Interlocuciones tú - Carmen Cano

Page 1


Nº 19 Interlocuciones Tú

©Carmen Cano Ilustrado por Cristina Franco Roda http://menganitadecual.blogspot.com.es Editado por Colectivo Iletrados http://colectivoiletrados.blogspot.com.es

MURCIA, JUNIO DE 2015


CADENCIA DE UN ADIÓS Y en el centro mismo del adiós que dije, un tajo. Y en el mismo tajo que abrí en el centro, el viento. Y en el viento abierto que ascendía pálido, un grito. Y en el grito blanco que se hacía audible, el miedo.

*

Hace siglos que no lloro, así de inmensa es mi tristeza. El vacío como Ausencia como hueco extenso, oscuro como la boca de un lobo que nunca se abriera ni para hacer visible al miedo.


Así de inmensa es mi tristeza, el vacío como Nada como silencio ciego imposible de pronunciar pues es vacío y es nada. Yo no lloro -así de inmensa es mi tristeza-, no encuentro las huellas de mi voz.

HAZME CASO

*

Si algún día comienzas a ser otro y notas que ahora andas con un solo pie porque el otro es pájaro y él mismo te trae en su pico una muleta; vives sólo por los ojos porque hasta las palabras han saltado por los aires en infinitas formas; tus gustos han cambiado porque saboreas con tus dos manos y ya todo es mixto y complementario; hazme caso. Si algún día comienzas a ser otro mientras que el mundo a tu alrededor permanece intacto horizontal


impenetrable hierático despiadadamente incólume, hazme caso, no luches otro mundo no inventes otro mundo no sueñes otro mundo no esperes otro mundo. Corre. No escuches a nadie, ni a ti mismo -olvida las malditas metáforas-. Huye hacia otro lugar en el mundo. De lo contrario lo hostil vendrá de la palabra Hogar.

*

Mira, encanto, aquí no hay agravio o desamor, y eso que se le parece tanto es tan solo una no-convergencia de puro azar. Porque amar también es decir -He aparecido en tu vida para quedarme; no sé cómo, pero para quedarme.


Porque duele el olvido a aquellos que ya no sabemos cómo olvidar. Porque es la línea, y no al revés, la que nos ha traspasado de pecho a pecho, de muerte a muerte, para infectarnos el corazón con el virus de saber que las personas -una vez cruzado nuestro camino – existen; que el olvido es tan solo una ficción repleta de memoria. Porque existes, encanto, y ya no puedes dejar de hacerlo. Así que sí, te digo que sí, que quise darte todo que no es más que aquello que había en mí para ti sin que importe -esa suerte de crueldad de estar vivosi te parecía poco, insuficiente o de amigo de más. Pero tranquilo, encanto, no te enfades todavía, que en este Haber también se encuentra -si la quieresesa excusa para odiarme.


*

FILÓSOFO EN EXCLUSIVA Recordaba haber conocido numerosas mujeres. Ser en ellas disipador de viejos mundos, destructor de pasados que agonizan, rastreador de necesidades desapercibidas, iniciador activo de nuevas vidas, cuidadoso moldeador de excelsitudes, objeto curioso de destinos ajenos, portador de la señal en la frente, guapo ilustrador de la fenomenología, Salvador de egos femeninos Primer Hombre. Olvidaba -citador de filósofos – que Heidegger ya estaba muerto al conocerme y que yo conocía a más muertos que él.


*

Hola pequeño, diminuto, hipersensible bebé; florecilla, animalito. Qué detalle haber traído tu propia bandejita de plata; tan limpia, tan reflectante. También has traído el frío, tú tan atento a todo siempre; florecilla, animalito. Claro que he comido, claro que estoy saciada, ¿cómo si no iba a devorarte y vomitar tu victimismo?

* Hay un hueco en tu cuerpo en el que quepo.

A J.B.

Su nombre es Isla, aunque a veces lo llamo Metro, Ciudad o Noche. Siempre responde a Silencio. Tiene tacto de río fluyendo y olor a brisa un día de verano. Tiene preguntas acompañadas de sus respuestas y respuestas que no cambiarían por nada a sus preguntas. Tiene vértigos explosionando


y dudas seguras de sí mismas. No es un hueco que lleno, es un espacio en el que yazgo. Amo su ausencia de muros, su acontecer sin miedo y la manera en que siempre me descubro en él inmóvil esperando a que te duermas para acompañarte.

*

He llegado a la hora acostumbrada, quiero decir, a la hora que acostumbro cuando no estás, y no pasa nada. Estoy aquí, otra vez a mis cosas quiero decir, a esas cosas que son mías cuando no estás quiero decir, a esas cosas que seguirían siendo las mismas y mías aunque tu no-estar no fuera estar allí, y no pasa nada. Hace cuatro horas que te has marchado, y no pasa nada. Sé que pronto volverás o que pronto volveré, y no pasa nada. Sin embargo, no sé de dónde ha salido tanta soledad.


*

¿Dónde querrías estar ahora, sin obstáculos, sin circunstancias?

Quise escribirte un poema, dártelo, como quien regala un dibujo, pero ya sabes, tengo alma de artista, no aptitudes. Un poema que dijera: En esta irremediable costumbre de apostar la vida a casa paso quiero cruzar tu camino. O que contuviera versos cortos y precisos como una intención: ¿Me acompañas a buscar epitafios? Tienes estrellas en las manos. Tus miedos, ¿se parecen a los míos?

O que diesen precisas fórmulas: No dejes de buscarme. Cómo hacerte saber de la urgencia de la vida. Ya he sido feliz contigo. Quise escribirte un poema y regalártelo, pero ya sabes, mis palabras no me alcanzan, así que sólo te diré una cosa: hoy tú eres mi lugar sin circunstancias.


*

Te pediré perdón, madre, cuando escuches de mis labios que aún no he llegado a casa; que partí hacia aquí desde el principio, que no nos dimos cuenta –ni tú, ni yode cuánto iban a significar mis silencios -de cuánto iban a pesarte mis silencios-. Porque no alcanzaste a verme mientras escuchaba al mundo y a vosotros; -os escuché tantoescuché tanto que el desencanto se vistió de duda y me siguió. Porque no me dijiste que el alma era otro cuerpo y el asombro el lugar donde los encontraría; que ambos eran míos, y no de dios; que seguiría suplicando porque existiese, y aún no escucha; que necesitaría tanta ingravidez para seguir viva, menos a él y no blasfemo. Lo siento, madre, mi infancia fue tan feliz que no la recuerdo.


Pero a ti, a ti no te he olvidado. La niña que fui te quiso como te quiera la niña que soy ahora y ves un poco. Te acaricio, madre, estoy sola y te acaricio. Es tan grande tu castillo a mis ojos. Tan grande como el futuro en un poema de Valéry -abarrotado-. Los golpes fueron fuertes pero no llegaron a hacer ruina. La piedra sobre la que te sentaste a llorar no era más que una vieja silla. No hubo ruina en tu castillo, madre, tan solo viste el barro. No somos nosotras, madre, es la vida la que decepciona.

*

Quiere el tiempo que me arrodille cuando llega con su ciencia exacta en forma de hombre llamándome hembra y se inclina sobre mí, transversal, apoyándose en fronteras-límite, en líneas más gruesas que en su visibilidad pueda


apreciarse, incluso para mí – su trazador, su guarda-. No, la línea. Así no, la frontera. Quiere el tiempo que me arrodille cuando el amor me llama por mi verdadero nombre un segundo antes de que el estruendo de su carcajada lo despeñe a trozos por sus laderas. Quiere el tiempo que me arrodille cuando devuelve el tacto a mis manos y moldeo la vida inaprensible para ser después dolorosamente definida, nítida como lo cruel, confundida ya para siempre con la muerte de cualquier cosa. Quiere el tiempo que me arrodille tras la trampa en mi vientre al trazar líneas de madre anhelante tantos años en su espera tras tantas contemplaciones ajenas. Maldito es el tiempo -sabedor de que una de mis rodillas está clavada en la tierra y que la otra no está en venta.


*

AHORA AMA A UNA MUJER Tengo el pecho sangrando, la herida en los ojos, la ilusión de cicatriz atravesándome la garganta. Me distraigo en los colores aprovechando que soy ya toda Blanco y me confunden con la transparencia. El rojo de mi sangre se ha tornado en Invisible -ese nuevo color mío-, y maldigo los cuentos que me contaron, maldigo la forma en que se crece en este mundo -cuidado con lo que deseas cuidado, pues yo dije Desaparecer y fue Invisible-. Ahora tengo el pecho sangrando la herida en los ojos la ilusión de cicatriz atravesándome la garganta. Ha llegado a mí el rumor de que ahora ama a una mujer. Decir a otra me queda grande.


esta plaquette con poemas de Carmen Cano se reparte de forma gratuita en el ciclo de recitales poéticos y musicales “Mursiya Poética” durante el mes de junio de 2015 en la ciudad de Murcia.


Carmen Cano. Nací en Murcia en 1978, donde sigo residiendo.

Estudié Derecho en la Universidad de Murcia y, tras pasar por la Escuela de Práctica Jurídica y hacer la Pasantía, comencé a ejercer como Abogada en 2003, profesión que sigo desarrollando en la actualidad. Aunque la poesía ha estado presente en distintos momentos de mi vida, no es hasta el 2007 que irrumpe violentamente en mí, convirtiéndome en una lectora de poesía compulsiva. Es en ese momento cuando sentí la necesidad de expresarme a través de poemas, abandonando por completo los escritos en prosa. Desde entonces tengo 8 años y un grupo de poemas en un cajón. Hace unos meses seleccioné algunos de ellos bajo el título de Desde el vacío, junto a una cita de Roberto Bolaño. Algunos dicen que a eso se le llama poemario, yo aún le busco la intencionalidad para nombrarlo.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.