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Workplace y Real Estate Post Pandemia

Francisco Vázquez Medem, Presidente de 3g Smart Group

La pandemia sufrida en 2020, y sobre todo el confinamiento, puso en cuestión nuestra forma de trabajar/vivir y, en muchos casos, revisamos nuestros valores como personas y como sociedad.

El efecto inmediato del confinamiento fue constatar que podíamos realizar muchas actividades de manera remota gracias a la tecnología. Unas tecnologías sencillas, de videollamadas o de compartir archivos en entornos digitales, que desde hace años estaban disponibles como parte de la transformación digital iniciada a principios de siglo. Lo más relevante es que al vernos obligados a utilizarla, como consecuencia del confinamiento, se utilizó de forma masiva, con lo que se dio un gran salto en la transformación digital pendiente, sobre todo en entornos más corporativos.

Por otro lado, las empresas, en su mayor parte, siguieron en funcionamiento y constataron también que sus empleados y colaboradores no necesitaban de la supervisión y control presencial heredado culturalmente de la era industrial de hace dos siglos. Se derribaron barreras culturales de desconfianza que frenaban la extensión de modelos de trabajo flexible o híbridos ya presentes desde hace años en unas pocas compañías.

La consecuencia de todo ello ha sido la implantación de manera generalizada en todo el mundo de modelos de trabajo flexibles o híbridos. Estos modelos, basados en la capacidad de la tecnología, dan la flexibilidad al empleado o colaborador de realizar su actividad en el lugar y momento que considere más conveniente, ya sea desde la conciliación, la mayor productividad o comodidad.

Como arquitectos en principio esto no tiene por qué preocuparnos, puesto que el espacio no deja de ser necesario. Los espacios corporativos de trabajo pasan de ser un lugar concreto al que obligatoriamente hemos de trasladarnos todos los días en un horario determinado, siguiendo con la tradición industrial de trabajo como lugar donde está la maquinaria, a ser un ecosistema de lugares de libre elección que nosotros elegimos según nuestra conveniencia. Lógicamente las preferencias del trabajador deben respetar la conveniencia de sus compañeros y de la organización para la que trabaja. Se han de llegar a acuerdos.

En este ecosistema de lugares de trabajo, ¿qué papel pasan a tener las oficinas corporativas? Esta es la pregunta que debe hacerse cualquier organización. Según nuestra experiencia en este sector, estamos viendo como las antiguas oficinas se transforman en hubs corporativos, donde las principales funciones es servir como lugares de encuentro, de relación social, de trabajo en equipo y de aprendizaje, puesto que labores más individuales son las que parece podemos realizar en otros lugares más convenientes. Espacios de recarga social y cultural.

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