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Epílogo

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Sonho meu

Sonho meu

Hoy corro y escribo por primera vez un libro.

Tengo cuarenta y tres años. Siento que esta es una bisagra en mi vida, tal vez la mitad de mi camino.

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Soy consciente de que soy el recorrido, la carrera, y no tan solo la meta de llegada. Soy ese abrazo que me animé a dar, ese te quiero que dije, ese mensaje que envié preguntando cómo estabas. Soy el perdón que tuve a mano. Soy quien al no encontrar la palabra justa pensó en un gesto de amor para poder decirlo. Soy la que se animó a hablar. Soy todo eso y también soy la que no se animó a dar ese abrazo, a decir ese te quiero, a enviar ese mensaje y la que usó la palabra incorrecta. La que se refugió en el silencio por miedo o por vergüenza.

Soy también la que no se animó a correr durante cuarenta y dos años y ahora lo hace todos los días.

La que intenta a veces con aciertos y otras no, ser mejor cada día, con los pies en la tierra y la mirada en el cielo.

Mi vida es el camino. Es cómo recorrí estos primeros cuarenta y tres kilómetros, y cómo recorreré los próximos.

Agradezco lo vivido, y celebro a las personas que fui conociendo a lo largo de esta carrera, de todas aprendí.

Acá estoy escribiendo un libro por primera vez, aprendiendo a compartir una vez más. Desafiándome a decir lo que siento y sentí alguna vez, porque quizás a alguien le resuenen mis palabras.

No es la meta de llegada, es el trayecto consciente. No es el libro, es el proceso de escribirlo.

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