Como distinguir un ZOMBIE FILOSÓFICO Un zombie filosófico es un hipotético ser material carente de consciencia, con capacidad de simular cualquier comportamiento humano1. Si algo tiene percepción de su entorno entonces tiene cierto grado de consciencia. Otra cosa es si puede „experimentar sensaciones subjetivas‟. El problema con esto es que nadie puede experimentar las sensaciones de otro, animal, vegetal, hongo, bacteria o cosa. Sin embargo, los diccionarios definen „percepción‟ y „sensación‟ en términos muy físicos o tangibles como “impresiones materiales causadas por los sentidos”, probablemente en un “ser vivo” (sea lo que sea eso). Pese a ello, quizás existen seres o entidades que „NO experimenten sensaciones INTERNAS‟, es decir, cuya „percepción de un continuo estado Consciente incluso entre dos pensamientos, emociones o un pensamiento y un sentimiento‟ es inexistente. Porque si, los pensamientos son limitados en el tiempo; las emociones son igualmente físicas, tienen un inicio y un final. Todos podemos atestiguar eso. Pero para poder conocer eso debe existir un observador externo que percibe cuando comienza un pensamiento, cuando acaba, y cuando comienza el 1
siguiente. Lógicamente ese observador debe forzosamente existir entre ambos procesos y es ineludible. Un zombie filosófico es incapaz de reconocerlo y „actuar en consecuencia‟. El primero de los aspectos en los que fijarse es la ‘Identificación con el Yo’ („Ego‟). El materialismo no se refiere exclusivamente al deseo de objetos o emociones, sino a la asociación de uno mismo con un puñado de átomos, en definitiva, con materiaespacio-tiempo. La palabra „ego‟ no debe ser circunscrita al ámbito de la arrogancia, egoísmo o antropocentrismo. Más allá, significa una vinculación de la sensación de ser con una corriente de pensamientos o emociones. Donde quiera que se almacenen estas memorias, que llamamos experiencias pasadas, estas no determinan quienes somos. Quienes realmente somos está en la experiencia presente. En relación con el mismo punto, tenemos la adicción a las emociones. Ciertas sustancias químicas, drogas u hormonas, están estrechamente ligadas a las mismas. Tanto si la emoción es la causa de la aparición de dicha hormona o viceversa, es el efecto de la misma, esos sentimientos son tangibles y por consiguiente, materiales. Los mitotes internos son una manifestación de los tumultos sociales, los traumas reprimidos del „Inconsciente Colectivo‟ de la cultura en la que nos desenvolvemos. El más 2
representado históricamente es la „Amnesia Colectiva‟ de Velikovsky, causada por catástrofes planetarias hace miles de años que estuvieron a punto de extinguir la humanidad, y que calaron en el inconsciente de nuestra civilización madre. La segunda observación que nos indica la presencia de zombies filosóficos es el condicionamiento. Este es extensivo a todos los animales. Hay un conocido experimento con peces nacidos en un acuario transparente, donde una barrera transparente les impedía acceder a un extremo del mismo. Al convertirse en adultos, dicha barrera es retirada pero dichos individuos son incapaces de penetrar en esa zona. Los psicólogos lo denominan „Compromiso Cognitivo Prematuro‟. El condicionamiento depende enormemente de las creencias imbuidas en el individuo; en el caso del ser humano, la cognición de nuestros hábitos sucede en algún momento alrededor de los seis primeros años de vida, durante los cuales el cerebro funciona en frecuencias más bajas (theta)2. Durante ese tiempo se programa el subconsciente de forma que influirá en resto de su vida. Este condicionamiento prosigue en la edad adulta, y la ‘percepción alerta’ es clave para detectarlo, en forma de emociones e ideas que los medios de comunicación y nuestros congéneres intentan transmitirnos, de forma consciente o inconsciente. 3
El tercer método para distinguirlos, es detectar la tendencia del sospechoso a integrarse en grupos por afinidad de credos (política, economía, religión, género, raza, clase social o grupos deportivos). Al quedar solo el individuo, sus acciones son sesgadas por el comportamiento colectivo, y son sucedáneos de deseos no obtenidos y símbolos sociales de esos deseos reprimidos. En las bambalinas, oscuros titiriteros manipulan la „mentalidad del rebaño‟, y colocan zombies como „pastores‟ del mismo, que apelan a esos símbolos, no reconocidos por las masas. La percepción alerta resulta difícil cuando existe identificación con un grupo. El afán de conocer del ser humano es supeditado a la cohesión del grupo3. En resumen, los zombies filosóficos suelen considerarse máquinas biológicas, usualmente desprovistas de consciencia, a la que consideran una ilusión o efecto secundario producido por mecanismos físico-químicos en el cerebro, y de libre albedrío o voluntad. Son lo más cercano a la postura filosófica conocida como „Determinismo Absoluto‟. David Chalmers – Philosophical Zombies https://philpapers.org/rec/CHAZOT Bruce Lipton- Condicionamiento http://www.ox.ac.uk/news/2014-07-25-82-our-dna%E2%80%98functional%E2%80%99 http://www.healyourlife.com/are-you-programmed-at-birth http://www.newdawnmagazine.com/articles/the-power-of-the-mind 3 E. Bernays (sobrino de Freud) – „Propaganda‟ https://archive.org/stream/EdwardBernaysWomenSmokingAdCampaignPropaganda/Propaganda.pdf -Wikispooks_djvu.txt 1 2
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