Contratiempo 20 • Diciembre 2004

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mesa directiva Frances R. Aparicio, Ricardo Armijo, Gregory X. Gorman, Jochy Herrera, Francisco Moreno, Francisco Piña, Moira Pujols

director ejecutivo Francisco Piña

consejo editorial Raúl Dorantes, Ana Luz Pérez Durán, Francisco Piña, Julio Rangel, Febronio Zatarain

corrección de pruebas Julio Rangel

diseño Francisco Piña

diseño de portada y cartón Giovanni Matallana giovanny@dynomitemedia.com

arte Treasures of Veracruz Centro-Museo de Bellas Artes Mexicanas, Universidad Veracruzana, Museo de Antropología de Xalapa

distribución José Guzmán

contabilidad Humberto Uribe

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Taller de redacción y estilo para traductores y escritores

Guerras de religión Bush, “ungido de Dios” Islam sin velos Sociedad española e Islam, un debate necesario Catolicismo mexicano en Chicago: una presencia Acción comunitaria en Amor de Dios Velación conchera en la Dieciocho Carta a la comunidad de contratiempo

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Robert Launay Jean Meyer Robert Launay Peio M. Aierbe Raúl Dorantes y Febronio Zatarain Kari Lydersen Érika Buchancow Roberto Ferreyra

deshoras contratiempo, nfp te invita a su taller avanzado de redacción y estilo dirigido a los traductores interesados en perfeccionar su expresión escrita, y a los escritores en general. El objetivo del taller es practicar y reflexionar sobre el acto y efecto de la escritura, para elaborar textos expresivos y correctos, y transmitir información a través de un lenguaje claro, preciso y adecuado. Impartirán el taller Febronio Zatarain y Julio Rangel, miembros del consejo editorial de la revista cultural contratiempo y otros colaboradores de la revista. El taller se realizará a partir del sábado 29 de enero. Inscripciones y más información: Tel. 773.769.2923 email: lfp60608@yahoo.com www.revistacontratiempo.com

Poemas en prosa Estás perdido; En ti un círculo de líquido; En este lugar descansa; Todo es un espacio en que muero Para no sentirte sola; Anoche Un antojo tropical Al derecho y al revés

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Manuel Juvenal Ortiz

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Cindy Martínez Itzel Muñoz Daniel Patiño Érika Buchancow

mirada cómplice Un paseo por los tesoros del Veracruz antiguo

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Julio Rangel

tiempo extra Machu Picchu: Develando el misterio de los incas Un Lorca en son jarocho El voyeur atrapado: Correction, una instalación de Fiona Tan Latinoamérica ante la nueva administración Bush Yasser Arafat: Un luchador ¿Y tú, eres real? García Márquez y sus putas tristes Dos novelas andinas cary y la lengua real La buena (torna)mesa: Sidestepper

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Delia Negro Moira Pujols Margarita Esther González Ana Luz Pérez Durán Ricardo Veisaga Iván Torrijos Joel Soto Lance Selfa om ulloa Giovanni Matallana

tiempo de sobra Corazones egipcios La chica de las tres cabezas

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Jochy Herrera Graciela Reyes


A pesar de que el Estado de este país se considera laico, los rituales y las referencias religiosas han estado presentes a lo largo de su historia: en la toma de posesión de los presidentes, en los juicios, en las canciones patrióticas, en los discursos de los políticos e incluso en los billetes y las monedas de todas las denominaciones. Sin embargo, la religión nunca había jugado un papel determinante en una elección presidencial. Como se sabe, desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 las palabras “God” y “evil”, se han usado con exceso en los discursos de los políticos, en especial, en los del presidente Bush. El laicismo ha pasado a un tercer plano. Al parecer, nos hemos olvidado de que un Estado religioso se lleva mejor con la intolerancia y el totalitarismo que con la pluralidad y la democracia. Preocupados por el riesgo que corren la pluralidad y la democracia, contratiempo ha dedicado este dossier a la reflexión del papel que juegan las religiones en nuestros días, dándole cierta prioridad a algunas prácticas en la comunidad hispana de Chicago.

Foto: Charles Ommaney. Tomada de Newsweek, 4 de marzo de 2003.

Robert Launay esde que amainó el temporal de las elecciones, se nos ha dicho una y otra vez que los “valores morales” fueron un factor decisivo en el resultado de los comicios. Demócratas de todo el país han contestado con fuerte indignación que su fibra moral no tiene nada que envidiarle a la de los Republicanos. ¿Acaso no son “valores morales” la justicia, la igualdad y la defensa de los pobres? Por supuesto que lo son, pero esta respuesta es del todo improcedente en el contexto actual. La profunda brecha que divide a este país tiene que ver exclusivamente con la religión, no con la moralidad en sí. Como antropólogo, he dedicado gran parte de mi carrera al estudio de las religiones. Si bien mi especialización profesional es el Islam en África Occidental, las circunstancias me han obligado a tratar de comprender la actual situación en los Estados Unidos. Mi interés por comprender las divisiones religiosas se originó cuando la familia africana con la que me hospedaba —así como el resto de la comunidad— se encontraba enzarzada en una amarga disputa sobre el mérito de rezar con los brazos cruzados en lugar de hacerlo con los brazos colgando. Mi formación me llevó a considerar esta disputa con la misma seriedad con que lo hacían mis amistades y vecinos. Intenté comprender por qué era tan importante la posición de los brazos, qué estaba en juego, y por qué las personas tomaban partido a favor o en contra.

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Hoy me encuentro ante una situación similar. Porque muchos sentimos la obligación de comprender la división en que se halla la sociedad estadounidense. Creo que la actual brecha religiosa tiene muy poco que ver con la fe. Conozco a Demócratas liberales con una fe tan profunda como la de cualquier feligrés; algunos de ellos (¡y de ellas!) incluso son miembros del clero. Pero tampoco es una cuestión de confesiones religiosas. Aun cuando los evangelistas están en absoluto desacuerdo con los episcopales, hay evangelistas liberales que proclaman públicamente que “Dios no es Republicano”, así como hay episcopales conservadores que se escandalizan ante la ordenación de un obispo gay. Los católicos están divididos aun entre sus propios rangos, y esas divisiones son mucho más profundas de las que les separan de los protestantes.


Lo que está en juego es nada menos que nuestro compromiso con un Estado laico. Hoy en día el laicismo es considerado anatema por quienes conocemos como la “derecha religiosa”. Ya en los tiempos de Reagan, los conservadores religiosos proponían que el “humanismo laico” era en realidad una religión. Los intelectuales liberales rechazaron de plano tales posiciones. Después de todo, ¿cómo podía haber una Iglesia Humanista Laica? Pero más allá de lo risible del caso, queda patente la comprensión profunda de que el laicismo constituye un marco que posibilita un cierto tipo de enfoque religioso. Para los laicistas, la religión es un tema esencialmente privado, una cuestión de fe personal. Asimismo, la sexualidad es un asunto fundamentalmente privado. Cabe recordar que la ideología del laicismo se originó en Europa como respuesta a las encarnizadas guerras civiles que enfrentaron a hugonotes y católicos en Francia, a parlamentarios y partidarios de la corona en Inglaterra, y en las que los ejércitos de toda Europa devastaron Alemania durante la Guerra de Treinta Años. La separación de la Iglesia y el Estado supuso la única solución viable a estos conflictos, generando una nueva especie de individuo, el Ciudadano, cuya afiliación religiosa le importaría poco o nada al Estado. Pero la separación de Iglesia y Estado puede entenderse de muchas maneras distintas. Si a un político francés de nuestros días se le ocurriera terminar un discurso con la frase “Dios bendiga a Francia”, no le quedaría más que lanzarse desde la Torre Eiffel. En los Estados Unidos, los equivalentes religiosos de los constitucionalistas estrictos entienden que la separación de Iglesia y Estado significa únicamente que nosotros, como nación, no reconocemos una única confesión oficial. Después de todo, las iglesias evangélicas no son necesariamente confesionales. Obviamente, los laicistas ofrecen una interpretación mucho más amplia y profunda de esta separación. pero el credo laicista revela una ambigüedad fundamental: si aspiramos a que la religión siga siendo un asunto privado, el Estado debe velar porque así sea —pero el Estado no puede hacer tal cosa sin defenderse ante desafíos religiosos y, por consiguiente, respaldando a su modo ciertas actitudes religiosas. El laicismo es en esencia un tipo de compromiso religioso, un hecho que la derecha religiosa entiende y explota con suma eficacia, mientras que muchos liberales son incapaces de captarlo, arremetiendo contra el fanatismo sin comprender por qué sus adversarios les consideran fanáticos por derecho propio. Resumiendo, se trata de un conflicto profundo entre dos tipos de fe, laicista y antilaicista. Por mucho que los laicistas proclamen a voz en grito que son personalmente religiosos y personalmente morales, esa proclama no consigue en absoluto aplacar la ira de sus adversarios. En el peor de 4

los casos, no hace más que reforzar las convicciones de los antilaicistas. Para los antilaicistas, la fe y la moralidad son fundamentalmente públicas. Desde esta perspectiva, únicamente el bienestar espiritual y moral de la nación vista como una totalidad puede salvarnos de la catástrofe, y ello los convierte necesariamente en asuntos públicos. Para los antilaicistas, la moralidad sexual es un indicador de la salud espiritual de la nación. ¿Qué motiva esta aparente obsesión con el sexo? En primer lugar, el hecho de que la sexualidad está aparentemente desvinculada de los intereses materiales de un individuo. Por el contrario, las cuestiones de justicia e imparcialidad se resumen a qué ración de la tarta nacional se lleva cada cual, y como tal están sujetas a cabildeo por parte de grupos de interés “especial” (“especial” en este caso significa los adversarios políticos de cada cual). Lo que es peor, los laicistas toleran (aun cuando sienten profunda desaprobación al respecto) a quienes explotan la se-

xualidad para obtener una ganancia material. En segundo lugar, es fácil proponer un código de moralidad sexual que se aplique a todo el mundo, rico o pobre, católico o protestante, blanco, negro o moreno —un código que se centre en la importancia del valor fundamental del “autodominio”, al que ni siquiera los laicistas pueden oponerse en principio. Finalmente, la esencia íntima de la sexualidad, y las intensas emociones que desata, la convierten en el más poderoso y eficaz símbolo de la santidad. Ello explica por qué a los antilaicistas les horrorizó el comportamiento de Clinton, pues consideraban que el Presidente —que encarna a nuestra nación—, desde su punto de vista, estaba sumido en el pecado. Desde esa misma perspectiva, el aborto y el matrimonio entre homosexuales no son asuntos privados, sino amenazas al bienestar espiritual de los Estados Unidos. Por consiguiente, es obligación del gobierno interferir. La postura antilaicista está ganando conversos con rapidez, no sólo en los Estados Unidos sino en todo el mundo. El ejemplo más obvio son los musulmanes en Asia y África —no sólo los terroristas (una minoría ínfima fácil de demo-

nizar), sino las multitudes que reclaman la imposición de la ley Sharia en alguna de sus formas. Encontramos posturas similares entre algunos hindúes en la India, entre algunos budistas en Sri Lanka, y la lista es inagotable. ¿A quién les atraen tales mensajes? No a los extremadamente ricos o extremadamente pobres, sino más bien a quienes subsisten precariamente entre una prosperidad modesta y la pobreza, quienes ven su modo de vida amenazado por fuerzas que no pueden controlar. Los laicistas como yo consideramos una cuestión de fe el hecho de que estas fuerzas son en realidad económicas y políticas, que pueden comprenderse sin recurrir a los principios religiosos, y que nuestra respuesta a las mismas debería derivarse de nuestras convicciones morales privadas, sean religiosas o de otro tipo. Los antilaicistas ven en ellas las consecuencias del declive moral y le dan una connotación divina; tal como los profetas del Antiguo Testamento predijeron la caída de Jerusalén, a no ser que los israelitas abandonaran su conducta inmoral y volvieran a adoptar los principios bíblicos. Estas diferencias constituyen guerras de religión, no por enfrentar a devotos contra no devotos —repito que muchos laicistas son profundamente religiosos—, sino por plantear dos enfoques religiosos que son incompatibles. Urge que los laicistas entendamos el concepto de que nos enfrentamos a una carrera por las almas. No tiene sentido despreciar a nuestros adversarios, no sólo porque las ansiedades que plantean los antilaicistas son absolutamente reales y comprensibles, sino porque ambas partes luchan por una visión de la sociedad que, en último análisis, es una cuestión de fe. Los intentos por parte de los liberales de encontrar un punto intermedio moral o un idioma neutro son aún más autodestructivos. Cuando reaccionamos proclamando nuestra fe y nuestra moralidad, más allá de que eso se cierto o no, damos argumentos a nuestros adversarios y nos encontramos en total desventaja. En lugar de ello, los laicistas necesitamos plantear con la mayor rotundidad posible la diferencia entre nuestra visión de la sociedad y la de los adversarios. No es tarea fácil; el alma de nuestra nación se encuentra en juego.

Robert Launay es catedrático de Antropología en la Universidad Northwestern. Es autor de Beyond the Stream: Islam and Society in a West African Town (University of California Press 1992; reeditado por Waveland Press 2004). Traducción: Susana Galilea


Jean Meyer l 14 de septiembre de 2001, en la repleta catedral de Washington, el pastor evangélico Billy Graham, toda una institución, estaba predicando: “Ese día (el 11 de septiembre) lo podremos recordar como el día de la victoria, si el pueblo estadounidense se acerca a Dios (...) Dios dará sabiduría, valor, fuerza al presidente”. Tres años después, Billy Graham da gracias al dios que oyó con benevolencia su oración, el dios de los valores morales y del populismo cristiano. La mayoría silenciosa le ha dado una victoria incuestionable al presidente George W. Bush; no tiene nada que ver con los llamados neoconservadores del Pentágono, esos “vaqueros bolcheviques”, que no hablan de religión, ni de moral, sino de realizar una revolución democrática, por las armas, en el convulsionado Medio Oriente. Esa mayoría no le dio la espalda a John F. Kerry sobre el tema de Irak, sino sobre temas como el aborto, el derecho a tener armas en su casa y el matrimonio de los homosexuales. Parece que el resto del mundo, de haber participado en las elecciones presidenciales estadounidenses, hubiera votado contra Bush en 80%; la gran prensa internacional no se cansó de decir que la competencia era tan cerrada que no había manera de arriesgar una predicción; que esas elecciones iban a ser las más cerradas de la historia de Estados Unidos, que Kerry estaba subiendo, que alcanzaba a Bush... Y cayó el veredicto de las urnas. Votó 59% de los estadounidenses inscritos, la tasa más alta desde 1968, cuando ganó Richard Nixon; Bush sacó 51%, dos puntos porcentuales de ventaja y 3 millones 500 mil votos. En 2000, gracias a las peculiaridades del sistema, había mal ganado, cuando su adversario demócrata, Al Gore, tenía 500 mil sufragios populares de ventaja.

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La familia Bush en un servicioso religioso

¿Qué significa la victoria de Bush? Algunos dicen que marcará un parteaguas en la historia nacional de los Estados Unidos, como la elección de Abraham Lincoln con el triunfo de la causa abolicionista; como la de Franklin D. Roosevelt, quien transformó radicalmente a su país; como la de J. F. Kennedy, cuyo destino quedó pronto truncado, el primer presidente católico. No sé si la segunda Presidencia de Bush va a cambiar de El reverendo Billy Graham predicando en el Madison Square Garden de Nueva York rumbo, o como es muy probable, va a continuar la primera en el mismo sentido y dejar una huella tan con una manifestación del espíritu, con la transmisión profunda, que marcará efectivamente la historia de los de una función religiosa: los hijos de Israel imponen Estados Unidos... y de paso la del mundo. Veamos sus manos sobre los levitas, en señal de consagración; Moisés impone las manos a Josué para transmitirle su quién dio la victoria a George Bush Jr. Los analistas dicen que el electorado republicano, cargo, los apóstoles hacen lo mismo con los samarien 2004, es blanco, religioso, casado, que vive en el tanos para que reciban el Espíritu Santo (Hechos 8: campo y en pequeñas o medianas ciudades de la Amé- 17): “Entonces les imponían las manos y recibían el rica estadounidense profunda. Lo más interesante es Espíritu Santo”. Como presidente, Bush ha manifestado esa conque Bush junta 70% de los votos de los que van a una iglesia una vez por semana o más, mientras que el fusión creciente entre su cargo (laico) de presidente y católico Kerry cosecha 60% de los votos de los que el papel de gran sacerdote del dios americano; digo el van menos de una vez por semana al templo, o que no dios americano con “d” minúscula, porque se trata de un vago deísmo, para no ofender a nadie y también van nunca. Esa variable explica por qué Irak no pesó en la para no encerrarse en una confesión, en una Iglesia, elección, mientras que la triple G (God, guns and para ganar a todos los creyentes. Hasta contagió a John Kerry, quien durante la camgays, Dios, mi rifle y los homosexuales) tuvo un rol decisivo: el mismo día, 11 estados de la Unión paña electoral, al visitar una iglesia pentecostal en Americana organizaban un referendo sobre el matri- Mississippi, recibió la imposición de las manos del monio entre personas del mismo sexo, y se rechazó obispo del lugar y dijo: “este es el presidente ungido de Estados Unidos”. masivamente esa posibilidad. Para concluir de manera positiva, vale la pena De hecho, el vecino país está dividido en dos, y algunos analistas hablan de “las dos Américas”, dife- notar que las grandes Iglesias cristianas, la católica, la rentes en el espacio, en el lugar de residencia, en la presbiteriana, la luterana, la episcopal, etcétera, no visión del mundo. Y con eso regreso al tema del presi- han caído en la trampa. Ellas saben distinguir entre los dente como el “ungido de Dios”, como gran sacerdote dos reinos y han hecho lo imposible para evitar la de una religión vagamente cristiana, pero que no es de guerra de Irak. Esas Iglesias son, quizá, el único obstáculo serio a ninguna Iglesia. En su investidura como gobernador de Texas, la cruzada mesiánica del presidente George W. Bush, George W. Bush había invitado a los predicadores que se cree el “ungido de Dios”. evangélicos más famosos del estado, para que le impusieran las manos (lay on their hands); después de esa “unción”, dijo que se sentía “llamado por Dios a El presente artículo se publicó en el diario mexicano la Presidencia de Estados Unidos”. El Universal el domingo 21 de noviembre de 2004. El gesto realizado por los predicadores, a pedido Se reproduce con autorización del autor. suyo, tiene una profunda significación religiosa; en los diccionarios de teología y de ritual, se nos dice que Jean Meyer es profesor investigador del Centro de transmite una gracia particular, que se usa, entre otros, Investigación y Docencia Económicas, en México. para calificar al sacerdote para su función. Traducción: Susana Galilea En la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, la imposición de las manos tiene que ver 5


Robert Launay menazas de terrorismo reales e imaginarias, así como la guerra de Irak, han forzado una conciencia del Islam en el ámbito público. Mucho antes del 11 de septiembre de 2001, el Islam se percibía frecuentemente en términos amenazadores. Veamos, por ejemplo, el caso del intelectual Samuel P. Huntington; hasta que se concentró en la presunta amenaza que la inmigración hispana supone para la integridad cultural de los Estados Unidos, Huntington había despotricado sobre el “choque de civilizaciones” entre el mundo islámico y Occidente. Actitudes como ésta han fomentado más la ansiedad que el entendimiento. Los medios de comunicación han contribuido sustancialmente a la propagación de ansiedades y malentendidos, no sólo porque la mayoría de los periodistas son grandes ignorantes del Islam y los musulmanes. Probablemente, lo que más importa enfatizar es la enorme variedad de actitudes religiosas, ideologías políticas y de hecho culturas enteras, que hay dentro del mundo islámico. Muy a menudo se asume que “árabe” y “musulmán” son equivalentes. No todos los árabes son musulmanes; existe una importante minoría cristiana árabe. Más aún, la gran mayoría de la población musulmana del mundo no habla ni entiende árabe. Indonesia es el país musulmán más grande del mundo, con 200 millones de musulmanes. Por supuesto,

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Shiíes en oración. Foto: Alexandra Boulat

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el Islam surgió en la península Arábica, donde el profeta Muhammad empezó a predicar en la Meca, desde donde le forzaron a salir hacia la vecina Medina en el 622 d.C., hasta que con un ejército de conversos pudo conquistar su ciudad natal. Para los musulmanes el Corán es la palabra literal de Dios, según le fue dictada a Muhammad. El Corán no fue escrito por Muhammad (que además era analfabeto), ni se le considera de ninguna forma su autor. La shahada, la profesión de fe islámica que todo musulmán debe afirmar y en la que se establece que “no hay dios sino Dios”, categoriza a Muhammad como el “mensajero” (rasul) de Dios, el vehículo de transmisión del mundo divino. Ésta es la razón por la que todos los musulmanes deben consignar algo de la Palabra a la memoria, en su forma original, y hay cinco oraciones diarias obligatorias que deben ser recitadas en árabe. Se trata de reproducir la palabra de Dios en el corazón del culto, aunque uno no entienda lo que está recitando. El Corán sólo puede existir, estrictamente, con la forma exacta en que Dios lo reveló al mundo, esto es, en una lengua que resulta desconocida incluso para los hablantes nativos de árabe, y más todavía para las masas de creyentes. Esto no quiere decir que estén prohibidas las traducciones del Corán, pero la mayoría de los musulmanes negaría que sean equivalentes al texto sagrado. Las traducciones son interpretaciones humanas de la Palabra, y como tales son intrínsecamente falibles, mientras que la Palabra es perfecta en sí misma. Durante la mayor parte de su historia, el Islam ha contado con la existencia de una clase de hombres eruditos (y muy ocasionalmente también mujeres) en el nivel más bajo de maestros de escuela que transmiten los rudimentos de la fe a niños comunes, y en el nivel más alto de juristas, teólogos y filósofos. La tafsir, la interpretación del Corán, era una disciplina avanzada que no se tomaba a la ligera. Hay dificultades de las que el lector casual de una traducción del Corán seguramente no tiene conciencia. Cada sección del texto fue pronunciada en un contexto específico, que puede afectar el significado intrínseco del mensaje. Una exhortación a luchar contra el no creyente, por ejemplo, puede ser entendida como órdenes para llevar tropas a una batalla específica o como una instrucción general para todos los musulmanes de todos los tiempos. De hecho, los académicos musulmanes aceptan que ciertos pasajes del Corán son aparentemente contradictorios. Todo depende de cuándo se pronunció por primera vez el pasaje, de forma que una revelación posterior puede revocar las instrucciones de un texto anterior pronunciado en circunstancias diferentes. Otro ejemplo: el Corán estipula que todas las mujeres deben

vestirse con modestia en público. ¿Significa esto que debe haber un código de vestimenta uniforme para todas las mujeres musulmanas, un pañuelo para la cabeza o incluso un velo, o los estándares de modestia pueden variar de un lugar a otro y de una época a otra? Este asunto específico se debate acaloradamente entre los musulmanes, incluidas las feministas musulmanas, que existen, en contra de la idea superficial del Islam como una religión irremediablemente patriarcal. En cualquier caso, el Corán no es la única autoridad textual. Las hadith, las tradiciones acerca de lo que el profeta Muhammad dijo e hizo durante su vida, también son vinculantes pero sólo en la medida en que son consideradas fidedignas. Cada tradición está acompañada de una cadena de transmisiones que vincula a los testigos originales con todos los individuos que la transmitieron hasta que fue escrita. Su veracidad depende de cada uno de los eslabones de la cadena, individuos específicos cuyas biografías deben ser estudiadas y cuyas personalidades deben ser evaluadas. No es sorprendente que las distintas tradiciones de aprendizaje del Islam han aceptado y rechazado distintos cuerpos de hadith. Hasta hace relativamente poco, la mayor parte de los aprendizajes islámicos se entendía según estas cadenas de transmisión, de acuerdo con el vínculo muy personal entre el maestro y el alumno. En un mundo en el que el error humano puede corromper fácilmente la pureza de la Palabra Divina, estas cadenas, que vinculan al mensajero del conocimiento con la fuente, proporcionaban la mejor garantía. Según el proverbio, el hombre que no tiene maestro, tiene al Demonio de maestro. El Corán y las hadith proporcionan las pautas del Sharia, el “camino”, las reglas perfectas para vivir la vida devota musulmana como la quiso Dios. A pesar de la perfección del Sharia, los intentos humanos por entenderlo, y más todavía por seguirlo absolutamente, son intrínsecamente falibles. Hasta el siglo XX, las divisiones religiosas de la comunidad musulmana reflejaban las distintas opiniones de los eruditos, cuya autoridad como clase permanece universalmente reconocida (lo que no quiere decir que sus enseñanzas hayan sido siempre atendidas escrupulosamente). En los últimos cien años, la educación “moderna” ha socavado esta autoridad probablemente más que ninguna otra cosa. El objetivo ideal de la educación “moderna” es promocionar el aprendizaje autodidacta mediante libros, en vez de hacerlo con maestros. La palabra escrita asume su propia autoridad. El contenido del conocimiento se ha divorciado de su forma de transmisión. De hecho, frecuentemente son los graduados de las escuelas secundarias seculares y las universidades del mundo musulmán


los más susceptibles de caer en lo que llamamos, muy laxamente, “fundamentalismo” islámico. El rotundo fracaso de los movimientos nacionalistas del Tercer Mundo —de Nasser, Sukarno, Bhutto y compañía— para transformar las antiguas colonias en sociedades justas, ha hecho que muchos miraran hacia ideologías islámicas radicales, no por falta de alternativas plausibles. Por supuesto, tanto los campesinos como las masas urbanas no cualificadas y desempleadas han sido los que más han perdido; sin embargo, han sido las expectativas de las nuevas generaciones educadas las que han sido más violentamente incumplidas. La educación les ha preparado para trabajos que no existen o no les proporcionan un salario que corresponda a sus capacidades. No se equivocan cuando se perciben a sí mismos como amenazados por un orden global dominado por Europa y Norteamérica, quienes activamente incitan la corrupción de las élites de sus países. Pero creen que esta corrupción es más moral y religiosa que económica. Sin embargo la educación les ha dado a estos individuos un poder muy real: el poder de leer por sí mismos textos religiosos como el Corán, sin tener que depender necesariamente en la clase tradicional de maestros religiosos. Para los no árabes esto puede implicar incluso leer el Corán traducido, algo que los académicos islámicos tradicionales siempre han visto con sospecha. Pero estos jóvenes musulmanes educados en escuelas occidentalizadas a menudo ven el aprendizaje islámico tradicional como una forma de mistificación, un medio de mantener los textos alejados de los creyentes comunes. Les parece que los matices y las complejidades de los estudios tradicionales son sólo una cortina de humo, mientras que la disponibilidad de muchos académicos islámicos tradicionales a congraciarse con los que están en el poder los desacredita todavía más ante los ojos de sus críticos. El remedio para estos males, tal como ellos lo ven, sería la instauración de un orden social regulado por los principios islámicos “puros”. De ahí el entusiasmo actual de muchos musulmanes a intentar legislar un código Sharia como un modelo ideal para una sociedad justa, incluso si implica prácticas como cortarles las manos a los ladrones y el uso del velo de las mujeres, cosas que muchos no musulmanes consideran “arcaicas”. Los musulmanes radicales, que les causan pesadillas a los europeos y norteamericanos, configuran una nueva raza; son un movimiento islámico muy moderno, no un ejemplo de tendencias musulmanas ancestrales. Muy pocos de ellos son terroristas. Los musulmanes que celebraron la destrucción de las Torres Gemelas no son más culpables de haber envenenado a Arafat que aquellos en los Estados Unidos o Israel que se alegraron de su muerte. Los radicales musulmanes están mucho más preocupados de reformar los males de sus propias sociedades que de atacar a “Occidente”. Actualmente siguen siendo un movimiento minoritario en la mayoría de los países musulmanes, en los que la clase tradicional de eruditos todavía tiene una autoridad considerable, aunque decreciente. Pero está claro que el Islam está sufriendo transformaciones fundamentales en los siglos XX y XXI, transformaciones que no podemos esperar comprender si nos empeñamos en aferrarnos a las estereotipadas imágenes que los medios de comunicación están tan dispuestos a difundir.

Robert Launay es catedrático de Antropología en la Universidad Northwestern. Es autor de Beyond the Stream: Islam and Society in a West African Town (University of California Press 1992; reeditado por Waveland Press 2004). Traducción: Verónica Esteban

Peio M. Aierbe l pasado 6 de mayo, en una entrevista que realicé a Mustapha El M’Rabet, presidente de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes en España (ATIME), éste destacaba que el momento actual, con todos sus peligros y limitaciones, nos obligaba a iniciar un debate sobre el Islam; práctica que, por cierto, nunca se ha realizado en España. Encaraba así, con preocupación y optimismo, la irrupción mediática de la necesidad o no de controlar la actividad religiosa de los musulmanes en las mezquitas. Su propuesta me parecía bastante audaz ya que nos puede prevenir del riesgo de afianzar estereotipos y de desatar dinámicas xenófobas. En la actualidad, el punto de partida de estos debates no puede abstraerse del atentado del pasado 11 de marzo en Madrid, llevado a cabo por un grupo extremista que utiliza en su discurso la bandera del Islam para tratar de asumir el liderazgo de los musulmanes que residen en España. Es importante señalar que de la población que practica el Islam en este país, sólo una pequeñísima porción interpreta el Islam de modo fundamentalista. Y es evidente que esta porción trata de incrementar el número de adeptos. En el debate propuesto por El M’Rabet, los primeros que deben involucrarse son los inmigrantes de las comunidades musulmanas, sobre todo los marroquíes y los argelinos. De esta manera desplegarán acciones contra las tendencias terroristas con el fin de evitar que éstas penetren en sus comunidades. Para que sea efectivo este despliegue, es necesario que se involucren los sectores progresistas de la sociedad civil española (para no dejar las soluciones del problema en manos de las instituciones gubernamentales), pero evitando a toda costa el paternalismo; no hay que olvidar que al interior de la comunidad inmigrante hay una diversidad de posiciones políticoreligiosas que van de un polo al otro. Este debate tampoco debe limitarse a la dimensión que pueda tener la influencia fundamentalista en el seno de las comunidades musulmanas, sino que debe abarcar los derechos que a estas comunidades les corresponden de acuerdo a la libertad de culto consagrada en la Constitución. Es un debate que tampoco debe limitarse a las cuestiones religiosas, sino que debe pugnar por el establecimiento de nuevas leyes de migración, leyes que no promuevan el surgimiento de la segregación y de ciudadanos de segunda. Sin duda, en el debate, los medios de comunicación podrían jugar un papel relevante, de la misma manera que lo hicieron después de la tragedia del 11 de marzo; recordemos que nos supieron mostrar la notable presencia de inmigrantes entre las víctimas. Es decir, se incluyó a los inmigrantes en el nosotros agredido, cortando el paso a posibles interpretaciones xenófobas. Incluso a la hora de abordar la reivindicación del atentado, se hizo hincapié en no criminalizar ni responsabilizar de ello ni al Islam ni a los musulmanes que residen en España. Hemos visto cómo se han hecho eco numerosas opiniones manifestadas por los propios inmigrantes musulmanes con una frecuencia nunca antes vista en el quehacer periodístico español. Sin embargo, todo esto se ha dado a la par de otras prácticas preocupantes en los mismos medios. Citemos tan sólo ese hábito de utilizar profusamente la denominación terrorismo

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islámico o de designar sistemáticamente a las personas detenidas en relación con los atentados por su origen marroquí… Las instituciones gubernamentales juegan un papel decisivo en este debate. Y si lo pongo en tercer sitio es porque su actuación dependerá de lo que acontezca entre los inmigrantes mismos y la sociedad civil en su conjunto. El gobierno español es responsable de abordar los problemas en los que se desarrolla la práctica religiosa de las comunidades musulmanas en base a los criterios de libertad de culto y de igualdad de las confesiones religiosas reconocidas en las leyes. Tiene que establecer diálogo con los interlocutores de los inmigrantes musulmanes, todo con el fin de abordar las cuestiones específicas que plantea la existencia de organizaciones terroristas que tratan de tomar como rehén a dicha comunidad. Es recomendable no imponer unilateralmente medidas no consensuadas, mucho menos crear reglamentos o leyes que atenten a los principios de igualdad en el terreno de las instituciones religiosas. La propuesta de controlar las prédicas religiosas en las mezquitas, además de ser muy cuestionable su utilidad, nos puede llevar peligrosamente a la simplificación de los problemas. Por último el gobierno es también responsable de una política exterior que sitúa con frecuencia a España frente a los legítimos deseos de justicia e independencia de los pueblos. Pongamos como ejemplo el caso del pueblo palestino: no se puede disociar el apoyo que los Estados Unidos presta a la política genocida de Sharon, de la impotencia y frustración creada en millones de árabes, que a la larga alienta la aparición de respuestas extremas hermanadas con el terrorismo; o la invasión y posterior represión al pueblo de Irak. España estuvo alineada en el pasado reciente con el gobierno de los Estados Unidos, pero la salida de las tropas españolas de Irak ha representado sin duda un buen paso.

Peio Aierbe es director de la revista Mugak, que se publica en San Sebastián.

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Raúl Dorantes y Febronio Zatarain Había otras muchas vírgenes; pero sólo la de Talpa era la buena. Talpa, Juan Rulfo ay tres espacios en los que el inmigrante mexicano se recrea durante su tiempo libre: el campo de fútbol, el salón de fiestas y la iglesia. Decimos se recrea porque en esos espacios vuelve a sí mismo. De nueva cuenta se crea: es el que está aquí y el que estuvo allá. Desaparecen las rupturas. Y acaso ahí, en esos espacios, se intuye como historia. De una buena jugada le renacen otras, en el roce dado al bailar un pasito duranguense se le despiertan otros roces, y al ser testigo de la primera comunión de un niño el inmigrante se remite a la primera comunión de otro niño. Sin embargo, para acercarse al parque en que se juega fútbol por lo general es necesario haber logrado cierto grado de integración. Y para asistir a un ballroom se requiere haber llegado a cierta holgura económica. Por eso, de estos tres espacios en que los mexicanos se recrean, acaso sea la iglesia por el que primero preguntan los recién llegados. Sabemos que generalmente llegan, buscan trabajo y muchos quieren abrir su primer domingo visitando una iglesia. Es el espacio en el que, aunque no se les conozca, no se sienten desconocidos. Es ahí donde los recién llegados confluyen con los inmigrantes ya establecidos y, por supuesto, con los hijos de los inmigrantes. Pero desde el momento en que el inmigrante pone un pie en una iglesia de Chicago, su visión del catolicismo se trastoca. El ritmo y la forma son otros, ya que el catolicismo estadounidense —al menos en lo que es la zona metropolitana de Chicago— está permeado por el espíritu del protestantismo. Al igual que en las iglesias luteranas o bautistas, los feligreses de los templos católicos se manejan en una especie de congregaciones: cada parroquia tiene sus miembros, y éstos no pertenecen a otra. Es decir, hay una lista de feligreses en cada templo y los recién llegados tarde o temprano deben registrarse. La visita anónima del feligrés prácticamente no existe, puesto que los templos se abren para llevar a cabo las ceremonias o eventos programados. Otra diferencia: en el catolicismo estadounidense de esta área no tiene tanta relevancia la confesión. Por eso al sacerdote se le ve como si fuese un pastor y no como a un intermediario con la capacidad de otorgar el perdón. Y curiosamente el sacerdote se percibe también de esa manera. Pareciera que el católico de Chicago, al igual que el protestante, busca congraciarse directamente con Dios por medio del trabajo. El perdón no se lo puede otorgar otro hombre caído sino solamente Dios. La irrelevancia de la confesión, y por consiguiente del perdón, hace que muchos de estos estadounidenses vayan sin tanto conflicto del catolicismo a las iglesias anglicanas, luteranas o metodistas. Además, los católicos estadounidenses ven el Miércoles de Ceniza, la veneración a una Virgen o el Viacrucis como prácticas que deben respetarse pero no imitarse. Más que religiosas, para ellos estas prácticas son parte del folklore o de lo popular. Para el inmigrante mexicano, en cambio, el iniciar la Cuaresma con una cruz de ceniza y culminarla con la representación de las

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Viernes de viacrucis en la calle Dieciocho. Foto: Robert Murphy

Tres Caídas lo reafirman como católico. Los estadounidenses no dejan de sorprenderse al ver a los bebés y a los niños con la ceniza en la frente o siguiendo la procesión del Viacrucis. La frase “Polvo eres y en polvo te convertirás” los remite no a la muerte en abstracto sino a la suya en concreto, y eso los incomoda; su concepción religiosa los ha llevado a omitir el tema del sufrimiento y el de la muerte: el Cristo se ha borrado de la cruz y se han quedado con el arquetipo. Recordemos que el protestantismo tiende a lo abstracto, y el catolicismo a lo concreto. Don Miguel de Unamuno dice que, por eso, el sentir religioso de los países nórdicos, como Alemania, los llevó a expresarse artísticamente de forma más intensa por medio de la música. Y dice que los países mediterráneos, como España, expresaron artísticamente este mismo sentir por medio de la pintura y la escultura. El inmigrante mexicano que viene a Chicago es, por una parte, heredero de ese catolicismo mediterráneo y, por otra, de las religiones precolombinas cuyas formas de expresarse eran todavía más concretas.

En la zona metropolitana de Chicago no podemos todavía hablar de una influencia del catolicismo mexicano o, en forma más extensiva, del catolicismo latinoamericano. Más que influencia es presencia. Porque la sociedad estadounidense desde sus orígenes, como lo señala Octavio Paz, ha tenido un carácter excluyente. El catolicismo en México —al igual que el catolicismo del Mediterráneo— tiene un carácter sincretista. “Los ídolos fueron bautizados”, dice Paz. Y afirma que, en cambio, en los Estados Unidos no aparece por ningún lado la dimensión india. El catolicismo de esta parte de los Estados Unidos en realidad no rinde culto a vírgenes ni a santos. Como ya dijimos, su visión religiosa se acerca a la visión protestante: hay una relación más directa con Dios, y la adoración a un santo o a una virgen, aunque se acepte, no deja de percibirse como fanatismo. Debido a esta cercanía, el catolicismo estadounidense tiende a explicar todo fenómeno religioso desde la racionalidad. Después de la resurrección y de la ascensión de Cristo, no hay fenómeno religioso realmente creíble.


Si en la actualidad hacemos un recorrido por las iglesias católicas de Chicago, en muchas de ellas encontraremos la imagen de la Virgen de Guadalupe. Ya es una presencia, pero de ningún modo la podemos considerar una influencia. Quienes realmente la veneran son los que ya la conocían, o sus descendientes. Otra presencia muy visible es la realización de los Viacrucis. Hasta ahora el número de Viacrucis en Chicago rebasa las dos decenas. De todo ellos, el Viacrucis de la calle Dieciocho, del barrio de Pilsen, es el más antiguo (inició en 1977) y ha logrado congregar en los últimos años a más de diez mil personas. Pero en el perfil cultural anglosajón sigue siendo inconcebible un ritual de esta naturaleza. Recordemos que el Viacrucis es la reproducción concreta de la muerte de Cristo. Y en el catolicismo estadounidense —así como en el protestantismo— no se concibe siquiera que alguien lleve el nombre de Jesús y mucho menos que un feligrés represente a Cristo en sus últimas horas. El 2 de noviembre, Día de los Muertos, es un día que pasa desapercibido entre los católicos de Chicago. Desde la visión protestante -compartida por el catolicismo de este país-, el cementerio no es el lugar donde reposan los muertos. El alma nunca se halla tres metros bajo tierra. En cambio, para el católico mexicano los muertos efectivamente descansan en el cementerio, y por lo menos el 2 de noviembre su alma también está ahí. Quizás este factor sea uno más de los que hacen que la gran mayoría de los inmigrantes envíen a sus difuntos al lugar de origen. Viene al caso señalar que esta preocupación muy particular de que los muertos realmente descansan en el cementerio, por lo general no es heredada por los hijos de los inmigrantes. En noviembre de 1999, por ejemplo, en una visita al suburbio de Gary, Indiana, ubicado justo en la frontera sur de Chicago, la señora Victoria Trejo, nacida y criada en ese estado, nos habló de la muerte reciente de su marido, quien había nacido en un poblado de Aguascalientes. Debido a que su marido padecía una enfermedad terminal, luego de largas conversaciones y de consultar al sacerdote de su parroquia, optaron por la incineración. A los pocos días del funeral, del estado de Aguascalientes vino el mejor amigo del difunto y al enterarse de que no había tumba se sintió impotente. La esposa trató de hacerle entender que ella, para sentirse cerca del alma de su esposo, no necesitaba visitar ninguna tumba. El encomendarse a un santo o directamente a Dios, es práctica común entre los inmigrantes. Porque arribar sano y salvo y conseguir con prontitud un trabajo, equivale de algún modo a un milagro. Pero incluso después del cruce y del arribo, el inmigrante sigue encomendándose. Un indicador de esta práctica es el trabajo realizado por los antropólogos Douglas Massey y Jorge Durand, Miracles on the Border (1995), en el que recopilan y analizan los retablos o ex-votos con que los inmigrantes mexicanos agrade-

cen a una diversidad de vírgenes y santos tanto por su cruce como por la cura de alguna enfermedad o por haber sobrevivido a una guerra o a un accidente. Es curioso que las vírgenes y los santos milagrosos a los que el inmigrante más se encomienda y agradece por medio de retablos, sean los regionales. En el estudio de Durand y Massey, la Virgen de Guadalupe ocupa el noveno lugar junto con la Virgen de Zapopan y San Martín de Porres. La imagen que ocupa el primer lugar (con 49.6% de retablos dedicados) es la de la Virgen de San Juan de los Lagos, considerada por muchos como la patrona de los inmigrantes. La Virgen de Guadalupe, más que milagrosa, es quizás la realidad más remota y fascinante de esta identidad que se autonombra mexicana. Por eso no intercede por el inmigrante: es parte de su identidad. Guadalupe es la madre mítica. Sufre el dolor del inmigrante como el inmigrante mismo y muere en cada uno de los que se quedan en el cruce. Pero la Virgen de Guadalupe renace en Los Ángeles, en San Francisco y en Chicago. Es la que acompaña al recién llegado a llenar la primera aplicación y lo calma para que pueda comprender la lengua ajena. Como sabemos, la Virgen de Guadalupe ha estado en las luchas cruciales que históricamente ha tenido que librar el

patrones pero al llegar a Chicago no dudaron en dedicar su templo a la que se vino con ellos. Durante los años sesenta, la comunidad mexicana que residía a lo largo de Taylor Street fue desplazada al barrio de Pilsen, que en aquel entonces se caracterizaba por la multinacionalidad de sus inmigrantes, todos ellos de origen europeo. A pesar de que la mayoría profesaba el catolicismo, cada grupo había edificado su propia iglesia ya que no compartían la misma lengua. Si antes del desplazamiento los mexicanos sólo asistían a la misa dominical en español en la iglesia de San Francisco, ahora, ya en Pilsen, acudieron a la iglesia Providence of God, templo construido por los lituanos. Lo primero que hicieron los feligreses mexicanos en Providence of God fue crear el Grupo Guadalupano con dos objetivos básicos: una misa en español y montar en la iglesia un altar a la Virgen. Según Max Carrizales, precursor del grupo, el párroco de entonces se opuso a sus objetivos, pero un suceso lo sensibilizó: la visita del presidente John F. Kennedy y su esposa a la basílica de Guadalupe en 1962. Guadalupe no sólo ha ingresado en los templos católicos estadounidenses. La Iglesia Metodista Unida Adalberto (localizada en las calles Milwaukee y Division de esta ciudad) fue fundada en 1996 y en una de sus paredes los miembros, en su mayoría mexicanos, ha instalado una imagen de la Virgen. Los miembros de la iglesia Adalberto anteriormente pertenecían al templo católico San Estanislao. Pero a principios de los noventa, los entonces feligreses de San Estanislao pidieron ayuda al párroco para detener la política de desplazamiento emprendida por los developers y apoyada por el alcalde Richard M. Daley. Según la líder laica Jacobita Alonso, lo que el grupo ya no pudo tolerar fue la negativa del párroco de darles agua bendita para lavar la esquina en la que había sido asesinado uno de sus jóvenes. El sacerdote simplemente argumentó que se trataba de un pandillero. En este tiempo, el grupo le pidió al reverendo Franklin Guerrero, de filiación metodista, que bendijera el agua para limpiar la esquina. El reverendo accedió y al ver su inconformidad los inLa Virgen de los grafiteros en un callejón de la calle Dieciocho. Foto: Adán Madrigal vitó a fundar su propio templo. No es un caso mexicano para construirse como tal: al lado de Hidalgo por aislado. Así como el inmigrante mexicano toma a un revela Independencia; junto a Zapata por la Revolución, y ya en rendo por un sacerdote, también llega a tomar los templos los años sesenta junto a César Chávez por los derechos de protestantes como católicos. Quizás por eso la presencia de los trabajadores agrícolas en California. En estas luchas el la Virgen de Guadalupe y la ejecución de prácticas netamexicano jamás se le ha encomendado: la Virgen ha ido al mente católicas -la confesión, el bautismo de recién nacifrente. dos, la Quinceañera- sean cada vez más comunes en las Por eso, no es casual que la primera iglesia que los mexi- iglesias protestantes que se han quedado en los barrios canos fundaron en Chicago llevó el nombre de Nuestra mexicanos como Pilsen, La Villita, o en los suburbio de Señora de Guadalupe. En 1924, con la aportación de 12,000 Cicero y Aurora. Lo paradójico es que esta presencia dólares por parte del principal empleador de los mexicanos todavía no se haya convertido en una influencia en el —la U.S Steel— se comenzó la construcción de la iglesia mundo católico anglosajón. en el entonces enclave de la industria siderúrgica: South Chicago. Es muy posible que los constructores, al emprender y realizar su viaje, se hayan encomendado a sus santos 9


Kari Lydersen l 2 de noviembre, las melodías de un piano se entremezclan con risitas y chillidos infantiles en la Iglesia Metodista Unida “Amor de Dios”, ubicada en La Villita. Mientras la mayoría del país está pendiente de los resultados de las elecciones, los miembros de esta congregación están en una onda distinta: preparan un servicio totalmente en español para conmemorar el Día de los Muertos. En él recordarán a los seres queridos ya fallecidos, la mayoría de ellos sepultados en México y en otros países latinoamericanos. También reflexionarán sobre la violencia que continúa cobrándose vidas en Colombia, El Salvador, México y otros países. “En El Salvador, durante la guerra, la calle era un cementerio; todos los días se enterraba a gente de la que ni siquiera sabíamos el nombre”, rememora Oscar Hernández, un pastor laico procedente de El Salvador que ayuda con los preparativos del oficio. “Lo mismo sucede en Colombia, y en el resto del mundo. Entierran a la gente y ni siquiera nos enteramos.” A los aquí congregados también les importan las elecciones; más tarde seguirán los resultados desde un televisor de pantalla gigante colocado en el sótano saboreando tamales, atoles y yuca. Los chiquillos entonarán “Kerry, Kerry, Kerry” con fervor cuando los resultados tempranos indiquen que el senador lleva ventaja en varios estados. Esta velada es un ejemplo de cómo esta comunidad vive a caballo entre el mundo estadounidense y el latinoamericano. Las muestras de calidez, espiritualidad y humor, reflejan la forma en que la iglesia Amor de Dios les ayuda a sus congregados a superar las dificultades diarias que conlleva ser inmigrante en los Estados Unidos. “Solía deprimirme mucho, pero venir aquí es una gran ayuda”, asevera Celia Pacheco, una feligrés que vive al lado de la iglesia y prepara tamales y otros alimentos para las reuniones. “Aquí todos somos familia”, agrega Jorge Rodríguez, el vecino de Pacheco. “Para alguien que vive solo, como yo, asistir a misa aquí con todos los demás es como estar entre amigos.” El pastor José Landaverde —un salvadoreño que salió de su país siendo adolescente tiempo después de que sus padres fueran asesinados durante la guerra civil— considera la iglesia tanto una fuerza para el cambio social como un santuario espiritual. “Antes esta iglesia era extremadamente conservadora”, afirma Landaverde, quien funge como pastor de Amor de Dios (en la cuadra 2300 de S. Sawyer) desde julio de 2003 y ha visto crecer a la congregación de 15 a más de 150 personas. “Nuestra ambición es que la iglesia sirva como un vehículo para expresar preocupaciones a través del Evangelio. Más que protección, ofrecemos a los trabajadores inmigrantes un santuario.” Comenta que hace poco, tres inmigrantes recién llegados de México que no tenían alojamiento encontraron refugio en la iglesia. “Es un lugar donde pueden acudir quienes todavía no saben cómo funciona el sistema”, señala el pastor. Landaverde y los voluntarios que colaboran con la iglesia, ayudan a los recién llegados a conseguir vivienda, ayuda legal y otros servicios; además los apoyan si necesitan presentar una demanda de indemnización por accidente laboral u otros trámites burocráticos. “Nuestro catecismo se basa en la realidad que nos rodea: desde la violencia doméstica hasta los conflictos en el lugar de trabajo”, declara Landaverde. “Me parece que somos la única iglesia de Little Village que sigue esta pauta. Por eso otras iglesias nos envían a sus feligreses.” Si bien se trata de una iglesia metodista, el ambiente y los oficios evocan las iglesias católicas a las que está acostumbrada la mayoría de los feligreses. Landaverde vivió por varios años en fraternidades católicas en Chicago; estudió teología en la Universidad Northwestern antes de ordenarse como pastor. En Amor de Dios, la Virgen de Guadalupe ocupa un lugar sobresaliente,

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José Landaverde habla en un evento público celebrado en Chicago en enero de 2003 Foto: Jim Rogers / Perspectiva Mundial .

adornada con ramos de flores y cirios, y los feligreses reciben la comunión. “Es igual que una iglesia católica”, comenta Rodríguez. Landaverde, por su parte, explica que la confesión metodista es lo suficientemente flexible como para permitir que el pastor y su congregación incorporen los ritos católicos a los que están acostumbrados. “Seguimos siendo católicos, simplemente es una estructura distinta”. Antes de incorporarse a la Iglesia Metodista, Landaverde trabajó en Chicago Coalition for the Homeless y Eigth Day Center for Justice, y posteriormente fundó la organización de jornaleros Unión Latina. “[La confesión] metodista se creó para luchar contra la esclavitud, mediante la disciplina, la razón, la experiencia, la tradición y las Escrituras.” Junto con los oficios religiosos, esta iglesia se ha convertido en punto de encuentro para iniciativas comunitarias y eventos políticos que atraen a una multitud heterogénea desde todos los sectores de la ciudad. En octubre, por ejemplo, varios trabajadores de la fábrica suburbana de chapado Silver Capital fueron cesados y se vieron abandonados por el sindicato laboral, que supuestamente los representaba; la Iglesia se volvió el centro tanto para sus juntas como para realizar conferencias de pren-

sa, todo con la intención de democratizar al Local 743 de los Teamsters. El verano pasado, el patio de la Iglesia sirvió de escenario del Grassroots Media Festival, con actuaciones de un explosivo y multicultural grupo juvenil de hip-hop y músicos latinoamericanos de la Nueva Canción, así como proyecciones de videos realizados por jóvenes en la fachada de ladrillo de la iglesia. Y el año pasado, en su sótano hubo una cena popular por el Día de Acción de Gracias, que reunió a activistas locales dedicados a la lucha por la liberación de Palestina, por el fin de la violencia contra los sindicalistas colombianos y por otros temas. Los feligreses también han participado en campañas municipales contra la violencia y contra el pandillerismo, pero sin olvidarse de recalcar la marginación de los jóvenes latinos. “Nuestro principal objetivo —señala Landaverde— no es convertir a la gente al metodismo, sino que se de cuenta que nosotros apoyamos cualquier esfuerzo por lograr un cambio social”.

Kari Lydersen es periodista y generalmente publica en The Washington Post y The Chicago Reader. Traducción: Susana Galilea


Érika Buchancow s el primero de noviembre, casi las once de la noche, llueve, y un aire de incertidumbre se percibe por la calles. Los parabrisas limpian acelerados los vidrios del auto, y carteles y más carteles de Barak Obama, Bush-Cheney y Kerry-Edwards dibujan el camino hasta Pilsen. La neblina se junta en la esquina de la Dieciocho y la Damen donde se encuentra el restaurante González, que todavía está abierto. Un poco más al oeste, estaciono el auto. La gente va llegando a la galería Colibrí. Junto con algunos de ellos cruzo la puerta. En Colibrí el arte se inhala. Pero esta noche no se trata de la inauguración de una muestra de pintura. Roberto Ferreyra y Montserrat Alsina, fundadores del lugar, han convocado a dos decenas de personas para realizar un ritual que tiene antecedentes en la América precolombina. Se trata de la velación del Día de los Muertos. La gente sigue llegando con frutas, pan, flores, botellas de mezcal, fotografías, instrumentos de cuerda y tambores. La ceremonia no es exclusiva para mexicanos o latinoamericanos; entre los participantes encontramos a un polaco y dos anglosajones. Los que llegan van poniendo sus ofrendas en el altar que Roberto y Montserrat han armado en medio de la galería. En esta fecha se conmemora a los que ya no están físicamente aquí, pero que se hacen presentes a través de las fotos y de los objetos personales de los difuntos, así como a través de las memorias de cada individuo que va a participar. Las mujeres visten huipil, los hombres traen bandanas en su frente y algunos se han puesto una faja tejida alrededor de la cintura.

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A la medianoche, los asistentes arman un círculo frente al altar, que ya está adornado de frutas, calaveritas, velas y fotografías de parientes y amigos; también hay algunos iconos reconocidos como el Ché Guevara, Frida Kalho y los tlatoanis o gobernantes aztecas. Un tapete como de mimbre se extiende al pie del altar. Y sobre dicho tapete, con una tiza de carbón, Roberto traza la imagen de Mikiztli —pictografía náhuatl que representa la muerte—; se trata de una calavera vista de perfil en la que resaltan los dientes y la cuenca del ojo derecho. Gina Gamboa, que funge como sahumadora en esta velación, comienza a purificar el espacio con el humo del incienso que se esparce por los cuatro puntos cardinales del universo o, más concretamente, por el Colibrí, donde ya ha comenzado el ritual. Roberto nos recuerda que esta práctica es más que nada una liturgia basada en las ceremonias religiosas de los antiguos mexicanos para honrar primeramente a los antepasados que habitaron lo que se conoce en la Historia como Mesoamérica. Se dice que los azteca-chichimecas eran grupos bárbaros y seminómadas que llegaron a establecerse a principios del siglo XIV en el lago de MéxicoTenochtitlan. Y que posteriormente serían el grupo dominante tanto en lo político y económico como en lo cultural y militar. Además, fueron los fundadores de Meshico-Tenochtitlan (hoy la ciudad de México). Como se sabe, en 1519 llegaron los españoles dando inicio al periodo conocido como La Conquista. Dice la leyenda que durante los enfrentamientos bélicos entre cristianos e indígenas, en el lugar llamado Sangremal (donde se encuentra hoy la ciudad de Querétaro) la sangre había llegado hasta el arenal y el cielo repentinamente se abrió para mostrar a Santiago Apóstol montado en su caballo blanco. Santiago Apóstol logró la fraternidad entre azteca-chichimecas y españoles. Por esta razón se le considera uno de los símbolos en los que se reflejan las características de Ehecatl-Quetzalcóatl: correo de los cuatro vientos en la cultura conchera. La tradición conchera logró unificar e incorporar elementos del México precolombino con elementos de la religión católica. Roberto, originario de la ciudad de Morelia, fue criado por su abuela, que profesaba el catolicismo, y por su abuelo, que con sus manos en alto le rezaba al sol cada amanecer. Desde pequeño tuvo la inquietud de conocer mejor

la cultura indígena de sus antepasados, la que fue dejamos de tocar los instrumentos. Algunas muadquiriendo poco a poco cuando se mudó al Dis- jeres separan las flores de los tallos, y las van juntrito Federal. En esta ciudad estudió pintura y tando en una bandeja. Gina ahora esparce sobre las conoció a su maestro y jefe conchero Ernesto flores el aroma mentolado del sahumerio. Nos leOrtiz Ramírez, quien había dedicado su vida a la vantamos de nuestros asientos y la ceremonia danza azteca. Esta cultura se ha movido al margen entra en otra fase. Luego comenzamos a girar para de la Iglesia Católica y se hace visible en las dirigirnos a cada punto cardinal: la pared de donde explanadas de sus templos en ciertos días, como el cuelgan los cuadros de la última exhibición, la de la Santa Cruz o el de la Virgen de Guadalupe; puerta de la entrada, la pared que da al baño y también se hace presente en los antiguos Teocalis, finalmente el altar. Es una representación del ciclo mal llamados pirámides. La tradición conchera ha de los planetas y del cambio de las estaciones. logrado mantenerse viva gracias a que se transmite Ahora se abre la fase dedicada a las flores que de generación en generación. decorarán la imagen de Mikiztli y las velas que al Los rituales aztecas constan de una parte solar final habrán de encenderse. y otra lunar. En la parte solar, por medio de la Roberto da lectura a los nombres de los seres danza se crea un magnetismo íntimo en el espacio queridos que se encuentran en la lista; a sus ánique tiene la intención de crear una réplica del cos- mas y a las de los antepasados, se dedica la mos. Hay casos en que a través de dicho magnetis- velación de esta noche. Conforme se escucha cada mo se llega a formar un círculo en el cielo, similar al que se vio cuando se apareció Santiago Apóstol. Siempre se danza en círculo, generalmente en espacios abiertos, y los danzantes interactúan al ritmo de la música acompañada algunas veces de alabanzas. Los instrumentos musicales que se utilizan son la “concha” (una especie de guitarra compuesta por una caparazón de armadillo y diez cuerdas, de ahí la palabra “conchero”), el tambor tradicional llamado huehuetl, que es el corazón de la fraternidad, y la chinaztla, ayakaztli o maraca, que sirve para marcar los pasos. La parte lunar es la velación de las ánimas, como ésta a la que ahora, 2 de noviembre, asistimos. En el Colibrí, la sahumadora esparce el humo sobre la imagen de Mikiztli que yace en el piso sobre el tapete, rodeada del círculo hecho por los asistentes. A través del ritmo de las “conchas” se va invocando a las ánimas. Cada uno de los presentes ha escrito los nombres de los seres queridos que han fallecido recientemente. La energía, motivada por el incienso y las alabanzas, se canaliza cada vez más hacia el altar. Roberto Ferreyra, Capitán de danza del grupo Nahui Ollin – Quetzalyolotl. Todos nos sentamos y 11


Monserrat Alsina en una velación.

nombre y apellido, los ojos de los presentes brillan; los cánticos se intensifican. Montserrat enciende las velas colocadas sobre cinco ladrillos que forman una pequeña pirámide. Ésta se encuentra en la punta del altar y representa los dos pilares espirituales: el de María Graciana y el de Juan Minero; ambos son considerados guardianes de la tradición de la Danza AztecaChichimeca y símbolos de la dualidad. En la tradición teotihuacana, en la tolteca y en la azteca se construían pirámides, ya que en su centro se lograba el equilibrio y la confluencia de energía. Esto venía a activar los puntos energéticos terrestres; de esta manera se podía medir el tiempo y pronosticar los cambios climáticos y a la vez entender el ciclo de los planetas. A partir de los puntos cardinales también se construyeron los santuarios que los aztecas veneraban: en el eje norte de Tenochtitlan se encontraba el punto donde ahora se encuentra la Basílica de Guadalupe; en el eje sur, lo que ahora es el santuario del Señor de Chalma; en el eje oeste, el de la Virgen de los Remedios; y en el eje este, el del Señor del Sacromonte. En el centro de los cuatro ejes se encuentra el santuario de Santiago Tlatelolco. De acuerdo con el reloj que está sobre una de las paredes de El Colibrí, son las dos y media; y a la vez que contemplamos las velas encendidas sobre la pirámide de ladrillos, seguimos invocando a las ánimas: Que viva que viva el ánima sola... En las voces y en los rostros se percibe la comunión con las ánimas de los antepasados y de los muertos recientes que se han invocado. Roberto, que funge como corredor de la velación, escoge a tres personas del grupo para dar cuerpo a la imagen de Mikiztli, y bajo su mando la misión es ejecutada y llevada a cabo en un orden preciso. Mientras, las voces cantan: Estrella del Oriente Que nos dio su Santa Luz Ya es hora que sigamos El camino de la Cruz.... 12

Santísima Cruz Del cerro de Sangre-mal Donde corrió la sangre Llegó hasta el arenal… La imagen sagrada de Mikiztli se va cubriendo poco a poco de flores y se pasa a evocar el suceso de La Conquista: Cuando nuestra América Fue conquistada De todos los habitantes Ninguno olvidó nada. Mikiztli ha quedado completamente cubierta de flores, y los tres comisionados ofrecen su testimonio conmemorando a sus propias ánimas y agradeciendo a Roberto por haberlos hecho parte de esta ceremonia. Los músicos dejan de tocar y depositan sus “conchas” alrededor de la imagen florida, y todos contemplamos su perfil hecho de rosas, geranios, begonias, margaritas, claveles… Ahora nadie sabe que está en el Colibrí, algo hay en el aire que nos hace sentir un solo ser. Comemos fruta y tomamos un trago de mezcal. Y una y otra vez hablamos de algún ser querido o coincidimos en el sentimiento que transmite la imagen de Mikiztli: la vida es bella y a la vez efímera. El cansancio está en las ojeras, en las voces que han ido perdiendo volumen, en los bostezos... Son casi las cuatro y la velación culmina cuando dos participantes recogen las flores. Retornamos entonces a la imagen original de Mikiztli, el perfil de una calavera, dejándonos la certeza de que la vida en la tierra es fugaz.

Érika Buchancow es escritora argentina. Estudia inglés en el Truman College.

Cuando me comentaron del interés de escribir un articulo sobre la Danza de Concheros, surgió en mí una pregunta: ¿por qué después de once años de practicarla por todo Chicago, hasta ahora ha despertado cierto interés? También me llevó a pensar en si sería de veras positivo que alguien ajeno a la tradición de la danza escribiera sobre ella, ya que sabemos que desde el momento mismo del encontronazo del indígena y del europeo hubo una cadena interminable de malentendidos. Nuestra historia se ha ido deformando sin cesar, pese a las toneladas de libros que se editan cada año sobre los “misterios de los mayas”, sobre “el imperio azteca” o sobre la forma en que todas estas culturas se desvanecieron sin dejar huella. Y claro no pude dejar de pensar en todas las mentiras que se han dicho a través de la Historia en nuestra contra, y aquí hablo no sólo como mexicano sino también como americano, como dijera mi paisano el generalísimo Morelos. Porque es conveniente saber que los historiadores a la hora de escribir sobre nuestro pasado cultural siguen repitiendo las mismas sandeces que escribieron los cronistas (léase “coronistas”), que fueron los que iniciaron toda la desinformación a la que me refiero. Imaginemos a estos hombres saliendo de la Edad Media y de una guerra de reconquista de siete siglos y con el peso del fanatismo católico español. Además, los que vinieron no eran precisamente académicos, antropólogos, etnólogos, médicos ni filósofos, sino gente sin educación y delincuentes que venían a la aventura y a la caza del oro y la plata, en pocas palabras, en busca de El Dorado. Era gente que a la primera oportunidad se rebelaba contra cualquier autoridad. En cuanto al clero, no había mucha diferencia según palabras de algunos de ellos mismos. Ahora bien, si pensamos en la gran obra de fray Bernardino de Sahagún, o al reconocido Bernal Díaz del Castillo, deberíamos ubicarnos en su tiempo y en sus intereses. Porque el que llega a nuevo lugar por lo general no tiene una visión clara de su nueva realidad. La puede lograr cuando se ubica y se sumerge en ésta, pero aun así, debido a sus propios intereses, muchas veces sigue deformando o le sigue atribuyendo propiedades ajenas. De los miles de amoxtlis o códices, sólo sobrevivieron 16, y de éstos sólo algunos son de la época anterior a la invasión. Los frailes piadosos, al no poder descifrar los códices, y por ende ni la cultura ni la religión que los produjo, consideraron que las pictografías eran imágenes que representaban al diablo, a la hechicería y hasta la herejía. Ahora sabemos que esas imágenes no eran más que la interpretación del cosmos o de los ciclos de la tierra alrededor del sol. Incluso, muchos de los descubrimientos indígenas han sido aprovechados por la cultura contemporánea, por ejemplo, el barbasco, que se emplea para el control de la natalidad, el uso del cero y el cultivo y mejoramiento del maíz, o centli en lengua náhuatl, puente entre todas las culturas mesoamericanas. En fin, el tema es apasionante y sería imposible tratarlo en unas cuantas líneas. Regresando a la crónica que hoy publican, creo que es más que todo la narración de un evento. Por desgracia, dicha crónica se queda lejos de la esencia del mismo. Si de verdad hay inquietud, sugiero que se abra un diálogo entre los que conocen la tradición desde dentro, los estudiosos y los interesados en el tema. Los que recogemos Contratiempo con la intención de leer algo fresco e interesante, los que la criticamos o la defendemos (ya que representa un oasis en este desierto de desinformación); agradeceríamos que se profundizara un poco más en el tema que en este número abordan. Reciban un fraternal abrazo de un michoacanochilangopilseño, Roberto Ferreyra Capitán de danza Grupo Nahui Ollin - Quetzalyolotl


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l pasado 9 de noviembre, Manuel Juvenal Ortiz irrumpió con una pistola de salva en el Consulado de México en Los Ángeles, tomó como rehén a una empleada y pidió “hablar con los medios”. El cónsul, Rubén Beltrán, solicitó el auxilio de la Policía de Los Ángeles, quien llegó rápidamente y en cosa de minutos hirió de muerte a Manuel. A este mexicano de 19 años, lo había afectado la efervescencia política de su país y de los Estados Unidos, donde las mentiras han sido el pan de cada día en los últimos tres años. Por eso llevaba adherido un letrero que decía: “Miento, luego existo”. El incidente se difundió en los medios de comunicación tanto anglos como hispanos, y se llegó a mencionar que Manuel tenía como afición la literatura y la filosofía. Cada vez con más frecuencia encontramos jóvenes latinoamericanos que dejaron truncados sus estudios de enseñanza media por la necesidad de emigrar y que tienen las mismas inquietudes de Manuel. Por desgracia, estos jóvenes difícilmente encuentran interlocutores en ciudades como Los Ángeles, Nueva York o Chicago. De algún modo son doblemente marginales: como inmigrantes hispanos y como artistas potenciales. Aunque la presente entrega de deshoras está dedicada a los escritores jóvenes de Chicago, hemos decidido incluir algunos poemas en prosa de Manuel Juvenal, ya que él viene a representar a todos esos jóvenes invisibles que además de escribir están inconformes con las circunstancias del mundo en que vivimos. El acto de Manuel Juvenal en el Consulado de Los Ángeles, más que erróneo, fue un acto impulsivo, generado por la impotencia; y esa impotencia se la quiso expresar al responsable de su estancia en este país: el Gobierno de México. Está claro que si llevaba un arma de salva, es porque no quería hacerle daño a nadie. Él sabía que el único que podía perder la vida en ese acto de protesta, era él. Y así fue, debido a otro acto impulsivo: el del Cónsul General Rubén Beltrán. A éste se le olvidó que la función de un diplomático es resolver los problemas por medio de la palabra. En una nota del diario mexicano Reforma se dijo, con cierto sarcasmo, que Manuel Juvenal admiraba al Ché Guevara. En la nota además se señalaba que el Ché, después de su muerte, seguía siendo recordado y que Manuel Juvenal no pasaría de ser una simple noticia. Y quizás ese reportero tenga razón al considerarlo un simple loco. Porque la locura de Manuel Juvenal es del mismo tipo que ha llevado a muchos a internarse hasta por una semana en medio del desierto de Arizona con tal de establecerse en este país. Y al igual que Manuel Juvenal muchos han pagado con su vida. Este Deshoras quiere poner su grano de arena para que esas muertes no queden en el olvido.


Manuel Juvenal Ortiz

s casi como un sueño: las aguas viudas, las piedras muertas, y yo dejo mi mente al camino de estiércol. Aún no llego al plano perdido, y me confieso al garambullo. Miro mi cara alegre como un jardín. El agua, el agua brotando del manantial. Las aguas casadas, las piedras vivas, y la sombra bañada de luna llena como si fuera un cumpleaños.

E

opilotes vuelan por el plano grande. Por ahí andan los zopilotes. Buscan carne dulce y huesos de papel. En la pila larga no hay carne azucarada. Si buscan huesos, por la pila del paso hallarán. No corran ni se desbalaguen. Tengo un mecate de saliva y una pistola de sangre. Las balas son de agua estancada. Zopilotes muy altos han de poner sus negras manos en el río que fallece. Zopilotes, hallarán carne roja y huesos blancos.

Z

spera, ya mero llega. Mira, allá viene otra troca. Tal vez ahí viene. ¿Traerá mi carrito, mi paleta de payaso, la caja de mazapanes de Lupe? ¿Traerá carta de Memo, fotos del Norte? ¡Oh, no! No llegó. Mamá, quiero leche. Mamá, quiero de comer... ¡Ey, allí viene otra troca! En aquélla sí vendrá. Te apuesto una pitaya. Sí llegó, pero no trae bolsas.

E

aviota, eres libre, libre como el viento. Me duele dejarte navegando solitaria. Yo quisiera dormir en tu nido. ¿Quién te enseñó a navegar? La lluvia, la lluvia inmensa. Nada es blanco en el cielo sin tus alas azules. Dime gaviota, ¿qué se siente en la libertad y en la ternura?

G

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Cindy Martínez

Estás perdido entre mis memorias en el caos de mis ojos No encuentras la salida Te has convertido en la célula de mi sangre Eres el recuerdo más reciente pero te escapas y te vuelves tieso y solo Eres aún la soledad perpetua la playa sin mar Estás solo como el que escribe

En ti un círculo de líquido se forma sin calma En que muero a todas horas Tú formas ese círculo en que sigo muriendo en donde el alba no se encuentra Abismos muriendo como dos, en cualquier sitio

En este lugar descansan mis ojos hablo con tu voz con el tiempo caigo en este blanco y tibio espacio caigo rompiendo el silencio

odo es un espacio en que muero. Nada cambia, todo se junta en sueños. Las noches son un conjunto de melodías pero a la vez son una sola canción. Mi voz resuena en un palacio de figuraciones que no tienen rostros. El día que es un día sin sabor a miel me agota. Los años pasan y yo me quedé en el lugar de siempre. En un sitio en donde las flores no reflejan el color de tus ojos. La sombra me persigue y trato de esconderme en recuerdos. Ahí las cosas nacen y se deshacen. Intento soñar con otros tiempos, cuando tu partida no dolía. Pero siempre ha dolido, siempre ha causado una herida. Te escucho desde lejos, quejándote pero ya no importa, tus ojos se mueven sin lástima por mi frente.

T

Cindy Martínez es estudiante de antropología en la Universidad de Illinois en Chicago.

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U

n paseo por los tesoros del

Veracruz antiguo

Julio Rangel De la exhuberancia geográfica y cultural del estado de Veracruz se ha hablado mucho, y quien haya recorrido los pueblos de la franja del Golfo de México sabe que su reputación no es gratuita. La exposición Treasures of Ancient Veracruz nos ofrece un paseo por las esculturas en barro representativas de la cultura olmeca, que floreció en lo que hoy es el sur de Veracruz y el norte de Tabasco. En particular, la muestra se centra en las figuras sonrientes, esas enigmáticas piezas que como la exposión informa, aparecieron en el periodo Clásico (300 a 900 d.C.) La claridad, la suave tensión de las líneas del rostro, la perfección de su dibujo, todo contribuye a la sensación de vivacidad que nos arroja al enigma del pasado (ese impensable mundo cotidiano anterior a la Conquista) al tiempo que nos ubica en el territorio de la representación más allá de las palabras: la fuerza de la imagen cuya contundencia se revela gradualmente a la mirada sin prisa. La sobriedad, la contención y la elegancia de estos rostros hacen recordar las palabras con que Herbert Spinden se refirió a las figuras sonrientes en 1922: “Quizá sean los más finos ejemplos del modelado en barro del Nuevo Mundo”. En las figuras se aprecia un carácter donde se conjuga lo lúdico con lo ritual, lo cotidiano (las figuras en el columpio) y la representación de una simbología cosmogónica, como el tocado en algunas de las cabezas, donde una gaviota prende un pez, en una síntesis de los contrarios presente en otras culturas, como en la imagen fundacional de Teotihuacan en el centro de México, que muestra el águila atrapando una serpiente, lo aéreo y lo terreno fundidos en una imagen del movimiento.

La exposición es presentada de una manera igualmente sobria y elegante, que agrupa temáticamente las piezas, acompañándolas de una afortunada selección de textos. La curaduría de Rubén Morante López, director del Museo de Antropología de Xalapa, Veracruz balancea la información histórica y las aproximaciones literarias (un texto de Octavio Paz escrito en París) en breves párrafos, para dar aire y subrayar las figuras. Por supuesto, una de las enormes cabezas olmecas está presente y sirve un poco como centro de la exposición, pero no son menos importantes las pequeñas cabezas, llenas de una radiante expresividad. Esta es una excelente manera de celebrar la cultura veracruzana, representada por la risa abierta de estas figuras, y una significativa ventana al universo estético de su arte prehispánico.

Imágenes: Página 14: Máscara olmeca, 900 – 400 a. C., jade, 6" X 6", Universidad Veracruzana, Museo de Antropología de Xalapa. Foto: Tachi. Página 15: Mictlantecuhtli, 600 – 900 d. C., cerámica, 15" altura, Universidad Veracruzana, Museo de Antropología de Xalapa. Foto: Tachi. Página 16: Figuras remojadas en columpio, 600 – 900 d. C., cerámica, 3" X 8½". Universidad Veracruzana, Museo de Antropología de Xalapa. Foto: Tachi. Página 17: Carita sonriente, 600 – 900 d.C., cerámica, 7¼" X 7", Universidad Veracruzana, Museo de Antropología de Xalapa. Foto: Tachi. Página 17: Juguete con forma de animal, 300 - 900 d.C., cerámica, 5½ " X 3 ½ " X 7", Universidad Veracruzana, Museo de Antropología de Xalapa. Foto: Tachi. Página 20: Cabeza olmeca No.9, 12000-900 a.C., basalto, 65" X 54", Universidad Veracruzana, Museo de Antropología de Xalapa. Foto: Tachi.

Treasures of Ancient Veracruz, en el Centro-Museo de Bellas Artes Mexicanas (1852 W. 19th St.) Tel. 312.738.1503. Hasta el 6 de febrero.


Itzel Muñoz

Para no sentirte sola puedes escuchar música ver televisión leer escribir pintarte las uñas cogerte a un bato sin amar perderte...

Anoche un cardo besó mi rostro y me despertó a la vida

Itzel Muñoz. Escritora mexicana residente en Chicago.

Un antojo tropical Daniel Patiño iempre que veo algún letrero de sea food, siento alegría y pienso en lo nutritivo y saludable que podría ser disfrutar de un caldazo de camarones con pulpo, un coctelito de ostiones o ya de perdida una tostada de ceviche tipo “manjares del mar”. Pero hoy no quiero saber nada de sea food, la odio tanto que no soporto ni que me la mencionen. Y es que tengo que pelar doscientas anchoas antes de que sean las siete de la tarde, quitarles las escamas y después ponerlas en una caja de madera, todo para que al rato el Gúmer (que no le gusta que le digan “Gumersindo”) las empaquete en unas bolsas de plástico y las meta en el cooler. Luego le sigo con el calamar, cortarlo en pedacitos, luego la misma estrategia que se hizo con las anchoas. Hace tres días que llegué aquí a la bodega Neptuno Smoke Fish Co. Y el apeste hoy es insoportable, tripas por allá, sangre por acá, y para consolar mi suerte hago conjeturas: considero que estoy aquí por razones de mi inconciencia, pero la neta fue esa idea de conocer un lugar diferente. Dejen me explico... El sábado por la mañana, como a eso de las once, yo estaba en la casa, bien crudo, y el pinche dolor de cabeza no lo aguantaba. Y es que la noche anterior había estado en la Club Shadows, junto con Nicandro, Filiberto y Ramiro, ques’ que divirtiéndonos. La disco está allá por Lincolnwood, atrás del buffet chino. Ellos pudieron bailar cuatro o cinco canciones del pasito duranguense, y querían bailar más pero no se les hizo porque las viejas se hacían del rogar. Su excusa era aceptable: que no veníamos vestidos de vaqueros. Y sí, no íbamos de botas de piel de cocodrilo, ni de cinturón piteado, ni tan siquiera de sombrero de cinco equis. Como a mí no me interesaba bailar norteñas, la excusa no me molestó. Mi ganaso en ese momento era el rock; además, yo sabía que ésos, a los que consideraban vaqueros, no sabían ni tan siquiera ordeñar una vaca. En fin, como estaba contando, el sábado en la tarde, como a eso de las tres, cuando el dolor de cabeza ya había disminuido, sonó el ring ring del teléfono. Era el Gumer. “¿Quieres chambear?”, me preguntó. “300 dolarotes a la semana,

S

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no pagas hospedaje y tampoco comida, y además te vuelves fisherman”. Luego luego me dije que estaría chingón cambiar de ambiente, de todos modos los griegos de la frutería no me iban a dar otro chance. Acepté la propuesta del Gúmer y le dije que lo esperaba por la Devon y California. “En media hora ahí te veo”, y colgó. Nos fuimos en su van blanca hacia Wisconsin, pasamos por Waukegan, por donde está el Great America y los outlets de ropa barata. El Gúmer iba manejando a ochenta millas por hora. Puso música de El Recodo, y eso me hizo pensar que el Gumer era mexicano, aunque después me aclaró que era hondureño, todo porque desde que nos conocimos yo siempre le había oído decir “chale”, o también “chido”. Ahí me contó que había vivido en México casi un año, trabajando de chalán de albañil para juntarse un dinero. Que cuando consiguió la cartilla militar y una credencial de elector, se atrevió a cruzar el río Bravo… Y cuando menos pensamos ya estábamos en Salem, Wisconsin. Después de tres días encerrados en la bodega, el Gumer se ha vuelto un arrogante, que’sque tiene muchos años de conocer al patrón; y aunque su inglés es medio mocho, dice que ya es cien por ciento bilingüe, y hasta se enoja porque le hablo en español. Hace ratos me dijo que me pusiera la gorra y las botas de hule y que trabajara más rápido, que’s que porque al jefe (que es ruso) no le caen bien los empleados lentos. Como que el Gúmer quiere probar que es más chingón. Quizás todos seamos como el Gúmer, pero a este cabrón ya no lo aguanto. Cualquier cosa que digo le molesta… Ya nomás estoy esperando a los rusitos que entregan mercancía a domicilio. Les voy a pedir que me den un raite a la Greyhound. De seguro mañana estaré en Chicago, pero mientras seguiré pelando anchoas.

Daniel Patiño estudia inglés en Lakeview Learning Center. Radica en Chicago.


Al derecho y

a l revé s

Erika Buchancow acía una hora que había conciliado el sueño; la noche se había hecho desear. Juvenal entonces se vio sorprendido por una contracción en su pantorrilla derecha que lo hizo dar un sacudón en la cama. Tomó su gemelo con desesperación, intentó descargar su dolor con un grito que no pudo dar, y apenas se consoló con una mueca. Fue un silencio suspendido en el aire, ni siquiera un quejido. Fue tal la descarga eléctrica del dolor en su pierna que se quedó estático durante cinco minutos. Su novia Laura, que permanecía a su lado, prendió la lámpara de la mesita. Miró a Juvenal con los ojos completamente absortos y lagañosos. Quiso comprender su sufrimiento, pero ella también permaneció como una estatua a su lado mirándolo y esperando que la tensión culminara. El dolor cesó y Juvenal cayó tendido otra vez sobre la almohada sin decir palabra. En sus músculos faciales se dibujó una sonrisa sardónica que de a poco se aflojaba, mostrando un rostro vencido y saturado ante tanta lucha. Laura se levantó, miró el reloj de agujas gruesas que estaba sobre la pared empapelada de rosas (muy kitch para su gusto). Eran las seis. Fue hacia la cocina a preparar una taza de té de tilo con el propósito de calmar la ansiedad que en aquel cuarto se respiraba. Se dirigió al baño, levantó la tapa del inodoro y orinó como si fuese un sifón. Se sintió muy aliviada esta vez y su cuerpo se disolvió; sintió la elasticidad de sus piernas, rozó sus muslos, olfateó sus manos que olían a látex y sudor, fruto de las “danzas nocturnas” que cada vez eran más automáticas, como poner la púa en la misma línea del vinilo y sólo danzar con pasos tediosos y resignarse al final de la canción. Tranquilamente, como de costumbre, entre medio dormida y despierta, sentada en el inodoro, pensando en qué le depararía la nueva jornada, oyó un silbido. Dejó la taza de un sobresalto, se subió sus calzones y corrió distraída hacia la cocina para descubrir que era la pava. Laura se encontraba aturdida. Esta ciudad, entre las bocinas, los timbres, la sirena de los bomberos, el ring del teléfono y el beeper, la tenía irritada. Por momentos quería meterse en un pequeño cubo y permanecer allí sin sentirse invadida por tantos ruidos. Tomó la pava, colocó un saquito de té en cada taza y volteó al sentir una mirada que le traspasaba la médula. Era obvio, detrás de ella estaba Juvenal, siempre tan atento a cada movimiento que realizaba. —No hace falta que uses dos saquitos de té para cada taza, con uno para los dos es justo y suficiente. Vos siempre con esa actitud, donde ves abundancia, ¡paf! la destrozas.

H

Laura, ya harta de esos comentarios, agregó sólo un silencio incondicional, que era lo que a él lo ponía como loco. Y ella lo notaba al verle la vena dilatada en el cuello. Sin más qué hacer, Laura cedió, y así pudo contemplar el rayito de sol desnutrido que se filtraba por uno de los cuatro vidrios de aquel sótano lúgubre y húmedo. La de hoy era una humedad nunca antes experimentada, una de esas que se meten en los talones y lastiman al pisar firme, una de esas que provocan la existencia de insectos con innumerables patas saliendo de las alfombras. Juvenal ya no era el mismo. Había dejado de ser esa personita dulce, de sonrisa espontánea, que la acariciaba mirándola, hasta que ella se dormía desplomada entre sus libros, para luego apagar la lámpara de cada mesita y desprender juntos el cansancio que los cuerpos poseían por las noches. A él también se lo veía estresado. El trabajo de busboy, a sus veintiséis años, lo frustraba. Juntar platos y tirar comida, era algo con lo que él no podía convivir. Su memoria lo torturaba con la imagen de su padre, que lo enviaba a vender lavandina y detergente a los vecinos por mil australes, que era con lo que conseguían el pan de cada mañana, un pan barato y duro. Al margen de todo esto, también estaba Laura. Su imagen pasiva y sometida, que se abastecía con la venta de productos naturales, hechos con hierbas, que según decían eran curativos, aunque para ella, en su más profundo interior se tenía que confiar de estas mentiritas, no del todo piadosas, y convencer a cada nuevo cliente de que tomando cinco frascos con cien cápsulas cada uno podría olvidarse de la calvicie; o a las mujeres, que eran las que más fácil se creían estos sermones, como el de las siete lociones que hacían desaparecer de sus rostros las patas de gallo, una para cada noche antes de acostarse. Estas lociones eran lo que mejor se vendía. Por eso el pequeño sótano se hallaba repleto de cajas de las siete lociones. El misterio era que siempre hacía falta una caja cuando llegaba el momento de realizar la última entrega. Laura le preguntaba a Juvenal, pero él nunca sabía nada y no quedaba otra que encargar una caja extra. * Laura sabía que la venta de lociones era y no era un trabajo fácil. Pero la ventaja era que seguía siendo una mujer joven y bonita. Ya tenía tres años en la ciudad de los vientos, y desde que la dejó Juvenal —hacía un año— lo había vivido sola; bueno, no del todo sola, ahora tenía un roomate: un gato gordo y perezoso que la vecina de arriba le había regalado antes de irse a México a buscar a sus dos hijos.

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Por las noches Laura había quedado desamparada. Inexorablemente deseaba la compañía y presencia de Juvenal (o de algún hombre hecho y derecho, como él solía ser al principio). El llanto ahora formaba parte de su vida diaria; era difícil tomar el bus y retener las lágrimas y los sollozos que convulsionaban su pecho, que se llenaba de aire como un fuelle y que lo expiraba dando largos sonidos asmáticos. Un día tuvo una idea. Con el dinero de siete lociones, tomó el bus de la Blue Island-Loop y se bajó en la Jackson. Caminó hasta la avenida Michigan y se dejó llevar por las vidrieras amplias de una óptica. Había anteojos de diferentes modelos y colores. Entró y optó por unos que tenían los espejuelos en forma de rombo, y como en un cartel decía que estaban al cincuenta por ciento de descuento Laura se los llevó puestos. Siguió caminando firme por las aceras anchas y llenas de transeúntes hasta que se detuvo en la esquina de Adams y Wabash a esperar el bus. En los espejos de una camioneta vio reflejada su estructura corporal, ahora un poco gorda, y al divisar al fondo el Art Institute llegó a sentirse una obra de Botero. Pero fue una idea pasajera. Ahora estaba conforme con sus rombos negros que tapaban aquellos lagrimales irritados. Se sentía lista para encarar la vida, con calma y efectividad. Los rombos negros le ahorrarían el dinero que se gastaba en correctores de ojeras. Esa noche Laura llegó a su casa, tomó una ducha tibia y luego se recostó en su cama amplia y llena de pelos de su roomate. Intentó dormirse, pero sólo consiguió dar vueltas y hundirse en el colchón. Y como otras noches, no podía dejar de hacerse el mismo planteamiento de siempre: saber los porqués del abandono de Juvenal. Después de todo, era buena ama de casa y buena vendedora de lociones, aunque reconocía que el deseo sexual por parte de él se había evaporado. Recordó que Juvenal se había vuelto impertinente; llegaba del restaurante a la casa, se bañaba, se perfumaba y salía de farra, y siempre aclarando que tenía que dispersar su mente con diversión. Laura, atónita y pasiva, lo esperaba hasta las seis de la mañana con el té de tilo que a él tanto le gustaba... Como para dejar de recordar, Laura se levantó, fue hacia la heladera, la abrió y se preparó cinco sándwiches de fiambre y aceitunas negras. Los devoró sofocándose en la angustia que la tenía presa. 20

Se volvió a acostar, con sus palmas se acariciaba sus grandes senos y pensaba en la entrega de lociones que debía hacer al día siguiente, cerca de las calles Clark y Belmont, donde más éxito tenían sus ventas. Laura despertó, sorprendida por el mismo rayito de sol de aquellas mañanas compartidas en la cama con Juvenal. Se preparó rápidamente un café, se vistió de negro, porque no tenía paciencia para combinar los colores de las blusas con los pantalones, se puso los rombos en su rostro redondo, y tomó el bus que la llevaría a Lakeview. Se bajó en la Belmont y caminó por la Clark. Llegó al edificio con sus brazos llenos de cajas, tocó el timbre del segundo “B”. La fachada llena de colores la hizo recordar el Sur de su ciudad natal: La Boca. Pero salió de sus pensamientos cuando un chico de su edad y de sonrisa radiante le abrió la puerta del lugar. La sonrisa era como aquella que Juvenal había ido perdiendo ante ella. La invitó a pasar a su departamento. Y al abrir la puerta, Laura sintió la ráfaga de un perfume que la perturbaba sin disimulo. De las paredes colgaban cuadros con cuerpos desnudos en diferentes posiciones. Los colores eran agresivos. Laura no comprendía mucho inglés, pero John —así se presentó— le ofreció un café, y ella sin rodeo alguno aceptó. El se dirigió hacia la cocina a prepararlo. Mientras tanto, Laura se quedó entre los colores, en medio de una soledad extraña. Se sentía observada. Y en un momento sintió que alguien le clavaba una mirada sin piedad, que le traspasaba la médula. Se dio vuelta. En un portarretrato, abrazado a John, estaba Juvenal con su sonrisa radiante, mirándola.

Érika Buchancow es escritora argentina. Estudia inglés en el Truman College.


Delia Negro Con una propuesta didáctica y atractiva, el Museo Peabody de la Universidad de Yale presenta en el Field Museum de Chicago, una excelente exhibición creada para redescubrir y explorar el sitio arqueológico del Tahuantinsuyo, más conocido con el nombre de Machu Picchu. La muestra da la bienvenida al visitante, invitándolo a entrar en la ciudadela enclavada en lo alto de los Andes peruanos. Entre ficción y realidad, entre altos picos y nubes que aparecen y desaparecen, se va dibujando el perfil de un imperio que tiene mucho que mostrar.... pero que tiene mucho más que contar. En la primera sala del montaje un video brinda información sobre la expedición científica realizada en el año 1911, por el arqueólogo de la Universidad de Yale, llamado Hiram Bingham. A pesar de los procedimientos de aquellos tiempos, en los cuales se pasaba por alto el contexto en que se encontraban los objetos, la colección extraida por este investigador y su grupo, fue de real interés para conocer la vida diaria, el desarrollo cultural, la organización socio-económica y los importantes avances logrados por esta antigua civilización.

Esta ciudadela del Imperio Incaico se ocultó durante años detrás de una naturaleza agreste y de nieblas frecuentes, que desdibujaban su contorno. Parecería que un poder especial hubiera emanado de su interior y la hubiese tornado imperceptible por largo tiempo, a los exploradores o a los detractores de emplazamientos antiguos. El “camino del inca”, los “chasquis”, los “quipus”, textiles y cerámicas se suceden por las diferentes salas del museo, abriéndonos ventanas de observación sobre la ingeniería, la arquitectura, el arte, y el avanzado sistema administrativo que poseían los pobladores de esa extensa franja andina, que constituyó el imperio de los incas. Un paseo virtual nos permite experimentar escenas interactivas, visitar cada construcción de la ciudad y hasta “desenterrar” objetos, haciéndonos sentir la emoción del arqueólogo en cada procedimiento; como también la del antropólogo, al encontrar testimonios sobre prácticas difundidas, dentro de este grupo humano, de remodelación craneana, que constituían marcas étnicas entre los diferentes pueblos que formaban este gran imperio. Encontramos también referencias a investigaciones específicas sobre la salud, la dieta diaria, la educación y las actividades de todos los días, tanto del hombre como de la mujer; y sobre los quehaceres de la nobleza y de sus servidores. Ya en la última sala el curador de la muestra no se queda satisfecho con mostrar solamente, invita a seguir pensando, formula preguntas y conduce al público a la reflexión, cumpliendo con ese fin

didáctico e interactivo que un museo dinámico y actual debe tener. Pero una de esas reflexiones.... “Why was Machu Picchu never mentioned in Spanish historical narratives?” nos lleva a notar una gran ausencia en esta exhibición: la del Inca Garcilaso de la Vega. Hijo de un conquistador español y de una princesa inca, nacido en el Cusco en 1539, este mestizo parte para España a los 20 años y llega empapado de su cultura quechua para sumergirse en un ambiente renacentista, que lo lleva en poco tiempo a dominar la prosa castellana a la perfección y a lograr un estilo literario con un poder de captación del lector, que ningún cronista de Indias había logrado. Comentarios Reales, obra clásica de la literatura del Siglo de Oro Español, parece describir y testimoniar en cada uno de sus capítulos, la vida de una civilización que fue la de los antepasados de su autor: el Inca Garcilaso de la Vega, como él prefirió llamarse, revelando en su nombre todo un mestizaje cultural en primera generación. Llama realmente la atención la ausencia de este grande de la literatura española o hispanoamericana, dentro de ese caudal informativo que nos brinda la muestra. ¿Por qué se ignoró durante años a Machu Picchu?, se pregunta el curador, y nosotros nos preguntamos, ¿porqué se ignora ahora al mestizo que quiso y quiere contar su historia? “Aquí están”, decía Carlos Fuentes en su discurso de apertura del III Congreso de la Lengua Española, en días pasados en la ciudad de Rosario, Argentina, “están aquí”, “mírenlos”…. el indio y el español unidos en una lengua común, lengua que cada vez adquiere más vitalidad, se multiplica y se hace escuchar en todos los rincones del planeta.

Machu Picchu: Develando el misterio de los incas se exhibe hasta el 15 de febrero en el Field Museum 1400 S. Lake Shore Dr, Chicago 312.922.9410 Delia Negro es profesora de español en el Instituto Cervantes, en Chicago.


Maritza Cervantes, Gilberto Lozano, Alfonso Seiva y Susana Avitia en Al son que me toques, Lorca

Un Lorca en son jarocho Moira Pujols De visita en el ensayo de Al son que me toques, Lorca por La Molécula Artística, Nido de Mar, compañía dirigida por Laura Crotte, le pregunto a la directora el origen del grupo y su nombre. “Fue sugerencia mía. Es algo interesante: le quisimos llamar Molécula Artística porque se unió gente de diversas áreas, y no quisimos categorizarlo como teatro, danza o música, sino más como una aglomeración de talentos que se reúnen para hacer este proyecto.” El proyecto nació hace ya prácticamente un año pero fue en agosto que se empezaron a reunir los “átomos” de la molécula. “Ha sido muy interesante, la forma en que se ha ido jalando el interés y la atención de diversas personas.¨ La obra es una alegoría veracruzana del clásico Bodas de sangre, del español Federico García Lorca, adaptada por Laura. —¿Cuál es la propuesta de la compañía? —No voy más allá de hoy —dice Laura—. Si diariamente la molécula tiene que transformarse, diariamente se transformará. No es un grupo cerrado ni un concepto preconcebido o establecido por años, sino que vemos qué tanto vamos funcionando. Esta es un poquito la dinámica, y el concepto es multidisciplinario. La adaptación que sufre el texto está hecha a través de esta lente, entonces es una obra que se oye, que se ve, que se siente. Hay mucho trabajo con el espacio, la distancia, la proxemia de lo que está sucediendo. El público, pienso, se irá involucrando en la historia. Hay cuestiones visuales de vestuario, la iluminación, el concepto de colores, pero lo más interesante de la puesta en escena es la presentación de dos tradiciones: la jarocha y la huasteca. “Definitivamente estamos pensando en el idioma español”, continúa, “en la riqueza de las tradiciones. Por eso está la obra tan enriquecida, pues. Con poesía escrita por nosotros, poesías escritas por grandes soneros y jaraneros de la tradición veracruzana, sones muy tradicionales y conocidos por todos, lo mismo que música creada para el espectáculo. Todo el mundo está invitado. La obra es en español, pero hay tanto material visual y auditivo que cualquier persona va a poder seguir la historia aunque no hable español.” Crotte nos dice que la intención del grupo fue hacer una lectura de la obra de Lorca desde una perspectiva veracruzana. “Esta obra es muy poética, muy llena de verso” comenta, y nos explica: “El jarocho es del sur de Veracruz. Ésta es una cultura ribereña, muy de agua. Se conoce al jarocho como una persona muy habladora, mentirosa, grosera, pero también improvisadora. Extraordinarios bailadores, y amantes increíbles —al menos eso es lo que dice la gente—. En fin, una cultura muy rica, muy viva.” “El huasteco es más una cultura norteña, ligeramente más serrana. De hecho, el huasteco lo comparten muchos estados en la República mexicana. Entonces estas dos inspiraciones se reflejan en el encuentro de dos familias planteado en la obra de García Lorca.” Este encuentro se basa en sucesos reales ocurridos en Níjar, Almería en el 1928. El guión cuenta cómo los recuerdos del asesinato del padre y del hermano del novio y las venganzas familiares auguran un futuro trágico para los contrayentes. —¿Qué matiz le prestan estas dos tradiciones culturales mexicanas al texto de Lorca? —Por un lado, pienso que es una reubicación geográfica y cultural que tiene que ver un poco con que en la obra se habla de la familia del novio como una familia muy fértil, rica,

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jacarandosa, bailadora. Y siempre cuando se habla de la familia de la novia se habla como de la familia de los secanos, de una tierra y cultura que ha tenido que vérselas más difícil para producir. —¿Se originó primero la idea de reinterpretar un texto desde este punto de vista, o la despertó el texto? —Obviamente el texto. Es más bien el contacto con el texto y la unión emocional que se da de años atrás. Es un clásico que todo actor o lo ha hecho o ha soñado hacerlo, o por lo menos lo ha visto o lo ha leído. Yo he participado al menos en dos montajes en mi vida artística, y como un clásico se me antojó refrescarlo. Mostramos en las danzas el flamenco y la vertiente indígena, que es, por decir, la raíz de la mexicanidad. —¿Vienen los integrantes de la compañía de una tradición multidisciplinaria o es la primera vez que trabajan de esa forma? —Pienso que para muchos de ellos ha sido una nueva experiencia. Y así se inició la Molécula, más con un ambiente de taller de trabajo corporal, de trabajo de entendimiento del teatro y su lenguaje, la danza y su lenguaje, y de la música y el suyo. Así, los diversos talentos se han visto empapados de otras áreas que desconocen un poco. Trabajamos mucho con Ashanti Fumari Johnson, que nos ayudó en toda la cuestión dancística, corporal. Yo trabajé mucho con la gente en lo teatral. Y los compañeros Raúl Fernández y Jesús Rojas nos han ayudado mucho en la cuestión musical. Entonces yo creo que todos hemos aprendido algo nuevo. —¿Cuántos son en la compañía? —Somos 21 en total, casi proporcionalmente músicos, bailarines y actores. Los bailarines tienen entrenamiento en el flamenco y la danza folklórica mexicana. Y los músicos, tenemos a Renato Cerón de Sones de México, a Gonzalo Córdoba del grupo Linares y el grupo Mitote. Están Raúl Fernández y Jesús y su hijo Oscar Rojas, fundadores de Tarima y ahora de su propio grupo, Son del Viento. Tenemos actores que colaboran con Aguijón y Teatro Luna. Tenemos una bailarina de danza butoh (tradición de danza-teatro japonés) y un bailarín clásico que ha decidido unirse a la molécula. Mucha diversidad en el talento. —¿A todos les toca arriesgarse a hacer

una cosa diferente, o sea, los bailarines actúan, y los músicos bailan, quizás? —Los músicos son los más quietitos porque tienen mucho que hacer, claro está. Pero sí han estado en los talleres. Los bailarines se han renovado con otras técnicas de teatro y los actores definitivamente se han nutrido de lo musical y de lo dancístico. El espacio está también planteado de una manera novedosa. O sea, he tratado de asimilar el área del público como área de actuación. Lo vamos a involucrar de alguna manera para que se sientan parte del ambiente. —¿Y el próximo proyecto, cuál será? —Pues como te decía, todo día por día. No hay prisa. Ahorita tenemos este proyecto que es el que nos une. Obviamente es un espectáculo de una riqueza educativa tremenda, porque está el autor mismo, su generación, su historia, su contexto. Llama la atención para el niño, adolescente y adulto que desconoce la obra de García Lorca. Sirve como renovación, recreación y celebración de tu propia cultura. Aquellos que conocen a García Lorca, lo adoran, porque así pasa con García Lorca. Hay quien no le gusta y hay quien francamente lo adora. —¿Incorporarán incluso la técnica butoh que domina una de las bailarinas? —De alguna manera el mismo García Lorca plantea esa posibilidad; no del butoh en específico, pero el tercer acto de Bodas de sangre se ubica en una realidad fuera de lo cotidiano. Se han visto muchas versiones de esto, y, en este caso, éste es el espacio en el que nos estamos dando licencia para encontrar también otras expresiones. García Lorca nos lo hará saber si no le gusta —de alguna manera—. A lo mejor le gusta porque era un hombre de teatro más que un escritor. Hacía el teatro diariamente y estaba en las trincheras escribiendo y al mismo tiempo recomponiendo las cosas, como Molière, como los grandes que han escrito en las tablas. “Los textos son los textos y hay que venerarlos y, definitivamente, volverlos a poner en escena, porque el teatro es vivo y se recrea gracias a la acción. Esa es la diferencia con la literatura: el teatro sucede. Los que están aquí lo viven, los que no vinieron se lo pierden. —Bueno, esperemos que no se lo pierdan muchos. —Esperemos que no, y tienen dos oportunidades, dos exclusivos fines de semana en Meztli Gallery. El espacio de Meztli Gallery ha sido increíblemente hospitalario con nosotros. Ojalá que la gente conozca este espacio y se sigan produciendo más cosas. La pintora Esperanza Gama, adoradora de García Lorca, está haciendo una obra pictórica dedicada exclusivamente a nuestro estreno, Emoción roja. La gente tendrá la oportunidad de verla al mismo tiempo que visitan y se quedan a ver la obra.

Al son que me toques, Lorca 10, 11 y 12 de diciembre Meztli 556 W. 18th 773.907.6355 / 312.226.0754

Nydia Castillo y Carlos Jaime


El voyeur atrapado: Correction, una instalación de Fiona Tan Margarita Esther González Seis pantallas pendientes del techo trazan un círculo, en cuyo interior, un hexágono formado con bancas alberga al espectador. Las proyecciones en continuidad son la única fuente de luz; el resto de la sala permanece en una penumbra silenciosa, apenas interrumpida por la banda sonora con ruidos ambientales casi imperceptibles. En las pantallas desfilan alrededor de 300 imágenes detenidas durante 40 segundos; captan de manera individual y en toma americana —de las rodillas para arriba— a hombres y mujeres de distintas edades y orígenes. Como denominador común tienen el ser reclusos o custodios de tres prisiones en Illinois: Lincoln Correctional Center, Logan Correctional Center y Jacksonville Correctional Center; y en Chowchilla, California, la Valley State Prison for Women. Todos los modelos se pliegan a las indicaciones de posar mirando a la cámara, en silencio, inmóviles; sólo el ritmo de la respiración, el parpadeo y algún gesto involuntario —una lengua que humedece los labios, puños que se crispan— imprimen movimiento y recuerdan que el medio empleado es el video, no la foto fija como pareciera a primera vista. La propuesta de Fiona Tan no podía ser más sencilla en cuanto al trazo y los elementos empleados; no obstante, la obra pronto se desdobla para revelar múltiples lecturas. “Creo que es más inquietante observar a alguien que ha sido filmado durante un rato… una se vuelve menos consciente de la imagen y más consciente de la persona como imagen, la persona dentro o incluso detrás de la imagen”, dice Fiona Tan. Al ser invitada a realizar una instalación en los Estados Unidos, la artista de origen indonesio cayó en la cuenta de que poco sabía del país, pero una nota periodística le sirvió como detonador: Estados Unidos tiene la tasa de encarcelamiento más elevada en el mundo, con 2,218,097 reclusos y más de 4.5 millones de adultos bajo alguna forma de supervisión correccional, con distintas formas de libertad condicionada. La suma de reos en las cárceles de todo el mundo es de 9 millones; la población total de Estados Unidos no llega al cinco por ciento de los habitantes del planeta.* Fiona Tan afirma que uno de sus propósitos fue hacer visible esta galería de personajes que yace oculta a los ojos del público y confrontar nuestros estereotipos sobre criminales y policías. Para lograr esto último no se ofrece dato alguno acerca de los personajes; no sabemos cuál es su delito ni su castigo; no sabemos sus nombres siquiera; tampoco se da información sobre el personal policiaco. Ante esta ausencia de datos, quizá el primer intento del espectador sea establecer hilos conductores. Reos y custodios pasan revista frente a la cámara con los uniformes dictados por sus instituciones; en los primeros, cambia el color pero son camisetas o camisas y pantalones que remiten a un grupo dispuesto a correr por el parque o a reunirse en un día de campo. Es evidente que una de las prisiones exige a su población llevar PRISM (Prison Inmate Safety Managment), equipo de detección y control en la muñeca: una suerte de reloj abultado que transmite cada dos segundos el lugar donde se encuentra el preso. El lenguaje corporal da cuenta de Correction (still), 2004 lo que pudiera verse en las Fotografía digital comisionada por el Museo de Arte Contemporáneo y calles: de la depresión a la el Armand Hammer Museum of Art and Cultural Center © Fiona Tan. Cortesía de la artista y Frith Street Gallery, Londres.

euforia, de la timidez de quienes preferirían fundirse con los muros al aplomo desafiante apoyado en algún tipo de jerarquía, que en los guardias se suele acentuar con la mano posando descuidada sobre el arma. Llama la atención el esmero en peinado y maquillaje de una joven; su imagen Barbie halla su contraparte en una de las guardias. Otro rostro femenino se muestra impávido; el nerviosismo escapa en movimientos de manos que se ocultan bajo largas mangas. Pero estos son sólo ejemplos aislados. Debido al ángulo en contra-picada de la cámara, la mirada de los personajes cae sobre el espectador quien, así rodeado por seis pares de ojos, se enfrenta a la inmovilidad de los modelos. Hermanado al espacio, el tiempo se vuelve otro hasta tornarse circular. Para el voyeur del museo, las reglas del juego se trastocan al frenar casi hasta la parálisis el video, medio cinético por excelencia; la imagen frontal se multiplica; las disolvencias al azar obligan a voltear a un lado y a otro; ahora al frente, ahora atrás en un intento Correction (still), 2004 por descifrar quién nos ve. El voyeur Fotografía digital comisionada por el Museo de Arte Contemporáneo y es mirado; su campo de estudio se re- el Armand Hammer Museum of Art and Cultural Center © Fiona Tan. Cortesía de la artista y Frith Street Gallery, Londres. vierte; ocupar el centro del panóptico no deja escapatoria. Invento del jurista y filósofo abre espacios para la reflexión en torno al inglés Jeremy Bentham (1748 – 1832), el aparato policiaco —el mayor en el mundo—; panóptico bien pudiera representarse como el voyeur queda atrapado, entre rostros. Las la torre de vigilancia erguida al centro de un cifras están ahí para quien quiera enterarse: círculo que aloja celdas. Para no dejar cabos con las tendencias actuales, en 2010, habrá sueltos ni cuerpos lejos de la mirada, planteó 7.7 millones de presos —3.4 por ciento de la añadir cuatro torres exteriores en los ángulos población adulta—; irán a prisión uno de cada de un cuadrado imaginario, y levantar el contres negros, uno de cada seis latinos; uno de junto con orientación este-oeste de tal suerte cada 17 sajones. Según informes de Amnistía que la luz invadiera todos los rincones. La eInternacional, noventa por ciento de las muerconomía de vigilancia quedaba así garantizates debidas a la aplicación de pena capital coda. La propuesta de Bentham —en una época rrespondieron, en orden decreciente, a China, que aún mantenía mazmorras, calabozos y osIrán, Arabia Saudita y los Estados Unidos. curidad a la manera medieval— fue recibida En tanto Canadá, Australia, Nueva Zelanda, como signo de progreso y adoptada por muy la mayoría de los países europeos y latinochos países, con la Francia revolucionaria americanos han abolido la pena de muerte. a la cabeza. Bentham intentó ir más lejos al El modelo panóptico queda en pie: niños experimentar con un sistema de sonido que en guarderías e instituciones preescolares crepermitiera supervisar la comunicación de los cen bajo la mirada vigilante. presos pero lo descartó, pues era imposible evitar que los reos escucharan las conversaciones de vigilantes. Hoy, medios electrónicos han eliminado esas dificultades, pero el modeCorrection se clausura el 23 de enero de 2005. lo arquitectónico del panóptico mostró tal efi220 East Chicago Avenue cacia que rebasó los ámbitos penitenciarios 312.280.2660 para adoptarse en hospitales, escuelas y centros de trabajo. Vuelta omnipresente, la mirada vigilante —bien fuera de carcelarios, maestros, * Nota: Las cifras sobre población en reclusorios y los perfiles médicos o empresarios— no dejó escapar demográficos se basan en el Informe del Departamento de gesto íntimo alguno pero, de manera paradójiJusticia citado por el Christian Science Monitor, en su edica, los castigados junto con los instrumentos ción del 18 de agosto de 2003. Para un panorama mundial ver Pino Arlachi (comp.). Global Report on Crime and Justice, punitivos se ocultaron de la mirada pública. Oxford University Press, 1999. La picota abandonó las plazas y el castigo se De padre chino y madre australiana, Fiona Tan radica higienizó hasta alcanzar métodos eficaces e en Amsterdam, sus videoinstalaciones han sido exhiindoloros para causar la muerte. El verdugo bidas en los principales museos del mundo. fue sustituido por el médico y éste va en Margarita Esther González fue subdirectora del Museo camino de ceder su lugar al ingeniero: en la de Arte Moderno de la Ciudad de México, fundó Teatro actualidad ya computadoras como la usada en New Jersey se encargan de aplicar inyecciones en Espiral y es investigadora del Centro Nacional de Investigaciones de Artes Plásticas. Actualmente radica letales. Es menos costoso y vuelve aún más en Nueva Orleáns. denso el velo sobre la mirada pública. Fiona Tan, al invertir el juego de la mirada,

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Latinoamérica ante la nueva

administración Bush Luiz Inácio Lula da Silva

Ana Luz Pérez Durán El pasado 18 de noviembre se inauguró en Little Rock, Arkansas, la biblioteca presidencial de William Jefferson Clinton, ex presidente de los Estados Unidos. Para conmemorar esta ocasión se reunieron tres ex mandatarios estadounidenses: Jimmy Carter, George Bush, padre, Bill Clinton y, sin faltar, el actual residente de 1600 Pennsylvania Avenue, George W. Bush. Como se notó en las paginas de The New York Times, parecía que tanto Bill Clinton como George W. se habían ya olvidado de la intensa campaña electoral en la que ambos estuvieron involucrados hace apenas algunas semanas. La inauguración fue amenizada con discursos y hasta con bailes folkóricos colombianos. Eso se debe a la creciente presencia colombiana en Arkansas. Al leer esto, me pregunté si en un futuro no muy lejano la inauguración de la biblioteca presidencial de George W. sería también amenizada por bailes folkóricos latinoamericanos. La presidencia de Clinton quizá no sea recordada por su conexión con Latinoamérica, sin embargo, para miles de latinoamericanos y especialmente para la comunidad mexicana, la segunda administración de Bush afectará su futuro tanto en este país como en toda Latinoamérica. Las reacciones a la reelección de George W. Bush no fueron muy sorpresivas. Desde la incredulidad de un diario londinenes que se preguntaba, “¿cómo pueden ser tan tontos 50 y pico millones de estadounidenses?”, al asombro más sobrio del premio Nobel de lite-

Friedrich Katz. Foto: Francisco Piña

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ratura, José Saramago, quien afirmó que los estadounidenses sufren de un tipo de amnesia. Sin embargo y como lo dicta el protocolo diplomático, el 3 de noviembre, después de que el candidato demócrata a la presidencia John Kerry fuera el primero el felicitar a George W., jefes de Estado de todo el mundo le siguieron en enviarle sus felicitaciones a Bush y le desearon suerte en los próximos cuatro años. Presidentes de distintos paises latinoamericanos se contaron entre los que lo felicitaron, como Vicente Fox, quien, según un diario mexicano habló con su homólogo norteamericano por cinco minutos y le recordó que tendrían que volver a examinar el tema de la inmigración y quizas también le recordó que en México tenía un amigo. México es el país latinoamericano que tiene una relación más cercana con los Estados Unidos. Quizá se deba a razones geográficas e históricas. Sin embargo, recordemos que los mandatarios de ambos paises tienen mucho en común: ambos son hombres de negocios, comparten ideologías políticas y económicas derechistas, y, lo más importante, que por cierto, ya se me olvidaba, a ambos les gustan las botas. Olvidémonos de las preferencias de calzado de ambos por un momento y recordemos que en los últimos años e incluso en los últimos meses, muchos países latinoamericanos han elegido a gobernantes de izquierda; que de acuerdo a personas cercanas a la administración, tienen agendas anti-estadounidenses. Sin dificultad alguna nos podemos imaginar a qué gobiernos se están refieriendo: Cuba, Venezuela y Brasil. ¿Cuál, entonces es el futuro de una Latinoamérica más y más izquierdista ante una administración estadounidense más y más derechista? Igualmente, ¿cuál es el papel de México en la relación de los Estados Unidos con el resto de Latinoamérica? Hace algunos días tuve la oportunidad de sentarme a pláticar con el historiador y co-director del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Chicago, Friedrich Katz, quien nos ofreció algunas perspectivas sobre la trayectoria política de Latinoamérica en esta segunda administración de Bush. Katz reafirma que Bush, uno de los presidentes más conservadores en la historia de este país, se va a enfrentar a los líderes más radicales en Latinoamérica. Sin embargo, Katz enfatiza que Bush se enfrentará a otro tipo de izquierdistas latinoamericanos. Éstos no buscan expropiar intereses estadounidenses en sus respectivos paises, sino que sólo quieren que haya una repartición más equitativa de la riqueza que produce cada país. También, Katz nos dice que hay que recordar que ya no existe el peligro de que estos países cuenten con el apoyo

que algún día les pudo brindar la antigua Unión Soviética. “Los gobiernos izquierdistas de Latinoamérica efrentan grandes problemas, pues todos estos países están termendamente endeudados” dice Katz. “Lula (de Brasil) quiere ayudar a los pobres y ha hecho algunas cosas, pero tiene que pagar la deuda de su país tal como Kirchner tiene que pagar la de la Argentina. ¿Entonces, cuánto les queda para ayudar a los pobres? Y si no pagan, no habrá inversión extranjera en estos países.” Al preguntarle a Katz sobre lo que le espera a México los próximos cuatro años, nos dice que no se esperan cambios radicales aun si el jefe de gobierno de la ciudad de México, Manuel López Obrador del PRD, es elegido presidente en las proximas elecciones. En caso de que esto llegara a suceder, Katz afirma que “los intereses norteamericanos seguirán siendo protegidos... aunque habría cambios en la política doméstica del país”. Katz también asegura que un cambio de gobierno alentaría a México a dejar de depender tanto, política y económicamente, de los Estados Unidos y buscar más inversiones de Asia y Europa. Nadie puede asegurar lo que pasará los próximos cuatros años, de lo que podemos estar seguros es de que Latinoamerica tendrá que dejar de estar en un segundo plano para la nueva administración, porque cada día la población latinoamericana en este país crece y los problemas en el extremo del continente se hacen más críticos. Hambre, enfermedad, pobreza y desastres del medio ambiente, todo esto causado en gran parte por políticas económicas neoliberales, que se han aplicado en las últimas dos décadas. Éste es el momento en que Bush puede escribir su legado ante la comunidad latina y ante toda Latinoamerica.

Ana Luz Pérez Durán es graduada del departamento de español de la Universidad DePaul.

Vicente Fox y George W. Bush


Yasser Arafat: Un luchador Ricardo Veisaga Hasta el último momento de su existencia, Yasser Arafat luchó por lograr la soberanía de su pueblo y por dar un Estado propio a casi cuatro millones de palestinos que viven en Cisjordania y Gaza. Fue, es, sin duda, un héroe para los palestinos; pero también fue un presidencialista autoritario que no quiso compartir con ninguno de sus compatriotas las responsabilidades políticas para conseguir los objetivos de libertad y soberanía nacional. Después de la Guerra de los Seis Días de 1967, con su pueblo bajo el control israelí, Arafat logró poner la causa palestina en la agenda de la política internacional. Y cuando los países árabes (con líderes carismáticos como Nasser en Egipto, Assad en Siria y Hussein en Irak) no se pusieron de su lado, la Organización para Liberación de Palestina se levantó en armas y recurrió a acciones terroristas; secuestraron aviones, colocaron bombas, y convirtieron a la OLP en un peligro para la estabilidad de la región y la seguridad de Israel. En 1969, Arafat fue elegido jefe de la OLP, que hasta entonces era una organización manipulada por los regímenes árabes, y emprendió un camino abrupto y contradictorio a través de un largo exilio por Egipto, Jordania, Líbano y Túnez, hasta llegar modesta pero triunfalmente a la angosta y superpoblada Gaza en 1994, con el sueño de establecer el Estado independiente con capital en Jerusalén. Arafat, cabe decir, nunca recurrió al empleo de la religión en el conflicto árabeisraelí, idea compartida por Nasser y por los fundadores del partido Bass en Siria e Irak, o la Libia de Kadafi. En su retiro de Túnez, Arafat construyó un gobierno en el exilio que fuera capaz de hablar de igual a igual con los líderes del mundo para explicar su proyecto de Palestina, política que fue alterada por hechos lamentables como el Achile Lauro. Y no fue sino hasta 1988 que reconoció públicamente el derecho a existir del estado de Israel. La OLP, sin embargo, nunca dio el paso para dejar atrás la visión de una organización de lucha contra Israel. Sólo al finalizar su vida, Abu Amar (tal fue su nombre de guerra) proclamó el fin de la era que se conoce como la de los “Abu”, en alusión a los compañeros generacionales de lucha. Todos esos hombres, incluido Arafat, estuvieron atrapados en

la quimera de borrar del mapa a Israel. Algunos estudiosos sostienen que en la visión del líder jamás existió la imagen de dos Estados. Su momento cumbre como estadista se dio cuando abrió relaciones en secreto con los Estados Unidos para lograr que su enemigo, Israel, aceptara la necesidad de construir un Estado palestino. Logró que su causa perteneciera no sólo a los árabes sino a todos los que desean la paz en el mundo. La firma de paz con Yithzak Rabin nos llenó de esperanza a todos; pero la muerte de Rabin a manos de un celote israelí, la llegada al poder de la derecha israelí y la incomprensión de los radicales palestinos, echaron por tierra el acuerdo de Camp David. Aunque luego de los Acuerdos de Oslo, Arafat supo cómo regresar a la tierra por la que él y sus compatriotas suspiraban, no tenía una idea precisa de qué hacer con la independencia. El último liberador de la última tierra colonizada del mundo, no entendió que su época era completamente distinta al Egipto de Nasser, al Túnez de Burguiba o a la Argelia de Bumedian. Así se unió a la larga lista de los dirigentes árabes que han fracasado en la tarea de gobernar e impulsar el desarrollo económico de una nación. Su lugar de descanso en Ramallah, a sólo 50 kilómetros de Jerusalén, se vuelve la parábola de su propia vida: al igual que Moisés, llevó a su pueblo hasta las puertas de la ciudad sin alcanzar a pisar la tierra prometida. El hecho de que Sharon siga en la escena política es el mayor escollo para la paz, ya que no permite el más mínimo espacio para una política racional. Quizás sólo la presión internacional ayude a hacerle entender la necesidad de un Estado palestino. Bush debe dar un paso hacia la paz, lo que le permitiría entrar en la historia, ya que Irak no se lo permite. El pueblo palestino existe y tiene el derecho a disponer de una situación política, jurídica y social para no vivir como parias de la tierra. Hoy en día, ningún ministro israelí, ni el mismo Sharon, podrá decir, como Golda Meir, que “no existe el pueblo palestino”. El pueblo existe, pero esa existencia no significa necesariamente que tenga un Estado. Es la hora de la negociación, de la política y no de su “continuación por otros medios”. Hace casi dos décadas, en una tarde soleada en la ciudad de Trípoli, caminando cerca de la plaza del Libro Verde, me encontré con un grupo de personas que franqueaban el paso a la inconfundible figura de Yasser Arafat. Me acerqué y lo saludé; al enterarse de mi país de procedencia, me hizo varias preguntas acerca de la guerra de las Islas Malvinas. Se mostró muy interesado y con mucha amabilidad se despidió con un apretón de manos. Mientras se alejaba rodeado de su séquito, me quedé pensando que esa figura tan amada y odiada era un actor importante de la historia contemporánea, que había cambiado la vida de millones de personas para siempre. Con el recuerdo de ese encuentro en el lejano Magreb, y con el deseo de justicia para el pueblo palestino, espero que su sueño se haga realidad, y así el líder Arafat pueda descansar en paz.

Ricardo Veisaga es licenciado en Ciencias Políticas. Es corresponsal de “Radio Splendid”, de Argentina.

Desnudo de un mundo artificial ¿Y tú, eres real? Iván Torrijos Es increíble el efecto que produce el tiempo. Aún me veo años atrás, diseñádome una vida “perfecta”, no hace mucho, rechazando ser quien soy. Me costó despedirme de aquello que siempre quise ser, cambie de ser normal y pase a ser “raro”. Lo que no recuerdo fue el día en que ingerí la pastilla de “me vale” y compré un boleto para un viaje que aún continúo. El destino: La realidad. Parece que me quité una etiqueta y me puse la otra, ¿elegí la correcta? Tal vez me volví radical. Sé que yo no elegí esta mi particularidad, pero sí elegí intentar ser libre. Hoy desperté y me di cuenta de que un año más se va. Me vinieron recuerdos. Es como si hubiese sido ayer cuando tenía 16 y me retorcía el estómago soportando los comentarios indeseables de Nancy, mejor conocida como “la Parca”. Nunca la confronté, hubiera querido hacerlo; es cierto, alguien dijo que la sabiduría llega siempre cuando ya es demasiado tarde. Incursioné en el “ambiente” el mismo día que conocí a Gilberto, en un vagón del Metro en mi ciudad, todo me tembló al pisar por primera vez ese lugar donde dos mujeres podían besarse quitadas de la pena. Quería tener palabras que expresar ante él y sus amigos, pero de mi boca no salía ninguna. Luego, mi ligue se esfumó; creo que se fastidió al no obtener éxito ante esa insistencia de dos meses de que nos conociéramos “más íntimamente”. Pensé que no volvería a descubrir a nadie con tremenda belleza e intelecto y me pregunté en más de una ocasión: ¿Por qué no lo hice? Hoy, después de haber caminado un buen tramo, aún me cuestiono, no ha sido fácil. Ahora que lo pienso, creo que ésta vida ha sido también algo muy especial, como un regalo... ¿Me reconoces? Tal vez yo no soy yo, tal vez yo soy el mismo tú. ¿Recuerdas a tu novia? Con suerte ahora se ha vuelto tu amiga. ¿Y tu amigo?, ¿es ahora tu novio? ¿Qué te dijo tu mamá? No seas de ésos, ¿aún insiste o ya aceptó haberse equivocado? ¿Y a Dios, ya lo conoces, o todavía le vez la barba? ¿Conoces el amor? ¿Le pertenece a todos o se ha hecho exclusivo de algunos? Y tú, ¿existes o te borraron del mapa estrangulada? Tú, ¿ya encontraste tu cuerpo o aún lo tienes encerrado? ¿Es tu cara la del espejo?, ¿te reconoces? ¿Cómo está tu mente? ¿se liberó, o sigue ahí atrapada? ¿Llamarás a alguien hijo o eso a ti no te corresponde? ¿Cuántos años ha alcanzado ya tu compromiso? ¿Por qué el anillo de tu pareja no vale lo mismo que el que carga la esposa de tu presidente? No, tal vez no me entiendes, pero entonces te pregunto: ¿Qué esperas de mi? ¿que sólo reconozca tu felicidad, o que viva también la mía? ¿Puedo preguntarte? ¿te molesta que lo haga? ¿Realmente vives o te has rendido ante la vida? ¿Entró en ti? ¿Sabías que podía pasar? ¿Te confiaste? ¿Te descuidaste? ¿Nadie te dijo? ¿No te llegó correctamente la información? Tal vez demasiado tarde. ¿Es tarde? ¿Te levantas en la noche? ¿Te has quedado dormido? Pide un deseo. Tócate, pellízcate, ¿eres un sueño... o eres real? Si deseas más información sobre la comunidad latina GLBT sintoniza el programa Homofrecuencia; se transmite todos los lunes de 8 a 10 P.M. en Radio Arte 90.5 FM. También puedes escucharlo en vivo a través de la Internet en la página: www.radioarte.org. Comentarios: ivanukor@yahoo.com

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Indias, donde el autor realizó por cierto sus primeros trabajos periodísticos. De lo que no cabe duda es que García Márquez posee una gran obsesión por la novela La casa de las bellas dormidas, publicada en 1961 por el también premio Nobel japonés Yasunari Kawabata de donde extrae la cita que precede al texto de sus putas tristes. “No debía hacer nada de mal gusto, advirtió al anciano Eguchi la mujer de la posada. No debía poner el dedo en la boca de la mujer dormida ni intentar nada parecido.” No es la primera vez que García Márquez alude a aquella inolvidable novela, ya lo había hecho en un cuento llamado “El avión de la Bella Durmiente”. Sin embargo, las diferencias entre ambas novelas resultan esenciales. En la novela japonesa, los ricos ancianos que duermen junto a las adolescentes por una noche no pueden tocarlas, dado el rígido reglamento que rige la casa. La contemplación es pasiva y se aleja de cualquier pasión, limitándose a la reflexión sobre la vejez y la admiración de la belleza de los cuerpos jóvenes. Resulta más próxima al budismo que a la exaltación romántica, caribeña, apasionada. En la colombiana, nuestro viejo personaje es invitado a tocar y complacerse a sí mismo con el cuerpo virgen de la joven y hasta se llega a pensar que debido a sus muchos años encima ya le es imposible hacerlo. Viene a la memoria un poema de Jaime Sabines, “Pensándolo bien”, en que un hombre a punto de cumplir sus 50 años de vida se burla de las recomendaciones que le son dadas para conservar la juventud: “La única recomendación que considero seriamente es la de llevar una mujer joven a la cama porque a estas alturas la juventud sólo puede llegarnos por contagio”. El personaje de García Márquez, en la novela, se mira en un de repente contagiado de juventud, su humor y sus hábitos cambian y sus artículos periodísticos de los domingos, de lo poco que le queda, se convierten en cartas de amor que llegan a ser leídas hasta en la radio. Novela corta de fácil lectura, Memoria de mis putas tristes devuelve a García Márquez al mundo narrativo después de diez años, y lo hace a lo grande, con una buena historia y un título tentador. Plena de citas memorables, donde la característica principal es la melancolía, la trama de esta novella se puede resumir en una sola frase: “el amor, tarde que temprano nos alcanza”.

Joel Soto es periodista independiente.

García Márquez

ysus putas tristes Joel Soto

Gabriel García Márquez, Memoria de mis putas tristes. Estados Unidos: Vintage Books, 109 pg. “Siempre había entendido que morirse de amor no era más que una licencia poética. Aquella tarde, de regreso a casa otra vez sin el gato y sin ella, comprobé que no sólo era posible morirse, sino que yo mismo, viejo y sin nadie, estaba muriéndome de amor”.

¿Podríamos decir que la nueva novela del Nobel colombiano es la más tentadora? Por supuesto que sí, desde el nombre mismo. En Memoria de mis putas tristes, Gabriel García Márquez nos entrega imágenes de las mujeres de la buena (o mala) vida, combinadas con cierta tristeza característica de la literatura hispana. Alguien podrá calificar el título de vulgar, pero no siempre se puede tachar como grosería la cuarta palabra; todo depende del cómo, del cuándo y bajo qué circunstancias se utiliza. Entonces, “eres toda una puta” puede llegar a ser no una ofensa sino un piropo. El personaje de esta novela posee, sin lugar a dudas, características de la personalidad de su inventor, tímido, solo y triste. El mismo García Márquez lo ha dicho más de una vez: “Soy uno de los seres más solitarios y tristes que conozco”. En la novela, un periodista mediocre decide regalarse en su cumpleaños número 90 una noche con una joven virgen para reafirmar así que su mayor vicio son la rameras: “las putas no me dejaron tiempo de ser casado”. Acostumbrado a pagarles a todas las mujeres con que se ha acostado, busca encontrar en una sola noche la felicidad, aunque sea momentánea. Para su fortuna encuentra, en cambio, la felicidad eterna, encuentra el amor que nunca antes conoció. Delgadina, de 14 años, se convertirá entonces en la motivación principal de este personaje; en su primera noche no se atreve a tocar a la doncella, y se conforma con contemplarla dormida y echar su imaginación a volar. El autor explora y nos transmite aquí el significado de la vejez y el miedo a la muerte dentro de un cuerpo torpe, feo y arrugado. Aunque nunca se menciona, el escenario en el que se desarrolla la novela es, por deducción, la ciudad de Barranquilla, en el estuario del río Magdalena, población próxima a Cartagena de

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Jesús Acuña: La otra catequista de Puerta de Chula, óleo sobre lienzo, 2002.


Dos novelas andinas Lance Selfa Óscar Vela, La dimensión de las sombras, Quito: Paradiso Editores, 2004. Edmundo Paz Soldán, El delirio de Turing, Alfaguara, 2003.

En la década pasada, los círculos literarios latinoamericanos se interesaron en la creación de una literatura que reflejara la realidad contemporánea de sus respectivos países. Y un sector de esa nueva generación comenzó a abogar por una literatura que rompiera con las convenciones del “realismo mágico”, estilo que prevaleció en la era del boom literario latinoamericano. Uno de los más prominentes escritores de esa generación, el boliviano Edmundo Paz Soldán, ha publicado recientemente El delirio de Turing, una novela espléndida que, junto con La dimensión de las sombras, del ecuatoriano Óscar Vela, es testamento de la vitalidad de esta nueva literatura. Paz Soldán nos muestra la realidad del mundo “globalizado” al describirnos a Kandinsky, un programador de computadoras que tiene que mandarle dinero a su familia, pues el padre ha sido despedido de la mina y ahora trabaja en la economía informal: “Kandinsky se compra un Nokia último modelo, los números plateados sobre un reluciente fondo negro. Una tarde se acerca a casa de sus papás y los observa desde la acera del frente. Su papá está en el patio, reparando una bicicleta; tiene la espalda encorvada, ha envejecido. “Se le aproxima con pasos decididos, y antes de que se pueda dar cuenta de lo ocurrido le entrega un sobre con dinero y desaparece.” El delirio de Turing, obra ganadora del Premio Nacional de Novela, no es de ningún modo un homenaje al mundo globalizado. Al contrario, el mundo de los hackers de computadoras y de las referencias culturales norteamericanas, sirve para dar forma a una novela que en el fondo nos habla de la protesta social. Pues la novela trata de la confrontación que se da entre la Coalición, que es más que nada una red de fuerzas populares, y la multinacional Globalux, que por medio de un contrato tiene la autoridad de operar el sistema eléctrico boliviano. La confrontación claramente nos recuerda la “Guerra del Agua”, que tomó lugar en Cochabamba en 2000, cuando una movilización masiva le impidió a la empresa norteamericana Bechtel que tomara control del sis-

tema hidrológico en esa ciudad. En los días tensos que narra la novela, un agente de alto rango se da cuenta de que su correo electrónico, y por extensión el del sistema de seguridad de la Cámara Negra —equivalente de la Agencia de Seguridad Nacional—, ha sido violado. Paz Soldán nos presenta a los personajes en tres grupos. Por un lado, vemos las fuerzas de seguridad organizados en la Cámara Negra. El más importante es el maestro descifrador Miguel Sáenz, apodado “Turing”, que por cierto es el nombre del descifrador inglés que “abrió” el código secreto nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Por otro lado, vemos a las fuerzas de la Resistencia, un grupo de hackers que se especializa en invadir y desorganizar los sistemas de computación del gobierno neoliberal y de las grandes empresas. Su líder, Kandinsky, cree que “...lo cierto es que en lo concreto marchan lado a lado los hackers adolescentes que sólo pueden enfrentarse a la realidad a través de una pantalla, y los curtidos sindicalistas con dinamitas en la mano a la hora de las protestas callejeras”. El tercero grupo se sitúa entre los dos lados anteriores. Encontramos a la esposa de Turing, Ruth Sáenz, también descifradora, que organiza un complot con el juez Cardona para revelar los secretos de la Cámara Negra, secretos que tienen que ver con las violaciones a los derechos humanos bajo la dictadura de los setenta. La hija de Sáenz, de 16 años, una hacker en sí misma, viaja por el mundo cibernético, pero en realidad trabaja para la Cámara Negra con el fin de identificar y arrestar a los hackers; es espía. En el fondo de todos los personajes El universo de la guerilla aparece en La dimensión de las sombras. seguimos los delirios de Albert, fundador de la Cámara Negra, que habla mientras do, provocando una batalla con las fuerzas armadas. Una se halla en estado de coma. ¿Ofrece así las llaves de su paunidad secreta del ejército nacional manda a sus agentes al sado sombrío? ¿Verifica así los rumores de que era nazi y mundo bajo de Quito para infiltrar a la guerrilla. A la par de reclutado por la CIA para fundar los servicios secretos boliesta trama se colocan tanto las pesadillas de Zoilo como sus vianos y combatir el comunismo durante la Guerra Fría? memorias de una niñez traumática, en que su madre trabajaba Escrito en el estilo de la novela policiaca o thriller, El como prostituta. Las escenas retrospectivas nos ayudan a endelirio de Turing se mueve rápido y de manera entretenida. tender el fondo que explica cómo se van encajando los otros Pero en un mayor acercamiento a la novela descubrimos que no sólo pretende exhibir los conflictos sociales de la América fragmentos de la narrativa. Al fin de la novela, todas las tramas se entretejen, con consecuencias trágicas. Latina moderna, sino que nos invita a confrontarnos con el Una y otra vez, Zoilo se vuelve para mirar a través de la pasado sudamericano. Por este motivo, los personajes más ventana de su apartamento, donde observa las calles debajo trágicos son los que, como Ruth y Cardona, están tratando de él y “la crueldad de la que son capaces” los hombres de la de encarar su responsabilidad moral por haber colaborado calle. La imagen de Zoilo observando el mundo que le rodea con la dictadura. Turing, que había evitado las consideraotorga una metáfora para entender toda la novela. Zoilo cree ciones morales de su trabajo por estar absorto en la calidad que la ventana le protege, “como el vientre de la madre al abstracta de las matemáticas y los códigos, se da por fin recién nacido,” pero nadie puede esconderse detrás del cuenta de que la mayoría de su vida ha sido una mentira. vidrio. “Todos deliramos. Sólo que el delirio de algunos es menos Óscar Vela nos muestra la fealdad de una sociedad en criinofensivo que el de otros,” dice. sis: la corrupción, la brutalidad y el cinismo de las fuerzas de En contraste con la novela de Paz Soldán, que emplaza orden. Si su novela termina en tragedia es porque Vela no ve sus personajes en un panorama social extenso, el autor ecuala posibilidad de que el mundo que describe pueda ser mejor. toriano Óscar Vela parece mantener su campo de acción en En contraste, la novela de Paz Soldán nos deja con la victoria un terreno más reducido. La dimensión de las sombras se side la Coalición y el espíritu de la resistencia que continúa túa en el Ecuador de los ochenta, una época de descomposibajo el eslogan de “Kandinsky Vive”. Entre los dos polos ción social y de represión gubernamental. Los protagonistas —uno de resistencia y uno de represión— vive la América son similares a los de Paz Soldán: las fuerzas represivas del Latina contemporánea; estas dos novelas captan bien esa Estado, el bajo mundo (el de las guerrillas en vez del de los realidad. hackers) y personas que pertenecen a ambos bandos. Pero La dimensión de las sombras es más sombría y casi paranoica. La novela de Vela se centra en la relación de Zoilo, un Lance Selfa es columnista de Socialist Worker/Obrero Socialista y miembro del consejo editorial de International Socialist Review. joven solitario y raro, y Teresa, una pintora e hija de un profesor universitario. Otras historias giran alrededor de la pareja. Una banda de guerrilleros secuestra a un banquero conoci-

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cary y la lengua real (pesadilla en ficción) om ulloa estoy que trino en el patio porque acabo de leer en el periódico que quieren quitarle la ñ al español incierto. no sé si lo he soñado, pero si es verdad me lo van a dejar encuero, sin ñ para decir coño y uña, putañero y caña. no, no puede ser, pienso. esas palabras me hacen falta… qué carajos soy yo sin un coño cada diez minutos, sin un amigo de uña y carne que también es putañero, sin una caña de cerveza en la mano. asustado, me tiro de la hamaca y voy corriendo al rincón del patio donde habita la señora virgen de la caridad del cobre, santa patrona de la isla de cuba. atrapada encima de su barco y sus pescadores a la deriva la veo, tan campante. pero coño, cary, le digo enojado, ¿cómo es posible que hagan esto? ¿es que acaso no se dan cuenta del grave error que es siquiera sugerir tal violación? cary es chévere. ella es, al fin y al cabo, una virgen tropical, no muy estricta en su obediencia religiosa. se metió a virgen por aquello de que era una muchacha seria y en esos tiempos no había otra carrera para las chicas pensantes, ya se sabe. cary detesta al papa y se caga en fidel. me ha dicho que, en su opinión, ambos son tan tiranos como idiotas sin nada nuevo que decir. ella es una virgen moderna y rumbera, seria cuando es adecuado serlo pero cubana siempre, informal, suelta y adaptable. pero yo estoy histérico, carajo. el artículo viene firmado por escritores endiosados, por miembros de la academia militar de la lengua sin igual y no lo puedo concebir… lo estaré soñando, me vuelvo a cuestionar. cary tose discretamente y se afloja un poco la capa azul celeste. después le dice al perenne nené que siempre carga que se baje un ratito y vaya a cambiarse el culero sucio o a jugar a hacerle milagros a los

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angustiados pescadores que habitan el bote inferior y la deje dialogar conmigo, aquí en el patio, en la sombrita y de manera calmada. cary se ha dado cuenta de que estoy muy alterado por la horrorosa noticia. ay, cary, protesto, primero que pásame la lengua intacta, después que pásame la lengua con tacto… adónde vamos a parar. cary asiente y dice que ya para empezar la lengua del cervato de antes no está muy viril que digamos con tanta lengua que se le desmorona entre las moronadas del bilingüismo de los nada dimensionales trilingües. ¡qué suerte tener tantas lenguas, carajo!, suspira cary, protegida entre las arecas del patio, su estatuilla de yeso mohosa de la lluvia y desteñida por el sol. a mí las lenguas me gustan de todo tipo, añado, a propósito usando la sagrada ñ: me gustan puras, cepilladas y juguetonas, que abunden verbos de acción y adjetivos subidos de color. también acepto las lenguas contagiadas con viruses e ismos, sean del ángulo anglo o del franco, buenos tiradores los dos. mientras habla, la señora virgen observa cómo me paseo nervioso por el patio levantando los brazos con espanto. chica, cary, que no creo que las lenguas viperinas sean tan interesantes como las lenguas vespertinas, como la nuestra, respondo aturdido. el español es una lengua que se debe usar de día, pero sobre todo de noche, porque es sexual y musical. las lenguas musicales cantan y bailan, y las sexuales crean alboroto. las lenguas muertas sólo disfrutan de la muy merecida necrofilia. bueno, dice ella, toda correcta y neutral, es que así son las lenguas, ligeras y prestadas. y mira, si la nuestra con el vecino se contamina parirá rufos y safacones, y todos nos entenderemos comiendo burritos y tost-ones. ya casi grito, alarmado malhumorado: …y deletreando co-ho-nes en la televisión nacional. mira, niño, no te alteres, dice cary, que si la suprimen, nuestra lengua resurgirá porque a tantos millones de histéricos nadie puede callar. la nuestra es la lengua universal, heredera de imperios de antaño y usurpadora de nuevas potencias. ay, cary, virgen santa, tienes razón, si para espejo de tanta histeria aquí estoy yo, digo, humilde y más calmado. pero, ¿y si se quiebra y pierde caché? ¿entonces qué? la virgen del patio se acomoda la corona y se arregla un poco el pelo, que hace siglos que está tapado por el manto. que sea lo que dios quiera, dice ella toda diplomática como sermón de misa. cary, vieja, qué clase de respuesta es ésa. no me vengas con ambigüedades religiosas que si la empezamos a escribir sin acentos, tildes y al carajo la ortografía, qué osadía, osaycanyousee, eliminemos a la burguesía y viva la anarquía, ¿es eso lo que quieres decir? no es mala idea, dice cary, que ya está harta de imposiciones toda su vida y del eterno papa polaco que no se acaba de morir y sus anticuadas regulaciones. si por ella fuera y se pudiera escapar del patio, se buscaría un parttime distribuyendo condones. de buena tinta sé que a la primera que le aconsejaría hacer

lo mismo sería a su amiguita la comadre lupe, reina de los cielos del sur, donde abundan las lenguas viperinas. y cary también participaría de las protestas callejeras sucedan donde sucedan y tiraría piedras si se le ablandara el yeso de los brazos. pero qué va, aquí de estatuilla en el patio no puede hacer otra cosa que hablar conmigo de vez en cuando. no es trabajo fácil eso de ser ídolo religioso, me dice. ya cansada, cary añade, como colofón a tanta conversación: chico, a mí me encanta esto de la metamorfosis de la lengua. ah, inyéctenmela, pero que no me la vacíen, dice y se aclara bien la garganta antes de casi gritar: que a nadie se le olvide que lengua es el órgano del gusto, con el que se percibe y distingue. y distinguir, hay que decirlo, es la esencia del vivir. la lengua es vida. gusta y disgusta, susurra y grita. anuncia, avisa y comunica. la señora virgen de la caridad del cobre, mi amiga cary, se ríe a carcajadas silentes porque es que para ser santa patrona de la isla de cuba, que aunque tiene asiento no tiene ni silla ni butaca en la academia militar de nuestra lengua real ni nadie que la nomine, hay que tener maestría en el choteo y el relajo, especialidad en el doble sentido con el que respira esta lengua mía a flor de piel. y ya, cuando me alejo del patio y dejo a cary sola alisándose la capa y volviendo a cargar al molesto nené que en seguida se le encarama a los brazos, el muy mamón que se cree sagrado, la oigo susurrar enojada: oye, y repito, que a nadie se le olvide, coño, que esta lengua es real, que esta lengua es imborrable de la memoria colectiva de una raza que, aunque en continua degeneración, es la más resistente y eterna que existe. que de este mundo a la ñ no la saca nadie, que se enteren. améñ, cary, améñ, le contesto aliviado.

om ulloa es autora de selectos lapsos de memoria (una serie de fetos) y prendas de mujer.


La buena (torna)mesa: Sidestepper Giovanni Matallana El mes pasado revisamos la obra de P18, retrocedamos ahora varios años y viajemos con Richard Blair desde Londres a Bogotá, donde llegó invitado por Toto la Momposina, con quien trabajó en Real World, el sello musical de Peter Gabriel. Su visita se extendió por varios años. En 1996 nace Sidestepper y genera dos producciones y en el 2000 aparece un cd titulado More Grip, para el cual sumó fuerzas con Iván Benavides, quien fue pieza clave en el proyecto La Provincia (Carlos Vives) y luego llevó la batuta del grupo Bloque, bajo el sello musical de David Byrne. More Grip no se despega de la salsa pero tampoco la maltrata, armoniza con ella. Las letras hablan de una Bogotá u otra capital latinoamericana, insatisfecha pero creativa, mal planeada pero en constante movimiento. Se escuchan los contrastes sociales dentro de aquella festiva histeria colectiva. En este caso Richard coordina jóvenes talentos y los deja jugar con lo que ellos saben hacer, mientras él trabaja con Iván y ambos definen el carácter musical de ese penúltimo trabajo. 3 am (in beats we trust), la última producción de Sidestepper, se desprende un poco de la salsa para cederle espacio al reggae y los ritmos caribeños tradicionales colombianos, para nada disonantes de aquellos provenientes de las islas caribeñas. Pero no todo es tradición, también se le da cabida al hip-hop, que aparece y desaparece con la naturalidad de un pregón. El jungle aparece sugestivamente en una mixtura de compases que no dejan cuerpo alguno inmóvil. Sidestepper habla. Asumo que es demasiado obvio definir qué es Sidestepper, personalmente desearía saber ¿Qué no es Sidestepper? Richard Blair: No es una banda, no es agresivo, no es bravo… No es una cosa que tiene definición fácil. Iván Benavides: Sidestepper no es una banda de rock en español, no es un proyecto que repita una formula para buscar mercados, no es la típica banda formateada por MTV, no es música anclada en lo local ni nacida del ghetto. Es música que se nutre de múltiples tradiciones y referencias. En su pasado profesional está el trabajo con Peter Gabriel en el caso de Richard, y David Byrne con Iván, ¿En que medida han contribuido ellos en su trabajo? R.B: En mi caso un entendimiento profundo del arte y misterio de hacer un disco, bajo un principio de mantener el nivel más alto que se pueda. De saber que lo importante es sacar lo mejor de los músicos, durante un momento mágico y de saber cómo crear un ambiente para que esto pueda pasar. I.B: Peter Gabriel y David Byrne además de ser figuras grandes en la música, han sido grandes impulsores de las músicas de la “periferia”, y en ese sentido colaboran con la formación de una nueva sensibilidad mestiza y cosmopolita en audiencias cada vez mas crecientes. Audiencias cansadas de escuchar siempre lo mismo, y que descubren a través de las músicas del mundo la diversidad de manifestaciones culturales en un mundo que pretende ser unipolar. Iván vive en NY y Richard pasa la mayoría de su tiempo en Bogotá, ¿Su calidad de extranjeros les da ventaja en el aspecto creativo? R.B. Se da cierta libertad de llegar a una cultura lejana y hacer cosas fuera de lo aceptado y conocido. Puedo usar lo que a mí me parece mejor y más apto para Sidestepper de la cultura inglesa y latina.

I.B. Bogotá parece el inmenso suburbio de una ciudad que no existe. Nueva York es un capítulo más del genero de ficción. Garcia Marquez decía que nuestra insignia (de los colombianos) es la desmesura. Lo mío sería entonces una especie de resaca producto de los excesos. Si algo nos caracteriza es nuestro nomadismo, y nuestra característica de anfibios culturales: nos podemos desenvolver en diversos medio ambientes. Nos sumergimos por igual en la tradición oral que en los computadores. En Sidestepper los acompaña un equipo joven y con diferentes orígenes musicales, ¿Es esta una escuela musical? R.B. Se puede convertir en eso eventualmente, pero mientras tanto es muy rico trabajar con gente que llega a la banda con menos experiencia, y así menos ideas fijas, menos prejuicio, pero mucho talento que se puede moldear al concepto de la banda.

cionales, de conservarlas en estado puro, o de rescatar las raíces. Vivimos en un mundo cada vez más mestizo, donde por definición los sonidos vienen impuros, y las músicas tienen nuevos desarrollos, urbanos, cosmopolitas, transculturales, abiertos a nuevas posibilidades. Jungle, funk, house, reggae, salsa, cumbia… ¿Cual es el secreto de la mezcla sin dañar la esencia de los elementos? R.B. Buscar lo que tienen en común, buscar cómo dos estilos pueden compartir el mismo espacio, y analizando las raíces de donde viene esta música para darse cuenta el parecido que tienen I.B. Se trabaja con la intuición, con la memoria, con la imaginación, con la obsesión. Nuestra música tiene múltiples referencias, no hay secreto, si el corazón pudiera pensar se pararía.

I.B. Aunque no somos escuela, nunca dejamos de aprender. Tenemos la suerte de trabajar con gente muy talentosa, cada una con una historia y una sensibilidad única, lo que enriquece la experiencia grupal.

Cada producción tarda alrededor de dos años, ¿que podríamos esperar en lo nuevo de Sidestepper? R.B. Otra propuesta que va a desarrollar las mismas influencias, pero cómo y cuánto se van a demorar todavía no sabemos.

Las letras que tratan temas urbanos y contemporáneos han aparecido en menor escala en su ultimo trabajo con temas nada complejos, menos extensos y de mayor exploración musical ¿Por que? I.B. Como dice el título del disco: In beats we trust. Nos interesa más dejarnos llevar por el ritmo , la cadencia de las melodías, el tono de las voces, crear atmósferas. Envolver a la audiencia en sensaciones, más que en mensajes.

I.B. Un sonido honesto, que quiere renovarse a cada paso. Una banda cada vez más sólida y contundente. Nuevas experimentaciones sonoras, quizá un sonido más global.

¿Se puede considerar a los ritmos autóctonos latinoamericanos como parte de una “Leyenda del Dorado musical”? R.B. Hay mucha riqueza musical en América Latina, como en muchas partes, pero yo lo veo en un contexto mas amplio. Considerando las culturas africana, española e indígena.

La canción que le da nombre a la última producción de Sidestepper nos transporta sin costo alguno a una fiesta de músicos virtuosos en cualquier playa del caribe, es decisión propia si se escucha sentado o danzando.

www.sidestepper.com Giovanni Matallana es diseñador y artista plástico colombiano.

I.B. Creo que nuestra riqueza más grande es la cultura popular. Pero no se trata de preservar las músicas populares tradi29


Extrasístoles Corazones egipcios

La chica de las tres cabezas

Jochy Herrera

Graciela Reyes

Los textos representativos de las prácticas religiosas del Egipto antiguo datan de la Edad de Las Pirámides justo al final de la Quinta Dinastía, aproximadamente en el 2,400 a. C. El libro de los muertos, conocido también como La salida al día, es considerado por expertos como la más fiel y hermosa colección de sortilegios ilustrativos del pensamiento moral y religioso que sobre la muerte existía en la época. De ellos, el mejor conservado es el Papiro de Ani adquirido en Tebas por el Museo Británico de Historia en el 1888. Sus 24 metros de longitud narran el tránsito del fenecido Ani desde el juicio final hacia la otra vida en una ceremonia presidida por el rey Osiris, esposo de su hermana Isis y legendario dios de los muertos asesinado por su hermano Seth. La religión egipcia era politeísta, más libre y tolerante que el judaísmo, islamismo y cristianismo posteriores. Carecía de poder de autoridad y no proponía la adoración divina en sus prácticas. Sus dictados y supersticiones mortuorias persistieron aún después de la cristianización de Alejandría (69 a. C.) resultado, en parte, de las prédicas de Marcos El Evangelista y de las múltiples culturas influyentes en la región. El libro de los muertos, más que asemejarse al Corán o a la Biblia, fue un recurso útil frente al devenir de la otra vida, perenne preocupación entre aquellos hombres. Los Textos de Pirámides que le originaron evolucionaron hacia los Textos de Los Ataúdes los cuales popularizaron las prácticas mortuorias de los faraones. La idea osiriana del mas allá dejó de ser exclusiva propiedad de la realeza al permitir que el hombre común dispusiera de los instrumentos que fuesen necesarios tras la muerte. De todos los pasajes contenidos en el Papiro de Ani, las hojas 3, 4 y 27 pertenecientes al capítulo 30B, son indudablemente las de mayor importancia. Ellas detallan la confrontación entre Ani y Osiris el día del juicio final: una báscula pesa la pluma de Maat, diosa de la verdad, la justicia y el orden cósmico, contra el corazón del muerto. De acuerdo a la conducta del personaje durante su vida y su contribución a la sociedad, dependían las circunstancias del paso al más allá. Una sugestiva indicación del sentido moral y filosófico que la muerte motivaba al pueblo egipcio. Durante la “confesión negativa”al enjuiciado, éste enunciaba los pecados no cometidos en la vida terrenal. De lograr avanzar, habría de compartir junto a los dioses las grandezas y vicisitudes que le brindaría la nueva vida. En la teología Menfita de la época se le adjudica a la divinidad Ptah el rol de intérprete de los designios del ser supremo al momento de la creación. Al verbalizar la concepción del mundo a través del corazón y el pensamiento, los seres y objetos aparecían sobre la faz de la tierra. Enunciado más simplemente: la creación fue el resultado de lo que el corazón pensó y la lengua ordenó, y la historia de Sinuhe, correspondiente al Reinado Intermedio de la Dinastía 12, parece demostrarlo: al narrar pasajes de la vida de un oficial del harem del rey Amenemeht se evidencian, no solo las condiciones políticas y sociales prevalecientes, sino también las meditaciones que la dualidad corazóncerebro, sentir-pensar provocaban entre los hombres de la época. Tras el asesinato del faraón Amenemeht, Sinhue escapa a Siria donde añora su pueblo. El nuevo rey Seostris I le llama ofreciéndole perdón por sus faltas. Al retornar, Sinuhe habla henchido de emoción: “yo era como un hombre atrapado por la oscuridad (…) mi corazón no estaba en mi cuerpo, no distinguía entre vida y muerte…” frases que hablan de la pérdida absoluta del héroe frente a los dominios del corazón, asiento evidente de las emociones y el intelecto. La idea freudiana de que el subconsciente irracional es responsable de la expresión de conceptos y sentimientos ocultos era ya fuente de preocupación para los egipcios. El texto del Papiro de Ani narra la necesidad de “pacificar”el corazón para prevenir que confesase los pecados del muerto. Del corazón se esperaban cosas verdaderas durante la ceremonia del juicio final, enunciados que facilitasen un resultado exitoso y no una traición. La post-modernidad, hogar del mercado, el televisor y la destrucción, dificulta el hallazgo de un lenguaje conector entre pirámides, faraones y filosofía. Insistimos que a pesar de ello, convendría inquirirle a una muchacha del sur las in-seguridades que le atormenten: las miradas (ajenas y propias) inquietas ante un lago color gris cercano a hoteles de iniciales anglosajonas, el secreto detrás de un nervioso cigarrillo que mancha labios otrora vírgenes o simplemente, la razón de ser de un desamor a todas luces ajeno. Para los egiptólogos, respuestas sobrarían: los corazones, jóvenes, viejos, faraones, porteños, azules o color primavera, todos, dicen lo mismo: ¿quién se atreve a confiarles, si ni siquiera los muertos lo hacen?, ¿pesa más la verdad y la justicia que el latido que tras unos ojos violeta nos arroja la vida?, ¿piensa o siente el corazón?

A los seis años, yo ya tenía pruebas de que dentro de mí había otra persona que actuaba por su cuenta: no era yo, sino otro, quien perdía cosas. Perdía de todo, y en especial y para mi mayor vergüenza el lápiz negro que usábamos en primer grado para aprender a escribir. Me esforzaba por prestar atención —si me habrán dicho que prestara atención—, pero era inútil, perdía el lápiz sin saber cómo, cuándo, por qué. Las reprimendas incluían augurios sobre mi futuro, del tipo “nunca vas a llegar a nada en la vida”. Al que perdía las cosas le puse de nombre Serpentino Gutiérrez. Gutiérrez porque suena bien, supongo, y Serpentino porque me lo imaginaba serpenteando, deslizándose de un lado a otro, juguetón, habitante de un mundo que yo imaginaba subacuático y que estaba dentro de mí, pero dónde, no sé. Nunca le hablé a nadie de Serpentino. Descubrí que además de perder el lápiz hacía cosas útiles, como prestar atención por mí, avisándome de peligros o recordando frases que yo en realidad no había oído. Sus habilidades lingüísticas eran asombrosas. Era velocísimo para entender cualquier frase que oyera y para ponerme palabras en la boca. Él buscaba las palabras (que tenían que estar en su mundo subacuático), me las daba, y yo las usaba, todo rápidamente, casi sin exigirme pensar, era algo vertiginoso. Un día supe que el cerebro tomaba decisiones propias para proteger el funcionamiento del organismo, que había toda una vida fisiológica que era involuntaria e inaccesible, como el mundo subacuático de Serpentino. Cuántas cosas sucedían dentro de mí, sin mi intervención. Me di cuenta de que yo, con mi moño blanco siempre caído, yo Reyes, no era más que una minúscula parte de “yo”. Ahora las ciencias cognitivas me dan una hipótesis fascinante para explicar todo esto: tengo tres cabezas, como todo el mundo. La primera o la más primitiva es la cabeza, o la mente, fisiológica, neuronal. La segunda mente es más desarrollada: realiza computaciones inconscientes, es la mente simbólica o computacional. Si esta hipótesis es correcta, allí habita Serpentino. Su mundo es un mundo de módulos especializados en hacer diversas tareas de manera subconsciente, rápida y certera. Limitándonos a las tareas lingüísticas, hay un módulo lingüístico que analiza el lenguaje y lo descodifica, y otro módulo que nos permite representarnos lo que los demás tienen en sus mentes (sus creencias, sus intenciones, deseos), y por lo tanto también sus intenciones comunicativas. Entender el lenguaje es, para mí, la más asombrosa facultad mental, porque implica entender lo que significan las palabras y también y sobre todo entender lo que alguien quiere decirnos cuando usa ciertas palabras: con las palabras solas no bastaría, hay que poder leer la mente ajena. Todo esto sucede, según estas hipótesis recientes, por debajo de la conciencia. Podemos, claro, hacerlo objeto de reflexión consciente, y lo hacemos con frecuencia, pero lo maravilloso es que podamos comunicarnos sin pensar mucho: entendemos el lenguaje y entendemos a los demás, de manera involuntaria y relativamente fácil, gracias a los mecanismos mentales que hemos ido adquiriendo en la evolución de nuestra especie. La tercera mente es la racional, la de los actos voluntarios con finalidades y normas, y participa en el lenguaje cuando hace falta aclarar malentendidos, analizar textos, en fin, reflexionar sobre lo que decimos o nos dicen. La racional y la simbólica, que en lo lingüístico interactúan y convergen, son las mentes propiamente humanas. Para casi todos los animales, aun los que tienen códigos de comunicación, es imposible captar las intenciones de los demás, viven en un mundo de cuerpos, no de mentes que se leen entre sí. Serpentino Gutiérrez es, en realidad, algo mucho más maravilloso e incomprensible de lo que yo creía a los seis años: es parte de la extraordinaria tecnología que está instalada en los humanos al nacer. Él vive allí donde operan, misteriosamente, la memoria, la imaginación y la creatividad. Ahora ya no pierdo el lápiz, pierdo otras cosas. Serpentino es el bibliotecario del gran archivo que es mi memoria. A veces cambia datos de lugar, o elimina algunos, sin consultarme, por supuesto. A veces desentierra cosas fascinantes, que yo creía haber olvidado. Siempre sabe más que yo. Y se ríe de mí, como toda la vida.

Graciela Reyes. Escritora y profesora de lingüística en UIC. Es autora de Poemas para andar por casa, Reflexiones de una mujer sola, Que la quiero ver bailar y Cuentos de amor.


MÚSICA

CAFÉ Café Jumping Bean Exposición: Patricia Martinez Diciembre 1439 W. 18th St. (312) 455-0019

El Mesías de Haendel 10 de diciembre Symphony Center 220 S. Michigan Ave. (312) 294-3000

Café Mestizo Miércoles: Open Mic Domingos: Jazz 2123 S. Ashland (312) 942-0095

Chuchito Valdés Ensamble afrocubano 12 de diciembre Hot House 31 E. Balbo (312) 362-9707

The Piñata Strikes Back Teatro Aguijón hasta el 18 de diciembre 2707 N. Laramie Ave. (312) 670-8496 La Posada Old Town School of Folk Music 19 de diciembre de 2004 4544 N. Lincoln Ave. (773) 728-6000

EXPOSICIONES

¡Viva Flamenco! Clinard Dance Theater 15 de diciembre Hot House 31 E. Balbo (312) 362-9707

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TEATRO

Cuerdas Clásicas 17 de diciembre Teatro Concordia 6134 W. Cermak (773) 579-1273

Décima Musa Jueves de trova con Ramón Marino 1901 S. Loomis (312) 243-1556 Kristoffer’s Cafe Deborah Carroll Trabajos en lienzo 1733 S. Halsted (312) 829-4150 Mi Cafetal Viernes: Nueva Trova 1519 W. 18th St. (312) 738-2883

6EXPRESIONES6 obra sobre papel

Atmósfera de la flora Chicago Historical Society del 4 diciembre al 9 enero 1601 N. Clark St. (312) 642-4600

Cámara, acción: Performance y fotografía Museo de Fotografía Contemporánea Columbia College hasta el ..... 23 de diciembre 600 S. Michigan (312) 663-5554

Casa Aztlán los invita a su vigésima segunda Posada Navideña

René H. Arceo, Mizraim Cárdenas, Juan Guerrero, Eufemio Pulido, Eduardo Torrentera, Aida Villarreal

Además de disfrutar de un rico ponche, habrá regalos para los niños, se cantarán villancicos y habrá una procesión junto a José y María, los Santos Reyes Magos y un burrito, importado directamente desde Wisconsin.

Sábado 18 de diciembre 5:00 – 8:00 p.m.

Jueves 16 de diciembre 6:00 p.m.

Jumping Bean 1439 W. 18th St. (312) 455-0019

Casa Aztlán 1831 S. Racine (312) 666-5508


Patricia Acosta

subasta

Jesús Acuña

de

Montserrat Alsina Tim Anderson René Arceo Tim Arroyo

Jeff Abbey Maldonado Antonio Martínez

Arte

Giovanni Matallana Dolores Mercado

Jesús G. de la Barrera Victoria Bianco

Edgar López Olivia Maciel

Ángeles Meza

a beneficio de

Mikhail Mikora

Tomás Bringas

Kelly D. Pelka

Mario Castillo

José Luis Piña

Juan Chávez

nfp

Javier Chavira

Marcos Raya Sebastián Rimoldi

Carlos Cortez Koyokuikatl

Leticia Rodarte

Miguel Cortez

Pete Rodríguez

Héctor Duarte

Sergei Rokambol

Roberto Ferreyra Carlos Flores Esperanza Gama María Gaspar

Acompáñenos al

CENTRO-MUSEO

DE

BELLAS ARTES MEXICANAS

a disfrutar de una velada con buen vino y la guitarra clásica de Andrés Castillo. La subasta silenciosa constará de 80 obras de más de 50 artistas.

Crisol Gracia José Guerrero Antonio Hernández

Gabriela Juárez Domínguez Nicolás de Jesús Alexy Lanza

Diana Solís Edra Soto Francisco Toledo

Acompañaremos la velada con una muestra de ricos bocadillos de Buenos Aires Deli, Café Mestizo, Ché Café, Décima Musa, Kristofers’ Café, Mi Cafetal, Restaurante El Ñandú y las delicadezas gastronómicas de Luisa González.

Peter Hurley María F. Isasi

Alejandro Romero Ricardo Santos Hernández

Thelma Uranga Ray Vázquez Gabriel Villa

Viernes 17 de diciembre de 2004 6:00 – 10:00 P.M.

Carlos Villanueva Gerardo Villarreal Garza

Donación $10

CENTRO-MUSEO DE BELLAS ARTES MEXICANAS 1835 W. 19th Street Chicago, Illinois

Roy Villalobos

Información: (773) 769-2923


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