Contratiempo 109 • Noviembre 2013

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contratiempo DIRECTIVA Gerardo Cárdenas, Jochy Herrera, Moira Pujols, Rod Slemmons, Helen Valdez, Ellen Wadey Placey DIRECTORA EJECUTIVA Moira Pujols DIRECTOR EDITORIAL Gerardo Cárdenas DIRECTORA DE ARTE Olivia Liendo CONSEJO EDITORIAL Arturo Richardson, Catalina María Johnson, CHema Skandal!, Febronio Zatarain, Gerardo Cárdenas, Ignacio Guevara, Jochy Herrera, Jorge F. Hernández, Jorge Frisancho, Julio Rangel, Luis Alejandro Ordóñez, Marco Escalante, Marcopolo Soto, Olivia Liendo, Rafael Franco, René Rodríguez Soriano, Rey Emmanuel Andújar, Stephanie Manríquez, Tanya Victoria, Verónica Lucuy Alandia

NOVIEMBRE 2013 • NÚMERO 109

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l número 109 de contratiempo, correspondiente a noviembre de 2013, se mece con fuerza entre los vientos de la poesía y del teatro. De este último, ofrecemos a los lectores un dossier curado por Marcopolo Soto que revisa el estado de la dramaturgia latina en Chicago desde la perspectiva de sus protagonistas: actores, directores, escritores, y que planta con fuerza una idea: el teatro en español en Chicago está vivo y es vibrante, pero esa condición es el resultado de esfuerzos inauditos de sus creadores. Por el lado de la poesía, tres mujeres poetas surgen de tradiciones y orígenes distintos para indagar entre sus raíces y hablarnos con voces claramente identificadas: ellas son Xanath Caraza, nacida en Veracruz y avecindada en Kansas City; Jeannette L. Clariond, poeta, traductora y editora mexicana; y Hamutal BarYosef, poeta, traductora y académica israelí. En el caso de Bar-Yosef, se trata de una primicia para los lectores de contratiempo, por cuanto los seis poemas seleccionados aquí fueron cedidos en exclusiva por Jeannette Clariond, al formar parte de un libro de la editorial

Vaso Roto de próxima aparición. Este ejemplar marca también dos hitos literarios: la sentida muerte del escritor colombiano Álvaro Mutis, cuya prosa y poesía siguen inspirando a nuevas generaciones de escritores; y la adjudicación del Premio Nobel de Literatura a la canadiense Alice Munro, que es un premio no sólo a una de las mejores escritoras del siglo XX, sino toda una celebración del género del cuento, o como a veces se la llama, narrativa breve. Aprovechamos este espacio editorial para anunciar, e invitar a los lectores, a nuestro evento anual de recaudación de fondos que tendrá lugar el 6 de diciembre, de 6 a 10 pm, en el Museo Nacional de Artes Mexicanas en Pilsen. Y anunciamos otra primicia: la presencia en el evento de la escritora, compositora y cantante dominicana Rita Indiana Hernández, una de las voces emergentes más importantes en nuestro idioma. Como broche de oro, una perspectiva sobre la obra del artista español/puertorriqueño José Lerma, que integra nuestra sección Mirada Cómplice. Ojalá sean estos contenidos de su agrado.

FOTOGRAFÍA Arturo Richardson Las opiniones expresadas por los escritores que colaboran en contratiempo no son necesariamente las de la revista, o de la entidad que la publica, contratiempo nfp, una entidad 501 (c)3 sin fines de lucro © contratiempo nfp 1900 South Carpenter, Chicago IL 60608. (312) 427 5450

La portada es una obra original de José María Martínez, pintor mexicano de escenas cotidianas o imposibles. En el dossier también podrán apreciar dos obras suyas, todas pertenecientes a una serie inspirada en el hecho teatral. Martínez pinta lo que le rodea: personas, espacios íntimos y objetos cotidianos. Su trabajo es una poética visual compuesta de realidades múltiples y horizontes amplios, hay drama y nobleza. El artista asistió de 2002 a 2004 al taller del pintor mexicano Arturo Rivera. En el año 2005 el español Antonio López García lo eligió para un taller de pintura en la Universidad Complutense de Madrid. Ha participado en cinco exposiciones individuales. El año pasado formó parte de la colectiva “Sensorial Perspectives”, que se exhibió en Agora Gallery en New York. Su trabajo ha sido seleccionado y galardonado en bienales nacionales e internacioles. Actualmente vive en Real del Monte, México. http://josemamartinezh.blogspot.mx

contratiempo is grateful for the past and present support of The Chicago Community Trust, the Richard Driehaus Foundation, the Field Foundation of Illinois, the Illinois Humanities Council, the Illinois Arts Council, the City of Chicago Department of Cultural Affairs, the International Connections Fund of the MacArthur Foundation and individual, institutional and corporate donors, and the contribution of writers, artists and volunteers who make our work possible

TIEMPO EXTRA

INFORMACIÓN SOBRE LA REVISTA, PUBLICIDAD O SUSCRIPCIONES: info@contratiempo.net ENVÍO DE COLABORACIONES: Gerardo Cárdenas gcardenas@contratiempo.net ENVÍO DE ILUSTRACIONES Y FOTOGRAFÍAS: Olivia Liendo olivialiendo@contratiempo.net VISÍTANOS EN: contratiempo.net issuu.com/contratiempo facebook.com/Contratiempo @revcontratiempo

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Serpiente de primavera Centauro Alcanza la niebla Xanath Caraza

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Mina 1004 Sueño Jeannette L. Clariond 9

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Instrucciones para hacer Mutis Rey Emmanuel Andújar

Gravity: de lo que cae por su propio peso Gerardo Cárdenas Miguel Zenón en el Jazz Showcase: Rutas rítmicas del caribe africano Catalina María Johnson Rita tiene los poderes Rey Emmanuel Andújar

10 Contrafoto

MIRADA CÓMPLICE 12 Los rostros

de José Lerma Luis Alejandro Ordóñez

18 De los barrios

a la escena Marcopolo Soto 19 Los retos del teatro

DOSSIER 14 Esbozo del teatro

en español en Chicago Marcopolo Soto 15 Crónica personal

de las tablas en Chicago Rafael Franco-Steeves

independiente Tanya Victoria 20 Conversación con

Rosario Vargas. Teatro Aguijón: en el umbral del cuarto de siglo Marcopolo Soto

Rafael Franco 6

Alice Munro en su propio mundo Vivian Sánchez

16 Anagnórisis 10 Sincronías

CHema Skandal!

Ignacio Guevara, Gerardo Cárdenas y Rafael Franco

21 DESHORAS

Seis poemas de Hamutal Bar-Yosef


POESÍA

XANATH CARAZA Serpiente de primavera Soy hija de la luz con lágrimas de luciérnagas verdiazules en las mejillas. La espuma de mar sigue mis pasos en la playa, los borra, no deja huella, quiere esconderlos en sus entrañas. El mar me satura de diminutos caracoles y azules cangrejos pero mi cuerpo engaña a la espuma y los deja deslizarse lentamente por cada centímetro de mi bronceada piel dejando un haz de criaturas marinas sobre la arena. Soy hija de la luz y del canto de las aves en la húmeda selva. Llevo la esencia de las flores en el corazón. El canto del cenzontle late en mi vientre, se mezcla con las citlalis en el cielo de la noche. Soy hija de las lenguas perdidas de los fonemas ocultos en la garganta de la selva. No hay caminos que no escuchen mis pasos y en los senderos que aún no he llegado, ya se presienten mis versos. Palabras encadenadas con sílabas de huehuetl. Soy hija de los latidos de congas y teponaxtlis, hija de la luz con el canto del cenzontle atravesado en el pecho. El mar azul me persigue los pasos cada día. Las resplandecientes luciérnagas ya han tatuado sus poemas en mi piel. Mi padre es el tornado que se mezcla con la ensortijada serpiente turquesa de primavera.

Alcanza la niebla Nace de la piedra La mujer inmóvil Con el vientre atravesado De barro rojo Y los senos llenos Incrustado en el alma Lleva un relicario de cabello E hilos de seda Movimiento suave La hace flotar Con palabras rojas Y la luna tatuada en el pecho La mujer de senos llenos Y canciones suaves Alcanza la niebla

Centauro

Centauro que no pide permiso Que llega para reclamar su espacio Halo áureo alrededor del cuerpo que deja su marca Como metal al rojo vivo grabado en la piel Huella disimulada Reflejo en el espejo de centauro enaltecido Que se acerca desde el fondo Que acecha

Xánath Caraza, poeta y narradora. Fue nombrada la autora latina número uno de los diez mejores “nuevos” autores para ver (y leer) en 2013 por LatinoStories.com. Su poemario Conjuro recibió varias distinciones en el 2013 International Latino Book Awards. Ganó el concurso Internacional de Cuento en español de Ediciones Nuevo Espacio en 2003. Originaria de NÚMERO 109

Xalapa, Veracruz, México, ha vivido en Vermont y Kansas City. Tiene una maestría en Lenguas Romances y enseña en la Universidad de Missouri-Kansas City (UMKC). Su próximo poemario, Sílabas de viento, lo publicará Mammoth Publications. Es autora de la colección de cuento Lo que trae la marea/ What the Tide Brings (Mouthfeel Press, 2013)

Jeda Villa Painting Cortesía: Bart Speelman

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POESÍA

Jeannette L. Clariond MINA 1004

SUEÑO

Arder, yo vi a mi abuela arder. Agosto. Chihuahua, 1963. Ella ardió, su fuera y su dentro, ardió en la calle Mina 1004. Vi a mi padre envolverla en una sábana, el colchón ardía; las cortinas, la alfombra, su vestido ennegrecieron. Todo lo recogió. “No hagan ruido, su madre está cansada”. Lo vi de luto esa tarde de agosto con su corbata negra. La recogió. Ceniza y llanto recogió.

Del sueño surge la montaña que parte en dos la sombra. En la cima brilla un signo de aspereza. Nacemos tuertos. Sólo un ojo alcanzará el polo blanco del cielo. El resto arderá entre las ramas secas: la madre, la cicatriz, la cordura. La herida ha tomado el rostro de la piedra.

El humo de la abuela en el zaguán, las tías sorbiendo, ásperos, los grumos del café. Había que borrar lo oscuro que dolía, disolver la sal, el llanto, abrazarse, sofocar el temblor del viaje, escuchar a Paul Anka, por ejemplo, a falta de pulso rayar el disco de 45 revoluciones por minuto.

El cuerpo hecho de sangre y arena ha cedido al alumbramiento. Cuarto de hospital: asciende la noche entre luciérnagas. La mitad de la luna alumbra la mitad del rostro. Hay un largo pliegue de oscuridad de donde brota el sueño colmando el vacío. Ese ojo será tu reino.

Por instantes vivía, por instantes todo fue púrpura: la mujer, el cansancio, las frondas de los álamos. Después el vidrio, el vidrio en el cedro, el rostro quemado bajo el humo. También mi madre ardió. En lágrimas su sonrisa apagada: “Arréglame el pelo, me dijo, déjame salir a ver si ya está seca la ropa”. Tuve miedo. De que sus pasos lentos no volvieran, de la tersura de la hoja, del sigiloso carcomer, del reseco peso de la hiedra, ya sin muro, del florero en la cocina, sin flores. De ese cuarto ciego con su muerte tuve miedo. De mí misma y el filtrarse del viento que se llevaba el polvo de los sicomoros.

Ilustración cortesía: Abode of Chaos

Jeannette Clariond es poeta, traductora y editora mexicana. Es autora de una decena de poemarios, el más reciente de los cuales, Cuaderno de Chihuahua (Fondo de Cultura Económica, México, 2013) presentó recientemente en Chicago y del cual se extrajeron estos poemas. Como traductora, ha traducido a poetas como Alda Merini, Primo Leví, Charles Wright o W. S. Merwin. Como editora, fundó y dirige Vaso Roto Ediciones, una de las pocas editoriales en español dedicada exclusivamente a la difusión de la poesía

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CRÍTICA

Instrucciones para hacer Mutis Rey Emmanuel Andújar

A Jon Cabrera, por la reciprocidad Que le den mejor trato a los muertos Juan Goytisolo

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l barrio lo confirma cada vez: hay que andarse con cautela en los regresos. Al principio creí que era algo de la inmadurez, carne de tiempo ingenuo. Pero con el corazón más alerta me doy cuenta que no. Cuando la gente dice, Preferiría no recordar nada, no tener memoria, vivir sin memoria… no está pidiendo algo descabellado, pero ojo con lo que se desea. Con el reproche y la sonrisa doblada por la mentira puedo bregar. Pero las veces que he querido no tener memoria, es simplemente para leer ciertos libros. Hay textos que merecen el que uno aspire a ese deseo tan ominoso. Encabezando el inventario de mi imposible se encuentran las escrituras que hacen de Maqroll el Gaviero un inmortal. Recibí un primer libro, La nieve del almirante, como regalo. El lugar era Santo Domingo. Un gran amigo y su novia se despedían y adelantaban mi cumpleaños. Me iba para Curazao por un tiempo largo, escapando en cierta forma de las responsabilidades (universidad y trabajo) que se erguían ahí delante como un bosque maloliente. La dedicatoria había sido tomada del mismo libro y hablaba del temple y el estilo calmo que debe mantener el corazón aventurero. A los seis años pisé por vez primera un aeropuerto y descubrí mi instinto vagabundo. Con esa reminiscencia despedí a los amigos en la librería y devoré aquello de pie entre varios cafés con leche. Así me hice discípulo del Gaviero. Así me declaro discípulo del error y la herida. De lo anterior hace siglos. Recién he conversado con ese amigo y se me fue reiterada la alegría. Esto en definitiva tiene todo que ver con mis raíces: una exageración como Maqroll añade al extrañamiento que es la realidad. Hay lecturas que se exceden en la verdad de quien lee. En los años de la furia del vodka, luego de agotar todo lo relacionado con este personaje (hasta la Summa de Maqroll el Gaviero y Caravansari) encontré en la ya mitológica librería Lectorum de Nueva York las Cartas de Álvaro Mutis a Elena Poniatowska. En el texto que precede al epistolario, Elenita compone la figura de un huracán intelectual que enamora condesas y recita a Neruda mejor que el mismo Neruda. Dice la escritora, “Al margen de la mentira, Álvaro Mutis llegó a México el 24 de octubre de 1956 […] En Bogotá se le había acabado el

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mundo. Acusado de fraude por la Standard Oil, la Esso, tuvo que dejar esposa, Mireya Durán; hijos […] hermanos, familia, amigos, TODO”. Allí, precisa bajo esta cita, hay una foto del Mutis joven con un pie de página que reza, “Maqroll el Gaviero”. Ahora me río, y es que me parece tan febril aquella pifia: yo, que no había visto fotos de Mutis cuando joven, me creo que es en realidad Maqroll y me digo Wao, yo que todo este tiempo estuve leyendo estas historias creyendo que eran embuste y me doy cuenta de que Maqroll existe. Claro, al poco tiempo el amigo me sacó de la duda y se elevó en la carcajada pero me recuerdo perplejo, de golpe entre la sorpresa de lo obvio; de nuevo la ingenuidad del corazón siempre adolescente. Aquello que me salva. De todas maneras quedé un poco decepcionado, ya que me había hecho la idea que la ficción era la realidad y viceversa. Pobre chico. No tenía cómo imaginarme que la vida es larga como un soplo y que estas malas jugadas se repetirían de manera infinita. Luego de un fracaso curazoleño regresé a Santo Domingo. Repito ahora que esa ciudad no le perdona al hijo pródigo que regrese más roto que antes del viaje. Así estuve en una suerte limbo capitalino, sufriendo el calor y los mosquitos y los apagones. Entretenía la desolación bebiendo un ron llamado Caradegato, fumando Nacional y releyendo y anotando cosas en mis libros del Gaviero. Empecé a leer a Álvaro desde el punto de vista de Adbul Bashur. Ahora reconozco la contentura: pensar Wao, cómo me salvé de aquella monga: por monga entiéndase la hartera, la abulia y las inseguridades, la ignorancia, la falsa valentía del joven poeta. Me podré haber molestado, o decepcionado en alguna ocasión de aquel muchacho triste y mentiroso pero le agradezco tanto el que se haya puesto a jugar con una magia llamada escritura y despertara al monstro que nos azota y añoña, todo al mismo tiempo. La dicción contraria. Por eso Mutis escribió de Bashur. Era necesario balancear al peligro que es Maqroll el Gaviero. Nadie tan certero en el riesgo como él. Con el deceso de Benedetti todo empezó a cambiar de manera drástica: se me fue Mercedes Sosa, se me fue Chavela Vargas, se nos fue Amy Winehouse. Esta vez el silencio se extiende como un antílope. Un silencio incómodo y a la vez sereno, en la misma contradicción entre lo que se desea y lo que se escribe. Ahora Álvaro, más abandonado que nunca, se incorpora a esta calma que no deja de latir. Es con ese pulsar que nos armamos de valor para lanzarnos al regreso y encontrarnos con muchachos

que dedicaban libros con notas así, Me dio un gusto inmenso encontrarme con la verdad de un viejo amigo, un amigo de ambos, Álvaro Mutis. Te lo entrego con una patadita de Pessoa: Soy el suburbio de un pueblo inexistente, el comentario prolijo en un libro nunca escrito. Es una mala traducción de una traducción, The Book of The Disquiet. Santiago de los treinta caballeros 2004. La suerte es que estoy equivocado, ya que no es necesario perder la memoria para gozarnos en la relectura. Ya lo decía aquel mago ciego y argentino que se nos fue mucho antes: Cada regreso es distinto. En cada regreso somos otro. Me detengo aquí. No me detengo. Se lo dejo todo al silencio y desde mi propio andar contemplo, soy partícipe de cada uno de los mejores regresos del Gaviero.

Rey Emmanuel Andújar, escritor dominicano, es integrante del consejo editorial de contratiempo contratiempo

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CRÍTICA

Alice Munro en su propio mundo Vivian Sánchez “Se llega a tener estilo (literario) solo con un esfuerzo atroz, y con una obstinación fanática y devota”. Gustav Flaubert

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ecretos de Alice Munro para ganar el premio Nobel de Literatura y muchos otros premios más: 1.- Si eres escritor(a) elige un género literario (cuento corto, novela, ciencia ficción, microcuento, dramaturgia, etc.), recuerda: sólo uno, porque dedicarás a él todo tu tiempo y energía en cuerpo y alma. 2.- Si eres escritora, elige ser mujer soltera o mujer casada, o bien, opta por ser ambas. 3.- Conoce cada detalle a la perfección del lugar donde se desarrolla la trama. Sé capaz de ver lo sublime en lo ordinario. 4.- Si optas por seguir la propuesta burguesa de Gustav Flaubert, lleva una vida tranquila y al escribir podrás canalizar todo el desenfreno, la violencia y locura que en la vida real es inexistente. Si tu vida es todo lo contrario a la burguesa y más parecida a la de un rock star, no importa: canaliza y escribe. 6.- Una vez que logres escribir tu primer libro mantén una relación honesta e impecable con tu editor; sigue tanto a tu intuición como a tus corazonadas, no tengas miedo de romper con el proceso y orden de la editorial cuando tu libro se encuentre en la fase de revisión y edición. Atente a las consecuencias de pagar una multa por alterar el orden y recibe la sorpresa de que por esos cambios de último minuto tu libro es ganador de un prestigioso premio literario. 7.- Conoce todo lo posible de tus orígenes raciales y culturales, desde los primeros indicios de tu apellido por medio de un árbol genealógico, fotos, documentos, etc. Entrevista inesperadamente a tus abuelos o bisabuelos para que te proporcionen datos curiosos, te hablen de parientes extraños, de pueblos y ranchos natales, oficios, y cualquier pieza de información que te permita llegar al primer eslabón de tu linaje. Husmea entre cajones, álbumes de fotos, joyeros; puede que descubras cartas de amor ilícito, entre otras cosas. 8.- Nunca dejes de escribir y producir libro tras libro. 9.- Mantén la humildad (como virtud mayor) y los pies en la tierra, antes, durante y después de la fama y éxito literario.

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Para que un día, sin egoísmo ni soberbia decidas retirar tu manuscrito o libro de la competencia (en la que has ganado por dos años consecutivos), y dejes abierto el lugar para un nuevo talento literario. 10.- Cuando te encuentres en una ceremonia de entrega de galardones literarios y tu editor esté sentado al lado, al escuchar tu nombre como ganador, no confundas el evento con la entrega de premios Oscar. No es necesario besar en la boca a tu editor, ni darle arrumacos al vecino; también lágrimas y discursos pueden ser evitados si le pides cordialmente a tu editor que suba al podio y recoja el premio en tu representación. 11.- No recibas periodistas en tu hogar; elige un sitio muy particular (quizá en otra ciudad). Procura que tus vecinos sean tus guardaespaldas sin paga (dales de obsequio libros autografiados y pastelillos hechos en casa), para que te protejan de extraños husmeando en tu ventana o robando ropa interior de tu tendedero. 12.- Absténte de tener enemigos imaginarios, literarios y reales. El pasado 10 de octubre, Alice Munro, la eminente y magnífica escritora de cuentos canadiense, que ha redefinido el género del cuento breve, tomó al mundo entero por sorpresa empezando por ella misma. Eran las cuatro de la mañana en Clinton, Ontario, cuando el segundo timbre del teléfono la despertó; no culminaba el tercer timbre cuando levantó el auricular, era su hija, con la maravillosa noticia de que en Suecia se acababa de anunciar oficialmente que Alice Munro era la ganadora del Premio Nobel de Literatura. Su marido Gerry, que dormía a su lado, despertaba lentamente, pero el grito de conmoción de Alice lo hizo sentarse en la cama. Sólo que la cama y la ciudad en la que Alice dormía no eran suyas. Estaba de visita en casa de una de sus tres hijas en Victoria, Columbia Británica, quien esa madrugada, a esa hora precisa, tocó de manera sutil y breve pero firme la puerta de la habitación. Uno de los obsequios que brinda la vejez es el insomnio recio, que implica una resistencia física (casi lucha) a sumergirse y quedar absorto en el sueño. Alice despertó inmediatamente o quizá no estaba dormida, y su hija sosteniendo el puño cerrado a un pelo de distancia de la puerta desistió de volver a tocarla y sonrió cuando a los segundos escuchó la voz temblorosa y ronca de su madre de 82 años.

¿Quién es Alice Munro? Alice, su nombre, y su obra literaria hacen para mí alusión al clásico de Lewis Carroll: Alicia en el país de las maravillas. Mientras más investigo y leo sus cuentos, su biografía, con mayor vehemencia lo voy confirmando. Alice a los siete años decretó al universo que su sueño era ser escritora. Empezó a escribir a los veinte años, es decir tiene 62 años escribiendo. Su obra es estudiada, aplaudida y reconocida en universidades alrededor del mundo, es materia de elogios por parte de críticos y estudiosos. Sorprendentemente su trabajo nunca deja de cambiar. Posee un lirismo visionario, un estilo paradójico, de alegorías y alusiones; posee la maestría de revelar los enredos del alma humana, sus sentimientos, psique y contradicciones, así como mostrar el insoportable juego de azar que juega nuestra memoria. Para quien no la ha leído, les comparto un secreto: hay una Alice tremendamente erótica. Como la foto que Lewis Carroll tomó de la niña de carne y hueso Alice, mientras dormía en un diván, imagen de sutil e imperdonable deseo y voyeurismo, entre escritor y musa. La Munro libera a sus heroínas en el territorio sexual, y ellas corren sin mirar atrás como caballos salvajes hasta los límites; una que otra se detiene y otras se desportillan. Erotismo y férrea postura de revelar la frágil y cruel diferencia de géneros, son dos constantes en la obra munroniana. Alice juega muy bien el juego de escribir cuentos en el modus operandi de “autobiográfico en forma”. Sus personajes quedan inmortalizados, y estos son simples y sencillos habitantes de pequeños pueblos canadienses. También se da el lujo de crear personajes que son ávidos lectores o bibliotecarios. Sus narradores pueden ser hombres o mujeres de cualquier edad y temperamento, o bien, puede ser un narrador omnisciente. La falta de argumento y/o trama, escrito con supremacía, entre otros elementos narrativos, le ha merecido ser comparada con Chejov, Flaubert, y otros escritores magníficos. El fino crítico literario canadiense Philip Marchand dijo en 2009, a propósito de una reseña del libro Too much happiness, acerca de la importancia de ser Alice Munro: “Si Alice Munro nunca hubiera existido, parte del alma de Canadá habría quedado desarticulada, olvidada, sumergida...”. Vivian Sánchez (Mexicali, México), es escritora freelance de ficción, poesía y ensayo

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CINE

Gravity: de lo que cae por su propio peso Gerardo Cárdenas

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mpulsada desde ya por el poderoso aparato publicitario de Hollywood como firme candidata a varios Óscares, reforzada por un reparto estelar, un fotógrafo de excepción y un director de carrera ascendente, Gravity es una excelente producción cinematográfica. Pero más allá de la belleza y espectacularidad de su fotografía, y de la precisión de sus efectos, la cinta nos presenta una historia hueca, banal y predecible que, víctima de la propia ley de la gravedad que inspiró su título, cae por su propio peso hacia la Tierra. Gravity es el tercer largometraje hollywoodense de Alfonso Cuarón (Ciudad de México, 1961). Previamente había dirigido una de las entregas de la serie de Harry Potter y Children of Men. Luego de siete años de no dirigir un proyecto de esta magnitud, Cuarón regresa a Hollywood con su hijo Jonás como co-guionista de Gravity. El cartel de candidata a los Óscares no sólo viene por el lado de los efectos, o de la extraordinaria fotografía del también mexicano Emmanuel Lubezki, sino por el protagonismo de Sandra Bullock y George Clooney. La crítica ha allanado el camino a Cuarón con un despliegue de alabanzas y citas citables. Visto lo flojo de la cartelera otoñal, y a menos que la segunda entrega de El Hobbit sea insuperable, es factible que Gravity sea un firme candidato a varias estatuillas. Una vez más, Hollywood nos muestra que su producto son hermosas envolturas de caramelos, rellenas de aire. Mi problema con Gravity tiene dos vertientes: el pésimo trabajo de sus actores, y el guión. Comienzo por los protagonistas. Nada debería sorprenderme a estas alturas de Sandra Bullock quien como actriz tiene dos registros: el bobo y el sensiblero. En Gravity exhibe ambos en proporciones nauseabundas. El papel de Bullock – la doctora Ryan Stone, ingeniera a bordo de la lanzadera Explorer – había sido pensado originalmente para Angelina Jolie. Otras candidatas, que finalmente no aceptaron el papel, incluyen a Marion Cotillard, Scarlett Johansson y Natalie Portman. Bullock es desesperante en su incapacidad de dar vida a un personaje que, según el guión, debía ser mucho más complejo. Bullock no lo entiende, no lo capta, y opta por trastabillar de una escena a otra. Sus mejores escenas son aquellas donde no habla. De Clooney, esperaba otra cosa. Pero Clooney, a veces te da personajes como Ulysses McGill de O Brother Where Art Thou?, o Michael Clayton, y a veces te da su versión de Batman o de Danny Ocean. En Gravity, donde interpreta al astronauta Matt Kowalski, Clooney opta por

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la bufonería. El resultado es deplorable, y la total ausencia de empatía o química con Bullock (no hay otros actores, salvo la voz de Ed Harris) hacen que el tiempo que pasan juntos en pantalla se vuelva interminable. Pero el mayor problema de Gravity ni siquiera es la incompetencia de sus actores. El argumento, que visita el muy manido tema de la excelencia humana en situaciones de total adversidad, tiene tantos poros y fisuras que se convierte en una esponja que arroja agua por todas partes. Toda cinta que se aventura en el terreno de la ciencia ficción tiene que superar una prueba definitiva, la de la verosimilitud. La historia puede ser increíble, pero debe, a toda costa, ser verosímil. En otras palabras, debe tener tal solidez interna en su argumento, que su presentación externa supere todas las dudas de si es factible o no. Blade Runner, por poner una, lo consigue; Prometheus, por poner otra, fracasa. En Gravity, un evento desastroso que pone a dos astronautas – Bullock y Clooney – en el extremo mismo de la supervivencia en el espacio exterior, es seguido por una cadena de crisis. Si esto fuese verosímil, toda credibilidad se pierde cuando el nudo argumental se revela: no importa cuántas cosas malas pasen, es la

invencibilidad del espíritu humano, su inagotable capacidad de inventiva pese a las brutales probabilidades de una muerte inminente, y la entereza de quien no está dispuesto a renunciar bajo ningún concepto, lo que al final se impone. El espectador es tratado –manipulado—como pelota de ping pong en nombre de ese superhombre (o, en este caso supermujer) que, para mayor cachondeo, resurge triunfante del mar, como una posmoderna Venus o, por ser más coherentes con el espíritu científico de su personaje, como un triunfo de la evolución, dado que a final de cuentas para triunfar como especie los antecesores de los humanos surgieron de las aguas. Algo hay de cierto en este mazacote intragable que nos trata de empujar Hollywood por la garganta: la gravedad es el factor que finalmente hace descender a la Tierra a la cápsula de la triunfante Doctora Stone. Nada escapa a la ley de la gravedad. Y será la gravedad la que haga colapsar como costal de papas al torpe, simplista y hueco argumento de Gravity.

Gerardo Cárdenas, escritor y periodista mexicano, es director editorial de contratiempo contratiempo

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Gravity por Alfonso Cuarón


MÚSICA

MIGUEL ZENÓN EN EL JAZZ SHOWCASE

Rutas rítmicas del caribe africano Catalina María Johnson

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ada visita que nos hace Miguel Zenón a Chicago da toda una lección en lo que significa un jazz del siglo XXI, creado por un ciudadano del mundo latino. A lo largo de la década actual, el joven saxofonista puertorriqueño ‘genio’ (premiado en el 2008, a los 27 años, con el MacArthur y el Guggenheim el mismo año, nominado repetidamente a los premios Grammy y Grammy Latino) ha creado jazz desde una perspectiva que es sumamente clásica, completamente latina y a la vez totalmente de vanguardia. A través de cuartetos integrados por extraordinarios músicos en su mayoría puertorriqueños, Zenón ha ido explorando el panorama rítmico de su tierra natal. Sus creaciones musicales son como plantas bellas y extrañas que jamás se han visto, el florecer de un jazz intelectual y complejo de sorpresivas texturas que se alimenta de las raíces rítmicas de Puerto Rico y el Caribe. Zenón ha documentado sus exploraciones musicales en una serie de grabaciones, registro y recuerdo de sus viajes musicales. La primera de este tipo de grabaciones la centró en las estructuras criollas de la música jíbara del campesino de su tierra (Jíbaro, Marsalis Music, 2005), otra la dedicó a construir y deconstruir a partir de la energía percusiva y vocal de la plena (Esta Plena, Marsalis Music, 2009), y en el tercer álbum que parte de pilares musicales puertorriqueños, los protagonistas fueron cinco compositores de clásicos boleros (Alma Adentro, Marsalis Music, 2011). Sin embargo, a pesar de hacer referencia a géneros populares, ninguna de sus grabaciones cae en lugares comunes ni la inteligencia musical que estructura cada composición interfiere alguna vez con el libre vuelo de la improvisación. En su última visita al Jazz Showcase, trajo en gira por primera vez los participantes en su más reciente y octavo CD, una grabación en vivo titulada, Oye!!! Live In Puerto Rico, con el conjunto llamado “The Rhythm Collective”. Lo acompañaron tres magníficos músicos puertorriqueños: Reinaldo de Jesús en percusión, Tony Escapa en la batería y Aldemar Valentín en el bajo eléctrico, miembros del conjunto fue fundado en el 2003 con el propósito de hacer una gira de África occidental patrocinada por el Departamento de Estado. Comenta Zenón en entrevistas que toda la música del álbum fue concebida o inspirada en precisamente esa experiencia. En los sets incorporaron varias canciones de dicha grabación y algunas otras ancladas en los solos magistrales de Zenón. El cuarteto iba armando un diálogo continuo, que a momentos se acaloraba y en otros se distanciaban los

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participantes, para luego regresar a territorios comunes. Hablaban los músicos en lenguas varias del pasado y del futuro, reencuentros con el nigeriano Fela Kuti y a la vez el afroamericano Charlie Parker, cuya foto enorme figura en el telón de fondo del escenario. A la par, el percusionista Reinaldo de Jesús añadía un sin fin de voces únicas a la conversación con instrumentos de percusión que incluyen guajes y maracas coleccionadas del viaje africano. Además de material original, tocaron varios covers extraordinarios, como las versiones de “Oye Como Va” de Tito Puente, y dos canciones de Silvio Rodriguez, “El Necio” y “Aceitunas”. Las melodías y los ritmos aún de estas canciones sumamente conocidas se iban lentamente distorsionando en las sucesivas exploraciones rítmicas del cuarteto--se volvían de alguna manera canciones completamente diferentes y a la vez íntimamente atadas a las versiones originales. Al reconocer lo que se había logrado con tal maestria, el público respondió con un gran entusiasmo eufórico, casi incrédulo. Sin piano ni guitarra, el énfasis se centró en el ritmo de los tambores y la percusión. Sin embargo, la musicalidad del saxofón de Zenón no dejó nunca de contar historias. Narraba de un pueblo viajero que se adapta a nuevas circunstancias, sin perder vista del carácter único ni de su identidad; se regodeaba en ritmos conocidos que aventuran nuevos territorios y en la manera en que las líneas del ritmo cual lazos del destino, convergen repetidamente a impulsarnos al futuro. Definitivamente en manos de un maestro, historias que siempre tienen final feliz.

Fotografía: Catalina María Johnson

Catalina María Johnson es miembro del consejo editorial de contratiempo, escritora y locutora/productora de Beat Latino (www.beatlatino.com), programación radial para estaciones de radio pública desde México, D.F. a Berlín

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TIEMPO DE SOBRA

Foto cortesía: Rita Indiana Hernández

Rita tiene los poderes Rey Emmanuel Andújar

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e la Rita supe por los tiempos de la secundaria, en donde la mayoría de los autores estaban muertos y seguían muriendo condensados en compendios y repetidos por maestros mal pagados. En la revista Vetas encontré unos poemas que para mi sorpresa eran los mismos de la muchacha altísima que vi más de una vez por la calle el Conde jangueando o comiéndose el mundo con el grupo de la gente cool. Santo Domingo es un pañuelo de mocos, así que fue inevitable encontrarme con sus performances, como aquel de Ciencia succión que nos dejó estremecidos, conscientes de que en definitiva algo cambiaba en nosotros, en el entorno. La fuerza de Rita Indiana radica en la capacidad de hacer rayas en la arena. Es una artista que marca varios antes y después. Para inaugurar el nuevo siglo la desaparecida revista Listín 2000 presentó una lista de la Generación X dominicana: un grupo de jóvenes que revolucionarían sus respectivos NÚMERO 109

campos de acción. Rita estaba allí y aquello no era casualidad. Para finales de los noventa la literatura dominicana se acercaba a un momento de cambio. Con la llegada de La estrategia de Chochueca se ponen en duda los postulados de lo que se tiene por ejercicio literario. Esta primera novela interesa tanto a la academia como a la crítica allende la mediaisla. Lo anterior genera un interés inaudito sobre otros escritores y produce un intercambio fructífero, ya que gracias a este momento editorial se acercaron a Dominicana escritores como el puertorriqueño Pedro Cabiya. Aunque nuestros orígenes son sumamente dispares, la literatura nos ha acercado en una forma física y metafórica. He tenido la suerte de leer su trabajo y ser testigo de sus procesos. Hernández es una artista de talento meteórico y esto ha quedado demostrado con su escritura, con lo que la crítica ha dicho de la misma, con su labor como artista conceptual y recién, con el huracán batatero que armó con sus pro-

yectos musicales Miti Miti y Los misterios. Con esta pequeña nota siento que muchas cosas empiezan a caer en su lugar. La visita de Rita Indiana a Chicago es más que pertinente, sobre todo que recién ha publicado novela nueva. Me alegra (y para ello hay tanto motivo que abruma) dar la bienvenida a la Montra a nuestra gran fiesta-fundraiser. Acompáñenos a compartir con esta gran escritora, quien nos visita con su libro Nombres y animales, publicado por la Editorial Periférica. Dale Rita, que en tu reloj sea siempre La hora de volvé. (N. del E: Rita Indiana Hernández es la artista invitada del evento anual de recaudación de fondos que organiza contratiempo el 6 de diciembre en el Museo Nacional de Artes Mexicanas, 1852 W. 19th Street, en Pilsen, de 6:00 a 10:00 pm). Rey Emmanuel Andújar, escritor dominicano, es miembro del consejo editorial de contratiempo contratiempo

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CONTRAFOTO / SINCRONÍAS

CONTRAFOTO

Rafael Franco

CHema Skandal!

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- www.chemaskandal.com

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EDICIONES VOCESUELTAS EDICIONES

VOCESUELTAS

Información: info@contratiempo.net

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Tantos recorridos, tantas historias de inmigración que encuentran en común una sola cosa: el idioma español. contratiempo ha creado Ediciones Vocesueltas para diseminar y promover la literatura escrita en español en Chicago. Estos proyectos de publicación conjunta con los autores han dado frutos desde el 2007, habiéndose publicado seis libros a la fecha. Debemos un agradecimiento especial a los autores publicados en Vocesueltas, cuyo ímpetu, talento y generosidad han hecho posible el establecimiento de este sello editorial.

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01 A veces llovía en Chicago. Por: Gerardo Cárdenas Precio US$12.95. 1a. edición (Marzo, 2011) . En español. ISBN: 978-09800042-67

03 Extrasístoles (y otros accidentes). Por: Jochy Herrera

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02 En la 18 a la 1. Por: Escritores de contratiempo en Chicago Precio US$14.99. 1a. edición (Septiembre, 2010). En español. ISBN: 978-09800042-5-0

Precio: US$ 19.99. 1ª. Edición (abril, 2009). En español. ISBN-13: 978-0-9800042-3-6

04 Jaleos y denuncias. Por: Stanislaw Jaroszek

05 Desarraigos: Cuatro poetas latinoamericanos en Chicago. Por: Jorge Hernández, Febronio Zatarain, Juana Iris Goergen y León Leiva Gallardo

06 Vocesueltas: Cuatro cuentistas de Chicago. Por: Raúl Dorantes, Bernardo Navia, Fernando Olszanski y om Ulloa

Precio: US$ 15. 1ª. Edición (mayo, 2008). En español. ISBN-13: 978-0-980004212

contratiempo busca voluntarios Escritores, correctores, fotógrafos, diseñadores, administrativos, distribuidores, coordinadores de eventos, agentes de ventas, artistas en general

Para mayor información comuníquese con nosotros: info@contratiempo.net

Precio: US$14. 1a. edición (Abril, 2010). En español. ISBN: 978-098000424-3

Precio: US$ 15. 1ª. Edición (agosto, 2007). En español. ISBN-13: 978-0-980004205

TALLER DE CREACIÓN LITERARIA DÓNDE: 1900 South Carpenter, Chicago IL 60608.

1900 South Carpenter, Chicago IL 60608. Teléfono 312 427 5450

CUÁNTO: Gratuito. CUÁNDO: Dos domingos por mes a la 1 pm. INFORMACIÓN: (312) 427 5450 info@contratiempo.net


MIRADA CÓMPLICE

Los rostros de José Lerma 12 | contratiempo

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MIRADA CÓMPLICE

Luis Alejandro Ordóñez

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a reacción natural es caminar hacia la pared. Entonces, el guardia de la sala dará la voz de alto y si no está muy cansado o demasiado aburrido para que le interese, te señalará los forros plásticos para los zapatos. Es que la alfombra es una obra de arte también, aunque haya que pisarla para acercarse a las otras. Así es la exposición de José Lerma que en la galería BMO Harris Bank del Museo de Arte Contemporáneo de Chicago se presenta hasta el mes de diciembre. Lerma nació en España, se crió en Puerto Rico y ahora vive entre Chicago y Nueva York. Por más de una década se ha dedicado en exclusiva a la pintura, luego de trabajar también con instalaciones, video y fotografía. Él describe a sus obras como pinturas sobre la pintura, en el doble sentido de la experimentación que realiza con materiales y el homenaje a estilos, épocas y temas que siempre hay presente en sus creaciones. De hecho, las obras que conforman la muestra en el MCA de Chicago están inspiradas por el artista del siglo XVIII Pietro Antonio Martini y su famoso cuadro La exhibición en el Salón del Louvre en 1787. Lerma toma los rostros de Martini y reelabora a partir de ellos, creando una pieza saturada, un nuevo tipo de “audiencia”, como dice en la nota de prensa del MCA,

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con un resultado tan contemporáneo que nos hace pensar que el salón de arte se convirtió en una especie de concierto masivo en un estadio. La alfombra que el guardia de la galería se esfuerza tanto para que sólo sea pisada con las zapatillas de cirujano especialmente preparadas para la ocasión, es también un homenaje, aunque un tanto más irónico, pues la pintura que contiene es el retrato de los artífices de la fusión entre instituciones bancarias que dio origen al BMO Harris Bank, patrocinador de la galería y de la exhibición. En una obra que es difícil ver en su totalidad debido a la perspectiva de la sala y que se ve mejor desde la emblemática escalera de la sede del MCA, la alfombra que abarca todo el piso de la galería contiene dos rostros que parecen fundirse, en una obra titulada Portrait of Norman & John (“Retrato de Norman y John”). Nacido en 1971, Lerma ha tenido exhibiciones en solitario desde 2004, incluyendo galerías de Nueva York, Venecia, Seúl, Berlín, Madrid, Dallas y San Juan. No es la primera vez que su trabajo se exhibe en Chicago, pero sí la primera que el MCA le abre sus espacios.

Instalación, BMO Harris Bank Chicago José Lerma, MCA Chicago, 2 de julio - 3 de diciembre, 2013. Foto: Nathan Keay, © MCA Chicago.

Luis Alejandro Ordóñez es escritor, miembro del consejo editorial de contratiempo. Su oficina está en www.laoficinadeluis.com contratiempo

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DOSSIER

Anagnórisis Mito, persona, pensamiento, léxico, melopeya, espectáculo –los seis elementos de la tragedia aristotélica que desembocan en la catarsis. En la tragedia, se vive la peripecia, el paso de un punto de normalidad a uno de sobresalto; este paso es también una anagnórisis, un reconocimiento, o por ponerlo en términos algo más contemporáneos, una epifanía. El teatro alumbra el reconocimiento, pero también lo representa: la acción ocurre una y

otra vez ante los ojos del espectador. El reconocimiento está en la representación misma, pero también la contemplación. En el teatro latino de Chicago agreguemos un elemento: batalla. Batalla por sobrevivir sin dinero; batalla por imponer el español al inglés; batalla por no claudicar en el proyecto. Anagnórisis del teatro como liberación. Gerardo Cárdenas

Fotografía: Ignacio Guevara

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DOSSIER

Fotografías: Arriba de izq. a der.: Ignacio Guevara Rafael Franco Ignacio Guevara Abajo: Rafael Franco

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De los barrios a la escena Marcopolo Soto

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arente de mucho, excepto de talento y entusiasmo, el teatro en español permanece en los barrios de Chicago. Algunos le llaman comunitario, otros independiente; lo cierto es que es teatro hecho con esfuerzo y que no goza de grandes producciones; tampoco refleja el sentido de una comunidad, ni se adjudica un ideal, ni practica una técnica preestablecida o fija para representarse. Es decir, representa una expresión, un idioma, una idea filosófica de quien logra hacerlo suyo, desde aquellos que lo representan hasta aquellos que lo observan; es parte de uno mismo. Está de más mencionarlo pero quienes producen estas obras, estos colectivos que aparecen y desaparecen, no cuentan con grandes cantidades de dinero, ni con el apoyo de alguna institución cultural o educativa, aunque bien sean los representante más dignos del español. Tampoco cuentan con gente que esté totalmente dedicada en un cien por ciento a este oficio. Los participantes rigen sus horarios alrededor de sus empleos formales o informales. Y tomando esto en consideración, como participantes y cercanos, nos corresponde aceptar nuestras limitaciones y a partir de éstas, prestarse al aprendizaje y apoyarlo en toda su extensión. Como participante del teatro en español me he dado cuenta que los elementos para seguir produciéndolo existen, aunque hacerlo requiera de un esfuerzo descomunal; requiere, también, de cierta tenacidad para conseguir los fondos para producirlo –son muy pocos los colectivos que obtienen dinero para invertir en él. Es a través de una tercera institución que se logra, y si bien pueda existir tal ayuda, ésta es tan limitada como para poder subsistir completamente del teatro sin necesidad de tener voluntarios, donaciones y apoyos. Estas condiciones redundan en la calidad del espectáculo. Sin embargo, existen quienes lo hacen sin compensación alguna; en muchos casos, pese a las condiciones estructurales, son también quienes logran mayor calidad y mayor compromiso. Sin duda en Chicago existen el talento, y sobre todo los artistas; también existen los establecimientos para presentar los trabajos. Han mejorado las vías de difusión, fomento e inversión en publicidad. Lo que no ha cambiado es la humildad del trabajo y del hacer artístico, más allá de la recompensa material. Quizás porque aprendí que esa caja negra, ese escenario, merecía todo mi respeto fue que decidí tomar un descanso y no buscar otras oportunidades. Aunque nunca se deje de trabajar, porque aún con la aceptación del público y sus aplausos, una vez acabada la función te queda la sensación de que pudiste haberlo hecho mucho mejor; el teatro te da esa posibilidad, te otorga la interminable sensación de que

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habiéndolo dado todo, aún pudiste haber dado algo más. Lo triste es que para saciar esa posibilidad por completo haga falta comenzar una temporada más. Y aunque no se puede hablar de talento y de estética sin antes enfocarnos en la disciplina y el compromiso, habría que ver por qué nos invitan a exponer las ideas de los demás. ¿Es acaso la certeza de que podemos llevar a cabo un trabajo? ¿O es que pueden confiar en tu nivel de compromiso? El teatro en español, y en esencia, el teatro de esfuerzo, requiere de carácter y compromiso. Requiere de la seriedad de aquellos que no se dejan llevar por algunos aplausos–que si bien son merecidos–, son sólo la gratificación de un trabajo. En alguna ocasión le pregunté a un amigo sobre mi participación en una obra. Me respondió de manera pronta y despectiva, tan despectiva que lo desconocí, pero el escucharlo me habló mucho de su estado emocional en ese momento. Al día siguiente me dan una mención en el Chicago Reader. ¿A quién hacerle caso? Opté por no dejar que ninguno de los dos obstruyera mi cabeza; a final de cuentas, hasta los más conocedores tienen días malos. Quiero decir con esto que aún no tenemos una crítica objetiva. En la mayoría de los casos, nuestra crítica es de camiseta. Aunque hay algunos que comienzan a estudiar un poco, a leer un poco más, a ver más teatro, para seguir analizando textos, y obras, y aunque el conocimiento no diluya al favoritismo, por lo menos puede fundamentar una opinión casi neutra, intentando ser objetiva. El teatro es un grito que se acumula, que vive y espera el despertar de quién quiera participar en él. Al dramaturgo lo trae imaginando cosas mientras anda en el súper; al actor lo trae distraído por las calles, imaginándose movimientos, acciones, diciendo mil veces una línea de distinta manera y con distintas tonalidades, memorizando textos de dos o tres minutos con tal de obtener un papel de treinta segundos. Viviendo pues, un sueño con la ilusión de obtener un protagónico. El teatro no envejece: respira y vive, evoluciona, pero no envejece. Así como los personajes dentro de los actores; ni los actores son los mismos de una noche a otra, ni los espectadores te dan el mismo feeling, porque hay que entender que el espectador también cuenta, ya que forma parte de esa acumulación de energía que se da en ese espacio físico. Además, que mayor aliciente que ver una sala llena. Precisamente por ello es que el valor en una obra de teatro es el esfuerzo que se invierte en él. Es el trabajo y la gotas de sudor que se dejan sobre las tablas; si bien nos puede tocar hacer escenarios un día, cargas las sillas otro, repartir volantes, llevar a uno traer al otro sin paga alguna.

Lo cierto es que a veces, sin darnos cuenta, hacemos que alguien sonría, cuando en su mundo es muy caro sonreír. Invitamos a la nostalgia, la gente llora porque se identifica, la gente besa porque recordó al ver una obra que en su vida aún existe el amor, o porque quizás, llanamente, hicimos que alguien olvidara su realidad. Y aunque el teatro sea un oficio ingrato para el bolsillo, es bienaventurado por todas estas cuestiones para deslindarse de lo cotidiano. Y por este compromiso, se debe estar y permanecer abierto a la enseñanza. Sinceramente creo que aquel que no requiere aprender no pertenece al teatro, ya que éste es un movimiento de energías que debemos definir, absorber y enriquecernos de ellas; ya que antes de tomar la corona y el trono debemos tomar el martillo y el cincel y seguir, persistir, permanecer, pulir la vereda en la que andamos y que otros ya han labrado.

Fotografía: Marcopolo Soto

Marcopolo Soto, mexicano, es integrante del consejo editorial de contratiempo

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Los retos del teatro independiente Tanya Victoria

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a calidad del teatro que se produce y escenifica en Chicago tiene una excelente reputación, no solo en el país, sino más allá de sus fronteras. En gran medida, su éxito radica en la tradición del ensemble theatre. Esta filosofía se basa en el trabajo en conjunto y no de manera individual: entregarse por completo al escenario, ensayar por horas, construir escenarios, instalar luces, inventarse trucos para lograr efectos especiales, respirar teatro, soñar teatro, sudar teatro y tener presente que no se come del teatro independiente. Esta forma de vida no es para todos. Trabajar y lograr el ensemble theatre es una ideología única en Chicago. A mediados de los años 70 surgieron pequeñas compañías de teatro alrededor de la ciudad que se instalaron lejos de los glamorosos teatros comerciales, en bodegas y sótanos, pagando rentas muy bajas. Para poder avanzar, el teatro independiente busca compartir, abrir caminos para dar paso a nuevos talentos. Jacobo Padrón, productor y director en Steppenwolf; Beata Pilch, fundadora del Chicago Trap Door; Beau Reilly, cofundador y miembro de Curious Theater Branch y cocurador del Rhinoceros Theater Festival en Chicago; Melisa, Magdalena y Jonathan miembros de Timbre 4, compañía fundada en Buenos Aires y Yolanda Cesta, quien es directora adjunta de programas de escenificación del Museum of Contemporary Art, se reunieron conmigo para conversar sobre los retos, beneficios, costos y esfuerzos que representa el poner en marcha y mantener un proyecto de teatro independiente. Steppenwolf nace en Highland Park, Illinois en 1974; su primera presentación fue And Miss Reardon Drinks a Little, en una iglesia unitaria en el suburbio norteño de Deerfield. Ese mismo año decidieron tener un espacio propio y hacer teatro de manera profesional. Para el año de 1976 se establecieron en el sótano de una escuela católica en Highland Park y en 1980 se mudaron a Chicago para así convertirse en lo que hoy conocemos como Steppenwolf Theater Company. Steppenwolf es, a nivel nacional e internacional, un semillero de grandes actores dramáticos como John Mahoney, Gary Sinise y John Malkovich. Trap Door Theater nace en 1990; la compañía se inició como tribu nómada explorando los teatros en Estocolmo, Berlín, y París; sus fundadores, hambrientos de conocimiento, encontraron sus propias raíces en el expresionismo avant-garde del teatro independiente europeo, el cual lograron traer a Estados

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Unidos hacia 1994. La apuesta de Trap Door por una estética revolucionaria siempre ha sufrido para encontrar apoyo y reconocimiento, y se enfrenta constantemente a la tendencia del teatro estadounidense a reciclar obras conocidas que no significan un riesgo para las compañías, sus productores, directores y actores. La propuesta independiente de Trap Door consiste, a pesar de sus bajos ingresos, en brindar nuevas e intensas producciones, lo cual implica reinventarse una y otra vez. A la fecha, Trap Door ha producido más de 80 obras. Curious Theatre Branch se fundó hace 25 años como la extensión teatral del cabaret alt rock Maestro Subgum and the Whole. El trabajo de este grupo guarda total fidelidad al modelo del ensemble theatre, donde todos sus integrantes hacen de todo, nadie goza de jerarquía sobre otros y se aplica la filosofía de la colaboración como una fuerza integradora. Gracias a la labor de este grupo surge el festival Rhinoceros, donde se da la oportunidad a cientos de artistas para desarrollar teatro alternativo de manera ilimitada y con pocos recursos económicos. Timbre 4 se fundó en Buenos Aires en 1998. Claudio Tolcachir convirtió la estancia de su casa en escenario para producir teatro con guiones originales. Las aventuras por las que pasaron son infinitas: los vecinos los acusaron de operar un prostíbulo, y cuando la policía llegó a clausurar el lugar porque no tenían permiso para hacer teatro en un departamento, Claudio, vestido con peluca, plataformas altísimas y labios pintados de rojo, tuvo que hablar con los agentes y convencerlos de que se retiraran. Aunque hoy las experiencias suenan divertidísimas, en el momento en que sucedieron parecía que sus esfuerzos fracasarían. No fue así: Timbre 4 ha recorrido toda Sudamérica y Europa, y finalmente ha llegado a Chicago para compartir su modelo, y fomentar el trabajo teatral entre nuevas generaciones a través de una escuela.

Ilustración: Mujer Pájaro de José María Martínez

Tanya Victoria, mexicana, es integrante del consejo editorial de contratiempo

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CONVERSACIÓN CON ROSARIO VARGAS

Teatro Aguijón: en el umbral del cuarto de siglo Marcopolo Soto

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“Personalmente, yo hago teatro en español porque es la lengua que yo siento, es mi lengua, y yo quería expresarme como una artista en mi lengua”, R. Vargas.

n el sótano del Aguijón se acumulan los nervios. Comienza uno a saltar de un lado para otro; si sientes floja alguna línea es buen momento para repetirla y repetirla y repetirla. Te ves al espejo, haces sparring frente al él, tiras patadas, te maquillas, te peinas o te despeinas según el caso; respiras hondo, profundamente; se espera, se canta, se espera, se ejercita, se brinca, se espera, se espera...a la tercera llamada. Y abruptamente entra el personaje tambaleándose de un lado para otro, con su expresión poética sobre la añoranza. Los años que fueron mejores, la juventud, los sueños que aún levitan en su irrenunciable órbita de utopías; sí, esta vez no hubo anuncio, la obra comenzó sin aviso, acto sorpresivo ante la pregunta de mi acompañante: “y a qué hora irá a comenzar...”. La personalidad de la actriz se elevó al máximo nivel e hizo que nuestra atención se centrara en ella, en una silla, en una maleta, un teléfono y una botella de ron semivacía. Así comienza la recién terminada obra del Aguijón, Las penas saben nadar, monólogo escrito por Abelardo Estorino, presentado por Rosario Vargas y dirigido por Sandor Menéndez. Fue con Rosario Vargas, quien comenzara su carrera teatral en Chicago en 1982, con quien nos sentamos a conversar. Esto fue lo que nos dijo. Los párrafos que siguen son la síntesis de la entrevista. “Al mes de mi llegada mi hermana me invitó a una obra de teatro, conocí a infinidad de gente del gremio, estaba contentísima, como pez en el agua, y a partir de conocerlos, permanecí. Era un grupo latino pero casi todo el trabajo que se hacía era en inglés.

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A mí me parecía interesante la idea de producirlo en español. Yo pensaba qué sí había una necesidad, que si queríamos mostrar nuestros logros, nuestras esperanzas, debíamos expresarlo en nuestro idioma, –no como algo intelectual o algo lejano, o algo nuevo, ya que esta idea ya existía–, sino como un arte que se debe enfrentar con disciplina, tesón, compromiso, elaborarlo con detenimiento, tejerlo poco a poco. Alguna vez escuché: “Hablar en español ya es un acto político”, Y sentí que había mucha gente de teatro, pero que había algo que nos impedía hacerlo completamente en español. Ante esta curiosidad e interrogante nace Teatro Aguijón en Chicago. Fue difícil, al principio la gente no venía, nosotros íbamos a la gente porque no teníamos un espacio establecido. Siempre he visto las dificultades como retos y me encanta acatarlas como ello. Yo caminaba con mi teatrito por todas partes: Pilsen, La Villita y cualquier barrio que nos recibiera. Alquilaba un lugar, nos quedábamos un mes ahí, luego otro, nos convertimos en unos gitanos y en el transcurso conocimos a mucha gente, la mayoría de la gente del medio viene desde esa época. El brinco de actriz a administradora se da por la necesidad, no hay dinero para pagar un marketing adecuado o a un administrador, lo hemos tenido que aprender todo, hacer de todo. Es difícil y bonito aprenderlo, y se logra aunque sea de una manera artesanal. Me encanta que el teatro funcione por otra gente, por todos los que estamos aquí, por los voluntarios y por los de casa. Pero es necesario hacer divisiones para que cada uno de los participantes haga sólo lo que le corresponde; se están buscando las avenidas adecuadas para ello. Aunque trabajamos más en dramas, hemos hecho de todo. Nuestra misión dice que trabajamos obras de autores iberoamericanos, y desde el principio son sólo obras en español, sin embargo, en algunas ocasiones lo

hacemos también en inglés como un intento para acercar más a la gente. Haciendo doble el trabajo, es decir, versiones en inglés y en español. De igual manera lo hacemos con supertítulos; pero obviamente la misión sigue siendo la misma. Los talleres que llevamos a cabo para los niños son con el objetivo de que ellos puedan desarrollar con orgullo el idioma y que eviten los complejos al hablarlo. El idioma es parte fundamental de nuestra cultura, para mí eso era y sigue siendo. Lo interesante de trabajar con los niños es que a veces llegan con catorce o quince años y a sus dieciocho siguen aquí. Es emocionante verlos crecer como artistas y como seres humanos. Algunos se van a estudiar a las universidades y aún me envían correos platicándome sus logros, eso me entusiasma sobremanera. Por ejemplo, hay una actriz que quiso escribir una obra; hicimos una lectura, y ya pronto la presentaremos. Verlos crecer, verlos madurar es aliciente suficiente para seguir con mi carrera”. Teatro Aguijón está a punto de cumplir veinticinco años de presencia en Chicago puede obtener mayor información de su cartelera, en: aguijontheater.org.

Marcopolo Soto, mexicano, es integrante del consejo editorial de contratiempo

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DESHORAS

SEIS POEMAS DE HAMUTAL BAR-YOSEF Nacida en 1940 en el kibutz Tel Yosef, cerca del Mar de Galilea, Hamutal Bar Yosef explora el dolor y la pérdida en su poesía, que abarca ya cinco décadas de publicación activa. Catedrática, y ahora Profesora Emérita en la Universidad Ben Gurion, y residente de Jerusalén, Bar Yosef explora también el costo humano y el sufrimiento inherentes al interminable conflicto entre israelíes y palestinos. Ha publicado 14 poemarios, numerosos relatos, un libro de literatura infantil y 12 títulos de investigación académica, y ha merecido más de una docena de premios, incluyendo el Premio Akum (1978), el Premio Tel-Aviv (1984), el Premio Jerusalén de Poesía (1997), el Premio WIZO (1999), el Premio Presidente de Israel de Poesía (2002) y el Premio Brenner de Poesía (2005). También traductora, ha llevado al hebreo obras de autores de lengua inglesa, francesa y rusa, y sus propias obras han sido traducidas al inglés, francés, alemán, ruso, ucraniano, árabe y yiddish, pero hasta ahora no había sido traducida al español. Como una primicia para los lectores de contratiempo, y agradeciendo a la poeta, traductora y editora Jeannette L. Clariond por la cesión, presentamos seis poemas de Hamutal Bar-Yosef que forman parte del volumen El lugar donde duele, traducido por Mario Wainstein y Florinda F. Goldberg, y de próxima aparición en Vaso Roto Ediciones. Humingbird Girl #3 Ric&Brenda Beerhorst

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El tiempo ¡El tiempo! El tiempo que te lleva entender que eso sucedió. Que no hay, que no está, que estuvo y ya no está. ¡Está muerto, muerto! Y no resucitará. No reaparecerá por descuido. No retornará de improviso. Tiempo de veneno por dentro y por fuera. Tiempo de venganza. De odio. Tiempo de incendiarlo todo por dentro y por fuera. Tiempo de morir todo el tiempo. Tiempo en que todo se vuelve piedra grande, gris, sospechosa, acechante. Tiempo de estar ciego frente a las diferencias entre los matices rosados, tiempo de estar sordo ante el aullido del gatito callejero y el gemido de un pichón agonizante. Tiempo en que hace falta sobrevivir. Con los dientes. Con las uñas. Tiempo del grito acallado. Tiempo de sangre. ¿Cuánto? ¿Un año? ¿Diez? ¿Cien? ¿Mil? A mí me llevó treinta. La segunda vez sólo diez. Después comencé a vivir, a amar, a escuchar.

Breath Ric&Brenda Beerhorst

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Si escalas la montaña Si logras escalar la montaña y te preguntas ¿por qué? Si extiendes tu mano hacia las montañas durante largo tiempo, durante largo tiempo aguardarás la respuesta inmóvil. Sólo correrán lágrimas. Entonces verás un pajarillo remar por el cielo con una rama pequeñita hasta posarse en la palma de tu mano. En tu mano dejará la pequeña rama y sobre ella un huevo. Quédate allí en la montaña del desierto, quédate en el frío y el calor durante largo tiempo. No te muevas hasta que nazca en tu mano el tierno pajarillo que pide tu amor.

Hand over one eye Ric&Brenda Beerhorst

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Covering Her Eyes Ric&Brenda Beerhorst

Goma de mascar Nadie vio lo que me ocurrió con una niña árabe en el verano de 1948, junto a la alambrada en Jaffa. La gente transportaba alfombras y pianos ajenos, hervían agua para beber. Otros marchaban con los brazos en alto. No fue un sueño. Tengo la boca reseca y el agua aún hierve; entonces, a través de la cerca le sugiero con gestos trocar su goma de mascar de boca mojada a boca seca por mi rebanada con mantequilla de los envíos que llegaban de Norteamérica. Yo la miro y ella a mí, ambas mascamos sin sonreir. Moscas que comieron pus de sus ojos se posan en los míos. El agua hervida ya se ha entibiado. Eso ocurrió en julio del 48, cuando evacuaban a grandes y chicos desde el sur a Jaffa y a ambos lados de la alambrada marchaban refugiados de todo el mundo.

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Tongue out series green dress Ric&Brenda Beerhorst

Cuando me quedo sola Cuando me quedo sola me siento exhausta y quiero morir, arroparme con el edredón en la oscuridad hundirme en él como un submarino despedazado y encerrarme a dormir. Cuando me quedo sola mis fuerzas se derraman por todos los orificios de mi cuerpo y caen a tierra, me ahuecan, vaciada, aterrada, me arrastra un viento implacable, como una pelusa. Cuando me quedo sola me quedo sin yo, tengo sólo un no hay esto y un no hay aquello ni lo otro, todas las ausencias sobre mí como una piedra.

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A las cuatro y media A las cuatro y media de la tarde incluso el árbol se despereza, como niño de guardería cuyos padres se demoran dispuesto a cobijarse en regazos ajenos, y extiende las ramas con todas sus fuerzas atraído por cualquier nube pasajera: Apresúrate, llévame en tus fingidas alas, no me dejes ennegrecer en el crepúsculo. A las cuatro y media incluso el árbol, cuanto más necesitadas las personas de amor.

Folding the sheet Ric&Brenda Beerhorst

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DESHORAS

Obsequio A los nueve años decidí hacerle un regalo a mamá en su cumpleaños, sola y a escondidas, algo que yo pudiera fabricar, algo que hubiera hecho yo misma, darle una sorpresa que le gustara, que la pusiera aunque fuera un poco más contenta. A escondidas cosí un pañuelo, una servilleta, un repasador, una especie de bolso. A escondidas corté la manta de mi muñeca en tiras multicolores y las uní con hilvanes y pespuntes como me enseñaron en la escuela. Mamá recibió de papá un broche de plata de Betzalel, una filigrana en forma de montañas gemelas, y lo abrochó entre sus senos, sobre el vestido azul. De mi regalo dijo: “Mejor hubieses hecho una sola cosa grande”. Más de cincuenta años me duró el impacto. No supe qué responder. “Mejor hubieses hecho una sola cosa grande”... fui entendiendo poco a poco. Ella murió hace unos años sin que lo hubiésemos hablado. Pero hoy me enteré que dentro de poco me reuniré con ella, y le diré: “Mamá, eso es lo que hice. Lo que pude”. Un pañuelo, una servilleta, un repasador, una especie de bolso.

Micro scope girl Ric&Brenda Beerhorst

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