RE V ~ST A DE LA
ASOCIACION DE MUJERES GRADUADAS UNIVERSIDAD DE PUERTO RICO
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TORRE DE LA UNIVERSIDAD
JULIO, 1942
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REVISTA PUBLICADA TRIMESTRALMENTE POR LA
ASOCIACION DE MUJERES GRADUADAS DE LA
UNIVERSIDAD DE PUERTO RICO
Ai'IO IV -
JULIO DE 1942
VOL. IV
SAN JUAN BAUTISTA, ISLA DE PUERTO RiCO o ENTERED AS SECO NO • CLASS MATTER MARCH 28. 1939.
AT THE POST OFFlCE AT
SAN JUAN, PUERTO RICO, UNOER THE ACT OF MARCH 3, 1879.
INDICE
Pág. J\largot Arce ------------ - ~-------------------------- -----------
A
Proyecto de Filosofía Educatha y Reformas en el Currlculo de la Escuela Elemental Depa1·tamento de Instrucción ---- - ---- ------ - ------------- -- ---- "------
6
lnformc del Comité de Ja Asociación de Mujeres Graduadas de Ja Universidad de Puerto Rico, designado para Estudiar el "Proyecto de Filosofía Educat.ivn y Reformas <'n el Currículo de la Escuela Elemental" ---------------------
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Proyecto de Heformas de la Escuda Elemental -
Dra. Antonia Sáez ------ - ---
11
La Mujer Moderna Ante el Jlln!ri n10nio -
Juslinn .Carrión ----- - ------ - ---- - ---
13
J, ns Nol'elas de Grcgorio Ló¡K'z Fuentes -
Julia Córdova Infante ------- - --- - --
17
E-dltorial -
¿Polilinguismo en J>uel'lo Uico? .. n cflcxione s Críticas -
l\farcel " 'cinrich ---- - -
22
Mnrgot Arce ------------------------
25
Angcla R. de Tudo, L. D. - --------- - ----------------- - -- -- - -
2~
Dedicación a Isabel Andréu de ,\¡:uilar Simón Bolfrnr -
lDespués de In Guerra Cómo Seg uir en Paz? Hacia un J\lundo J\fejor Antonio Machado -
Isabel Andréu de Agnilnr ------
Carmen Gómez Tejera
llfnrgot Arce ---------- - -------------------------·-------
El Octavo Congreso Panamericano del Nifio -
Herminin Acevedo -------- - -----
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Sl 36 39
Editorial .En otro l·ugar de esta re·vista 1mblic(tmos el Proyecto ele Filosof-í<i y R eformas del C·urrímlo de la Escuel<i Elemental pl"epa1·ado 1·ecienterncnte vor el De¡)(l.rtamento de lnstriwción. Poi·, ¡;rimcra. vez en la. Mstor ili de la educación en Pue1·to R-ico se i?t· tenta fmulamcntar lci ense'li.cmzci en una filosof'Ía clefini dci y ex' ¡ilícita. El ·intento merece citcnción y aná.lisis cwi<.l<uloso por lo~ a.lccinces q·ue ¡nwde t ener vara el fnltt.ro ele nucstrn 1meblo y par ci su f eUci dcul . A. l fel·ici.tcir ct.l Dr. Ga.Uar<lo por tcin oporMina cuan· to neceswl"fri üúcia.tfoci, qne·rcrnos lccilmentc seifoln·r <iq·uellos post-u.la.dos del .l'royecto respecto de los cua.les s·1.1.s'/.enta.mos ·i.in m·i· te1·io opnesto. Y lo lwc.ernos 1·espond·i enclo <t la yenti.l in·vUació-n que nos hiciera. el vropio Dr. Gal.lcir do y, culemás, por considera.;·. lo ·miestro <lebe·r. · En ·~stc 1rliismo nú.me1·0, las Efrf.a.s. Sáez y Gómez.• m·iem.b'l"O s de lct Asoeiae·ión y espeeiaz.istns en rn.ate·l"ia ped<igógiea, e.xcmvinan el Proy ecto c;o·1 unnyo1· wntorida.d y detnll e que ·1wsoti'·cis. ·vamos a. lhnitnrnos . ¡mes, a. exponer wnestra.s objeciones f-mula.m e ntnle .~. 1. En el Proyecto se co·ncede prforid<ul <il desciffolf.o de la tJcrsonaiirlad sociá.l y ci vil del üul-ivúl·1w. Se le edncn 7w.rn scr11;fr (t la. soc:iednrl. N osotra.s entendemos que el fin 1Jl'in.ci.¡ml de torl<i efl.uca.ció-n es el desa.rrollo integral del indfo irlu.o: de su. 1-nteligenc·ia., de s-u. scnsib i.lúla.rl, <le su ·resvonscibilülcul. Mi cnli'as· ·11.0 ded·iq'u.mnos todos ·11,.ncst·ros esfnerzos a. su perfección ·nwra.l e i,ntclect-tu1.l na.da. lograr emos qu.e valg·a, la vena.. El más im¡Jortnn:te rleber rlel hombre es el negocfo <le sii ''scilva.c·ión" r.n r:l sentfrlo esp·i,r U·ua.l; los rlebercis sociales y poU.t-icos ·ri.enen en s<'gu·ndo t énni11io y como corolctr ios. Q·uerem,os 1·e1iet·fo· q·nc el é·nf<Ls'is excl'lls'ivo sobre lcis obl-igaciones soC'iales y políticcis ¡wctle llc·varnos fácUmeri.te a,l conce1ito totalítario del est(b(lo. a. la. -niecanización clel hombre en itn ·i;iistnimento süi Ubertci<l. N 1testnt 1
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distüiguida, aompmicra, ;a Srta. Ana 11!a·ría_ O'!feUl, _en unos adrni,rables a.rtículos sobre reforma ·1mwcrsit<:ria, se·1!ala est4 pel-igro con palabra,s que nos complacemos en citm· aqwi: ªVamos a, ltacer serv·idores 1níbUcos en lci Univcrsi<~a~l. ¡lliagn·ífico! Pero, ¿cómo? .•. Una filosof'ía, de servwio tiene que asentarse vrecismnente sobre l<: varte en v-uc el h01nbre es sagrado para. el hombre, s·1, es .q'tte e,anste esa parte ..• S-im, ese p1uito de apoyo tt~1.<i filosofui de SERYICIO se tnicca fácUmente en doctruui ele SERV J. DUiltBRE." (Féctse El ilímulo, 5 de julio de 1942. Loa p·1mtos snspens,ivos son nuestros.) Ese ¡nmto de apoyo se encuentra dentro clel ho1nbre m·ismo, y no es ofl'o q11.e sn espfrif'u.: In perfección de s1i conc'iencin de Uberf:a<l y de 1·esponsabilidcul, de sus deberes varra con D'ios, tiara (:Ons'i!JO mismo y 7Jara con el pró jimio. 2. El segmulo defecto de esta, filoso/fa educatfoci ha sido seiia.la.do "t<Únb·ién vor /a, Srta. O'Nei.ll, y se relaciona ·ín.N.tnatncnte con el primero. .t.lfirma el Proyecto que la rcform<t ha, de h<wcrsc dentro de los postula,dos de l<i ps'icologfo científica,, Convenimos con fa, Srta. O'Neill en q1te esa ma.l llama<la vsicologfri CIEN'l'lP.ICA presenta a.l hombre en lo que Uene de común con el <t'n-ima.l JI ea·cl·11;yc el ,resto, a.qu<'llo c·n qite reside sii cUgnúlwl y noblc.'Z a. Tal concc7Jción .rnolóyica del hombre lo convierte e'I/. iin -i-ITe.~pon sa.blc JI en u.n csc/arn. Sobre ese fundamento es imvosible eri[Jii' wia ·1;cl'lladera, cultura democrática.
3. lns·istim.os en que se defimi lo que se ent-iende por "filo~ sofí.a democrática.'-" En el presente se oye cada. día. nnci 1wc,va iuterprctacióu del concepto., ·rel'da(lera, o faJsa, honrada o ·ma.l·iciosa. La. dcmocraefo. es 'l/.lla. conecveión 7JOHtie'a, la m.ás pe;·feota <¡ue cabe ima.gi1wr. .lías, <; ·110 serfrl mejor l)((.S((;I' 111u.esh'o s·isff:ma edueati·vo en una filosof'ía ORISTIANrU El Cr·isti<wismo rebasa las .wnas de lo polHico y exalt<t prccis<imentc ((lo sa,r¡Nulo del homb1·c vara el hombre:" Umi cult·u ni demoerátic<t autént:i.ea súlo puede florecer dentro de una concepción cristicwa. del !tom.brc ,11 dql mundo. Los estados tofoUta1·ios de lzoy lo han compi:eudido así y se es/ ucr:::a 11 vo1· dcstru:i.r el Oristfrinismo dcutro de sus fronteras. !~O
-~· Que el peligro de caer en ·u na <'doctri.tut de scr-vühonbrc" le~<tno, nos lo JJi"UCb<t Ot1'((. ele las <tfi·m ut,CiO'l·ies del JJroyecto:
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··La sociedad ¡nuxle espe1:a,r q·nc l<t escitela con,frib'ltya et conserr51,r aqu~ll~ts 11onnas de ·1:1dct que la socie<lacl lut s<ir1cionatlo, etc.'·' T ease pagma 3.
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Eirlendcmos qnc ln cscuelct debe ace¡rlwr ciq1wl!a.s sanciones sociales q1ie secm fus tas, q1w secin mor<tlmen·te váli<lcis. Pero no ¡wdemos cicevtnr <]'lle se somct<i <i todos los camibios de r mnbó <le la so<:iedad siu cr-ítica. a lr¡w1a. .r, ¡si se nn1.rla.s1· ¡uu ·o r·m peorar, v ara. ntropella1"lo tollo ? He nqní jns fom cntc lo que lw ocu.rrido en .illcmwúa: l<i soeicclcul e<onbió ile ritmbo y la esencia se somcUó nl cambio y lo sanc-ionó. Los resnlt<ulos no nccesitwi co11w nforio. La. esencia d ebe corrc!Jir a. lci sociedad, oric;1:tarla , sal1:arla del ncw.fragio,. en mnclio s casos. ;). Lla:rnamos de 11:11c1;0 l<t Mención hacin rl 11roblema ele la enscifo11za <lel inglés en P.irnrto Il·ico. El .Proyecto no lo cor ri.ge coniplef.<i1nc11.tc. I11 sislinios en que el in.<Jl.és se c1it;cii.c com o l c n[f'IJ.a cmtranjera, 1mes lo es desde el 1nrnto de v is fo pcrlar¡ríg·ico .11 11sicolágico, y q'/(,e sn cnseiicinza, se ·i.11,icie en el enarto r¡raclo o má s tnrde. Lo más s<ibio sería com enznr i:nrncd·ia.f:mncnfe m rn i1west-i.gación del 1n·oble11w en todos sus asv cc f;o s qnq_ n os dijera qniéncs necesitnn. o desean aprender ·inglés . 71a.r<t qué lo a.zircnden, cnúndo deben c01ncn.~a. r a a.pren<lcrl.o y cómo se les clcbc cnsci"iar. N o creemo s q·1tc sn cnsciia.nzn del>ci ser· obligatorin n i n eccsa¡·ici en las 2·0·1ws r·u.raJes. 6. E n .<;en.eral, ovi11am.os q·ne l<i re.fo·n nn <le nn cstro sistema. escola.1· no es opo1·t-u.nci en el presente. .l!Jsfomos 'Viviendo itn 1n o1ncut_o <le fran sici.ón; 1irobablem cn te prescncimnos l<i liqitidaei.ón de m1a, fornw social y ceonóm:ica de vida y de mnclw s v seu(lo1;alores. Dcs71-u.és de l<i ·1;ictoria, lci suert e 1nis11ui d e ·11:1ics-tro 1Jlf. Pblo, sn sistema. po z.ít ico y econóni-ico necesar·i.mnen tc c<wibicirán . Si est e proyecto d e filo so/fo ellnca.t fo a, se refiri crn exel'ltsi.uunenlc <L la. v e·r.fección espiritua.l clcl ind'iv iclno, cnf;onces c·irnnto 1nás pronto se 1JU,siern en 7Jráctica, ta.n.to m e:ior. .lla.s, como aMende sobre tollo a. lo q1ie ha, de cam bicir,-JIUDtLR PAR.A JIEJOR.fl ll eon el trin11fo rle las dem.ocra cia.s .- serú m e}or espera./' esos dcse<Hlos ca.m.bfos. P11es 1111. si.stcnui edncatfo o tambir\n debe f CHP. i' en ettcnfa, el. dest-i.110 clel ¡nicblo . .Entre t a.n:to , poclría nsc rcaliz:ar in.vest igciciones qiie nos esclnrezc<in 11niclto de lo que a.1í n 110 está mad'l(,r o en su.s páginas. MARGO'l' 1lRCB
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Proyecto de Filosofía Educativa y Reformas en el Currículo de la Escuela Elemental"' Nuestra sociedad es dinámica en su naturnleza; continuamente aparecen nuevas invenciones y descubrimientos, nuevas ideas, nuevos puntos de vista. La escuela es una institución social que tiene la encomienda de i·ealizar las gestiones que tácita o expresamente le asigna la sociedad que la mantiene. Si la sociedad cambia sus rumbos, In escuela está en el deber de reorientarse. El Departamento de Instrucción, consciente de esta ·r esponsabilidad, está trabajando desde hace dos afios en una reorientación de nuestra filosofía educativa y del currículo en general. A cont.inuación presentamos el trabajo realizado hasta ahora para que sirva de orientación a t.odos los maestros de Puerto Rico. FILOSOFIA EDUCATIVA Después de consultar a padres y maestros, r.si como a diversas agencias e institÚciones interesadas en nuestros problemas pedagógi· cos, hemos estudiado cuidadosamente la formulación de una filosofía educativa para el sistema escolar de Puerto Rico. Esta filosofía educa ti va es el producto de la ardua labor realizada dm3!Jlie los últimos nüos a través de un procedimiento democrático. Hace dos años aproximadamente se organizó en el Departamento de Instrucción un comité para estudiar la orientación más acertada para nuestra escuela rural. Lo constituyeron los señores J.osé C. Rosario, José M. Zapata, Osear Porrata Doria, Juan E. Silva y Ramón Mellado. Después de estudiar detenidamente los problemas y las necesidades de la zona rural de Puerto Rico, este comité formuló los postulados de una orientación para la escuela rural. A principios del año escolar l!J41-42; se organizó también en el Departamento de Instrucción un comité para considerar los problemas de la escuela elemental urbana integrado por los señores Francisco Gaztambide Vega, Ferdinand Rossy, Sara Pasa1·e)) de Co1nsc.Tta m o~. le primwn 1>arte del Proyecto de Filo~ o· Hn Ed11catt,·11 Y HC'formDs <'U el Currfeulo de Jn Es· cuela EJem<'ntn~ . según distribuido por el Dcp11.rto.mc~ t?, de Jnsrruc~16n. Hemos tenido no!ici:t.s d&' quo bo
F1ao eniucndnd.o do acuerdo con . rcc.omendaciones de personni; ª!-1tor1zadns en Jn mntcrrn.. El intorme t¡uc
sobre e! mis mo prepnró el Comitó do esta Aeocinci6n se r;ubhc.n en esto mismo número de Ja Revista.
Ión, Celia 111. G1~ífo, Rosa Guzmán, Osca1· E. Porrata, Celia N. Bunker, Osear Loubriel, Pablo Roca y Corinne A. de Blanco. Después de estudiar el asunto ampliamente y analizar las opiniones enviadas por distintas personalidades interesadas en la materia el comité trazó un proyecto de orientación para la escuela element:il urbana. Para coordinar la labor de estos comités y al mismo tiempo formular la · filo sofía general para el sistema educativo de Puerto Rico el Departamento de Instrucción organizó un Comité Central de Objetivos compuesto por los sefiores Luis Muñiz Souffront, P1·esidente de la Asociación de Maestros de Pue1·to Rico'; Pedro A. Cebollero, Rafael Rivera Otero y ,José C. Rosario de la Universidad de Puerto Rico; y Miguel Meléndez Muñoz y Ramón Mellado, del propio Departamento de l nstructión. Este comité después de celebrar varias reuniones, redactó proyectos de orientación general para nuestro sistema educativo, para la escuela elemental urbana y para la escuela ele1nental rnral. El Comisionado de Instrucción estudió y revisó cuidadosamente Jos informes de todos estos comités y, finalmente, decidió promulgar la filosofía educativa que a continuación exponemos: Principios Generales l. La escuela es un agente social que tiene la encomienda de realizar las gestiones que tácita o expre~amente le asigna la sociedad que In mantiene. 2. La sociedad utiliza la escuela, entre otras instituciones, para asegurar su supervivencia y su mejoramiento progresivo. 3. La sociedad puede, por lo tanto, esperar que la escuela contribuya a conse1·var aquellas normas de vida que la sociedad ha sancionado, mientras mantengan esa sanción social. 4. La escuela debe, además educar a nmos Y jóvenes de tal modo que en su madurez puedan realizar una o más de las funciones siguientes: a. proponer modificaciones a la estructura. y funcionamiento de lo. sociedad, encaminadas al mejoramiento de la misma;
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b. enjuiciar la5 modificaciones pn;¡mcsbs por otros; c. contribuir a la aceptación general de l::.s modificaciones que estime convenientes y a su más pronta realización. 5. En atención a la importancia que para Ja sociedad tiene la función de la escuela, aquélla tiene la obligación no sólo de dedicar al sostenimiento de ésta las sumas de dinero necesarias, sino de supervigila1· su funcionamiento para que llene su cometido a cabalidad. 6. En atención a esa misma importancia, la educación no debe ser un privilegio de grupos. Por el contrario, es patrimonio de todos los niños jóvenes, no hasta un límite de edad a rbitrariamente establecido sino hasta tanto se desarrolle en ellos su mayor capacidad y disposición para contribuir al mejoramiento de la sociedad. 7. La educación debe aspirar al desarrollo integral del alumno: los aspectos intelectuales, físicos, estéticos, emocionales y morales de su personalidad deben recibir la atención que corresponde a su importancia. 8. La regla de oro ele la educación debe se1· enseñar a niños y jóvenes a ejecutar cada vez con mayor eficacia aquellas tareas que de todos modos tienen que realizar en la vida. Además la educación debe revelarles la posibilidad de empeñarse en· tareas cada vez más elevadas; inspirarles ambición por tales tareas, e impartirles capacidad para realizarlas. 9. La educación debe organizarse y conducirse de acuerdo con los postulados de la pedagogía y la psicología científicas. 10. Ninguna consideración fuera ele la máxima competencia pedagógica y la solvencia moral debe privar en la selección del personal docente y administrativo. 11. El medio cultural del nii\o puertorriqueño debe ser el punto ele partida y el aliado constante de Ja obra pedagógica. 12. Alrededor del núcleo de cultura autóctcna, la escuela puertorriqueña debe desarrollar comprensión y amor por las culturas norteamericanas y Jatinoamericana9. Esta labor debe ser de análisis y depuración para incorporar en nuestro acervo Jos elementos afines y constructivos de ambas. 13. La escuela puertorriqueña no debe ignorar la necesidad de inculcar el concepto de ciudadanía internacional en un mundo organizado a base de paz y amistad entre todos Jos pueblos.
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14. La organización y el funcionamiento del sistema educativo debe basarse en la filosofía democrática. Tanto en las decisiones administrativas como en las técnicas, deberá n considerarse todos los puntos de vista libremente expresados de todos los miEmbros riel sistema. 16. El pueblo de Puerto Rico debe tener Ja máxima intervención en la orgRniz?.ción y el funcionamiento ele su sistema educativo. La personalidad del maestro y la del niño deben merecer profundo respeto. 16. El magisterio pue1·torriqueño, consciente de sus de.rechos, debe tener a la vez suma consciencia de sus deberes, y en todas sus relaciones colocarse en el más alto plano de ética profesional. Orientación para el Programa de la Escuela Elemental Rural La escuela rural aspira a promover el bienestar del campesino puertorriqueño mediante Ja elevación de su nivel económico, el aumento y el ennoblecimiento de sus horas de solaz, el desai~·ollo y Ja fijación de prácticas cooperativas y democráticas en sus relaciones sociales, y la educación del carácter. En nrmonía con esta orientación Ja escuela rural se propone realizar los siguientes objetivos en r elación con el campesino puertorriqueño: l. Conocimientos y Habilidades Indispensables
a. Enseñar aquellos conocimientos y desarrollar aquellas habilidades en lectura , escritura y aritmética indispcnsable3 para la realización de los demás objetivos de este programa. b. Ensei\ar aquellos conocimientos del idioma inglés que puedan ser de utilidad al campes ino puertol'l'iqu eño. 2. Elevación del Nivel Económico 1
a. Ofrecer orientación adecuada sobre los problemas de salud de la comunidad y desarrollar aquellos hábitos de higiene indispensables pa,ra 'la protección individual y colectiva. b. Enseñar aquellos conocimientos esenciales parn obtener el mayo1· beneficio de Jos recursos económicos de la comunidad.
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c. Enseñar aquellos conocimientos necesarios para hacer más eficaz In inversión de los ingresos individuales y colecti vos. ~ . Aumento y Ennoblecimiento de las Horas de Solaz
n. Estimular aquellas diversiones sanas que generalmente se efectúan en el c!rcuk' de la familia. b. Est imular el desarrollo de los deportes al aire libre. c. Est.inrnlar el cultivo de las bellas artes utilizando aquellas oportunidades art!sticos asequibles a la zona rural. d. Estimular 111 lectura de In ¡iren~n diaria y de otro material de interés informativo. e. Estimular la lccturn recreativa. f. Estimular y cultivar aquellas aficio11es (hobbies) provechosas a la persona, a la familia o a la comunidad. ·l. Desarrollo y Fijación de Prácticas Cooperativas en sus Relaciones Sociales.
a. Estimular las visitas entre las familias de la comunidad, así como entre las familias y los maestros. b. Estimular la participación activa en todo proyecto que tienda a mejo1·ar la conrnnidad, v. g.: ( 1) campaña para combatir enfermedades (2) limpieza y embellecimiento de los alrededores ele la escuela y de las cas3s de la comunidad. (3) arreg lo y ornamentación de las vivi enchts
( 4) m;o de nuevos artificios parn mayor comodidad en el hogar (5) organizaciones agrícolas y comercfoles de producción y consumo. (G) organizaciones de carácter cultur::J y recreativo. · 5. Desarrollo y Fijación de Prácticas Demoer:\ticas en las Relaciones Sociales. a. Estimular la libre discusión y Ja Ji. bre solución por el grupo, de Jos p1·oblemas c-on que éste se confronta. b. Proveer oportunidades para que los maestros, los padres y estudiantes par-
ticipen en la formulación del programa de su escuela. c. Proveer oportunidades para que los maestros puedan participar en la solución de los problemas técnicos, pedagógicos y administrativos ele su propia escuela. d. Descubrii• y estimular habilidades art!sticas, literarias, facultades directivas y otras habilidades que con tribuyan al bienestar del individuo y la comunidad. c. Estimular el análisis objcth·o de toda propagr.nda. (>. Prc1111ovc1· In Educación del Ca nicter '/ de las Actitudes y Hábitos Conducentes a una Mejor Vida de Relación Social, v. ¡;.:
a. Hábitos de laboriosidad con mira > a conseguir la felicidad propia y la del grupo "ocia!. b. Respeto a Ja ley. c. Sentido de responsabilidad. d. Hábitos de puntua li,Jad. e. Sentido religioso. 'i. Actitud Cientifica
a. Desarrollm· en el alumno nna actitud científica que le sirva para interpretar el ambiente en que vive y en armonía con c~a interpretación, trazar su conducta. Orientsrión para el Programa de la Escuela Elcm ~ntnl Urbana I.a ~s cuela elemental m:bana de Puerto Rico aspira y se propone ofrecer y mantener los med ios educativos necesnrios pa ra que todps los niños, dentro del período escolar, v-ivn11 fe liz e inteligentemente en rel ación con s u medio y puedan influir en su progreso. En armonía con esta orientación la escuela se propone renliz:ir los siguientes obje tivos : l. Conocimientos y Habilidades Indispensabl es. a. Enseñar aqueHos conocimientos y desan'Ollar aquellas habilidades en lectura, escritura y aritmética indispensables ¡¡ara la realización de los demás objetivos de este programa. b. Enseñar aquellos conocimientos del idioma inglés que ¡iuedan ser de utilidad.
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DE LA UNIVERSIDAD DE PUERTO RICO 2.
Salud P ersonal y de la Comunidad. :i. Ofrecer orientación :idecuada sobre los problemas de salud de la comunidad y desarroll:ir aquello$ hábitos de higiene indispens:iLlcs para la pi·otecci6n individual y colectiva.
''" Aun1ento y Ennoblecimiento de la• Hora:. de Sola·t.. a. Estinrnlat· at1nellna diversiones su1U1• que genem lmente se efectúan en el círculo de la familia. b. Estimular el desarrollo ele los deportes al aire libre. c. Estimular el cultivo de las bellas artes utilizando aquellas oportunidades artísticas a sequibles a la zona urba na. d. Estimular Ja lectura de la prensa diaria y de otro material de interés informativo. e. E s timular la lectura recreativa. f. Estimular y cultivar aquellas a ficiones (hobbies) provechosas a la persona, a la fa milia o a la comunidad. 4.
Desarrollo y Fi j,1ción de Práctica s Coen las Relaciones Sociales.
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a. E stimular la participación activa en totlo proyecto que tienda a mejorar la co1111111idad, v. g.: ( 1) campa ña pnm combnt.ir enfermedades (2) limpieza y embellecimiento de los a lrededores de la escnela y de !al rasas de la comunidad. ( 3) arreglo y omamenlndón de la~ vivic11dns ( ,¡) uso de 11uevos edificios para 11myo1· comodidad en el hogar.
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(5) organizaciones <le carácter cultural y recreativo. 5. Desarrollo y Fijación de P ácticns De1110Húticas en las Relaciones Sociales. a . Estimular la libre discusión y la libre solución por el gn1po, de los ¡H·oblcmas con que éste se confronta. c. Proveer oportunidades para que los macs t1·os, los 1mdres y los estudiantes part i.::ipen en la formulación del pl'Ogrnm:.i de su escuela. c. Proveer opcrtunidadcs pnrn que los mnestt·n participen en la solución de los probl emas técn icos, pedagógicos y administrativos de su propia escuela. d. Descubr ir y estimular habilidades utísticas; literarias, facultades directivas y otras habilidades que contribu:,·an ni bi enes tar del individuo y de la comunidad. e. Estinrnlnr el análisis objetivo de toda ¡H·opagan<la. G. Promover la Educación del Ca1·'1ctcr y de las Actitudes y H ábitos Conducentes a .una l\I cjo'( Vida de Relación Social, v. g.:
u. H ábit os <le laboriosidad con miras a conse¡;;uir la felicidad propia y lu del z rupo soclal. b. Respeto a lu ley. c. Sentido de responsabilidad. d. Hábitos de puntualidad. e. Sentido l'eligioso. 'l. Actii\ld Científica a . Des:nrollar c·n el uh1111110 uua a~tilllll científica que le sirva para intcrpreta1· el ambiente en que vive y en armonía con esa in terpretación, trazar su conducta.
Informe del Comité de la Asociación de Mujeres Graduadas de la Universidad de Puerto Rico, Designado para Estudiar el "Proyecto de Filosofía Educativa y Reformas en el Currículo de la Escuela Elemental".* Después de estudinr y discutir cuidadosamente el Proyecto, el Comité que suscribe resolvió sugerir al Hon. Comisionado de Instrucción las siguientes modificaciones que fueron sometidas en su mayor parte personalmente por la Srta. Carmen .Gómez Tejera, Presidenta de este Comité al Sub-Comisionado de Instrucción, Sr. Ramón Mellado. l. El Principio general No. 8, pngma 5. Sugerimos que diga: "y preparar los para realizarlos", en vez de "e impartirles capacidad para realizarlas", por entender que no se puede impartir capacidad. 2. El P1;ncipio general No. 9, página 5. Sugerimos que se ponga punto final después de "pedagogía" y se elimine el resto. 3. Sugerimos que se deje una sola filosofía de la escuela elemental, porque son idénticas la de )a escuela rural y urbana. Pero la organización de la escuela urbana es más lógica en el tema "Salud Personal y de la Comunidad", según aparece en In página 10, ya que este aspecto debe desglosarse del económico. 4. En la página 9, No. 6, debe incluirse la palabra individual después de Vida, de modo que lea : "una Mejor Vida Individual y de Relación Social." 5. En la página 9, penúltima linea, sugerimos que se elimine la frase "dentro del periodo escolar". G. Sería conveniente aiiadir en los conocimientos y habilidades indispensables, página 10, No. 1, a, algunos principios de ciencia y de estudios sociales. · 7. En el último pán-afo de Ja página 13, sugerimos que se diga: "preparación para la vida'', eliminándose las palabras "la ciudadanía y ... cívica". S. En la página 16, línea 13, sugerimos que diga : 'puede servir de base para satisfacer Jos requisitos mínimos de cada grado dentro de los cursos de estudio y a la vez hacerlos aplicables_._ etc." Desp n ~s dP Pm·iado <'!-'le inform e hemos t(' nido noti· d as df' qur <'l proyec to ha sido enweDdu.do.
9. Si las razones para la enseñanza del inglés están en orden de importancia, sugerimos que de las que aparecen en la pí1gina 21 , la segunda es más importante quo la p1;mera: es decir, las oportunidades culturales de la radio, el cine y la prensa, alc:mzan a mayor número de personas que las que pueden cursar estudios avanzados en Estados Uniclos. 10. En Ja página 25, primera línea, elimínese la frase "sobre todo por la lectura".
11. En la página 26, línea 10, elimínese la oración: "El p1;mer lugar coITespcnde, indudablemente, a la lectura". En la línea que sigue, en vez de la frase "ele ésta", escribase "de la lectura". 12. En la página 33, línea 7, sugerimo~ que la oración diga así: "Si el niño no entiende las razones del procedimiento en un problema, olvidará muy pronto ___ etc." 13. Sugerimos que se incluya un periodo para arte en el horario pai-a el primero y segundo grados, en la escuela urbana y rural. ' 14. En la página 21, línea 9, debe decir acervo, en vez de acerbo. 15. En la página 4, e, debe decir estimen. en vez de estime. El Comité de la Asociación de Mujeres Graduadas de la Universidad cree que de en términos generales el proyecto de reforma del Departamento de Instrucción está muy bien. Ese proyecto mejorará el sistema escolar de Puerto Rico notablemente. Es de suponer que este plan no es definitivo, que se seguirá trabajando en la reforma continuamente. San Juan, Puerto Rico, a junio 1 de 1942. Muy atentamente, (Fdo.) Carmen Gómez Tejera, Pres. Marina F. de Rodríguez Rafaela R. de Juliá Juana Rodríguez Mundo
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Carta de la Dra. Antonia Sáez sobre el Proyecto de Reformas de la Escuela Elen1en tal Santurce, 29 de junio de 1942. !fon. José M. Gallardo, Comisionado de Instrucción, Snn Juan, P. R. Muy sc1ior mío: He leído reflexivamente el proyecto de filosofía y reformas en el cuniculo de la escuela elemental. Tiempo era ya de que nuestro sistema de enseñanza :;e fundamentase en principios que s irviesen de inspiración y guia al maestro en su empeño de educar. Merece Ud. reconocimiento por haber iniciado la labor. Pide Ud. que francamente expresemos nuestra opinión y francamente paso a expresarla. Y para mayor claridad enumeraré los ptmtos que voy a considerar: Principios Generales: El principio tercero .. _ "la escuela contribuya a conservar aquellas normas de vida que la sociedad ha sa ncionado, mientra s mantengan esa sanción social" lo encuentro muy vago. ¿No sería mejor a clarar con ejemplos a qué normas de vida se refiere ? (Las generalizaciones cuando no nacen de propia elabor!lción necesitan especificarse con ejemplos.) El principio octavo: "La regla de oro de la educación debe ser enseña r a niños y jóvenes a ejercitar cada vez con mayor eficacia aquellas tareas que de todos modos tiene que realizar en la vida", aunque a daptada de la que en inglés expone Thomas H. Briggs en su obra " Secondary Education", capitulo XIII, 'The Special Functions of Secondary School', página 258, a mi entender es oscuro e indefi nido, aún en el 01·igi11al. ¿ Cuáles s on esas cosas? Añádese a esto "In educación debe revelarles In posibilidad de empeñar se en tareas cada vez má s elevadas; inspirarles ambición para tales tareas". Entiendo que esto puede ser muy mal interpret:1do. Puede conducir al menosp1·ecio de ciertas ta reas por considerarles menos elevadas y a lo que es a ún ¡ieor, a medir el valor de la tarea por su valor material. ¿No cree usted conmigo que sería menos propicio a confusión que sg dijese, In educación debe revel.
!arles la necesidad de amar ca da día mús la labor que se realiza y la posibilidad de mejorarla y de hallar en ella la mayor satisfacción?
Naturalmente que siempre habrá en la vidti seres más aptos y capaces para unas tareas que para otras, alg unas tareas m:is lucrati vn s, otras nlás ostentosas, otras más humildes. Es a mi entender la obligación de hl escuela descubrir, or ientar, desarrollar y tener en cuenta las diferencias individuales y a la vez despertar en cada cual la dignidad de su labor y la satisfacción en su perfeccionamiento. A mi juicio esa es la más justa interpretación de la democracia. El principio décimo : "N inguna consider a ción fu era de la máxima competencia pedagógica y la solvencia moral debe privar en la selección del personal docente y administrntivo", es grandemente alentador y ojalá se cumpla en todo momento. El principio 12 limita la significación de la cultura. Las culturas nor teamericanas y la tino:rn1ericanas son modalidades de la gran cultura occidental cuyos fundamentos son la cultura g-recolatina y el cristianismo. Si aspiramos a la integración del individuo hemog de situarlo an te el pa norama amplio y espléndido de toda esta conquista, que ha alcanz:ido su máxima realización en los postulados del vivir democ1·ático-respeto al individuo y amor al prójimo. La escuela no debe nunca limitar las posibilidades y ansias de saber y sabi duría . Disiento un poco de la forma en que está expresado el principio trece: al concepto de 1:1 ciu~adanía internacional sólo se llega a trnvés de un cabal sentido de lo nacional. Me ha sido muy grato ver cómo pensadores de alta mentalidad señalan entre las causas de la falta de respeto de Alemania a la s denuis naciones, el carecer ese pueblo de un verdadero sentido ele nacionalidad. Creo de urgente necesidad se espec.ifique qué es filosofía democrática. Es peligroso cuando de valores se trata, defini1· sin ejemplarizar, ya que las reblas de valore~ de todos los individuos no son las mismas, sobre
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todo, cuando in1pera el ciit~rio de que los valores Jos determina el medi o. . En que formn va a tener el puebl.o de • ·t Rico (p~incipio 15) la máxima mterP uci o . . y e1 f unc101 · 1an1ien. . en la or~anizacion venc1on ° . . , . N es la eduto de su sistema educativo . • o cación uno de eses poderes que el Jl~~blo delega en aqul•llm~ que por su pl'eparac1on ~: bcr ¡meden ejercerlo con máxima eficacia .
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Ül"ientación para el Programa de la Escuela Elemental: Hay en los conocimientos y habilid~des in-
Jispt."nsnbles algunos puntos que n
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enten-
der necesitan crie11t:idón más def.mdu, po1· «i~n1pl o :
· ¿Cómo se va a determinar cuáles so~1. los conocimientos d~l idicma inglés de utihclad ul cnmnesi no puertorriqueño? ¿ Cún~o se vun a dctcrrnin!l.r los conocimien-
tos esenci:il es que determinan el mayor beneficio de Jos recursos económicos <le Ja comunid:id y, sobre todo, quién va a determinarlos? ¿La reafüación de Jos objetivos tercero, eu:nto, quinto y sexto demand:m la permancncin del maestro y drmás agentes educadores en J:i" jurisdicción rural en donde trabajan. Se han provisto los medios ¡>al"!I ello? 3. Cambies en la Organiz:iciún: Consid ro de mgcnte nec esida d limitar el La e<~uel:! Je ocho aiios csttí siendo dcscartadn (!i;:nera1 mer!l(1, En Puc:1·to Ri<. 0 no es la más ;deeu:J.d:i ~ nuestra condición económica, a nue;:iro probl0ma <le población y a Jos probkm:is Je retención que afio tras r,ño se han wnido presentando. Aunque una escuela elemental de seis aiios es preferible a una de ocho entiendo que una 0
ní1m m de aiios de Ja escuela elemental. 1
se han logrado en amplios laboratorios, ni en lujosos edificios-Curie, Ramón y Caja!, Edi ~o11 , por citar unos poquísimos . Si el fundamento de integración es el desnrrollo anuónico. de mente, corazón y mano, no necesitamos implementos costosos: una escuadra, un marti!lo, un compás, un pa1· de tijeras, hilo y agujas, bastan y sobra11 para iniciar en labores que trnspasen los ámbitoa del salón de clases, imposibles hoy ele realización poi· muchos alumnos en sus casas, poi· Ja forma en que las aprenden en la escuela. 110
·l.
El Estudio de Jos Niños y la Comunidad:
El estudio de los nhlos y la comunidad exige estudio y atención m:'is cuidadosa. Me ntrevo a asegurar que nuestros maestros carecen de la preparación necesaria para llevar.lo a feliz tGrmino. La preparación académica y profesional que han recibido nuestros maestros no les capacita para situarse ante este aspecto de la enseñanza en la fonna que demanda. Su preparación ha sido desarticulada. Cada asignatura estudiada empieza y termina en sí misma. No ha habido esa labor de síntesis, de visión global de los aspectos que envuelve un problema de vid11. Carece nuestro maestro también de la práctica científica que observa, elabora, comprueba, vuelve a observar, a comprobar, en un constante devenir. Francamente creo que el plan e~H ex1iuesto ul fracaso si antes no se pre¡mm al maestro para esta dificil y delicada labor. No es cosa de un curso de preparación del currlculo. Es labo1· de total reeducación, de nueva actitud· frente a lo que es ense1iar y lo que es ap1·ender. Difícilmente se cncnenLran en el mundo maestros m;:ís dis¡mestos. a aprender que Jos nuestros. Oriénteseles debidamente y ya ellos se encargar{m de lo demás.
csc uc:I:t biis ica de cuatt·o años sería más prác-
t ica y provechosa. Sobre ella podrían elaborarse cscue!:Is intermedias y superiores divers:rlc:Jco.s en ui:os y programas, según 1ns ca-
p:tridncles y necesidades de los alumnos y las d~n~anJas del medio. No es necesario ni indi$pcnsn bl e que en todas pa1-tes de Puerto Ri,. , ha.:;a Ja misma organízaCión escolar.
Se objet::rá que carecemos del equipo neEs tiempo ya de que pensemos m&s en Jo que se pueda hacer con los que tenemos, que dejar <le hacer por no tener equipo. Las conquistas m:ís hermosas del saber humnno c ~ snrio.
5.
El Inglés en Ja Escuela Elemental:
No voy a discutir el problema ele la enseñanza del inglés. Harto conocida es mi opinión con respecto a ello. Sólo añadiré que haRta que en Puerto Rico no se plantee l:i. ensc1ianza del inglés como Ja enseñanza de una !:)ligua extranjera, estaremos dando palos de ciego. Hasta que en nuestro propio terreno no se estudie qué aspectos de la lengua inglesa deLcn ensefiarse a unos y cuáles a otl·os, (Continúa en Ja pág. 16.)
La lvf ujer Moderna Ante el Matrimonio CONFERENCIA PRONUNCIADA ANTE UN GRUPO .DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIAS JUSTJNA CARRION r-.·í e parece adecuado C'Omenzar est:i charla exponiendo brevemente la aportació n que, para una vida familiar m{1s provechosa y más feliz, puede hacer la mujer de educación universit arin. Pasaré luego a definir la institución matrimonir.l y tenninaré con la discusión de los conocimientos que nos ofrece la ciencia de la sociolog·ía para hacer más viable la felicidad conyugal. Tengo la certeza de que In muchacha moderna, puede convertirse muy fácilmente en fn ente de fcliddad familiar, y de que puede además, combina r sus deberes profesionales con sus dcbe1·cs de hija , esposa o madre. No com¡1a1·to los temores de aq~ellos que ven en las mujeres modernas una amenaza para la nrmonía hog·areña; poi· el contrario, creo que es e~te nuevo tipo de mujer, que ustedes representan, el que bien orientado, puede aportar la base para un nuevo tipo de fa milia ; en las palabras del Dr. Marañón: "una familia reinozada con10 una casa antig ua que se encala y se limpia de t.1'astos viejos". Las muchachas m o<lernas no pueden ya mirat· el matrimonio como la loteria de que aún hnblan tantas personas, y en la cual, como en todos l<:>s sorteos el éxito depende del azar o lo que es lo mismo, de la le~' de probabilidar!es. Debe ser muy desdichada y sobre t odo mu~· Ya!ientc la mujer que contrae matrimonio como si comprara un billete para el sort eo de la lo tería . La muchacha moderna no puede tampoco n1it·ar el matrimonio como una pesadilla o como un mero trecho más angosto en "un valle de lágrimas". Vivimos en una época en que la felicidad individual es demasiado importante y valiosa para convertil'la voluntariamente en una pesadilla o en un montón de lágrimas. Tampoco puede la muchacha moderna enfo· car el ma trimonio como si fuera, al decir de algunos, "una aventura interesante". La mu· chacha auténticamente moderna posee demasiado seriedad para atreverse a traspasar el umbral de una institución tan seria, sin más
mediLación que la que requer1ria cualquier si mple aventura. E s mucho lo que arriesga y mucho lo que c>:igc una mujer moderna Y por lo ta:lto, no pa ede concebir el matrimonio como si fuese un paseo en aeroplano o una excursión n los campoe de batalla ruso-alemanes. En la vidn de las mujeres de esta época no es el matl'Ímonio algo que t iene que suceder y que hay que aceptar, como si se tratara del rllcionamiento de la gasolina, o del servicio militar obligatorio. E s, por el contrario, una de fas met as hacia las que debemos marchar, deC'idida , pero ncompasada1nentc, con un enorme sentido de responsabilidad para con nossotras mismas, para con la otra persona y para con la sociedad entera; y con el convencimiento c!c que podemos convertirlo en algo ta n resplandecien te y tan mara,;n oso que resul te un m entís para los muchos que a nuestro a lrededor persisten aún en desacreditarlo como \:n c'castigo", co1no "una t ortu1·a 11 , o como "la cadena perpetua". El matrimonio es para las mujeres modernas, la unión voluntaria y durndera con una persona en quien hemos hallado nuestro complemento emoci onal, intelectual y físico, y sin la cua l nos sentimos absolutamente incomplet ~s .
Es ::segurarnos perm anentemente la com~ñfo de "una" perscna sin la cual todo pierde significado: ei' cinematógrafo y el baile y el viaje y el concierto y la lectura y hasta la soledad misina. E s solamente en este tipo de m:.itrimonio donde puede hacerse realidad el dicho <ie c,l>c la mujer es para el marido " la otra mitad" y donde es únicamente posible experimentar esa absoluta felicidad que proveen el compañerismo, la afinidad y la mutua comprensión. La mujer mode1·na regala a su marido el valiosísimo presente de su compañerismo. No es esclava ni sierva, pero no es tampoco fiscal o espía. Combina con las funciones de buena ama de casa, la misión de amiga y confidente. Ofrece a cambio de trato gentil y cousiderndo el tesoro de su com-
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pañfa, su tolerancia y su inmensa comprensión. Comprende y tolera no como las abuelas, decepcionadas de la naturaleza humana ; ~ino con la satisfacción enorme que proporciona el conocimiento científico del mundo de Jos hombres. Y ahora bien, ¿qué ayuda puede darnos la ciencia para evitarnos el caer en una unión poro satisfoctoria? ¿Es que existen conocimientos que pueden aplicarse para ayudarnos n hacer dei matrimonio una can-era de toda la vida y a echar en él raíces saludables Y placenteras? La ciencia de la sociología después de estudiar iptensa y extensamente el fenómeno de la felicidad matrimonial nos dice que esta felicidad no es algo que consiguen por "privilegio especial" o por "casualidad" algunas personas, sino que por el contrario es la méta a que legítimamente debe y puede aspirar todo hombre y mujer si hace uso de ciertos conocimientos cient!ficos ya listos para aplicarse. De modo, pues, que la felicidad matrimonial es algo que puede realizarse científicamente. Veamos lo que dice sobre el particular la obra más recientemente publicada alrededor de este asunto. Voy a referirme al estudio t itulado, "La Predicción de la Felicidad y del Fracaso en el Matrimonio", publicado en el 1939 y que comprende una rebusca entre 526 parejas, efectuada por dos profesores de sociología de la Universidad de Chicago. Uno de Jos factores que parece influir muy decididamente en Ja felicidad matrimonial es el fondo. cultural de la familia o Jo que es Jo mismo, los patrones sociales, culturales y económicos de nuestro futuro cónyuge. Aunque no se van a casar ustedes con la familia del marido, deben considerar muy seriamente su fondo familiar, pues muchos hábitos, ideales, actitudes, y costumbres formadas en Ja niñez y al calor del hogar tienden a persistir a tl'Bvés del más elevado nivel cultural o económico que pueda lograr ese individuo más tarde. He conocido personas de elevadísimo nivel cultural, social y económico que mantienen casi Jos mismos hábitos, modales y actitudes con que los equiparon cuando eran niños sus muy poco elevados grupos sociales. Es muy probable que las actitudes de los futuros esposos de ustedes hacia el dinero, el . trabajo, la mujer, Ja honradez, el sexo, el estudio, estén tan vinculados a Ja familia de que provienen, que serla muy sabio y aconsejable para ustedes ·
examinar un poco ese b¡i.gaje familiar y vér hasta qué punto coincide con el de Ja familia de ustedes. Otro de Jos factore s que demostró influir en Jn felicidad conyugal íué la felicidad de los padres. A mayor felicidad de los padres, mayores probabilidndes tienen los hijos de ser felice~. de acuerdo con los resultados del estudio efectuado. Si los pad.J:es de ambos cónyuges son felices , indudablemente que las probabilidades de felicidad se duplican. El hijo único o Ja hija única parecen ofrecer un gran peligro de infelicidad de acuerdo con el estudio, no así el hijo mayor o la hija mayor que ofrecen grandes probabilidades de felicidad sobre todo si se casan entre ellos. ·La edad en que se efectúa el matrimonio parece también poseer su importancia. Entre las mujeres alcanzaron mayor felicidad matrimonial las que se casaron de 28 años en adelante. Le seguían las de 25 a 27 y en orden descendente de edad Ja felicidad iba en descenso también, siendo las más infelices las que se casaron entre los 16 y los 18. En el caso de Jos varones encontr amos un poco de diferencia. Los hombres más felices se habían ca sado entre 28 y 30 años, seguidos por los que se habían casado entr e 22 y 24. Un menor grado de felicidad alcanzaron Jos que al casarse contaban más de 31 años y los menos felices de todos fuer on los que al casarse estaban entre 19 y 21 . En este r espect o el estudio reafirma la muy lógica deducción de que el matrimonio r equiere un poco de madurez. La educación de los cónyuges parece t ambién jugar su papel en la felicidad matrimonial . No es raro encont1·ar que son los mat rimonios entre personas graduadas de coleg io Jos que alcanzaron mayor felicidad , siguiendo en orden de importancia los graduados de escuela superior y en ter cer puesto los lle nivel cultural menos elevado. La mujer graduada de colegio está equipada, en mi opinión de las cualidades necesa1·ias para ser una esposa más tolerant e, más comprensiva y más firme y segura de su misión, pues posee suficiente comprensión de los procesos sociales y de la conducta humana para hacer más llevadera la vida del hogar y para ser más tolerante y generosa con los defectos de los demás. El factor económico, aunque de alguna importancia, no se considera fundamental en la consecución de Ja felicidad dentro del matri-
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monio. Es la opinión de los que han estudia- se desea tener y el tiempo qae se desea esdo el asunto que generalmente Jos conflictos ¡1erar antes de comenzar la procreación. de carácter económico son sólo un cauce a Hay otros asuntos que deben también ser t ravés del cual hallan desahogo resentimien- discutidos con antelación al matrimonio, sotos que han sido motivados por otras causas, bre todo las entradas económicas con que se Parece que la diferencia ele edad entre los va a contar y la distribución que debe hacercónyuges tiene también su influencia en In se de estas entradas. Aunque algunas mamás felicidad matrimonial. Los matrimonios más no lo consideren muy de buen gusto resultR felices en el estudio que nos ocupa, eran aque- saludable y conveniente esbozar un presupuesllos en que el marido era ele 4 a 7 años ma- to detallado que pueda servirles de guia una yor que la mujer, seguidos por aquellos en vez confrontados con las r ealidades económique el marido era de uno a tres años mayor, cas de Ja vida matrimonial. ~· en tercer término, por 'lC!Uellos en que el Debe discutirse también el asunto de lo~ marido era mayor que la esposa ocho años o parientes políticos que tantas \•eces interrummás. Eran los menos felices aquellos matri- pen indebidamente la felicidad conyugal. Nomonios entre personas de la misma edad y sotras las mujeres debemos darnos cuenta de a quellos en que Ja esposa era mayor que el que nuestros parientes políticos son los famimarido. liares del marido y que él los quiere tanto coCon rel ación al tiempo en que los cónyuges mo queremos nosotras a los nuestros. La enuse hayan conocido hay una perfecta correla- meración de los defectos de los parientes no ción entre el tiempo de su conocimiento mutuo ha de resolvernos ninguna situación dificil y y la felicid ad matdmonial. En otra s pala- por el contrario el trato afable y la toleranbras, resultaron ser m::ís felices aquellos ma- cia pueden en muchos casos evitarnos serias t.rimonios en que los cónyuges se habían co- dificultades. Con antelación al matrimonio nocido durante un tiempo mayor. podemos insistir en vivir solos y podemos esEn cuanto a Ja duración del noviazgo, el tabl ecer algún acomodo en lo que respecta a estudio parece revelar que hasta los 5 años Ja ayuda económica y a las visitas de los pala correlación entre un noviazgo má s prolon- rientes. Antes de dar por t erminada mi disertación gado ~· una mayor felicidad es casi perfecta; después de 5 años de noviazgo el estudio pare- quiero mencionar algunos puntos a tener en ce indicar que, en igualdad de circunstancias, cuenta una vez efectuado el ma trimonio ya l::s probabilidades ·de felicidad empiezan a que los estudios efectuados indican que la fedisminuir. También demostró el estudio la licidad matrimonial depende mayormente de conveniencia de un período razonable de com- la aportac.ión que a ella hagamos nosotras promiso durante el cual puedan los futuros las mujeres. cónyuges conocerse bastante !ntimamente. Mi primer consejo sería que trataran usLos matrimonios más felices fueron aquellos tedes de darse cuenta de que existen en nuesen que el compromiso había durado 2 ó más'- tra sociedad dos códigos distiJit9s .para hom11ños y los más infelices aquellos en que el bres y mujeres y de que por lo tanto, no es de compromiso había sido · más corto. es perar que el marido de ustedes observe anEl ajuste sexual entre los cónyuges parece te ciertas situaciones la conducta que ustedes ser también un factor de importancia en la observarían. Por ejemplo los grupos mascufelicidad de éstos. Los moti vos de infelicidad linos no censuran adversamente el que un relacionados con el sexo se deben casi siem- hombre--easado siga disfrutando de la compre o a la ignorancia de uno o de ambos cón- paiiia de otras mujeres que no son su esposa. · yuges con respecto a los asuntos sexuales o Muy al contrario, de nueslros grupos femenia ciertas actitudes hacia el sexo que obsta- nos que exigen completa fidelidad a los cónculizan un ajuste normal. Con frecuencia el yuges. Es por lo tanto, muy probable que el choque de conceptos distintos con respecto a marido de ustedes, como todos los maridos, se la vida sexual pueden ocasionar un gran dis- vea envuelto alguna que otra vez en una o tanciamiento e insatisfacción en uno o en am- más aventuras sin importancia ante la cual bos cónyuges. Es por eso que se considera la actitud más prudente es la de comprensión aconsejable Ja discusión durante el noviazgo sociológica, con el convencimiento de que a una del pl'Ob!ema de los hijos, tratando de deter- . aventura sin importancia no debe permitirrni_na1· hasta donde sea posible el mímero que ~ele el lujo de arruinar \m matrimonio feliz.
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Otro enemigo de la felicidad matrimonial que deseo aconsejarles que evadan, es el cant::ilcteo. Los estudios efectuados revelan que !l de cada 10 mujeres acostumbran cantalet:enr o lo que es lo mismo, agotan la paciencia de sus maridos insistiendo repetidamente sobre un mismo asunto, que puede variar des<lc la enumeración de los defectos de los amigos del marido hasta el constante quejarse de que el marido no las quiere. Por último, quie1·0 trasmitir a ustedes la regla que me parece a mí más importante y más infalible entre todas y que consiste en t.ratar siempre al marido con la cortesía y el
respeto con que tratarían ustedes a un &migo 1mrticular que estuviese de visita en la casa. He tratado de bosquejar aquí muy b1·evemente los factores que, de acuerdo con la ciencia, influyen en la consecución del matrimonio de compañerismo que definí al principio. Me sentirla sumamente satisfecha si mi plát.ica ayudase a algunas de ustedes a hacer una selección más acertada y 11 otras a i·calizar más eficazmente un matrimonio feli7.. Que 111 ciencia las ayude y que Dios las ilumine. Gracias.
Carta de Ia Dra. Antonia Sáez sobre el Proyecto .... (Viene de la pág. 12) este problema seguirá agravándose todos los d!as. La realidad linguistica pue11;orriqueña no es la de Tejas, ni de la de ninguna otra parte, es peculiar nuestra y hay que afrontarla como tal. Chapurrar el inglés, mal entender por deficiencia y por desconocimiento básico, lo que en inglés se oiga o se lea, no nos hace mejores ciudadanos americanos. El problema del aprendizaje está totalmente desligado del problema político y es atentatorio al logro de la verdadera integridad de.! indiYiduo envolverlos en uno solo.
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Nu:stro pueblo aprenderá mejor inglés, lo amara y apreciará mejor si su enselianza no interviene y entorpece el normal desarrollo de su vida intelectual y emocional. Cambiar el instrumento de aprendizaje de español a inglés precisamente en el momento de Ja adolescencia cuando están más en tensión las potencias creadoras y emocionales del individuo, es destruir todo lo que antes se había logrado, es entorpecer la formación integral de nuestros educandos. Tienen de nuevo que empezar a valorizar y a simbolizar con palabras que no despiertan ninguna resonancia en su haber iD.telectual o emocional-ni la vida ni
el aprendizaje anterior las llenó de contenido. Afirmo y sostengo que es imposible realizar
verdadera labo1· de integración individual y de cultura, hasta tanto el vernáculo sea el instrumento de ap1·endizaje en nuest1·0 sistema ele enseñanza. Dése al inglés cuidadosa atención, enseñanza esmerada como idioma extranjero preferido. Relaciónese su estudio en todas las for1rn::s imaginables con las experiencias de vida Y ele cultura que se logren en la labor de educación y tendremos verdadero desarrollo de hombres y mujeres con conocimiento del inglés, con aprecio justo de su valor y de su belleza y utilidad. Hasta que esto no se haga, estaremos produciendo, con muy mras excepciones, seres un tanto deformados intelectual y emccionalmente, deformación que se revela principalmente en su carácter. Al hacer estos comentarios sólo me gufo, como me ha guíado siempre al intervenir en los problemas educativos, la honradez de mi conciencia y el deseo de servir a mi pueblo. Quiero decirle que probablemcnt~ haga pública esta carta. Atentamente, (Fdo.) ANTONIA SAEZ.
Las Novelas de Gregario López Fuentes Por JULIA CORDOVA INFANTE Primeras proyeccione6
El dolor de la tierra
Estoy nnte un a1·tista que no. disimula su condición de hombre para proyectar la de su estética. Su ritmo humano es pedestal y engarce para su obra. La ecuación Ilrica <le su pensamiento vale por lo que tiene de realidad vivida, de contingencia depurada, de dolor humano hecho rumor de quintaesencia.
Como a Enrique González Martlnez en la poesía caracterizaban a Gregario López Fuentes en la novela los rasgos de sobriedad y mesura que definen la psicología del pueblo mejicano: emoción contenida, lenguaje depul'ado, precisión del vocablo. Y recogida, como legado precioso en el vaso hecho emoción cl o la palnbrn, el alma mejicana con todas sus rebeldías y todas sus mansedumbres, con su pesimismo austero, pero también con la esperanza viva de sus ensoñaciones. En cada una de sus novelas se adivina, s in mayor esfuerzo, el placer que le proporciona el estudio ele cualquier aspecto del alma mejicana, y a medida que avanzamos en la lectura, el entusiasmo del autor hace presa en nosotros, despertiindcnos el interés por lo desconocido. Los problemas que le preocupan encarnan diversas modalidades del complejo organismo en que palpitan las inquietudes del pueblo mejicano. En muchas de sus novelas, el tema, impaciente, se anticipa en el titulo, despertando la curiosidad dormida. Tierra, Mi General, El Indio, Campamento, Anicros. ¿Usó de mayor recato autor alguc no al titular sus obras? ¿Hubo jamás menor reclamo? Sin embargo cada uno de esos nombres cnciena una cantidad ilimitada de sugcrnncias. ¡Tierra! ¡Mi General!, ¡gl'ito m1g·uslioso el uno, slitirn amarga el otro! Tierra es un estudio sereno de la revolución a graTia. En ella, como afirma Abréu Gómez, "la conciencia de Méjico está en marcha". Zapata, apóstol de la causa, pasa por las páginas del libro como una inspirac1on divina, para quedar convertido en héroe semi-legenda rio al que esperan siempre las almas con!iadas jinete sobre su alazano: la cabeza erguida, el gesto soñador. Y mientras tanto, la tierra llamada a se1· bendición del cielo, es verdugo iiara el hombre que, porque ha hecho del sui·co su único horizonte, ha olvidado soñar. ;Tierra! Palabra que es símbolo de promesa hecha esperanza, y que de madre amorosa, se convierte, pol' capricho de un puñado de hombres, en la más cruel de las madrastras. Y es asi qu11
Gregorio López Fuentes es hoy, pam todo 1'uen mejicano· que desee conocer a fondo el perfil histórico de su tierra, guía generoso. Su nombre, sin estridencias, adelanta' la calidad pu1·1s1n.1a de su inejicanisn10, con1ún denominador de toda su producción liternria. Lu raíz humana que alient:i en toda su obra, junto a la nota de auténtico amor patrio, limpio de exóticos malabarismos literarios, contribuye a definir In tonalidad inconfundible de sus nal'l'aciones. Y cuando al inflexible rigor de lo his tórico se inco1·¡iora a la fina intuición lírica del artista; y la nota de amargo realismo se purifica con la mansedumbre es toica del indio o ln indiferencia sufrida del labriego, comprendemos la gracia que posee López Fuentes para elevar a planos de estética, motivos que autores menos hábiles podrían convertir en propaganda. Greg·ol'io López Fuentes ama su tiena y siente sere11am ente sin patetiúnos, pero con <10!01· honra<lo y rebelde, los problemas que la debilitan, malogrando sus posibilidades. Y es, - en su esfuerzo por dulcificar la vida triste del indígena ,- valiente en denunciar los errores que In tiranizan, inflexible en señalar correctivos que la rediman. Y todo, dentro ele un marco de sugestivo buen gusto, 11 tono con la supe1·ior calidad de su espíritu. En mi imng'inación bullen y se agitan con hormig·ueo nervioso mil impresiones diversas, :vigorosas unas, imprecisas otras, que en su nl'án por descubrir la estética del autor do Campamento y Tierra forman apretados grupos impacientes. Y es así como empiezo a esbozar unas cuantas ideas en torno a la obra <le este inte1·c3ante escritor al que vengo siguiendo los pasos.
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la vemos impasible ante el dolor callado del campesino que agoniza entre sus bejucales, olvidado de todos, acechado por los peligroR que ha aprendido a mil"ar con indiferencia temera ria. Y hoy es la víbora que pica condenando a su víctima a una muerte segura; y mañana es el trapiche que convierte el brazo del obre1·0 en "ralz seca y deforme" que le inhabilita para el trabajo, mientras un cuadr"o de miseria reproduce la desesperación impotente del que ya nada espera. Y ayer, hoy y siempre es el patrón endurecido, que ajeno a todo esfuerzo del trabajador ostenta una itl).pasibilidad hiriente. He aquf unas escenas de Tierra: "Pasa el administrador mañanero. Se asoma a la casa mortuoria. -¡Pobre! Es su comentario. El padre del recién nacido llega a decirle: -Ya tiene usted un nuevo cria<lo a quien mandar__ ,. -¡Ajá! . . Y eso es todo. Ante los dos momentos más plenos en la vida de un ser humano, ¿qué hacer sino encogerse de hombros? Son poco más que bestias __ . Y a todo este abandono de que es víctima el hombre de la tierra, se incorporan los actos más indignos, entre otros, el t·obo del mísero jornal. "Un peso que te doy, es un peso que me debes; y otro peso que te apunto, ¿no hacen en total tres pesos?" No son dueños de sus vidas ni pueden disponer de su albedrío, y encadenados por generaciones a deudas que nunca se acaban, les está vedado pedir trabajo en otros fundos. Y aún falta añadir ot.ras calamidades: el fanatismo y la superstición avivados por la ignorancia y la miseria; el cura explotador, falso ministro de Dios, "que bautizaba y casaba al por mayor"; los políticos sin ideales, que prometen mucho y nunca cumplen, engañador~s que comercian con la buena fe del campesino que en vano espera el milagro de recuperar su "terrenito", pequeño paraíso con que suelian aquéllos que aún conservan \•ivas las fuentes de la ilusión. El problema del Indio. Gregorio López Fuentes es un alma sensib~e. Le interesa el dolor humano para reme?1al"]~, no para solazarse contemplándolo. Se identifica con los que sufr~n en su tierra por-
que en él "como en un ramaje de sueños, madura el espíritu de Méjico."(1) Por eso le preocupa el indio y se acerca a él con espídtu florecido de ternura. Lo enmarca dentro de un paisaje desvaído e incierto, en un pueblo taciturno y sin relieves, completando el tono gris sombrío del paisaje unos perros hambreados y raquíticos como sus amos. Los indios que aparecen en sus novelas son callados, inexpresivos, resignados: "Los indígenas oian sin contradecir ni aprobar: era la misma indiferencia racial, con cara de piedra y ojos de vidrio opaco".(2) "En la fisonomía de Jos indios yaquis no hay asombro, no hay alegria, no hay tristeza, no hay nada. Van desfilando con un indiferencia de piedra tallada, todos serenos, todos inmutables, con ese entrecejo de austeridad que tanto les identifica"(3) Como c_ontraste presenta al blanco, explotador de su ignorancia, estrellándose ante el respeto que siente el indio por sus tradiciones, hasta el punto de perder Ju vida antes que descubrir un secreto de su raza: el blanco se empequeñece y el indio se agiganta. López F'uentes ha visto en el indio algo más que un tema literario. La eterna tragedia de saberlo siempre incomprendido, el olvido y el menosprecio de que ha sido víctima, lo llevan a estudiar su psicología sin idealizarla. Goza describiéndolos: "Cuando apretaba el machete para dar un golpe, el antebrazo resultaba un nudo de fibras. Cobre repujado por el . sol y el esfuerzo. Estatua en movimiento hecha de cedro nuevo". ( 4) Presenta sus costumbres y tradicio1~e~. respetando la ingenua superstición que para ellos es sagrada. Y vemos lo complicado que 1·csulta el matrimonio entre los indios m2jicanos. Al sellarse el compromiso, las familias de ambos novios cambian una serie de artículos, cada uno de los cuales resulta ser simbólico: "las gallinas rep1·esentan Ja abundancia; el frijol, el manjar; la jícara, el agua de lluvia en iris y en salud; el pañuelo, la pre~da; y el aguardiente, la alegría."(5) Siguen sus danzas grotescas y primitivas en que se juegan la vida con serenidad estói-
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ca; el brujo del villorio, en su doble misión de cu1·andero y adivino, buscado y venerado poi' todos; los hueues, (los más viejos) juecc.; de la tribu cuyos fallos se acataban siempre con gran respeto; las peregrinaciones, donde se funden lo 1·e!igioso y lo pagano con una ingenuidad y una pureza de emociones que un super civilizado no podría ya comprender. Las frecuentes epidemias que los visitan y sus mil tribulaciones morales, contribuyen a dibujar los contornos de la imagen que ha de quedarnos como símbolo del indio mejicano. Hay momentos en que casi nos parece un elegido, un poseedor del secreto supremo, arrogante en su humildad no aprendida. Pero a pesar d~ todo, el horizonte que el indio tiene ante su vista, no estará nunca despejado. Y la culpa es toda del hombre blanco, que ha permanecido siempre alejado del mundo espiritual de esa raza. Así lo cree el autor, cuando al pqner en boca de uno de sus personajes un comentario poco amable sobre la torpeza de un Indio, otro, más sensato, le contesta: "Eso prueba tan sólo que por habel'ios tenido nosotros encorvados sobre el surco, no han tenido tiempo de mirar al ho1-izonte." ( 6) Y estas palabras encierran todo el amargo reproche con que López ~'uentes critica la indiferencia cobarde con que siempl'e ha fraca"ado todo propósito de reforma con relación a la vida p1·ecaria del indio, así como el menosprecio de que han sido objeto todos los de su clase n través de los siglos. En ningún otro tema de los estudiados por el autor, hay, como en este, mayor comprensión humana ni superior anhelo de caridad y justicia. Motivos de la Revolución Un escritor que siente tan de veras los problemas de su patria no podía pasar indiferente ante el tema de la Revolución. Lo estudia en sus dos novelas Campamento y llli General. Y en Tierra analiza el aspecto agrario de la causa revolucionaria, enfocando su atención en Zapata, apóstol · y hombre. En ambas obras nos presenta la revolución como la obra de todos. No se destaca un sólo nombre. Predomina una anonimia heróica que destruye toda ocasión de gloria oportunista. Y si se destaca un jefe, como en Mi (tl)
G. L6111.~z Fuuntcs-El ludio , Ed. Bototi¡ M6xico 19a5, pligino oa.
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General, lo utiliza el autor para ridiculizar con fina ironía el triunfo de relumbrón que alcanzan los arribistas. Hace una agria censura al hablar de los métodos de la revolución. Presenta a un general que por su audacia y su cinismo logra impo.nerse entre los suyos hasta convertirse en un cacique de ocasión con todos los resabios y defectos propios de su incapacidad. En torno a esa figura gira toda una serie de observaciones que a fuerza de ingeniosas, logran divertirnos. Por ejemplo, ·en ocasión de presentarse el falso general ante una asamblea, tuvo oportunidad de ensartar unos cuantos disparates mal hilvanados. Pero nadie s" dió cuenta de sus errores y el arribista se ufana de su ingenio cuando dice: "Al siguiente dia todos los periódicos publicaron mi retrato, la historia de mis hechos de armas, incluyendo algunos de los cuales yo no había tenido noticias antes, pero que crel conveniente no rectificar. Se habló de mi fuerza orntoria, de mi lenguaje pintoresco y se dijo que yo era toda una revelación. i Cuántas veces atribuí a hombres célebres de la antiguedad, frases que ellos nunca dijeron, sin que jamás se me rectificara! Bien prnnto me convencí d" que lo necesario es tener a¡ilomo".(7) Y a esa incompetencia vergonzosa · aparecen incorporadas otras miserias: el servilismo de los que se arrastran, adulando al que puede beneficiarlos; el vértigo de la política girando como un zodíaco de signos putrefactos ; los falsos amigos que abandonan al compañero en desgracia. En fin, toda la a ruarga realidad que sube a la sup ~rficie cuando el mar 1·evuelto de las revoluciones saca ílor· de espumas las caracolas y el sa1·gazo, aparece en i\li G~ueral con rasgos de vigoroso impresionismo. En Campamento, el título nos da el tema. Aquí, como en Mi General, ni uno sólo de los personajes cobra perlil individual. Todos pasan como sombras por la obra, sombras que se destacan como manchas vigorosas cuando la acción se intensifica, pero que vuelven a desvanecerse en un fondo de lejanía cuando el camino y el horizonte pasan a ser los únicos protagonistas. Y el autor nos da su criterio a través de uno de sus personajes cuando dice: "No hacen falta nombres. Los nombres, al menos en la revolución, no hacen falta para nada. Sería lo mismo que intentar
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poner nombre a !ns olas de un rio y somos ción lírica sirve de punto de partida a su labor de novelista. algo asf como un l'io muy caudaloso."(8) En todas sus novelas aparece el paisaje. En Campamento es quizás la única de sus novelas a la cual el lector logra incorporarse. Arrieros y en Tierra la naturaleza es a la vez Partimos con la tropa, la seguimos de cerca, escenario, lejanía y personaje. En ocasiones, acampamos con ella, y como ella "ponemos al al realismo crudo de ciertos pasajes se incorfuego un pedazo de cacharro en que bien pron- pora la nota limpia de una loma recién bañato comienzan a chillar algunas piltrafas de da, el rumor de una cascada soñolienta, el desperezo de un amanecer todo promesas. gordura".(9) López Fuentes sigue una técnica impresioEste grupo de hombres que con el fusil al hombro camina todo el día bajo el sol, llevan- nista al dibujar los contornos del paisaje medo una vida azarosa e inquieta, forman a ma- jicano: las figuras aparecen siempre en un prinera de un gran friso en el que las figuras, mer plano mientras a lo lejos sueñan, desdireverberando bajo el sol, parecen escultm'lls bujadas, las serrnnias. viv:is que se mueven con sugestiva lentitud. Le apasionan las montañas lejanas, las loToda la obra es un g1·an cuadro de costum- mas casi ingrávidas en el horizonte, y a babres, rico en pasajes de un realismo amargo, se de ellas crea muchas de sus imágenes. Consaturado de dolor y eª-cepticismo. sideremos varios ·ejemplos : Y vuelve a aparecer el indio, victima una vez más. Era un indio sufrido que sirvió de (1) Y por sobre las monta ñas dis tantes, In gula a unas tropas, de noche y de día, por tarde, veredas y abrojos, a pie y sudoroso, como (2) El viento ha barrido la nuberín hacia una bestia de carga. No se quejó nunca, pero las sierras. cuando le llegó la hora de descansar, ya era (3) Una luz prendida a la falda de una setarde. Hablando del incidente dice el cabecirranía distante, parece una estrell a lla: "Mi .asistente, por divertirse, le metía el que se olvidó de ocultarse. caballo. Como está bien herrado parece que (4) En la montaña hay una luz. ¡Si se le reventó los talones. ¡Son tan sufridos eshabrá caído una estrella! tos hermanos nuestros!" (5) Verde ondulamiento de serranías oscurecidas a trechos por nubes viajeras. El autor presenta la revolución como una gran fuerza devoradora. Las víctimas so (6) Lejos, sobre una serranía visible a través de una nube rota, el arco-iris puso multiplican, pero siempre hay gente fresca que las sustituya. la ojiva de un enorme pórtico. Toda la obr:i. es una serie de cuadros, Jos más de ellos impresionistas, unidos por el hiSe complementan en sus novel as dos tipos lo tinto en sangre de la revolución. 1lc paisaje. Uno aparece condicion:\do por el estado animico de Jos personajes, y es, las La \' oz 'ilel Paisaje más de las veces, dulce y a1mcible , finament e dibujado al fondo, como marco rústico de un La 1·eacción de un artista ante la realidad gran cuadro al na tura]. viva de la naturaleza nos lleva a descubrir Estudia otro aspecto de Ja naturaleza más las tonalidades má~ escondidas de su espíritu. agreste y menos hospitalario. Esta última Mientras no sepamos cómo siente el paisaje modalidad aparece en la novela Arrieros. Peun novelista, un ensayista o un poeta, no es- ro es curioso notar que el autor no gusta de tal'emos capacitados para enjuiciar los proce- describir este segundo paisaje, sino que, indimientos de su estética. directamente, presenta los efectos que produLo que resulta complicado en muchos casos. ce en los personajes. Así, para describirnos descubrir la nota subjetiva hecha emoción ti- a unos otomíes que cargados como bestias cabia en el paisaje, es tarea amable para el minaban bajo la lluvia por una serranía esque estudie en López Fuentes el sentimiento carpada, anota: "Como indumentaria el calzón de la naturaleza. Y es porque su fina intuí- al óleo: barrio negro de la huasteca, · barro amarillo de las primeras estribaciones cfo l:t ( ~ ) Clu.1p11mn1tu . 1:~ 1'p::M Cnlpe, S. A. J 9:11. p1ígi 11n 40 . sierra, ocre de la altiplanicie." (!f) G. Lúp<>z }"uc·nt<'s-C1J111p11111ent", F:~pa ~ n Codpta, S.A. 1 93 1. p~~foo 40. Predomina, sin embargo, el paisaje lírico y 1:l) tt. Lú J)('z Fuentt-s--l'1M1pa me11to, E1ipns:1. Calpe S.A. J9 :.. J, ¡,ú¡:i11a :J:J, ' apacible, remanso de paz que hace detene1·se
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al indio en su camino, invitándolo a soñar. A base de esta exquisita intcrp'retación do la nnturnlcza es que el autor crea sus inuigcnes más sugestirns. Siguen alg·unos ejemplos: (1) La acuarela del crepúsculo se opacó
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(3) Cuando el arriero te1minó su relato no
soplaba ni el viento más delgado. Era una de esas noches en que se remansa el silencio y el bochorno presagia una llnvia que no se decide a caer. Cerca los i<rboles se confundian con la noche, sel va de sombras.
violentamente. (2) Lejos, en los valles, los l'Íos parecían
víboras plateadas que inmóviles se calentaban al sol. ( 3) Río arriba la chorrera les hacía flecos a las espaldas de las aguas. {<1) Al fondo, una pendiente que simula un columpio topográfico. ( 6) Monte adentro los coros ves perales de las chachalacas.
Ultimas proyecciones
Como visión de conjunto debemos considerar varios aspectos de las ob1·as estudiadas. Antes que nada el estilo. Gregario López Fuentes es un novelista fino y de un gusto orig'inalísimo. La habilidad para crear per(1) El río serpentea allá lejos, ma nso a tramos, espumante e impetuoso a tre- 'onaje3 humildes, manteniéndolos dentro de una anonimia muy significativa, dan u s us nochos. velas un sello inconfundible. ( 2) Anochece. Bajo los matorrales gimen, Es indudable que el autor conoce muy a arrullándose los codornices. Chillan monstrousamentc los g riJios. En las fondo el alma de su pueblo. De no ser así rancherías distantes brillan las ¡n·ime- no hubiera podido crear un tipo tan popular ras luces. i Qué murria hecha toda ele y de rasgos t an fuertes como el Refranero. Este personaje representa Ja psicología malisilencio y de belleza! , (3) Mientras tanto, yo miraba , mejor di- ciosa del pueblo vertida en refranes, cada uno cho, sentía, aquel paisaje dulce y tris- de los cuales "Je sirve de trinchera" desde la te: el río sile11cioso de tan hondo; las que devuelve el p1·oyectil siempre vivo de su nubes, incendiadas por un sol ya ido ... ingenio inagotable, La habilidad con que emplea el adjetivo ¡,s( ~) Durante buen rato nos embobó aquel panorama bello y salvaj~. Un río fan- tc escritor es digna de estudio. Para reves tástico por su luminosidad de cocuyos tido de un sentido novedoso y plástico se \'ay Juciérnngns . . . le de Ja personificación. Y es como si las palabras s e vistie1·ail de gala dejando a un lado · Hay veces en c¡ue el paisaje no es lo que su indumentaria ya gastada por el uso. Haes sino lo que percibe el que lo contempla, gamos acopio de Jos más nuevos: visto más con el alma que con los ojos. Así, al hablarnos de los indios enfermos, que, en( 1) la salvaje hospitalidad del camino. vueltos en sus cobijas parecen olvidados de sí ( 2) caras terrosas mismos, dice: "quedaban acurrncados, sus (3) balanceo fatigado. tristes ojos inmóviles sobre e.1 paisaje muer( 4) pies estriados. to". ( 5) unción intuitiva. En otras ocasiones el rasgo psicológico aña( 6) vuelos rumorosos. de expresh>iclad y tono subjetivo a las manio(7) astuta cabeza. bras:. (8) instrumentos montaraces. (9) lomas sua,•es. ( 1) Ba jo el monte, en la soledad, la cam (10) sorda oscuridad. va na de palabras tenía resonancias d'e ( 11) trotar azorado. misterio. ( 12) b!'amidos nostálgicos. (2) El silencio se hizo tan grande como la (13) noche adulta. misma cascada. (Continúa en la página 30) La nota subjetiva e íntima también apai-ece en descripciones directas del paisaje:
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¡Y pensar que hay tantos seres de quienes se puede decir lo que dijera el autor en Campamento, refiriéndose a los hombres de la tropa: " En su afán de asegu1·ar un pedazo de carne, permanecen ajenos a la gran naturaleza que les rodea!"
¿Polilinguismo en Puerto Rico? REFLEXIONES CRITICAS Por MARCEL WEINRICH Dos conductores de tren estaban sentados en la sala del restaurant anexo a la estación de ferrocarril. Hablaban alemán. De pronto ot1·0 empleado ferroviario se sentó a la mfoma mesa, y pude oir que cambiaron de idioma, conversando entonces en francés. Después de pocos minutos un cuarto funcionario se unió a la pequeña compañía. Con sorpress oí que los agentes de transpo1·tación mudaron de nuevo el medio hablativo, utilizando esta vez el italiano. Toda esta transformación lingüistica se desarrolló de la manera más natural, sin la mínima consciencia de los saltos ·~glotológicos''. y como si se hubiese tratado simplemente de hablar el mismo idioma vemáculo con diferentes entonaciones y acentos melódicos, mientt·as que yo, observador, tenía la impresión de estar presenciando una charla entre alumnos de la Escuela Berlitz disfrazados. ¿Dónde, sin embargo, ocurrió esta curiosa conversación? En Zurich, la metrópoli de Suiza, hace varios aJios. Este intercambio de lenguas era simplemente un gesto espontáneo de cortesía hacia los colegas provenientes de otras regiones lingüísticas del pafs. Es un fenómeno de eminente significación simbólica. Hoy día, la Confederación Helvética continúa siendo el único país europeo donde la coexfoiencia de distintos lenguajes, esto es, el polilingüismo, no es causa de animosidades, fricci ones, odios, discrímenes, desconfianza y sentimientos xenófobos. En el continente de Europa los individuos y colectividades de idiomas lige1·amente heterogéneos han alcanzado el triste nivel troglodita de despreciarse mutuamente los unos a los otros por el mero hecho de oir al prójimo hablar en lengua ajena. En esta situación v,;rgonzosa la pequeña república suiza es C(lmo un refugio paradisíaco que permite la simIJiosis armónica y feliz de varios lenguajes c:n el interior de su territorio. Su solidaridad intema, de esta manera, indirectamente, de\'iene en argumento al efecto de que el aislamiento, y la autarquía lingüística militante debe atribuirse a la intolerancia, a la falta de comprensión intelectual, a complejos de su~
perioridad, envidia, mala voluntad, indiferencia, arrogancia o apatfa. Debe ser bochorno para las comunidades que se consideran civilizadas el descubrir que su bajeza de motivos, sus atavismos indignos, sus insinceridades han producido el estado i·eaccionario. de su exclusivismo y aún más : de su chauvinismo lingüís.tico. En los tres años durante los cuales he tenido el privilegio de vivir y trabajar en Puerto Rico, el problema de las lenguas en esta isla me han preocupado mucho. La · gravedad invetemda de la tarea confusa exige una franqueza absoluta en el investigador, y aunque la táctica de lisonjas seria más lucrativa, p1·efiero no usar el método irresponsable de plldoras azucaradas. Creo que Suiza ofrece el mejor ejemplo para todos los que estén en búsqueda de una pax lingüística fructuosa. Alli, en aquel pafs democrático por excelencia, los niños aprenden los tres idiomas aborígenes (para no mencionar el reto-romántico) como si éstos fueran lenguas extranjeras. Cada cantón se basa en su habla nativa, y los demás idiomas-francés, alemán o italiano, respectivamente, -se enseñan como cualquier asignatura en la lengua \'ernácula de la región en cuestión. Asf, el medio de enseñanza varía según la individualidad glótica del distrito. Estos idiomas, sin embargo, ni se conciben ni se practican qua elementos extraños, no pertenecientes a la esfera propia de la vida del pueblo. Al contrario : el suizo siente que son lenguas estrictamente nacionales, y el resultado maravilloso es la anécdota que acabo de relata1· y de la cual fui testigo. Ahora bien: no es mi propósito de manera alg una, a bogar por el establecimiento de otl'O idioma que no sea el español como habla nacional de un Puerto Rico bilingiie. Esta isla no tiene la convivencia histórica de lenguajes de tipo suizo que justifique la aceptación de otro idioma como lengua madre. El esfuerzo de aquéllos que quieren impone¡· aqui tal estado de cosas está condenado de antemano a un fracaso miserable. Después de cuatro siglos de una sola lengua matel'lla, es
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un absurdo la intención de introducir en un vecharsc de In oportunidad para enriquecer pueblo otro idioma nacional, en calidad de len- su espíritu y poseer culturalmente algo más gua vernácula. Por lo tanto, un bilingüismo de lo que tienen los pueblos latino-americapucrto1·1·iqucño, en el sentido de una esponta- nos, desgastan sus energías "luchando" con neidad igual en la expresión verbal, es una la lengua y "matándola". Lo mismo. se le imposibilidad. Es imposible sin violar, sin puede reprochar a los norteamericanos quieoprimir el monolingiiismo fundamental, con- nes, permaneciendo en esta isla, muestran insagrado por In historia. Así es que el cjem- diferencia con respecto a la adquisición del _plo multilingüe, -tal como se puede ver en castellano. Suiza, Bélgica, Chccoeslovakia y Yugoesla via, En cuanto a los puertorriqueños, debe ha-no es aplicable al caso de Puerto Rico. ber alguna deficiencia en el sistema de insEl principio didáctico, no obstante, sería de- trucción pública y en las calificaciones de los seable; n saber: la enseñanza de la segunda maestros de inglés. Se habla mucho de "mélengua como idioma "extranjero", entendien- todos", pero muy ' pocos saben dar a la ensedo por ello no una acentuación de lo "ajeno", ñanza lo esencial: el espíritu, los valores hu~ino s~ncillamente el hecho de no ser un ha- manos que prestarían al estudio la animación, blar vernáculo. He aquí. un derecho principal el propósito, la meta inspiradora y la finalide autonomía cultural. Hay un peligro, no dad de un bien deseable, es decir, la razón de obstante; la tendencia a caer en un absolutis- ser de las cosas. Mientras continúe la insumo, el "jingoísmo" que desprecia, rehusa, ficiencia de la dirección y del magisterio,combate el otro idioma-en el presente caso ambos careciendo de visión panorámica y de el inglés. Un pueblo razonable, una comuni- ingenio imaginativo-, los estudiantes de indad, ("masas" e "inteliguentsia") sensata Y glés en Puerto Rico manejarán esta lengua de espíritu liberal demostraría falta de ma- con un descuido causado por el aburrimiento. durez espiritual y un triste quid pro quo de A pesar de la falta de orientación didáctilos valores si permitiera un dislocamicnto del ca, sin embargo, hay buenas bases en el esjuicio, que en este caso consistiría precisa- tudiantado que anhela un progreso polifacétimente en la determinación de su actitud lin- co. He inspeccioñado, por mi propia cuenta, güística por emociones y pasiones políticas. una clase de retórica inglesa en la escuela su· Tal confusión de dimensiones axiológicas perior de un pueblecito rodeado por los cafees inadmisible en seres quienes, como los por- tales antiguos de las montañas centrales. Pretol'l'iqueños, forman parte de la gran familia sencié una participación vigorosa, un interés de los seres pensantes. Yo quisiera solamen- vivo de los alumnos, quienes trataron la mate ll:nuar la atención de mis lectores al "or- teria con brío y escrupulosidad, discurriendo den" que reina en los países esclavizados por en inglés con gusto. el Nazismo, donde toda crítica dirig·ida conEsta disposición es fundñmento muy valiotra la lengua de los opresores, es decir el ale- so; y tal vez, una conducta inteligente e ilumán, puede p1·ovocai· una sentencia de muerte. minante, por parte de los enseñadores, podría -Comparando ese terrorismo antropófago con acercar la asimilación verdadera del ingl.?s hael liberalismo lingüístico que prevalece en la cia el horizonte de lo posible. administración insular, no hay justificación alguna para quejas y perjuicios en lo que toca Un paso más adelante en el camino que hea la libertad, a la efiorescencia del Idi oma. mos seguido hasta aquí nos conduce al reino Todos los caminos han sido dejados abiertos hipotético del multilingüismo donde conservan pa ra el cultivo del español. su validez las premisas aniba mencionadas. De otro lado, se puede criticar la inhabiliPara una persona con pretensiones de culdad de la administración ¡>edagógica y la del turn, la dominación de dos idiomas, además magisterio: inhabilidad psicológica para ha- del habla vernácula solía ser, en el siglo XVIII, cer el enseñamiento del inglés más atractivo un requisito mínimo. Pensad, por ejemplo, en m:.ís interesante, más simpático para la es- un país tan "retrógrado" como la Rusia de tirpe hispánica; en una palabra: más bien los tiempos de Turguéñev y Tolstoy. Eh esa . placer que deber-más bien aspiración que época, los miembros de las clases cultas conocían a fondo no solamente el francés, sino obligación. Con pena he contemplado el espectáculo de frecuentemente también el inglés y el alemán. la juventud· puertorriqueña que, lejos de apro- Comparando aquel nivel de un estndo "semi-
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nsi:i tico" con la norma educativa, en nuestro tales donde se enseñan idiomas ext1·anjeros. continente de "alta civilización'', hemos de (Que no me digan: "Los niños tienen bastanadmitir que no hemos hecho, nosotros los "mo- te que luchar con el castellano". ¿Por qu6 demos", progresos brillantes. Hoy una per- insistir en nuestras debilidades? ¿Por qué sona que POSEA una lengua extranjera es no emular aquellas nacionalidades que saben expresarse con facilidad en otros lenguajes una rara avis, según Juvenal. Sostengo que el conocimiento de cada idio- además de su lengua madre?) Tenemos las facultades, pero carecemos de ma suplementario significa una riqueza adicional para nuestras personalidades. Digo valentía y de confianza en nosot1·os mismos. Hasta en la Universidad el único idioma personalidades, po1·que quiero hacer hincapié en la importancia vital. existencial, que tie- obligatorio es todavía el francés, en el cual ne el dominio de lenguas para la esencia de ~e especializa un número minúsculo de estula persona humana. De intento evito subra- diantes. Con respecto a otras lenguas, In canyar su aspecto enciclopédicamente abstracto, tidad de estudiantes, en propo1·ción a la popuramente "libresco". El valor intrínseco de blación puertorriqueña, es espantosamente las lenguas i·eside más allá de una me1•a acu- menuda, "une quantité négligeable". Y aquf estamos ya en el corazón del problemulación lexicográfica. Puede (y debe) ser una realidad óntica y metafísica. Recordad, a ma cardinal. Se habla ahora mucbisimo de la propósito de este tema, los eminentes pensa- unive1·sidad y de cómo tiene que servir a los do1·es tales como Goethe, (La Provincia Peda· puertoniqueños ; de cómo debe existir para el gógica); Bergson, (La Evolución Creatriz); pueblo, para fomentar la cultura de Puerto RiCassirer, (Filosofía de las Formas Simbóli- co. Se babia muchísimo en estos días del acerca.s); y Vossler, (La Lengua como Creación camiento entre las "masas" y la "inteliguentsia"; el lema: "Traigamos la Universidad al y Desenvolvimiento). La concepción general de la vida, refleja- Pueblo" se agita alegremente por los aires . da en la estructura de la enseñanza, no puede tropicales, pero nada se hace, nada. dejar de imprimir su fisonomla en la cualidad Tengo la convicción, aunque parezca parade los educandos y los educados. Consideremos doja, que una cultura auténticamente puertoel representante más alto en la jerarquia aca- rriqueña no puede encontrar su expresión prodémica, la sublime especie de los doctorados. pia sin una amplia orientación universalista; Juzgando por su preparación, su grado supre- y que es precisamente nuestra universidad la mo y las exigencias escolásticas, uno que se re- que tiene la misión de llevar un universaliscibiera de "pbilosopbiae doctol"is" debería po- mo cultural al pueblo que podrá asi determisee1· una comprensión perfecta de dos lenguas nar su sitio y carácter individual dentro de cxtmnj~ras-capacidad que no parece extraorIn esfera muñdial , después de haber escudri.dinaria si se le compara con las cualificacio- iiaclo sus "Cuatro Vientos del Espíritu". Un autarquismo total en la materia de civilizan~s que se les exigen n los pobres rusos "atrasad.os". La mayoría, sin embargo, de ción pertenece al reino de las momias. Una aquéllos que encuadernan sus diplomas de doc- nación no logra Sll rostro particular practicantwado, estropean el idioma ajeno, y no entien- do el particularismo, sino-(y he aqui Ja dialéctica de la Mente)-cultivando el cosmopoden ni la mitad de lo que leen(!) En Puerto Rico donde los Doctores no se litismo intelectual en el mejor sentido de la encuentran todavía en cada esquina de la ca- palabra. Los inmortales escritores y poetas lle, y donde hay que contentarse con grados de varias naciones comprueban esta verdad menores, la situación "políglota" es aún peor, con sus creaciones. y la actitud hacia los lenguajes, aún más saAhora bien, creo que el "sitio bajo el sol" perficial. Las poquisimas excepciones son co- que ocupa Puerto Rico en Ja comunidad de mo gotas en el mar sin brújula. civilizaciones obtendría prestigio y luminosiPartiendo de la presuposición de que la ense- uad si la enseñanza superior hiciera el esfuerrianza de lenguas forma parte integrante y zo de transformar el pueblo puertorriqueño esencial de una instrucción pública que se en hombres y mujeres planetariamente inspropone desarrollar personalidades, el fun- truidos. Para tal formación es imprescindiriona miEnto de la educación en esta isla no es- ble una divulgación e intensificación gene1·al tá a b nltura del ideal didáctico del novecien- de la instrucción de los principales idiomas y tos. A IJenas existen escuelas gubernamen(Continúa en la página 30)
Dedicación a Isabel Andréu de Aguilar Palabras de Margot Arce en el acto celebrado en obsequio de la Presidenta de la A soci nciún, en la residencia de In Srta. Mnrín Machín.
Querida Presidenta y estimad;is compañcrns: La Asociación de Mujeres Graduadas de la Universidad de Puerto Rico, ha querido ofrecer este acto sencillo a su presidenta, doña Isabel Andréu de Aguilar, en reconocimiento de lo mucho que ella ha hecho y sigue haciP.ndo por nosotras. Sin doña Isabel, la Asociación probablemente llevaría la vida lánguida, perezosa de otras instituciones similares. Doña Isabel, con su firmeza, con su actividad, con su entusiasmo y con su sensibilidad cívica, ha gobernado y dfrigido esta nave con 111nno entera y suave de mujer. Casi todo lo que somos y hemos hecho como Asociación lo clebe111os a este piloto, que reúne a la vez la sahiduria de la· experiencia y la audacia voluntariosa de la juventud. . Ade111ás de todo esto, doiia Isabel es uno de los miembros más responsables y generosos de nuestra comunidad. Su acción se ejercita en dondequiera que el bien o el intcl·és público lo
demanden. Y como mujer y maestra ha dedicado especial y amorosa atención a los problemas educativos del niño, de los padres, del a dulto. En estas actividades ha rebasado el mai·co de nuestra Asociación y ha servido como ciudadana particular, consciente de sus deberes, y con un desinterés admirable. Nosotras estamos orgullosas de doña I sabel. Vemos en ella no sólo un ejemplar de la mujer puertorriqueña por sus virtudes ele senci-. llez, de feminidad exquisita y de señorío, sino un modelo de lo que creemos debe ser la mujer en la democracia: mujer dotada ele espíritu libre y crítico, de amor y solidaridad al prójimo y de una conciencia y ejecución justa y generosa ele sus deberes civiles. Este acto no corresponde con lo que doña Isabel merece ni con lo que nosotras quisiéramos ofrecerle. Es sencillamente, un acto de nmor.
l\largol Arce.
Aprii 27, 191dl.
Seiiora Isabel Andreu de Aguila.r Universidad de Puerto Ríco Rio Piedras, Puerto Rico My clea.r Se11ora de Ag'l}ilar: On this happy occcision, ·u.: hen your friends and associcites rncognhtc you.r valited contrib·utions to the cle·velopnient of cidiilt education in Pv.e;·to Rico, I wish to extend t,o you, the hearty congratiilation,s of the of [ic-ers of lhe Nationa.l Ecl-ucation Associcition. I mn vleasecl that your f?"i en~ls hai•e seen jit to present you. wi/:h a fifteen yea1· -nwinbershiv in thc De11co·nient o.f Adult Education of the N((tional Edii.cation Association. Tlri:; -is one of our nwst active Devnrtments and I hope . that its piiblica.Uon-s wnd other services may be of va.l:ne to yo1t. I hope, also, that you m.ay bl' al>lc to attend som.e of tite 11ationcil conventions of the Departm.ent. The ünvortancc of aclult education is being widely 1·ecognized th1·ongh out thc United States cind I belie·ve that this ?nove1nent is destinecl. to ci steady g1·owth through the yea.r s cihead. The people of Puerto Rico ar1:1 f ortunate in you.r lcadershiv cluring this f orinative and crea.t-ivc veriocl. Very triily yo·urs, Willard E. Givens Executive Secretary
SI1v10N BOLIVAR · Por ANGELA R. DE TUDO, L. D.
Desde que estuve en Ven.ezuela y pude apreciar la obra magna de Don Simón Bolívar, éste ocupa en mi mente un puesto preferente. En seis cuartillas o en muchos volúmenes no es posible sintetizar la obra de Bolívar en América. Tampoco una pluma prosáica como la mía puede ponderar su obra. Los ojos de este estadista han sido algo penetrante y descritos como lo más subyugador de su persona dinámica. Los han comparado como diamantes negros, recogidos por la inmortalici~d para alumbrar las páginas de la IHstoria de América con resplandores estelares. Dice Don Alejandro Fernánrlez García (Venezolano) "Hay amor, dolo~, crueldad, suefio, molicie, locura, santidad, en ese ramillete de lumbres que. son las pupilas del Libertador: Jgna~10 de Loyola y Teresa de Jesús Rodrigo Díaz de Yivar y Averroes, Felipe Segundo y A1!1m, Lope de Aguirre y Al~onso el .Sabio, hablan, dominan, suenan, Y miran a través de esos ojos de esos diamantes negros, que desd~ el noctu~no fondo. de los siglos parece que todav1a alumbran hacia el futuro nuevas rutas de luz, a las empresas gloriosas de la raza ... " . Bolívar hizo obra magna porque fué ~1bertador de cinco naciones--cinco nacwnes que hoy bendicen su nombreVe~e~uela, Colombia, Perú, Ecuador y Bohv1a-actuando en un mundo en qu'e la naturaleza Y no el hombre, había labrado las más grandiosas obras y él el gran ~olívar las superó, elevá~dolas'. al comumcarles el espíritu de Libertad. Fué Bolívar, según una semblanza que de él .trazara un marino yanqui y que recogió uno de sus historiadores: "En la conversación ordinaria el semblante de Bolívar presentaba ' un aire mel.ancólico; ap~nas levantaba los ojos del suelo, pero s1 se tratara de un asunto que le interesara mucho entonces adquiría una gran vivacidad, miraba cara a cara, al que le escuchaba atento, y
en ·cada gesticulación se veía expresada un alma encendida en vivas pasiones. Era bien parecido, tanto de semblante como de personalidad atrayente. Su estatura, aunque no alta, tampoco era pequefia. Sus ojos tenían una expresión que no creo pueda pintarse ni con el pincel ni con la pluma. Todo en él era grande e infundía respeto .Y admiración." Era sobrino del Marqués de Palacios, quien le puso en manos de preceptores huraños al llevarlo a Madrid. Y como perdiera sus padres siendo él muy nifio, el amor de Teresa lo dominó de tal manera, que siendo dueño de una gran fortuna, se entregó ·por entero al primer cariño familiar que había conocido en su vida; Fué por los años 1801 a 1802 cuando Bolivar hizo su primer viaje a París y conoció a Napoleón llegando a hablar con él. Todavía no se había coronado Emperador, pero para Bolívar fué un gran estímulo y exaltación que sintió por la gloria deslumbradora de aquel Bonaparte que había salvado .Ja obra de la Revolución. En su alma renace de n1;1evo el ideal de la emancipación americana, que estaba en el ambiente que se deducía de todo lo que ocurrí~ en el mundo, como una fruta ya sazonada y que se puede recoger; sin embargo al volver a Madrid se encuentra otra _vez con T~resa cuya mirada muy espanola, convierte al revolucionario exaltado en amante apacible. Bolívar se casa y trae a Teresa a Venezuela su lar nativo, dispuesto a poner en orden sus cuantiosos bienes. Se siente egoíst~ con el am~r de su bella Teresa y Don Simón Rodr1guez su antiguo maestro parece desilusionado de sus ensefianzas. Pas~n dos años y Teres.a, que no parece bien ·en la América de su amante muere. La adversidad rompe el laz¿ que un~ a Bolívar con España. Entonc~s B?hvar vuelve a viajar, como para c1catnzar: la herida abierta . Vuelve a Parfs y inente un aborrecimiento hostil
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hacia el Napoleón Emperador, que antes adorara; recorre Italia, Inglaterra, Estados Unidos. Son días aciagos de tempestad; el genio de Bolivar despierta como la larva que se ha dormido y se templa en la exaltación de las muchedumbres de Europa. Quizás fué en Inglaterra donde oyó hablar de hacer surgir las nuevas Españas de América. . Así Bolívar regresa con un coraje de liberación, y se vió empujado a alzarse contra España. No querían los americar_ios dejar de ser españoles, pero s í deJa~ de ser súbditos. Era un pleito polftico, una revolución, una Cl"uerra civil. Además, en el mundo entero se sab}a que Godoy hubiese regalado América entera a Napoleón, si éste hubiera apetecido un obsequio tan peligroso. Por eso Inglaterra no oculta que fué ella la que concibió la revolución que estalló en Caracas en el año 1806. Bolívar apareció como coronel al mando de las órdenes del General Miranda, venezolano, que había luchado a las órdenes de Doumouries. . V_encie~do aquella sublevación, perdió Espana toda probabilidad de soberanía y hermandad. Miranda fué traído a España y encer1'.ado en un calabozo de Garraca. · . En 1808 llegan a Caracas unos mensajeros de José Bonaparte, pidiendo que lo proclamasen Rey, y quiso hacerlo a él Capitán General, entregar a Venezuela como si fuese una manada de bestezue-
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las al flamante monarca. Pero contra éste se alzó Bolívar y comenzó la guerra de nuevo y con ella la epopeya deslumbrante en que Bolívar se demostró como el genio militar de Libertador que era. Nada hay más hispano que la recia figura de Bolívar, como fué su vida Y su obra. Eran españoles su corazón y temperamento, y su amor por Teresa fué español, muy español su genio militar, y españolísimo su pensamiento y modo de sentir y actuar. Y como termina el mejor soneto escrito a la memoria de este gran hombre -del cantor portoITiqueño Luis Lloréns Torres-"Y fué crucificado." Murió traicionado, vejado, agredido por todas las injusticias y todas las ingratitudes, expulsado de la Patria-se refugia en Santa Marta-en el hogar de un amigo-casa de Don Joaquín Mier, español, donde es recibido como él se merece, y le endulzan sus últimos momentos . Termino con las palabras inolvidables del General Pablo Morillo: "Nada es comparable a la incansable actividad de este caudillo. Su arrojo y su talento son sus títulos para mantenerse a la cabeza de la revolución y de la guerra; pero es cierto que tiene de su noble estirpe española rasgos y cualidades que le hacen muy superior a cuanto le rodea. ¡El es la revolución!"
¿Después de la Guerra Con10 Seguir en Paz? ' DUCACION DE ADULTOS EN LA POST-GUERRA
I.A E
cºado por Isabel A. de Aguilar en la (Discurso pronun 1 • ., Z) Asan1blca Anual del Círculo de Supervmon, 1 9 4
Sr. Presidente, señoras Y señores :
Agradezco Ja deferencia que se me ha hecho al invibhseme para tomar parte en este programa de Ja asamblea c!el Círculo de Supervisión. el cual viene realizando obra seria, que he obsen·ado desde lejos con gran interés, y aprovecho Ja ocasión para expresarles mi felicitación sincera. El tema que se me encomendó, Ln Educal"ión de Adultos en la Post-Guen-a, me interesó, porque creo en Ja educación, en la verdodcra educación, como único rem~dio a los males que padecemos. Debo, sin embargo, ad,·crtir que no lo he de~nrrollado como tuve intención de hacerlo. Al empezar " escribir pensaba · llegar por frío razonamiento a probar que Ja educación de adultos es indispensnble en la reco:1strucción del mundo en la post-guerra, pero no resultó así-he esc1·ito un discurso. No tuve más remedio, salió asi. Pasa el mundo por una crisis cuyos resul · tados, como todos sabemos, serán de signifiración trascendental para la scciedad. La criatura que resulte de los cruentos dolores que sufre la humanidad habrá de encarnar los valores espirituales y morales comp~ndia dos en el cristianismo occidental y en las enseñanzas orientales de Duda y Confucio, o será Ja retorcida, deforme, )' anormal de una nueva barbarie, sin más ley que la del porl ~ r tle la fuerza. Caemos, desde luego, del la:io de la primera. La lucha es sin preccdrr:t~s . Jamás se vieron tan amenar.adas la r.eguridad y el sosiego de hombres y naciones, jamás fué tan general el peligro )' men ~s desde que se habló de respeto al p,·ójimo )" de código internacional. Creíamos que habriamos llegado a eliminar la guerra por medio de instrumentos contractuales; creíamos que el acercamiento tle razas y regiones como resultado de los progresos tecnológicos, llevaría a una total comprensión de los intereses comunes universales, la que traería como consecuencia, gamnt!a para esos intereses; creíamos que por esa comprensión o conocimiento se fortalecerla la
rloct rina del respeto en tre lo s individuos y Jos pueblos, y más que de 1 espeto, de a mi<>ta d, que impediría la trall sg·l·c. ..:i ón de los dPt ech os é'.je ~
nos. La Guerra J\'kndia l Núme:-o l sorprendió a los adeptos de esa a mable fe y al s~, c.udil'l::i en sus cilnientos, leS ennrdeció p:u·a sostenerla con empe:'lo de Cmzaclos. P ero todo l\quel esfuerzo 1·r-"ult6 in rnfic ientc parn cimentar para siempre la pa z uni ve1· ?.! dent r o de la democracia lota 1 qu e es expresión pura de solidaridad humana. Resultó insuficiente aquel ena rclcddo esfuerzo, porque los móviles o p1;ncipios que le dieron vida no estaban integrados en el patrón cultural de cada pueblo; porque las gentes todas no se habían comp enetrado de la verdad que entrañan; porque no eran sangre y carne de tocia la humanidad; porque el hombre con su endiosada razón ha quedado ciego de visión, manco ele alcances, i mpedid~ en el camino. sordo, en fin, para capt ar la exacta comprensión de su destino. La democracia gestada en el siglo 18, robusta en el 19, jadea en el 20 bajo. las embestidas del resurgido y modernizado absolutismo. ¿Qué ha pasado y por dónde ha empezado la insidiosa acometida que esume ya tan alarmantes pr oporciones, que amenaza abatirla para siempre El enemigo se ha criado como áspid en su generoso seno, de ella . se ha nutrido para crecer, en ella se ha apoyado para subir. De ella misma, adulterando sus más nobles postulados, se ha valido para sustituir la libertad con la tiranía, el terr or por la confianza. La ex plicación es clara. Por la democracia se consagra el ejercicio del libre albedrío que dignifica al ser humano; pero ese ejercicio de libertad impone respcnsabilidades que hay que saber cumplir en beneficio de esa tan alta prerrogativa que nos hace dueños y agentes de nuestro destino social. Los esclarecidos iniciadores de la doctrina democrática mcderna, los que la ha n mantenido y defendido con sacrificios hasta verla triunfar como sistema de gobie1·no, no insistieron, aunque lo advirtieran, en lo indispensable que es la educación del pueblo pa-
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ra el disfrute y la perduración de un gobier- guardado JlOr la educación que ha asegurado no democrático. Pusieron en sus manos el su consciente ejercicio, y In educación ha dado instrumento poderoso del voto universal, man- mayor énfasis a los valores sociales necesatuvieron como Lincoln las excelencias mora- rios a una convivencia humana civilizada. Por les del gobierno del pueblo por el pueblo y el contrario, si se educa al ciudadano para In para el pueblo, pero en su puro idea!Ísmo persecución del botín únicamente, ya en su descuidaron insistir al mismo tiemp,1 en In propio país, ya fuera de él. la educación frusnecesidad de la preparación para tal alto mi- ti·a sus naturales fines. El botín puede ser niste1fo. del exclusivo provecho del individuo o de In E s verdad que la instrucción pública ele- unción, y naturalmente, siempre hay interemental del niño vino como consecuencia de la ses encontrados. De ahí la guenn. Y la gueimplantación de la doctrina democrática, pero l'l'R ha sobrevivido porque el pueblo no ha l::i educación ciudadana del adulto ya investi- sido educado para la democracia. Sa le ha do con tan r.;rave i·esponsabilidad, no ha pre- halagado cantándole el .rosario de sus dereocupado prácticamente n los gobemantes y chos y de su fuerza potencial para obtenerlos. precisamente es al adulto a quien hay que Se le ha deslumbrado con promesas para conenseñar para que sen un elector consciente de seguir su representación en el poder; pero no lo que hace al depositar su papeleta en la ha siclo educado para la comprensión y el cumurna electoral. Naturalmente, el voto cons- plimiento dé sus deberes democráticos, ni paciente sólo ¡n·eocupa a los preocupados de ve- ra comprender el daño que a sí mismo se inrns por el éxito de la democracia. Sin e~n fiere al dejarse persuadir sin comprender a dónde se le lleva. Y el pueblo, que es poten~ a rgo, el pueblo se preocupa por lo mejor, y acoge siempre con entusiasmo lo que por ins- cialmente sano y consciente por instinto de lo tinto juzga fn vorable al bien común. ¿Qué que es el bien general, sirve, por falta de coha pasado, pues, y qué ha hecho el pueblo nocimiento, de escafio a líderes audaces que para conseguir la ensefianza que le capacite detentan su libertad y pisotean su dignidad. p!!ra ejercitarse en la democracia? Así se originan las dictaduras: cu promesas En Inglaterrn desde la segunda década del al ¡meblo dócil ni halago e indocto en la ses iglo pasado s.urgen org·anizaciones que per- gura apreciación de los verdaderos valores siguen la educación del trabajador. Alborea- universales. ba la era de formas democráticas y el obreLa educación de adultos conjurará ese mal ro reconocía la necesidad de prepararse ¡mrn c¡ue no puede remediarse con la educación del l~ intervención en el gobiemo. Se gestionan nii10 solamente. Después de la gran guerra ha cursos para adultos, no para crear la conl cobrado gran empuje la educación de adulciencia de clase, sino para ampliar la visión tos, siendo objeto de preocupación de Jos eduel.e los que hablan de asumir re¡J1·esentnci6n dicadoi·es más prestig'iosos. En ocasiones simirecta o indirectamente en la dirección del Eslilres a éstu hemos disertado sobre las 1·azotnclo, y se estnblece la enseñanza (le! trabajanes en que se fundamenta, sobre sus distindor ni mismo tiempo que se inicia la lucha tos aspectos y funciones, sobre las investigapor sus derechos. ciones que se han llevado a cabo para estaEn los paises escandinavos se empezó a re- blecer las posibilidades del aprendizaje del novar también desde temprano en el siglo pn- adulto. De todo se puede concluir que la edt:sado la conciencia pública con referencia a cnc1on de adultos tiene ya sitio por derecho los nuevos derechos democráticos; pero tam- propio como movimiento educativo. pcco se hace esto como movimiento de clase, sino como reconstrucción total de la concienLa clemocracin, como. hemos apuntado,. ha cia nacional, con el fin de crear un nuevo es- podido ser adulternda y hasta destruida por píritu de comprensión de las necesidades de Ja ignorancia del pueblo. Si junto a los insla patria y de cooperación para afrontarlas trumentos del gobieron democrático se hubieran creado simultáuean\'ente oportunidaafirmándose en las virtudes de In raza. Esos tempranos esfuerzos cuyos objetivos ya es- des para la educación de adultos con miras tán integrados en la cultura de esos pueblos al desarrollo del espíritu crítico dentl'O del han resultado en el adelanto, Ja seguridad in- derecho al lib1·e examen y de In libertad de terna. la felicidad de las naciones a que me he acción que snlvagunrdn la dignidad humana, reforitlo. Los nuevos derechos se han salva- Jos ·peligros que hoy In amenazan jamás se
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hubieran levantado parn daño cie todos los poblndores de este planeta. Ln educación de adultos as! comprendida, ha de ser difundida ampliamente en todas las naciones. Sus fines inmediatos variarán según los problemas 11 solucionarse, pero en todos sus aspectos habrá de llevar al conocimiento de las adecuadas relaciones morales, !oral e internacionalmente, de inodo que la opinión pública se oriente hacia la cooperación y el respeto entre todos para formar un valladar frente a los osados transgresores del derecho en todos los órdenes. Sólo por la educación liberal del adulto se
salvará la democracia, porque sin la educación de adultos no puede existir In libertad único terreno propicio para Ja vida democráti~ ca. "Después de la guerra, cómo seguir en paz?", puse como rubro a este discurso. Después dé la guerra, educación para la paz, creando instrumentos y circunstancias ele paz, con buena voluntad para todos, "sin malicia para nadie". La paz, sin otra alternativa; Ja paz, podríamos decir, científica, por convic- · ción razonada de lo estéril, de lo desatentado, ele lo infra-humano de la guerra. En la paz por el ve1:dadcro conocimiento.
¿Polilinguismo en Puerto Rico? (Viene de la página 24) su asimilación por los estratos populares. Sin ello la voz de nuestros isleños no contará en el concierto de los continentes, y Puerto Rico será relegado a la posición ínfima de colonia rústica que no comprende nada más que el murmullo de sus palmares. La meta cultural de los puertor1·iqucños deberla ser una expansión polilingüe internacional o cosmopolitaY no un polilingüismo nacional. Hasta que nuestra universidad no logre instruir al pueblo en este sentido elevado; y conducirlo, a través de las grandes lenguas, a un nivel en donde iguale al "honnéte homme"
y al "gcbildeter Mensch'', toda discusión do •'reforma" .. y "reorientuci6n" universitaria a fin ele proporcionar al pueblo una cultu ra verdadera, g-lobal , abierta y no cenada ; toda fra se con~erniente a una universidad autóctona a la vez que mundial quedará en me1·a calistenia de abstraccion es. Recordemos lo que opinaba el emperndor de España, Carlos V, la última fig ura univer sal, cuyas palabras podemos resumir de la siguiente manera: Tanto de hombre hay en uno como de idiomas hablu.
Mayo-Junio de 19-12.
Las Novelas de Gregorio López Fuentes (Viene de la página 21) Como se puede apreciar en los ejemplos qua anteceden el autor prefiere el adjetivo pospues to de nombre. Esto da mayor fuerza realista a sus desc1·ipciones. Las imágenes que aparecen en sus novelas son muy modernas. Algunas acusan audaces vuelos imaginativos junto a una notable agilidad mental, pocas veces lograda con tanta maestría. Recogemos algunas de las más ingeniosas: (!) Sombreros como hongos de una vege-
tación lujuriosa. (2) El jefe ya se quedó panza al sol en
una emboscada. (3) Entre la hierba, otros muchos solda-
dos se han alagartijado. (4) La vela ha echado ya algunas lágri-
mas grasosas. ( 5) El sol· doraba la fachada del dia do~.
( 6) La noche quedó huérfana de luna. (7) Los uatm·ales eran Ja humildad es-
culpida en asombro. (8) En la brecha los trabajadores se pa-
ran en su sombra . (9) Afuera, la sorda oscuridad de la ma-
drugada. (10) Todos nuestros sentidos se hicieron
orejas cu medio de Ja oscuridad. La obra tota l de Gregorio López Fuentes se ('aracteriza por una unidad perfecta. Unidad de fondo y forma, que a la larga enmarca sus novelas dentro de una atmósfern casi religiosa . Y si co mo dijera Abréu Gómez en el pról ogo de Tierra "una obra de arte vale no sólo por lo que es, sino también por lo que quiere ser'', las novelas de López Fuentes merecen recordarse siempre como un empeño noble y levantado de hacer arte y patria a la vez.
HACIA UN MUNDO MEJOR EN LA DUODECIMA ASAMBLEA DEL CIRCULO DE SUPERVISION Y ADMINISTRAC!ON ESCOLAR DE PUERTO RICO
25 DE JULIO DE 1942 CARMEN GOMEZ TEJERA Presidenta Honoraria Compañero•: En días pasados, tuve el privilegio de hablar a los graduandos de la Escuela Superior Nocturna de Snnturce, adultos, en su mayor parte, que habían dedicado '!a s horas libres a obtener una mejor preparación para la vida. Era un grnpo rebosante de entusiasmo, anheloso rle saber. Me pareció oportuno hablarles de la responsabilidad que la hora nos brinda, responsabilidad que exige nuestra más decidida colaboración hacia el logro de un mundo mejor. La Directiva del Círculo de Supervisión escogió como tema central de esta asamblea la reconstrucción del mundo después de la guerra. Pensé que aquellas palabras que habfa dirigido al grupo de graduados de escuela su· perior podrían servir de introducción al desarrollo el tema seleccionado por el Círculo. Y aquí estoy, compañeros distinguidos, para exhortaros ardientemente, a que penséis y creéis con vuestro pensar y vuestro actuar ese mimdo mejor, que es de una urgencia inaplazable. LA PRIMERA PRIORIDAD: EL CARACTER
·, Pensadores, filósofos, gobernantes. sacerclotes, educadores, afirman categóricamente que la guerra actual ha siclo causada por una tergiversación de los principios éticos y espirituales en que debe basarse la sociedad hum:'lna. En otras palabras, debemos inspirarnos en fuerzas que surjan de una más honda dimensión de la vida, para asegurar la paz tmiversal. La reconstrucéión del mundo después de Ja guerra será labor fundamentalmente educativa, que debe iniciarse en seguida, sin pérdida de tiempo. En estos días de prioridades, In primera prioridad que nos concierne a todos, maestros y discipulos, es el carácter, es In conducta. No podemos ofrecerle sustitutos. La esencia de la democracia es
el carácter, que se forma de d~bercs, más bien que de derechos. Necesitamos un sentido de valores, de esos valo1·es inmutables, que persisten a través de los siglos. Comprensión, tolerancia, solidaridad, serán aspectos esenciales de ese mundo nuevo que aspiramos 11 formnr en la post-guerra. En el corazón de la humanidad, en vuestra alma, amigos, derrotemos el hitlerismo, mientras luchamos por vencer a Hitler en los campos de batalla. En ese mundo mejor con el cual soñamos y hacia cuya evolución todos estamos ansiosos ele cooperar, no caben las fuerzas totalitarias, que estrangulan la libertad humana. Pero es preciso reconocer que la derrota del hitlel"Ísmo no resolverá por sí sola el problema internacional. Se necesitará la reorganización económica, política, social, ética y cultural del mundo. El hitlerismo, el facismo. y el "japonismo"-si se nos permite el vocablo- son síntomas, más bien que causas primarias de la situación trágica del mundo actual. No bastará eliminar estos síntomas, si no se destruye su origen en el corazón y la mente del hombre, especinlmente en el alma de la juventud. PLANES PARA LA POS'l'-GUERRA La paz no podrá ser una paz de venganza, porque la causa de la guena es plimo1·dialmente la falta de armonía entre las naciones del mundo. Sólo tratando de sustituir esta situación inai·mónica por la solidaridad internacional, se creará una paz duradeL·a .. Para ello se necesitará el desarrollo de una econom!a cooperativa en que participen todos los hombres, además de la utilización democrática de los recursos naturales y técnicos, no sólo dentro de cada nación, si no armonizando esta estructura con la de todos los países del orbe. Como ha afirmado el Profesor Childs, de la Universidad de Columbia: "La p11z no florece-
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rá en un mundo en que las grandes naciones c.ontinentales sabotean las posibilidades productivas en inte1·és de los pocos, a expensas de los muchos. No obstante el número de fuerza s nrmadas que se asignen a la tarea de vigilar el mundo, no nos librnremos de la amennza de guerra, mientras persistamos en mantener economías naciona.les de competencia, cgolstas y exclusivas. En nuestro mundo de interpendencia, el logro de la paz, la seguridad l' la producción para el consumo del hombre, son fases de un problema total." En Estados Unidos, se estú pensando muy soriamcntc en la reconstrucción después de la guerra . Una 01·g:mización oficial, In Junta de Planes de Recursos Nacionales, encargada del estudio de diversos planes, propuestos, acaba de publicar un informe titulado: DESPUES DE LA DEFENSA, ¿QUE? En este informe se plantea el problema que surgirá al terminarse la guerra, cuando 26,000,000 de trabaja<101·es en las industrias bélicas y en el servicio militar retornen a las actividades de la vida ordinaria. Obreros, agricultores, comerciantes, profesionales, todos tendrán que cooperar con el gobierno en la reconstrucción. Dice así el informe: "No habrá tiempo que perder cuando Hitler caiga. Millones de seres estarán muriéndose de hambre __ . Nosotros sin duda ayudaremos a dn de comer a los hambrientos del mundo, hasta que puedan caminar por sus propios pies". Esta es la 1ínira actitud: la de una espontánea y sincera cooperación con el resto del mundo: ¡que el dHccho a vivir, a alimentarse, sea uno de lo~ e ~. g rados del'echos del hombre! NUESTRA PARTE EN LA RECONSTRUCCION ¿Qué podemos hacer nosotros, maestros, discípulos-qué debemos hacer como individuos, dentro de este grandioso mecanismo de reconstrucción en la post guerra? Podeinos organizar centros de estudio, discusión y diseminación de los problemas pertinentes, de modo que todos aportemos alguna luz para Ja mejor solución. En medio de la inseguridad en que vivimos, es fácil que nos arrastren- el pesimismo y la desconfianza, o que aceptemos ccmo buena la sumisión a cualquier:: fuerza externa que nos elimine el trabajo de pensar por cuenta propia. Otra tendencia frecuente en estos días de angustia es la de
estimular el odio a los pueblos y exaltar desmedid:unente nuestros valores. Para lograr la democracia auténtica, tenemos que desecha!' tanto las ideas que deprimen, cuanto las que infunden excesiva complacencia. Cuesta esfuerzo titánico alcanza1· lo que mucho vale. Debemos educar al pueblo en la pal'ticipación en estos planes de largo alcance, para evitar la depl'esión económica y la injusticia en el mundo. Debemos saturarnos del esplritu cristiano de coope!'ación y luchar con todas nuestras fuel'zas f isicas e intelectuales hacia el logro de una confraternidad entl'e las naciones, de modo que los problemas comunes se resuelvan dentro de los más elevados cánones de paz y justicia para todos por igual. Para la consecución de estos fines, es imprescindible tener fé' en la inteligencia del homb1·c, fé en la habilidad del pueblo para cooperar en esta magna empresa, fé en lu educabilidad del hombl'e, fé en la humanidad ente1·a, sin prejuicios de clase, raza, cl'edo o nación, fé en el Poder Supremo que rige el U nivc1·so.'
Esta fé debeni plasmarse en hechos concretos, que inspiren a nuestros semejantes. Nada es más contagioso que el ejemplo. Mientl'as las entidades g·ubernamentales, cducati· vas, económicas y sociales trazan planes para la reconstrucción del mundo, cada uno ele nosotros puede cooperar en la medida de sus fue1·zas, sirviendo aquí, ofreciendo sus idea s alhi; explicando el sentido de ia les o cuales medidas, dentro del mús profundo espíritu de comprensión y de servicio social. No nos inclinemos a la censura. Si hay algo que a nuestro juicio pueda corregirse o subsanar· se, brindemos nuestras ideas noblemente. Sólo así. podrá surgir el nuevo orden de cosas. Seg·ún dice un profesor de la Universidad de Illinois: "Los p1·oblemas de cooperación internacional en la post guerra pueden estudiarse directamente. Los problemas de rehabilitación del mundo destrozado por la guerra -rehabilitación de la higiene, la nutrición, la educación, la agricultura y la industria-pueden y deben estudiarse en nuestras escuelas. -No podemos vivir en aislamiento del resto do un mundo interdependiente, puesto que sus normas de salud, educación, producción y consumo, nos concferne;:¡de im modo directo."
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f:L HOMBRE . DEL PUEBLO Hace un momento afirmábamos que es preciso tener fe en la inteligencia y en la buenn volunt.~d del hombre del pueblo, que puede dirigirse y educarse. La historia es una lnrga marcha libertaria en pro del hombre común. Parafraseando el clamor de llfarianita Pineda, podríamos decir: "_,_¿Qué es el hombre sin libertad, sin esa luz armoniosa y fija que se siente por dentro? ¡Libertad de lo alto! ¡Libertad vcrdadcrn, enciende para el mundo tus estrellas clistantcs !:i H ace poco, el vicepresidente de Estados Unido s, Henry A. W:dlace, pronunció un discurso muy sig nficativo, en el que expuso la s norma s fut.ura s de Ja nación. La victoria de la causa aliada en estn contienda asegurará uel movimien1;9-- popular revolucionario que ha se¡;uido en · prog reso desde hace siglo y medio". El ¡1ueblo se está acostumbrando a la sensatez en la justicia de su causa. y está aprendiendo a respetarse. Considera 'Vallace que las cuatro libertades enunciad:is por el presidente RooscVt' lt-libertad de expresión, de culto, de medios económicos, de ¡1az-compendian los objetivos de las Naciones Unidas en su lucha por consagrar los derechos del pueblo. El aumento mundial de producción, que form:irá parte principal en los planes ele reconstrucción, dará por resultado normas más altas de vida en todo el mundo. Afirma el comentari sta Raymond Clapper. (El Mundo, 18 de ma;•o de 19'!2): "Cuando él dice que ninguna nación en el mundo recibió de Dios el poder de explotar a otras naciones ; cuando afirma que todos los convenios deben estar sujetos a un dominio internacional , H enry A. W<1llace está mirando a Dios __ .. E stá mirando a las criaturas de Dios con espíritu cristiano, y está desafiando a los que quieren agarrotar la justicia al hombre del pueblo asegurando en cambio, que esa justicia será cumplida a medida que vaya pasando el tiempo . . . !" En otro comentario (El Mundo, 21 de mayo) cita Clapper un fragmento de este discurso, que podría servir de compendio a cuanto hemos dicho hasta este momento: "Los pueblos más viejos podrán ayudar a las nuevas naciones a iniciar el camino de su industrialización: llero no podrá haber imperialismos de clase alr-;nna, ya se trate de imperialismo militar o de imperialismo económico. Los métodos del. siglo 10 no íuncionarán en la ern que pronto
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empezaremos a vivir. India, China, América Latina, tienen u.na tremenda responsabilidad ~n esta nueva era. A medida que sus masas vnyan instruyéndose y aumentando su p1·0ducción mecánica, su standard de vida se duplica1·á o se triplicará. La ciencia moderna, cuando se dedica de todo corazón al bienestar general, entrnña potencialidades que ninguno de nosotros jamás antes soñó". El Presidente Roosevelt indudablemente asumirá la dirección en estos ¡1lanes de vasto alcance. El es el símbolo de las esperanzas y aspiraciones de una gran parte de la 1·nza humana. Con palabras proféticas que no t:arclaron mucho en cumplirse, el gran novelista. Maur icio Magdaleno, en Ja Revista AMERICA, calificó de símbolo al Presidente Roosevelt: "Un día nuevo amanece para el Continente, un día que dimana de la tra gedia europea y aspira a concentrar cifra total de decoro, de justicia social, de convivencia huma.na. En la defen sa de ese día, Alnérica da1·á batalla al enemigo de la honra de la especie, Ri quiere sobreviví!' como conglomerado dueilo de norma civilizada. Camino en que el N uevo Mundo tendl'á fatalmente que desembocar y que encafoa, con rigor de símbolo, FRANKLIN DELANO ROOSEVELT. Un día nuevo amanecerá también para el mundo, cuando superados los aislamientos, las ocupaciones territoriales, los nacionalismos cerrados, se abrai1 las puertas a la cooperación, a la faena común, a la cordialidad humana. Saludemos, amigcs míos, el advenimiento ele esta nueva era, con los fuertes Yersos que Reg ino Pedroso dirige al taller mecánico:
"Yo te saludo en grito de igual angustia hu( mana! ¡,Fundirán tus crisoles los nuevos postulados? ¿Eres sólo un vocablo de lo industrial: la fá(brica? ¿O también eres templo de amor, de fe, de insos anhelos ideoló¡;icos ;• comunión de razas? ..• Yo dudo a veces, y otras, palpito, tiemblo, y vibro con tu inmensa espe(ranza: y oigo en mi carne la honda verdad ele tus (apóstoles: que eres la entrada cósmica que incubas el
(mañana!"
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0TRA PRIORIDAD: LA EDUCACION DE AD ULTOS. .
Para la realización de estos planes, que enYudvcn el destino de la humanidad, la educación de los adultos se convierte en un imperath·o del momento. No podemos descuidar tampoco la educación de los nifios. Hay que hacer sentir a niños y adultos, que sobre todas las naciones está Ja humanidad, que el propósito de esta g;uerra 110 es el exterminio de los pueblos, que la vida en una sociedad democrática implica deberes y responsabilidad c~, tanto como prh'ilegios y derechos. La Comisión Americana de Normas Educativas (Educationnl Poticies Commission) trazó recientemente una POLITICA DE GUERRA PARA LAS ESCUELAS, en la que específicamente se1iala que la educación de los adultos es hoy una responsabilidad fundamental. Son los adultos los que resuelven problemas y ofrecen pautas en esta crisis. De aquí que ta educación de los adultos deje de ser una responsabilidad marginal, para convertirse en un factor decisivo en estos momentós. PROGRAMA EDUCATIVO ¡
La unión efectiva de los pueblos no ¡rnede. ba sa rse en el Yerbalismo retórico de declaraciones oficiales, de actos culturales, de congresos, de reuniones amañadas y discursos aparatosos si no se respalda con un programa de sólida educación ética, subrayada por el ejemplo de los dirigentes. Para elevar el nivel de nuestras masas, para hacerlas aptas y conscientes de sus deberes y derechos, preciso es desarrollar un sistema educativo que responda a estos fines. En este programa, como ya hemos apuntado, el ~bjetiYo esencial será ta formación ética del indh'iduo. Son muy ciertas !!15 pal~bras siguientes de un pensador hispanoamericano: "No basta enseñar a tas gentes el \'lllor de la justicia, de la libertad, de la democracia; hay que sembrar en los corazones )' en las conciencias, el sentimiento de estas cosas, y la esencia sublime del amor y de Ja dignidad humana". Este plan de 'formación ética deberá subordinar la erudición a '"la cultura, que significa actitudes últimas ante la vida, que quiere derir, saber culto, que no sabe de dónde se adquirió, pero que está siempre presente, vivo, respondiendo a las urgencias del individuo como ser social.
Otro el emento de suma importancia en este programa educativo para la consecución de un mundo mejor es la salud del cuerpo. El Dr. Wilbur, Canciller de la Universidad de Standford, en un discurso reciente en la Convención de San Francisco, acentuó la necesidad de la conservación de la salud y de la recreación sana, diciendo: "El que opine que un club nocturno es un lugar adecua do para t emplar el espíritu para la guerra, tendrá que r econsiderar el asunto. Debemos olvidarnos de estos años de "coktails", clubs nocturnos y otros sitios semejantes que crean hábitos i~ deseables, sugieren malos pensamientos y arruinan In salud." Hay diferentes medios de recreación, que enaltecen el espíritu. Recordando a Don Fernando de los Ríos, diremos que se oye crujir el andamiaje del pel'Íodo en que nos ha tocado ,.¡,.¡r, Si ponemos el oído ante el sueño de Ja historia, pe1·cibircmos que la etapa sosegada de ayer y In trágica de hoy nos a nuncian la llegada de un nuevo día. Este pla n educativo que a cabamos de trazar, a grandes rasgos, tiene metas ambiciosas pa ra ese nuevo día: amor y justicia. Para ello serán necesa rios hombl'es y mujeres de fe, de gran fortal eza moral , qu e se 01·ganicen por todas partes. "En el horizonte hay una luz. Hacia ella vamos. Los amaneceres son lentos. Vendrá un nuevo dia si hay fé, ideal y espÍl'itu". LA DEMOCRACIA Y LA NUEVA ERA. Sólo un renacimiento espiritual puede sal\'ar al mundo del totalitarismo, y este renacimiento espiritual será obra de la educación. La responsabilidad de la educación, pues, será infiltrar la tradición cristiana , base de la genuina democracia. en un programa de vida para niños y adultos: es decir, en la . ensefürnza funcional dentro y fuera de la escuela. Será efectiva la democracia en la post guerra , cuando e·sté cimentada en programa educativo "que ofrezca al mundo un dinamismo espiritual que destruya el odio, la sospecha, la fuerza bruta en el corazón del hombre •. . que inspire fe en la humanidad, que proclame la dignidad del hombre, que encarne la búsqueda de la verdad __ . " Llegaremos a la verdad por el estudio desapasionado de los hechos, a través de Ja investigación bien ' encauzada. Esta actitud científica hacia los problemas vitales nos comuni·cará serenidad y nos ayudará a juzgar impax•
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cia!mente. "Cuando la voz de la razón se si!encia"-dice el Presidente Hutchins-"vibra el fragor de los cañones." Sólo viviendo democrática mente , puede alcanzarse la democracia. Sólo creando actiturles cristianas en los hombres puede lograrse ~¡ mundo que anhelamos. La democracia es un método <le vida, es una fuerza interna, m{ts
bien que una entidad externa. mornl.
Es un ideal
Citando a Kilpatrick y otros educadores : "Ninguna sociedad existente es una democracia perfecta. La democracia es In norma poi· la cual se juzgan las sociedades y sus gobiernos y la meta hacia la cual se dirigen." Abnnda en estas mismas idea s Manuel f'emández Supervielle, pensador cubano, cuando afirma: "Nuestras democracias no han alcanzado aún su pleno desarrollo y madurez y no han rendido todos los frutos que de ellas puede y debe espera rse. La democracia requiere, para su perfecta a plicación y desenvolvimiento, dudadanos con un grado de edncación cívica difícil de obtener en pueblos jóvenes, avezados m:\ s bien a la bravía con quista de sus liberta des y de sus derechos, que al ejercicio justo y legítimo de éstos. Y los gobiemos de nuestros pneblos, producto a veces de un sistema que no funcionaba reg·ularn1ente, en ocasiones no supieron o no pudieron aplicar sus máximos esfuerzos para educar a la masa ciudada na y hacer de ella el elemento eficiente indi spensable a la perfección de la democra-
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pero yo confío en que sabremos confrontarlas airosamente. Que nuestra alma reciba y trasmita siempre mensajes de belleza, esperanza y alegría. El entusiasmo aviva el espíritu; el valor, la confianza en nosotros mismos, la. seguridad que nos inspira la convicción de que sin duda triunfarán el bien y la justicia, la fe inmutable en el poder divino, son reservas espirituales que nos sostendrán frente a la vida. i J\ lcrta, con1pañeros! LA VOZ DE ALMA AMERICA_. _ "quien la profunda música de su acento adi(vine. comprend erá algún día la palabra divina ... "
Así dijo el poeta de LAS FUENTES DE GRANADA. Así, con acento reverente, oyendo la voz de Alma América, repetimos esos versos: la voz pura que se difundirá por el mundo con acentos de justicia y libertad. ¿ Para qué surco en Ja tierra o estela en el mar.. . ? La vida mis ma, ¿para qué, sin libertad __ . ? No tenemos la menor duda de que se plas"h1arán en bella realidad, para bien del mundo, los versos proféticos de Lugones, citados en un hermoso ensayo de F. Antonio Rizzuto, de Buenos Aíres: "Pueblo del Nuevo Mundo, tú eres Ja gran reserva del P orvenir. Tu grave destino que medita el vasto pensamiento de la so mbra, palpita como el feto de un astro futuro entre cia". el oleaje de las Causas divinas. Tn frente alDe modo que no ha fracasado la dcinocracia. ta y salvaje deja correr en olas pensamientos Sig ue funcionando como un ideal que podrá so mbríos, tal como una montaña madre de logra rse en la estructuración del mundo en muchos ríos". Ja post guerra, a base de la educación del pueHaga mos nuestro el mensaje del poeta, de blo en el uso de sus derechos y debet·es, den- modo que podamos ofrecer cxquis itas re s~1· tro de un sentido cristiano de la vida. ,·as espirituales a toda la humanidad. Así Maestros, supervisores, alerta! Sobre nues- fragunremos una nueva era . .. un mundo met ros hombros pesan gt·avcs res ponsabilidades; jor.
EL POETA
ANTONIO lv1ACHADO MAHGOT AHClO:
Hace npenas tres :uios. el 23 de febrero d(I 193(1, el cable nos trnjo In nC1ticin de In muerte del poeta Antonio J\Inchndo. Mul'ió en Frnncia, en la aldea rle Collioure, cerca rlc )os Pirineos. Acababa de abando'ñnr In tierrn de España en circunst:tnci:ts dramáticas. Enfermo, pobre, aque.iado de honda mclancolia, el poeta no pudo resistir el desastre de su pueblo. Su muerte se nos prcsentn como un símbC1lo doloroso: ¡\fachado fué incapaz de sobre,·i\·ir al más caro <k sus sueños y con él se apaga, a lo menos temporalmente, In verdadera España, In ~ iempre ficl a una concepción de la dignidad dd hombre que, en el poeta de Cast.illa había encontrado su más perfecta y personal realización. En otro momento, hemos dicho que en la poesía de llfach2do no se advierte ese divorcio entre vida ~- arte que ha sido por muchos años la cara~teristica de las obras estéticas modernas. Por el contrario, Machado se esforzó en poner en sus versos "una honda palpitación del espíritu: lo que pone el alma y lo que dice con voz propia, en respuesta al contacto del mundo". Esta voluntad de adecuar arte y vida se . expresa noblemente en aquella estrofa de su "Retrato" tantas veces citada: "¿Soy d:isico o t'Omántico? No sé. Dejar qui(siera mi verso, como deja el capitán su espada: famosa por la mano viril que la blandiera, no por el docto oficio del forjador preciada." Este deseo se ha cumplido. Su poesfa, ·además y por encima de sus aquilatados valores estéticos, nos muestra al hombre de carne y hueso Y nos lo enseña tan fiel a sus normas morales, tan consecuente con sus ideas tan señor de sí mismo, como se ha manife~tado siempre en todas las circunstancias de su vida temporal. En este sentido, la obra de Machado no es una fuga pa1·a escapa1· a Ja realid~d in~uficiente, ni un 1·efugio contra el espacio y tiempo que la circundan, Se define máe
bkn por unn nfirmnción len! de la conformidad del ¡1oetn con su destino. En )\fachado ICI ronuínt.ico se limita a unos temas; pero la act.itud y !ns pnlnbras nos parecen de un clasici~mo que podríamos clasificar de español, porque en él lo ético impera sobre lo racional, Jos idcnles sobre las ideas. El pudor del clásico su sumisión nntc .ierarqufas reales, su pala~ brn que no ngota el contenido de emoción, son cunlidnd~s que se dan igualmente en el hombre Mnchndo como en el poeta. Ellas lo escudan contrn la soberbia intelectualista obligúnd~le n rendirse ante la ley de la vida_ y a aceptar su condición humana íntegramente. Aquel aprecio desmesurado del intelecto, signo de la modernidad, no ha sido una tentación para .Machado; repetidas veces deja entrever que lo estima sin exceso y sin menoscabo de !ns demás facultades y potencias del almn: "En nuestras· almas todo por misteriosa mano se góbierna. Incomprensibles, mudas, nada sabemos de las almas nuestra s. Las más hondas palabras del sabio nos enseñan, lo que el silbar del viento cuando sopla o el sonar de las aguas cuando ruedan". Desde el comienzo de la guerra civil en España, Antonio Machado, convencido ele que el intelectual y el poeta no pueden permanecer ajenos a lo que ocurre en torno suyo, y sintiendo la obligación de vivir el suceso con total responsabilidad, consagró sus actividades literarias al servicio de la causa del pueblo. En alguna ocasión se lamenta de que estas actividades se limiten a la literatura; él hubiera querido morir, da1· su vida en ofrenda heróica. Asi escribe a Lis ter: "Fragores en tu carta me han llegado de lucha santa sobre el campo ibero; también mi corazón ha despertado entre olores de pólvora y romer-0. Donde anuncia marina ca1·acola que llega el Ebro, y en la peña fria
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donde brota esn rúbrica española, de monte a mar, esta palabra mía: Si mi pluma valiera tu pistola de cnpitñn, contento, moriría." Los dos últimos versos r evelan, en su dolida humildad, In insatisfacción con que el poeta reconoce In inferioridad de su ministerio en el momento más critico de la historia de su patria. Así mismo en el II Congreso lnternncional de Escritores, celebrado en Madrid, en el verano de 1937, Machado s eñala cuál .debe ser la relación del poeta con su pueblo: "Escr ibir para el pueblo, ¿qué más quisiera yo! Deseoso de escribir para el pueblo, a prendí de él cuanto pude, mucho menos, claro está, de lo que él sabe. Escribir ¡iara el pueblo es, por de pronto, esc1·ibir para el hombre de nuest ra ra za, de nuestra t ierra, de nuestra habla, tres cosas de contenido inag·otable que no acabamos nunca de conocer . Y es mucho más,-porque escribir para el pueblo nos obliga a rebasar las fronteras de nuestra patri::i,- es escr ibir también par a los hombres de otras razas, de otras t ierras y de otras lenguas. Escribir pam el pueblo es el milagro de los "enios de la palabra. Día ll egará en que ~ea la nuís consciente y suprema a spirnción del poeta. En cuanto a mí, mero aprendi z de g ny saber, no creo ·haber pasa-· do de folklori sta, aprendiz n mi modo de saber populu." Y má! adelante¡ "Para nosoh·os In cultm·a ni proviene de ener gía que se degrada al propagarse, ni es caudal que se amino1·e al repetirse; su defensa obrn será de la actividad generosa que lleva implícita las dos m:l.s hondas pamdojas de la ética: sólo se pierde lo que · se guarda; sólo se gana lo que se da." Fiel a este progra ma, Machado reúne a to~ dos los escritor es de la España republicana e inicia la publicación de la revista "Horn ele España", que ma ntiene la tradición liternria viva en medio ele la lucha y, en donde, con una gran alteza de n~iras, se confrontan los problemas ideológicos y cultural es del momento. La ausencia de propaganda, la ausencia de ~a ~icnes mezquinas, -el tono el evuclo y se-
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rio ele esta publicación hacen honor al poeta y a sus colaboradores. El retrato físico de Antonio Machado lo 11odemos hacer evocando una pintura de Cristóbal Rufa. Sobre .u n fondo de tierra castellana, en una tarde de primavera,-la alusión a la primavera es constante en los versos del poeta,-la figura de Machado se yergue aust era y solital'ia. El cue1·po grande y desmañado se estiliza en una interrogación; la cara larga y sin sonrisa, la frente noble, los ojos cansados, rodeados de surcos reflejan el dolor íntimo; la mirada se vuelve hncia dentt·o absor ta en meditaciones y en la secreta angustia ante el t iempo y la muerte. Recordamos aquellos versos-: "Al borde del sendero un din nos s entamos. Ya nuestra vida es tiempo, y nuestra sola cuita son las desesperantes posturas que tomamos para aguardar... Mas Ella no faltará a la cita. Otros t estimonios más recientes nos completar!an la imagen. Y nos obligan a admirar a quella fot-taleza de ánimo que permitió al poeta, en su vejez y en su enfermedad, casi en su invalidez, desplegar una actividad y un entusiasmo que muchos jóvenes no supieron sacar ele su salud ni de su espídtu nuevo. En el caso de Machado se prueba una vez más esa inagotable virg inidad de los verdaderos creadores. Pero el mejor testimonio, el m ás vuliosor debe sernos el del propio .Machado en su aludido "Retrato", donde su figura moral se dibuja con trazos tan sinceros. Cit a1•emos solamente a.Ígunas esh·ofns: " Mi in.fnncia son i•ecuerdos de un patio de Se( viila y un huerto cln1·0 donde madura el limonero; mi juventud, veinte aiios en tierra de Castilla; mi historia, algunos casos que recordar no (quie1·0. Hay en mis venas gotas de sangre jacobina, pero mi verso brota de manantial sereno; y, más que un hombre al uso que sabe su ~ioc (trina, soy, en el buen sentido de la palabra, bueno. Converso con el hombre que siempre van con(migo; -quien habla solo, espera hablar a Dios un (dlami soliloquio es plática con este buen amigo que me enseñó el Decr eto de la filnntrop\a.
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Y a l c:abo nadn os debo; debéi<me cuanto he (escrito. A mi t1:nbajo acudo, con mi dinero pago d traje qu e me rub1·e y ·In mansión que habito, el pan r¡u e me alimenta ~· el lecho donde yago. Y cuando llegue el día del último viaje y esté ni partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la ma1·." Estas úl t imas palabms se cumplen como un vaticinio. El 27 ele enero de 1939, Machado abandona España por orden del Gobierno. El 29 está en Perpifüín. Vive Jos últimos días do su vicia en In a ldea de Collioure desde donde sigue con su deegarrada angustia los sucesos de su patria. Con el presentimiento de la c11::\strofc, recuerda a sus amigos las palabras ele Unamuno, su compañero de generación: ".;\ mig·o Antonio, yo no se! qué va a pasar en nuestra casa. Estoy desorientado. Estoy como hombre que camina por la nieve, sin vallas el cnmino." Los últimos acontecimientos de l::i guerra pesan sobre su corazón fieramente; el cuei·po minado por In enfermedad no pued;; resis tir el g1·ave dolor del espíritu. Así muere en el destierro, en la soledad y en lu pobreza. El olmo de las márgenes del Duero 110 quiso cobijar bajo sus i·amas Ja sombra de !ns Cnínes, ni pudo nutrir sus ralees del teJTón extraño. Antonio Machado romenzó o escribir en 1899 )' ha conlinundo su · producción sh1 descanso J,as rn el dia de su mue1·tc. Como Junn Ramón, nos ha dacio su obra en sucesión y unidad: quiero decir que cn da nueva edición de sus poemas conti ene junto a la obra del pasa<io, pu blicacla ya, los versos nuevos, en una manifiesta voluntnd de mantener solidarios el hoy Y el ayer. Inicia su poesía en el momento crítico del desastre del '98 y en ella están presentes la mayor parte de las preocupaciones y de los temas que inquietnron al concienda es pañola de entonces. Pero la voz del poeta rebasa el acento de aquella generación y se v:i ajustando a los cambios tempomles, aunque, en su esencia, permanezca fiel a la intimidad personal. El conocimiento de Rubén Darío y de la literatura francesa de fin de s iglo deja huellas en esta poesía; huellas p~sajeras. ~uperficiales . L~ radical, la savia \ viene ele mas cerca y de. mas hondo, de fu entes e~pañolas . Séneca, Jorge Manrique, ·Fray Luis, de una parte; de la otra, el saber y el
canto popular andaluz. No importa .que el poeta lea los grnndcs pensadores de Occidente desde Heráclito hasta Bergson; tampoco importa que Rubén Darlo lo tiente con su poesía de sensaciones y de incomparable encanto vcrbnl; en los versos ele Machado, la austera y dram1ític11 concepción de la vida es castc.llana y a la vez, andaluza. Los que confunden lo andaluz con alegría y despreocupación, según In estampa del teatro quinterinno, vengan a conocer lu Andalucía profunda, .la ele la i1merte y Ja soledad, en los ve1·sos del poeta de Soria. "Yo meditaba absorto, devanando los hilos del hastlo y la tristeza, cuando llegó a mi oldo, por la ventana de mi estancia abierta a una cnliente noche de verano, el plnñil· de una copla soñolienta quebrada por los trémolos sombrios de las músicas magas de mi t ierra. ... Y era el Amor, como una roja llama. mano en la vibrante cuerda ponín un largo suspirar de oro, qi:e se ti·ocaba en surtidor de estrellas.·-Ne rvio~a
. _.Y era la i\foerte, al hombro la euchilla, el paso largo, toi·vn y esquelética. -Tal cuando yo ern niño la soñaba.Y en 111 guitana; resonante y trémula, l:i bn1~c a mano, ni golpear, fingía c·l reposai· de nn ata(1d en tierra. Y crn un plañido ~olitnrio el soplo r¡u c el polvo barre y la ceniza avienta ." Los veinte ailos de Castilla castellanizan n Antonio Machado; pero Jo andaluz pe1·dura en su obra y so fortalece con Jos últimos años de su vida. Los dos temas fundamentales de su verso son la muerte y el amor, expresados de modos distintos, como movimientos de una misma sinfonía. · Primero, en poemas que analizan Ja vida es piritual mi\s íntima del poeta: sensaciones, recuerdos, esperanzas, sueños, meditaciones, estados de ánimo morales o sentimentales: hnstío soledad, añoranza. Segundo, en poemas que plantea~ el problema del yo personal ante la realidad: 111 natural eza, Ja patria , Casti.lla, Jos hombres. ( <;:ontinún en la ¡nígimf 40) ·l
El Octavo Congreso Panarnericano del Niño Por HEllMINIA ACEVEDO Durante la semana del 2 al 9 de mayo cclcbróse en Wáshington, D. C., el Octavo Congreso Panamericano del Niño. Por invitación especial de la Junta Organizadora, asistieron como miembros de los Estados Unidos, rc¡n·esentando a Puerto ll.ico, la scñoi·ita Celestina Zalduondo, del Departamento de Sanidad de Pueí-to Rico, la señorita A. Cannon, Jefe del Colegio de Trabajadores Sociales de la Universidad de Puerto Iico, la seño1-.i. María P. Rahn, también del mismo Colegio y la señorita Herminia Acevedo, Profesora Auxiliar de la Universidad de Pue1·to Rico y Presidenta del Primer Congreso del Niño de Puerto Rico. Veintuna repúblicas americanas em;a1·on Mts representantes para deliberar sobre los problemas de la niñez, los cuales han sido intensificados por la g uerra actual. Las deliberaciones y votos formulados allí son de una gran trascendencia para la seguridad y bienestar de las futuras generaciones de América. El Congreso hizo frente a la necesi dad de establecer las nuevas normas relacionadas con la protección de nuestros niños en su salud física, ment.al , emocional y la oportunidad de vivir sus propias vidas en países libres. Una vez más quedó demostrada la cooperación y so lidaridad panamericana que unen a los pueblos de América. El Congreso constó ele t res seccion es: (1) Protección a la Salud y Asistencia Médica, (2) Ensetianza y Recreo, (3) Servicios Económicos y Sociales para las fam ilias y los niños. También se notnbraron cuatro Comités Especiales de estudio : (a) Servicios primordiales para las madres y los nit'íos en tiempos· ele guerra, (b) Para el estudio de la protección " madres y niños en las zonas de peligro, (c) Para formular planes para la protec9ión infantil en la post guerra, y ( d) Cooperación intcramericana. Las delegaciones en su mayoría estaban compuestas por médicos, psiquiatras y trabajadores sociaTes, aunque también asistió un nutrido grupo de educadores. Tanto la Asociación Médica, como la Asociación Nacional de Profesores y la de Trabajadores Sociales brindaron gentilmente toda clase de atenciones a sus colegas visitantes.
Entre las recomendaciones y votos formufaclos he aquí al gunos de Jos más importantes: l. Para la protección de los niños en la zona
de. peli g ro urge que se haga un censo de la
població n infa ntil y se hagan planes para su identificnció.n y evacuación. 2. Todo servicio esencial al biene:tar de la madre y el niño debe conti nuarse, como lo son: (1) Los servicios médicos y sanitarios (2) Servicios para la s madres a ntes y despues del parto . (3) Oportunidades educativa:; ~· de recreo para t odos los niños (<I) Extender el segu ro social para las familias ele los trabajadores y horas razo nables de trabajo. ( 5) La protección debida a los hijos ele los miJit.ares (G) Intensificar la preparación de trabajadores social es
3. Coope1·ación Interamericana
( l) Que los gobiernos de los países ame· ricanos incluyan en sus sistemas escolares cursos de estudios fomentando la amistad, comprensión y la política del buen vecino. (2) Establecer el Instituto Interamericano de Protección a la Niñez como org;mismo permanente del Congreso Panamericano del Niño , para poner en práctica sus votos y resoluciones y además velar por el bienestar de los niños de las Américas. •1. Para la post guerra se insistió en la estabilidad y base económica del hoga1-. (1) Recomendó atención a las relaciones
familiares. (2) Sostenimiento y defensa de la integridad de la familia. (3) Debido descanso, nutrición y recreo para los niños. ( •1) Educación, física, mental y espiritual para los niños del mundo entero.
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REmB'PA _, ASOCIACION DE MUJERES GRADUAiOA!
(5) lncukar la responsabilidad y amor al trabajo. Un mfnimum de seis horas de trabajo para Jos menor.os. (6) Insistir en las cualidades de un buen ciudadano en una democracia. (7) Educación de los padres para la vi· rln de familia. Sobre la importancia de este Congl!Cso dijo el Dr; Vlctor Escardó y Anaya, Secretario del Instituto Internacional Americano de Protección a Ja Niñez: "Es· un paso m'e pnl'R que
nuestl'Cls niños de América sean sanos y :!uer- $'. tes, felices y armónicos pam constituir mañana ciudadanos de nuestras patrias en un himno de paz y de amor... Pol·que el ideal americano es un ideal de libe1·tad y ·de amor, de fe en un porYenir seguro y de honda raigambre c1'istiana que quiso el ·americano unido a su tielTa que lo sustenta pe1·0 con la frcut11 alta, vista al ciclo, cuerpo Y alma, Sancho y Quijote, inte1·és e ideal, que han\n al hombrG feliz con el triunfo de lo justo, de lo bueno y de lo bello."
El Poeta Antonio Machado (Viene de la página 38) Tercero, en poemas que plantean los problemas del yo personal ante el misterio: el :>mor, la muerte, el tiempo, Dios, la oti-a vida. Poesfa moral la de Maehado; poesía de tan acendrada validez GUe de lo particular, de Ja cxpeiiencia personal del poeta, nos lleva de la mano a verdades humanas profundas, uniVt'rsales. Y ¿qué problemas pueden ser más definitivos para el hombre que el problema de Dios y el de la muerte? Los versos de Machado son una co11stante meditación ante Ja muerte, mirándola cara a cara, con Ja misma entereza varonil ·de Jorge Manr.ique, o de Garcilaso en la Canción Tercera. La muerte de· termina el mundo de las visiones del '·poeta y lo envueh•e, como en el refrato de Cristóbal Ruiz, en una luz de ensueño. La realidad se bo1·ra y nos adentramos en aquellas "secretas galerías" por. donde el hombre conversa con· sigo mismo y "espera hablar a Dios un. día". Hacia el final, en los últimos meses, Macha·
do escribe prosa, la prosa henchida de pensamientos y de intuiciones 1·adicales españolas de Juan de Mairena. Tiene esa prosa un sabor de experiencia y de vaticinio, una sinte- .¡t. sis de pensamiento, sentimiento y acción tan ·· apretarla, que es como el soliloquio último, a nDios, ante nuestra conciencia. Y para Espa· ña, ya se \•erá más adelante, tiene el valor de un testamento político y mC11·aI. Y España se reconoce en esta voz varonil, en el gra\•e y casto. fluii: de esos versos, y de e~tas scnten· cias; reconoce en ellos la eterna tradición de su espíritu. Para el resto de nos.o tros los que no siendo españoles hablamos español, Ja poesía de Machado nos explica el mundo; nos abre caminos. Es de esas que al ser leidas clan com· pañfa y sosiego. Machado es un clásico; quiero dech· que es un hombre que está ·en in· timo acuerdo consigo mismo y, al estarlo, nos comunica su serenidad y nos fortalece. en la esperanza . y en el amor.
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CASA BALDRIC
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