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NEPAL EN
PLENO RECORRIDO POR LOS SITIOS PROTEGIDOS POR LA
UNESCO
EN ESE
PAÍS ASIÁTICO, UNA PERIODISTA ARGENTINA FUE SORPRENDIDA POR EL TERREMOTO DE
7,9
GRADOS QUE CAUSÓ
9
MIL MUERTES Y DEJÓ A UN CUARTO DE LA POBLACIÓN
EN SITUACIÓN DE EMERGENCIA HUMANITARIA EN TRAGEDIA, DESCUBRIÓ
–INTACTO–
2015. EN
EL MAYOR TESORO DE ESA CULTURA MILENARIA:
LA CREENCIA EN QUE LOS RENACERES EXIGEN SACRIFICIOS.
Txt: Constanza Coll
MEDIO DE LA
DE LA DESTRUCCIÓN A LA CREACIÓN
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sa mañana me levanté, abrí las ventanas y respiré el aire cristalino que bajaba de los Himalayas. Había salido de Katmandú la noche anterior para conocer el pueblo de Dhulikhel, uno de los más antiguos de Nepal, con templos y casas originales del siglo XII, casi en el límite con China. Saludé al sol, desayuné con frutas y un té caliente bien especiado, y bajé la montaña por un camino repleto de flores fucsias y amarillas hasta la entrada del hotel. Habíamos quedado en encontrarnos ahí, a las 11.30 de la mañana, con mi guía nepalí Shree Krishna Lamichene. “Pero podés decirme Shree”, se había presentado en un español perfecto el día que nos conocimos. Nepal no figuraba en los planes originales pero, estando en India, tan cerca, me pareció de lo más prudente y razonable sumar un par de días en el país del Everest y los sherpas, de los cuencos tibetanos, las estupas y los mercados medievales. Valdría la pena: sólo en el Valle de Katmandú podría ver 7 grupos de monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2006, templos budistas, santuarios, palacios y plazas reales. El itinerario era ajustado y, por suerte, con Shree pudimos recorrer mucho en los primeros dos días. “¿Tenés todo? ¿Lista para salir a conocer Swyambhunath?”, me preguntó, anunciando nuestro destino aquel mediodía. Entré al auto. Pero Shree y el chofer, en cambio, cruzaron la calle corriendo y miraron hacia el cordón montañoso, que sonó como un trueno y desapareció bajo una nube de polvo en un instante.
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4 millones
El 25 de abril de 2015, versidad de Katmandú. Sus padres y hermanos toun terremoto de 7,9 davía vivían Dhawa, a 120 kilómetros por ruta más grados en la escala tres horas caminando cuesta arriba, y se dedicaban Son las personas que siguen viviendo en alojamientos Richter, con epicena la agricultura, como el 60 por ciento de la poblaprovisionales tras el sismo, según tro en la ciudad de ción nepalí. El fin de semana en que aterricé había datos de la Federación Katmandú, causó 9 dos eventos importantes en el valle: un Internacional de la mil muertes, más de festival de música electrónica y una Cruz Roja. 15 mil heridos y dejó a clase de yoga del maestro Ram9,5 millones de personas (un dev, ambos eventos de concucuarto de la población de Nepal) con neceEs el monto de los daños rrencia híper masiva. sidades de asistencia humanitaria, más daEn los 30 minutos que tardacausados por el terremoto ños en todo el valle, incluidos muchos de de 2015, cifra que equivale a la mos desde el aeropuerto hasta los templos y sitios históricos de nuestro itiel hotel, Shree ya me había mitad del Producto Bruto nerario. Recién hoy, a más de un año de mi contado que: un dólar equivale a Interno de Nepal. regreso a casa, de las corridas en el aeropuerto, la 100 rupias nepalesas; en Nepal se falta de luz y agua, de las noches en que temblaba festejan cuatro años nuevos en 365 días: el el suelo con cada una de las 100 réplicas, recién newar, el tibetano, el inglés y el nepalés, pero que hoy abro mi cuaderno con las anotaciones del el más importante es el último, que cambia cada aquel viaje y todas las fotos para recordar y escribir 14 de abril y que recién va por el 1973; que el sobre las maravillas de Nepal. Porque, recién hoy, 70 % de la población es hinduista y la segunda maese país empieza a ponerse de pie. yoría es budista; y que la gente suele casarse en el primer, tercer u octavo mes del calendario nepalí, ABECÉ NEPALÍ pero nunca en el séptimo ni en el último. Casualmente, era el primer mes del año y en el hotel En menos de una hora volé de Delhi a Katmandú, donde estaba haciendo el check-in se celebraría, capital y ciudad más importante de Nepal, atravedurante tres días y tres noches, la boda de dos insada por 8 ríos y una ruta comercial milenaria que dios, con sus respectivas y multitudinarias familias. conecta India con China a través de la cordillera de los Himalayas, con 10 de los 14 picos más altos Dejé la mochila en la habitación, tomé un vaso de agua y me fui de compras con Shree. del mundo. Shree me recibió en el aeropuerto: de baja estatura, traía una gorra roja con visera y zaDE DINASTÍAS, DIOSES Y MONASTERIOS patillas con cámara de aire. Tenía 37 años y me El mercado de Thamel ocupa unas pocas cuadras contó que le gustaban las motos y había salido de pero concentra todo lo que una podría querer su pueblo natal para aprender español en la Uni-
u$s 10 mil millones
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comprar o necesitar en Nepal, desde el mejor equipo para escalar el Everest hasta cuencos tibetanos (entre u$s 10 y u$s 1.000, según los metales y el trabajo con martillo con que estén hechos), sal del Himalaya y masalas para condimentar platos tradicionales, máscaras en piedra y madera, saris, todos los dioses bordados a mano sobre paños de seda y collares de flores para hacer ofrendas en los distintos templos. Con tantas cosas colgando en percheros improvisados, apretadas y superpuestas en estanterías sobre las vereditas angostas de Thamel, decidí dejar las compras para otro momento. Desde ahí caminamos un par de cuadras hasta el Durbar Square, frente al antiguo Palacio Real, construido en 1770. Es una de las tres plazas del valle declaradas Patrimonio de la Humanidad y está rodeada por construcciones de los siglos XVII y XVIII, templos hinduistas y budistas, imágenes del Kamasutra, del Dios Mono, guerreros, elefantes, leones y Garuda, un ser mitológico que es mitad hombre y mitad ave, vehículo del dios Visnu. Shree me explicó que en ese Palacio vivieron los reyes de la dinastía Saha desde el siglo XVI hasta el año 2008, cuando Nepal dejó de ser una monarquía constitucional para convertirse en república democrática. Los templos estaban rodeados de mochileros, alpinistas europeos, turistas de primera a tercera clase, hippies y yoguis, pero también de vecinos nepalíes, que llegaban con canastas y collares de flores para hacer las ofrendas del día. En la calle, probamos unos baras, tortillas a base de lentejas y papas, similares a una hamburguesa vegetariana. “El nepalí come un promedio de 8 kilos de carne al año, mientras que un europeo come 80”, me contó Shree mientras pagaba 50 rupias por una porción para cada uno. Caminamos 6 cuadras más para conocer la Torre Dharahar, construida en 1832, de 9 pisos (casi 62 metros) que subimos por una escalera caracol de 213 escalones, ni uno más, ni uno menos. Desde arriba, la vista en 360º permitía ver todo el valle, los ríos y las montañas. Pero, al día siguiente, el 25 de abril, este Patrimonio de la Humanidad quedaría totalmente destruido...
EL SISMO Y YO Hasta las montañas se sacudieron con el terremoto aquel mediodía. De hecho, un par de días más tarde, estudios geológicos confirmaron que el Everest había crecido tres centímetros con el movimiento. Shree y el chofer finalmente subieron al auto y pusimos rumbo de regreso a la ciudad de Katmandú. En el camino vimos árboles y postes de luz caídos, rutas de concreto partidas al medio, casa destruidas y muchos, muchísimos, buscando refugio a cielo abierto. Repasé mis notas: el día anterior, de visita en la antigua ciudad de Bhaktapur, fundada en el siglo XII para ser la primera capital del entonces Reino de Katmandú,
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VIAJAR POR UNA CAUSA
A más de un año de los terremotos que destruyeron hogares, templos y monumentos históricos en Nepal, todavía no hubo grandes avances en la reconstrucción. El país ya recibió más de u$s 4 mil millones en donaciones (dos tercios de lo que se estima que costarán las obras en total), pero todavía no se aplicaron por trabas burocráticas y conflictos políticos. Mientras tanto, ese país asiático invita a los viajeros de todo el mundo a visitarlo y, así, colaborar económicamente con su renacer.
Shree me había mostrado casas y callecitas quebradas por el efecto de dos grandes terremotos que golpearon a Nepal en el pasado, en los años 1934 y 1990. “No hay plata para tirar abajo y construir de vuelta, así que las personas siguen usando esta casa aunque esté toda rota. Por eso la riqueza histórica de Nepal: sus pueblos y ciudades son verdaderos museos vivientes”. Shree no conseguía comunicarse con sus hijos, no funcionaban los teléfonos ni había luz en todo el valle. Antes de que me dejaran en el hotel para empezar la odisea del regreso a casa, le pedí una última escala, de pasada y rapidito, para conocer la estupa Swayambunath. La había visto en fotos, imponente, hermosa, cubierta de banderines de colores, rodeada de otros templos y santuarios, repleta de monos. La estupa es un tipo de arquitectura budista que se encuentra en todo el sudeste asiático. Esta, en particular, tiene pintados los ojos y las cejas de Buda sobre la gran cúpula blanca. Cuando llegamos había cientos de personas girando alrededor de Swayambunath en el sentido
de las agujas del reloj. “Es una forma de meditación en movimiento: mientras caminan, empujan y hacen girar las ruedas de plegaria”, me explicó Shree por lo bajo. En su interior, las prayer wheels contienen un rezo escrito en sánscrito, un mantra que dice: “Om mani padme hum” y que significa: “Sonido del mundo / joya que da luz / flor de loto / soy”. Nos sumamos al rezo masivo alrededor de Swayambunath, que también se había quebrado un poco con el terremoto. Las caras no escondían el susto, la preocupación por todo lo que se rompió, la angustia por no saber cómo seguir. Pero tampoco eran caras de desesperación ni de enojo. Hay tres dioses principales para el hinduismo: Brahma, el creador del mundo y de todas las cosas; Visnu, que representa la protección y la preservación; y Shiva, el gran destructor. Por eso, entienden que la destrucción es parte de la vida, necesaria para terminar con todo lo corrompido y dar comienzo a una nueva era. Para los nepalíes, la destrucción antecede a la creación.◆