Contratiempo 104 • Mayo 2013

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contratiempo DIRECTIVA Gerardo Cárdenas, Jochy Herrera, Moira Pujols, Rod Slemmons, Helen Valdez, Ellen Wadey Placey DIRECTORA EJECUTIVA Moira Pujols DIRECTOR EDITORIAL Gerardo Cárdenas DIRECTORA DE ARTE Olivia Liendo CONSEJO EDITORIAL Catalina María Johnson, CHema Skandal!, Eduardo Estala Rojas, Esmeralda Morales-Guerrero, Febronio Zatarain, Gerardo Cárdenas, Ignacio Guevara, Jochy Herrera, Jorge F. Hernández, Jorge Frisancho, Julio Rangel, Luis Alejandro Ordóñez, Marco Escalante, Marcopolo Soto, Olivia Liendo, Rafael Franco, René Rodríguez Soriano, Rey Emmanuel Andújar, Stephanie Manríquez, Tanya Victoria, Verónica Lucuy Alandia

MAYO 2013 • NÚMERO 104

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l VI Festival Poesía en Abril nos ha dejado tan buen sabor de boca, tan especiales recuerdos, que no por haber dado vuelta a la página y entrado al mes de mayo, queremos dejarlo ir. Por ello, iniciamos los contenidos del número 104 de contratiempo con el poema Cavalo Morto, del poeta español Juan Carlos Mestre, uno de los dos autores –junto con la mexicana Coral Bracho—homenajeados por el Festival. Mestre, que ya había leído este poema en la jornada inaugural en el Cortelyou Commons de DePaul University, puso al auditorio de pie con este y otros textos, en el recital conjunto con Coral Bracho la noche del 13 de abril en Poetry Foundation. Una noche que pasa a nuestra memoria colectiva como una de las más especiales que hemos vivido. Poesía en Abril surgió hace seis años como iniciativa conjunta de contratiempo y DePaul University porque entendíamos que era fundamental hablar del movimiento literario en español en Chicago, y establecer comunicación con la poesía que se está haciendo en Iberoamérica. Señal de que ese germen poético sigue creando con intensidad

son los textos que recoge la sección Deshoras, donde alumnos del taller creado por Bernardo Navia en DePaul, y un integrante del taller de contratiempo, comparten páginas con ofertas de poesía y narrativa breve. Uno de los eventos de Poesía en Abril, el del 15 de abril en Northeastern Illinois University, se concentró en la relación entre poesía y música, y fue curado por Catalina María Johnson. Catalina ha coordinado también el dossier que en este mes ofrecemos a los lectores, donde se exploran con una gran diversidad de voces, los nuevos rumbos de la música latina que se hace en los Estados Unidos. De la sección Tiempo Extra, destacamos también textos de crítica literaria que nos ofrecen Vivian Sánchez, Rafael Franco-Steeves, Rey Emmanuel Andújar y Brandon Bisbey, una perspectiva sobre el nuevo Papa escrita por Jorge Frisancho, una crónica del festival SXSW de la pluma de Catalina María Johnson y una entrevista con la nueva directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Marisol Schulz. Esperamos disfruten de estas lecturas.

FOTOGRAFÍA Arturo Richardson Las opiniones expresadas por los escritores que colaboran en contratiempo no son necesariamente las de la revista, o de la entidad que la publica, contratiempo nfp, una entidad 501 (c)3 sin fines de lucro

La portada es una obra original de Carlos J. Matallana. Artista gráfico. No es DJ, colecciona música y la comparte en parrandas y en su sello musical JesusRecords.com

© contratiempo nfp 1702 South Halsted St., Chicago Il 60608 (312) 666 7466 contratiempo is grateful for the past and present support of The Chicago Community Trust, the Richard Driehaus Foundation, the Field Foundation of Illinois, the Illinois Humanities Council, the Illinois Arts Council, the City of Chicago Department of Cultural Affairs, the International Connections Fund of the MacArthur Foundation and individual, institutional and corporate donors, and the contribution of writers, artists and volunteers who make our work possible

TIEMPO EXTRA 3

Cavalo Morto Juan Carlos Mestre

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En Anexia… Rafael Franco-Steeves

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El dilema de Francisco I Jorge Frisancho

16 La música nuestra y la

radio pública Félix Contreras

10 Mima llega a Chicago

INFORMACIÓN SOBRE LA REVISTA, PUBLICIDAD O SUSCRIPCIONES: info@contratiempo.net ENVÍO DE COLABORACIONES: Gerardo Cárdenas gcardenas@contratiempo.net ENVÍO DE ILUSTRACIONES Y FOTOGRAFÍAS: Olivia Liendo olivialiendo@contratiempo.net

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La transmigración de los cuerpos, de Yuri Herrera Brandon Bisbey

11 SXSW 2013:

Ma Mère de Georges Bataille en literatura y cine Vivian Sánchez

12 Poesía en Abril 2013

Soul para el siglo XXI Catalina María Johnson

DOSSIER 14 ¿Nuevas alternativas

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en la cúspide Rafael Franco

María la mercenaria Rey Emmanuel Andújar

para la música latina? Catalina María Johnson

Entrevista con Marisol Schulz Gerardo Cárdenas

Gessica Prokuski 22 Final

17 Lo que escuchamos

todos Charly García

Douglas Henry 23 Gris

Anna Nettie Hanson 18 ¿Y los íconos, porqué?

Verónica Lucuy Alandia 19 Chicago:

23 La antigua

historia Patrick McLaughlin

Música del nuevo milenio Sandra Treviño

24 Pájara de miel

DESHORAS

25 Chicago

20 Introducción 8

21 Dios

María López

Juan Luis Tafolla Valencia

15 Melodías y ritmos,

aquí y allá Roberto García

21 El esqueleto de la ciudad

Zach Boyer

26 El cuerpo

Juan Luis Tafolla Valencia


POESÍA

Cavalo Morto Juan Carlos Mestre Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo. Un poema de Lèdo Ivo es una luciérnaga que busca una moneda perdida. Cada moneda perdida es una golondrina de espaldas posada sobre la luz de un pararrayos. Dentro de un pararrayos hay un bullicio de abejas prehistóricas alrededor de una sandía. En Cavalo Morto las sandías son mujeres semidormidas que tienen en medio del corazón el ruido de un manojo de llaves. Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo. Lèdo Ivo es un hombre viejo que vive en Brasil y sale en las antologías con cara de loco. En Cavalo Morto los locos tienen alas de mosca y vuelven a guardar en su caja las cerillas quemadas como si fuesen palabras rozadas por el resplandor de otro mundo. Otro mundo es el fondo de un vaso, un lugar donde lo recto tiene forma de herradura y hay una sola tarde forrada con tela de gabardina.

Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo. Un poema de Lèdo Ivo es el amante de un reloj de sol que abandona de puntillas los hostales de la mañana siguiente. La mañana siguiente es lo que iban a decirse aquellos que nunca llegaron a encontrarse, los que aún así se amaron y salen del brazo con la brisa del anochecer a celebrar el cumpleaños de los árboles y escriben partituras para el timbre de las bicicletas. Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo. Lèdo Ivo es una escuela llena de pinzones y un timonel que canta en el platillo de leche. Lèdo Ivo es un enfermero que venda las olas y enciende con su beso las bombillas de los barcos. En Cavalo Morto todas las cosas perfectas pertenecen a otro, como pertenece la tuerca de las estrellas marinas al saqueador de las cabezas sonámbulas y el cartero de las rosas del domingo a la coronita de luz de las empleadas domésticas.

Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo. Un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo es un río que madruga para ir a fabricar el agua de las lágrimas, pequeñas mentiras de lluvia heridas por una púa de acacia. En Cavalo Morto los aviones atan con cintas de vapor el cielo como si las nubes fuesen un regalo de Navidad y los felices y los infelices suben directamente a los hipódromos eternos por la escalerilla del anillador de gaviotas.

Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo. En Cavalo Morto cuando muere un caballo se llama a Lèdo Ivo para que lo resucite, cuando muere un evangelista se llama a Lèdo Ivo para que lo resucite, cuando muere Lèdo Ivo llaman al sastre de las mariposas para que lo resucite. Háganme caso, los recuerdos hermosos son fugaces como las ardillas, cada amor que termina es un cementerio de abrazos y Cavalo Morto es un lugar que no existe.

Juan Carlos Mestre (Villafranca del Bierzo, León, España, 1957) es poeta y artista visual. Autor de varios libros de poesía y ensayo, incluyendo Antífona del Otoño en el Valle del Bierzo (Premio Adonais, 1985), La poesía ha caído en desgracia (Visor, Premio Jaime Gil de Biedma, 1992), o La tumba de Keats (Hiperión, Premio Jaén de Poesía, 1999). Su obra poética ha sido recogida en la antología Las estrellas

para quien las trabaja (2007). Con La casa roja (Calambur, 2008) obtuvo el Premio Nacional de Poesía 2009 y con La bicicleta del panadero (Calambur, 2012) se le concedió el Premio de Crítica 2013 que se anunció mientras se encontraba en Chicago participando en el VI Festival Poesía en Abril. Su obra gráfica y pictórica ha sido expuesta en galerías de Europa, Estados Unidos y América Latina

Ilustración: Erik Berndt

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CRÍTICA

En Anexia… Rafael Franco-Steeves

La vida sólo tiene un encanto; es el encanto del juego. Baudelaire

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a nueva novela de Bruno Soreno, Todos los nombres el nombre, irrumpe en el apretado espacio editorial de Puerto Rico como una clásica bomba química cuyo aftertaste es diametralmente opuesto. Me gustaría tener las destrezas de un Grenouille para describir con gusto las cualidades aromáticas del libro, o si no un doctorado en literatura comparada para interpretar de alguna manera coherente esta multiplicidad de libros, de historias, de colores y aromas que compuso Soreno en la clandestinidad sicológica. La novela de Soreno es, al final del día, forma y final del juego. Pertenece a la Serie Singularidades Desnudas del conjunto 02 de Frenoteratología Aplicada de la Colección Maravilla, editorial independiente a cargo de Néstor Barreto y Esteban Valdés. Amerita mención ya que es un proyecto tan descabellado como ambicioso y acertado. Certero, sin duda; dieciocho títulos en sus primeros dos años. Con tanta ambición siempre se corre un riesgo, pero es innegable el registro cultural de la empresa. Soreno es el más reciente en la colección, la cual ya incluye escritores y artistas como Elizam Escobar, Obed Edom, Thurdmon Capote, Teo Freytes, Roberto Net Carlo, Neysa Jordán, Cati Mato Olivos, Felipe Cuchi, Enrique Puig, Carlos López Dzur, Alberto Prieto, Chiara Merino, Barreto y Valdés, y algunos otros más. Transparencia total: mientras escribo estas líneas mi novela experimental, Las Macrónicas del Temponauta, está muy cercana a publicarse en Colección Maravilla. Y es que sería imposible adentrarse en la novela de Soreno sin el epígrafe de Baudelaire y sin mención de Colección Maravilla, por no decir las múltiples referencias cortazarianas del texto y la abundancia epigramática. La realidad del caso es que ninguna otra editorial hubiese acogido un texto tan fuerte y difícil como el suyo. El futuro, las máscaras, la anexión sociopolítica, la literatura natural del patio, sexo, ultraje, infamia, asimilación, rebelión, ciencia ficción y en fin, la temática de Soreno comprende una multiplicidad de idiomas, personajes, narradores, lectores, referentes y direcciones, todas válidas, todas metafóricas, diseñadas con premeditación y alevosía. “Dije que recordar es un acto subversivo” escribe Soreno en la página 125 de la edición, y

Soreno no pierde la oportunidad de apropiarse de la literatura puertorriqueña y empujar lo más que puede para que ésta le brinde las respuestas — o preguntas — que busca

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añadiría yo que por extensión todo intento de literatura es entonces un acto subversivo. Bien le queda el encabezado a la novela, que subvierte y convierte en simultáneas direcciones y se bifurca en aún más direcciones, todas nombradas y exploradas. Curiosa contraparte hace la novela al pequeño volumen de poesía de Manuel Abreu Adorno titulado Sonido de lo innombrable; de la misma manera que el poeta recrea, nombra, cuenta en “instante poético”, Soreno logra un verdadero tour de force de la narrativa misma con la novela que nos atañe. Al nombrar algo también lo apropiamos, y Soreno no pierde la oportunidad de apropiarse de la literatura puertorriqueña y empujar lo más que puede para que ésta le brinde las respuestas – o preguntas – que busca. El beneficio es todo del lector, aunque también represente cierta indulgencia literaria. Un amigo me comentó que encontraba necesidad de edición en el texto, del ejercicio editorial, que aguantaba algo de economía. Para mí la observación es irrelevante; por definición un trabajo de esta naturaleza debe retar y desafiar las preconcepciones y las tradiciones literarias de su contexto inmediato. Esto Soreno lo logra con agilidad y versatilidad, con la preparación de un texto que padece del síndrome de personalidades múltiples – tal vez en este caso, nacionalidades múltiples. Sabemos que no hay nada nuevo bajo el sol, es verdad, pero las dimensiones y los aciertos son suficientes para elevar el todo a ese lugar especial en la literatura de los países. Además de trazar paralelos y homenajes al universo cortazariano, esta novela también entabla conversación con tantos otros tomos, desde El Expreso Tokyo-Montana, novela de Brautigan cuyos capítulos representan diversas paradas en la ruta de un tren imposible, al reconocido Matadero 5, de Kurt Vonnegut Jr. Las influencias son tan numerosas como las referencias. El efecto puede ser abrumador y evocar aquella canción navideña, “Aquí no hay cama pa’ tanta gente”, pero cuando la salsa se cuece con gusto queda mejor. Soreno se abre camino por unos terrenos peligrosos, pero su pluma es segura y su gozo genuino, lo cual se transmite con el mismo júbilo y exuberancia. Después de todo no es fácil escribir en Anexia. Escribir en Anexia es parecido a estar muerto, a ser polvo diseminado sobre caparazón de cualquier monstruo. (p.125) La verdad es que en Anexia no importa lo que escribas, siempre vas a ofender a alguien, así que ¿por qué no tomar riesgos? Rafael Franco Steeves, poeta, traductor y narrador puertorriqueño. Es integrante del consejo editorial de contratiempo

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CRÍTICA

La transmigración de los cuerpos, de Yuri Herrera Brandon Bisbey

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n la Edad Media española, un alfaqueque era una persona encargada de la negociación del rescate de cautivos, un intermediario entre moros y cristianos que, gracias a su conocimiento de ambas culturas, también funcionaba como vínculo comercial entre los dos mundos. En la nueva novela de Yuri Herrera, La transmigración de los cuerpos (Periférica, 2013) el personaje principal se llama el Alfaqueque y, como su tocayo medieval, es intermediario: arregla la libertad de prisioneros—de los separos de la policía—y facilita negociaciones—entre miembros del hampa de su ciudad. El mundo en el que se mueve el Alfaqueque (trago, sexo, violencia y muerte) y el conflicto central de la trama (el intercambio de dos cadáveres) apuntan a la evidente influencia de la novela negra en este libro. Sin embargo, sería un error querer reducir el texto a nada más que un ejemplo del género detectivesco. No es una novela neopoliciaca de índole realista que retrate un ambiente social específico, como la serie de Belascoarán Shayne de Paco Ignacio Taibo II, sino un relato que tiene lugar en un espacio a la vez familiar y extraño, contemporáneo y fuera del tiempo. En esto se asemeja a las dos primeras novelas de Herrera, Trabajos del reino y Señales que precederán al fin del mundo, cuyos personajes se mueven en espacios que evocan cierta familiaridad a la vez que sugieren extrañeza. En La transmigración de los cuerpos, hay referentes inmediatamente reconocibles como mexicanos—el Alfaqueque viaja en un “vocho”, trabaja para un “madrina”, la trama se pone en marcha gracias a una epidemia que recuerda la fiebre porcina. Sin embargo, no hay referencias obvias a ningún lugar ni persona concreta de la realidad extratextual. Como en las otras obras del autor los nombres de los personajes no llevan apellido, y suelen ser evocaciones poéticas de sus funciones—concretas, simbólicas, metafóricas—en la trama: el Alfaqueque, la Tres Veces Rubia, el Delfín, la Indomable, el Ñándertal. Éstos cobran vida gracias al lenguaje particular de la narración y los diálogos, idiolecto poético nutrido de varios registros del habla popular, sobre todo del norte de México, pero que nunca cae en el costumbrismo: --“Pinche, Ñan, dijo, Deberíamos sacarte en la tele. --No, respondió el Ñándertal, Para qué me hago famoso, luego van a decir que no existí”. Las novelas de Herrera se distinguen por tratar ciertos temas que han dejado huellas profundas en la vida cotidiana mexicana en los últimos años, como el narcotráfico y la migra-

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ción a Estados Unidos, sin que éstos ni sus referentes más obvios se apoderen de la historia. En este caso, no es la colusión del Alfaqueque con la corrupción policial el tema más importante, ni tampoco la reacción social y política a una epidemia que lanza al protagonista al trabajo en calles vacías donde proliferan los perros y escasean los tapabocas. Casi al final de la trama, uno de los personajes lleva a cabo una acción para ella insignificante, pero que encierra en sí lo que es tal vez el tema más profundo de la novela: estornuda dentro de su codo. “A lo mejor en el futuro la gente ya no se acordaría de cómo fue que todos empezaron a hacerlo así, en vez de taparse la nariz con las manos. Tenía que llegar un susto de a deveras para que algunos gestos prendieran y luego quedaran como cicatrices que parecen siempre haber estado ahí”. Ademanes como este son los rastros, perceptibles pero naturalizados por la costumbre y el tiempo, dejados en la sociedad por cualquier tipo de epidemia. (Quizás la mexicana costumbre de decir “¿Mande?” en vez de “¿Cómo?” sea otro ejemplo.) A principios del siglo XX los formalistas rusos, empecinados en defender la cualidad literaria de la poesía vanguardista, describieron la esencia del lenguaje poético como el extrañamiento, el proceso de dificultar la percepción cotidiana, automatizada, del lenguaje y del mundo. En los albores del siglo XXI, quizás la mayor aportación de Yuri Herrera a la literatura latinoamericana ha sido el extrañamiento poético de unas cicatrices sociales a las que, tristemente, nos hemos acostumbrado demasiado.

Brandon P. Bisbey es profesor asistente de Español en Northeastern Illinois University, en Chicago contratiempo

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CRÍTICA

Ma Mère de Georges Bataille en literatura y cine Vivian Sánchez

Ser inmoral no es la falta de moralidad, es dudar de la moralidad de los demás. M. Duras.

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a Mère (Mi madre), es la novela erótica, metafísica y semi-autobiográfica que el influyente literato y pensador francés Georges Bataille (1897-1962), escribió durante el último año de su vida. Después de su muerte, el manuscrito de la novela fue encontrado entre sus papeles, con la peculiaridad de estar inacabada y de que las últimas páginas son confusas y repetitivas. Aún así estaba lista para su impresión y se publicó en 1966. La edición francesa marcó la pauta de sus ediciones en español e inglés, dándole coherencia a lo repetitivo de las últimas páginas de la novela, y respetando su final aterrador. La posible sorpresa y perturbación que el lector y el espectador puedan experimentar al adentrarse en el mundo de Ma Mère, es comprensible, porque Bataille transgrede el paradigma de la madre sumisa y casta llegando a un encuentro incestuoso, presentando un revés del Complejo de Edipo y a una Yocasta victimaria que corrompe e incita, una discípula de Safo de Lesbos. Citando a Yukio Mishima, el autor construye de manera anti-psicológica, anti-realista y con intelectualismo erótico, una conexión inmediata entre la metafísica y la carne humana. Con la irreprochable intención de que los personajes trasciendan la experiencia erótica-corporal y logren alcanzar el umbral de lo sagrado e inmortal. Para que madre e hijo vuelvan a ser continuos. El erotismo, de acuerdo con Bataille, se inclina hacia la continuidad, que es lo opuesto a (nuestra naturaleza intrínseca) la discontinuidad. Somos seres discontinuos que nacen y mueren solos, estamos separados del otro, entre un individuo y otro existe un abismo inexorable. No importa cuánto amor seamos capaces de sentir por otro ser humano, no importa qué tan intensa sea la pasión e intimidad, qué doloroso el sacrificio y qué tan intensa la dedicación. La soledad y el desencuentro llegarán. La continuidad paradisíaca, estupenda, unificable (me hace pensar en el nirvana budista o en un orgasmo infinito experimentado por dos seres), es lo que busca el erotismo. Ser con el otro un todo, el deseo de morir entrelazado con el ser amado. El erotismo está dominado por la vida y la muerte. En Ma Mère persiste lo sagrado, que a primera instancia es la madre, la cual, conforme avanza la historia con dotes de grandeza se va desacralizando y revelando ante el hijo. La madre sin dejar de jugar a ser Dios intenta

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aniquilar la figura del padre, para hacer este lazo aún más indestructible con su hijo. En la cultura mexicana persiste un matriarcado, donde la percepción y apreciación de la madre se ha mantenido inmaculada. Con una forjada influencia católica, la imagen y las cualidades de la madre están relacionadas con la sumisión, la abnegación, el sacrificio y el sufrimiento, así como con la valentía por soportar los golpes del machismo y por esa bravura de traer hijo tras hijo al mundo. Incluso si la madre fuese forzada por circunstancias de la fama o de la vida a caer en una especie de libertinaje sexual, en algún momento será perdonada por los hijos, quienes la venerarán de nuevo al ver su arrepentimiento, el cual será confirmado con un cambio radical en sus hábitos de conducta y persona, algo equivalente a una redención. Con esto intento mostrar un esbozo del paradigma e ideología que persiste en la psique de la mayoría de nosotros. “Si existe un amor incondicional en este mundo es el de una madre hacia su hijo”, esta frase y la frase de “La muerte de un hijo es el peor de los tormentos, el más terrible, un duelo tan insufrible como indeseable”, deberían formar parte del himno nacional mexicano. Ahora bien, yo creo que hay hijos que son capaces de amar con esa intensa devoción y fidelidad a sus madres. Bataille lo sabía muy bien y estableció que hay una violencia implícita tanto en el nacimiento como en la muerte. El bebé al ser desgarrado del útero, empieza a ser discontinuo. Al nacer y experimentar la asfixia, nos azotan con ternura el culo para provocar la respiración entrecortada que se torna en el primer llanto y esa es nuestra entrada triunfal y erótica a este mundo: palmada en las nalgas, boca abierta, ojos cerrados, gemidos y llanto. Primer minuto de vida, inicia la cuenta regresiva que me aproxima a mi propia muerte, y que para evitarla necesitaré de toda la fuerza que habite en mí, si es necesario la extraeré de mis entrañas, de mis recuerdos, de mis huesos, éxitos y agallas e incluso de mi desgracia e ignominia. En el 2004 se filmó la excelente película Ma

Mère. Encabezaba el reparto la sombría y poderosa actriz Isabelle Huppert, quien interpreta a Hèlene, la madre de Pierre quien es interpretado con madurez y naturalidad por Louis Garrel. Para presentar la condición sexual de la sociedad el director Christophe Honoré eligió por locación las islas Canarias y adaptó la trama y los personajes a la actualidad. Una ilación: Bataille no atestiguó ni la revolución sexual, ni el sexo como un bien de consumo (asequible a cualquiera sin importar la condición socio-económica). Los personajes puestos en este contexto contrastan con los consumidores sexuales, y son lo opuesto a los libertinos. No buscan el placer por el placer. Para ellos, el sexo es una oportunidad para la metafísica “deriva del griego, más allá de la naturaleza, o bien, el olvido del ser para Heidegger” y la trascendencia, pero nunca un fin en sí mismo. El sexo es siempre un medio para alcanzar otro estado de ser y existir. Se demuestra que la aparente liberación sexual a la que tenemos acceso, es tal vez, después de todo, más enajenadora que liberadora. Georges, mi querido Georges, que usaste el seudónimo de Pierre Angélique para hablar de tu madre, porque era un intento de huir de la enfermedad familiar. A ti que te obsesionó explorar la relación profunda que reside en la locura, cual atada irremediablemente a la culpa. Tú, Georges, que nos hiciste una última jugarreta, como la que le hizo Hèlene a Pierre, cuando la madre le entregó al hijo la llave del despacho del padre recién fallecido, ritual de iniciación. Tú, Georges, dejaste tu última brutalidad perturbadora literaria en tu despacho. La perversa y elegante Hèlene conocía la hemeroteca pornográfica a la que se enfrentaría Pierre horrorizado y sabía que su hijo frotaría su pubis en el suelo azotando su miembro erecto, haciendo crujir la cintura pélvica sobre esas hojas y caería exhausto por el sopor de un éxtasis tan inhumano como estremecedor sobre su propio semen disperso, alterado en costras alrededor del ombligo y su virilidad menguando en su vello púbico durante la siesta; estará allí para cuando ella regrese. Y de nosotros los lectores, ¿qué esperas? ¿Qué será más fuerte: la imaginación creativa que desata la lectura o el voyerismo consciente o inconsciente que tenemos todos y podemos experimentar libremente en la oscuridad de nuestro asiento? ¿Leer o ver Ma Mère?

Vivian Sánchez (Mexicali, México), es escritora freelance de ficción, poesía y ensayo

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CRÍTICA

María la mercenaria Rey Emmanuel Andújar

Refugiado. Combatido. Escribirme salva. Emeterio Preparando el ultraje tal vez público. Limándolo. Esculpiendo la forma del miedo. Juan Dicent

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no. La cuestión mercenaria en la escritura de la brasileña María Alzira Brum Lemos tiene que ver con la aprehensión del texto. El asedio. Este proyecto poliforme, fragmentado, manifiesta márgenes borrosos en cuanto a la clasificación por género. La voz narra, propone múltiples probabilidades para los mismos personajes en tiempos y situaciones que se repiten con mínimas variaciones. La novela breve La Orden Secreta de los Ornitorrincos estructura una simbología que se complace en el ejercicio de repetición escénica y la puesta en duda del objeto. El libro se refleja en el símbolo del ornitorrinco, un ejemplar de embuste que debe ser contado a partir de un imaginario fantástico. El caballo como signo remite a una cualidad informativa en cierto sentido limitada, organizada alrededor de la idea contenida en la imagen; mientras, el ornitorrinco remite a posibilidades ominosas y extra cotidianas, y se repite de forma inacabada en el imaginario de los animales que contiene. El concepto que une las tramas en María Alzira es la desconfianza, no a las palabras y su instrumento sino a la ejecución, a los monumentos formados a partir de la misma. Lo siguiente es un fragmento de la conversación entre una de las voces principales, la escritora, y su editor, El texto necesita tener más coherencia, más unidad. Falta coser más la narrativa. Los experimentos han llegado a su fin, hay mucha gente por ahí usando un lenguaje fragmentado solo para decir que está transgrediendo o para justificar una falta de aliento narrativo, de conexión con literatura. Al principio de la novela se invita a leer sin inocencia; la sustancia que debe incitar la lectura es la sospecha constante. Lo narrado se autoriza desde una femineidad ambigua que traza una línea temporal con variaciones notables. Hay una niñez en donde se refleja la crisis de la familia nuclear; el padre que abandona la familia debido al hastío con la excusa de que el traslado será sinónimo de progreso: de

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la periferia a la gran ciudad y la posibilidad de mejores beneficios. El trauma familiar marca a esta figura femenina que pasa abruptamente de la adolescencia en donde se declara como deseante hacia una madurez matizada por una infinidad de oficios. Es en esta etapa en donde las múltiples personalidades de la voz adquieren la forma de una galería de personajes que de momento se sorprenden de hallarse en las historias de otras y otros. Sin tregua, la narración se va apoderando de personajes que transitan de set en set en ráfagas de información y flashes inconcretos. Parecería que estos retazos de historia se van acumulando, autogestionando el texto: así crea las ficciones de las cuales se alimenta. Río de Janeiro, Sao Paulo y Lisboa son algunos de los espacios por donde se mueve esta historia en una confusión de tiempos. Es esta una especie de escritura montaje, en donde de forma mercenaria la escritora desmonta y descubre sus propias mecánicas; para María Alzira el texto debe encontrarse mediante coincidencias que no son del todo, ya que si bien el azar juega un papel fundamental, esas casualidades son manejadas desde la pericia de quien escribe, y La Orden es una tensión finita entre el juego y la decisión. El libro, como bien se declara en uno de los capítulos, es “un enmarañado de partes de diferentes textos, informes comerciales, diarios de a bordo, listas de materiales y provisiones […] plagios de trabajos de autores del momento y hasta fragmentos de una novela inacabada escrita con elementos de tradición oral y cultura popular.” En estos textos la transparencia no es una garantía pero cómo se goza en la brega entre el deseo, lenguaje y literatura. Cada capítulo es una isla en donde el final no es final sino pasadizo. Dos. María Alzira Brum me obliga a la relectura. Acercarme a su proyecto es plantearme un alocado y divertido intercambio en donde es imposible dejar de preguntarse acerca del destino del ejercicio literario y su terrible ambigüedad. La conversa va de proyecto a proyecto ya que La Orden prefigura de muchas maneras la Novela souvenir. Me referiré a la edición de Santa Muerte Cartonera. Una escritora llega a México mediante una beca para realizar un proyecto literario en Veracruz, lugar de la Gran Celebración. De esta residencia artística queda la memoria, una novela hecha con materiales reciclados, en todo el sentido del término. El resultado es un libro hecho desde las manos de la autora y la comunidad. Aquí se define un poco la naturaleza del ejercicio escritural de Brum Lemos, quien vive

de prestado en casas y jardines de varios continentes; así reinventa los lugares a los que viaja y se deja transformar por ese tránsito. Hay que destacar que este souvenir es el primer texto que la escritora concibe totalmente en español, o sea, toma de prestado hasta el idioma, “Este texto es tan mercenario como verdadero. Recibí oro y risas por hacerlo, y asimismo lo pagué en sangre y lágrimas.” Los cuestionamientos a la naturaleza del objeto reaparecen en las historias que conforman el souvenir esta vez atacando directamente al libro como producto y comparándolo, en cuanto a su manejo y distribución, con la tradición mercantil de la vanidad, como prendas de vestir y maquillajes; se critica entre la seriedad y el descaro el invento de una santa urbana y televisada que promete liberar de penurias a quien se disponga a cumplir desde la fe y el bolsillo. El resultado es una obra de arte en todo el sentido: una escritura contenida entre la aparente sencillez y el trazo profundamente poético, en un libro reciclable y delicado que enfatiza la transformación constante y la negación del movimiento neutro. Tres. Esta actitud mercenaria se sostiene en el cuestionamiento de todo valor literario; se adhiere a la actitud del artista constante y consciente. Las ficciones gravitan alrededor del enfrentamiento entre el ser y los objetos. Quien interactúa con la obra narrativa de María se ve compelido a reparar en aspectos que van más allá de la convención estética. Este decir yuxtapone las cualidades de la multiplicidad; imagínese el texto en ocasiones como espejo único y en otros casos, una cantidad ilimitada de reflexiones. Es una producción mercenaria por su insistencia, por la búsqueda inacabable que propone, por su sagacidad y el abierto interés por la sustancia oculta que reside en el interior de la gente y de las cosas. María Alzira Brum Lemos es escritora, traductora, creadora y realizadora de actividades artísticas, culturales y literarias. Es doctora en Comunicación y Semiótica. Este comentario es a propósito de sus destacadas publicaciones La Orden Secreta de los Ornitorrincos (Lima, Borrador Editores 2009. Traducción de José Luis Sansáns) y Novela souvenir (Santa Muerte Cartonera 2009. Edición de Héctor Hernández Montecinos.) Rey Emmanuel Andújar, narrador y poeta dominicano, es integrante del consejo editorial de contratiempo contratiempo

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PERFIL

Entrevista con Marisol Schulz

FIL: continuidad tras el relevo Gerardo Cárdenas

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l 14 de marzo pasado, tras diez años de gestión, Nubia Macías dejaba la dirección general de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la mayor feria literaria abierta al público en todo el mundo. Apenas unas días después de su renuncia, la FIL anunció la designación de la editora Marisol Schulz quien al momento del anuncio dirigía LéaLA, la feria del libro en español de Los Ángeles, creada por la Universidad de Guadalajara para promover la literatura en español entre la población hispanohablante de Estados Unidos. Schulz, con 30 años de experiencia como editora y directora editorial, es también la primera mujer al relevo de otra mujer en un cargo como la Dirección General de la FIL. Contratiempo conversó con ella poco después del anuncio de su nombramiento. Al asumir la dirección de la FIL, ¿qué va a pasar con LéaLA, tanto en la presente edición como en el futuro? ¿Cuál es la continuidad de ese proyecto? La idea es que este año me siga encargando de LéaLA a la par de FIL, ya que LéaLA está a la vuelta de la esquina (17 al 19 de mayo) y toda la maquinaria está echada a andar. Justo la idea es esa: la continuidad del proyecto. Además, ambas ferias cuentan con grandes equipos, que en este momento me toca dirigir. ¿Cuál es tu visión para la FIL? ¿A dónde más puede y debe ir la Feria? La FIL es una empresa sumamente exitosa, una incitativa que ha dado muchos frutos y muchos motivos de orgullo tanto a la Universidad de Guadalajara, a México, como a todos los hispanohablantes. ¿A dónde puede ir? Debe garantizarse la continuidad de todos los fundamentos que han hecho de esta feria lo que es hoy en día, y si acaso propongo cambios, lo haré paulatinamente, con la idea de que como toda empresa cultural la FIL vaya a la par de las circunstancias sociales. Antes que hablar de cambios, yo quisiera hablar de continuidad y de garantizar el éxito y los altos estándares de reconocimiento que ha tenido la feria en estos 26 años. El caso Echenique puso bajo fuerte observación al Premio FIL. ¿Consideras que aún hay que hacer frente a la resaca dejada por el caso Echenique? ¿Es necesario reorganizar el premio? Lo entiendo como un momento desafortunado. El premio lo otorga una asociación civil de la que FIL es sólo portavoz. Lo que ocurra con el premio debe discutirse en el seno de

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esta asociación y no me corresponde a mí de manera unipersonal reorganizarlo ni hablar de líneas a seguir. La FIL, que es un evento mundial, ocurre en un país con pobrísimos índices de lectura, no digamos ya de literatura sino del libro en general. ¿Cuál es la responsabilidad de la FIL, y de otras ferias, por incentivar la lectura en México? ¿Qué se puede hacer? Toda feria de libro tiene como cometido final la promoción de la lectura, pero el hecho de que en un país no se lea se debe a muchas circunstancias y a factores como la familia, la educación, la escuela. No pueden recaer en ningún proyecto cultural. Es decir, la labor de FIL en sus 26 años de existencia está probada y comprobada en generaciones de chicos que crecieron y a partir de la cercanía con FIL tuvieron acceso a los libros y a la lectura, y esa es una gran responsabilidad. ¿Funciona mantener a la FIL como un evento abierto al público? ¿Realmente redunda la asistencia masiva de público en una mayor difusión de la literatura y de los escritores, en un mejor conocimiento público de corrientes, editoriales, escritores, etcétera? Es una feria mixta porque por un lado está dirigida a un gran público, pero por otra parte es el punto de reunión de miles y miles de profesionales del mundo del libro, y sí creo que este carácter ha hecho de la FIL lo que es, por lo que se debe mantener. El formato digital es un fenómeno creciente. ¿Cómo lo debe incorporar una feria como la FIL? La FIL debe estar receptiva a todos los cambios y formatos de la lectura y por lo mismo, debe estar abierta a los libros y publicaciones digitales. Hay más de 50 millones de hispanohablantes en Estados Unidos, y sólo dos ferias (LéaLA y Miami) que buscan aproximarse a ese público. Desde la FIL, ¿se puede hacer más? Por ejemplo, ¿ferias itinerantes que visiten otros puntos de altísima concentración de hispanohablantes, como Nueva York, Atlanta, Houston, Chicago, Phoenix, Las Vegas?

necesidad de los hispanohablantes de distintas regiones de Estados Unidos de contar con acceso a la lectura en su idioma y con actividades que estén encaminadas a la promoción cultural de alta calidad. Se nos ha pedido replicar la feria en otras entidades, pero de momento hay que consolidar la feria en español de Los Ángeles antes de dar un siguiente paso.

No sería un cometido de FIL únicamente sino de un proyecto más ambicioso que en su momento se verá, y esto lo digo en mi papel de directora de LéaLA, pues lo que ha ocurrido con las dos ediciones de LéaLA demuestra la

Gerardo Cárdenas, escritor y periodista mexicano. Es director editorial de contratiempo. Autor del libro de relatos A veces llovía en Chicago (2011) y del blog semanal En la Ciudad de los Vientos

Marisol Schulz

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ACTUALIDAD

El dilema de Francisco I Jorge Frisancho

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orge Mario Bergoglio, ex arzobispo de Buenos Aires, electo papa el pasado marzo y ascendido al trono de Roma con el nombre de Francisco I, tiene la oportunidad —y, de hecho, casi la obligación— de ser una figura transformativa en la historia de la iglesia católica. No va a ser una tarea fácil. Francisco I ha asumido el mando supremo del catolicismo global en un momento particularmente crítico, con la iglesia asediada y erosionada por sórdidos escándalos sexuales y financieros así como por disputas doctrinales que no por soterradas son menos profundas. Y más aún, lo ha hecho después de ocho años de un papado singularmente fútil: su predecesor, Joseph Ratzinger, se mostró poco capaz de confrontar esos problemas de fondo (o poco dispuesto a hacerlo) y concluyó su mandato con un inusitado gesto de impotencia: abdicando, algo que no había sucedido desde la renuntiatio de Gregorio XII en 1415. Ratzinger, en efecto, parece haber entendido su papel como una continuación y consolidación del proceso iniciado por Karol Wojtyla, Juan Pablo II: esencialmente, revertir el aggiornamento de la iglesia emprendido por el Concilio Vaticano II, reafirmando el control centralizado de la doctrina por parte de Roma y su curia, solidificando la preeminencia de los grupos tradicionalistas y ultraconservadores, y tratando cualquier interpretación alternativa del evangelio y de la praxis cristiana (léase, la Teología de la Liberación) casi como se trataba, siglos atrás, a las herejías. Al final, sin embargo, el papado de Ratzinger quedó definido no por sus disputas y victorias en el terreno de la doctrina sino por su incapacidad para lidiar con la extraordinaria corrupción financiera del Vaticano y la miseria moral de la burocracia eclesiástica, que por décadas, sino siglos, valoró más la “rehabilitación espiritual” de los pedófilos entre sus filas que la protección de sus víctimas. Como provincial de la Compañía de Jesús en Argentina, como cardenal y como arzobispo, Bergoglio ha estado largamente alineado con los sectores conservadores de la iglesia y es un experto operador burocrático en la curia que esos sectores dominan. De él no se pueden esperar transformaciones espectaculares a nivel de doctrina ni giros abruptos en el terreno administrativo u organizacional. Pero sí se puede y se debe esperar la puesta en marcha de un proceso de reformas significativas. El nuevo papa ha venido lanzando a la curia y a los fieles numerosos mensajes indirectos pero claros sobre su voluntad de alterar el

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status quo, con palabras y gestos que cuestionan un apego estricto a las tradiciones —dejar de ser “coleccionistas de antigüedades”, dijo en su discurso de Pascua— y urgen una interacción más dinámica y efectiva con el mundo secular. No en vano ya la propia elección de su nombre pontifical, Francisco, aludía a un reformista clave, un outsider —nunca ordenado sacerdote— que se enfrentó a la corrupta jerarquía de su tiempo y demandó, con su ejemplo, un retorno radical a los principios de pobreza y caridad que son fundacionales en la fe cristiana. Pero quizá lo más importante en este proceso que apenas se inicia haya sido el anuncio, en abril, del establecimiento de una comisión especial de asesores pontificios en la reforma de la curia y en el gobierno de la iglesia. Esta comisión entrará en funciones formales en octubre próximo y será coordinada por el hondureño Óscar Rodríguez Madariaga, conocido como un “moderado” entre los conservadores.

Franciso I Cortesía: KOMUnews

El dilema al que se enfrenta el nuevo papa es, pues, claro: ¿hasta qué punto serán suficientes las reformas que se anuncian —cambios de estilo, cambios organizativos y administrativos— para evitar el declive de la iglesia católica, recuperar su prestigio y reorientar su misión hacia el futuro, bloqueando al mismo tiempo una transformación doctrinal que altere algunas creencias básicas y dogmas largamente establecidos? En otras palabras, ¿hasta qué punto se puede ser conservador y reformista al mismo tiempo? Porque el problema de fondo no es administrativo ni pastoral, sino filosófico y político. El enfrentamiento entre el catolicismo y el mundo contemporáneo es de larga data: ya en 1864, en su encíclica Quanta Cura y el adjunto “Sílabo de errores”, el papa Pío IX condenó de manera absoluta la civilización moderna, en términos que no dejan espacio de diálogo o entendimiento mutuo. El Concilio Vaticano II intentó revertir esa postura, y las últimas cuatro décadas, bajo Wojtyla y Ratzinger, han sido un intento fructífero pero costoso de impedir que esa reversión se concrete. Los grupos conservadores que hoy dominan la jerarquía católica, a quienes Bergoglio tendrá que enfrentarse (ya lo está haciendo) a despecho de sus coincidencias doctrinales, son en esencia descendientes de Pío IX; la iglesia que imaginan y quieren es la del Medioevo, una monarquía feudal justificada, sin necesidad de dar explicaciones, por su supuesto acceso monopólico a la verdad y a la divinidad. En alguna medida, la corrupción y los escándalos que han estallado en años recientes son el resultado de la disonancia entre tal visión de las cosas y un mundo que día a día la desdice, y que hoy —cuando la información fluye en volúmenes antes inimaginables, y está al alcance de todos— tiene los recursos para descorrer el velo de opacidad y misterio que ha protegido por mucho tiempo a Roma de miradas incómodas y juicios ajenos. Esa situación no es sostenible, pero para cambiarla de verdad habría que abrazar el mundo tal cual existe, el mundo moderno, engarzarse en él con voluntad de diálogo y afirmación antes que de censura y negativa, y esa propuesta podría resultar demasiado radical para un papa que no se quiera, más que reformista, revolucionario.

Jorge Frisancho, poeta peruano. Es miembro del consejo editorial de contratiempo contratiempo

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MÚSICA

Mima llega a Chicago en la cúspide Rafael Franco

Lo que uno hace con su vida es una obra, y ésa ha sido mi gran búsqueda,” dice Mima durante una de las muchas acertadas digresiones en la larga conversación que sostuvo con contratiempo. Y es que para ella, la música es sólo uno de los muchos componentes que informan su arte. “Es muy difícil separar mi persona de mi trabajo”. Mima, como es mejor conocida la cantautora boricua Yarimir Cabán, se estará presentando por primera vez en Chicago el 15 de mayo en el Old Town School of Folk Music. De hecho, la historia detrás del nombre “Mima” es muy curiosa y compleja. Comenzó como el título de la primera canción que escribió luego de salir de Cultura Profética, la agrupación puertorriqueña de reggae que ha logrado proyectarse internacionalmente en los últimos 20 años. Pero con el tiempo, la palabra Mima vino a representar no sólo esa canción, sino toda una mitología personal para la artista. “Para mí es como un nombre de una mujer viejita que llega al ocaso de su vida haciendo lo que le gusta, y ese personaje para mí es una inspiración”, cuenta Mima. “Me imaginé yo misma llegando a vieja tocando música y, por ejemplo, en Cuba también se usa ‘mima’ para referirse a las mujeres en general”. Además, era una de las canciones por la cual los públicos aclamaban al comienzo de su carrera; Mima, Mima, Mima, gritaban apasionados. Luego, cuando se dio cuenta que nadie nunca escribía su nombre de pila correctamente, y que algunos allegados le recomendaban utilizar otro nombre artístico, no se le hizo difícil decidirse por Mima. “Pero Mima es un medio, no un fin”, añade, aclarando que su propuesta artística no es simplemente una musical. En efecto, la presentación que hará en Chicago representa una especie de experimento, ya que ha tenido que enfrentarse al reto de montar un espectáculo tomando en cuenta las múltiples limitaciones que presenta el traslado geográfico. Y esto no es algo que sólo sucede fuera de la isla; “con 10 músicos, aún salir de Santurce a otras partes de Puerto Rico es un desafío”. En sus comienzos, su participación con Cultura Profética fue más bien como corista a partir del 1998 y su presencia fue más bien discreta. No tenía un rol protagónico, pero

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funcionó como una especie de escuela intensa en todo lo que se refiere a la industria musical. No son pocos los músicos que han salido de las filas de CP a través de los años. Pero más allá de su crecimiento artístico dentro de la famosa agrupación, Cultura Profética le brindó a Mima un encuentro con la persona que se convertiría en su principal colaborador: DJ Nature. Este talentoso productor y DJ llegó a Puerto Rico desde Austin, Texas, donde había conocido y colaborado con artistas de la talla de Erykah Badu. Nature y Mima coincidieron en Cultura Profética y el resto, como dicen, es historia. Es el binomio en el núcleo del proyecto musical actual, el cual puede incluir hasta 10 músicos. No siempre fue así. Su primer disco, epónimo, es un proyecto personal en el cual estaba ella prácticamente sola y para el cual escribió todas las canciones. Fue un trabajo anclado en la base de guitarra, batería y bajo, con la inclusión a veces de piano y una segunda guitarra. También fue grabado en vivo en un estudio. El talento es innegable y abrumador; canciones como “Santo camino furtivo” son además poemas de valor literario y se ejecutan con una pasión sobrecogedora. A medida que fue evolucionando musicalmente, comenzó a incluir elementos visuales, escénicos y experimentales. Los arreglos musicales se hicieron más complejos y sus colaboraciones incluyen no sólo otros nueve músicos, sino a la novelista y performera dominicana Rita Indiana. Mima y Rita se hicieron amigas cuando la segunda llegó a Puerto Rico en la década del 90. La mutua admiración y la cercanía que provee compartir un piso rindieron los frutos que pueblan su segundo disco, El pozo, otro disco magistral que navega diferentes géneros musicales con soltura; la alta calidad de la producción de DJ Nature eleva la grabación a la cima de la música boricua contemporánea. “Toparme con una figura como ella fue

Mima Cortesía: Agúzate

crucial”, dice Mima, “me brindó mucho apoyo cuando más lo necesitaba y me enseñó nuevas perspectivas artísticas. Ella posee una riqueza lingüística y una facilidad de expresión, de sintetizar la contemporaneidad, que es impresionante”. La novela de Indiana, Papi, fue instrumental en el desarrollo de la colaboración. Es imposible abordar con detalles el perfil de una artista de la talla de Mima en un espacio tan pequeño como el que disponemos aquí. Lo cierto es que el concierto que presentará en Chicago en mayo es una oportunidad única para escuchar todo aquello que mis palabras nunca podrán capturar de manera fiel. Aún cuando Chicago posee una de la culturas musicales más robustas de la nación, es rara la vez que podemos presenciar un talento como Mima en la cúspide de su evolución personal como artista. “Yo no sé si yo siga haciendo música por muchos años, todo está en el aire ahora mismo”, confiesa Mima. Sus intereses son muchos y su talento trasciende la música; ahora es el momento de ver a una artista de tal calibre en la cúspide de su evolución personal. Rafael Franco-Steeves, poeta y narrador puertorriqueño, es integrante del consejo editorial de contratiempo

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MÚSICA

SXSW 2013

Soul para el siglo XXI Catalina María Johnson

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ada año la ciudad de Austin, Texas, se rinde sin condiciones ante la música en el festival de South by Southwest (SXSW). En el 2013, para la vigésimo séptima edición del evento, se aglomeraron en la ciudad texana decenas de miles de artistas, productores, representantes de artistas y disqueras, prensa y aficionados en conciertos que ofrecieron dos mil y pico de bandas de más de cincuenta países. Observamos que curiosamente, cada año, las etiquetas musicales se tornan más flexibles y a la vez menos informativas. En este mundo globalizado surgen híbridos y originales los diversos sonidos, melodías y ritmos. Hubo conciertos extraordinarios de artistas cuya trayectoria musical es larga y exitosa. Café Tacvba se presentó en uno de sus dos conciertos como parte de la selección curada por NPR Music en donde verdaderamente se pudo apreciar la textura única de los temas de estos veteranos rockeros mestizos. También se presentó en el mismo escenario de NPR el legendario cantautor, actor y escritor Nick Cave de Australia, recibido casi con devoción cuando caminaba a grandes zancadas de un lado a otro del escenario, casi narrando su lírica oscura y erótica, cual Leonard Cohen punk y goth. Gustavo Santaolalla con el septeto argentino

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Bajofondo, con caracteriza ferocidad, atizaba al público que los recibió con febril alegría. Al pedir el bis, un aficionado gritaba, ¡“Canta una por el Papa”! Otra serie de conciertos inolvidables se produjeron con artistas que se encuentran en el género denominado ‘el nuevo soul’. De Houston, Texas, el pianista, compositor y brillante músico experimental Robert Glasper con su cuarteto (en el cual se distingue el extraoardinario vocalista y saxofonista Casey Benjamin) estableció continuamente un delicioso diálogo entre el jazz, el hip, el R&B y el rock. Y para mayor deleite de los presentes, lo acompañó en el escenario con su magnífica voz, la diva del nuevo soul, Erykah Badu. La sumamente talentosa cantautora Ester Rada, judía etíope, colgó su extraordinaria voz sobre las notas de un solo guitarrista. En la obscuridad de la cálida noche texana, su voz surgía, parecía quedarse inmóvil en el aire, luego seguía volando y nos rodeaba en un manto musical aterciopelado. De Brooklyn, Body Language, cuarteto multiracial, crearon en el escenario un sumamente fresco y bailable sonido entre disco y soul, de color neón retro y futurista a la vez. Tres del cuarteto canta, y todos tocan múltiples instrumentos, incluyendo el vocoder y el carillón, a

cargo de la vocalista principal, la ultra dinámica y carismática Angélica Bess. Quizás la mayor sorpresa fue el soul vibrante y cautivador de un joven largo, flaco y muy blanco, que parecía haber salido al escenario después de estar mucho tiempo detrás de una computadora. Se trataba de Allen Stone, oriundo de un pequeño pueblo del estado de Washington, quien ha cantado desde los tres años de edad en la iglesia donde su padre era pastor. Dotado de una magnífica voz e intenso encanto en el escenario, Stone fue recibido con gran entusiasmo por un público mayoritariamente afroamericano. Al experimentar tanta música de este nuevo mundo feliz globalizado y multiétnico, surgía el pensamiento de que quizás, al igual que las etiquetas raciales y étnicas, podremos en un futuro cercano prescindir de nombres para catalogar la música. Llegará el día quizás que agradezcamos el arte musical simple y sencillamente como uno de los más bellos regalos que le puede ofrecer un ser humano a otro. Catalina María Johnson, integrante del consejo editorial de contratiempo, es periodista y locutora/ productora de programas para estaciones de radio pública. Para mayor información sobre la música mencionada, visitar: catalinamariajohnson.com contratiempo

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Fotografías: Catalina María Johnson Arriba de izq. a der.: Allen Stone, Nick Cave, Café Tacvba, Robert Glasper con su cuarteto y Erykah Badu Abajo de izq. a der.: Devendra Banhart, Ester Rada, Body Language y Gustavo Santaolalla


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1. Juan Carlos Mestre 2. Coral Bracho 3. Luis Lorente 4. Público 5. Mara Pastor 6. Juana Goergen, Jochy Herrera 7. Martha Rivera 8. Gerardo Cárdenas 9. Febronio Zatarain 10. Claudia Pérez Brown, Carlos Quinto Fotografías: Arturo Richardson

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El comité organizador de Poesía en Abril agradece la participación de los poetas visitantes y anfitriones, performers, curadores, músicos, artistas culinarios, panelistas, fotógrafos, traductores, voluntarios, instituciones patrocinadoras, medios, y por supuesto la asistencia y entusiasmo del público general. Juntos, hicimos sentir este VI Poesía en Abril en Chicago. Comité organizador Gerardo Cárdenas, Juana Iris Goergen, Jochy Herrera y Moira Pujols Participaron: Juan Carlos Mestre y Coral Bracho. Rey Andújar, Juan Carlos Bueno, Raúl Bueno, Gerardo Cárdenas, Norberto Codina, Andrea Cote Botero, Tonathiu de la Cruz, Rafael Franco, Juana Iris Goergen, Silvia Goldman, Jesús Guerrero, Ignacio Guevara, Mary Hawley, Nicolás Hernández Guillén, Luis Lorente, Verónica Lucuy Alandia, Jorge Montiel, Jorge García de la Fe, Catalina María Johnson, Olivia Liendo, Miguel Marzana, Elizabeth Narváez-Luna, Scheme Navarro, Jorge Ortega, Mara Pastor, Claudia Pérez Brown, Carlos Quinto, Julio Rangel, Paula Rechtman, Martha Rivera, Leonardo Rossiello, Arturo Richardson, Inca Rumold, Johanny Vázquez Paz, Febronio Zatarain. Presentaron: contratiempo y DePaul University Difundieron: Diana Pando, relaciones públicas. Gozamos.com, CAN TV, WBEZ, ExtraNews, Hoy, La Raza, ArteyVidaChicago, Humboldt Park Portal, Teatro Aguijón, The Gate Newspaper, Flavorpill, CBSlocal, DNAinfo, ChicagoNow, Reflejos, Chicago On Air, Radio Cosmos… y muchos más. Gracias al Goodman Theatre y el Chicago Latino Theatre Festival por la difusión especial de Poesía en Abril durante el festival de Teatro Latino. Copatrocinaron:

Agradecemos también la ayuda recibida de Centros, Programas y Departamentos en la Universidad DePaul en Chicago (CLR, MOL, OIDE, LLST, NAM, ICC, HIS).

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DOSSIER

La música nuestra y la radio pública Félix Contreras

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l contrario de la radio comercial en español, el lado no comercial del cuadrante ha sido más hospitalario con estilos que no necesariamente generan buenos ingresos por publicidad: el movimiento del nuevo canto de los años 60 y sus guitarras acústicas ha sido una presencia constante en el formato de radio pública; la explosión de la salsa y el jazz latino de mediados de los 70 se abrió camino por el país a través de las estaciones públicas; había estaciones aisladas y no comerciales para el movimiento del rock en español de principios de los 90; y el ámbito actual de la corriente latina alternativa se escucha en los formatos tradicionales y online de las mismas estaciones. Si bien la radio pública ha sido receptiva, muchos de nosotros sabemos de primera mano de la muchas veces dura pelea para convencer a los gerentes y directores de programación de estaciones de radio pública local de que la comunidad latina podría apoyar a la estación si tuviesen algo que pudiesen escuchar. Cuando comenzamos AltLatino hace dos años y medio, mis expectativas de desarrollo de audiencia se basaban en la curiosidad del radioescucha de estaciones públicas y en su familiaridad con las tradiciones musicales latinas, así como en un segmento de la audiencia latina que fuese conocedora del género aunque no necesariamente del formato. Antes de continuar tal vez debería explicar qué es lo que hacemos en AltLatino: lo nuestro es un podcast semanal, en línea, sobre música y cultura que se enfoca en la música latina alternativa. Hasta el nombre del género está sujeto a interpretaciones culturales: he descubierto que los melómanos en América Latina no usan ese término tan seguido como lo hacemos en Estados Unidos. Para la mayoría de ellos, los grupos de rock son grupos de rock, los DJ’s de electrónica son DJ’s de electrónica, y las orquestas de cumbia son orquestas de cumbia. Aquí en Estados Unidos, el término ‘música latina alternativa’ se ha convertido en una frase para todos usos para hablar de cualquier música que no quepa cómodamente en un formato de radio en español. Personalmente prefiero el término ‘alternativa’ porque muchos de esos músicos están ofreciendo, de hecho, una alternativa innovadora y llamativa al pop, la bachata, los boleros y la banda que dominan las listas del hit parade en español. Y lo repito a todo el que me quiera escuchar, la ‘música latina alternativa’ es una gran vía para acceder al conocimiento de cómo está cambiando la población latina en este país.

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Consideremos a un artista como el DJ y productor Geko Jones, avecindado en Nueva York, y de origen colombiano y puertorriqueño. Él ha estado en nuestro programa como uno de nuestros DJ’s invitados, explicando cómo ha descubierto su herencia colombiana al visitar el país, para tirarse de cabeza en las tiendas de discos de vinilo en busca de géneros y estilos muy específicos. El resultado es una impresionante mezcla de música popular afrocolombiana, música popular puertorriqueña (salsa) y el nuevo género que ha dado en llamarse Electronic Dance Music (EDM, por sus siglas en inglés). Los latinos que buscan a un artista como Geko Jones reflejan un cambio demográfico de la comunidad latina hacia una sensibilidad más panlatina. Mis propias investigaciones anecdóticas en conciertos, festivales y algunos clubes encuentran a un latino de entre 18 y 34 años de edad, que habla preferentemente inglés, está integrado culturalmente y entiende con facilidad tanto las telenovelas como los últimos éxitos del hip hop. Prácticamente no hay segregación, sí hay mucha mayor inclusión. Usemos de nuevo la música para explicar cómo esto ha cambiado con relación a la generación previa: a fines de los 60 el guitarrista mexicano Carlos Santana logró fusionar con éxito la música afrocubana con el rock imperante (o sea, el movimiento hippie), así como con los mercados ya bien establecidos del blues y el jazz (otros habían logrado éxito artístico aunque no necesariamente el mismo éxito económico). Su música representaba mi realidad cotidiana: con un pie en la cultura imperante, y otro en la comunidad latina. Pero muy rara vez las dos realidad coexistían. En nuestros días, los matrimonios mixtos, la tecnología, nuestros barrios y hasta los medios que usamos, entre otros factores, ponen en cuestionamiento el si sigue en existencia la llamada cultura dominante. La ‘música alternativa latina’ es una reflexión musical en torno a esa nueva realidad. He estado escuchando música con asiduidad desde que estaba en la secundaria a mediados de los 70, y estoy convencido de que el actual es uno de los periodos más creativos en la historia de la producción musical. La tecnología ha cambiado cómo escuchamos música, y ha cambiado la manera cómo se hace.

Y los músicos de la corriente alternativa latina están aprovechando no sólo los géneros y formas que son bien conocidos, sino también buscando más a fondo en una amplísima paleta de inspiración. Algunos ejemplos recientes: la producción más reciente de la banda colombiana Bomba Estéreo le debe tanto a los ritmos afrocolombianos, como al rock progresivo de la banda inglesa King Crimson; Santa Cecilia, de Los Ángeles, está rascando en las tradiciones acústicas mexicanas con una vocalista que nos recuerda el poder de una joven Aretha Franklin mezclada con el mejor saudade del Brasil; la banda Y la Bamba está explorando los orígenes de su vocalista Luz Elena Mendoza en Michoacán, México, como parte de un nuevo movimiento folk de la costa noroeste de los Estados Unidos; y el pequeño sello independiente ZZK Records, de Buenos Aires, Argentina, tiene una cantera de artistas sin respeto alguno por las fronteras y cuyas obras se escuchan ya en este país. Y eso me emociona. AltLatino es un intento por compartir esa emoción, pero mezclada con un entusiasmo crítico y analítico. Y es otro paso positivo en la larga relación entre la radio pública y la música latina.

Félix Contreras entrevistando a Simón Mejía de Bomba Estéreo en Bogotá Cortesía: Félix Contreras

Félix Contreras es un multipremiado y veterano periodista de NPR que ha estado activo en la radio pública desde 1980, cuando ingresó como voluntario en Radio Bilingüe de Fresno, California. http://www.npr.org/series/alt-latino/ MAYO 2013


DOSSIER

Lo que escuchamos todos Charly García

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los 19 años de edad salí de casa y emigré a los Estados Unidos. A principios de 1999, llegué a la Ciudad de los Vientos con sed de explorar lo desconocido; en ese año todavía se producían con éxito los reproductores portátiles de disco compacto “discman”. Con mi primer sueldo recuerdo haber adquirido mi primer discman y con este hecho comenzó mi adicción musical. En la búsqueda de mis primeros CDs me topé con una gran incógnita: el nuevo mundo de lo latino. Lo latino era un concepto confuso y extremadamente genérico para mí, ya que el término no es utilizado en mi país como tal: la música se identifica por géneros y lugar de origen, cada país tiene su propia importancia. Sin embargo, el término latino en Estados Unidos cobra fuerza dentro de los géneros gruperos (regional mexicano), bachata, merengue, salsa, cumbia, pop y otros, acogiéndolos en uno solo. Encontrar la música que realmente me apasionara, que viniera o estuviese sonando en mi país de origen se convirtió en un reto, debido a lo que se vendía y/o transmitía por las radios de habla hispana. Estábamos en la llamada “época del boom latino”, dirigida por Ricky Martin y su exitoso Livin’ la vida loca; el señor Carlos Santana resucitaba con su nuevo álbum Supernatural, y Elvis Crespo era uno de tantos cantantes exitosos entre el público puertorriqueño. Estos famosos representantes de la música latina no congeniaban con mis gustos musicales. En el año 2000 me tocó presenciar el primer Latin Grammy Awards por la cadena CBS, en inglés y con la colaboración de los Estefan – como grandes influyentes de lo latino y promotores de artistas hispanoparlantes en Estados Unidos. En la extensa cartelera de nominados e invitados sólo se expuso a los representantes de la música regional mexicana, tropical, pop, y demás que pudieron alcanzar el mercado estadounidense, además de los nuevos talentos que incursionaban dentro del crossover, ya sea del inglés al español o viceversa, como Shakira, Mark Anthony y Jaci Velásquez. Los Latin Grammy pasaron en el 2005 de ser un evento de algunos afortunados artistas latinoamericanos en los Estados Unidos a ser una noche de farándula, glamour e intereses financieros, cuando se mudan a la cadena televisiva en español Univisión, haciendo aún más notable el elitismo en cuanto a presentadores, invitados, la selección de sus artistas y la repartición de premios. Pero, ¿qué había pasado con los verdaderos ritmos latinoamericanos, con aquellos artistas creadores de música, genios multi-instrumentistas, orquestas y compositores? ¿Dónde se NÚMERO 104

habían quedado? Décadas atrás la comunidad artística latinoamericana yacía dentro de la industria del entretenimiento y en medios como CBS, que tenían un serio interés en ese nicho. Otro ejemplo pudiese ser RCA y Capitol Records, en los años 40 y 50, que producían música afrolatina –rumba, mambo y chachachá– para el público estadounidense; algunos de estos artistas que hicieron historia a pesar del racismo de la época fueron Arsenio Rodríguez, Machito, Desi Arnaz, Chano Pozo o Dámaso Pérez Prado, entre otros. Aunque no fue hasta el surgimiento de Fania Records en la década de los 70, cuando la escena neoyorquina glorificó a los ritmos latinoamericanos e impulsó la internacionalización de un movimiento emergente, “el ritmo de la salsa”, y con esto se inmortalizaron verdaderas leyendas musicales como Héctor Lavoe, Willie Colón, Ray Barreto, Ismael Rivera, Eddie Palmieri y muchos más. Es cierto que estos artistas han sido modelos para las nuevas generaciones, pero estas se han salido brutalmente del concepto, tratando de modificar estos ritmos pasaron a la mala interpretación, abuso, redundancia. Entonces, ¿cómo se crean actualmente los iconos latinos en Estados Unidos? ¿Cuáles son las caras que nos representan? Sellos disqueros como Sony Music, BMG y Universal, así como medios televisivos y radiofónicos como Univisión y Telemundo/NBC se están beneficiando del crecimiento veloz de la audiencia latinoamericana –52 millones de hispanoparlantes, según lo indica el censo del 2011– y de

Fania All-Stars

la alta demanda de producción e importación de música para este sector. De manera estratégica la industria musical está bombardeando sus productos –artistas temporales, de moda–, mediante los medios masivos, el Internet y la redes sociales, imponiendo así a estos artistas creados para intentar satisfacer los gustos de su extensa gama de consumidores. Esto, a su vez, trae como consecuencia altos números en ventas dentro de las nuevas generaciones, descargas por iTunes, hits en Youtube y likes en redes sociales como Facebook y Twitter, lo que propicia que dichos artistas se expandan de manera viral y aspiren a altos niveles de popularidad. Las grandes corporaciones y el mercado generalizan y estereotipan a la comunidad latina, sin dar la importancia debida al valor musical, intelectual e inclusive a nuestras nacionalidades. Otra manera de comercializar o poner un rostro a la comunidad latina es utilizando a estos iconos latinos de moda en spots televisivos, apariciones fugaces en cine, festivales, eventos de beneficencia y hasta campañas políticas; llegan a presentarse como embajadores de la paz, poetas contemporáneos, innovadores musicales, filántropos, y su internacionalización ya no es por su música, sino por su causa. Como ejemplos de esto, podríamos mencionar a Pitbull y su nombramiento como rey de la fiesta por la revista Rolling Stone en Español; o 3ball Monterrey como representantes de la música electrónica y para algunos otros catalogados dentro del género regional mexicano; o Juanes promoviendo la paz mundial, Shakira con su fundación Pies Descalzos, y Ricardo Arjona con su “poesía” latinoamericana. Finalmente lo que resalta de este fenómeno es la creciente importación y creación de talentos latinos, de fusiones y readaptaciones de la música, volviéndose la música latina un movimiento global y comercial, además de usarse como un escudo de identidad y orgullo para las generaciones latinas de este país, aunque el entendimiento de nuestra cultura y herencia como latinos en EE.UU. sea erróneo.

Charly García, es coleccionista de música en vinil y parte del colectivo musical (((SONORAMA))), que promueve rarezas latinoamericanas de las décadas de los 60 y 70 (www.sonoramachicago. com). Fundador y Director del Festival de Música Electrónica Latina (FMEL) en Chicago contratiempo

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DOSSIER

¿Y los iconos, porqué? Verónica Lucuy Alandia

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asa muy a menudo que una generación no logra conocer a la otra, ni a la que le sigue ni a la que antecede; se forma una barrera, a veces infranqueable, de prejuicios, estéticas y valores que determinan las imposibilidades de acercamiento. Suele pasar con la música, lo que deja en debate a quienes tratan de definir con pequeñas reglas de índole personal dichos complejos límites intergeneracionales. Así, querer definir quiénes son los iconos de la música latina en los Estados Unidos sin tener en cuenta los grupos etarios, es una tarea arbitraria. Tenemos dos costas que hablan Spanglish y tienen una riquísima historia de grandes músicos, desde Harry Belafonte a Willie Colón, desde Carlos Santana y Gloria Stefan en los 80, a Ricky Martin y Shakira en los 90, cuya gran fama y reconocimiento los llevaron además a ser los cantantes oficiales de dos mundiales de fútbol, el de Alemania y el de Sudáfrica respectivamente; aquí no hay duda de la capacidad representativa de ese puertorriqueño y esa colombiana. Pero para los adolescentes de hoy —todos los jóvenes menores de 18 años— ¿quiénes son los iconos de la música latina dentro los Estados Unidos? La respuesta, aparte de lo generacional, quizá dependa de cuatro factores más: el estilo de música, la geografía, las raíces culturales y el valor que se le da al idioma. Para indagar un poco en respuestas, entrevisté a varios grupos de jóvenes. Primero, un pequeño grupo de entre 16 y 17 años (*), de dos países sudamericanos distintos, a través de Skype: ¿Quiénes son los cantantes latinos —que cantan en inglés— más importantes del momento? Las respuestas, sin orden prioritario, fueron: “Enrique Iglesias”, “…aunque ella tiene también sangre libanesa, Shakira es la latina más importante porque su fama es en todos los continentes”, “Pitbull, porque es el nuevo maestro del rap”, “Mark Anthony y Demi Lovato cantan con verdadero sentimiento latino, con ganas… ¡viva Demi!”, “Cristina Aguilera, ella es como Bono Vox una humanitaria y una estrella”, “Rage Against the Machine y Sepultura son la clave: música y mensaje, y de la generación de mis tíos, Carlos Santana, un clásico como Pink Floyd”. Otro grupo —esta vez de niños menores de 12 años— fue entrevistado en un suburbio al norte de Chicago con una pregunta similar: ¿Quiénes son los cantantes latinos más importantes para ti y por qué? Sus respuestas: “Pitbull, me gusta porque canta temas de su vida, agradece a su mamá en otras canciones, y

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mete palabras en español en todas sus canciones y las repite con su propio acento, creo que cubano, me encanta que Pitbull sea tan latino. También Enrique Iglesias. Y no sabía que Demi Lovato fuera latina, que bueno, porque canta muy bien. Selena Gómez no parece latina para nada. Shakira es buena y también Christina Aguilera, tienen canciones que son favoritas de todos”, “Selena Gómez es mi latina favorita, luego Christina Aguilera, me gustan porque son bellas y cantan lindísimo y sus apellidos son como el mío”, “ J. Lo es la más famosa en todos lados”. Las muchachas y muchachos menores de 17 dijeron: “Pitbull 100%, con Jennifer López y Christina Aguilera tienen los mejores temas de las listas”, “Enrique Iglesias es la mejor voz latina, tan bueno como Guetta”, “creo que Christina Aguilera”, “Jennifer López es la latina más famosa porque tiene la pinta ideal de la latina y canta y baila como nadie”, “yo creo que todas se quieren ver como Demi Lovato o Selena Gómez, Demi canta mejor”, “Demi Lovato es la latina con mejor calidad musical actualmente”, “Zacarías Manuel de la Rocha es mi artista latino favorito, es de Rage Against the Machine, esa es una banda que piensa y dice cosas que deberían importarnos a todos los latinos y no latinos”. ¿En qué momento, cómo son escogidos los iconos latinos para estos jóvenes? ¿Los escoge la audiencia o la industria musical, qué es lo que nos identifica y nos gusta de ellos? Yo concuerdo en que J. Lo es una diva latina. Diego, uno de los niños entrevistados dice, “porque Pitbull pone español en sus letras y los gringos cantan ese español, mis amigos en el colegio dicen un-do-tle-cuatlo…”; y este sencillo pensamiento suyo me convence, porque para su generación eso es representativo e importante. Creo que cada individuo, según su grupo etario, tiene distintas expectativas y estas se enriquecerán a medida que uno se exponga más a lo nuevo; así, he visto a mi hijo de nueve años señalar con espontáneo orgullo a Pitbull en la portada de noviembre de 2012 de la revista Rolling Stone y decir contento: “¡Qué increíble, en Rolling Stone!”.

Pitbull Foto: Eva Rinaldi Celebrity and Live Music Photographer

(*) No se incluyen los nombres de los entrevistados por tratarse de menores de edad.

Verónica Lucuy Alandia, escritora y odontóloga, miembro del consejo editorial de contratiempo MAYO 2013


DOSSIER

Chicago: Música del nuevo milenio Sandra Treviño

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ay una brillante complejidad dentro de la sencillez de las comunidades artísticas underground, especialmente aquellas dedicadas a la música. Cuando los individuos emigran, dejando tras de sí raíces y tradiciones culturales, comienzan a forjarse nuevas identidades a través de movimientos musicales, que reproducen muy estrechamente rasgos familiares. En Chicago, por ejemplo, la comunidad latina afín al rock ha sido una constante desde fines de los 80 debido a la proximidad emocional que proporciona. Su identidad social, su moda rockera, se ven reflejadas en una oda muy tradicional al rock clásico, el blues, y la “Tercera Ola”, el movimiento ska. Es fácilmente identificable, una fuente de comodidad para muchos, y es fácilmente accesible en varias ubicaciones del sur de la ciudad. Están también aquellos individuos nacidos de varias culturas, nutridos por abundantes estilos musicales especialmente en hogares latinos. Estos entusiastas de la música multicultural, que buscan establecer una conexión entre el pasado y el presente sin perder su identidad, han generado evoluciones de los sonidos alternativos latinos. En la última década, la comunidad alternativa latina de Chicago ha visto un incremento en números. En los últimos cinco años específicamente, este movimiento ha sido capaz de aprovechar su conocimiento tecnológico avanzado y combinarlo con su especial habilidad para fundir lo digital con lo tradicional, realzando su respeto del pasado a través de lo futuro. En Chicago, este movimiento floreció tardíamente pero ha encontrado su vía de forma creativa a través de medios no tradicionales e innovadores para su época. A mediados de la década anterior, personas de elevada sofisticación mediática comenzaron a concentrarse en exponer la gran variedad de opciones en la música latina no tradicional. Esto cubría un amplio espectro, desde programas de televisión autogenerados que presentaban al movimiento de rock local (E>N>E: Chicago Rocks, o Movimiento TV), a temáticas mensuales que se enfocaban en ritmos sorprendentes todavía no descubiertos por la cultura imperante (Eskucha, Sabalitos), hasta fiestas de apreciación musical y, eventualmente, conciertos y festivales (Kumbia Queers, Tropicaza, FMEL). Esta transición musical fue una fuente constante de inspiración para los atípicos innovadores que, calladamente, estaban produciendo creaciones afro-latino-caribeñas. Cansados de la predictibilidad de lo ya existente, aquellos NÚMERO 104

que buscaban lo no convencional lograron multiplicar movimientos al juntarse y compartir experiencias. Esto eventualmente llevó a la creación de experiencias de ciudad a ciudad, a intercambios globales muy complejos. La simple apreciación musical permitía que estos alternativos rompiesen las barreras de lo convencional y abriesen nuevas dimensiones del sonido. Actualmente, los artistas latinos alternativos de Chicago, si bien pocos y espaciados, son un elemento estelar en cualquier evento dado que sus sonidos son únicos. Jugo de Mango, Vivian Garcia, Allá y The Luna Blues Machine son ejemplos de este exquisito talento. Los entusiastas de lo latino alternativo sigue creciendo, y su ruptura no intencional con los ámbitos del rock latino tradicional simplemente les ha llevado a nuevas oportunidades a nivel de la ciudad. Por ejemplo, Sound Culture Chicago sorprende hoy en día a las audiencias con conciertos de música mundial en el Mayne Stage de Rogers Park. Hace unos años, uno solamente encontraba música latina en vivo en La Villita, Humboldt Park y Pilsen. El colectivo de DJs Soul Phonetics destaca de entre otros los creadores de sonido en Wicker Park al llevar los ritmos sensuales de la música y el baile afrolatinos a sedes como Barra Ñ y Taxim. En Bridgeport, la “comunidad del futuro”, cada

Sup. Jugo de Mango Medio The Luna Blues Machine Inf. Vivian Garcia

último sábado de mes se dedica exclusivamente a sonidos de vinil del Caribe y las Américas acompañados de imágenes retro yuxtapuestas con bailarines, tal y como lo hace (((SONORAMA))). Y, con la ciudad como fondo para los DJs que le dan otro enfoque al reggae, Q4 Tribe y Rockotitlan Chicago han hecho de MultiKulti el punto de reunión de la conciencia sociopolítica a través de la música, al tiempo que son punta de lanza y se hacen cargo del necesario intercambio entre artistas latinos alternativos entre ciudad y ciudad. Las redes sociales han contribuido enormemente al crecimiento de estas colaboraciones sin precedentes conforme las líneas de comunicación entre un país y otro se han establecido rápida y fácilmente. La gran cantidad de talento por descubrir a veces es impactante. Afortunadamente, medios como Vocalo, Remezcla, Gozamos y Agúzate, entre otros, funcionan como guías de entretenimiento, en línea, en papel impreso y en la radio. La revolución reside en el hecho de que han aprendido a conquistar nuevos públicos, no dividiendo a partir de la exclusividad, sino unificando a través de la inclusión. Esta es una tendencia positiva de la mayoría de los movimientos latinos alternativos en el país. Es de agradecer que estos musicólogos estén en una competencia por juntar a la gente por el puro gozo de la conciencia cultural, el entendimiento y el disfrute. Son artistas que rebuscan en lo profundo de su pasado para darnos una nueva perspectiva musical. A través del vinilo o de la laptop, de las raíces o la electrónica, el movimiento alternativo latino en Chicago ha marcado su territorio a través de una innovación constante. Sandra Treviño es periodista especializada en música y fundadora de Enchúfate, el primer sitio web para la música alternativa latina en Chicago. Se le pueda escuchar cada miércoles por la noche, 7:30 pm hora del Centro de los Estados Unidos, en The Music Vox, 90.7FM (Vocalo.org). En Twitter @sandratrevino (strevino@enchufate.com) contratiempo

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a actividad de los talleres de literatura creativa en español en Chicago ha resultado en un flujo continuo de producción, especialmente en los géneros de poesía y narrativa breve, desde los años 90 del pasado siglo: han sido el germen de publicaciones como contratiempo, y la materia prima de muchos de los libros que se han publicado en nuestro idioma en esta ciudad. Un taller que año con año contribuye a ese flujo es el que ha formado en su clase de litera-

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tura en español el poeta chileno, y profesor en la Universidad DePaul, Bernardo Navia. Para el presente ejemplar, seis alumnos del taller de Navia contribuyen con otros tantos poemas y prosas poéticas: son las voces en español de quienes no necesariamente crecieron en ese idioma, pero que han alcanzado un dominio tal de la lengua que pueden comunicarse en símbolos poéticos. En estas páginas encontrarán los lectores trabajos de Zach Boyer, Gessica Prokuski, Douglas Henry, Anna Nettie

Hanson, Patrick McLaughlin y María López. Junto con estos trabajos, presentamos también a otro integrante del taller de escritura creativa de contratiempo: el joven escritor mexicano Juan Luis Tafolla Valencia, de quien publicamos los relatos “El cuerpo” y “Chicago”. Hace unas cuantas semanas Tafolla, quien había viajado a México por unos días no pudo volver a Chicago por un problema migratorio. Con la publicación de estos relatos, vaya para él un saludo de sus compañeros de taller, que lo echan de menos.

Fotografía: Robin Robokow

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Zach Boyer

El esqueleto de la ciudad Los trenes son serpientes ciegos, cargan un veneno que alucina con girasoles que giran de dolor. Se venden mentiras en los callejones, se gritan verdades: aborto, matanzas, odio, desigualdad… Llegan los atletas con ropa llamativa fumando música y masticando chistes. Escupen, los políticos, boletos para el circo de pobreza. Dicen: “¡traigan palomitas y disfruten, son baratos!”. Y al final, llega la juventud, de ojos desorbitados, carga mochilas llenas de verdad; luego se queja que le duele la espalda. Y me paro en la estación mirando el rostro de esta ciudad que amo. Y siento el viento como si no fuera yo más que huesos.

Gessica Prokuski

Dios Un hombre se postrará de rodillas hasta que estén en carne viva y sangrantes, hasta que las lágrimas le salgan de la boca. Otro le suplicará a Dios. Pero Dios no responderá. Dio observará riendo cómo otro hombre más se desvanece en un bar. Observará, riendo, cómo otro más allá se atraganta con una botella de whiskey y cómo llora sobre la fría piedra de la tumba de su hija. Otro más gritará, blasfemará, alegará, odiará. Aún otro más se desplomará derrotado. Un hombre le pedirá a Dios su propia muerte. Dios los observará, riendo.

Fotografía: Robin Robokow

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Fotografía: Robin Robokow

Douglas Henry

Final I Las nanas del tráfico, elritmoconstantedelaviolencia, y los rascacielos como montañas. Esta ciudad es tuya.

II Si Nueva York y Los Ángeles son los hombros desiguales Chicago es el corazón latiendo y bombeando la sangre por sus callejones oscuros

III Como con Noé, cuando Dios inundó el mundo, es con Chicago, (cada invierno) cuando lo intenta de nuevo. Excepto que esta vez con frío.

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Anna Nettie Hanson

Patrick McLaughlin

Gris

La antigua historia

El hormigón. La gente camina en silencio por él. En silencio, camina por el gris. Las caras lo reflejan, sin colores o sentimientos. No tienen labios porque no hablan. Sus bocas están cerradas porque no tienen voz. Sus narices no existen porque no las necesitan. La gente de gris no tiene orejas porque sólo le gusta escuchar sus propios pensamientos.

Fue destruida y deshecha, la raza antigua de hombres.

Sin expresión, camina la gente por el hormigón. Camina cerca de otras personas, pero nunca con otras. Para ella, nadie existe. ¿Por qué? El secreto está en sus cara vacías.

Siempre estaban presentes los misterios, en estas tierras de Eleusia.

No tiene ojos la gente. En el pasado los tenía, pero comenzaron, uno por uno, a olvidar cómo funcionan. Decidieron escuchar sus pensamientos más que las opiniones de los otros. Finalmente, no necesitaron mirar a nadie, y cerraron sus ojos a todo el mundo. Ahora, con caras vacías, ellos no parecen humanos. Son similares a la tecnología –trabajar y vivir sus propias vidas sin preguntar o sentir. No tocan a nadie. No hay emociones en sus grises corazones, y no necesitan compartir nada. Simplemente caminan por el hormigón. Hace frío. Caminan por la calle Sheffield, cerca de la universidad. Están caminando sin caras y sin ojos. Un mundo gris. Nada puede molestarles, y ellos caminan hacia el gris. En silencio.

Aniquilada, esta raza de hombres, una raza de sacos de mercurio con guirnaldas de laurel.

Los misterios del cuerpo y de la sangre, los misterios del cielo y de la tierra. En estas tierras hubo una destrucción: el laurel se quemó y los sacos se reventaron. En huesos amarilleados de calcio y carbono, surgieron los nuevos seres humanos. En medida perfecta llevaron nuevas formas. Con huesos antiguos construyeron ciudades colosales. En vez de círculos, crearon ángulos precisos. Hoy andamos las cuadrículas urbanas sin preocupación. Sin pensamiento pasamos por delante de las fantasmas de los misterios del pasado. La protectora de Juan Diego reina sobre tinta y trocas. En medida perfecta, somos hoja, escalera y cuerda.

En el silencio de sus almas.

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María López

Pájara de miel Arremolinándose como el ámbar en la mano, hay algo dulce. Mis papilas lo sienten. Pero mi alma tiene un sabor más fuerte, una vivienda de sentimientos resonando en mis nudillos. Querida mujer, quiero que veas esto: (Mezclando remolinos de luz) Los tonos de la tierra también entre sí, tócalos conmigo (Remolinos de anatomía). Mis muecas adoloridas pelan mi piel. Moverse. Músculo. Moverse. Músculo. Descanso. Descanso. Gotas iluminadas se resbalan lentamente. Déjame mantener esta demostración en los ojos estrellados que tienes. Agárrate. Déjamelo a mí. No te muevas. Te mostraré Remolinos acurrucados, enterrados, olor manta y calor in decrescendo, reflejando el infinito en una medida fina, las semillas no se te escapan. Remolinos. Miel, no te despiertes. Yo soy tu almohada, hojas y piel. Quieta. Ave- en- un- árbol quieta. Hermosa. Tú-en-mis-brazos hermosa. Tus pulmones me hablan con aire pesado, dicen palabras que siempre quise escuchar. Tú y yo, girando. Remolinos.

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Fotografía: Robin Robokow

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Juan Luis Tafolla Valencia

Chicago I Un delgado hilo de luz se cuela por la ventana. Pega en la cara. Un sótano. Mirando por la ventana, Wilson reconocía que su obsesión por sexo le había arruinado la vida. A la edad de 40 años, solo, desnudo y con la piel erizada, Wilson se siente destruido. El sexo lo ha devorado. Wilson contempla los pasos de las personas por la pequeña ventana de su cuarto. Se rasca, se muerde los nudillos, se enfada. Wilson cree escucharnos. Siente que lo vemos. Imagina todo lo que podemos llegar a pensar de él. Las conjeturas. Los juicios. You don’t know me, bitch. Wilson nos grita. Se esconde entre las nubes de cigarro que deambulan por su cuarto. Se rasca los genitales. Lo hace para desafiarnos. Tenía nueve años cuando Wilson conoció el deseo. Fue durante un juego con sus primas. Le pidieron que les mostrara su “palito”. Que las dejaran tocárselo. Él apenas las rozó. Una de ellas le dio besos en la boca y otros más en el pene. Después, Wilson se llenó de fantasías. Recreó en su mente el suceso. Lo extendió. Lo decoró. Vino la estimulación. La masturbación. Siguieron las novias en la escuela. Las irrupciones en sus cuartos. Los papás durmiendo. El goce en silencio. Las conquistas en los bares. El sexo de ocasión. Los strip clubs. Las prostitutas. Una maestra de la universidad. Shut up! Wilson clama, pero tratemos de no escucharlo. Uno. Dos. Tres encuentros diarios. La satisfacción. El vacío posterior. Las orgías. Las enfermedades. Los contagios. Las curaciones. El apetito. La afición vehemente. El sexo en la vía pública. Los arrestos. Todo se repite dentro de su cabeza. I burn, burn, burn. Hubo un momento en que a Wilson le hizo ilusión formar un hogar. Dedicarse a la familia. Casarse. Wilson sonríe. Es la melancolía. La dulce nostalgia. Es también el gusto de que lo imaginemos así. Un hombre común. Ordinario. Casado, con dos hijos y un buen trabajo. Wilson tuerce la boca. Sabe que vienen cosas ásperas. Presiente la adversidad. Su rostro es el de una tormenta que se aproxima. Años atrás: Wilson desaparece por horas. La angustia de su esposa. Las mentiras. Las excusas. Las ausencias. Sale. Escapa. Deambula por las calles. Se siente cómodo en la ciudad. Las sombras de los rascacielos. Los esqueletos metálicos. Los barrios obscuros. El tumulto. La ciudad es un refugio. Le deleitan los ruidos. La multitud de voces. La masa. Babel. Los locos que hablan solos. Los profetas. Los ruegos de los mendigos. The hungry ghosts. Las sirenas de las emergencias. El trueno del tren. Las melodías perdidas. Los pasos. El desfile. Wilson va cazando miradas. Es un lobo. Busca un gesto. Un guiño. Una mirada. Intenta atrapar una señal. Wilson camina. Quiere violar a todas las mujeres que se cruzan en su camino. Su imaginación siempre es más profunda que la realidad. Busca en los rincones. En las sombras. Se hunde en rituales que después se convierten en rutinas. Wilson escudriña. La fascinación de la búsqueda. El cansancio también. Sex lives on my mind. La ciudad se lo come… NÚMERO 104

Después, el regreso al hogar. En las madrugadas se levanta y busca pornografía en su computadora. Se masturba. Su hija lo observa. El silencio. Wilson sube al tren. Sin dirección. Indaga los muslos. Los pechos. Los colores. Las formas. Las diferencias. Las similitudes. Wilson busca por la ciudad. La desesperación. La ansiedad. Las esperas. Los rechazos. La frustración. Wilson siente telarañas en el cuerpo. No puede dominar al monstruo. El sexo. La manía. El sexo. El trastorno. El sexo... Todo lo demás, parece banal. No tardan en revelarse sus infidelidades. El adulterio. El perdón. Las recaídas. Una y otra vez. La separación. Más tarde, el desastre, el segundo matrimonio de Wilson tampoco resiste. No aguanta casi nada. Dos meses. Su esposa lo sorprende en su cama con dos mujeres. Sí, Wilson se sintió mal, pero no había podido evitarlo. La vida está hecha de intentos. En el tercer matrimonio, Wilson fue quien tomó la decisión de terminar. Sin duda, era la mujer que más había querido, pero después de dos años la pasión se había agotado. Se había aburrido del mismo cuerpo. La rutina. La monotonía. Wilson la quería, pero no soportaba eso. Vino la huida. El escondite en esta bóveda. La vergüenza. El delirio. Wilson deja la ventana del sótano. Enciende otro cigarro. Wilson quiere decirnos que en su infancia no hubo abusos sexuales, represiones, ni traumas que lo llevaran a esto. Su obsesión es cosa de gusto y puro gusto. Placer. Complacencia. Enciende la televisión. La economía sigue mal en el país. Wilson entiende de esas cosas. Recuerda su trabajo. Trajes azules con corbatas rojas. Silla de piel. Librero. Diplomas. Escritorio. Objetos. Apariencias. Lo que más recuerda de su trabajo es la vista del lago en lo alto de la torre. Ese lago que cambia de colores. Wilson tiembla. También este tema lo altera. El trabajo. El éxito desatendido. La necesidad. Los antojos. El impulso. La urgencia. Wilson se desconcentra de los números. Llama a las líneas eróticas. Falta a las juntas. Se escapa. Deja las obligaciones para buscar sexo. Páginas de encuentros. El tiempo perdido. Citas. Casas de masajes. El contrato. El pago. La propina. Las palabras de su jefe: “lo siento Wilson, tienes la cabeza en otro lado”. La ruina. En el presente, Wilson no soporta la vida pública. La perversión. Desea el invierno. Se esconde en este sótano. Es una rata asustada. ¿Cómo llega un dolor de cabeza? Wilson no lo sabe, pero lo siente. Lo ha sentido todos estos días. Wilson llora. Agacha la cabeza. No quiere que lo veamos. Recuerda a sus hijas. Es el momento de hacer un alto. Esta vez tiene que ser real. Quiere recuperar su vida. Saca sus últimas fuerzas para detener sus impulsos. I smell like onion. Toma una ducha. Hoy, Wilson decide con todas las fuerzas que no volverá a tener sexo. II Wilson ha conseguido un trabajo de medio tiempo como cajero de un supermercado. Ha vuelto a la calle. Evita fijarse en las mujeres. Se ha metido a un gimnasio. Tal vez agotando

su cuerpo no queden ganas. Esta mañana los periódicos están tapizados con la noticia de una balacera dentro de un cine. Una masacre. Una máscara antigás. Un chaleco antibalas. Un fusil. Granadas de gas. Disparos. Efectos especiales. Los titulares. Las impresiones. “Nunca había visto tantos coches de policía en mi vida”. “Pensé que el mundo se acababa”. “Estamos devastados”. Doce muertos y cincuenta y nueve heridos. Números. A Wilson, como a todos, le llama la atención la noticia. Sigue su día. La lucha continua. La gente comenta la tragedia. Él compadece. Oh man, it’s a shame for all that. En la tarde las noticias siguen. En la noche los análisis. Las reflexiones. Los diarios. El derecho a las armas. La polémica. La fuerza de los medios. La televisión. La radio. Los comentaristas. Los expertos. El enjambre. Los noticieros presentan las imágenes. Wilson queda horrorizado. El perfil del asesino: su pelo naranja. It’s a fucking clown. Otra mañana. Los medios de comunicación estallan. Alertan a las personas. Hay que evitar los lugares que concentran mucha gente. Solicitan que se denuncien a las personas sospechosas. Responsabilidad social. Hay que buscar entre los conocidos quiénes pudieran estar trastornados y cometer atrocidades. Cuidado con las personas solitarias. Atención especial con las introvertidas. Las religiosas. Los estudiosos. Wilson se queda pensando. Busca en su mente. No tiene amigos. No conoce a nadie así. Tal vez su compañero de trabajo. No. Posiblemente su casero. Tampoco. Se queda meditando. Who? Nadie. Wilson se ha hecho aficionado al ejercicio. Cree que la terapia está funcionando. Una semana sin sexo. Camina el pasillo del vestidor. Le llama la atención un hombre sentado en la banca. La cabeza agachada. La mirada asentada en el suelo. Pensativo. Retraído. En este momento, Wilson recuerda: lo ha visto así todos estos días. La misma postura. La misma ropa: negra. Nunca lo ha visto hacer ejercicio. O ducharse. O hablar con alguien. Wilson ha encontrado a su sospechoso. En las calles vuelan los periódicos con el rostro del bufón. Lo que más le molesta a Wilson de él es el color burlón de su pelo y la perplejidad de su rostro. The same face of the man that I saw in the gym. Wilson decide poner atención en él. Determina que irá al gimnasio a la misma hora que lo ha encontrado estos días. Así lo hace. Ahí está otra vez el hombre. Una estatua sentada en la banca. Un día tras otro. Lo mismo. Hoy, Wilson se alerta. Le descubre una nota en la mano. Parece que tiene una serie de números con formulas químicas. Debe tratarse de algún explosivo. Wilson resuelve que ha de seguir a ese hombre. Espiarlo. Averiguar quién es y qué pretende. Lo espera afuera del gimnasio. Algún día tendrá que salir de ahí. Wilson se siente motivado. Tiene un objetivo. El hombre sale. Wilson va anotando las calles. El aspecto de las personas a las que mira. Las tiendas a las que entra. Las cosas que compra. El sospechoso entra a una casa bien conservada. Una delicada fachada. Un jardín lleno de tulipanes. Nada anormal. ¿Y contratiempo

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Juan Luis Tafolla Valencia

El cuerpo si no es un loco? Se detiene a pensar. Pondera en llamar a la policía. Hay que prevenir. No. La policía sirve para limpiar el desorden, no para evitarlo. No hay nada que perseguir. Wilson se deprime. Vuelve a pensar en el sexo. Si algo así pasó en Aurora, Colorado, algo peor tiene que suceder en Chicago. Wilson vuelve a esa idea. El gimnasio. El mismo pasillo. El mismo casillero. A Wilson le brillan los ojos. El hombre se ha pintado el pelo: rojo. It makes sense. Wilson repara en que no sabe qué hay dentro de la casa de ese hombre. ¿Una bomba? ¿Alguien secuestrado? ¿Algo peor? Wilson abandona el gimnasio y se dirige a la dirección del hombre. Conoce su rutina. Sabe que no regresará en varias horas. Wilson llega al lugar. Toca el timbre. No hay respuesta. Espera… Rompe una ventana. Entra. La sala. La cocina. Las habitaciones. Todo luce limpio y ordenado. Wilson se decepciona. It has to be something. Wilson esculca cajones. Revuelve ropa. Tira cosas. Levanta tapetes. Mueve muebles. ¡Por fin! Wilson encuentra algo extraño. Dentro del refrigerador. Una caja metálica. Adentro la sorpresa: rifles, escopetas y granadas. Toma la caja, la envuelve en una sábana y sale del lugar. Wilson está contento. Esta noche, Wilson no sabe qué hacer. Medita, tirado en su cama. Humans suck, man! Tiene que matarlo. Detenerlo. Ser un héroe. Surge un nuevo día. Wilson está deprimido. Tiene ganas de acostarse con una mujer. No tiene hambre. No irá a trabajar al supermercado. Fuck that shit! Se sienta toda la mañana frente al televisor. Las emisoras han olvidado la masacre. Lo efímero. Lo perecedero. Wilson siente furia. Llega la hora de la cita. El payaso debe de estar ahí. Wilson mete las armas y las granadas en su maleta. Se la carga en el hombro. Se dirige al gimnasio. Entra en el elevador. Su tarjeta de pase. Todo el ambiente le molesta. El ruido de la música. Los sudores. Los olores. Los esfuerzos. Finalmente ve la puerta de los vestidores. Entra. Despliega la maleta. Toma dos escopetas. Abre fuego. Dispara al azar. Apunta a los que se mueven. El pánico. Tirotea a los que intentan escapar. La sangre. Las toallas bañadas de rojo. Los cuerpos. Los segundos. Lanza granadas de gas. El vapor. Llega al final del pasillo. El hombre lo ve con una mirada de redención. Wilson le dispara en la cabeza. Take that motherfucker, take that! Wilson escapa por la salida de emergencia. Atrás los gritos. Los muertos. Nadie lo detiene. Escucha la alarma del edificio. Afuera la ciudad. La misma de siempre. Tira la maleta con las armas en la calle. Camina disimuladamente, toma un taxi y pide que lo lleve a una zona de prostitutas. Escoge a una mujer rubia. Cien dólares. Se va a la cama con ella. Al terminar, Wilson dice: someday, we will all meet in heaven.

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I En esta hoja iba a aparecer la historia de un hijo que pierde a su madre. Sin embargo, los extraordinarios acontecimientos que sucedieron cambiaron el destino de este papel. II ¿El cielo es de nieve? Su silencio. Su pureza. Las aceras están congeladas. El día gris. La nieve cae pausadamente. La ventisca golpea. El frío. ¿Qué sienten los pájaros? ¿Y los árboles? ¿Los ladrillos? ¿Las maderas? III El día en que el Cuerpo llegó a la ciudad era un día como éste. Otro día más de invierno. Como después de un terremoto, las personas preguntaban ¿qué hacías cuando sucedió? Infinidad de respuestas. Pocas ciertas. Yo fumaba un cigarrillo en la azotea del Aon Center. Trataba de escribir, pero mi vista se había suspendido en la distancia del lago. Estimaba su magnitud……………………………….. De repente, algo en el horizonte. Una masa obscura en la lejanía. Sospeché, ¿un barco? ¿Un yate? Tal vez un portaviones. ¿Una gran bola de nieve? ¿Un desliz de la vista? En ese momento, el temporal apagó mi cigarro. IV Vivo en esta ciudad por su lago. Por su color. Olor. Sabor. Vaya a donde vaya, siempre me pregunto si estoy cerca o lejos de él. Una de las ventajas de tener la estúpida costumbre de escribir en las azoteas es que en muchas de éstas alcanzas a ver una dosis del lago. Además, es una gloria ver la ciudad desde lo alto. Busco las alturas, las coronas de los edificios, las torres, las cúpulas, los miradores, los puentes, las lomas, las elevaciones. Me escabullo de los guardias y entro en los edificios. Las puertas traseras. Las escaleras de emergencia. Corro. Subo. Espero. Trepo. El objetivo: los techos. La vida es distinta desde acá. V En realidad nadie sabe si el Cuerpo llegó ese día, si había estado ahí antes, navegando clandestinamente, o posiblemente, sumergido en las profundidades. Pero ese día, se hacía evidente para todos. Emergía del horizonte y venía deslizándose suavemente hacia la costa. Su forma voluptuosa manipulaba el aire. Al irse acercando, se dibujaba su aspecto: A cierta distancia su forma se asemejaba a las velas de un barco; después, su figura se parecía a la de un animal nadando; más cerca, simulaba ser un edificio

flotando. Se detuvo cerca de la orilla del lago. Muy próximo a la Oak Street Beach. Ahí quieto, cada vez más gente lo iba notando y alertándose: ¿Qué quiere de nosotros? VI Hay un lápiz y un cuaderno escondidos en casi todos los techos y terrazas de Chicago. Hay unos debajo de una cadena de tubos de la Park Tower, otros debajo de la chimenea del Hyatt Center, unos junto a las antenas de la Chase Tower, y otros en la IBM Plaza. Los dejo ahí para que no me falten cuando escribo. Algunos están en blanco. Otros tienen simples apuntes. Historias incompletas. Parece que tiendo a mezclarme con mis personajes. ¿Quién está hablando? ¿Tú o el héroe? Tu bronca es que la voz del autor y del personaje colapsan juntas. VII El día que llegó el Cuerpo, las aves de la ciudad dejaron de volar. Incluso se dice que algunas, desde entonces, tratan con el pico, con los tarsos y con las uñas, de arrancarse las plumas. Tampoco es que alguien esté seguro que el Cuerpo haya causado tal efecto. Podría ser la contaminación del aire, dicen algunos. La cuestión es que a partir de esa mañana, el cielo se limpió de pájaros, palomas, gaviotas y demás. VIII Las sirenas de emergencia empezaron a escucharse. Volteé la vista hacia las calles y noté las luces rojas de varios vehículos acercándose a la zona. Bajé del edificio y busqué otro con mejor vista. ¿Las Lake Point Towers? ¿El Walton Place? Opté por el 999 Lake Shore Drive. El bullicio se alcanzaba a percibir desde lo alto. Parecía como si el Cuerpo fuera el centro de un hormiguero. Aquellos que no le temieron se acercaron para verlo de cerca. Algunos comenzaron a rezarle. Otros a lanzarle insultos, piedras o basura. La policía, los bomberos, las ambulancias, las patrullas, un par de helicópteros y varias unidades de marina llegaron. Eficazmente, los guardias montaron vallas, alejaron a la gente y acorralaron por tierra y agua al Cuerpo. Por medio de altavoces, le hicieron una serie de preguntas - propuestas – demandas – advertencias. No hubo respuesta ni movimiento. Después, la policía naval, siempre en guardia y apuntándole con sus armas, se acercaron, hasta tocarlo. Intentaron escalarlo, penetrarlo, abrirlo, pero no consiguieron nada. Entonces decidieron que no había otra solución, más que atacarlo. IX La policía lo atacó con balas, proyectiles, granadas y otros extraños artefactos. Ningún daño significativo. La materia del Cuerpo debía de actuar como escudo. Apenas unos cuantos rasguMAYO 2013


DESHORAS

ños o raspaduras. Ahí seguía: inmóvil. Al inicio, la gente se atemorizó. Algunos abandonaron la ciudad. Otros se encerraron en sus casas. El gobierno dejó de atacar. Se dedicó a montar guardias para vigilarlo día y noche. Respondió que era normal que no supieran qué hacer porque nunca antes se habían enfrentado a algo así. Poco a poco, la gente volvió a salir a las calles y empezó a opinar. Se formaron grupos en defensa y en contra del Cuerpo. Unos pedían que se continuara atacándolo. Algunos, irritados, planeaban hacerlo por su propia cuenta. Otros, conmocionados, pedían su protección y proclamaban “dar paz para recibir paz”. Hicieron marchas con banderas blancas y escribieron panfletos. El agua hierve a 100 grados centígrados. Sucedieron las primeras revueltas en la zona norte. Unas pandillas peleaban por su derecho a adueñarse de él. Otro grupo atacaba edificios de gobierno pidiendo su renuncia. La ciudad se fue llenando de disputas. Hubo motines. Luego muertos. Muertos. Y muertos. Una vez más, los techos me protegieron. Desde acá, veía el paso de cadáveres que levantaban. Me imaginé a los cráneos agrupados en racimos, colgando de una rama, como los manojos de uvas de su árbol. X El tiempo se acorta cada vez más. Los días pasaron. La gente fue olvidando por qué peleaban. Los que insistían, fueron controlados por el gobierno. La gente se fue acostumbrando a la presencia del Cuerpo. Poco a poco fue visto como una gran roca enclavada en el agua. Las personas volvieron a su rutina. Los horarios. Las compras. Los paseos al perro. Las labores del hogar. La educación de los niños. El sexo de medianoche… Los medios también dejaron de ponerle atención y volvieron a las noticias de cajón. El Cuerpo se volvió un fantasma: algo que está ahí, pero que nadie lo ve. La vigilancia que anteriormente consistía en decenas de patrullas, ahora sólo se basaba en una patrulla estacionada con dos policías hastiados. XI Soy un satélite. Las máquinas de ventilación. Las puntas de los árboles. Los domos. Las chimeneas. Las antenas de televisión. Los ladrillos olvidados. Los cables de electricidad. Las palomas resguardadas. El escape de los vapores. Las millones de ventanas tan asimiles. Todas se asemejan una a la otra. Nuestra vida es igual a la de todos los demás. XII Para describirlo con precisión tengo que bajar, ir al Lakefront, pararme frente a él y escribir. Mirarlo como un artista observa la hoja de un árbol, para después dibujarla: Líneas finas y NÚMERO 104

elegantes curvas forman su organismo. Parece no tener una sola superficie plana en toda su estructura. Sus ondas suaves permutan, como si el agua las fuera moldeando, pareciendo una escultura flotante. Su piel, de metal retorcido, y sus pellejos de titanio, asemejan las escamas de un pez. Suave y rígido a la vez. Su color, gris obscuro, cambia con el reflejo de los tonos del cielo y del agua. No posee puerta, ventana u orificio alguno. La nevisca cae sobre él. Le pinta canas. La nieve es lo más blanco que puede existir. No sé por qué, siempre, despierta en mí un sentido de soledad. XIII Alguna vez escuché que cada ciudad posee un sonido propio. Chicago no lo tenía hasta que llegó el Cuerpo. Tal vez fue porque estaba en el olvido, o quién sabe diablos por qué, pero después de tanto tiempo de permanecer inerte, emitió un sonido. Parecía un crujido. No. ¿Un silbido? Tal vez un murmullo o un eco. Era inconstante, se escuchaba en toda la ciudad, agudo, pero sin lastimar. Para ese entonces, pocas fueron las personas que nuevamente cuestionaron si se trataba de una nave de otro planeta, de una nueve especie de animal, o más probablemente, de un artefacto terrorista. Los sonidos fueron formando parte de la cotidianidad. De cualquier manera, eran esporádicos, pasajeros y efímeros. XIV Un año después. XV ¿Qué propósito puede tener el envejecimiento? / En una esquina, un muchacho roba a una señora. En la esquina opuesta, un niño va a la escuela. / A veces subo para encontrar historias, en otras ocasiones, para imaginarlas. / Hay que leer los errores de los buenos escritores. / ¿Por qué cuando uno escribe tiene que justificar lo que pasa si en la vida hay muchas cosas que no se justifican? / Creo que en una historia dice más lo que no aparece que lo que está escrito. XVI En la noche aparecieron proyectadas, con una luz blanca, sobre la oscura fachada del Hancock Tower, las palabras “DESEAMOS A LA PERSONA MÁS VIRTUOSA”. La emisión surgía de alguna parte del Cuerpo. La declaración alteró nuevamente a la ciudad. Causó una ridícula excitación por conocer quién sería esa persona. - Tendría que ser una mujer. - ¿Negra o blanca? - Debería ser alguien pobre y humilde. - Aquel que haya hecho más sacrificios y bien por los demás.

- El que sea más exitoso… más productivo. - ¡Un latino! - Tal vez un niño. - Debe ser un sacerdote. - ¿De cuál culto? - ¡No! Tal vez el Cuerpo se refiera a un artista, aquel que domine cualquier arte o técnica. - La virtud la tienen los sabios. Encuentren a los filósofos. - Todos están equivocados. El virtuoso es el ser más feliz. - ¿Quiénes es ése? Luego surgieron otras incógnitas. - ¿Para qué lo quieren? - Se lo van a llevar para que gobierne su tierra. - Lo quieren como consejero. - ¡Lo van a sacrificar! - ¿Qué le van a ofrecer? - Dinero. - Poder. - ¡El paraíso! Muchos se propusieron como el ser más virtuoso. Otros propusieron a sus madres, a sus hijos o a sus parejas. En un momento crítico, pensé si ese individuo pudiera ser mi mujer o mi hijo……………………. Día a día y ante las inclemencias de las nevadas, se hacían filas frente al Cuerpo, esperando que de alguna manera, éste demostrara su aceptación por alguien. La señal sobre el Hancock Center se proyectaba día y noche. Se formaron nuevos líderes que impulsaban a la gente a unirse a ellos para defender que la persona más virtuosa era la de su raza, credo religioso, sexo o nivel económico. Nuevas riñas se suscitaron y los brotes de violencia se esparcieron por la ciudad. El gobierno propuso que como esta era una sociedad democrática, se celebrara una votación. Algunos dudaron, otros se entusiasmaron. Cada persona podía votar por cualquier otra como el sujeto más virtuoso “moralmente” (la última palabra había sido agregada de manera deliberada en el referendo). El proceso tardó una semana. El resultado se desechó por presión de los habitantes. Curiosamente, el ganador había sido un familiar del alcalde. Al poco tiempo, sin que nada pasara, se volvió a relegar el asunto y la vida volvió a ser habitual. XVII ¿Por qué vivimos juntos? Después de una noche con una gran neblina y una pesada tormenta de nieve que había dejado las calles vacías, el Cuerpo había desaparecido. Pocos lo comentaron. La noticia causó mayor euforia cuando se reportó a una persona desaparecida la misma noche. Para trascender, pensé, para eso estamos juntos. Decidí bajar de las alturas, caminar por las calles, ver los ojos de las personas. Hablar con alguna de ellas. No tenía hambre, pero quería comer algo. contratiempo

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