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Meditación Alemana Mariano Picón Salas
e5neditación_, cA.lemana
Por l\J41HANO PICON SALAS
Alemania es un país problema y cargado de peligrosa inflamabilidad, dentro de Ja Historia europea más reciente. Una justa avaluación de Jos hechos alemanes venciendo nuestra repugnancia para lograr Ja objetividad, incumbe a quienes aun luchan por defender en esta hora sombría del mundo Ja amenazada libertad del Espíritu. Palpita en nuestra contemporánea humanidad un inmenso sentimiento de justicia social, y aunque numéricamente avasalladoras las corrientes políticas que Jo animan, tropiezan en todas partes con el propio ·obstáculo que les crea su ceguera para ver lo distinto y para comprender fríamente Ja técnica y el oportunismo de los enemigos. La subestimada burguesía europea ha sacado infinitos recursos de guerra, hasta quitarse en los países dictatoriales aquel decoroso traje de Legalidad y de Cultura que antes Je sirviera de justificación ética. Ha encontrado en el relativismo moderno Ja temperatura propicia parn desdeñar Jos valores metafísicos que nosotros asociábamos a Ja palabra "Civilización", y en el universal quebrantamiento de las formas y de los conceptos tradicionales, ha descubie1·to fuerza para animar nuevos mitos.
Un mundo demoníaco, fría y voluntariamente brutal, ha sustituido en Jos últimos años a aquellas gentes comedidas, corteses y elegantemente escépticas de Ja Europa de anteguerra. La sangre ha vuelto a cobrar su tributo, erigiéndose como supl'Cma razón, sobre la ruina de las formas pulidas y los elaborados conceptos de la vieja civilización europea. El asesinato político y el tenebroso misterio de la policía secreta han vuelto a actuar, y con una tenacidad y sadismo que nos parecían olvidados. Por eso-y con un poco de petulancia suramericana-, me entretenía en decir a . un escritor alemán que me hablaba d\l la "nove- ·ctad" de su régimen :-Es nuevo para ustedes, pero sumamente viejo para un hombre de Suramérica. En el comienzo de nuestra histo1·ia tuvimos también estos regímenes de sangre. La "mazorca" con que el tirano Rozas liquidaba a sus enemigos, era en Argentina de hace cien años una .especie de "Gestapo".
Después. -y aunque no se puede decir ni con mucho, que en nuestro reine la Justicia -hemos come"zado •a aprender, al menos, las viejas formas políticas europeas. Y ocurre el hecho paradoja( de que nosotros empezamos ahora a buscar Jos sistemas legales que aprendimos en los libros de Derecho de Europa, cuando ustedes los desdeñan. El culto de Jo "irracional", del "instinto" que ustedes quieren elevar al plano de Ja Filosofía, ya existió en nosotros de hecho: lo tenían-sin saberlo-los mazorqueros de Rozas, Jos "guapos" de las largas guerras civiles de México, de Bolivia, de Venezuela. Los tiranos de aquellos pueblos disponían también de inteIectualoides que adornaban a sus Jefes de Jos títulos más pomposos. · Y quienes pertenecían a la "milicia" o disfrutaban de las grandes si- .necuras fiscales, encontraban, también, corrio Jos miembros de vuestros "partidos totalitarios" que sus Jefes eran verdaderos "Regeneradores 1del Universo".
Prescindiendo del simil pintoresco que un suramericano gusta de hacer-como inquietando un personaje tan engTeído como es ordinariamente un europeo-, el hecho alemán tiene una sig·nificación infinitamente más vasta en cuanto se realiza en un superpoblado país de 70 millones de hombres, y que estábamos acostumbrados a considerar como una de las naciones ductoras del mundo. En Alemania se ha verificado una Revolución, no en el sentido de reparto económico que le dan J.os marxistas, sino en cuanto se han invertido profundamente los valores que hasta ahora inspiraron y guiaron Ja Civilización europea. La atmósfera alemana hierve de materias explosivas, y la posición beligerantemente bárbara que asumen sus hombres responsables - o irresponsables, - es uno de los más trágicos enigmas del momento presente.
No se puede confiar - como en ciertas ilusiones izquierdistas - en la eventualidad del Gobierno de Hitler, y que mañana la vida de Alemania vuelva a sincronizar con un ritmo semejante al de la vida inglesa ·O francesa. Hay alg_o nuís denso y profundo; algo que ha
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REVISTA - ASOCIACION DE MUJERES GRADUADAS
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penetrado
ale111ana.
tico, pero evidencia. en la médula misma de la nación Nos puede ser simpático o antipáexiste y actúa con incontrastable Muy distantes estamos del poético tiempo que can rousseauniana lernura Madame de Stecl presentaba los alemanes al conocimiento y clasific::ción de los franceses. Más allá del Rhin, la buena señora fué a descubrir en aquellos días tan decidores y serios de las guerras napoleónicas, · la soñadora comarca de la Religión natural, de las brumas poéticas y de la Filosofín. El alem:ln de Madame Stael era el hombre que hubiera amado Rousseau. Frente a la ceñida y demasiada sabia lógica francesa, aparecía como un sensitivo y como el "virtuoso sentimental", de acuerdo con los emocionados cánones del Romanticismo. "Los alemanes-decía Madame Stael-son generalmente sinceros y fieles; no faltan nunca a su palabra y el engaño no conviene a su naturaleza". Veinte años después de Madame su sang1·e alborozada. Así, cuando al final del invierno el oscuro bosque alemán se llena de brotes y de canciones y fermenta la cerveza de marzo, Jos señores de Suabia, de Baviera y Franconia partían a buscar más allá de los Alpes, su turbadora quimera imperial. Un día del siglo XV-siglo de trágica anarquía alemana, se le dice al astuto Rey de Francia, Felipe el Hermoso, la posibilidad que tiene de ceñir la pomposa Corona· ele los Em1icradores del Sacro Imperio. Pero el frí" calculador que estaba formando pedazo a pedazo su Reino y guardando su dinero, contesta con una frase que diferencia ya la sagesse francesa de la hinchazón alemana: -Eso-contesta el Rey-es demasiado alemán ("Nimis germanice").
Taciturno y profundo genio alemán, que en el tiempo de Madame Stael se conformaba idílicamente con las revoluciones poéticas y iilosóficas. Su concentrado romanticismo le ha hecho vivir, más que cualquiera otro pueStael, el corrosivo Reine decía que la escritora francesa había visto a Alemania como un "nebuloso país de espíritus o de hombres sin cuerpo que se pasean virtuosamente por los campos cubiertos de nieve, y no se preocupan blo europeo, de los mitos fantástic-0s. Lo que se ha llamado el cinismo de la inteligencia alemana es esta inmersión y docilidad ante Jos mitos: mito metl\físico, mito de Ja sangre, mito del "ideal", mito de la fuerza y el poder. sino de !\foral de mana ensimismada Metafísica". en un vago
El alma sueño de alemú
El mito metafísico nos enseña que mano, antes de que pudiera filosofar, el gerya insica, es lo que quiere definir y dame Stael. "Y estcs pobres encontrar Maalemanes-patuía más profundamente que otras razas, el misterio cósmico. Mientras que el supel'ficial rece decir Ja compasiva señora-han tenido hombre del Mediodía, el hombre del mundo que soportar varios siglos el peso de una trademasiado claro, necesitaba materializar plásdición clásica que les resultaba tan inadecuatic:amentc sus dioses, Jos dioses ele .Germanía da. Ha sido neccsal'io que viniese una época eran los espirítus impalpables que viven en capaz de amar y gustar de las de sol el fondo de los espesos bosques. Su ocupay de los nocturnos, de sumirse en el misterio ción y el designio que le señalan a Ja vida es cósmico y de lanzar su canto entrecortado, el eterno combate, combate espMtual que despara que penetl'emos su misteriosa alma. Y de la tierra sigue hasta el Walhalla o reino de por las otoñales avenidas del Palacio Ducal de las sombras. Combatiendo deben morir uno Weimar, o bebiendo Ja clara cerveza de la a uno todos los dioses-en aquel terrible cre"Hostería del Caballo Blanco" o entre Jos pipúsculo que han cantado los cobres de Ja ornos bávaros o en Ja tertulia del Consejero von questa wagneriana-para que de su trágica Goethe--a quien parece no haber comprendiderrota surja una humanidad más aplacada y do-, In acuciosa escritora busca esa alma feliz. (Y cuando el alemán de hoy habla del nórdica, tan diversa del alma del Mediod!a. "Tercer Reich", casi supone mesiánicamente Vulgarizó l\fadame Stael uno de los mitos aleque ya se ha realizado Ja muerte de Jos dioses manes, que en nuestro tiempo tan poco poépam empezar el reinado de los hombres.) Por tico vuelve aún a tener eficacia: el mito del lo demás, entre los pueblos europeos, es el únieterno verdor y de Ja eterna juventud alemaco que se atreve a apropiarse de Dios y - cona. Germanía es Ja tierra joven y providenmo el Kaiser o Hitler - Jo -0bligan a naciocial que Ja primavera puebla de renovadas nalizarse alemán. En las proclamas guerreresinas, y cuya fresca savia hace i·eflorecer el ras de Guillermo 11 él reservaba para su puetronco carcomido de la vieja civilización roblo la y alianza divinas, así como mana. Entre Jos pueblos decadentes, AlemaHitler ha escrito en significativa frase de nia actúa para mejorarlos con el impulso de "Mein Kampf": "Creo obrar según el espíritu
DE "LA UNIVERSIDAD DE PUERTO RICO
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del Todopoderoso, nuestro Creador y comballegada de los nuevos Césares, murió en el matir por defender su obra". Con este mesiayor olvido. · En Alemania se imponía la charnismo del pueblo alemán se relaciona su imlatanel'Ía trágica del pseudo filósofo Rosenpúdico y terrible mito de la sangre. "Lo diberg. Era el pseudo Spengler como Hitler vino se revela inmediatamente en la sangre era el pseudo César. que bate en nuestras arte.rias", dice uno de los Humanismo y democracia, igualdad jurídimás considerados teólogos nazis, Hauer. Y ca de los hombres, son formas y conceptos de "al misterio sagrado de la sangre alemana" la Cultura Occidental contra los cuales se ha dedica el general Ludendorff su revista y su alzado satánica y orgullosamente el alma germovimiento religioso neopagano. Humorístimamca. No importa que Kant al definir el camente decia un escritor que la discordia envalor absoluto de la personalidad humana, tre los alemanes y los judíos proviene de que determinara también la igualdad última de toambos se consideran "pueblos elegidos". En dos los individuos "en cuanto son pe1·sonaiidael antiguo Israel como en la Alemania de Hitdes humanas". No importa que Goethe eleler existió la misma pasión nacionalista, y alvase a categoría filosófica el concepto de lo gunas exclamaciones del Führe1· se parecen universal-humano. Kant y Goethe represenextrañamente a la de aquellos profetas colétan las dos mayores tentativas de armonizar ricos y xenófobos del Antiguo Testamento. e integrar lo particular alemán dentro de la "Nosotros-dice el Führer-somos la especie doble tradición universalista que venia de la superior con que la bondad del Todopoderoso Antigüedad clásica y del Cristianismo. Cierse ha dignado gratificar esta tierra". "Y no ta i·eticencia sorda que en las esferas nazis hay virtud mayor que la de ser alemán", agrese advierte contra Goethe, a quien-infantilga el teólogo Hauer. mente y desde la posteridad-se le pone a lu
El mito del "ideal" ha sido definido en una frase ingeniosa de Keyserling: "el alemán es .el hombre que busca el ideal por el ideal; es necesario tenerlo, no importa cuál sea". La exaltación ele la mera y abstracta energía y vitalidad como ley del más fuerte, fué una de las formas que tomó en Alemania la Filosofía evolucionista, y constituye uno de los modemos ideales germánicos. En los historiadores y teóricos del Pangermanismo - un Treitschke, un Lamprecht - la fuerza por la fuerza sin ninguna otra calificación moral o intelectual se basta a si misma. Y los teóricos del Derecho ya han distinguido como, a diferencia del francés, para quien el Derecho es "una relación de libertades", el alemán lo concibe como "subordinación, fuerza y función". Este sentido peculiar del Derecho germánico que se expresa en conceptos como los "Willkuhr" (voluntad personal ilimitada) y "Faustrecht" revive actualmente entre los nacistas. Con ello se quiere borrar lo poco de Derecho Romano y de tradición jurídica clásica que aún subsista en Alemania. char con Schiller y con Nietzsche, se explica en cuanto Goethe se proclamó varias veces "ciudadano del mundo", y miró demasiado el arte italiano y las ideas francesas. El problema histórico de Alemania es que su civilización no se edificó, como la de Francia y la de los países meridionales, sobre un seguro subsuelo cie formas culturales antiguas. A pesar de las invasiones bárbaras, en la Galia de Clodoveo seguía subsistiendo el Derecho Romano, algunos de los organismos de la vieja administración imperial y la vida urbana de Provenza, elementos todos que contribuyen a ese admirable proceso orgánico de asimilación y de s!.ntesis -que se llama la Historia francesa. Florecían ya las ciudades italianas del Medievo; mandaban al Oriente sus flotas, levantaban sus enhiestos "campaniles" y pintaban de p1·ofundos símbolos sus "camposantos" rodeados de jardines, cuando en Alemania el germano, aún semibárbaro -como en el tiempo de San Bonifacio-, seguía venerando sus encinas. Este carácter tardío de la cultura alemana en contraste con la larga elaboración de los países meridionales, ha
Que de su nebulosa comarca poética estos cía decir a Goethe en una de sus conversaciomitos hayan descendido a convertirse en acnes con Eckerman: "Se necesitarán muchos ciones, es el terrible problema de la Alemasiglos para que se pueda decir de los alemania presente. Y ocurre que algunos de los nes: "ellos fueron bárbnros". Y el matrimopoetas que animaron estos mitos no soportanio éle F'austo y Helena en el Segundo Fausron el choque de la realidad. Spengler, como to, encarnn simbólicamente la gran idea de el sacrificado Wnn de la mitología nórdica, · Goethe y de los mejores alemanes: la volunSpengler que nmmció con acento trágico la tad y In pasión germánicas integradas y ar-
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REVISTA - ASOCJACJON DE MUJERES GRADUADA'i:l
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monizadas en las antiguas y bellas formas meridionales. ,
Del fondo común clásico-cristiano se incorpora en la Civilización occidental la noción unive!'snlista-<ltica y jul'ídica--del hombre. Los hombres iguales ante Dios, la "humana condición" de Montaigne, los "Derechos· del hombre" representan distintas etapas de una misma idea de Justicia. La democracia es como una aplicación política de aquella concepse torna trágica cuando, como en el Régimen actual, quebranta todas las instituciones Y las formas que nos hablamos a considerar universal y firmemente adhendas a la esencia misma la Civilización. En este sentido, se ha i·ealizado en . Alemania una volución que tiende a hacerla más Alemama, es decir más anticristiana y diversa a noso.- tros. Tardíamente el Papado y las derechas de los paises católicos empiezan a comprención del janzas" Evangelio. Pero más que las "semeentre los hombres interesan al genio der Ja vehemente anticatolicidad que en este momento el alma alemana. Del acumula hombre; alemán pa!'a llegar a su concepción jerárquiJa superstición de las diferencias pasa a los ca y orgullosamente al'istocrática de la Sociegl'andes conceptos y a !ns instituciones. Hay ya dad, las "diferencias". Mientras que a la meun "Dios alemán" como se trata de formar un surada inteligencia francesa le basta como Arte y un tipo de Universidad Nacional Soley la del honnete homme a la que puede cialista. Un profesor nazi, Krieck, . proclama amoldarse el genio, el orgullo alemán levanta la muerte del Humanismo clásico y recomienel mito inhumano del Superhombre; trata de da reemplazar la vieja Universidad humanisestablecer siempre -eomo dice Simmel- las ta por otra de tipo político-racista, donde el diferencias entre un imbécil y Beethoven. Peestudiante convertido en soldado se prepare a ro ¿es que es necesario expresar estas difetrabajar por la expansión alemana. "Porque l'encias? El latino las advierte, pero no conla historia del buque-fantasma-dice un poeside!'a cristiano ni estético destacarlas. El ta-es un mito nórdico y representa la perpeansia de since1idad alemana se convierte por tua insatisfacción y la nostalgia y la necesiello en crueldad. Explicando este sentimiendad de espacio de nuestra raza". Es típico de to, tan profundamente germamco, escribe la confusión de sentimientos que hoy experiGeorg Simmel: "Si para llegar a la humanimenta el · alma alemana, interpretar poéticadad ha habido una evolución, debe haberla mente una pasión tan c11ncreta como la del también dentro de la humanidad. La esencia Imperialismo que pasaría a llamarse en esta de la evolución, en contraposición con la fijalengua simbólica, "nostalgia de espacio". El ción definitiva de las especies, es que cada ser Del'echo dentro de esta concepción del mundo concl'eto representa, por decirlo asi, un grado no es precisamente un límite, porque según de la . evolución que lo que se llama especie la definición de Her!' Frieck, Ministro del Fuhno es más que una reunión prácticamente conrel', "el Derecho es lo que nos sirve al pueblo , veniente de seres semejantes, los cuales vat1an alemán; la injusticia es lo que no sirve ni pue- infinitamente entre sí por mezclas y oposicio. blo alemán". , 1 nes, por pl'ogresos y do práctica la teoría, retrocesos" Y hacienen un reciente congreso En la ruptura * con * la * tradición clásico-crisde juristas alemanes, reunidos bajo la presi- ' tiana que le daba forma, y cuya conciliación dencia de Karl Schmitt, llega a proponerse dentro de lo germánico fué el gran sueño de que se suptima del Derecho Alemán la noción los grandes poetas y pensadores de Alemania jurídica de hombre. "La noción jurídica de un Goethe, un Hoerderlin se patentiza el prede hombre, de acuerdo con el artículo lo. del sente desamparo del alma alemana. "GerCódigo Civil-dijo uno juristas nazis oscurece de esos y falsea imponderables las diferencias mánica nuest1·a ha sido nuestra reforma religiosa, música y la heróica veracidad de que designan los términos de ciudadano, extranjero, judio". compatriota, Las diferennuestra Filosofía;• lo demás hemos carlo fuera", decía Nietzsche. Y debido volvía busa Ja cias entre los hombres--dijo otro de los juGrecia clásica sus ojos como a la eterna crea1·istas-"son realidades instituidas por Dios". Olvidó decir que también Dios había querido las semejanzas entre los hombres". dora de las ideas y de los arquetipos. Todavia lo más bello y claro que tiene Alemania ha venido-como la Ifigenia de Goethe-por los
Esta superstición de la diferencia y la jecaminos luminosos del Mediodía. A esta alrarquía cuentos que era cómica alemanes, había cuando, como que distinguir en los la "Sema germánica, te, la tradición tan discola, huraña y ch\sica le daba forma, ardienle ofreñora Portera" del "Señor Consejero Secreto", cía linea, cauce y reposo. Durero pasó los
DE LA UNIVERSIDAD DE PUERTO Rrco
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Alpes y pudo verter en la disciplina del dibuy desmesurada propaganda-simpatizando con jo italiano su prodigioso mundo alegórico. En los judíos. La falta de forma y de medida halos jardines, las fuentes y el barroco casi aébían producido en este caso un efecto psicolóreo del "Zwinger" de Dresden hay una gracia gico completamente contrario. mc1·idional que ordena la fantasía nórdica. De Para volver a ocupar su sitio de preeminenla misma manera bailan el minué francéscia dentro de la Civilización occidental, Alecon música de Mozart.-las gráciles porcelamania tendrá que leer de nuevo a Goethe y a nas del Rey de Sajonia. En cuanto al gran Kant, olvidando las necias declamaciones de Consejero von Goethe, recibe en · Weimar, en Rosenberg, que es filósofo privado del Fühsu clásico salón poblado de los recuerdos y los rer. Aprenderá otra vez en sus grandes espiridibujos ·de Italia. Las· ruinas y la campiña tus que lo "germano" no tiene por que oponer-' romanas le devolvieron el sentimiento de la se a lo "clásico" y a lo "cristiano"; que, con10 "Elegía" antigua, y entre el mar y los viñeen el shrtbolo profundo de Goethe, puede otra dos de Sicilia le parecía revivir la Odisea. En vez realizarse en obsequio ele la unidad de Euaquel retrato famoso que le representa con ropa, el matrimonio de F'austo y Helena. Si amplio sombrero y airosa capa, en toda la ello se retarda mucho, las materias explosivas majestad de su belleza juvenil, frencon que en los últimos años se ha cargado el te al paisaje italiano, es como el más alto símalma alemana, serían ya incontenibles. bolo del joven alemán cuya alma despierta ante la evocación de los dioses y de los miCon ojos de vate y de profeta y una elotos antiguos. cuencia tempestuosa e intempestiva que aca
En Goethe como en Nietzsche, lo "clásico" so le venía de aquellos eslavos, místicos y 1·ees la gTan disciplina estético-moral que pueformadores religiosos que ardían también en de apaciguar y ordenar esta inquieta y turbusu sangre, un gran alemán-Federico Nietzlenta alma del hombre del Norte. Y, presche-proyecta su mirada sobre el panorama cisan1ente, su ''anticlasicis1no", su "irraciode nuestra Civilización. Era en el último ternalismo", hace tan trágica la situación espicio del siglo XIX cuando los cañones que haritual de Alemania en este momento. bían tronadó en Sedán, la gorda comodidad de
Cuando un escrito1· de la emigración alemala burguesía, el materialismo científico y la na dice que los mediocres que habían bebido ilusión de una cultura popular, adormecían al demasiada cerveza y se revolvían en un resenhombre europeo en un sueño o falsa potencia. timiento sin destino, están marcando su predoCubierto con la grasa de su optimismo vulminio en la Alemania de esta trágica hora, da gar, crédulo en el Progreso indefinido-en el una imagen apasionada pero no inexacta, de lo .. Progreso que caía sin merecerse-,se estaba que un hombre y una sensibilidad culta pueden petrificando el mundo. De la montaña, de su sentir ant.c el Nacismo. No es sólo la injusretiro alpino, donde todavía es limpio el ake, ticia y el orgullo satánico; es también la falbaja el nuevo profeta con su lección heróica e ta de formas. La incontinencia y el exceso inactual. (El mensaje de Nietzche, como el alemán, su oscura tenacidad sin objeto, una de todos los que penetraron el misterio, no . como psicosis persecutoria, impregnan todas puede interpretarse solamente con la luz de la las manifestaciones públicas y posibles del esfría razon. Para llegar a la clara imagen plritu nacista. Antiintelectualista, anticlásiapolínea del mundo humanizado y ordenado en ca, esta nueva voh.mtad diabólica se expresa bellas formas como fué en algunos momentos con análoga demasía y violencia en los chamaravillosos de la griega, se requiebacanos discursos de Hitler en dialecto ausre también aquella embriaguez e inme1·sión triaco, en los escritos de una prensa que igtrágica que en la primitiva Grecia se asoció al nora lo que ocurre en los demás pueblos o culto de Dionysos. "A la alegría por el Dolo transmite según. las órdenes del Dr. Goeblor" parece ser una lección de Nietzsche. Es bels, en aquellas pinturas grotescas contra los una gran palabra de poeta y las palabras de judíos que desarmonizan horriblemente en un los poetas anticipan la Historia.) Porque harecinto dedicado a la Ciencia, como el "Museo bía sentido su responsabilidad de gran solita- de Higiene" de Dresden. Y un suramericano 1·io y había convivido con los dioses de las alque las vió conmigo, un suramericano que .. a.· tas montañas, él ya no podrá alternar en la liconsecuencia de sus lecturas sumarias casi se mitada y conforme sociedad de los contempohabía hecho un profesional del antisemitismo, ráneos. Busca, sin encontrarlos, para ofrecersalió de all!-como en justa reacción de la "fea les el mundo que ha descubie1to, "los más pu-
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ros, los menos conocidos, los más fuertes, las era Dios se libró de Ja terrible mofa del Dia::!mas de Ja Medianoche, que son más claras y blo. Y porque vino Cristo, para que se cumm:ís profundas que todos los días." Abrumaplan las profecías, debe llegar también el Ando de su propio mensaje baja a Weimar paticristo. Pero ante Ja cuestión actual que le ra confundirse, aún viviendo, con las grandes planteamos, Nietzsche nos contesta con las pasombras augustas y universales de Alemania; labras eternas de sus libros. Al particularisla sombra de Schiller o la sombra de la Libermo nazi y al grito demagogo, opone Zaratustad moral, la sombra de Goethe o Ja sombra. tra su culto heróico de la verdad. "Habéis de la Vida más bella. La sombra de Nietzsche servido al pueblo y a la superstición del puehabrá de llamarse la del' gran Heroísmo goblo, pero no habéis servido a la Verdad", dezoso. cía Zaratustra. Y él no amaba a "aquellos
Frau Elizabeth Forster Nietzsche había adquirido para cuidar a su hermano, aquella casa de campo que mira hacia los pinares, las colinas y los grandes recuerdos de Weimar. Sent:ido en el claro verendnh, en aquella silla de brazos-que aun el apresurado turista no que trafican con la fuerza", porque no es en torno de "los inventores de ruidos nuevos, sino de los inventores de valores nuevos que gravita el mundo, y el mundo gravita en silencio.". La fuerza que busca Zaratustra es fa que somete lo temporal a lo espiritual; no la que, puede litario sino mirar seguía su religiosamente--, el gran somonólogo. Su rostro, como como ahora, hombres un quiere rebaño hacer de las almas de almas. Y como de lo los llael de los que han recibido la visita de un Dios, maban "cruel", explicó Zaratustra que su se ib:i haciendo cada día más trágico. La re"Crueldad" empezaba consigo mismo, para covcl:ición su cara, h:iblaba en los en la creciente ojos enormes y crispación de como desornocer y taña de ser su veraz. En el alto clima de monheroísmo, Zaratustra sólo amaba bitados ante el espanto del mundo. El viejo al "hombre que sangra al contacto de la versirviente de la familia que ahora cuida el dad reconocida". La Fuerza que buscaba pa"Museo Nietzsche", nos muestra las fotograra una humanidad decadente es la que pueden fías que Frau Elisabeth tomó del "Señor Prounos cuantos grandes espíritus ( Geisfesor" (porque para aquel criado, Nietzsche tigen), que reinarán "no porque lo quieran, es el Señor Profesor) y que día a día, mes a sino porque han ' sido hechos pa1·a reinar." mes, nos revelan un terrible proceso del alVasto y poético sueño de una Humanidad más ma. Nunca antes de la muerte de Frau Elibella y más austera, una Humanidad que se sabeth en 1933, se habían mostrado estas foparecería a la que nos viene a través ·de Jos tog1•:ifías. Y el propio viejo sirviente que escantos, los mármoles y los mitos griegos, y tá en Ja famili:i Nietzsche desde hace más de que en el clima ideal de Weimar venía a juncuarenta años, nos cuenta que gentes venidas tarse con la enseñanza estético-moral de Schide los más lejanos rincones del planeta visiller Y con los grandes símbolos de Goethe. tan la casa del Señor Profesor. "Sus libros "Cuidado en confundir la fuerza con Ja iluestán traducidos a todas las lenguas. ¿Qué sión de la fuerza; cuidado en confundir lo es lo que habrá enseñado el Señor Profesor?, etemo con lo temporal", seguia diciendo Fese pregunta el fiel criado. También suele vederico Nietzsche. "Al culto de la fuerza - n.ir el Führer. Y cuando el Führer llega, se afirma su "Gaya Ciencia"- hay que oponer c1e1Tan las puertas del Museo y Casa de como complemento y remedio el de la CultuNietzsche, porque el Führer quiere estar solo ra." Y cuando el triunfo contra Francia en i. Qué habrá pensado Nietzsche de esa como falseada devoción que ahora le profesan los detentadores del poder, en Alemania? La desgracia de todo profeta es que encuentra su :111tiprofeta, su Anticristo. Ni Jesús que 1870, enceguecía de orgullo y de cerrada pasión nacionalista el alma de sus compatriotas, ofrecía unas palabras que sesenta años después tornan a ser actuales: "Es en este momento-escribía-cuando Alemania necesi- ta de luchadores".