INSTRUCCIONES PARA... En cuanto usted, lector, dé vuelta esta hoja se encontrará con un combate dulzón. Vaya, mire y vuelva. Habrá visto que ese es el título del cuento de Rocío. Pero no es tanto eso sino que queremos invitarlo a pensar en los miles de combates que transcurren en el día a día de este colegio. Los hay sin contendientes: el desafío de hacer con palabras o colores sobre la hoja en blanco; la dificultad de pasar del bullicio creativo al silencio necesario; la lucha por combinar en dosis adecuadas alegría y seriedad; la tensión entre ejercer el oficio de estudiante y estar con aquellos a los que se quiere y mucho; el conflicto entre dejarse estar y largarse a ser; la disputa entre las cosas y su poética. Y los hay también con contendientes: los que opinan distinto; los que tienen otros tiempos; los que siendo compañeros no son amigos; los profesores y los estudiantes; cada uno de nosotros y todos los demás. Dulzón el combate, decíamos. ¿Le cuesta a usted imaginar que todo esto pueda tener buen sabor? Será mejor entonces que abandone esta página y se lance a paladear las que siguen, todas ellas resultantes de batallas y fragores, de soldados y princesas, de banquetes de miseria, de personajes confundidos, de encuentros en construcción, de reseñas y lenguajes. Después, por favor, no vuelva. Ya no encontrará en esta nota editorial algo que le resulte igual de sabroso. En este juego no vale fin.
UN COMBATE DULZÓN
por Rocío González
O
key, esto va a sonar re cualquiera, pero te juro por mi vieja que es verdad. Confiá en mí, le pasó a mi viejo esto, vos escuchame que es alta historia, te la cuento exacto como me la cuenta él.
La cosa va así. A ver. Era como el quinto o sexto día más helado de todo el invierno, yo tenía diez años. Era un sábado, bien temprano, de esos que está despejado el cielo y ni con la estufa a mil te calentás las manos. Cuestión que a mi viejo le gusta levantarse tempranito, a eso de las ocho y media, “para aprovechar más el día” y esas huevadas que te dicen siempre, pero por puro hábito lo hacen nomás. Él se abriga bien, baja, prende la radio bajito para no despertarnos y se pone a hacer el desayuno, el mate amargo de siempre y galletitas de agua con queso untable y mermelada. La cosa empieza cuando mi viejo abre la alacena para buscar la mermelada, una casera, que le compran a una vecina medio vieja-medio loca, pero que es riquísima; no sabés, a lo que busca la mermelada y no había. Justo bajaba mi vieja y él le pregunta: “Isabela, ¿se terminó la mermelada?”; y ella le dice que no, que hacía dos días, ponele, que había ido a lo de la vieja a comprar varias para que duren un toque más. Y ambos se ponen a buscar en toda la cocina, abren toda puerta que podían encontrar pero no había un frasco en toda la casa, estaban los dos mirándose pensando dónde carajo podían haber puesto las mermeladas. Mi viejo casi que no puede desayunar sin sus preciadas mermeladas, y le dice a mi vieja: “Belita, poné los manteles y terminá de calentar el agua, yo voy a comprar mermeladas”, ella lo deja porque ya se re conocen y se entienden los mambos. Mi viejo va, se cambia y sale con el auto al súper que quedaba cerca de la plaza con la estatua sin cabeza, ¿te acordás? Bueno, cuando llega, ve una bocha de gente y medio que intuye que estaban ahí por las mermeladas, pero no estaba taaaaan seguro, entonces, deja el auto donde puede y se acerca. No entendés, pero no entendés el gentío que había, y todos decían por lo bajo “mermeladas, mermeladas, mermeladas” como hechos zombies por la falta de mermelada. En eso se sube uno de los cajeros o el gerente, no me acuerdo, con un megáfono y dice: “señores, estamos sin mermeladas, no llegan cargamentos hasta dentro de dos semanas, pero no tardaremos en avisar a las empresas para que podamos reponer lo más pronto posible”; y después mi viejo no escuchó nada más porque todo el mundo se puso re loco por unas mermeladas, ¿podés creer, boludo? Cualquier cosa. Mi viejo no hizo quilombo, fue y se acercó a uno de los pibes que trabajaba ahí y le preguntó si esto era solo en este súper y le dicen que en todos estaban igual, que no había un jarro para vender y que parece que las habían robado porque el día anterior había y esa mañana no, una locura. Al toque llega la cana para calmar a la gente porque ya se estaban poniendo re loquitos pero no para tanto porque en cinco minutos mandaron a todos taza taza cada uno pa’ casa. En casa desayunaron sin mermelada y así siguió el día; veían en la tele los noticieros por si decían algo, “la desaparición de las mermeladas”, “las investigaciones siguen en pie”, hubo una mujer re enojada que le dijo al reportero: “¡¡DEVUÉLVANLAS!!”. Creo que hasta el día de hoy no entiendo por qué tanto problema por unas mermeladas, andá a saber. Cuestión que alrededor del mediodía, estábamos almorzando re tranca una sopita de cebolla que hace mi vieja que está mejor que pollo con la mano, una delicia, bueno, estábamos almorzando y
4
el noticiero tira con mayúsculas: “EL FUERTE DE MERMELADA EN ASTORILA” y mostraban un re castillo hecho todo de mermelada de cualquier tipo, durazno, higos, frutos rojos, tomate, damasco, naranja, hasta de zanahoria había. Astorila, boludo, ¿no te acordás? Era el terreno baldío, que iba a ser el edificio Astorila y al final no se hizo nada, siempre lleno de mosquitos en verano y en invierno a veces se hacían peleas de nieve. Si fuimos varias veces, chabón. Hacé memoria, As-to-ri-la. Si te digo que ahí al gordo de Lucas le pegaron alto bolazo en el ojo y se fue llorando y gritando a casa, ¿te acordás? Eeeeeeso, viste que habías ido vos. Bueno, la cosa es que mi viejo agarró las llaves y fuimos todos a ver qué era esto del castillo de mermeladas, porque mi viejo hasta no resolver algo no lo para nadie. Llegamos y había una bocha de gente, todos los aficionados a las mermeladas estaban mirando el terrible castillo de mermeladas que había, era gigante. Pero si tengo una foto, tarado, vos escuchame y después te muestro. No se veía nadie alrededor del castillo y nadie se quería acercar por miedo, viste. A los tres minutos aparecen unos tipos en lo más alto del fuerte, y con un megáfono dicen, escuchá: “Nosotros, credo de la viscosidad sana, alabadores de su celestial entidad semi transparente y frutal, nos jactamos de poseer mejores cualidades para alabar y cuidar de las sagradas mermeladas, que ustedes, viles ilusos, comen como si no fueran nada, por lo que decidimos tomarlas, preservarlas y protegerlas de ustedes”. Sí, boludo, drogados con cualquier cosa, no tengo ni idea, encima mi viejo siempre me cuenta que alguien dijo: “veganos de mierda”, qué tenía que ver, y todos empiezan a gritar: “¡hijos de puta, devuelvan las mermeladas!”, y esas cosas, pero nadie se acercaba, encima que no entendían nada, estaban cagados de frío. Y el tipo dice: “si las quieren de vuelta, tendrán que pelear por ellas. No hay otra forma”. Hay como cinco segundos de silencio, en donde todos medio que telepáticamente se ponen de acuerdo, y después se lanzan a lo espartano hacia el castillo, gritando loquísimos, alto descontrol. Mi viejo la re captó y agarró a mi vieja y a nosotros y nos sacó de un pique de ahí antes de que nos trague la multitud, y nos quedamos mirando todo lo que pasó. Los tipos del castillo tenían cerbatanas, catapultas, granadas y pistolas de agua todas con mermelada, LOS ATACARON CON MERMELADA, y los otros tratando de sacar los potes de más abajo para derrumbarles el fuerte. Después había algunos que se pusieron a hacer bolas de nieve y con las cosas que se les caían a los boludos del castillo empezó el combate más bizarro y ridículo de la historia. Había otros que también se quedaron afuera, porque era todo un espectáculo, no sabés. El furor por las mermeladas llegó a durar tanto que unos se pusieron a cavar muros de nieve para defenderse de los proyectiles, los más grandes empujaban las paredes de mermelada para que quebraran; un completo caos. La cosa cambió cuando la mermelada empezó a escasear mientras que la nieve no, y poco a poco se fueron rindiendo y la gente se atolondró por buscar su pote de mermelada antes que nadie, pero no había muchos. Mi viejo no se quiso meter con los loquitos y decidió no llevarse nada, y en cuanto la gente se empezó a ir, había algunos caídos que estaban embarrados de mermelada, no sé por qué la policía, los bomberos, las ambulancias llegaron justo cuando terminó; eso nunca lo voy a entender, porque los medios estaban ahí y grabaron todo. Sí, después buscalo en YouTube que seguro te sale. Y bueno, a los “testigos de la mermelada” se los llevaron en cana por disturbios en la vía pública o algo así y se llevaron a algunos amermelados para que declaren y hagan cosas en la comisaría, vos me entendés. Y nada, medio que ahí terminó la cosa, después estaban todos re tranquilos con sus mermeladas en cada casa, la tele decía: “¡ganamos la guerra!”, “¡destruimos el castillo!”, “CIVILES VENCEDORES”, así en mayúsculas, como si hubiera sido un enfrentamiento bélico de verdad, la re flashearon. Igual, lo que más me marcó fue que un compañero de laburo de mi viejo le dijo el lunes que le siguió a ese sábado, “qué respuesta les vas a dar a tus hijos si te preguntan, ¿qué hiciste en la guerra?”; o sea, la gente de verdad creía que había sido una guerra, nomás duró dos horas y era el equipo mermelada contra el equipo nieve, toda una manga de boludos peleando por unas mermeladas. Bue, no me creas, te lo cuento para que lo uses en tu trabajo de literatura, que la historia está piola. La autora es alumna de 5° año 2016.
5
NO VALE FIN Cada grupo debía extraer una oración de La Odisea de diez palabras, de acuerdo con un tema asignado: el héroe, el regreso, los dioses y los hombres, y la Telemaquía. Luego, cada uno debía continuar el relato planteado por este comienzo, de forma tal que cada línea tuviera una palabra menos que la anterior. Pero... “NO VALE que la última palabra sea FIN”.
RECONO CER
por Morgana Gullco, Luna Gueilburt, Martina Buchbinder , Miranda Walsh y Clara Lenger
Figuras que se complementan pero se opacan como ninguna otra. El humano que vive en el dios cada tanto. Es el dios quien renace en el hombre. Muy de vez en cuando se encuentran. Es una suerte para el hombre. Una desgracia para el dios. Encontrarse con el reflejo. Encontrarse con nada. Reflejo imperfecto. Vacío.
6
LA ILUSIÓN
por Ian Tibaldi, Matías Padilla Strier, Matías Noguera, Pedro Biscardi y Juan Pedro Michero
La de ojos brillantes fue a darle valor a Telémaco. Se disfrazó de Mentes, llamó al hijo de Odiseo. Le dijo que su padre podía seguir vivo. Telémaco sintió la voluntad de la diosa. Necesitaba averiguar si esto era verdad. Agarró un barco y marchó. Atenea levantó fuertes vientos. Así lo ayudó. Lo logró: PILOS.
Los autores son alumnos de 2º año 2016. Los trabajos fueron realizados en clase de Lengua y Literatura. Ilustración: Catalina Sábat, 4° año 2016, realizada en el Taller de Pintura.
7
WRITING A REVIEW Cada semana, en las clases de Inglés, los chicos tienen su espacio de lectura silenciosa: un acercamiento a la lengua a través de buenas historias y personajes interesantes, una fusión entre el placer por la lectura y el aprendizaje de vocabulario y estructuras gramaticales; un estar en el aula de modo distinto. Aquí, algunas de sus recomendaciones...
OLIVER TWIST, by Charles Dickens por Julieta Monzón It is a very interesting story that takes place during the Industrial Revolution when industries and machines started to appear. Charles Dickens shows the poverty in the XIX century, with workers in the factories and farmers in the fields who earn very little money and live in horrible conditions. In those years there were two social classes, the industrial bourgeoisie or businessmen and the proletariat, people without any property who depended on their work force to get a salary to survive. Oliver Twist is an orphan whose mother dies while giving birth and whose father has disappeared. When he grows up he decides to escape from the parish where he lives to go to London. There he meets a group of thieves who try to convince him to steal for them and Oliver has to decide what to do with his life. The way in which Charles Dickens explains those years is very descriptive and it’s a really great story because he shows you how a little kid has to confront life in a cruel environment. I highly recommend this book.
THE WITCHES, by Roald Dahl por Theo Friedmann Roald Dahl tells the story of a nine-year-old kid whose parents die in a car accident and has to go to live with his grandmother, who tells him stories about witches. She explains that witches are real and that they only wish to kill kids in the most brutal ways ever imagined. It might sound horrible, and the story goes darker, but it’s really catching and has a lot of exciting moments. It is really entertaining! The only thing that I dislike is that the story is for children but I think it’s too cruel for them. Roald Dahl used to write controversial stories, but this one is the darkest of them all, and it is definitely not for kids. I recommend it because it is great and really original.
AN ABUNDANCE OF KATHERINES, by John Green por Julieta Vera I will recommend this book because it’s different from other stories. It’s a love story but it’s not a typical love story. It includes something that I’ve never read in a book before: Maths. Collin, who has been left by his 19 girlfriends, (all of them called Katherine!) tries to understand relationships and decides to analyze couples to find out why they break up. He draws charts and solves equations to infer that some people are dumpers and some others are dumpees. He understands he belongs to the second group. He gets very depressed and decides to go on a trip with his friend Hassan. During the journey he reflects on his personality and his life changes unexpectedly. It’s a very interesting book to read because Collin has a different way of thinking about couples.
8
THE COMPANION, by Agatha Christie por Joaquín Ozan I love reading crime stories, especially if there are smart detectives trying to solve cases. Crime stories make me feel fear so I find them exciting. I love mystery, of course. The book tells the story of Miss Barton and her companion, who go on holidays together. One day Miss Barton decides to go for a swim and she is later found dead. Everybody thinks it has been an accident, except detective Marple. Where was Miss Barton’s companion when she died? Was it an accident? Who is to blame? This book will give you an adrenaline rush. I recommend it to those who enjoy exciting stories.
I HAVE A DREAM, by Margaret Davidson por Lara Solía There have always been people discriminating others, and this book will help you have a clearer idea of how black people have lived in the USA. It will also help you stand in other people’s shoes. “I have a dream” tells the story of Martin Luther King, who grew up in the south of the US in the XX century. It’s a dark and sad story because of the constant segregation against black people. One day Martin started asking questions to himself: Why can’t I have white friends? Why can’t I sit down on the buses? What can I do to stop the separation between black and white people? His mother encouraged him not to feel inferior to others because he was black. Then a dream started to grow inside him; he wanted to do something big, something important with his life. He organized activities to raise awareness of the importance of fighting for black people’s rights in a non violent way. While reading this book I asked myself how humans could be so cruel. I haven’t found an answer yet....
Los autores son alumnos de 3° año 2016. Los trabajos fueron realizados en clase de Inglés (upper intermediate).
9
COMO CEBOLLAS
por Micaela Tapia
Prefiero escupir mi sangre, mis vísceras, mi tan insulso e irrelevante aliento. Prefiero desentrañarme. Y es que con una irremediable desesperación admito: necesito consuelo. Hay quienes dicen que la muerte es sincera. Y, claro, ella se sostiene sobre su inocencia. Insatisfechos, también han querido aclamarla por nuestra supuesta entrega desnuda. Y qué desdicha: engañados se han ofrecido así, ya carentes de tacto, a banquetes de miseria. Sucede que no hay quien sea capaz de comprender con certeza qué es la desnudez ni, por supuesto, qué es serla. Me resuena y me retumba y me aturde y me ensordece y me oprime el pecho: ya hace un tiempo que no logro conciliar el sueño. Qué desgracia que no sea mi cama la incómoda. Y repentinamente pero sin asombro, mi pulso vuelve a reconocerse ajeno. Confiar en que aquel retiro es a piel inocua no hace más que justificar nuestro carácter miserable en vida. La abrumadora y peligrosísima tolerancia que supone es vergonzosa. Su gravedad radica en que jamás le hará justicia a la perfecta maldición inexorable que es la muerte, la única verdadera expresión del destino. Y sí, la única he dicho. Lo que esté fuera de ella lo es solo en apariencia y, por lo tanto, es inexistente. Me resulta inconcebible la ligereza con la que creemos dominar nuestro caminar. Tenga la edad o la sed que tenga, jamás seré mía. Lo único que poseo es vestigio. No soy más que resignación automatizada, más que vacío adornado. Y ya es incorruptible: la idea de destino ha sido violada con la mayor de las gentilezas. Todo nuestro accionar existe por la exigencia de un plan ideado por hediondos marranos. Y es que hasta el espíritu del desastre se encuentra desahuciado. Una vez más, me resuena y me retumba y me aturde y me ensordece y me oprime el pecho: ya hace un tiempo que no tengo ganas. Y simplemente, qué inevitable. Nacemos como cebollas peladas, contundentemente ácidas, dueños de un prometedor ardor, aparentemente incontenible. Y es por eso que lloramos con tal caudal y que somos incapaces de “ver” nítidamente al nacer: se han empeñado en ocultar nuestra capacidad de soportarnos. Pero a la hora de irnos la cuestión es distinta, porque para ese entonces ya habremos sido despojados de todo ardor. Los gusanos se van como vinieron. Y aunque a algunos les llame la atención, formalmente y por desgracia, nosotros no lo somos (ahí el problema: no los reconocemos milagro). Nos retiramos envueltos en capas inamovibles e inquebrantables, untados con las sobras de la cena de ayer, disfrazados quizás, distraídos, pero definitivamente como sucia tiniebla embutida en elegancia, pestilente elegancia, susurrando en una última mirada poco más que desencanto.
Como un martillazo en la sien me he dado cuenta de que ya no poseo las herramientas para soportar lo que esto implica. Mi cuerpo ya no lo soporta. Con cada aguja de reloj que escucho, con cada estruendo de mocos amarillentos que suenan en mi nariz, con cada mordida de mugrosas uñas ya destrozadas, con cada papel pegajosamente retorcido que encuentro en la mirilla de algún baño
10
público, con cada servilleta sucia con mostaza aguachenta que observo tirada en el piso frío de alguna panchería, con cada espejo en el cual me veo reflejada; siento un impulso incontenible, como si fuera un mandamiento supracelestial, por arrancar cada uno de los finísimos pelos que hay en mi reputísima cabeza. Y es que ni siquiera el impulso me pertenece. Antes que cesar de pestañear lenta y bochornosamente, prefiero conservar aquel absurdo destello que es únicamente identificable como lo que no alcanzarán jamás. Me despido, con mi cabeza exhausta, torcida para abajo, casi como gritando vergüenza. Con una blanda y carnosa papada que nace, y mi ahora mórbida mirada tan cómplice del horror como penetrante; con mi particular forma de posicionar los dedos, todos ensimismados, como si padeciera de una artrosis avanzada; con mi breve espalda abruptamente encorvada, obligando a mi vientre a hincharse, ultrajando directamente al espejo, intentando comprender mi totalidad frente a él -lo cual me resulta aterrador- para luego decorarlo con mis adentros por consecuencia. Porque mis huesos no contemplan que reconocerme no es desdicha. Es que mi cansancio ya no recuerda volver y me arranco las llagas. En el porvenir de lo intolerable es donde no hay nada incierto y, justamente, es solo ahí donde crezco. Ahora, por un precario rato, admito mi pulso como propio. Solo por un rato, porque ya ha dejado de ser tal,
La autora es alumna de 5° año 2016. Ilustración: Federico Cianciolo, 2°año 2016 (modificación de obra de Renata Schussheim, realizada en clase de Plástica).
11
CAPERUCITA CONFUSA Los chicos de 1ero leyeron e interpretaron algunos cuentos tradicionales. Pensaron qué les decían hoy historias tan transitadas como El Gato con botas o Caperucita Roja. También, escribieron y reescribieron sobre la tradición, como es el caso de esta nueva versión caperuza.
por Jeremías Rodríguez
H
abía una vez una niña llamada Caperucita Roja. O, ¿era azul? No, no, era verde. Estoy seguro, era verde. No, pará, haciendo memoria, era roja. Sí, roja roja.
Entonces, una vez su tía…, no, su papá, no, perdón, era su mamá. Bueno, disculpen la inseguridad, pero como en los cuentos lo que se cuenta sucedió en el “había una vez” es difícil tener certezas porque sucede en un espacio imaginario. Su abuela…, sí, su abuela estaba muy cansada. No, no, perdón, enferma. Enferma estaba. Bueno, puede ser que también estuviera cansada, pero si estaba cansada, era porque estaba enferma. Por lo que su mamá, la mamá de Caperucita, digo, le pidió que le llevara una bolsa, no, no, perdón, una canasta con comida. Caperucita Azul, digo Roja, fue a llevarle la bolsa, no, perdón, la canasta a su hermana, digo, a su abuela. En el camino, Caperucita Roja se encontró con un conejo feroz, digo un lobo feroz, quien le preguntó: -¿Qué hay en la canasta? Caperucita Roja, le contestó: -Comida para mi abuela que está enferma. Entonces el conejo, digo, el Lobo le preguntó: -¿Dónde vive tu abuela? Y Caperucita Verde, digo Roja, dijo: -Al otro lado del pueblo, detrás del granero. Entonces el Lobo le contestó: -Tú ve por ese camino que yo voy por este otro, y el que llega primero, gana. Entonces Caperucita fue por el lado más corto y el Lobo por el más largo. Perdón, al revés, el Lobo fue por el más corto y Caperucita, por el más largo. Cuando el Lobo llegó a la casa de la abuela, tocó la ventana, no, no, perdón, la puerta y la abuela preguntó: -¿Quién es? Entonces el conejo, digo, el Lobo, dijo: -Caperucita Roja.
12
Entonces, la abuela contestó: -Pasá, está abierto. Entonces el Lobo fue a donde estaba la abuela de Caperucita y le dio un gran abrazo, digo, le dio un gran susto y se la comió. Cuando llegó Caperucita Roja, tocó la ventana, digo, la puerta y el Lobo tratando de simular la voz de la abuela dijo: -Pasá, está abierto. Caperucita entró, vio al Lobo y creyendo que era su abuela, dijo: - Abuela, qué grandes orejas tienes. Y el Lobo, simulando la voz de la abuela, dijo: -Son para oírte mejor. -Qué grandes ojos tienes -dijo Caperucita Roja. -Son para verte mejor -dijo el Lobo. -Qué gran boca que tienes -dijo Caperucita Roja. -Es para comerte mejor. Y se la comió de un bocado. Por suerte había un pato, digo, un leñador con una escopeta. Ustedes tendrán que disculparme, entre el tiempo que pasó y todas las personas que me contaron esta historia, estoy un poco mareado. Entonces el leñador le disparó al Lobo y lo abrazó. Tremenda equivocación cometí: ¿cómo lo va a abrazar?, aunque haya abrazos que matan; lo mató y lo mató de un tiro. Después le abrió el brazo, digo, la cabeza, para sacar a la abuela. Pensándolo bien, no se la sacó de la cabeza, no es una idea la abuela. También a Caperucita Roja la sacó, digo. Y vivieron tristes para siempre, digo felices por siempre, como en casi todos los cuentos al terminar.
El autor es alumno de 1° año 2016. El trabajo fue realizado en clase de Lengua y Literatura. Ilustración: Catalina Sábat, 4° año 2016, realizada en el Taller de Dibujo.
13
CADA UNO DE NOSOTROS ES CADA UNO Y TODOS LOS DEMÁS PERCUSIÓN EN VILLA ORTÚZAR. DONACIÓN PARA INUNDADOS DEL LITORAL. MÚSICA EN EL HOSPITAL TORNÚ. DONACIÓN
BELGRANO. MÚSICA EN LA CASA DE LA CULTURA POPULAR, VILLA 1-11-14. CON EMILCE MOLER, A 40 AÑOS DE LA NOCHE DE LOS
INFANTILES Y JUVENILES. INTERCAMBIO CON LA ESCUELA MARTÍN DE GÜEMES, SAN RAFAEL. “PENSAR LA EDUCACIÓN”, EN
LA PLAZA. PROGRAMA JÓVENES Y MEMORIA. TALLERES DE ARTE EN ESPACIO DE JÓVENES DEL MTE. CON INTERCAMBISTAS DE
DEL BARCO CENTENERA. “NI UNA MENOS”. MURALES. TALLERES EN LA ESCUELA ESTEBAN ECHEVERRÍA. EN EL ISAURO
14
DE ABRIGO PARA “SOL NACIENTE”, CENTRO COMUNITARIO, JOSÉ C. PAZ. DÍA DEL NIÑO EN COMEDOR DE BARRANCAS DE
LÁPICES. CONSTRUCCIÓN DE JUGUETES PARA LA FUNDACIÓN PELOTA DE TRAPO. TOCADAS CONJUNTAS CON LAS ORQUESTAS
FILOSOFÍA Y LETRAS, UBA. CAMPAÑA DE DONACIÓN VOLUNTARIA DE SANGRE, BANCO DE SANGRE DEL GARRAHAN. ARTE EN
LA ESCOLA DA VILA, LA POLÍTICA EN BRASIL Y ARGENTINA. “POCAS NUECES” EN LAS ESCUELAS RODOLFO SENET Y MARTÍN
ARANCIBIA, SEMANA DE LA NO VIOLENCIA. CON ABUELOS DE LA RESIDENCIA MANANTIAL, KERMESSE PARA SUS NIETOS.
15
ENTRE LO PEDAGÓGICO Y LO DIGITAL: UN ENCUENTRO EN CONSTRUCCIÓN
por Bárbara Panico Sainz
“La evolución tecnológica parece el resultado de un proceso racional pero su dinámica es la del caballo desbocado”. Christian Ferrer, sociólogo y ensayista
Hace tiempo que las llamadas nuevas tecnologías -lo digital- nos maravillan con las muchas y milagrosas posibilidades que otorgan para comunicarse, para entretenerse, para compartir ideas o cosas que nos pasan, para hacer una transferencia bancaria desde el celular o consultarle a nuestros dispositivos móviles la información que buscamos; y lo que más parece ocurrir frente a esto es nuestra entrega incondicional a esos irresistibles estrenos tecnológicos. Podemos hacer nuevas cosas todo el tiempo sin alcanzar a preguntarnos si eso nuevo que podemos hacer es importante o positivo.
para buscar información en lugar de prohibirles el acceso.
Muchas de esas nuevas posibilidades implican cambios en la manera de ser de la sociedad, de relacionarnos con los otros, con el tiempo, con la distancia, con el conocimiento. Uno de los aspectos más significativos en este sentido es la enorme escala de información a la que podemos acceder haciendo un click o escribiendo una palabra en un aparato que nos acompaña a todos lados.
“Podemos hacer nuevas cosas todo el tiempo sin alcanzar a preguntarnos si eso nuevo que podemos hacer es importante o positivo”.
Sumado a esto, es tal la velocidad con la que se crean nuevas herramientas y la presteza con la que las incorporamos a nuestra vida cotidiana, que resulta dificultoso sostener en el tiempo una posición o una pregunta acerca de esa novedad; no hay tiempo para pensar qué pensamos. Cuando estábamos preguntándonos si Google era comparable a una biblioteca, ya teníamos que preocuparnos por los filtros sí o los filtros no en las computadoras de los menores; o si era mejor, en cambio, ocuparnos de transmitirles criterios
Llegamos al Criterio, concepto que nos permite tirar del hilo que motiva estas palabras: la pregunta por el lugar de lo digital en lo educativo y el de lo educativo en lo digital. Los principios con los que se incorporan tecnologías en el aula y los criterios con los que los jóvenes hacen uso de estas herramientas son dos aspectos ineludibles a la hora de pensar en la naturaleza del cruce entre la educación y la tecnología.
En relación al primer punto, hay que decir que la escuela no puede responder a la velocidad con velocidad, justamente porque los criterios para poner a dialogar las prácticas de enseñanza con lo digital no pueden ser el resultado de una
16
mera aceptación sino de una construcción trabajada y consciente. Cuando se pone el foco en evitar la resistencia a lo nuevo, se terminan reemplazando instrumentos sin que eso signifique necesariamente recrear las prácticas pedagógicas. Usar la computadora en el aula en lugar de recurrir a la carpeta no implica a priori una ventaja didáctica, como tampoco lo es usar un mural digital para decir lo mismo que podría decirse en una cartulina. La frase de Larry Cuban, “la música no está en el piano, ni el conocimiento está en las computadoras” es una buena manera de decir que usar un recurso digital no garantiza la calidad de un proceso cognitivo. Y esa misma frase nos invita a agregar que, usemos nuevos o viejos recursos, no habrá proceso significativo de conocimiento si no hay una consigna que lo haga posible.
“Los principios con los que se incorporan tecnologías en el aula y los criterios con los que los jóvenes hacen uso de estas herramientas son dos aspectos ineludibles a la hora de pensar en la naturaleza del cruce entre la educación y la tecnología”.
complejo y creativo más que como un eventual resultado exitoso. No es fácil incorporar las tecnologías digitales con sentidos realmente pedagógicos. Aunque pueda no ser siempre este el objetivo, el problema es cuando construimos usos meramente instrumentales como si hasta allí llegaran las posibilidades, resignando la dimensión pedagógica al priorizar el reemplazo de lo habitual por lo nuevo, al aceptar la inminencia de lo digital. El recorrido que elegimos, el camino crítico, no niega los cambios pero tampoco los sobreestima; y se propone gestar, desde el diseño de actividades con estos recursos, nuevos sentidos didácticos. Es en ese proceso de apropiación de nuevas lógicas y herramientas, que el docente se habitúa a interpelar a los recursos y no verse siempre interpelado por ellos.
El criterio con el que incorporamos un recurso a una actividad es, en definitiva, el resultado de una búsqueda continua sobre los para qué. Proponer el uso de un mural digital tendrá sentido si la consigna supone incluir distintos soportes en esa producción, fomentando el juego entre lo sonoro, lo visual y lo textual, para decir algo que solo podríamos decir apelando a la integración de esos lenguajes. Dicho en términos sensoriales, tiene sentido si explotamos el relieve que permite lo digital. Este es un ejemplo del recorrido que supone apropiarse de un recurso en escenarios escolares: conocer el alcance pedagógico de sus arquitecturas recreando los criterios para pensar situaciones de aprendizaje. Dejar entrar lo digital en el diseño didáctico implica entonces, hurgar entre lo que se quiere hacer y para qué, salir a ver qué recursos pueden potenciar nuestros objetivos y, a veces también, explorar qué nuevos objetivos nos pueden ofrecer otras herramientas. Se trata de idas y vueltas, asumiendo estas acciones como un proceso
“(...) usar un recurso digital no garantiza la calidad de un proceso cognitivo”. El otro aspecto, el de la relación entre los jóvenes, los contenidos y los soportes digitales por donde circulan, también necesita una mirada, una intervención. Si asumimos que el acceso a las tecnologías es un derecho, que saber operarlas se ha vuelto parte de las competencias necesarias para el mundo del trabajo, si lo digital interviene mediando sus vínculos con los otros y con la información, no parecería favorable dejar esa mediación a merced del mercado, de las corporaciones, de sus algoritmos de búsqueda y sus modelos de negocios. No podemos dejar de atender el derecho de niños y jóvenes a construir una mirada reflexiva acerca de herramientas que median sus procesos de socialización y de conocimiento. Incluir
ENTRE LO PEDAGÓGICO Y LO DIGITAL
17
estas problemáticas en los contenidos educativos no solo busca poner bajo la lupa crítica la no neutralidad de las tecnologías, sino también recuperar en el aula los usos que los jóvenes hacen de estos recursos, proponiendo consignas de trabajo que tengan como insumo la propia mediación entre los chicos y la tecnología. A riesgo de dejar mucho fuera, consideramos que hay otros dos aspectos que dan significación al cruce entre lo digital y lo pedagógico. Se trata de la reconfiguración de los espacios de aprendizaje concedida, en particular, por el uso de las plataformas educativas. Estas suponen una ampliación de las paredes del aula y con ello, de los espacios de encuentro y de trabajo. Las aulas virtuales son espacios donde el vínculo docente-alumno y alumnoalumno continúa; se trata de lugares donde lo educativo sigue ocurriendo: el docente “continúa hablando”, el alumno puede “volver” a la voz o idea inicial o puede participar de un intercambio guiado por una consigna, por fuera del cúmulo de ideas que se superponen en el aula. A ello se le suma el desafío que exige el registro escrito: el de organizar la propia opinión antes de comunicarla.
“No podemos dejar de atender el derecho de niños y jóvenes a construir una mirada reflexiva acerca de herramientas que median sus procesos de socialización y de conocimiento”. Estas lógicas interpelan los modelos habituales de trabajo en grupo, invitándonos a transitar la complejidad de pensar y hacer con otros sobre un mismo soporte, un mismo contenido; siempre que sea en el marco de una consigna que permita superar la lógica fragmentada de la suma de aportes individuales. En síntesis, hay algunos a priori que guían nuestro tránsito por estos nuevos recorridos. Algunos de ellos los pusimos en palabras aquí. Pero la apuesta más fuerte que hacemos es a la exploración, a las idas y vueltas que nos permiten crear sentidos propios para estos nuevos usos. Articular lo digital con lo educativo desde su complejidad nos exige apartarnos de las dualidades extremas -entre lo instrumental y lo pedagógico, entre la idea de nativo digital y la idea de la escuela irremplazable, entre la innovación sí y la innovación no- para transitar esas distancias desde la experiencia, la reflexión y la construcción de criterios sobre los que ir diseñando estos nuevos escenarios.
“(...) el problema es cuando construimos usos meramente instrumentales como si hasta allí llegaran las posibilidades (...)”. El otro aspecto que elegimos “rescatar” es el del trabajo colaborativo que habilitan los nuevos soportes. Muchas de las plataformas que han ido apareciendo (blogs, wiki, documentos colaborativos) son un ejemplo de ello. Recuperan y potencian la posibilidad de producir ideas con otros, sistematizarlas, gestionar espacios de producción colectiva, escribir colaborativamente y participar de espacios de intercambios sincrónicos y asincrónicos. Estas posibilidades permiten diseñar propuestas de enseñanza basadas en la colaboración y en el llamado aprendizaje colaborativo, poniendo el foco en la naturaleza social del conocimiento y explotando el potencial de los vínculos que se traman en la clase. Una de las formas que ha tomado la socialización mediada por tecnología son las comunidades de interés. El software libre es un ejemplo de comunidades que producen conocimiento en forma colaborativa, creando y mejorando programas informáticos abiertos a partir de los aportes de una comunidad que no comparte necesariamente tiempo y espacio, pero sí un objetivo que se alcanza y se construye al mismo tiempo.
La autora es asesora y capacitadora en contenidos y tecnologías digitales en el Colegio de la Ciudad.
ENTRE LO PEDAGÓGICO Y LO DIGITAL
18
TILCARA PUEBLO
Me paro entre los muertos, junto a sus recuerdos, entre todo ese polvo, en sepia, las flores de colores de papel se hacen notar. Ellas no pueden fallecer, son eternas, entre cruces de piedra, de madera y fotos llenas de tierra, hay colillas de cigarrillos en los estantes de las camas de los no vivos, vasos de birra; para compartir un momento con aquellos que no pueden tocarnos pero sí podemos sentir, como la tierra sepia que siento en la piel. Me paro ahí, entre los muertos y las montañas, me siento viva, me siento pequeña, lo siento conocido pero lo veo diferente, el sepia es mi pupila y el iris las coronas de flores. Ahora dejame llorar antes de que el viento sople el polvo de los recuerdos y lo haga antes, otra vez. Julieta Pryor
Seco mar de roca Hipnotiza de lejos. Reseca de cerca. El cielo descansa sobre ellas. Kilos de nubes me rodean. Andrés Winocur
19
Busqué su quietud para inspirarme. Sin embargo comprendí que esa imagen estática era producto de mi mente acelerada. Supuse una imagen congelada por un movimiento lento, casi imperceptible. Si mi cuerpo no fuese tan sedentario, mi mente no sería tan fugaz. Me asombraría por tus colores y tu ser genuino que se va transformando como ser humano en sociedad. Lucía Ferrer
Miro por la ventana y escucho el corretear de los perros el sonar del viento que susurra verdades distintas paradójicas.
Malena Sad
Un paisaje de escombros donde antes hubo gotas, o lágrimas, solo con mis pares e impares reunidos veinte pasos atrás: silencio absoluto dentro del vapor. Pienso si así será la muerte; cuando me interrumpen los gritos de festejo y decepción. Y siento cómo las lágrimas del superior empapan mi cabeza y un canto me hace volver para poder estar con los que en poco tiempo ya no estén más; pero el cambio de días y de estaciones no me va a alejar de todos. Valentín Barbadillo Cadet
TILCARA PUEBLO
20
Una montaña que repentinamente saca una foto de un grupo de chicos.
Comerciantes, extranjeros, jujeños. Saber de lo que no conocía,
Los cardos que se pinchan con piernas diferentes.
haciendo luz la oscuridad.
El calor del día que enfría la noche.
La realidad de algunos y la mentira
El silencio que se espanta con el llanto de los perros.
de otros.
Una pipa que fuma el humo hecho tierra.
El sentimiento norteño con la aridez
El agua que es llamada por el sol sediento.
del lugar.
Las quemaduras creadas por el descontrol.
Su lucha incansable, grandes
Martín Dyszel
guerreros. Cultura rescatada, tradiciones imperdibles. Los colores de las llamas. La compra, la recompensa. Todos con sonrisas y monederos buscamos lo innecesario que queremos, más a pedir más a querer más a buscar para tener. Incas, españoles. Gente con resentimiento, gente con perdón, polvo en la mano, sudor en la frente Humahuaca. Sofía Mendez Tito
El tiempo corre. El viento lo alcanza lentamente. Tilcara pueblo vivo de luz que rebota en los espejos Pilar Rodríguez Longui
4º año 2016 en Tilcara, Jujuy.
TILCARA PUEBLO
21
POÉTICA DE LOS OBJETOS
Ornella Petri es alumna de 1° año 2016.
Federico Cianciolo es alumno de 2° año 2016 Los escritos fueron realizados en el taller “Palabras de a pie: poética de los objetos”, durante la Semana de la Poesía.
22
TEATRO, POLÍTICA, SOLDADOS Y PRINCESAS
por Alejandro Lifschitz
Es muy común encontrarse dentro del teatro con obras que abordan un tema presente en el debate sociopolítico de la época, claramente identificable por el espectador. Por ejemplo, obras que indudablemente se proponen hablar de la dictadura, del racismo, de la explotación laboral, entre otros tantos temas posibles. Existen profundas reflexiones y debates sobre esta cuestión, que problematizan el aspecto ideológico de los lenguajes teatrales y de la estética en general que propone una obra de teatro. El proceso de creación de la obra Soldados & Princesas estuvo cruzado permanentemente por la presencia ineludible de un tema. En este caso, las problemáticas de género referidas a las expectativas de conducta socialmente establecidas para mujeres y varones. La presencia tan contundente de un tema genera un peligro realmente importante para el teatro. El riesgo que se corre es que, en el afán de transmitir lo que se quiere comunicar sobre el mismo, se liquiden las potencialidades propias del lenguaje teatral y el material se vuelva lineal, predecible, casi infantil y, seguramente, bastante aburrido. Es decir, no se va a generar un acontecimiento teatralmente vivo, sino que nos hará coincidir con lo que políticamente se plantea, con lo que entendamos de la literalidad de la propuesta. Este teatro, políticamente correcto, esconde detrás de lo incuestionable del tema, su chatura como obra de arte. Son piezas absolutamente conservadoras desde el punto de vista del lenguaje escénico: han aceptado subordinar las múltiples dimensiones del hecho teatral al elemento más cómodo y lineal que es lo literal. Y es bastante comprensible que muchas veces se caiga en este tipo de teatralidades, ya que -si el objetivo es transmitir cierta posición racionalmente construida sobre un tema- no hay mejor forma de hacerlo que argumentando de la mejor
23
Soldados & Princesas Un grupo de actores de dieciséis y diecisiete años recrea situaciones habituales donde se ponen en juego los roles culturales asignados a mujeres y varones: en un boliche, en el trabajo, en el hogar, en los cuentos infantiles. Pero lo hacen de un modo particular: en cada escena, invierten los géneros que habitan estos roles. Es la princesa guerrera quien salva a Blanconieves; la madre quien festeja las conquistas de su hija en una noche; la jefa quien seduce a su secretario y el hombre taxista quien sufre los acosos de las pasajeras, entre otras tantas escenas y situaciones. Soldados & Princesas surge en 2015 como creación colectiva para una muestra del Tercer Ciclo de la Escuela de Teatro del Colegio. En marzo de este año, el grupo re-ensayó la obra, trabajó y profundizó el montaje y la construcción de los personajes; y salió al ruedo: vivió la experiencia de realizar funciones conformado como elenco. Lo hizo en Fandango Teatro, en funciones abiertas al público en general; y también para alumnos de distintos cursos del Colegio de la Ciudad y del Normal 10, con debate posterior. Elenco: Lautaro Aredondo, Valentín Barbadillo Cadet, Joaquín Begino Lavalle, Felipe Burundarena, Bianca Garófalo, Franco Quercia, Nina Quintiero, Federica Merlo, Lucía Salomone, Sofía Soriano. Dirección: Alejandro Lifschitz.
manera que sea posible. Lo que uno se pregunta en ese caso es para qué hacer una obra de teatro; y no escribir un artículo, un volante o lo que fuera. En nuestro caso, desde un primer momento se tuvo mucha claridad respecto de la trampa que haríamos. No utilizaríamos al teatro para transmitir el tema, sino que utilizaríamos el tema para hacer teatro. Indudablemente hay que resignar precisión en la literalidad de lo que se comunica ya que, si hemos hecho bien las cosas, la pieza teatral no transmitirá una idea clara sobre el tema, sino que generará sentimientos encontrados, sugerirá preguntas y, fundamentalmente, nos pondrá en un lugar de incomodidad. Las vivencias y reflexiones serán inquietantes. Pienso que ese primer teatro, el políticamente correcto, es muy cómodo de ver: uno lo vio, se aburrió un poco, pensó en la pizza que se comería después, confirmó su sentido de pertenencia a ese segmento social que piensa parecido a uno, se sintió muy orgulloso con su propia filosofía del mundo, y se fue del teatro sin que le pase absolutamente nada. El desafío que nos propusimos fue que, por transitar el tema, no termináramos resignando potencia escénica. No ceder en la investigación de un lenguaje que tenga su propia poética. Todo comenzó en una clase en la que buscábamos material para empezar a construir la muestra de fin de año. Entre diversas improvisaciones, surgió una en la cual una chica asumía las conductas que acostumbramos a asociar con los varones a la hora de la conquista amorosa en un boliche. La potencia escénica que tenía la propuesta fue tan contundente que no
dudamos en seguir investigando por ahí, e inmediatamente se planteó el riesgo del que venimos hablando. La manera en que el grupo percibió ese riesgo y la intuición colectiva para indagar cuáles eran los caminos de mayor sensibilidad para abordar la propuesta fue tan lúcida que permitió que el proceso fuera realmente fructífero. Pudimos asumir de lleno el objetivo de buscar la virtud de la obra, no en la corrección del planteo, sino en lo singular del lenguaje teatral que se iba generando. La potencia de la obra reside en el extrañamiento que genera ese intercambio de actitudes esperables entre varones y mujeres. Hay una escena en la que una madre lleva a debutar sexualmente a su hija de dieciséis años a un cabaret lleno de prostitutos. Ese procedimiento poético de intercambio genera una sensibilidad en escena por sí mismo: nos corre del lugar cómodo que supone solamente confirmar racionalmente lo horrible de las situaciones vinculadas a la prostitución. Nos incomoda, nos moviliza. Hemos reflexionado que si la escena fuese realizada sin este procedimiento; es decir, viendo al padre llevar a su hijo a “debutar”, la propuesta perdería su magnitud poética. Creo que estas definiciones permitieron crear un material realmente interesante para propiciar el debate, ahora sí, sobre el tema. Desplegar sus posibilidades desde un lugar donde no solo la consciencia racional y literal se pone en juego, sino también la sensibilidad que se ha movilizado con la pieza teatral y que puede ampliar ese debate. Y, además, aunque mucho menos visiblemente, es una oportunidad para propiciar la pregunta sobre el elemento ideológico presente en los lenguajes de una obra teatral o una pieza artística en general.
TEATRO, POLÍTICA, SOLDADOS Y PRINCESAS
24
Dicen los actores “La obra surgió de una improvisación. Hicimos la prueba de invertir el rol de la mujer y del hombre. Pero intentamos ir más allá de que la mujer pase a tener gestos de hombre y el hombre, un rol más feminizado. Es el rol social en el que juega... Nos copó la idea, la fuimos llevando a más situaciones. Pensamos qué cosas en la vida normal son así, como que la mujer lava los platos y el hombre se queda sentado mirando la televisión. Lo llevamos al extremo y los invertimos. Y fue un tema que nos llamó a todos, que nos tocó a todos”. (Federica) “Con el teatro te llega de otra manera el mensaje. Porque genera sensaciones, te hace reír, te pone incómodo. No te pondrías así con un cartel simplemente. Con lo que mostramos en la obra, hasta a mí que estoy atrás del escenario, cada vez que veo las distintas escenas, me pasan distintas cosas. Incomoda”. (Bianca) “La escena de la oficina fue la que más me sorprendió. Lo que yo tenía que hacer era ponerme para que Federica me viera el culo. Y no entendía, no me salía, no me sale”. (Valentín) “Es que cuando uno ve algo con lo que no se siente cómodo, que le causa incomodidad, el primer instinto que le sale es reírse, por lo ajeno que le resulta. Mirá qué graciosa es esta situación que nunca me pasó y nunca me puse a pensar. Pero creo que, en el transcurso en la obra, con cómo están propuestas las escenas, que están en un orden pensado, la gente se va dejando de reír. Y eso está bueno. Porque la obra te obliga a pensar. Al principio, que no estás pensando, te reís, y a lo largo de la obra vas pudiendo estar en esa incomodidad sin reírte y poniéndote a pensar”. (Federica)
El autor es docente de la Escuela de Teatro y director de la obra Soldados & Princesas. Fotos: Mora Elizalde.
TEATRO, POLÍTICA, SOLDADOS Y PRINCESAS
25