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Fot\u00F3grafos \u00FAltima generaci\u00F3n

Carolina

Campobello

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Mirada sobre el cuerpo

Tiene 25 años. Le interesa fusionar arte y moda. Participó de cursos y talleres en las escuelas DaVinci (Diseño Gráfico); Centro Cultural Rojas (Dirección de arte); SICA (Dirección de Fotografía) y Fotodesign-Aldo Bressi (Iluminación). Actualmente, continúa su capacitación y publica en revistas locales e internacionales como: Vice, Ignant, DMAG, Fuuucking Young!, Hunger, Modisch, Sicky Mag, FGUK, Bullett, Nakid, S-Magazine, Cake Magazine, DRECK, La Pompayira, Papercut, KALTBLUT.

Texto DORA BECHER

–¿Cuándo surgió tu interés por la fotografía? –A eso de los doce años le robaba la point and shoot a mis padres. Para los 15 ya había montando una exposición en el secundario con desnudos de mi hermana y amigas cercanas (¡me quisieron matar! y hubo toda una controversia entre profesores-directores). A partir de esa expo, guiada y empujada por mi profesora Nuna Mangiante para dar el examen internacional de artes visuales (el IB), le puse seriedad a mi pasión.

–¿Cuáles son las temáticas que más te interesa registrar con tu cámara? –Ideas que aparecen, viajes, familia, mi cotidianeidad. Pero lo que más me interesa es jugar con la fantasía alrededor de personas y personajes. Estoy muy enfocada en temas como la identidad y el cuerpo. En mis fotos aparecen figuras, caras tapadas y siluetas maleables que reflejan la idea del cuerpo como un traje que puede mutarse, romperse y transformarse acorde a lo que sucede en el interior. Trabajo con posturas que van en contra de la gravedad. Busco romper con los cánones tradicionales para lograr algo nuevo.

–¿Qué es lo que más te atrae del proceso fotográfico? –Lo que más me gusta es el momento de la toma, la improvisación que siempre se da de forma natural y la performance de todos los que son parte. La foto sacada es para mí solo un recuerdo de lo que sucedió.

–¿Cuál fue la mejor recomendación profesional que te dieron y cuál la que vos darías? –"Focus, focus, no te alejes de tu camino, seguí buscando, luchá y movete". Y la que yo daría es no dejar de escuchar el interior, por más de que estés yendo en contra de lo que todos esperan. Seguí para adelante si es lo que te hace sentir pleno.

–¿Con que equipo trabajás? –No me caso con el equipo, pero sí con el formato. El analógico sigue siendo mi primer amor, aunque hoy lo mezclo con el digital. Las dos cámaras que más utilizo son una Nikon Fm2 y una Canon de plástico Rebel K2, y en digital una Canon EOS 5D Mark II.

Define myself If u can, Nakid Magazine.c

Happy Bauhaus - Home Alone, Fguk Magazine.c

I found a mermaid and she let me shoot her, Dreck Magazine B

Postales de México. c

Postales de México. c

“Lo que más me gusta es el momento de la toma, la improvisación que siempre se da. La foto sacada es solo un recuerdo de lo que sucedió”.

–¿Cuál fue la foto/serie que más te gustó hacer? –Siempre pienso que el último fue el mejor shoot. Pero si tengo que elegir: la serie que llamé “La sirena” que hice en Los Ángeles, en 2014. Porque hasta ese día yo era de esas personas que planea todo e intenta controlar cada detalle. Con mi equipo manejamos hasta Santa Mónica y llegamos cuando estaba anocheciendo. Jugamos a ser criaturas acuáticas, mientras hacíamos las fotos. Me encantó el resultado. Aprendí que hay imprevistos que no podemos controlar. Fluir con lo que el universo brinda (sea bueno o malo) nos lleva a nuevos lugares creativos.

–¿Algún fotógrafo referente? –No tengo ninguno, pero sí a alguien que admiro, que me ayudo y quise mucho: Aldo Bressi.

–¿Dónde buscás inspiración para tus fotos? –Encuentro inspiración en todo. A veces es un lugar físico, un objeto, una textura; otras en una conversación, una persona, o un artista. Mis preferidos: Olivier de Sagazan y Ana Mendieta. Y en la mayoría de los casos, me guío por mis emociones.

–¿Cuánto de tu producción fotográfica es por encargo y cuánto por interés personal? –En mi obra hay una mezcla. En los trabajos que me encargan también trato de aportar mi visión. A veces no se puede jugar mucho, pero siempre intento darle una vuelta.

–¿Qué otras cosas te gusta hacer además de fotos? –La fotografía es el medio favorito que elegí para expresarme. Aunque también escribo, la mayoría de las veces acompañando mis fotos. Experimento con la cocina, me gusta dibujar y la música. Nunca voy a dejar de ser una clubkid y pasar 28 horas bailando techno.

–¿Algún desafío profesional? –Actualmente estoy viviendo uno: en enero me instalé en México. Es una forma de ponerme a prueba en un lugar nuevo con gente desconocida, arrancar de cero y tomar ese riesgo. A la semana de llegar tuve mi primer trabajo, una portada para una revista con la banda Reik. Me sentí súper bienvenida. A futuro, me gustaría ver la posibilidad de exponer y sumergirme en el mundo de las galerías de arte.Á

Nahuel

Alfonso

Mirada sobre el cuerpo

Tiene 30 años. Se especializa en retrato documental. Se formó en la Fundación Ph15 y en diferentes talleres. En 2014 ganó el 1er Premio Fundación Williams Arte Joven. En 2015 fue el participante más joven de la muestra "Aquí nos vemos", Fotografía Latinoamericana del siglo XXI. En 2017 recorrió el país con su muestra “Ciudad Oculta” y trabajó como tallerista en Fuerte Apache y Villa 21-24. En 2018 fue seleccionado por el Salón Nacional de Artes Visuales y expuso “VIVO” en el Centro Cultural Paco Urondo. Actualmente, coordina talleres de iluminación y retrato.

Texto DORA BECHER

–¿Cuándo surgió tu interés por la fotografía? –En el fotograma Nº 23 del rollo Nº 23. Era un sábado de tormenta, yo tenía 20 años y había salido del taller de fotografía de la Fundación Ph15 en Ciudad Oculta. Llevaba una cámara pocket con objetivo de plástico, recién cargada con un rollo Tmax ISO 400. Fui a la casa de mis primos que quedaba ahí cerca. Estaba en el balcón desde donde se podía ver un pasillo inundado por la falta de desagües. Me recordaba a mi infancia, las calles de tierra inundadas en Moreno. En un momento, pasaron dos chicos descalzos, uno de ellos en cuero, el otro con una camiseta de fútbol, iban casi abrazándose bajo el paraguas. Éramos mi amigo Ariel y yo caminando, sin saber a dónde ir, pero yendo juntos. Ellos eran nosotros, el presente era el pasado, nuestro pasado, mi pasado.

Cuando era chico imitaba a los personajes que admiraba, como Kurt Cobain en la guitarra, Gustavo Adolfo Bécquer en la poesía, Javier Saviola en el fútbol… Era bueno para copiar, pero sentía que no creaba nada. El sábado que siguió a la tormenta entregué el rollo revelado a mis profesores. Ya antes había tomado la tira de contacto, la lupa y había buscado la imagen. Cuando la vi, supe que la fotografía era la herramienta de expresión que necesitaba. Esa foto me convertía en creador.

–¿Cuáles son las temáticas que más te interesa registrar con tu cámara?

“Estoy terminando un trabajo documental sobre Daiana, una niña que tuvo una infancia muy dura. Esa historia de fuerza y empuje me emociona, porque me identifico.”

–Muchas, pero todas se desprenden del concepto de “relaciones humanas”.

–¿Qué es lo que más te atrae del proceso fotográfico? –Disfruto mucho pensando ideas fotográficas tanto como del momento de hacer las tomas o la postproducción. Cada una de estas etapas sostiene lo que llamamos estilo o mirada personal.

–¿Cuál fue la mejor recomendación profesional que te dieron y la que vos darías? –Son varias, podría citar a Koudelka que decía: “Si querés ser fotógrafo comprate unos buenos zapatos”, y muchas más frases de esas que te motivan a encarar el rumbo, pero la que me provocó algo muy fuerte vino de Carlos Bosch, maestro y amigo, que me dijo: “Solo tenés que ser honesto”.

–No tengo ninguna marca o formato predilecto. En digital trabajé mucho con cuerpo Canon y lente Nikon; perdía muchos automatismos, pero ganaba en tranquilidad. Era como seguir trabajando de forma análoga. Mi serie “Ciudad Oculta” la hice casi por completo con esta técnica y creo que eso tuvo mucha fuerza en el resultado del trabajo.

–¿Cuál fue la foto/serie que más te gustó hacer? –Tengo dos series de largo aliento que disfruté y disfruto mucho. Una es “Ciudad Oculta”, que trabajé de 2010 a 2016. Poder contar la vida en la villa desde una perspectiva que no es la del periodismo o los medios de comunicación, me hizo sentir muy bien. Y ahora estoy en la etapa final de un trabajo documental que, vaya casualidad, también me llevó seis años. Es la historia de Daiana, una niña que tuvo una infancia muy dura y que fue madre a los catorce. Hoy tiene diecinueve y sigue luchando contra las adversidades de la vida. Esa historia de fuerza y empuje, de no tirar la

toalla, me emociona porque me identifico y aprendo infinidad de matices.

–¿Algún fotógrafo referente? –Los que más me marcaron fueron Carlos Bosch por su compromiso con la labor periodística y de composición, y Koudelka, que siempre me voló la peluca.

–¿Dónde buscás inspiración para tus fotos? –En todo. Pero muchas veces pienso que mi trabajo como compositor fotográfico es como la labor de un traductor. Hace unos días escuchaba a BB King y sentía que me inspiraba para trasmitir en lenguaje visual lo que él me contaba con la guitarra.

–¿Cuánto de tu producción fotográfica es por encargo y cuánto por interés personal? –Hoy casi toda la fotografía que hago corre por mi cuenta.

–¿Qué otras cosas te gusta hacer además de fotos? –La música, definitivamente, es algo que me lleva a otro mundo.

–¿Algún desafío profesional? –Ni idea, que venga lo que tenga que venir.Á

Instagram @nahuelalfonso.ph

JP Bonino

La moda como elección

Tiene 32 años. Nació en Montevideo, Uruguay. Estudió psicología y a los 19 se vino a vivir a Buenos Aires donde cursó teoría, revelado y escaneo en el Instituto Superior de Arte Fotográfico. Trabaja para diferentes marcas de Argentina y el exterior (Nike, Levi’s, Converse, Jazmín Chebar, Cher, Afterhomework, entre otras), editoriales (Vice, Tank, It´s Nice That) y realiza proyectos personales. Tiene dos libros publicados: Burma, de su visita a Myanmar, y Banana, de un viaje por el desierto de Atacama. Además, participó en varias muestras personales y colectivas: Myanmar, BA photo, REGIA, NOFOUND (París), y más.

Texto DORA BECHER

–¿Cuándo surgió tu interés por la fotografía? –De chico, durante los paseos que hacía con mi padre por El Prado, un barrio de Montevideo. Él había sido un gran fotógrafo aficionado en su juventud. Siempre me dejaba sacar las cuatro últimas fotos del rollo de 36, mientras me hablaba sobre la incidencia de la luz y me enseñaba a ver desde otros ángulos detalles o situaciones que quizá pasan inadvertidas. Mis primeros trabajos profesionales fueron editoriales. Para el primero me inspiré en una de mis películas favoritas: Gummo. La mandé a una revista de Francia y la publicaron. Eso me dio felicidad y me motivó a seguir.

–¿Cuáles son las temáticas que más te interesa registrar con tu cámara? –Las simples, tan simples y cotidianas que quizá el ojo las pasa por alto.

–¿Qué es lo que más te atrae del proceso fotográfico? –Creo que lo que más me atrae es la toma. Hay mucha adrenalina y emoción. Amo sacar fotos y me gusta después compararlas con lo que esperaba de ese momento o lugar.

–¿Cuál fue la mejor recomendación profesional que te dieron y la que vos darías? –Me dieron muchas. Mi papá fue mi gran maestro. Lo que yo recomendaría es leer –o releer de grande– el libro El Principito, sobre todo cuando dice: “Sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos”. Creo que eso, no sé si es

“El momento de la toma tiene mucha adrenalina y emoción. Al ver las fotos, amo compararlas con lo que esperaba de ese momento o lugar.”

profesional, pero es el consejo que le daría a cualquiera que quiere dedicarse a la fotografía.

–¿Con qué equipo trabajás? –En digital uso la Fuji X-T3 que es una cámara con una estética hermosa, muy pequeña y que reúne las mismas funciones o más que las que hay en el mercado. Trabajo con flashes Profoto y con eso soy feliz. Para proyectos más personales utilizo cámaras analógicas, como Olympus, Leica y Contax.

–¿Cuál fue la foto/serie que más te gustó hacer? –La estoy por hacer. La tengo en mente, está dando vueltas en mi cabeza hace rato y estoy terminando de darle forma. Surgió después de leer el libro La interacción del color, de Josef Albers. Me inspiró mucho. Trata sobre fotografías que generan impacto a través del contraste entre colores.

–¿Algún fotógrafo referente? –Es una pregunta muy difícil. Hay muchas personas que hicieron o que hacen cosas lindas, no solo fotógrafos, es infinito. Mis favoritos: Stanley Kubrick, Ingmar Bergman, Jarmusch, Lou Reed, Tarkovski, Hitchcok, El Tao, Ellsworth Kelly, Heidegger, la Beat Generation, Thomas Vinterberg, Nietzsche, Milton Avery, Roger

Waters, David Lynch, Hong Sang-soo, Michael Haneke, Larry Clark, Albert Camus, Foucault, ¿sigo?

–¿Dónde buscás inspiración para tus fotos? –En la música, el cine, miro muchas películas… Me inspira también salir y vivir la vida, observar el presente.

–¿Cuánto de tu producción fotográfica es por encargo y cuánto por interés personal? – Cincuenta y cincuenta. Mis clientes son principalmente de moda. Mi trabajo más personal es para galerías, exposiciones y libros. Intento darle algo de mi obra artística a la moda y algo de moda a mis obras. Me gusta la estética, eso hace que el mix me salga natural.

–¿Qué otras cosas te gusta hacer además de fotos? –Amo andar en skate, surfear las olas, jugar unos partidos de fútbol y tocar algunas músicas.

-¿Algún desafío profesional? Seguir creciendo todos los días y en todos los aspectos.Á

Instagram @jp_bonino

Mario

De Fina

Fotoperiodista por definición

Tiene 29 años. Estudió Diseño Industrial (UBA). Se formó en los talleres de Lena Szankay, Agustina Triquell, Proyecto Imaginario, entre otros. Publicó el libro “Somos uno. Somos dos” que fue finalista del festival Encontros da Imagem (Portugal) y del Premio de Fotolibro Latinoamericano (México). Con su muestra “Isabel” participó en varios festivales como Itinéraires des Photographes Voyageurs (Francia). Obtuvo el 3° Premio en los Tokyo International Foto Awards. Fue finalista del Premio Francisco Ayerza en 2016 y 2017 y del VI Premio AAMEC de fotografía contemporánea Argentina.

Texto DORA BECHER

–¿Cuándo surgió tu interés por la fotografía? –A los cinco años mi papá me regaló mi primera cámara, una Olympus, semi manual. Él viajaba mucho, sacaba con diapositiva y cada vez que volvía era un “ritual” sentarnos toda la familia a ver las fotos proyectadas. Supongo que todo viene de ahí…

–¿Cuáles son las temáticas que más te interesa registrar con tu cámara? –En general mis proyectos nacieron siempre de lo personal, del círculo íntimo, y empezaron sin saber que iban a terminar siendo ensayos. Recién en mi último trabajo estoy partiendo de una idea

y con una investigación previa a la producción. Pero el punto de partida sigue siendo la experiencia personal.

–¿Qué es lo que más te atrae del proceso fotográfico? –El momento de la reproducción. Trabajo con analógico en mi laboratorio y para mí es ahí adentro donde el proceso crece: con la labor manual y los tiempos que te pide. Más allá del eje del proyecto, me interesa la materia y eso está presente en mi fotografía, ya sea cuestionando el dispositivo, la naturaleza de la imagen o sus diferentes procesos.

–¿Cuál fue la mejor recomendación profesional que te dieron y la que vos darías? –Partir, al menos al principio, de intentar satisfacer con la fotografía una necesidad personal. Sin pensar en el resultado, en el fin, sino en el proceso y en lo que uno quiere descubrir mientras lo va haciendo.

–¿Con qué equipo trabajás? –No soy muy del cliché de la buena cámara. Me regalaron un cuerpo de una Nikon F100 y siempre trabajé con un 50mm f/1.8, y lo que luego hice fue pasar a un Sigma Art 50mm. Además, tengo otras dos cámaras con lentes normales y cargadas con diferentes rollos y uso la que necesito. Me gusta más pensar en la materialidad del después; eso sí, necesito copiar cada proyecto en el papel que considero lo acompaña mejor. Por otro lado, no siempre utilizo cámara; en mi último proyecto, por ejemplo, utilizo material de archivo. También tomo las imágenes de estudios médicos para producir otras nuevas en el laboratorio y videos.

–¿Cuál fue la foto/serie que más te gustó hacer? –No sabría responder. En general me lleva bastante tiempo cada serie, dos o tres años, y todas tienen procesos distintos.

–¿Algún fotógrafo referente? –Es una pregunta que no me gusta responder, perdón. Todos los artistas que uno “consume” siembran algo y seguro también influye en mí lo que tiene que ver con el diseño industrial.

–¿Dónde buscás inspiración para tus fotos? –Cuando estás más o menos conectado con lo que estás haciendo, aparece. Ahora, por ejemplo, que estoy trabajando con imágenes de estudios médicos, me inspiran los hospitales y el Museo de Anatomía de la UBA. La inspiración hoy la encuentro en todos esos aparatos productores de imágenes, que no trabajan el mismo lenguaje.

“Cuando vuelvo de una cobertura me gusta ver qué hicieron mis colegas y qué vieron que tal vez yo no vi, y viceversa.”

–¿Cuánto de tu producción fotográfica es por encargo y cuánto por interés personal? –Es todo interés personal. Trabajo como diseñadora gráfica. De vez en cuando hago copias blanco y negro para algún artista.

–¿Qué otras cosas te gusta hacer además de fotos? –Libros, dar clase, juntarme con amigos y colegas a compartir los proyectos de cada uno, y pensar futuros delirios.

–¿Algún desafío profesional? –Estoy hace un año trabajando en un libro donde el editor y los diseñadores están en Madrid. Nos reunimos solo dos veces en persona y ahora nos conectamos por Skype. Mandamos pruebas por correo o a través de gente que viaja. Es un libro donde cada página (tiene dieciséis) es una copia manual de laboratorio. Llegué a hacer 160 copias en un mes, en el transcurso de jornadas de 8 horas. Por ahora ese es el gran desafío, terminar este libro que queremos presentar en mayo..Á

Instagram @mari0defina

Lucia Peluffo

Química aplicada

Tiene 29 años. Estudió Diseño Industrial (UBA). Se formó en los talleres de Lena Szankay, Agustina Triquell, Proyecto Imaginario, entre otros. Publicó el libro “Somos uno. Somos dos” que fue finalista del festival Encontros da Imagem (Portugal) y del Premio de Fotolibro Latinoamericano (México). Con su muestra “Isabel” participó en varios festivales como Itinéraires des Photographes Voyageurs (Francia). Obtuvo el 3° Premio en los Tokyo International Foto Awards. Fue finalista del Premio Francisco Ayerza en 2016 y 2017 y del VI Premio AAMEC de fotografía contemporánea Argentina.

–¿Cuándo surgió tu interés por la fotografía? –A los cinco años mi papá me regaló mi primera cámara, una Olympus, semi manual. Él viajaba mucho, sacaba con diapositiva y cada vez que volvía era un “ritual” sentarnos toda la familia a ver las fotos proyectadas. Supongo que todo viene de ahí…

–¿Cuáles son las temáticas que más te interesa registrar con tu cámara? –En general mis proyectos nacieron siempre de lo personal, del círculo íntimo, y empezaron sin saber que iban a terminar siendo ensayos. Recién en mi último trabajo estoy partiendo de una idea

y con una investigación previa a la producción. Pero el punto de partida sigue siendo la experiencia personal.

–¿Qué es lo que más te atrae del proceso fotográfico? –El momento de la reproducción. Trabajo con analógico en mi laboratorio y para mí es ahí adentro donde el proceso crece: con la labor manual y los tiempos que te pide. Más allá del eje del proyecto, me interesa la materia y eso está presente en mi fotografía, ya sea cuestionando el dispositivo, la naturaleza de la imagen o sus diferentes procesos.

“Más allá del eje del proyecto, me interesa la materia y eso está en mi fotografía, ya sea cuestionando el dispositivo, la naturaleza de la imagen o sus diferentes procesos”.

–¿Cuál fue la mejor recomendación profesional que te dieron y la que vos darías? –Partir, al menos al principio, de intentar satisfacer con la fotografía una necesidad personal. Sin pensar en el resultado, en el fin, sino en el proceso y en lo que uno quiere descubrir mientras lo va haciendo.

–¿Con qué equipo trabajás? –No soy muy del cliché de la buena cámara. Me regalaron un cuerpo de una Nikon F100 y siempre trabajé con un 50mm f/1.8, y lo que luego hice fue pasar a un Sigma Art 50mm. Además, tengo otras dos cámaras con lentes normales y cargadas con diferentes rollos y uso la que necesito. Me gusta más pensar en la materialidad del después; eso sí, necesito copiar cada proyecto en el papel que considero lo acompaña mejor. Por otro lado, no siempre utilizo cámara; en mi último proyecto, por ejemplo, utilizo material de archivo. También tomo las imágenes de estudios médicos para producir otras nuevas en el laboratorio y videos.

–¿Cuál fue la foto/serie que más te gustó hacer? –No sabría responder. En general me lleva bastante tiempo cada serie, dos o tres años, y todas tienen procesos distintos.

–¿Algún fotógrafo referente? –Es una pregunta que no me gusta responder, perdón. Todos los artistas que uno “consume” siembran algo y seguro también influye en mí lo que tiene que ver con el diseño industrial.

–¿Dónde buscás inspiración para tus fotos? –Cuando estás más o menos conectado con lo que estás haciendo, aparece. Ahora, por ejemplo, que estoy trabajando con imágenes de estudios médicos, me inspiran los hospitales y el Museo de Anatomía de la UBA. La inspiración hoy la encuentro en todos esos aparatos productores de imágenes, que no trabajan el mismo lenguaje.

–¿Cuánto de tu producción fotográfica es por encargo y cuánto por interés personal? –Es todo interés personal. Trabajo como diseñadora gráfica. De vez en cuando hago copias blanco y negro para algún artista.

–¿Qué otras cosas te gusta hacer además de fotos? –Libros, dar clase, juntarme con amigos y colegas a compartir los proyectos de cada uno, y pensar futuros delirios.

–¿Algún desafío profesional? –Estoy hace un año trabajando en un libro donde el editor y los diseñadores están en Madrid. Nos reunimos solo dos veces en persona y ahora nos conectamos por Skype. Mandamos pruebas por correo o a través de gente que viaja. Es un libro donde cada página (tiene dieciséis) es una copia manual de laboratorio. Llegué a hacer 160 copias en un mes, en el transcurso de jornadas de 8 horas. Por ahora ese es el gran desafío, terminar este libro que queremos presentar en mayo. Á

Instagram @lulupeluffo

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