REGALO A!. PRESIDENTE
Amigo Villiam: Aquí te traigo este pequeño recuerdo de la primera Feria Insular. Esperamos que sea mayor el de la segunda.
LAS FLORES DEL MAL
AQqQuerL hombre largo, pálido, del cual se decía una vida asombrosamente pura, me reveló una vez su secreto de admirable gozador.
Yo nuca creí en aquél su ascetismo, proclamado por cuantos conocían su existir. Yo siempre ví en sus ojos un fuego funesto, revelador de furiosos incendios interiores.
Me dediqué á cultivarlo y repetidas veces le manifesté mi admiración por su impecable manera de cruzar el muddo, impávido, sin fango alguno de peeado, en rumbo, todo blanco, hacia la blanca muerte. Al prineipio, aceptaba mis comentarios sobre su portentosa virtud. Luego, empecé á notarle cierto nerviosismo, y en algunos momentos hasta pude advertir en su rostro gestos de disgusto.
Por fin, un día, bruscamente, cortó míi con versación con estas palabras:
Ya ústed me cansa con su palabrería sonora en honor de lo que llama mi virtud. Esa vida de asceta que se me atribuye estápidamente, es una mentira como tantas que andan por ahí vestidas de verdades. Yo siempre he considerado con el mayor desprecio esa lenyenda sobre mi persona, con el mismo desprecio que me producen todas las ideas y las opiniones de las gentes. Pero ya que usted se ha empeñado en fastidiarme, yo quiero defenderme de sus continuos ataques verbales poniendo ante usted la verdad. Así por lo menos, reo que podré al fin librarme de usted.
Francamente hablando hube de contestarle debo decirle que jamás he creído en esas castidades suyas tan decantadas por el vulgo.
Se lo agradezco y al mismo tiempo celebro el ver que no es usted tan imbécil como yo creía. Va usted á conocerme tal como he sido y como soy en la actualidad. Va usted á saber qué maravilloso centro de placeres, que le está vedado á los demás hombres, he logrado descubrir yo, Antes, yo era un gozador vulgar y exasperado. Me entrega' - con todos mis se1tidos, eon un frenético ardor de mente y carne, á vivir la vida tal como la entiende cualquier sér corriente.
Poco á poco, á "medida que fuí disfrutando los deleites, empecé 4 retinarme, á exigir más despravaciones, á saborear exquisitamente los vicios.
Este empeño de perfeccionar el mal, de haeerlo cada día más selecto, más perfecto, digámoseslo así, se convirtió al fin en manía de todos los instantes. Y ya no eneontraba mujer que fuera digna de mi aiñor, ni licor que fuera digno de mi embriaguez, ni sensación alguna que pusiera eX mi cerebro y en mi organismo una vibración auténticamente agradable.
Todo lo que los hombre llaman vicio y crimen, me pareció, en sus formas siempre las mismas y siempre tan vulgares, impropio de mi naturaleza de exquisito.
Y entonces me dediqué á encarnar en flores, las terribles ideas pecaminosas, á respirar en cada suntuosa corola, la suntubsidad de un delito.
Ahora ya tengo completo mi jardín de las fSores del mal Cuando estoy en él vivo profundamente todos los vicios. Cuando de él salgo., ando como si no existiera, extraño al mundo, sordo y ciego á su vulgaridad inacabahble.
Cada una de mis flores me expresa uno de los pecados capitales. Pongo en ellas mis labios trémulos y mi ávido olfato, y por las horas de las horas las más violentae sensaciones sacuden mi cuerpo, infianman mi pensamiento. 'Suelo hacer eombinaeiones maravillosas: á veces aspiro el amor y el crimen, beso el amor y el crimen y comprendo cómo los labios de una mujer y los labios de una herida son fuentes hermanas para abrevar deleites supremos... Gozo y vivo como nadie. Yo soy el finico hombre que posee un jardín de pecados.
Así habló el hombre pálido. .Y sus ojos llenos de un fuego funesto, eran verdaderos y llameantes abismos.
Yo lo contemplaba; y soñaba en sujardín admirable donde, entre las soberbias corolas de los pecados capitales, se erigía pomposa la negra fior de la locura.
CARLOS PAZ GARCIA,
PEQUEÑAS PROSAS
/?' "' ©'$
REPRODUCIMOS el que Eugenio Astol escribió para el mausoleo erigido á los bomberos de Ponce, en el cementerio .civíl de la progreaistg ciudad
del Sur.
4 LOS BUMBEROS DE PONCE:< HOMENAJE
Hay algo en este grave monumento que eleva nnestros ojos á la altura: ¡en las entrañas de la piedra dura el valor y el deber tienen su asiento!
Tras la breve jornada de un momento, aquí yacen en noble sepultura los héroes de una vida de amargura
que á las llamas quitaron su ardimiento.
Amargo es el vivir de los mortales que luchan por curar ajenos males, al mandato divino siempre fleles:
por eso en estos fúnebres umbrales reza al mundo sus preces fraternales y entreteje la gloria sus laureles.
E. Astol.
- Margarita Callejo
La artista puertorriqueña escogió para su primer concierto la villa del invicto capitán:
Y Arecibo, que conserva como un culto las notas más delicadas del alma criolia: respondió á la delicada galantería dela artista, con-una espléndida demostración de cariño alentándola $é seguir en el camino emprendido hasta la alta cima, donde el Dios de la victoria la espera ansioso con la._corona del triunto.
Arcceibo, en cuyo seno viven almas tan enamoradas del arte como La Hija del Caribe, ha iniciado la carrera triunfal de Margarita, y no hay que dudar que en esta gran obra, secundarán á Arecibo todos los pueblos de la isla.
Eo que no quiso hacer el Consejo Ejecutivo, lo va á hacer el país del modo es pléndido que saben hacer las cosas los ueñoo.
Don Cipriano Castro
El ex-presidente de Venezuela va á ser nuestro huésped.
¿Cómo debemos de recibirlo"
Puerto Rico cs un país libre y debe garantizar la libertad de cuantos arriben á sus playas.
Cipriano Castro fué, en nuestro concepto, uno de los presidentes más funestos que ha tenido Venezuela.
Pero ya no es presidente.
Y el ciudadano vevezolano que quiere venir 4 convivir con nosotros debe de merecernos el más profundo respeto.
Mejorando
La mejoría de nuestro muy querido ami- go Américo Salas, se acentúa cada día.
Ya se puede decir, salvo alguna complicación, que el amigo Américo eet& fuera de peligro.
Celebramos mucho, poder dar esta no- ticia,
UN SONETO «« -|
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A MOMO
A migo de otro tiempo má= dichoso; ¿Por que te fuistes sin decirme adiós? Te has hundido en la sombra y el reposo, Tú, que marchabas de la lucha en pos.
En el trágico instants de la muerte, ¿Hubo en tu labio irónica sonrisa? ¿Pudo el dolor eatánico vencerte?, Matar tu gesto y apagar ftu risa?
Al evocar recuerdos de otros días. Al renovar memorias nunca muertas, ¡Cuantas penas y encantos y alegrías En mi gastado corazón despiertas!
Yo cantaba al amor y á los placeres, Tu ahogabhas en la risa los quebrantos, Y, en distintos ó iguales pareceres, Contundimos tus versos y mis cantos.
Yo estaba en el albor de la mañana; Tú eras ya un ave con las alas rotas: Mis notas eran de ilusión lozana, Y careajadas de dolor tue notas.
Aquella risa tuya era un martirio.... ¡Reir partiendo el alma mil dolores:! Y aquel delirio mío fué un delirio Furaz, comu el aroma de las fiores .....
Nos separó la suerte veleidosa. Te fuistes coón el alma desgarrada. ¡Oh, mi amigo inmortal, qué triste cosa Pensar qué todo es hamo ó todo es nada!
Una lágrima ardiente, desprendida Del fondo de mi sér, fué mi plegaria Cuando supe, de pronto, tu partida. Del recuerdo la intensa luminaria.
Alumbrará en mi pecho tu memoria Hasta que rinda el último suspiro: Náufrago del amor y de la gloria, Sólo por gloria y por amor deliro!
E. Benítetz Castaño.
26 de llanodeíñll.
Esta es, poco más, poco menos, la situación del amigo Canalejas.
UNA vez llegó al infierno una alma pe.cadora tan espantosamente eriminal (era, lectoras. como lo que habréis supuesto el alma de un hombre) que el rey Satán se encontró en un gran embarazo ro sabiendo qué suplicio nuevo inventaría para castigar aquella alma, pues no era cuestión el pensar siquiera en las calderas de plomo derretido, ni en las garrochas de hierro candente, ni en los lechos erizados de agujas, ní en las cubas llenas de culebras, nien otros medios de menudas torturas comunmente empleados en los casos de vulgares sacrilegios ó de simples parricidios.
¿Qué faltas tan enormes había cometido enda tierra el hombre 4 quien pertenecía esa alma?
Había sido alguno de esos reyes feroces que de las vicetorias no aman la gloria, sino el acre olor de los campos de matanza? ¿Había sido algún infame traidor, de esos que no rehusarían entregar por vil precio, el honor de su padre 6 la vida de súu más caro amigo?
¿Era, acaso, algún seductor de vírgenes, para el cnal fuera menos dulce el recuerdo de besos recibidos que el de las lágrimas que había hecho derramar? Ó, en circunstancias particularmente horribles, había l mentido, robado, engañado ó asesinado? Ó bien delito más abominable aún había vivido ese hombre largos años sin amar los versos ó la música, Ó sinsentir placer al respirar el perfume de las rosas?
La historia nada nos dice sobre el particular, por lo cual debemos resignarnos á creer, sin otra explicación,de que aquel era un criminal, más allá de cuanto se puede imaginar.
Y Satán, por eso, estaba en una gran perplejidad.
Precisamente en aquellos días, tenía él buenas razones para creer que Dios no estaba muy contentu de sus servicios. Algu_nos serafines encargados de la inspección de los suplicios infernales habían dicho en sus informes, que el ejecutor de las justicias celestes debería ser un ángel de probada austeridad, y uv un demonio susceptible de ser indulgente en el castigo "de los pecados que l mismo había
sugerido. Un cómplic: no puede ser sino ugo muy misericordioso, a, pues. urgente que el diablo hicierá en esta ocasión la prueba de celo más imfeprochable, dando un ejemplo de teseveridad.
Sí ¿pero de qué manera? En vano el diablo se devanaba los sesos. Ningún iplicio le parecía excesivo. inusitado, como hubiera sido menester para reiquistar la conflanza del Señor.
n el fin de inspirarse, se puso á releer e&¡oema de Dante alhigieri. Pero ¿qué eña eso? ¿Para qué le servía eso? Aquel hjeedor de versos fiorentino no sabía nada.
Estar encadenado en el hielo, llevar so bre las espaldas, enrojecidas chapas de hierro encendido, nadar en un lago de ingre, ser encerrado en la corteza de un 1, subir paso á paso por la escala de a uno de nuestros propios delitos, ver, léndo madre, al hijo recién nacido marcMtarse, envejecerse, arrugarse, sin dejar de ser un niño ¡ vaya con las torturas!
Por qué, más bien, no acostar los cond¡mdos sobre sedosos algodones matizades con pétalos de rosas, entre esclavos derodillas que agitarán sobre ellos silenciosos abanicos perfumados, ó les brindarán en finos platos de bohemia frutas exq3¡sitas 6 aromadas confituras de perlas?
Í el rey Satán se lamentaba con gritos désgarradores de no poder imaginar ninsuplicio verdaderamente extraordiBrio, cuandose oyó una voz que mur¡uUró tímidamente:
= Señor diablo!
- Aquella vozsubía de una paila ardiente. Erala voz de un poeta recientemente llggado al diabólico imperio, y el explaba allí, el excesivo fervor que Ñabía puesto en cantar el oro vivo de las ru cábelleras, y la nieve de los senos floridos de rosas.
Quién me llama? preguntó el diablo. Alguien que os sacará de apuros, si os dignáis acordarle en sus sufrimientos un instante de reposo.
Nada más que un instante?.
lo concedo!
(Coutinúa en la página 13.)
Sea, te
EL PEOR SUPLICIO
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Licenciado, ahí le entre toria en todas las c vic
Z0 la espada que me llevó á la 1impañas electorales. r« Mi aparato no es militar Y presumo que la espada Si el Consolidado aprieta. No va á servirme de nada.
o=--eCZ<u-eaxLas]az -e
¿Ustedes lo conocen?
Pues ñosotros tampoco. mos mucho.
Y lo celebra-
Según parece, Mr. Carlin estuvo én Pto. Rico, y hablando del país se expresa en estos términos:
Puerto Kico es al presente, una mezela extraña de barbarie y civilización. Por las calles de San Juan transitan niños easi desnudos, al mismo tiempo que señoras vestidas á la última moda, tanto de Nueva York como de París.
Pero no es de los más malos este Mr. Carlin.
En cambio de ete pequeño arañazo, tenemos que agradecerle esta otra manifes. tadión.
El resto de la Isla es sumamente hermoso. Yo no me he encontrado con nadie que haya visto la Isla y queno haya, usado el mismo adjetivo al describirla.
Es un lugar muy maravilloso; su celima no es muy variable; su suelo es fértil, y tiene espléndidos caminos; el progreso se demuestra en todas sus poblaciones, y hay -muchas cosas que uno puede mirar entusiasmado.
Lo que parece que no ha herho mucha gracia á Mr. Carlin, fueron las comidas del país de las cuales habla en los siguientes términos:
El alimento no es sinembargo, del mejor, aunque si uno puede substituir con ajo, arroz y habichuelas se las puede componer muy bien en Puerto Rico. Tal es la comida regular de los nativos. Exceptuando á Ponce y á San Juan, no hay un sitio donde se pueda conseguir una comida á la americana. El arte culinario nativo, es inapetitoso.
El juez Lassalle
El martes de la semana anterior, dejó de existir este distinguido tfuncionario, elevado por la suprema voluntad del pueblo de San Juan, al honroso cargo de juez munvicipal.
Buen ciudaijano, recto juez y excelente amigo, su muerte ha sido generalmente sentida.
A su distinguida familia á la que nos unen lazos de muy antigua y sincera amistad, envíamos en .estas líneas nuestro más sentido pésame.
Dice que el arte culinario nativo es inapetitoso, porque no probó un arroz con polio del que preparan en el Catfé Colón ji tuvo la suerte de tropezar con un leEhón asado, 6 con una pastelada de las que suelen darse por estas latitudes. era yo ver á Mr. Carlin ante un platñ 'tlo mofongo en tiempo de aguacates.
Y á ver si era inapetitoso nuestro arte Culinario.
Sucede generalmente, que la mayoría de Jos touristas, se conforman con nn bacalao ála serenata y eso, lo mismo aquí, que en los Estados Unidos, no es muy apetitoso que digamos.
Ustedes no lo creerán, pero yo he visto á un az:ericano, no se si sería Mr, Carlin devorando bacalao frito en plena feria. ¡Y eso tampoco es muy apetitoso!
* X *
Dice otras cosas Mr. Carlin en que no le falta razón.
Pero todo eso desaparece con Ia nueva ley de sanidad.
**ú
americanos en general, es muy
La actitud de los nativos para con'los hostil.
Lo que es hostil, distinguido continental, es la de los americanos para los natives.
¡Y tan hostil!
Pero ¿á qué hablar de eso?
¡Tiene la cosa tan poca importancia!
Onotrof!
Cuanto se diga de este hombre extraordinario y se ha dicho mucho, es poco comparado con ia realidad.
No se puede hablar de Onotroff.
A Onotfroff hay que verlo.
Y aun viéndolo se pregunta nno: ¿Pero este hombre es un hombre ó esel diablo que nos está tomando el peloen estos días de semana santa?
¡Sorprendente! ¡Admirable!
MR. CARLIN ».» » »
Ea sido una visión piadosa.0s he visto, comu en una tarde de Venecia lord Byron á la Virgen de la Anunciación, cortejada por las constelaciones, bajo un blanco fulgor de luna, posada dulcemente sobre un suave vaivén de ondas azules... Acaso soñaba yo con vuestra patria, cuando os he visto en esaidea! Asunción sobre el Padre Océano.
A vuestra actitud divina, á vuestra túnica de resplandores, juntas las manos y entreabiertos los labios, sólo faltababan as preces de la infinita piedad que SaintPol-Roux qpuso en el pecho de vuestros hermanos de la Armórica ferviente.
Os traigo ese místico florilegio.
Cuando volváis Oceánida, 4 posaros dulcemente en espíritu sobre el vaivén de vuestras ondas, deprecad y decid:
Mar hermosa, Mar bella, Mar libre, Mar florecida, Mar grandiosa, ÁMAME.
Mar primera. Mar humana, Mar. divina, Mar de la sal eterna, Mar de todos los domingos, Mar de todas las pervincas, ACARICIAME.
Mar de la brisa y de las canciones, Mar de la perla y de la nácar, Mar delos peces que parecen frutos de arco-iris, Mar de los batelillos festoneados de redes, Mar de las velas enhiestas como cofas levantadas, Mar del blondo musgo de las jarcias.
BÉSAME.
Mar de los blanco* filamentos sobre las barandillas, Mar de las pupilas aznles y de los anchos senos, Mar de las pescas milagrosas, Mar de las primeras rosas sobre los diques, Mar de las Vírgenes de porcelana á lo largo de las riberas, Mar en en donde se miran los dijes de oro y de plata del firmamento.
SONRÍEME.
Mar de los bellos ensneños de la par- fida, Mar de los retornos gozosos, de triunfto y de gloria, Mar de las corrientesy de los garetes, Marde los escollos y de lag marejadas,Mar de los relámpagos y del trueno, Mar de las olas altas
como montañas, Mar de los abismos que se abren 4 manera de zarpas y de fauces, ARRÚLLAME.
Mar que te mofas de las medallas y de los votos, Mar de los calvarios imponentes sobre los muelles, Mar de los que perecen sin cirio y sin sarcófago, Mar de los fucos siniestros como mortajas, Mar de los cadáveres enverdecidos que ruedan sobre la ola, con los ojos abiertos, COMPADECE A LOS PROSCRIPTOS.
Mar pérfiday villana de los tiburones y lae ballenas, Mar de los bajeles en zozobra, que no vuelven más, Mar de los ancianos sin sostén, de las viudas y de los huérfanos, Mar de todas las lágrimas de la humanidad, Mar que se diría una cobarde venganza del buen Dios, Mar de las blasfemias, de los adioses, de los espantos y de la muerte,
APIÁDATE DE LOS QUE VIAJAN POR TU IMPERIO. ORACION
Oh! Mar, antigua y joven, graciosa y huraña, Reina de las pavesas de los festines, Soberana de las tormentas, déjame depositar la caricia ingénua de mis ojos sobre tus mejillas azules! Sé clemente con los que van sobre tus ondas, oh! Mar de los hijosy de los padres! Y que el vuelo de tus albatros y de tus gaviotas, de tus alondrasy de tus cuervos, sea por siempre tu gesto de esperanza y de bendición.
ELOY G. GONZALEZ.
Los dependientes
Después de grandes luchas, se consiguió el cierre á las seis.
Fué.un triunfo que nosotros aplaudimos sin reserva de ningún género.
t* k
Pero ahora resulta, según dicen por ahí que aun entre los dependientes, hay quie._ nes no estan conformes con el cierre á las seís.
Se nos ha dicho esto y nos resistimos á creerlo.
-Porque si esto fuera verdad, habría que decir: Apaga y vámonos.
T LAS LETANIASDEL MAR +«
(Continnación de la página 9.)
El poeta, fuera de la paila, se estiró deliciosamente en la frescura del aire, y encantado, después de un lied de Henri Heine. se puso á cantar un soneto de ltonsard.
Vamos, habla! gritó Satanás.
mBien, señor diablo...... En una ciudad, llamada Paris......
Yo la conozco, interrumpió el diablo.
En una ciudad, llamada Paris, bajo los laureles rosas de un balcón, hay una joven persona, rubia, de ojos azules, que borda, ó tiene en las manos, soñadoras, un libro que ella no lee. 1d allá señor diablo, y ella os revelará los más horrendos suplicios.
Como el instante de repuso había pa sado, el poeta fué de nuevo arrojado en la paila, pero, durante un tiempo, bastante largo, no sintió la mordedura de las llamas, porque pensaba,con éxtasis, en los poemas que : él había cantado.
El diablo no quedó satisfecho del concejo que había recibido. Su orgullo se resistía á creer que una habitadora de la tierra -tuviera más ingeniosidad en cosas de tormento, que él, principe eterno dela eterna tortura.
Sin embargo, como nada le costaría el tentar la aventura, resolvió partir inmediatamente hacía la tierra. Abiertas las negras alas, atravesó los espacios tenebrosos. cruzó por el azul lleno de sol, orientó su vuelo hacia Paris, y no tardó en descubrir el fiorecido bailcón donde la joven persona estaba serntada, entre laureles rosas, con un libro en la mano.
Al verla sintió una gran cólera, y juró hacer añadir algunas miles de haces de leña bajo la paila ardiente del poeta, pues éste indudablemente st burlaba de l.
Satanás no había necesitado sino ver, desde lejos, á la niña soñadora que leía entre la fronda, par:a convencerse de que en ella no residía ningún pensamiento de maldad; y cuando él la conmtempló de cerca se convenció más de su inocencia.
Su cabellera de oro pálido, ondulaba como un nimbo vaporizado, y tenía una dulzzra infinita en sus ojos, más límpidosYqueZdos vírgenes lagos. No podría
describirse la Wi-ve de su frente, incomparablemente blanca; y en su boea, en la gracialidad de sus brazos, en sus manos afiladas, en ku Dusto que revelaba apeñas la adolescencia, en toda su actitud de colegiala ingenua que nada turba aún Hasta en la forma sencilla de su traje había esa pureza encantadora que se asombra de todo, Qque no sabe siquiera que la maldad existé, y que lloraría torrentes de lágrimas; por -un insecto aplastado, involuntariamente, sobre la areña del jardín.
Satanás que es umooedor en inocencias, por haber destruido más de una, reconoció al momento Qque l no había visto nanca una inocencia tan pura como aquella; y enternecido aunque porto »1Costumhrado á tales emóociones ni siquiera se le ocurrió teutar la oandlde: de aquella v1rº*en
Y, aunque descontento- de su inút¡l via je, lanzó una carcajadaal ver que l había venido 4 pedirlela invenciónde una tortura á aquella niña que era casi un ángel.
Sin embargo, él le confesó el 'motivo de su visita, excusándose con mucho respeto y hnmildad, pues el diablo es muy untés
La niña abrió sus bellos o¡os ingenuos. ¿Cómo? preguntó. ¿Un suplicios más atruz que todos los suplicios del infierno?
Precisamente, señorita!
Pues, yo pienso, dijo ella sonrien-do, que no habéis -podido hacer nada mejer que dirigiros á mí. Uómo! gritó el diablo. un tormento?......
* yos_ conoceis
8Sí, espantoso; por lo menos, esí lo juzzan.
Y sin fin?
8f, eterno, á causa del recuerdo. El diablo se quedó mirándola, sorprendido y estúpido.
Y ella dguiendo coñ :kus ojos azules el giro de una mariposa blanca .que revoloteaba en el sol, le dijo:
Traeá aqui al que queréis castigar. Agní junto á este balcón, cerca de estos lárnreles rosas. -Yo le aeña)a¡é el bordade que estoy haciendo; el libro de cuentos de hada donde leo. no le miraré: no. le sonreiré, y cúando él quiera acercarse .....
Y él querrá......
Sí, cuando él quiera acercarse......
Entónces?
+ Ah! Entonees, yo lo rechazaré, dijo ella con una voz tan dulce, que todas las flofes del balcón se abrieron!
CATULLE MENDÉS.
EL PEOR YUriICIO]]][ , v4t » »*: » *
"
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Esto es grave
Dice El 'Agulla.'* en el artículo que dediva al Attorney General:
Puede que sea verdad lo manifestado por el Attorney General que, Aquí en el país, cada indivíduo, desde el ciudadano más humilde hasta el mejor acomodado, tiene la más amplia libertad de acción y de palabra, y las mismas oportunidades en lucha por la existencia, desde el punto de vista legal, aunque no podemos dejar de acordarnos de lo que nos dijo un ciudadano prominente del país hace poco: En Puerto Rico las cortes de justieía solo castigan al pobre: el hombre de capital Ó posición el hombre decente, puede cometer cualquier crimen en la seguridad de escaparal castigo de la ley. ¿El Attorney General sabe esto? Si nolo sabe, un examen de la estadística y de los records de las curtes, le convencerá de la verdad.
Si esto es así, si las penas consignadas en nuestros códigos se aplican solamente Á los pobres, como si la pobreza no fuera ya un medio de expiación, forzoso será confesar que no estamos preparados para ninguna clase de gobierno.
Se nos hace duro creer eso. Queremos suponer que hay algo de apasionamiento en esas afirmaciones
Pero las afirmaciones están en pie.
Y al Departamento de justicia corresponde investigar eso.
Bodas
Ricardita Capifali, una mayagiezana tan bella como simpática, es, desde la semanñna anterior, la adorable compañera de nuestro distinguido amigo Samtiago Lloveras, prestigioso sargento del Regimiento de Puerto Rico. -
El acto, que se celebró por el rito católico, tuvo lugar en la ciudad de Mayagiiez asistiendo elementos distinguidísimos de aquella cnlta sociedad.
Parael nuevo hogar, qne cubre con sus níveas úlas el angel de la felicidad, deseamos toda clase de venturas.
Notas tristes
* Juanita Monroig de López Antongiorgi ha fallecido.
Así, escueta, llegó á nosotros la fatal noticia.
Y nos resistimos 4 creerla hasta que la triste realidad víno á confirmaria.
Parte la amable esposa del querido amigo cuando la vida tenía para ella mayores encantos, cuando todo sonreía en torno á aquel hogar feliz.
Así son las horribles contrariedades de la vida.
El triste vive y el dichoso muere.
A su distinguida familia en la que contamos amigos estimadísimos y muy especialmente al querido doctor López Antongiorgi, envíamos en estas líneas nuestro más sentido pésame. * * *
También Marfía Díaz Cora, joven por todos conceptos estimadísima, dejó de existir después de cruel doleneía.
Reciban sus deudos, y demodo especial su señorita hermana , nNuestro pésame más sentido por pérdida tan irreparable.
Lo celebramos
Nuestro distinguido amigo el ductor Carbonell, está fuera de peligro.
Esta vez triunfó la ciencia.
El doctor Carbonell goza de generales simpatías en San Juan y esta noticia ha de regocijar á todos.
Como regocija 4 laredacció de ViDa ALEGRE
Teatro Apolo
Continúan las exhibiciones diarias en este nuevo teatro con mayor público cada vez.
El dueto cómico lírico español hermanas Lerins y la preciosa película en colores de la Vida, Pasión y Muerte de Nnestro Señor Jesucrito, hablada por toda la compañía y con música especialmente escrita para la mísma, será la novedad de la semana.
Al teatro Apolo.
Cuantos más pases le doy, más resietido lo encuentro. (
Nada, que no le entra el fluído'Por ningún lado.
NA < 00 U E PA » e sZE Zz&. :&nye s£.t.:á¡¡. 3 . ] PA U 410000 MTITTA E L add N TCA Te ... J i?,¡! D D A .UN CASO MUY DIFICIL Y
úAÉo (A3... CoE a
Solución á los del número anterior.
A Ya charada diminuta : Charadita.
A la fuga de vocales: Cuanta alegría en el hombre cuando torna de la guerra y halla al llegar á su patria una mujer que le quiera.
A la sustitución: Lámina.
A la Adivinanza: " El huevo, Nuevos Pasatiempos
Fuga de consonantes. E, e. .0...e u. .ui.a..i.o .Ue .a. .a.4.U.e., .1 a. ... a. o.ie. a. ie..o .a. .0 .Uue .uie. .e é,