mesa directiva Frances R. Aparicio, Ricardo Armijo, Raul Dorantes, Gregory X. Gorman, Jochy Herrera, Francisco Moreno, Francisco Piña, Moira Pujols
director ejecutivo Francisco Piña
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redacción Febronio Zatarain
corrección de pruebas Julio Rangel
diseño Francisco Piña
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Editorial La esquina: El tercer territorio Palabra de hispano Las continuas olas de inmigrantes mantienen el español vivo en la ciudad Las migraciones de la escritura: Los espacios de la literatura puertorriqueña estadounidense De las comunidades fronterizas prefijos y vicios de privación
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Raúl Dorantes y Febronio Zatarain Francisco Moreno-Fernández
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Ana Luz Pérez Durán
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Frances R. Aparicio Carlos Monsiváis om ulloa
latiNidaD Crecimiento demográfico latino en el área metropolitana de Chicago (Parte II)
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Rob Paral, Timothy Ready, Sung-Chang Chun y Wei Sun
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Desdibujos 14 Rony Alirio Poemas 18–20 Ignacio de Alba
mirada cómplice Aprender a mirar.... en la Galería Aldo Castillo
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Delia Negro
tiempo extra Luis Alberto Urrea en la carretera del diablo No se ha dicho todo sobre el voto: Sigue el migrant tour An Immigrant Class: Testimonios de la inmigración Malafacha: Los skarnales de la Benito Juárez Manos que se agitan este adiós está en cubano Cuatrocientos años: El Quijote en la narrativa norteamericana El movimiento laboral argentino: “Nuestros sueños no caben en sus urnas”
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Kari Lydersen Carlos Arango Érika Buchancow Cindy Martínez Iván Torrijos om ulloa Carmen González
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Peter Lamphere
tiempo de sobra Luis Cernuda: De la rosa entreabierta a las variaciones
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Olivia Maciel
Horóscopos
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Doña Masas
El castellano
y
del
E
la entrega
Oscar
El pasado 27 de febrero, durante la entrega de los premios Oscar, se pudo percibir que la presencia hispana en los Estados Unidos es cada vez más fuerte. Entre los presentadores del evento, se encontraban Penélope Cruz y Salma Hayek; además, la canción galardonada —escrita en castellano— fue interpretada por Santana y Antonio Banderas y la película española Mar adentro obtuvo el Oscar a la mejor cinta extranjera. Llama la atención, eso sí, que las últimas cuatro películas de habla hispana que han ganado el Oscar provengan de España. ¿Será una coincidencia? Si bien es cierto que el cine español ha mantenido cierta consistencia, también es cierto que la calidad del cine latinoamericano, sobre todo en la última década, no se queda atrás del peninsular. Pero a lo más que han llegado algunas películas latinoamericanas es a recibir la nominación. La más sonada ha sido la nominación de Amores perros, película que “inexplicablemente” no recibió el premio. Y ponemos el adverbio entre comillas porque consideramos que sí hay una explicación. Lo que sucede en Hollywood es, querámoslo o no, un reflejo de la forma en que la sociedad estadounidense se relaciona con los hispanos. Por cuestión numérica —más de 34 millones—, dicha sociedad, hoy por hoy, ya no puede negarle un espacio a lo que se conoce como “comunidad latina”. Pero por desgracia cuando se busca al artista que se ha de premiar, este país primero pone los ojos en Europa, luego en los países de Hispanoamérica donde hay más sangre europea, y posteriormente en la América mestiza. No es casual que al uruguayo Jorge Drexler se le haya privado del derecho a interpretar su propia canción, y a los televidentes del mundo entero se nos haya privado de disfrutar del gran dúo que hubieran conformado Drexler y Santana. Lo que sucede en el mundo del espectáculo también acontece en otros terrenos del mundo estadounidense, por ejemplo, el educativo. En las escuelas de la zona metropolitana de Chicago, en especial las de los suburbios, cuando se buscan maestros para los programas bilingües se piensa primero en buscarlos en España, esto sin tomar en cuenta estudios como al que hace referencia en estas páginas Francisco Moreno, quien señala que “el español de estos hispanos de Chicago se inscribe en la órbita geolectal del español de México.” Esta actitud en el ámbito educativo, responde primordialmente a la falsa creencia de que existe un buen español (el peninsular) y otros (los de Latinoamérica) que tienen sus deficiencias. Como bien se señala en otro de los artículos publicados en esta edición, “hay variantes solamente. El
español porteño de Jorge Luis Borges no es más ni menos universal que el español caribeño de Guillermo Cabrera Infante o que el español rural de Camilo José Cela.” Y tampoco se trata de que las escuelas públicas tanto de Chicago como de los suburbios contraten a ciegas profesores mexicanos o latinoamericanos; se trata de que dichas instituciones encuentren a profesores —sin importar su nacionalidad— que tengan la sensibilidad y los conocimientos sociolingüísticos para educar a niños hispanos nacidos o criados en los Estados Unidos. Desde los años de Martin Luther King Jr. hasta nuestros días, la sociedad estadounidense ha ido tomando conciencia de sus prejuicios hacia los afroamericanos y, debido a esa toma de conciencia, ha estado tratándolos de superar. Una actitud similar no se ha dado para enfrentar y trascender el antimexicanismo, que por desgracia impera cada vez más en esta sociedad, y no sólo en el ámbito anglosajón, cabe decir, sino incluso al interior del mundo latino. Amores perros, cinematográficamente hablando, sin duda se merecía el Oscar a la mejor película extranjera, pero tanto la vecindad de México con los Estados Unidos como la fuerte presencia mexicana en las grandes urbes de este país, en lugar de ser puntos a favor, sirvieron como puntos en contra. Al inmigrante mexicano no se le relaciona con el arte o el mundo intelectual y educativo; desafortunadamente, se piensa de modo positivo en el mexicano sólo cuando se está planeando el corte de la manzana en Oregón, cuando se va a inaugurar un restaurante en el Loop de Chicago o cuando se va a instalar un nuevo rastro en el estado de Arkansas. La primera sección del presente número de Contratiempo se ha preparado en torno al XX Congreso del Español en los Estados Unidos, que se llevará a cabo del 24 al 26 de marzo en la Universidad de Illinois. Por ello, participan en esta edición varios de los ponentes del Congreso: Francisco Moreno-Fernádez, Frances Aparicio y Kim Potowski.
ditorial
Raúl Dorantes y Febronio Zatarain Hay dos territorios culturales en los que se mueven los hijos del inmigrante mexicano en sus primeros años: la casa y las escuelas públicas. La lengua de la casa es el español; la de la escuela es en esencia el inglés. En la casa, el niño crece en un México que se vuelve idílico en la boca de los padres; un México en el que por lo general se sublima la pobreza y el hambre. En la escuela el niño, a través de los libros de texto, se introduce en un mundo que está lejos de su circunstancia cotidiana, un mundo que generalmente corresponde más a las familias de la clase media de los Estados Unidos. De modo que el pasado paradisiaco se lo narran en español en la casa; y el presente de la vida suburbana —paradójicamente más lejana que el pueblo mexicano— se lo muestran en un español transicional o en un inglés permanente en las aulas. En fin, la transicionalidad, la negación de su realidad cotidiana y la falta de latido del español que el niño estudia en los libros de texto, contribuyen a que opte por el inglés y menosprecie el español. Porque desde el momento en que las lecturas y las ilustraciones de los libros no se aproximan a su realidad concreta, los niños se distancian o incluso se avergüenzan de los padres. La imagen de un obrero, un busboy, un cocinero, un janitor, una babysitter, un elotero, una housekeeper, etc. —oficios que estadísticamente tienen que ver más con el mundo laboral de los mexicanos—, por lo general no aparece en los libros. De vez en cuando los libros muestran a un líder sindical o político —el caso loable de César Chávez—, y cuando llegan a incluir textos que traten sobre la vida concreta de un obrero o una housekeeper lo hacen sin rigor literario ni científico. Además, las editoriales estadounidenses que elaboran los libros de texto en español, con mucha frecuencia parten del supuesto de que existe un buen español. Hacen referencia a este “buen español” al promocionar o vender sus productos sobre todo en las ferias de libros de educación bilingüe. Y nos quedamos pensando a qué se referirán con eso. ¿Hay acaso un buen español y un mal español? ¿Cuál es el buen español: el que se habla en Madrid y no en Bogotá o en México? ¿O el que se habla en Don Quijote y no en Pedro Páramo o en Cien años de soledad? De entrada, consideramos que es un prejuicio plantear que hay un buen y un mal español. Porque una lengua y todas sus variantes no se juzgan. Los giros de una palabra o los nuevos vocablos se observan, se describen y se explican, pero no se juzgan. Al igual que en México o que en el resto de los países hispanos, el castellano en los Estados Unidos (y en específico en Chicago) ha tomado su propio cauce. Y aunque este cauce tenga su origen por una cuestión numérica en el que podríamos llamar “el español mexicano”, desde el momento que cruza la frontera se le juntan otros afluentes. Estos afluentes van desde “el español cubano” hasta “el español chileno”, pero no es exagerado señalar que el mayor afluente que se junta al cauce del “español mexicano” es el de la otra lengua: el inglés. Sin embargo, entre los que elaboran los libros de texto, es común escuchar epítetos en contra del español que hablan los mexicanos que viven al norte del río Bravo. Algunos redactores o traductores simple y llanamente lo consideran una deformación. Otros son más sutiles y llegan a decir “que el español del campo mexicano y, por consiguiente, el de los inmigrantes es muy raro”. Estos comentarios son preocupantes cuando se trata de elaborar libros dirigidos a niños y a jóvenes que en su mayoría son de origen mexicano o méxico-americano. Como sabemos, “ese español raro o deformado” es con el que crecen los niños hispanos en estados como Texas o California, o en ciudades como Denver o Chicago. Y se le substituye por “un español universal”, es decir, un español supuestamente neutral y sin arraigo. Por eso es muy difícil que un niño de barrios como La Villita o Pilsen se vea reflejado en las páginas que publican las grandes compañías editoriales (Scott-Foresman o McMillan, por ejemplo). En estas empresas, los redactores y los traductores se pierden pensando que hay un 4
En un salón de clases bilingüe en Wisconsin
español universal. Y no es así. Hay variantes solamente. El español porteño de Jorge Luis Borges no es más ni menos universal que el español caribeño de Guillermo Cabrera Infante o que el español rural de Camilo José Cela. En otras palabras, el castellano de España (con todas sus variantes) no es más ni menos universal que el castellano de Honduras (con todas sus variantes) o que el castellano de los inmigrantes en los Estados Unidos (con todas sus variantes). Es tan válido el “aparcarse” de España y el “estacionarse” de México como el “parquearse” de los hispanos en los Estados Unidos. Para las tres palabras hay una comunidad lingüística formada por millones de hispanohablantes que las legitiman. ¿Quiénes son entonces los redactores y traductores de estas empresas para juzgar alguno de los tres términos? ¿Quiénes son para dictaminar que hay palabras enfermas y hay palabras sanas? Lo raro del asunto es que casi siempre aceptan el término de España y en segundo lugar el de México o de cualquier país latinoamericano, pero el de aquí —el que escuchamos a diario, el que pide una comprensión— se ningunea. Los traductores, redactores y correctores, tienen más herramientas que la mayoría de los maestros para defenderse de la intransigencia y de los prejuicios en contra del español que se habla en los Estados Unidos. Pero en los libros para el maestro —así como en los libros para el estudiante— hasta ahora no se ha incluido un apartado para crear conciencia de esas nuevas palabras que forman parte del lenguaje cotidiano de las familias inmigrantes. Por ejemplo, en ninguna página hemos leído que se le instruya al maestro para que, sin agredir al estudiante, explique que “sótano” ha devenido en “beis-
man”, y que de algún modo “sótano” y “beisman” son cosas distintas. Para un inmigrante mexicano cualquiera, la palabra “sótano” apela a las telarañas, a las ratas y a la oscuridad, y “beisman” es un lugar donde se puede vivir. Es sólo un ejemplo, pero los términos insertados en el habla diaria de estas familias ascienden a cientos. Claro, para entender este español de Chicago o de muchas ciudades estadounidenses hay que tomar en cuenta los puntos de vista de las academias y de los lingüistas de todos lados; pero consideramos más importante intentar comprender desde aquí este español que al menos en Chicago ha tenido presencia por más de un siglo. Y para comprenderlo es necesario no cerrarse. Es una visión muy parcializada, eso sí, considerar solamente lo que dicen filólogos como María Moliner o el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. No se trata de que los que trabajan con la palabra escrita hablen el lenguaje de los inmigrantes o de sus hijos. No. Se trata de intentar comprender esas nuevas variantes y de ser posible llevar dicha comprensión a las páginas de los libros de texto. Que el uso muy particular que se le ha dado a la palabra “aplicación”, sin rechazarla, lleve a los niños y a los jóvenes a conocer la palabra “solicitud”. Acaso al final de cada capítulo de los libros se puedan dar herramientas al maestro para que explique y no descalifique estas nuevas variantes. De esa manera, los hijos de los inmigrantes no van a pensar que en su casa se habla un mal español nada más porque su papá dice “yarda” al regresar del trabajo o porque su mamá usa la palabra “coras” cuando está en la lavandería. Por otra parte, lo que un libro de texto dirigido a los hijos de inmigrantes mexicanos todavía no ha mostra-
do, es la problemática que sus padres tuvieron que afrontar en su lugar de origen, luego la venida al Norte, el cruce ilegal de la frontera y por último la capacidad de integrarse en el mundo productivo de los Estados Unidos. Y dado que los libros niegan esa realidad —una realidad que es a ojos vistas digna de respeto—, a los hijos no les queda otra más que buscar la manera de esconder su presente y su pasado. No se trata de mostrar ese proceso desde una óptica romántica ni maniquea, sino auxiliándose de la historia, de la sociología y de la antropología dar una explicación rigurosa de acuerdo al nivel académico de los alumnos. Cabe aclarar de nuevo que el español que se habla en la casa, impregnado de spanglish, es un español vivo que define la identidad de una gran parte de los hispanos que residen en los Estados Unidos. Si en la actualidad —según el Censo de 2000— hay alrededor de 34 millones de hispanos (de los cuales 22 son de origen mexicano), es bastante factible que por lo menos doce millones hablen a diario el español que ha surgido al norte del río Bravo. Los anglicismos que se han integrado a su habla cotidiana son producto de una necesidad colectiva. Y por eso los adoptan inconscientemente, es decir, son dichos de una manera natural. Fluyen en su habla y reafirman su carácter social de inmigrante. Sin el spanglish simplemente no serían inmigrantes. Pero los libros de texto en principio se posicionan en el bando más conservador para, de esa manera, negar sin ninguna explicación el habla de esos niños, que son quienes precisamente van a leerlos. Lo paradójico es que si revisamos los libros encontraremos muchos anglicismos y muchos párrafos que responden a la estructura sintáctica del inglés. Pero estas transformaciones no son resultado de una necesidad colectiva sino más bien del lucro, de la prisa y del descuido. En suma, a diferencia del habla de los inmigrantes, en los libros de texto se maneja generalmente un español sin latido. Cabría preguntarse: ¿qué es lo que ha ocasionado la ausencia de una historia no edulcorada de la inmigración mexicana y la carencia de una explicación sociolingüística del fenómeno del spanglish en los libros de texto? ¿Qué es además lo que ha ocasionado las deficiencias del programa transicional bilingüe? La falta de respuestas a estas preguntas hasta hoy sólo ha contribuido a generar en los niños un remolino interior que lo mismo los puede lanzar a agarrarse de esa cultura que los niega —la estadounidense— o bien a fijar los ojos en la esquina de la pandilla o de la “ganga”. El inmigrante mexicano que llega a Chicago sabe que hay muchos aspectos de su nuevo entorno que le son vedados. El ritmo es otro, la lengua es otra y los códigos son otros. Y cuando se llega tarde a ellos, aunque se comprendan, no se aprenden. En su frustración, el inmigrante deposita su esperanza en la educación de sus hijos. Y desde el primer día que los lleva a la escuela cree que ahí cultivarán el espíritu y que empezarán a introducirse a ese ritmo, a esa lengua y a esos códigos que a él le siguen siendo ajenos. La cultura del inmigrante mexicano sigue siendo primordialmente campesina. Y este inmigrante siente que el mundo estadounidense busca la manera de anular su cultura. Porque de la cultura mexicana al estadounidense le podría llamar la atención un Diego Rivera y una Frida Kalho, una Sor Juana y un Octavio Paz —iconos que ya son parte de la cultura universal—, o bien los mitos prehispánicos o las figuras del espectáculo, pero desdeña la cultura específica y vital del inmigrante que le limpia la casa, que le arregla el jardín y que le sirve el café en los restaurantes, situación que se refleja, como ya dijimos, en los libros de texto. El padre inmigrante cada vez se vuelve más consciente de que en los corredores y en las aulas de las escuelas públicas, su hijo se va enterando de la existencia de las “gangas”. Y cuando este padre observa la forma en que el hijo trastoca su vestuario, le invade la idea de que el joven se haya hecho “ganguero” o pandillero. Sin embargo, la impresión del padre —y lo mismo podemos decir de los educadores y de la sociedad en general— puede ser engañosa. Ni el vestuario, ni el corte de
pelo, ni los tatuajes, son indicadores reales de que los niños y los adolescentes ya se hayan vuelto miembros de alguna de las pandillas. De acuerdo al Censo de 1990, en la zona metropolitana de Chicago residían aproximadamente un millón de jóvenes entre 11 y 21 años; de esos, el FBI aseguraba que entre 30,000 y 50,000 eran pandilleros; obviamente, las condiciones de pobreza, la mala educación y otros factores, hacían y hacen que haya mucha mayor incidencia de pandillas en los barrios negros e hispanos. Pero ese mínimo porcentaje (entre 3% y 5%) de jóvenes pandilleros curiosamente determina modas en el vestuario, en los gustos musicales, en los modos de hablar y de caminar, etc. de gran parte de ese millón de jóvenes. Todo joven, por naturaleza, es rebelde. Por medio de esa rebeldía, busca ser él. Y en el caso de los hijos del inmigrante, además de esa búsqueda individual, hay en ellos una búsqueda colectiva. Se congregan con otros y otras que enfrentan esa misma problemática que los ha puesto en suspenso, pues han girado en torno del territorio de la casa y del territorio de la escuela sin realmente ser ellos. Hasta ahora son muy escasos los jóvenes que han logrado conjuntar ambos territorios: el del pasado sublimado dicho en boca de sus padres y el del presente representado por el mundo de la clase media estadounidense. A la mayoría de los jóvenes de origen mexicano les atrae el tercer territorio: la esquina. Pero pocos son los que llegan a convertirse en su centinela, es decir, en pandillero o pandillera. Ser centinela de una esquina —ser “ganguero”— implica crear un lenguaje propio, cierta combinación de colores en el vestuario, cierto gusto musical e incluso cierta forma de atarse los zapatos. A diferencia de los otros jóvenes, los pandilleros poseen un espacio; lo cuidan con celo porque es donde mejor han enraizado. La posesión de una esquina por parte de los hijos del inmigrante no es nuevo; por ejemplo, en la pasada década de los cuarenta, el fenómeno del pachuco californiano fue lo que más atrajo del mexicano en los Estados Unidos a Octavio Paz. Los pachucos —al igual que los “gangueros” o los “cholos” de nuestros días— “se singularizan tanto por su vestimenta como por su conducta y su lenguaje. Rebeldes instintivos, contra ellos se ha cebado más de una vez el racismo norteamericano. Pero los pachucos no reivindican su raza ni la nacionalidad de sus antepasados. A pesar de que su actitud revela una obstinada y casi fanática voluntad de ser, esa voluntad no afirma nada concreto sino la decisión de no ser como los otros que los rodean. El ‘pachuco’ no quiere volver a su origen mexicano; tampoco —al menos en apariencia— desea fundirse a la vida norteamericana”. Una diferencia. Cuando el pachuco cuidaba su esquina, salvaguardaba algo que sólo le pertenecía a él; el “ganguero” de nuestros días, en cambio, cuando cuida su esquina salvaguarda también los intereses de un fantasma que lo ha ido carcomiendo: el narcotráfico. El pachuco poseía el tercer territorio, pero el “ganguero” se ha visto obligado a convertir la esqui-
na también en una franquicia ya no controlada por él, sino por aquel fantasma al que las diferentes instancias gubernamentales se obstinan en no verle la cara. Basta citar las diversas ordenanzas antipandillas que aprueba en pleno el Concilio Municipal de Chicago; los concejales y el alcalde siguen viendo el problema del narcotráfico como un mal generado por las pandillas, cuando el narcotráfico es un mal que ha afectado profundamente a los jóvenes y en específico a las pandillas. A pesar de las leyes antipandillas —es decir, antijóvenes—, la mayor parte de los adolescentes se sienten atraídos por lo que ha surgido en la esquina. Como ya dijimos, la mayoría no pertenece a ellas, pero muchos se visten y se comportan como si fueran pandilleros. Son los llamados wannabes: los que quieren ser. No asombra que cuando —debido a esas leyes— la policía pone a varios jóvenes con las manos contra la patrulla para catearlos, en su rostro surja un gesto de orgullo y hasta de triunfo. Porque la actitud de la policía les confirma que también son rebeldes. Los wannabes se sienten atraídos por el grafitti, los tatuajes y los pantalones baggies pero al mismo tiempo saben que la única manera de salir a flote es aprendiendo los ritmos y los códigos a los que sus padres no tuvieron acceso. Saben además que hacerse centinela de una esquina es poner en riesgo la libertad y la vida. Cerremos: una buena educación, más que acabar con la rebeldía de los jóvenes, la alienta; pero no en términos destructivos. Y una buena educación bilingüe le daría al joven mejores herramientas para poder discernir entre participar o no en una pandilla. Y, por otra parte, una buena educación bilingüe mantendría los vínculos entre el hijo y el padre inmigrante. El pasado del padre y el presente estadounidense comenzarían a dar sus frutos.
Morros de la otra esquina. Foto tomada de Diáspora michoacana
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Francisco Moreno-Fernández Más a menudo de lo deseable, a todos se nos llena la boca explicando cómo es el español de los hispanos de los Estados Unidos, cómo se mezcla con el inglés, qué diferente es respecto del español hablado en otros territorios, qué cantidad de errores incluye o cómo acabará desapareciendo entre las fauces inmisericordes de la asimilación sociolingüística. Pero, ¿realmente es así? Es evidente que esos procesos existen, pero ¿contamos con estudios que demuestren fehacientemente el nivel de mezcla, de diferencia, de errores y de asimilación del español de los Estados Unidos? Con el ánimo de dar un pequeño paso en el conocimiento de esa realidad, nos hemos puesto manos a la obra y hemos analizado la naturaleza del español hablado por los jóvenes hispanos de Chicago. Los resultados de una primera investigación sobre el léxico de estos jóvenes se presentan en el “XX Congreso sobre el español en los Estados Unidos” (Universidad de Illinois en Chicago, marzo de 2005) y las líneas siguientes son un resumen de lo presentado al foro científico. Los hispanos con edades comprendidas entre los 15 y los 17 años y residentes en la ciudad de Chicago constituyen un grupo donde los contactos entre las lenguas española e inglesa pueden ofrecer consecuencias muy diversas. Se trata de hablantes que manifiestan un buen dominio del inglés, pero que, en gran medida, conservan el español como lengua familiar. En una situación así, cabe pensar que el español de estos jóvenes podría acusar notablemente la influencia del inglés, llevando, por ejemplo, a un uso creciente del préstamo léxico. Pero, ¿cuál es realmente el nivel de presencia del inglés en el léxico disponible de estos hispanos de primera y segunda generación? Se conoce como léxico disponible al conjunto de palabras que los hablantes tienen en el lexicón mental y cuyo uso está condicionado por el tema concreto de la comunicación, a diferencia del léxico básico, formado por las palabras más frecuentes con independencia del tema tratado. Para conocer la disponibilidad léxica, se trabaja con la obtención de listas de palabras en un tiempo determinado. Esas listas se construyen por asociación, anotando sucesivamente palabras relacionadas con un tema o centro de interés específico. Una vez obtenidas las listas, se tabulan los materiales y sus resultados son tratados estadísticamente mediante un programa de cálculo de disponibilidad. Y esto es lo que hemos practicado en Chicago. Para conocer el léxico disponible de los adolescentes de Chicago, realizamos una recolección de listas de palabras en una Escuela Secundaria, la Escuela Sullivan, con hispanos de primera y segunda generación que cursaban los años 10°, 11° y 12°. Los temas con los que trabajamos fueron los si-
guientes: el cuerpo humano, la ropa, las partes de la casa, los muebles de la casa, comidas y bebidas, objetos colocados en la mesa para la comida, la cocina y sus utensilios, la escuela, calefacción, iluminación y medios de airear un lugar, la ciudad, el campo, medios de transporte, trabajos del campo y del jardín, los animales, juegos y distracciones, profesiones y oficios, los colores, vida y familia, salud y enfermedades, árboles y plantas. Los resultados estadísticos de la investigación nos han permitido comprobar el nivel de presencia del léxico inglés en estos hablantes, en correlación con variables externas como el sexo/género o la generación de hispanos a la que pertenecen. Esta información es muy útil desde diversos puntos de vista, pero muy especialmente a la hora de planificar la enseñanza de español dirigida a estos jóvenes. El léxico disponible de los jóvenes hispanos de Chicago muestra una base fundamental y ampliamente hispánica, que comparte sus características con el léxico de otras áreas hispanohablantes. El conjunto del material léxico que se ha podido reunir serviría como guía para fijar los objetivos de enseñanza del léxico español a anglohablantes en Chicago. Pensemos que, solamente con las 20 palabras más disponibles de cada centro de interés, se estaría en condiciones de proponer un léxico esencial 400 palabras, compuesto principalmente por sustantivos. Pero es que el total del léxico reunido casi alcanza las 3400 unidades, por lo que estos listados también podrían utilizarse como referencia en la programación de los cursos de español para nativos que se ofrecen las universidades de los Estados Unidos y, en concreto, de Chicago. En lo que se refiere a la aparición de palabras pertenecientes a la lengua inglesa, hemos tenido la oportunidad de comprobar la intensidad de su presencia, su disponibilidad general y su correlación con algunos parámetros extralingüísticos, como la generación o el nivel de conocimiento del español y se ha podido concluir que la presencia del inglés, teniendo
en cuenta la naturaleza bilingüe de los hablantes y el entorno anglosajón en que se mueven, es baja o muy baja, cuando hacen uso de la lengua española. Podría pensarse que es natural que aparezcan mayoritariamente palabras españolas cuando se habla español; claro que sí, pero también podría pensarse que estos hablantes son el caldo de cultivo ideal para una penetración de la lengua inglesa y una hibridación lingüística que no hemos detectado en un nivel especialmente significativo. Posiblemente, en un uso discursivo de la lengua sería esperable la aparición, ya no sólo de formas léxicas en inglés, sino de procesos de alternancia de lenguas, condicionados por factores como el tema de conversación, los interlocutores y el contexto comunicativo; por el momento, lo demostrado es que el léxico español de estos jóvenes es lo suficientemente amplio y sólido como para permitir la comunicación en esta lengua, fuera de situaciones comunicativas específicas. El proceso de penetración del anglicismo, según los datos sociolingüísticos que hemos reunido, se muestra algo más avanzado en los chicos y en la segunda generación, pero no parece que el sexo /género o la generación sean los factores determinantes de su aparición, sino el dominio que los hablantes tienen de la lengua. Todos los informantes eran hablantes nativos de español, pero, al margen de la generación, su conocimiento y uso de la lengua era variable. Los anglicismos fueron más frecuentes en aquellos jóvenes hispanos que cursaban español en el nivel más bajo de los que ofrece su escuela secundaria para hablantes nativos. Por último, como hechos lingüísticos más llamativos, merece destacarse la abundancia de dobletes léxicos español-inglés (carro/car; calentón/heater; cuchara /spoon), con una mayor disponibilidad general para la forma del español, y la presencia casi insignificante de soluciones mezcladas, en cualquiera de sus manifestaciones; de hecho, de las 3400 expresiones reunidas, tan sólo podrían recibir la etiqueta de formas híbridas las siguientes: short falda, sal y pepper, carne de mix, forka ‘tenedor’, fútbol-soccer, yarda ‘patio’, yardero ‘jardinero’, mojar plantas, boses ‘autobuses’, troca ‘camión’, traylero ‘camionero’, roofero ‘techador’, azul bay, verde dark y daysis planta. Por otro lado, como es natural por la demografía, el español de estos hispanos de Chicago se inscribe en la órbita geolectal del español de México. El ámbito en el que los mexicanismos —en algunos casos también centroamericanismos— afloran con más facilidad es el de las comidas: tortilla, tamal, burrito, sope, chilaquiles, mole, atole, camote. Y es que la cocina familiar, con sus olores, sabores y colores, ocupa un lugar muy especial en la vida de los hispanos. Por eso su léxico sigue estando más que disponible. Buen provecho.
Francisco Moreno-Fernández es Catedrático de Lengua Española de la Universidad de Alcalá y Director del Instituto Cervantes de Chicago. Estudiantes bilingües de Cristo Rey Jesuit High School. Foto: José Guzmán
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Ana Luz Pérez Durán ¿creciste en Chicago?, ¿tus padres son de México, Puerto Rico, etc?... Entonces estos cursos son para tí”.
El muchacho hizo una exposición muy sofisticada, y al final le pregunté que con qué frecuencia platicaba con su abuelo que vivía en el Ecuador; y me contestó que casi no hablaba con él. Este chico tuvo un reencuentro con su abuelo gracias a esta clase..., todavía me da algo de emoción recordarlo.” Para estos jóvenes latinos, el estar en estos cursos representa muchas cosas. Por un lado, estos chicos han podido dejar atrás todas las deficiencias y dificultades que se adquieren cuando se asiste a las escuelas pública de una gran urbe estadounidense. Ahora manejan el inglés a un nivel universitario. Sin embargo, en el aula a veces se avergüenzan de no manejar su lengua materna de la misma manera que manejan el inglés. A veces las clases de español, dice Potowski, toman un giro social y se habla de los temas que los afectan como estudiantes hispanohablentes en este país, “especialmente el racismo y propuestas como la de nombrar el inglés la lengua oficial de los Estados Unidos. Cada vez que un joven está en el aula, es un momento para convivir con otros jóvenes que han tenido experiencias similares a las de él. Es un privilegio trabajar con estos chicos. Aunque a veces me cuesta hacerles hablar español cuando hacen trabajo en grupo; son muy respetuosos conmigo y con la lengua. Claro, ellos están haciendo lo normal, pues si hablaran español, estarían violando una norma social: con mis colegas habló inglés, pues es la lengua con la que me desarrollé socialmente.”
“Un idioma es como un ser biólogico, siempre está en constante cre¿Qué es lo que esperan los jóvenes que toman estos cimiento; si no crece es que está muerto”, me dice Kimberly Pocursos?, le pregunto a Potowski. “Algunos sólo bustowski, profesora de español en la universidad de Illinois en Chicago can cumplir el requisito que exije la universidad para y directora del programa de español para estudiantes provenientes de obtener un título universitario. Otros, buscan pulir y familias de habla hispana. Potowski tiene publicado un estudio sobre mejorar su lengua materna, estudiando la gramática el español y los jóvenes latinos en Chicago. En el estudio participaron del idioma. Todavía no existe una teoría pedagógica 815 estudiantes, en su mayoría de preparatorias y un grupo de estupara este campo; pero creo que a los estudiantes hisdiantes de nivel universitario. panohablantes no se les debe agobiar con termi“En mi investigación noté que mientras más tiempo pasan los nología de la gramática cuando apenas empiezan a jóvenes en Estados Unidos, menos español hablan. Claro, esto no es estudiar. Más que todo hay que darles la oportunidad sorprendente, pues éste es un fenómeno que se observa a lo largo y de hablar, leer y escribir en español, y conforme vayan ancho del país. Lo que sí me sorprendió es el grado de desplazamienavanzando, irlos introduciendo al mundo de los conto que sufre el español por el inglés entre las generaciones. Es allí ceptos gramáticales. Hay que instruirlos de manera donde se ve la diferencia”. El estudio de Potowski muestra que de una natural, de la misma manera en que fueron aprendiengeneración a otra, el uso del castellano baja considerablemente. Sin do la gramática inglesa en sus estudios preuniversitaembargo, Potowski afirma que aunque estos jóvenes usen más inglés rios.” que español, esperan que sus futuros hijos aprendan y aprecien el Más allá de ampliar sus conocimientos del subjunidioma de sus abuelos. Potowski señala que los jóvenes aprecian el tivo en español, Potowski me dice que en algunos español y tienen una actitud positiva hacia él; pero sus vidas cotidiacasos estas clases sirven para que los estudiantes se nas se mueven más en el ámbito anglo que en el hispano.” Yo les preencuentren a ellos mismos, fortaleciendo a la vez sus gunto en clase, ¿quién les va a enseñar español a sus hijos?, y siemlazos con el idioma materno y con su familia. “Como pre me contestan, “mi mamá”. En el caso de Chicago, Potowski parte del curso, todo los estudiantes deben hacer dos encontró que son los inmigrantes los que le dan tanto a Pilsen como cosas: una, escribir una autobiografía lingüística al a La Villita, ese sabor a español. comenzar el curso; y dos, exponer un tema en clase al La mayoría de los departamentos de lenguas en los Estados final. Me acuerdo de un chico en particular; en su Unidos ahora ofrecen cursos enfocados a aquellos estudiantes que exposición nos habló sobre su abuelo; éste destilaba aprendieron español en casa y que desean estudiarlo formalmente. A su propio alcohol. estos cursos se les conoce en inglés como heritage speakers. “En estos cursos tratamos de pulir el español que ya saben estos chicos, y en ningún momento tratamos de enseñarles un español mejor.” Potowski también me cuenta que los estudiantes que asisten al programa heritage speakers de UIC, tienen un nivel de español más sofisticado que los alumnos que asisten a programas similares en universidades del suroeste. Esto quizás se deba al gran contacto que los estudiantes de Chicago tienen con personas que sólo hablan castellano. Potowski explica que las continuas olas de inmigrantes hispanoamericanos a Chicago, es lo que ha mantenido a esta lengua viva en la ciudad. Y, aunque los estudiantes del suroeste estén geográficamente más cerca a una comunidad monolingüe, lingüisticamente hablando, se encuentra muy lejos, pues históricamente ha habido cierto grado de represión lingüistica en esa área del país. Desde su llegada al departamento de español de UIC, Potowski, además de dirigir el programa, ha enseñado algunas clases para hispanohablantes. Ella me cuenta que muchos de los chicos llegan a estas aulas con una “autoestima lingüística muy baja. Todos, incluyendo la familia, les han dicho que su español es mocho y pocho. También muchos en su interior ven el español como un idioma sin prestigio”. Agrega también que frecuentemente éstos no o. Foto José Guzmán sienten que encajan en una clase para hispanohaBlack Hole, en Chicag o a la guaracha en el dur n tupe le ato naju blantes. Ella les pregunta, “¿naciste en Chicago?, Gua Jóvenes inmigrantes de
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Frances R. Aparicio Al igual que otras literaturas étnicas de los EE.UU., la literatura puertorriqueña de los Estados Unidos ha sido definida, constituida y circunscrita tradicionalmente por la creación literaria de los escritores puertorriqueños de la diáspora o cuerpo basado en un paradigma lineal de migración desde la isla hacia Norteamérica. Teniendo en cuenta que, históricamente, el espacio geocultural de la ciudad de Nueva York ha sido el receptor principal de un gran número de inmigrantes puertorriqueños durante el siglo XX, dicho espacio se ha transformado en el centro hegemónico que ha absorbido esta transmigración literaria. La literatura puertorriqueño-estadounidense empezó a conocerse gradualmente en el país como resultado de un nacionalismo cultural que emergió a finales de la década de los sesenta y continuó en la de los setenta. El movimiento literario nuyoricano, de manera similar a su contraparte chicana del sudoeste y oeste de los EE.UU., denunció de manera desafiante la explotación y las condiciones de vida infrahumanas en que se encontraban los puertorriqueños como minoría desapercibida. Este movimiento floreció en el interior de la comunidad; sin embargo, permaneció al margen de los cánones literarios, tanto de los EE.UU. como de Puerto Rico. Hasta hoy, debido a su integración desigual en la literatura angloamericana no ha logrado la divulgación o el reconocimiento que goza la literatura afroamericana o chicana en el contexto de los EE.UU. Asimismo, la creación y surgimiento de la producción literaria puertorriqueña de la diáspora ha desemparejado el binomio constituido por lo propio/ajeno que ha caracterizado fuertemente a la literatura puertorriqueña tradicional, cuyo cuerpo oficial es intermediario, desde 1898, en la negociación de los discursos culturales, lingüísticos y políticos impuestos en la isla por los EE.UU., y la arraigada identidad nacional puertorriqueña. Dicho cuerpo heredó una tradición hispanófila del discurso, cuya elite —conformada por escritores hombres— favoreció la herencia española por encima de la africana como forma de recuperar un complejo social que reemplazaría, o por lo menos desplazaría, las supuestas fuerzas impulsoras del progreso, la modernización y el colonialismo estadounidense. Irónicamente, esta concesión de privilegios al legado cultural y lingüístico español ha conducido a que en el continente norteamericano se excluya a los literatos que escriben en inglés. Situados en los intersticios de ambas culturas, los autores que confluyen en la diáspora, como Tato Laviera, Sandra María Esteves, Miguel Algarín, Pedro Pietri, Judith Ortiz Cofer, Víctor Hernández Cruz, Aurora Levins Morales y otros, han confrontado en el primer plano las múltiples y contradictorias subjetividades que constituyen al ser puertorriqueño estadounidense y, así, han puesto en duda los elementos que darían esencia a la identidad nacional puertorriqueña tal como se ha fraguado en la isla. Por estas razones, dichos autores se sienten excluidos del complejo social y nacional tanto de los EE.UU. como de Puerto Rico, aún cuando, al mismo tiempo, la corriente literaria en boga de los EE.UU. y los intelectuales puertorriqueños se han adueñado de ellos. Sin embargo, a partir de 1990, la literatura puertorriqueña esta8
dounidense se puso de manifiesto más notoriamente como parte de un muy vasto contexto multicultural denominado “literatura americana”. La institucionalización de la diversidad cultural en la educación superior desde la década de los ochenta y las significativas contribuciones a los planes de estudio e investigación aportadas por docentes puertorriqueños y latinos, han llevado a la modificaciones de los cánones literarios estadounidenses y ahora abrazan a numerosas voces de la diáspora literaria puertorriqueño-estadounidense, si bien de modo parcial y sumamente selectivo. Por ejemplo, The Heath Anthology of American Literature (1991) representó un proyecto que incluyó de manera conciente a varias voces significativas minoritarias y, con ello, otorgó a los estudiantes de literatura inglesa en los Estados Unidos acceso a la lectura de “AmeRícan” de Tato Laviera y al poema clásico y fundamental de Pedro Pietri “Puerto Rican Obituary”, junto con obras de Allen Ginsberg y Emily Dickinson. Tal vez no haya registro cuantitativo de la repercusión de estos empeños antológicos; sin embargo, no se puede subestimar la capacidad que tienen para transformar los cánones literarios. En este sentido, la literatura nuyoricana de las décadas de los sesenta y setenta, nacida de la pluma de poetas autodidactas, de escasos medios económicos y pertenecientes a segundas generaciones de migrantes, logró finalmente obtener reconocimiento, aunque quince años después de su producción. El hecho de que algunas de estas obras se estudian ahora como parte de la efervescencia histórica del nacionalismo cultural de las décadas de los sesenta y setenta, es muestra innegable de su influencia en la reconceptualización de la cultura estadounidense como espacio multicultural antes que como ámbito nacional homogéneo. En contraste con la literatura nuyoricana concentrada, basada y producida en (y desde) la ciudad de Nueva York o el cuerpo de la literatura puertorriqueño-estadounidense de la década de los noventa y, finalmente, también su canon, incluyen ahora a escritores radicados en la isla. Este movimiento trasnacional es multifacético y se expresa en diversos circuitos migratorios de personas en general, textos y lectores. Primero, el dominante flujo trasnacional de norte a sur nacido de las demandas del mercado literario neoyorquino ha significado que autoras como Rosario Ferré, considerada tradicionalmente como escritora feminista latinoamericana-puertorriqueña, sea catalogada actualmente como “autora latina”. Que el canon angloamericano abarque ahora a autoras isleñas como Rosario Ferré, no sólo revela una postura trasnacional de norte a sur, similar a la que dio
repentino auge a la literatura latinoamericana durante las décadas de los sesenta y setenta, sino que implica también una reestructuración de la identidad, la ubicación y de los lectores idóneos. Mediante el cambio al idioma inglés, las dos últimas novelas de Rosario Ferré han sido distribuidas en el mercado como parte del cuerpo literario latino-caribeño de los EE.UU. Por consiguiente, cabe preguntar: ¿a quiénes se considera autores puertorriqueño-estadounidenses? ¿Desde dónde escriben los autores puertorriqueño-estadounidenses y para quién lo hacen? Segundo, la publicación en inglés de la obra dramática de Pedro Pietri efectuada por la Editorial de la Universidad de Puerto Rico no tiene precedentes en la historia de las publicaciones de esta reconocida editorial universitaria (1992). Así, este segundo ejemplo de transnacionalismo revela la aceptación gradual del inglés como parte del cuerpo de las letras puertorriqueñas que se escriben en la isla, a pesar de que, históricamente, se lo considera el idioma del colonialismo. También señala un cambio de la definición de la literatura puertorriqueña, que transforma la literatura de identidad en literatura de la otredad en la cual el español estándar de la nación ha sido dialogizado y transformado por la tradición del pueblo, la hibridación lingüística, el español hablado por los negros, la jerga de los jóvenes de la clase trabajadora urbana y las conversaciones de las mujeres (Rubén Ríos Ávila, 331, 334). Tercero, a finales de la década de los ochenta, el poeta puertorriqueño-estadounidense Víctor Hernández Cruz regresó a vivir en su ciudad natal Aguas Buenas, Puerto Rico, después de haber pasado su infancia y su primera juventud en Nueva York y California. Actualmente en la isla —y desde ella—, tanto en inglés como en español. Su regreso es un ejemplo del múltiple movimiento circular de reubicación de los escritores de la diáspora, cuyas complejidades exploraron previamente en sus trabajos pioneros Aurora Levins Morales y Rosario Morales en Getting Home Alive (1986). En general, estos tres casos de migraciones literarias se caracterizan por el hecho de que las obras que en la isla se escriben y publican en inglés, se difunden en los Estados Unidos entre lectores diversos, desde los de la corriente (“mainstream”) angloamericana hasta los de las comunidades latinas residentes en los Estados Unidos.
Frances R. Aparicio es directora del Programa de Estudios Latinos y Latinoamericanos de la Universidad de Illinois en Chicago.
Carlos Monsiváis
Venimos huyendo de identificarnos todo el día con nuestra identidad..
¿Cómo se forman y se transforman las ideas básicas y los hábitos mentales de las comunidades fronterizas de uno y otro lado? ¿Cómo seleccionan sus tradiciones mexicanas los alejados del centro? ¿Qué saberes acumulados le sirven a los recién llegados a Norteamérica ante las humillaciones, las frustraciones y los desencantos? ¿Qué conocimientos le son indispensables a los migrantes? ¿Cómo se vive la conciencia del barrio (arquitectura incluida), y cuál es la diferencia entre un barrio y un gueto? ¿De qué modo se interiorizan entre los mexicanos las reglas del juego de la sociedad anglo? ¿Cómo se reconocen, adaptan, asimilan e incorporan los migrantes a la movilidad social de Estados Unidos? En el caso de los grupos y las personas de origen mexicano, ser “hombre o mujer de frontera” en los Estados Unidos ha sido históricamente vivir sujeto a las presiones ejercidas contra lo calificado de “secundario”, “advenedizo”, “indeseable”. Esto se modifica, pero de ningún modo con la equidad exigible. ¿Y en qué momento ya los mexicanos no son “recién llegados”? Antes de la década de 1990, así hayan transcurrido dos o tres generaciones de una familia hispana, a sus integrantes todavía se les adjudica la pertenencia al Brown Tide. Los descendientes de los emigrantes se aferren o no al gentilicio (mexicanos), verifican entre sus herencias la costumbre de ser explotados. Otra historia, alejada de los libros de texto, acompaña a los hispanos: la conciencia de pertenecer a un pueblo (hasta hace poco se decía “una raza”) identificado perennemente con el botín a la disposición de los poderosos. La suerte de los mexicanos en Estados Unidos no ha dependido de “inferioridad natural” alguna, o de barreras culturales internas, sino de la voluntad económica y política que el racismo imbuye de soltura sicológica y carencia de escrúpulos. Desde el atraso cultural y moral de quienes lo ejercen, el prejuicio racista legitima el apetito de rapiña. Esta sería la lógica: “Si los declaro inferiores, no tengo por qué responder de mi conducta, ni tengo ante quién hacerlo. Si niego con virulencia la cultura y los recursos espirituales de los greasers, tendré la aprobación de los convencidos históricamente de un criterio: nada civiliza tanto a los salvajes como ser objeto del saqueo. De entre los pobres de los países subdesarrollados, sólo los que han sido víctimas del despojo consiguen asomarse en algo a la civilización. Y viéndolo bien, lo que hacemos no es despojo, sino apropiación justa”. Un monólogo típico del racismo.
El sometimiento se efectúa sin que hagan falta teorías o programas especiales. La disminución brutal de los presupuestos educativos, la eliminación de las ventajas comparativas del Affirmative action son parte fundamental de la erosión de los derechos fundamentales de las minorías: educación, salario justo, salud, oportunidades de ascenso, puestos de elección, intervención en el debate público... Y el sistema de rechazos programa las exclusiones. Desde el siglo XIX, un punto central es la educación. Claudio G. Vélez-Ibáñez hace el recuento en Visiones de frontera: “Percibidos únicamente como inmigrantes, los niños mexicanos no sólo se convirtieron en extraños en su propia tierra, sino que se les transmitió un mensaje clarísimo: su considerable pobreza se derivaba de su atrasada cultura y lengua. Por lo tanto, la estrategia educativa general fue la de “americanizar” a los niños, eliminando los acentos evidentemente “extranjeros” en español, prohibiendo que se hablara esa lengua y aconsejando que se imitaran “los modelos anglosajones de trabajo, moralidad y gobierno”, subrayando con esto la inferioridad de los modelos mexicanos”. A la gran ventaja de la enseñanza del inglés, la contrarresta con aspereza el recordatorio de las desventajas de la lengua materna. Y la “americanización” se consuma sobre la base de la marginalidad. A las minorías provenientes de América Latina se les vedan en Estados Unidos los ofrecimientos culturales básicos, y se les ridiculiza por su cultura primigenia. En buena medida, esto sigue hasta hoy con las andanadas legislativas que ignoran las grandes ventajas del bilingüismo, y ven en el idioma español a un obstáculo de la movilidad social.
Y la descalificación del castellano, un elemento primordial, no arranca de libros como Hunger of memory de Richard Rodríguez (sobre las desventajas de retener el idioma de los ancestros), sino del racismo que se nutre de los sentimientos de autodestrucción y minusvalía de los rechazados. La técnica es eficaz: el que maneja con fluidez el inglés se siente en conflicto si usa, “fuera del ámbito do-
méstico”, el español. A las opresiones de los mexicanos en Estados Unidos se les quiere añadir una inesperada: el sentimiento de culpa por no hablar con absoluta propiedad el inglés. Y esta “condición estrictamente íntima” del lenguaje tal vez ahora, cuando ya es notorio el dominio del inglés, explique en parte el escaso consumo de libros en castellano en ambos lados de la frontera, además del sitio relegado de la lectura en las comunidades mexicanas. Así, se construye la otra tradición, paralela a la del habla, la estructura familiar, la religión, la Virgen de Guadalupe, las cocinas y costumbres regionales y la nostalgia nacionalista. Esta otra tradición, muy perniciosa, califica a un grupo étnico de “mano de obra barata”, lo que trae las inevitables repercusiones sicológicas, políticas, civiles. Vélez-Ibáñez explica: “En relación con las comunidades y la cultura mexicanas, existe la idea de que el trabajo define a la población. Al permitir que sus cuerpos se debiliten en las minas, que se agoten en las obras de construcción, que se joroben a la edad de 35 años por trabajar en el campo, que se vuelvan reumáticos por los quehaceres domésticos mal pagados y que queden estigmatizados por los traumatismos en la línea de ensamble, los mexicanos llegan prematuramente al final del empleo”. Pero, aclara Vélez-Ibáñez, esa idea es también la del sistema estadounidense empeñado en apresar una minoría en la identidad cultural que la califica de mercancía subvaluada o devaluada, comprable y vendible. Esto distorsiona el valor humano de las comunidades y reduce los valores culturales a las estimativas de los salarios bajos. Y en la conversión de una minoría en un elemento industrial, se produce la experiencia límite de una minoría en Estados Unidos, que apenas ahora comienza a modificarse y no sin lentitud.
Carlos Monsiváis es escritor. Es autor de Escenas de pudor y liviandad, y Los rituales del caos, entre otros libros.
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om ulloa discordancia. palabra llena de resonancia. es desafinada destemplada disonante. resuena en mis oídos desafinados la discordancia constante, disonante y destemplada de una voz disconforme y desavenida con mi ser otra voz, indisciplinada e indecente. una voz que me discrimina sin intento de disculpa. una voz que en discordia con mi discurso decide discrepar y mandarme a desterrar. estamos en desacuerdo, esta voz y yo. el destierro me asusta, pero más me duele no tener el eco de esa voz aunque venga envuelta en prefijos de privación. no concibo que desaparezca esa voz que dice ser distinta. esa voz que no quiere discutir, sólo huir de la desavenencia. otrora de esa voz discípulo, ahora díscolo soy. mi voz quiere preguntar cuándo se convirtió el diálogo en controversia. mi voz quiere disertar y diseminar en voz baja, descuartizar el disimulo quedo de la voz cantante y disecarlo en silencio. hay disidencia desigual, dice la voz que dicta. mi voz se vuelca en disminuir el disparate. por absurdo y desacertado, el fallo de una sola voz no debe ser aceptado. hacen falta voces varias. múltiples en color y tono. a mi voz le hace falta esa otra voz, aunque no esté disponible. aunque en su determinación desatine. pero no, la voz quiere descalabrar, descalificar los logros del dúo de voces que una vez fuéramos. cantábamos bien, digo. no, se apresura a corregir la voz que manda. nunca hubo unión de voces ni melodía mutua. mi voz descansa fatigada. el descaro a punto del descarrío, digo cincelando el desbarajuste de mi voz. la discordancia trae descomposición, sigo escuchando la voz descollante de éste ahora mi verdugo. desbocado el dolor de saberme desterrado, desarticulo y descoyunto descripciones de desamor. porque aunque esta voz y la mía sean descreídas y ahora estén descosidas siempre termina en esa desamparada aversión. el amor engendra el odio con parsimonia de religión. desconcertada se opaca la voz que se alzó. desubicada en tal geografía de derroche y
Humbolt Park, en Chicago. Foto: José Guzmán
derrames de pasión. desafiante se desaferra en su desligue de mi voz. deshabitada la mía destapa el desafecto. con el grito de mi voz desacato e insisto. la voz unilateral desconfía y enfurecida desabotona mi derecho al desacierto de haberla creído mía. qué derrumbe derrotista nos invade y el desconsuelo delira. a la deriva se dirigen las desavenencias derivadas en derrame denso y desilusionado. qué dispar la diferencia que hizo notar la voz que ahora en su ausencia cesa. qué disimilitud de divergencia que la escu-
cho tenue e insistente en su dualidad. la voz escuece mi sueño de discursos amplios abiertos a la discrepancia. diálogos sin hablar que comuniquen más. difundir sin infundio. discrepar sin desconfiar. se ha fugado el repiquetear de la voz que me ha desterrado. siempre la quise mía y ahora la sé ajena y en venta como en verbena. voz para el que la quiera. en ésta mi siberia obsequiada por su discordancia y difamación crece mi lengua desorbitante y desafiante. se alza y sube. saborea el polvo que el viento levanta. es una lengua gigante y rasposa. una lengua descomunal y disparatada que produce una voz. mi voz. distinta a la tuya, siempre. distante de la tuya, más que nunca. desviada de la tuya, por el momento. disimilar a la tuya, claro. mi voz segura que sabe que tú sin mi voz, nada. que yo sin tu voz, menos. ya ves, somos discrepantes como un vicio de dicción. vicio de lengua académica que quiere controlar la vulgaridad, los barbarismos, la impropiedad. vicio de tu voz que quiere controlar la mía y no puede y desiste de ella. una voz más, una voz menos, qué más da, a nuestra edad hay que evitar escuchar tantas voces, dices. por eso hoy somos un vicio de lenguas enredadas no en un beso sino en un adiós que se desintegra sin voz.
om ulloa es autora de selectos lapsos de memoria (una serie de fetos) y prendas de mujer. Humbolt Park, en Chicago. Foto: José Guzmán
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Crecimiento demográfico latino en el área metropolitana de Chicago (Parte II)
Rob Paral, Timothy Ready, Sung-Chang Chun y Wei Sun Condados El crecimiento de la población latina se está dando en toda el área metropolitana. Entre los seis condados que conforman la zona metropolitana de Chicago, es en el condado de Cook donde se ha dado el mayor crecimiento, pues en la década de 1990 hubo un imcremento de 378,000 personas; en cambio en los condados de Kane y Lake el aumento fue de un poco más de 50,000 personas (Tabla 1). El condado McHenry, ubicado al nororeste, es el que ha tenido el crecimiento más acelerado con un 223%, le siguió el Condado de Lake con 140% y luego el de DuPage con 135%. En el Condado de Cook, el incremento de la población latina fue del 54%, la cual es una tasa impresionante si consideramos que la base de la población latina era de aproximadamente 700,000 en 1990. La proporción de la población latina entre la población de los condados es más alta en el condado de Kane, donde hay un latino por cada cuatro residentes (23.7%); en el condado de Cook son casi el 20%, y son un poco más del 14% en el Condado de Lake. El incremento más marcado de la población latina de 1990 a 2000 se dio en los condados de DuPage y McHenry, pues fue de más del 100%. En DuPage, por ejemplo, la población latina pasó del 4.4% al 9%, y en el Condado de McHenry, del 3.3% al 7.5%. Lugares En el área metropolitana de Chicago, hay por lo menos 25 poblaciones en las que residen más de 6,000 latinos. La más grande es Chicago, con 753,644 latinos, le sigue Cicero con 66,2999 y luego Aurora con 46,557. De esos 25 lugares, 14 de ellos se localizan completa o parcialmente en el Condado de Cook; sin embargo, algunos de los poblados con población latina considerable se encuentran en los condados de los alrededores Aurora, Waukegan, Elgin y Joliet. Los latinos representan alrededor del 26% de la población en esas 25 localidades del área metropolitana de Chicago. Las que tienen el mayor porcentaje de latinos son Stone Park con un 79.1%; Cicero con un 77.4%; y Melrose Park con un 53.9%. Catorce de ellas forman parte, aunque parcialmente, del Condado de Cook. El mayor crecimiento numérico de la población latina durante la década de 1990 se encuentra principalmente en lugares de población relativamente grande, como Chicago, Aurora, Elgin y Waukegan. El número de latinos en Cicero —cuya población se aproxima a la de Waukegan— aumentó más de 41,000. En algunos suburbios de un tamaño más modesto, como Berwyn y Melrose Park, la población latina aumentó significativamente. En términos porcentuales resaltan poblados como Palatine con un aumento del 556%; Berwyn con el 475%; y Round Lake Beach con el 244%.
con 53,800, y Belmont Cragin con 50,800. La dispersión de latinos a lo largo y ancho de la ciudad lo muestra el hecho de que 14 de los 24 barrios señalados se encuentran al norte de la ciudad, y 10 al sur. El siguiente mapa muestra lo anteriormente descrito y nos da una idea del patrón general de las comunidades latinas en Chicago. Hay dos grandes concentraciones, la primera en el norte (Logan Square, Belmont Cragin, West Town, Humbolt Park y otros); y la segunda en el sur (South Lawndale, Lower West Side (Pilsen) y Brighton Park). Las áreas comunitarias latinas más densas son el Lower West Side —Pilsen—, cuyo porcentaje es 88.9%; Hermosa, ubicada al noroeste de la ciudad con un 83.9%; y South Lawndale con 83%. En 12 vecindarios, más de la mitad de sus residentes son latinos; y en 26 vecindarios al menos una cuarta parte de la población es latina. Los centros de residencia latina en la zona metropolitana de Chicago han sufrido trastoques en la década pasada. El incremento de la población latina se ha dado en el norte, oeste, suroeste y porciones del sur aledañas a los
Aunque el crecimiento de la población latina fue más rápido en los suburbios que en Chicago, también fue significativo en la ciudad. Si no hubiera sido por el incremento de más de 210,000 latinos, la población de la ciudad hubiera disminuido entre 1990 y 2000. Más de la mitad de los latinos residentes de Chicago se concentran en sólo nueve comunidades de un total de 77, y más de tres cuartas partes de los latinos residen en 18 de estas áreas comunitarias. El 75% de la población latina que vive en el área metropolitana de Chicago está compuesta por un millón 100 mil habitantes de origen mexicano.
Tabla 1
Crecimiento de la población latina en el área metropolitana de Chicago
Los vecindarios de Chicago En el año 2000, en 24 de los 77 barrios en la ciudadad de Chicago residían en cada uno al menos 10,000 latinos. La mayor concentración se registró en el barrio South Lawndale con 75,600 latinos, le siguió Logan Square
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Un nuevo auge de neoindigenismo en el área metropolitana de Chicago. Foto: José Xóchitl Guzmán
Aproximadamente 150,000 habitantes de origen puertorriqueño viven en Chicago junto con 37,000 centroamericanos, 36,000 sudamericanos y 17,000 cubanos. Alrededor de 665,000 latinos en la ciudad de Chicago son inmigrantes y representan el 47 por ciento de todos los latinos en el área. Durante el decenio de 1990, el ingreso familiar promedio de los latinos en Chicago aumentó 10.9 por ciento; ligeramente más que el de los blancos no latinos. Sin embargo, el ingreso familiar promedio de 41,739 dólares fue aproximadamente un tercio menor que el de los blancos no latinos. El porcentaje de pobreza entre los latinos del área metropolitana de Chicago disminuyó durante el decenio de 1990, de 19.9 por ciento en 1989 a 16.3 por ciento en 1999. A pesar de la disminución en los niveles de pobreza entre los latinos, tanto el número de latinos pobres como el porcentaje de todos los pobres que son latinos aumentó debido al crecimiento total de la población latina durante los noventas. En 1990, la población latina era de aproximadamente el 60% con respecto a la afroamericana. Para el año 2000, los dos grupos alcanzaron la paridad, con los latinos alcanzando 91 por ciento con respecto de la población negra.
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asentamientos antiguos. Las áreas donde la población latina está en declive en las porciones estes de los barrios más grande. El patrón de mudanza o de desplazamiento está determinado por la zona del lago y del centro de la ciudad. Las excepciones a esta tendencia son Rogers Park y West Ridge, localizados muy al norte; y el barrio East Side, localizado muy al sur, en la frontera con Indiana. Estos barrios se encuentran cerca del lago, pero muy lejos del centro de la ciudad. Cambios en los niveles de las áreas de censo Las 835 áreas de censo en que está clasificada la ciudad de Chicago, permiten una comprensión mucho más detallada de los cambios demográficos que se han dado al interior de la comunidad latina, comprensión que no se logra si el análisis se hace a partir de la estructuración de barrio. En cada área de censo en Chicago, hay aproximadamente 3,300 personas. Aproximadamente 65.6% o dos terceras partes de las áreas de censo de Chicago tuvieron un incremento de población latina en la década de 1990. Los latinos crecieron numéricamente por más de 1,000 en 81 áreas de censo. El área que tuvo el mayor incremento -5,888 personas-fue la de Brighton Park, al sur de Pershing Road, entre las calles California (este) y Kedzie (oeste). En cambio, el mayor descenso de población latina ocurrió en West Town, en el área de censo localizada al este de la avenida Ashland, entre la avenida North (norte) y la calle Division (sur). Esta área perdió 1,170 latinos en la década de 1990. Discusión En 1970, La comunidad latina estaba conformada por 330,000 personas, que equivalía al 5% de la población metropolitana de Chicago. Ahora, a comienzos del milenio, es claro que los 1.4 millones que conforman la comunidad latina son uno de los grupos más significativos en la región. No es sólo su crecimiento poblacional lo que la hace significativa, sino también su redistribución demográfica: los latinos se han asentado en otras áreas de Chicago y sobre todo en suburbios localizados en los seis condados que conforman el área metropolitana de Chicago. A la par de este crecimiento, también hay algunas características casi únicas de la comunidad latina, tales como el hecho de que una porción se compone de inmigrantes con una lengua y una cultura que los distingue de la población en general. El crecimiento y la naturaleza diversa de la comunidad latina tiene implicaciones de largo alcance en las áreas sociales, económicas y políticas. Las políticas sociales en las áreas de educación publica, salud y seguridad con frecuencia son ideadas en función de dicho grupo; por ejemplo, al mudarse a las áreas de los suburbios y a nuevos vecindarios en Chicago, los niños anglosajones ya establecidos tendrán que interactuar en las escuelas con otros niños para los que el inglés es su segundo idioma. Los hospitales, los departamen-
tos de bomberos, las agencias policíacas, y otras agencias e instituciones necesitarán interactuar con latinos de una forma culturalmente competentes, ofreciendo servicios en español cuando se requiera y comprendiendo las características culturales primordiales como, por ejemplo, la importancia de la familia. Económicamente, mientras que los latinos se pasaron a ser un segmento mayor de la fuerza laboral, sobre todo en ciertas sectores, como el de servicios y el manufacturero, los planificadores necesitarán tomar en cuenta formas para abordar mejor las necesidades de los trabajadores latinos. La mano de obra mexicana, por ejemplo, se ha encontrado en continuo crecimiento en el sector manufacturero de la zona metropolitana de Chicago. Su representación en esa industria creció del 6.1 en 1980 al 18.5 en 2000. Mientras que dicho sector se vuelve más dependiente de los trabajadores latinos, dichos trabajadores necesitarán ser el centro de la capacitación laboral para que sus destrezas laborales estén siempre al día. Políticamente, los latinos reclamarán la atención de los diseñadores de la política y de los oficiales electos, ya que su presencia está en aumento entre el electorado. Los oficiales electos y nombrados en los niveles locales y estatales de gobierno encontrarán que ciertos temas son importantes para a la comunidad latina, tales como el diseño de programas para eliminar la deserción escolar, la posibilidad de ofrecer licencias de conducir sin requerir un número de seguro social y los temas de seguridad en los vecindarios donde impera la pobreza y la falta de inversión. Los datos demográficos que se han mostrados y analizados en este reporte, deberían ser deberían ser el punto de partida para debatir públicamente la importancia de la población latina en la zona metropolitana de Chicago.
El presente artículo es producto de una serie de informes de política e investigación del Instituto de Estudios Latinos en la Universidad de Notre Dame. Para ver el documento completo electrónicamente y con enlaces a otros sitios con mayor información, visite: www. nd.edu/~latino/ils_ publications.htm o llame al Instituto al (574) 631-4440 o escriba a latino@nd.edu. También puede visitar Chicago Fact Finder www.nd.edu/~chifacts Rob Paral es investigador del American Immigration Law Foundation, en Washington, y también está afiliado al Institute for Metropolitan Affairs, en la Universidad Roosevelt, en Chicago. Timothy Ready es el director de investigación del Instituto de Estudios Latinos en la Universidad de Notre Dame. Sung-Chang Chun fue fundador del Chicago Fact Finder. Obtuvo su doctorado en la Universidad de Notre Dame. Wei Sun es investigadora asociada. Obtuvo su doctorado en economía en la Universidad de Notre Dame. Traducción: José Guzmán y Francisco Piña
Recién em igrado a Chicago, procedente de la ciudad de Méxic o, Ignacio de Alba trae entre su equipaje el cuaderno de poemas Ríos de sal, publicado por editorial Praxi s. “Se trata” escribe A rmando Pereira en la presentac ión, “de poemas breves que, más que condensar un cúmulo de metáforas complejas y entrecruzadas, intentan alcanzar una sola imagen(…). Son poemas q ue hablan por su brev edad, pero hablan con fuerza”. D e dicho cuaderno seleccionamos una muestra para e sta entrega de deshor as. Asimismo, Rony Alirio, narrador guatemalteco nos comparte un ejemplo de su trabajo reciente. Alirio nace en 1 964 en Estanzuela, Zacapa,Guatemala y reside en Chicago desde 1989.
Rony Alirio
Desdibujos Solamente alguien que verdaderamente desee confrontar las experiencias paranormales de las ánimas que ahí deambulan es capaz de comprar esa casa embrujada, casa maldita, donde siguen latentes las vibraciones de los crímenes. Pobre María, quién iba a creer que su esposo en pleno juicio sería capaz de arrastrarla por todos los rincones de la estancia causándole finalmente una muerte brutal; ni porque dejaba a la desdichada criatura que apenas daba sus primeros pasitos; y más aún, ni porque estaba embarazada no respetó ese poseído. Luego de una discusión sin sentido, la tomó de los brazos y la ceñía poderosamente apretándole el cuello. Aquel acto era suficiente para que las cosas no pasaran a más. La mujer tambaleando y llorando le suplicaba que la dejara de lastimar. Al verlo que salió del recinto donde concluyó la pelea, María sintió un ligero vahído y antes de caer se sentó desfallecida en el suelo. En seguida regresó el marido tendiéndole una mano para ayudarle a ponerse de pie, en la otra escondía el machete. Apenas se enderezó, el hombre se lo sembró cinco o seis veces en el vientre que tronaba a cartílagos y frescas membranas que salían por las cortaduras a caer a la poza de sangre donde yacía la madre. La muerte de María era de las más recientes que de aquella casa se contaban. Pero los ancianos del poblado guardan en sus memorias las historias de muchos crímenes que allí se habían originado. Esos son los motivos por los cuales, ni por muy barata que vendan la casa, no encuentran quién la compre. Así sea regalada rumoran todos. Realmente se necesita de agallas para comprarla; por mucha sensatez y buen juicio, sus dueños en el momento menos pensado se transforman inexplicablemente en verdaderos malhechores. Del último propietario que se tiene fresca recordación es de un zutano —según díceres— un coronel viudo, que llegó de la ciudad capital, buscando la paz y tranquilidad de su retiro al amparo de la remota provincia. Por su semblante de pocos amigos, mirada esquiva y palidez cadavérica, nadie lo previno para que no invirtiera en la compra del inmueble. Anastasias su hija de trece años, extrañamente adorable y bella niña, sufría constantemente de inexplicables padecimientos por lo que continuamente la llevaban al hospital y luego regresaba sin un diagnóstico que identificara sus males. Hoy cuando recuerdan, los vecinos más próximos a la casona murmuran que en aquellos tiempos por las noches escuchaban horrendos alaridos provenientes de la niña, clamando muchas veces “déjenme sola, vuelvan de donde han llegado”. “Por favor déjenme sola” “ya, ya déjenme”... Exclamaba la poseída revolcándose y pataleando en la cama como si estuviera padeciendo de ataques epilépticos. La Biblia abierta que dejaban sobre la mesita de noche empezaba a recorrer sus hojas como impulsadas por un vendaval o manipuladas violentamente por manos ligeras e invisibles. Mientras Anastasia continuaba gritando “déjenme sola, déjenme en paz”... Y cuando le quedaban alientos para poder levantarse caminaba para el espejo a limpiar ciertas huellas de sangre de su carita de muerta con marcadas ojeras. Los fenómenos paranormales cruzan los límites de las líneas imaginarias del cerebro humano, por todo aquello inexplicable. En aquel pueblo cálido es inconcebible que la temperatura de la casona llegara a bajo cero; comentan que eso ocurría cuando se sentía la presencia negativa de las ánimas fantasmales que a un principio solo eran figuras oscuras y luego fueron tomando formas materializadas, haciéndose reales como cualquier humano de carne y hueso. Hace años, al pueblo llegaron personalidades de renombre en el campo de percepciones extra sensoriales; psíquicos, brujos, alguno que otro médium, pastores y hasta sacerdotes desfilaban por aquella residencia para desentrañar con exorcismos los fenómenos que se daban. —Yo los veo tan real como lo estoy viendo a usted en este Eladio González: Women in a Blue Dress, 2004, bronce momento, —decía Anastasia cuando la entrevistaba un charlatán 14
que tomaba notas—. Tan real como usted que lee, —comentaba, con su carita pálida—. En este momento que estamos solos, como ve, estoy frente a usted, sé que si levanta su mirada hacía la puerta me va a ver ahí, de pie con este vestido blanco y mi pelo sin trenzas, o si mira hacia la ventana va a ver mi reflejo. Mire, míreme; cierre sus ojos y va a notar que le sonrío. No va ver sangre en mi cara, nótela está limpia, limpia como ahora. ¿Qué qué dije? algo me pasó, —preguntó Anastasia como volviendo en sí, y continuó—: Distingo a una señora embarazada que corre enloquecida lanzando gritos por su dolor, pide auxilio y al llegar herida hasta la puerta de mi cuarto, cae con su vientre en desorden. También aparece la anciana de piel oscura, llena de arrugas, lanzando rabiosas maldiciones, empuñando un látigo y persiguiendo a unos niños que huyendo corren despavoridos; alrededor de donde usted se encuentra sentado. El más pequeño que se queda atrás lleva su camisita celeste hecha trizas, sus brazos y la espalda reventada por los acialazos, —terminaba contando Anastasia con una mirada quieta y profunda—. Y es más, —agregaba la jovencita como recordando otros eventos—, distingo a un hombre que sin qué ni para qué, se levanta de la mecedora, echa mano de su pistola y da varios balazos a su esposa, luego el individuo con gestos de arrepentimiento cae de rodillas y se pone a llorar. Al rato escucha el susurro de una voz; se pone rojo y prontamente se suicida. ¿Pero sabe?. Yo sé lo que la voz le dice, alcanzo a oír ese rumor ¡lo escucho!. Además, allí hacia su izquierda veo que mucha gente vela un cadáver, por un breve instante se va la luz, y la hermana de la persona muerta habla exactamente con la voz del fallecido; al iluminarse, todos los presentes huyen al ver el cadáver sentado en el ataúd tratando de quitarse los algodones de la nariz. Mi visión no alcanza a ver más, —concluye Anastasia. Mirándolo fijamente. Presintiendo que a sus espaldas recorren sensaciones de hilos escalofriantes. Meses más tarde un médium con voz de saberlo todo explicó: —De lo ocurrido nada es creación del cerebro, ya que la niña posee habilidades psíquicas naturales y por eso tiene dichas experiencias que seguirá manifestando en cualquier campo magnético donde existan vibraciones con efectos paranormales. Por tal motivo Anastasia es alguien difícil de entender, y el resto de la gente la ve luego de convivir con ella, como un ser diferente, aunque a simple vista sea como otra jovencita de su edad. Generalmente las personas con esas habilidades —seguía diciendo el espiritista en aquella visita en la casona de don Giovanni—, no son gentes miedosas y afrontan cualquier ruido o voz, pero al ser un hervidero de voces que se escuchan merodeando su campo, entonces sí sienten temor al oírlas clamando auxilio o venganza, sobre todo cuando la legión de espectros es de influencia negativa o sea demoníaca. En muy pocos casos existe la materialización de fantasmas, pero se tiene evidencias que registran contactos físicos con aparecidos. Las percepciones de alta dimensión las tiene solamente un cerebro bien estimulado y capaz. Esto únicamente ocurre en personas de carácter fuerte. Por otro lado se cree que son simplemente alucinaciones, que técnicamente se le denomina como psicosis colectiva, ya que en reuniones todos los presentes pueden ver actos de levitación y desenvolvimiento astral. Pues bien, para terminar con mi explicación, —dijo el espiritista al coronel—, a lo que aquí ocurre se le puede llamar verdaderamente fenómeno del metasiquismo. Con el tiempo nada había cambiado. Cada día comentaban que los libros de don Giovanni amanecían en desorden y con claras evidencias que alguien visitaba su nutrida biblioteca, que las sábanas de los cuartos desocupados las encontraban tiradas en el suelo, con secreciones. Las muchachas de la servidumbre que, por supuesto, eran contratadas en regiones distantes no duraban ni una semana y divulgaban que Anastasia al momento de hacer sus deberes escolares, alguien prendía y apagaba la luz, la prendía y apagaba constantemente sin encontrarse nadie cerca al interruptor. En su
escritorio se movían lápices, cuadernos y libros, pero que esto era un hecho común al que ni atención prestaba la niña, porque había logrado reconocer quiénes de los fantasmas eran buenos y quiénes eran malos; y que cuando el recinto donde se encontraba se ponía friísimo eran malos y solicitaba a las dos sirvientas que le acompañaran y sobre todo procuraba que Agaty el pastor alemán estuviera a su lado. Agaty siempre le avisaba minutos antes que los malos llegaran, el noble ladraba de una manera que Anastasia reconocía, y se alejaban del lugar para evitar cualquier confrontación. Los sofocados, moribundos y tenebrosos aullidos cesaban luego de varios minutos, tras un silencio escalofriante. Es por eso qué aunque así la den regalada, nadie del poblado es capaz de aceptarla. A la fecha los vecinos evitan pasar siquiera cerca, aunque caminen un poco más procuran por todos los medios estar alejados de la casona. Algunos buscan la manera como destruirla, pero temen a que los fantasmas huyan y busquen refugio en sus propiedades. Las letras desteñidas en las desmoronadas paredes donde dice “Se Vende” llevan años en aquella estancia que nadie compra. La maleza y enredaderas que trae el invierno se adueñan de la casa vieja. El árbol de amate donde amaneció ahorcado el militar reverdece cada día. Algunos que por descuido se dejan agarrar Eladio González: Mujer con máscara, 2004, bronce la noche sentados en el parque son incitados a que involuntariamente atraviesen su mirada entre la penumbra, para que vean la casona; y del frondoso amate miran claramente caer una flor. Todos saben que aquella florecita, no es más que el ánima de Anastasia que deambula en el ambiente. Testigos juran que el militar, era un aviador desconocido que hacía poco más de diez años, había muerto en un accidente aéreo junto a su hijita, y no se explican cómo dos muertos llegaron a vivir en aquel poblado después de muertos. El espíritu de Anastasia vaga aquí y allá, los que escuchan su historia apenas levantan la mirada y la ven con su carita de muerta, con su vestido blanco estampado de sangre y el largo cabello sin trenzas que oculta la palidez de su rostro con profundas ojeras. La ven tan real como la encontraron días después del accidente. Hoy por hoy, muchos atestiguan que han visto a don Giovanni, con su mirada esquiva y tez cadavérica. Si por las noches escuchás el ladrar de un perro, está seguro que es Agaty avisando que los fantasmas andan cerca... En este momento algo maquina en el subconsciente sellando la historia ya que Anastasia vive, vive. Cerrá tus ojos para no mirarla y entre menos querrás más la verás. Porque ella misma prende y apaga la luz, la prende y apaga, la prende... Sus ojeras son negras, negras como la oscuridad del cuarto.
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Eladio Gonzรกlez: Winged Victory, 2004, bronce
Aprender a mirar... en la
Galería Aldo Castillo Delia Negro Con una propuesta marcadamente didáctica, se presenta este mes en la Galería Aldo Castillo, la exposición titulada The Chinese Connection. Tanto esculturas como obras pictóricas del artista cubano Eladio González se intercalan en el espacio, con una serie de fotografías facilitadas por el Consulado General de China en Chicago, que documentan el arte, la historia y la cultura de ese conocido, y a la vez desconocido país. Los Guerreros de Terracota y el retrato de Confucio se mezclan con repetidos techos de pagodas ascendentes o con la misma Muralla China, estableciendo así el ritmo dinámico de la muestra y de esa humanidad armónica, actuando en su propia naturaleza. Estas variadas fotografías sirven de apoyo y de fondo a una exhibición de carácter trascendente, activo y esclarecedor. Esta propuesta creativa e innovadora de la presentación conduce al espectador por el camino de una observación dirigida, que abre ventanas interpretativas, sugiere conexiones culturales y deja al observador la libertad de elegir su propia senda visualizadora. The Chinese Connection enseña a mirar el objeto artístico, que en este caso es el resultado del mestizaje cultural, ingrediente siempre presente en el arte latinoamericano. El mundo de Eladio González y su síntesis del arte primitivo, se ve escoltado en la sala por una obra firmada por Wilfredo Lam, uno de sus inspiradores, pero del cual nos quedamos con la necesidad de ver más imágenes, para así disfrutar de una observación comparativa entre el maestro y su seguidor. Ambos artistas, portando en sus genes influencias ancestrales tanto chinas como afrocubanas, reflejan la fusión de estas culturas en la expresión artística y con ella la vitalidad, la sensualidad, la angustia y la interrogante de un conflicto cultural latente en todo latinoamericano: la búsqueda de su propia identidad. Durante los siglos XIX y XX grupos de asiáticos y entre ellos los chinos, emigraron a América, fundamentalmente a Cuba, México, Brasil, Perú, Argentina y Bolivia. Y es precisamente en el territorio cubano, donde éstos se encuentran con los esclavos africanos, trabajando ambos grupos en las plantaciones de café y tabaco. En el amplio espacio que rodea cada pieza expuesta, aflora el ritmo que marca el bronce azulado del continente africano, el dinamismo ascendente de los techos de las pagodas, como también la cargada gravedad de la Muralla China, en esculturas que parecen querer adherirse a su base o a esa tierra que les dio el refugio y la definitiva pertenencia a un lugar determinado. Cuerpos femeninos de una liviandad que niegan el bronce con el cual están elaborados, muestran ese ritmo del sonido del tambor de África, frente a águilas, que en su pesado vuelo, custodian la infinita longevidad y pesadez de la Muralla. El hombre y la naturaleza que lo vio nacer están presentes en ese espacio mágico, establecen la armonía expresiva y trazan una identidad insoslayable, pero a la vez confusa, que es buscada por el artista en su propia creatividad. Figuras volumétricas y esquematizadas se suceden en una querella que persigue la aprehensión de lo desconocido y del misterio del hombre en el mundo que lo rodea. The Chinese Connection es una exhibición recomendable, que enseña, que muestra y que abre caminos innovadores en el montaje artístico comercial. The Chinese Connection se exhibe hasta el 26 de marzo Aldo Castillo Gallery
233 W. Huron Street (312) 337-2536
Colaboraron en esta exposición: Aldo Castillo Arts Foundation, el Consulado General de la República de China en Chicago y Chicago Public Schools — Office of Language, and Cultural Education. Delia Negro es profesora de español en el Instituto Cervantes.
Eladio González: Torso de Ald, 2004, bronce
Ignacio de Alba
Se estrella la luz en la angustia de la luna con el gemir de las orquídeas incontenibles, sexuadas, violentas.
Me gusta peregrinar por tu cuerpo, escuchar la miel, inhalar la brisa, naranja. Confundido entre tus hojas, mi cuerpo, nube, tigre, ave, serpiente. Corro entre maleza genero desorden. Hilos de agua nos unen, en mi boca vapor, río desnudo. Desespero, obscuridad del instante, tomo tu corteza, me recuerdo en ti, grávido, bajo tu sombra, como, bebo, miento.
Eladio González: Abstract form of Woman, 2004, bronce
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Ignacio de Alba
Acostado en el verde se levanta el cénit sobre mis tercos ojos en el torso desnudo del ciruelo en otoño quiero vivirte antes de que florezca.
Fértiles cantos los senos la noche madura.
Sobre el agua de tu cuerpo vestido de espuma perdida la arena dorada en la profundidad plata sonríen tus piernas abiertas al fruto.
Eladio González: Heart, 2004, bronce
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Ignacio de Alba
Acostada sobre la bondad de la arena tuesta su cuerpo café dentro de su desnudez maduran los peces desnudan su vientre quemando sus jugos brilla el día en las aureolas de sus senos.
Desropar la palabra al abrigo de la imagen y escrita con la esperanza de la mudez del cuerpo en la hoja que fue… blanca.
Cierro las cortinas enciendo la lámpara el cigarro, los textos se labran en mi piel amarilla de luz. Me acuesto en mi cuerpo el cigarro entre los labios la puerta junto a los zapatos la ventana abierta a la noche. Le silbo al alma que aún tengo invitándola a reirse de mí antes desterré la ciudad la lengua y…
Eladio González: Media luna, 2004, bronce
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Luis Alberto Urrea en la carretera
del d i a b l o Entrevista de Kari Lydersen Se han escrito muchos libros acerca de la eterna y mortal lucha que supone cruzar la frontera méxico-americana, con un promedio de un inmigrante muerto al día debido al brutal calor del desierto, al terrible frío de las montañas o por ahogo en los canales del río Grande (Bravo). Pero muy pocos escritores, si acaso alguno, han descrito la trágica situación de la frontera en términos tan viscerales y humanos como lo hace Luis Alberto Urrea en su reciente libro Devil’s Highway, un relato periodístico y lírico de la muerte de 14 de los 26 inmigrantes que cruzaron el desierto por Arizona el fin de semana de Memorial Day de 2001. Urrea combina su estilo de novelista y poeta con una incansable investigación y miles de entrevistas de todas las partes involucradas en el incidente para recrear el acontecimiento con detalles espantosos, desde las motivaciones y miedos de un joven coyote de pelo punk hasta los pormenores de cómo uno intenta aferrarse a la vida mientras que los órganos de su cuerpo se están literalmente cocinando. Urrea, catedrático de inglés en la Universidad de Illinois en Chicago, habló con contratiempo sobre su trabajo y la política de fronteras de los Estados Unidos. ¿Cómo es la actual situación de la frontera comparada con el momento en que escribió Devil’s Highway? Continúa evolucionando y deshaciéndose. A nivel de la propia frontera, me parece que la idea de que puede haber una propuesta de amnistía general ha hecho que más personas se animaran a tomar la decisión (de cruzar). Y los coyotes se han sofisticado más. Están usando tecnología satélite, cosa que utilizan los trafi-
cantes de droga. Entre Sasabe (Arizona) y Altar (Sonora, México), hay peligrosas operaciones de droga, llegan hombres armados y el sheriff local afirma que si los has visto, debes marcharte. Ahora cruzar resulta más caro, más traumático y más peligroso. Y por eso ahora hay más gente que se queda en los Estados Unidos en vez de volver a visitar a sus familias. Las colinas de Arkansas están llenas de mexicanos. Los Estados Unidos están actuando como si estuvieran siendo invadidos, pero aquí es donde están los trabajos. Actúan como si les estuviera saliendo un enema pero de hecho son una aspiradora. Mencionó que una de las cosas que le sorprendieron durante la investigación que hizo para su libro fue cómo algunos agentes de patrulla de la frontera simpatizan con los inmigrantes… Para ser un grupo de hombres conservadores están bastantes radicalizados. Están metidos hasta las cejas y me sorprendió todo lo que tiene que ver con el patrullaje de la frontera. La mayoría de ellos son hijos de clase trabajadora: rancheros, granjeros, soldados y son conscientes de que están buscando a hijos de rancheros, granjeros, soldados. Tienen que atrapar a estas personas porque son las órdenes que han recibido pero también entienden que si sus hijos estuvieran pasando hambre, ellos harían lo mismo. Muchos de ellos son chicanos o mexicanos, y los que no lo son están casados con mujeres mexicanas. Muchos de ellos son tipo John Wayne: si les dieran la oportunidad de tener un código de honor, lo tendrían. Pero en el libro también hay retratos negativos de agentes, ¿cómo reaccionaron al libro? Dijeron que no fui amable con ellos pero sí justo. Algunos agentes de la patrulla de la frontera han hecho cosas raras, como enviarme parte de sus uniformes, sus medallas o sus camisas Borstar.
¿Tenía la intención de que su libro concienciara a la gente sobre la realidad de la frontera? Lo ofrecí como un caballo de Troya de información: hombres en un drama peligroso. La mayoría de la gente no tiene ni idea de lo que está ocurriendo en la frontera. Yo tengo mi propia ideología, pero quería presentar todos los puntos de vista. La gente no se da cuenta de lo horrible y espantosa que es la muerte por calor. Si dieran cuenta de que son padres e hijos que sólo buscan alimentar a sus mujeres e hijos, personas como ellos, quizás verían las cosas de otra manera. ¿Qué opina de la actual política de inmigración de los Estados Unidos? Es un hecho que a los agentes de la patrulla de la frontera les dicen que no atrapen a gente en ciertas temporadas, cuando se necesitan trabajadores. Los agentes me lo han dicho repetidas veces. Algo tiene que ceder, el sistema actual no funciona. Este año se ha producido el mayor número de muertes de la historia, cerca de 300 sólo en la zona de Tucson. ¿Qué le gustaría que ocurriera con la política de inmigración? ¿Cree que hay lugar para la esperanza? Generalmente sólo oímos hablar de desesperanza y fatalidad, pero están sucediendo otras cosas. Por ejemplo, hay gente en Nogales que está haciendo planes para microeconomías, con fondos para abrir pequeñas fábricas (maquilas propiedad de mexicanos en vez de extranjeros) que podrían permanecer abiertas por tres años. Muchas maquilas se están yendo a China, pero hay compañías mexicanas que se están mudando a los edificios vacíos y creando (mejores) trabajos. Esto no lo resolverá todo pero es un buen comienzo. Lo que le sugeriría a Bush es que pusiera una moratoria a la deuda de México. Podría hacer que la economía (mexicana) prosperara. Hay muchas conversaciones acerca de fortalecer la economía mexicana pero que yo sepa nunca se ha mencionado esa idea. Dígale que me llame. Creo que el mundo está en un momento repugnante actualmente, pero cabe la esperanza respecto a lo que está ocurriendo en la frontera.
Kari Lydersen es autora de Out of the Sea and Into the Fire. Latin American-U.S. Immigration in the Global Age. Colabora en Chicago Reader y Washington Post. Traducción: Verónica Esteban
No se ha dicho todo
sobre el voto: Sigue el migrant tour Carlos Arango
a distancia fue aprobado en la Cámara de Diputados, pero se atoró en el Senado por la soberbia de los senadores del PRI que en ese momento tenían el sartén por el mango, rehusando darle salida al voto de los mexicanos en el exterior. Hoy la diáspora ha regresado con más fuerza a reclamar lo que le pertenece, realizándose migrant tours para cabildear y educar a los legisladores. Ha regresado con otra imagen, la de una población que contribuye con remesas que ascienden a 13 mil millones de dólares, convirtiéndose en la segunda fuente de ingresos del país. Si los senadores llegaran a cometer la barbaridad que están anunciando, de postergar este asunto hasta 2009 o 2012, simplemente estarán caminando contra la democratización del país y estarán invitando a la inestabilidad social. Como se dice coloquialmente, no se la van a acabar. Para los críticos del voto, éste podría lacerar la soberanía nacional y pondría en peligro la transparencia de las elecciones que tanto ha costado a México, mientras otros piensan que es inútil luchar por el voto, que es mejor
luchar por la amnistía de los indocumentados. Todas esas percepciones solamente buscan mantener el status quo y negar que la nueva realidad de la diáspora es que ya se vota a distancia en 60 países. Para México es un paso trascendental. La credencial de elector siempre será mejor que la matricula consular. Votar en elecciones mexicanas será mejor que no votar en ninguna, con el voto podrá influir en cómo quiere usted que se dé la relación binacional con Estados Unidos y abrirá la puerta a la representación de los migrantes en esta nueva realidad binacional. Estamos en la víspera de las elecciones de 2006 y lo más deseable es que los mexicanos en el exterior puedan ejercer su voto y que sea contado de manera transparente, para que con el resto de la nación decidan el futuro de este México tan sufrido. Que esto suceda o se colapse es cuestión de días.
Carlos Arango es director de Casa Aztlán.
Carlos Marx escribió en el 18 brumario Que la historia ocurre dos veces Una como tragedia y otra como farsa
El martes 22 de febrero culminó una etapa de la lucha de décadas para obtener el voto a distancia para los migrantes mexicanos. La propuesta garantiza el voto de los mexicanos radicados en el exterior para las elecciones presidenciales de 2006. La Cámara de Diputados aprobó la propuesta por 391 votos a favor, cinco en contra y 21 abstenciones, y la propuesta fue enviada en forma de minuta al Senado de la República. Los diputados aprobaron voto para presidente, fotocredencialización en el exterior, voto por urnas y campañas electorales en el exterior reguladas por el IFE. Este paquete legislativo es producto de la insistencia de los migrantes para ampliar la participación electoral de los mexicanos radicados en el extranjero, de los cuales, cuando menos el 90% está en Estados Unidos. La Cámara de Diputados aprobó la iniciativa presentada por la diputada del PRI Laura Elena Martínez Rivera, la cual fue consensuada por las organizaciones de los migrantes y el PRD, por considerarse la más viable entre las 17 propuestas que se presentaron en la Cámara de Diputados. La iniciativa sin duda es superior a la que presentó el jefe del Ejecutivo federal Lic. Vicente Fox Quesada, la cual no ofrecía la fotocredencialización en el extranjero, sin casillas para votar, ni campañas políticas en el exterior. La propuesta ahora está en la cancha del Senado, donde se han comenzado a escuchar las voces de senadores del PRI y del PAN que se oponen a la propuesta argumentando falta de presupuesto y la transparencia del sistema electoral. Estos senadores son Roque Villanueva del PRI y Diego Fernández de Cevallos, presidente del Senado y miembro del Partido Acción Nacional. Esas voces juegan al doble lenguaje, pues por un lado hablan de que los mexicanos tienen derecho al voto, pero argumentan que su aprobación sólo busca satisfacer a la clientela —los migrantes—. Por lo pronto, el senado tendrá audiencias en que testificarán el secretario de Relaciones Exteriores y el presidente del IFE, ya que son ellos los que tienen que ver directamente con el tema. Se necesita desarrollar la logística de la fotocredencialización, la instalación de urnas y la función diplomática para informar a las autoridades estadounidenses de este proceso. Los migrantes estarán pendientes en una especie de asamblea permanente en la cual se irá monitoreando el proceso en el Senado y determinando quiénes son aliados en esta lucha y quiénes los enemigos del voto de los mexicanos en el exterior. Se está muy cerca de lograr una demanda histórica que permitirá ejercer sus derechos políticos a 10 millones de mexicanos elegibles para votar y que hoy viven en Estados Unidos; para muchos sería la primera vez en su vida que podrán votar. Significa la obtención de un derecho que aunque está en la Constitución desde 1996 no ha existido voluntad política para su implementación, como ocurrió en 1999, en que un proyecto que otorgaría el voto 22
Votación simbólica en Chicago. Foto: Francisco Piña
Fotos de An Immigrant Class. Fotos: Steve Kagan
An Immigrant Class: Testimonios orales de la
inmigración
Érika Buchancow An Immigrant Class: Una clase inmigrante. Eso es lo que somos en los Estados Unidos y es lo que este libro con un contenido de 225 páginas nos muestra a traves de varios testimonios que su autor Jeff Libman compiló en sus entrevistas en un lapso de cuatro años, contando con 20 historias de personas que asistían a sus clases de inglés como segundo idioma, ya que él se dedica a enseñar en Truman College, ademas de tener una actividad muy variada como escritor, cantautor y voluntario de varias organizaciones de ayuda humanitaria, como la Organización de Refugiados Tibetanos, donde se desempeñó como director en Chicago. Puede decirse que todas estas actividades lo han llevado a destacarse como una persona sensible y muy preocupada por las vivencias de los inmigrantes, incluyendo los conflictos que acarrean estos cambios demográficos. Jeff tuvo una especie de conexión con cada estudiante, una necesidad innata de escuchar, él declara que de esta manera se siente un mejor ser humano y un ciudadano del mundo. Como lectores podemos descubrir y apreciar diferentes culturas y cómo éstas sufren el shock cultural en los Estados Unidos, ya que las palabras libertad, ciudadano y desolación son las más reiteradas en cada testimonio. El autor de este libro cree que la gente debe ser escuchada y apreciada como una fina pieza de porcelana donde cada uno de los componentes es tan valioso como la pieza en su totalidad. Leyendo este volumen me interesé mucho por algunos testimonios en particular, como la historia de Pilar Landa y Carlos Domínguez, un matrimonio cubano que relata la lucha que tuvieron que librar para llegar a una muy ansiada libertad y poder ejercer sus profesiones, pero lo que más se puede destacar es cuando Pilar, en uno de los párrafos agradece tener a su
lado a su marido Carlos pensando en que de no tenerlo, si algún día se muriera, la gente percibiría su deceso por el olor. Es evidente aquí el dolor de la soledad y la carencia frente al desarraigo. También, en otro testimonio, Osvaldo Medina, originario de México nos cuenta cómo él se esforzaba en perder su acento hispano al hablar ingles para lograr más aceptación de los norteamericanos y no ser despreciado por ser inmigrante o por pertenecer a la clase baja, hasta que un día descubrió que él debía ser aceptado tal como era, dándose cuenta de su valía como persona, y que debía estar orgulloso de eso. Otro testimonio que hay que destacar es el de Deng Deng Agot, proveniente de Sudán, donde muchas veces tenía que sobrevivir comiendo de árboles frutales y nos cuenta que su primer trabajo consistió en ser lavaplatos. Su tarea era tirar los restos de comida desperdiciada o que ni siquiera había sido probada. No toleraba esta situación al pensar que en su patria las carencias son extremas y no comprendía cómo la gente en esta sociedad puede olvidarse de las necesidades que existen en otras partes del mundo. En resumidas cuentas este libro nos permite viajar a Brasil, Burkina Faso, Afganistán, Guatemala, Argentina, Chile, Sudán, Haití, Rumania, Perú, Bielorusia, India, Colombia, México, Irán, Irak, Bosnia, Herzegovina, Cuba y Albania. Lugares del mundo donde las necesidades son tantas que obligan a su gente a buscar el desarraigo. Las historias nos llevan en cierta forma a proyectar nuestra vida cotidiana y a vernos reflejados en estas experiencias, y como dice Jeff Libman, aunque el libro no sea más que una compilación de simples historias cotidianas, todas ellas van cargadas de una belleza genuina.
Esta obra nos abre la percepción e invita a dejar la paranoia ante el extranjero a romper con los estereotipos y saber que todos luchamos por una vida mejor y un lugar en el mundo. Actualmente, Jeff Libman lleva a cabo un proyecto que es una especie de taller, en donde logra reunir a familias, motivándolas a interactuar e indagar sobre las raíces de sus árboles genealógicos creando así un interés en los niños por saber de sus antepasados, respetar sus orígenes y sentirse orgullosos de ser descendientes de inmigrantes, pues eso es lo que esencialmente compone a esta sociedad. Este libro puede obtenerse en cualquier librería, en las bibliotecas públicas de la zona o visitando la página de internet www.animmigrantclass.com donde pueden también informarse sobre los cursos orales que el autor está dando alrededor de la ciudad.
Érika Buchancow es escritora argentina residente en Chicago.
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Cindy Martínez Qué piensa mi gente acá de este lado De supuesta justicia que nunca ha llegado Te pisan, te arrastran, te miran de lado Tan sólo por ser un supuesto mojado. Diferente, Malafacha
El Black Hole es un lugar donde los jóvenes se reúnen a jugar videojuegos, comer pizza, escuchar música, y a perderse en los mil y un programas de los televisores que penden del techo del lugar. En ocasiones especiales, como lo fue el sábado 19 de febrero, también funciona como un “club nocturno”. Afuera, el viento frío cala y comienza a nevar. Desde el estacionamiento se alcanza a ver el arremolinamiento de chavos en la entrada del improvisado club, pues todavía no abren las puertas. Y cuando las abren, el amontonadero revolotea alrededor de ellas y los chavos sacan sus ocho dolaritos para pasar. El río de gente poco a poquito va llenando el Black Hole. Los jóvenes lucen sus trajes nuevos y ya se encuentran listos para devorar la pista de baile, pero como todavía no escuchan la voz del DJ, las parejas se quedan como estatuas en el contorno del local. Las edades de los chavos varían y se nota que algunos están en grammar school aunque también hay parejas más maduritas que se ve que pertenecen a algún club de baile. El DJ Maracaibo, con su voz reverberante —por el equipo de sonido— da la bienvenida. Entonces, las chicas y los chicos tomados de la mano se lanzan a bailar a ritmo de mambo, guaracha, cumbia, salsa, bachata y en ese día, también al compás del ska. Los miembros del club de baile Maracaibo esa noche fueron a lucir los nuevos pasos de bachata, cumbia y salsa que imagino ensayaron durante la semana. Mientras las parejas del club se ajustan el uno al otro, se va formando una rueda de curiosos a su alrededor. No es casual que esa noche el congal esté atiborrado de jóvenes, pues éstos no tienen donde ir a divertirse. Muchas de las veces los estereotipos que se tienen sobre la juventud no dejan que éstos tengan sus propios espacios. Jorge, el trompetista de Malafacha, nos comenta: “Nos cierran mucho las puertas porque los dueños de lugares donde tocamos piensan que al tocar rock, la gente va a hacer un desastre. Nos dicen ‘van a venir a fumar marihuana, van a venir a hacer su relajo...’”. El DJ Maracaibo con una voz que hace eco por todo el Black Hole anuncia a la banda invitada de la noche: —La guerra de los sonideros de todos los barrios está aquí para quedarse y hoy tendremos invitados especiales.... Esta noche nos acompaña Malafaaachaaaaaaaaa. Así, arrancó la noche de música en vivo en el Black Hole, donde la música y la gente se encontraron en una mezcolanza de géneros musicales y épocas sin igual. En cuanto Malafacha se ha instalado en el diminuto escenario y comienza a tocar, los chavos con o sin el pelo largo saltan de un lado 24
a otro, levantan los brazos como canguros en éxtasis. Algunos visten los colores brillantes de la bandera jamaiquina, otros vienen con el clásico outfit negro y otros más llevan perforaciones en todo el cuerpo aunque sólo alcanzamos a ver las de los labios, las cejas y de vez en vez las de uno que otro ombligo. Las trompetas, las percusiones, y todo los sonidos malafachescos se juntan para crear una música bailable y diferente. Y vaya que Malafacha es una banda muy diferente a las más de ochenta bandas de rock en español que hay en el área metropolitana de Chicago porque así lo decidió el grupo, pero dejemos que Iván —el saxofonista de Malafacha— nos explique: “En un principio, tocábamos covers de todo, pero nos fuimos inclinando por el ska porque fue lo que más nos interesaba y era lo que más movía a la gente. Además le tienes que meter más cabeza para coordinar todos los instrumentos: los metales, las percusiones, combinados con las voces.” Malafacha es una banda joven. Casi todos sus integrantes asistieron a la secundaria Benito Juárez donde a algunos de ellos les nació el interés por la música. Iván nos cuenta: “La música me despertó
cuando empecé a tocar en la Juárez aunque desde pequeño decía que quería tocar la guitarra, pero nunca se me dio. Ya en la secundaria en la clase de banda, pues despertó la música en mí... no sé si fue cuando tomé teoría musical o cuando...”. Malafacha no es la única banda que se ha formado en la secundaria Benito Juárez, pues ésta ha sido un semillero de bandas de rock en español en Chicago. El talento y potencial que ha salido de esta escuela proyecta otra cara de Pilsen que casi nunca se ve, como bien comenta Iván: “Lo que yo he visto es que hay mucho talento artístico y musical en la Juárez, pero la verdad es que nos dan el bajón muy feo porque se expresan muy gacho de Pilsen, ¿no? Dicen que es un lugar con mucha violencia y nada más sacan a cuenta lo negativo, pero no tratan de ver lo positivo. Ahí también hay muchos jóvenes que no tendrán talento para el arte o la música, pero tienen mucha inteligencia, pero desgraciadamente a eso casi no le dan publicidad”. El movimiento de rock en español ha crecido y se ha vuelto un aspecto positivo entre los jóvenes de Chicago. Por ejemplo, Malafacha expresa a través de sus canciones las experiencias cotidianas de la chaviza: “Tratamos de hablar de la vida de cada inmigrante que viene de México y cómo le sufre uno” comenta Iván. “Pero no sólo los que venimos de México sino de todo Latinoamérica: Ecuador,
Abat, Iván y Moisés en el Black Hole. Foto: José Guzmán
Desnudo de un mundo artificial Manos que se agitan Iván Torrijos Inspirado en Gloria Trevi: “Hoy... no voy a llorar, hoy... no voy a gritar, hoy... prefiero jotear”
En el slam a ritmo de Malafacha. Foto: José Guzmán
Perú, Guatemala... De verdad sufrimos para pasarla, tenemos que hacer mucho para sobrevivir aquí y ya estando aquí nos discriminan por no tener una cartita verde”. Y para prueba, basta una estrofa de su canción “Diferente”: “De nada nos sirve lo que hemos luchado / nos niegan privilegios que aún no hemos gozado. / Te tapan la entrada, te matan sin razón / las espaldas mojadas, de sangre y sudor”. Los versos son crudos, pero llenos de vitalidad. Son el reflejo de la vida de más de un inmigrante. Para los miembros de Malafacha sus raíces se encuentran en la música y en la lengua. Comenta Napoleón, el trombonista: “El español es la lengua en las que nos expresamos. Es como quien dice parte de nuestras raíces y si cantáramos en inglés no sería lo mismo. Estaríamos como perdiendo un pedazo de nuestra cultura o algo así aunque suene medio feo”. El español no es solamente la lengua en la que ellos hablan, sino que también define su identidad. Tomás, el percusionista, enfatiza: “Yo digo que el español es de mucha importancia para los que fuimos a la Juárez juntos porque nos conocimos en el programa de ESL (Inglés como Segundo Idioma) y en esa clase es donde nomás cotorreábamos porque en las otras clases agachábamos la cabeza, nos daba pena hablar”. Las influencias de esta banda de ska varían desde Bob Marley a Café Tacuba; de Celso Piña a la Maldita Vecindad. Por otra parte, los sonideros también han sido una gran influencia musical para los chavos de Malafacha. En su música no tratan de mezclar solamente el ska sino también otros ritmos latinos, como la cumbia, la salsa y hasta las rancheras. La banda explora diferentes planos musicales para llegar a un punto donde ellos se sientan satisfechos. Una y otra vez, lo que más daña a una banda como Malafacha es la falta de espacios. Ellos como otras bandas no tienen la oportunidad de tocar en antros más grandes donde se pueda jalar más gente. “Tenemos bastante apoyo por parte de nuestras familias, los amigos, la gente joven que va a las tocadas... —aclara Moisés, voz y guitarrista de Malafacha—, pero ahorita lo que necesitamos es que las bandas locales comiencen a salir al mercado y que los grandes promotores no nos tengan tan olvidados”. Las bandas locales de rock o ska
—como Malafacha— necesitan más lugares como el Black Hole para que el movimiento del rock en español no se apague. Los chavos necesitan un mayor apoyo y que sea constante, pues talento existe. Malafacha con su mezcla de ritmos latinos además de las letras de protesta está comenzando a dejar su huella en la escena musical de Chicago. Con esfuerzo y paciencia, Malafacha ha dado el siguiente paso en su carrera, pues recién comenzaron a grabar su primer demo. Bien saben que el apoyo que le brindan sus familias, amigos, y fans es lo que les inyecta el ánimo para seguir tocando. Antes de despedirse, mandan los siguientes saludos: “Un saludo para Cristian y las ardillas, que jalarán el periódico por ahí. Otro saludo a mi novia, Daniela, que sabe cuánto la quiero. Y saludos a todos los chavos que apoyan el movimiento y a todos nuestros fans que han de ser unos cuatro o cinco...”. De vuelta al Black Hole, sentimos las paredes retumbar y el piso se cimbra con la última canción de Malafacha. Todos los chavos cargados de energía piden otra canción. Muchos saltan, se empujan, se avientan de un lado a otro, y la banda se prende. El amontonadero de chavos es asfixiante, pero pareciera que ellos no sienten nada, solamente se dejan llevar por los ritmos y la voz de Malafacha. Después de los últimos acordes, todo queda en silencio. Los groupies piden otra canción a gritos pero ya es muy tarde. La banda cuelga sus instrumentos y se bajen del stage. Entonces, del silencio brota el clásico alarido de “culeeero, culeeero, culeeeero”. En el coro no hay agresividad, hay satisfacción y catarsis, y mientras El DJ Maracaibo vuelve a la guerra de los barrios con su interminable lista de DJs invitados, en la pista se van perdiendo un par de manos en el aire haciendo la “V” de la victoria. Malafacha se presenta el viernes 25 de marzo a partir de las 9:00 P.M. La Justicia: 3901W. 26th St. (773) 522-0041
Cindy Martínez es estudiante de antropología en la Universidad de Illinois en Chicago.
La vida pasa y éste, su abnegadísimo servidor, se siente muy contento, aunque más bien podría estar con reboso en mano y parado en un charco de lágrimas al saber, por ejemplo, que en Nueva York dos nuevos y raros virus de transmisión sexual amedrentan las actividades “socioculturales” de quienes lo hacen sin condón, ¡qué lata, dos bichitos más a la lista! Pero ante lo anterior una paz le invade a este irreverente cuando medita y recuerda que ya much@s tomaron su curso intensivo de “cómo envolver el regalo” o “no hay regalo sin su envoltura” o para que mejor me entiendan: ¡no se coge sin condón! Una lágrima casi se me escurre al seguir escuchado más de las megasandeces que se le ocurren a ese que —gracias a la inmaculada concepción— no es mi señor presidente, pero, ¡NO! , este chilango se ajusta el cinturón y actúa como las buenas machos porque sabe que a pesar de que el mundo tendrá más años de Mister Bush-it, las cosas ya pintan diferente y cada día más y más personajes dadivosos tanto “comunes y corrientes” y como del dominio público, entienden y se unen a la causa multicolor. Dos hombres admirables, relucientes, galanes, que defienden los derechos GLBT como si fueran suyos, son el alcalde Jason West de New Paltz, NY, a quien recientemente le reiniciaron cargos criminales por haber casado a alrededor de veinte parejas del mismo sexo el año pasado; la digna acción del joven alcalde de tan sólo 27 años de edad puede costarle hasta un año de cárcel si se resuelve en su contra. Otra figura política que penetra en mis sueños es Gavin Newsom, alcalde de San Francisco, quien hace un año decidió también otorgar licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo. El buen juicio de este gobernante le ha acarreado problemas judiciales de a gratis y hasta se le llegó a acusar de haber apoyado la reelección de Bush “por fomentar la controversia”; ante aquellos comentarios el mismo Newsom criticó en febrero a su partido Demócrata por no haberse puesto las pilas y usar mano dura para defender los matrimonios gay. Incluso, dijo públicamente y sin vacilar: “Es un asunto de discriminación, no es simplemente hablar de matrimonio, se trata de libertad y dignidad humana”. Con resignación he tomado conciencia de que ambos señores, que nuestros respetos merecen, no son otra cosa que bellos heterosexuales. En lo personal pienso que ojalá se reconociera este tipo de uniones porque sí creo que ello le daría una cara más cordial a los noviazgos gay, aunque también estoy de acuerdo en que no sólo se trata de estar pensando en los padrinos de boda y en la luna de miel, hay aún bastantes asuntos por los cuales trabajar, como los suicidios por orientación sexual, el rechazo familiar, los asesinatos por homofobia entre otras cosas y, de carácter prioritario, el VIH/SIDA y su propagación. Así como esos dos personajes han abierto sus preciosas bocas y nos extienden la mano, existen también personas a las que les va cayendo el veinte y con el tiempo se vuelven admirables aliados GLBT. A éste, su cursimaniaco que tanto los quiere, le entra una alegría total cada vez que un chamaco macho se convierte en verdadero hombre y se vuelve respetuoso ante los que solía conocer de mala gana como “jotitos y jotitas”. Definitivamente, un entusiasmo nos invade cuando logramos generar más almas aliadas, cuando el vecino le baja a su homofobia. Es satisfactorio saber que cada día aumenta el número de chavos y chavas, señoras y señores, niños y niñas, papás y mamás que pueden ayudarnos a construir un mundo inteligente respecto a la diversidad sexual. ¿A poco no?
Si deseas más información sobre la comunidad latina GLBT sintoniza el programa Homofrecuencia; se transmite todos los lunes de 8 a 10 P.M. en Radio Arte 90.5 FM. También puedes escucharlo en vivo a través de la Internet en la página: www.radioarte.org. Comentarios: ivanukor@yahoo.com
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este adiós está en
cubano de ellos, la que a nosotros no nos debiera pertenecer, pero al fin y al cabo la misma cuba que todos nos llevamos enterrada en el vientre hasta la mismitica muerte. qué triste, mi socio, pero así es. hay que morirse fuera del juego para que te reconozcan los que tienen la pelota en la mano y hacen trampa con ella, los que no sueltan el bate aunque los strikes pasen de tres. pero no importa, Guillermo, que las reglas de ese juego ya no te afectan. allá donde llegues será arcadia todas las noches, y la cinemateca celestial te nombrará el máximo chino crítico cuando te atrevas de nuevo a enunciar, en tu cubano contundente, que “Hollywood es la provincia del cine”. y aunque ése sea un oficio del siglo veinte, en el veintiuno van a hacer falta tus miopes ojos chinos, tan observadores y certeros, uno aquí y otro allá, de día escribano y de noche mano muerta en un cine de barrio de la habana.
om ulloa “El libro está en cubano. Es decir, escrito en los diferentes dialectos del español que se hablan en Cuba y la escritura no es más que un intento de atrapar la voz humana al vuelo, como aquel que dice. Las distintas formas del cubano se funden o creo que se funden en un solo lenguaje literario”. de la introducción a Tres tristes tigres, de Guillermo Cabrera Infante (Barcelona: Seix Barral, 1967)
hoy tampoco alcanzo a ver la vista de un amanecer en el trópico y los tristes tigres que me rodean son más de tres. fíjate que con el tiempo se han multiplicado esos enormes felinos tuyos, atrapados entre aquella gorda y descomunal estrella que dormía en una bañadera, aquélla que sí cantaba boleros de verdad, y tus entristecidos noctámbulos: fotógrafos, cineastas, artistas y escritores habaneros que un día me engatusaran con el peculiar perfume tropical de tu prosa. y hoy aquí, no en tu londres gris que te vio partir pero sí en mi chicago opaco que se obstina en no dejarme ir, sacudo impaciente mis exorcismos de esti(l)o porque en este febrero de 2005 me entero que te fuiste, de la habana y del mundo, el ya oficial difunto infante de la literatura cubana. repercute la noticia, viejo, con un tintineo de voces asustadas que no saben hacerle coro a tu ritmo y mucho menos cuenco a tu humor. claro, es que con la muerte no se juega a no ser que nazcas mexicano y entonces, le cantas rancheras y te emborrachas con ella. nosotros, los cubanos, como tú nos llenamos la boca con los mordiscos que le arrebatamos a la vida, masticándola y exprimiéndole el jugo pleno del placer, ese sabor hedonista que nunca llena, ese ritmo de algarabía incansable. el escupitajo desagradable de la muerte ni se nos ocurre, qué va. sólo cuando aparece disfrazada de mujer culta, y por lo tanto trágica, nos escandaliza aceptar que también se lleva a gente grande como celia y como tú. hoy, tus amigos literatos y tus enemigos politiqueros se apuran a embarrar de tinta los obituarios. a 26
om ulloa es autora de selectos lapsos de memoria (una serie de fetos) y prendas de mujer.
la una: en madrid y méxico te elogian como el tremendo fabulador cubano, el gran enamorado de la ciudad más puta del mundo (y lo sabrán ellos), tu habana cabaretera y musical de los cincuenta que no se imaginaba la cuarentena que le esperaba como sede de una triste y siniestra revolución. a las dos: en miami se lamentan los aspirantes a la gloria, preocupados de que por ahora perdimos al mejor candidato al premio Nóbel, porque vaya, después del Cervantes, era lógico. y a las tres: en la habana llora Antón Arrufat porque se le murió un amigo, y ya los adefesios títeres de la UNEAC desempolvan las imprentas destinadas a desenterrar exiliados porque ahora sí, como hicieron con Lydia Cabrera, con Lino Novás Calvo y con Reinaldo Arenas, te van a publicar en letras grandes y en cubano sin tener que explicarlo mucho, ves. ahora que tu voz no puede protestar te van a publicar en antologías, y en ediciones especiales van a recordarles a todos que antes de saltar el charco y caer de una patada en Inglaterra, rechazado por la madre patria franquista, tú también te creíste el cuento y fuiste a propagarlo como embajador cultural de la cuba
Cuatrocientos años: El Quijote en la
narrativa
norteamericana Carmen González Este año se cumple el cuarto centenario de la publicación de El Quijote. Parece pues, un año propicio para recordar y celebrar tanto el sorprendente libro como sus personajes principales y a su autor, Cervantes. Teniendo el año 365 días y el libro 125 capítulos, ¿por qué no leerlo o releerlo, paladeando y saboreando su lectura? ¿Por qué no, digo, sugerir como actividad conmemorativa la simple lectura compartida y comentada de esta obra magnífica? ¿Qué mejor celebración que tragar las preposiciones y los verbos, degustar los adverbios y los sustantivos, olfatear las vocales y consonantes, insalivar con los adjetivos y pronombres y masticar lentamente el riquísimo vocabulario dándonos un festín de locura y cordura, un banquete de literatura? El acontecimiento llega cargado de celebraciones, conferencias, exposiciones, conciertos, representaciones, menciones y referencias, estudios y reposiciones. Uno también puede llegar a Cervantes y captar la importancia del Quijote leyendo a aquellos autores que lo han mencionado en sus obras. Descubriendo entre líneas su huella, su significado, el que otros le han dado, el que ha tenido en la literatura. Así, por casualidad, por puro azar, —ése que tanto obsesiona o preocupa a Paul Auster—, leyendo un libro de Steinbeck encontré una referencia al Quijote. En 1960, Steinbeck, autor que no necesita ser presentado, manda adaptar una camioneta para convertirla en su caballo, en su vehículo para transitar y descubrir su América. En el mes de septiembre, cabalgando a lomos de su Rocinante y acompañado por su perro, Charley, inicia un viaje por Estados Unidos y llega, cinco meses más tarde, a su origen: New York. Llega desalentado por lo que ha visto y oído en el recorrido de 10.000 millas y abrumado por el peso de la añoranza y por la enfermedad de Charley. En New Orleans el autor siente y es testigo del odio y de la intolerancia; asiste al espectáculo irracional que ofrecen un grupo de mujeres vociferantes, cargadas de odio y conocidas bajo el nombre de cheerleaders. Las mujeres se apostan a la entrada de las escuelas y gritan, insultan e increpan lanzando piedras y tomates a niños de color indefensos. El lamentable espectáculo es transmitido por las televisiones y acelera, en lugar de frenar, la integración en las escuelas. El relato del viaje se convierte en el libro Travels with Charley y en él, el autor nos explica que bautizó a su camioneta con el nombre de Rocinante en honor al caballo de Don Quijote. And because my planned trip had aroused some satiric remarks among my friends, I named it Rocinante, which you will remember was the name of Don Qixote’s horse.
En La trilogía de Nueva York, Paul Auster —escritor y personaje de City of Glass— explica al protagonista Paul Auster, —detective contratado por azar— el proyecto que tiene entre
manos y que él define como una “lectura imaginativa del Quijote”, un ensayo en el que trata de encontrar el libro dentro del libro, es decir, el libro que Cervantes pensaba que estaba escribiendo, afirma. En la novela, ficción y realidad intervienen creando un clima inquietante; lo que “es” no es lo que parece ser. Visibilidad, realidad, certeza, ficción, ser y no ser; todo se confunde, todo se mezcla, nada es lo que parece. Los nombres no hacen a las personas y tampoco a las cosas. El lenguaje y la palabra como instrumento de poder para crear y creer, nombrando. Un juego de espejos que refleja realidades que no son pero que pudieran ser. El autor juega con los nombres utilizando en el juego el suyo propio. Su protagonista Daniel Quinn, que escribe novelas de misterio utilizando el seudónimo de William Wilson, se encuentra utilizando por puro azar, un nombre que no le pertenece; el del detective privado Paul Auster, y éste, a su vez, comparte nombre con uno de los personajes de la novela, un conocido autor literario. Sin embargo, quienes ostentan los nombres no representan ni son las personas nombradas, aunque quizás, si las circunstancias hubieran sido diferentes, pudieran haber llegado a serlo.
I like to imagine that scene in the marketplace at Toledo. Cervantes hiring Don Quixote to decipher the story of Don Quixote himself. There´s great beauty to it.
Carmen González labora en el Instituto Cervantes. admin@cervantes1.org
El movimiento laboral argentino: “Nuestros sueños no caben en sus urnas” Peter Lamphere The Take, documental dirigido por Avi Lewis y escrito por Naomi Klein. En las últimas dos semanas de diciembre de 2001, cientos de miles de argentinos se lanzaron a las calles a protestar las políticas neoliberales que habían producido una crisis económica que cinco presidentes no lograron sobrevivir. Estas protestas, sin embargo, no sólo ayudaron a expulsar a los políticos, sino que también fomentaron el surgimiento de organizaciones y movimientos que representaban la esperanza de un nuevo modo de manejar la sociedad. Asambleas locales comenzaron a distribuir comida de los supermercados a personas necesitadas, organizaciones de personas desempleadas bloquearon las carreteras hasta que se les ofrecieran empleos, y trabajadores de fábricas cerradas asumieron el control de éstas para reabrirlas. El documental The Take del equipo conformado por la activista Naomi Klein, autora del libro No Logo, y el director Avi Lewis analiza uno de los modos en que se ha intentado desarrollar una alternativa a las economías neoliberales. La película registra los esfuerzos de los trabajadores desempleados de una fábrica de piezas de autos, la Forja San Martín, por reabrir la fábrica como una cooperativa dirigida por ellos mismos. La fábrica había cerrado durante tres años y sus trabajadores no habían podido encontrar empleos en un país donde la tasa de desempleo, según cifras oficiales, es de un 18%, aunque en realidad se acerca más a un 40%. Los trabajadores ocupan la fábrica y exigen que el Estado les otorgue a ellos la propiedad para poder reabrirla y ponerla a funcionar. Estos trabajadores forman parte de un movimiento nacional que consiste de alrededor de 15,000 trabajadores en lugares que incluyen desde clínicas de salud y escuelas hasta hoteles y sastrerías; estos lugares a su vez son ocupados y administrados por asambleas democráticas de sus trabajadores. Muchas de ellas decidieron darles igual paga a todos los empleados. Entre lo mejor que tiene el documental para ofrecer se encuentra su agudo examen de las elecciones presidenciales de 2002. Por un lado se encuentra la campaña justiciera de Carlos Menem, quien introdujo la mayoría de las reformas neoliberales de Argentina durante su presidencia a comienzos de la década de 1990. El programa de Menem estaba dirigido específicamente a los movimientos sociales. “Impondremos el orden”, dice en un discurso, “saturaremos las calles de la República para imponer respeto por la ley y el derecho a la propiedad privada”. Menem está estrechamente vinculado con la clase dirigente del país y con la promesa de un retorno a la prosperidad económica de mediados de la década de 1990. Klein entrevista, por ejemplo, al expropietario de la fábrica de alfarería Zanon, quien recibiera millones en subsidios corporativos de parte del anterior gobierno de Menem y quien asegura que el regreso de Menem al poder significa que podrá recuperar su fábrica de los obreros rebeldes. Nestor Kirchner representa la oposición y para muchos argentinos un rechazo del neoliberalismo al igual que un regreso al populismo nacional peronista del pasado que nacionalizó las industrias y consolidó el poder del movimiento sindicalista. 28
Lewis y Klein presentan, sin embargo, cómo el Fondo Monetario Internacional, (FMI) permanece como el factor principal que determinará la política económica de Argentina, independientemente de quien gane las elecciones presidenciales. Klein y Lewis sostienen, “No importa quién sea elegido, el país permanecerá con las mismas políticas económicas a las que la mayoría de la gente le achaca la crisis económica. También presentan a los que representan una tercera opción en las elecciones, insisten que “nuestros sueños no caben en sus urnas” y argumentan que votar en las elecciones no compagina con el sentimiento de la rebelión de 2001 que insistía que se tenía que “echar a todos los holgazanes”. Hacia el final del documental, a los trabajadores de la fábrica de piezas de autos se les ha permitido reanudar el funcionamiento de la planta como una cooperativa mientras que Menem se retira de la campaña presidencial unos días antes de los comicios para evitar ser derrotado de un modo humillante en lo que se proyecta como una victoria abrumadora de parte de Kirchner. Hoy en día, la economía de Argentina se ha recuperado parcialmente con aumento de empleos gracias en parte a la negativa del gobierno de pagar su deuda con el FMI de acuerdo a su estricto itinerario de pago. Aún así, varias fábricas controladas por los trabajadores todavía se encuentran en una posición extremadamente vulnerable bajo la amenaza de ser retomadas por sus originales dueños. Muchos de los permisos transitorios que posibilitaron que las cooperativas se apoderaran de fábricas fracasadas expiran este año. Klein y Lewis recientemente emitieron un llamado de solidaridad internacional con la planta de Zanon, la cual se ve asediada una vez más (visite www.petitiononline. com/zanon/petition.html). Todo activista que busque una alternativa a las políticas económicas neoliberales, debe ver The Take. A pesar de las limitaciones de las cooperativas de trabajadores argentinas (que inevitablemente
se ven obligadas a competir en un mercado impulsado por ganancias), representan un modelo alentador que contradice a todo el que crea que los trabajadores no pueden dirigir la sociedad.
Esta reseña se publicó en Socialist Worker originalmente el 7 de enero de 2005. Peter Lamphere es escritor y publica en de Socialist Worker. Traducción: José del Valle
Luis Cernuda: De la rosa entreabierta a las variaciones Olivia Maciel La inclusión de aspectos intrínsecos de la pintura, la fotografía, o la música en la creación literaria resulta innovadora en la medida en que esos elementos se combinen, para alcanzar un nuevo ámbito en el gozo de la palabra. Caso en cuestión es el que proporciona la obra del poeta sevillano Luis Cernuda. Durante los años veinte adopta como títulos para algunos de sus poemas, los de piezas de jazz o foxtrot Con esto no sólo crea un collage literario sino que inventa nuevos diálogos. Lo que vendría a ser la natural intuición del poema, con la añadidura de estas palabras se transforma en una especie de ente híbrido, (que es precisamente lo que busca el lenguaje surrealista). Así, en el poema “Quisiera estar solo en el sur” se leen los siguientes versos: “El sur es un desierto que llora mientras canta, /.../ hacia el mar encamina sus deseos amargos / Abriendo un eco débil que vive lentamente. // En el sur tan distante quiero estar confundido. // La lluvia allí no es más que una rosa entreabierta: Su oscuridad, su luz son bellezas iguales”(50). El título de la pieza de jazz, que sugiere un paraíso terrenal alejado del desengaño, y pregona una añoranza por los estados sureños de los Estados Unidos, se combina con versos que muy probablemente vibran de nostalgia por el paisaje sureño de Andalucía. Por otra parte, mientras que el título evoca un refugio utópico, los versos ofrecen la poción agridulce de un Sur que lo mismo lamenta que entona, que lo mismo es flor misteriosa que “amargo” deseo, pues la voz poética, al ir exponiendo esas transformaciones, no se retrae, sino que en una actitud un tanto evocadora de los pronunciamientos de Breton de dejar aflorar la materia creativa del inconsciente, prefiere abandonarse a la “confusión”. Si la adopción de un tema de jazz o foxtrot en los años veinte le facilita a Cernuda la construcción de su poema collage, a mediados de 1949, cuando por primera vez visita México, toma prestado de otra forma musical para hilvanar los textos de Variaciones sobre tema mexicano, que precisamente comienza a escribir durante su estancia en Mount Holyoke, al regreso de ese viaje transformador. El texto de Variaciones…, dividido en unos 29 textos de prosa poética permiten que el viajero narrador medite, describa o se cuestione en torno al paisaje mexicano. Luis Cernuda, que tras ese viaje transcendental emigra finalmente a México, emplea en el título el vocablo comúnente utilizado por los compositores de música para referirse al adorno o filigrana con que se decora una melodía. El tema, que en el caso de Variaciones… vendría siendo el paisaje mexicano, permanece, mientras que a éste se le pueden añadir notas o crear frases musicales de punto y contrapunto. Los títulos de cada uno de sus textos bien pueden semejar títulos musicales: “El huerto”, “La concha vacía”, “El mercado”, “Ocio”, “Miravalle”, y otros. Se sabe que Mozart era uno de los compositores más escuchados por Cernuda, pero no sólo es la evocación de una música creada para la interpretación instrumental aquella a la que alude Cernuda exclusivamente en esta obra, sino también a la que brota de los labios del ser humano. En el texto titulado “La concha vacía” se lee el siguiente fragmento: “Este aire, esta tonada que inconsciente-
mente te encuentras de pronto tarareando entre dientes, la oíste allá y allá inconscientemente la aprendiste. Pero ahora, al decírtela, se transmuta, y ya no es su melodía lo que únicamente te viene con ella, sino la realidad misma de los días cuando la aprendiste. Ante ti está aquella ventana...la copa de aquella palmera, que sube desde un jardinillo...A esto que ves, como el hueso dentro del fruto, le rodea aquella ciudad, el mundo aquel...” (188). De nuevo es notoria esa alusión a un mundo inexistente que retorna por el mero hecho de caer en la certeza de escuchar una tonadilla que se creía ya olvidada; énfasis realzado por la doble mención del vocablo “inconsciente” como si fuera éste una fuente de recuerdos inesperados, fuente capaz de tender etéreos e intangibles puentes entre el pasado y el presente, entre un espacio en México y quizá otro en Andalucía, o en Tolouse, o en algún otro sitio. El aire surrealista de la poesía temprana del Cernuda amante de Reverdy en los años veinte, se ha templado a la llegada de los años cuarenta, y sin embargo el lenguaje inspirado por la espontaneidad y la sorpresa surrealista de los años anteriores permanece, lo mismo que el uso de ciertos motifs, para abstraer un paisaje mexicano raro y cenizo, a la vez que iluminado. Es así que el depurado lenguaje que emplea Cernuda en Variaciones… transmite un cierto tipo de suavizado collage literario debido al uso de las variaciones en el título y la estructura del texto; pero además consta que ciertas digresiones en las que cae el narrador sugieren la improvisación divagadora del jazz o los espiralados sortilegios de la pieza Rêverie de Debussy, cual se aprecia en el siguiente segmento: “La nave es como otra cualquiera en una iglesia... te encuentras en un paraje inesperado y extraordinario... la realidad ha cesado y flotas en otro medio. ¿Cuál? Desde la linterna allá en la bóveda, como de un pozo invertido a cuyo fondo estuviese, no el reflejo de la luz, sino la luz misma, ésta apenas alivia las sombras de abajo, y la difusa claridad no parece proceder del mundo de afuera, sino brotar en resplandor fosfórico de esta caverna...” (642). La versatilidad de la prosa permite efectos que pueden vincularse tanto a una música moderna, como a una música del siglo anterior, que sin embargo tienen en común el vericueto melódico, la curva como contrapunto a la angularidad de ciertas formas geométricas. El uso de un título musical adaptado a un texto o a un tema literario, lo mismo que la incorporación de un nuevo ritmo musical a la sintaxis del lenguaje, sorprenderán y conmoverán si la inercia misteriosa del arte disuelve las barreras, si la porosidad confusa en que se yergue la sombra del inconsciente es el entreabierto labio de la rosa. Ya en el umbral del nacimiento del idioma español, don Gonzalo de Berceo había titulado a uno de sus poemas “Cántica”. El título sugiere alegría, pero la repetición de los sonidos en el verso “¡Eya velar! ¡Eya velar! ¡Eya velar!” (38) evoca ante todo lamento.
Olivia Maciel es autora de los poemarios Luna de cal y Filigrana encendida.
ARTE
Museo/ Exhibiciones
CAFÉ
En memoria a Ryan Kaan Kenall Pinturas de Jane Clinard Apertura viernes 11 de marzo 6P.M. a 9 P.M. Cierra el 14 de abril Café Jumping Bean 1439 W. 18th St
Espejo olvidado Doce mujeres exponen Recepción de apertura viernes 11 de marzo 6 P.M. a 9 P.M. cierra el 31 de marzo Casa Michoacán 1636 S. Blue Island
Café Mestizo Miércoles: Open Mic Domingos: Jazz 2123 S. Ashland (312) 942-0095 Décima Musa Jueves de trova con Ramón Marino 1901 S. Loomis (312) 243-1556
Música
Obstrucciones y humor con observaciones absurdas de la vida diaria Pinturas e instalación de Miguel Cortez Cierra el 19 de marzo Polvo 1458 W. 18th St. (773) 344-1940
Doña Masas es una vieja gorda y malhablada que vive en Jaialia, Mayami, la Florida del Caribe. Después de la operación que le cambió el sexo y también algunas neuronas, la gorda ha quedado muy ácida y lo único que hace es criticar y vociferar a toda hora. Se pasa el día comiendo croqueticas y tomando café, por eso no baja de peso. Se buscó un trabajo en el diario Ropa Vieja de Mayami de reportera de la farándula, pero la botaron por chusma y cochina. De allí pasó a secretaria informal de Mauricio Sélix, pero el romance no duró y de la televisión también salió malparada. Dice ella que es ingeniera, pero yo no le confiaría ni la instalación de una tubería. Un día conoció a Walterio Mercader en un cock-tail que hubo por cayo Bacayao, pero qué va, de compatibilidad nada. Pero la Doña quedó picada y decidió meterse a astróloga. Empezó a contribuir a revistitas y revistuchas desde el siglo pasado. Fue la astróloga estrella de Mala leche y de Perra, La revista. En ese cargo guió a todas las drag-queens de South Beach y El Condado durante años de gloriosa publicación a cargo de Herculito Tropical, czar de las locas del Caribe, ahora cowboy por obligación monetaria y mental. Ahora que ha quedado desamparada, Doña Masas ha decidido ampliar su público y aconsejar más allá de su bohío a sus hermanos hispanos. Así que escuchen sus consejos y hagan todo lo contrario. Buena suerte y que los cuerpos celestes les caigan encima.
Zamandoque Tarahum Se presenta junto a Éxodo 12 de marzo 8 P.M. Vongo’s Café. 7 W. Downer Pl. Aurora, IL
Kristoffer’s Cafe Micrófono abierto con poetas locales 1733 S. Halsted (312) 829-4150 Los Lobos 25 de marzo a las 8 P.M. Symphony Center 220 S. Michigan Ave. (312) 294-3000
Mi Cafetal Trova Cubana todos los viernes: 8:30 P.M. 1519 W. 18th Street (312) 738-2883
Horóscopos
Mexicanidad Nuevas obras de la colección del museo José Luis Cuevas, Gunther Gerzso, etc. Martes a domingo 10 A.M. a 5 P.M. Museo de Bellas Artes Mexicanas 1852 W. 19th. (312) 738-1503
Doña Masas se sintoniza con la onda bolerista… ARIES: Qué he sacado con quererte, ayayay. Así queda canturreando la gente que haya tenido amantes arianos porque son unos egoístas que ni te cuento. Lo piden todo y no dan nada. Aparentan ser fogosos, pero es de mentirita; sólo quieren saquimete gratuito noche y día y nunca contribuyen. Además, en realidad son unos puritanos frígidos detrás de tanta fachada. TAURO: Contigo, besos salvajes. Las mamacitas tarruditas que conozco son bien cochinas y calentonas en la cama, pero sólo cuando la luna, las estrellas, los satélites y los cometas están alineados en línea recta perfecta, si no la cosa es aburridísima con frasecitas como “bésame eso... ay, ahí no... así no”, ¡ya se lo imaginan! Fuck-by-numbers, con instrucciones detalladas. GEMINIS: A que no te atreves es el estribillo que les dedico a los patéticos de este signo. Hablan mucho, sugieren más, pero no hacen ná. Y con los cambios repentinos de personalidad nunca se sabe si la cosa va en serio. Estás en la cama con uno y cuando llega el momento de la verdad, el plan lujuria y deseo pasa a ser un planeamiento abstracto e intelectual que mete miedo. CÁNCER: La engañadora, con senos de silicona y culo de goma son estos cancerianos alterados que andan por ahí, mohínes en la boca de marañón, emplumados revuelos de pestañas y ojitos soñadores. Nunca se enreden con ellos, porque lo único que quieren es poner casa, tener hijos y ser señoronas de sociedad.
Batey Urbano Café teatro 2647 W. Division St. Jueves: Open Mic (773) 394-5206
TEATRO Una pequeña mujer ilegal De M. Litwick Cierra el 27 de marzo Meztli 556 W. 18th (312) 226-0754
LEO: Voy, a mojarme los labios, con agua bendita, siempre andan amenazando los reyes de la selva, pero de ahí no pasan. Ellos quieren dirigir el cuadro en vivo, pero los bon-vivants se los comen vivitos a ellos. Aunque debo confesar que los leones que han pasado por mi vida tienen un yenesecuá riquísimo escondido en rincones oscuros y húmedos.
ha montado un hombrecaballo. Son divertidos y apasionados pero se convierten en obsesionados. Son limpios con su persona pero sucios y temerarios en la cama. A pesar de tener un ego enorme, saben perder, y perder, perder... El mejor sexo siempre lo tienen con sus signos opuestos porque son incomprendidas almas de la contradicción.
VIRGO: No valió la pena ni siquiera conocerte, añado yo toda tacto y sigilio. Los Virgos son unos analretentives de madre. Se pasan la vida recogiendo los regueros y desencadenando situaciones cargadas de doble sentido que nadie entiende. Y en la cama, ay bendito, ni se hubieran molestado.
CAPRICORNIO: Usted es la culpable, siempre acusan ellos, capricornios ofuscados e inflados con ínfulas de superpotencia muy peligrosas. Acostarse con uno es el equivalente de perder el tiempo en grande, como tenerle desprecio infinito a la vida y por lo tanto desperdiciarla de esa manera. Además, que son unos pazguatos del carajo a la hora de embarrarse de fango.
LIBRA: Me muero de ganas, eso dicen estos libertinos, que andan por ahí revolcándose y hambrientos de sensaciones. Ellos y ellas, reyes del equilibrio y el esteticismo, en la cama se convierten en cloacas que requieren limpieza inmediata, pero son de sabrosones igual que de mentirosos, así que no te coja de sorpresa luego la despedida. ESCORPIÓN: Ven, devórame otra vez, gritan estos escarabajos en tono tan doliente que no nos queda otra cosa que complacerlos. Cuando la cuestión es carne, ellos son fanáticos carnívoros y no dejan ni el hueso en pie. Pero como yo no soy creyente de que en la cantidad está la calidad no me acaban de convencer de que son los amantes por excelencia del zodíaco. Tal vez del zócalo de algún pueblo en Michoacán. SAGITARIO: La noche de anoche, qué noche la de anoche, siempre recuerda con tristeza la gente que se
ACUARIO: Sin razón ni justicia se prende uno de esta gente tan afiliada al universo, pero tan separada de la vida carnal y emocional. Lo suyo es mental y de vez en cuando se dejan tomar por aquello de un desahogo temporal. Yo digo que los acuarianos son primos hermanos de los marcianos y por lo tanto se les debería deportar ahora, aprovechando la ola antimigratoria. PISCIS: Abrázame fuerte, pero fuuuerte fueeerte, demandan los piscianos histéricos y no te dejan ni respirar. Pero en la cama son saltimbanquis del placer y dan y cogen como maestros de ceremonias, porque el sexo para ellos es como una religión, benditos sean. Y cuando se van es un alivio, pero dejan sembrada la nostalgia de saber que van a volver, y volver volver volver… a tus labios otra vez…
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te invita al taller
Iniciación al cuento El escritor y editor Ignacio de Alba ofrecerá tres talleres literarios para los escritores principiantes que desean saber más sobre cómo escribir y mejorar sus cuentos. De Alba es un poeta y autor de los libros Ríos de sal y Seis tajos mexicanos. De Alba es egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México. Los talleres, completamente gratis, serán los días 10, 17 y 24 de marzo de 2005 a las 7 P.M. en Casa Aztlan.
“Francisco Aragón’s poetry has the clarity of the bright winter sky and emotional force of high summer.” —Richard Rodriguez
“These eloquent poems of mourning and memory move deftly, as in a beautiful grave sarabande, between Spain and San Francisco, past and present, enriched by what Francisco Aragón justly calls the ‘bilingual mirror’of his corazón. Mono as well as bilingual readers will welcome them with admiration and pleasure.” —Sandra M. Gilbert, author of Kissing the Bread
Francisco Aragón’s journal publications include La Calaca Review, Heliotrope, and Terra Incognita. He has also published in the anthology Under the Fifth Sun: Latino Literature from California (Heydey Books). He is the author of three chapbooks, most recently Tertulia (BOOKlyn). The founding editor and publisher of Momotombo Press, which supports emerging Latino/a writers, he is currently a fellow at the Institute for Latino Studies at the University of Notre Dame.
Casa Aztlán 1831 S. Racine (312) 666-5508 Ext. 129 www.casaaztlan.org
Banquete Anual del Club Oaxaca El Club Oaxaca presentará el reconocimiento al Mérito Cívico Benito Juárez al Juez Federal RUBÉN CASTILLO Presentación especial del escritor oaxaqueño Antonio Mendoza quien presentará su libro El orgullo de mi estirpe Sábado 12 de marzo a las 6:00 P.M. 8400 S. Cicero
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The University of Illinois at Chicago Latin American and Latino Studies Program Cordially invites you to a Lectures in the Community Series Presentation: Mexican Migration in the Aftermath of “Homeland Security” By Nicholas de Genova Nicholas de Genova is assistant Professor of Anthropology and Latino/a Studies at Columbia University This lecture discusses the politics of “illegal immigration” and deportation in the United States in the aftermath of the events of September 11, 2001 and the proclamation of the “War on Terrorism.”
Thursday, March 17, 2004 at 6:00 P.M. Casa Michoacán
1638 S. Blue Island Avenue
Chicago, IL 60608
(312) 996-2445 .