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adictos a las grasas

por: dr. José Cárdenas Continuando con esta actitud, ya de adultos y “ante cualquier situación de stress, la recompensa inmediata es la comida, en particular, la grasa”, porque es lo más sabroso y lo que más placer nos proporciona de inmediato.

¿Quién puede resistirse a unos tacos de carnitas o barbacoa, a unos tamales o a una hamburguesa con sus respectivas papas fritas? ¡Pocos! La mayoría, sobre todo en CDMX, consumimos algunos de estos alimentos por lo menos una vez a la semana.

Y el problema no es que los comamos, sino que, por sabrosos, muchas veces nos atascamos hasta el cansancio.

Por naturaleza nuestro organismo requiere de grasas para poder funcionar bien; junto con el azúcar, es de las principales fuentes de calorías, el problema es que “las grasas son tan adictivas como la sal y los azúcares”.

De niños aprendimos que, ante el hambre, el dolor o la ansiedad, la respuesta era comer.

Hasta ahí estaría bien, pero en un ambiente tan estresante como en el que estamos viviendo desde hace algunas décadas, nuestra necesidad psicológica por comidas con alto contenido de grasa, es mayor.

Al igual que el azúcar, las grasas están en casi todos los alimentos procesados: los panecillos, las papas, el chocolate, etc.; éstos nos han acostumbrado tanto a las grasas, que ni en nuestros hogares podemos comer sin ellas.

Para compensar los excesos en su consumo, las recomendaciones son: come menos, haz ejercicio, toma mucha agua.

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