EQUIPO TÉCNICO
Presbítero: José María Moratalla Escudero DIRECTOR GENERAL
Daniel Ernesto Ayala Flores COORDINADOR DE MÚSICA
Gabriela de Coto INSTRUCTOR DE COROS
Carlos Alberto Caminos López INSTRUCTOR DE CONTRABAJO
Rolando Hernández Paz INSTRUCTOR DE HISTORIA
Luis Enrique Castillo Pérez Adriana Rodríguez Somoza DISEÑO
Fundación Edytra. El Salvador Derechos Reservados. Año 2021
PRESENTACIÓN
“El Desarrollo es el nuevo nombre de la Paz. El verdadero Desarrollo es el Desarrollo integral de todo el ser humano y de todos los seres humanos” (Pablo VI PP).
La UNESCO enfatiza algo tremendamente similar: “Todas las sociedades procuren avanzar por el camino que lleva a una Utopía necesaria en la que no se deje sin explotar ninguno de los talentos que, como un tesoro escondido, yacen en el fondo de cada persona. Basándose en los cuatro pilares de la educación: aprender a ser, aprender a conocer, aprender a hacer y aprender a vivir juntos“ (UNESCO 1996).
Nosotros, uniéndonos a la Iglesia, “experta en humanidad” (Pablo VI) asumimos como eje central y prioritario del arte de la educación el Humanismo. Y éste comprometido con el verdadero Desarrollo integral de toda la persona y de todas las personas.
Cuando ” …una globalización sin solidaridad afecta negativamente a los sectores más pobres. Ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y opresión, sino de algo nuevo: la exclusión social. Con ella queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está abajo en la periferia o sin poder, sino que se está afuera. Los excluidos no son solamente “explotados” sino “sobrantes” y “desechables” (Aparecida, 65)”.
Cuando …se vive en un ambiente difícil y duro, donde pareciera que el solo hecho de ser joven, muchacha o muchacho, ya es un delito: la violencia organizada los pelea para hacerlos suyos; la seguridad nacional desconfía de ellos; la sociedad civil no tiene las alternativas ni los medios idóneos para desarrollar sus derechos humanos ni el logro de su autoestima y felicidad.
Cuando …una tercera parte de buenos salvadoreños se han visto forzados a dejar su propio país. A aventurarse por encontrar, en pueblos lejanos y extraños, una oportunidad laboral para su subsistencia y bienestar, a costa de la pérdida paulatina de su idiosincrasia y sus valores y principios ancestrales.
Cuando …el misterio maravilloso del trabajo constituye para la mujer y el hombre, “una de las dimensiones fundamentales de su existencia terrena y de su vocación”(LE 11 y 4). Y, “en cuanto problema del ser humano, ocupa el centro mismo de la “cuestión social” (LE 2), de lo que es como su fundamento, “una clave, quizá la clave esencial” (LE 3). Sin embargo, en la realidad, es insuficiente y no importa tanto el trabajo humano, sino el ser humano en el trabajo (como centro y sujeto).
Cuando “…la sociedad tiene necesidad de artistas, de la misma manera que necesita de científicos, técnicos, trabajadores, especialistas, testigos de la fe, profesores, padres y madres, que garanticen el crecimiento de la persona y el progreso de la comunidad, a través de aquellas formas sublimes de arte que es el “arte de educar” (Juan Pablo II)”. Porque El no es sólo la suma Verdad. El es también la suma Bondad y la suprema Belleza.
“¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para darle poder?” (Sal 8). El soñó con nosotros desde la eternidad. Su fantasía y coraje, herido el corazón de ternura y bondad, unió sus sueños y los nuestros. Ahora se oyen cantos de bodas, se rompe lo imposible humano y el trampolín de la vida nos lanza a la divinidad.
Pero de lo que se trata ahora no es de la promesa de la paz, sino de su envío; no de la dilatación de su entrega, sino de su realidad; no de su anuncio profético, sino de su presencia. Es como si Dios hubiera vaciado sobre la Tierra un saco lleno de sueños; un saco pequeño, pero lleno, ya que “un niño se nos ha dado” (Is 9,5), pero “en quien habita toda la plenitud de la divinidad” (Col 2,9). “Ha aparecido la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor al ser humano” (Tit 2,11). Dios nos manifiesta y comparte su sueño de amor, belleza y paz al añadir a la Humanidad el nombre de Dios.
Porque Dios cambió su nombre por Enmanuel, Dios con nosotros, y porque el ser humano, amando apasionadamente, se trascendió a sí mismo, ahora el camino y el objetivo de ambos son idénticos. El camino y método, el Arte. El objetivo y fin, la Divinidad del Amor.
El Artista Mayor del Universo sembró en cada persona y en cada niño la semilla de creatividad y fantasía. Se ilumina el diario vivir y la gratitud y la alegría. Nacimos en un país coloreado desde su despertar en amaneceres caprichosos, hasta los anocheceres enrojecidos de sangre y fuego. Con cielos azules infinitos, el intenso verde de los cerros, la fuerza de los volcanes, los colores del torogoz y la guacamaya, el inquieto vaivén del mar turquesa convertido en blanca espuma al besar las rocas, la alegre danza del fuego doméstico bajo el comal
transformando el maíz en tortillas, pupusas, riguas, tamales hace de las cipotas y cipotes salvadoreños tierra fértil para la pintura:
Se abrazan sonrientes los colores, Tocando las almas se mezclan las emociones Y el pincel danza en puntillas.
La forma de hablar de los salvadoreños tiene un ritmo infantil. Por eso nos llaman “pipiles” (los que habla como niños), Con el ritmo y la musicalidad del infante abordamos la música y sumergimos a los niños en ella, en su aprendizaje y ejecución. Aceptamos el reto y la aventura de crear con el Mined el Bachillerato Musical y una Orquesta Sinfónica y un Coro de niñas y niños en riesgo de exclusión social. Porque la Música es el lenguaje universal de la Humanidad, la historia de nuestra orquesta comienza con la frase: “Erase una orquesta que contaba historias”:
Notas y sensaciones. Suena recién nacida La música a borbollones.
El Teatro es poesía que se sale del libro para hacerse humana en la diversidad de regiones, culturas y caracteres del alma salvadoreña:
Sobre la madera están: elque enreda y el que remedia, Llanto o risa en el mensaje La lucha entre el mal y el bien.
Ser salvadoreño, ser uno con la vida, significa ser uno con el ahora. Entonces nos damos cuenta de que no vivimos la vida, sino que es ella la que nos vive. La vida es bailarina y nosotros somos la danza:
El espacio se llena de espirales y caracoles: Suaves, ágiles, iracundos Fluyendo sangre y verdad Entre cometas y soles.
Inmersos, así en la Belleza de la Pintura, la Música, el Teatro y la Danza queremos aprender a ser más nosotros mismos, mejores salvadoreños y mejores ciudadanos del mundo comprometidos con el Desarrollo integral de toda la persona y de todas las personas.
Su amigo P. Pepe Moratalla, Salesiano de Don Bosco
Introducción.
La formación de estudiantes en el área de las artes y en especial en la música, luego de más de dos décadas de haber sido interrumpido su enseñanza formal; implican en la actualidad una serie de desafíos.
Particularmente la creación, validación e implementación del Bachillerato en música desde el año 2018, (hecho que obedece a la gestión de la Fundación EDYTRA y a la entera disposición de las autoridades del MINISTERIO DE EDUCACIÓN CIENCIA Y TECNOLOGÍA), requiere de un nuevo paradigma pedagógico, que sea congruente con los desafíos planteados. Este esfuerzo de pasar de la informalidad a la formalidad requiere de una serie de acciones concretas de parte de los actores, que van desde la necesidad de profesionalizar a los encargados de transmitir conocimientos musicales hasta la generación de insumos acordes a esta necesidad.
Y es en respuesta a esta necesidad que la fundación EDYTRA con el apoyo de los instructores del Bachillerato Técnico Vocacional en Música implementado en el Instituto Técnico Obrero Empresarial ITOE que su ves, son instructores de las 16 especialidades instrumentales de El Coro y Orquesta Sinfónica Juvenil Polígono Don Bosco, ambas pertenecientes a la fundación EDYTRA se ha dado a la tarea de realizar los 3 libros correspondientes a los 3 años del Bachillerato en música de cada una de las 16 especialidades ofrecidas por nuestra institución, que incluyen formación coral, historia de la música, lenguaje musical y 13 instrumentos orquestales.
Haciendo un total de 48 libros que conformarán este aporte a la formación de los futuros estudiantes de música en nuestro país. Y es así que tenemos el gusto de presentarles a un miembro de la serie de libros de apoyo al plan de estudios del Bachillerato Técnico Vocacional en Música.
Espero que les sea de mucha ayuda en el aprendizaje del instrumento.
Daniel Ayala Coordinador musicalÍndice
MODULO 1 ELAVORACIÓN DEL MARCO HISTÒRICO DE LA MÚSICA UNIVERSAL BTVM1.5 ---------------------------------------------------------------------------- 9 HISTORIA DE LOS PERIODOS MUSICALES
- MÚSICA EN LA ANTIGUA GRECIA
- MÚSICA EN LA ANTIGUA ROMA
- EL CANTO GREGORIANO
- EL MOVIMIENTO TROVADORESCO
- EL BARROCO
- EL CLASICISMO - EL ROMANTICISMO
MODULO 2 MÉTODO DE CONTRABAJO PARA ALUMNOS NIVEL BÁSICO -------------41
- EL CONTRABAJO.
- DESCRIPCIÓN.
- PARTES DEL CONTRABAJO Y ARCO.
- HISTORIA DEL CONTRABAJO.
- ORIGEN DEL CONTRABAJO.
- POSTURA CORRECTA DEL INSTRUMENTO Y POSICIONES DE MANOS . CON LA TECNICA ADECUADA.
- ESQUEMA DE LAS FIGURAS MUSICALES Y SILENCIOS.
- LA MÉTRICA
- CLAVES MUSICALES
- EL PENTAGRAMA.
- CLAVE DE SOL.
- LINEAS ADICIONALES.
- CLAVE DE DO.
- CLAVE DE FA.
- FORMA CORRECTA DE COMO TOMAR EL ARCO DE CONTRABAJO.
- EJERCICIOS EN LAS CUERDAS SOL, RE, LA Y MI.
- GOLPES DE ARCO LEGATO Y STACCATO.
- LAS POSICIONES DE MANO IZQUIERDA.
- MEDIA POSICIÓN.
- NOTAS DE LA MEDIA POSICIÓN
- APUNTES PARA CONTRABAJO.
- PRIMERA POSICIÓN.
MODULO 3 CANTO A UNA VOZ - BTVM1.3--------------------------------------------------141 PRÁCTICA CORRAL - LECCIÓN 1: PRINCIPIOS BÁSICOS - LECCIÓN 2: PRINCIPIOS BÁSICOS 2 - LECCIÓN 3: PRINCIPIOS BÁSICOS 3 - LECCIÓN 4: LOS TIPOS DE VOCES - LECCIÓN 5: LOS TIPOS DE VOCES 2 - LECCIÓN 6: EL PASSAGGIO - LECCIÓN 7: AFINACIÓN Y ENTONACIÓN - LECCIÓN 8: APOYO VOCAL - LECCIÓN 9: RESPIRACIÓN NASAL VS RESPIRACIÓN BUCAL - LECCIÓN 10: MANTÉN LA POSTURA - LECCIÓN 11: CUIDADO CON TU VOZ - LECCIÓN 12: MITOS SOBRE EL CANTO - LECCIÓN 13: TU PRESENCIA ESCÉNICA - LECCIÓN 14: COMBATE DEL PÁNICO ESCÉNICA - EJERCICIOS Y RECURSOS
MODULO 4 LECTURA Y ESCRITURA DE PEQUEÑAS COMPOSICIÓNES MUSICALES - BTVM 1.4 ------------------------------------------------------------------------ 173 LENGUAJE MUSICAL - MÚSICA. PROPIEDADES DEL SONIDO - EL PULSO - LAS FIGURAS MUSICALES - EL COMPAS. INDICACIÓN DE COMPAS - RITMO - LAS CLAVES - EL PUNTILLO - CONTRATIEMPO Y SINCOPA - ANACRUSA - LIGADURAS - CALDERÓN - AGÓGICA - TERMINO DE MATICES - LOS REGULADORES
MODULO 1 ELAVORACIÓN DEL MARCO HISTÓRICO DE LA MÚSICA UNIVERSAL - BTVM1.5
Música en la antigua Grecia
La música jugaba un papel muy importante en prácticamente todos los aspectos de la vida para los antiguos griegos. Se escuchaba en las reuniones públicas y privadas, en las fiestas, en ceremonias, en todos los actos de adoración, en los eventos deportivos, en los teatros, en las escuelas, en los barcos e incluso en los campos de batalla.
Algunas de las razones por las que es importante el conocimiento de la música en la antigua Grecia son: Es la mayor fuente de música en la antigüedad que se conserva hasta ahora.
La teoría musical griega se transmitió a la Edad Media y fue el
origen de la teoría musical medieval; posteriormente determinó las teorías musicales (sobre todo acústicas) del Renacimiento.
En el 1200 a.C Grecia sufrió una importante invasión, por la trascendencia posterior que iba a tener, fue la de los dorios. De este periodo tenemos como testimonio los textos de Homero, La Ilíada y La Odisea, con las narraciones de las gestas de los héroes micénicos. De estos textos sacaron la inspiración los cantores para crear sus canciones, que seguían las melodías tradicionales o nomoi.
Además de estos pseudo cantores profesionales, también existía la música popular y la coral, interpretada por grupos de ciudadanos en sus actuaciones o manifestaciones artísticas o rituales.
La música en la antigua Grecia era materia obligada de estudio, hecho que demuestra la evolucionada cultura del pueblo griego, no sólo en el terreno de otras vertientes artísticas que ya conocemos, sino también en el terreno musical.
En el siglo VII a.C. aparece la poesía lírica, llamada así por acompañar los textos con música interpretada con la lira, término que perdura hasta el día de hoy. Los temas eran básicamente de índole amorosa, aunque también había de otros tipos, como gestas heroicas, etc.
A principios del siglo V, e incluso a finales de VI a.C., Atenas tomó el relevo de Esparta en cuanto a ser el centro cultural predominante en Grecia. Es entonces cuando aparecen el ditirambo y el drama, sumamente importantes ambos, por la trascendencia que tuvieron en la historia universal.
El ditirambo, creado en el culto a Dionisio, consistía en unos bailes y cantos acompañados por el aulos.
Probablemente los dramas griegos se basan en estos ritos antiguos. Los poetas-músicos creaban piezas con música y drama; es decir, que incluían poesía, danza y música. Los dramas se representaban en los anfiteatros por actores que cantaban y bailaban. Los textos se podían expresar tanto declamando como cantando. La danza, se denominaba orchesis, se realizaba delante del escenario a cargo de un coro. Este lugar donde se realizaba la danza se llamó orchestra. Ya podemos ver de qué manera, esas demostraciones musicales de la antigua Grecia han sido importantes e imperecederas en su base.
En el siglo V a.C ya se observa una mayor evolución hacia formas más complejas, y los poetas-músicos se profesionalizaron en la creación de dramas, dejando tal vez, un tanto de lado la raíz popular que tuvieron en un principio.
Sistema musical
La música griega es siempre monódica (para una sola voz), tanto la música vocal como la instrumental. El papel de los instrumentos en la música vocal no está claro: podrían doblar la melodía de la voz o variarla, creando así una textura heterofónica. La teoría musical griega se centra por tanto en el estudio del ritmo y de la melodía; el objeto principal de estudio es el intervalo. Existían tres intervalos principales, que correspondían a tres proporciones
matemáticas simples:
— Octava (2:1)
— Quinta (3:2)
— Cuarta (4:3)
El descubrimiento de estas proporciones se atribuye a Pitágoras, en el siglo vi a.C. Estos tres intervalos determinan las unidades principales del sistema griego. La unidad básica es el tetracordo, que consiste en un conjunto de cuatro notas que abarcan una cuarta justa.
Las dos notas internas podían afinarse de diferentes formas, dando lugar así a diversos géneros de tetracordo; los intervalos más amplios están siempre entre las notas más agudas, los más estrechos entre las más graves. Los géneros principales de tetracordo son tres:
Diatónico: 1 tono - 1 tono - ½ tono
Cromático: 1½ tono - ½ tono - ½ tono
Enarmónico: 2 tonos - ¼ tono - ¼ tono
Los tetracordos se combinaban para construir unidades mayores. La más habitual era la octava, es decir, la unión de dos tetracordos del mismo género.
Los modos griegos
Un modo griego es una organización de sonidos descendentes (que van de un sonido agudo a uno más grave) estableciendo distancias de tono o medio tono entre los siete sonidos que lo conforman. Los modos griegos establecen los fundamentos teóricos de lo que se denomina posteriormente escalas musicales. Para ser más comprensible esta definición, se puede construir un modo o escala si se usan las notas de una escala mayor cambiando el «punto de partida», pero haciéndolos de forma descendente, por ejemplo, de do a do, si a si, completando las siete escalas, una sobre cada sonido.
Los modos griegos son: Modo dórico, Modo locrio, Modo frigio, Modo hipofrigio, Modo lidio, Modo hipolidio y Modo mixolidio.
Música en la antigua Roma
La música en la antigua Roma cumplió un papel importante en la vida social, en el trabajo y como no, en el ejército.
Los antiguos romanos asimilaron el legado musical que provenía de Grecia y del pueblo etrusco. Lo usaban en la música religiosa y adoptaron instrumentos musicales de esas culturas: la trompeta etrusca, el syrinx (flauta pastoril), la lira, el tympanon (pandereta), los cymabala (platillos), crotala (sonajas) y el scabillum (sonajas para los pies). Esas últimas se utilizaban sobre todo en las danzas que se realizaban en honor a Cibeles y Baco.
En el S IV a.C. en la antigua Roma ya se realizaban obras teatrales con música que acompañaba los textos, como eran las danzas en forma de pantomima, que se acompañaban de la tibia, instrumento de viento, y el aulos griego que pasó a ser también el instrumento romano por excelencia.
En la antigua Roma se crearon grupos o gremios teatrales. En ellos se encontraban mimos, actores, danzarines, y músicos concocidos como histriones, palabra de origen etrusco que significa danzarín. Éstos hacían adaptaciones de los dramas griegos, y en los escenarios actuaban los coros y los dúos. En Roma también se imitó la poesía griega, Catulo y Horacio fueron
unos de los más importantes poetas, que escribieron piezas para cantantes y coros, que se acompañaban de la lira, el arpa, el laúd o la cítara.
También existía otro tipo de música en la antigua Roma, era la que acompañaba uno de los espectáculos más populares de la ciudad: las luchas entre gladiadores y de otro tipo que se podían ver en los anfiteatros, esta música distaba mucho de ser culta, y evidentemente tenía un caríz mucho más popular.
El imperio romano se expandía y con ello se iban adoptando nuevos instrumentos musicales o se perfeccionaban otros ya existentes, como es el caso del aulos, a raiz del mismo se creó otro llamado tibia bassa, o el calamaulos, de forma cónica que bien podía ser un precursor de la chirimía.
Ya en el siglo I d.C en la antigua Roma se pueden apreciar dos corrientes musicales claramente diferenciadas: la música religiosa, que tanto acompañaba ritos cristianos como paganos y la música profana, que era la que se interpretaba en todo tipo de fiestas o manifestaciones de la importante vida social de la antigua Roma.
El Canto Gregoriano
Surge a partir del deseo de varios Papas de unificar la liturgia católica, su creación se le atribuye al papa Gregorio Magno (de ahí el apelativo “gregoriano”).
El canto gregoriano, como todo el canto litúrgico medieval, presenta las siguientes características:
— Es un canto monódico, es decir, se utiliza una sola línea melódica tanto para el canto solista como para el canto a coro.
— El ritmo es flexible, dependiendo del texto que se canta; no hay compás ni pulso regular, y tanto el fraseo como la distribución de acentos se ajustan a las necesidades de declamación del texto.
— El ámbito es reducido, no superando normalmente la octava.
— La melodía se construye sobre un complejo sistema modal similar al de otras músicas de la Antigüedad, codificado y modificado posteriormente por los teóricos musicales.
—Las partituras del canto gregoriano están escritas en tetragrama (a partir del trabajo de Guido d’Arezzo).
—Su texto está escrito en latín, exceptuando el Kyrie Eleison («Señor ten
piedad»), sección del ordinario la misa en lengua griega.
Según la relación entre el texto y la melodía, se desarrollan tres estilos de canto:
Silábico. Es el estilo más simple: a cada sílaba del texto le corresponde una nota (a veces dos).
Neumático. Estilo adornado: a cada sílaba le corresponden varias notas (normalmente de dos a seis).
Melismático. Estilo muy adornado: algunas sílabas tienen melismas extensos, a veces de decenas de notas; en el resto suele predominar el estilo neumático.
Habitualmente en un mismo canto se mezclan varios estilos, pero uno de ellos predomina y es el que caracteriza a ese canto.
La notación
A comienzos del siglo VII, Isidoro de Sevilla afirmaba en sus Etimologías: «si los sonidos no se retienen en la memoria, se pierden, pues no se pueden escribir ».
Un par de siglos después nació la notación musical. Las notaciones más antiguas utilizaban unos signos llamados neumas que se escribían sobre las líneas del texto que se debía cantar. Estos neumas «dibujaban » el perfil melódico del canto, pero no pretendían reflejar con precisión la
melodía, que se aprendía de oído y memorizando.
En la primera mitad del siglo XI, el monje italiano Guido d’Arezzo reunió varias técnicas que facilitaban la lectura a primera vista y por tanto el aprendizaje de los cantos, entre ellas el uso de líneas paralelas para indicar la altura de los sonidos. Guido d’Arezz creo los nombres de las notas musicales a partir de un canto en honor a San Juan Bautista (la primera nota en este sistema se llamaba “Ut” pero fue modificada posteriormente por “Do”). El sistema guidoniano tuvo gran éxito y de él derivaron otras notaciones, como la notación cuadrada que nació en el siglo XII y que aún se utiliza en los libros de canto gregoriano.
El Movimiento Trovadoresco
El nacimiento de la canción profana en lengua vernácula (no en latín) se asocia normalmente con el movimiento trovadoresco, que floreció en el sur de Francia en los siglos XII y XIII. En esta época, en las cortes aristocráticas de Aquitania y zonas cercanas (incluidas Cataluña y el norte de Italia) se difundió un tipo de canción que alcanzó un gran éxito como forma de ocio; los nobles no solamente escuchaban estas canciones, interpretadas habitualmente por juglares, sino que las componían y mantenían en sus cortes compositores de canciones. Los trovadores componían el texto y la música de sus canciones ajustándose a una serie de géneros musicales pero buscando la originalidad en la combinación de recursos poéticos y musicales. Las canciones más antiguas corresponden a Guilhem de
Peitieu (Guillermo IX de Aquitania), duque de Aquitania, que vivió entre finales del siglo XI y comienzos del XII. El movimiento trovadoresco se desarrolló durante el medio siglo siguiente, alcanzó su apogeo en la segunda mitad del XII y comienzos del XIII y comenzó su decadencia a mediados de este último siglo. El tema principal de las canciones trovadorescas es el amor cortés. Se trata de una concepción muy ritualizada del amor: el trovador se enamora de una dama casada, habitualmente la esposa de su señor, y mantiene con ella una relación similar a la relación feudal de vasallaje. Esta relación evoluciona desde el rechazo inicial de la dama hasta la unión amorosa plena, pasando por una serie de etapas.
Además del trovador y la dama (o la
trovadora y el caballero) suele aparecer el personaje del gilós (celoso), esposo de ella, así como los amigos de los enamorados, que facilitan los encuentros, y los lisonjeros, que espían a los enamorados para notificar sus encuentros al esposo y de ese modo escalar puestos en la corte. Las canciones amorosas pueden así plantear el amor en todos sus aspectos: el amor no correspondido, el amor feliz, el temor al descubrimiento, etc.
La forma es siempre la canción estrófica: el texto se divide en varias estrofas, habitualmente de siete u ocho versos, que utilizan un mismo esquema métrico y se cantan con la misma melodía; una estrofa final más breve, la tornada, repite la estructura de los últimos versos de la estrofa y se canta con la melodía de estos. Las rimas pueden ser las mismas en todo el texto o variar de estrofa en estrofa.
La melodía divide habitualmente la estrofa en dos secciones, con frecuencia repitiendo la primera melodía, con una estructura AAB, conocida como «forma bar», de una palabra alemana que significa ‘canción’. Lo más habitual es que la sección A se aplique a los dos primeros versos y se repita en los dos siguientes, mientras el resto de la estrofa constituye la sección B. Por supuesto, este esquema no es único y el mérito de un trovador estaba en saber encontrar una correlación original entre estructura poética y musical.
Las principales características de las melodías trovadorescas son estas:
• Las melodías utilizan el mismo sistema modal que las gregorianas, pero con algunas diferencias: no existe una nota tenor, por lo que la distinción entre modos auténticos y plagales no es pertinente.
• Los ámbitos son muy diversos, y pueden abarcar desde una cuarta o una quinta hasta una doble octava; lo más habitual es que cada sección de la estrofa se organice sobre un ámbito diferente, y el total abarque en torno a una octava.
• El estilo de canto tiende a lo silábico, aunque también hay melodías muy adornadas.
• El ritmo era probablemente más acompasado y regular que en el canto gregoriano.
• La interpretación se acompañaba con instrumentos, seguramente en textura heterofónica.
Géneros de canciones.
En su momento de esplendor, las canciones trovadorescas se clasificaban en los siguientes géneros:
Cansó: es la canción amorosa, y constituye el modelo de todas las demás. Forman el conjunto principal de la canción trovadoresca.
Alba: es un subgénero de la cansó. Trata el dolor de los amantes al tener que separarse al amanecer, tras haber pasado la noche juntos, para evitar que los sorprendan. Los avisos del amanecer (rayos de sol, cantos de pájaros), que habitualmente son signos de alegría, se convierten aquí en signos de tristeza.
Pastorela: relacionada con la cansó, pero de carácter narrativo y dramático más que lírico. Cuenta habitualmente el encuentro de un caballero con una pastora en el campo; el caballero la requiere de amores y se establece
un diálogo que termina con el rechazo de la pastora al caballero o con la aceptación de la relación amorosa.
Sirventés: trata temas políticos, satíricos o morales. Normalmente imitaban la estructura métrica de una cansó y se cantaban con su melodía.
Tensó: es un debate entre dos trovadores; uno de ellos fija la forma de la estrofa y la melodía, y el otro tiene que continuar sobre el mismo esquema.
Planh: llanto por la muerte de un personaje, o por una situación desgraciada.
Instrumentos medievales.
La iconografía y la literatura presentan multitud de instrumentos que se utilizaban en la música medieval. Algunos de ellos son los siguientes:
Cordófonos. Entre los instrumentos de cuerda pulsada los había con mástil, como el laúd y la guitarra; también sin mástil, como los diversos
tipos de cítaras pulsadas o percutidas, llamadas genéricamente salterios; y una gran variedad de arpas.
Los instrumentos más habituales de cuerda frotada eran las viellas, antecedentes de las violas y violines; el rabel, de origen árabe, se utilizabe en la península Ibérica y en otras zonas de Europa. Un importante instrumento de cuerda frotada era la zanfona (conocida también como organistrum), en la cual las cuerdas se frotan con una rueda que se maneja con una manivela; y en lugar de pisar las cuerdas directamente con los dedos, se utiliza un teclado sencillo.
Aerófonos. Entre los aerófonos de madera había una amplia variedad de flautas, tanto rectas como traveseras; se utilizaban también con frecuencia los aerófonos de lengüeta simple, como el albogue o doble, como las chirimías. Muchos de estos instrumentos se construían en varios tamaños para manejar distintas tesituras.
Los aerófonos de metal eran naturales, es decir, no utilizaban ningún tipo de válvula, con lo que podían realizar solamente los armónicos naturales de su sonido base. Destacan varios tipos de trompetas (rectas) y trompas (curvas o enroscadas). También deben incluirse entre los aerófonos los diversos tipos de órganos; los
más habituales eran los portativos, que se llevaban normalmente colgados y se podían utilizar en desfiles; los había también positivos, más grandes, que se colocaban sobre una mesa u otro soporte.
Membranófonos e idiófonos. Ambos tipos de instrumentos eran muy frecuentes en la música medieval, especialmente en las danzas.
Los membranófonos abarcaban varios tamaños, desde los tambores más pequeños y portátiles hasta los grandes timbales, que normalmente se transportaban a lomos de caballerías; podían ser simples o dobles, abiertos o cerrados, y tener una o dos membranas.
Era habitual la interpretación por un mismo músico de una flauta y un tambor. Se utilizaba también una gran diversidad de idiófonos (campanas y campanillas, sonajas, sistros, etc.).
El Barroco
La música barroca o música del Barroco es el estilo musical europeo, relacionado con la época cultural homónima, que abarca aproximadamente desde el nacimiento de la ópera en torno a 1600 hasta la muerte de Johann Sebastian Bach, en 1750. Es uno de los estilos de la generalmente llamada música clásica o culta europea, antecedido por la música del Renacimiento y seguido por la música del Clasicismo. Caracterizada por la aparición de la tonalidad y el uso del bajo continuo, la barroca fue la época en la que se crearon formas musicales como la sonata, el concierto y la ópera.
• Las principales características de la música de la época barroca son:
•
La polarización de la textura hacia las voces extremas (aguda y grave).
• La presencia obligatoria del bajo continuo.
• El desarrollo de la armonía tonal, en la que el movimiento melódico de las voces queda supeditado a la progresión de acordes funcionales, armados
desde el bajo continuo. El ritmo armónico es rápido (cambio frecuente de acorde).
• El ritmo del propio bajo establece un compás claro y sencillo (sea binario o ternario), muy uniforme, incluso mecánico.
• El desarrollo de un lenguaje instrumental propio diferenciado del vocal, con adaptación de la escritura musical a cada tipo de instrumento (escritura idiomática).
• En los teatros de ópera aparece la orquesta, con predominio de instrumentos de cuerda frotada, base de la actual orquesta sinfónica.
• El amplio espacio dejado a la improvisación, tanto en obras libres como en las ya escritas, en forma de ornamentación.
• Utilización de lo que se ha denominado la dinámica en terrazas. La intensidad del sonido se da de forma brusca, de p a f hacer crescendo y viceversa.
Formas principales de la música instrumental
• Fuga
En la primera mitad del XVII era habitual contraponer los estilos fantástico y contrapuntístico en una misma pieza: se comenzaba imitando las improvisaciones del músico para hacerse con el instrumento, pasando después a utilizar técnicas de contrapunto con mayor rigor. Estas piezas, normalmente con el nombre de toccata o preludio, constaban así de dos secciones casi independientes.
Con el tiempo, esas dos secciones se convierten en movimientos separados, tomando la segunda el nombre de fuga.
Esta consiste en el tratamiento contrapuntístico de un tema o sujeto que entra sucesivamente en las distintas voces (de dos a seis, o incluso más), acompañándose de un contrasujeto y otros temas secundarios. Cuando todas las voces han expuesto el sujeto, se pasa al desarrollo de los temas, utilizando técnicas ya antiguas, como la inversión (convertir los intervalos ascendentes en descendentes y viceversa), la aumentación o disminución (variando la duración de las notas), el estrecho (adelantando la entrada de los temas en varias voces) junto a técnicas nuevas (modulación a tonalidades vecinas o lejanas, desarrollo de motivos).
Finalmente, se reexpone el sujeto de forma rotunda, casi siempre sobre pedales de dominante o tónica.
La suite
La suite consiste en una sucesión de danzas precedidas habitualmente por un preludio en estilo fantástico. Todos los movimientos están en la misma tonalidad y presentan forma binaria AABB con la modulación a la dominante y vuelta a la tónica (excepto el preludio, que tiene forma libre).
Una suite puede incluir cualquier número de danzas y en cualquier orden, aunque el esquema fundamental incluye cuatro: allemande, courante, sarabande y gigue, de origen alemán, francés, hispano y británico respectivamente. Se pueden añadir otras danzas, casi siempre entre las dos últimas, o sustituirlas por otras diferentes, según el gusto de la época, el autor o el lugar en que se ejecutarán.
La sonata
Con el nombre de sonata se designaron en principio las piezas escritas para instrumentos de cuerda o viento, frente a la toccata para tecla o cuerda pulsada y la cantata para voz. Al principio se trataba de composiciones breves que explotaban la capacidad del instrumento, sin una forma fija y definida. Poco a poco evolucionan hasta abarcar varias secciones de carácter contrastante y finalmente se componen de varios movimientos independientes.
El concierto
El término concertado se utiliza desde principios del XVII para referirse al estilo que mezcla partes vocales y partes instrumentales; aparecen así el concierto vocal o el concierto sacro. A finales del siglo, el término concierto se usa también para piezas que incluyen dos o más grupos de instrumentos, frente a la sonata que incluye un solo grupo.
Las formas más habituales de concierto, según su instrumentación, son tres:
• Concerto grosso. Contrapone dos grupos de instrumentos, uno pequeño (concertino) y otro grande (concerto grosso). El primero suele estar compuesto por dos violines solistas y bajo continuo; el segundo, por violines primeros y segundos, violas y bajo continuo. Esta formación puede variar.
• Concierto solista. Contrapone un instrumento solista a un grupo. Este suele tener la misma formación que en el concerto grosso.
•
Concierto de grupo. Las partes solistas se reparten entre los mismos instrumentos que forman el grupo, de modo que todos (o casi todos) son solistas en algún momento.
Al igual que la sonata, el concierto no tenía en principio un número fijo de movimientos ni una estructura particular para estos. Es una especie de sonata concertada, no una forma diferente. En el Barroco tardío se generaliza la forma en tres movimientos, primero y tercero rápidos y segundo lento.
Música Vocal del Barroco
Las cantatas de esta época son sucesiones de movimientos de ambos tipos, en diversas formas, de las que la más frecuente es la forma RARA (Recitativo –Aria - Recitativo - Aria).
Aunque hay diversos tipos de arias, la más utilizada fue la llamada aria da capo, con forma ABA: el texto se divide en dos secciones a las que se aplica diferente música; tras la segunda se repite da capo la primera, momento en el que los cantantes podían ornamentar y variar la melodía para mostrar sus capacidades vocales. En este tipo de cantatas, junto a la voz y al continuo, suelen incluirse otros instrumentos, normalmente dos violines, que dialogan con la voz o marcan el comienzo y el final de las secciones con estribillos instrumentales (ritornelli).
El nacimiento de la ópera
Las técnicas musicales que se desarrollan hacia 1600 en la música vocal son principalmente el bajo continuo, la monodia, el estilo recitativo y el estilo concertado. Estas técnicas iban orientadas a mejorar la comprensión de los textos y conseguir una mayor espectacularidad en la interpretación. Si a todo esto le añadimos la idea «barroca» de unión de las artes (que se ve, por ejemplo, en los retablos), resulta comprensible que el producto musical más claramente barroco sea la ópera.
El nacimiento de la ópera va unido inicialmente a los intentos de recuperar el modo de representación del antiguo teatro griego y romano. En Florencia, estos intentos se concentran en un grupo de artistas e intelectuales conocidos como Camerata. Algunos de sus componentes serían, con el tiempo, los primeros en poner en escena una obra teatral cantada de principio a fin, es decir, lo que ahora llamamos ópera (aunque este nombre no se utiliza hasta muy entrado el siglo XVII).
En sus primeros momentos, la ópera es un espectáculo cortesano, y como tal tiene dos características singulares: el «derroche» de medios económicos para su puesta en escena, y su asociación con acontecimientos importantes (bodas, cumpleaños, etc. ) que hacen que se representen una sola vez, aunque
luego se publiquen los libretos y partituras como «publicidad», sin intención de nuevas representaciones.
Estrictamente, la historiografía musical considera el Clasicismo como un estilo que dominó la música europea durante medio siglo, entre fines del XVIII y comienzos del XIX. La fecha inicial se suele situar en torno a 1770, cuando Haydn llega a su madurez creativa y Mozart se abre camino como compositor; el final hacia 1820, con las últimas obras de Beethoven (que falleció en 1827).
Características musicales
Entre 1720 y 1770 la música, tanto vocal como instrumental, va abandonando técnicas anteriores en un afán de «racionalizar» la música y lograr una mayor sencillez; se trata en el fondo de «facilitar» la percepción de la música. Entre los nuevos desarrollos están los siguientes:
• La forma musical se regulariza, organizándose en semifrases, frases y períodos, normalmente de 2, 4 y 8 compases; a veces se utilizan otras medidas, pero siempre guardando la simetría entre las partes.
• Esta estructura se puntúa con cadencias frecuentes, estableciendo una jerarquía en éstas: por ejemplo, la primera frase de un período termina en semicadencia y la segunda en cadencia perfecta.
• Se simplifica el ritmo armónico, muchas veces coincidiendo con la estructura formal de frases y períodos, abandonando así los frecuentes cambios armónicos del barroco tardío.
• Frente a la estabilidad armónica se opone la diversidad de afectos, cambiando con frecuencia en una misma obra al modo en que las emociones humanas cambian constantemente.
La música instrumental va a despegar definitivamente, para convertirse a final del siglo en el género más importante; la causa de esto está en gran parte en el desarrollo de los conciertos públicos, centrados en obras orquestales, y en la práctica amateur, orientada a la música de cámara. En la primera mitad del siglo se inventan nuevos instrumentos que serán imprescindibles a partir del clasicismo, como el piano y el clarinete; por el contrario, otros que habían sido importantes decaen definitivamente en este momento, como el laúd, la viola da gamba y el clave. La orquesta moderna se desarrolla ahora, principalmente en ciudades alemanas.
Las obras musicales clásicas constan generalmente de varios movimientos, normalmente tres o cuatro, con formas diversas. Las formas básicas con las que se exponen a continuación.
Forma binaria La antigua forma binaria, propia de las danzas y movimientos de sonata barrocos, continúa siendo importante durante el clasicismo. No es frecuente ya encontrar movimientos completos con esta forma, pero sí secciones importantes de estos movimientos; por otra parte, la principal forma clásica, la forma de sonata, deriva de esta forma binaria.
Forma de sonata
La llamada forma de sonata, que no debe confundirse con la sonata como obra musical, es la forma más utilizada durante el clasicismo y la más representativa de este estilo. Es una derivación de la forma binaria. Al mismo tiempo, se va haciendo más complejo el trabajo armónico: la sección de desarrollo puede modular a tonalidades lejanas, pero también otras secciones modulantes pueden extenderse.
Rondó
El rondó consiste en la alternancia de un estribillo instrumental o refrán con una serie de episodios, secciones que presentan diferente material musical y que en general modulan a otras tonalidades; estas modulaciones provocan a veces que el refrán aparezca en tonalidades diferentes. La estructura de un rondó se puede esquematizar como ABACADA…
Una forma mixta entre rondó y sonata es la llamada rondó-sonata. En esta forma el refrán actúa como tema A y el primer episodio como tema B; el segundo episodio cumple la función de desarrollo y finalmente se repiten tanto el refrán como el primer episodio, al modo de una reexposición. La estructura sería la siguiente:
Minueto (o scherzo) con trío El minueto era una danza cortesana de moda durante el siglo XVIII. Pierde importancia a finales del siglo, especialmente después de la Revolución Francesa y es sustituida en las obras musicales por un scherzo (‘broma’ en italiano).
Formalmente consta de dos secciones en forma binaria AABB. Tras la interpretación de ambas se repite la primera sin repetir sus dos partes:
Las obras en tres movimientos generalmente prescinden del minueto. Existen también otras modificaciones a la forma general, suprimiendo o añadiendo movimientos, alterando su orden… Los conciertos con solista presentan una forma particular debido a la necesidad de alternar pasajes a solo con pasajes del tutti.
Música sinfónica
En el ámbito sinfónico, las dos grandes formas son la sinfonía y el concierto con solista. Ambas provienen de formas instrumentales barrocas y presentan la misma estructura formal que las obras de cámara, con
las adaptaciones necesarias para la orquesta, especialmente en el concierto por el papel relevante del solista.
La sinfonía tiene su origen más directo en la sinfonía italiana que se utilizaba como obertura de las óperas, y que tenía normalmente tres movimientos en forma rápido-lentorápido; otras formas que influyeron en el desarrollo de la sinfonía fueron la obertura orquestal y el concerto di gruppo, una forma de concierto en que no había concertino ni solistas.
La sinfonía clásica suele tener cuatro movimientos siguiendo el esquema general presentado arriba;
el primero a veces va precedido de una introducción lenta. La sinfonía se convierte en el período clásico en la forma instrumental más importante, y la que da muestra de la capacidad de un compositor; progresivamente se hace más extensa y compleja, lo que provoca que su número descienda: de
Otras formas
Junto a las anteriores, existen otras formas que se utilizan frecuentemente en los movimientos de sonatas, sinfonías y otras formas musicales del Clasicismo:
• Tema con variaciones: Exposición de un tema, generalmente con forma binaria, seguido de una serie de variaciones sobre el mismo, con diferente ritmo, compás, modo, etc.
• Forma ternaria: conocida también como «forma lied» o «forma de canción». Es una derivación del aria da capo barroca, con dos secciones contrastantes y repetición final de la primera.
Estructura general de una obra clásica
Las sinfonías, sonatas, tríos, cuartetos, etc., de la música clásica presentan una sucesión de movimientos diferentes. La estructura más habitual es la siguiente:
Las obras en tres movimientos generalmente prescinden del minueto. Existen también otras modificaciones a la forma general, suprimiendo o añadiendo movimientos, alterando su orden… Los conciertos con solista presentan una forma particular debido a la necesidad de alternar pasajes a solo con pasajes del tutti.
Música sinfónica
En el ámbito sinfónico, las dos grandes formas son la sinfonía y el concierto con solista. Ambas provienen de formas instrumentales barrocas y presentan la misma estructura formal que las obras de cámara, con las adaptaciones necesarias para la orquesta, especialmente en el concierto por el papel relevante del solista.
La sinfonía tiene su origen más directo en la sinfonía italiana que se utilizaba como obertura de las óperas, y que tenía normalmente tres movimientos en forma rápido-lentorápido; otras formas que influyeron en el desarrollo de la sinfonía fueron la obertura orquestal y el concerto di gruppo, una forma de concierto en que no había concertino ni solistas.
La sinfonía clásica suele tener cuatro movimientos siguiendo el esquema general presentado arriba; el primero a veces va precedido de una introducción lenta. La sinfonía se convierte en el período clásico en la forma instrumental más importante, y la que da muestra de la capacidad de un compositor; progresivamente se hace más extensa y compleja, lo que provoca que su número descienda: de las 104 sinfonías de Haydn se pasa a las poco más de 50 de Mozart y a las 9 de Beethoven. Estas últimas serán el modelo para los compositores románticos, que colocan a la sinfonía en el lugar más
alto de la composición instrumental.
El concierto con solista tiene una forma parecida a la de la sinfonía y las obras de cámara, pero adaptada a las necesidades de un diálogo entre solista y orquesta. En primer lugar, suele tener solo tres movimientos, prescindiendo del minueto o scherzo. El primero tiene forma de sonata, pero en el formato especial del allegro de concierto; el segundo suele tener forma ternaria, o de tema con variaciones, y el tercero es casi siempre un rondó o rondó-sonata.
El Romanticismo
Frédéric Chopin, uno de los representantes del romanticismo
Durante todo el siglo XIX, la corriente musical dominante en Europa es la prolongación de ese estilo clásico, manteniendo las grandes formas (sinfonía, sonata, concierto…) y haciéndolas cada vez más amplias y complejas. Las nuevas generaciones, desde 1810 aproximadamente, irán desarrollando este estilo «postclásico» que se conoce históricamente como Romanticismo musical. El término romanticismo surge de la literatura de la época y se utiliza en historia cultural para denominar un movimiento ideológico y estético que tiene lugar en el siglo XIX en toda Europa, aunque con diferente ritmo en cada región. Como tal movimiento, el romanticismo fue relativamente efímero; pero el estilo musical que se asocia a esta corriente perdura a lo largo de todo el siglo, e incluso se prolonga hasta muy avanzado el XX. El Romanticismo musical, por tanto, no coincide en su desarrollo histórico con el literario o el filosófico. Al igual que el XVIII es musicalmente un siglo «clásico», se puede considerar el XIX como «romántico».
Características musicales del romanticismo
El romanticismo musical consiste en una prolongación del estilo clásico, llevado hasta los límites de sus posibilidades formales y armónicas. Esto se
puede sintetizar en los siguientes puntos:
• El procedimiento de modulación se amplían y se llevan al límite, permitiendo la modulación a tonalidades lejanas.
• Surgen nuevos acordes que crean sonoridades nuevas: junto a las tríadas y séptimas clásicas, se utilizan todo tipo de acordes de séptima (especialmente la séptima disminuida) y nuevos acordes por acumulación de terceras (novena, undécima…).
• La orquesta se amplía con la inclusión por un lado de instrumentos nuevos (tuba, contrafagot, etc.).
• Ampliación del número de instrumentistas: si en tiempos de Haydn una orquesta estaba formada por unos veinte músicos, a finales del XIX la orquesta habitual supera los cien músicos, y con frecuencia se exigen formaciones mucho mayores.
• El timbre pasa a ser un elemento de gran importancia en la música orquestal y de cámara, por lo que los instrumentos de viento y de percusión aumentan su presencia no solo numérica sino funcional, convirtiéndose en solistas muchas veces.
• Virtuosismo. El auge del concierto público lleva a la moda de los
intérpretes virtuosos, capaces de grandes exhibiciones de enorme dificultad.
• Música absoluta y música programática. La ideología romántica presentaba la música como la más importante de las artes, por su capacidad expresiva abstracta no ligada a ideas o imágenes, sobre todo en el género instrumental. Esto lleva a una utilización de la música de tipo formalista, centrada en sí misma, en sus procedimientos y estructuras, tendencia que se conoce como «música absoluta» Pero al mismo tiempo, el afán romántico de unión de las artes lleva a identificar la música con elementos de la literatura o las artes plásticas, a veces a través de títulos evocadores, pero también con la adición de un «programa» a la obra musical, que habitualmente es un argumento literario, pero puede ser también un poema, una serie de reflexiones, una descripción, etc.
En cuanto a las formas musicales, se siguen utilizando y desarrollando las grandes formas heredadas del clasicismo: sinfonía, sonata, cuarteto de cuerda, ópera, concierto con solista, etc.; pero también aparecen formas nuevas, ligadas a nuevas necesidades musicales o a nuevas concepciones de la música: la pieza breve, la canción o el poema sinfónico.
Características estéticas
Las diferencias entre el estilo clásico y el romántico son más notables en el aspecto estético que en el formal. La música del siglo XIX está profundamente unida a las ideologías que se desarrollan en ese siglo, y que pueden manifestarse tanto en el aspecto «programático» de algunas obras como en elementos puramente formales (melódicos, armónicos, tímbricos, etc.).
La ideología fundamental de la época es el Romanticismo, que surgió en principio como movimiento literario entre ciertos jóvenes alemanes de finales del XVIII, de la generación de Beethoven. El auge del Romanticismo se sitúa en torno a 1830 y, aunque sus aspectos literarios e ideológicos van desapareciendo en la segunda mitad del siglo, el romanticismo musical se mantiene hasta más allá de 1900.
Las características estéticas principales del Romanticismo son estas:
• Individualismo. El sujeto individual Piotr Ilich Chaikovski, representante del romanticismo ruso
se coloca en el centro del pensamiento romántico, lo que conduce a considerar el arte como expresión de la personalidad del autor o intérprete; esta idea, tan habitual ahora, no existía en las épocas artísticas anteriores, en que el artista expresaba grandes ideas colectivas (religión, monarquía…) o trataba de mostrar las creaciones naturales o humanas. A partir del Romanticismo, el compositor y el intérprete utilizarán la música como manifestación de sí mismos.
• Sentimentalismo. Los románticos sitúan las emociones por encima de las ideas, con lo que la expresión artística, concebida tal como se indica en el punto anterior, se centrará sobre todo en trasmitir sentimientos y emociones.
• Exaltación de lo anómalo. Los románticos, a diferencia de los clásicos, prefieren todo aquello que se sale de lo normal: la tormenta frente a la calma, lo irregular frente a lo regular, lo irracional frente a lo racional… En música, esto se refleja en la preferencia por los acordes «ambiguos», la asimetría formal, las modulaciones repentinas, etc.
• Nacionalismo. El nacionalismo romántico es consecuencia de lo expuesto en el punto anterior. Frente a las grandes ideas colectivas, propias de los imperios, los románticos ponen
el acento en lo que hace diferente a una comunidad, lo que la constituye en «nación» distinta de las demás. Al margen de su influencia en los movimientos políticos y las revoluciones de la época (en las que participaron, de forma directa o indirecta, muchos músicos), el nacionalismo se refleja en música en el interés por la canción popular, que se consideraba «esencia del pueblo», y de la que se extraerán melodías y ritmos, pero también procedimientos modales y armónicos.
Modulo 2
Método De Contrabajo Para Alumnos Nivel Básico
1. El Contrabajo.
El Contrabajo: Es un instrumento musical de cuerda frotada de tesitura grave. Suele tener cuatro cuerdas. El músico que toca el contrabajo recibe el nombre de contrabajista.
En otros instrumentos de la familia del contrabajo, como el violín, la viola, el violonchelo y el octabajo, las cuerdas se afinan por quintas ascendentes. En el contrabajo se afinan por cuartas ascendentes: mi-la-re-sol.
Ejemplo:
Figura 1. notas del contrabajo.
2. Descripción.
Es el segundo mayor y más grave de los instrumentos cordófonos. El más grave de todos es el octabajo, que da sonidos dos octavas más graves aún. Por razón de su tesitura grave, hasta tiempos relativamente recientes muy pocas veces se usaba el contrabajo como solista. El primer contrabajista virtuoso fue Doménico Dragonetti; el segundo, Giovanni Bottesini.
El sonido del contrabajo se produce por la vibración de las cuerdas al ser frotadas con un arco, aunque puede también producirse pulsándolas con las yemas de los dedos, al modo del bajo eléctrico o el tololoche, técnica que recibe el nombre de pizzicato o pellizco.
Se toca apoyándolo en el suelo igual que el violonchelo, más a diferencia de aquel, que se toca sentado, el contrabajo se suele tocar de pie, dado su mayor tamaño.
Figura 2 Pizzicato.
https://media.gettyimages.com/photos/double-bass-detailmusician-plays-bass-part-in-jazz-orchestra-france-pictureid1209939951?k=6&m=1209939951&s=612x612&w=0&h=XC
40LpHaekFWfNQzRcS1nEYXQtcIqMIJRLCIw80fEnc= Figura 2 Pizzicato.
Partes Del Contrabajo y Arco.
Figura 3 partes del Contrabajo.
Figura 4 Partes del Arco.
4. Historia Del Contrabajo.
Los orígenes del contrabajo se remontan al siglo XVI, época en la que ya existía un instrumento llamado violones, del cual parece derivar. Sin embargo, hasta el siglo XVII no adoptó la forma y las características actuales, una combinación de elementos propios del violín y de la viola da gamba. También durante ese siglo se incorporó definitivamente a la orquesta, en la que desempeñaba un papel secundario; se limitaba a reforzar la parte del violonchelo. Las dificultades de la interpretación derivadas de su gran envergadura
limitaron su salto a los escenarios. A pesar de todo, a finales del siglo XVIII y durante todo el siglo siguiente algunos compositores depositaron su confianza en el instrumento, que se fue ganando el respeto de músicos y del público. Hubo que esperar a la segunda mitad del siglo XX para asistir al verdadero auge del contrabajo de la mano de instrumentistas, pedagogos y, sobre todo, del jazz, que brindó la oportunidad de lucirse en solitario y posibilitó la adopción de nuevas técnicas interpretativas.
Origen Del Contrabajo.
El origen del contrabajo, el mayor miembro de la familia de la cuerda frotada, ha suscitado enardecidas discusiones entre los expertos. No existe unanimidad cuando se trata de decidir de qué instrumento deriva, aunque sí está claro que a partir del siglo XVIII adquirió entidad propia dentro del grupo de las cuerdas. Sin embargo, su emancipación en el ámbito musical puede considerarse ciertamente tardía en relación con otros instrumentos. Quizá todo ello se deba al hecho que, inicialmente, forma, tamaño, afinación y arco –es decir, los rasgos que lo definían- eran variables. La viola da gamba, la silueta del violonchelo o la característica forma de pera constituían algunos de los modelos tipo en los que los lutieres se inspiraban para su construcción. El contrabajo puede definirse como el quinto instrumento más grave de la familia de los violines, aunque presenta notables diferencias en relación a ellos.
Su origen se remonta al siglo XVI y fue una evolución de la viola da gamba y del violone bajo. Su gran tamaño, por aquel entonces mayor que el actual, lo dejó al margen del cuarteto de cuerda, formado por dos violines, una viola y un violonchelo. Hay quien afirma que el contrabajo no puede considerarse un verdadero miembro de la familia del violín. Y es que a finales del siglo XV su forma
era la del violone a corde, el miembro más grande de la familia de la viola, que tenía unas dieciséis cuerdas. A mediados del siglo siguiente, un intermedio florentino compuesto por Stiggio y Corteggia dedicaba una de sus partes a un «sotto basso di viola», sin que pueda afirmarse si se trataba de un solo de contrabajo de viola da braccio o de viola da gamba.
A principios del siglo XVII, el musicólogo Michael Praetorius describió un instrumento de cinco cuerdas llamado violone. También conocido como contrabajo de viola da gamba o contrabajo de violón, parece ser el antecedente inmediato del contrabajo actual. La afinación de este enorme prototipo, que medía más de dos metros, era similar a la del contrabajo actual. Los sonidos que producía eran una octava inferior a los que el intérprete leía en la partitura, particularidad que se ha mantenido hasta hoy.
Así pues, puede afirmarse que el contrabajo deriva de una combinación de elementos propios del violín y de la viola da gamba. Del primero conserva, entre otros, las características aberturas de resonancia en forma de “f”, la inclinación hacia atrás del mango, el número de cuerdas generalmente cuatro y la terminación en voluta del clavijero. De la viola da gamba, el
contrabajo ha heredado el cuerpo con ángulos discretos, el adelgazamiento central y los hombros caídos.
Las características físicas que ha presentado históricamente el contrabajo no se reducen únicamente a las propias de la evolución temporal. Su procedencia geográfica ha marcado la existencia de diversos modelos que todavía perviven. En general, puede afirmarse que en Alemania se adaptó la silueta de la viola a la construcción del contrabajo. El resultado fue un instrumento con los hombros del casco sesgados y el fondo plano. En Italia, en cambio, se construyeron numerosos ejemplares con esquinas propias del violín y fondo curvo, a pesar de que siguió manteniendo la silueta de las violas. Los contrabajos de los siglos XVI y XVII poseían habitualmente cuatro o cinco cuerdas, aunque en ocasiones podían llegar a tener seis. No fue hasta mediados del XVIII, en que finalmente se estableció la afinación por cuartas, que el contrabajo sucedió de forma definitiva a los violones y violas da gambas. A pesar de ello, los compositores no le prestaron demasiada atención durante esos siglos y en muchas obras, como las sinfonías (hasta mediados del clasicismo), se limitaba a imitar la parte del chelo, doblándola a la octava grave. Su gran tamaño, así como las gruesas cuerdas de tripa, lo hacían poco manejable. Estas cuerdas daban un sonido profundo y estaban enrolladas en el clavijero, que entonces era de madera de
ébano. Posteriormente, la inclusión de cuerdas más finas hizo posible la reducción del cuerpo del instrumento y, por consiguiente, facilitó la interpretación.
La situación del contrabajo en el ámbito musical del siglo XVIII distaba mucho de ser satisfactoria. Esta agonía se prolongó hasta la entrada en escena de Domenico Dragonetti (1763-1846), que promovió su inclusión definitiva en la orquesta y se convirtió en el primer virtuoso. Pese a sus enormes logros, el italiano no consiguió ver en vida cómo el contrabajo se independizaba progresivamente del chelo en las composiciones para orquesta, aunque sí pudo asistir a la proliferación de sonatas, dúos y tríos específicos para contrabajo (Dúo para viola y contrabajo de Sperger, Trío para violín, viola y contrabajo de Haydn).
Durante los siglos XVIII y XIX el instrumento ganó notoriedad en los salones de conciertos de las principales capitales europeas y pasó a ocupar definitivamente un lugar destacado en el ámbito musical gracias a las innovaciones en la orquestación llevadas a cabo por Beethoven, Wagner, Chaikovski, cuyas composiciones le concedieron un mayor lirismo a este instrumento. En 1839, Achile Gouffe llevó el contrabajo a la Ópera de París, escribió el primer método para el instrumento, cuyo número de cuerdas se había fijado en cuatro, e introdujo
notables innovaciones tanto en el contrabajo propiamente dicho como en la forma del arco.
En los siglos XVIII y XIX coexistieron tres bajos de cuerda (a menudo afinados en la (segunda), re (tercera) y sol (tercera)), que sobreviven en la música folclórica de la Europa del este. Los antiguos bajos de los siglos XVI y XVII tenían cuatro o cinco cuerdas (excepcionalmente seis). Las orquestas de baile modernas añaden una cuerda aguda a los contrabajos, afinada en do (tercera). Hasta el siglo XIX los contrabajistas usaron arcos con la vara curvada hacia afuera en relación con el encordado; mucho después de que fuera normal
el arco curvado hacia adentro en el violín, la viola y el violonchelo. El arco antiguo sigue en uso junto a los arcos modernos desarrollados en el siglo XIX. Entre los virtuosos del contrabajo debemos incluir al italiano Domenico Dragonetti, autor de conciertos, sonatas y diversas reducciones para el instrumento; Giovanni Bottesini, el virtuoso por excelencia del contrabajo; al director ruso Sergei Koussevitzky, que también ha escrito para contrabajo; y al contrabajista de jazz estadounidense Charles Mingus.
Domenico Dragonetti (Venecia 1763 – Londres 1846), fue uno de los grandes virtuosos del contrabajo; estudió con Michele Berini, formó parte de la sección de contrabajos de la ópera de su ciudad natal, así como de la Gran Ópera de Vicenza, más tarde fue contrabajista en la capilla de San Marcos de Venecia. En el año 1794 se estableció en Londres y, en esta ciudad, estuvo vinculado al “King’s Theatre”, The Ancient Concerts y a la “Philharmonic Society”. A partir de 1804 participó regularmente en todos los festivales de música realizados en Inglaterra. El contrabajo de la época de Dragonetti
tenía solamente tres cuerdas y su función era la de reforzar los graves de la orquesta sin tener un papel aún independiente: el instrumento estaba vinculado a la línea de bajos de los violonchelos. Dragonetti compuso varios conciertos, sonatas, y obras para contrabajo. Promovió el desarrollo de la técnica del instrumento y contribuyó, de este modo, a la notoriedad del contrabajo como se manifiesta en el creciente número de composiciones escritas para éste durante su época.
Giovanni Bottesini (Crema, Lombardía, 22 de diciembre de 1821 - Parma, 7 de julio de 1889), fue un compositor italiano y uno de los primeros contrabajistas virtuosos de la época. Bottesini tocaba con un contrabajo de 3 cuerdas afinadas un tono arriba (afinación solista).
Nacido en Crema, Lombardía, sus primeras nociones de música fueron a muy temprana edad, a cargo de su padre, clarinetista y compositor consumado. Antes de los once años ya había estado tocando los timbales en el Teatro Sociale de Crema. Estudió violín con Carlo Cogliati y es muy probable que hubiera tenido una fructífera carrera con violinista
a no ser por un giro inesperado. Su padre buscó una plaza para él en el Conservatorio de Milán, pero solo había dos vacantes: fagot y contrabajo, pero debido al bajo nivel económico de la familia no se podían permitir pagarle la matrícula y solo podría estudiar si conseguía una beca. En cuestión de semanas preparó una excelente audición para la beca de contrabajo donde tuvo un gran éxito. Durante su tiempo de formación en el conservatorio de Milán estudió bajo la supervisión de Luigi Rossi, a quien dedicó sus Tre grandi duetti per contrabasso. Solo cuatro años después, en un tiempo relativamente corto para la época, obtuvo un premio de trescientos francos. Con este dinero financió la adquisición de un contrabajo de Carlo Antonio Testore en 1838, y se embarcó en una carrera por todo el mundo como «el Paganini del contrabajo».
Como virtuoso del contrabajo de tres cuerdas fue altamente cotizado a ambos lados del Atlántico. Desde su primer viaje a La Habana desde su Crema natal en el norte de Italia, Bottesini viajó extensamente durante toda su vida, siendo recibido con entusiasmo en cualquier lugar, incluyendo las cortes de la Reina Victoria, el Zar Alejandro II de Rusia o Napoleón III. Hizo su primera visita a los Estados Unidos en 1847 a Gran Bretaña en 1848 y debutó en Londres en 1849.
Metafóricamente, igual que su contrabajo, Bottesini tenía “tres
cuerdas” en su vida: como virtuoso del contrabajo, pero también como director y como compositor. Su actuación más espectacular como director sin duda fue el estreno de Aida en El Cairo (1871), bajo la recomendación del mismo Verdi. Además también ocupó el importante cargo de Director Musical y Director en la Covent Garden de Londres y en la Ópera Italiana de París.
Al dejar Milán, pasó algún tiempo en los Estados Unidos, y ocupó una posición de primer contrabajo de la Ópera Italiana, en La Habana, de la cual años más tarde se haría su director. Su primera ópera Cristobal Colón, fue producida en 1847.
En 1849 hizo su primera aparición en Inglaterra, interpretando el contrabajo en uno de los conciertos de la Unión Musical. Luego, realizó frecuentes visitas a Inglaterra, y su extraordinario dominio de este instrumento, le otorgaron popularidad en Londres y las provincias.
Aparte de sus triunfos como intérprete, Bottesini fue director de reputación europea, y ganó algunos éxitos como compositor, aunque su trabajo no tenía suficiente individualidad para sobrevivir los cambios en el gusto de la época. El 15 de septiembre de 1854 dirigió el estreno del Himno Nacional Mexicano, en el Teatro Santa Anna de la Ciudad de México, interpretado por la soprano Claudina Fiorentini y el tenor Lorenzo Salvi.
Fue director en el Théâtre des Italiens en París desde 1855 a 1857, donde produjo su segunda ópera: L’Assedio di Firenze, en 1856. En 1861 y 1862 fue director en Palermo, mientras supervisaba la producción de su nueva ópera Marion Delorme, y en 1862 y 1863 se trasladó a Barcelona. Durante estos años, dio repetidas giras por los principales países de Europa. Dirigiendo ópera, Bottesini llevaba frecuentemente al escenario su contrabajo durante la pausa, para tocar fantasías sobre la ópera de la tarde. Sus Fantasías sobre Lucia di Lammermoor, I Puritani y Beatrice di Tenda son aún populares entre quienes aprecian el instrumento.
Bottesini escribió tres óperas aparte de las ya mencionadas: Il Diavolo della Notte (Milán, 1859); Vinciguerra (París, 1870); Alì Babà (Londres 1870) y Ero e Leandro (Turín, 1880), esta última toma su nombre de un libreto de Arrigo Boito, el cual fue posteriormente hecho por Luigi Mancielli. También escribió “El jardín de Olivet”, un oratorio producido en el Festival de Norwich en 1887; Cuarteto de once cuerdas, Quinteto para cuarteto de cuerdas y contrabajo, y muchas obras para ese instrumento, entre ellas dos Conciertos para contrabajo como instrumento principal, Gran Dúo Concertante para violín y contrabajo, Passione Amorosa”, para dos contrabajos y numerosas piezas para contrabajo y piano.
Bottesini como compositor no pretendió modestamente llegar a los altos niveles de contemporáneos suyos como Verdi, Boito y Ponchielli pero, en su instrumento favorito, el contrabajo, obtuvo una facilidad maravillosa, por no decir la agilidad, en la ejecución de los pasajes más difíciles, teniendo en cuenta la complejidad del instrumento. La gracia, la elegancia y la delicadeza de su interpretación y el método, dio prueba de un arte más que consumado y un talento inigualable.
Un año antes de su muerte, Bottesini fue nombrado Director del Conservatorio de Parma bajo la recomendación de Verdi. El 7 de julio de 1889, murió en Parma, a los sesenta y siete años, siendo considerado uno de los mayores virtuosos del contrabajo de la historia.
Postura Correcta del Instrumento y Posiciones de Manos con la Técnica Adecuada.
Puntos básicos en una buena postura del Contrabajo.
• Mantener una postura cómoda, relajada y natural.
• El contrabajo es el más grande de los instrumentos de cuerda. Por su tamaño el intérprete debe de tocarlo de pie (también se puede sentar en el borde de un banco alto), sosteniendo con el cuerpo y la rodilla izquierda, pero sin hacer presión sobre él. Además, todo el cuerpo del contrabajo tiene que estar rotado hacia la izquierda.
• Estando en posición de pie, se debe regular la altura del instrumento mediante la pica hasta que el puente quede cerca de la mano derecha del artista.
• Al tocar con partitura, esta debe colocarse a nivel de los ojos para mantener la postura ergonómica.
Defectos más frecuentes en la postura del contrabajo:
• Levantar ambos hombros, esto hace que la articulación se bloquee y que funcionen correctamente las demás
• Inclinar la cabeza hacia abajo o hacia el mástil, creando tensionen el cuello que inciden a su vez en los hombros.
• Mantener el cuerpo inclinado hacia un lado u otro.
Mano Izqierda.
• Es la que se encarga de sujetar el contrabajo desde el brazo. Esto se logra colocando el codo hacia arriba y cuidando que la muñeca no se flexione mientras la fuerza se ejecuta desde el hombro hacendo una palanca.
• La muñeca tiene que estar colocada de tal forma que el antebrazoy la mano describan una linea recta, y en todo momento se debe tener relajada.
• La mano debe colocarse formando una C, con el pulgar en la parte posterior del mastil y los otros cuatro dedos en la parte superior. Estos deben llegar al diapason perpendicularmente, y el pulgar tiene que estar a la altura del dedo medio.
• No se debe bajar el codo ni levantar los otros dedos al apoyar el dos y el cuatro.
Mano Derecha.
• Cuando se mueve el arco por la parte del talon: el brazo entero se tiene que mover en bloque, cuidado que el arco permanezca siempre perpendicular a las cuerdas.
• Cuando se mueve el arco por la parte de la punta: se tiene que estirara el antebrazo, dejando la parte anterior al codo quieta. A medida que el arco se acerca a la punta: la mano derecha queda mas alejada del cuerpo, para evitar que el arco gire (el brazo funcionaria como un compas) la muñeca tiene que girar hacia su izquierda (movimiento de pronacion), para mantener la mano perpemdicular respecto a las cuerdas.
• La muñeca derecha debe mantener siempre relajada, incluso en momentos de intensidad sonora
• Respecto a la sujeción del arco: El arco se puede coger con dos técnicas:
• Francesa: Requiere un movimiento muy suave y natural de la mano. El arco a pesar de ser mas corto se empuña de la misma forma que el cello. Se toma por la cabeza colocandoel pulgar derecho en la parte posterior de esta y metiendolo ligeramente nelas dos partes de la nuez. El resto de los dedos se situan en la parte anterior. Los dedos mas importantes para sostenerlo y dirigirlo es el indice y el meñique.
• Alemana: En la que se utiliza el arco Simandl que se sostiene con la palma de la mano hacia arriba.
• En cualquier caso, la sujecion debe ser lo mas natural posible ya que el musico permanece varias horas en esta posicion.
Esquema de las Figuras Musicales y Silencios.
Figura 11 Las Figuras y Silencios.
La Métrica.
La métrica en música es la estructura subyacente que se basa en la aparición periódica, normalmente a intervalos regulares, de sonidos u otros elementos acentuados. A pesar de que existe una relación especial, intrínseca e íntima entre métrica y ritmo, y que a menudo se confunden, en esencia son diferentes.
En tanto que el ritmo hace referencia a las duraciones de los sonidos, la métrica tiene su razón de ser en los acentos. También se relaciona con el tiempo y con los diversos parámetros de la expresión musical. Es habitual que la estructura métrica de acentos se explicite en una estructura rítmica de duraciones, pero no siempre es así. La métrica se expresa gráficamente por medio de las indicaciones de compás al comienzo de una partitura o en cualquier lugar de una composición en la que varíe el sistema métrico utilizado.
Figura 12 Métrica.
Claves Musicales.
Es un signo que se coloca al principio del pentagrama para dar nombre a las notas.
Figura 13 Las Claves Musicales.
Figura 13 Las Claves Musicales.
Clave de Sol: Es utilizada por instrumentos de registro agudo.
Clave de Fa: Es utilizada por instrumentos de registro grave.
Clave de Do: Es utilizada por instrumentos de registro medio.
El Pentagrama.
El pentagrama también es conocido como pauta musical, es el lugar designado donde se deben escribir todas las notas musicales y los signos, este orden de escritura se conoce como sistema de notación musical occidental. Lo conforman cinco líneas y cuatro espacios entre ellas, se enumeran de abajo hacia arriba. Los tipos de líneas que se pueden encontrar son rectas, horizontales y equidistantes.
Figura14 El Pentagrama.