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Al que no quíere caldo tres soneras, parece ser la consigna de nuestro paternal gobier1a0 Mientras más se rechazan á los desgraciados expertos, más expertos se introducen en el país:
Experto para matar la langosta 1 plato favorito á la vinagrera.
Z"º¡0'.º.' '..£.£. DR
la culebri en la loza, de la que mos hablan nues tros vegigantes!
Y conste que no censuramos á humo de paja
Que es mi
Experto para matar la changa.... maximina
Experto para estudiar las enfermedades de la caña
Experto para...: pára, pára.... pluma, para una interpelación:
¿No tenemos aquí ingenieros agrónomos en las estaciones experimentales? O es que existen esas estaciones para los sabrosos efectos de la nómina?
En cambio no ha venido un experto para estudiar la enfermedad de la batata.
El jíbaro que se la coma yojota, tidie y que se fas-
Hay otro experto para la extinción de los mosquitos trompeteros.
Por cierto que este señor experto usa una curiosa tarjeta como ángel exterminador de los músicos del espacio.
¡Y no viene tampoco ni un experto para matar
Una felicitación
Contra la voluntad de nuestro caricaturista, insertamos á continuación una carta del actual Jefe de Sanidad Dr. Lippitt, que dice así:
<«Señor A. Contreras, c[O VIDA ALEGRE, San Juan, P. R
Muy señor mío:
Ayer se me enseñó l1 caricatura que á mí toca en el número del día y del actual, mucho gusto en felicitar á usted por ser ella una teniendo de las mejores caricaturas que he visto publicadas en Puerto Rico.
De usted atto. y s.s
Dr. Lippitt Director de Sanidad »
Nadie más que nosotros reconoce meior la necesidad de un buen servicio sanitario, verdad
Cualecquiera dineros que se inviertan en ese servicio, lo damos por bien gastadcs; pero que no se nos dé, por Dics, tanto gato por liebre
Si ¡Bienvenidos! esos caballeros son realmente expertos: welcome! si lo desean en Ó ivery buen inglés.
Conocimos á una profesora de fisiología, traida del norte, la que decía á sus alumnos que el bazo humano estaba en el lado derecho
Y sabemos también del caso de cierto catedrático de física, que al ver á un perito nativo haciendo experimentos sobre un papei con la lente de un microscopio, expuesta á los rayos solares, se resistía á coger en sus manos el cristal porque quemaba. Rigurosamente histórico
Muchos recuerdos dolorosos tenemos aun de las sabidurias importadas.
Entre todas ellas, brilla, aquel celebérrimo Mr. Koopel, experto en brillantes. FILIS.
Tomen nota de este proceder ciertos caricaturados que se molestan al hacerles la distinción de que figuren en estas páginas sus efigies, con sus rasgos fisonómicos sobresalientes, más ó menos exagerados, que es en lo que consiste la caricatura. A! igual que esta honrosa carta del reputado Dr. Lippitt, el señor Contreras tiene en cartera otras cuantas de connotados hombres públicos puertorriqueños y americanos, qre su exagerada modestia, no nos ha permitido hacer uso de ellas para su publicación.
Reciba el Dr. Lippitt las más expresivas gracias en nombre del señor Contreras y de la rcdacción de la Revista en general por su corteate.ción sía y