Revista del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos del Principado de Asturias. Segunda época. Año 2003
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¿CÓMO SE PREPARAN LAS NUEVAS GENERACIONES DE APAREJADORES? Encofradores de la vieja escuela desde otro ángulo • ROSA MARÍA ZAPATA, la primera mujer aparejadora colegiada • Un aparejador con sabor cubano, CARLOS SANABRIA • Entrevista al son de la gaita con JOSÉ ÁNGEL HEVIA • FRAY ANTONIO DE VILLACASTÍN, alma máter de la construcción del Escorial
Editorial
Como preámbulo,
«Decía Donoso Cortés que en lo pasado esta la historia de nuestro futuro, afortunada reflexión que nos induce a recapacitar sobre nuestra arquitectura pretérita»
quiero manifestar que me es muy grato poder colaborar nuevamente en Dovela, cosa que no hacía desde que concluyó la primera época de la revista. Al hilo de la reciente publicación colegial El artista estuvo allí, certera y soberbia edición brillantemente ilustrada por Juan M. Rionda, en la que con gran maestría se nos muestra, a través del dibujo, un amplio espectro del patrimonio arquitectónico a todo lo largo y ancho de nuestra geografía, no quisiera pues, dejar pasar la oportunidad que me brinda Pepe Monteserín de utilizar esta tribuna para ejercer, una vez más, la acción reivindicativa en pos del patrimonio arquitectónico asturiano, que lenta pero inexorablemente se desliza hacia una irremisible desaparición. Decía Donoso Cortés que en lo pasado esta la historia de nuestro futuro, afortunada reflexión que nos induce a recapacitar sobre nuestra arquitectura pretérita. El abandono por falta de interés, la ignorancia histórica y el absoluto desprecio hacia estas creaciones por parte de la sociedad y de sus responsables directos, ha devenido en el sacrificio de edificaciones de estimable interés, que aunque en algunos casos no sean suntuosas ni opulentas, no por eso dejan de contener elementos de carácter artístico-constructivo suficientes para merecer el respeto y el cuidado que no han tenido, habiéndose abandonado a su suerte. Por otra parte, algunas construcciones recuperadas mediante rehabilitación, se han transformado con ominosas restauraciones que no sólo no aportan nuevos elementos de interés arquitectónico o estético apreciables si no, más bien, todo lo contrario. A lo largo de estos años hemos visto desaparecer capillas, hórreos, puentes, casonas con sus piedras armeras, balconeras, molduras, porterías, ventanales e impostas de construcciones de los siglos xvii y xviii, erigidas con el buen hacer de arquitectos, aparejadores, maestros de obra y oficios, y el esfuerzo económico de sus promotores, tantas y tantas construcciones, auténticas señas de identidad de nuestro pueblo, totalmente insensibles ante la paulatina desaparición de nuestras piedras del pasado. El Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos del Principado de Asturias, no ajeno a estos temas a lo largo de su dilatada historia, ha contribuido a la educación y concienciación de la sociedad en el respeto y el conocimiento de estas obras, con infinidad de publicaciones, becas de investigación, cursos, inventarios de patrimonio y seminarios, todo ello orientado a un mejor conocimiento y aprecio de estas creaciones, con un afinado carácter didáctico. Mis felicitaciones por todo ello, aunque debemos seguir en la brecha, no podemos desfallecer en el intento, a ver si de una vez se enteran..., aunque tengo mis razonables dudas. Ángel Bueres Santa-Eulalia Ex Presidente del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos del Principado de Asturias
NÚMERO 3 SEGUNDA ÉPOCA
Dirección y coordinación: Pepe Monteserín Corrales Edita: Ediciones y Soluciones de Marketing. C/ Independencia 39, 2.º Dcha. 33004 Oviedo / Tel.: 902 100 567
Ediciones y Soluciones de Marketing. Director: José Llamas • Reporteros: Mónica F. Fernández, Sonia García, Susana Lago, Begoña Gutiérrez, J. M. Formosel, Laura Lanza, Patricia del Gallo y Virginia Morán. • Ilustraciones: Rubén Megido • Fotografías: Alfonso Suárez, Camilo Alonso, Iván Martínez, José Manuel Rodríguez, Juan Luis Misis, María Teresa Herrera y Miguel Córdoba. • Diseño y maquetación: Impreso Estudio • D. L.: As-3522/90 • Imprime: Gráficas Eujoa.
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Sumario o6
CON HISTORIA. Rosa María Zapata, una todoterreno en toda regla.
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ACTUALIDAD TÉCNICA. Entrevista a José Calavera Ruiz, ingeniero de Caminos. Este conocedor de las estructuras y el hormigón habla de la visión que tiene del aparejador y opina sobre el futuro de las comunicaciones en Asturias.
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PIEZA CLAVE. Un aparejador con sabor cubano.
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FORMACIÓN. La seguridad, una asignatura que dejará de estar pendiente. En la guía técnica de Seguridad y salud en las obras de construcción se concreta que el coordinador de seguridad debe tener una formación específica.
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CARAS NUEVAS. De mayor quiero ser... arquitecto técnico.
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OTRO ÁNGULO. La experiencia, la herramienta más valorada. Pedro Fernández, ingeniero de Minas y empresario, y Ogarte Murias, encofrador, analizan la situación del sector desde su perspectiva de la vieja escuela.
28 ENTREVISTA. José Ángel Hevia, los cimientos de la gaita. 32
ASESORÍA. El aparejador antes y después de la L.O.E. Su entrada en vigor supuso una nueva regulación en las obligaciones y responsabilidades de los agentes que intervienen en el proceso de la edificación.
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ÁNGULO FOTOGRÁFICO. Italia: un viaje de placer por la historia. El Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Asturias organizó el pasado mes de octubre un viaje a Italia, que resultó todo un éxito, como muestran las imágenes.
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SEGUROS. Compra del 55 % de las acciones de INDYCCE OCT y entrada en vigor de la capitalización individual.
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PIEZAS SUELTAS. Agustín Hevia Ballina, traductor al castellano del Compendio de Arquitectura de Marco Cetio Faventino. Cita con la salud, de manos de Carlos Martínez Merino. Asamblea General Ordinaria del Colegio. Biblioteca informatizada en Internet. Presentación del libro El artista estuvo allí. Foto de estucado mejicano. Embarazo de la vocal de Asalariados, Clara Díaz. Artículo del aparejador y aficionado a las Matemáticas, Manuel Ángel Suárez. La Confederación Asturiana de la Construcción y Colegios Profesionales analizan el futuro de Asturias.
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NUEVAS CARRERAS. Ingeniería de materiales, una alternativa profesional. En 1995 surgió en España la titulación de segun-
20 Tres estudiantes asturianos, Manuel Sánchez, Javier Vizoso y Claudia Canga, optaron por abandonar el nido familiar para estudiar Aparejador. Sus impresiones, en contraposición con la visión del profesor Walkirio González Carrillo, se plasman en estas páginas.
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14 Carlos Alberto Sanabria, Técnico en Edificaciones y Construcciones Civiles, que tiene una dilatada experiencia en la ejecución de obras, decidió abandonar Cuba y abrirse camino en Asturias.
28 Rosa María Zapata ostenta con orgullo el título de ser la primera mujer aparejador colegiada en Asturias y se define como una todoterreno que sabe adaptarse a las circunstancias.
do ciclo de Ingeniería de Materiales, a la que los aparejadores pueden acceder previa obtención de doce créditos.
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REPORTAJE. Retrato de un desconocido.
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FACETAS. Daniel Cachón González, cultivador de viñedos, y José Manuel Cuervo Fernández, alcalde de Cangas del Narcea. El primero asegura que empezó a comer uvas antes de dar el primer paso. El segundo, ostenta el cargo de Alcalde de Cangas del Narcea por el psoe.
66 TOMAS FALSAS.
56 Fray Antonio de Villacastín pasó a la historia como el aparejador que llevó a cabo uno de los proyectos más ambiciosos de la arquitectura española: el Monasterio-Palacio de El Escorial.
José Ángel Hevia ha llevado a los rincones más insólitos del planeta los sonidos mágicos de la gaita, un instrumento de viento tan antiguo como las leyendas de la tierra que lo vio nacer.
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APAREJADORES CON HISTORIA
La primera mujer colegiada
Rosa María ZAPATA RICO
UNA TODOTERRENO EN TODA REGLA.
Ostenta con orgullo el título de ser la primera mujer aparejador colegiada en Asturias, se define como una todoterreno que sabe adaptarse a las circunstancias, —«si hay que bailar, bailo, si hay que coser, coso y, si llorar, lloro», afirma con ironía—, y, por si fuese poco, a este cómputo de cualidades hay que sumar la complacencia y optimismo que refleja el brillo de sus ojos ante las circunstancias que le ha tocado vivir. Quizá porque «pienso que tengo mucho que agradecerle a la vida», asegura, o porque «cada época la he vivido lo mejor que he podido, disfrutando de todo a puñados». Por Mónica F. Fernández. Fotografías de Iván Martínez.
Rosa María Zapata irrumpe en el vestíbulo del Colegio de Aparejadores a la hora pactada. Esa primera impresión, a la que nadie se puede resistir en el contacto inicial con una desconocida, enseguida se despeja: coqueta, diríase de esta aparejadora de origen burgalés. De verbo fácil, ya en la biblioteca, despliega un recorte del periódico Región. Año 1969. La periodista Mercedes Cabal Valero entrevista a esta mujer a sus 23 años. Ahora, cuando han transcurrido 33 años, vuelve a sentar-
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se ante una grabadora, inquieta, pero segura, como es ella. ¿Es usted una mujer fuerte?, le pregunto antes de irme. «Sí, soy una recia castellana», contesta. ¿En qué año estudió la carrera de Aparejador? En el año 1964, en Burgos, donde nací. Fue la primera promoción. Cuando empezaron los estudios, no teníamos ni escuela, de hecho, recibíamos clases en los locales que nos prestó la Escuela de Comercio, que es la facultad que allí había. Sólo
«En la carrera tenía las asignaturas de Matemáticas y Dibujo, que eran las que más me gustaban, de hecho, si hubiera podido me habría decantado por Matemáticas, Ciencias Exactas. Cuando veo un determinante o una derivada y no me acuerdo cómo se resuelve, me da una pena...»
decirte que íbamos, o por la mañana temprano o por la tarde, cuando había aulas libres. En el último año se inauguró el Colegio de Aparejadores en una zona nueva, en la carretera de Santander, pero yo ya no lo disfruté. Actualmente, ¿qué tipo de trabajos desarrolla? Trabajo en el ejercicio libre de la profesión. Cuando tengo algo, lo hago, lo que es muy cómodo, porque me permite llevar la casa y practicar mis hobbies. Además, tengo dos hijos:
Manuel Morales Zapata, de 32 años, que es abogado, e Ignacio Morales Zapata, de 29, que es arquitecto; dado el trabajo de éste último, me estoy relacionando de nuevo con las obras. ¿Qué aspecto de la Arquitectura Técnica le atrajo de tal manera que fuese el desencadenante de seguir ese camino profesional? Fue por cuestión familiar, ya que había fallecido mi madre un año antes de que yo empezara la carrera. En aquellos tiempos no
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APAREJADORES CON HISTORIA ROSA MARÍA ZAPATA era tan fácil salir de casa y estudiar fuera, así que vivíamos juntos con mi padre, una de mis hermanas —la otra estaba ya casada— y yo. Me daba pena marchar y justo llega Aparejadores a Burgos, así que me decidí a hacerla. En la carrera tenía las asignaturas de Matemáticas y Dibujo, que eran las que más me gustaban, de hecho, si hubiera podido me habría decantado por Matemáticas, Ciencias Exactas. Cuando veo un determinante o una derivada y no me acuerdo cómo se resuelve, me da una pena... Vamos, que usted lo que tenía claro es que iba a estudiar una carrera... Así es. Empecé porque sí, y luego te vas metiendo, metiendo y te va gustando cada vez más. Haga memoria... ¿qué recuerda de los inicios en esta profesión? No tengo la idea generalizada de dificultad, porque el hecho de que mi marido de entonces tuviera la misma carrera me facilitó las cosas. La primera obra grande que hice, a medias, fue en la calle Santa Eulalia de Mérida, en Oviedo. Me salió todo bastante rodado, así que no puedo quejarme. No es difícil imaginarse que, por aquel entonces, los comienzos debían ser más complicados de lo que son en la actualidad, ¿no? Yo no lo viví así, por el hecho de trabajar en el estudio con mi ex marido Manuel Morales, que fue presidente del Colegio de Aparejadores entre los años 1985-1989. Eso me facilitó mucho las cosas. Hoy día, las mujeres no tienen ningún problema, salen nuevas, con mucho arreo, e incluso valen, a veces, más que los hombres, saben parar los pies a algún obrero que se propase, defenderse ante una adversidad y hasta decir un taco a tiempo.
Los jóvenes coinciden en afirmar que a la carrera le falta más práctica. ¿Lo ve usted así también o, por el contrario, cree que la práctica la da la experiencia y no la facultad? En mi caso particular, tengo que afirmar que, mientras que estuve estudiando, no pisé una obra y, obviamente, eso no está bien. Hay que tener en cuenta, eso sí, que en Burgos éramos los primeros y no había ningún antecedente. Por supuesto, creo que la experiencia la da la práctica, pero también creo que hay que meterse en las obras durante los años de estudio, para ver cimientos, hierros, ladrillos..., porque sino, cuando acabas la carrera no sabes nada, algo de teoría y cero de práctica. ¿Cuáles son los consejos que recuerda con más cariño y cuáles les daría usted, desde la experiencia, a los jóvenes que empiezan? Hay uno que recuerdo con especial cariño. Nos lo decía el profesor que teníamos en la asignatura de Construcción, quien decía a sus alumnos que cuando llegásemos de novatos a una obra y nos preguntase el encargado: «Oiga, aparejador, ¿cómo hago esto?» y tú no tengas ni idea, pues le dices: «Oiga, ¿usted qué haría?». En ese momento él empieza a contarte su vida y tú, en el tiempo que te ha dado para pensar, si lo que dice está bien, lo ratificas: «Estupendo». Si, por el contrario, no te convence, dices: «Vaya haciéndolo así». En casa lo estudias o lo preguntas y, al otro día, lo comentas: «He pensado hacerlo de esta manera». Es una táctica fabulosa. ¿Aprecia diferencias entre el ejercicio de la profesión antes y ahora? En mí, en particular, sí, porque ahora trabajo algo más fuera del estudio y me veo moviéndome por la calle, de un sitio para otro, y tratando con los clientes, cosa que me gusta. Me dicen los empleados del colegio: «¡Hay que ver! Vienen, recogen el
SIERRA
Amarillo
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. Este es el color en el que se ha convertido una página de periódico en la que el tic-tac del reloj ha querido dejar su huella, símbolo del paso del tiempo. Treinta y tres años puros y cabales han transcurrido desde aquel viernes 13 de junio de 1969, en el que Mercedes Cabal Valero se sentó, frente a frente, con Rosa María Zapata. Cuando una lee las respuestas a cada una de las preguntas que le fueron formuladas, comprueba que, realmente, no hay una gran diferencia respecto a lo que esta mujer vivía entonces y lo que vive y siente ahora. Sirvan como ejemplo estos párrafos extraídos de la entrevista, que empieza así: «Rosa María Zapata es muy joven; tanto que puede preguntársele, sin temor, la edad: veintitrés años, entreabiertos, inteligentes, bonitos y bien aprovechados para el estudio». Así describía
Mercedes a Rosa, para dar paso a tratar temas como qué consejo le daría a una mujer de hoy —o sea, de ayer—: «Que estudie, que trabaje, que haga, sobre todo, una carrera —insiste en esto—. Porque si no la ejerce hoy, puede necesitarla mañana. Y siempre la tiene para el futuro. No hay fortuna mejor. Lo piensa y lo ha hecho así esta muchacha, que pasa unos días en Oviedo —al que encuentra, como a Asturias, «maravilloso»— y es en su Colegio Oficial de Aparejadores el primer nombre femenino». Llega el cierre y la conclusión de Cabal Valero, que es la mía: «Por su modo de ser y de pensar, por sus afanes de trabajo y estudio, nos parece que hemos hecho una estupenda adquisición. Algún día encontraremos su huella en un hogar, en un edificio; la suya y la de las mujeres que son ya aparejadores en España o se preparan para serlo. ¡Suerte!».
ROSA MARÍA ZAPATA APAREJADORES CON HISTORIA hipoteca. Además, ahora se trabaja mucho, no ven a los niños... En general, lo tienen más complicado. ¿Es la de aparejador una profesión dura? Sí, porque la lucha con los obreros es horrible. Sencillamente, una señora que haya tenido una pequeña obra en su casa, se queda hasta las narices, porque encima tienes que luchar con los plazos: que si te falla el electricista, falla el pintor... Digo de broma que es una profesión de informales (ríe). Luchar con ellos es duro. Por lo demás, es como cualquier otro trabajo: levantarte cada mañana, salir a buscarte la vida... Todo tiene su dosis de dureza, pero si haces algo que te gusta, tienes una gran ventaja. ¿En qué situación laboral se encuentra Asturias dentro de esta profesión? En esta profesión no la veo mal, se construye mucho. Dicen que no hay dinero, pero todo lo que se construye, se vende. No hay más que darse una vuelta por La Corredoria y Otero, por ejemplo, para darse cuenta de que es un Oviedo nuevo que no conocemos. En general, la construcción en Asturias no está mal. ¿Qué aficiones tiene Rosa María Zapata? Además de viajar, que creo que le gusta a todo el mundo, porque es un camino divertido y estupendo para aprender —acaba de regresar de una semana de placer en Nueva York, junto con una amiga—, soy pionera en el mus. Cuando pocas mujeres jugaban, yo ya lo hacía. De aquella, me sentaba en una mesa con tres hombres a jugar y si a uno se le escapaba un taco, apurado decía: «Perdón, señora». Yo decía: «Tranquilo, cuando me siento a la mesa soy uno más; quizás enseguida, y si viene a cuento, lo diga yo también». Aparte, estoy recordando el inglés, porque
«Voy a decir como la del chiste, virgencita, virgencita, que me quede como estoy. Tengo una ganas locas de vivir, de disfrutar y de tener nietos» trabajo y, además de pagarte, se van tan contentos». Y es que, claro, todos vienen con mucha prisa y, como tengo tiempo, pues lo hago todo volando y se van satisfechos. Tomo cafés con ellos, porque muchas veces la gente necesita hablar y que la escuchen y yo hago lo que puedo. Además, ahora, como mi hijo es arquitecto, me he metido un poco en su trabajo y me veo inmersa en la profesión de nuevo. ¿Lo tiene la juventud más difícil ahora de lo que ustedes lo tenían antes? Sí, infinitamente más difícil, no sólo profesionalmente. Los jóvenes quieren vivir bien, lógicamente, y, si en su casa lo hacen, no se van a ir fuera a estar peor, eso es normal y tenemos que entenderlo. Yo creo que lo tienen más difícil, porque hay mucha gente que estudia y es más complicado acceder a un puesto laboral. Se colocan seis meses sin ninguna garantía de continuidad; entonces, no pueden pensar en estabilizar su vida y formar un hogar. En mi época se podía alquilar un piso perfectamente, no lejos, como ahora, que te tienes que ir al extrarradio para encontrar unas rentas normales, que antes conseguías en el centro. Así que hipoteca para el piso, para el coche... hipoteca sobre
siempre que salgo de viaje me prometo seguir practicando, para no andar por ahí como una maleta, entendiendo poco, y sin poder comunicarme con todo el mundo. También me encantan las manualidades. O sea, ¿que se puede decir de usted que es una manitas, que hace de todo? Respecto a las manualidades, desde siempre, desde que iba al colegio, sobre todo las cosas pequeñitas, que requerían maña, me lo mandaban a mí. Siempre me gustó, y cuando los niños eran pequeños, que trabajaba menos y sin horario fijo, empecé a recibir clases de manualidades y terminaron llamándome para que las diera yo. He hecho esmaltes, estaño, madera, flores de pasta de papel... Todo lo que hacen las señoras desocupadas —bromea— pero que es muy divertido, entretiene enormemente y calma los nervios. A corto plazo, ¿tiene algún sueño confesable?... Voy a decir como la del chiste, virgencita, virgencita, que me quede como estoy. Tengo una ganas locas de vivir, de disfrutar y de tener nietos, ya que los niños me atraen mucho y me entiendo muy bien con ellos. A
NÚMERO TRES DOVELA 9
ACTUALIDAD TÉCNICA
Experto en estructuras y hormigón
JOSÉ CALAVERA RUÍZ Ingeniero de Caminos:
«NO HAY PAÍSES RICOS CON UNIVERSIDADES POBRES»
10 DOVELA NÚMERO TRES
ACTUALIDAD TÉCNICA
Vocación, honradez y dedicación definen la filosofía profesional del madrileño José Calavera Ruiz, ingeniero de Caminos. Esta eminencia en el mundo de las estructuras y el hormigón mantiene una estrecha relación con la aparejaduría, especialidad que empezó a estudiar, y con Asturias, región que visita con frecuencia. Actualmente, es catedrático emérito de Edificación y Prefabricación de la Universidad Politécnica de Madrid y presidente de intemac, Instituto Técnico de Materiales y Construcciones. José Calavera es autor de trece libros y más de cien trabajos sobre temas técnicos: cálculo de estructuras, hormigón armado y pretensado, prefabricación, control de calidad y patología, entre otros. Este experto confiesa que «en más de 40 años la profesión ha cambiado mucho, pero aún me parezco bastante al ingeniero joven de entonces. Nunca me desvincularé de la obra a pie de calle». Por Sonia García. Fotografías de Iván Martínez.
¿Cuál es la visión que tiene de la profesión de Aparejador, desde la perspectiva de un ingeniero de Caminos? Empecé a estudiar Aparejador, carrera que no acabé porque al mismo tiempo cursaba Obras Públicas y llegó un momento en el que no pude con ambas especialidades. Además, llevo 35 años de colaboración con muchísimos colegios técnicos, entre ellos el de Aparejadores, a través de conferencias, cursos... Por otra parte, desde 1990 soy presidente de intemac, Instituto Técnico de Materiales y Construcciones. Es una organización privada, fundada en 1967, que centra sus esfuerzos en el control de calidad y asistencia técnica a la construcción, tanto en el campo de la edificación como en el de las obras civiles e industriales. Está constituido por un equipo de más de 350 personas, de las cuales 140 son titulados universitarios pertenecientes a 22 profesiones diferentes, entre los que destacan unos 14 arquitectos técnicos. Con todo ello, es evidente que conozco y siento un gran interés por la profesión de aparejador. ¿Qué pueden aprender unos profesionales de otros? La verdad es que no hay mucho que aprender. Nuestras profesiones se tocan, pero cada uno tenemos nuestra propia parcela. No acabé la carrera de Aparejador, pero reconozco que siento interés por sus conocimientos. En edificación, podríamos decir que los arquitectos técnicos tienen una visión más completa de lo que es un edificio y los ingenieros nos centramos más en el tema de las estructuras. ¿En qué medida cree que debe completarse la formación de un aparejador? La formación de un aparejador está bien planteada y las escuelas están haciendo una buena labor. El problema al que se tienen que enfrentar los arquitectos técnicos es el mismo que afec-
ta a todos los profesionales. El mundo técnico se ha complicado mucho, circunstancia que excede las enseñanzas académicas, ya que no es materia que se puede estudiar en la universidad. Por lo tanto, el profesional debe seguir luego, una vez terminada la carrera, una formación de postgrado para profundizar en aquellos campos donde pretende desarrollar su labor. ¿Cuál es su vinculación con Asturias? Veraneo cerca de Asturias, concretamente en Ribadeo, desde que acabé la carrera, a excepción del tiempo que estuve realizando la obra del teleférico de Fuente-De. De hecho, mi hija se casó con un asturiano y aquí tengo un nieto. Si Asturias contara con un tren de alta velocidad podríamos llegar a, por ejemplo, Madrid en tan sólo 3 horas. ¿Es una obra utópica? No, en absoluto podemos hablar de utopía. Recientemente asistí a un simposium en Holanda, sobre comportamiento de túneles y revestimiento de hormigón, y en un foro se comentaba que, actualmente, se está proyectando en Japón un ferrocarril de alta velocidad por el que circulará un tren a 500 kilómetros por hora, que superan ampliamente los 350 actuales del TGV de Francia desde hace ya muchos años. El propio ministro de Fomento, Álvarez-Cascos, ha expresado su compromiso formal de comunicar España a través del tren de alta velocidad en un plazo de pocos años, unos seis o siete, para que todas las capitales del país estén unidas con Madrid en menos de cuatro horas. El siguiente paso es vertebrar la red, a través de las distintas comunidades autónomas. Por lo tanto, el tren de alta velocidad en Asturias no es ningún sueño ni una utopía, sino una necesidad real a la que se le va a dar respuesta en un plazo que no creo que supere los siete años.
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ACTUALIDAD TÉCNICA JOSÉ CALAVERA RUÍZ
«El mundo técnico se ha complicado mucho, circunstancia que excede las enseñanzas académicas. El profesional debe seguir luego, una vez terminada la carrera, una formación de postgrado para profundizar en aquellos campos donde pretende desarrollar su labor» José Calavera Ruiz comenta que «el tren de alta velocidad en Asturias no es ningún sueño ni una utopía, sino una necesidad real a la que se le va a dar respuesta en un plazo que no creo que supere los siete años».
¿Puede ser la orografía el motivo del retraso en la incorporación del tren de alta velocidad en Asturias? Es cierto que nuestro país tiene una orografía complicada, que se traduce en un mayor coste de las infraestructura. Sin embargo, si en España el kilómetro de tren cuesta alrededor de los 40 millones de euros, en otros países el coste oscila entre 70 y 100 millones. Siempre hablando de kilómetros de una excelente calidad, perfectamente comparables con los de otros países. Por lo tanto, no es tan caro, ya que estamos por debajo de la media, pero es necesario todavía un mayor esfuerzo inversor en infraestructuras. ¿Qué opina de la seguridad de las actuales infraestructuras? El pasado mes de noviembre realicé la apertura del congreso de la Sociedad Española de Hormigón Estructural, donde comenté que España es el país con más consumo de cemento por habitante de Europa. Pero este no es un hecho nuevo, sino que viene produciéndose desde hace 5 o 6 años. También consumimos más kilos de prefabricados por habitante. Esto quiere decir que nos enfrentamos a un desarrollo de las infraestructuras importantísimo y de gran calidad, lo que trae implícito la seguridad. Ya podemos olvidar el acento peyorativo de España como país atrasado, ya que si tenemos tal consumo de cemento y prefabricados es porque se está mejorando y hacien-
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do nuevas infraestructuras de muy diversos tipos. No olvidemos que hay países de Europa que estaban atrasados y que siguen en la misma situación. ¿Qué futuro le vaticina a los transportes en España? El trasporte está evolucionando muy, muy deprisa. Hasta hace unos 10 años todo el mundo tomaba como frontera la distancia de 800 kilómetros, de ahí para abajo era competencia del tren y de ahí para arriba del avión. Pero si la velocidad actual del tren de alta velocidad es de 350 kilómetros por hora, que pasará a 500, la frontera se trasladará y posiblemente el avión va a tener que afrontar que la distancia de corte superará los 1.000 kilómetros. Yo si perteneciera al mundo de la aviación estaría preocupado, o por lo menos inquieto, por la evolución del tren de alta velocidad y lo que supondrá en el nuevo panorama de las comunicaciones. El vuelo peninsular tendrá su sentido, pero se reducirá sustancialmente porque los ciudadanos empezarán a viajar más en tren. Por otra parte, la red de carreteras ha conseguido niveles que todos perciben. ¿Qué obra destacaría de las más recientes en Asturias? La Universidad de Oviedo en Mieres se ha convertido en un centro de primera categoría. Se trata de un centro moderno, construida con otros planteamientos y otro nivel. No olvidemos que no hay países ricos con universidades pobres. A
PIEZA CLAVE
Una profesión sin fronteras
UN APAREJADOR con sabor cubano
Sanabria se siente integrado en la sociedad asturiana. Sin embargo, «para el gobierno cubano yo soy un inmigrante».
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Las expertas manos y ordenadas ideas de Carlos Alberto Sanabria le abrieron camino en su nuevo destino: España. Después de 28 años viviendo en Matazas, provincia de Cuba, decide viajar con su familia hasta Asturias, para «conocer nuevos horizontes». Técnico en Edificaciones y Construcciones Civiles de profesión, formación similar a la de Aparejador, Sanabria cuenta con una dilatada experiencia en la ejecución de obras. De espíritu tranquilo, pero de conocimiento inquieto, su dominio de todos los oficios le ha abierto las puertas del mercado laboral asturiano. Esta es la historia de un luchador, que se esfuerza por «sentar unos buenos cimientos profesionales. Después, todo llegará», dice. Por Sonia García. Fotografías de Camilo Alonso.
PIEZA CLAVE
En la imagen, Sanabria ante una de las obras de la empresa Promociones y Construcciones Quinta de Viesques, para la que trabajó un año. Actualmente, ocupa el puesto de peón especializado en Aceralia.
Arropados
por un clima cálido y la dulzura de sus gentes, una familia cubana alza su copa y brinda por un Próspero Año Nuevo, porque una nueva vida les aguarda en España. Y así fue. A principios de 1996 llegaron a Asturias Carlos Alberto Sanabria, su esposa, Jannet Miranda, y otros 17 miembros de ambas familias. «Puede decirse que vinimos con lo puesto, pero quien desea trabajar y demuestra su valía, lo consigue. Además, tengo una buena formación técnica y un amplio conocimiento de todos los oficios: fontanería, albañilería, carpintería...». Carlos Sanabria trabajó ocho años en Cuba como Técnico en Edificaciones y Construcciones Civiles, una titulación que aquí equivale a la de Aparejador. «Nuestras competencias son similares: tenemos la responsabilidad técnica de las obras y solucionamos todos los problemas estructurales que se puedan presentar en el proyecto». Sin embargo, Sanabria no puede ejercer como aparejador sin antes homologar su titulación, para lo que tiene que estudiar unos 3 años y «eso significaría empezar de cero otra vez. Por lo tanto, a lo máximo a lo que puedo aspirar es a encargado de obra. Aunque el tiempo dirá». Los inicios... «son duros, claro». Empezó haciendo «chollos variados en albañilería, fontanería o lo que saliera. Pero sin seguridad social, que era lo que más me interesaba. Estos trabajos me permitieron demostrar mi valía y formalidad, porque ya sabes lo que pasa con los inmigrantes... hasta que no te prueban no confían en ti». A los dos años de llegar a Asturias, Sanabria trabajó un año en Promociones y Construcciones Quinta de Viesques, en Gijón, como encargado de la obra del edificio ubicado en la esquina donde converge la calle Moros con Jovellanos. La fachada se mantuvo y fue rehabilitada, mientras que el interior sufrió una reestructuración total. A su término, la mala fortuna y la evolución del mercado de la construcción impidió que le dieran una nueva obra y «tuve que seguir buscándome la vida».
Actualmente, trabaja en Aceralia, en La Felguera, como peón especialista, puesto que ocupa desde hace casi tres años gracias a su conocimiento de los diferentes puestos de la empresa. Sin embargo, «no dejo de buscar trabajo en lo mío. Recientemente realicé una entrevista para llevar una obra en Lugones. En Aceralia estoy contento, pero tengo un salario de peón con el que mantener a una familia. La verdad es que aspiro a algo más».
Historias paralelas «La historia de España la asimilo como mía. Ten en cuenta que a 90 millas se encuentra un país de habla inglesa y, sin embargo, en la isla hablamos castellano», afirma Sanabria, quien asegura que Cuba y España son dos países que comparten una historia común, aunque a destiempo. «En la isla estudia todo aquel que lo desea, porque el dinero y el estatus social no importa y en cuanto terminamos la carrera encontramos trabajo sin ningún problema. Sin embargo, carecemos de las herramientas y materiales necesarios, y la remuneración es muy baja». Por el contrario, añade, «aquí los medios y las materias primas son excelentes y el sueldo permite vivir holgado, pero es difícil encontrar trabajo», explica Carlos Sanabria.
«Muchos y buenos profesionales» En Cuba, «hay muchos y buenos profesionales», asegura Sanabria. La formación académica de los estudiantes isleños va en paralelo a la práctica. Durante ocho años trabajó tanto en obras sociales como civiles. Su labor más destacada la realizó en ecoiind, Empresa de Construcción de Obras de Ingeniería Industrial N.º 4. Realizaba la base en tierra de los supertanqueros, buques de petróleo, como responsable de la Planta de Prefabricados. «Mi profesión estaba valorada. Tenía una forma de vida sana y unos buenos compañeros, pero las carencias y la pobre remu-
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PIEZA CLAVE UN APAREJADOR CON SABOR CUBANO
«Soy extranjero en mi propio país» No es fácil abandonar Cuba. Si la abuela de la mujer de Carlos Sanabria, de origen asturiano, no les hubiera invitado a venir «nunca nos hubieran dejado abandonar la isla». ¿Qué les motivó a salir de Cuba?
La reagrupación familiar es prácticamente el único motivo por el que nos permiten salir de la isla. Ni siquiera podemos ir de vacaciones a otro país si antes no nos invitan. El 98 % de los cubanos no conocen nada del mundo, gracias al mal llamado sistema socialista comunista. Pero todos los ciudadanos sentimos la necesidad de conocer qué hay además de Cuba. Yo tenía que salir, porque me sentía encerrado en una urna. Es triste pensar que tenemos que vivir en esa situación, te guste o no. Aquí me siento bien y, además, tengo un asturianito de cinco años que se llama Carlos. ¿Viaja a menudo a la isla?
Tras 11 meses y un día fuera de Cuba, período máximo por el que te sellan el visado, pasas a ser un extranjero en tu propio país. El año pasado volví de vacaciones a Cuba, después de casi seis años de ausencia, y tuve que solicitar visado para entrar. ¿Le gustaría regresar a su país?
Carlos Alberto Sanabria se siente muy orgulloso del edificio, sito en la esquina donde converge la calle Moros con Jovellanos, y en el que trabajó como jefe de obra en 1998-99.
La radiografía De no haber sido aparejador, le hubiera gustado ser...
Odontólogo. Su mayor virtud... Entre la sencillez y la naturalidad. Lo que más detesta...
Levantarme a las 5.30 de la mañana. Tengo muy mala leche a esa hora. Con un sólo adjetivo, a los asturianos los definiría como... Humanitarios. Y lo
dice un emigrante. Aspecto de su profesión más gratificante... Disfrutar de
una obra terminada.
Le gustaría trabajar en... Lo importante es terminar lo que se empieza. Obras hermosas hay muchas. Cuba es... Un hermoso país tropical. Añoro... El clima y las relaciones humanas de Cuba. Volverá cuando... Cambie el régimen o me contrate una empresa extranjera. Su sueño sería... Volver a trabajar como encargado de obra, ya que no puedo ejercer como aparejador.
neración me limitaban. Ten en cuenta que estaba trabajando en la base de supertanqueros más grande de Latinoamérica, en un país que carece de petróleo. Al final, el crudo empezó a recibirse de Rusia, Venezuela... del mejor postor», explica Sanabria. Este profesional insiste que en España a las carreras les falta más práctica. Además, «aquí se carece de obreros cualificados,
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Por supuesto. Adoro Cuba y lo echo mucho de menos. Sin embargo, hasta que no cambie el sistema yo no puedo trabajar para el estado; sino que tendría que encontrar un puesto en una empresa extranjera, española, por ejemplo. Para el gobierno cubano yo soy un inmigrante. Este luchador reconoce que tiene totalmente superadas «las trabas iniciales de ser inmigrante. Tengo excelentes relaciones personales y profesionales con personas de distintos sectores».
serios y competentes. Es muy difícil encontrar a alguien en quien poder confiar. Técnicos hay pocos, pero son muy buenos». Sanabria no cuenta con ningún maestro reconocido, sino que se confiesa ser un buen observador que acumula experiencia y aprende de los profesionales con los que se va encontrando.
¿Y la seguridad? Hoy por hoy, hay medios e información suficientes para prevenir los accidentes. Sin embargo, siguen sucediéndose. A la eterna pregunta... ¿por qué?, Sanabria lo tiene muy claro: «No falta cultura, sino amor propio. Ya sé que es molesto llevar casco, ponerse el arnés o calzarse las botas de seguridad, y hablo desde mi propia experiencia como peón, pero hay que quererse y cuidarse un poco más». En Cuba, por el contrario, los trabajadores carecen de medios. Por lo tanto, aunque se quiera, no pueden respetarse las medidas de seguridad. ¿Qué es lo más duro? «Las soluciones estructurales, porque tienes una gran responsabilidad. Hay que estar muy atento cuando se ejecuta la base de la obra, los cimientos. Al principio desconfías de todo, hasta que compruebas que los obreros son competentes. No podemos olvidar que una ferralla mal colocada, por ejemplo, puede dar un fallo en el forjado y un problema estructural en el futuro», explica Sanabria, quien defiende su lema: «Mientras más empeño pongas en tu trabajo, más durabilidad tendrá su resultado». A
FORMACIÓN
Guía con ambicioso objetivo
LA SEGURIDAD una asignatura que dejará de estar pendiente La Ley de Prevención de Riesgos Laborales ha encontrado una pieza que le faltaba. Se trata de la Guía Técnica de Seguridad y Salud en las Obras de Construcción, donde, entre otras cuestiones, se concreta que el coordinador de seguridad debe tener una formación específica. Por otro lado, se prevé que se endurezcan los procesos judiciales y todos aquellos agentes que intervengan en el proceso constructivo y que hayan incumplido la normativa de prevención pueden incurrir en un delito castigado, por vía penal, con una condena de cárcel e inhabilitación temporal para el ejercicio de la profesión en el caso de los técnicos. La reacción del Colegio de Aparejadores de Asturias no se ha hecho esperar y pronto la seguridad dejará de ser una asignatura pendiente. Por Sonia García.
En estos momentos
, la prioridad formativa del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Asturias gira en torno a la seguridad. La inminente publicación de la Guía Técnica de Seguridad y Salud en las Obras de Construcción, documento elaborado por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene, deberá suponer un antes y un después en cuanto a la interpretación de la normativa de prevención de riesgos laborales aplicable al sector. El vocal de Relaciones Colegiales, José Luis Sambade, espera que esta guía se convierta en un referente para las actuaciones, tanto de los coordinadores como de los jueces e inspectores de trabajo en materia de seguridad y salud en las obras. «Es un documento muy esperado por todos, porque pretende ser una aclaración de la normativa. En la guía se prevé que el coordinador de seguridad tenga una formación específica, independiente de la de técnico en prevención», asegura Sambade. La formación se traduce en un programa de, aproximadamente, 200 horas lectivas. Esta novedad «obliga a los profesionales a mantener actualizados sus conocimientos». Por ello, el Colegio ha diseñado un curso específico para formar coordinadores de seguridad, que empezó el 14 de marzo. El profesorado pertenece a distintos ámbitos, con el fin de cubrir todas las necesidades: Instituto Asturiano de Prevención, Instituto de Trabajo, servicios de prevención ajenos, servicios
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de prevención de empresas privadas, personal de mutuas de accidentes y miembros del Colegio. El curso se presenta en dos modelos. Uno de 200 horas, de acuerdo con los requerimientos de la guía, para aquellas personas que carezcan de formación alguna en prevención; y otro, de algo más de 100 horas, para quien haya realizado el máster de nivel superior o intermedio en Prevención de Riesgos Laborales. Se realizarán tantos cursos como sean necesarios, es decir, según la demanda de los profesionales.
Responsabilidad penal José Luis Sambade afirma, con cierta preocupación, que: «El criterio de los fiscales está cambiando en lo relativo a la seguridad. Quieren empezar a imputar a los agentes intervinientes en los procesos constructivos por vía penal, en caso de accidente. Entonces, podríamos dejar de hablar de faltas, para empezar a hacerlo de delitos e, incluso, de asesinato en determinadas situaciones, según manifestó recientemente el fiscal de la Audiencia Provincial de Guipúzcoa». Hasta el momento, continúa Sambade, «nos enfrentamos a una lucha constante con promotores y constructores, que entienden la seguridad como un coste añadido, sin que vean beneficios en su cumplimiento. Esperamos que, tras el endurecimiento de la fiscalía, las cosas cambien».
FORMACIÓN
La clausura del Máster en Prevención de Riesgos Laborales, celebrada el pasado 8 de noviembre, contó con destacadas personalidades. De izquierda a derecha: José Luis Juan-Aracil López, director del máster y catedrático de la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid; Manuel Fernández Neyra, vicepresidente de Colegio de Aparejadores; Antonio González Fernández, director general de Trabajo y Seguridad Laboral, y Amador Robles Tascón, director del Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales.
ALFONSO SUÁREZ
El éxito de asistencia a los diferentes cursos y jornadas demuestra el interés de los colegiados por la formación, cada año más demandada, sobre todo en los temas relacionados con seguridad y salud en las obras de construcción.
Aunque la guía no es de obligado cumplimiento, sí se presenta como un referente nacional que ayudará a los jueces a tomar la decisión más adecuada y justa en cada situación concreta. «Esperamos que sirva para que se realice una correcta interpretación de la ley, solventando los actuales vacíos legales; aunque vayan creándose otros nuevos por la disparidad de criterios». Actualmente, el vacío legal que más preocupa a los aparejadores se centra en la definición de la actuación y funciones del coordinador de la obra, «demasiado genérica y ambigua». Así como la ausencia de protocolos de actuación y la carencia de homologación de sistemas de protección colectiva para la prevención de riesgos en las obras, por ejemplo, como en el caso de las barandillas para prevenir las caídas. «La prevención la tenemos que ir inventando los técnicos en las obras y no es apropiado», concluye Sambade.
Satisfación colegial La formación es cada año más demandada por los más de 700 colegiados, a juzgar por el alto nivel de asistencia en las diferentes propuestas. Durante el segundo semestre del pasado año, Sambade destaca el éxito del curso de Rehabilitación de la arquitectura rural, impartido por profesores de diferentes universidades; la jornada sobre la utilización del cobre como material de construcción y un curso básico sobre Acústica. El éxito de este
último, obliga al Colegio de Aparejadores a repetirlo cuantas veces sea necesario a lo largo del presente año. «El balance de 2002 es muy satisfactorio, tanto por los resultados como por los proyectos a los que nos enfrentamos este año. En ocasiones, no pudimos organizar nuevos programas por imposibilidad temporal o por coincidir con otros acontecimientos», explica el vocal de Relaciones Colegiales. Este es el caso del curso de Peritos judiciales, que no pudo celebrarse, «porque estábamos a la espera de la firma de un convenio de colaboración, en el ámbito de la formación, entre el Consejo General de Arquitectura Técnica y el Consejo General del Poder Judicial, que tuvo lugar el pasado mes de diciembre. Actualmente, el Consejo nos ha trasmitido una propuesta para la orientación del mismo que desarrollaremos a la mayor brevedad posible». La prioridad del Colegio de Aparejadores es dar respuesta a las necesidades formativas de los profesionales. «Por ello, profundizamos en cualquier aspecto que afecte al ejercicio de nuestro gremio. Esta profesión es muy genérica y abarca muchos campos: el ejercicio libre, la administración, la empresa privada, tanto en promotoras como constructoras; estudios de arquitectura, organismos de control técnico, empresas de control de calidad... Y dentro de cada especialidad podemos elegir diversos subcampos», afirma Sambade. Por ello, la extensa y variada oferta formativa pretende adaptarse a las necesidades del colectivo. A
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CARAS NUEVAS
Abandonar el nido
De mayor quiero ser...
ARQUITECTO TÉCNICO «Quiero ser aparejador». Esta fue la decisión que tomaron los asturianos Manuel Sánchez, Javier Vizoso y Claudia canga, llegado el momento de elegir la profesión con la que pensaban «ganarse el pan de cada día». Una determinación que les llevó a «abandonar el nido», al menos durante los años que dure su formación. La Laguna, en el caso de Manuel Sánchez, y Burgos, en el de Javier Vizoso y Claudia Canga, son los destinos que, bien por elección o bien por eliminación, han acogido a estos tres futuros arquitectos técnicos. Si la carrera está resultando como esperaban, si las perspectivas laborales son halagüeñas o si, por el contrario, se arrepienten de haber tomado esa decisión y haberse marchado a estudiar fuera de casa, que se lo cuenten ellos. Por Susana Lago.
«No hubiera estudiado otra carrera
de no hacer aparejadores». Así de tajante se muestra Javier Vizoso, de 27 años, cuando se le pregunta por qué se decantó por la Arquitectura Técnica y no otra profesión. Al no existir esta escuela en Asturias, se vio obligado, como tantos otros estudiantes, a recibir esta formación fuera de casa. En su caso, teniendo un hermano estudiando allí, la universidad elegida para preparar su futuro como aparejador fue la de Burgos. «Si existiera aparejadores en Asturias, me hubiera quedado aquí, aunque esto no quiere decir que esté descontento en Burgos, al contrario, me están tratando muy bien», afirma Vizoso quien, no obstante, espera y desea encontrar trabajo en Asturias, una vez concluya sus estudios. En el caso de Manuel Sánchez Monteserín, de 26 años, la vocación no estaba tan clara: «Cuando llegó el momento de ele-
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gir, tenía dudas entre aparejadores y matemáticas, ya que es un área que me apasiona, pero finalmente me decidí por la Arquitectura Técnica y creo que no he elegido mal», señala. A la hora de escoger destino, Manuel Sánchez intentó solicitar plaza en A Coruña, «sobre todo por el tema de la proximidad con respecto a Asturias, pero ya había expirado el plazo de preinscripción, así que probé en otras entre las que estaba Tenerife. Además, también tengo familia allí». Para Claudia Canga la decisión «fue una mezcla de vocación y de tradición, ya que mi padre es aparejador y estudió aquí, en Burgos». Lo que está claro es que en los tres casos se trata de una carrera elegida voluntariamente y no por imposición, ya que ninguno de los tres se imagina haciendo otra cosa en un futuro.
CARAS NUEVAS
¿Amor a la facultad? Una vez claro el objetivo de lo que se quiere estudiar y metido el pie dentro de la facultad, puede parecer que el resto vendrá solo, pero la realidad demuestra que, pese a que esta carrera contempla cuatro cursos en el caso de la facultad canaria y sólo tres, en el caso de la escuela de Burgos, muchos alumnos se empeñan en alargarlo el máximo posible. «Éste es mi segundo año en la escuela de Burgos, pero ni se sabe lo que puede alargarse...», comenta irónicamente Javier Vizoso. Manuel Sánchez, en cambio, plantea una situación más peculiar, aunque bastante común entre los universitarios: «La verdad es que no estoy en ningún curso concreto, tengo asignaturas sueltas de todos, una de primero, una de segundo, tres de tercero y otras tres de cuarto». ¿La explicación? Sánchez lo tiene claro, « yo curso el plan experimental del 75, que es bastante antiguo y
MARÍA TERESA HERRERA
Javier Vizoso: «Cuando me enfrente a una obra, no sé si podré salvar todos los obstáculos que puedan darse; supongo que la experiencia tiene mucho que ver con todo esto».
tiene asignaturas llave o correlativas desde segundo hasta cuarto, con lo que si te quedas atravesado con una te perjudica en la continuidad de la carrera». No es extraño escuchar a jóvenes que han comenzado una carrera con toda la ilusión del mundo, decir que lo que se han encontrado en la facultad no era lo que esperaban, aunque no tiene por qué ser así. En el caso de Javier Vizoso, cuando se le pregunta por sus impresiones respecto a la carrera afirma que «me gusta mucho, pero hay que reconocer que, en muchas ocasiones, resulta muy estresante y absorbe por completo el tiempo; hay que dedicarse casi exclusivamente a ella». Para Manuel Sánchez, el programa formativo no está mal, aunque las horas prácticas deberían tener una mayor presencia en el mismo, ya que por algo es una carrera técnica, pero no en un aula o en un taller mirando al profesor dibujando cómo podría ser un enco-
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CARAS NUEVAS DE MAYOR QUIERO SER... ARQUITECTO TÉCNICO frado, por ejemplo, sino realizando prácticas de campo. «Cuando yo empecé existían este tipo de prácticas, pero con los años, no sé por qué motivo, se han ido eliminando hasta llegar al punto de que ya no hay visitas a obras u otras cosas de ese estilo, así que el que quiera tener contacto con las obras ha de conseguirlo por sus propios medios e iniciativa», comenta Sánchez. Vizoso no comparte esta opinión y considera que «de momento, hay que estudiar, ya que cuando terminemos va a ser casi todo práctica; además, por hacer más horas prácticas no creo que fueran a reducirnos las teóricas y ya tenemos bastantes horas lectivas a lo largo de la semana como para incluir aún más». Claudia Canga, que está a caballo entre primer y segundo curso, considera que el nivel de prácticas durante el período de la facultad es aceptable. Y como mujer que se prepara para ser aparejador opina que la presencia de las mismas en esta profesión «parece que se empieza a aceptar, aunque todavía hay algunas personas que piensan que las mujeres no pueden desempeñar este tipo de trabajo, pero si en la arquitectura se ha evolucionado desde el adobe, hay que evolucionar también en el pensamiento y no quedarse estancado en épocas remotas».
Al otro lado del pupitre Walkirio González Carrillo imparte la asignatura de Organización, Programación y Control de Obras, en la Escuela de Arquitectura Técnica de la Universidad de La Laguna y, además, es vocal de Cultura del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Santa Cruz de Tenerife. Él mejor que nadie conoce el otro punto de vista: el del otro lado del pupitre. ¿La asignatura de Organización de Obras, está considerada entre las más difíciles o sus alumnos son aplicados y la superan sin ningún problema?
Escuela Politécnica Superior de Burgos, donde se imparte Arquitectura Técnica.
MARÍA TERESA HERRERA
Al ser una asignatura mucho más práctica que teórica, donde los alumnos se ven más en contacto con la obra, se hace bastante entretenida, lo que lleva consigo una mayor aplicación e interés, por lo que al final de curso los resultados suelen ser bastante buenos. También doy clases de Patología y Rehabilitación en la Arquitectura Tradicional Canaria. Durante los años que lleva en la docencia y con la experiencia que el paso del tiempo le aporta, ¿cuáles son los principales cambios que ha ido observando en la formación?
Asignaturas que dejan huella
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Llevo dieciséis años enseñando. En principio, el paso del tiempo ha llevado a la incorporación de profesores jóvenes y con una cierta experiencia en la vida profesional, lo que supone un gran aporte para la Universidad, pues por un lado el talante joven lleva consigo una
JOSÉ MANUEL RODRÍGUEZ
En todas las carreras hay asignaturas que se atragantan, obligando al sufrido estudiante a presentarse al examen una y otra vez, generándole en más de una ocasión un buen dolor de cabeza o agudizando el ingenio para ver de qué modo puede subir esas dos décimas que le faltan hasta llegar al aprobado. La Arquitectura Técnica no iba a ser menos. De eso da fe Javier Vizoso, quien asegura que «aquí parece que fácil no hay nada, pero sin duda existen asignaturas que destacan por su dificultad, por ejemplo, Física en primero; Construcción y Estructuras, en segundo; Mediciones y Oficina, en tercero..., de éstas se queja casi todo el mundo». Manuel Sánchez, alumno de la Universidad de La Laguna, ve determinadas asignaturas como un serio obstáculo ya que «últimamente, en la escuela se está produciendo una masificación de alumnado y, en parte, esto se debe a que existen asignaturas muy duras como Oficina Técnica, Materiales de Construcción, en primer y segundo curso o Construcción de tercero, que no dan salida a los estudiantes, con lo que cada año el número de matriculados es mayor». Para Sánchez, un ejemplo claro es que «si en un curso se pueden matricular en torno a 150 alumnos, cuando finaliza sólo aprueban una media del 35 % del total de matriculados y, en ocasiones, muchísimos menos. Además, esto repercute también en las clases prácticas ya que va en detrimento del seguimiento concreto de cada alumno».
mejor conexión y, por tanto, una mejor transmisión de los conocimientos a unos alumnos que también son jóvenes. Esto no quiere decir que profesores ya algo maduros, no sean capaces de tener también un talante joven y abierto. ¿Y en la profesión?
Respecto a la profesión, creo que el conocimiento y la preparación de los alumnos ha aumentado en los últimos
DE MAYOR QUIERO SER... ARQUITECTO TÉCNICO CARAS NUEVAS
¿Qué diferencias observa entre la Escuela de La Laguna y las de otras Universidades de España?
Al margen de lo difícil que resulta ser objetivo, pues no poseo datos suficientes para establecer una comparación, sí pienso que en ninguna Universidad se poseen los medios necesarios para atender a los alumnos como es debido. En estos últimos años, percibo una falta de impulso de la cultura, la educación..., desde las Instituciones. En el caso de nuestra Escuela, es evidente que estamos masificados; en la actualidad, hay 1.484 alumnos matriculados, las aulas son insuficientes, al igual que el profesorado y, además, estamos en un edificio que fue diseñado para 800 alumnos. ¿Qué carencias encuentra o qué aspectos mejoraría en el programa actual?
Entiendo que la Sociedad es cada vez más exigente con los técnicos y los productos que les ofrecemos; sin embargo, no se prepara a los alumnos para afrontar estas exigencias. Para mí, se hace imprescindible convertir la carrera de Arquitectura Técnica en licenciatura, añadiendo al actual programa formativo las asignaturas de Control de Calidad, Seguridad y Prevención, Patologías, Dirección y Gestión de Empresas y, por supuesto, Rehabilitación e Inspección Técnica de los Edificios. Todas estas materias inciden
directamente en el papel del Aparejador como Director de la Ejecución de la Obra que es. Entonces, ¿considera insuficiente la preparación de los alumnos para situarse a pie de obra?
Por lo general, les falta práctica; el alumno, como cualquier persona que se inicia en la actividad laboral, al principio se siente inseguro. Esta inseguridad desaparece cuando recibe apoyo y confianza de los técnicos que pueda tener alrededor de la empresa para la que trabaja. Además de ser profesor, usted es vocal de Cultura del Colegio de Aparejadores de Santa Cruz de Tenerife, ¿ qué actividades se promueven desde esta entidad?
La actividad de la Vocalía de Cultura es variada, desde la organización de eventos como la Cena de Hermandad, en el mes de Marzo; el Almuerzo del día de nuestro Patrón, san Juan de Ortega, en Junio; la participación en la Feria de la Construcción Construye, en Santa Cruz de Tenerife; y también la realización de exposiciones de pintura y escultura, fotografías, charlas y conferencias de tipo divulgativo... ¿Qué funciones desempeña como tal?
Las personas que ostentamos cargos en los Colegios, por lo general, somos gente ocupada que robamos algún tiempo a la familia y a los asuntos propios para hacer un servicio a los colegiados, con la mejor voluntad y de la mejor forma posible. Si se nos demandara más dedicación, nuestros Colegios y colegiados tendrían que ir pensando en profesionalizar estos cargos de Juntas de Gobierno.
Walkirio González: «Entiendo que la Sociedad es cada vez más exigente con los técnicos y los productos que les ofrecemos; sin embargo, no se prepara a los alumnos para afrontar estas exigencias»
JOSÉ MANUEL RODRÍGUEZ
años. Esto repercute en la vida profesional, tanto a nivel del alumno que acaba la carrera y se incorpora a cumplir su misión en la sociedad, como a nivel de las contratas que se benefician de esos conocimientos, casi desde el inicio del trabajo.
Manuel Sánchez: «Cuando llegó el momento de elegir, tenía dudas entre aparejadores y matemáticas, pero finalmente me decidí por la Arquitectura Técnica y creo que no me he equivocado».
Pero también «hay asignaturas que enganchan y que le recuerdan a uno por qué se ha embarcado en esto de la Aparejaduría», señala Manuel Sánchez, «en mi caso, las preferidas son Mediciones y Presupuestos y Organización y Programación», continúa. Javier Vizoso, en cambio, se decanta por Construcción y Materiales, «dentro de las que conozco porque, a mi parecer, son las que más tienen que ver con la profesión en sí». En cualquier caso, si hay algo en lo que coinciden, tanto Javier Vizoso como Manuel Sánchez, es que cualquier asignatura puede ser la mejor o la peor, dependiendo, en buena medida, del enfoque que le dé cada profesor. Eso sí, a la hora de plantearse la docencia como futuro profesional, Javier Vizoso no lo tiene tan claro: «¡Pero bueno!, con lo que me queda por aprender, cómo voy a estar pensando en dar clases», exclama.
Bienvenido al mundo real Ésta es una de las frases con la que se encuentran los profesionales recién salidos de la facultad o al menos así lo ven estos dos futuros aparejadores. «No tiene nada que ver estudiar una cosa mirando un dibujo, leyendo unos apuntes o viendo unas diapositivas, con tener las cosas delante y ver cómo se van realizando las distintas unidades de obras y aplicando directamente tus conocimientos. La falta de contacto con las obras, durante el período universitario, hace que al terminar si encuentras un trabajo, éste sea tu primer encuentro con una obra», explica Manuel Sánchez y matiza: «Siempre se puede estar de especNÚMERO TRES DOVELA 23
IVÁN MARTÍNEZ
CARAS NUEVAS DE MAYOR QUIERO SER... ARQUITECTO TÉCNICO
Claudia Canga: «Si en la arquitectura se ha evolucionado desde el adobe, respecto a la presencia de las mujeres en esta profesión, no podemos quedarnos estancados en épocas remotas».
tador, detrás de las vallas, pero no es comparable a una práctica». Se queja, además, de que «no todos los encargados o capataces están dispuestos a explicar las cosas, aunque bien es cierto que suelen tratar de ayudar a los estudiantes». Las dudas que se plantea Javier Vizoso, una vez concluida la formación, giran en torno a cumplir las expectativas, cuando tenga que estar a pie de obra: «Me imagino que mis miedos no son nuevos, pero al enfrentarme a la obra, no sé si estaré a la altura de las circunstancias o si podré salvar todos los obstáculos que puedan darse, mantener un grado de seguridad en la obra, cumplir también en el apartado económico... supongo que la experiencia tiene mucho que ver con todo esto». En cuanto a las expectativas laborales, estar estudiando fuera de casa también puede condicionar el futuro profesional del alumno. Estos estudiantes lo saben bien. «El tema del trabajo es muy relativo. Se suele decir que donde haya empleo uno se queda, pero también entran en juego otras cosas. Por ejemplo, yo tengo pareja estable y también está concluyendo su carrera, ella es de las islas y, por tanto, no es una decisión que dependa sólo de mí. Es cierto que te gusta estar en tu tierra y con tu familia y amigos, pero aquí no estoy solo y, llegado el momento, alguno tendrá que estar lejos de los suyos o, quizá, por qué no, los dos», comenta Manuel. Pero Javier no vacila en su respuesta, él tiene claro que «por supuesto, buscaré trabajo en casa. Además, creo que estoy en condiciones de decir que, en mi caso, las perspectivas de futuro son buenas ya que he tenido la gran suerte de contar con el apoyo de mi padre para esto. No obstante, aunque no fuera así, creo que la de aparejador es una profesión con muchas salidas». A
Encofradores de la vieja escuela
OTRO ÁNGULO
LA EXPERIENCIA, la herramienta más valorada
Pedro Fernández
Ogarte Murias
Alguien dijo en cierta ocasión que Gaudí, al principio, vigilaba la marcha de sus construcciones con breves visitas desde su coche de caballos. Cuando al final quiso verlas terminadas, decidió quedarse a dormir en ellas. En la actualidad ocurre lo mismo. Las figuras de los aparejadores dentro de las obras se han convertido en algo muy común. Vigilar la seguridad y la marcha del trabajo son tareas que hoy añaden a las suyas propias. El motivo, «la cada vez peor cualificación y formación de los obreros». Así lo entienden dos profesionales del sector: Pedro Fernández, ingeniero de Minas, especializado en la rama de Estructuras, y empresario; y Ogarte Murias, encofrador. Se reconocen de la vieja escuela y llevan más de media vida trabajando a pie de obra. Del pasado, presente y futuro hemos hablado con ellos. Por Patricia del Gallo. Fotografías de Iván Martínez.
La experiencia
es una herramienta importante en todas las profesiones, pero, en algunas, se convierte en algo esencial para que el trabajo no sólo sea el deseado, sino que se realice en las mejores condiciones de seguridad y calidad. Pedro Fernández es ingeniero de Minas y propietario de dos empresas de encofradores. Por su parte, Ogarte Murias lleva más de 30 años en la profesión. Ambos son la viva imagen de lo que se conoce como vieja escuela, aquella en la que, profesionales como ellos, se formaron con un aprendizaje teórico, quizá pobre, pero que con años de experiencia y al calor de la figura del ya casi inexistente maestro, lograron que durante muchos años los aparejadores apenas tuvieran que preocuparse de su personal en la obra. «Era suficiente con dar las directrices, que podían estar
seguros de que lo haríamos bien y en condiciones de seguridad», asegura Ogarte Murias. Ambos profesionales pusieron de manifiesto las carencias que, a nivel formativo, existen en su sector. Debido a ellas, aseguran, las condiciones y los hábitos de trabajo en las obras han cambiado, y no para mejor. Ogarte Murias, por ejemplo, recuerda «el interés con el que antes íbamos a la escuela de formación». Un interés profesional por aprender un oficio muy diferente, sostiene Pedro Fernández, que el que mueve ahora a los más jóvenes, «debido a que estamos en un sector en el que con poco tiempo de formación los chicos acceden a un mercado laboral con fuerte demanda de personal y bien remunerado». Las generaciones que salen de la escuela, afirman ambos encofradores, «no
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OTRO ÁNGULO LA EXPERIENCIA, LA HERRAMIENTA MÁS VALORADA son artesanos, van por el dinero. Por lo tanto, nunca serán profesionales, sino simplemente mano de obra». Sostienen que hay un amplio porcentaje de juventud que accede a la escuela de formación de manera rápida, tras haber sido eliminada de otros ciclos formativos. Añaden que en el plazo de dos años se integran en el mercado laboral, como oficiales de segunda, «con una preparación muy deficiente. Van a buscar dinero fácil». El problema de todo esto es que se han modificado los hábitos en los últimos años y el modo de trabajo en las obras.
Descuidar la formación Pedro Fernández es, además de ingeniero, empresario del sector. Sabe muy bien que la inexperiencia de los jóvenes, unida a la falta de interés por el trabajo, son causas inseparables de la siniestralidad laboral. Paradójicamente, el sector de la construcción es, en la actualidad, uno de los primeros en cuanto a muertes y bajas por accidente laboral y, sin embargo, se trata del primero en el que más medios y recursos se destinan a seguridad. Por dura que parezca la realidad, según explica Pedro Fernández, «con una simple herida en el dedo, producida por un accidente laboral, el trabajador estará de baja un tiempo, cobrando su salario, y a muchos eso les resulta rentable». A fin de cuentas, prosigue, la responsabilidad recae siempre en el empresario. Éste tiene la doble tarea de luchar porque su obra sea segura, para lo que, sobre todo en los últimos años, se realizan grandes inversiones. Sin duda, es al empresario al que más le cuesta cada siniestro. Éste tiene que velar porque esos elementos de seguridad con los que cuenta la obra se utilicen. Para entenderlo hay un ejemplo claro, explica: las gafas o los cascos están disponibles para cada trabajador, el problema es que muchas veces no los emplean. ¿De quién es la responsabilidad cuando se produce el accidente: del obrero que tiene a su alcance los medios, aunque no los emplee, o del empresario que se los pone a su disposición pero no puede estar constantemente vigilando a sus empleados? Ogarte Murias es de la misma opinión y sostiene que casi el 80% de los empleados en la obra parecen indiferentes ante la presencia o ausencia de una red de protección. «Hace años no teníamos la seguridad que hay hoy, entonces eran comprensibles los siniestros. Ahora la única explicación que encuentro es que muchos tienen un enorme desprecio hacia sí mismos». En la actualidad, la formación para los jóvenes encofradores dura ocho meses, entre teoría y práctica. De este modo, «cualquier chaval que sabe clavar dos puntas derechas ya se va a trabajar, mientras que antes se necesitaban de cinco a seis años para llegar a ser oficial», explica Pedro Fernández. Con ello ha desaparecido de las obras la figura del aprendiz y, por ende, la del maestro, figura indispensable en profesiones como la de encofrador. Ese fue, a juicio de ambos profesionales, «el comienzo del desastre». Todos estos datos pueden explicar fácilmente el enorme valor que en las obras siguen teniendo los profesionales de la vieja escuela como Ogarte Murias, que empezó con un maestro de obras cuando tenía 13 años. Ahora, su presencia es reclamada cada vez más. Como el mismo Pedro Fernández asegura: «Prefiero mil veces a dos trabajadores de 60 años que a seis de 25». Y es que, si hace una década un obrero podía construir al mes 220 metros cuadrados, ahora se alcanzan sólo los 180 metros cuadrados.
Cambios en el modelo de trabajo La falta de formación y experiencia en los nuevos encofradores que trae consigo, en la mayoría de los casos, la falta de seguridad en las obras, así como la progresiva desaparición de la figura del maestro que dirigía y organizaba las tareas, ha modificado en
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El interés profesional ha cambiado, «debido a que con poco tiempo de formación los chicos acceden a un mercado laboral con fuerte demanda de personal y bien remunerado», asegura Pedro Fernández. Ogarte Murias recuerda que «antes
había cuatro aparejadores que tenían a un hombre de absoluta confianza en la obra que les informaba de todo lo que había sucedido. Hoy día, llegan y tienen que supervisarlo todo ellos solos. Si antaño en esa tarea empleaba una hora, ahora emplean 20».
Página siguiente, arriba: Imagen de una de las obras de Pedro Fernández, situada en la calle Lepanto, barrio de El Natahoyo, en Gijón. Página siguiente, abajo: Vista del tejado encofrado sin hormigonar de una de las obras de la empresa IPRON S. A., ubicada en la calle Móstoles, de El Natahoyo.
LA EXPERIENCIA, LA HERRAMIENTA MÁS VALORADA OTRO ÁNGULO los últimos diez años el modelo de trabajo en las construcciones. Los aparejadores han sido los más afectados, según coinciden en señalar Fernández y Murias. La figura de estos profesionales a pie de obra para controlar la calidad del trabajo y la seguridad de los obreros se ha convertido en algo habitual. Ello va en detrimento del rendimiento del personal, pero tienen que estar allí para vigilar que las cosas estén bien hechas. Recuerda Ogarte Murias que «antes había cuatro aparejadores que tenían a un hombre de absoluta confianza en la obra que les informaba de todo lo que había sucedido. Hoy día, llegan y tienen que supervisarlo todo ellos solos. Si antaño a esa tarea empleaba una hora, ahora emplean 20».
Un cambio: la seguridad Otro aspecto que ha cambiado la forma de trabajar en las obras ha sido la aplicación de enormes medidas de seguridad. «Antes no teníamos red en muchas construcciones, ni casco, ni gafas... ¿Por qué entonces ahora hay más accidentes?» Los empresarios no regatean en seguridad, «les sale demasiado caro», afirma Ogarte Murias. Las bajas y la inversión en seguridad también traen consigo para el empresario el encarecimiento de las construcciones que, sin embargo, no han mermado en calidad. Más al contrario, ésta es cada vez mayor. Si la calidad ha mejorado, ha sido también porque lo ha hecho la normativa. Los hormigones se han perfeccionado considerablemente en los últimos diez años, así como los materiales, los sistemas de control y, sobre todo, los aparejadores. El resultado de todo ha sido más medios auxiliares en las obras y mayor vigilancia, que ha recaído en los aparejadores. Respecto a éstos, tanto Pedro Fernández como Ogarte Murias aseguran que está llegando una hornada de jóvenes que salen con muy buena preparación y la inexperiencia la subsanan con la convivencia que mantienen con los que han ido delante de ellos. Su tarea es coordinar y aglutinar, limar asperezas, cargar con la responsabilidad de todos los oficios de la obra, y organizarlo todo para que cada profesional que llegue se encuentre bien la tarea anterior. Hace años, recuerda Ogarte «no ocurría así, los obreros tenían una buena formación, sabían algo del resto de oficios que trabajaban a su alrededor». Y es que según una definición escuchada un día por Pedro Fernández una obra es: «Un lugar al que llega y del que se va gente, en el que sólo permanecen el aparejador y el arquitecto y que al cabo de un tiempo, inexplicablemente, se acaba». Respecto a las nuevas generaciones de aparejadores, tanto Ogarte Murias como Pedro Fernández, no tienen más que elogios. Aseguran que se trata de jóvenes que saben perfectamente cuál es su profesión y su puesto dentro del engranaje de una obra. «Llegan a la construcción, se ponen las botas y se meten en la obra como uno más», asegura Murias. Se puede decir que ha llegado un momento en este sector en el que existe un mayor nivel en los técnicos y una mayor degradación en los obreros, comenta Pedro Fernández. Y es que «hoy en día para que toda la gente trabaje a gusto, ya no vale llegar y ordenar, hay que ser algo psicólogo y saber tratar a cada uno», añade. Como conclusión, ambos profesionales reclaman para mejorar la profesión una formación para los jóvenes de ciclo completo, FP 2 y FP 3, para que su preparación sea mayor. Lo que sucede es que la fuerte demanda en el sector hace que sea urgente la mano de obra, y es que el mundo de la construcción atraviesa un momento de gran actividad, según Pedro Fernández y Ogarte Murias. Aprovecharlo y hacer de las nuevas generaciones grandes profesionales, con un empleo digno y bien remunerado, exige la colaboración de las instituciones y el sector privado. A
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ENTREVISTA
Sones mágicos y universales
José Ángel Su mirada limpia, su discurso histórico y su inquietud insaciable por aprender e investigar hacen muy amena la conversación con este gaitero que ha llevado a los rincones más insólitos del planeta los sonidos mágicos de la gaita, un instrumento de viento tan antiguo como las leyendas de la tierra que lo vio nacer. José Ángel Hevia creció escuchando muñeiras como la de Remis, que le hicieron enamorarse de este instrumento y descubrir las intrahistorias de Asturias. Después, mucho entusiasmo y aún más esfuerzo convencieron a las bruxas para que pronunciaran los conjuros del éxito y esa música de viento llegara a todos. Por Begoña Gutiérrez. Fotografías de Miguel Córdoba.
A este joven gaitero
le gusta usar en su discurso la palabra investigar y desde hace cuatro años lo ha materializado con la creación del taller-fábrica: Hevia, Parrado y Aragón, donde se hacen gaitas asturianas, irlandesas y oboes. Surgió como surgen las cosas del destino. Buscaba en Internet algún artesano que hiciera gaitas irlandesas y en una inmensa lista encontró a los hermanos Aragón y Parrado de Córdoba. Con ellos ha introducido la tecnología más puntera para la producción, pero el acabado sigue siendo artesanal, como si de una joya del viento se tratara. Pero, además, Hevia es un artista comprometido con su pueblo y con todo lo que le acontece, como el desastre provocado por el hundimiento del Prestige, que llegó a las playas asturianas. Precisamente esas playas donde se inspiraba para las canciones que después compone cual aparejador, ladrillo a ladrillo, hasta conseguir lo que él llama una buena cubierta, o lo que es lo mismo, la melodía. La primera pregunta resulta obligada: ¿encuentra alguna relación entre la música y la profesión de aparejador?
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La música cada vez se parece más a esta profesión, por la manera de engastarla. Nosotros, en el estudio, decimos que componemos ladrillo a ladrillo con los programas informáticos. Los buenos cimientos musicales acaban en una buena melodía, que es la cubierta en términos de construcción. ¿A qué se refiere cuando habla de programas informáticos? A la posibilidad de visualizar la música a través de componentes. Es como si estuviéramos construyendo un castillo de juguete en el que cada uno de los componentes tiene un sentido. Uno es el bajo, el otro la batería. Además, nos permite medir el tiempo de duración de cada uno de ellos para poder ordenar la totalidad, porque no todos tenemos una mente tan prodigiosa como el maestro Rodrigo. Aprender a tocar la gaita puede ser un poco incómodo o ruidoso para los vecinos de un apartamento. ¿Crees que los aparejadores debieran pensar en hacer casas insonorizadas? Lo que se debe hacer es dar mayor importancia y fomentar el estudio de la gaita para que las administraciones creen escuelas
ENTREVISTA
HEVIA «La crisis asturiana es tan grande que hasta los gaiteros tenemos que vivir en madrid»
El gaitero maliayo en el taller-fábrica Hevia, Parrado y Aragón, donde desde su creación, hace cuatro años, se realizan gaitas asturianas, irlandesas y oboes.
con cabinas insonorizadas para ensayar, como se ha hecho con la batería u otros instrumentos que, hasta que se dominan, resultan un poco incómodos al oído. Si no, siempre quedará la costa frente al mar donde tocar... Bueno, yo me suelo inspirar en el acantilado del Faro de Lastres, el Picu Seloriu, en Villaviciosa y los Acantilados de Bufones de Pría en Llanes, donde paso cuatro horas, o más, tocando al mar. Aunque con el hundimiento del Prestige creo que lo voy a ver tan negro que sólo me va a inspirar canciones fúnebres. Lo que ha pasado tardará años en recuperarse, yo estoy destrozado. ¿Por qué la gaita y no otro instrumento? Empecé porque era una música que mamé de pequeño y no porque hubiera un gaitero en mi familia. La escuchaba en la radio con mi abuelo, la vivía en casa y tengo mucho apego a la cultura asturiana. En mi casa siempre se habló asturiano y cuando me planteé hacer música quise aprender a tocar la gaita, porque era el instrumento con el que convivía.
¿Es necesario tener unas dotes especiales para ser gaitero? No. Hay que tener unas dotes como para tocar cualquier otro instrumento. Con un poco de sentido del oído y del ritmo, ya puedes comenzar a hacer música y, dependiendo del tiempo que dediques, podrás hacer de tu vida el instrumento, y viceversa, o podrás quedarte en animar una fiesta familiar, siendo sólo un mero hobby. La mayoría de los que empezamos en esto fue por afición, nadie se podía plantear en el año 1978 que esto pudiera ser una profesión. ¿Cuándo se da cuenta que podía convertirse en una profesión? En los años de universidad en Oviedo. Me di cuenta de que había alumnos para los que seguramente iba a ser más fácil vivir de la gaita que de la Filología. ¿ Se acuerda de cómo fue la primera escuela? Fue en Villaviciosa, con gente que estaba vinculada a los bailes. Primero tocas la gaita, la gente se lo pasa bien, uno dice que quiere tocar, vas a la casa de los artesanos para comprar una y,
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ENTREVISTA JOSÉ ÁNGEL HEVIA cuando ya son tres, les pones un bombo y tienes una pequeña banda de gaitas. Así vas creciendo y, de pronto, te das cuenta que tienes una banda. Un buen día te contrata un ayuntamiento, porque ha escuchado la banda de Villaviciosa y les ha gustado. ¿Una persona mayor puede aprender a tocar la gaita? La gente que empezó a tocar en la década de los 80 tenía una media de edad de entre 16 y 18 años. Recomiendo que se empiece con 6 u 8 años, cuanto primero mejor. Como es un instrumento que requiere un poco de esfuerzo físico, tal vez con 5 años es demasiado pronto, pero se puede empezar a tocar un puntero de prácticas o la flauta. Con 16 se puede aprender perfectamente y, aunque tuve un alumno que aprendió a tocar bien con 59 años, esto es la excepción. A partir de los 25 es raro que alguien llegue a tocar bien de verdad. Ha dejado el mundo de las escuelas, ¿no lo echa de menos? Bueno, estoy viajando de un lado a otro, componiendo, grabando discos... No tengo tiempo para llevar una escuela, pero sí me gustaría tener un grupo de alumnos aventajados, a nivel de perfeccionamiento, y formar una banda, ya no con fines profesionales, pero sí por hobby. La enseñanza fue un primer paso, muy especial, porque nadie pensaba que podríamos vivir de la gaita y, sin embargo, toda una generación pudo vivir de ello a través de la docencia. El segundo paso fue tocar en un escenario y grabar discos para ganarme la vida como intérprete. Yo lo conseguí entorno al año 1998 y dejé la docencia, pero son mis alumnos los que continúan con las cinco escuelas que, además, funcionan muy bien. ¿Esperaba tener tanto éxito con el disco Tierra de Nadie? No, no. La meta que yo tenía era vender unos 20.000 discos, pero eso no lo podía mencionar en una multinacional. Mi
meta personal era llegar ahí, porque eso me permitiría estar en un circuito de teatros, nuevas músicas, actuar con un grupo de folk y moverme en ese mundo. No me imaginaba que pudiera llegar a vender 1.750.000 copias. El disco salió en 45 países y recorrimos otros 25 durante dos años de gira. En Tierra de Nadie introduce una novedad que es el instrumento australiano didjeridú. ¿Habrá este tipo de novedades en el nuevo disco? El didjeridú es un tubo largo y hueco de tronco de eucalipto, agujereado por las termitas de forma natural, que tocan los aborígenes de Australia. Lo introdujimos en una canción, porque se parece mucho al roncón de una gaita y genera un ambiente muy especial y mágico. A mí, me gusta incorporar los instrumentos que me hacen sentir bien y que aporten algo de magia, además de convenir con la gaita, como la percusión africana, música árabe, japonesa... En realidad, todo aquello que funcione con mi discurso. ¿Cuál es su discurso? Hacer lo que me apetece. No me planteo si es lícito que una gaita esté con una guitarra flamenca, si me atrae y lo veo con buen color pues lo hago. ¿Ha nacido en ese momento en el que se vuelve a revalorizar el folk, o cree que el éxito es fruto de la perseverancia, haciendo saber que están ahí y siempre han estado? Estamos recogiendo los frutos que hemos sembrado, pero también es verdad que no sembramos para recoger esto, porque no lo soñábamos. Lo máximo a lo que podíamos aspirar era a encontrar un disco comprado en Irlanda y, sin embargo, ahora es un género que se consume. No estoy hablando sólo de cuatro o cinco nombres que se conocen, sino de una generación entera que coge
CORÍN TELLADOJOSÉ ÁNGEL HEVIA ENTREVISTA estos instrumentos en los años 70, cuando tocar la trikititxa en Euskadi, la dulzaina en Castilla o la gaita en Asturias era lo que hacía el paleto del pueblo, y a veces te lo llamaban. Por eso la puesta en valor de toda esta cultura es de hace 25 años y ahora lo conocen y lo respetan, pero si no hubiera sido por muchos gaiteros, dulzaineros... no tendríamos esto. ¿Qué diferencias hay entre una gaita asturiana, gallega y escocesa? La escocesa suena muy fuerte y la gallega es la más dulce de las tres con un sonido orientado a sonar en grupo. Mientras, la asturiana tiene un sonido condicionado por el Barroco, cerrado con una pronunciación de las notas muy marcada, un sonido un poco más agresivo que la gallega, sin llegar al de la escocesa. ¿Cómo es la relación entre los gaiteros gallegos y los asturianos? Tiene que haber rivalidad futbolística y colaboración en todo lo demás. Personalmente, tengo amistad y colaboro con muchos gaiteros gallegos y siempre tengo que decir que me he traído más de Galicia que lo que he llevado allí. ¿También fue un músico de BBC —bodas, banquetes y comuniones—? Sí, claro, toqué bastante para las bodas, banquetes y comuniones. Todavía hay alguien que viene y quiere a Hevia para la boda de la fía. Claro, cuando se casa algún amigo, suelo llevar la gaita. ¿Su labor en las escuelas era también un trabajo de nacionalismo asturiano? La gaita ha sido el instrumento ascendente por antonomasia frente a la crisis que ha vivido Asturias en otros aspectos como los deportes tradicionales e, incluso, la gaita ha ayudado a revalorizar esas tradiciones. Es más, había gente que no hablaba asturiano y se interesó por la lengua gracias a que se propuso aprender a tocar la gaita. Pero, ¿se considera el impulsor de todo eso? No, yo no me creo nada. Yo trabajo para mí, no para ninguna causa y tampoco puedo ir de héroe nacional; además, si fuera yo con una bandera enorme de Asturias donde doy conciertos, creo que no podría vender ni siquiera mi música. Pero, claro que me llena de orgullo que un japonés visite Asturias porque la conoció a través de mi música. Me gusta vincularlo a mi tierra y a mi raíz, porque además es mi materia prima y, por supuesto, todo lo que yo hago huele a Asturias, pero ése no es el fin. ¿Por qué se ha trasladado a Madrid? Por motivos profesionales, el show business está en la capital, al igual que los músicos, los estudios... y si haces una gira es más fácil salir desde Madrid que desde Oviedo. Es bastante frustrante ver hasta dónde llega la crisis asturiana, que hasta los gaiteros tenemos que vivir en Madrid.
«[...] No me imaginaba que pudiera llegar a vender 1.750.000 copias. El disco salió en 45 países y recorrimos otros 25 durante dos años de gira» ¿Cómo lleva la nostalgia? Bueno, yo soy un emigrante que salió con 28 años; entonces, es más difícil poder desengancharte. Por eso, cada quince días me paso dos o tres en mi tierra. A Hevia, fuera de los círculos de la gaita, se le conoce más por ser compañero de Cristina del Valle. ¿Le molesta? Bueno ya no somos novios, pero no me molesta porque Cristina me ayudó muchísimo en el negocio de la música, en Madrid, y en esto necesitas un contacto. Además, también estoy muy orgulloso, en lo artístico, de haber sido pareja de Cris. ¿Qué le ha aportado? Yo tenía un concepto más ligado al folk. A veces, uno sube a un escenario para demostrar que sabe tocar muy rápido y con Cris aprendí a transmitir las emociones que sientes como músico. También me enseñó a percibir el lado visual de un show, el look que tienen los músicos en el escenario, el decorado. Por eso siempre digo que yo era gaitero y Cris me hizo artista. ¿Los gaiteros necesitan unos cuidados especiales para sus pulmones? No, no nos cuidamos mucho. En la gaita el elemento que produce sonido es la lengüeta, que no se tiene en la boca, sino en la parte de delante de un fuelle que llenas de aire. Por eso, la forma en que soples no va influir en el sonido, pero sí la presión que hagas con el brazo, cómo la realices y también la presión que hagas en el muelle. En mi generación teníamos muchas lagunas en cuanto a la respiración diafragmática y nosotros soplábamos a lo burro, pero ahora sí que se enseña. Eso te puede llevar a que si no eres asmático, pero tienes propensión, lo puedas desarrollar, lo que a mí me pasa. Aparte, los fuelles hasta hace diez años eran de piel de cabrito, donde se creaba una flora de hongos, se les echaba grasa y las bálbulas eran de piel y no cerraban bien, con lo que entraba un poco de aire y hacía que rebotara hacia los bronquios. Hoy en día se utilizan fuelles sintéticos y se enseñan las técnicas de respiración, más por salud que por técnica interpretativa. ¿Cuántas gaitas tiene? Llevo veinticinco años tocando y tengo 25 gaitas. Ahora me las hacen aquí en el taller. Cuando voy de gira suelo llevar dos acústicas y tres de las midi, porque con una sobrecarga de tensión se pueden quemar. ¿Le recriminan los gaiteros tradicionales que utilice una gaita electrónica? Tiene que haber de todo, puristas que pretendan seguir manteniendo las gaitas del siglo xix y otros que quieran seguir investigando en otras posibilidades. A mí eso no me preocupa. Pero yo mantengo la filosofía de que si la tecnología sirve para mejorar, pues se debe usar la más puntera. A
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ASESORÍA
Una normativa que amplía competencias
EL APAREJADOR antes y después de la L. O. E. La entrada en vigor de la L.O.E., en mayo del año 2000, trajo consigo importantes cambios que regulan, entre otros aspectos, las obligaciones y responsabilidades de los agentes que intervienen en el proceso de la edificación. Esto incluye también determinadas innovaciones en las funciones profesionales del arquitecto técnico, de las que se da cuenta en este artículo. Por Susana Lago. • Ilustración de Rubén Megido.
Además de lo dispuesto en el Decreto de 16 de julio de 1935, que contempla la intervención obligatoria del aparejador en toda obra de arquitectura, la actual legislación, cuya normativa básica es la L. O. E., establece nuevas funciones que se atribuyen al arquitecto técnico en el proceso de la edificación. Esta ley consolida la intervención obligatoria del aparejador como Director de Ejecución de Obras —según los casos—, ya contemplada en la anterior legislación, pero otorgándole el rango legal. La L. O. E. ha venido a complementar y modificar las atribuciones profesionales del aparejador, estableciendo una delimitación ordenada de las competencias relativas a las distintas especialidades técnicas, y dentro de cada una de ellas según su grado de titulación. Esto aparece reflejado en el artículo 2.º de la Ley. Además, la nueva normativa incluye, por primera vez y de manera oficial, al arquitecto técnico como integrante de la Dirección Facultativa de Obras, en calidad de Director de la Ejecución de la Obra, si bien puede haber casos en los que puede ser Director de Obra y Coordinador. En este papel, y según establece el artículo 13 de la L. O. E., el profesional asume las siguientes competencias:
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Dirigir la ejecución material de la obra y controlar cualitativa y cuantitativamente la construcción y la calidad de lo edificado —control de calidad—. Verificar la recepción en la obra de los productos de construcción, ordenando la realización de ensayos y pruebas. Dirigir la ejecución material de la obra, comprobando los replanteos, los materiales y la correcta ejecución y disposición de los elementos constructivos y de instalaciones, de acuer-
La L. O. E. ha venido a complementar y modificar las atribuciones profesionales del aparejador, estableciendo una delimitación ordenada de las competencias relativas a las distintas especialidades técnicas, y dentro de cada una de ellas según su grado de titulación
ASESORÍA
do con el proyecto y con las instrucciones del Director de la Obra. Consignar el Libro de Órdenes y Asistencias a las instrucciones precisas. Suscribir el Acta de Replanteo o de Comienzo de Obra y el Certificado Final de Obra. Elaborar y suscribir las certificaciones parciales y la liquidación final de las unidades de obra ejecutadas. Recibir los resultados de ensayo o pruebas de servicio de materiales, sistemas o instalaciones que le han de ser entregados, obligatoriamente, por las entidades y laboratorios de control de calidad de la edificación que, además, han de prestarle asistencia técnica. Colaborar en la elaboración de la documentación de la obra ejecutada y aportar los resultados del control realizado.
En cuanto a sus intervenciones, la L. O. E. establece la siguiente clasificación: Intervención obligatoria: 1) En todas las obras de nueva construcción del llamado grupo a), establecidas en el artículo 2.º de la L. O. E.
2) En todas las obras proyectadas y dirigidas por un arquitecto que se realicen sobre edificaciones ya existentes correspondientes a los usos establecidos en el grupo a) del artículo 2.º de la L. O. E. 3) En edificios catalogados o que dispongan de algún tipo de protección de carácter ambiental o histórico-artístico,
proyectadas y dirigidas por un arquitecto, así como en las obras de carácter parcial que afecten a los elementos o partes objeto de protección.
Intervención potestativa: 1) Como componente de la Dirección Facultativa, en calidad de Director de Ejecución en todas las obras proyectadas o dirigidas por titulados de Ingeniería.
Intervención potestativa en el proyecto y dirección en: 1) Obras de nueva construcción o intervenciones en edificios existentes del grupo c), establecidas en el artículo 2.º de la L. O. E. 2) Obras de nueva planta de escasa entidad constructiva y sencillez técnica que no tengan, de forma eventual o permanente, carácter residencial ni público y se desarrolle en una sola planta. 3) Obras de ampliación, modificación, reforma o rehabilitación de edificios que no tengan carácter de intervención total. 4) Obras de demolición. 5) Obras de decoración. 6) Otras obras y construcciones que no tengan la consideración de edificaciones. En cualquier caso, los artículos 2.º, 10.º, 12.º y 13.º de la L. O. E. son los que regulan de manera específica las funciones del aparejador en materia de edificación. A
Ángulo fotográfico t Ruta turística
ITALIA un viaje de placer por la historia
[1] [2] El viaje a Italia que la vocalía de Cultura del Colegio de Aparejadores organizó entre los días 20 y 30 del pasado mes de octubre ha resultado todo un éxito. El recorrido del que pudieron disfrutar las 39 personas que respondieron a esta convocatoria fue el siguiente: Venecia, Padua, Florencia, Pisa, Siena, Asís, El Vaticano, Roma, Pompeya y Nápoles. Una excursión colegial que el vocal delegado de zona, Iván González Álvarez, califica como «un buen e interesante viaje», puesto que «hemos tenido suerte con todo: el tiempo, los aviones, la estupenda profesional que llevamos como guía, Judit, y el equipo, que, además de compañerismo, mostró gran interés y atención», puntualiza. En definitiva, una oportunidad que se brinda para disfrutar de una país con un amplio número de palacios, catedrales e iglesias, que forman una espectacular arquitectura que convive con los barrios populares de gran riqueza humana e histórica. Y, para aquellos que por un motivo u otro no tuvieron la ocasión de conocer el que fue un referente religioso y cultural de Europa, pueden aprovechar la siguiente ocasión que se les brinda desde el Colegio de Aparejadores para conocer Egipto, la tierra de los dioses. Una ruta turística que tendrá lugar a finales de mayo. Por Mónica F. Fernández.
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Página anterior: [1] La Piazza dei Miracoli es una explanada compuesta por el Batisterio, el Duomo y la famosa Torre inclinada. El Batisterio, con perfecta acústica, estuvo en construcción desde el Siglo xii hasta el siglo xiv. [2] Fotografía del grupo en la Plaza de San Pedro del Vaticano. En esta página: [3] Imagen tomada en Venecia, conocida por sus canales. La anécdota de esta visita se produjo cuando el vaporeto que transportaba a la representación colegial encalló. Los nervios de los protagonistas no se hicieron esperar, aunque todo quedó en un buen susto. [4] La Plaza de Siena fue otras de las visitas realizadas. Una ciudad que se caracteriza por su aire medieval. [5] El grupo del Colegio de Aparejadores, a la entrada de la Iglesia de San Pedro, en cuyo interior se encuentra el Moisés de Miguel Ángel. [6] Vista general del Foro romano. [7] Las ruinas de Pompeya, que está a 30 kilómetros de Nápoles, constituyen uno de los grandes atractivos de Italia.
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La puesta en marcha s Seguros premaat
La capitalización individual es ya una realidad
El pasado 1 de enero de 2003. Esta fue la fecha en la que entraron en vigor los nuevos Estatutos Generales y Reglamentos de Previsión Mutua de Aparejadores y Arquitectos Técnicos, mutualidad de previsión social a prima fija —premaat—, que cubre los riesgos inherentes a la vida de estos profesionales. La novedad: el cambio del sistema financiero-actuarial de capitalización colectiva por el sistema de capitalización individual. Por Mónica F. Fernández • Ilustación de Rubén Megido.
Por este motivo, hemos
individual de forma que, por cada mutualista, la provisión matemática disponible se corresponderá con sus derechos y obligaciones concretos.
hablado con Julio Hernández, gerente de premaat desde hace cuatro años, aunque conocedor de la mutualidad desde hace más de dos décadas, para que nos comente los aspectos más destacables de los nuevos textos y las consecuencias que de su aplicación se derivan para los mutualistas. Teniendo en cuenta que la última reforma estatutaria y reglamentaria de PREMAAT data de junio de 1999, ¿cuáles han sido las razones que han motivado una nueva regulación de la mutualidad?
La Junta de Gobierno de premaat, conocedora desde hace tiempo del propósito de la Dirección General de Seguros de establecer en el Reglamento específico de Mutualidades de Previsión Social —rmps—, publicado recientemente en el boe, como único sistema admitido para el cálculo de las provisiones matemáticas el de capitalización individual, inició al poco tiempo de entrar en vigor la reforma de 1999, estudios técnicos para poner en marcha, lo antes posible, el sistema de capitalización individual en los grupos Básico y Complementario 1.º. Trabajos que concluyeron a mediados del pasado año y que dieron paso a la propuesta presentada a la Asamblea General de Mutualistas del pasado día 29 de noviembre, resultando aprobada por una amplia mayoría, anticipándose la mutualidad al nuevo rmps, en relación con la obligación de aplicar los sistemas de capitalización individual. ¿Qué supone para los mutualistas la entrada en vigor de la capitalización individual?
Para los mutualistas de los grupo Básico y Complementario 1.º, implica garantizar con sus cuotas sus propias prestaciones, objetivo que se alcanzará plenamente al finalizar el período de tránsito previsto de diez años. La capitalización individual existía en la Mutualidad desde el año 1986 con las desaparecidas Mejoras de Jubilación, también en el grupo Complementario 2.º desde su creación en
¿Ha sido duro el proceso del cambio de una capitalización colectiva a un sistema individual?
1996 y, desde el 1 de enero de 2000, para todos los nuevos afiliados a la Entidad, incorporados al grupo 2000. ¿Podría explicar brevemente la diferencia entre el sistema de capitalización colectiva y el individual en PREMAAT?
Simplificando mucho la definición, la capitalización individual es un sistema que cubre las contingencias de una persona considerada individualmente, partiendo de sus propias aportaciones, mientras que la capitalización colectiva cubre la totalidad de los riesgos de un determinado colectivo atendiendo a la globalidad del grupo. El sistema individual tiene más garantía para el asegurado que el colectivo en cuanto a menor dependencia de la evolución y comportamiento del resto del colectivo, y, evidentemente, muchísima más solvencia que los sistemas de reparto. A la entrada en vigor de esta reforma, los grupos Básico y Complementario 1.º tienen equilibradas sus provisiones técnicas, de conformidad con los parámetros técnicos de tipo de interés, tablas de supervivencia y mortalidad, así como de cuotas y prestaciones, todo ello, bajo el sistema de capitalización colectiva del que proceden. La culminación del proceso de adaptación representará la obtención del mismo equilibrio, pero ampliado a cada situación
La dificultad de afrontar procesos de este calado, se desprende de la propia norma dictada, al establecer, a su vez, diez años para llevarla a cabo. Además, la Junta de Gobierno de la Entidad, se marcó como objetivos para realizarlo el mantenimiento del régimen establecido de cuotas que venían satisfaciendo los mutualistas y la introducción de las mínimas modificaciones posibles en el sistema prestacional. Para conseguir estos objetivos, ha sido necesario realizar un gran número de hipótesis y proyectar diversos escenarios futuros antes de llegar a la propuesta que se presentó en la pasada Asamblea General de noviembre. A los mutualistas, el cambio no les va a suponer ningún esfuerzo añadido, es decir, se realiza manteniendo el mismo régimen de cuotas previsto y se garantizan los mismos importes de prestaciones que se tenían en capitalización colectiva, salvo que las prestaciones de orfandad e hijos minusválidos pasan a ser dispensadas por el fondo de prestaciones sociales, manteniendo un carácter solidario, principio sin el cual no tendría razón de ser la existencia de las mutualidades de previsión social. Cumplida casi en su totalidad la exigencia de amortización de tablas de supervivencia, se aprovecha la misma inercia de generación de excedentes que se ha estado produciendo en los últimos años para, en los próximos diez años, alcanzar el incremento adicional de provisiones que exige el sistema individual.
Buzón de los asegurados: premaat ofrece a los asegurados resolver sus dudas a través de la revista. Los colegiados deberán remitir sus consultas por escrito al vocal de Mutua y Seguros, Rafael Riera Cadavieco.
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Seguros musaat t Mejorar la calidad del servicio
musaat compra el 55 % de indycce oct para un mejor servicio musaat ha comprado el 55 % de las acciones del Organismo de Control Técnico del Instituto de Investigación, Desarrollo y Control de la Calidad de la Edificación, indycce oct, convirtiéndose en socio mayoritario de este organismo. La compra, materializada el pasado 14 de octubre, tiene como objetivo dar un mejor servicio a los promotores, ofreciéndoles una fórmula paquete decenal, que incluye la auditoría de riesgo. Así, se agilizan los trámites para la suscripción del Seguro Decenal de Daños. Por Mónica F. Fernández.
«Esta operación mercantil de musaat no supone costo alguno de inversión a los Colegios. Para musaat, económicamente, es una inversión financiera que permitirá ofrecer la póliza junto con la auditoría de riesgo, lo que posibilita y mejora la venta del llamado paquete decenal». Con estas palabras explicaba el presidente, Alfredo Cámara Manso, la operación realizada por esta mutua. Asimismo, manifestó que la principal intención que motiva esta iniciativa es ofrecer un mejor servicio, sin que la
compra de la mayoría de indycce oct suponga al promotor la obligación de suscribir el paquete completo, pudiendo acceder al Seguro Decenal sin contratar la auditoría de riesgo con este oct. «Tampoco va a suponer ninguna limitación para musaat a la hora de tratar con el resto de octs que operan en el mercado, con los que seguiremos colaborando normalmente», matizó. La compra de indycce oct tiene otra ventaja, que es el establecimiento de una comunicación más fluida entre musaat y el
serjuteca tramita los siniestros de musaat La firma de Servicios Jurídicos Técnicos Aseguradores SERJUTECA es, desde el 1 de enero de 2003, la encargada de gestionar los expedientes judiciales de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de MUSAAT. De esta forma se consigue mejorar el servicio al asegurado.
La necesidad de contar con personas especializadas en la defensa de responsabilidad civil dentro del sector fue
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una de las principales razones que llevó a musaat a constituir, en 1999, la firma serjuteca. A esta necesidad se sumaba la postura de los reaseguradores, que planteaban la falta de empresas cuya actividad, centrada específicamente en el ámbito jurídico, se situara entre las com-
pañías de seguros y el reaseguro. serjuteca, desde su creación, ha ido afianzando su trayectoria gestionando paulatinamente un número mayor de expedientes y ampliando su área de actividad hasta alcanzar su momento actual, en el que tramita la totalidad de los expedientes judiciales de Aparejadores y Arquitectos Técnicos. Por este motivo, desde el 1 de enero del presente año, todos los expedientes judiciales de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de musaat se gestionan a través de la firma Servicios Jurídicos Técnicos Aseguradores serjuteca. La firma, integrada por personal procedente de la Mutua, cuenta con una sólida experiencia en la tramitación de siniestros de responsabilidad civil. El objetivo perseguido por la firma tiene una triple vertiente: mejorar el servicio al asegurado, constituir un equipo especializado que atienda los siniestros y conseguir una mejor defensa de los intereses de los mutualistas. Para cumplir estas premisas se creó un equipo con personal procedente de musaat con una amplia experiencia jurídica en el sector seguros. A
Momento de la firma de la compra. La
compra de indycce oct tiene otra ventaja, que es el establecimiento de una comunicación más fluida entre musaat y el Organismo de Control Técnico, lo que permitirá a la Mutua estar al tanto en todo momento de la evolución de la auditoría de riesgos y de las reservas técnicas si las hubiera.
Organismo de Control Técnico. Dispone de delegaciones en más de doce provincias españolas y en dos años prevé estar presente en el resto del país. El otc cuenta con más de 80 técnicos entre los que figuran aparejadores, arquitectos, economistas, geólogos, ingenieros de caminos, ingenieros industriales, entre otros profesionales. Además, interviene como Organismo de Control Técnico en más de 2.000 proyectos de edificación. A Organismo de Control Técnico, lo que permitirá a la Mutua estar al tanto en todo momento de la evolución de la auditoría de riesgos y de las reservas técnicas si las hubiera. El indycce oct, creado en el marco del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Málaga, cuenta desde marzo de 2001 con la auditoría de cepreven para desarrollar su actividad como
Buzón de los asegurados: musaat ofrece a los asegurados resolver sus dudas a través de la revista. Los colegiados deberán remitir sus consultas por escrito al vocal de Mutua y Seguros, Rafael Riera Cadavieco.
Piezas sueltas t Un espíritu investigador
Agustín Hevia Ballina, a pie de libro Para traducir al castellano el Compendio de Arquitectura de Marco Cetio Faventino, hay que tener un espíritu marcadamente investigador, además de un profundo conocimiento de las lenguas clásicas, que viene avalado por la licenciatura en Filología Clásica, Latín y Griego, además de Filología Trilingüe, a las que se añade Hebreo y Arameo. Agustín Hevia Ballina, sacerdote director del Archivo Histórico Diocesano, que se define como un «bibliófilo en el sentido estricto de la palabra», ha sabido aunar ambas premisas para sacar a la luz la edición de un libro que califica de «elegante y novedoso». Una experiencia extraordinaria que le ha servido para «ver con ojos nuevos» un mundo que desconocía, el de los arquitectos técnicos. Por Mónica F. Fernández. Fotografías de Iván Martínez.
«Personalmente, en tiempos del benemérito D. Enrique Rodríguez Balbín, tuve la enorme satisfacción de colaborar con este Colegio llevando a cabo la edición y primera traducción al castellano del Compendio de Arquitectura de Marco Cetio Faventino, obra de la que estoy muy orgulloso (...)». Estas palabras constituyen el extracto de una carta enviada al Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Asturias con fecha del 8 de julio de 2002. Su remitente es Agustín Hevia Ballina, presidente de la Asociación de Archiveros de la Iglesia en España, quien se había tomado la molestia de ponerse en contacto con este colectivo para interesarse por la publicación de la revista Dovela. El resto, estas líneas que siguen nos lo desvelan. Confiesa que su relación con la profesión de Aparejador, antes de sumergirse en el proyecto de la edición y la traducción al castellano del Compendio de Arquitectura de Marco C. Faventino, era nula, puesto que «no había tenido especiales contactos, salvo la lectura esporádica del texto de Vitruvio, un tratadista clásico que escribió diez libros de
Arquitectura, de donde, a su vez, nace el tratado de Faventino». Sin embargo, esa primera impresión ante lo desconocido no pudo ser más fructífera, en palabras de Agustín Hevia: «Descubrí un mundo interesante, lo empecé a ver con ojos nuevos, y me ayudó a adentrarme en aspectos que
«Desde los cuatro años me convertí ya en un lector asiduo y aficionado y, ahora, ya poseo una biblioteca con alrededor de 8.000 volúmenes de muy variada temática, abundando las ediciones antiguas de clásicos grecolatinos»
pude relacionar con nuestra arquitectura eclesiástica». Dos años, que se dice pronto, estuvo inmerso en este proyecto que surgió a raíz de la propuesta del por aquel entonces, año 1977, presidente del Colegio de Aparejadores, Enrique Rodríguez Balbín. Éste, a quien Hevia define como un hombre lleno de ideas, «llamó un buen día a la puerta del seminario para proponerme la traducción del pequeño tratado que traía debajo del brazo, en una edición inglesa y latina». A partir del momento en que aceptó el trabajo, «comenzaron la tarea de investigación, recurriendo a las bibliotecas de medio mundo y descubriendo que los dos únicos ejemplares impresos antiguos de la obra de Faventino se encontraban en la Biblioteca Nacional de París», explica el director del Archivo Histórico Diocesano. El resultado de un duro trabajo intelectual, puesto que, en palabras de su autor, «la traducción fue difícil por los muchos tecnicismos que los diccionarios no te resolvían», fue una edición espléndida que vio la luz en 1979. Consta de una erudita presentación de Enrique Rodríguez Balbín, haciendo un resumen del proceso histórico de la profesión de arquitecto técnico, seguido de una Noticia Introductoria, que ya corre a cargo de Hevia, en la que se recogen los principales manuscritos que existen del testimonio de esta obra, así como los diferentes intentos de identificación del autor de este compendio. Será a través del estudio pormenorizado de las ediciones, que casi siempre presentaron esta obra como apéndice de Vitruvio, como se llega a probar la origi-
nalidad de perspectiva de Faventino, que se orienta, sobre todo, al estudio de la arquitectura doméstica. Cabe destacar, apunta Hevia, «los hermosos apartados referentes a las traídas y prospecciones de aguas, a la orientación de los vientos y aspectos muy prácticos como la obtención de la cal y los colores o el tipo de relojes que debían colocarse como coronación a toda construcción». En una segunda parte, se reproduce la edición facsimilar llevada a cabo por Miguel Vascosan, en París, año 1540, en la que todavía se atribuye el texto de este vetusto autor a Aurelio Casiodoro. A continuación, se ofrece la primera traducción castellana de esta obra, que constituye una forma de acercamiento para aquellos que puedan encontrarse con dificultades frente a los textos latinos. Por último, la edición reproduce multitud de ilustraciones de grabados de las obras de Vitruvio, recreados con las nuevas técnicas de grabado modernas, así como los facsímiles de los diferentes códices y diversas ediciones.
Agustín Hevia Ballina, que tiene 64 años y desde su infancia ha leído todo lo que caía en sus manos, en su despacho del Archivo de la Catedral. Una estancia en la que el olor que desprenden los libros antiguos y los manuscritos se convierten en el principal punto de referencia. «Recuerdo la introducción de Balbín en el Compendio: un arquitecto técnico es el maestro de obra, el que está al pie de una obra, resolviendo los problemas que se presentan en las construcciones».
¿Qué imagen le ha quedado grabada de los aparejadores? «La que recuerdo de la introducción de Balbín en el Compendio: un arquitecto técnico es el maestro de obra, el que está al pie de una obra, resolviendo los problemas que se presentan en las construcciones». Este bibliófilo en el sentido estricto de la palabra, como él mismo se define, no alcanza a calcular la cifra de los libros que ha leído, «¡puf!, es una pregunta muy difícil de responder, porque desde los cuatro años me convertí ya en un lector asiduo y aficionado y, ahora, ya poseo una biblioteca con alrededor de 8.000 volúmenes de muy variada temática, abundando las ediciones antiguas de clásicos grecolatinos». Por ello, ostenta el cargo de director del Archivo Histórico Diocesano y
Archivo de la Catedral, forma parte, como secretario, de la Comisión Diocesana del Patrimonio Cultural y también es subdirector del Museo de la Iglesia. Amplios cometidos que une a la atención de tres parroquias de Villaviciosa —la tierra que le vio nacer—, con sendas «iglesias románicas de una gran perfección estilística, como son las de Lugás, Camoca y Valdebárcena», puntualiza. Entre sus principales aficiones, además de la responsabilidad diaria que le ocupa la atención a aquellas personas, investigadores, en su mayor parte, que acuden al archivo, junto con el trabajo de catalogación y otros aspectos inherentes a las tareas archivísticas, destaca su fascinación por el patrimonio sacro de la Iglesia en todas sus manifestaciones. A
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Piezas sueltas t Cita con la salud
«Todos, de algún modo, debemos ser vigilantes de nuestra propia salud» Carlos Martínez Merino, licenciado a los 21 años en Medicina y Cirugía por la Universidad de Santiago de Compostela, se especializó, vía mir, en Hematología y Hemoterapia en el Centro Medico Nacional Marqués de Valdecilla de Santander. En 1981 se establece en Asturias, compaginando responsabilidades en Medicina hospitalaria y ambulatoria con la actividad privada de Análisis Clínicos y Hemoterapia. Por Virginia Morán. Fotografía de Iván Martínez. ¿Qué relación tiene su actividad con el mundo de los aparejadores? Además de mi actividad profesional como médico hematólogo, mi laboratorio realiza análisis a particulares y asegurados de diversas compañías como Caser Salud, Salus, Igualatorio Médico Quirúrgico..., y tengo una parte de actividad muy importante dedicada a Salud Laboral, realizando los análisis clínicos englobados en el reconocimiento de empresa que deben pasar anualmente todos los trabajadores y siendo el sector de la construcción, con un alto índice de siniestralidad, uno de los objetivos de la nueva Ley de Salud Laboral que trata de reducirlo en lo posible. ¿ Se realiza el mismo reconocimiento a todos los trabajadores? Se trata, cada vez más, de dirigir específicamente al tipo de actividad, el reconocimiento y las analíticas correspondientes, y en este sector, el trabajo en altura, los tóxicos inhalados, como pintura, colas... y el contacto con sustancias irritantes, como el cemento, exigen un examen y una analítica concretas y, en algunas actividades, el reconocimiento debe realizarse semestralmente. ¿ Cree que los reconocimientos de empresa son un medio para prevenir enfermedades o riesgos laborales? Todos, de algún modo, debemos ser vigilantes de nuestra propia salud y el realizar
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Carlos Martínez Merino afirma: «la oportunidad que todos los trabajadores tenemos de disponer anualmente de este reconocimiento no debemos desaprovecharla».
una analítica periódica es útil para descubrir alteraciones, que podrían tener consecuencias en el futuro, y la oportunidad que todos los trabajadores tenemos de disponer anualmente de este reconocimiento no debemos desaprovecharla. Ahora bien, es importante que las pruebas analíticas sean supervisadas y los resultados inter-
pretados por médicos especialistas con el objeto de garantizar la calidad y la aplicación médica correcta de las conclusiones obtenidas. ¿Además de la analítica laboral qué otras pruebas realiza en su laboratorio? Las propias de Hematología, como controles de anemias y su tratamiento, detección de abuso de drogas, preocupante hoy por el aumento de su consumo, pruebas hormonales, ginecológicas, tiroideas y, por supuesto, las pruebas de Screening para detectar enfermedades transmisibles como las hepatitis o el Sida. ¿La medicina le deja tiempo de ocio? Como en todas las profesiones liberales, dedicamos muchas horas al trabajo y a su organización, y aunque quedan pocos momentos libres los dedico a mis aficiones favoritas que me permiten liberar tensiones mentales y ejercitarme físicamente. Desde mi juventud, practico la pesca de la trucha y la caza menor con perro, y recientemente estoy intentando jugar al golf, para en un futuro seguir manteniendo una cierta actividad física, siempre en contacto con la naturaleza. A
Piezas sueltas t Aprobación de los presupuestos de Asamblea general ordinaria El pasado día 16 de diciembre tuvo lugar la Asamblea General Ordinaria de colegiados, en el salón de actos de las oficinas de Oviedo. La aprobación del presupuesto del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos para el presente año, junto con la aprobación del acta de la Asamblea General celebrada el pasado 27 de mayo, fueron los dos puntos tratados en el orden del día. A
2003 | Estucado mejicano | La cigüeña visita el colegio Manos a la obra
Esta simpática foto cedida por Rafael Riera, vocal de Mutua y Seguros del Colegio, fue tomada en 1996, en el Hotel Mazatlán de Sinaloa, Méjico. La instantánea, con una docena de yesistas nos ahorra más comentarios. A
Clara Díaz... Mamá Clara Díaz Alonso estrena maternidad. La vocal de Asalariados del Colegio de Aparejadores será mamá de un pequeño al que bautizarán con el nombre de Emilio. Tras seis años al frente de la vocalía, Clara Díaz asegura que «durante estos nueve meses, he intentado cuidarme lo más posible, aunque sin desatender mis responsabilidades en el trabajo». Desde Dovela, le damos la enhorabuena por el feliz acontecimiento. A
Piezas sueltas t Consulta rápida y eficaz
Biblioteca informatizada en Internet
IVÁN MARTÍNEZ
En la biblioteca del Colegio se encontrarán los libros de uso más frecuente.
Los fondos del Colegio de Aparejadores se encuentran catalogados, informatizados y pueden ser consultados desde Internet, a través de www.coaatastur.es. Más de 3.000 libros, numerosas revistas corporativas y técnicas y unos 50 CDs se encuentran repartidos entre la asesoría jurídica, los archivos Cabo Noval y Rafael Gallego, el departamento técnico de control y visado y la biblioteca. El siguiente paso es que los profesionales puedan reservar el libro que deseen y recibirlo en su domicilio sin necesidad de desplazarse hasta el Colegio. Por Sonia García.
«Catalogar los fondos del colegio e informatizar la biblioteca es uno de los objetivos que se planteó la Junta de Gobierno para el presente mandato», explica el contador Manuel Argüelles, quien tras visitar las bibliotecas de diferentes colegios de España se decidió por este sencillo y prác-
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tico sistema. A través de la página web www.coaatastur.es los profesionales pueden localizar el libro, revista o CD disponible en los fondos del Colegio. Para hacer más manejable la consulta y el préstamo, en la biblioteca se colocarán los libros de mayor uso, «tales como las
normativas, los precios y otros técnicos. Así como enciclopedias de temas generales o de arte. No nos basamos en un criterio estricto, sino que pretendemos regirnos por la demanda de los profesionales. Esto nos permitirá saber qué libros se necesitan comprar o renovar», explica Argüelles. Los documentos más antiguos, algunos datan del año 1932, y otros escritos en inglés, francés, alemán... se conservarán en los archivos, «siempre a disposición de quien los solicite». Sin embargo, esta junta pretende ir más a allá y, después del verano, esperan poder presentar a los profesionales un cómodo sistema de préstamo. Entonces, los colegiados que vivan en Llanes, por ejemplo, no se verán obligados a desplazarse hasta Oviedo para recoger su libro, sino que podrán recibirlo en su domicilio o lugar de trabajo.
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[1] Una vez dentro de la página web oficial, www.coaatastur.es, los profesionales introducen su clave y encuentran el acceso directo para consultar los fondos de la biblioteca. Esta primera pantalla ofrece la posibilidad de realizar la búsqueda según el título, autor, colaboradores, tema, subtema, editorial y año de publicación. Es importante concretar en categoría si se trata de un libro, revista o CD. [2] En este caso, hemos indicado que buscamos libros que traten el tema de cálculo. [3] A continuación, vemos que hemos encontrado 12
Actualmente, sólo los colegiados pueden acceder a la biblioteca informatizada, a través de su clave de acceso. Por ello, Manuel Argüelles desea dar un paso más y «abrir la página web al público en general. Lo ideal sería contar con una serie de enlaces con otras empresas y desarrollar temas de interés como: construcción a nivel
libros que responden a este tema. En cada uno de ellos se concreta el título, autor y una sinopsis o síntesis del índice, que facilita el conocer su contenido y así acercar al colegiado a lo que está buscando. [4] En este caso, nos decidimos por el número 4: I. Estructuras. I. Cálculo, de Francisco Quintero. Esta última pantalla nos indica que se trata del número 728, la referencia por la que lo encontraremos en la biblioteca. La ficha completa del libro, así como la descripción y las observaciones son un apoyo más que facilita la consulta.
divulgativo, pasos para realizar una reforma, consejos útiles... Con el tiempo esperamos lograr esta meta y difundir nuestra profesión y las actividades del Colegio». El colegiado Aquilino Reguera dedicó muchas horas a la preorganización de la biblioteca. A continuación, y bajo la coordinación de Manuel Argüelles, Raquel
Fernández, Montse Casariego, Sandra Herrero y Dulce Fueyo se encargaron de la grabación de los datos y Urbano Pastrana de clasificarlos. El diseño de la biblioteca informatizada y su inclusión en la página web corrió a cargo de Valentín Alonso. Por su parte, Clara Álvarez es la responsable de la biblioteca. A
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Piezas sueltas t La joya bibliográfica
Allí estuvieron todos El artista estuvo allí es un libro publicado por el Colegio de Aparejadores, que consiguió unir el arte plástico y la literatura: los textos de 84 escritores y poetas asturianos, inspirados en el fiel reflejo de las construcciones rurales que el dibujante, Juan Rionda, plasmó in situ, a través de sus acuarelas. El resultado de este proyecto es una joya bibliográfica, como así la han calificado los asistentes al acto de su presentación en sociedad. Un nacimiento que es sólo un cimiento más sobre el que se asienta una magnífica obra: la de seguir promocionando la cultura a través del Colegio. Por Mónica F. Fernández. Fotografías de Iván Martínez.
«El artista estuvo allí es un libro de lujo que va a causarnos problemas de protocolo, porque habrá personalidades que se queden inmerecidamente sin él, por no ser aparejadores, por no haber estudiado nuestra bendita carrera». Con este guiño a los presentes abrió el vocal de Cultura del Colegio de Aparejadores, Pepe Monteserín, el acto de presentación de esta obra, que tuvo lugar el pasado mes de diciembre. Una apreciación nada aislada de la realidad a juzgar por un salón de actos, el del colectivo de arquitectos técnicos, que se mostró abarrotado de una multitud de personas del más variado espectro social asturiano. Las láminas del pintor y escultor Juan Rionda fueron el punto de partida para aglutinar en un libro textos de 84 escritores y poetas asturianos, residentes en la región o allegados, que fueran motivo de inspiración de lo que el artista plasmó, in situ, a través de grafitos sobre construccio-
nes rurales. El resultado de esta edición, que corrió a cargo del Colegio de Aparejadores, fue una joya bibliográfica cuyo forro es una cubierta vegetal, «un homenaje a aquel papel de cebolla sobre el que tantas horas habremos delineado, calcado, proyectado y borrado con cuchilla hasta atravesarlo», agregó Monteserín. Por su parte, Pedro Ignacio Jiménez, presidente del Colegio de Aparejadores, aprovechó su intervención para destacar «la maestría con la que fueron plasmadas en papel las construcciones asturianas», hasta el punto de que «cuando veo los cuadros, oigo el murmullo del agua, me imagino el interior del hórreo... y creo adivinar todo eso», puntualiza. Asimismo, dio las gracias a todos aquellos escritores que «con su prosa nos han transmitido aún más de lo que transmite Rionda». Este libro se enmarca dentro de la filosofía que irradia este colectivo, de servir
hablan las plumas... Si hay una idea común a los 84 escritores y poetas asturianos que han participado en la redacción del libro, a la hora de definir la iniciativa del Colegio de Aparejadores de editar El artista estuvo allí, ésa es la satisfacción de tener entre sus manos una buena obra, así como la petición de que esta iniciativa tenga continuidad . Así lo reflejaron cada uno de los protagonistas de los textos con sus palabras, que son, además, las palabras de sus ocupaciones profesionales: • Javier Lasheras, presidente de la Asociación de Escritores de Asturias: «Es la iniciativa cultural más potente, que se ha tenido en Asturias en los últimos diez años. Es un lujo para los asturianos y para todo el mundo de la construcción, en general. Me alegro de que haya habido esta colaboración de los escritores y sólo me queda esperar que haya continuación».
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como medio de transmisión de cultura, en todas sus facetas. En este sentido, su máximo responsable, Pedro Jiménez, manifestó: «Hemos heredado una tradición de nuestros anteriores compañeros, siguiendo un camino que ellos iniciaron, para mí importantísimo, como lo es el de apostar por la cultura en general, por contribuir y ayudar. Tratamos así de devolver a la sociedad lo que ella nos ha dado a nosotros». Un apoyo que se hace efectivo mediante la colaboración que el gremio presta a la Universidad y a otros organismos en pro de la cultura. Y, como broche de oro, que no deja de ser una piedra más de un edificio que cuenta con unos pilares muy sólidos, ya está preparándose otra publicación de características similares, que será presentada este año. Se trata de un libro de textos de la literatura clásica, que tienen que ver con los aparejadores, al que los fotógrafos serán los encargados de ponerle las imágenes.
• Manuel García Rubio, abogado: «Es estupendo el intento de unir dos mundos que, por tradición, se han dado la espalda. Resulta interesante escarbar en un ámbito en el que encuentras buenos escritores aparejadores y buenos aparejadores escritores, además de otras profesiones. Esto pone de manifiesto que puede ser un buen pretexto para hacer una segunda edición». • Mario Bango, periodista: «El libro es un proyecto excelente, que consigue que los arquitectos técnicos se acerquen a la sociedad, y el hecho de que se haga por medio de la cultura es magnífico. Es una forma de crear un ambiente favorable para un colectivo que tenía poca opinión en la sociedad actual». • Manuel Herrero Montoto, cirujano: Ante un proyecto de esta magnitud sólo se me ocurre decir una palabra, que suena mal, pero resume muy bien la idea: cojonuda. Entiendo que queda muy fuerte, así que lo dejo en estupenda. Como método que seguimos para escribir el texto nos presentaron, en primer lugar, la fotografía del cuadro sobre el
Momento de la presentación del libro. El presidente Pedro Jiménez (centro), el vocal de Cultura, Pepe Monteserín (izquierda) y Juan Rionda, autor del libro. El público abarrotó la sala de exposiciones del Colegio de Aparejadores, donde tuvo lugar el acto.
Los dibujos del artista, Rionda Con sus cuadros, según sus propias palabras, Rionda pretende «transmitir esa paz y sosiego que nos falta en la vida cotidiana. Que cuando alguien llega a su casa y se sienta en el sofá, tenga ante sí una pintura que le relaje». Detrás de El artista estuvo allí hay muchas hora de trabajo, si se tiene en cuenta que «llevo más de 30 años andando por el monte, viendo, observando, anotando, fotografiando...», relata el artista, hasta que «hace aproximadamente un año y medio se fraguó el proyecto que hoy ya es realidad». El libro, que parte de un trabajo de campo por toda la geografía de Asturias —prácticamente están representados todos sus concejos—, en el que se muestra una selección de las construcciones más singulares del mundo rural, está dividido en tres capítulos: el primero, destinado a hórreos y paneras; el segundo, se centra en los molinos y palomares y, por último, los palacios y las caso-
nas rurales cierran el contenido de esta edición. Abre paso a cada una de estas partes una acuarela, a la que siguen los grafitos. Explicaba Rionda, en el acto de presentación, que «pintor y montañero tienen que unir sus esfuerzos, han de hacer memoria, rebobinar, hurgar en el pasado y recuperar los blocs con cientos de apuntes, casi olvidados, en un rincón del estudio. Éste es el argumento que en su día presenté al Colegio de Aparejadores, a tra-
que íbamos a hacer el relato y, a continuación, generalmente tras visitar la zona que nos correspondió, nos pusimos manos a la obra». • Faustino Álvarez, diputado del Grupo Parlamentario Socialista: «La primera impresión, cuando tuve el libro en mis manos, fue muy buena, por su excelente calidad y su cuidada presentación. La iniciativa que ha tenido el Colegio es magnífica. Lo ha sido la idea inicial, la de unir la imaginación del escritor con el arte del pintor, y lo fue el resultado final». • Carmen Ruiz-Tilve, profesora y cronista oficial de Oviedo: «Comprobé que es una edición muy buena y exquisita, y me tragué el libro entero en muy poco tiempo. Es una tarea ejemplar la que está llevando a cabo el Colegio de Aparejadores, ya que los colegios no suelen hacer labores de estas características tan enriquecedoras. Asimismo, aproveché el acto de presentación para ver el resto de publicaciones que tenían expuestas y me he quedado gratamente sorprendida. Que 84 escritores participemos de forma altruista es maravilloso».
vés del vocal de Cultura, Pepe Monteserín, y que, en pocos días, respaldaría la Junta Directiva, con Pedro Ignacio Jiménez al frente». En definitiva, problemas de protocolo aparte, el libro es una obra magnífica que ha contado con el respaldo de una amplia representación de los diferentes ámbitos de la sociedad asturiana, que no se quiso perder este acto, porque todos, incluido el artista, estuvieron allí. A
• Fernando Fonseca, administrativo: «Si bien hay un componente subjetivo, dada por mi colaboración en el libro, sinceramente me parece interesantísimo. Una iniciativa fenomenal, que dio como resultado una buena edición, aunando la parte técnica con la humanística». • Jorge Ordaz, geólogo: «Es un libro magnífico. Una de las cosas que se deben hacer, no sólo de cara a los asociados, sino también para el resto de la sociedad. Espero que tenga continuidad». • Ricardo Labra, fisioterapeuta: «El libro forma parte de una iniciativa espléndida, muy loable. Lo ideal sería que tuviera continuidad y cada año saliese un libro semejante con otros pintores». • Francisco Manzanares, profesor de Enseñanza Secundaria: «La presentación del libro es magnífica, de muy buena calidad. Es muy divulgativo, puesto que es una forma de acercar el mundo que rodea a las construcciones de la región y el artístico a la sociedad asturiana. Queda reflejada la unión del arte plástico y la literatura».
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IVÁN MARTÍNEZ
s La colaboración de Manuel Suárez Manuel Ángel Suárez Vázquez, Arquitecto Técnico, nació en San Esteban de Pravia hace 52 años. En los años 70, trabajó en la empresa privada. En 1977 fundó el Centro de Estudios mas, dedicado a la enseñanza superior de Matemática y Física. Durante algunos años compagina la docencia con el ejercicio libre de la profesión. Es en 1981 cuando obtiene, por oposición libre, la plaza en propiedad de Arquitecto Técnico del Ayuntamiento de Soto del Barco, cargo que ostenta durante casi veinte años. A finales del año 2000, deja el ejercicio de la profesión por motivos de salud y entra a participar como socio en una promotora inmobiliaria de su familia. Entre sus aficiones han ocupado un lugar destacado la Matemática y la Lógica. Aquí, Manuel Ángel Suárez hace una sencilla exposición sobre el método utilizado para el trazado de ángulos rectos por parte de los antiguos egipcios, y su relación con el inverso de un famoso teorema.
Los arquitectos egipcios y la antigua geometría Prefacio Bertrand Rusell, en su autobiografía, recuerda una depresión que sufrió en su juventud con las palabras siguientes: «Había un sendero que conducía a New Southgate atravesando el campo, y yo acostumbraba a ir allí para contemplar la puesta de sol y pensar en el suicidio. Pero no me suicidé, porque quería saber más matemáticas». Lo que se expone en este artículo es fácilmente inteligible para cualquier persona con mínimos conocimientos de geometría elemental. Cuando surgió la idea de esta colaboración, uno de los ruegos que me hizo Pepe Monteserín fue que el artículo resultase sencillo de comprender, ya que exponer un tema de mayor rigor científico, que requiere el manejo de un lenguaje matemático formal y la utilización de conceptos con un importante nivel de abstracción, podría resultar demasiado árido. Por ello, el contenido de lo aquí expuesto tiene que ver, más que con la teoría formal de la Matemática, con las curiosidades del desarrollo histórico de la misma, en este caso relacionado con nuestra profesión ya que, como se aprecia, algunos técnicos de la antigüedad ya utilizaban en sus obras métodos geométricos prácticos en los que se encontraban implícitos teoremas que aún no habían sido enunciados —o al menos no se conoce que así fuera— y, mucho menos, demostrados. Lo que vamos a ver presenta la singularidad, aunque no carece de precedentes, de que Euclides —uno de los grandes mate-
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máticos de la antigüedad— utilizó el Teorema de Pitágoras para demostrar su inverso.
Los Arquitectos egipcios y la Proposición I.48 del libro Los Elementos de Euclides Los arquitectos egipcios, por el año 2000 a. de C., ya utilizaban un inteligente sistema para trazar ángulos rectos. Unían 12 segmentos de cuerda de la misma longitud, construyendo una soga cerrada que luego rectificaban atirantando en tres tramos de 5, 4 y 3 segmentos cada uno, formando, igual que hoy día hacen muchos operarios en nuestras obras con una cinta métrica, un triángulo rectángulo. No resulta necesario decir que se puede construir un triángulo rectángulo con otras medidas que sean múltiplos de las referidas, ya que estas últimas darían un triángulo semejante al primero. Igualmente, se podrían utilizar otras medidas, siempre que estén en la relación que exige el cumplimiento del Teorema de Pitágoras. Es dudoso que los arquitectos egipcios, igual que trazaban triángulos rectángulos con lados 3, 4, 5, comprendieran, extendiendo la relación, que un triángulo de lados 5, 12, 13 contenía también un ángulo recto. Más bien se cree que llegaron a la utilización de triángulos 3, 4, 5 por algún tipo de tanteo, ya que no se conoce ningún escrito egipcio en el que aparezca prueba mate-
Piezas sueltas mática, basada en un argumento lógico, del cumplimiento general de la relación entre los lados de un triángulo rectángulo. La intuición de los arquitectos egipcios no se ha de entender como una particularización del referido Teorema de Pitágoras que aún no conocían —Pitágoras nació en Samos, en el 572 a. de C.—, pero sí se ha de reconocer que en esta construcción yace implícita una comprensión de la relación pitagórica de los lados de un triángulo rectángulo. En todo caso, debe entenderse como una proposición inversa del citado Teorema —aquí el concepto de proposición inversa ha de entenderse en un sentido distinto al que se emplea en los tratados tradicionales de Lógica de Términos—. El Teorema de Pitágoras se enuncia: «Si ∆ABC es un triángulo rectángulo, entonces a2 = b2 + c2», o sea, una proposición del tipo «Si P, entonces Q» que no tiene, en general, por qué implicar su inversa: «Si Q, entonces P»; si bien en el caso del Teorema de Pitágoras ambas proposiciones son ciertas, ya que también: «Si en el triángulo ABC, a2 = b2 + c2, entonces el ∆ABC tiene un ángulo recto», que es lo que se encontraba implícito en la construcción de los arquitectos egipcios. No tenemos constancia de la demostración original del Teorema de Pitágoras, aunque los antiguos la atribuyen de forma unánime al citado matemático griego —algunos autores creen que para la demostración, Pitágoras utilizó la descomposición de un cuadrado en otro inferior y cuatro triángulos rectángulos iguales por un lado y, por otro, descompuso la citada figura en dos cuadrados y dos rectángulos, a partir de las cuales se demuestra el Teorema—. Sí se conocen demostraciones posteriores, entre las que destaca la de Euclides, aproximadamente año 300 a. de C., cuyo mérito radica en la escasez de elementos de que disponía. Ha de tenerse en cuenta que Euclides disponía para la demostración solamente de sus postulados, nociones comunes y las primeras 46 proposiciones, incluidos en su famosa obra Los Elementos. La demostración de Euclides se convertiría en la proposición 47 del Libro I de la referida obra. La Proposición Inversa del Teorema de Pitágoras se convirtió en la 48 del mencionado tratado Los Elementos. Me gustaría exponer, por su originalidad y belleza, la demostración de Euclides del famoso Teorema pero, por razones de espacio, no resulta posible reproducirla aquí. Sí voy a exponer la demostración que Euclides hizo de la Proposición Inversa, que es mucho más breve y que es, además, la que se halla implícita en la construcción de ángulos rectos que los arquitectos egipcios ya utilizaban hace 4000 años. Hoy existen cientos de sencillas demostraciones del Teorema de Pitágoras —algunas de las que se encuentran en muchos textos de Enseñanza Básica utilizan diferentes métodos, como la semejanza de triángulos, la descomposición de un cuadrado en diferentas figuras, o partiendo del Teorema del cateto, etc—. Sin embargo, no son tan abundantes las demostraciones de su Inversa, y quizá muchos estudiantes están seguros de su validez por entenderla, erróneamente, implícita en la demostración del propio Teorema de Pitágoras. En la actualidad, algunas demostraciones hechas por matemáticos de la antigüedad pueden resultar triviales, sin embargo, los resultados obtenidos no eran una trivialidad en aquella época, dado el nivel de desarrollo en el que se encontraba la matemática en esos momentos.
«[...] el contenido de lo aquí expuesto tiene que ver, más que con la teoría formal de la Matemática, con las curiosidades del desarrollo histórico de la misma, en este caso relacionado con nuestra profesión [...]» Proposición I.48. de Los Elementos —Inversa del Teorema de Pitágoras—. Si en un triángulo el cuadrado construido sobre uno de sus lados es igual a la suma de los cuadrados construidos sobre los otros dos, el ángulo formado por estos últimos es un ángulo recto. demostración de euclides: Suponemos que en el ∆ABC de la figura, BC2 = AC2 + AB2. Euclides traza la recta AE perpendicular a AC en el punto A, según la proposición I.11. Lleva sobre ella AD = AB, y traza CD. Vamos a probar que los dos triángulos, ABC y ACD, son congruentes (iguales). Los triángulos tienen un lado, el AC, común y AB = AD, por construcción. Además, el ángulo CAD es recto, por tanto en el ∆ACD se puede aplicar el Teorema de Pitágoras: CD2 = AD2 + AC2 = AB2 + AC2 = BC2 , de lo que se deduce que CD = BC y, consiguientemente, los triángulos ABC y ACD son congruentes —iguales— por serlo, respectivamente, sus lados (congruencia lado-lado-lado). C
B E
D
A
Como consecuencia de la congruencia —igualdad— de los triángulos, los ángulos BAC y DAC han de ser congruentes —iguales— y, dado que el ángulo DAC, por construcción, es recto, BAC ha de serlo también, como se pretendía demostrar. Como resumen se puede decir que, teniendo en cuenta el cumplimiento de las Proposiciones I.47 y I.48 del Libro I de Los Elementos, Euclides demuestra que un triángulo es rectángulo «si, y sólo si, la suma de los cuadrados de los catetos es igual al cuadrado de la hipotenusa» (condición suficiente y necesaria). A
NOTA: El ángulo BAC de la figura se ha dibujado intencionadamente de forma que no apareciese como recto, dado que de haberlo hecho así, la hipótesis de la Proposición (BC2 = AC2 + AB2) no sería tal sino la conclusión del Teorema de Pitágoras, y lo que precisamente se pretende probar es que en un triángulo en el que se cumpla que BC2 = AC2 + AB2 , tiene que tener el ángulo BAC recto.
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PIEZAS SUELTAS
Grupo de trabajo
La CONFEDERACIÓN ASTURIANA DE LA CONSTRUCCIÓN y COLEGIOS PROFESIONALES se reúnen para reconducir La motivación del encuentro el futuro de Asturias entre estos colectivos estuvo bien definida: intentar, entre todos, conducir o reconducir, a esta región, Asturias, hacia un futuro cierto y seguro. Con estas palabras expresaba Pedro Ignacio Jiménez, presidente del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos del Principado, con quien mantuvimos esta entrevista, el encuentro protagonizado por diferentes instituciones, entre las que se encontraba la Confederación Asturiana de la Construcción. Las siguientes líneas dejan al descubierto las sanas intenciones perseguidas. Por J. M. Formosel
Tengo conocimiento de que en el mes de noviembre tuvo lugar una reunión en un conocido restaurante de las inmediaciones de Oviedo, a la que asistieron la Confederación Asturiana de la Construcción —C. A. C.— y los presidentes de los Colegios Profesionales más directamente relacionados con el sector de la construcción y obras públicas. Explíquenos el motivo de ese encuentro y el porqué de que no haya trascendido. La no trascendencia en modo alguno tiene que ver con el ocultismo. Posteriormente, hemos tenido otras reuniones y siempre en lugares céntricos y, por supuesto, públicos. Efectivamente, esa reunión existió y el motivo no era otro que la honda preocupación que, desde nuestras instituciones, sentíamos y seguimos sintiendo por el futuro de la región, que vemos incierto o, al menos, no suficientemente planificado ni a corto, ni a medio, ni a largo plazo. ¿Puede decirnos qué colegios estaban representados y cuál era, aparte de la preocupación que sienten, el fin último o, al menos, primordial del encuentro? No creo desvelar ningún secreto, ni traicionar acuerdo alguno al decirlo; además de la Confederación Asturiana de la Cons-
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trucción, asistieron el Colegio de Ingenieros Industriales, el Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales, el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos, el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, el Colegio de Arquitectos, el Colegio de Geólogos, el Colegio de Ingenieros de Minas, el Colegio de Ingenieros Técnicos de Minas y el Colegio de Ingenieros Agrónomos. En una reunión posterior, se unieron el Colegio de Ingenieros de Obras Públicas y el Colegio de Ingenieros Topógrafos. Me pregunta por el fin último o primordial, que es, y no puede ser de otra manera, que juntos —y lógicamente faltan algunos que no dudo se integrarán—, estructuremos un grupo de trabajo, que pueda ofrecer a la sociedad asturiana y a sus instituciones: informes, propuestas en concreto y colaboración siempre en nuestras áreas de conocimiento. La motivación es clara y única: intentar, entre todos, conducir, o reconducir si fuera preciso, a nuestra región hacia un futuro cierto y seguro. ¿No puede pensarse que lo que intentan es formar un grupo de presión? No, y eso quedó muy claro en nuestra reunión. Observe que he hablado de un grupo de trabajo y no de un grupo de opinión.
PIEZAS SUELTAS
Imagen de la reunión mantenida entre Colegios Profesionales y representantes de la Confederación Asturiana de la Construcción.
«Creemos que podemos y debemos aportar al futuro de Asturias nuestro análisis de lo que entendemos conveniente o necesario y ponemos a disposición de este fin nuestros expertos, nuestros gabinetes, nuestras instalaciones y todo aquello que nuestras instituciones, incluso a nivel nacional, puedan aportar»
Somos miembros de corporaciones de derecho público y, por tanto, apolíticos. Cada colegiado tiene su opinión, pero piense que los reunidos en esa comida de trabajo representábamos —y no estábamos ni mucho menos todos— a más de diez mil profesionales altamente cualificados, a los que, si bien no se nos ignora, sí es cierto que no se cuenta con nosotros, y creemos, al menos lo creo yo, que ese lujo no se lo puede ni debe permitir una autonomía uniprovincial de un millón de habitantes. Que los políticos hagan política nos parece bien, es lo suyo, que los sindicatos actúen como agentes sociales, lo entendemos, pero que a la hora de planificar infraestructuras de todo tipo, planes de viviendas sociales o no... se escuchen nuestras voces y nos consulten, es lo menos que debería ocurrir; en bien, repito, de un futuro que es de todos los asturianos y, fundamentalmente, de aquellos que van a heredar lo que sepamos dejarles. Esto nos lleva a pensar que son conscientes de que existen cosas que no se están haciendo o no se han hecho bien, ¿no? Así es, y vemos con preocupación que, a nuestro juicio, se establecen prioridades que debieran ser estudiadas con más detenimiento. En estos asuntos, podíamos tener algo que decir si
los gobiernos de turno, del cariz político que sean, quisieran consultarnos o, mejor aún, entendieran que no sería malo que lo hicieran. La mejor muestra de que a nuestro grupo de trabajo no le mueve ningún interés político, es que el acuerdo final, que se tomó por unanimidad, fue no dar a conocer ni nuestra preocupación, ni nuestro interés en ofrecernos a la sociedad asturiana, hasta pasadas las elecciones, tanto municipales como autonómicas. Eso sí, seguimos trabajando. Por último, ¿creen en el futuro de su grupo de trabajo? Naturalmente que creemos en ello, cómo si no le íbamos a dedicar trabajo y esfuerzos. Somos presidentes que tenemos la responsabilidad de dirigir nuestros colectivos. ¿Cómo si no vamos a aunar criterios y a formar una piña de colegios que, a veces, y no pocas, tenemos conflictos por distintos motivos? Creemos que podemos y debemos aportar al futuro de Asturias nuestro análisis de lo que entendemos conveniente o necesario y ponemos a disposición de este fin nuestros expertos, nuestros gabinetes, nuestras instalaciones y todo aquello que nuestras instituciones, incluso a nivel nacional, puedan aportar. Ponemos a disposición nuestro trabajo, sólo necesitamos que alguien entienda que puede ser positivo. A
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NUEVAS CARRERAS
Una titulación más
INGENIERÍA DE MATERIALES Una alternativa profesional La tecnología forma parte de nuestras vidas, no podemos evitarlo, ni debemos, puesto que, si sabemos cómo utilizarla, se convierte en una gran aliada. El reto de una arquitectura sin fronteras
El desarrollo de los materiales a través de la historia ha sido tan importante que, incluso, las diferentes etapas de la evolución del hombre llevan el nombre del material de uso predominante durante su época. Así, por ejemplo, existe la Edad de Piedra o la de Hierro, entre otras. Uno de los campos donde más se ha propiciado el desarrollo de los materiales ha sido en el de la construcción, lo cual se ve reflejado en los grandes avances de culturas tan importantes como la mesopotámi-
ca, donde la utilización del ladrillo permite ensayar en las construcciones dos formas arquitectónicas de gran desarrollo posterior, como son el arco y la bóveda; y lo mismo ocurre con la romana, en la que se implantaron los importantes sistemas de acueducto.
Una herramienta necesaria La revolución tecnológica de los nuevos materiales, manifestada en el último cuarto del siglo xx, junto a los avances de la
microelectrónica, han puesto de manifiesto la necesidad de crear una titulación específica como es la Ingeniería de Materiales. Esta carrera se ocupa de la transformación y aplicaciones de los materiales, del estudio de sus propiedades físicas y químicas para su procesamiento industrial, en la fabricación de procesos útiles, así como del comportamiento de dichos materiales en el medio donde actúan. En el terreno de la Aparejaduría, los nuevos desarrollos arquitectónicos y civiles
NUEVAS CARRERAS
recibe un poderoso estímulo a partir de las transformaciones que se suceden constantemente en cuanto a enfoques, técnicas y herramientas en el ámbito del diseño arquitectónico. Dos de estos instrumentos tecnológicos son la digitalización y la reprografía digital. También el envío, prácticamente inmediato, de archivos a distintos lugares se incluye entre los avances técnicos aplicables a la arquitectura, capaces de producir unos resultados, hasta no hace muchos años, impensables. Por Susana Lago.
Una profesión al servicio de la sociedad Antonio López Collado es estudiante de Ingeniería de Materiales en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Además, está realizando un proyecto sobre recubrimientos de acero, para hallar el modo de aumentar su resistencia a la abrasión y al desgaste. Aplicado al ámbito de la Arquitectura Técnica, ¿qué necesidades cubre esta actividad profesional? Cubre realmente todo el ciclo industrial en el que el material está implicado, su obtención, su diseño, su conformado, su puesta en servicio, la programación de las inspecciones a las que debe ser sometido, la toma de decisiones sobre su reparación o su rechazo. ¿Qué salidas profesionales ofrece esta titulación? Entre los campos de actividad del Ingeniero de Materiales se encuentran: el control de calidad de materiales, desarrollo de nuevos procesos de fabricación y mejora de los existentes, análisis de fallos en servicio de componentes, así como el desarrollo de nuevos materiales. ¿Podría citar algunas de las aplicaciones de esta rama a la vida cotidiana? El desarrollo de plásticos con mejores propiedades mecánicas y un menor peso, así como de nuevas fuentes de energía renovable; la aplicación de nuevos materiales compuestos en elementos estructurales de aviones comerciales que permiten ahorro de peso y, por tanto, de combustible; desarrollo de nuevos sistemas de frenado para automóviles, de materiales con
impusieron la necesidad de tomar controles, con el fin de asegurar la durabilidad de las obras, lo que enlaza directamente con el conocimiento y la investigación de los materiales ya existentes y también de los nuevos. No obstante, «parece conveniente
altas prestaciones a elevada temperatura como medio de mejorar rendimientos de motores, y, por citar algo que está de actualidad, y en lo que un Ingeniero de Materiales tiene mucho que decir, se podría comentar la importancia de conocer cómo se va a comportar el acero del que está construido el casco del Prestige, ahora que está a 4.000 metros bajo el mar: ¿será capaz de soportar las presiones a las que está sometido por encontrarse a esa profundidad?, ¿se favorecerá la formación de nuevas grietas mediante fenómenos de corrosión en el acero? Éstas son algunas de las muchas aplicaciones a las que da cobertura la Ingeniería de Materiales.
[1]
[3]
ampliar el ámbito de los materiales básicos que integran esta nueva ingeniería, con una mayor orientación hacia el sector de la construcción, que inicia un período de desarrollo tecnológico de nuevos productos que satisfagan los requisitos
[2] [1] Superficie de fractura obtenida con microscopio electrónico de barrido, en la que se muestra el modo de fractura intergranular. [2] Micrografía de material compuesto. [3] Diagrama de fases Aluminio-Cobre.
básicos que demanda la sociedad en sus viviendas, y ante los retos derivados de la futura aprobación del Código Técnico de la Edificación». Así lo señala Carlos Aymat, jefe del Gabinete Técnico del Consejo de Arquitectura Técnica. A
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REPORTAJE
El visionario Fray Antonio de Villacastín
Ha pasado a la historia como el aparejador que llevó a cabo uno de los proyectos más ambiciosos de la arquitectura española: el Monasterio-Palacio de El Escorial. Fray Antonio de Villacastín fue un digno representante de la mentalidad renacentista. Su mente abierta y su espíritu inquieto le llevaron a interesarse por numerosos campos del saber: el Arte, las Matemáticas y la Filosofía, entre otras áreas. Además, ideó un nuevo método organizativo de entender la profesión de aparejador. Por Laura Lanza. Fotografías de Juan Luis Misis.
RETRATO DE UN En la sociedad actual
no habría que confundir erudición con sabiduría. Mientras la primera sólo ofrece respuestas a las preguntas pequeñas, la segunda es la que realmente se aproxima a los grandes misterios que comparte el vivir. Fray Antonio de Villacastín era un hombre sabio y no lo era por viejo, aunque noventa años acumulando experiencia pudieron dar mucho de sí, sino por toda su trayectoria profesional vinculada a la construcción del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, el principal monumento arquitectónico español de la Edad Moderna. Pero, Villacastín era también un erudito y no se debía sólo a su condición de hombre experimentado, sino a su vocación de maestro, de divulgador de un arte difícil que él acercaba con palabras sencillas y certeras a la sociedad. Multitud de excelentes artífices, trazadores, canteros, carpinteros, ensambladores, albañiles, pintores, bordadores y otros cien ingenios, artes y oficios se criaron, hicieron y consumaron su aprendizaje en las obras de El Escorial de la mano de Villacastín.
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Fray Antonio de Villacastín, según su nombre en la Orden de San Jerónimo, o Antón Moreno, conforme al recibido en el bautismo, nació en Villacastín, provincia de Segovia, sobre el año 1512. Su histórico triunfo en El Escorial, en el siglo xvi, le convirtió, sin duda, en el ciudadano más famoso de Segovia, más incluso que el mismísimo acueducto que atraviesa la ciudad. Y ésa es una línea que siempre constará en sus credenciales, escrita en letras mayúsculas, subrayada y en color dorado. Sin embargo, Antonio de Villacastín pasará al recuerdo también por una vida personal llena de un contenido especial y marcada tanto por su peculiar manera de entender el trabajo, como por su incondicional dedicación al servicio de Dios. Cierto es que, a pesar del paso de los siglos, la figura de Villacastín siempre se mantendrá en el recuerdo, pero llena de interrogantes. Preguntas a las que que ni siquiera sus propias memorias pueden dar respuesta. En éstas, simplemente, se habla de aquellas noticias que constan en los documentos oficiales, pero
«No se realizaba nada en El Escorial sin que Villacastín diera su consentimiento»
DESCONOCIDO carecen de relevancia aspectos personales, anécdotas vivas y reales que dieran a conocer las cualidades físicas y morales del individuo, sus condiciones para el trabajo, su genio y habilidad artística y otros aspectos que contribuyen a reforzar la imagen verdadera de una persona.
Un viaje sin retorno De padres honrados, huérfano muy joven, con una hermana menor y un hermano bastardo, Antonio de Villacastín quedó al amparo de un tío suyo con quien aprendió a leer y escribir hasta que, por iniciativa propia y considerando, a su juicio, que «se bastaba a sí mismo», sin despedirse de nadie, se marchó de casa. Después de varios tratos y lances, llegó a los pocos días a la Imperial Toledo donde, según cuentan sus memorias, durmió la primera noche al raso, defendido de las inclemencias del tiempo por una mesa de la plaza del Zocodover. Allí se unió, al día siguiente, con un maestro asentador de ladrillos
y azulejos, y humilde, sin aspiraciones, conoció este oficio contento y satisfecho. El ilustrador y cronista de la orden de San Jerónimo, Fray José de Sigüenza, quien mejor llegó conocer a Fray Antón, como prefería que le llamasen, revela que ya desde aquellos tiempos se entreveía su vocación religiosa. «Los días de fiesta no salía y nunca se dedicó a hacer travesuras, sino que su vida giraba en torno a la obediencia, el sufrimiento, la clausura, la pobreza y la castidad», revela. Durante este período, su amo se convirtió en su padre, maestro y amigo con el que conoció los entresijos de su profesión durante varios años hasta que, teniendo aproximadamente veintisiete, pensó en hacerse religioso. En un primer momento, se acercó al Monasterio de San Francisco, pero le dijeron que tenían muchos frailes y, posteriormente, fue admitido para religioso lego corista en el convento de la Sisla, de la Orden de San Jerónimo, donde ya era
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REPORTAJE FRAY ANTONIO DE VILLACASTÍN
La obra de El Escorial: su gran legado
Desde Cerceda a Zarzalejo, por carretera, cruzando el río Guadarrama y el pantano de las Nieves se llega hasta el centro mismo de lo que a mediados del siglo XVI fue la expresión del sueño político de un monarca, Felipe II: el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, una de las maravillas arquitectónicas de España. En los últimos años ha cambiado la opinión sobre Felipe II. La tenebrosa imagen forjada por la leyenda negra de su severidad y secretismo, ya no es aceptaba al parecer de los nuevos eruditos. Cierto es que quedan todavía aspectos poco claros del comportamiento de este rey renacentista, pero los últimos historiadores han desencadenado una serie de alabanzas
verdaderamente asombrosas y presentan al monarca «como el prototipo que supo aunar lo mejor del Renacimiento con las cualidades del más acendrado cristianismo». Su amor a la naturaleza, sus entrañables afectos familiares —en especial a sus dos hijas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela— y, sobre todo, su protección a las artes y las letras representan buena prueba de ello. Esa obsesión por el arte le decidió a buscar un nuevo emplazamiento para su corte, hasta entonces itinerante por los alcaldes de Madrid, Toledo y Segovia. Era el 10 de agosto de 1557 y Felipe II hizo la promesa de que si vencían la batalla levantaría un monasterio en honor del mártir de ese día, San Lorenzo. Otro de los motivos
que le llevó a embarcarse en tan magna empresa fue el deseo de su padre, Carlos V, de tener un lugar digno de enterramiento, un mausoleo en el que reposaran los restos de todos los descendientes de la dinastía austríaca. A partir de estos pensamientos iniciales, Felipe II ordenó buscar unos terrenos adecuados para ello y la comisión de búsqueda escogió El Escorial, una localidad de apenas 100 habitantes, por la bondad de sus aguas, la calidad del clima y la cercanía de las canteras. De este modo, el 23 de abril de 1563 se coloca la primera piedra y se dio por terminada la obra, en lo esencial, en 1584. El monarca no buscó grandes maestros para su ejecución, sino artistas que sacrificaran su protagonismo personal al colosal proyecto, que debía reflejar la concepción arquitectónica del propio rey. Principalmente, cuatro hombres extraordinarios intervinieron en este edificio: Felipe II, Juan Bautista de Toledo, Juan de Herrera y Fray Antonio de Villacastín. El propio Felipe II se encargó de supervisar en persona los planos del que sería su gran legado para la posteridad y, en palabras del propio rey, el lugar debería ser «un palacio para Dios y una choza para él». La idea del monarca era levantar un conjunto que fuera al mismo tiempo iglesia, palacio, monasterio y enterramiento real. Así, teniendo en cuenta las numerosas consultas realizadas a otros arquitectos italianos y españoles, hay que considerar que la obra de El Escorial es una emanación particularísima del carácter del monarca. El Escorial no puede considerarse obra de un solo arquitecto, sino fruto de una compleja colaboración entre dos proyectistas: Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera. Comenzado por Juan Bautista de Toledo, fue Juan Herrera quien se hizo cargo de la construcción a la muerte de éste, dando al edificio sus principales características. De esta forma, a Toledo le corresponde la
Los historiadores afirman que su nombre marcó un antes y un después dentro del trabajo de los conocido por algunos trabajos que en él había hecho. Era el año 1539. Desde ese momento, Antón consagró su vida «inculpable, sencilla y santa» a una vocación religiosa «ejemplarísima». En este camino, los cronistas de la Orden de San Jerónimo recuerdan que «siempre se mantuvo por una senda muy segura, sin altibajos ni extremos, obediente como un cordero sin melindre ni ostentación». Por otra parte, conforme al espíritu inquieto de los hombres del Renacimiento, Fray Antonio dedicó su vida a otras discipli-
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nas como la lectura, la filosofía y, sobre todo, el arte. En concreto, a la construcción de El Escorial, obra a la que dedicó la mayor parte de su vida hasta su completa culminación. Comenzó su desarrollo profesional, inicialmente, con los frailes de la Sisla, quienes aprovecharon sus conocimientos en varias casas de la Orden y, posteriormente, en Yuste, donde arregló las habitaciones que sirvieron en su retiro al emperador Carlos V. Fue en ese momento cuando Felipe II tuvo conocimiento de su «excelente» trabajo como aparejador y como reconocimiento a su labor, por encargo y orden del monarca y de sus
FRAY ANTONIO DE VILLACASTÍN REPORTAJE
El Escorial, la obra por excelencia del Renacimiento español, donde la intervención de Fray Antonio fue determinante.
disposición de la planta general y la mayor parte de las trazas, mientras que Herrera, cuando se hizo cargo de la dirección de las obras escurialenses, modificó algunas de sus técnicas constructivas, completó las techumbres y construyó la monumental fachada occidental, la gran basílica de planta centralizada y el templete del patio de los Evangelistas. Tampoco hay que olvidar la importancia de los maestros de obra y aparejadores como Fray Antonio de Villacastín, Diego de Alcántara o Juan Minjares. La razón, la simetría, el equilibrio y el estudio de las disciplinas de la antigüedad rigieron la construcción, así como otras características del recién inaugurado estilo
herreriano: el predominio de los elementos constructivos, la ausencia decorativa, las líneas rectas, los volúmenes cúbicos y las formas geométricas simples, pirámides, cubos y esferas se conjugan a la perfección en este edificio. A partir del final de la obra, El Escorial fue objeto de continuas reformas y reconstrucciones. Así Felipe III inició la construcción del Panteón, Felipe IV lo terminó y enriqueció la colección de pintura, Carlos III ordenó la urbanización del lugar, construyendo las casas nuevas de la Lonja y las casitas del Príncipe y el Infante, y a Carlos IV se le debe la remodelación de la fachada norte y la decoración del Palacio de los Borbones.
Posteriormente, en los siglos xix y xx, con las leyes desamortizadoras, los bienes del Monasterio pasaron a manos de la corona. El Monasterio se destinó a diferentes usos religiosos hasta su adscripción a los monjes agustinos en 1875. En la actualidad, el Monasterio mantiene su esencia herreriana como principal monumento arquitectónico español de la Edad Moderna, representativo del Siglo de Oro, y encierra uno de los fondos bibliográficos más ricos y valiosos del mundo. En total, recoge cerca de 45.000 impresos de los siglos xv y xvi, y más de 5.000 manuscritos árabes, latinos y castellanos.
aparejadores y que, a partir de ese momento, se rompió definitivamente con el viejo modelo gremial superiores, Fray Antón fue reclamado para participar en la edificación de San Lorenzo.
Un arte propio Especialmente dotado para la organización, dirección de obras, capacidad de trabajo, devoción y entrega de la buena marcha, economía y calidad de las obras, estas virtudes le hicieron acreedor de la confianza del monarca, hasta tal punto que las memorias de Sigüenza sobre la fundación del monasterio afirman que «no se realizaba nada en El Escorial sin que Villacastín diera su
consentimiento». Todos los historiadores le llaman «obrero mayor, obrero general», ya que todos los trabajadores acudían a él: «A todos entendía, componía, concertaba y despachaba con seguridad y destreza». De esta forma, en estos años de edificación, su parecer era siempre oído en las consultas y más de una vez prevaleció sobre todos los demás, en parte por su modo claro de ver las cosas y los grandes conocimientos con que le había enriquecido la experiencia de tantos años, como por el respeto que le tenía Felipe II, que siempre tuvo gran familiaridad con el jerónimo. No
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REPORTAJE FRAY ANTONIO DE VILLACASTÍN obstante, el carácter austero y desabrido de Villacastín era poco propicio a las amistades, aunque éstas fueran con personas de elevada jerarquía. Y es que el cronista Sigüenza recuerda que era un hombre de «muchas obras y pocas palabras, muy recto, severo y de carácter grave y nada festivo.» Esta manera peculiar y organizada de trabajar propició el desarrollo de una nueva forma de concebir y entender la profesión de aparejador, caracterizada por vivir el desarrollo de la obra desde sus comienzos hasta la colocación de la última piedra, y por unir las figuras de jefe de obra con la de director facultativo de su ejecución material. Dicen los historiadores que su nombre marcó un antes y un después dentro del trabajo de los aparejadores y que, a partir de ese momento, se rompió definitivamente con el viejo modelo gremial. Después de su dedicación incondicional, Fray Antonio de Villacastín vio cumplido su deseo de contemplar totalmente concluida la edificación del grandioso monasterio y estuvo presente en el acto público y solemne del asentamiento de la última piedra, el día 13 de septiembre de 1584.
A pesar de escasear la documentación sobre Fray Antonio, sus construcciones son un fiel reflejo de su persona. Así como las obras realizadas para recordarle, como el monolito ubicado en la carretera que comunica Segovia con Madrid.
Cumplido su sueño y 19 años después, con el recuerdo unido para siempre a San Lorenzo El Real, falleció el 4 de marzo de 1603. Tenía 90 años y padecía una severa ceguera. Se le sepultó, en cumplimiento de un deseo suyo, a la puerta de su celda, donde aún pasados muchos años, por respeto a sus virtudes y memoria, no se ha instalado en ella ningún otro religioso. En la losa se puso la siguiente inscripción: «Fray Antonio de Villacastin, director de esta fábrica real. Aquí yace sepultado ante la puerta de su celda. Murió nonagenario. Día 4 de marzo de 1603». Ahora, siglos después, perduran en Villacastín varios recuerdos del ilustre monje: un busto que se puede ver en el Ayuntamiento, el nombre del colegio y el monolito a su memoria, que se puede ver en la carretera que comunica Segovia con Madrid. A
De mala uva, nada
FACETAS
Daniel CACHÓN GONZÁLEZ cultivador de viñedos De los 600 litros que producen, Daniel explica con ironía que «la verdad es que no los bebemos todos, pero siempre vienen los amigos a llevar, las reuniones familiares... ya se sabe».
Si se le pregunta de dónde surgió su afición por los viñedos, por aquello de la tradición familiar o por la curiosidad innata, responde que no le tocó elegirla, sino que «le vino impuesta, fue una obligación». Sin embargo, el hecho de que subraye que empezó a comer uvas antes que a dar el primer paso y de que allá por la década de los 70 desayunaba un pote de berzas regado con el vino cangués, no deja de ser una primera aproximación del entusiasmo y el empeño que pone en sus labores al frente de los viñedos. La fotografía y las rutas de montaña cierran el cómputo de las aficiones de este aparejador de Puenticiella, o sea, de Cangas del Narcea. Por Mónica F. Fernández. Fotografías de Iván Martínez. NÚMERO TRES DOVELA 61
FACETAS DANIEL CACHÓN GONZÁLEZ
Daniel Cachón subraya que empezó a comer uvas antes que a dar el primer paso y, añade, que en la década de los 70 desayunaba un pote de berzas regado con el vino cangués
El aparejador Daniel Cachón, que actualmente trabaja en la Dirección General de Arquitectura y Vivienda, aprovecha los fines de semana que tiene libres para acercarse a Cangas del Narcea, la tierra que le vio nacer hace 40 años.
¿Por qué motivo se decantó por la carrera de Aparejador? Porque me gustaba. Desde siempre me llamó la atención la construcción y, además, mi padre trabajaba en el sector, haciendo casas por los pueblos —puesto que no se pedían proyectos—, antes de entrar en la mina; de hecho, él fue quien construyó esta casa en la que estamos ahora. ¿Qué recuerdos conserva en su baúl particular de la época de estudiante en la Universidad Politécnica de Madrid? La gran competencia que existía, lo mucho que había que estudiar y, por último, las cañas que tomábamos por Madrid, que no dejan de ser un buen recuerdo. ¿Se acuerda de cuál fue el primer trabajo que hizo como aparejador? Una nave para curar jamones, como jefe de Obra, además. Si tuviera que hacer memoria y hacer un repaso de su currículum profesional, ¿qué obras no podría dejarse en el tintero?
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DANIEL CACHÓN GONZÁLEZ FACETAS ¿Qué media anual de litros de vino barajan en su producción? Este año, calculo que unos 600 litros. ¿Cómo se comercializan las cepas? Se vendían por cuarterones, 25 cepas, y eran plantas que tenían una poda como mínimo. En mi casa, cuando se plantaba el vivero la mayor parte era de encargo, aunque la mencía, negrera y blanca-extra siempre se vendieron bien.
Ahora que están tan en boga los controles de alcoholemia... tendrán que echar mano de los amigos para acabar con tantos litros, ¿no? La verdad es que no los bebemos todos, pero siempre vienen los amigos a llevar, las reuniones familiares... ya se sabe. ¿Qué situación, en general, vive el cultivo de la vid en Asturias? No sé si empezará a repuntar, porque
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FACETAS DANIEL CACHÓN GONZÁLEZ
Daniel, junto a su padre, Fermín Cachón García, mientras saborea el vino en un típico cacho de la zona.
se han plantado nuevas vides, pero cada vez hay menos, porque no hay gente que las trabaje. Necesitan que estés al lado de ellas y mucha dedicación. Además, económicamente, no compensa. De todo ello se deduce que le gustan los vinos... No, te digo la verdad, a mí el vino tiene que gustarme y no sentarme mal, y ese puede ser buen vino para ti, aunque a otro
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no le guste. El vino que es bueno, puede gustarte o no, pero te sienta siempre bien, mientras que el vino malo te marea enseguida y te deja un tremendo dolor de cabeza para el día siguiente. Pero es todo cuestión de gustos, puede ser bueno y muy caro y tú no dar nada por él. A la gente de los pueblos le das caviar y no lo quieren, sin embargo, les gusta los huevos fritos.
¿Qué valor cultural le atribuye al vino? En Cangas del Narcea, el valor del vino es como el de la sidra en Asturias. El cacho en las bodegas estaba y está a la orden del día. De hecho, cuando se hacía el vino los vecinos iban visitando cada bodega y comentando la calidad de las cosechas. En su opinión, ¿en qué momentos de la vida no debe faltar un tinto a la mesa? En todas las comidas, incluido el desayuno. Recuerdo cuando tenía 17 años que, antes de ir a ayudar a mis padres a trabajar, madrugábamos y comíamos un pote de berzas y lo acompañábamos de un vaso de vino, eso sí, sin que se enterara mi madre. Además, habrá mucha gente que presume de ser una buena catadora de vinos y sus conocimientos se resumen en las etiquetas, ¿o no? Efectivamente, hay personas que no entienden de vinos y dicen que uno es buenísimo y, si les cambias la etiqueta, ya no saben de cuál se trata. Poca gente hay que conozca el vino de verdad. Le veremos jubilado aquí... No creo, puedes tener unas parrinas, pero nada más, porque necesitas tener la madera y la viña, si la abandonas, se muere, así que debes renovar, conservar... Es muy sacrificada. A
Desarrollando proyectos
FACETAS
José Manuel CUERVO FERNÁNDEZ Alcalde de Cangas del Narcea José Manuel Cuervo Fernández nació en Robledo de Valledor, un pueblo de Pola de Allande, hace ahora 54 años. Tras cursar los estudios de Bachiller Superior en el Instituto San Juan Bautista de Corias, en Cangas, obtuvo el título de Arquitecto Técnico por la Universidad Politécnica de Madrid, alcanzando posteriormente una plaza de funcionario como profesor de enseñanza media. Actualmente, ostenta el cargo de Alcalde de Cangas del Narcea por el PSOE, puesto que estrenó allá por el año 1983. Estudió la carrera de Aparejador. ¿Por qué esa profesión: tradición familiar o iniciativa propia? Por propia voluntad, ya que no existían precedentes en el desarrollo de esta actividad en mi familia. Una vez concluido el bachiller, había que optar por una carrera, a partir de las ofertas del momento. Me resultaba atractiva y era una actividad que me gustaba. Es una de esas profesiones en las que ves cómo una idea se desarrolla, se convierte en algo práctico, y esa es mi forma de estar en la vida: teniendo ideas para que se hagan realidad al servicio de los ciudadanos. ¿Tiene algún punto de conexión el ejercicio de arquitecto técnico con el del ámbito de la política regional? La política regional desarrolla también ideas, construye el bienestar de los ciudadanos. ¿Echa de menos la práctica a pie de obra? Sí, aunque desde la gestión de alcalde participo en la actividad constructiva a otro nivel, lo cual en cierta manera suple ese contacto con la profesión que a uno le gusta. Permite seguir las obras promovidas desde el Consistorio. ¿Qué balance político, económico y social hace del concejo de Cangas del Narcea desde su puesto como alcalde? La perspectiva que me da el haber estado durante los últimos veinte años al frente de la Alcaldía me permite constatar
una progresiva evolución desde 1983. Por aquel entonces, parte de la población se encontraba sin fluido eléctrico y carecía de comunicaciones. Ahora, sin embargo, existen unas comunicaciones aceptables y los ciudadanos se pueden beneficiar de todos los servicios básicos. También es perceptible el cambio en la estructura social. En estos últimos años, hemos pasado de una sociedad dependiente del monocultivo de la minería a otra articulada en torno al sector servicios, un nuevo escenario caracterizado por una mayor demanda y la correspondiente oferta de servicios culturales, sanitarios o deportivos. En definitiva, de todo aquello que hace de una sociedad que ésta sea equilibrada, como lo es ahora Cangas del Narcea. Madera, cerámica negra, cestería, hierro, gastronomía, Muniellos... ¿Qué destacaría de Cangas del Narcea como reclamo turístico? Precisamente todos los elementos que acaba de citar. La industria del hierro ha estado desde siempre indisolublemente ligada a la historia del concejo. Buena prueba de ello son los innumerables artilugios dedicados a esta labor que existen por todo el municipio. Pero, Cangas es sobre todo naturaleza, por eso creo que se debe hacer extensible el reclamo de Muniellos a todo el territorio municipal ya que el elemento fuerte de atracción es el medio ambiente en general, es decir, unos recursos naturales difíciles de encontrar en otras zonas. Lo demás son complementos sin lugar a dudas también indispensables. El Ayuntamiento consiguió en 1927 que se cambiara el antiguo nombre del municipio de Cangas de Tineo por Cangas del Narcea. ¿De manos de quién nació esta iniciativa? Fue una iniciativa de la Corporación del momento, que recogió un deseo que estaba en la gente del concejo, cuyo ánimo era el de evitar la confusión con el vecino municipio de Tineo. A
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por Pepe Monteserín
IRENE MARTÍNEZ SÁNCHEZ
s Tomas falsas
Monumento a la concordia Al parecer,
la firma de la paz de Túnez con los berberiscos, allá por el siglo xvi, acabó con los asaltos a las poblaciones costeras del Mediterráneo y favoreció el auge de nuevos asentamientos urbanos en el Levante. Es lo bueno del entendimiento entre los pueblos. Sabemos que, mediante el ingenioso procedimiento de poblar el camino de Córdoba a Écija, con diez mil colonos traídos del centro de Europa, se consiguió que los bandoleros de Sierra Morena (Sancho Gracia, entre otros) cesaran en sus fechorías; así construimos La Carlota y La Carolina, en la época de Carlos III. La construcción es motor de la economía y de la paz, lo contrario de la guerra y la destrucción. Viene esto a cuento porque, en fechas recientes, me salió al paso el edificio de bajo + 3 con el que ilustro este ensayo en defensa de la simbiosis de las ordenanzas públicas y los intereses privados. A la primera de cambio, pudiera parecer un proyecto chapuza; en cambio, una mirada reflexiva nos desvelaría el abrazo íntimo entre el concejal de Urbanismo, la jefatura de Tráfico y el aparejador de la propiedad, en beneficio de lo que podría ser germen de un nuevo polo de desarrollo, de un impulso inédito en la actividad industrial. Puede observarse que hasta Telefónica o Hidroeléctrica tienden un cable, participan de la conexión y no se discuta más, contigo me entierren. Qué duda cabe de que esta actuación nos abre muchas puertas sociológicas y políticas, pero no son despreciables sus aportaciones técnicas, si convenimos en la bondad de aprovechar al límite las posibilidades de la farola, como puntal de la semiótica y soporte de información al tráfico rodado, y el feliz hallazgo al incorporarla al inmueble como anclaje o noray, elemento de seguridad autónomo y estribo para la comunicación vertical entre diferentes planos. Su fuste ofrece una alternativa de acceso a los tajos, que viene a atenuar el riesgo de accidentes in itinere, quedando instalada para los usuarios futuros una vía de desalojo de emergencia. Sea esta iniciativa, némine discrepante, ejemplo de superación ante cualquier obstáculo; indicio de capacidad, tenacidad y coordinación de los técnicos para dar respuesta al complejo mundo de la economía de mercado y los intereses sociales. Paradigma, en fin, del entente cordiale que debe presidir nuestra actividad, insignia del consenso y monumento a la concordia. A nota acerca de la documentación gráfica: aunque siempre llevo a las obras una cámara digital de altísima resolución, este día tuve que emplear la de siempre, una desechable, con la que hago fotos paralelas, por si falla la profesional; que falló.
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[...] una mirada reflexiva nos desvelaría el abrazo íntimo entre el concejal de Urbanismo, la jefatura de Tráfico y el aparejador de la propiedad [...]