Suplemento Cultural

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Vierne

s, No. 7,

noviem bre 16 de

2018

VIERNES CULTURAL

VIERNES CULTURAL

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VIERNES CULTURAL

18. ContraRéplica. Viernes 16 de noviembre de 2018

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GRANDES OBRAS DE VASILI KANDINSKY COMPOSICIÓN Nº8 IDALIA SAUTTO

KANDINSKY: LA LIBERTAD NO IMPLICA EL CAOS

"Composición Nº8" ,pintada en el año 1923, es una de las dos primeras obras abstractas de la historia de la pintura.

El pintor ruso, cuya obra se presenta en la exposición Pequeños mundos, en el Palacio de Bellas Artes, fue un pionero en la expresión artística a través UNA SENSATA LÍNEA RECTA de puntos y líneas. Habitante de PERDIDAMENTE ENAMORADA un mundo en crisis y guerra, en los años treinta inició su colaboración con la Escuela Bauhaus, dejando así una huella todavía más trascendente en el arte y ú eres el principio y el en las clases de arte a los 30 el diseño modernos.

HABÍA UNA VEZ

DE UN PUNTO.

-T

fin, el eje, el núcleo y la quintaesencia —le decía con ternura—, pero el frívolo punto no estaba ni un poquito interesado en ella. Sólo tenía ojos para una línea curva, alegre y desparpajada, y con la cabeza hueca. Así comienza un cuento escrito por Norton Juster (1963). Pero la “línea” (como personaje de una obra de arte) debuta cincuenta años antes en los ensayos de Vasili Kandinsky. Para él, el punto es reposo y la línea una “tensión interna móvil, nacida del movimiento. Ambos elementos son cruzamientos y combinaciones, que constituyen un lenguaje propio, intransmisible con palabras”. Kandinsky abandona su carrera como jurista. Si bien termina y obtiene el título en derecho, su vocación por el arte lo lleva a abandonar la profesión a los 27 años. Comienza a trabajar en una imprenta dedicada a las reproducciones de obras de arte. Llega a vivir a Alemania y se inscribe

años, cuando en Múnich viven pintores como Arnold Böcklin y Franz von Stuck. Después decidió trasladarse a un pueblo alemán llamado Murnau. La lejanía con la ciudad hizo que Kandinsky tuviera una gran producción de óleos en donde el color empieza a liberarse a través de los paisajes. Podríamos leer en sus teorías que Kandinsky busca a toda costa controlar el caos: aquello que a mediados del siglo XX se llamaría “accidente controlado”, ya está previsto en su arte. Las formas abstractas son una manifestación en su quehacer como pintor, que encuentra cuando la representación de los objetos deja de ser suficiente para mostrar la esencia del arte o, como él mismo lo llama: “el espíritu” de la obra de arte. Al principio la pintura abstracta se le revela como un borramiento de la figura y del contexto que contiene los mismos objetos, llegar a la síntesis de un personaje en donde sólo vemos líneas y puntos, así un paisaje se convierte en

una serie de composiciones geométricas y el salto de una bailarina, una curva en el aire. Herwarth Walden organizó la primera exposición individual de Kandinsky, la cual mostraba 73 trabajos de entre 1902 y 1912. La maryoría eran sus óleos abstractos. Junto con la expo salió a la luz su ensayo La pintura como arte puro editado por Sturm. Kandinsky tuvo que enfrentarse a la crítica pero sobre todo a un público acostumbrado a ver la representación del mundo en la pintura y no la pintura como objeto del arte. La incomprensión le valió la adscripción a un nuevo ismo, el “idiot-ismo”. Estas aseveraciones se reflejaron también en la negativa de las casas editoriales a publicar su manuscrito De lo espiritual en el arte. Juzgaban al autor como un extranjero que no escribía bien en alemán. Después de varios rechazos, sale

a la luz en 1911, siendo un gran éxito de ventas entre los jóvenes pintores, porque la teoría de Kandinsky abrió un panorama renovado del arte: “El arte, que en estas épocas vive humillado, es utilizado exclusivamente para fines materiales. Busca su contenido en la 'dura materia', ya que no conoce la exquisita. Los objetos, cuya reproducción piensa que es su única meta, permanecen inmutables. El 'qué' del arte desaparece eo ipso. La única pregunta que interesa es la del 'cómo' se representa determinado objeto en relación con el artista. El arte pierde el alma”. Kandinsky es el primer pintor moderno en poner en crisis los conceptos de representación y de semejanza. La pintura ya no estará a merced de mimetizar una realidad visible. El arte abstracto, antes de su etiqueta, antes de convertirse de lleno en un estilo, no tenía un cajón, era la primera vez que existía ante los ojos del espectador y de los pintores de esa época. La abstracción en la pintura excluía por primera vez el texto o los subtítulos que quisiéramos ponerle a esa obra. No le importa tener una temática, es la pintura en su pintureidad sin más. La pintura se vuelve el objeto mismo y por primera vez puede representar lo que el lenguaje no puede narrar. Un triángulo amarillo, un círculo azul, un cuadrado rojo. Punto y línea. Quizá coma o cruz. Pero ya nunca la imagen de un objeto que reconozca nuestra mente. Sólo el color creando una figura abierta a la interpretación, y que ese color represente un sentimiento. Que el amarillo llore o chille, hasta ser denominado como “amarillo chillón”. Los colores para el pintor ruso funcionan en conjunción con la música; los dota de distintos tonos, agudos o graves, con intensidades a veces más bajas o altas. La pintura representa algunos signos de la música en la medida en que Kandinsky puede traducir el temperamento de una pieza de Wagner en un lienzo. Si pudiéramos escuchar la música que inspiraba a Kandinsky y yuxtaponerla con la obra pictórica, nos adentraríamos en las costuras de la pieza, en la partitura de la obra que en el fondo es posible leer como música también. Kandinsky buscó la identidad de cada color en relación con los sentimientos que le provocaban. Esta sinestesia se daba también entre las formas y la técnica que usaba: acuarelas, grabados, óleos o tintas.


VIERNES CULTURAL Viernes 16 de noviembre de 2018. ContraRéplica. 19

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ALREDEDOR DEL CÍRCULO Obra de 1940, en la etapa final del artista; aquí explora las posibilidades expresivas y abstractas del círculo y la línea; se caracteriza por un estilo más libre.

▶▶La exclusión de las

palabras en las imágenes hace que el espectador se esfuerce por sentir la pintura de otra manera que no sea explicándose la representación de un objeto.

Antes del arte abstracto, la pintura representaba objetos que podían generar un discurso, nombrar una nube y un horizonte, para que el espectador pudiera comprender la semejanza que guarda lo representado con la realidad. Pero cuando la imagen excluye por completo la posibilidad de una écfrasis, de que exista una descripción sobre lo que se observa, hace que la teoría del arte elabore una tesis sobre ese lenguaje de líneas y colores y círculos que están en la obra. Nada de lo representado es fortuito, porque dentro de ese universo existen reglas y equilibrios. Para Kandinsky los colores son las cosas, afirmación desnuda que no se basa en ninguna semejanza y que cuando se le pregunta “lo que es”, no puede responder más que refiriéndose al gesto que la ha formado: improvisación, composición, y lo que en ella encontramos; forma roja, triángulos, violeta naranja. El mismo artista decide nombrar sus obras más abstractas como si fueran piezas musicales. Composición I, Composición II, III, IV, etcétera. Si analizamos una de sus obras tenemos que pensar que cuando el amarillo o el azul están en ese cuadro, se encuentran en un equilibrio buscado por él, sin improvisación, con la certeza de que el espectador se conmueva por la aparición del alma en la obra de arte. Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, Kandinsky regresa a Moscú a finales de 1914. Él, que nunca perteneció nunca al partido comunista, ni tampoco fue acólito de ninguna postura política, vivió las consecuencias de tratar de habitar un mundo que encarnaba lo maniqueo; por un lado la Alemania nazi y, del otro, la Unión Soviética. Lugares donde se vieron relegados a vivir todos los artistas de esa época, o al menos gran parte de la élite intelectual que de una forma u otra debía plegarse a las ideas políticas de estas naciones/países/ lugares. Aun así, Kandinsky se mantuvo en la resistencia. Aunque la Revolución proclamaba la libertad, esa libertad se vio asfixiada por la falta de tolerancia a lo diferente, a que alguien como él no

EN BLANCO II

CÍRCULOS DENTRO DE CÍRCULO

"En blanco II", de 1923, es, ,junto a 'Composición Nº8', de las primeras obras abstractas.

quisiera pertenecer ni a uno ni a otro. Al finalizar la guerra, dejó Moscú y perdió sus bienes. Por primera vez se vio sin el cobijo de la herencia de su padre, expropiado todo lo que tenía en manos del partido comunista. La “abstracción” como una nueva forma del arte se puede leer como una metáfora de la vida del pintor. Tiene 51 años y una trayectoria impecable cuando por primera vez necesita vivir del arte. Regresa a Alemania en 1922. En ese periodo de entreguerras lo llaman a ser parte de la planta docente de la Bauhaus de Weimar: le ofrecen impartir la cátedra de pintura mural. Pero en 1933 los nazis vuelven a reprimir a los artistas y la Bauhaus se exilia primero a Berlín y finalmente a Estados Unidos. Kandinsky tiene que empezar nuevamente de cero y volver a refugiarse, ahora en París, en donde pasará sus últimos años de vida, país en donde casi nadie conocía su obra. Para Kandinsky, más allá de representar un mundo que se ha convertido ya en un callejón sin salida, la pintura es su oasis, donde encuentra la paz interior que lo reconforta: “Hoy en día, el hombre se ve requerido sin pausas por el exterior, y lo interior está muerto para él. Éste es el último grado en el descenso, el último paso en un callejón sin salida. Tal lugar se llamaba en otro tiempo 'abismo', ahora se llama cul-de-sac, 'impasse'. El hombre moderno busca paz interior, ensordecido como está por el exterior”. Su obra abrió la puerta a que la pintura viviera otra representación de sí misma en donde color y formas son infinitas. La abstracción es la consumación del romance que hay entre la línea y el punto, que reza tanto en el texto de Kandinsky como en el de Juster: “la libertad no implica el caos”. La muerte de Kandinsky llegaría antes del fin de la Segunda Guerra Mundial. Línea y punto vivieron, si no dichosos para siempre, al menos geométricamente felices.

Kandisnky la pintó en 1911 con la inscripción "la primera obra abstracta" en su dorso.

COMPOSICIÓN X El estilo se hace cada vez más complejo; mantiene las formas geométricas con bellas composiciones.

EN AZUL En 1911 el pintor formó, junto con Franz Marc y otros expresionistas, el grupo Der Blaue Reiter (el jinete azul), nombre que procede de la predilección que profesaba Kandinsky por el color azul.

MURNAU, LA SALIDA A JOHANNSTRASSE Tras un viaje a París, Kandinsky queda impresionado por el fauvismo y su obra se hace más colorista.

Idalia Sautto (Acapulco, 1984) es editora, escritora e historiadora.


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20. ContraRéplica. Viernes 16 de noviembre de 2018

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HORAS DE OCIO ERNESTO DIEZMARTÍNEZ GUZMÁN

EL MÁS

SOLO

DE TODOS LOS HOMBRES

E

so de tener sentimientos y deprimirse no es ser un buen americano. “¿En dónde quedó el tipo fuerte y silencioso, como Gary Cooper?”, se lamenta Tony. Ahora, todo mundo se siente mal y va con el psicólogo, acusa. ¡Cooper nunca fue con el psicólogo! Él sabía lo que tenía que hacer y lo hacía. Y ya, fin de la historia. Después de ver los minutos iniciales de El primer hombre en la Luna (First Man, 2018), del oscareado Damien Chazelle (mejor director por La La Land: Una historia de amor/2016), me vino a la memoria la escena de Los Sopranos, pues resulta que Neil Armstrong (Ryan Gosling, adecuadamente contenido) es el tipo “fuerte y silencioso” que mencionaba Tony Soprano. Hacia el inicio de El primer hombre en la Luna vemos cómo el reservado Neil Armstrong pierde a su hija debido a un tumor cerebral. El tipo permanece tranquilo, sepulta a su niñita, no demuestra sentimientos y, cuando está seguro que nadie lo ve, se derrumba y llora por su hijita. Poco tiempo después, decide convertirse en astronauta. El guion firmado por Josh Singer (basado en la biografía de Armstrong escrita por James R. Hansen) propone que la única manera que tuvo el ingeniero espacial para lidiar con la

En un capítulo inicial de Los Sopranos (1999-2007), su protagonista, el detestable criminal pero entrañable páter familia Tony Soprano (James Gandolfini), se encuentra en una de sus primeras sesiones con su terapista, la doctora Melfi (Lorraine Bracco) y, de la nada, se suelta con una filípica en contra de la gente que se siente deprimida. muerte de su niña fue la dedicación y el trabajo. El tipo que sería el primero en pisar el suelo lunar no necesitó de terapistas, psicólogos, sacerdotes o consejos: cual Gary Cooper del espacio, lo que necesitaba era que lo dejaran solo. Él sabía lo que tenía que hacer, sabía cómo hacerlo y adivinaba las consecuencias del fracaso. Fue, según El primer hombre en la Luna, el héroe hawksiano por excelencia. Estamos no ante la epopeya de todo un país en plena Guerra Fría (aunque nos queda claro desde el inicio las presiones y tensiones que sentían todos los involucrados al ver que la URSS llevaba la delantera en la exploración espacial), sino ante la épica íntima de un hombre común y corriente que, seguramente sin darse cuenta, luchó contra su depresión mirando hacia adelante, cumpliendo con sus obligaciones, haciendo su trabajo. Cual si fuera Gary Cooper.

La puesta en imágenes contrasta sagazmente el equilibrio de su personaje central con el encuadre siempre nervioso y tambaleante, privilegiado por la cámara de Linus Sandgren. Pareciera que nada es seguro en este filme, a no ser la voluntad inquebrantable de Armstrong para entrar al programa espacial de la NASA, para participar en cada una de las distintas etapas, para ser uno de los elegidos para ser enviados a la Luna, para poder ser el primero en pisar el satélite natural de la Tierra, para poder pronunciar aquello de “Esto es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”. Es cuando la tripulación del Apolo 11 llega a la Luna que la cámara de Sandgren adquiere serenidad. En el momento en el que Armstrong desciende de la cápsula espacial, el encuadre destila elegancia: el momento es tan portentoso que nada puede ni

debe echarlo a perder, como queda claro por el acompañamiento musical, compuesto por Justin Hurwitz. Chazelle se ha arriesgado, en estos tiempos políticamente turbulentos, a dirigir una película de tema patriótico sin subrayar patriotismo alguno. Aunque es obvio que hay intereses políticos en juego alrededor de la misión lunar, queda igual de claro que para Armstrong, tan enigmático como opaco, no es algo que le interese mucho. Queda a su esposa, la estoica Janet (extraordinaria Claire Foy, quien debería merecer su nominación al Oscar), la responsabilidad de mostrar no solo sus naturales sentimientos en una escena clave (cuando le exige a Armstrong que explique a sus hijos que quizá no vuelva de su viaje), sino de señalar lo absurdo de su tarea cuando, tan claridosa como iracunda, le reclama a los ingenieros/funcionarios/políticos de la misión lunar que no son más que un puñado de chamacos manipulando juguetitos que ni siquiera conocen bien. Por eso, ella tendrá la última palabra frente a él. O no la última palabra: el último gesto. Y es que la gente como Armstrong es de pocas palabras. Y Janet Armstrong lo sabe muy bien.


VIERNES CULTURAL Viernes 16 de noviembre de 2018. ContraRéplica. 21

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HORAS DE OCIO PARA EL LIBRERO

José María Ripoll

EL ESPEJO Y EL AGUA

LINO NOVÁS CALVO

UN ESCRITOR EN EL FRENTE REPUBLICANO

México, Ediciones del Lirio/Ediciones Sin Nombre, 2018 • Esta antología poética del escritor español ofrece una indagación sobre el sentido de la comunicación y de la vida misma. Su voz abreva lo mismo del barroco que de la vanguardia y evidencia la influencia de la lírica mexicana por medio de autores como Paz, Chumacero o Tomás Segovia.

Madrid, FCE, 2018

Considerado uno de los mejores cuentistas de Hispanoamérica, Novás Calvo acompañó al ejército republicano durante la Guerra Civil española (19361939), como corresponsal. Envió decenas de crónicas en las que dejó el testimonio de un observador apasionado. Fue el periodista que más tiempo estuvo en el conflicto. Los artículos recopilados econforman un relato de dimensiones épicas que es posiblemente el registro más abarcador y completo que existe sobre esa guerra.

QUÉ MIRAR

Peter Guardino

LA MARCHAFÚNEBRE México, Grano de Sal, Instituto de Investigaciones Históricas/ UNAM, 2018. • Este libro presenta los hitos de la guerra de México y EU, como la batalla de La Angostura, la participación de los sanpatricios y la resistencia de los pobladores de la capital luego de ser abandonada por Santa Anna, y centra su atención en los esfuerzos sociales de este costosísimo conflicto.

A DÓNDE IR EDIFICIO SAN MIGUEL • Un lunes al mes, los condóminos del Edificio San Miguel se reúnen para hablar. En esta pieza teatral se muestran envidias, problemas de convivencia, celos y reclamos, en una sesión que será todo, menos la junta vecinal perfecta. • La Capilla, Coyoacán, CDMX • Lunes y martes, 20 hrs., hasta el 27 de noviembre

AL OÍDO Concierto

COUCOU CHLOE SHY GIRL • En colaboración con Novation, Terminal Club trae a NUXXE, Coucou Cloe y Shygirl, para presentar los sonidos que les ha merecido el reconocimiento internacional. También se presentan DJ Hotmale y Wasted Fates, y Tayhana. • 17 de noviembre, 20 hrs • Terminal Club: Bolívar 20, Centro, CDMX

FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO INFANTIL Y JUVENIL 2018 INVITACIONES, DANZAS Y MÁSCARAS • Desde su llegada a México, la fotógrafa Ruth D. Lechuga se aventuró a registrar las manifestaciones culturales del país. Su obra nos muestra la riqueza y profundidad de nuestros pueblos y la vigencia de su herencia. • Centro de Artes Vivas, Salvador Novo 8, Santa Catarina, Coyoacán, CDMX • Hasta el 7 de diciembre

• Este es el mayor espacio de promoción a la lectura dirigido a niños y jóvenes. Dispone de un foro de encuentro con destacados y prestigiosos autores, estudiosos, investigadores, especialistas e interesados en literatura infantil y juvenil (LIJ). • Parque Bicentenario, San Lorenzo Tlaltenango, CDMX • Hasta el 19 de noviembre

CARIBE EXPRESS, DIEGO RAPOSO • A través de su colectivo MITEL DICO, el músico traza una nueva era del llamado trópicofuturismo. El álbum nos lleva por una travesía de sonidos globales y futuristas. • Point Records, 2018


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22. ContraRéplica. Viernes 16 de noviembre de 2018

Ha muerto el autor del libro más decisivo, referencial y gustado de nuestra cultura literaria en los últimos decenios y el creador de un mundo narrativo ineludible, axial, para la lengua española y la literatura universal

Cuartoscuro

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HÉCTOR ORESTES AGUILAR

L

OBITUARIO PARA FERNANDO DEL PASO

a sensación perentoria que deja tras de sí el fallecimiento de Fernando del Paso (1935-2018) es muy agobiante: el siglo XX mexicano se aleja de forma definitiva, difuminándose y heredándonos el desamparo. El vacío. Nunca como la mañana de ayer vibró en mi cabeza –y en mi corazón— la añeja pero siempre pertinente idea de Hermann Broch que en medio del “estado crepuscular” de las masas, en épocas de confusión psicológica y moral, es más factible contemplar cómo se impone y extiende una aplastante vacuidad, un vacío de valores, por lo menos, aterrador. Del Paso era un salvaje artista integral. De la voz –me refiero a su propia voz, a su bien esculpido registro de barítono profundo—; de su apariencia trabajada hasta el último detalle, acicalada con telas, colores y parafernalia muy singulares; de la mirada y el trazo, su muy “siniestro” trazo de dibujante e ilustrador instruido en la densa psicodelia de los 1960; del ingenio y la arquitectura verbal publicitaria, con los que pudo haberse hecho de grandes fortunas si la pasión literaria no lo hubiera arrastrado; del paladar y el olfato, nadie como él para la degustación quirúrgica de un vino o para la condimentación científica de un mixiote; de la memoria; de la erudición, la curiosidad intelectual y de un rigor sobrehumanos; del oceánico

poder de la lengua, al que, como a muy contados escritores, pudo domeñar en sus más variados registros.

▶▶De manera circunstancial conocí a

Don Fernando a principios de 1992 en Berlín, cuando él participó en una excursión literaria de un amplio conjunto de autoras y autores: iban Silvia Molina, María Luisa Puga, Aline Pettersson, José Agustín, Guillermo Samperio, Luis Arturo Ramos, Álvaro Uribe y Juan Villoro, además, entre los que recuerdo.

Era un grupo de avanzada para promover la literatura mexicana, tema principal de la Feria del Libro de Frankfurt del año siguiente. Se trataba de la primera ocasión en que un grupo tan numeroso de escritores nacionales visitaba la Alemania reunificada para presentarse en foros como la célebre Haus der Kulturen der Welt o la Literaturhaus berlinesa, de la Fassanenstrasse, en Charlottenburg. La ocasión fue muy importante para Del Paso pues le permitió aparecer ante el exigente público literario berlinés con una de sus grandes traductoras, si no es que la mayor y mejor de todas, Susanne Lange, una retraída y extraordinariamente laboriosa comparatista, quien ha tenido incluso

la osadía de volver a traducir el Quijote –con fortuna— y quien es una de las principales especialistas en literatura hispanoamericana en Europa, amén de ser la autora de informativos ensayos como Die reflektierte Wirklichkeit: deutsche und lateinamerikanische Gegenwartsliteratur im Vergleich am Beispiel der Werke von Günter Grass und Fernando del Paso (La realidad reflejada: la literatura alemana y latinoamericana contemporánea comparadas con atención a las obras de Günter Grass y Fernando del Paso), primera monografía de profundo calado sobre el autor de José Trigo aparecida en el campo cultural alemán. En aquellos días, Susanne acababa de entregar su traducción de Palinuro a la Frankfurter Verlaganstalt, de la cual se leyeron algunos pasajes en la intervención de Del Paso en las tertulias evocadas al principio. El efecto en el público alemán fue algo fascinante. No esperaban encontrarse con una obra narrativa de esas resonancias, de esa potencia poética. Escuchar el fraseo delpasiano en una lengua que puede aglutinar periodos subordinados ad infinitum sin el menor parpadeo resultó una experiencia muy novedosa para mí, fue comprobar que la de Don Fernando era una literatura irrepetible y, a un tiempo, de magnitud universal, disfrutable a su máximo volumen, en su máxima intensidad, en cualquier idioma.

Escribir novelas “totales” fue una ambición que impulsó los empeños de no pocos escritores a lo largo de los tres siglos recientes. A los casos que mejor conozco, a los que he dedicado mayor tiempo de lectura y estudio – las obras capitales de los austriacos Robert Musil, Hermann Broch, Heimito von Doderer y H. G. Adler, y de los alemanes Thomas Mann y Günter Grass— la prosa, la capacidad expresiva y la ingeniería de almas de Fernando del Paso no tienen nada qué pedirles ni nada que envidiarles. Cuando hace algunos años Nexos realizó una encuesta entre un nutrido grupo de escritores y colaboradores de la revista para saber cuál era la novela más influyente de la literatura mexicana contemporánea y el resultado arrojó como ganadora, con notable diferencia, a Noticias del Imperio, a nadie se le ocurrió poner en tela de juicio ese consenso ni hubo quien impugnara una decisión tan aplastante. Ha muerto el autor del libro más decisivo, referencial y gustado de nuestra cultura literaria en los últimos decenios y el creador de un mundo narrativo ineludible, axial, para la lengua española y la literatura universal. No veo entre nosotros quién vaya a reemplazarlo en el mediano plazo.


VIERNES CULTURAL Viernes 16 de noviembre de 2018. ContraRéplica. 23

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CLAUDINA DOMINGO

INOCENCIA EN LA CATÁSTROFE

P

ara empezar, el autor tiene predilección por el discurso oral de sus personajes, y no únicamente por el habla local de ciertas regiones del norte, eso que de alguna forma constituye al mismo tiempo que un oído literario uno sociológico. La concentración de oído de Vázquez recorre desde los dialectos de los mecánicos automotrices hasta los, nos parecería, más asequibles registros lingüísticos de la clase media. Sin embargo, el narrador tiene una enorme capacidad para percibir en la dicción cotidiana el núcleo sicológico de un personaje y posee una prosa suelta que trasmina este lenguaje personificado. Un ejemplo contundente es “Sí, ¿cómo ve?” donde un hombre habla por teléfono con una mujer que párrafos más tarde sabemos que es una sicóloga: “Ah, no. Eso no. Para nada. Yo no tuve la culpa del accidente. Ni creo que lo que me pasa es que siento culpa. Tengo la parte de tránsito donde dice que estoy libre de responsabilidad, ¿cómo ve? Si alguien tuvo la culpa fue el chavo que conducía la moto…”. En breves páginas terminamos atendiendo al drama, aparentemente fútil y del que los demás personajes descreen, de un hombre que se niega a levantarse del sillón hasta no entender el sentido fundamental, casi hermético, de ser testigo de un accidente de carretera y de ver y tocar cosas que no se imaginó. No es el único personaje que se enfrenta a realidades para las que su vida previa no deparaba interpretación y que reconocen su vulnerabilidad. Si la narrativa de la violencia (no necesariamente del narcotráfico) había dado novelas y cuentos cuyos personajes, en muchos casos varones, vivían y sufrían un norte de México hecho solo para la decisión y la dureza del macho, las historias —norteñas y violentas— de Vázquez Ortiz presentan la resquebrajadura del macho. No es que en su narrativa las mujeres existan como matriarcas mandonas, sino que la propia masculinidad de los personajes es expuesta por el narrador para mostrar los vericuetos menos atendidos de ser un hombre: las indecisiones calladas, la velada ternura por un perro, la curiosidad que los hombres sienten por el mundo mujeril, sus incursiones en él, y la proclividad a las interpretaciones —poco viriles, podríamos decir— místicas y supersticiosas. Así, encontramos tratantes de personas que ven las telenovelas mientras cuidan de su rebaño de indocumentados, el cobrador de piso que acude a cobrar a los negocios arrullando un niño de brazos,

Yonque está compuesto por diez cuentos breves que parecieran definir y representar el universo literario de Alejandro Vázquez Ortiz. No es, por supuesto que nos atengamos a una obra ya concluida, pero es fácil advertir un orden literario configurado en varios estratos y cabalmente organizado en sus temas y ópticas.

Alejandrio Vázquez Ortiz

un mecánico que adivina el futuro según la enfermedad o la salud de su perro. Y están, más allá del tópico de la matrona, las mujeres que atraen o destilan la violencia de una sociedad que apenas encuentra un respiro entre velorio y velorio. La Muerta es una chica que ha vivido en Estados Unidos y conduce una camioneta adaptada para correr en la carretera. Es independiente, libre y sensual; tiene el mal tino de desear a un hombre para quien el sexo no existe sin sangre. Y, sin embargo, su relato no le depara un destino tan trágico. Ésa es otra característica destacada de la narrativa de Vázquez: antes o después del suplicio —que escenifica contadas veces—, cada personaje se nos muestra en una transitoria faceta de calma chicha, de presentimiento de la fatalidad o, bien, de postraumática resignación, donde le acompañamos en una suerte de inocencia frente a la catástrofe. Habituados a ver ir y venir la muerte, los personajes se dejan envolver por la vida breve y sus penurias y alegrías: no solo esto les da noción de futuro, no de esperanza, sino que los eleva sobre la responsabilidad

de ser artífices del desastre. Viven, pues, por unos momentos, vidas que la realidad constantemente les niega.

▶▶La estructura de Yonque amplifica

esta resonancia de tragicomedia norteña. En el primer texto aparece un camión lleno de hombres con cachuchas rojas y en otros el camión (o los hombres) reaparecen para completar al final el rompecabezas de esa enésima historia que no tuvo texto. Los relatos siguen en ocasiones una estructura temporal invertida en la que el narrador desgrana la anécdota, pues los mismos personajes, si son supervivientes, suelen contemplar su experiencia como una anécdota. Otro sistema es el del final trunco que definiría la historia y la caracterización. En muchos casos, sea que narre invertidamente la historia o hacia el futuro, los cuentos se dividen en escenas cuya suma es la historia total y que mezclan el pasado con el presente. Es una escritura obsesionada con la fabulación que, sin buscar un prodigio

narrativo persigue —y consigue— la mejor forma de narrar: qué tipo de narrador o qué tipo de personaje necesita cada anécdota para revelarse como una historia única. La brevedad, acompañada de la capacidad para la caracterización hacen que su lectura sea rápida, lo que produce la sensación de estar leyendo prodigios de oído. Sin embargo, Yonque es un libro que no suma relatos únicos sino que gira en torno a un eje: un yonque de automóviles (deshuesadero), sitio por el que pasan la mayor parte de los personajes. La fórmula de provocar la trama a partir de la crónica que hace algún personaje dota al libro de carácter realista y una singular empatía y expresividad de las emociones y preocupaciones. La semántica electromecánica constituye un universo duro, físico y real —enigmático y atractivo— que dota de solidez y austeridad al ámbito furioso en el que se mueven estas voces dotadas de curiosidad e inocencia frente a la catástrofe.


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RELÁMPAGOS

15 KILOS Y MEDIO

GUILLERMO ARREOLA

Sentía que el tiempo se alargaba y que el día de la mentada consulta nunca llegaría. Pero llegó. Me recibió una doctora que no me había consultado antes. De entrada me preguntó cuál era el diagnóstico que me habían dado para que yo acudiera a aquella cita. Le respondí: “cirrosis”. Se me quedó mirando el vientre y dijo: “Eso no es cierto”. De inmediato pidió que se me hiciera una resonancia y posteriormente ordenó mi internamiento. Siete días duró la preparación para la operación, a la cual considero un trabajo médico artístico. Me acuerdo del momento antes de que me anestesiaran. Los cirujanos pusieron música de Elvis Presley y le tomaron una foto a mi vientre. Luego, me colocaron una mascarilla. Al instante quedé inconsciente.

A

ntes, cuando adoraba hacer imágenes, yo creía que la maldad se originaba solo en lo mental y se manifestaba a través de la velocidad. La velocidad con que a veces corría mi pensamiento, más veloz que el clic con que se captura una foto. Eso creía antes, hasta que mi vientre me mostró que la maldad también está hecha de carne, y que a veces no tiene como propósito final aniquilar a nadie y si lo parece es porque sigue un orden natural de las cosas. Al principio era solo un malestar leve, un jalón intestinal navajero. Fue un domingo en la mañana cuando surgió y no sé por qué en aquel momento me acordé que siempre había pensado que el domingo era el mejor día para morir. Estaba convencido de que el malestar pasaría, de pronto, como había aparecido. Tres días después, noté que se me estaba abultando el abdomen y decidí ir al médico para ver qué ocurría. Durante la consulta, me preguntaron: “¿Bebes? Sí. ¿Cuánto? Muy seguido. ¿Desde hace mucho tiempo? Sí. Entonces tienes cirrosis, tienes ascitis, el alcohol te ha provocado disfunción hepática y que se te llenen de agua los intestinos. Tienes agua, líquido en el vientre, retenido. Por eso te ha crecido. Es por beber”. Dije que sí. No sé si por no rebelarme sentencié yo mismo ese “diagnóstico”; no sé, porque todo se enfiló a dar por hecho que yo era un paciente cirrótico. El médico me aseguró que si yo bebía en exceso tenía cirrosis; pero ni él ni otros médicos que consulté más adelante me pidieron que me hiciera ningún tipo de estudio. No me sometieron a tratamiento alguno, si acaso me dieron analgésicos o un paliativo para el reflujo.

▶▶Me gustaría volver

a estar en condición de atrapar imágenes. Hacer fotografías a la velocidad con que a veces se aparecen, se amotinan y luego se disuelven las imágenes en el sueño. A veces me da por pensar que eso le ocurrió a mi sistema gastrointestinal: se puso a dormir, hibernó. ¿Qué imágenes se formarían en su sueño? Una vez, cuando era chico, soñé que me convertía en una esfera toda de pura carne. Carne que se alimentaba con los pensamientos de una mente oculta entre membranas.

Otto Dix, Dr. Mayer-Hermann, 1926.

▶▶Así pasaron casi dos

años, en visitas al hospital; los médicos mantenían la misma actitud: dar por hecho que si había bebido por largo tiempo era yo un paciente con disfunción hepática. “Cirrosis. Bájale al trago. Si empiezas a tener dificultades para comer o al hacer tus necesidades, vomita. Y toma menos líquidos”.

En los últimos meses de 2017, había llegado a una situación in-

sostenible. No me podía agachar, no podía estar mucho tiempo sentado, no aguantaba estar de pie. Se me dificultaba comer, tragar, caminar, defecar. El vientre me seguía creciendo, con la apariencia de un embarazo. “El embarazado”, oí que dijeron unos tipos detrás de mí un día en la calle. Hasta lo tomé como normal aquel sarcasmo, mi vientre había aumentado mi cintura en más de 90 centímetros. “Exagerada barriga chelera”, me imaginaba que pensaría la gente al mirarme. “Se lo merece”, me imaginaba que juzgarían si supieran que había bebido en exceso por años.

Tuve un episodio de emergencia por un súbito dolor desgarrador y que me hacía sentir que algo se retorcía adentro de mi vientre, como si quisiera salir, partirme en dos. Y fui internado en Urgencias en el mes de diciembre de 2017. Me introdujeron una aguja en el abdomen y me extrajeron cinco litros de líquido. Me dijeron que era agua. Ascitis. Me dijeron que por mi condición hepática era posible que esto se volviera a repetir. Me dijeron que el proceso de la cirrosis seguía avanzando. A los cinco días me dieron de alta y me agendaron una nueva consulta para el mes de enero de 2018.

El 24 de enero de 2018, José Ramón Peralta Nava fue intervenido quirúrgicamente en el Hospital Carlos MacGregor de la Ciudad de México. La operación duró cinco horas y media y participaron ocho cirujanos. Se le extirpó un quiste con un peso de 15 kilos y medio, que sobrepasa al de tres nonatos compartiendo una misma placenta. Antes de la intervención se le realizaron al paciente exámenes de hígado, el órgano se encontraba en perfectas condiciones. Además de su componente membranoso se encontraron en el interior del quiste residuos vegetales y minerales, así como pelos de cabra y de perro y dientes animales.

DIRECTORIO Viernes Cultural, suplemento de Contra Réplica

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Rubén Cortés •Jefa de redacción: Claudina Domingo •Consejo editorial: Francisco González Crussí, Enrique Florescano, Elsa Cross, Silvia Molina, Eduardo Langagne, Carmen Boullosa, Tedi López Mills, Geney Beltrán Félix.


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