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SINTOMAS e FATALES E UNASEMANAANTES

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Conque te casas....?

.- onLola....?

Con Lola. El sábado.....?

El sábado.

-Por la noche.....?

Por la noche.

Y no tienes miedo....?

Por ahora... ..

Ni te tiemblan las carn=s....?

- - -

No sientes cosquillas en la naríz....?

No. Ni dolor de cabeza....?

Tampoca

-Mala cosa.

--Porque todos esos síntomas se maniñestan en vísperas de casarse.

Pues mira tú que siento todo lo contrario.

Un bienestar grandísimo.

-Córcholis. .. .!

- -Mucho apetito. ...

SeD Myd E uy....! Que me rubo-

Y si te ves obligado á dormirlos todas las noches, á cuidar de su limpieza y....

Los limpio...

Ysiátu mujer le salen tumores....?

Ayv, qué lindos tumorcitos....'

(Docc años después)

Artaro. .. .!

Manolo....!

Tanto tiempo sin verte.... Ay....!

Qué te pasa....? te duele algo..

Sí. el alma.... Estoy sin un céntimc, ro puedo dormir....: siento picazones en la nariz, me tiemblan las carnes mi cabeza es pn volcán; mi corazón se ha desbocado . ..., trescientas pulsaciones por minuto....! Nie acosa un hambre, digo, un miedo horrible f Y deliras... .? E

Sí, después de de dormir lus once niños en cuanto me acuesto empiezo á delirar. "1

Y qué dices cuando deliras....?

Y qué cositas....?

- Verás: á lo mejor principiv á cantar:

Hay, Lolita, mi Lolita, Lolita, dame tu ajnor:

Ay, Lola del alma mía, Que me muero de un do¡or. ..

Pero eso es una guaracha.... deliras, sientes fiebre....?

- De cuarenta grados.

Y cuando

- Pero, en verdad que no sientes miedo...?

Ninguno.

Y si la mujer te sale celosa....?

No lo creas.

De que no me sale.

Y si llegas á rener muchos hijos....?

Verás: Oh, suerte perra....! Lléva+u , Satanás....! Ahoga á mi mujer y carga don mis hijos....! Pero, para qué los quieres tú si son un saco de huesos....? Mándamejna diablita á ver si se compadece de mí y me|da el diario de mañana....; veinte y cinco centavos para el café y veinte y cinco pará el guiso, más de los zapatos para Rosa y les calzones para Chuchu y el biberón para el Nene y la saya para mi mujer.... ¡Entonces veo un monstruo que se acerca con cara de tigre, diciéndome: Me debe usted cuatro mesés de casa....! A la calle....! Y dentelleándome la barriga, me grita sin cesar A la calle-. ..1 á la calle:. ..1

-Pobre Arturo....! Y tu mujer....?

Se reventó un ojo, padece de escorb¿uto, y según los médicos, hasta de un cánce& en la nariz.

Qué horror....!

Y si fuera eso lo más malo.... Avy, Manclo, mi mujer es celosa como un demanio. El otro día me tiró con un vaso de noche, - porque al entrar la lavandera, una viejita de sesenta años é quien debemos once m de ropa, para adularla la dije: Buenos días, ña Nicasia, y qué guapetona está usted....! CT

Infeliz....! Tufeliz....' 'i qué p|e*n<3< ahora... -?

Dejadm: sí; yo quiero soñar mucho. Yo quiero que mi vida sea toda sueño, como arguyera el gran Calderón, Yo quiero vivir mi vida íntima; la vida del murdo que tengo forjado en mi mente, despreocupado por completo de todo lo que me rodea en este mundo ruín y miserable. ¿Por qué quererme despertar? -Dejadme, dejadme soñar siempre..'.

Y así 'diciendo, á todo grito, alterado y nervioso, como si ante él hubiera habido persona alguna que estuviera discutiéndole ó empeñándose en que despertara de su sueño, aquel pobre infeliz y desgraciado, paséabase por su habitación á grandes pasos, con los ojos desmesuradamente abiertos, el pelo en desorden, reflejando intensa palidez de cera en su rostro, deteniéndose algunas veces unos instantes para tomar dactitudes verdaderamente místicas, juntando sus manos sobre el pecho, mirando arriba, con las órbitas de sus ojos en blanco y cayendo de rodillas para exclamar emocionadamente;

¡Señor! ¡Señor!, gracias por tu bondad, que al contrario de estos seres miserables que me rodean, me proporcionas el placer de vivir en esta vida íntima, en esta vida de mi mundo interno, en esta vida de tan dulces y sublimes sueños. ¡Bendito y alabado seas por toda la eternidad!....

Y en esa actitud, continuaba por unos momentos, moviendo los labios, como musitando una plegaria.

Entonces, dejamos nuestro observatoriv, desde donde habíamos contemplado al loco, y el doctor se expresó en estus términos:

Aqui tiene usted un caso especial. Si yo fuera á proceder en este caso con arreglo á rfu' conciencia, ó lo que me dicta mi yo interno, yo no haría ningún esferzo por curarle su locura ó extravio á este individuo. Es un loco pacífico, no hace ninguna clase de daño, nmo- molesta á nadie, no se altcra como lo ha visto usted ahora cuando ha entrado el loyuero con la medicina, más que cuando él comprende, (porque en medio de su locura lo comprende), que va á dársele alguna cosa, que va á hacerse algo por lo que nosotros llamamos curarlo y por lo que él conceptúa un crimen, volverlo á la razón. Pues ahí donde usted lo vé, tiene sus teorías y sus razonamientos. Su único empeño es que lo deien soñar; él se conceptúa más feliz que todos nósotros (y en parte yo creo que tiene razón), viviendo en su mundo interno, como él dice, en su sueño de poeta, porque, hay que oirlo los días que le dá por hablar, cómo se expresa, definiendo ese mundo de ensueños de su imagi=ación: que es una imaginación prodigiosa, una verdadera imaginación de poeta. ¡Qué lástima que esté extraviada'

¡El mundo esancho y el mar inmenso! iDejad al bardo con sus ensueños! 5.

Muchas veces después hemos estado pensando en aquel loco, que encerrado en la torre de márfil de sus ensueños, vive una vida eternamente feliz, sin envidiar mi ser envidiado, sin Juchas, sin desilusiones mi sinsabores, y hemos opinado como el Doctor, que no debía curársele, y, hasta hemos llegado á exclamar, ¡oh, qué feliz sería una locura así, sino fuera por los snfrimientos que ocasionaría á los que nos rodean!

CONRADO ASENJO.

Porque los hombres como tú no deben morir de un tiro.

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