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Para leer el mundo, desde mi mundo. Apuntes sobre la Literatura Infantil y Juvenil en Lenguas Originarias Nadia López García
Para leer el mundo, desde mi mundo Apuntes sobre la Literatura Infantil y Juvenil en Lenguas Originarias
Por Nadia López García
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Es necesario comprender que no podemos hablar de una sola forma de vivir la infancia en nuestro país ni en el mundo, debemos reconocer que hay muchas infancias en México y que éstas son diversas e históricas, hacer a un lado las visiones naturalistas y adultocentristas
que en ocasiones tenemos y que han permeado en las miradas que hoy tenemos hacia niñas y niños. Es importante ver a las infancias como constructores de contenidos sociales, con capacidad de agencia, ligados a su contexto, en función de cómo les miremos y les nombremos, será el acercamiento y diálogo que sostengamos con ellas y ellos.
Cuando hablamos de LIJ en nuestro país, por lo regular pensamos en toda la Literatura Infantil y Juvenil creada desde el español, olvidándonos que en México no sólo pensamos, hablamos, escribimos y leemos en español sino que lo hacemos en 68 lenguas más. Es necesario recordar que en nuestro país el 37.9% del total nacional de la población indígena, son bebés, niñas y niños, muchos de los cuales no hablan español, ¿entonces para ellos no hay LIJ?, claro que la hay, pero es menos visible, menos editada y difundida.
Si revisamos la historia de la LIJ en México, quizá tendríamos que remontarnos a 1924 y 1925, cuando aparecen las famosas Lecturas clásicas para niños, publicadas por el Departamento Editorial de la Secretaría de Educación, en donde se comenzó a pensar a la LIJ como un espacio para alfabetizar, por tanto la mayoría de materiales se realizaban en español. Es hasta 1962, cuando la SEP publica en México, Aleluyas de Rompetacones, 100 Cuentos y una Novela, donde el autor comenta en el prólogo que la obra es “sugerencias para la imaginación, no para que aprendan”, es en este momento donde podemos decir que la LIJ en México se desmarca de ese sentido meramente pedagógico y comenzará un florecimiento de la misma, sobre todo en los años 90, todo lo anterior, referente a la LIJ escrita en español.
Sin embargo, poca o nula información tenemos sobre el camino que siguió la LIJ en lenguas indígenas, sabemos que gran parte de ella es difundida por los Libros del Rincón de la SEP, por el INALI, CONAFE, entre otros. Sin embargo, aún no hay suficientes editoriales especializadas en LIJ que editen y promuevan las obras escritas en una lengua mexicana, distinta al español.
¿Cómo hacemos para que las infancias puedan leerse y escucharse en su lengua materna?, ¿Para que puedan seguir dialogando y construyendo desde su palabra? Recordemos que la LIJ es también un espacio para el encuentro, para el diálogo y la reconstrucción, en donde la palabra es crucial. La palabra escuchada, leída, dicha, nos posibilita la reconfiguración de nuevos simbolismos y realidades, nos permite construir metáforas para nombrarnos y renombrarnos. De ahí la importancia de crear y promover espacios para el diálogo y escucha en todas las lenguas que hablan las niñas y niños.
Es importante que nos acerquemos más a conocer la LIJ que se está haciendo en otras lenguas de México para también acercarla a nuestras comunidades de trabajo, la cual camina en dos flechas, la primera para reconocer las otras literaturas y compartirlas con las infancias no hablantes de alguna lengua originaria y con ello sepan que hay otros mundos, distintos al español en nuestro país, y la segunda, reconocer el derecho que niñas y niños indígenas tienen de escucharse y leerse en sus lenguas. Hay ya varias docenas de títulos en lenguas indígenas, pero la gran mayoría pertenecen a traducciones, pocos textos nacen desde la comunidad, desde el simbolismo del pueblo y lengua. Una lengua no sólo es un sistema fonético y lingüístico, sino que también es una estructuración de mundo. ¿Qué mundos conocemos, escuchamos, leemos, compartimos? Que estas palabras sean una invitación a acercarnos a las infancias, desde sus propias diversidades, lenguas y contextos, a conocer los arrullos que mamás y papás hacen en lengua zoque, a escuchar los relatos que caminan en las comunidades de niñas y niños mixtecos, a acercarnos a las otras formas de LIJ que están creciendo en distintas lenguas de nuestro país
Semblanza : Nadia López García