Suplemento

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Graciela Iturbide, Autorretrato, Guanajuato, Guanajuato, 1996. Foto Cortesía Fondo Cultural Banamex, A.C.

Número 23, 8 de marzo de 2019

VIERNES CULTURAL

ARTISTAS PARA TODO EL AÑO CON MOTIVO DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER, HACEMOS UN RECORRIDO POR MUJERES DE DISTINTAS GENERACIONES, CUYA OBRA MERECE SER APRECIADA MÁS ALLÁ DE LA CIRCUNSTANCIA DE UN SOLO DÍA. PÁGS. 18-26.

›IMAGEN, MÚSICA Y PALABRA. La fotógrafa Graciela Iturbide, la compositora María Teresa Prieto y las escritoras Claudina Domingo y Camila Fabbri ofrecen perspectivas sorprendentes sobre la realidad y el arte.


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NUESTRO REFLEJO COMO HUMANOS ABIDA VENTURA

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raciela Iturbide ha sido una viajera incansable. Para ella —lo ha dicho constantemente— la fotografía ha sido un pretexto para conocer. Conocer la vida. México. Su diversidad; otros países, otras culturas. Y en su andar por esos caminos, en su encuentro con múltiples personajes y circunstancias, se ha dejado llevar por dos factores azarosos: la suerte y la sorpresa. Sin guiones previamente concebidos. Aún así, ha logrado crear un inmenso corpus fotográfico en el que esos mundos, rostros, escenas de la vida, se encuentran y se reconocen. Los cuerpos desnudos de mujeres en Bombay se encuentran con las curvas de una oaxaqueña o la de una chicana en Los Ángeles; los torsos semidesnudos de jóvenes durante una lucha ritual en Benarés confrontan a los de artesanos trabajando el barro en Oaxaca. El rostro sereno y afable de una anciana en Juchitán converge con la mirada rígida de una seri en el desierto sonorense, con la sonrisa franca de una juchiteca que descansa a la sombra de un árbol bebiéndose una cerveza, con el rostro semidescubierto, cabizbajo, de una joven en Daca, Bangladés; el retrato de una señora en pleno ajetreo de la Matanza de cabras en la Mixteca coexiste con la de

Una exposición de fotografías de Graciela Iturbide va desde los años sesenta hasta la actualidad, y lo mismo da cuenta de remotos poblados de nuestro país que de otros como Alemania, Francia, Estados Unidos, por mencionar algunos. Con este recorrido visual, Iturbide da cuenta de esa parte humana en la que cualquiera puede encontrarse.

270 20 5 Fotografías

Módulos que comprenden la exposición

Décadas del trabajo de Iturbide

Graciela Iturbide, Mujer Ángel, Desierto de Sonora, 1979. Foto Cortesía Fondo Cultural Banamex, A.C.

una mujer caminando en bata de dormir en Hungría. La felicidad de unos niños jugando en las arenas de Veracruz o del desierto de Sonora es equiparable a la que transmiten unos colegiales trepando paredes en Tokio; la curiosidad de una niña en Mozambique que posa con una pluma de ave coincide con la de otra que, con una sonrisa plena, toca el cuerpo desollado de un chivo en la sierra mixe. Son estas convergencias las que Juan Rafael Coronel Rivera, curador de la exposición Graciela Iturbide: Cuando habla la luz, que actualmente se exhibe en el Palacio de Cultura Citibanamex – Palacio de Iturbide, considera que le han dado un carácter universal a la obra de esta fotógrafa mexicana. “Lo que es muy interesante de Graciela es la cantidad de admiradores que tiene; eso es algo que muy pocos creadores obtienen. Su foto gusta mucho porque son imágenes en las que todo el mundo se identifica, no sólo el público mexicano, todos. Y eso, creo, se deriva del hecho de que sus intereses visuales se los va apropiando, los ha ido enriqueciendo, en los distintos países a los que viaja”, dice en entrevista. Para esta muestra, organizada por Fomento Cultural Banamex, A. C., el curador, crítico e historiador del arte quiso plantear precisamente esos paralelos simbólicos, las obsesiones que han seguido a Iturbide durante 47 años de carrera. Un trabajo que implicó la revisión de unas 900 imágenes hasta hallar los arquetipos, ejes visuales que se repiten en su vasta obra. El resultado: una exposición inmensa, no lineal, organizada en 20 módulos que sumerge a los visitantes en una experiencia visual única, contemplativa. Autorretratos cargados de simbolismo, escenas de la vida cotidiana, retratos de mujeres, procesiones, rituales y sacrificios de animales, desnu-


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Graciela Iturbide, Primer día de verano, Puerto de Veracruz, Veracruz, México, 1982. Foto Cortesía Fomento Cultural Banamex, A.C.

Graciela Iturbide, Cuatro pescaditos, Juchitán, Oaxaca, México, 1986. Foto Cortesía Fomento Cultural Banamex, A.C.

CUANDO HABLA LA LUZ ¿Dónde está la exposición? En el Palacio de Cultura Citibanamex Palacio de Iturbide, en Madero 17, Centro Histórico, Ciudad de México ¿Hasta cuándo? Hasta el 21 de abril ¿Cuál es el horario? Lunes a domingo de 10:00 a 19:00 h ¿Cuánto cuesta el boleto? La entrada es libre.

dos captados en evidente complicidad, la muerte integrada en la cotidianeidad, expresivos rostros enmascarados, la felicidad plena de los niños, hasta la reinterpretación simbólica de objetos, paisajes urbanos marcados por la actividad humana y el vuelo de los pájaros. Y ahí, en medio de esas 270 imágenes distribuidas en dos plantas del edificio ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, se reproducen, como resonancias visuales, sus piezas emblemáticas: “Nuestra señora de las iguanas” (1979), “Mujer Ángel” (1979), “Marcha política” (1984), entre otras. Hay además algunas inéditas, como las que retratan el misterioso universo de los circos o las que hacen notable la estética de las piedras, temáticas que explorará

ampliamente en proyectos próximos. A lo largo de esta propuesta museográfica también es visible la evolución de su iconografía: de los retratos y registros de la vida cotidiana, pasando por la poesía del vuelo de los pájaros hasta llegar al universo conceptual de los paisajes urbanos y objetos. Iturbide, sostiene Coronel, no sólo es una de las fotógrafas destacadas del último siglo, sino que está entre los 20 artistas vivos más importantes. Sus piezas, siempre en blanco y negro, son celebradas en todo el mundo: “En sus exposiciones, donde se coloquen, Asia, África, Europa, Latinoamérica, siempre habrá un reflejo de nosotros como humanos porque siempre habrán espacios o elementos en los que cualquier persona se reconocerá”.

Graciela Iturbide, Nuestra señora de las iguanas, Juchitán, Oaxaca, 1979. Foto Cortesía Fondo Cultural Banamex A.C.


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FASCINACIÓN POR LA AÑORANZA HUGO ROCA JOGLAR

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as fotografías la muestran arisca, los testimonios la describen solitaria y sus brillantes partituras desconocidas avanzan desde nostálgicas evocaciones melódicas hacia visiones amargas de temas que se fugan entre dodecafónicos panoramas; y ahí, en el incesante movimiento de su imaginación sonora, María Teresa Prieto (1896-1982), hoy olvidada, se vuelve una fascinante, misteriosa y necesaria presencia en la historia de la música mexicana.

¿Quién es María Teresa Prieto? La compositora nacida en Oviedo emigró a México durante la Guerra Civil española. Su aportación a la música le valió en vida el reconocimiento de la comunidad musical. Pero, poco menos de tres décadas después de su muerte, aún es un secreto por descubrir para el gran público.

de las relaciones jerárquicas entre notas, el espacio sonoro adquiere una trágica dimensión social. La voz ya no se limita a describir los anhelos y tormentos del corazón (búsqueda romántica); opta por la disolución del mundo interior y abrirse en busca de lo otro. Al trascender el discurso de su propia memoria, la nostalgia se vuelve coral y caótica. Desaparece el canto único. A través de los alientos se enuncian fragmentos de intensos recuerdos asturianos provenientes de muchas calles, muchas mujeres, muchas playas y muchas ciudades. Las evocaciones no son geográficas, sino abstractas; no hay mares, puentes, colinas, grutas o teatros, solo privación, pérdida y ausencia, que —solitarias, desbalagadas— se colisionan, contradicen, funden y hermanan en brutales palpitaciones de dolor comunal.

DE ESPAÑA A MÉXICO Estudió composición en el Conservatorio de Madrid bajo la tutela de Benito García de la Parra (1884-1953), pero era incapaz de crear. Resolvía con solvencia severos ejercicios de contrapunto barroco y se obsesionó con el estudio de la construcción armónica a partir de los antiguos modos; sin embargo, la idea de articular su propio pensamiento musical la paralizaba de angustia. En 1936, a los 40, su producción se limitaba a una miniatura para piano: Escena de niños (1917). Ese año estalló la guerra fratricida y abandonó España. Su hermano Carlos la recibió en la Ciudad México, donde vivía con su familia en una casona de San Ángel. María Teresa instaló su habitación en el ático. Compró un piano e ideó un sistema de poleas para recibir los alimentos sin necesidad de bajar al comedor. Aislada en una tierra extraña, comenzó a recordar su infancia asturiana, y los recuerdos de Asturias, que a veces la asfixiaban, desbloquearon la expresión de su música íntima: sonidos al servicio de una profunda y privada fascinación por la añoranza.

PÉRDIDA DE ASTURIAS En su Sinfonía núm. 1, Asturiana (1940), la añoranza es inmediata: un adagio — indicación temporal de quietud como invitación a la tristeza— cuya introducción, a cargo del oboe, establece un lánguido canto que permanece ambiguo hasta que los violines introducen el tema A, cuyo origen melódico es la canción popular asturiana La lancha marinera. Dispersas atmósferas de re-

MÚSICA Y SUEÑO

La compositora María Teresa Prieto. Foto: Especial. cuerdos abstractos de pronto adquieren formas concretas; lo que era un deseo (me gustaría regresar a mi tierra) se convierte en angustiosos gritos exaltados (¡quiero ahora esos ríos, cerezas, prados, ruidos, grutas, aguas, colores y montañas!). Gloriosas imágenes pasadas son desgarradas por la nostalgia. En Asturias, cuadro de naturaleza (1965), la brutalidad del desgarramiento está trazada a partir de los escarceos con un lenguaje distinto: la dodecafonía, donde, al tender hacia la supresión

En casa de los Prieto cada semana se celebraban exclusivas reuniones en las que desfilaban los hombres que controlaban la música clásica en la capital mexicana a mediados del siglo XX; en ocasiones, el tema de discusión eran las partituras de María Teresa. Esta atención se tradujo en dos cosas insólitas para una compositora en México: educación especializada (Rodolfo Halffter le impartió clases particulares de dodecafonía y cursó un taller con Darius Milhaud en el Mills College de Oakland), y, sobre todo, amplia difusión. Sus obras se estrenaron consistentemente en las temporadas de la Orquesta Sinfónica Nacional bajo la batuta de directores como Carlos Chávez (Sinfonía núm. 3, De la Danza prima, en 1951), Carlos Kleiber (Sinfonía núm. 4, Cantabile, en 1955) y Luis Herrera de la Fuente (suite sinfónica El palo verde, en 1956). Uno de sus estrenos más populares fue Chichén itzá (1943), poema sinfóni-


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AL OÍDO Recomendaciones de la redacción PARA CONOCER A MARÍA TERESA PRIETO 1. Nació en Oviedo, España en 1896. Muere en la Ciudad de México, en 1982. 2. Estudió en el Conservatorio de Madrid, bajo la tutela del compositor Benito García de la Parra. 3. Llegó a México el 1 de diciembre de 1936 huyendo de la Guerra Civil Española. 4. En México conoce a Carlos Chávez, Ígor Stravinski, Adolfo Salazar y Manuel M. Ponce, entre otros. Éste último sería una influencia notable en su maduración como compositora. 5. Tiene quince composiciones para música sinfónica, seis para voz y piano, seis para música de cámara y una para piano solo.

MARÍA TERESA PRIETO

OBRA SINFÓNICA COMPLETA Bajo la dirección de José Luis Teme, la Orquesta de Córdoba interpreta las composiciones sinfónicas de María Teresa Prieto. Grabado entre 2005 y 2006 en el Gran Teatro de Córdona, este disco doble es hasta el momento la forma más asequible de esta notable compositora del nacionalismo mexicano.

co estructurado en movimiento único con tres temas principales que parten de sendas ideas literarias inspiradas en la cultura maya: juego de pelota, serpiente emplumada y sacrificio de una doncella. El acercamiento hacia estas cosas —movimiento, muerte y enigma— es fantasioso: la música no describe, imagina. Su construcción nace de impresiones; por eso, a pesar del origen programático, la sensación al escuchar no es la de ver algo, sino de estarlo soñarlo.

PIRULÍN EN EL ÁTICO Poco a poco, a María Teresa Prieto le resultó repulsivo el protagonismo. Despreció la vida que afuera debe ser vivida (adulación, cocteles, favores) para mantenerse vigente en los círculos de poder musical y se recluyó en su ático. Tenía 64 años. Afuera de su ático había una amplia terraza que miraba hacia un frondoso jardín. Procedente del jardín, una mañana primaveral de 1960 llegó un pájaro; permaneció suspendido en el aire afuera de la ventana mientras ella componía. Regresó cada día hasta que María Teresa le abrió la ventana. Dentro de la habitación, el pájaro se posaba en los barrotes de la base de la cama, desde donde acompañaba con trinos (en Do menor) los pasajes que María Teresa improvisaba al piano. Lo bautizó Pirulín y sobre él escribió un extenso relato que repartió entre sus amigos cercanos cuya introducción dice: “Indúceme a escribir esta narración, el hacer resaltar una fase de mi vida que, salpicada por una emoción nueva y única, la hace interiormente más luminosa y más adepta hacia los seres que nos rodean. Ojalá no tuviera que salir nunca de este ambiente espiritual lleno de poesía y suavidad, otorgado por la gracia divina”. La familia Prieto, atónita y conmo-

Prieto tuvo trato con importantes figuras de la música. Foto Cortesía de revista Pauta.

MARÍA CALLAS

CALLAS IN CONCERT - THE HOLOGRAM TOUR vida, se encargó de documentar —con testimonios, fotografías y cartas— la increíble y mágica historia del pájaro que se enamoró de la parca, solitaria y vieja María Teresa.

Luego de 50 años de su última presentación, se lanza este disco con las piezas más representativas de Callas. El guion y la dirección están a cargo de Stephen Wadsworth, con quien realizó varias presentaciones. El disco es el resultado de un espectáculo con una representación holográfica de ella.

ANTE EL VACÍO En El valle de México (1967), una de sus últimas obras, María Teresa ensaya con la dodecafonía hasta arribar a los territorios de la atonalidad libre; ahí, desprendida de forma, necesidad e intención, queda a merced de su instinto, que durante su vejez se volvió tierno y desvergonzado. El trazo musical —intenso, impulsivo y rápido— construye un efímero cuadro de cuatro minutos que se niega a sí mismo a significar algo preciso. Alguien gime y algo se derrumba; mientras ocurren, estos acontecimientos lucen eternos y absolutos, pero inmediatamente se rompen; ante este vacío la compositora —delicada, malévola— desaparece: deja morir los sonidos sin haber aclarado nada: gemido/derrumbamiento/ derrumbamiento/gemido.

TONY BENNET & DIANA KRALL

LOVE IS HERE TO STAY

Como parte del 120 aniversario del nacimiento de George Gershwin, Tony Bennet y Diana Krall unen sus voces en un disco que contiene canciondes de George e Ira Gershwin. Entre los temas destacan ‘Love is here to stay’, ‘S’Wonderful’, ‘They can’t take that away from me’ y ‘Fascinating rhythm’.


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QUEREMOS TANTO A CLEO MARY CARMEN SÁNCHEZ AMBRIZ

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oma (México, 2018) vestida de blanco y negro, y de la gama de posibilidades que otorgan los grises, es una pieza única que continúa siendo motivo de reflexión. El discurso narrativo de Alfonso Cuarón se nutre de la memoria de su niñez, la entrañable relación con su nana y el papel de ella como una segunda madre tanto para él como para sus hermanos. El anagrama de Roma es amor. La historia también cuenta las posibilidades de amar que tiene Cleo, la trabajadora del hogar de una familia clasemediera en la ciudad de México, a fines de la década de los sesenta y principios de los setenta. Roma se ubica en una de las colonias más representativas de la capital, en donde todavía es posible ver edificios y casas de estilo art nouveau. “Habitamos un rostro que no conocemos”, refiere Gisele Freund. Roma es un mosaico que hay que mirar con minucia, acaso en distintas perspectivas, para poder tener otras visiones. Roma es una reflexión sobre un sector de la población que ha sido invisibilizado durante muchos años y que conoce el significado de la discriminación y la inequidad laboral. Roma tiene rostro de mujer mixteca, que sueña acaso con otra vida, que trabaja duro e ignora que esos sueños se convertirán en instantes de desasosiego. El trabajo del hogar trae consigo resabios de esclavismo y de la colonización. Desigualdad asumida como normal. Machismo, misoginia, racismo y otras formas de desprecio hacia las indígenas. Prejuicios, estereotipos y abusos laborales. Un trabajo en desventaja que se afianza mediante un acuerdo, no a través de un contrato con derechos y obligaciones. A las trabajadoras del hogar se les dice que son como de la familia, pero ese como en realidad las pone en desventaja porque sus derechos se ven mermados. Las mujeres indígenas son un ejemplo de discriminación múltiple: se les excluye por ser mujeres, por ser trabajadoras del hogar, porque no hablan la misma lengua que sus patrones y por su tono de piel. “Un caldo de cultivo infestado de frases hechas, prejuicios ancestrales, impulsos animales humanizados por el odio, los celos, el ansia de poder, nada nuevo que vaya yo a agregar a la lista que Shakespeare inventarió”, reflexiona Es-

La película mexicana más exitosa, premiada y polémica de las últimas décadas es un poderoso relato sobre la discriminación y el racismo que sufre una mujer mixteca, trabajadora del hogar, en un México que no ha desaparecido. Este ensayo plantea una lectura feminista de Roma.

ther Seligson en Todo aquí es polvo. La sociedad desvaloriza al trabajo doméstico. Esto genera un vínculo de superioridad-inferioridad hacia la trabajadora del hogar. El feminismo que plantea Virginie Despentes en Teoría King Kong parte de la marginalidad. En esa frontera se sitúa para las mujeres que no cumplen con el canon establecido de lo que representa ser mujer. Regresando a Roma, el despertar sexual de Cleo se ve empañado con actitudes machistas de parte de Fermín, el joven que practica artes marciales, a quien no le importa saber que ella espera un hijo de él. Roma exhibe por partida doble una clara muestra del padre ausente. Cleo se enfrenta al embarazo, como lo hace una madre soltera. Y, por su parte, Mariana, la mamá de los niños, vive el abandono de su marido, quien prefiere vivir en otro sitio, alejado de su familia. En ese sentido, Cuarón retrata a hombres inmaduros que no consiguen


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hacerse cargo de su responsabilidad en el núcleo familiar. Los hombres siguen siendo niños que juegan con las emociones y que no pueden echar raíces, ver a sus hijos crecer. “¿En qué momento una casa deja de ser una casa?, ¿cuando se cae el techo?, ¿cuando las paredes se desmoronan?, ¿cuando se convierte en un montón de escombros?”, escribe Paul Auster en La invención de la soledad. El despertar sexual de Cleo trae consigo una situación común entre las mujeres trabajadoras del hogar: un embarazo no deseado. Es una época en que no se hablaba de educación sexual ni de métodos anticonceptivos. Cabe mencionar algo que dice Despentes, que “el deseo femenino estuvo silenciado hasta los años cincuenta. La primera vez que las mujeres se reúnen masivamente y expresan: ‘Tenemos deseos, nos dominan nuestras pasiones brutales, inexplicables, nuestros clítoris son como pollas, buscan satisfacción’. Esto sucede en los primeros conciertos de rock. Los Beatles se ven obligados a dejar de actuar: las mujeres rugen con cada nota, sus gritos ahogan el sonido de la música.” En general, se ha impuesto que la mujer reprima sus impulsos sexuales y que no los demuestre porque está mal visto socialmente. “Siempre hay una clase social a la que le interesa que las cosas sigan siendo como son y que no dice la verdad sobre sus motivaciones profundas”, reflexiona Despentes. Una de las secuencias más fuertes de Roma es cuando Cleo permanece tendida en un quirófano, en la zozobra que trae consigo el nacimiento de su primogénito. Ella vuelve a recibir órdenes: el médico le dice que tome a su niña en brazos y que se despida de ella, porque nació muerta. Y como espectadores no dejamos de suponer y compartimos el dolor que seguramente siente. Sin embargo, en la escena final, cuando ella en su papel de nana y segunda madre de los niños se adentra en el mar, con el imperioso propósito de rescatar y luchar contra corriente por salvarles la vida, tiene la necesidad de abrirse y confesar que no

quería que su bebé naciera. Y lo que parece una frase devastadora, en realidad es la manera que elige de decirles a los niños que ellos son también sus hijos. En ese momento ha demostrado lo mucho que le importan: a pesar de que no sabe nadar, arriesgó su vida por ellos, un instante o una eternidad a merced de la furia de las olas. La ola que se lleva a los niños e hizo que estuvieran a punto de ahogarse provoca que Cleo hable de sus emociones. Como ya lo señaló Guillermo del Toro, el agua es premonitoria en Roma: desde que inicia la película con la imagen del agua y el jabón en el piso, se puede relacionar con la incertidumbre que vivirán en el agua. “Toda agua viviente es un agua cuyo destino es hacerse lenta, pesada. Toda agua viviente es un agua a punto de morir”, dice Gaston Bachelard en El agua y los sueños. El agua, el granizo, el mar. Nunca una imagen común y corriente como es un piso con agua estuvo dotado de esa perspectiva que hace hallar otras posibilidades de lo estético. La fotografía de Alfonso Cuarón es un poema visual de agua que corre. “Llevo días preguntándome si el poema es/ un estado del agua. […] El agua y sus ciclos. Las palabras y las maneras en/ que son escritas, leídas y guardadas, convertidas en cristales”, como dice un poema de Luis Jorge Boone en Bisonte mantra. El agua transforma a Cleo y a toda la familia, los purifica, los hace decir cosas que nunca antes habían expresado, los vuelve más humanos y empáticos como alguien que tratan como si fuera de su familia pero que, a fin de cuentas, no lo es. “El agua es la oración del cuerpo, su descanso./ Su naturaleza primaria, su último empeño”, escribe Boone. Roma no es una película lenta, sino que en realidad expone cómo es el mundo interno de Cleo, una mujer de origen mixteco, bilingüe, que debe entender y vivir en un espacio que no es suyo y jamás lo será. Ella viene de otra región del país a trabajar en un oficio sumamente demandante, descansa los domingos y el resto de la semana labora jornadas de más de ocho horas. Cleo vive con cierto miedo, mas no expresa sus emociones. Puede decirse que sólo dialoga con su amiga, la otra trabajadora del hogar, y con los niños, con quienes se relaciona de manera empática y lúdica para poder tener una mejor comunicación. Otra escena memorable es cuando el niño más pequeño juega y finge que está muerto, en ese momento ella lo imita y, al mismo tiempo, suelta la verdad; en el caso de Cleo se encuentra muerta de cansancio, pues lleva un buen rato lavando ropa. Ella merece una pausa, tirarse en una lámina de la cisterna en la azotea, cerrar los ojos e imaginar que descansa lo necesario como para retomar sus arduas labores de limpieza, cocina, cuidado de los niños y del Borras, el perro. Quizá Cleo, cuando cierra los ojos, cree que vive en un mundo en donde no se le discrimina por ser trabajadora del hogar.

TODOS LOS PREMIOS CONDUCEN A ROMA OTROS MOTIVOS para ver la nueva película de Alfonso Cuarón:

·León de Oro, a la mejor película del Festival Internacional de Cine de Venecia. ·Oscar: al mejor director, mejor película extranjera y mejor fotografía. ·Globos de Oro al mejor director y mejor película en lengua extranjera ·Premios de la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión por mejor película, mejor película de habla no inglesa, mejor director y mejor fotografía. ·Goya a la Mejor Película Iberoamericana. ·Premio del Cine Independiente Británico a la Mejor Película Independiente Extranjera. ·Premio del Sindicato de Directores al Mejor Director. ·Independent Spirit Award a la Mejor Película Extranjera. ·Critics' Choice Movie Award a la Mejor Película. ·Premios Satellite a la mejor película extranjera, mejor guion original, mejor edición y director ·Premios Critics' Choice Movie Award a la mejor película, mejor película independiente extranjera, mejor dirección y mejor fotografía. ·Premios National Society of Film Critics Award a la mejor película extranjera, mejor director y mejor fotografía. ·Premio de la Academia Australiana de Artes de Cine y Televisión a mejor película y mejor director. ·Premio Fotogramas de Plata for Best Foreign Film. ·Premios New York Film Critics Circle a mejor director, mejor película y mejor cinematógrafo. ·Premio Bodil a la mejor película no estadounidense.

El cineasta Alfonso Cuarón.


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La escritora Claudina Domingo. Fotos: Filemón Alonso-Miranda (izquierda) y archivo de la autora (derecha).

EL QUE ESTÉ LIBRE DE SUEÑOS QUE TIRE LA PRIMERA PIEDRA GUILLERMO ARREOLA

Las enemigas, el primer libro de cuentos de la también poeta Claudina Domingo, ha despertado el entusiasmo de la crítica y los lectores. Estas historias y personajes están marcados por tensos conflictos morales.

1. Ausente o afantasmada, abnegada o reinventada, muerta o rediviva, huérfana de hijos o de memoria, la madre es una de las figuras-ejes cardinales en la mayoría de los relatos en Las enemigas, de la escritora Claudina Domingo (Ciudad de México, 1982). Aunque no falta aquel en que el padre ocupe, orillado por condición de temperamento dictatorial, el gran espacio motriz representado por la madre. El otro de los ejes cardinales, de la misma importancia que el de la madre, es el de los sueños, que se manifiesta no como adherencia o apéndice, pretexto de abstracción o intromisión fantástica en una presunta traducción de lo real, sino como materia orgánica y muy vibrante. Aquí los sueños no es que se desborden, simple y sencillamente son manifestación del origen reclamando su lugar en el presente, afilada obsidiana merodeando la

bóveda uterina; placenteros a veces muy a pesar de quien los sueña, despliegan su poderío de salvaguardas, o ejercen labor inspectora, en ocasiones en representación de “xólotls” (xolomeh) que acompañarán a las soñantes en la gran aventura que brama en el río que corre entre principio y fin. Amorosa o despiadada, rehuida o cómplice, encubridora o loca, eludida o aludida, proveedora y depositaria de orfandades, la madre es en estos relatos el centro magnético, discernido o no, en torno al cual el resto de los personajes depositarán su confianza o desconfianza para tantear un norte en su tránsito hacia la transformación, que es entrada hacia la realidad en pleno, con parada o hundimiento previos en lo que suele llamarse el mundo interior. Tránsito durante el cual nadie se sustrae del tiro de dados del desastre propio o ajeno.

De alguna manera, en este tránsito sólo la madre sabe que, si la muerte llega, es traición, aunque sea natural. “No tener madre es una ofensa que debería estar penada. Todo tiene una madre”, dice el narrador en el relato “Una casa en el aire”. Y en el titulado “Hay mucha nieve”, la tullida Berta dice a su hermana Amelia: “Me da miedo el desierto, pinche Melia, siento que, cómo decirte, como si no tuviera madre”. No obstante, muchos habrá que en determinados momentos de nuestras vidas desearíamos no haberla tenido, y por ello la esquivamos, la huimos, la negamos; pero bastará con que aparezca la resaca que suele dejarnos el cara a cara con el imponente afuera, para que vayamos hacia su rastro, hacia vestigios de cordón umbilical: amorosos, o resentidos, en condición de enceguecimiento al intentar ubicar el lugar exacto de la vida al que, al darnos a la luz, nos hubo arrojado la madre. “Me está dejando la puerta entornada”, piensa el personaje Claudio en “Una casa en el aire”, cuando ve a su madre muerta en la funeraria. Y es que ¿cómo se podría vivir ahora sólo sin la madre, quien fuera el refugio de la miasma de su propia estirpe? La madre, la devoradora, pero con comprensión. ¿Habrá alguien más que una madre que pueda comprender, por ejemplo, a un alcohólico, como es el caso de Claudio? ¿Habrá


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FRAGMENTO

¿DE QUÉ LIBRO ESTAMOS HABLANDO? Las enemigas Autora: Claudina Domingo Editorial: Sexto Piso Género: Cuento Páginas: 160

alguien más que una madre que en sus devoramientos insufle tanta vida hasta en lo vegetal, que hasta las plantas lleguen a reclamar su ausencia? 2. Nueve son los relatos con que se compone Las enemigas. Nueve el número de los meses que dura la gestación de un ser humano, como novena es la hora en que, dice el Evangelio según San Mateo, expiró Jesús. Y, ya entrando en paralelismos propiamente literarios, Nueve, título de la obra culmine del escritor J. D. Salinger, con quien a mi modo de ver Claudina Domingo comparte afinidad si no temática, sí por la reciedumbre de su escritura, a tal grado que la palabra debut con que se suele designar a la primera obra de un autor, en este caso debut narrativo, pareciera disolverse o quedarle chica a su libro. 3. En el relato “Xólotl”, Laura tiene cáncer y vislumbra su muerte, y en sus avistamientos de un probable final, apuesta por el amor, y lo memorioso, y en lo memorioso y en su presente su madre Margarita se distingue por su extrañeza, como si siempre “se esforzase por ser mamá”. Rosa Montoya, en “Corazón de la montaña”, busca a su hija desaparecida, y en su búsqueda tantea la muerte y al tantearla la muerte la tienta a ella, para enseguida volver a aferrarse al mundo, aunque “nada sea real, nada existe, todo es un sueño". En “El eclipse”, Io se reencuentra con su prima Lucía, y, en connivencia con su memoria y con sus sueños, entra en el origen y prolongación de sucesos sórdidos y ominosos con raigambre familiar bien discernibles. Anega en aguas oníricas en donde una especie de identificación vampiresca se remece entre lo atrayente y lo abyecto de lo que, se nos dice, “no se puede mirar”. Amelia vive atenazada a una vida diagramada en reproches e injurias por parte de su hermana tullida Berta, mientras su hija e hijo intentan liberarla de su viacrucis de madre y hermana, en “Hay mucha nieve”. En “Una casa en el aire”, Claudio es lanzado a la orfandad y a los devoramientos con la muerte de su madre. Olga, de “Las manos invisibles”, enfrentará y confrontará su no descendencia, su no ser madre, simulada por su padre con su adopción, la del padre, de una niña violada y embarazada. En

“Te devoran el corazón”, Albino y Vicente experimentarán la amistad cuyo puerto final será la traición a muerte, una amistad ceñida a la creencia de que su mundo no lo pueden confiar a las mujeres, incluidas obviamente las madres. Dinorah rastrea, en “El agua invicta”, un deseo de gemelidad en persona de una joven drogadicta, justo durante el proceso de enfermedad y agonía de su negada madre y sus lazos genealógicos. En “El peón”, con pretexto de un asunto de cesión de terrenos, Cristóbal habrá de reencontrarse con quien alguna vez fuera su madre y para quien se ha convertido en un extraño, vía el rechazo, la desmemoria, y la inculpación por la muerte de otro hijo, con quien Cristóbal compartía gemelidad. ¿Qué es una madre si no es también un sueño, o el principio del sueño del vivir? ¿Y qué es la muerte si no el deseo de sueño finalmente aprehendido? Y en Las enemigas no hay mejores armas para enfrentar el parto hacia lo inevitable que los sueños, sin menoscabar incluso si ello implica la muerte propia. 4. Qué libro de tierra y de agua es Las enemigas, que nos deja el corazón desfondado o enlodado, afortunadamente. Es de tierra porque todo lo que aquí ocurre infiere sobre los seres, por más nimio que parezca, brota, crece, corrompe la materia, desyerba el tiempo ya podrido, y prepara el lugar de recepción hacia una nueva vida, sea la que sea; en el arriba, en el abajo. Y es de agua, porque penetra hasta el lugar donde no se comprende o se pone en tela de juicio hasta el vituperado sentimiento de querer estar vivo, a pesar de tanto. De ahí que en algunos de estos relatos, la destrucción y la muerte, que siempre está, que acecha, amenaza y sucede, aparecen de manera perfectamente natural. “¿Sabes lo que necesita un hombre para romper una planta, patear a un perro, violar o matar?”, dice Octavio, padre de Olga, en “Las manos invisibles”. Y él responde: “Las manos, solamente las manos”. Lee la versión completa de este texto en www.contrareplica.mx/ suplementocultural

CORAZÓN DE LA MONTAÑA CLAUDINA DOMINGO

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ienes cinco llamadas perdidas. ¿Cómo es que no te habías dado cuenta? Quizá solo ahora que bajas de la Muela las registra el celular. Dos son de un teléfono del Estado de México, tres de Madres de las Hijas Perdidas. Pasa junto a ti un burro con unos ojos negrísimos, trotando tan lento que el sol arrasado del crepúsculo se refleja en sus órbitas de obsidiana. Llamarás cruzando el puente, donde empieza el pueblo. Te acercas a tu hermana. —¿Estás bien, Rouss? No tienes pretexto, así que la tomas del brazo con la mano derecha mientras marcas el número de la ONG. Tu hermana te arrima a la baranda del camino. Te contesta la abogada de Madres. Hace dos semanas encontraron un cuerpo. La playera coincidía con la fotografía que diste. Los jóvenes padres huicholes, rezagados, pasan tomados del brazo. La muchacha te sonríe. Se están yendo tus ojos poco a poco en una maceta con mastuerzos. Esperaban las pruebas genéticas. Pensabas que los mastuerzos necesitaban mucha agua, pero aquí en el desierto crecen como nenúfares. Los resultados son positivos. Estás soñando otra vez, despierta. Lo siente mucho, te acompaña en tu... —¿Dónde la encontraron? —te escuchas decir allá, en un pueblo lejano, mientras cuentas las flores del mastuerzo, parada contra el barandal de un puente chico. Cuelgas sin despedirte. El pecho de tu hermana, tibio y firme, desprende todavía su aroma a yerba. El suelo bajo tus rodillas, de piedra, sopesa tu carne blanda, tus huesos que han de durar menos que sus guijarros. Estás cantando una canción, una canción que habías olvidado y que se deshilacha en vocales desnucadas. El coro de tu hermana es un susurro y un lento mecimiento. Te vas a quedar sin voz. Te vas a quedar sin agua. Anochece mientras Jazmín te asiste en el parto de la muerte. Texto de Las enemigas, publicado con autorización de la editorial.


VIERNES CULTURAL

26. ContraRéplica. Viernes 8 de marzo de 2019

HORAS DE OCIO Camila Fabbri. Foto Cortesía FIL de Guadalajara.

VALERIA VILLALOBOS

CERCA DEL

PELIGRO M

ás allá de lo indagado por Freud, Todorov o Irène Bessière, entre muchos otros, en sus estudios sobre lo familiar, lo maravilloso, lo extraño y lo fantástico, lo perturbador es una violenta sensación que vale la pena escarbar. Etimológicamente, significar agitar. Es decir, lo perturbador supone que existe un estado de cosas que es inquietado, agitado, por un agente que las modifica. De entrada, lo perturbador tiene una semejanza con la definición de diccionario de la palabra accidente, la cual especifica que es “un suceso eventual que altera el orden regular de las cosas”. Pero lo perturbador va más allá del accidente. Después de leer los quince relatos que conforman el libro de Fabbri, encuentro que lo perturbador en ellos supone, a grandes rasgos, la transgresión voluntaria, y en ocasiones consciente y repetitiva, de lo propio que busca (por naturaleza) ser conservado —la vida, el cuerpo o los hijos, por ejemplo—; además, en Los accidentes, es una condición de sugerencia, más que concreta, señalada en silencio. La formación dramática de Camila Fabbri, honra, en su literatura, su esta preparación, señalando lo que está fuera de escena: lo obsceno. En los cuentos de Fabbri, encontramos mascotas muertas, padres ausentes, ruinas, primeros contactos con la muerte y personajes en su mayoría jóvenes que buscan atentar contra sí mismos, sometiéndose a circunstancias que los dejan al filo de la tragedia. En el cuento que inaugura el libro, “Nacimiento”, una mujer descubre junto a su amante una adicción por accidentar sus cuerpos; una suerte de pulsión de muerte los incita a ponerse constantemente dentro de peligros funestos en plena cotidianidad. En otro relato, “Lautaro y la pólvora”, un adolescente fabrica

Cuando me sugirieron leer Los accidentes, de la joven escritora argentina Camila Fabbri (Almadía, 2019), las palabras que usaron para incitarme a su lectura fueron: “te recomiendo estos cuentos perturbadores”. Y sí, perturbador fue el adjetivo adecuado.

¿DE QUÉ LIBRO ESTAMOS HABLANDO? Los accidentes Autora: Camila Fabbri Editorial: Almadía Género: Cuento Adjetivo que mejor le queda: Perturbador

bombas desde su habitación aparente sin ningún plan, or lo que a cada movimiento y ajuste de tuercas se pone en grave peligro. En “Agujeros”, tres hermanos encuentran una pistola con la cual juegan y un accidente deja huellas en su casa. Los protagonistas de “Carretera plena”, una joven pareja, adoptan una criatura desconocida tras atropellarla. Luego, durante una visita a los padres de ella, donde se presiente una conversación sobre un posible embarazo, la familia termina por alimentarse con la extraña criatura. La cercanía con la muerte en un estadio prematuro de la vida, ya sea la infancia o la juventud, genera un giro en la percepción y en la narración que el personaje o el narrador hace de su vida o de la historia. En el último cuento del libro, “Un abrazo es un fantasma”, hay un padre cuya ausencia condena la relación de su hija con otros hombres. “Superficie celeste” —un relato que recuerda a Horacio Quiroga— da cuenta de la posible muerte de tres de cuatro hermanos en una alberca mientras su madre no estaba. Con base en ese acci-

dente, el personaje sobreviviente narra y se posiciona ante su familia, asimilándose más hermano que hijo: “Tengo que decir que éramos todos hermanos. Como si el rol de hijo se viera opacado”. Los accidentes inquietan con dos estrategias potentes: un tono insulso y su fragmentaria estructura. Algunos cuentos tienen un efecto particularmente violento porque lo funesto y lo peligroso se narran en un tono apacible, incluso infantil. La atracción por el peligro que sienten los personajes no es una apasionante fascinación, sino una pulsión aparentemente hueca, plana, sin emoción o justificación. Esa tranquilidad desestabiliza: hay un choque entre lo que se dice y la manera de decir. Los cuentos de Fabbri presentan una estructura fragmentada, rota, obstaculizada, en ocasiones enrevesada. En ellos, hay cambios de focalización, voz narrativa y tiempo; estos cambios llenan los relatos de sugerencias inquietantes; entre cambio y cambio se abren grietas con sugerencias inquietantes. Como expresa Selva Almada en la cuarta de forros, los ojos de Fabbri son los de “un vidrio estrellado por una piedra, no termina de romperse, pero se resquebraja y entre esas delgadísimas astillas de cristal roto, Fabbri se asoma para narrar”. Yo agregaría a esa atinada metáfora que esas astillas llevan a historias distintas, todas meramente sugeridas y en firme coexistencia.


VIERNES CULTURAL Viernes 8 de marzo de 2019.ContraRéplica. 27

QUÉ MIRAR

HORAS DE OCIO

BÁRBARA PERRÍN RIVEMER

TODAVÍA TENGO MIERDA EN LA CABEZA • Janis recuerda su primer amor; lo que era antes y lo que es ahora. Janis tiene mierda en la cabeza y la quiere sacar de ahí. Ella tiene una teoría: una persona sólo puede almacenar cierta cantidad de mierda en la cabeza. • Teatro El Milagro, Ciudad de México • Miércoles, jueves y viernes, 18:00 h JIMENA EME VÁZQUEZ

ME SALE BIEN ESTAR TRISTE • Tres tristes toman tazas de té y de café mientras hablan de amor. Elizabeth, Emma y Eduardo viven romances que no sólo son diferentes entre sí, sino que además van mutando dependiendo del día en que la cuenten. Ellos tratan de darle al amor ese papel protagónico que les han dicho que debe tener. • Foro Un Teatro, Ciudad de México • Martes 20:45 h, hasta el 26 de marzo

UN ESTUDIO PROPIO / LA MIRADA, LA CÁMARA, LA FOTOGRAFÍA DESDE NOSOTRAS

SILVIA GONZÁLEZ DE LEÓN

UNA CAJA OSCURA 2008 – 2018 • Exposición de obra realizada por Silvia González de León que incluye un extenso trabajo realizado por diez años, utilizando cámaras estenopeicas, una combinación de prácticas de los siglos XIX y XX, con el uso de nuevas herramientas tecnológicas, que dan como resultado una serie de imágenes de ambientes íntimos, retratos, naturaleza y escenas urbanas. • Museo de la Ciudad de México • De martes a domingo, entrada general $32.00. 50% de descuento a estudiantes, maestros e INAPAM, con credencial. Miércoles entrada libre.

• La primera exposición contiene 60 fotografías de mujeres artistas en los espacios en que trabajan. La segunda se integra del trabajo de 59 fotoperiodistas y lo que sus cámaras han captado a lo largo del país. • Galería Abierta de las Rejas de Chapultepec • Entrada libre.

QUÉ LEER

ENRIQUE FLORESCANO

STEPHEN GREENBLATT

IRMA PINEDA

LUZ MARÍA LEPE LIRA

FCE, México, 2018 • Este libro abarca siete milenios: va de 5510 a.C. a 1521 d.C. Es un ensayo sobre las imágenes, uno de los lenguajes más antiguos para transmitir el conocimiento y la memoria. El notable historiador recorre desde las pinturas rupestres de las sierras centrales de Baja California hasta el arte de Tenochtitlan.

Crítica, México, 2019 • Traducido por Juan Rabasseda, este libro del autor de El giro (Premio Pulitzer 2019) es un estudio, ejemplo de una excepcional erudición, sobre la historia del relato bíblico de la creación del mundo y la caída de Adan y Eva. El recorrido va por distintas culturas y creencias, empezando en Babilonia, donde surgió el mito.

Secretaría de Cultura, México, 2018 • La escritora de lengua binnizá (zapoteca) Irma Pineda escribió poemas sobre la palabra, el pueblo, la maternidad, el exilio y los desaparecidos. Los textos fueron ilustrados por niños y niñas de Juchitán, Oaxaca. El resultado es este libro bilingüe binnizá-español, que da muestra de la sensibilidad y el talento de Pineda.

Grañén Porrúa, México, 2018 • Con el subtítulo “Travesías por el sistema mundo”, la estudiosa, investigadora de la Universidad Autónoma de Querétaro y una de las principales conocedoras de literatura indígena contemporánea, plantea identificar la construcción de los relatos de la diferencia colonial siguiendo los argumentos de la decolonialidad.

IMAGEN DEL CUERPO EN MESOAMÉRICA

ASCENSO Y CAÍDA DE ADÁN Y EVA

CHUPA LADXIDUA’/ DOS ES MI CORAZÓN

RELATOS DE LA DIFERENCIA Y LITERATURA INDÍGENA


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28. ContraRéplica. Viernes 8 de marzo de 2019

PIEZAS SUELTAS

LOS OTROS DÍAS JULIETA GARCÍA GONZÁLEZ

L

e llamaban “El Káiser de la moda”. Karl Lagerfeld llevaba sus canas en una coleta baja y se esponjaba el copete, como si viviera aún en la época del crepé. También usaba unos lentes oscuros espesos y amplios, que no se quitaba ni en la noche más cerrada. Además, cuellos blancos, desprendibles y almidonados —que le llegaban a la quijada— y trajes negros. Antes de morir, a los 85 años, se presentó a fiestas de alta sociedad, abrazó a supermodelos y posó junto a su gata, Choupette, para las cámaras. Lagerfeld fue la cabeza de la casa de modas Chanel desde 1983 y presentó su última colección en la London Fashion Week días antes de su muerte este 19 de febrero. Nació en Alemania en 1935 y entró al mundo de la moda a los 17 años, bajo el manto de la casa Balmain. Se asoció a dos casas de alta costura notables: Chanel y Fendi. Su colaboración en ambos espacios duró hasta su muerte y lo convirtió en una leyenda por su aproximación a la vez elegante y provocadora a los atuendos que diseñaba. Hasta aquí, todo podría ser la historia clásica de un muchacho genial que llegó a cumplir todas sus aspiraciones, codeándose con ricos y famosos hasta convertirse él mismo en rico y famoso. El Káiser cumplía también con el papel de ser excéntrico (le dejó su fortuna a Choupette; decía que no tuvo nunca contacto físico con quien fuera su pareja por casi 40 años…) y de vivir por todo lo alto, como en los cuentos que nos contamos de la gente rica y famosa. Por algo son así, nos decimos. Pero hay un detalle fundamental que lo diferencia de los demás: su aversión general a la naturaleza del cuerpo femenino.

EL ENTORNO ¿Para quién se diseña la ropa que se propone en las pasarelas como lo deseable y que, a partir de ahí, se desgrana hasta llegar a los tianguis callejeros? Más aún: ¿quién la diseña? Aunque las mujeres componen el 85 por ciento de quienes estudian diseño de modas, la proporción cambia cuando se trata de dirigir o diseñar en las casas de alta costura más importantes. Ahí, apenas alcanzan el 14 por ciento del total. Lo paradójico es que el 90 por ciento de la ropa que se produce va dirigida a mujeres. Volvamos a Lagerfeld. “Nadie quiere ver una mujer con curvas”, aseveró, haciendo caso omiso de su propia y ridícula apariencia. Y dijo también: “El ‘hoyo’ en la seguridad social [de Francia] tiene que ver con las enfermedades de la gente que es muy gorda”. Se refirió a

diseñador a su muerte llamándolo “un despiadado misógino gordobófico”. La culpa no es totalmente del Káiser, sino del entorno que permitió que fuera posible que un hombre como él —que rechazaba el contacto físico, que no comía, que le puso chofer a su gata y despreciaba los pechos de las mujeres— se alzara como un semidiós y dictara parámetros de belleza desde su atelier.

EL FUTURO

Mary Wollstonecraft, autora feminista. Retrato realizado por John Opie.

las mujeres que veían los desfiles desde sus casas como “madres gordas que se sientan frente a la televisión con bolsas de papitas a decir que las modelos muy delgadas son ‘feas’”. A lo largo de su carrera, dijo que las mujeres elegantes, que podían verse bien, eran talla 0 a 2. Diseñó prendas de vestir para modelos delgadísimas que vivían de zanahorias y martinis secos, no para mujeres de carne y hueso porque, parafraseándolo, la moda es “lo deseable, no lo posible”. Lo que hay que señalar aquí es eso “deseable”. Las prendas son producidas para que las mujeres deseen ser unas que no pueden ser, para que tengan fantasías sobre algo inalcanzable, puramente imaginado si se vive de manera normal, con un cotidiano de hijos, trabajo, labores domésticas y los desgastes propios del tira y afloja de las ciudades. Jameela Jamil, actriz y presentadora de televisión, desató una controversia sobre el

En la versión en español de Alicia en el país de las maravillas (Disney, 1951) el Sombrerero Loco y el Conejo cantan la canción del “No cumpleaños” que dice: “Bien sabido es que tienes un cumpleaños, pero te quedan 364 días de no cumpleaños”. Algo semejante pasa con el Día de la Mujer: ese día es para nosotras, porque el resto del año celebramos una batalla constante para que haya menos desigualdad conservando las diferencias que nos hacen lo que somos. Antes de que se quemaran sostenes en los años sesenta y setenta del siglo XX, antes de que Mary Quant pensara que las mujeres podían enseñar por arriba de la rodilla si les daba la gana y de que se legalizara por primera vez el aborto, ya existían mujeres a las que podríamos llamar feministas. Mary Wollstonecraft (Londres, 1759) se volvió escritora contra todo un sistema que la abrumó. Fue autora de La educación de las hijas en el que incluye un capítulo llamado “Desafortunada situación de las mujeres, bien educadas, y quedadas sin fortuna” en el que lamenta las pocas opciones que una dama inteligente tiene para desarrollarse. Su hija, Mary Shelley, también fue escritora. Casada con el poeta romántico Percy Bysshe Shelley, se enfrentó de pronto a su propia desgracia y escribió Frankenstein o el nuevo Prometeo, donde mezcla las fantasías sobrenaturales con el abuso del poder y el deseo de pertenencia de forma magistral. A Mary Shelley se le arrebató por una temporada la autoría de su novela. ¿Cómo una mujer, se decía, podía escribir de esa manera? La obra tenía que ser del poeta, sin duda. Los tiempos han cambiado, sí. Y hay un día oficial que nos lo recuerda: el 8 de marzo. Hay cifras que nos hacen pensar en lo lejano que parece el momento en que no tengamos que pagar un precio altísimo por ser mujeres: ese futuro donde no morirán en México diez cada día, donde serán tratadas con la misma dignidad que un hombre y serán juzgadas por sus actos, no por sus cromosomas.

DIRECTORIO Viernes Cultural, suplemento de Contra Réplica •Director general:

Rubén Cortés •Editor: Geney Beltrán •Jefe de redacción: Epigmenio León •Consejo editorial: Francisco González Crussí, Enrique Florescano, Elsa Cross, Silvia Molina, Eduardo Langagne, Carmen Boullosa, Tedi López Mills.


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