LA MANCHA 129

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ISSN: 1690-2718 Depósito Legal: pp200201cs565 Tlf: (0212) 578 07 30 / 0416 631 72 12 Apartado Postal: 17362 zp. 1015-A Ipostel Parque Central Caracas Venezuela lamanchax@yahoo.com lamanchax@gmail.com http://www.lamanchaweb.blogspot.com

La velocidad mediática nos ha impuesto unos

tiempos reflexivos bastante cortos. Una noticia de ayer ya casi no es noticia. Esta vertiginosa manera de ver los acontecimientos, a la larga difracta la realidad. No hay nada más temido por los comunicadores de ser acusados de calichosos, de estar trabajando un tema que ya pasó de moda, de estar analizando algo que desde el punto de vista mediático ya está menguado. Este impulso enfermo de la velocidad nos ha llevado a tener mala digestión informativa, cuando un tema apenas comienza a ser entendido en su profundidad, ya han aparecidos uno o más temas que demandan la atención y que hacen ver a los otros como caliches. Si proyectamos esto hacia atrás en un tiempo más o menos extendido nos daremos cuenta de que nos hemos convertido en unos basureros de los contenidos informativos. Nadie sabe nada a ciencia cierta, nadie profundiza en nada, nadie completa una investigación exhaustiva (cultura periodística). Y allí vamos otra vez hipnotizados por los medios a embadurnarnos de otro tema que acaba de llegar, que ahora es digno de ser tomado como importante… y así ha sido desde que las maquinarias de difusión masiva de información imponen sus ritmos y sus necesidades a los ciudadanos sin que éstos tengas la más rupestres de las herramientas con qué contraatacar. Aquí es donde claramente se observa por qué para la comunicación industrializada los pueblos se denominan “masa”, cosa amorfa y maleable con la cual construyen una realidad a la medida de sus

negocios. Hay informaciones que valdría detenerse a escudriñar, hay noticias que traen extraordinarios temas para ser desarrollados y que podrían darnos buenas pistas en esta realidad de entuertos, pero los ritmos de la maquinaria mediática no lo permiten, hay otras urgencias a cada rato. “No hay tanta verdad como para estar 24 horas transmitiéndola” decía un amigo comunicador desde la India, esto lleva inmediatamente a sospechar (y no estamos descubriendo nada nuevo) que hay que rellenar con inventos, hay que completar apresuradamente las programaciones con medias verdades y medias mentiras, es decir con basura mediática disfrazada de noticias que va a parar a nuestros basureros personales. Cada uno de nosotros tiene su propio relleno sanitario informativo. Una extensión de nuestra alma y nuestra mente atiborrada de mierdas inservibles, de datos inconexos, de barajitas sin puesto, de mentiras con viejas costras de verdad, de morbos ridículos y de prejuicios hechos de repeticiones infinitas. Todo eso permanece fuera de nuestro sistema consciente, al acecho, disparando las alarmas y filtrando la realidad permanentemente. La nueva comunicación socialista podría partir de una especie de sanación humana, del emprendimiento colectivo de grandes proyectos mediáticamente curativos y desintoxicantes. Los cambios en la comunicación deben incluir un nuevo acuerdo de paz, de tranquilidad, de simplificación. Donde un afán miserable de poder y de lucro no sea la finalidad del sistema comunicacional, sino que la vida sea el centro de todo.

Consejo Editorial Oscar Sotillo Meneses Janette Rodríguez Herrera Francisco Issa Zambrano Gastón Fortis Silva

Colaboradores Mario Díaz Todxs Los Venezolanxs

Imágenes

LA REVOLUCIÓN

Co-responsables Juan Carlos Sotillo Nicanor Cifuentes Gil Maracaibo-Edo. Zulia Leila Medina Jouseline Rodríguez César Santana Juan Pío Rondón Mariajosé Escobar

Gran Caracas Solangel Morales Hely Uzcátegui Moisés Mirele Los Teques-Edo. Miranda Roger Altuve Ocumare del Tuy-Edo. Miranda Oscar Fernández La Victoria-Edo. Aragua Marco Aurelio Rodríguez Xoralys Alva López Leonardo Domínguez Catia La Mar Edo. Vargas Dayana López Luis Bravo Buenos Aires-Argentina

Darién Giraldo Bogotá-Colombia

lamanchax@gmail.com Corrección Colectiva

Agradecimientos

A tod@s l@s que creemos en la patria bonita SOCIALISTA LA MANCHA no se hace responsable de los comentarios emitidos por sus colaboradores.

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Testimonio

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en creación

Cómo testimoniar una revolución como la revolución bolivariana? ¿En cuál de tantas aristas centrar la mirada? Sucede que a uno le asaltan dudas al comenzar a escribir. Escribir sobre las misiones, sobre la política exterior del gobierno, sobre el amor que fluye como río caudaloso entre el Comandante Chávez y su pueblo, escribir sobre su “por ahora” que partió en dos la historia patria, o sobre su discurso, o sobre la revaloración de Bolívar, de la historia, del pueblo mismo. La sujeta frente al computador empieza la cuartilla preguntándose. Hay algo que podemos afirmar: un huracán renovador ha sacudido este país durante poco más de una década. Hemos empezado a resignificar el “ser” venezolanos. Resulta que el testimonio de la sujeta escribiente es testimonio de una patria, Venezuela, que decidió ser libre. Esta afirmación se ha convertido en pan de todos los días: “cuando lo extraordinario se hace cotidiano, entonces estamos en revolución” decía el Ché Guevara. Resulta entonces que sí, que estamos en revolución. Pero, ¿desde cuándo lo estamos? La sujeta se pregunta y la mirada se le pierde en la lejanía de un pasado histórico atemporal. Desde los Caribes hasta los primeros movimientos independentistas, desde los Libertadores, Sucre, Mariscal joven comandando su ejercito, Bolívar empeñado en la unión de América toda. Luego Zamora, y un pueblo bravo cantando que “colgarían a los sacerdotes de un farol” a los oligarcas que jugaban con el hambre y los sueños de un pueblo. Figuras evanescentes de mil batallas desfilan ante los ojos de la sujeta. Desfilan los cuentos de su padre: la guerrilla. Los índices de pobreza en los tiempos oscuros de la cuarta. Recuerda la sujeta el impacto que le causó aquel día, cuando su padre regresaba del trabajo en Misión Negra Hipólita. Allí está ella, la sujeta, de 15 años y lo ve cansado. El padre de la sujeta habló con ella toda la noche. Le habló por primera vez de Comunismo, de Revolución. Le contó que en la cuarta a los niños pobres sus familias desesperadas les daban teteros hechos con el agua de la pasta. Que los pobres comían hasta perrarina porque era más barato. Allí están de nuevo los ecos, la mirada cierta de su padre, contándole de la guerrilla. Para testimo-

Mariajosé Escobar

“Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con tal que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima, ni de la pelea de los cometas en el Cielo, que van por el aire dormidos engullendo mundos” .

José Martí Nuestra América

niar la revolución bolivariana todo esto pasa ante los ojos de la sujeta y entonces, entonces recuerda la sujeta a Martí, a aquello que dice Martí del aldeano vanidoso. La canalla apátrida es ese aldeano vanidoso. No le importa nada, con tal de que ellos sean alcaldes. Pero resulta que ya ellos no son los alcaldes. En la mente de la sujeta testimoniante la canalla desconoce a esos grandes cometas que devoran mundos, que podrían devorarlos a ellos. Cuántas amistades perdió la sujeta por hablarle a la canalla de los cometas, de la bota que podría pisarlos. La canalla no entiende. Sólo le importa su pequeñito reino, su mínimo espacio. Saben acre las discusiones con quienes siempre han detentado el poder. Sabe a hiel la conversación con los oportunistas. La sujeta apura un trago de agua. Respira hondo, mira el techo, suelta el teclado y allí está otra vez, la mirada de su padre, contándole de Jorge Rodríguez, de Fabricio Ojeda en las montañas de Sanare, contándole de un Chávez que no es el que venden los medios de comunicación. Es el año 2001, y allí está su padre contándole a la sujeta de una lucha larga, una lucha cuyo enemigo común es el norte. Y

su padre emerge de nuevo hablándole de las cuotas balón. Y ahora, a más de diez años de aquella conversa entre un padre y una adolescente, la sujeta testimonia ahora ella, no su padre, no quien siempre le habló de estos temas sino ella, que su pueblo ha estado en revolución desde hace mucho tiempo. Que el huracán Chávez ha sido creación heroica de un pueblo, de una gesta nada nueva, pero actualizada día tras día, en las sonrisas de los que reciben su casa, en los gestos de lanzar el birrete en las misiones, en el pollo que vende mercal para que aquí no haya hambre, en la cara de Simón Bolívar que ahora sí conocemos, que ahora sí es nuestra. La sujeta no se extravía en enumeraciones. Respira, apura otro sorbo de agua y se deshace, porque al final de esta página, alguien terminará de leer y continuará la lucha, porque como decía el Chino:

“Podemos caer abatidos por las balas más crueles y siempre tenemos sucesor: el niño que estremece las hambres consteladas agitando feroz su primer verso”.

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Despuecito del 7-O G anamos las elecciones. El pueblo venezolano se pronunció, en una mayoría sin discusión –que no anula ni hace menos a quienes así no lo hicieron– por la continuación de la propuesta socialista del Presidente Comandante Hugo Chávez. No hay discusión al respecto, aceptada en la realidad cotidiana y en la circulación de ideas y sentimientos, a pesar de muestras tan efervescentes como efímeras de individuos despechados que destilaban un veneno poco común en estas geografías. En esta realidad de país estamos: el socialismo continuará y se profundizará. Si bien ciertamente no existe un socialismo nuestro ya construido al cual amoldarnos, hacia el cual apuntar nítidamente nuestras baterías creativas, sí tenemos algo claro: sabemos para donde NO debemos ir políticamente hablando. Aquí las propuestas capitalistas neoliberales que-

daron en el basurero, si bien es ciertísimo que seguimos siendo un país capitalista dada nuestra particular riqueza que es el petróleo y su concomitante mercado geoestratégico. El socialismo nuestro será entonces uno que haga justa distribución de las riquezas así obtenidas, poniendo en su digno lugar al ser humano como fundamento de cualquier sistema cultural. El capitalismo es, justamente, la negación de tal posibilidad. Así las cosas, las preguntas que surjan han de ser aquellas mediante las cuales busquemos dilucidar las maneras en las que atenderemos dichas estructuras por construir, preguntas que nos permitan encontrar respuestas creativas, nuestras sin desdeñar los valiosos constructos que ya la humanidad ha experimentado; preguntas que nos impulsen a armar respuestas que nos reconozcan como individualidades colectivas, como individuos

Juan Carlos Sotillo Meneses

tales que sin la sociedad que los cobija carecen de un sentido amplio. Esto pasa por una aceptación del otro y de la otra como dignos e igualitarios constructores del entramado social en movimiento que cubre al país y que permite que éste avance en la dirección de la mayor suma de felicidad posible. La ética no resume sino eso. Entender las escalas involucradas en las discusiones y propuestas de construcción ha de ser un punto a tener en cuenta. Entendernos como esa parte del todo que conformamos, entender que ese todo es mucho más que la suma de sus partes individualizables, comprender que podemos formar parte de varias partes de ese todo a la vez, que somos individuos pero también estudiantes, o trabajadores, o amas de casa, o amigos, o poetas, filósofos, que podemos proponer aquí y allá, que a veces somos observadores y

otras veces estamos más involucrados en la toma de decisiones. En fin, que somos una multiplicidad posible dentro de una unidad cambiante que nosotros y nosotras mismas vamos armando. De ese modo, podemos decir que estamos en el deber de aprender cada día los detalles de cada proceso en el que nos vemos y veremos involucrados; debemos ser activos en el estudio de las formas en las que se organizan las fuerzas que impulsarán los procesos; debemos entender y multiplicar el entendimiento de este ámbito que nos permite la maravilla de poder pensar y proponer libremente, y debemos asimismo ser conscientes de esa condición de posibilidad: no podríamos siquiera enunciar nuestro pensamiento sin un entramado sociocultural que lo permita. Construir la Patria que anhelamos está en nuestras manos, hoy más que nunca antes.

¿Sueñan los burócratas con realidades de papel?

Oscar Sotillo Meneses

H emos logrado otro extraordinario triunfo electoral, no hay lugar para dudas, aunque vendrá un espacio de reflexión y análisis

de los números. En la calma que se siente después de la batalla aparece inevitablemente la necesidad de buscar el origen de los problemas que arrastramos y que de una u otra forma vemos reflejados en los resultados electorales. Nuestra capacidad de autocrítica debe ser ejercida con responsabilidad y compromiso, pero con contundencia revolucionaria y suficiente carga poética, pero es que esta crítica debe emerger de la práctica cotidiana de una nueva manera de relacionarse, de hacer la política, de asumir lo colectivo y de entender el entono. Decimos esto, porque vemos una concentración del voto antichavista (que no a favor de una candidatura de oposición) que pudiera estar estimulada, entre otras cosas, por la percepción de que la maquinaria burocrática que controla el Estado no da respuestas a la altura de las circunstancias. Los burócratas

enquistados en las oficinas, insensibles a la realidad de la calle sueñan con mundos de papel y sellos, timbres fiscales, grapas y firmas que nada tienen que ver con los tiempos y las dinámicas de la calle. Pareciera que el exceso de oficina los hace perder el sentido de la realidad. Insistiremos siempre, aunque en estos días muchos prefieran celebrara el triunfo, en lanzar nuestra advertencia contra la creación de feudos burocráticos donde reinan los gustos personales, el empalagamiento de poder, la estolidez mental, la prepotencia y una incapacidad grisácea para transformar las relaciones sociales y de producción. A muchos burócratas parece olvidársele que son soldados para el socialismo y se convierten con una velocidad pasmosa en cancerberos de un mamotreto inoperante que en su ceguera perciben como el gran benefactor de la sociedad. Volvemos a decir la frase ya trillada en nuestros artículos: la revolución no la hace el Estado, sino la gente organizada y combativa en cogestión respetuosa con

las fuerzas que se suman a la batalla. El poder popular es poder hacer y realizar los sueños desde una gran diversidad de trincheras. Es nuestro deber revolucionario combatir permanentemente contra las mentes estólidas que advertía Alí Primera. La práctica social diferente construye realidades diferentes. No se puede predicar prácticas socialistas desde relaciones laborales y sociales donde el socialismo brilla por su ausencia. Si bien no hay fórmulas para construir nuestro socialismo, es necesario experimentar nuevas maneras asociativas basadas en lo colectivo, lo creativo, lo innovador, lo poético y por supuesto en el amor que es el gran motor de los revolucionarios. La experimentación socialista es fundamental para el desarrollo de nuevas prácticas. Hay que sacar del papel los sueños de una nueva sociedad y llevarlos a la calle, al campo, a los espacios de trabajo para llenar de significados la palabra socialismo y que no se pierda en una maraña de interpretaciones acomodaticias.

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Asuntos pendientes de la Revolución Nicanor Cifuentes Gil

Algunos argumentos políticos a considerar ante el conflicto Yukpa

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El origen del conflicto es histórico a partir del despojo del territorio yukpa por parte de ganaderos a través de la legitimación del Estado venezolano a lo largo de todo el siglo XX desde la dictadura de Gómez hasta los 40 años de democracia puntofijista. Es necesario hacer una lectura política para resolver este conflicto histórico: cuya solución inicia con la compra de las haciendas y la devolución de la tierra a los Yukpa sin derechos de terceros. Comenzando por las 25 haciendas prometidas por el presidente en 2011 y luego la compra de la casi 60 restantes. Es indispensables analizar cómo funcionan las relaciones de poder en ese territorio dado que el discurso de la derecha ganadera está siendo legitimado por quienes representan las instituciones del Estado en el escenario local, entiéndase los militares del Fuerte MACOA y el INTI, con el respaldo de caciques YUKPA que obedecen a los intereses de GADEMA determinados por las relaciones y los beneficios personales y familiares y no los del pueblo YUKPA.

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La criminalización del cacique Sabino Romero es fundamental para la estrategia de la derecha ganadera porque significa destruir el símbolo de la resistencia yukpa en la lucha por la recuperación de su territorio, para eso se han hecho de aliados mediáticos de la derecha, entre ellos: el diario La Verdad, el diario El Universal, las Pàginas Web de las asociaciones ganaderas, así como, los voceros políticos de la oposición como el Gobernador del Zulia Pablo Pérez y el diputado de la Asamblea Nacional y ex-presidente de GADEMA Juan Romero.

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La utilización del conflicto como estrategia para golpear en lo político al Gobierno Nacional, dado que se trata de fundos improductivos en condición de abandono. El objetivo central de la estrategia consiste en enfrentar a un proyecto revolucionario socialista y reinvindicador de los derechos indígenas con la lucha legítima y necesaria del pueblo Yukpa representada en el discurso y la práctica del cacique Sabino Romero. Utilizando la mentira para crear un espejismo que legitimado por las autoridades locales del Estado sirvan para confundir al presidente y su equipo al momento de buscar una salida a la situación.

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Otra intención política que subyace en la práctica de la derecha ganadera es la posibilidad de influir significativa y negativamente en la recuperación de la gobernación del estado Zulia en el escenario electoral de diciembre, dado que debilitaría ante la izquierda zuliana la imagen de eficiencia en la gestión del candidato Arias Cárdenas a la vez que se lograría destruir las buenas relaciones que tiene con los pueblos indígenas de la Sierra de Perijá y con el sector productivo de la zona no alineado con los intereses políticos de GADEMA, lo que permitiría interpretar y difundir que el candidato socialista no está en la capacidad de resolver el conflicto de la frontera.

El autobus del retroceso Oscar Fernández

U n autobús del progreso que sólo sabe andar en retroceso. Un saltador de obstáculos que se cansó de saltar neveras, sillas, televisores y demás electrodomésticos y/o muebles de oficina. Un capitalismo popular que nos hace pensar que no se requiere mucho cerebro para poseer mucho dinero. Una fusión de intereses que pone a correr a otros intereses, una cirugía plástica, una tocadita de culo, un ex-izquierdoso que no sabe qué hacer y muchos otros dinosaurios políticos que intentan revivir sus caricaturas de vida, en y a través de los jóvenes cuerpos de los Chacao boys (si es que éstos se dejan poseer, reviviendo el clásico del exorcista) en fin todo un zoológico de intentos por querer sorprender y/o interesar a un pueblo que no logra ser seducido ni siquiera el que escuálidamente recibe ese mote. Sin embargo allí queda ese simulacro. A la mesa de la unidad ya no le quedan patas y los que mínimamente la sostienen se la quieren llevar cada uno para su casa. ¿Cómo hablar de unidad cuando todos quieren salir de primeros en la foto? ¿Cómo hablar de solidaridad cuando no saben sino de zancadillas? Y es que no son capaces de convencerse ni siquiera entre ellos mismos. Ellos son el colmo del colmillo. Son tan bichos que se sientan uno al lado del otro y están pendientes de que aquel y/o aquella no los robe al descuido. Chávez vete ya, que vengan los marines, tenemos que acabar con el rrrrrrégimen, pero no tienen proyecto ni mucho menos un candidato que compita mínimamente con nuestro comandante. Ni siquiera tienen un proyecto, si les preguntamos a los majunches sobre las misiones, dicen que las dejaran o dicen que las cambiarán (haciendo cambios gatopardeanos), si es así ¿por qué cambiar a Chávez?, ¿es que las arepas ahora serán rellenas con caviar en las areperas de los empresarios del capitalismo popular?, ¿es que ahora con la tarjeta mi negra, podremos viajar a Europa y colocar a nuestros hijos en escuelas en París? ¿Es que por fin podremos tapar nuestros huecos con el mismo asfalto que usan en Miami? (que por cierto es venezolano) ¿Será que los banqueros y demás corruptos prófugos volverán a enseñarnos a robar y a ser todos felices como en los cuentos de hadas? (por cierto por allí andan unos cuantos sapos que creo no resolverán su problema de belleza con un beso) ¿será que es posible imaginar un país sin salta talanqueras, que respete el medio ambiente, que nos permita y a la vez que nos permitamos cooperar entre todos para así lograr nuestras metas?. Sé que todo esto suena a sueño. Pero por algún lado tenemos que comenzar, y tal vez sea la experiencia onírica la forma más segura de transformar el mundo. Y es que tal vez sólo tal vez debemos comenzar por cambiar nuestro mundo interior antes que intentar otro paso aventurero. Sin embargo dados los saltos de obstáculos de Leopoldito y el colector Capriles que ahora pasa a ser chofer y la Barbie María Corina que sólo debe saber de cambiarle la ropa a sus muñecas (si es que sabe eso) la cosa se pone difícil para quien cree que de aquel lado hay una oposición. Eso sí que es un sueño. Hasta yo sueño con tener una oposición de verdad algún día y no un disfraz de botox y/o silicona, que dicen que sí saben qué hacer con el país. Bueno allí queda esta reflexión que prefiere irse a pié antes de subirse a ese autobús.

escúchanos en San Jacinto-Zulia por Vereda Libre 104.7 FM y en internet por lamancharadio.blogspot.com

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El palo de caca Mario Díaz

E ste juego fue conocido en la comunidad de Manicomio, no hay evidencia de él en otras regiones del país. Usaba el honor como un instrumento para atrapar inocentes tomándoles el pelo. Dos o más muchachos de aquella época (años 50 – 60) simulaban una trifulca o pelea entre dos de ellos y el resto de los cómplices aupaban la pelea, uno de ellos, digamos el provocador A, de pronto esgrimía un palo de escoba y amenazaba al provocador B con golpearlo, el resto de los provocadores, estaban atentos a las reacciones de la víctima y cuando ésta se acercaba al sitio de la supuesta pelea, ellos le gritaban al provocador A, “sucio”, “tramposo”, “suelta ese palo”, con lo cual el provocador A esperaba la cercanía con la víctima y ya cerca, “supuestamente ante la presión de la gente”, entregaba el palo a la víctima, quien incauta tomaba el palo a la mitad (no le daban la oportunidad de que lo tomara por el extremo). Una vez asido el palo, el provocador A halaba el palo hacia sí, de manera que se deslizara por la mano de la víctima y todos a reír.

Pero, ¿cuál era la gracia?, sucedía que previo a montar el gran show, los participantes buscaban por las calles, pupú o caca de Perro, que en esos entonces los había bastante, una vez obtenida el arma secreta, procedían a impregnar la mitad del palo de escoba y la otra mitad la dejaban sin impregnar. Cuando la víctima tomaba la mitad del palo, por supuesto se impregnaba totalmente en su mano por la halada del provocador. Una vez graduado de víctima, éste se sumaba al grupo y pasaba a formar parte del grupo de los provocadores. ¿Qué hacía qué la masa reaccionara agresivamente sobre el provocador que esgrimía el arma (el palo)?, bueno, era una época donde las peleas entre dos individuos debían ser realizada sólo con sus habilidades corporales, se usaban los puños exclusivamente, cualquier arma adicional era mal vista, se decía “ese no tiene honor” e incluso llegué a presenciar casos donde la masa de espectadores agredió al combatiente que esgrimió un arma distinta a sus puños. Se veía muy mal hasta usar las patadas como arma.

No todxs son majunches

algunxs están hipnotizadxs

Janette Rodríguez Herrera

Se ha escrito mucho sobre el pensamiento colonizado y sobre cómo

los imperios hacen que la gente bajo sus influjos defienda al que los veja, haciéndolos creer que lo hacen por su bien. Este pensamiento colonizado te hace manso ante la dominación capitalista, eliminando tu capacidad de entender que estas asumiendo como propio el pensamiento del enemigo y manteniendo lo que Gramsci llamaba la “hegemonía”. Decimos esto porque de ninguna manera creemos que seis millones cuatrocientos sesenta y ocho mil cuatrocientas cincuenta personas en Venezuela entiendan lo que están defendiendo al votar por el majunchismo. La pregunta de las cincuenta mil lochas es y siempre ha sido ¿Cómo le hacemos entender a la gente, esa gente que vive en el barrio, la que es clase media, la que tiene una pequeña empresita, a los profesionales medios, que extrañamente vota por la derecha, que el proyecto de la revolución bolivariana y el socialismo y la patria bonita que estamos construyendo es también para él, para ella y para sus hijos y para todos los hijos? ¿Cómo les desmontamos el cassette de las transnacionales privadas de comunicación que son las más grandes empresas de colonización del pensamiento e inoculan el capitalismo desde el llamado entertainment? ¿Qué pasa? Qué pasa con esa gente que nunca había recibido una jubilación, que estaban a punto de perder su apartamento por los créditos indexados, muchachos que nunca iban a poder estudiar en una universidad, gente a la que le han entregado apartamentos equipados, que le han dado oportunidades de trabajo o de tener su propia empresa, a los que les devolvieron el dinero depositado en bancos chanchuyeros y cuantas otros muchos beneficios recibidos desde que Chávez ganó su primera elección. ¿Qué pasa que ese montón de gente sigue soñando el sueño americano? Muchos de ellos son familiares, amigos, conocidos,… y les continuamos escuchando el ridículo cuento de la derecha, de que aquí no se ha hecho nada. ¿Será que la solidaridad, la defensa de los derechos de los pobres, la justicia y la equidad no son valorados por nuestras sociedades contemporáneas creadas bajo la égida del individualismo y la competencia? Nuevas metas Sabemos que los cambios culturales necesitan de mucho tiempo para expresarse en el comportamiento de grupos humanos y que los principios socialistas de este nuevo siglo deben generar un ciclo que refleje cambios de valores, actitudes y conductas en cada uno de nosotros, que a la vez puedan referirnos a nuevos sueños y nuevos ideales, que nos lleven a formular nuevas metas como colectivos, que cambien nuestros intereses y convicciones, que no tenga que ver con las circunstancias sino que independientemente de ellas decidamos ser justos, honrado y profundamente respetuosos de la vida. Este proyecto de país debe ser llevado a la vida en cada acción de los ocho millones ciento ochenta y un mil ciento veintidos mujeres y hombres que votaron por la patria bonita y soberana que lidera el Comandante Hugo Chávez.

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