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A Manera de Pr6logo y Epilogo

LA CRISIS POLITICA EN PUERTO RICO 17

vo balance en favor de los elementos no materiales de la cultura. En el Puerto Rico de 1960 justicia social ya implicaba mucho mas. Estriba aun diez afios mas tarde en proveerle a cada ser humano lo que merece en terminos de vida econ6mica, pero tambien de vida cultural y espiritual.

Este contexto mayor, mas abarcador, sirvi6 de base ideo16gica para la revuelta generacional de los afios 60. La seguridad meramente material no es principio ideol6gico suficiente, como lo demuestran las convulsiones sociales y generacionales de estos dias en los paises econ6micamente mas seguros de Occidente. Las economias desarrolladas comparten su estabilidad material con la volatilidad colectiva ante el a vance generacional. Al inicio de la decada pasada hicimos esa advertencia.

Para 1948 ya se pueden enumerar muchos y significativos logros del popularismo, pero le ocurren cambios ideol6gicos radicales. El pueblo elige a su Primer Mandatario. Se plantea entonces la mejor manera de garantizar la continuaci6n de la obra realizada: si la sede de la acci6n debe continuar siendo el poder legislativo o si debe trasladarse la misma al ejecutivo. En otras palabras, el proceso democratico y su funcionamiento entra a formar parte, junto a las probadas prioridades sociales y econ6micas, de la tarea.

Ocurre otro cambio notable en la ideologia de nuestro pueblo cuando se establece la industrializaci6n como nueva soluci6n al problema econ6mico. Este principio, relativamente ausente en aflos anteriores, pas6 a ocupar el primer plano. Es el primer elemento de nuestra realidad que adviene a la formulaci6n ideol6gica despues de probado en la practica y de haber rebasado como soluci6n a los otros tres "factores esenciales" , propuestos hasta entonces como instrumentos en una "batalla de la producci6n".

Otro elemento importante de esta segunda reforma ideo16gica que ocurre en 1948 se refiere al asunto del status politico. Se expresa por fin inequivocamente la intenci6n colectiva de resolver el problema y se ofrecen como soluciones la redacci6n de una Constituci6n y la celebraci6n de un Plebiscito. En la decada de 1960 nuestro pueblo estaba en aras de cumplir el segundo de los dos compromisos que se habia hecho

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18 JUAN M. GARCIA PASSALACQUA

doce afios antes. Procedia revaluar nuestra situaci6n desde tan nueva perspectiva.

El periodo de 1952-1960 puede analizarse como una unidad. El status politico vuelve a ocupar el lugar de primacia en la trayectoria ideol6gica de nuestro pueblo y progresa el ascenso del ideal de union con los Estados Unidos de America. Causa y efecto a la vez de esta orientaci6n es la creaci6n del Estado Libre Asociado. La tematica de esos afios son el crecimiento y el fomento.

Pero comienza a apuntar una preocupaci6n con las finalidades ultimas del progreso: "Se crece para ser algo, y se es libre para hacer algo." Ser y hacer colectivos son nueva problematica. Se abraza la educaci6n como la medida para lograr un entendimiento de nuestro ser y nuestro quehacer de pueblo, pero no se progresa hacia esa meta. Se hace recurrente la tematica de la continuidad. El periodo termina en una nota dubitativa. Nuestro pueblo endosa una vez mas la programatica del popularismo, que entonces enumera "lo que nos enorgullece y lo que nos preocupa" , pero la intervenci6n de la Iglesia en los asuntos del Estado impide el compromiso de que vamos a hacer. Nada dice el programa de 1960 sobre ello.

Dos principales corrientes ideol6gicas coinciden al iniciarse la decada de 1960. Una plantea la continuidad; la otra, la renovaci6n. El deseo de sefialar pautas ideol6gicas para las futuras generaciones y de garantizar los enfasis debidos en las areas de acci6n colectiva, llevaron a la crisis del liberalismo reformista, a la agonia del popularismo. Esta es la historia de esa crisis.

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