimiento que estaba dentro de ellas.
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La segunda parada:
La Lámpara del Sacrificio En una habitación dentro del Palacio de Versailles, la cual estaba llena de detalles dorados, ventanas hermosas y vistas preciosas, encontró la primera lámpara.
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Al tocarla, la habitación entera comenzó a brillar y hermosas imágenes comenzaron a aparecer frente a el…. De repente, se escuchó una voz proveniente de la lámpara que le decía: “La primera lección que necesitas para poder salvar a la princesa es saber que, como arquitecto, es importante comprometerte a hacer la mejor obra posible y aunque esta, a veces te cueste más de lo pensado, el resultado final hará que el sacrificio en el camino valga la pena.”
Mágicamente, las hermosas imágenes pararon y el príncipe volvió al salón donde estaba y vio como en el mapa aparecía la siguiente parada en donde encontraría la segunda lámpara.
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La segunda parada:
La Lámpara de la Verdad Siguiendo las indicaciones del mapa, el príncipe llegó a unas antiguas ruinas, <<que a simple vista no parecían ser unas ruinas muy llamativas>> en donde vio una luz que provenía de uno de los pilares derrumbados.
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El príncipe se acercó y vio que la luz salía de la segunda lámpara. Al tocarla, una luz enceguecedora lo envolvió y el príncipe se vio dentro del templo de Zeuz… Allí, vio como cada parte del edificio cobraba vida y trabajaba en grupo con las demás. De esta manera, cada parte era necesaria y así mismo solo bastaba con ellas para crear una buena construcción.
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La lámpara reposaba sobre la mano de Zeus y de repente, se escuchó una voz que decía: “la segunda lección necesaria para poder salvar a la princesa es que una buena obra solo necesita de partes esenciales para construirse. Si se le agregas demasiadas cosas puedes dañar tu obra maestra.”
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Al recoger la lámpara, el príncipe regresó a las ruinas que, aunque antes no les había dado la suficiente importancia, sabía que en el pasado habían sido un lugar muy importante para los Dioses. Acto seguido, el príncipe sacó su mapa y vio que en la tercera parada habría algo parecido, y que por eso, ya estaría mejor preparado para el siguiente desafío.
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La tercera parada:
La Lámpara de la Fuerza
El príncipe estaba confundido. Había llegado al lugar donde debería estar la lámpara, pero allí no había mas que una pequeña choza abandonada. Agotado, el príncipe decidió entrar… 13
Adentro de la choza había un sofá, en la cual el príncipe se quedó profundamente dormido. De un momento a otro, el príncipe empezó a soñar y se encontró parado frente al edificio más alto del mundo <<Su altura reflejaba la fuerza>>. De repente, el imponente edificio comenzó a tambalear y empezó a derrumbarse hacia el príncipe, por lo que se despertó de golpe.
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Mágicamente, las hermosas imágenes pararon y el príncipe volvió al salón donde estaba y vio como en el mapa aparecía la siguiente parada en donde encontraría la segunda lámpara.
Al despertar, una de las lámparas había aparecido frente a el y, de repente, escuchó una voz que le decía: “hay muchos tipos de edificios en el mundo, pero cada uno puede reflejar un sentimiento. Algunos son acogedores y otros son imponentes como la choza y el edificio.” 15
La cuarta parada:
La Lámpara de la Belleza
Después de salir de la cabaña, John se dio cuenta que siguiendo el camino rumbo a la cuarta parada, se estaba adentrando en lo que parecía ser una selva. La civilización y hasta el camino mismo se hacían menos evidentes con cada paso que daba, para darle lugar a la naturaleza en su estado más puro. Allí, rodeado de palmeras y animales, se encontró con un cocodrilo que tenía un diseño hermoso en su espalda y una figura dorada sobre el. Este, se le acercó y al abrir su boca, apareció la cuarta lámpara.
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De repente, una voz que parecía surgir de la figura dorada, le explicó al príncipe que “la belleza dependía en gran parte de la imitación a la naturaleza” y le mostró como ejemplo la retícula que existía en la piel de la espalda del cocodrilo o la similitud entre una palmera y una columna clásica.
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Con todo esto y sin saberlo a ciencia cierta, el príncipe aprendió sobre ornamento y proporción.
La quinta parada:
La Lámpara de la Vida
El mapa del príncipe lo dirigió a una gran ciudad donde había muchos edificios, entre los cuales unos se parecían entre sí y otros eran completamente distintos. Al llegar a la plaza central, el príncipe se percató de que una de las estatuas parecía moverse y lo llamaba para que se acercara a ella. La estatua, tenía una mano extendida hacia el cielo y la otra, tenía sujetado lo que parecía ser la quinta lámpara. 18
Al tocarle la mano a la estatua, esta cobró vida y le mostró cómo algunos edificios parecían ser copias de otros pero que, sin embargo, unos funcionaban y tenían vida mientras que otros no. La estatua, le explicó al príncipe la importancia de los detalles a la hora de construir y como se tenían que tener en cuenta como un todo al estar juntos. Luego, le enseñó que en el mapa se empezaba a divisar la locación de la sexta lámpara.
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La sexta parada:
La Lámpara de la Memoria Al ver la sexta parada, John comenzó a dirigirse a lo que parecía ser un pueblo que él había visitado antes pero que ahora tenía algo raro pues las personas parecían estar desorientadas y perdidas. Parecía como si todos los habitantes del pueblo estuvieran caminando sin recordar nada alrededor de unas ruinas en la mitad del pueblo.
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Al acercarse más, vio que había una insignia abajo que decia “La historia de Nuestra Gente” y que el monumento parecía estar compuesto por una serie de estatuas que contaban la historia de cómo se había fundado la ciudad, pero que ahora estaba todo en ruinas. John decidió entonces, detener su misión un momento y guiar a las personas a rearmar las estatuas pues él, siendo un príncipe, tuvo que estudiar la historia de su nación y sabía exactamente cómo se había fundado este pueblo y cómo volver a poner las estatuas en su lugar.
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Fue un trabajo duro y arduo pero, finalmente, lo logró. De repente y como por arte de magia, en el centro de las estatuas una luz comenzó a brillar y a expandirse por todo el pueblo, devolviéndole a todos su memoria y mostrando así, el camino hacia una hermosa lámpara. Esta, era la lámpara de la memoria y, súbitamente, se escuchó una voz que le dijo a John: “La arquitectura es el medio ideal para transmitir la historia de un pueblo y, por eso, es la más poderosa de todas las artes.”
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De la nada, John vio cómo en su mapa apareció finalmente la ubicación de la septima lámpara, la cual lo iba a ayudar a rescatar a la princesa. Sin embargo, esta lámpara aparecía en el reino de ella, y parecía ser justo donde se encontraba el castillo que la tenía encerrada.
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La séptima parada:
La Lámpara de la Obediencia Después de un largo y extenuante viaje, el príncipe se acercó hacia el castillo y fue sintiendo como cada vez el poder de las otras 6 lámparas se volvía más poderoso. John, caminó hasta llegar al castillo de la princesa que, si bien antes parecía perfecto, ahora parecía brillar y resplandecer como por arte de magia. Justo al lado, el príncipe vio la silueta de lo que pareció ser el hechizero luchando contra las luces que brotaban del castillo.
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Acto seguido, el príncipe se acercó a él y el hechicero le gritó: “John, la magia del castillo se está volviendo muy poderosa y mi magia no es suficiente para controlarla. Necesito que enciendas las 6 lámparas que tienes y luches contra su poder…” Inmediatamente, John encendió las 6 lámparas que tenía en su poder y apenas lo logró, un rayo de luz brotó de cada una, apoderándose de su cuerpo y de su alma y dándole un poder inimaginable.
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De inmediato, el hechizero dejó de luchar y vio como John atacaba con todo su poder las luces que salían del castillo. De repente, se vio cómo el brillo del castillo fue desapareciendo lentamente y frente a él, apareció la princesa con las 7 lámparas en su vestido que dijo: “Esta es la lámpara de la Obediencia.. La obediencia nace de la libertad y en la arquitectura nos muestra que hay que seguir un órden y un patrón sin perderse en el detalle.”
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Capítulo Final
De la nada, el castillo comenzó a sonar y a moverse como si fuera a derrumbarse. John, rápidamente encendió la septima lámpara que estaba en el vestido de la princesa, absorvió su poder y lanzó un rayo de luz sobre el castillo.
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Este, se envolvió en un haz de luz y comenzó a brillar por unos minutos. Cuando el brillo desapareció, lo que quedó fue un castillo aún más hermoso, lleno de vitrales, decoraciones y colores preciosos. Este castillo era mucho más hermoso que cualquier cosa que existiera en el mundo y John lo había creado gracias a su amor por la princesa y a todo el conocmiento arquitectónico que había conseguido con su arduo viaje.
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De esta manera, la princesa, libre de su prisión, decidió no quedarse con John sino recorrer el mundo que no había logrado ver por estar presa y el príncipe, de esta manera, decidió recorrerlo junto a ella porque un castillo hermoso no era nada sin la princesa que amaba.
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En cuanto al castillo, el hechizero decidió quedarse cuidándolo, mientras tanto, para proteger el poder de las 7 lámparas y así, comenzar una escuela de arquitectura en donde todas las personas del mundo pudieran ir y aprender.
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Fin
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