Contratiempo 122 • Abril 2015

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CHICAGO, ILLINOIS, ABRIL 2015

NÚMERO 122

HIP HOP: CANTO NUEVO POESÍA EN ABRIL 2015 DOSSIER: POESÍA Y MÚSICA FORMOL, DE CARLA FAESLER


contratiempo DIRECTIVA Gerardo Cárdenas, Jochy Herrera, Moira Pujols, Rod Slemmons, Helen Valdez, Ellen Wadey Placey DIRECTORA EJECUTIVA Moira Pujols DIRECTOR EDITORIAL Gerardo Cárdenas DIRECTORA DE ARTE Olivia Liendo CONSEJO EDITORIAL Andrea Ojeda, Catalina María Johnson, Gerardo Cárdenas, Julio Rangel, Luis Alejandro Ordóñez, Marcopolo Soto, Noelia Cruz, Olivia Liendo, Kim Potowski, Rafael Franco, Rey Emmanuel Andújar, Stephanie Manríquez, Verónica Lucuy Alandia

ABRIL 2015 • NÚMERO 122 Voz, música, ritmo y poesía han ido de la mano desde el inicio de los tiempos. Es por ello más que apropiado que al llevarse a cabo este mes la octava edición del Festival Internacional de Poesía en Español Poesía en Abril, co-organizado por contratiempo y DePaul University, revisitemos la estrecha relación entre música y poesía. Para ello, hemos optado por abordar el tema desde dos perspectivas: la primera es la de una serie de aproximaciones al tema mismo — los lazos entre poesía y música — de forma crítica y multidisciplinaria, en el dossier coordinado por la poeta, narradora y traductora mexicana Xanath Caraza. Pero abordado el tema desde la perspectiva crítica y literaria, ¿cómo explorar las manifestaciones actuales de lo poético y lo musical? Pocas manifestaciones musicales han tenido tanto impacto en la cultura popular en el final del siglo XX y el inicio del siglo XXI como el hip hop. Poética musical urbana, descendiente del jazz, el soul, el blue y el rythm and blues, el hip hop surge de los barrios afroamericanos y latinos

como un grito de identidad y rebeldía, un punto de identificación y concentración para los jóvenes, y un planteamiento estilístico y poético. El hip hop rompe barreras, pero pocas veces ha sido abordado como una corriente poética. Eso es precisamente lo que hace, desde las páginas de Deshoras, Catalina María Johnson, quien se adentra en el hip hop en español para hacer esta exploración y propuesta estética. Seguramente muchos críticos y especialistas debatirán si el hip hop es poesía. Desde estas páginas afirmamos con contundencia que lo es, y no menos meritoria que el soneto, el mester de juglaría, el canto de protesta o el coro teatral. Cada abril, estas páginas son compañía y complemento del nuestro Festival Poesía en Abril. Cada abril, hacemos una apuesta por la voz poética en español en los Estados Unidos. Contamos con su presencia, complicidad y solidaridad, queridos lectores, para los eventos del VIII Festival cuyo calendario de actividades encontrarán en estas páginas. ¡Muchas letras, mucha poesía y mucha luz!

COLABORADORES Arturo Richardson, CHema Skandal!, Febronio Zatarain, Ignacio Guevara, Jochy Herrera, Jorge Frisancho, Marco Escalante

La revista contratiempo es una publicación gratuita que se imprime y distribuye diez veces por año a la comunidad hispanohablante de Chicago contratiempo is grateful for the past and present support of The Chicago Community Trust, the Richard Driehaus Foundation, the Field Foundation of Illinois, the Illinois Humanities Council, the Illinois Arts Council, the City of Chicago Department of Cultural Affairs, the International Connections Fund of the MacArthur Foundation and individual, institutional and corporate donors, and the contribution of writers, artists and volunteers who make our work possible

La imagen de portada es obra de Javier Chavira. El artista obtuvo un MFA por la escuela de arte de la universidad de Northern Illinois. Ha expuesto su trabajo nacional e internacionalmente en numerosas colecciones públicas y privadas. Además de ser activista, Chavira es también educador. Desde 2003 es profesor de pintura y dibujo en Governors State University, Illinois. Más ejemplos de su trabajo en su página: javierchavira.wix.com/artist o escribiéndole a su correo: javierchavira@mac.com

© contratiempo nfp 1900 South Carpenter, Chicago IL 60608. (312) 427 5450

INFORMACIÓN SOBRE LA REVISTA, PUBLICIDAD O SUSCRIPCIONES: info@contratiempo.net ENVÍO DE COLABORACIONES: Gerardo Cárdenas gcardenas@contratiempo.net ENVÍO DE ILUSTRACIONES Y FOTOGRAFÍAS: Olivia Liendo olivialiendo@contratiempo.net VISÍTANOS EN: contratiempo.net issuu.com/contratiempo facebook.com/ Contratiempo @revcontratiempo

3 Poemas de José de María Romero Barea

8 El viaje Francis Mateo

15 La vibración poética Nuno Júdice

21 Vengo Ana Tijoux

4 El corazón delator de Carla Faesler Gerardo Cárdenas

9 Ars kamikaze Jochy Herrera

16 La música ha otra parte Pedro Serrano

22 1977 Ana Tijoux

5 Antonio Caballero: Una reflexión crítica a Sin remedio Danny Antobelly Aponte 6 Marie Antoinette: Liberté, égalité, fraternité! Tanya Victoria 7 Cuba: la larga espera Jorge García de la Fe

10 Sincronías CHema Skandal!

23 El Aguante Calle 13

10 Contrafoto Ignacio Guevara

17 Música, Literatura: Oralitura Carlos J. Aldazábal

12 La poesía y la música en contratiempo Xanath Caraza

18 El cantor y el juglar Gerardo Cárdenas

25 El poeta de mi barrio Mala Rodríguez con Poison

14 También el silencio es música Minerva Villarreal

19 El arte poético del hip hop Catalina María Johnson

27 Aviones Niña Dioz con Malverde

24 Yo Aprendí Danay Suárez


POESÍA

Ilustración: Just Another Nopal con Tunas. Pola López

José de María Romero Barea José de María Romero Barea (Córdoba,España, 1972) es profesor, poeta, narrador, traductor y periodista cultural. Autor de Poesía (qué si no), cuya primera sección, el corazón el hueco, consta de la trilogía Resurrecciones (Asociación Cultura y Progreso, 2011), (mil novecientos setenta y) Dos (Ediciones en Huida, 2011) y Talismán (Editorial Anantes, 2012), del que la plaquette ridículo ciego feliz en mi sitio (Q Ave Press, 2012) es un adelanto. Ediciones Alfar editará en 2015 su poemario un mínimo de racionalidad un máximo de esperanza.

un mínimo de racionalidad un máximo de esperanza Poesía (qué si no) II Selección

VIII

XXII

Lo último tan intrascendente como una silla y lo de antes de lo último ni de lejos

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ii Para Noriņa

Moverse en círculos para no ir a ninguna parte

Hubiera querido llegar o al menos haber sabido salir a tiempo

El movimiento circular centrípeto

Ambas opciones cesan con el pitido final el pitido que nos hace desear una vuelta más una vuelta más

Ahora me entretengo con un atlas Ese papel ajado Esos lomos gastados Los cantos adornados con geometrías de tinta piden tiempo No por caso los clásicos se nos parecen Enfilados esperan Si los leeré NÚMERO 122

Una de las formas de regresar a casa Ver pasar las cosas al ritmo de la infancia que cesa junto al tiovivo que deja de moverse

Pero de dónde De qué círculos vividos o entrevistos Cuándo Pero sobre todo adónde contratiempo

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CRÍTICA

El corazón delator de Carla Faesler Gerardo Cárdenas

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ingún órgano ha sido tan estudiado por la literatura como el corazón. Remítase el lector de Chicago, por ponerle un ejemplo cercano a Extrasístoles de Jochy Herrera. No viene aquí al caso hablar de la constante referencia de los poetas al corazón. Viene al caso hablar del órgano, de ese músculo neurótico, visto por Carla Faesler en su magnífica novela Formol (Tusquets, México, 2014). En el extraordinario The Book of Symbols de Taschen, se describe al corazón como símbolo vivo al tiempo que como sentimiento, y a sus sístoles y diástoles se les compara con la pulsación del universo. Se nos recuerda que los latidos del corazón son los primeros ruidos que la madre embarazada siente u oye en su vientre, y que la innegable centralidad física del órgano tiene su correspondencia en la innegable realidad de los sentimientos. Apunta el compendio de Taschen que para los pueblos mesoamericanos el corazón era ritualmente sacrificado y entregado, aún latiente, al hambriento dios del Sol. En el inframundo egipcio, ante el juez Osiris, el corazón del muerto era juzgado contra la pluma de Maat, diosa de la verdad y la justicia y, si era más o menos pesado que la pluma, entonces es que no estaba en armonía con Maat y era arrojado para ser devorado por el hipopótamo. Por esos rumbos anda Cirlot en su Diccionario de símbolos (Siruela, 1997), que recuerda que el corazón, junto con el cerebro y el sexo, es uno de los tres puntos principales del cuerpo humano y que los egipcios, al embalsamar un cuerpo, sólo dejaban dentro el corazón que le era necesario al muerto para su viaje a la eternidad. En términos alquímicos, escribe Cirlot, el corazón es la imagen del sol en el hombre, como el oro es la imagen del sol en la tierra. Ignoro si Faesler (México, 1967) se apoyó en estos símbolos. En su novela, que es su primera, el corazón es una presencia centenaria, encerrada en un frasco de formol, el último corazón del último sacrificio humano antes que los españoles terminaran de arrasar con la civilización azteca, preservado por siglos en las

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nieves del Iztacchíhuatl hasta convertirse en la herencia de Larca, la protagonista de Formol. ¿Qué es este corazón, qué significa? Faesler publica su novela en el fatídico 2014, el año de los 43 de Ayotzinapa, cuyos corazones fueron presumiblemente incinerados por sus captores junto con el resto de sus cuerpos. El año en que el presunto milagro económico y político de la restauración priísta se derrumba, y el corazón de la nación parece ahogado en un puño. El formol conserva, pero también inmoviliza. El formol es anestésico pero también es un líquido del terror: en formol flotan órganos cercenados, fetos no logrados, extraños animales y cosas innombrables. En formol flota un México perdido y derrotado, en formol flotan los amores de Larca en una sociedad narcotizada, anestesiada, indiferente, que ha perdido su corazón en el Templo Mayor o en tantas otras decepciones de la historia. El corazón viaja del Templo Mayor al volcán dormido y a los barrios viejos y olvidados de la Ciudad. De esa manera transcurre también un país que se pierde en su propia sombra, que se ahoga en formol, que sangra. En las manos de la autora, aún late. No sabemos si pesará más o menos que la pluma de la justicia de Maat, no sabemos si Osiris lo arrojará a las fauces del hipopótamo o si se guardará, tumefacto, en la momia en que se ha convertido el país. Aguardamos.

Formol de Carla Faesler

Gerardo Cárdenas es escritor y periodista cultural mexicano. Es director editorial de contratiempo ABRIL 2015


CRÍTICA

ANTONIO CABALLERO

Una reflexión crítica a Sin remedio Danny Antobelly Aponte

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ntes de abordar la novela Sin remedio (Seix Barral, Bogotá, 1996) de Antonio Caballero se hace necesario remitirse, a vuelo de pluma, a su biografía. Hijo del escritor Eduardo Caballero Calderón, y sobrino de Lucas Caballero, uno de los más importantes humoristas de Colombia, es también hermano del reconocido pintor Luis Caballero y de Beatriz, también escritora. Caballero fue uno de los miembros fundadores de la mítica revista de izquierda Alternativa, a la que invitó a participar a Gabriel García Márquez, y que circuló hasta mediados de 1980, y donde daría a conocer Macondo. Sin remedio, publicada por primera vez en 1984, fue calificada por él mismo como “una novela sobre lo difícil que es escribir poesía”. Pero aparte de esto, y como nos lo hace saber el epígrafe que el autor elige para dar inicio a su novela tomado del Apocalipsis, se trata de alguien que tiene nombre de vivo pero que está muerto, y la afirmación presente debería entenderse en dos sentidos paradójicos, este es, el del autor (vivo) que retrata a su personaje ficcional (y por ende muerto); y en segundo sentido del protagonista de la novela, Escobar. “A los treinta y un años Rimbaud estaba muerto”; así da inicio la novela, y bajo el precepto de que jamás hubo pequeñeces en los principios, debemos considerar el presente como un símbolo polisémico, por varias razones que la misma obra atestiguará, en primer lugar que esta edad corresponde a la del personaje principal, nuestro antihéroe, Ignacio Escobar, presentado por el narrador en tercera persona. A lo largo de catorce capítulos y más de quinientas páginas el autor nos sorprende con un tono que podríamos denominar “realistanaturalista”, movimiento estético decimonónico, con algunos tintes de novela social (burguesa), contemporánea y urbana. La referencia se presenta de este modo únicamente con el objetivo de familiarizar sus antecedentes, que configuran la estructura de toda la narración, esto es, sus escenas consecuentes con el acontecer cotidiano, con el simulacro del espaciotiempo “real”, al igual que los personajes. Pero aquí cabe hacer una gran acotación: un velo de burla y misterio rondan a estos protagonistas; por ejemplo, sabemos que Fina es la novia de Escobar, que decide dejar a éste después de no llegar al consenso de tener un hijo, pasando a participar en el “fondo” de la narración como elemento tensionarte, y que éste se da a la fuga en medio de la lluvia hacia los bares, en uno de los cuales, estamos hablando del Oasis, participa de una tertulia literaria con “Rubén, NÚMERO 122

Ramón, Edén y Narciso”. Nótese aquí el humor negro con que describe a sus acompañantes de agasajo, el realismo sucio con que describe los acontecimientos que se desencadenan, la pelea con Edén Morán Marín, la posterior huida con Cecilia, una niña que a lo sumo aparenta diecisiete años, con la cual termina emborrachándose y perdiendo la cabeza, sin lograr con ello concretar nada, ni siquiera esos sonetos de los que se ufana y que por el contrario no se sabe cómo asumirlos, si como burla, por su temática moderna, o como atraso estético a nivel de nación en torno a lo que es la creación poética. Con Edén Morán Marín uno se descubre, cuesta confesarlo, riendo a solas. Ese parece ser el objetivo del narrador, pues el personaje no sabe cómo deshacerse de la sensación de haberlo dejado muerto en el baño del bar El Oasis, veamos un ejemplo: “Tendría que atravesar todo el jardín a oscuras, in tenebras, con el riesgo constante de que el cadáver de Edén Morán Marín le pusiera de pronto una mano putrefacta en el hombro”; pero más allá de este hecho particular, quisiéramos poner la atención en los recursos narrativos de los que se sirve el autor, a saber, de las reiteraciones, de los juegos del lenguaje que se entablan en las relaciones que sostiene Escobar con sus allegados, por ejemplo, con doña Leonor, su madre, la cual le insiste que se siente muy sola a pesar de tener a su disposición toda una corte de lacayos, entre ellos el poeta Ricardito, o el cardiólogo Ernestico Espinosa (el narrador hace evidente el sufijo diminutivo ito- ico, para generar la posterior risotada que sólo se entiende, como se dice, en contexto) o monseñor Botero Jaramillo, argumento que se repite en cada llamada. Lo mismo sucede en el capítulo II con la entrevista que sostiene el personaje con sus amigos comunistas en casa de Ana María. La escena de las conversaciones se construyen con este tipo, por decirlo así, de punto secuencial, cíclico, en diferentes grados y niveles. Por ejemplo, la canción de fondo “¡Dónde están mis zapatos blancos / dónde están!”, se repite al igual que la amonestación que realiza Federico a Angel-ita: “Tú no te metas, Angelita: no sabes de qué estás hablando”, y “Tú, cállate, Angelita, que no tienes ni idea de lo que estamos hablando”, o “No hable mierda, Escobar. No sabe de qué está hablando”. Otro elemento que cabe destacar en la novela es el paso sin previo aviso que hace el narrador de tercera persona al de primera como un recurso literario novedoso: “Escobar se levantó con un suspiro, dejando caer al gato. Gato te traicioné; pero no fue mi culpa, tú lo viste”. A pesar de que han pasado treinta años

desde la publicación de Sin remedio queda mucho de qué hablar de la presente tragedia que narra la novela. Quisiéramos concluir de forma más integral con las palabras de quien fuera uno de sus mejores amigos, Gabriel García Márquez: “(…) su talento se condensa con el poder de aniquilación de una partícula nuclear. Pues no son caricaturas de personajes conocidos, sino que cada cuadro es una caricatura completa de toda la sociedad colombiana, que a Antonio Caballero parece parecerle pervertida y condenada, y que a su modo de ver no tiene salvación, como el protagonista de su novela, tan parecido a él mismo: sin remedio”. Danny Antobelly Aponte (Colombia, 1990), es actor, músico, poeta, dramaturgo y cuentista. En 2011 ganó el Premio Internacional de Cuento Boccaccio.

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Sin remedio de Antonio Caballero


ESCENA

Marie Antoinette: Liberté, égalité, fraternité! Tanya Victoria

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a compañía de Teatro Steppenwolf presenta Marie Antoinette, obra contemporánea de David Adjmi que explora el culto a la celebridad. La producción retrata a la joven austriaca que es importada a Francia, casada a los 14 y reina a los 18 años, malcriada y excéntrica diseñada para una sociedad que admira la frivolidad, el derroche a manos llenas y la decadencia emocional, el espejo de figuras públicas que se transforman en personajes despreciables a quienes la gente pone en un pedestal, y se satisface viéndolos desplomarse durante toda la historia del mundo; la política se convierte en un tema muy personal adorando y aborreciendo a líderes con pies de barro. Su majestad Marie Antoinnete es un reflejo de la sociedad actual, y la mejor opción para retratar a las víctimas de los excesos, a aquellos que teniendo una posición privilegiada en donde tiene todo, son víctimas de apetitos desenfrenados y lo pierden todo, arrastrando consigo

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a una nación en una degradación contínua, un círculo vicioso que comienza con malvaviscos multicolores, pelucas del tamaño de una torre, chocolate, cocaína y música techno que irremediablemente llevan hacia la guillotina. El dramaturgo David Adjami tiene un estilo muy particular, una voz con la que busca identificarse con personajes que le han hecho daño. Adjami escribió esta obra en 2007 durante la administración de George W. Bush, cuando se habla de los privilegiados, el uno por ciento, la ocupación de Wall Street, el pánico por la caída de la bolsa, el estallido de la burbuja hipotecaria, entre tantas otras cosas que remitían a la Revolución Francesa, a la lucha por la libertad, la igualdad y la fraternidad. En cierta medida, o en muchas medidas, Bush es la reina extravagante, tonta y alocada que puede hacer todo lo que quiere, quien de pronto se encuentra en medio de una revolución y casi al final de la obra intenta reencontrarse y entender qué es lo que pasa. Marie

Anoinette es una tragicomedia en donde la narración es lo que más cuenta y como tal puede perderse el hilo conductor, especialmente en las escenas en donde una oveja cuestiona y confronta a la reina; una oveja que es un filósofo que resulta muy ventajoso para la puesta en escena, una representación de la oposición que confronta a los poderosos. La dirección está a cargo de Robert O‘Har, para quien la obra es un reto ya que la protagonista es negra. El personaje sale por competo de su zona de comfort, pues no abundan las obras teatrales con personajes afroamericanos que pertenezcan a la realeza y probablemente esto no se repita. Marie Antoinette se presenta del 5 de Febrero al 10 de Mayo de 2015 en el Upstairs Theatre de Steppenwolf, 1650 North Halsted St, Chicago.

Marie Antoinette Foto: Saverio Truglia

Tanya Victoria, mexicana, es colaboradora permanente de contratiempo ABRIL 2015


ACTUALIDAD

Cuba: la larga espera Jorge García de la Fe

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l pasado 17 de diciembre de 2014, Día de San Lázaro para los creyentes cubanos, me encontraba en el aeropuerto de O’Hare en Chicago, esperando volar a Los Ángeles cuando me sorprendió el informe de la reanudación de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, después de cincuenta y seis años de ruptura. No puedo negar que lo primero que me vino al alma fue una mezcla dulce-amarga de sentimientos encontrados. Todavía ando buscando las claves para decodificar este hecho cuya noticia corrió por todo el mundo como un acontecimiento histórico. Cuesta trabajo sopesar objetivamente, y no bajo el prisma de las emociones, lo sucedido: porque el destino de toda una nación ha estado signado por la impronta de la llamada Revolución Cubana, la beligerancia con los Estados Unidos y el bloqueo. Ni una familia en Cuba quedó inmune a la escisión política que dividió a la sociedad y que provocó las sucesivas oleadas migratorias de las décadas subsiguientes. No creo que nadie pueda afirmar con aires triunfalistas que la experiencia histórica vivida sea definitivamente exitosa. Hemos sido los conejillos de Indias de la Guerra Fría y de la correlación de fuerzas internacionales entre los llamados campos socialista y capitalista. El vía crucis del fascismo nos ha enseñado que ninguna sociedad, país, raza ni grupo humano deben ser tratados como un experimento de laboratorio. Esa es precisamente la conclusión que se saca de la manipulación de que hemos sido objeto los cubanos del exilio y de la Isla por dos gobiernos que un día se declararon incompatibles a espaldas de sus pueblos; y cinco décadas más tarde -de buenas a primeras, y por conveniencias hijas de oportunismos mutuosdeciden restablecer relaciones diplomáticas a espaldas de la opinión pública de norteamericana y de cubanos de dentro y fuera de la Isla. ¿Cómo pudiera interpretarse esta reconciliación en calidad de representación teatral en el escenario global? ¿Acaso cada uno de sus tres actores quiere demostrar que es mejor que sus predecesores? ¿El Papa Francisco, mejor que los Papas anteriores; Raúl, mejor que Fidel; Obama, mejor que los presidentes estadounidenses que le precedieron? Independientemente de que -a largo plazohaya conveniencia en la reconciliación diplomática, y eso no lo dudo; la noticia del 17 de diciembre nos dejó a muchísimos cubanos perplejos, porque fue -salvando la distancia- algo similar al Tratado de París del 10 de diciembre de 1898, en que los patriotas cubanos, que habían peleado dos guerras por la independencia de Cuba del coloniaje español, fueron totalmente ignorados en un pacto sellado entre NÚMERO 122

España y Estados Unidos como parte de una rivalidad neocolonial contemporánea. Cuando no se es analista político ni experto en temas sociales o económicos, no hay otro modo que escribir sobre el país que lo vio nacer a uno desde la experiencia existencial. Ya lo hice -a casi un año de radicarme en Chicago, en enero de 2009- mediante el artículo “Becado de Johnson o hijo de Fidel” que publicó contratiempo con motivo de los cincuenta años de la llamada Revolución Cubana. En él relataba mi experiencia personal y familiar: la imposibilidad de salir de Cuba tras varios intentos que se estrellaron contra el muro del cumplimiento de los quince años, la edad del Servicio Militar Obligatorio. A lo largo de los últimos siete años vividos en este país, por el cual siento una profunda gratitud, he tenido la oportunidad de conversar con personas de mi generación que emigraron bajo operación bautizada como Peter Pan. Ellos se quejan por haber sido traídos, tanto como yo por haber tenido que quedarme. Al final, creo que la cuota de sufrimiento y desgarro por la separación familiar es la misma. Los que vinieron dejaron a muchos de los suyos allá. Los que no vinieron tenían a muchos de los suyos acá. Por años, no nos pudimos ver y apenas comunicar. Fatalmente, muchos no pudieron verse nunca más. Cuando veo a muchos latinoamericanos que todavía siguen validando a la Revolución Cubana como la gran cosa en materia de justicia social en el traspatio del imperialismo yanqui, me parece que siguen viviendo en un monstruoso mito que fue creado por el pensamiento de izquierda de corte marxista: ese que florece en muchas universidades de Occidente -incluyendo las norteamericanas- cuyos propagandistas, lejos de haber padecido las penurias del elogiado sistema, perciben una enjundiosa retribución monetaria por pensar diferente al oficialismo capitalista. Más que haber hecho el comentario anterior, preferiría tener una varita mágica para convertirlos –aunque fuera sólo por un mes- en cubanos de los del montón en la Isla: ésos que sobreviven trabajosamente el día a día. El juego político que se presenta en el escenario Cuba-Estados Unidos después de la reciente reconciliación diplomática es bien interesante. Se trata de un “estira y encoge” en que intervienen actores como los republicanos, los demócratas, el oficialismo de la Isla, la oposición y los contrastantes -ideológicamente- estratos del exilio cubano. Sería una verdad de Perogrullo decir que a nadie le duele Cuba más que a los cubanos. En realidad, a los que pudimos abandonar aquel escenario dantesco nos duele menos que a los que permanecen

pasándola bien mal. Ellos son nuestros familiares, amigos y compatriotas; de los cuales -según estadísticas- dos tercios nacieron después del primero de enero de 1959 y no decidieron que aquel era el sistema social en que preferían vivir, sino que más bien fueron víctimas obligadas del mismo por un determinismo geopolítico. Duele mucho tener que admitir el saldo histórico de la ya quincuagenaria odisea cubana: los cubanos que se fueron les reprochan a los que se quedaron el que no hicieran nada por derrocar a Castro; los que se quedaron les reprochan a los que se fueron, el abandonar la patria; y piensan que si no lo hubiesen hecho, no se habría perpetuado ese gobierno en Cuba. El caso es que lo que llamamos la patria cubana es un fantasma que ya no existe o un alma dividida, intangible e irrecuperable. Evidentemente, estamos comenzando a vivir el postcastrismo, aun cuando los Castro no han abandonado el poder. En esta etapa están siendo decisivos el peso de Internet y las diferentes redes mediáticas que tienen -por su inmediatez, a pesar de infundios y falsas noticias- un gran peso específico en nuestras opiniones y decisiones. Comienza un largo y tortuoso camino signado por el estigma del menosprecio de la oposición democrática en la Isla y por la subestimación de todos los sectores de la vida estadounidense que han catalogado la decisión de Obama como una concesión imperdonable. Se supone que empiece un juego en que el gobierno de Cuba deba ir cediendo ante sucesivas flexibilizaciones de Estados Unidos. Como Cuba, a lo largo de décadas, ha suscitado interés por todo el exotismo que ha representado la Revolución Cubana y el desafío de Castro al imperialismo yanqui; con la derogación de la prohibición de viajar a la Isla, nos convertiremos en un destino de interés y curiosidad para el turista norteamericano, así como en una codiciada plaza para inversiones de todo tipo que se vayan permitiendo gradualmente. La pregunta de los cincuenta mil pesos, como decimos los cubanos en el argot popular, es: ¿Qué repercusión tendrá lo ocurrido el 17 de diciembre en el establecimiento de un gobierno democrático que respete verdaderamente los derechos humanos en Cuba? Jorge Luis García de la Fe (Cárdenas, Cuba, 1954). Estudió Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en la Universidad de la Habana, y Master en Literaturas y Culturas Latinoamericanas en Northeastern Illinois University. Emigró a Estados Unidos en 2007. Reside en Chicago, donde es profesor adjunto de Español en Harold Washington College. Es poeta, ensayista y ex-editor de contratiempo. contratiempo

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TIEMPO DE SOBRA

El viaje Francis Mateo

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a última vez que visitó la media isla fue un viaje de tres días y dos noches y llevaba consigo el monto de $6,000 dólares. Aún así tenía la sensación de que el dinero no le alcanzaría. Cuando los familiares y allegados le preguntaban por qué llevaba tanto dinero para tan corta estadía, tajante respondía: “pa’ tira’ lo cuarto pa’rriba en lo carwases” y daba por terminada la conversación. La última vez que fue a la media isla mandó a rentar donde Amadito 5 cadenas de oro, una con la cara de Jesús con su cabeza inclinada a la derecha; otra con la santa cena, la tercera con el escudo nacional; la cuarta, una cruz sin el

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Cristo; la quinta, su signo zodiacal. Además de tres anillos, dos guillos y un reloj que parecían el aro de una camioneta Toyota. La última vez que fue a la media isla se compró una pistola de juguete dizque como resguardo. La última vez que fue a la media isla se rentó dos jeepetas, una BMW y otra Honda CRV. La CRV era para sus familiares por si acaso tenían que hacer alguna diligencia y no lo dejaran varado porque coger un motoconcho bordaba en herejía, y además, ¿Cómo se iba a poner aguantar sol y perder ese color pálido amarillento que hace que en el barrio le llamen “rubio”? La última vez que fue a la media isla su esposa pregonaba por el barrio: “Cojió to´ lo chelito

de lo taxe y no dejo ná. ¿Tú crees que Jeso e' posible? No, no, no.” La última vez que fue a la media isla se llevó una maleta para tirarla por la correa y un bulto de mano lleno de ropa nueva dizque para “echar vainas”. La última vez que fue a la media isla lo dejaron desnudo con su pistola de plástico en la mano camino del aeropuerto a su casa. La última vez que fue a la media isla juró jamás volver. Francis Mateo (1977) es actor y escritor. Ubre Urbe es su libro de poesía. Trabaja para la sección Book Review del New York Times.

Foto: Aditya Doshi

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TIEMPO DE SOBRA

Ars kamikaze Jochy Herrera

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os albatros (diomedeidae) son una familia de portentosas aves marinas del orden Procellariformes que surcan los cielos en majestuosos patrones de vuelo que según los ornitólogos son posibles gracias a la compleja anatomía de sus alas las cuales les permiten viajar grandes distancias consumiendo muy poca energía. Logran así maniobrar ante las inclemencias de los elementos e incluso lanzarse en picada —en vuelo kamikaze— bajo riego de muerte, a fin de capturar sus presas en el océano dado el carácter exclusivamente piscívoro de su alimentación. Fue el vate Baudelaire quien con mayor firmeza metafórica hizo poesía de los albatros cuando comparó sus elegantes trazados celestiales con su torpe conducta una vez capturados en tierra; similar a lo acontecido al poeta quien despliega sus alas en el viaje de la escritura mas, al ser atrapado en el mundo terrenal donde no pertenece, “concluye la aventura, porque sus alas de gigante no les sirven de nada…”. Aquellos vuelos suicidas utilizados por los pilotos de la Armada Imperial del Japón en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial representaron un encuentro entre una estrategia bélica de desesperación y la tradición cultural de sacrificio suicida sostenida por el sintoísmo japonés que, despojado de religiosidad y pruritos morales, le acepta como otra forma del morir. Hay aquí una estrecha relación entre el coraje revelado en tal acto de bravura y la ausencia de miedo a sus posibles consecuencias; un cortejo entre la necesidad de supervivencia (sea ésta el alimento o la victoria militar) y el convencimiento de la justeza de la causa misma. Los albatros, instintivamente, una y otra vez, armados del “viento divino” del kamikaze se abalanzan contra el océano convencidos de que su destino permanecerá inalterable a pesar de que el más mínimo error o fallo aerodinámico podría costarles la vida. Un amigo me ha hecho reflexionar sobre lo que el filósofo contemporáneo Slavoj Zizek categoriza como “la desaparición del amor como evento trascendental”. Ante la vorágine mediática y tecnológica; ante la certidumbre que la preponderancia de lo material como condición sine qua non del vivir moderno nos otorga, el amor a riesgo, el amor entregado al azar de la aventura y a las consecuencias de su permanencia o de su fin, parecería estar destinado a morir. Hablo aquí por supuesto del amor kamikaze, de ese que es incapaz de existir sin el convencimiento de su propia absurdez y sin la danza cuasi-mortal del enamoramiento —que no del amoramiento—. Medito, NÚMERO 122

observando los albatros, sobre el amor que no desea prescindir del convencimiento de que su riesgo lo vale todo, y recuerdo aquel amor que con la misma obstinación del piloto suicida que se reconoce inmortal, se arriesga a ser “muestra mortal de la inmortalidad”, como diría Pessoa.

Foto: Nikolaos Reljin

Jochy Herrera es escritor y ensayista dominicano. contratiempo

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CONTRAFOTO / SINCRONÍAS

CHema Skandal!

- www.chemaskandal.com

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CONTRAFOTO

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Ignacio Guevara

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EDICIONES VOCESUELTAS Tantos recorridos, tantas historias de inmigración que encuentran en común una sola cosa: el idioma español. contratiempo ha creado Ediciones Vocesueltas para diseminar y promover la literatura escrita en español en Chicago. Estos proyectos de publicación conjunta con los autores han dado frutos desde el 2007, habiéndose publicado seis libros a la fecha. Debemos un agradecimiento especial a los autores publicados en Vocesueltas, cuyo ímpetu, talento y generosidad han hecho posible el establecimiento de este sello editorial.

EDICIONES

VOCESUELTAS

Información: info@contratiempo.net

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01 A veces llovía en Chicago. Por: Gerardo Cárdenas Precio US$12.95. 1a. edición (Marzo, 2011) . En español. ISBN: 978-09800042-67

03 Extrasístoles (y otros accidentes). Por: Jochy Herrera

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02 En la 18 a la 1. Por: Escritores de contratiempo en Chicago Precio US$14.99. 1a. edición (Septiembre, 2010). En español. ISBN: 978-09800042-5-0

Precio: US$ 19.99. 1ª. Edición (abril, 2009). En español. ISBN-13: 978-0-9800042-3-6

04 Jaleos y denuncias. Por: Stanislaw Jaroszek

05 Desarraigos: Cuatro poetas latinoamericanos en Chicago. Por: Jorge Hernández, Febronio Zatarain, Juana Iris Goergen y León Leiva Gallardo

06 Vocesueltas: Cuatro cuentistas de Chicago. Por: Raúl Dorantes, Bernardo Navia, Fernando Olszanski y om Ulloa

Precio: US$ 15. 1ª. Edición (mayo, 2008). En español. ISBN-13: 978-0-980004212

Precio: US$14. 1a. edición (Abril, 2010). En español. ISBN: 978-098000424-3

Precio: US$ 15. 1ª. Edición (agosto, 2007). En español. ISBN-13: 978-0-980004205

contratiempo.net

POESÍA EN ABRIL 2015 Lo que busca la luz Programación: 10 de abril en Cultura in Pilsen 6 pm 1900 South Carpenter From Darkeness into Light Inauguración de la muestra de arte de artistas invidentes

30 de abril en DePaul University 7 pm 2250 N. Sheffield Avenue. Salón 314 A&B Primera jornada con poetas locales y visitantes

18 de abril en DePaul University 10:00 a 3:00 pm DePaul University Loop. 247 S State St., Lower Level CDM Auditorium Finalistas concurso de videopoesía

1 de mayo en Comfort Station 7 pm 2579 N Milwaukee Ave Segunda jornada con poetas locales y visitantes

24 de abril en Instituto Cervantes 7 pm 31 West Ohio Street, Chicago Desde la oscuridad -Prosa poética dramatizada del taller de contratiempo

2 de mayo en Cultura in Pilsen 12 pm 1900 South Carpenter Performance del taller y encuentro internacional de poetas

25 de abril en Cumbiasazo at Double Door 9 pm 1572 N Milwaukee Ave, Chicago, IL 60622 Poesía con son- Performance poético

2 de mayo en Poetry Foundation 7 pm 61 W Superior St Poetas homenajeados Olvido García Valdés y Héctor Carreto Premiación concurso de poesía original


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La poesía y la música en contratiempo Xanath Caraza

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l número de abril 2015 de contratiempo, con el VIII Festival Internacional de Poesía en Español en el panorama, resuena entre poesía y música, entre sílabas y ritmos. ¿Van la poesía y la música de la mano? ¿Es la música igual a la poesía? O son dos entidades diferentes. Esto es lo que exploran los cinco autores que reflexionan en contratiempo sobre la poesía y la música. La tarea fue, ¿qué te dice esa conjunción, la poesía y la música? Cinco autores, cinco acercamientos al tema. Minerva Margarita Villareal desde México, Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines, nos envuelve en una prosa poética donde el mar es como un caballo que galopa entre las páginas de la vida y nos invita a participar en sonoros oleajes de reflexiones sobre la música y la poesía. Nuno Júdice de Portugal, Premio Reina Sofia, nos habla de ese vibrar que queda en el NÚMERO 122

oído después de que la música ha terminado y viene el silencio pero donde nosotros seguimos estremeciéndonos con los ritmos que permanece en la memoria. Pedro Serrano también de México, con una gran trayectoria editorial, nos reta a separar la poesía de la música. Las aliteraciones, creadoras del ritmo en la poesía, nos engañan y nos hacen pensar que la poesía es música. Mas la música, como el aroma, dice Serrano, nos toma desprevenidos, nos golpea y, simplemente, la sentimos. Carlos J. Aldazábal de Argentina, Premio Alhambra de Poesía Americana, nos cuenta sobre las tradiciones musicales y literarias en sus orígenes, sin adjetivos, donde el ritmo permeaba la piel, donde la literatura, en sus orígenes ágrafos, fue música sin ser dibujo. Gerardo Cárdenas desde Chicago, Premio de Dramaturgia Hispana de Chicago, trae lo contemporáneo a su texto y comenta sobre el ritmo

poético de Dylan, depende de la guitarra y el banjo, y el de Cohen, de voz, eco y resonancia. Escuchamos los ritmos de estos autores, las reflexiones sobre este tema, la poesía y la música, y nos quedamos con la melodía de cada texto. Ojalá sean de su agrado.

Xanath Caraza es poeta, narradora y traductora mexicana. Reside en Kansas City. Fotografías de Tzununi Caraza. La artista plástica mexicana ha participado en exposiciones colectivas en la Pinacoteca Diego Rivera en la capital del estado de Veracruz en 2007, así como en El Museo de Arte Contemporáneo de Tokio en el mismo año, donando la obra a la colección de éste mismo. Actualmente trabaja en la ilustración del poemario Trazos de Viviana Alcohón. contratiempo

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También el silencio es música Minerva Margarita Villarreal

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a Xanath Caraza

na adolescente mal portada, adicta, irreverente, tiene 12 años y un cigarro en la boca en el baño del colegio. La música estridente la atraviesa, no hay salidas, sólo entradas, sólo oleadas de notas de trompetas que se elevan y descienden. El mar viene en cámara lenta, y ella empieza a cabalgar sintiendo la brisa que acaricia su rostro, la arena que detona el estrépito de cada galope. Es arrebatada. Pero el caballo que lleva la música trota suave y rítmicamente, sube alto, hondo baja, despacio. Es desbocada. Pero el caballo conoce su camino. Y ella monta el caballo que la conduce al mar. La música domina la poesía. No a la poesía: la poesía. La música domina la poesía porque no hay poesía sin música. No hay poema sin ritmo. No hay secuencia sin sonido. No hay armonía sin enlace. La justicia está en el oído. No hay encabalgamiento sin trayecto. El verso es una línea, una unidad métrica de ritmo. Va de silencio a silencio. Respira. Toma pausas. Lleva el compás. Y los acentos marcan el ritmo de la secuencia, la repetición de un sonido, su despliegue y largueza, su premura: sílaba que baila contando los pasos. El verso se encabalga. Pero el caballo lleva a trote a la adolescente arrebatada y sube cuestas y se precipita entre hondonadas y planicies hasta llegar al río. Ella contempla. Hay verbo de por medio. Ella se extasía mientras va a lomo del caballo. El caballo se detiene. Ella maldice y juzga. El caballo se detiene. Hay estrellas de abismo. Es abismada la razón poética y suele desalmarse si el caballo luego de detenerse decide partir. Si el caballo parte no puede haber trayecto ni galopes ni cabalgata ni planicies ni hondonadas ni colinas ni sierras ni veredas y abismos. Como muerta yace la poesía si la música parte. Da vueltas sobre sí. Circula sobre sí. Es la circunferencia del desierto. Llameante, es fuego, mas no se elevara. Ni descenderá ni aniquilará. Tiene que pasar el potro cuya brida toma las manos de la música. Las hojas de las frondas de los árboles te leen. Una adolescente mal portada, adicta, irreverente, tiene 12 años y un cigarro en la boca. La música estridente la atraviesa, no hay salidas, sólo entradas, sólo oleadas de notas de trompetas que se elevan y descienden. El mar viene en cámara lenta, y ella empieza a cabalgar sintiendo la brisa que acaricia su rostro, la arena que detona el estrépito de cada galope. Es arrebatada. Pero el caballo que lleva la música cabalga veloz, sube alto, hondo baja, despacio. Es llamado la música que pasa como aire entre

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las hojas. El aliento del soplo es música. Oye la voz del ángel. Del caballo que ha partido y sin embargo la ventana está abierta y entra el frío. Es diciembre. Ella, adicta y ojerosa, fuma a escondidas en el baño. Está cargada. Se ha llenado de imágenes: la invisible caricia del aire: la música sigue brotando hasta dar con la voz. Minerva Margarita Villarreal (Nuevo León, México, 1957), es poeta, editora y directora de la Capilla Alfonsina de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Su obra poética comprende los siguientes títulos: Hilos de viaje, 1982; Juegos cotidianos

(coautora), 1983; Entretejedura, 1988; Palabras como playas, 1990; Dama infiel al sueño, 1991; Pérdida, 1992; Epigramísticos, 1995; La paga común del corazón más secreto, 1995; El corazón más secreto, 1996; Adamar, 1998; La condición del cielo, 2003; y Herida luminosa, 2009. Ha merecido premios como Premio Plural de Poesía 1986, Premio Nacional de Poesía Nuevo Reino de León convocado por el Gobierno de Nuevo León 1986, Premio Nacional de Poesía Alfonso Reyes 1990 por Pérdida, Premio a las Artes de la UANL 1991 y el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 1994 por La paga común del corazón más secreto. Es Maestra en Letras Españolas por la UANL, donde se desempeña como docente.

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La vibración poética Nuno Júdice

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a música y la poesía pudiera decirse que son, sino sinónimos, casi sinónimos. Es conocida la expresión de Mallarmé de aquello que queda de un poema no es el sentido, mas lo que él designa como “vibración”, tal como sucede cuando acabamos de oír una pieza musical y algo permanece en el oído interno que continúa, en el silencio, al resonar esa música. Lo paradójico de esta visión de lo poético consiste en la idea de que el sentido es algo secundario o de que, siendo tan complejo, será imposible develar su misterio, y de que el poema mantendrá, siempre, algo de irreductible a la compresión humana una vez que la propia noción de misterio remita siempre a una esfera sacra o mágica, insuperable para nuestro juicio. Lo que aquí es descrito sobre esta forma, en el fondo es apenas esa idea de que ninguna lectura humana conseguirá llegar al fondo del poema, al esclarecimiento total y seguro que de él tiene para transmitir: otro “sentido” que no reside en las palabras sino en aquello que se llama su “música”. Mas, quizá, aquí estamos para entrar en esa particularidad del lenguaje poético que es el ritmo –y es cierto que también la música, por la significación transferida a la esfera del sonido puro, se caracteriza por el hecho de que, a cada nueva audición de la pieza musical o del concierto, somos llamados por nuevas sugerencias

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de sentido, nuevas imágenes, nuevas cadenas de significados, que transcurren debido a su ejecución, y nos hacen sentir que algo nuevo surge en nuestra comprensión, sin que podamos expresar de forma racional esa impresión. Asímismo, estos dos niveles de significado –lingüístico y musical –se sobreponen, sin confundirse, creando un efecto de alternancia en el que no es posible, nunca, agotar un sentido. La pregunta central será saber distinguir los dos niveles, y no confundir esa esfera en la que coinciden música y subjetividad con el plano objetivo de la imagen poética centrada en la palabra fundadora, capaz de crear sobre el significado común del diccionario un mundo inaprensible para la mirada. Es por eso que se puede hablar del poeta como mediador, como aquel que pudiera establecer el enlace entre los dos planos y proyectar el que es único –la subjetividad, o yo del poeta –en ese material común que es lenguaje. Mas importa también referir que a través de ese diálogo intersubjetivo, que pasa por el lado más personal e intrasmisible del poema, que la pregunta sobre el sentido se va proyectando, una vez que el lector absorbe la pregunta hecha por el poema –su naturaleza “indefinible”, por usar el punto de vista del crítico João Gaspar Simões para quien “un poema es, entonces, una condensación de un cierto instante poético.” Llegamos aquí a la más compleja realidad

del poema: esa forma que alcanza la eternidad, con el propósito ideal de liberarse del tiempo y de la circunstancia del presente; pero que lo consigue a través de la continuidad del instante, que es por otro lado la fuente de la imagen poética. Y es posible que, para la de las imágenes, de los sentidos, del lenguaje, sea esa duración interior aquello que el poema experimenta y que nos obliga a releer el poema, tal como podemos oír infinitas veces la misma pieza musical en que descubrimos siempre nuevas emociones y sugerencias, que hacen que el mismo poema sea siempre diferente cuando lo oímos o lo releemos. Nuno Júdice (1949), poeta portugués. Publicó su primer poemario, A Noção de Poema, en 1972. Su obra está recogida ampliamente en Obra poética, 1972-1985 (1991) y en Poesía reunida, 1967-2000 (2000). Ganador del Premio de Poesía del PEN Club (1985), del Gran Premio de Poesía de la Asociación de Escritores Portugueses (1994), del Premio Reina Sofía (2013) y del Premio Poetas del Mundo Latino. Traducido a más de diez lenguas, cuenta en español con los poemarios Un canto para la espesura del tiempo (1995, traducción de José Luis Puerto), Teoría general del sentimiento (1999, versión de Blanca Luz Pulido) y antologías en España (Visor), Colombia (ed. Rocca) y México. bién narrador y ensayista. contratiempo

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La música ha otra parte Pedro Serrano

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a poesía, como su nombre lo indica, no es música. Las trabes que unen a las palabras con los sonidos están muy lejos de la edificación que con ellos construye la música. O para usar otro símil, la sonoridad, que es lo que tienen en común, lleva sus aguas por diferentes cauces en la música y en el lenguaje. La emisión y percepción de sonidos funciona de muy distinta manera en cada una de estas dos actividades. Para decirlo breve, si se analizan los elementos sonoros de un poema, con lo que tenemos que lidiar es con la prosodia, una rama de los estudios de poesía, no de la música. Nadie habla de melodías ni armonías al analizar los sonidos en un poema, sino de acentos y aliteraciones, es decir de juegos de fonemas trabados en una articulación que inmediatamente apunta hacia una convención de sentido. Por eso la emoción a la que nos conduce el juego fónico de un poema, incluso en aquellos que consideramos “musicales”, es de índole muy distinta a la emoción trabajada en la música. La articulación de sonidos y silencios en ella es distinta a la del lenguaje y las frases de una no tienen nada que ver una con las de la otra. Sin embargo es tan larga la tradición que las pone en el mismo saco, y son tantos los espacios en que se acercan y colaboran, que se tiende a pensar que nacieron juntas en un protolenguaje musical, o que crecieron al parejo, o que se pueden explicar una junto a la otra. Sin embargo, lo más probable es que, evolutivamente, esto no fuera así. Digo lo más probable porque su estudio está aún por desarrollarse, aunque nada nos impide avanzar su hipótesis. Ambas, música y lenguaje, provienen de la capacidad para percibir la materialidad diferenciada de silencios y sonidos que como especie tenemos los humanos. La emoción que producen los sonidos articulados en palabras es de índole distinta a la que surge en una línea musical y se ingiere de modo diferente. Los sonidos no tienen sentido, pero las palabras sí. Algunas investigaciones recientes han especulado con que nuestro cerebro reacciona de inmediato, sin tener que procesarlas, ante palabras relacionadas con el movimiento. Es decir, si escuchamos “¡patea!”, nuestro cuerpo reacciona sin procesamiento ni intermediación, interpretando la palabra, no el sonido, sin intermediación de nuestra mente y nuestro cerebro. Podríamos decir entonces que el cuerpo escucha. Pues “patea” es una palabra articulada, no una acumulación de sonidos. Veámoslo desde otra perspectiva. Si decimos “golpe”, según esto, nuestra reacción

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física, por inmediata que sea, está articulando sentido. Mientras que al rascar un pizarrón con las uñas, aunque estamos produciendo un sonido ante el que también reaccionamos de inmediato, y que incluso se supone que como especie está originada en el crispado rasguñar de un tigre, no estamos emitiendo sentido. Lo que quiero señalar ahora es que, en el caso de la poesía y la música, se conducen por vías diferentes. Es decir, no es que la música sea más pura, o más esencial, es que toca fibras de la emocionalidad y de la fisicalidad humanas que no necesitan del lenguaje. Nos afectan sin transición. Como los olores. Hablar de música y poesía, por otro lado, puede llevarnos a imaginar, entre otras cosas, el armonioso espacio de enriquecimiento mutuo que conocemos como ópera. Sin embargo cualquiera que haya trabajado con un compositor sabe que la relación es más complicada de lo que a primera vista parece. No sólo por el simple hecho de que quienes están practicando esa colaboración son dos individuos distintos, ni porque cada uno de ellos está aferrado a su propio instrumental y campo de acción, además de a sus manías, costumbres, procedimientos y tiempos de trabajo, sino porque el encaje entre las palabras y las notas pone en tensión opuesta la fuerza expresiva de la música y la enunciación sonora del lenguaje. Esto sin contar con que cada uno de los involucrados está totalmente convencido de que lo que el otro hace es suplementario a su propio trabajo, independientemente de qué digan los créditos y qué porcentaje se le pague a cada uno. Y sin embargo, hablar de música en poesía es una licencia que ha corrido con suerte a lo largo de la historia. Hay poetas cuya obra toda está basada en una redacción de símiles musicales, como la de León de Greiff: “¡La inmersión en tus aguas calladas, ¡oh propio ser! antes que el ruido que inane asorda! Húndete en el silencio! —sola Música—.” Y uno de los más inteligentes y equívocos ensayos de T. S. Eliot, “La música de la poesía”, estudia las distintas maneras en que el poema se desenvuelve en una larga comparación musical. Eliot es un poeta en quien desde sus primeros poemas aparecen personajes, imágenes y trasposiciones musicales, como por ejemplo Chopin tocado por el último polaco, en Retrato de una dama. Pero ninguno de estos dos poemas puestos como ejemplo es música. También los Cuatro cuartetos, para usar otra obra de Eliot, es un engañoso aparador musical, que ha llevado a no pocos y diligentes estudiosos a rastrear una

y otra vez la supuesta relación, y a terminar siempre por perderse en el elaborado espejismo de su construcción no musical. En realidad, la música y la poesía son hechuras que van por distinto camino, aunque se toquen muchas veces. En lo que coinciden la música y el lenguaje es en el sonido, nada más.

Raíces Técnica Digital 2008 Xalapa, Ver. México Tzununi Caraza.

Pedro Serrano (Montreal, Canadá, 1957). Poeta, radica en la Ciudad de México. Es Doctor en Letras por la UNAM. Fue fundador de la revista de literatura Cartapacios, editor de la colección Material de Lectura, Serie Poesía Moderna; jefe de redacción de la revista México en el Arte, y miembro fundador de la revista Fractal. Asimismo, participa en la redacción del Periódico de Poesía y de la revista Létrangère (Bélgica). Colaborador de Anales de Literatura Hispanoamericana, Armas y Letras, Biblioteca de México, El Bagre, Casa del Tiempo, Cartapacios, Diálogos, El Semanario Cultural, Fractal, Graffiti, Grafito, Imago, La Gaceta del FCE, La Jornada Semanal, La Orquesta, Letras Libres, Los Universitarios, México en el Arte, Milenio, Nueva Estafeta, Ovaciones en la Cultura, Periódico de Poesía, Sábado, Ulrikay Vuelta. Becario del Instituto de Cooperación Iberoamericana, 1982; del British Council, 1987; de la UNAM, 1989; del Fideicomiso México-Estados Unidos y de la Fundación Guggenheim 2007. ABRIL 2015


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Música, Literatura: Oralitura Carlos J. Aldazábal

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l comienzo fue la música, pura sucesión de sonidos y silencios sin adjetivos de por medio. Pura música, la música sin más, la que en su totalidad cubría todos los aspectos de una vida, desde el nacimiento hasta la muerte. En algunas culturas tribales esa música sin adjetivación era, sin embargo, status de poder: no todos podían hacer la música, sólo los profetas, los sabios o los jefes. Y en esas sociedades, hacer la música era también hacer la palabra, hacer la poesía, la filosofía, la religión, las leyes. Todo eso era la música sin adjetivos, música que era palabra hermanada en el canto: la literatura, en sus orígenes ágrafos, fue música antes de ser dibujo. La separación entre la música y el canto no fue una ruptura radical, fue paulatina, pero no definitiva. Como señala el filósofo italiano Giorgio Agamben, una de las acepciones del término parodia “indica una separación entre canto y palabra, entre mélos y lógos”. Así, en la Cultura Occidental, la complejización de las sociedades empezó a prestarle adjetivos a la música, al tiempo que permitía su abstracción. Los adjetivos “sacra” y “profana” fueron el puntapié inicial de una serie de divisiones que, ya en las sociedades modernas, se multiplicarían al infinito. Entre esas adjetivaciones, las palabras “culta” y “popular” sintetizan la condensación de constelaciones de sentidos en disputa, que remiten a factores de clase, etnicidad y género, disputas de poder que modelan la especificidad de lo artístico en la modernidad, hundiendo sus raíces en la premodernidad medieval y greco latina, al tiempo que se proyecta en la expansión capitalista de la posmodernidad de los últimos tiempos: eso que algunos bautizaron como “globalización”. Así, con la música ocurrió un proceso análogo al que ocurrió con la literatura, y especialmente con la poesía: la distinción entre “poesía culta” y “poesía popular” aún sigue vigente en algunos manuales de enseñanza.

Temporalidad y Oralitura

El teórico africano Yoro Fall ha llamado “Oralitura” (1992) a ese esfuerzo por “reconocer la estética de la palabra plasmada en la historia oral, en las leyendas, mitos, cuentos, epopeyas, o cantos que son géneros creativos que han llegado hasta nuestros días de boca en boca. Y que en la globalización de la crítica cultural también constituyen poéticas sujeto de estudio por parte de sociedades letradas”. El error de la concepción temporal de la Cultura Occidental es la linealidad evolucioNÚMERO 122

nista. Ese evolucionismo, presente aún hoy en ciertas concepciones del arte moderno, hace necesaria la utilización de un concepto como el de “oralitura” para restituir al presente expresiones estéticas que el etnocentrismo evolucionista había condenado, prepotentemente, al pasado. En este sentido, las expresiones “poesía culta”, “poesía popular”, remiten a simplificaciones esquemáticas donde lo “culto”, asociado a las vanguardias, remite al futuro de las formas estéticas, en tanto lo “popular”, adjetivo de “pueblo”, a la sencillez e inocencia de un pasado imaginario donde el mundo, desprovisto de ciencia, se expresaba por mitos. En este tipo de simplificaciones, como bien lo señala Barbero (1987), recaen corrientes de pensamiento propias de la modernidad, tales como el iluminismo o el romanticismo, aunque también cierto marxismo esquemático, por el que circuló el evolucionismo más obtuso. En contraste, otras corrientes de pensamiento, abrevando también en tradiciones marxistas, como la teoría cultural de Gramsci, han venido a cuestionar la linealidad evolucionista desde el eje crítico del pensamiento occidental. Un buen ejemplo lo dan pensadores que juntan la tradición gramsciana con sus propias tradiciones culturales, como los hindúes que hacen una teoría cultural poscolonialista, al modo del teórico Dipesh Chakrabarty, o ciertos poetas mupuches de Chile, como Elicura Chihuailaf, que hablan expresamente de “oralitura”, para referirse a su producción escrita. Así, Chakrabarty, desde la perspectiva de los Subaltern Studies hablará de “la naturaleza dislocada de nuestra propia época”, para señalar que “la relación de contemporaneidad entre lo modeno y lo no moderno, un ´ahora´ compartido que se expresa a sí mismo en el plano histórico pero cuyo carácter es ontológico, es lo que permite que el tiempo histórico se desdoble”.

Poesías/Musicalidades/ Diversidad Cultural/ Diversidad Temporal

En 1966 la antropóloga Anne Chapman grabó los cantos chamánicos del pueblo ona, de Tierra del Fuego, a través de la voz de una mujer: Lola Kiepja. Un año atrás, en 1965, el poeta Manuel J. Castilla escribía varias coplas dedicadas a una quinceañera de la localidad de La Poma que, música del Cuchi Leguizamón mediante, devendría en la zamba La pomeña, popularizada por Mercedes Sosa, entre otros intérpretes. Cuarenta años después, en 2005, en un documental

transmitido por televisión, Eulogia Tapia, la quinceañera de la zamba, narraba el origen del poema, y en el relato la música de su oralidad vallista alternaba con la oralitura de sus coplas cantadas como baguala: “Papel y sobre /tanto trabajo/ pa´vivir pobre”, con voz aguda y en una escala tritónica, propia del desarrollo musical de los pueblos indígenas andinos. Todos estos ejemplos de oralituras, circunscriptos al espacio de un estado nación, Argentina, ilustran la diversidad cultural y temporal del universo poético. En todos ellos, el nexo entre música y palabra brilla intacto, lejos de la poesía desritualizada y abstracta propuesta por el paradigma de la linealidad temporal de Occidente. Y esto se traduce en la realidad de que, tanto en literatura (y especialmente en poesía) como en música, no hay claridades. Las cuestiones de clase, de etnicidad y de género no son elementos decorativos que se mantienen al margen de la producción estética. Toda linealidad canónica, también y especialmente en literatura, es una experiencia de la percepción unida, indisolublemente, a cuestiones de poder. Las complejidades estéticas que invocan todos los ejemplos culturales de las oralituras mencionadas más arriba poco tienen que ver con un “efecto” dependiente del objeto estético en sí mismo, y mucho con las tradiciones culturales inscriptas en la superficie de los poemas/cantos. Tradiciones que en el campo de la lucha cultural permiten construir sentido, goce estético, pero también resistencia al sentido común, a las imposiciones del poder. Estas oralituras, llevan implícitas marcas que remiten a las voces silenciadas de sus presentes y pasados subalternos, voces que en el recodo de la diversidad temporal vuelven a cantar, con la potencia de lo que perdura.

Carlos J. Aldazábal (Salta, 1974). Poeta y ensayista. En poesía publicó La soberbia del monje (1996), Por qué queremos ser Quevedo (1999), Nadie enduela su voz como plegaria (2003), El caserío (2007), Heredarás la tierra (2007), El banco está cerrado (2010), Hain. El mundo selknam en poesía e historieta (2012), Piedra al pecho (2013) y Las visitas de siempre (2014). En ensayo, El aire estaba quieto. Cultura popular y música folclórica (2009). Obtuvo el Primer Premio del Concurso “Identidad, de las huellas a la palabra”, organizado por Abuelas de Plaza de Mayo, el Primer Premio en Ensayo del Fondo Nacional de las Artes y el Premio Alhambra de Poesía Americana (Granada, España). contratiempo

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El cantor y el juglar Gerardo Cárdenas

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a voz del cantor retumba con sonoridades que podrían estremecer los cimientos de una sinagoga; la del juglar, raspa al tañido de la guitarra o el silbido agudo de la armónica. El primero es Leonard Cohen, el segundo Bob Dylan. Sus voces, su música, definen y describen mucho de la poesía musicalizada de la segunda mitad del siglo XX. Detengámonos por un segundo en Cohen. En él tenemos a la reencarnación del autor de los salmos (atribuidos a David y Salomón, aunque probablemente estos no compusieron más de una docena cada uno). En la voz de Cohen podemos esperar la entonación de la oración Shema Yisrael, pero el poeta, irreverente y carnal como los reyes que le precedieron, canta a la mujer universal, como en Suzanne And you always travel with her Y siempre viajas con ella You want to travel blind Quieres viajar a ciegas And you know that she can trust you Y sabes que confía en ti For you’ve touched her perfect body Porque has tocado su perfecto cuerpo With your mind. Con tu mente. La música de Cohen está en la voz, y la voz es el elemento primigenio del poeta. Su voz es el primer elemento del drama, y el último referente de su poesía descarnada y pesimista, como en Everybody knows. Everybody knows that the dice are loaded. Everybody rolls with their fingers crossed. Everybody knows the war is over. Everybody knows the good guys lost. Everybody knows the fight was fixed; the por stay por, the rich get rich. That`s how it goes. Everybody knows. Todos saben que los dados están cargados. Todos los tiran con los dedos cruzados. Todos saben que la guerra terminó. Todos saben que los buenos perdieron. Todos saben que la pelea estuvo arreglada: los pobres siguen pobres, los ricos se hacen ricos. Y así está la cosa. Todos lo saben. Inevitablemente el poeta vuelve al trono de David y Salomón, y a la perdición de la carne que lleva, irónicamente a la redención. Así, Hallelujah. Your faith was strong but you needed proof. You saw her bathing on the roof; her beauty and

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the moonlight overthrew you. She tied you to a kitchen chair, she broke your throne, she cut your hair, and from your lips she drew the Hallelujah!

dense, retorciéndose para alcanzar a Whitman de ser necesario., tal y como lo hace en Duquesne Whistle.

Tu fe era fuerte pero querías pruebas. La viste asoleándose en el techo; su belleza y la luna te derribaron. Te ató a una silla de la cocina, quebró tu trono, cortó tu pelo, y de tus labios extrajo el ¡Aleluya!

Listen to that Duquesne Whistle blowing / Blowing like it’s gon’ blow my blues away / You’re a rascal, I know exactly where you’re going / I’ll lead you there myself at the break of day. / I wake up every morning with that woman in my bed / Everybody telling me she’s gone to my head / Listen to that Duquesne Whistle blowing / Blowing like it’s gon’ to kill me dead.

Lejos de palacio está el juglar, el que baila y canta por las calles, el que canta los sentires del pueblo y se ríe del rey en sus raíces. Judío como Cohen, Bob Dylan responde a una diferente tradición poética: la del canto social cargado de crítica política, elementos esenciales de la poesía del siglo XX. Si en Cohen la poesía es voz, en Dylan es fraseo musical. Tañido de la guitarra que acompaña a una voz cacofónica que huele a bourbon barato y a speakeasy. Dylan destroza la convención con una música más sencilla, con versos más directos, pero no por ello menos violentos que los cánticos de Cohen. Digamos, como en Early Roman Kings, crítica a los reinos pasados y presentes. They’re peddlers and they’re meddlers Son mendigos y metiches They buy and they sell Compran y venden They destroyed your city Destruyeron tu ciudad They’ll destroy you as well También te destruirán They’re lecherous and treacherous Traicioneros y calientes Hell-bent for leather Obsesionados con la piel Each of ‘em bigger Cada uno más grande Than all them put together Que todos juntos Sluggers and muggers Pendencieros y asaltantes Wearing fancy gold rings Con vistosos anillos de oro All the women goin’ crazy Las mujeres vueltas locas For the Early Roman Kings Por los antiguos reyes romanos Viejo e incansable como Cohen, Dylan se reinventa. Se reencuentra lo mismo con Frank Sinatra, que apela a los elementos más básicos de la poesía popular estadouni-

Escuchen el pitido de Duquesne / Pitando como si me fuera a quitar el blues / Eres un pillo, sé exactamente a dónde vas / Ahí te llevaré yo mismo al final del día. / Despierto cada mañana con esa mujer en mi cama / Todos me dicen que se me ha subido a la cabeza / Escuchen el pitido de Duquesne / Pitando como si me fuera a matar. Pasajero de incontables trenes, el ritmo poético de Dylan depende de guitarra y banjo, como el de Cohen de voz, eco y resonancia. El fraseo es más corto, más irreverente, tal vez más efectivo. Ambos se reencuentran en el comentario de sus tiempos, pero mientras Cohen acude a la mística, Dylan se zambulle en la desesperanza, en el sarcasmo. En Cohen sobrevive la esperanza de una trascendencia; en Dylan, su poesía es el ahora, sin más allá. Ambos entregan a su auditorio una poesía ancestral cargada de nuevas tonalidades, viejo vino en odres nuevos. La desesperanza de Dylan, más brutal que nunca en Tears of rage. Tears of rage, tears of grief Lágrimas de ira, lágrimas de pena Why must I always be the thief? ¿Por qué he de ser yo siempre el ladrón? Come to me now, you know Ven a mí ahora, tú sabes We’re so alone Que estamos tan solos. And life is brief Y la vida es breve.

Gerardo Cárdenas (México, 1962). Escritor y periodista cultural. Director editorial de contratiempo. Autor del libro de relatos A veces llovía en Chicago (2011), la obra de teatro Blind Spot (2015) y el poemario En el país del silencio (2015). ABRIL 2015


DESHORAS

El arte poético del hip hop Voces que guardan el compás del tiempo

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ara este Deshoras presentamos cinco extraordinarios exponentes latinos del rap, entendido como un elemento oral de recitación dentro del hip hop (movimiento artístico que nace hace casi cuatro décadas con latinos y afroamericanos en Nueva York e incluye el rap, el turntabling, el graffiti y el breakdancing). A Danay Suárez, de Cuba, se le ha dado reconocimiento como representante del hip hop consciente femenino de su país. Es activista dentro de la nueva generación del rap underground cubano. En sus temas despliega letras inteligentes en ritmos que se regodean entre el jazz y la música tradicional cubana. La Mala Rodríguez, de Cádiz, España, escupe rimas dándole a sus palabras un toquecito aflamencado, testimonio de sus orígenes andaluces. Las canciones del dúo puertorriqueño Calle 13 cobran feroz impulso en las rimas de René Pérez Joglar, mejor conocido como Residente. Niña Dioz, de Monterrey, México, en una entrevista me comentó que lee diccionarios por el gusto de ir encontrando y aprendiendo los vocablos más precisos para comunicar sus ideas y puntos de vista. De Chile, Ana Tijoux crea intrincadas rimas de fuerza primordial. Cabe destacar también que la poesía musical de todos estos artistas nace y evoluciona dentro de un marcado activismo social, y sus temas se centran frecuentemente en llamados a responder de mejor manera a problemas de nuestra sociedad como la pobreza, el racismo y la violencia de género. Los poemas elegidos para Deshoras llevan el sello de este activismo: Tijoux nos invita a descolonizar nuestros pensamientos; Niña Dioz habla de la sangre que corre por las calles mexicanas debido a la

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guerra contra el narcotráfico; La Mala despotrica contra el lucro debido a ese mismo tráfico; Suárez, de manera delicada y sutil hace comentario sobre la violencia de género y Calle 13 nos ofrece un himno al implacable espíritu de supervivencia del ser humano. Vale la pena disfrutar de estos poemas en su formato melódico, ya que son artistas que han sabido sumar la palabra a la melodía. Pero también merecen ser leídos aún sin la música que los acompaña. De esta manera nos damos cuenta como desde el rap, cada artista va retomando la trayectoria del arte poético de su país. La Mala no surge sin conocimiento de García Lorca; Suárez evoca a Martí y en entrevistas, Tijoux habla de la influencia de Víctor Jara y Pablo Neruda. Y como poetas, estos artistas musicales hacen uso primordial del ritmo que el mismo Octavio Paz definió en El Arco y la Lira como elemento que crea tiempo arquetípico a través de frases rítmicas “...que llamamos versos y su función consiste en recrear el tiempo”.

De izq. a der.: Ana Tijoux Foto: cortesía de la artista Danay Suárez Foto: cortesía de la artista Mala Rodríguez Foto: Fernando Messino Niña Dioz Foto: Catalina María Johnson

Residente de Calle 13 Foto: Catalina María Johnson

Introducción y selección de poemas a cargo de Catalina María Johnson, miembro del consejo editorial de contratiempo, escritora y locutora/ productora del programa radial Beat Latino (www.beatlatino.com). Ilustraciones de Javier Suárez. El artista mexicano nació y creció en los suburbios de Chicago. Recibió una licenciatura en Bellas Artes de Columbia College Chicago con énfasis en ilustración y estudios de America Latina, su otra pasión. Su portafolio se puede ver en http://www.javiercantdraw.com contratiempo

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Ilustraci贸n: Javier Su谩rez

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Vengo Ana Tijoux Vengo en busca de respuestas con el manojo lleno y las venas abiertas, vengo como un libro abierto ansiosa de aprender la historia no contada de nuestros ancestros con el viento que dejaron los abuelos y que vive en cada pensamiento de esta amada tierra, tierra quien sabe cuidarlo es quien de verdad la quiere. Vengo para mirar de nuevo para deducirlo y despertar el ojo ciego, sin miedo, tu y yo descolonicemos lo que nos enseñaron con nuestro pelo negro, con pómulos marcados, con el orgullo huido en el alma tatuado. Vengo con la mirada, vengo con la palabra, esa palabra hablada, vengo sin temor a no perder nada. Vengo como el niño que busca de su morada

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la entrada al origen la vuelta de su cruzada. Vengo a buscar la historia silenciada, la historia de una tierra saqueada. Vengo con mis ideas como escudo, con el sentir humano a vivir este mundo donde el hombre nuevo busca el contrapunto, vengo, mano... Vengo como tu en busca de la huella de la pieza del árbol y de su corteza que guarda en su memoria que el canto de victoria, cuando vimos de la tierra lloramos contra la euforia. Ya vimos así nuestros brazos tan encandilados, si nos acurrucamos al origen de los tiempos a la fuente el universo, donde yace el sentimiento de vivir este comienzo. Vengo con la sangre roja con los pulmones llenos de rimas en mi boca, con los ojos rasgados, con la tierra en las manos,

venimos con el mundo y venimos con su canto. Vengo a construir un sueño, el brillo de la vida que habita del hombre nuevo, vengo buscando un ideal de un mundo sin clase que se puede levantar. Vengo con el mundo y vengo con los pájaros, vengo con las flores y los árboles sus cantos. Vengo con el cielo y sus constelaciones, vengo con el mundo y todas sus estaciones. Vengo agradecida al punto de partida, vengo con la madera, la montaña y la vida, vengo con el aire, el agua, la tierra y el fuego. Vengo a mirar el mundo de nuevo. Vengo, vengo a mirar el mundo de nuevo. Vengo en busca de respuestas con el manojo lleno y las venas abiertas, vengo... vengo buscando un ideal de un mundo sin clase que se pueda levantar, vengo... con nuestro pelo negro, con pómulos marcados, con el orgullo huido en el alma tatuado, VENGO.

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1977 Ana Tijoux Nací un día de junio Del año 77 Planeta mercurio Y el año de la serpiente sin o patente Tatuado y en mi frente Que en el vientre de mi madre marcaba el paso siguiente Me hace llorar sin anestesia en la camilla Mi padre solo dijo es Ana María Sí sería el primer llanto Que me probaría Quemando las heridas Y dándome la batería Solía ser entonces como un libro abierto Pero leí la letra pequeña del texto Como un arquitecto Construyendo cada efecto Correcto, incorrecto, sé aprender todo al respecto Saber que algunas personas Querían el daño subir peldaño Toma tiempo toma año Con mi peluche mirando lo cotidiano Dibujos transformaban y el invierno en gran verano

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papá me regalo bajo mi insistencia Juego, trataba de culparte y recibencia Pero en el cartú hicieron la competencia Y fue cuando sentí mi primera impotencia 1970 shhh 1977 no me digan no Que uno lo presiente Todo lo que cambia lo hará diferente En el año que nació la serpiente shhh (bis) Mi adolescencia fue una etapa bizarra El cuerpo es batería y la cabeza guitarra La orquesta narronato nada quebrada para la mirada De una niña que sólo talla espadas hormona disparada Sobre poblada sin formas en que cambian temporadas Caminas encrucijadas Cada cual es su morada Preparaba la carnada La sagrada diablada De mirada encabronada Mi fila la verdad

Nunca busco su silla Mi búsqueda fue mero Proceso de pura pila Pupila de poeta Que marcó nuestra saliva En la cordillera que miraba la salida La parada militar de paso monótono Colores polícromos Uniformes de poco tono Detono mi cuestionamiento La voz si sonó no Mi primera rima que sonó y me enroló Mi búsqueda no fue para mí cosa de escenario Fue algo necesario Que marcaba ya mi fallo Así que todas más de lo necesario Fue cuando entendí Que todos quieren ser corsario. 1970 shhh 1977 no me digan no Que uno lo presiente Todo lo que cambia lo hará diferente En el año que nació la serpiente

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El Aguante Calle 13 Nacimos para aguantar lo que el cuerpo sostiene aguantamos lo que vino y aguantamos lo que viene. Aguantamos aunque tengamos los segundos contados, nuestro cuerpo aguanta hasta quince minutos ahorcado. Aguantamos latigazos, que nos corten los dos brazos, fracturas en cualquier hueso, tres semanas con un yeso. Aguantamos todo el tiempo las ganas de ir al baño pa’ ver el Cometa Halley hay que aguantar setenta años. Aguantamos la escuela, la facultad, el instituto; a la hora de cenar, nos aguantamos los eructos. El pueblo de Burundi sigue aguantando la hambruna, aguantamos tres días para llegar a la Luna Aguantamos el frío del Ártico, el calor del Trópico aguantamos con anticuerpos los virus microscópicos aguantamos las tormentas, los huracanes, el mal clima aguantamos Nagasaki, aguantamos Hiroshima... aunque no queramos, aguantamos nuevas leyes aguantamos hoy por hoy que todavía existan reyes castigamos al humilde y aguantamos al cruel aguantamos ser esclavos por nuestro color de piel aguantamos el capitalismo, el comunismo, el socialismo, el feudalismo aguantamos hasta el pendejismo aguantamos al culpable cuando se hace el inocente aguantamos cada año a nuestro puto presidente

Aguantamos al ateo, al mormón, al cristiano al budista, al judío, aguantamos al pagano, al aguantamos el que vende balas y el que la dispara aguantamos la muerte de Lennon, la de Víctor Jara aguantamos muchas guerras, la de Vietnam, la Guerra Fría la Guerra de los Cien Años, la Guerra de los Seis Días ¡que aguanten la revancha, venimos al desquite hoy nuestro hígado aguanta lo que la barra invite! Por lo que fue y por lo que pudo ser por lo que hay, por lo que puede faltar por lo que venga y por este instante levanta el vaso y a brindar por el aguante! ¡A brindar por el aguante!

Ilustración: Javier Suárez

Por lo que fue y por lo que pudo ser por lo que hay, por lo que puede faltar por lo que venga y por este instante levanta el vaso y a brindar por el aguante! ¡A brindar por el aguante! Aguantamos cualquier tipo de dolor aunque nos duela aguantamos Pinochet, aguantamos a Videla, a Franco, Mao, Ríos Montt, Mugabe, Hitler, Idi Amin, Stalin, Bush, Truman, Ariel Sharón y Hussein aguantamos más de veinte campos de concentración cuando nadas bajo el agua, aguantas la respiración; pa’ construir una pared, aguantamos los ladrillos el que no fuma se aguanta el olor a cigarrillo. Aguantamos que Monsanto infecte nuestra comida aguantamos el agente naranja y los pesticidas Cuando navegamos aguantamos el mareo aguantamos el salario mínimo y el desempleo aguantamos las Malvinas y la invasión británica en la ciudad de Pompeya aguantamos lava volcánica y dentro de la lógica de nuestra humanidad, nos creemos la mentira de que nadie aguanta la verdad

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Yo Aprendí Danay Suárez Yo aprendí que la mayoría de las veces las cosas no son lo que parecen que somos una especie que se especializa en mentir para así construir un porvenir con mentiras cuenta cuántas veces hacemos desaparecer con sólo una frase lo que no quisiéramos perder se nos va la vida vamos dejando correr el tren con el amor que solo pasa una vez

Yo sé que uno se puede equivocar como un ser humano normal que tiene mucho valor que te perdonen pero más perdonar que no se puede pisotear la palabra pisotear la moral que el amor no basta cuando el respeto no alcanza es como arar en el mar

Ilustración: Javier Suárez

Aprendí a no burlarme de nadie con arrogancia porque yo no sé cuáles serán mis circunstancias y la elegancia sólo es cosa ego la ropa con la que mejor me veo es la del alma yo aprendí que la carne es buena consejera a la hora de tomar decisiones certeras que yo no soy la mas lista pero con el oportunista debo ser una fiera Yo sé que uno se puede equivocar como un ser humano normal que tiene mucho valor que te perdonen pero más perdonar que no se puede pisotear la palabra pisotear la moral que el amor no basta cuando el respeto no alcanza es como arar en el mar No soy mejor que nadie nadie es mejor que yo aunque yo no entienda cómo todos quieran parecerse cómo la gente se clona pierde su propia voz no saben hacia donde caminar al levantarse yo aprendí que querer saber todo lo que piensan con respecto a mí esa es mi amenaza es abrirle la puerta a la envidia decirle como esta señora entre esta en su casa que pasan las cosas pero los errores pesan por que luego se arrastran porque luego te aplastan como cadenas del alma Yo sé cómo se extraña a un hermano cuando te hace falta yo sé que a veces el que más sufre es el que más te ama yo sé que tendré otra madrugada donde no tengo ni almohada ya yo comprendí que la vida es linda pero no es un cuento de hadas

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El poeta de mi barrio Mala Rodríguez con Poison ¿Por qué hay veces que pienso de una forma? Como tú eres de otras pero concentrar esos pensamientos En una base lo hago de una sola forma que yo entiendo mi norma, No podrían calificar mis pensamientos en papel porque yo soy de andén, El ghetto me acompañó y sigue pasando ese tren, tocar Y retocar mi fe en una estación sin parada, Y dejar como rail las ruedas que rayan como un escritor las paredes pintadas,

Dios, no manches los campos de llantos y educa a los progenitores

Escribo lo que intentarán derribar mañana, No acompaño sino que me acompaña la guitarra, Se trata de mis letras si no te gusta no te metas

Y que la espada a mi fuerza decaiga, como la espina

O caerá sobre ti toda mi rabia como ley gitana como se estira mi garra,

Y el que me jodió esta tirado en el suelo Y no voy a hacer nada para intentar levantarle,

Con los cantos de los pájaros y hazle vocalizar Hasta la última relevancia, ellos hacen que tu mérito Sea el mío sin calcularme la fama, mi micro me sujeta aunque Caiga y arrastre la pena con tranca y a barrancas

Me la saqué y aun esta clavada y soy un muro en cada trozo de mi carne

Fui vendido como impostor, centrándose en su tema, Ahora está rendido a mi y ya no creo en su esfera, El que a hierro mata, a hierro muere! Y el que falla a un hermano igual que una vaina muere.... Quien me quiere sabe lo que quiero, Agárrame del brazo y no me pilles los dedos

Soñé con pisar olivos desde que me recorrí los campos de malaca, Y atrás como adelante seguiré vagando remodelando sentidos Y no pensando en el tiempo en el que vivo, estoy perdido no volverán esos recuerdos, pero los sigo Quien me quiere sabe lo que quiero, Agárrame del brazo y no me pilles los dedos Que se funda el momento y que a un recto meta esto Y que aquello que aprendí no fuera un sueño, Dejo del bboy que llevo dentro y candela pa los primos, A quien me incita lo dejo to’ melonero, Raíz en rama y rapear sin tramas con clara, sin raza, No habrá ni cárceles ni plazas será libre como el alba Y tan sabio como las casas y tan puto como el dinero El que se ganan algunos por no legalizar la marihuana, Reivindicación se llama, al ver tu parcela tan limpia Te cae una pensión de mierda y que se mueran hasta las ratas si hace falta,

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Aviones Niña Dioz con Malverde Si no puedes cambiar lo que ves ¿Por qué? Te han quitado el poder para hacerlo Lo menos que me queda es levantarme Y decirles lo que pienso Quizás alguien sienta lo mismo que yo Y juntos podamos hacer el cambio Hay que pretender que los aviones En el cielo son estrellas fugaces Necesito un deseo yo de libertad de libertad Si tuviera un cañón y me concediera un deseo Que pidiera que pudiera cambiar todo el mundo Que quemara reparara todo lo de mis sueños Que empesara que me armara que cortara no se yo Tanto entristece Cuánta solución se ofrece Loco todo parece cuando oscurece Como peste o plaga fatal

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Hay que cambiar el canal todo es tratar de imaginar Un dia mejor asta viviendo de lo peor Despues de la tempestad siempre sale el sol Con sudor todo se alcanza siempre hay esperanza A veces se fracasa pero y sobra la revancha Asi que Avioneta avioneta antes de volar Esperenme esperenme que ya estoy por llegar Pero si no se puede Y me tiene que dejar Siempre hay manera Los miro por alla Hay que pretender que los aviones En el cielo son estrellas fugaces Necesito un deseo yo de libertad de libertad De nada sirve la atencion ni la fama Si en la noche al dormir solo doy vueltas en mi cama Escucho los disparos afuera de mi ventana

México va en picada y nadie dice nada La política es una película inventada Mi bandera ondea de forma adecuada Blanco de coca Verde de marihuana Y el rojo de kada gota que ha sido derramada Por una guerra perfectamente planeada El presidente miente por kada palabra hablada Eso es lo más real que escucharas últimamente Si no puedo hacer nada Por lo menos gritarlo de frente Pues mi gente esta siendo abusada Cada semana otro amigo q le dan quebrada En que momento se salio de control esta jugada Felipe Calderón diga kien le paga!! Hay que pretender que los aviones En el cielo son estrellas fugaces Necesito un deseo yo de libertad de libertad

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Ilustración: Javier Suárez


2015 A Celebration of International Spanish Language Poetry

Lo que busca la luz APRIL 18 – MAY 2 Featured Poets Olvido García Valdez Héctor Carreto

art by Javier Chavira

Locations April 18 April 24 April 30 May 1 May 2

DePaul University Instituto Cervantes DePaul University Comfort Station Cultura in Pilsen and Poetry Foundation

Full program: www.contratiempo.net or the festival blog at poesiaenabril.wordpress.com

VISITING POETS: Frank Báez (Dominican Republic), Xánath Caraza (USA), Miguel Casado (Spain) Arturo Dávila (Mexico), Natalia Gómez (Spain), Mariela Griffor (Chile) Giancarlo Huapaya (Peru), Irizelma Robles (Puerto Rico) CHICAGO POETS: Febronio Zatarain, Santiago Weksler, Johanny Vásquez Paz, Marcopolo Soto, El Taller de contratiempo, María Luisa Ortega, Miguel Marzana, Olivia Maciel, Verónica Lucuy, Silvia Goldman, Juanita Goergen, Jorge García de la Fe, Emmanuel García, Rafael Franco, Gerardo Cárdenas

With support from: DePaul University Global Initiatives, Intercultural Programs Center, Center for Latino Research, Latin American Studies, Nuestra América, Modern Languages, Office of Institutional Diversity and Equity


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