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Mikeila Borgia Entrevista

Mikeila Borgia

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Sus fotos, su universo

Tiene 30 años. Se dedica a las artes visuales desde hace más de 15 años y se especializa en arte conceptual: desarrollo y creación de personajes dentro de la fotografía y el universo audiovisual. Lleva más de ocho años en la docencia. Ha tenido la oportunidad de dar charlas y conferencias en distintos lugares junto a artistas nacionales e internacionales. Formó junto con Manu Jerez, Orange Art Station, una escuela experimental de la imagen. Es la embajadora fotográfica de Wacom en Argentina.

Texto DORA BECHER

–¿Cuándo surgió tu interés por la fotografía? –Hace unos 15 años. Siempre me atrajo todo lo relacionado a la imagen. Soy muy fanática de los videos noventosos de MTV y de toda la era audiovisual experimental de ese momento.

–¿Cuáles son las temáticas que más te interesa registrar con tu cámara? –No me siento cómoda en el lugar del registro, prefiero crear desde cero, según lo que percibo o imagino en base a algo o a alguien. Cuando apareció la fotografía en mi vida pasó a ser el modo lúdico en que contaba lo que me pasaba, lo que sentía, y cosas que yo misma no entendía, sin saber que eso ya me estaba trazando una búsqueda artística, que más tarde se convirtió en mi estilo.

–¿Qué es lo que más te atrae del proceso fotográfico? –Precisamente eso: el proceso. Me divierte encontrar y desarrollar métodos para todo. Primero viene la dirección de arte y la creación de un concepto para el lugar o el personaje. Desarrollar el qué, quién, dónde y luego el cómo. Si es un personaje trato de imaginarme cómo y dónde vive, qué come, cómo se mueve, cómo piensa, qué costumbres y características tiene. Toda esa información te hace empatizar con lo que estás gestando, te hace entender la psicología del personaje o de la situación y también del lugar para poder crear una escena o atmósfera. En otras palabras, necesito entender de qué va el “mood”. La preproducción también es divertida porque se van uniendo todos esos elementos e ideas dispersas; se agrupan, desglosan y editan para tomar una forma más sólida, y ahí uno empieza a vislumbrar mejor lo que puede llegar a quedar. El día de la realización –ya sean fotos o video– es cuando todo se une y se puede ver realmente cuánto

“Mi obra personal es el motivo por el cual me levanto y acuesto todos los días. Siempre fue así. Es lo que me llena, me da placer y oxígeno.”

de todo eso funciona. Uno siempre comienza por una idea que desarrolla y planifica un montón, pero entonces llega el momento de la verdad. Ahí es cuando el ojo y la percepción te dicen qué cosas funcionan y cuáles no a nivel visual. Particularmente, creo que se puede lograr un mejor impacto con menos elementos y “más concepto”. Y de las etapas que más me divierten, sobre todo cuando hay libertad absoluta, es cuando me pongo a editar. Es ese momento donde vuelvo a estar en conexión directa con la

imagen, la contemplo, la analizo y dejo que me muestre el potencial que tiene. Lo que hago es corregir esas cositas que molestan a simple vista y de alguna forma voy tallando la imagen de a poco, dotándola de nuevos recursos, hasta que llego al resultado final que estaba buscando. Mucha gente piensa que mis fotos son todo retoque, pero en realidad, el 90% es producción y arte que se hace para la toma y luego hay un 10% de retoque digital.

–¿Cuál fue la mejor recomendación profesional que te dieron y la que vos darías? –Más que recomendaciones profesionales, siempre fui encontrando gurús espirituales. Honestamente, siempre hice lo que quise, porque todo lo que hago es para sentirme bien, entenderme y conocerme. Eso sí, creo en la disciplina y en dedicarle tiempo a algo para mejorar. Porque todo es proporcional a la energía y tiempo que inviertas.

–¿Con qué equipo trabajás? –Tengo una Canon 5D Mark III y el lente que más me gusta es el 100mm macro. De todas formas, al momento de hacer un trabajo alquilo equipos según lo que requiera la toma.

"Cuando apareció la fotografía en mi vida pasó a ser el modo lúdico en que contaba lo que me pasaba, lo que sentía, y cosas que yo misma no entendía (...)"

“Creo en la disciplina y en dedicarle tiempo a algo para mejorar. Porque todo es proporcional a la energía y tiempo que le inviertas.”

–¿Cuál fue la foto/serie que más te gustó hacer? –Te puedo decir la que menos. Es una imagen que todavía no publiqué, un autorretrato mío con el corazón en la mano. El proceso de hacer la foto fue para sacar una sensación de dolor horrorosa que tenía y que me estaba –literalmente– comiendo por dentro. La foto llevó mucho trabajo de maquillaje y caracterización para que se noten mis huesos. En la mano sostenía un corazón de vaca que tenía un olor que te morías. Pocos días luego

de hacer esa foto y ya sintiéndome algo más aliviada, me llamaron para dar una charla en el congreso “Enfoques” en La Plata. Allí hablé sobre todo lo que fue ese proceso y de cómo el uso de un medio expresivo sirve como método para sublimar emociones y sensaciones.

–¿Algún fotógrafo referente? –Sí y no. No suelo consumir fotógrafos. Mi artista preferida es

Marina Abramović y es Performer. También sigo a Alejandro Jodorowsky, les sugiero su libro Psicomagia. Me gusta Stefan Sagmeister, que utiliza su propio cuerpo y elementos fuera de lo común para hacer tipografías experimentales. También sigo pintores, gente del diseño, de la poesía, el cine.

–¿Dónde buscás inspiración para tus fotos? –La inspiración sale, principalmente, de las cosas que me atraen y son mi impronta personal, como la transmutación del ser, la energía, el más allá, el mundo esotérico, las conexiones humanas, el morbo, la magia, lo primitivo, los bajos instintos, la psicosis, las obsesiones, las enfermedades y las causas de muerte. Y algunas cositas más que podríamos estar llenando páginas de un libro (risas). Recuerdo que de chica vi la película Laberinto, con

“No me siento cómoda en el lugar del registro, prefiero crear desde cero, según lo que percibo o imagino en base a algo o a alguien.”

“Creo que se puede lograr un mejor impacto con menos elementos y ‘más concepto’.”

David Bowie, y tuve una sensación de enamoramiento y atracciónabsoluta por el personaje y por todo ese universo extraño que lo rodeaba.

–¿Cuánto de tu producción fotográfica es por encargo y cuánto por interés personal? –Cincuenta y cincuenta. Tengo una constante que es producir cosas para mí. La creación de obra personal es el motivo por el cual me levanto y me acuesto todos los días. Siempre fue así, porque es lo que me llena, me da placer y oxígeno. Y también está la producción para otros que, generalmente, sigue el estilo propio. Entonces, de una u otra manera, es una fiesta.

–¿Qué otras cosas te gusta hacer además de fotos? –Dar clases, workshops, comunicar, compartir, viajar, producir ideas y estar en el agua.

–¿Algún desafío profesional? –No desafío, sí un hecho a futuro y cercano. Estamos trabajando en una serie de imágenes que se llama The Calves, junto a Lali Pagani y una crew increíble; ya publicamos dos retratos. Para fin de año se viene la muestra con artistas de lujo.Á Instagram @mikeila.borgia

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