ETC
UNA GRAN MITZVÁ, AUNQUE HAYAN PASADO DÉCADAS… E N LOS ÚLTIMOS MESES DEL AÑO
2020, nuestra Comunidad atestiguó un suceso muy interesante en términos históricos y religiosos: el descubrimiento de tres tumbas en un cementerio de Matehuala, San Luis Potosí, de quienes en su tiempo habrían sido miembros de Monte Sinai, pero que por razones de lejanía geográfica, no pudieron ser sepultados en un panteón judío. Pero además, este hallazgo suscitó un acto invaluable por parte de nuestra Jevrá Kadishá, consistente en la exhumación y traslado de esos restos humanos, para ser finalmente enterrados en nuestro Beth Hajaim, de acuerdo con los principios de nuestra religión. Como es por todos conocido, en la primera mitad del siglo XX, muchas familias de la Comunidad Judía de México llegaron a establecerse en distintas ciudades y poblados de la pro-
48
vincia mexicana. Eran años en que aquellos migrantes de Medio Oriente y Europa salían a buscar oportunidades de trabajo en el interior de la república, hasta que finalmente, años después, casi todos decidieran asentarse en la capital para gozar de los beneficios sociales, religiosos y económicos de vivir en Comunidad. Por ello, cuando una persona fallecía en provincia, no siempre era posible enterrarlos en el Beth Hajaim de la Ciudad de México, por lo que sus familiares tenían que recurrir a panteones locales para sepultar a sus seres queridos. A continuación presentamos la historia de este acontecimiento, con testimonios de tres personas directa o indirectamente involucradas: el Sr. Jacobo Chattaj Moussan, Presidente de la Jevrá Kadishá Monte Sinai; el Sr. Isaac Cheja Hanono, uno de los familiares de las personas exhumadas; y el Rab. Abraham Tobal, Rabino Principal de nuestra Comunidad.