Vida Alegre (7 ene. 1912)

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SIMPATICA «

II

Vara estos dos seres felices empieza el nuevo año bajo los más Zisonjeros a uspicios.

Cuando el 17911 atía fpara siempre en la eterna noche del pasado. sargia para la enamorada pareja el día espléndido de la felicidad, acariciado á través de las más bellas iMustones

Ella. una trigueña encantadora, dotada d :u a rdorable simpatía, que responde al nombre de Clara Contreras Hernández

El, José Marcos Morales, disti 1gunido joven puertorrigueño y activo empleado de la American Railroad Co.

Para el nuero hogar formado al calor de un amor purísimo desea la redacción de Vida Alegre una eterna felicidad

U tx(r dNE a
SGSERMAN DIAZ . - BODA
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EL NEOFITO IMPRUDENTE lD» = APUNTES DE MI CARTERA a

Y dirigiéndose al neófito le dijo:

LA ma. sonería, allá por los años de :883, ¡levó indudab lemente la paz entre ciertos e lementos políticos muy dis. tancia dos

en la villa de Arecibo En el altar de la Fraternidad se dieron entonces la mano indivíduos que eran enemigos irreconciliables

La logia 7anamá, fomentando las luminos:+S doctrinas de concordia y sana amistad entre los hombres, prosperaba á ojos vistas y las coJumnas se decoraban con valiosos arrimos, a la par que las iniciaciones eran frecuentes.

Una nmoche se presentó un candidato. joven. buen mozo, simpático y cuya fisonomía era atrayente, pero tenía dibujada en el rostro una sonrisa burlona, que contrastaba mucho con el simbolismo de las ceremonias á que era sometido. Parece que queria decir:

A mí no me metéis miedo con esas cCosas que estais haciendo.

Tal vez alguno de los hermanos allí presentes le había puesto en autos de algo de la iniciación, concretándose d lo material de ella, sin explicarle la parte moral. Sea de ello lo que fuere, lo cierto fué que el neófito no abandonaba su burlona sonrisa. Pasó por las tres pruebas reglamentarias de la liturgia masónica y fué conducido por última vez. entre columnas, para quitarle la venda que cubría sus ojos y darle entrada definitiva en la región de la Luz.

Antes de ordenarse la última ceremonia que es tan sensacional y brillante, acercóse al oido del Venerable Maestro el orador de la logia y conferenciaron brevemente los dos altos dignatarios. Entonces, el V. M. dió un gran malletazo y dijo:

Hermanos, vamos á proceder á la prueba final. A la prueba de la sangre. Necesitamos saber si el neófito es un hombre resuelto á toda clase de sacrificios. Si es un carácter Si no retrocede hasta verter su sangre por nuestra orden.

Candidato, ¿estais dispuesto á dejaros sacar vuestra sangre, á nuestro albedrío?

Sí, contestó resuelto el neófito, continuando con su burlona sonrisa

Entonces, hermano Orador, vos que sois médico, examinad al candidato y ved cantidad de sangre st le puede extraer que

El Orador examinó al candidato, tomándo le el pulso y auscultándole el corazón; y contestó, entre columnas, con las siguientes palabras:

Venerable Maestro, el neófito tiene poca sangre.

-Candidato, -estais dispuesto á sufrir esta última prueba?

-Hermano Terrible, proceded á sangrar al neófito. Y vos, hermano Orador, como perito, vigilad el pulso

El brazo del candidato fué preparado para la sangría. Se le vendó el biceps con un pañuelo, y se le dieron los golpecitos que se acostumbran sobre la vena para que se infle y hacer más fácil la operación. El hermano 7errible preparó una jofaina para recoger la sangre y el doctor, después de decir en alta voz ahora, pinchó al neófito en la flexura del brazo. En seguida empezó á gotear abundantemente la sangre en la palangana. El candidato dejó de sonreir. palideció y se desmayóHubo necesidad de sacarle de entre columnas y llevarle al Cuarto de cinco Reflexiones. A los merced á las ablusiones de agua fría al rostro, -que le propinó el galeno volvió en sí.

minutos Su primera prugunta fué dirigida al doctor:

¿Me habéis sacado mucha sangre:

-Nipguna!

Me siento muy débil berla oido gotear...:.

ilusión vuestra'

Ye recuerdo ha

Y, ¿cómo me he desmayado?

-Por auto-sugestión. Cuando entrásteis en el templo llevabais dibujada en vuestro ros tro una sonmrisa de burla

Pcrque creí que tratabais de meterme miedo.

-Nada de eso! En toda iniciación masónica hay ceremonias que son del ritual y que hay que ver en ellas el simbolismo. Vos seguíais siempre sonriendo y fué preciso de

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A LA MEMORIA DE MI PADRE

EN EL ANIVERSARIO DE SU MUERTE

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Nx('¡s'1*¡: de la nada v á la nada volviste, después de haber sentido animar tu cuerpo con el calor de la vida, por breves cincuenta v tres años,. que gastaron tu organismo en el ejercicio del bien, tejiendo para tu vejez una corena de respeto ciudadano, labrada á costa de servicios beneméritos y á pruebas inconcusas de acendrado patriotismo.

Tu niñez menesterósa preparó tu carácter para las grandes luchas de la edad viríl; asi te vieron tus coterráneos del 60 ganando oposiciones en el magisterio para llevar pan fresco y abundante á la mesa desvalida del hogar paterno; y tus colegas del 75 vestir en pugna con la enfermedad la clámide del doctorado para sentar plaza entre las obreros de la intelectualidad isleña.

De ahí en adelante tu vida fué una brillante carrera hacia la caumbre, donde aun te encontrabas momentos antes de caer desplomado.

Porque tenías alma soñadora, fuíste poeta; porque tuviste carazón piadoso y afición científica, fuíste médico: porque tuvíste nervios vibrantes é imaginación fébril fuíste tribuno; porque tuvíste sangre v cuna Borinqueña y espíritu altruista y elevado, fuíste patriota.

La mujer Puertorriqueña tuvo en tí un Celoso defensor de sus d:rechos. y un gallardo exponente de sús virtudes inmaculadas; y el pueblo un educácionista preocupado siempre de su porvenir, al que hablaste en la cátedra v en la conferencia de la necesidad de instruirse para triunfar del enemigo rastrero, el hambre, y del enemigo encumbrado, el gobierno. -Ahí están en los estantes de la biblioteca tus opúsculos llenos de vida, planteandoel

problema de la instrucción doce años después de tu muerte, cuando ya tu huesa se ha convertido en polvo que abona con su química el seno de la naturaleza.

Formaste tu familia al estilo de los patricios romanos, entre enseñanzas de honor y máximasde deber, legando á tus hijes las obras de Samuel Smiles como resumén de tus consejos paternales. =

Cuando en 1887 el gobierno del general Poalacios ahogaba en el absolutismosel espíritu del partido liberal, castigando el patriotismo con mordaza y amenazando con el calabozo yel destierro á losvoceros. de la protesta regional, tá te encontrabas en las filas peligrosas de la oposición, sosteniendo con valor y entereza la causa justa de Puerto Rico, en estrecha barricada con los más conspícuos paladines de la libertad nativa,

Porque hiciste todo eso, es que hoy líricos, prosistas, oradores, periodistas, políticos é intelectuales, te recuerdan fraternal y cariñosamente, y cuando el día luctuoso de difuntos la necrópolis se cubre de flores para perfumar con su esencia la tumba de los muertos, el pueblo que pasa en romería se descubre frente á la losa de tu sepulcro, evocando agradecido episodios salientes de tu vida, que al abandonar la tierra, dejó entre sus grande zas como rastro de luz inextinguible, el amor de tu esposa y de tus hijos llorando tu despedida junto al umbral misterioso de la eternidad.

San Juan, Diciembre de 1g11.

mostraros que estabais equivocado, que si queriamos meteros miedo, á la primera prueba fuerte ibais á retroceder.

Y, ¿entonces me sangraron?

¡Nada de eso! ¡Examinaos bien! Yo os pinché con un alfiler y el hermano 7errible tomó su pañuelo y de la jofaina empezó, con él, á derramar agua sobre la flexura de vuestro brazo. Comeo estabais muy vendado, la ilusión fué completa, pues oíais perfectamente el correr del líquido y creísteis fuera vuestra sangre.- Además, las palabras dichas por mí en voz baja, pera que las pudierais oir. i¡No

tanto, no tanto, puede morir! completaron el efecto sugestivo y os desmayásteis.

¡AR!....

Y el incrédulo candidato se registraba cuidadosamente el brazo, presa aún de la terrible ilusión que había sufrido. Cuando estuvo repuesto del todo, volvió á penetrar en el templo para recibir debidamente la sublime y reveladora Luz: Puesto entre columnas, púdose notar que de su pálido rostro había desaparecido por completo la burlona sonrisa.

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RAFAEL F. FERRER. CAYETANO COLEL Y TOSTE.

DOCTOR RAFAEL DEL VALLE

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GALERIA POLITICA

Recuerdo de la Feria

Los que havan visitado los terrenos de la Feria, durante los lluviosos dias de la exposición, recordarán ,. E " . la famosa instalaciór. de las Bodegas gallegas que reproducimos en este grabado como un acto de justicia á los productos de la región gallega

Paris==Madrid

El servico telefónico entre Madrid y Paris se inauguró el día primero

El rey Alfonso llamó por el bejuco al minis tro de correos quién le respondió, seguramente en francés

No está mal la. comunicación; pero mejor sería que hubiese llamado al Presidente de la Rt'púh¡i('¡*.

Algo se pega aunque sea por teléfono

El día de España

La inauguración del XuixliuZ)íutuo" resultó, como presenmíamos, una fiesta esplendida

Una vez más se demostró que el espíritu de la raza vive á través del tiempo y del espacio, dispuesto á acometer las más nobles y g=nerosas empresas,

Fiesta de paz y de amor la fiesta de los españoles atrajo las simpatías de españoles extranjeros, siendo objeto de general apla

->-> Premio En La $_.f 5e

Por correo interior, que nunca trae nada bueno, recibimos los versos que publicamos á continuación.

Que son de un jíbaro no cabe duda, Pero el diablo que averigiie de que jíbaro serán.

LA MALDICIÓN DE MA -GOYO

Pues bien, yo necesito decirte que te odio, eiudad insular, estúpida, dó reina el adoquín. mi compañero ilustre de clara inteligencia, pisado por estúpidos, sin seso ni magín.

Indignación é ira me obligan á injuriarte: maldita seas, infierno: maldita seas, San Juan, pues por tu Insular Feria gasté todos mis chavos y sin que me sobrara ni $a una cuarta « pan

Llegué á tus puertas ébrio, el corazón henchi o de grandes ilusiones, cón cuartos ha gastar. pensando en divertirme á tajo y á destajo: en la dichosa Feria que llaman Insular

Y fní á la Babilonia llevado por el trollev, pagando medio 97-u7/0 na más que por entrar y ver la gente andando y frutas y gallinas, cortinas de fideos y máquinas, ¡la mar'

Yo, pobre comisario del barrio « San ARTURO, rubio como un arcángel y bueno como el pan. me encontre son7-tonto cuando llegué á la Feria y andaba con la toca de par abierta en par

Si todo hubiera sido como el paracaídas, el hombre que volaba en forma de alcatraz, el brujo del alambre, y tantas otras cosas que uno contemplaba sin tener que pagar,

la Feria hubiera sido la fiesta deliciosa soñada por m: mente.con tanto y tanto afán cuando al llegar la noche apagaba la vela y me echaba en la cama á dormir y roncar

- Los Delegados

Mañana inaugura sus sesiones la cámara legíslativa y con este motivo hemos tenido la satisfacción de saludar á muchos y muy distinguidos amigos,

¿Que haran los Delegados este año?

¿Se limitarán á enmendar los artículos del co-

- l... ra 1N S ANO

Pero ¡ay! la culebra me costó medio peso. total, por ver la soga que en ferma de collar se arrollaba una vieja con un valor estúpido. como si ella fuera otro gran animal

Y vuelta á soltar cuartos por ver á la enanita. más péqueña que el alma de quien sabe intriga1 y que por medios pérfidos, tan bajos cemo incu.tos arrastrándose sube, por no saber volar....

Y me tocó mi turno de ver la mújer gorca, inmensa mole humana casi monumental, grande cual mi deseo de ser una gran cosa envidiando y gruñendo, sin querer tr:bajar

Y los monos, tan sabios, vivarachos listos desperiaron en mi alma un amor fraternal. y la mujer eléctrica, cual mi ideal suj r mo, me dejó patitieso cuando la fuí á tocar

No me habléis de las fieras Lecnes y panteras, el oso más hercúleo y el más feroz jaguar ¿qué son sino fiel copia de los hombre s sensatos

Maldita seas ¡oh Feria! chupóptera de bolsas: maldita sea ese pueblo que llaman de San Juan gran pesadilla mía, abrigo de míl brujas, que abre su casa á todos, menos al haragán

Maldita sea ese pueblo que se divierte tanto en cines y teatros, cafés y restaurants, mientras yo en mis alturas no tengo más recreo que un palo de Ron Diablo y del coquí el cantar

Maldita seas, averno; maldita seas por siempre, no quiero nada tuyo: sólo te quiero odiar....

Salvo que me coloquen allá en una oficina. pues solo así cambiara mi modo de pensar MA-GOYO

Por la publicación

CELSO DE-Los RIOS.

digo civil ó abrirdarán los grandes problemas que tanto preocupán la atención del país:

Don Eduardo dijo que no tiene inconveniente en meter por todos los Delegados, las manos en un fogón

En un fogón con candela. No vavan é fieurarse los maliciosos que se trata de un fogón apa gado

MANAS U VUNAS

eterna súplica

Lo primero que debe hacer la cámara, si la cámara quiere hacer algo bueno, Es ver la manera de tapar esos rotos que á última hora se ha notado que tiene la ley del servicio civil, por los cuales se cuelan los jefes de Deparmento con una facilidad espantosa.

Urge mucho arreglar ese coroto ó ver la manera de salir de el, si es que no tiene arreglo posible.

Mr. Speaker

VIDA ALEGRE, aunque no cobre los cinco pesos de dieta, quiere asistir á todas las sesiones de la dámara y desea que el Sargento de armas'le señale un siiio cerca de los Delegadosque hablán á fin de poder tomor notas de todos los discursos

No queremos perder ripio en esta legislatura.

Y usted sabe que al lado de los Delagados silenciosos no se pesca gran Cosa.

El libro de Rueda

Don Salvador Rueda, aquel Don Salvador que hace, algunos meses pasó por aquí, sie.do objeto de muy señaladas demostraciones de cariño, ha regresado á España con su corona de laurel y acaba de publicar en un tomo sus poesías completas

Eso no tiene nada de particular, dirán ustedes.

Nada de particular, decimos nosotros también

Pero ya que enel libro se ocupa de las fiestas y halagos de que fué objeto en América, no perdía nada con dedicar n pequeño recuerdo á la isla de Puerto Rico

Que se olvide de nosotros. Mr. Taft, que no es poeta, ni lo será mnunca, no quiere decir nada. Pero que se olvide don Salvador, que tiene en su libro, poesias dedicadas á todo pájaro, si uiere decir muchísimo.

Pero hijo mío, cuando los Reves no te ponen la ciudadanía, es señal de que no te conviene.

El libro, con un prólogo brillantísimo del gran Curros Enriquez, es una joya literaria

Como de Rueda, al fin.

(0

LLÍ estaba él.

En lo más apartado del salón.

En aquel salón donde se reía y se bailaba Donde también había reido él, como los demás, con su careta de risa, una careta que llevabaá todas partes, porque él no reir. sabía

Y cuando entretenidos juzgaba á los demás retirábase á un rincón, y quitándose la careta, la careta de hombre feliz, se quedaba con su propio rostro, con su rostro de angustia....

De la misma angu.¿tia que aquella noche sentía dentro de su pecho royéndole las enirañas.. ...

Una cosa horrible que del cerebro bajábale al corazón ydel corazón subíale al cerebro.

Al cerebro para discurrir con idea= - punzantes: al corazón para pa¡p|tar con ansias de muerte....

Porque aquel hombre amaba. ...y no podía amar

Peénsaba.....y no podía pensar.

Vivía. ...y no podía vivir.

Amaba á una mujer joven y ante la ley hermosa, no le era dable amar.

si conociera su amor, lo llenaría de oprobio. porque su amor era adúltero, ilegal. ...

Y sentía ganas de gemir....: pero hubiera sido un ridículo el gemir.... Sentía impulsos de gritar: «Mujer....! ¡mujer!.... Tú eres mía; no quiero verte en brazos de otro.No sonrías. ...' no hables con él....'>

Pero aquellos gritos, en vez de salir de su garganta, penetraban en su propio pec bo, X allá, en lo más recóndito de su corazón,. los percibía él, como gritos de angustia que le desped: zahan el alma

Oh....!, más aún: é! hubiera saltado como un tigre1untn á aquella mujer, y agarrándola la hubiera dicho, empujándola, arrastrándola hacia sí:

que

Pensaba en la gloria sublime del arti<ta, en aquella gloria que tanto le había hecho sufrir, y la gloria esfumábase ante él.

Vivía en medio del bullicio, de la riqueza y del-placer, y no obstante, su vida fbase apagando, poce á poco, como lámpara de aceite que arde ante el altar.

Y en aquel instante sentía la horrible angustia que le ahogaba, con las ansias de siem. pre, con aquellas ansias que del corazón subíanle al cerebro y del cerebro bajabánle al corazón....

Y la veía á ella, en la sala del

baile. her mosa y sonriente, repleta de felicidad....

A ella, que había jurado amarle. á pesar del imposible, á pesar de todo, á pesar de la muerte....

Y sus manos se crispaban....; sentíase desfallecer, uñisudor frío inundaba su frente....

Allá iba e//a, en los brazos de oetra, aban donada y llena de placer, agitándose su seno á los acordes del vals....;: en brazos de otro que era libre y que la podría amar, amar frente á todo el mundo, de un mundo que,

Vien...:? vea....1

como á su pf()pl?l víctima, Tú me perteneces..: tu cuerpo es mío....,tu belleza es mía....: yo soy tu dueño y señor....!

Pero, ya veíaá sus amigos A ;¡1rededur llenos de asombro, que exc amaban ind:gnades.

Esiá borracho....!

-Borracho....! Que

lo saquen de ahí....!

O á los más compasivos:

'Está logo... .! loco.. ..

Y él, desde su rincón, aquello, como si acabase de suceder, pensaba en todo y la angustia horrible que le bajaba del cerebro al corazón, habíase quedado á mitad de camino para apretarle la garganta. Lo quería ahopar.....

todo fuera una misma cosa, pensaba en sus últimos versos, en su último artículo, en su último cuento, en aquel cuento que tanto había hecho reir y que él había escrito llorando....

rlla había vuelto á pasar..

Su cabecita de ángel iba reclinada sobre el hombro del otro, de aquel otro, -

Los acordes de la música parecíanle gemi

Y entonces, como si que no era dos de dolor.

Y en su mente brotó el terrible argumento de un drama sombrío...:

Sombrío....? Y por qué....? No-había dicho el/a que lo amaba....?

Que era suva, y qué á pesar lo amaría hasta la muerte....? del imposible

Un drama no: esc ribiría una novela donde figurasen todos su tormentos, todo su -dolucha titánica contra el no ...,y al fin, oh, al fin, resplandeciente de lof.=...t EA desti.

LA - ANGUSTIA -
TUO Ms a i EE NO U R5 EEEtmc ? 2g-8d5nee 9 o. t vvREE X [ Ía riguroso en demasía. Y ha hecho una algarab que no la entiende ni él

Chupa que chupa el cigarro, con la cabeza hueca, sin gusto ni humor para escribir, así estaba frente á las blancas cuartillas resuelto ya á tirar el lapiz y hacer un lio de los papeles para echarlos al cesto, cuando me despierta de este desagradable marasmo la voz de un chiquillo que grita:

¡La Daga! con la mnoticia de la muert: de Culebro.

Llamo al callejero voceador, y busco la para mí interesante noticia.

Pobre GuZebro! era verdad lo que el chiquillo voceaba.

En la octava página del periódico, aparecía la regocijada caricatura que ha pocos meses publicó El Carnaval , á modo epígrafe y sobre el grabado se 1efa:

El popular Culebro, cuyo entierro se verificará esta tarde.

<I*'!' En

No ha de extrañarme el asombro- de muchas personas que al leer estas líneas excla. men:

Vaya un país este, dedicarle una revista ilustrada una página á un hombre que no fué otra cosa en su vida sino un cargador, un chillón, ó álosumo un negro inofensivo .

Otros dirán:

Solamente La Daga es capaz de publicar su retrato, y para ello lo hace en la última plana.

Yo, que siempre he presumido de sincero y bien sabe Dios cuan pocas ocasiones de serlo encuentro en la vida- traigo á esta sección, que en VIDA ALEGRE Cultivo, esta mota de simpático recuerdo para el que fué mi camarada.

Y aquí ha deser, en la sección humorística - Aquí ha de ser, que así se lo hube prometido. Cuantas veces el popular muchacho me detuvo en la calle para decirme:

Estoy contigo enojao.

Por qué?

Porque sí. Caramba; porque habiendo sido compoñeros desde chiquitos, y habiéndote enseñado á nadar. á jugar el marro, y á dar una pedrada bien dada, te olvidas de mí y nunca me sacas en los ¡3eriódicm.

Cualquier día, Culebro, Cualquier dia, en cuanto sea oportuno le decía yo.

Entonces soltaba su peculiar y conocida ri-

sotada, y posando su enorme manaza sobre mis espaldas, decía á los que le escuchaban: A éste lo defendía yo desde chiquito, .siempre hemos sido mancornias

Al embarcarme para el extrangero riñó conmigo porque Zalía hablado ú otro, para llevarme á bordo

Límpiate, límpiate, le decía al competidor; este es pareja mía. Y luego al despediñe= me, me dió un abrazo y me dijo: s sa Aguántate por allá un kilo, no la corras mucho, ven hechc un trinquete.

y _(4I-*-Ilo -

Recue que una tarde, en Barcelona, sentadoén <El Coatinental», acompañado de un artista español que había estado en Puerto Rico, y departiendo sobre cosas de mi hubo de preguntarme.

pafs

Y aquél enorme negrazo que ocupaba siempre el estremo derecho de la galería, ¿ann vive?

-Cual, Culebro? inquirí yo.

El artísta soltó una enorme carcajada. Si hombre, el mismo, dijo, y siguió riendo con toda su alma. Así era Culebro: cuerdo sólo provocaba alegría.

Un gran tipo, decía el artista á otros que también con uosotros estaban sentados.

El sólo vale por una c/aque, aplaude con sus manazas de increible espesor, y parece que aplaude todo el teatro.

Y listo? como él solo. Coge al vuelo chistes, y los celebra con tanto regocijo, que comu ica su alegría á todos los espectadores.

Era Culebro lo que lamamcs un 7aco Libre.

En el teatro, en el tren, en el hipódromo. donde quiera que se presentaba su popular figura, era recibido como de casa. Y todo esto sin pedirlo, más bien era solicitado.

Quiefa no lo recuerda en la Feria , luciendo su insignia de empleado y mandañndo com> un general, con la misma autoridad que si fuera un Mr. Newman.

Todo el secreto de su vida residía en la gran simpatía que su persona inspiraba.

A mi regreso de Europa, asomado á la ba-

TE E a LO
OFRECIDO ES DEUDA
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Entre los pasajeros embarcados el miércoles para Nueva York, se encuentran las señoritas Conchita Larrinaga y Elisa Cestero, que se disponen á pasar una' temporada en aquel país.

Numerosos amigos fueron hasta el muelle á darles la despedida, Que consigan sus deseos y tengan toda clase de ventura las buenas ámigas. = s * =

Después de su boda, hemos tenido el gusto de ver por San Juan á los esposos Lopez Cabrera, de Ponce. La ceremonia tuvo efecto el viernes de la anterior semana, y los novios recibieron de todos sus amigos, muchos y valiosos regalos.

Después de unos días de permanencia aquí, la estimada pareja regresó á su hogar de Ponce, en donde le esperaba la f:licidad.

A la señora Hord, quien sufre en estos momentos la pena de haber perdido ásu madre

randa del buque, miraba ansioso hacia el puerto esperando la llegada de algun aembarcación que me llevara á tierra. De pronto ví un bote que se acercaba, y de pie, en la popa, la redonda figura de mi negro camarada.

Corrí al camarote á preparar mis maletas

Al subir, ya no estaba en el bote Culebro.

Yo, que por entonces usaba largas barbas, me desesperaba, al pie de la escala. Y siento detrás de mí una voz muy conocida que me decía:

Quién es ese fraile vestio de paisano?

Me volví rápido, y al conocerme mi amigo me estrechó entre sus brazos diciéndome : Vámonos, vámonos pronto, que -la fam!lia está en el muelle y tiene muchas gahas de verte.

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Pobre Culebro! quién le hubiera dicho que el artículo que tantas veces me pidió había de escribirlo después de su muerte!

Yo se lo ofrecí y lo cumplo.

Voy á tomar el sombrero para irlo á acompañarhasta su última morada.

y esposo en breve tiempo, eaviamos muestras frases de consuelo. La mucha simpatía de que goza la distinguida dama ha hecho que su dolor sea muestro, de toda la sociedad de San Juan, en donde hace años recidían los esposos Hord.

La señora del tesorero de Puerto Rico, señor Gromer, se encuentra en esta Capital, habiendo venido de los Estados Unidos, á atender á su esposo en la grave enfermedad: que sufre, y que en estos últimos días ha experimentado notable mejoría.

Nuestro amigo don Angel Suarez, acompañado de su apreciable tamilia, ha regresado á Puerto Rico, después de una larga temporada que han pasado en Europa.

Saludamos á la cariñosa familia, alegrándonos de verles de nuevo entre nosotros.

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Lo acompañaré con el mismo cariño que lo hago cuando se trata de un amigo á quien he querido, de un amigo leal, de un amigo buenc.

JERGE ADSUAR.

Asi estamos muy bien

Debido á la marcha inesperada del director de Sanidad, que va en asuntos masónicos al Norte, los doctores Coronas y Coll y Toste han pasado á ocupar la dirección y presidencia de la Junta.

Son dos puertorriqueños capaces, que sabrán dar impulso al servicio de Sanidad, y así podrán convencerse nuestros redentoristas de que la fibra del maguey es tan buena ó mejor que la de la pita extrangera.

Por más que ya ellos lo saben mejor que nosotros, y si no vean como cuando hay algún puesto delicado, y sin nómina, saben hacer uno de las capacidades nuestras desinteresadas.

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Para gozar de privilegios, nuestros maestros educadores. Ahora que la Sanidad está en pleno período de organización, cuando se requiere la presencia del director, este señor enprende un deja acéfala.

Veremos que nos trae de nuevo, ya que ha visto con dolor que la junta de sanidad le ha matado dos gallos que traian_espuelas postizas.

viaje al Nore, y la

No sabemos por cuentaz de quién y á qué va el señor Lippitt á Estados Unidos: pero esa marcha en estos momentos nos parece peligrosa.

La ley determina que un empleado para disfrutar licencia de un mes, tiene que justificar un año consecutivo de servicio, y cuando aun no había cogido la embocadura el dicho caballero, nos deja con un palmo de ñarices y se nos embarca con viento fresco. *

¿Irá en busca del imgeniero sanitario, ya que aquí, según propia declaración, nc encontró sino imberbes aspirantes al cargo: pero con títulos que seguramente no tendrá el que nos pueda importar el temerario doctor?

Si se hubiera dado un paseito por Arecibo, seguramente las dudas pesimistas, del no:able cirujano, hubieran sido aclaradas. MHarto se sahía lo que daba de sí uno de los aspirantes puertorriqueños, pero había que justificar el padrinazgo con una frase de efecto, que lo tuvo contraprodúcente.

Como buenos amigos

Han quedados los señores Villaverde y el directer de El Tiempo , después que le di. jeron todo lo que tenían que decirle al protegido de la administráción.

Ya los puertorriqueños dé la Alianza, se encargarán de seguir esprimiendo, allá en el

¡Y poquitas ganas que teníamos nosotros de ver á la juñta de sanidad en actitud gallarda! Cuando se lleva la lev por escudo noy.,debe temerse al poderoso. .,

Las burlas que,'ge han hecho con esa lev de sg,pldd deben ser castigallevando ante los. tribunales iMfractores. Ese es el camino.

491 informe presentado tan valien-

das álo te v razonadamente por el vocal letrado señor Muñoz Morales, denunciando los atropellos, hechos por altos cuerpos, al espiritu de la lev, es un documento de tal naturaleza, que él solo de por sí revela nuestro estado actual político.

Trece años llevamos de dominación brutal. Enel trece fatal habían de producirse tamañas hazañas por la administración. El país parece despertar, porque va la sangre, que hace brotar de las espaldas el látigo del señor, brota tamhién en las pálidas mejillas del flajelaco

Es el mismo látigo que hizo dar á los colonos del noree el grito de libertad.

FILIS.

Norte, el limón de la carta sablazo que se sirvió á los aguantones empleados.

Allá sí que arrugarán la cara cuando lean la cartita, los que hablan de nuestra prepara ción, (¿como en Panamá?) para el gobierno propio.

e
4

a dicho Víctor Hugo: «En el arte no hay alza ni baja: el genio está eternamente en su plenitud. Todlas las lluvias del cielo no añaden una gota de agua al océano las mareas son ilusiones y las aguas que bajan en una costa suben en otra; se confunden los decrecimlentos con las oscilaciones: y de cir ya no habrá más poetas y artistas es lo mismo que decir ya no habrá más mareas »

Esto lo prueba patentemente el buril del reputado artista' francés GORY en el intere santísimo busto enguinaldado de 7/oletas, de las cuales cae un ramo sobre el hombro derecho, desnudo, de la gallarda estatua

Violetas, premió Giusti es verdaderamen te un magnífico objeto de arte: y está destinado para recompensar al dueño ó dueña del mejor d/bum de postales. con autógratos de escritores y poetas del país y del extranjerov con trabajos musica!es, dibujos y pinturas, que se presente en el CHRTAMEN DE LITERAT!

A

CIENCIAS Y BELLAS ARTEs que ha de celebrar conjuntamente el Ateneo Puertorrigueño y la Sociedad de Escritores y Artístas en el próximo May

El señor Giusti, en el ramo de postales, tiene un don especial para escogerlas y stempre ha surtido nuestra plaza en este género con un gusto delicado y geníal- Hos los cultivaderes de este refinamiento artístico revela nuestro amigo que su ertusia:1 progreso de este país no decae un ápice

VIOLETAS, Premio Grusti, debe estar ya en los salenes del Ateneo ¡unt que existen allí, destinades al mismo C77amen

est nulanc 0á 11 1 1¡¡

á etros premios

dicha v hermosura, abandonándose en sus trazos, con acento balbuciente y dulcísmo, le di í ella:

Oh, amado mío....! Sov.tuva, tuya para siempre.....! Ven... ..

Y cuando en la página blanca de su libro ideal figurábase haber eccrito estas últimas frases, he aquí que un terrible estremeci miento viene á sacudir todo su ser

La música había cesado. y frente á él, más hermosa que nunca, pletórica de dicha, esta ba- ela, la mujer adorada, del brazo del otro, de su amigo, que, al acercarse, le dijo satiste cho al oido;

Me ama y soy feliz....'

Y al oirlo, el desdichado hizo un esfuerzo atroz: inclinóse con galantería y trató de ¡le var á su rostro, la careta de siempre, la care ta de la felicidad; pero cuando sus labios se entreabrieron para dibujar una sonrisa, sobre vínole un espasmo atroz, y mientras sus meji

llas pintábanse del color de la muerte, se contrajo su boca en una mueca de indecil k dolor, erizáronse sus cabellos a- sus jy upilas brillaron con lívido v sintestro fulcor

Era la angustia. la angustia horrible que t*x.'¡¡uil1tlt»xv de su re ht'_ le brotaba por ls Í|j( FE

Se llevó las manos al corazón v Cavó des plomado

Después, se lo llevaron de allí

El médico certificó que habíami e:to de tna lesión cardiaca, y por algún t empo se habió mucho de él en diarios rev.stas

Pero nadie supo la causa de su muerte.

Ni c/da misma

Ni e7/a misma que lo había traicionado corn su cruel falsedad

Pero fué la angustia.

Ta ungnstia la que lo mató

a VIOLETAS
e
M. GONZALEZ GA

h Para lo que se saca, dirán ellos. na hay recesidad de pronunciar El erandes discurcsos.

a iN1 de pasar sofocones!

Boda en Coruzal dejaron de asist'r. Apesar del mal cariz que el tiempo presentaba, acudieron algunas díistinguidas familias de los pueblos leimitrofes

En la noche del 30 de diciembre pasado y varios jovenes de San Juan tuvo efecto en Corozal, come-habíamos anun- Recibió el sí de la feliz pareja y bendijo ciado, el matrimontode la simpática y be'a 5u unión el Padre Vassallo, hermano del señorita Estela Bou, con el distinguido joven novio

Emilio Vassallo Que el sol de la felicidad alumbre siempre

El pueblo parecía estar de fiesta, nos dicen el nuevo hogar, son nuestros sinceros deseos. que, atraidos por las simpatías que gozan las amilias Vassallo y Bou, muy pecas personas

ENZ : IP S DELEGADOS PRACTICOS . y | U ' S ' i ñ EL E V , E ú E E É ra h E| E L A | R E hi
WW

ELLA

Gentil, apuesta, escultural, graciosa, alma inocente, de virtud modelo, nació mujer y transformóse en diosa por un decreto que bajó del cielo.

Dios mitigara su ferviente anhelo en sus labios de pétalos de rosa; anda y parece que una mariposa abre las alas para alzar el vuelo.

¡Es necesario contemplarla! Ac:so porque ven el fulgor de su alma bella se descubren los hombres ásu paso, y porque es másradiante que una estrella al sepultarse el sol en el ocaso abdica el mando de su imperio en ella FELIX

CORDOVA DAVILA

Angeles del hogar

Traemos á esta página el retrato de la en cantadora niña, Carmelina Loyola Purcel en canto de un hogar felíz, para el que deseamos una eterna dicha.

MEAPA

Tu boca

Una blanca mariposa per el brillo sedi cida, quedó en las redes prendida de tu pupila amorcsa.

Miró desde allí una rosa sobre tu seno escondida, y también quiso atrevida libar de su miel sabrosa:

más a! velar hacia ella. otra flor más pura y bella vino á calmar su ánsia lkcea

y Su natural desvelo, pues vió calmado su anhele sobre el clavel de tu boca

No es extraño

Antes de que el jurado calificacor de la st guuda Feria Insular adjudicara un primer premio á los vinos de las -Bodegas g illegas se lo habíamos adjudicado nosotros, que en eso de catar vinos, sobre todc si son gallegos, o mos una verdadera especialidad.

Los señores Pedro Romer» hermanos, de Orense. propietarios de las Bodegas gallegas pueden estar orguliosos del producto que mandan á Puerto Rico, asi come su represen tante en San juan, nuestro buen amigo Don Juan A. Pérez.

Los vinos de las " Bodegas gallegas han sido premiados con medallas de vro en las exposiciones. de Santiago, Valencia v Buenos Aires. No es extraño, pues, que havan triuintado también en Puerto Rico

Y digan ahora que los gallegcs no estamos preparados para el golierno prip o

El induít o d é Adorno

Sinceramente damos al señor -Gobernador interino honorable Mr Carrell las gracias más expresivas por le de indulto otorgado al querido- amigo y compañeroDon José Adormo y por la las frises encomiasticas quededi <ó á la prensa del país

Gracias señor Gobernador interino y quera Dios que pronto lo sea usted en propieau

.
SONETOS Zg
e. -ARNALDI SEVIEEA

Ayvudemos todos á Mr. Colton. Un mensaje tan pesado es mucha carga para un hombre solo.

Codorniú

Esta famosa marca de champagne tan po pular en España como el mismo Canalejas, antes de ser Presidente del Consejo de Minis. _tros, fué la que se consumió en la gran fiesta del Auxilio Mútuo.

Codorniú ¿verdad que se las trae la palabrita? ocupa la presidencia en la república de las bebidas

Con derecho á la reelección.

Tiene la palabra

Yo se la concedo, amigo Cervoni, para que nos diga algo de eso que nos empeñamos en llamar riego de la costa sur, aunque tengo para mi, yv Dios me perdone, que lo único que se riega por esa costa es el dinero del pueblo de Puerto Rico

Diganos algo, amigo Cervoni, que debe ser digno de oirse.

¡Y de comentarse!

EL agradecimiento es la manifestación le la gratitud, y la gratitud es el senti. miento que nos obliga á estimar el beneficio ó favor que se nos hace, y yo creo, que debemos corresponder á él en la forma ó manera más expresiva, para que se vea y se aprecie el grado á que alranza en nosotros ese sentimiento.

Hay un principio ó axioma que dice, no es suficient: ser honrado, hay que- demostrarlo, el cual es amoldable á casos de gratitud diciendo, no es suficiente ser agradecido, ha! que demostrarlo. agradecimiento? demuestra e Pues, diciéndoio y probán Cómo se dolo en todas las oportunidades que para ello se presenten.

Pensando en esta forma es que mc he creido obligado á traer á las columnas del perió. dico una manifestación de gratitud, una á ma nera de explosión de agradecimiento pública, para que. mientras se me presente oportunidad de darlo á conocer con hechos, no se me pueda tachar de mal agradecido ó indiferente al favor recibido.

Tengo entendido que, dentro de la manera de pensar sajona, un paciente que por estar sufriendo de grave mal llama á un médico, y. con arreglo á su situación financiera, le paga Ó satisface ciertos honorarios porque le cure de ese gráve: mal, no tiene nada que agradecerle/al verse curado, porque para eso le ha satisfecho sus honorarios; pero, dentro de la manera de pensar latina, ó por lo menos nuestra, el hecho de curarnos de un mal que amargaba nuestra existencia, por .más que paguemos al doctor, no digamos cantidades ínfimas, que, después de todo no valen la pena sino millares ó millones de dólares que fueran por su asistencia y eficaz tratamiento, no nos esquiva este pago, del agradecimiento hacia él, sobre todo, si mnos ha curado: agradecimiento que nuestra manera de ser nos impone como pago meral, como retripución de alma á alma, pues, aunque su servicio haya sido material, el interés que necesaria mente ha tenido su espíritu anhelando un

A los doctores Lippitt y Carbonell, y practicantes Feijó y Otero. éxito en nuestra operación ó tratamiento, aunque ese interés, puede arguírseme que es en parte por egoismo profesional, debe tener á mi entender alguna recompensa. He aquiel papel del agradecimiento v de la gratitud, el de moneda del espíritu.

Los sabios Doctores, avudados de los competentes practicantes, á quienes modestamente dedico este artículo, han practicado recientemente en mi persona una habil y delicada operación, con un éxito tan rápido y eficaz, que es verdaderamente asombroso: sobre todo para mí, que estoy gozando de sus beneficios

Y he dicho, 'sobre todo para mí porque, indudablemente, para estos sabios Doctores es tan frecuente la restauración de la salud á cuerpos enfermos mediante sus tratamientos médicos ó quirúrgicos, que, sin duda alguna, A un caso como el mío, parecido ó igual 4 otros tantos que ellos habrán tenido, no le dan importancia alguna y lo cuentan como cosa muy natural. No asi el paciente, que, al verse curado, al verse libre del mal ó dolencia que amargaba ó minaba su vida, convirtiéndola en una cadena de dolores sin fin, ve, en los que le han relevado de ese suplicio, que ya consideraba eterno, á los salvadores de su salud, la felicidad de la vida, v los eleva, por agradecimiento natural. como he dicho, á la de -su afecto a más alta cumbre de su estimación y Dice Nanta Teresa de Jesús, y no me vayaÁ tachar de místico mi querido Doctor Carbonell, al ver la cita - que, el alma es un castillo- el castillo interior. Castillo he. cho de un diamante, con siete estancias, ha biendo en la última guardado un tesoro, Y ese tesoro, creo yo, que es la gratitud, ese sublime sentimiento, moneda del espíritu, con la que no se paga sino en ciarta¡ sc lem= - nidades, y, la que ha ido-á buscar el mío has ta esa séptima estancia, para pagar moralmente á mis queridísimos bienhechores _

"e 1 MONEDA DEL ESPIRITU !
r
CONRADO ASENJO Enero 1g1z

Ux.a detonación que hizo trepidar el edificio puso en movimiento al personal to "0 del Círculo, indagando el sitio de donde procedía el disparo. Por el olor á pólvora y el humo esparcido <e averiguó pron- tamente que cerca del lugar más necesario yacía tendidu RKausí Rausí, el gran humo- rista, la alegría de la sociedad, el hombre de las genialidades y las b:-omas sabrosas.

La nueva de aquella pérdida, tan lamenta- da, era una segunda detonación que reper- cutía en los corazones No se concebía muerte tan violenta en el que siempre res- pondía, aún en los grandes reveses, con una fras: re:0.0na

Sobre el már.nól tendido, con las sienes en- sangrentadas, la cabellera 'de .compuesta, las piernas abiertas « tijeras, el rostro trágico, v el diestro índ ce anillado en el gatillo de la pistola, estaba el buen> de Rausí.

Generalmente les hombres alecrs mue- ren así-di'o indiferente un almidonado joven mirándese las guias del mostacho, con pre- tención de tilosofar.

El teléfono pú ose en actividad llamando médicos, familiares del suicida, am gos, autoridades y sacerdotes.

Un pestañeo del herido llenó de esperanza Á las atribuladas almas

¡Rausí, Rausí, ¿qué has hecho! le preguntó con zozobra un consueutdinario compañero de carambolas

¡Oh, de haber sabido yo que estabas tan triste, te hubiera dejado ganar la partida!

También las cosas de usted.... dijo recriminando al carambolista un caballero de lustrosa calva. Esa partida ha sido, sin duda alguna, la gota que rebosó un dolor. ¡Pobre Rausí! Si fatalmente sucumbieses, ya sabré pagarte con buenas oraciones. la alegría que con tanta frecuencia dabas á mi espíritu -Debemos levantarle de aquí--dijo otro. Imposible replicó el de la calva- mien- tras el médico ó el juez no ordene......

Pero es que este sitio es indigno de él, v de nosotros

La fatalidad nos pone en él y en él debemos permanecer.- ¿No vale tan g-a1rde amigo algo más que esto? , ¡Una desgracia más'. -clamó desde el teléfono un consocio. La familia de Rausí está ausente. El médico no tardará en llegar.

La escalera del Casino parecía un camino de hormigas. bajando v subiendo personas que iban con la nueva ó que venían por ella:

¿Ha muerto? . ¡Herido nada más! ¡Hav es- peranzas!

¡Qué fatalidad! ¡Pobre Rausí! ¿Vive aún? y otras frases semejantes se cruzan entre los amigos que topaban.

Mientras, Rausí permanecía en el suelo ro- deado de un centenar de individuos que comentaban sotto voce el suceso, Ya está aquí el médico--gritó un caballe- rete de voz atiplada. Le he traido yo, que conste. He tenido que traginar más que un tore- para encontrale. N

¡Doctor, doctor, sálvenoslo! fúé el saludo que dieron todos al galeno, el cuál calóse las gafas para entrar en tarea.

¡Hay pulso. ... hay calor! veciferó á to- do pulmón, lleno de alegría, un caballero, como si diera el valiente grito de rebelión de una santa causa.

¿Cómo está usted, Rausí, preguntóle el médico para animarle

Yo perfectamente, ¿y la familia de usted? respondió Rausí, sin perder su rigidez.

¡Homb e. yo no tengo familia añadió amoscándose el médicu, bien lo sabe usted, soy solterón.

Entences le felicito. Creí que de anoche acá la había usted creado. Como usted es médico y puede acabar con una familia en bocas horas, bien pudiera hacerla de la mis- ma mane a

Este Kausí es volteriano. Su última palabra será una agudeza.... dijo el de la calva, viendo el efecto que había hecho en el mélico el epigrama del herido

Rausí entonces. con sorpresa inaudita de todos, se incorporó, v sentándose en forma arabesca sobre sus piernas, dijo en tono familiar:

Mis buenos amigos, para mí es una delicia verlos 4 ustedes aquí tan solícitos interesán- dose por mi vida. A todos les he oido cómo hacían lástimas de mi desgracia. He tenido. pues. la alegría de conocer el efecto de mi suicidio, y ustedes sin drda alguna la tendrán también de verme resucitado

Ha todos y á ninguno toca esta broma pesada, digna de esta fecha. Somos 28 de di- ciembre. Amigos, habeís sido unos pobrecitos inocentes.

De un salto púsose en pié abrazando á troche v moche, empezando por el nfédico y aca- bando por el carambolista que se crefa cau- sante de aquella muerte

Cuando llegaron el juez y el agente de la funeraria hallaron á Rausí en hombros de los amigos que cel=br: ban con fiestas aquel rasgo de su buen humor.

El único que puso cara fosca al enterarse de la resurrección, fué el agente, que veía cómo se le escapaba de las manos un gran negocio. -

a RAUSI, EL SUICIDA Tdl '_ | _e |
F. Lórez SÁNCHEZ.

EL episodió que voy á referir tuvo lugar en el reinado del gran Felipe II, cuando España luchaba valerosamente en Flandes, contra la herejía que había pretendido extender sus raices en el reinado de aquel católico monarca, que opuse un dique insuperable á sus progresos con aquellos temibles tercios, cuyas legendarias hazañas causan admiración profunda al pensador que examina atentamente aquellos .he-hos.

El Escorial, aquel célebre monumento, página gloriosa de la madre patria; está próx:mo á concluirse, y su dueño, el rey Felipe, retirado en el suntuoso edificio, dirige desde su gabinete las más arduas cuestiones que se agitan por aquel entonces en la indomable Fspaña.

Un soldado altivo y audaz; uno de aquellos héroes que hicieron hazañas colcsales en los muros de Maestrich, ó en las riberas del Mosa y el Escalda, examina atertamente la fábrica grandiosa del Escorial, atusándose sus canos bigotes, testigos de mil y mil combates cuando otro personaje que ha estado mirando atentamente los ademanes del viejo veterano de Flandes, se acerca á él. le da un golpecito en el pecho y le dice: Amigo ¿venís de Flandes? ¿que hay por aquellas regiones?

-El soldado, que se ve bruscamente interrumpido en sus meditaciones, contesta altivamente.

De Flandes vengo, hidalgo. más vos que por vuestro porte indicais ser de la corte. contestad, os ruego á otra pregunta que os voy á dirigir con la misma razón por la cual me habeís preguntado: ¿Qué tal paga el rey los servicios que se le prestan por acá

El rey, nuestro señor, cuya vida guarde Dios muchos años, repuso el hidalgo, sabe pagar lo mismo aquí que allá, como se debe los buenos servicios con su gratitud y con di' nero; álos osados les manda á cortar la len gua, para que sepan hablar.

Hidalgo, dice el soldado; audaz estáis por mi vida, pero os digo que mentis villanamente. puesto que á mí me pagó mal los servicios que hice por su causa, y á pedir justicia es á lo que vengo.

Yo os puedo servir algo ante Su Majestad; sin embargo, cuidado con lo que habláis, pues dicen que tiene ur: natural may violento y os puede mandar ahorcar. Pasad mañana por su despacho y yo os introduciré

Señor, mil gracias, no olvidaré vuestros consejos, y sabré decirle, si es tan magnánimo, que tenga muy presente que al venir yo á pedir este favor nobleza obliga, y sentiré que dé un mentis á esta maxima.. Cun Dios quedad.

Felipe IL, sentado en un sillón de cuero. con faz adusta y grave, examina sus negocios en un espacioso gabinete del Escorial cuando una mano levanta la cortina que cubre la puerta del gabinete y un criado anuncia la visita de un veterano de Flandes

Felipe d:ce que pase, v su carácter s* muestra más altivo y altanero que nunca. El veterano pasa, se arrodilla ante aquel gran rey. y después de las frases acostumbradas, el rey, viéndole postrado á sús plantas, le dice: Levanta y dime qué quieres, á ver si sé recompensar á los que me sirven.

El viejo soldado se levanta y su cara se contrae por el térror al reconocer en el rey al hidalgo de la víspera, más, sin embargo, exclamó con dignidad: Señor, soldado raso á las órdenes del capitán Montoya, á quién Vuestra .Majestad sin duda conoce, peleando por Vos y porla patria ocho años, en Flandes, aun no he obtenido recompensa y á eso vengo ante Vos á pedir algo para pasar mi vejez tranquilo, -Bien, repuso el rey, yo te daré una recompensa que demuestre cómo paga Felipe 11 á los que le injurian en. su - presencia como ayer hiciste tú. Enséñame tus servicios para que te crea.

El veterano, trémulo y convulso, ante la po sibilidad de ser ahorcado, saca del pecho su hoja de servicios y aguarda como el reo en el banquillo, su sentencia

Felipe lee la hoja v la- tira con rabia diciendo: Como tú tengo vo 4- millares en mis ejércitos; ¿no tienes otras prúebas?

Señor exclama el soldado en un nobie arranque.ya que eso novale, mirad mi pecho: y se descubre el pecho lleno de horribles cicatrices.

Nobleza obliga, contesta el monarca: quedas nombrade alférez de tu tercio, eres un valiente, yo te perdono las palabras que proferiste ayer. Y aquel gran monarca se quedó meditando en que no era maravilla que tanto hubiera conquistado con tales solozces

Vn ia p
--=
AN TCNO REO

Y. M... 2SaN' JUAN:

Me parecen muchos rayos y muchas centellas para un artículo tan corto

No juegue, amigo, no juegue así con la eléctricidad

EMÉRITO. --Lajas:

La d'scv4:76 1, 09M) dice usted, por muy grande que la descepción sea, no autoriza pira insultar á toda la familia.

Desengáñese: á usted no lo llama Dios por el camino del amor. Ni por el de la poesía tampoco

FLORIDO. -. PONCE'

N 9 es tar fácil com> parece escribir veinte cuartillas v conseguir no decir nada.

Pertenece usted al número de les que triunfan

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R K SAN JUAN:

Agradezco la felicitación.

Pero otra vez no me felicite en verso.

JUANITO. ...PIEDRAS:

Si no temiera que se enteraran en el barrio, le diría que esos versos no son suyos

Peco n> me gasta molestar á nadie

UN SUSCRITOR AaGUADA:

Aunque no tiene el honor de conocerme, dice usted en su ciarta, apróvecha la oportunidad para mandarme un cuento corto.

Eso es sin t:ner el honor.

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