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¡Quién fuera un chiquito grande!

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BUFOS CUBANOS | n

BUFOS CUBANOS | n

Caro Togo,no piense usted ahora Canal, ni en San Francisco, Ri nosotros la usamos.

Togo. (Para sí.) me ronviene.

en la emigración japonesa, ni en el en las peras de California, apesar de que ¡Beba, bebamos ..

Sí, bebe tú, mientras yo con mis ojos de lince veo lo que

OrPINÉ siempre que, juzgada por su inteligencia, es la hormiga un animalito de quien más se ha exafreraco el mérito. Añecs enteros he pasado observándola, cuando podría haber empleado tal vez mejor el tiempo, v puedo ecir que no he hallado hormiga viva que diera prueba de más buen sentido que otra hormiga muerta, No me refiero ahora más que á la hormiga común: nada sé de maravillosas hormigas suízas ó africanas, que votan cual si fueran eletores, ó tienen eiércitos, esclavos y controvercias religiosas. AEs otra hormiga, de clase particular, pueden ser ó no ser lo que un naturalista quiera, más por mi opinión, la hormiga media, la hormiga comúLr es un sér infeliz.

Es industriosa, lo confieso, no hay criatura natural que trabaje con más ahinco y fatiga; y al decirlo, á nadie exceptúo pero aquel sér viviente tiene entendimiento sin equilibrio, y esto me desespera. Sale á caza, halla alco, y ¿qué hace luego? ¿Vuelve á su hogar? Ne nunca. Va de ceca en meca, po á su agujer(* Nunca sabe donde está el boquete de su albergue. Ni aunque sea á tres pasos; importa poco, no da con él no sabe hallarlo.

Pescó,es cierto, lo creo y dije, más es por el común su hallazgo, algo que ni le sirve, ni le sirve á nadie; con frecuecia es algún ohjeto siete veces más voluminoso que su cuerpo, y lo halla en tal mal sitio, que es el peor de los sitios. A fuerza de fatiga, acaba por moverle y arrastrale; ¿le lleva hacia su choza? !Nc! nunca; le lleva siempre en dirección opuesta.

Y lo hace, no arrastrandolo con tino, con paso lento y calculado, con previsión y prudencia. sino con fenética precipitación que le agota las fuerza; chocando con los guijarros.

No se desvía por no chocar con las piedras que halla al paso, se encarama por fuerza en ellas cuando tropieza, andando al revés, hacia atrás, y arrastrando en pos de ysiá tironessu botín. Así vuelca y rodando se precipita de arriba á bajo. Dando nn salto, se incorpora furiosa, sacude el polvo de su traje, moja sus patitas que babea; vuelve á su presa que recoje, y tirándola á diestro y sinietro la hace pasar por sobre su cabeza; teniéndola en suspenso, la agita hacia atrás por la espalda; fatigándose de más en más, la mueve al fin, y empujándola de nuevo, acalorada la conduce por senda opuesta de lo que quiere. Si en vez de aguijarro le estorbasen en su marcha, maleza1 Ó hierba, nunca procura evitarlos haciendo rodeo. Al contrario: arrastra siempre de frentey se encarma hasta que logra realizar esa dificil acención, á tirones y arrastrando su equipaje por la costa empinada. Es ruta tan caprichosa como la de llevar á la espalda una s:ca de harina de Heidelberg á Purís, enc-r-mándose de parada por la punta del campanario de Strasburgo. Cuando la tiene en lo más alto, se apercibe la hormiga que está muy lejo de su casa, entonces tiende la vista por la comarca circunvencina y se decide á bajar, si es que no caen ella y su fardo, ó fardo y ella, y vuelve de nuevo al camino, más por supuesto, siempre en contraria dirección de la que lleva á su morada.

Media hora después, no anduvo aún ni seis pulgadas por buen camino y recta via, y ya cansada, deja su carga en reposo. Es ciertoen cambio, que caminó al acaso en extensión de dos metros cuadrados y que escaló encaramandose, cuantas piedras y malezas se oponían á su paso. Enjugándose del rostro el su_ dor, se despereza y vuelve á su viaje, sin di. rección; y más que nunca con rapidez atolondrada. Atravesando país extenso y haciendo eses termina siempre por trabucar con su botín;. sobre el que cae. Olvidadiza de que es por su culpa que le llevó fuera de su sitio, vuelve á mirar en terredor de la región donde se hallá, busca una vía que equivoca otra vez, é inspeccionándola, echa su fardo sobre sus hombros y vuelve á marchar

Empieza de nuevo su primera odisea con iguales peripecias que al principio; parece luego fatigada y aguarda así á que pase al. guna. A la que pase la primera, como cosa natural que le ocurre, es ver la pata de lan- gosta olvidada en aquel sitio desde casi un año, y que juzga precioso encuentro; siente tambien comezón de saber donde se hizo tal hallazgo. Como cosa natural, tampoco sabe la que posee el tesoro, á punto fijo donde lo halló, aunque está muy segura de que lo halló en algún sitio. Y tambien, como cosa natural, se ofrece la amiga á ayudar á la amiga aj acarreo. Con su modo de pensar al revés, peculiar á la hormiga, se pega entonces cada una á un extremo de la pata de langosta, y tira que tira, tratan las dos de arrastrarla cada cual hacia su lado. Descansan pronto y

Ocho años ha, cuando yo, pecador, empezaba á arañar cuartillas, publiqué en los Domingos del Boletín un trabajo original. Recuerdo perfectamente, que estande en cama me llevaron un frasco de medicamento, el que me dió tema para hacer un chascarrillo. Aunque no tiene mérito alguno, hizo fortuna, y de cuantas personas m hablaron de él con elogio, ni una sola me hizo presente que se trataba de un cuento viejo.

Yo nunca he sido dado á publicar cuentos que ya pertenecen al público, porque siendo cosa de él ¿á qué ofrecérselos? De modo que siempre mi pluma, aunque pobre, se surte de mis ideas propias.

Declaro que ni de chiyuitito, ni después de grande y con barba, ni leyendo á López Silva, ni leyendo las cuentos de Gascón, que generalmente son baturradas, ni leyeudo las obras completas del Tostado, he podido topar con algún cuento que tenga analogía con el mio.

En cambio el autor de Interpretación errónea, desde San Lorenzo, ha podido oir el cuento de pequeño; lo ha leido escrito por López Silva: lo ha leido escrito por Gascón; lo ha leido escrito por D. Blanco, que son todos escritores españoles, y en cambio no lo ha leido es<crito por mí en Puerto Rico.

Esto es un fenómeno verdaderamente raro: haber leido ese cueato cuantas veces se ha publicado en España, y mo haberlo leido cuando se publicó en Puerto Rico.

Hemos repasado varios tomus de Blanco y Negro, y algunos tomos de versos de López Silva y en ninguno hemos visto el trabajo en cuestión

¿Podría decírsenos en donde es que existe, y si ha sido publicado con anterioridad al mío?

Recordamos en este caso al abogado astuto que empezó á invocar en favor de su defendido artículos y más artículos que no existian enel Código, en la firre seguridad de que nadie había de ir á consultarlos

De modo que hay que demostrar cuando y donde se ha publicado el dicho cuenato que luego de algunos años ha venido á agitarme después de usarse y gastar:e en boca de nuestros abuelos, según afirmi el autor de Interpretación erronea. Falta tinta y papel, y aquí concluyo toman aliento y deliberan. Allá, á su modo, entrevén que algo hacen equivocado, pero no atinan en lo que es.

Vuelven de nuevo al trabajo con ardor; pero sin fruto, recriminándose á seguida ambas á dos. Es natural, acusa una á la ayuda de obstrucciónismo. La sangre bulle, se d:sputan y la disputa se concluye con una rija

Oprimense ambas y ambas esgrimenlas mandíbulas, asentándose mutuos mordiscos. Caen rodando y besz2n el polvo, hasta que al fin pierde alguna de los dos combatiente una pata una antena, y vese obligada á escapar cojín-cojeando, con objeto de pararse. Vuelta á la obra, la acometen las dos de nuevo con insensato ardor igual, cediendo ahora por desventaja, la que ante quedó estropeada. Tira ésta en vano, la ptra tira y lleva consigo el botín y con ella arrastra también á su estro- peada compañera, No renuncia, sin embarro, la más débil, ante bien, se. pega á su presaestro7 eándose las rodilla al ceder, contra las piedras del camino. Cuando la langosta fué llevada á diestro y siniestro en cien distintas direcciones y vuelta otras cien al mismo sitio, la abandonan, dejándcla allí donde la hallaron al empezar. Rendida las dos y empapadas en sudor, la inspeccionan otra vez para juzgar de su presa. y deciden coa acierto, que al fin y al cabo una pata disecada de langosta no merecía tanta fatiga Convencidas, se separaron cada cual por otra vía diferente, para ver si pueden dar con nuevu objeto bien pesaco, como un clavo po: e,emplá, que no pudiera llevar consigo, é inútil de sobras para hacer idear á una hormiga que quizás le padría utilizar.

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