CHICAGO, ILLINOIS, ESPECIAL 2018
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esde hace diez años, DePaul University y contratiempo celebran anualmente la riqueza del español en la ciudad a través de Poesía en Abril. Nada representa la cultura tanto como la lengua y de las artes ninguna trabaja tanto la lengua como la poesía. El festival rinde homenaje a poetas de larga trayectoria, pero también celebra las voces nuevas y motiva al poeta que llevan tantos dentro, con lecturas, talleres y performances. La poesía, igual que la música y el arte en general, nos ayudan a centrarnos. Es un encuentro con nosotros mismos y al mismo tiem-
po un encuentro con lo nuestro. Es un arma cargada de futuro, dijo Gabriel Celaya, y es precisamente en momentos y en contextos sociales como el que vivimos los latinoamericanos en Estados Unidos, que necesitamos la Poesía, que necesitamos que nuestra comunidad inmigrante, sobre todo los jóvenes, se llenen de Poesía, se bañen en la Palabra y en el orgullo de la Palabra que representa su Cultura en la persona de una gran diversidad de voces poéticas. En este número especial, entregamos la palabra de los poetas que nos visitan en el Festival.
Carolina Bailón nace en la ciudad de México en 1991, es una artista multidisciplinaria. El interés por expandir límites hace que su obra esté en constante transformación. Desde lo bidimencional; transita por el collage, la narrativa gráfica, la búsqueda formal del dibujo y la experimentación. Es colaboradora de Zúngale desde 2015, un grupo-taller de producción y edición de publicaciones de dibujo y cómic en la Ciudad de México. La investigación y reapropiación de conceptos en sistemas de representación más amplios, la han acercado a explorar otros lenguajes; cómo el arte sonoro; en su espectro radiofónico, en fm o en plataformas por internet y callejeras; como radio pirata y sonidero. Su investigación actual sigue las formas y disciplinas corporales que son ejemplos de liberación, desde el estudio, práctica de la danza ritual y contemplative dance.
Índice 3 Los estatutos de la mirada Alejandro Pérez Cervántes 8 Arte Diseño Xicago Andrea Ojeda 10 Exordio Coordinación por: Miguel Marzana 12 Testamento del dragón Homero Aridjis 13 Magestad Negra Vanessa Droz
14 Foucault Carlos Roberto Gómez Beras 15 Eternidad de Paso Fábula Julia Santibáñez 16 Camina el autor Odi Gonzales 17 Desacuerdo Cubista Arturo Dávila 17 Hieros Gamos Roger Santiváñez
15 Sobre la Claridad El poder Indescriptible de la palabra Hoy he aprendido algunas cosas Rafael Acevedo 20 SXSW 2018? De las diásporas, surge un universo musical sin géneros Catalina María Johnson
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Los estatutos de la mirada Alejandro Pérez Cervantes
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oy que la ubicuidad de la fotografía digital nos ha hecho a todos documentalistas del presente, la foto ha perdido su condición ceremonial de antaño, cuando era el documento que demarcaba los hitos significativos familiares o sociales, perdiendo su lugar privilegiado como custodio de la memoria. Los estatutos de la mirada es un libro que surge de la exhumación del archivo fotográfico del estudio Mora y García establecido en la ciudad de Saltillo entre 1948 y 1977 e incluye fotos tomadas mayormente por José Mora y Gabriel Berumen. La tarea de rescate corrió a cargo de Alejandro Pérez Cervantes, narrador, ensayista y estudioso de la imagen, quien interroga/dialoga con las fotos por medio de reflexiones ensayísticas que ubican el objeto retratado en un contexto histórico, pero derivan hacia disquisiciones filosóficas, políticas y culturales. Se trata de un vigoroso ejercicio de lectura de la imagen que traza conexiones a partir de gestos y espacios de la cultura saltillense. Alejandro Pérez Cervantes ha sido colaborador de Contratiempo desde su paso por Chicago hace poco más de una década. Autor de la novela Murania (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2007), el libro de textos periodísticos El muro y la grieta (Universidad Autónoma de Coahuila, 2011) y Los estatutos de la mirada (Instituto Municipal de Cultura de Saltillo, 2017). Sus libros pueden leerse en: https://issuu.com/alejandroperezcervantes
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Henry Segovia y sus Destroyers (1957) Es una imagen dinámica. Cruzan de izquierda a derecha diagonales que empujan la vista hacia el conjunto, que pareciera acomodado después de varios intentos por el propio fotógrafo. Todos se agrupan o encaraman magnéticamente sobre su transporte —vehículo y emblema— decorado con un pentagrama, como si se tratase del más preciado tesoro. La dureza de la sombra bajo el vehículo y el dintel de la construcción al fondo nos delatan casi el mediodía (en las letras, parcialmente borradas se alcanza a leer: “CENTRO de promoción social”). Más atrás, en un plano lejano, un perfil de la sierra de Zapalinamé. Dice don Gabriel que era por la calle de General Cepeda. El quinteto lleva brillantes fracs puestos a la moda por conjuntos vocales como los Platters, a finales de los cincuenta y principios de los sesenta. Sin embargo, detrás de esa uniformidad, cada integrante conserva un estilo personal: desde la risa desafiante contra el sol del primer acuclillado que recarga su mano izquierda en el hombro de su compañero con un gesto de liderazgo y camaradería, hasta los lentes oscuros del que, formal y relajado, de pie, nos contempla desde la derecha. La sobriedad
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de los dos escaladores sobre la camioneta se replica. Parecen haber subido sin esfuerzo y dueños de un invisible ímpetu que les conserva la elegancia. Son los que más posan. Al centro, el más serio empuña, con un gesto un poco desconcertado, un micrófono invisible. ¿Será el cantante? El de los lentes lleva dos anillos, como Ringo. ¿Será el baterista? ¿Qué tipo de música tocaba la música de Henry Segovia? ¿Sería un rock formal tirando a baladas? ¿Un sonido progresivo que justificara su apelativo de destructores? Nunca lo sabremos. Lo que sí, es que en esta ciudad, desde esos tiempos hasta los actuales, el conformar una banda de música era y es un esfuerzo heroico, un acto de inconformismo y desesperación. En cualquier género o circunstancia: como el Amén de Ariel González, el conjunto chicano de Memo Moreno o las ásperas cumbias de Mundo y sus Chapis o, muchos años después, el rock pop de KGB de Chaparro o el progresivo de Alonso Dávila y La Piedra o el universitario Takinkai, de los hermanos Jaramillo, que llevó el folclor latino alrededor del mundo. El ejercicio de la música en nuestra ciudad siempre fue un latido dispar, un milagro. La foto de Berumen dialoga con las bandas de gitanos de Koudelka, con los trabajadores de Salgado. Esas masas de sombra bajo los trajes y los cuerpos hablan de un trabajo, de una terquedad y una sobrevivencia. Persistir a una ciudad árida, a un muro descascarado al sol y a la sombra: lo saben quienes hacen o hicieron arte con un traje, un equipo o un carro rentado. El arte como una batalla. Lo sabe el artista, como lo denota al fondo el correteado fondo blanco del fotógrafo. ESPECIAL 2018
La calle Ignacio Aldama y el Estudio Mora (1954) El artista norteamericano Jasper Johns dijo de la cámara fotográfica que se trataba de un objeto que “nos comenta la pérdida, la destrucción, la desaparición de los objetos”. La cámara como testigo. La fotografía como forma de la evidencia y memoria. ¿Cómo era la céntrica calle de Aldama a mediados de 1950? La imagen nos dice, como en el famoso texto de Barthes: “Esto ha sido”. Una arteria que se nos revela en esta imagen populosa y concurrida como hasta ahora. Pero distinta. El eje que, como antes, junto a la calle de Victoria, articula de oriente a poniente el corazón de Saltillo. La fotografía parece tomada desde la acera norte de la calle, casi desde donde hace esquina con Xicoténcatl, donde estaba la clínica Saltillo. Ahí, justo a un lado, se encontraba el local del estudio Mora y García. Así, José Mora tomó esta foto casi desde afuera de la puerta de su negocio. Curiosa intención de la imagen, que nos cuenta lo que estaba entonces, incluso lo que no se ve en ella: esa fila de autos que nos habla también de un amplio parque vehicular. Y más allá de donde la calle termina (donde desemboca en General Cepeda) el perfil de la sierra de Zapalinamé. ¿En cuántas fotos hechas en y desde Saltillo se ve la Sierra Madre? Pero la imagen es interesante por otras cuestiones. Detrás de ese aparente vacío de motivos principales, la imagen cuenta con una narrativa: el pulso de la vida provinciana que late en detalles contratiempo
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TIEMPO EXTRA
aparentemente insignificantes. La mujer a la derecha de la imagen, recargada en un jardín hoy inexistente en un gesto de contemplación entrometida. La segunda mujer que en la acera opuesta gira el rostro para vigilar el tráfico antes de cruzar. ¿Dos comadres que se encontraron por azar durante las compras en el centro? El hombre de sombrero que impasible se acerca por la acera izquierda desde el oriente. ¿Quién es? ¿De dónde viene? ¿A dónde va? Y allá a lo lejos, en esa bruma de grano fotográfico, esa suerte de “perspectiva atmosférica” —que inventara en su pintura Leonardo—, perfilada apenas por una profundidad de campo (tomada probablemente a una apertura de diafragma de f11 o f16), las nomenclaturas: la Ferretera Saltillo. El perfil angulado apenas de la fachada con arcos del Cine Saltillo, el cine de las clases populares. En la misma acera, la Casa Iglesias. Y más allá, sobre el populoso tráfico —como hoy— otras propagandas, boticas y tiendas de telas, zapaterías. Pero la figura central, en el plano formal y misterio de lo temático: la mujer de vestido blanco, acompañada por otra figura que un auto oculta. La brevedad de su cintura. El gesto tímido de sus brazos recogidos hacia el cuerpo. Lo que nos dice sobre una época, un peinado, un vestido, un cinto. Lo que nos revela de un tiempo, aún sin contemplar su rostro, la apostura de un cuerpo.
Carrera ciclista de El Heraldo (Circa 1948) Miro la foto tomada por José Mora y pareciera que estamos viendo un fotograma del neorrealismo italiano. Un plano de Vittorio de Sica o del primer Fellini. La gorra del ciclista, el camino que pare-
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ciera de tierra. El polvo. La expectativa de la multitud, esos aires de pueblo donde todos conocen a todos, como una familia extendida. Ahora estamos también sobre la calle Aldama, pero en un sentido contrario, de poniente a oriente. La rayadura y el daño del tiempo dan a la imagen casi condición de daguerrotipo, de épocas remotas y heroicas gestas perdidas en el tiempo. Los sombreros que casi aparecen unánimes en hombres adultos y niños. Tejanas y gorras, boinas, sombreros de palma y de fieltro; una forma de elegancia que se disolvió entre las nuevas costumbres, según algunos historiadores, con la llegada de las nuevas modas y cortes de pelo en el fin de la década de los cincuenta. La calle Aldama nos recuerda de nuevo su fervor populoso, sus multitudes y sus marquesinas. Sus boticas y tiendas de telas, sus entonces tiendas de llantas —el anuncio vertical de la Euzkadi al fondo casi como marquesina de teatro—, su aire suspendido, esa luz como rasante de los días nublados o de ciertas horas de la tarde, cuando aún hoy sobre las calles y muros del centro se derrama una tonalidad de miel persistente. Imaginemos el ritmo de una ciudad donde una carrera ciclista convocaba la admiración de multitudes con condición de acontecimiento. Luego, la mancha de un hombre en primer plano, casi encima del fotógrafo José Mora, a la izquierda de la toma, nos habla de la vorágine del tumulto. Hay una cierta inclinación en la vertical de la cámara, acentuando las diagonales que se pierden en la lejanía. El público mira expectante; no sabemos si al atleta líder o al fotógrafo. No olvidemos que de los géneros fotoperiodísticos, la fotografía deportiva es uno de los más difíciles por su condición de fugacidad y de accidente, acentuada además por los aparatosos equipos utilizados en la época —cámaras formato 120 de fuelle. La ubicua Sontag nos recuerda que “hacer una fotografía es participar de la mortalidad, la vulnerabilidad y la mutabilidad”: lo frágil INVIERNO 2018
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de la juventud y la fuerza, lo fugaz del logro, la condición pasajera de todo lo que concebíamos como permanente. De ahí el carácter melancólico de las imágenes. Pero el poeta lo dijo mejor: ¿Qué fue de tanto galán, qué fue de tanta invención como trajeron? Las justas y los torneos, paramentos, bordaduras y cimeras, ¿fueron sino devaneos? ¿Qué fueron sino verduras De las eras?
La Julia (1955) Dice don Gabriel, autor de esta foto, que a los separos de la delegación de policía la gente se refería con cariño e ironía como “El Hotel Bravo”. Y que estos se ubicaban sobre la céntrica calle que corre paralela a Hidalgo, bajando Aldama (donde hasta hace unos meses se ubicaba la Biblioteca Pública Elsa Hernández, misma que fuera cerrada para remodelar el edificio y ampliar, en su parte trasera, los terrenos del Centro Cultural Vito Alessio Robles). La imagen es icónica y tiene múltiples lecturas. Una: la comandancia estrenaba vehículo nuevo. Había que presentarlo. Los agentes del orden paramentos, bordaduras —como en la foto de Henry Segovia y sus Destroyers— se dispersan en torno a él. Pero este asedio es diferente. Hay un cierto aire serio y marcial. Los cuerpos rectos y fijos ESPECIAL 2018
algo engarrotados. Las miradas inquisitivas al frente. El uniforme reglamentario. Una composición estática y perfecta, acentuada por la recta repetida de las rejas del doble ventanal, y del borde a la derecha de lo que parece ser una nomenclatura o anuncio. El personal policial pareciera estar acomodado por jerarquías en un orden descendente, desde el primero hasta el último plano. Lo vemos por las insignias, la edad, el gesto. La foto parece haber sido tomada en un día luminoso con sombras suaves. La combi tiene un cierto aire europeo. Hasta inofensiva parece. Cuando di con este archivo, estaba identificado con el nombre de “La Julia”. Apelativo con el que antaño, y aún ahora, en ciertos sectores populares se designa a las patrullas o vehículos policiacos: La Chota, La Jaula, La Jura, La Tira, Los Judas, Tecolotes, Tamarindos (por el uniforme café); el habla popular expandió su flexibilidad y su inventiva como intentando un exorcismo. Según estudiosos como el doctor Carlos Recio, uno de los primeros usos de la fotografía fue su carácter de registro, evidencia y prueba. Fichas policiales, recreaciones de hechos delictivos. Por eso siempre serán doblemente significativas las imágenes sobre policías, militares o fuerzas del orden. En un segundo nivel, la imagen denota, al menos por parte del fotógrafo, una cierta intención irónica. Yendo más allá, podría ser casi una glosa a los dichos del filósofo Schopenhauer, quien en su vejez alcanzó a comentar ese espíritu inquietante del retrato fotográfico: “Que el aspecto exterior de un hombre es un retrato de su interior, y el rostro una expresión y revelación de la totalidad de su carácter”. Es decir, que tras el gesto de marcialidad o fiereza, más allá de los atributos intrínsecos a cualquier vestido o uniforme, pervive el hombre a secas. La transparencia de su gesto, su vulnerable opacidad. Su expectativa, su mascarada: su finitud y su temporalidad. contratiempo
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Arte Diseño Xicago Andrea Ojeda
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odos sabemos que Chicago es una ciudad con gran afluencia de inmigrantes y hoy día, no podemos imaginarnos esta ciudad sin la enorme diversidad cultural que la compone ni sin sus cientos de idiomas y colores esparcidos a lo largo y ancho. Y por supuesto no podemos imaginarnos el Chicago de hoy sin sus latinos, primordialmente sin sus mexicanos, quienes componen ahora la minoría más grande de la ciudad. Sería fácil también creer que este es un fenómeno actual, ya que la presencia “hispana” en Chicago se ha empezado a ver y representar con más amplitud a partir de mediados del siglo XX, con los movimientos sindicales de la época y con el surgimiento de un movimiento artístico chicano de verdad, de muralistas, grabadores y artistas plásticos diversos. Pero la verdad de las cosas es que los mexicanos empezamos a venir a probar fortuna a estas gélidas planicies desde mucho antes, desde mediados del siglo XIX, para ser precisos, con el advenimiento de la industria ferroviaria y el boom industrial, que fue lo que finalmente abrió Chicago al resto del país y del mundo.
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Prueba de esta colocación de Chicago en el mundo, fue la World’s Columbian Exposition o la Expo de Chicago (como se le conoce en español), sucedida en 1893 y de la que esta ciudad fue sede. México, bajo el gobierno de Porfirio Díaz, mandó un pabellón a dicha feria (y a la de París seis años después) ya que participar en ellas fue siempre una oportunidad de poner a tu país en la mira, de que otras naciones quisieran invertir en tu país, y en el caso de México, de mostrar al mundo las contribuciones que esta nación vecina ofrecîa. En aquel entonces, el movimiento pictórico mexicano, tras haber sido uno que pretendía siempre seguir el estilo y la pauta de la corriente prevalente modernista europea, comenzaba en cambio a mirar hacia adentro, hacia una identidad nacionalista, más cerca del color indígena y tradicional. Algunas de estas obras que vinieron a Chicago en 1893, y muchas otras creadas por artistas y artesanos mexicanos que, viendo abierta esta nueva ventana de oportunidades en la ciudad de los vientos, dieron el salto y se quedaron, algunos por unos meses, otros para toda la vida, De ellos se compone la exposición titulada Arte Diseño Xicago que presenta el
National Museum of Mexican Art, bajo la curaduría de Cesáreo Moreno, como parte de Art Design Chicago, una iniciativa de la Terra Foundation for American Art, y que celebra el papel único y vital que juega Chicago en la intersección del comercio y de la creatividad en Estados Unidos. Errol Ortiz, Mariana Yampolsky, José Maria Velazco, José Maria Jara, son algunos de los nombres de los que integran esta brillante muestra del trabajo y absoluta maleabilidad artística, que trasciende fronteras, y que pone en la mira, no solo a México sino al pedazo de México que vive en una América de chicanos, de inmigrantes, de tradiciones sincretizadas, de esperanzas y recuerdos jamás perdidos. La exposición estará abierta al público en el conocido museo de PIlsen, 1852 West 19th Street, desde el 23 de marzo hasta el 19 de agosto de este año.
Andrea Ojeda es miembro del consejo editorial de contratiempo. ESPECIAL 2018
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José María Jara (1866-1939), The Wake, 1889
Jose Maria Velascoo, Vista de Gelatao, 1889
Mariana Yampolsky, Untitled, NMMA Permanent Collection #1999.338
Errol Ortiz, Astronaut Targets, 1965
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HOMBRE JAGUAR, Magico I. Técnica etchings a dos placas 10 | contratiempo
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Exordio
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a caída de los cuerpos, la evolución física en el tiempo, el arte que utiliza la lengua como medio, la estaca que hace tierra con el cielo, la persecución de lo estático. Las preguntas acerca de las causas del movimiento surgieron en la mente del hombre hace más de dos mil quinientos años, desde hace unos quinientos, con Galileo se sabe que el estudio y la descripción del movimiento exigen determinar la posición de un objeto en el espacio en función del tiempo. En lo literario un movimiento es la tendencia que manifiesta un estilo o filosofía común durante un periodo de tiempo y que a posterioridad es clasificado por la historia de la literatura. Se podría decir que todo movimiento artístico está influenciado por el contexto social y cultural en el que se desarrolla y que para llegar a mover aquello que identifique lo contracultural en los rasgos comunes de una generación u época, hay que pensar en la influencia y la relación bidireccional entre lo que nos mueve internamente y las fuerzas externas a nosotros que producen tal transformación. Por ejemplo, Jean Paul Sartre dice:“el hombre empieza por ser nada, sólo será después, y será tal como se haya hecho, el hombre cobarde no lo es porque haya tenido un corazón o un cerebro cobarde al nacer, sino que porque él mismo se ha construido así por sus actos, el hombre que es cobarde es responsable de su cobardía, porque si se naciera cobarde aquel estaría tranquilo con su cobardía, pero no es así.” En este sentido lo que se ejerce para que ocurra el movimiento es la elección sobre uno mismo, la disposición exenta de rigidez que se abre o no; al flujo de la voluntad personal.Pero pese a esta actitud y actividad libre, no se puede negar que hay una cohesión con el mundo en la que el hombre existe fuera de sí. Tomando en cuenta esta relación podemos decir que para que el hombre pueda llegar a sí, necesita del otro, puesto que los demás nos determinan de una u otra forma, pero independientemente de que se necesita pasar por el otro para llegar a uno; uno tiene la capacidad de decidir por sí mismo, así el hombre se elige eligiendo a todos los hombres pero tiene la última palabra de lo que quiere ser. En este deshoras dedicado a Poesía en Abril y todos los creadores de movimientos, agradecemos y presentamos la obra poética de: Homero Aridjis, Vanessa Droz, Carlos Roberto Gómez Beras, Julia Santibañez, Odi Gonzales, Arturo Dávila, Roger Santiváñez y Rafael Acebedo. Ilustraciones por: Esperanza Gama (Guadalajara, Jalisco, México). Sus dibujos, pinturas, grabados e instalaciones han sido expuestos en numerosas exposiciones personales y colectivas en los Estados Unidos, México y varios otros países. Texto introductorio y coordinación del deahoras: Miguel Marzana
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EL TESTAMENTO DEL DRAGÓN (Fragmento) A No hay peor abismo que uno mismo. Accidentes hay que uno quiere que sucedan. Adán Nada. Nada Adán. Adiós, voy a encontrarme conmigo mismo. Adiós, decimos a alguien cuando ya no podemos pisotear su sombra. Adiós, noche, que yo fui, tu propio sepulcro, pero que, la sombra sobreviviente, se metamorfoseará en Eternidad. STÉPHANE MALLARMÉ, Igitur. Murió Adonais y por su muerte lloro. Llorad por él aunque el ardiente llanto no deshaga la nieve que lo cubre. Y tú, su hora fatal, la que escogida fue de los años para que él muriese, despierta a tus oscuras compañeras, muéstrales tu dolor, y di: conmigo murió Adonais y mientras que el futuro al pasado no olvide, su destino y su fama serán eternamente un eco y una luz para los hombres. (Fragmento) Alegría del aire Aire vivo aire que piensa aire que siente aire que oye el paso de la luz y de la lluvia aire interior y exterior aire de montaña aire del abismo de uno mismo aire que me inspira me respira y me expira aire que me acompaña y me deja solo aire que envuelve y desenvuelve mi sueño de existir aire que me toca y no puedo tocar aire libre que conocí de niño aire santo aire santo aire santo. La poesía llama, 2017.
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Homero Aridjis (Contepec México ; 6 de abril de 1940) Poeta, novelista, activista ambiental, y diplomático. Aridjis ha publicado 48 libros de poesía y prosa, muchos de ellos traducidos a quince idiomas.. Dos veces recipiente de la beca de la John Simon Guggenheim Memorial Foundation, fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Indiana. Ha sido profesor visitante en las universidades de Indiana, de Nueva York y de Columbia, y fue distinguido con la Nichols Chair en Humanidades y Esfera Pública de la Universidad de California en Irvine. Fue Presidente de PEN Internacional. Desde abril de 2007 hasta la abolición del puesto en enero de 2010. Fue embajador de México ante la UNESCO, donde defendió los derechos humanos, la libertad de expresión y la diversidad cultural, Es fundador del Grupo de los Cien. Sus libros más recientes son: El Testamento del dragón (Alfaguara/ Penguin Random House) y La poesía llama (Fondo de Cultura Económica). ESPECIAL 2018
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MAJESTAD NEGRA El rey africano se pasea por al barco. Lo recorre de proa a popa, de popa a proa y revisa que todo esté bien entre su gente. De vez en cuando otea el horizonte para prevenir desgracias, que en el Mar Caribe son auténticas y audaces: un imprevisto mal tiempo, olas bíblicas, demasiados tiburones a flor de agua, la desbandada de las estrellas. Conserva los rasgos de sus antepasados; la piel reluciente como la obsidiana, la estatura de los dioses, la alta espalda de un auriga, los móviles omoplatos del guepardo y las piernas largas del cazador. Y todo ello en proporción tan perfecta que parece él una deidad en sí misma ante la cual habría que arrodillarse. Completan el retrato la forma perfecta del cráneo —fácilmente admirable en la distancia pues refulge con la reverberación de las luces— y el paso sereno y urgente, aplomado, del que está acostumbrado a mandar. Miro a este hombre, hermoso como una aparición, y trato de descifrar lo que la ropa oculta —las marcas decorativas por la aguja de bambú, las cicatrices de batallas remotas, las de batallas recientes, su fortaleza viril—. Trato de adivinar de cuál de todas las tribus son sus ademanes, de cuál de todos los reinos sus palabras, si de Sierra Leona o Cabo Verde, si de Liberia o Calabar, si embarcó en Elmina o en la desembocadura del río Congo, si tiene sangre fulani o jelofe, si habla mbundu o makuá... que hacen que este guardia del “ferry” entre San Juan y Santo Domingo ilumine todo a su paso a pesar de las cruces de los latigazos en su espalda; que este barco, atiborrado de gente, solloce y que mi corazón tiemble. ESPECIAL 2018
Sin título. Pigmento sobre amate
Vanessa Droz (Puerto Rico, 1952) Fue miembro de las revistas literarias Zona Carga y Descarga y Penélope o el otro mundo. Fundadora de la Revista Reintegro de la cual fue editora. Ha publicado: La cicatriz a medias (1982), Vicios de ángeles y otras pasiones privadas (1996) Estrategias de la Catedral (2009). Ha publicado su poesía en revistas y antologías de Puerto Rico como del extranjero, recibió el primer Premio del Instituto de Literatura Puertorriqueña, ha dictado talleres de poesía en la División de Educación Continua de la Universidad del Sagrado Corazón y ha participado en varios Encuentros Literarios Internacionales. contratiempo
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FOUCAULT Un falso soneto espejado Como una estrella, como una herida dejas caer sílabas rotas sobre el agua turbia de lo esperado. Como una herida, como una estrella parpadeas insomne y dispersa entre las palabras y las cosas. ¿Acaso es esta intermitencia sagrada lo que te anuncia así tan de tan poco y dice que no tenemos otra historia más allá de estos quejidos virtuales? ¿Acaso es este trámite oculto lo que me lleva de la mano hasta la sombra malva que al morir se desprende de tu nombre vedado? Son tantas las noches ofrendadas en esta gesta inofensiva de herirnos con un deseo sin sangre de sabernos sólo gestos fatuos. Son tantos los roces, los suspiros, los latidos y las miradas que injustamente hemos ignorado: nada nos salva de una alegría malsana. Quizás por eso ya no me resisto a este misterio de invocarte en medio de la espesa nada. Quizás por eso es que quedas triste cuando emerges ilesa e intacta entre las cosas y las palabras.
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Carlos Roberto Gómez Beras (República Dominicana, 1959) Es catedrático en la UPRH, editor en www.editorialislanegra.com y poeta. Ha publicado: La paloma de la plusvalía y otros poemas para empedernidos (1996) Aún (2007), volumen extraordinario que reúne los cuatro libros escritos entre 1989 y 1992. Utánad (2008) Ediciones Orpheusz en Budapest y Sobre la piel del agua (2011) antología personal. Sus poemas han sido traducidos al francés, inglés, italiano, húngaro, estonio, alemán y serbio. ESPECIAL 2018
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ETERNIDAD DE PASO Nadie se queda a vivir en este cuarto del Paraíso cortina percudida donde entramos con la voz los ojos la piel y el mundo es un rato lo que debería y nosotros también que no compramos el truco de la vida tras la muerte pero somos un rato inmortales en el Paraíso cuarto tres por dos cortina percudida donde no vive nadie.
FÁBULA MOTIVOS. Técnica mixta sobre amate
El escorpión, vergüenza de mal, lleva a cuestas el veneno, la memoria de haber sido leve ave que cantaba. Castigado bajo el signo de algún dios perdió las alas, esqueleto que las busca entre las piedras, mudo y loco asco de sí mismo, pregunta, mueve las tenazas. Dicen que cuando de amargura se desborda, y de agonía, movido por una cólera ancestral alza la cola, maldice al cielo y se clava la punta. Dicen que es un sentimental. ESPECIAL 2018
Julia Santibáñez. Escritora, editora y traductora mexicana. Ha publicado los poemarios: Rabia de vida (2015), Ser azar (2016), Versos de a pie (2017) y Eros una vez (Seix Barral, Uruguay, 2017) además de los libros de prosa poética: Coser con tu nombre (2007) y el ensayo de crítica literaria El laberinto de fortuna. Una alegoría política del siglo XV (1997). ha publicado en medios de México, Estados Unidos, Venezuela, Argentina, Colombia y España. contratiempo
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CAMINA EL AUTOR Un río En mis ojos reteñidos de sangre fragua vil barro lodo
restos de aluviones seguidos sedimentos lava
un río
En mis ojos discurren parcelas huestes por línea materna familia numerosa todo enterrado: las veces que arranqué las canas de las sienes de mi padre joven el alma Vicente
Una manada de ciervos rojos en mis ojos rojos Y plantaciones de café Pasturas naturales, zonas cocaleras todo enterrado
el puro silbar de los pulmones de Bernaquito asmático el hermanito finado de quien tuve que ponerme sus ropas las herramientas-hechizo de mi padre carpintero: gramil de a mil, sierras, garlopas que pulsaron sus manos calientes blanquísimos sombreros con cintillo azul oriente sombreros de mestiza, galas de mi madre. Todo enterrado
En mis orejas sucias / corral de llamas niño andino rebulle la carga de los aluviones Y surcos, terrones calcinados por la úrea
En las cuencas avenidas
pesticidas suelos forrajeros
abiertas por los aluviones cunde el vocerío de las vendedoras de pan
Todo enterrado
Odi Gonzales (Cusco, Perú, 1 de enero de 1959) Poeta, traductor, estudioso de la tradición oral quechua y profesor universitario. Ha publicado los libros de poesía: Juego de niños, 1989; Valle Sagrado, 1993; Almas en
turba séquito en las bocacalles todo enterrado
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pena, 1998; Tunupa/El libro de las sirenas,
La dicción de los colibríes disipa la niebla de las cuencas bajas
2002; La escuela de Cusco, 2005; Valle sagrado/Almas en pena (2da. ed. 2008), Avenida sol/Greenwich village, 2011. ESPECIAL 2018
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DESRECUERDO CUBISTA TANTOS troncos truncos de la insígnea fogata de examores fatuos en la nube fragilidad de lo frugal de exbellas extrellas fáminas féminas cadentes cabelleras caballeras rompientes y rampantes lunas sobre astas cascadas de corazones sin cierto solamente Mas también entre subterfugios y subterráneas memorias en este paréntesis de prelatidos bajo silencios vanos menos cansancio basta no parar allí en los sentidos que mienten sentimientos mordaces muérdagos en el aguijón del alma yerba a lo largo de la yedra manto extendido y alerta absorto púrpura abismal sin cierto solamente Y en la noche exabrupta de la gruta ciega de los omóplatos vertiente de esta cordillera tan ahora cae de abajo la boca sin pez y se eleva surtidor hasta corriente alterna y altanera de la columna labio de este esqueleto sin amor sin cierto solamente Y por eso tras este exánime canto ronco rauco descrece la nonunca paridad de alveolos volátiles descorazonados en vanas venas violentas sinsabroso del dolor subsabor platónico pletórico y redondo en rojos dedos dulces dados sin temor en el anillo del agua del eco de la noche estalactita ESPECIAL 2018
INTERIORES. Técnica mixta sobre amate
Arturo Dávila. (México, 1958) Poeta, ensayista y traductor. Entre sus libros de poesía están: La ciudad dormida (Premio “Sor Juana Inés de la Cruz”, México, 1995); Catulinarias
de tantos troncos truncos de exbellas extrellas fáminas féminas cabelleras caballeras en cascadas sin concierto y desrecuerdo solamente
(Premio “Antonio Machado”, Baeza, España, 1998), Poemas para ser leídos en el metro (Premio “Juan Ramón Jiménez”, Huelva, España, 2003)y Sátiras (Madrid: Hiperión, 2017). Su libro de ensayos, Alfonso Reyes entre nosotros (UANL, 2010) fue publicado en Monterrey, México. contratiempo
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HIEROS GAMOS 1 Su divino movimiento a través de La orilla espumosa convierte a Las olas en el brillo de su azul
Aves del mar murmuran la más Delicada canción en los oídos Mojados del deseo sonido soleado Transparencia de rosas fugadas Inquilinas de la quietud marina Tumbo ondulante del oleaje Serenidad resuelta en la fresca Humedad allí dormita solícita La dicción exquisita que me Brinda a solas el terso marear 2 Amanecer disípase bajo la prístina Aparición solar sobre el césped Dorado a dicha hora del amor Allí en el jardín donde brilla el Verdín me encontró la rosa Cuyo aroma es maroma en ESTRELLA. Pigmento sobre amate.
Su deseo pertinaz o sea un haz De luz en mi oscura cura de Sueño como rimeño que soy Roger Santiváñez, (Piura, Perú). Estudió literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en Lima
Se asoma el río en la paloma Ploma que alcanza a llorar En las lágrimas lejanas de Mi exilio
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Perú. Obtuvo un Ph.D. en poesía latinoamericana en Temple University donde actualmente es profesor de español. Ha publicado: Dolores Morales de Santiváñez. Selección de Poesía [1975-2005] (2006), Amastris (2007), Labranda (2008), Amaranth precedido de Amastris (2010), Roberts Pool Crepúsculos (2011), Virtú (2013) y Virtú seguido de Roberts Pool Crepúsculos (2013). También es autor de la nouvelle Santísima Trinidad (1997). ESPECIAL 2018
DESHORAS
SOBRE LA CLARIDAD Claro es el sol y nadie lo mira de frente. La luna no tanto y está llena de postales y cuentos góticos y caminantes en cámara lenta.
EL PODER INDESCRIPTIBLE DE LA PALABRA La sombra te simula y mi ojo disimula. Digo, él no se alimenta de ti, por eso el tacto se inventa y la palabra conduce a tal estado.
HOY HE APRENDIDO ALGUNAS COSAS Ya es tarde en mi sillita. Escribí mi nombre con los siete colores. Al abecedario lo puse todo en un círculo y los lápices están en mi mochila. Ya es tarde, la escuela está llena de hojas, mis hijas no vienen a buscarme. ESPECIAL 2018
Rafael Acevedo (Puerto Rico, en 1960). Ha publicado los poemarios: Contracanto de los superdecidores (1982), El retorno del ojo pródigo (1986), Libro de islas (1989) e Instrumentario (1996). Sus poemas han sido incluidos en varias antologías. Se desempeña como docente de lenguas y literatura en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras.
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TIEMPO EXTRA
SXSW 2018:
De las diásporas, surge un universo musical sin géneros Catalina María Johnson
L
ibro adentro, el sueño de la razón engendra monstruos que, aunque de papel, no son sólo imaginarios. El protagonista puede ser inteligente, emprendedor, encantador y astuto. También corrupto, codicioso, violento y despiadado, incapaz y poco dispuesto a frenar esas tendencias: es, sin duda, el arquitecto de su propia caída. De la pareja condenada, solo uno de ellos parece encontrar la salvación, al liberarse de su aislamiento autoimpuesto. La novela, después de un viaje en montaña rusa a través del vasto paisaje del inconsciente, no termina con la reconciliación o el regreso al hogar, sino con un dolor irreparable, en mitad del desorden y el horror del mundo. Tal como en años anteriores, la trigésimo primera edición del ultra masivo festival de SXSW atrajo a decenas de miles de melómanos a Austin a cumplir con el feliz quehacer de disfrutar de una mínima porción de dos mil y pico de funciones. El lidiar con tal abundancia de riqueza musical requiere resistencia (hay música en vivo casi 24 horas al día) además de un buen par de zapatos y a la par, estrategia y logística y lograr un equilibrio entre tener oídos y corazón abiertos a las sorpresas que pudieran deparar los contratiempos sin que esto disminuya la determinación de escuchar ciertas actuaciones en vivo cueste lo que cueste. Fueron notables varias tendencias que se pueden percibir en la música de esta edición del festival. Primero, ya SXSW se extiende a campos musicales en los que como festival indie y roquero no había incursionado anteriormente (por ejemplo, el jazz). Además o quizás por ende, ya los géneros se van fusionando de manera que clasificar la música como ejemplar de esto o aquello pierde senti-
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do. Finalmente, con los movimiento de pueblos ya sea por motivos económicos, políticos, o culturales, estamos presenciando una música creada por verdaderos ciudadanos del mundo. A continuación, algunas de estas tendencias ilustradas por los artistas que pudimos presenciar en SXSW 2018:
La música de las diásporas personales Hay ya un importante número de artistas quienes nacen en los senos de familias cuyos antecedentes combinan una serie de raíces y legados de lo más inusuales. En la serie de conciertos que presentaron Sol Collective de Sacramento, California y RPM (Revolutions per Minute Records) de Toronto, escuchamos la música de Kayla Briët, artista experimental de California que usa guitarra, voz, computadora y el guzheng, una especie de arpa china milenaria, para crear lo que ella llama “cápsulas de tiempo” o portales a las memorias creadas por sus antecedentes indígenas, chinas, holandeses e indonesios. Del otro lado del Atlántico, al ser londinense de familia de Trinidad, Nubya Garcia crea un jazz británico denso de ricos matices afrocaribeños. Y al norte de este país, Boogat, paraguayo, mexicano y quebecois, ha dejado el francés para crear rap exclusivamente en español, pero su música sigue teniendo un je ne se quois que toma del país en el que nació como hijo de padres exiliados políticos.
Las alianzas musicales y el poder colectivo Como parte de una nueva conciencia política en la que se maniESPECIAL 2018
MÚSICA
KAYLA BRIËT foto por Catalina Maria Johnson
fiesta el poder colectivo de minorías unidas a favor de cambios sociales, en SXSW esta tendencia se refleja en variadas alianzas musicales. Como gran ejemplo, Sol Collective de Sacramento, California, cuyo liderazgo es de ascendencia latinx, une esfuerzos por primera vez con RPM (Revolutions Per Minute) sello disquero de Toronto creado por miembros de pueblos originarios y enfocándose exclusivamente en la nueva música de artistas quienes incorporan su legado indígena a todo género de música, inclusive hip hop y electrónica. Como parte de esta alianza en SXSW, presentaron, por ejemplo, la música del artista electrónico experimental Ziibawen, repleto de una magia y misticismo que hacen divino contrapunto a lo que se pueda crear con un sintetizador y otro equipo electrónico. También se presenta en los escenarios curados por Sol Collective y RPM Lido Pimienta, feroz vocalista y compositora afrocolombiana de ascendencia Wayúu. De esta manera, en los escenarios musicales, vemos reflejada la visión de un futuro inclusivo en el que el bien común se logra con la fuerza lograda por la unión de pueblos diversos.
La solidaridad transnacional No solo es incapaz cualquier frontera de ser obstáculo para la música, sino que la solidaridad transnacional también viaja de un lado a otro sin pasaporte ni visa. Una noche de SXSW, se presentó una serie de conciertos de músicos puertorriqueños, manifestando su apoyo a los habitantes de la isla del encanto querida. Allí descubrimos la música de la la cantautora Andrea Cruz, dotada de una voz angelical, y nos deleita con su sonido folk que se informa del indie
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norteamericano y el folklore criollo puertorriqueño en casi iguales partes. Otra tarde, tocan en una función gratis en un enorme escenario al aire libre toda una serie de artistas estelares de ambos lados de la frontera, estilo “la frontera nos cruzó”. Allí vemos los músicos legendarios de la super-agrupación los Super Seven cuyos integrantes incluyen, entre otros, el laureado maestro acordeonista tejano Flaco Jiménez. Además, se presentan bandas como los mexicanos Centavrvs con su música regional mexicana punk y electrónica y los grandes innovadores del sonido clásico del este de Los Angeles, Los Lobos. Todo esto, en solidaridad con los dreamers de este país y a favor de la reforma inmigratoria. Y la música no precluye la respuesta inmediata a los sucesos actuales que se dan durante SXSW. Al otro día del asesinato de la activista y política Marielle Franco en Brasil, la artista trans brasileña Liniker no inicia su actuación antes de pedirnos un momento de silencio y leer una declaración sobre la muerte de Franco, en la que nos afirma, “Marielle está aquí”, además de participar en una sesión especial sobre el tema acompañada de otros brasileños miembros de la industria de la música quienes se encontraban participando en el festival.
Trópicos Utópicos Otra tendencia que nos llama mucho la atención es presenciar una nueva ola de música tropical con el ecléctico sabor del siglo XXI. contratiempo
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TIEMPO EXTRA
Yemen Blues. foto por Catalina Maria Johnson
Apenas separados por 90 millas, la música cubana de DJ Jigüe y Amara la Negra se nutren de las mismas raíces afrocubanas, aunque parecieran venir de diferentes planetas. Exponente y creador del “afrofuturismo tropical” DJ Jigüe sale a tocar sus instrumentos electrónicos y computadora acompañado de un percusionista cubano quien toca en vivo, y toca sus instrumentos electrónicos al lado de un altar a los santos meticulosamente arreglado con flores. De Miami, Amara la Negra, es como una Celia Cruz radicalizada y medio hip-hopera, exuberante y sexual, acompañada de danzantes desplazándose por el escenario en estilizadas coreografías con mucho movimiento de cadera. Del noroeste, Combo Chimbita, colombianos radicados en Nueva York, retoman las raíces tropicales de Barranquilla y el caribe colombiano y las adornan con toques punk deliciosamente aceleradas. Y no falta Centroamérica en el sancocho tropical, representada por los nicaragüenses Cuneta Son Machin (cuyos integrantes incluyen dos hijos del renombrado cantautor y trovador Carlos Mejía Godoy) quienes nos brindan un rock folklórico nicaraguense, permeado de la música punta afrohondureña y de una alegría inmensamente contagiosa.
Pasado, presente Y así vemos en SXSW las manifestaciones del zeitgeist del momento actual: El pasado y presente latino, latinx, hispano e ibe-
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Liniker. foto por Catalina Maria Johnson
roamericano expresado en todos sus colores y sabores en nuevos caleidoscopios musicales. El festival nos permitió además presenciar las primeras canciones de la fascinante banda sonora de una nueva generación de jóvenes ciudadanos globales, dándonos indicios de un futuro que consideramos sumamente prometedor en lo musical y en muchos otros sentidos. Catalina Maria Johnson es miembro del consejo editorial y locutora y productora de Beat Latino, programa radial que se escucha en estaciones de radio públicas de CDMX a Berlín. ESPECIAL 2018
DIRECTOR EDITORIAL Marcopolo Soto DISEÑO Diego Aguirre Fernández CONSEJO EDITORIAL Rey Emmanuel Andújar, Catalina María Johnson, Stephanie Manríquez, Miguel Marzana, Víctor Maraña, Andrea Ojeda, Julio Rangel, Marcopolo Soto. COLABORADORES Carolina Bailón, Alejandro Pérez Cervántes, Andrea Ojeda, Miguel Marzana, Homero Aridjis, Vanessa Droz, Carlos Roberto Gómez Beras, Julia Santibáñez, Odi Gonzales, Arturo Dávila, Roger Santiváñez, Rafael Acevedo, Catalina María Johnson. DISTRIBUCIÓN South Side Weekly La revista contratiempo es una publicación gratuita que se imprime y distribuye trimestralmente año a la comunidad hispanohablante de Chicago ENVÍO DE TEXTO E IMÁGENES marcopolo@contratiempo.net SOBRE LA REVISTA, PUBLICIDAD O SUSCRIPCIONES: info@contratiempo.net VISÍTANOS contratiempo.net issuu.com/contratiempo facebook.com/Contratiempo Instagram @ contratiempochicago DIRECTORA EJECUTIVA Moira Pujols mpujols@contratiempo.net © contratiempo nfp (312) 427 5450 contratiempo contratiempo is grateful for the past and present support of The Chicago Community Trust, the Richard Driehaus Foundation, the Field Foundation of Illinois, the Illinois Humanities Council, the Illinois Arts Council, the City of Chicago Department of Cultural Affairs, the International Connections Fund of the MacArthur Foundation and individual, institutional and corporate donors, and the contribution of writers, artists and volunteers who make our work possible.