Anuario Periodismo Deportivo 2020

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BOCA, CON LA SONRISA DE ARREBATARLE EL CAMPEONATO AL ETERNO RIVAL Después de años de sinsabores ante River, el 2020 comenzó de la mejor manera para el Xeneize: en una definición espectacular se quedó con una Superliga que ya parecía del Millonario.

// Por Iván Samaniego

Después de los reiterados golpes del equipo Xeneize dirigido

en el 2019 por Gustavo Alfaro y con Daniel Angelici a la cabeza, con un cuerpo técnico y dirigentes nuevos, Boca arrancó un año distinto con renovadas metas, expectativas altas y una dirigencia llena de ídolos que comenzó a trabajar bajo el mandato del nuevo trío presidencial comandado por Jorge Amor Ameal, Mario Pergolini y Juan Román Riquelme. Vale aclarar que el DT elegido para enfrentar los desafíos de este año fue ni más ni menos que el ya campeón de la Libertadores 2007 como técnico, Miguel Angel Russo. Un dato de color: el último partido que perdió Russo como entrenador xeneize fue contra el Milan de Kaká en la final del Mundial de Clubes 2007. Boca arrancó el 2020 como escolta de River un punto por debajo. El 26 de enero con el regreso de la Superliga, Boca regresó frente a Independiente para disputar la fecha 17°. El resultado fue 0-0 rescatando un punto en Avellaneda. Como River ganó 1-0 frente a Godoy Cruz se alejó tres puntos arriba de Boca como líder. Con un amplio plantel lleno de figuras y en busca de un referente, Russo le devolvió la confianza necesaria al último ídolo de Boca, Carlos Tevez. Como símbolo y bandera Tévez empezó a reencontrar esa “alegría” la cual le pidió Riquelme antes de comenzar la pretemporada de este año. De a poco se fue sentando un equipo con figuras inamovibles como Tevez, Villa, Salvio, Campuzano, Pol Fernandez, Andrada. En la anteúltima fecha todos los ojos estaban puestos en el Monumental. River debía ganar sí o sí para coronarse

campeón, un empate le daba vida al Xeneize, pero era una instancia en la que el Millonario debía fallar dos partidos seguidos. El sábado 29, con expectativa de campeón en Núñez, el equipo de Marcelo Gallardo empató 1-1 ante Defensa y Justicia y debía definir el campeonato el siguiente fin de semana, en la cancha de Atlético Tucuman. A falta de un partido, Boca estaba obligado a ganar y debía esperar la hazaña de que el conjunto de Ricardo Zielinski no perdiera. Los dos partidos a la misma hora. Con una Bombonera llena, el conjunto de Miguel Ángel se enfrenta ni más ni menos que al Gimnasia de Maradona que venía luchando por mantenerse en la máxima categoría. Comienza el partido, la Bombonera se viene abajo. Y tiene un oído en la Boca y el otro en Tucuman. Minuto 19’ y gol de Atlético, Toledo de cabeza, deja a Armani sin opción. En la Bombonera el gol se gritó como si hubiera sido propio, era algo inimaginable. Pero quince minutos después, Matías Suarez anota y le da un trago amargo al pueblo Xeneize. Termina el primer tiempo en ambos estadios, Boca no encontraba el gol y nuevamente la incertidumbre de lo que sucedería en Tucumán. Al regreso, en el minuto 72’, en una contra con un exigido pase de Wanchope, el capitán y diez de Boca recibe, controla, dispara. La pelota se estrella con la red de Broun y todo el estadio grita el gol del campeonato. Parece un relato extraído de una película. River no logra revertir el resultado y ese mismo sábado Boca se consagra campeón de la Superliga. ¿Una hazaña? ¿Un milagro? Eso no importa, otra estrella para el conjunto de la Ribera y con ese plus de habérselo sacado de las manos a su eterno rival, River.


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