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Los grandes ausentes del Parlamento Abierto Martín Esparza Flores

LOS GRANDES AUSENTES DEL PARLAMENTO ABIERTO

MARTÍN ESPARZA FLORES, SECRETARIO GENERAL DEL SINDICATO MEXICANO DE ELECTRICISTAS

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eorno se esperaba, los beneficiarios directos de la política energética neoliberal en el sector eléctrico no se presentaron a explicar al país las razones que llevaron a los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto a otorgarles multimillonarios contratos de generación y compra de electricidad, ni los saldos positivos que, supuestamente, esto trajo a la economía del país.

No podían defender lo indefendible y por eso ni los directivos o representantes de trasnacionales como Ibedrola, Enel y otras tantas, así como tampoco el propietario de las tiendas de conveniencia Oxxo, se aparecieron en el parlamento abierto celebrado por 42 días en la Cámara de Diputados y al que acudieron 170 ponentes -entre ellos el Sindicato Mexicano de Electricistas-, en sus 25 foros. ¿Con qué cara iban a explicar el haber contratado con altos sueldos en euros al narcopresidente Calderón y su secretaria de Energía, Georgina Kessel? ¿Qué argumentos podían emplear para justificar que sus perfiles no son ni remotamente los que deben cumplir sus altos ejecutivos?

A menos que en un momento de sinceridad aceptaran que tales privilegios laborales fueron en pago a las concesiones y contratos leoninos que les otorgaron estando en el poder. De otra manera, no es fácil ni lógico explicar un desembolso de tanto dinero para un personaje que como presidente dio muestras de su falta de capacidad para gobernar y a las que trató de suplir con su enfermizo autoritansmo.

La reciente confesión del ministro de la Corte, Arturo Zaldivar Lelo de Larrea, sobre la manera en que el narcopresidente dio la orden de no trasladar a hospitales de Sacramento a los niños quemados en el incendio de la Guardería ABC, con el fin de proteger a Altragracia Gómez del Campo, prima de su esposa Margarita Zavala, es una más de sus cuentas pendientes con la ley y con los mexicanos.

El desquiciado sujeto no sólo ordenaba operativos policiaco-mílitares con míles de elementos para expulsar de sus centros de trabajos a 44 mil miembros del SME, en la peor de las ruindades se ensañó con vidas inocentes.

En cada uno de los foros del parlamento abierto, quienes estuvieron en contra de la iniciativa del Ejecutivo por devolver la rectoría del Estado en materia eléctrica, a través de una reforma a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, no pudieron explicar a bien qué beneficios directos trajo esta política de desnacionalización a millones de mexicanos, tanto a usuarios domésticos como a pequeños, medianos comerciantes, prestadores de servicios y pequeños y medianos empresarios.

Cualquier ciudadano sabe que sus recibos de luz se dispararon desde el 2009, tras el cierre de Luz y Fuerza y luego de la puesta en marcha de la Reforma Energética de Peña Nieto. En ambos casos, la promesa de bajar las tarifas no se cumplió, ni podría cumplirse por los compromísos y el sistema tramposo impuesto en las subastas del mercado eléctrico, para comprar su energía a los productores independientes bajo el esquema de los Certificados de Energía Limpia (CEL).

En este caso como en el de los generadores de autoconsumo, no sólo salía perdiendo la Comísión Federal de Electricidad (CFE), sino también los mexicanos de escasos recursos, pues como se dejó en claro, no es posible que un Oxxo pague menos luz que una tiendita de la esquina. La brutal desproporción condenó a la quiebra, en medio de la pandemia, a miles de estos pequeños negocios de los que

viven un sinfm de familias, en aras de enriquecer al poderoso Grupo Femsa, ahorrándole miles de millones de pesos.

Como se denunció en los foros, la supuesta inversión de estas empresas nunca se dio porque los sistemas de financiamiento mediante la banca de desarrollo, aunados a la obligatoriedad de los gobiernos neoliberales por comprarles su electricidad en contratos de hasta 25 años, les garantizaron para sus bolsillos un negocio redondo, a costa del encubrir un verdadero robo a la nación.

En términos lisos y llanos, esto fue una verdadera traición a la patria porque el pais ni siquiera necesitaba la generación de los privados, pero los políticos neoliberales permitieron que para favorecerlos la propia CFE bajara su nivel de generación, dejando a la deriva el mantenimiento de plantas como las hidroeléctricas.

Toda esta perversa estrategia fue la que quedó al descubierto, en buena medida, en el parlamento abierto, por lo que las firmas que se han enriquecido a costillas del pueblo de México gracias a los neoliberales entreguistas, prefirieron abstenerse de darse ellas mismas un balazo en el pie.

El Sindicato Mexicano de Electricistas dejó en claro la posición que ha venido sosteniendo desde el golpe de Estado de Calderón Hinojosa, de aquel 11 de octubre del 2009, para que se frene en definitiva el proceso de privatización y desmantelamiento del sector eléctrico nacional.

Sobre todo, ante la urgencia de evitar que se alimente otros Fobaproa, pero ahora en el sector eléctrico, por las abrumadoras cantidades que deberán pagarse a estos productores independientes locales y trasnacionales, estimadas en los próximos 25 años en dos billones de pesos.

A la fecha, una nueva generación de mexicanos sigue pagando las consecuencias de haber transformado la deuda privada de los banqueros en deuda pública durante el gobierno de Ernesto Zedilla, expresidente que además sumó otros 200 mil millones de pesos extras por el rescate carretero.

Otro de los planteamientos expresados fue el elevar el derecho a la electricidad como un derecho humano para todos los mexicanos con el establecimiento de una tarifa social, en contraparte al criterio de aquellos que pretenden ver este servicio como una mercancía o más propiamente, como "un producto chatarra" que puede comprarse en cualquier lado.

El SME se pronunció en foro de discusión de la Reforma Eléctrica, también a favor de que el litio sea explotado por el gobierno mexicano en beneficio de la economia nacional, pero también expresamos la necesidad de replantear las concesiones para la explotación de metales como el oro, la plata, el cobre y el zinc, para que tales riquezas beneficien directamente al pueblo de México y no a las compañías que por décadas han arrasado con comunidades enteras.

De ser necesario debe realizarse una gran convocatoria para movilizar a los trabajadores, usuarios y pueblo en general, en todo el pais, para salir en defensa de nuestra electricidad.

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