CHICAGO, ILLINOIS, FEBRERO 2016
Dominican Republic Jazz Festival 2016 Apuntes sobre Tríptico de León Leiva Gallardo
NO ES MI PRESIDENTE
La Oración Americana de Iván Beltrán Castillo Prohibido Leer — Poesía Taller
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contratiempo DIRECTIVA Ellen Wadey Placey, Helen Valdez, Jochy Herrera, Moira Pujols, Rey Emmanuel Andújar DIRECTORA EJECUTIVA Moira Pujols DIRECTOR EDITORIAL Rey Emmanuel Andújar DIRECTORA DE ARTE Olivia Liendo CONSEJO EDITORIAL Rey Emmanuel Andújar, Rafael Franco, Catalina María Johnson, Olivia Liendo, Stephanie Manríquez, Miguel Marzana, Víctor Maraña, Andrea Ojeda, Luis Alejandro Ordóñez, Julio Rangel, Marcopolo Soto. COLABORADORES Arturo Richardson, CHema Skandal!, Febronio Zatarain, Gerardo Cárdenas, Ignacio Guevara, Jochy Herrera, Jorge Frisancho, Marco Escalante
ENERO 2017 • NÚMERO 135
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a nota editorial de nuestro pasado número resalta la reciente contienda electoral. Habla de Clinton y Tronald Dump en términos más bien analíticos, pero aclara la tragedia representada en una presidencia de Trump. ¿Qué significa el mandato de este señor para las minorías? ¿Qué significa ser inmigrante en los Estados Unidos de Trump? El inmigrante es fuente de avance y progreso, pero más acá de las estadísticas, en la cercanía que genera odio y la política divisoria, el mensaje es claro: los otros son ciudadanos de segunda clase, distancia y categoría, que no somos iguales. Pero es cierto, no somos iguales. A pesar de siglos de abuso y desconfianza, nuestra raza se mantiene firme en la idea de la convivencia y el diálogo. La violencia que se nos achaca, no es resultado de la combustión espontánea que presupone nuestro acento y sabor en la piel. Las acciones ameritan reacciones y la actitud paternalista de los Estados Unidos ha promovido y promueve actos que van en detrimento de la construcción de democracias sostenibles. Tomando esto en cuenta, en contratiempo hemos decidido dedicar nuestro dossier a un puñado de reacciones sobre la llegada de Trump al poder. Los textos, más que análisis, contienen el tenor del estado de shock, desde donde surgen más preguntas que respuestas. En el dossier hay textos de: Andrea Ojeda, Kianny Antigua, Martha Cecilia Rivera, Catalina María Johnson, Pepe
Urioste y el poeta colombiano Iván Beltrán Castillo. En la sección de Tiempo Extra contamos con una crónica de Catalina María Johnson que nos transporta a Cabarete, en la paradisíaca costa norte dominicana. Catalina disfrutó allí de uno de los festivales de jazz de gran tradición en el Caribe. El Dominican Jazz Festival se celebra cada año en Puerto Plata. Este año se presentaron artistas de la talla de Esperanza Spalding, aunque lo que más destaca de esta crónica es el impacto en la comunidad que tiene el festival. Desde España, José de María Romero Barea, reseña Los diarios de Emilio Renzi de Ricardo Piglia. José destaca que estas reflexiones nos enfrentan a un escritor que se hace fuerte ante la vastedad del miedo y el anonimato. Julio Rangel reflexiona sobre la poesía de un escritor representativo, entre otros lugares, de la literatura que se hace en Chicago: León Leiva Gallardo. Reunida en un Tríptico, esta poesía irradia luminosidad. Rangel habla de un sonido de monedas de aleación extraña. En esta edición tenemos poesía de Luz Stella Mejía y finalizamos con un Deshoras compuesto por Miguel Marzana con poesía de “Prohibido leer”. Disfruten y fuerza para el 2017, ya que el 2016 ha estado marcado por el drama y la tragedia. Digo lo último sin exagerar, ahora que pienso, entre tanta gente, en Bowie y Cohen. Dicen que Castro, entre las últimas cosas que dijo, fue, Un año como éste merece que uno se le muera.
La ilustración de portada es del artista plástico Minor Paredes, de su más reciente exposición “La belle indefference”.
DISTRIBUCIÓN South Side Weekly La revista contratiempo es una publicación gratuita que se imprime y distribuye diez veces por año a la comunidad hispanohablante de Chicago contratiempo is grateful for the past and present support of The Chicago Community Trust, the Richard Driehaus Foundation, the Field Foundation of Illinois, the Illinois Humanities Council, the Illinois Arts Council, the City of Chicago Department of Cultural Affairs, the International Connections Fund of the MacArthur Foundation and individual, institutional and corporate donors, and the contribution of writers, artists and volunteers who make our work possible © contratiempo nfp (312) 427 5450 SOBRE LA REVISTA, PUBLICIDAD O SUSCRIPCIONES: info@contratiempo.net ENVÍO DE ILUSTRACIONES Y FOTOGRAFÍAS: olivialiendo@contratiempo.net VISÍTANOS EN: contratiempo.net issuu.com/ contratiempo facebook.com/ Contratiempo @revcontratiempo
TIEMPO EXTRA
DOSSIER
3 El Viaje Lágrima Luz Stella Mejía
10 No es mi presidente Rey Emmanuel Andújar
4 Shakespeare en corto Tanya Victoria
18 Ciudad Santuario Gerardo Cárdenas
DESHORAS 11 Música para el largo arco del universo moral Catalina María Johnson
19 Prohibido leer Miguel Marzana 21 Argumento a favor de tu cuerpo Anastacio Aranda
5 Dominican Republic Jazz Festival 2016. Desde Cabarete, con mucho amor Catalina María Johnson
12 Simbiosis Kianny Antigua 13 9 de noviembre Kianny Antigua
22 Tania Gomez
6 Furioso, irónico, desesperado y elíptico: Ricardo Piglia José de María Romero Barea
14 ¿Hubiera sido preferible? Martha Cecilia Rivera
22 La péndula Emanuel Ayala
15 Oración Americana Ivan Beltrán Castillo
25 Alejandra Miguel Marzana
16 ocho de noviembre Andrea Ojeda
26 Diáspora Cristian Roldan
17 Díptico migrante Febronio Zatarain
27 Canción # 6 Febronio Zatarain
7 Por el camino de Piglia José Beltrán 8 Apuntes sobre Tríptico, de León Leiva Gallardo Julio Rangel
POESÍA
POEMAS DE LUZ STELLA MEJÍA
El Viaje No quieres esperar que la lluvia lave la sangre de las calles sucias. No quieres tener que defenderte en curtidas batallas patriarcales, ni ser medida por el hondo de tu escote. A lo lejos, el amor llama. Bamboleas la maleta ingrávida en tus manos, tan llena de proyectos, ideas y sueños. Llegas desmedida y exuberante: No cabes en la visa. Las singularidades deben ser podadas. Te recortan el nombre. Te mutilan la lengua. Talan tus raíces. Te siegan. Sacas los sueños y proyectos, tienes que hacerle campo a tus pedazos y continúas tu viaje arrastrando el plomo de tus muertes.
Lágrima Pequeña criatura redonda, cristalina, salada, tibia, que juega en la piscina de los ojos y resbala por el tobogán de mi cara. Se entromete en las cartas disolviendo la tinta. Se asoma a los libros dejando un rastro de babosa. Moja mis camisas en charquitos que desaparecen. Se pierde en comisuras secretas y al final es rescatada por un beso. Mensajera del estado del tiempo: Tristeza, alegría, sufrimiento, amor. O simplemente desagüe de la química loca. Pero a veces, a veces, el dolor la convoca en un sollozo abrupto. Entonces no es una, sino cientos que no juegan ni resbalan. Saltan de mis ojos como esquirlas de bombas, de las bombas que estallan en mi pecho.
Luz Stella Mejía (Colombia) es escritora y bióloga marina, profesión que ejerció en su país hasta que decidió viajar a los Estados Unidos. En la actualidad vive en Virginia, cerca de Washington DC y trabaja en la biblioteca pública. Ilustraciones: Mikalai Manyshau NÚMERO 135
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TEATRO
Shakespeare en corto Tanya Victoria
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a historia se desarrolla en Verona. Es amor a primera vista entre dos chicos de las familias rivales Montesco y Capuleto. Los apellidos sobre todo son de suma importancia. Amantes de la literatura y enemigos de los libros, no importa si se prefieren las matemáticas o trabajar en las esquinas, las bibliotecas o un zoológico, todos conocemos el final de la historia de esta historia amor, la muerte de Romeo y Julieta. También los amantes del teatro la conocemos, sobre todo porque recién tuvimos la suerte de ver una excelente puesta en escena en el Teatro Aguijón. El asunto es que la tragedia que sella la paz entre las familias. ¿Cuántas muertes se necesitan para lograr la paz? Esta línea dice mucho, sobre todo hoy día, en momentos en donde necesitamos tolerancia y paz inmediata en nuestro planeta; es urgente acercar a las nuevas generaciones al arte. Existen un sin fin de motivos por los que en el currículum de teatro en las preparatorias se sigue enseñando, desglosando y digiriendo Romeo y Julieta. Conectar a los estudiantes con la poesía de las obras y sociedad Isabelina no es tarea fácil, hacer accesible el lenguaje para así enamorarse de la belleza de las obras de Shakespeare está en manos de los maestros de teatro. Para dar a los jóvenes actores herramientas y generar la seguridad de representar estas deliciosas y complicadas obras, el Departamento de Educación del Teatro Shakespeare en Chicago ofrece dos talleres gratuitos en su casa de Navy Pier: Page to Stage: Teaching Romeo and Juliet, al que tuve oportunidad de ir el sábado pasado. Por ese motivo les recomiendo ampliamente ir al proximo taller, Shakespeare in Love, el sábado 22 de Abril, de 8 a 1:30 pm. Las inscripciones siguen abiertas. El performance de Romeo y Julieta en corto, ya que dura 75 minutos, se presenta en el teatro Shakespeare de Chicago, del 25 de febrero al 25 de marzo, todos los sábados a las 11 am. La adaptación es de Marty Lyons, estupenda directora que trabaja por su cuenta, freelance. El curriculum de Marty Lyons cuenta con presentaciones en el Lookinglass Theatre, Goodman Theatre, Raven Theatre, The Hypocrites, Writers Theatre, Victory Gardens. La táctica de Marty, a diferencia de muchos directores, es que da a los actores oportunidad de participar en la dirección. Los actores tienen voz y voto, en su totalidad. Una de las maestras, que también
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asistió al taller, cuestionó a Marty acerca de su forma de organizar y coordinar escena. “Esta táctica puede llegar a ser dispersa”. Declaró la maestra, a lo que Marty respondió, “No eres la primer persona que se sorprende con este estilo de dirección. En la universidad un maestro me dijo, que como director de teatro se debe tener una visión de la obra y crear reglas que los jóvenes actores deben seguir, en especial si vienen de una directora de teatro. A veces se piensa que si como mujer no eres estricta, los alumnos se te salen de control. Yo no comulgo con esa idea en lo absoluto, y por ese motivo durante mi carrera como directora, trabajando con jóve-
nes actores, he hecho lo contrario, para darle confianza a los jóvenes. A esa edad se sienten solos aunque estén rodeados de gente. Es el consejo que les doy a los maestros de teatro”. Tanya Victoria vive en Chicago, escribe sobre teatro y performance y pertenece a la mesa editorial de la revista contratiempo.
Rome0 y Julieta en el Teatro Aguijón. Dirección: Sándor Menéndez. Adaptada por Gerardo Cárdenas. Fotografías: Andrea Ojeda
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MÚSICA
DOMINICAN REPUBLIC JAZZ FESTIVAL 2016
Desde Cabarete, con mucho amor Catalina María Johnson
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l Dominican Republic Jazz Festival, evento de jazz más antiguo de la República Dominicana se celebra normalmente en varias ciudades de la costa norte, más para el año actual con el motivo de celebrar su vigésima edición, presentó también conciertos en la ciudad de Santo Domingo. Por primera vez en la historia del Festival, la programación del festival se le dedicó completamente a artistas femeninas, y la curación excepcional del compositor y saxofonista Marco Pignatoro del Berklee Global Jazz Institute trajo al festival una serie de músicos internacionales completamente fuera de serie. Dieron concierto la bajista super estrella Esperanza Spalding, ganadora de tres Grammys, la fenomenal saxofonista Tia Fuller, profesora del prestigioso Berklee College of Music (y una de las más reconocidas contribuyentes a la banda de mujeres escogidas para tocar en vivo con Beyoncé), la saxofonista chilena Patricia Zárate acompañada de un conjunto completamente femenino que incluía la cantante folklorista jazzista colombiana Lucía Pulido. Además, se presentaron grandes exponentes de la música popular dominicana, como la acordeonista La India Canela y Enerolisa Nuñez, icónica representante de la salve afrocubana dominicana. Fueron muchos los momentos musicales extraordinarios que presenciamos en el Festival. La talentosisima Spalding dio concierto en un formato inusual de jazz purísimo (la mayoría de sus proyectos recientes son de fusión con R&B y pop); Zárate presentó una previa de su proyecto como solista, fuerte marcado por el folklore sudamericano y el sentimiento de justicia social del canto nuevo de su tierra chilena; la increíble cantora Núñez con el grupo Salve de Mata de los Indios en la que protagonizaban su hijo Osvaldo, su hija Yeni y más de una decena de miembros de su propia familia, alabó a los dioses y los santos al compás de voz y percusión, y la India Canela tocó un perico ripiao tan sabroso que como público nos volvimos una sola masa meneándonos jubilosos. Disfrutamos todos esos momentos, y fue una delicia gozar de tales ritmos al lado del mar, con paisajes tan esplendorosos a la vista a pesar de lluvias torrenciales que azotaban la zona. Sin embargo, muchos de los momentos que más recordamos pertenecen a los que realmente quedan beneficiados del DRJF - los niños y jóvenes de esa parte de la isla que reciben enseñanza musical gratuita a través de la Fundación de FEDUJAZZ, socio estratégico del festival. NÚMERO 135
Gracias a FEDUJAZZ, en el transcurso de los días del festival, los músicos y artistas invitados al mismo brindan talleres a estudiantes de escuelas y colegios de la zona quienes participan a lo largo del año de la educación musical que FEDUJAZZ ofrece (de la cual se benefician más de 200 niños de 7 a 18 años de edad). A lo largo del pasillo de la linda casa azul que es sede de FEDUJAZZ, esperaban en salones grupos de niños quienes esperaban ansiosos las visitas de los artistas invitados. La carismática Spalding, quien tiene fama de ser diva y un poco particular, se mostró encantadora y relajada con cada grupo de niños, agarrando en un salón un tambo de plástico y poniéndolo al revés para tocar percusión con un grupo de jóvenes, y en otro, aceptando con alegría el canto que le brindaban los pequeños. También se dieron talleres con grandes grupos de niños al aire libre en el escenario de la playa de Cabarete, donde por ejemplo en uno de ellos, Nuñez y diferentes miembros de su familia explicaron cuidadosamente la construcción de cada uno de los instrumentos que
se usan en el canto de salve, fascinantes objetos que cristalizan esa historia criolla y afro en la que se fue forjando nuestra música popular. Otros momentos verdaderamente extraordinarios que vivimos sucedieron en la visita a un orfelinato en el que varias decenas de niños discapacitados (en su mayoría por causa de parálisis cerebral) fueron partícipes del concierto brindado por jóvenes artistas del Berklee Global Jazz Institute invitados al DRJF, hábilmente dirigidos por Zárate (quien por cierto, es máxima practicante también del arte y ciencia de la musicoterapia). Cuando arribamos al orfelinato, los niños en sus sillas de ruedas se mostraban casi indiferentes a su entorno, meciéndose, retorciéndose, gimiendo, mirando fijamente algún paisaje perdido, o con los ojos cerrados al mundo, chupandose los dedos, algunos en posición fetal. Más cuando comenzó Zárate a unirnos en una canción en la que en cada estrofa saludamos a cada uno de los niños, se transformó totalmente el panorama. Los niños se empezaron a mecer, pero con propósito y con alegría. Muchos intentaban batir las sonajas o panderos que se les ofrecían, sonreían, algunos hasta acompañaban el canto a su manera. La música parecía ofrecer manera de escapar de la prisión que la neurología del cuerpo les había destinado para deja volar sus espíritus libre de manera casi milagrosa. En esos momentos, gracias a FEDUJAZZ y el Dominican Republic Jazz Festival, de una manera aún más tangible que en los grandes conciertos populares, presenciamos y participamos en el poder de la música, instrumento tan antiguo de rescate y resurrección de nuestra más íntima humanidad. Catalina María Johnson escribe deliciosas crónicas musicales. Vive de aquí para allá explorando la mejor música en los festivales. Es parte del consejo editorial de contratiempo. contratiempo
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Sup.: Enerolisa Núñez. Inf.: Clase con el Berklee Global Jazz Institute Fotografías: Catalina María Johnson
CRÍTICA
Furioso, irónico, desesperado y elíptico Ricardo Piglia José de María Romero Barea
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ntre otras cosas, un diario es un vasto archivo de ansiedades y ambiciones frustradas. Más de 40 años después de haber sido escritas, las entradas de la segunda entrega de Los diarios de Emilio Renzi (Anagrama, 2016) de Ricardo Piglia (Adrogué, Buenos Aires, 1940) nos siguen pareciendo subversivas, cuando no amenazantes. El escalofrío que uno siente al leer esa “sucesión de aventuras” de alguien “que envejece y no aprende”, es dolorosamente real. Este libro de libros, donde “la forma y los procedimientos se hacen visibles por medio de la violación de las normas”, se ríe de nosotros, de nuestro conformismo pequeñoburgués, mimados como seguimos por las comodidades modernas. “La historia literaria es siempre una condena para el que escribe en el presente, allí todos los libros están terminados y funcionan como monumentos”. En este segundo volumen de sus diarios, Los años felices, asistimos al viaje de Piglia/Renzi hacia el auto-conocimiento. Se decide el protagonista a seguir sus deseos a expensas de pareja y fortuna; huye de la sociedad convencional y del trabajo intelectual para dedicarse a sus fantasías, este “relato de no ficción” que tiene “la tensión de un juicio abierto en el que hay decidir quién es el responsable de la derrota”. El Diario se convierte así en un catálogo de males y esperanzas frustradas: la dura lucha contra el anonimato, las indignidades de la crítica, la falta de ventas, la perfidia de los colaboradores, el éxito inmerecido de los amigos. “¿Un diario (…) repite esta técnica medieval?: dispersión, copia, libro para ser leído después de la muerte”. Lo que se podría aplicar a la obra de Kafka (“no entender lo que está pasando”) es clave en la obra de Renzi, centrada “en el anhelo de una trascendencia que fracasa”. Su héroe, al igual que el de El proceso, “busca el sentido y no transige ni concilia”. Piglia nos vuelve a hacer conscientes de nuestros límites, mientras nos pide que dibujemos de nuevo el mapa de nuestras prioridades. “A partir del diario, escribir una novela de educación (sentimental)”. No es sólo que las ideas sean impactantes. Es que el interlocutor trata de seducir y convencernos, al mismo tiempo que se justifica a sí mismo, a través de ese “narrador que
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tica y temática, todo aquello que convierte su lectura en un placer. El hábito de la transcripción diaria informa la historia íntima, el recuento de visitas, observaciones incidentales y reflexiones. El chisme alcanza aquí la significación epigramática de la poesía. A diferencia de las fotografías, las imágenes verbales se desarrollan y cambian con el tiempo, de acuerdo con las fluctuaciones de la fortuna de las personas afectadas y sus cambiantes relaciones con el autor. En lo personal, la lectura de este volumen supone, al igual que sucede con el primero de la serie, una bofetada en el rostro, una que nos recuerda que no se trata de un libro más, sino un compendio de literatura universal. José de María Romero Barea (Córdoba, 1972) es profesor, poeta, narrador, traductor y periodista cultural. https://romerobarea.wordpress.com. Autor del libro de poemas Europa aplaude (Paralelo) y las novelas Oblicuidades (Anantes) y Mitze Katze (Amargord). Los diarios de Emilio Renzi Ricardo Piglia Anagrama, 2016
siempre he buscado: furioso, irónico, desesperado, elíptico”. El proceso de convertirse en escritor es el tema de estos Diarios: sus imperfecciones e indiscreciones, su falta de organización artísENERO 2017
Por el camino de Piglia José Beltrán
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ay un puñado de artistas que con el tiempo funcionan como detonadores de nuestra creación. Otros fungen como el jengibre en el sushi, de esos quizá hablemos otro día. Ahora pensemos en los primeros, Bellatín, Bolaño, Shakespeare, Boris Vian y Piglia forman parte de aquellos que, en un modo u otro, me rebullen las neuronas hasta hacerlas temblar y tener que escribir o crear en cualquier modo. En el caso particular de Piglia me ha hecho embarcar en iniciativas esclavistas. Bloom tiene toda su teoría sobre las influencias y la convulsa relación entre un artista y su predecesor hasta “asesinar al padre”. Creo que pecó de ingenuo al obviar cómo algunas influencias convierten a los autores en esclavos, los llevan por meandros de la creación a penas inferiores a la necesidad misma de crear. Cuando leí Respiración Artificial de Piglia, cada tanto me acosaban punzadas o corrientazos que hacían tamborilear mis dedos. Es la forma que adopta en mí la necesidad. De ahí nació el cuento “Como se sacan las manos de los sueños”. Pero la relación con Renzii comenzó antes, en 2011, a raíz de una conversación en la clase Teoría de Estado y Políticas Públicas. Le mostré un cuento al profesor, quien tuvo la desatinada cortesía de decir que ahí había un escritor, pero que el cuento no servía. A continuación me dijo, Busca el ensayo “La tesis doble sobre el cuento”, de Piglia. En este texto el escritor argentino plantea que todo cuento contiene en sí mismo dos historias, una la que todos leemos y otra oculta bajo la capa narrativa. Por decirlo de otro modo, una historia es la fachada y otra la que se esconde bajo el relativismo de los hechos aleatorios. Creo que leí aquel ensayo cuatro o cinco veces sin alcanzar a comprenderlo del todo. Y a pesar de ello, quedé obsesionado con la idea de contar una historia bajo el aliento de otra. Aún recuerdo de memoria el ejemplo que Ricardo refiere sobre las ideas acerca del cuento estipuladas por Chejov. Luego una amiga me obsequió Respiración Artificial. Me lo leí de una sentada y quedé preso del veneno que destila su lengua y su prosa. Podría definir como “parálisis” la sensación que dejan los continuos mecanismos técnicos y reflexivos que utilizan los narradores de los distintos Piglias. La máquina de relatos que emula la auto-poyesis de Maturana tiene las mismas claves funcionales que la línea de pensamiento que elevó a niveles terroristas las ideas de Toreau. Más aún, el Renzi que parte a buscar al tío, entendiendo a éste como idea de horizonte o absurdo tangible, es el mismo que se acuesta con la antigua cantante mientras va al levantamiento del cuerpo de su padre suicida. Del mismo modo que es el agente que se encierra en el psiquiá-
trico para determinar un crimen. Todos los mecanismos, tecnológicos y psíquicos en Piglia conforman una sola unidad, traducida en el signo abierto de interrogación. Cierta vez le escribí para hacerle una entrevista. Ana María Shua me dio su dirección electrónica. Contestó el siete de agosto de 2014: “Qué tal José, me alegra que te interese mi trabajo. En estos días estoy un poco embromado de salud y he suspendido todos mis compromisos. Quizá en el futuro podamos retomar el contacto y ver la posibilidad de un reportaje. Saludos cordiales, Ricardo Piglia”. Uno o dos meses más tarde supe de la Esclerosis Lateral amiotrófica (ELA), supe cómo se lo tomó, supe qué significa ficcionarse a sí mismo para ser un poco más real. Uno de esos retruécanos que nos sirven de Lazarillo luego de alguna discapacidad. El año pasado pensé mucho, escribirle, visitarle si iba a Buenos Aires, hacer un ensayo sobre su obra. Y como me sucede últimamente soñé una historia en la que lo encontraba en un ruinoso prostíbulo. Ahí nació aquella novela que espero nunca publicar, pero de la que llevo avanzado los capítulos en los que se conforma su figura fosilizándose en torno a las paredes agujereadas. Previo a ese intento está Auto Inmune, la novelle en la que plagio a Schrhodinger a partir de una idea de Dr. House y de las tantas entrevistas de Piglia. Entonces es cuando llegan sus diarios y cada página se convierte, por enésima vez, en una excusa para calafatear, otra vez es la necesidad y resistirse a la manipulación, para caer estrepitosamente. Ahí nació entonces el cuento “2016”, que es una suerte de coda a la vida propiamente dicha (perdón por el patetismo), o bien un recorrido por las percepciones que generaron en mí la lectura de los diarios. El cuento es, a la vez, la manera de consignar el dolor y la promiscuidad; un modo de comentar las relaciones que en los setenta sostenía Emilio Renzi con Julia y sus otras tantas. De los diarios, lo más impactante quizás, son los tiempos. Piglia indistintamente transita entre un presente narrativo y los múltiples pasados que construye en los modos de presentar los hechos consignados. Esto sucede sobre todo en el primero de los diarios. De pronto es él con su secretaria en el apartamento de Buenos Aires, un segundo más tarde cuenta de sus días en la universidad o cómo iba el ambiente político de Argentina. Para alguien que admiraba como él a Borges, el tiempo necesitaba tener una vida propia, ser otro personaje, encadenado a la causalidad de la gente que convivió en su mismo plano espacial. Cuando el determinismo se encarna en el hombre, con acciones concretas, cuando la posesión pasa del plano etéreo al biológico, ¿qué
le queda al poseso? El tiempo en los diarios, el afán de apresurar la mente en una carrera enloquecida en torno a los cuentos policiales que escribía y la contradicción al Bolaño que dejaba inéditos escondidos por todas partes o al Pessoa que dejó un arcón infinito, ¿no es construir en cierto modo las bases para la máquina de relatos que años atrás aguijoneó la auto-poyesis de Humberto Maturana? Cualquier pregunta a continuación cae en el plano de la literatura especulativa, hasta cierto punto otra de las columnas de lo policial. Ojalá poder atrapar al asesino para que la historia de Renzi no pase al grupo de los crímenes sin resolver. Pero éste es solo un deseo de la biología y la medicina. Hay un puñado de artistas que con el tiempo funcionan como detonadores de nuestra creación.
José Beltrán es un escritor dominicano. Tiene un gran libro de relatos titulado Pardavelito.
Fragmento de la portada de Respiración Artificial por Ricardo Piglia, publicado por Anagrama.
CRÍTICA
Apuntes sobre Tríptico, de León Leiva Gallardo Julio Rangel
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res lustros de poesía contiene este volumen del hondureño León Leiva Gallardo. “Damián”, “Palabras al acecho” y “Demasiado humano” son las partes del tríptico que despliega los registros de una voz poética singular. En su verso escucho un robusto tintineo de monedas de pesada aleación, en contraste con la líquida musicalidad que buscan muchos poetas actualmente, tocados quizá por la influencia de los géneros en boga (el poeta como cantautor o como rapero, formas válidas pero no únicas de tensar la lira). La lectura de estos poemas no es sin embargo menos ágil, su plasticidad no es estática ni puramente visualista. Se trata, sí, de una poesía reflexiva, pero no en modo alguno de una poesía seca, en los huesos del pensamiento o basada en una pura discursividad conceptual. Sucede que esta poesía está incendiada por una lucidez escéptica que la salva del gesto salvífico, que la hace tomar distancia del bardo de la voz profética, de toda esa bisutería metafórica. Al construir una poesía que habla del desencanto, Leiva Gallardo expresa un encantamiento mayor: vuelve a los ríos del lenguaje. Es el talismán de la palabra precisa lo que Leiva Gallardo atesora; el lenguaje que discurre e inventa al nombrar: lucidez y sensualidad en este palpar las cosas del mundo. La imagen vehicular de la primera parte, el hombre suspendido, sintetiza ese estado de latencia posterior a las militancias y a las filiaciones: “(...) este pobre hombre a la deriva espera y espera/ quizá un milagro o un nuevo acontecer/ de esos que ya no se hallan en los templos/ ni en las cátedras/ ni en los alzamientos// espera y espera el equilibrista el impacto quizá/ de un instinto dormido/ el brote/ de una desaparecida manera de ser”. En esta primera parte, es el epónimo Damián un dispositivo, una persona que le permite levantar un vicario punto de vista desde el cual desdoblarse y ensayar las aristas de su desencanto. El lenguaje en este libro es, pues, escéptico ante el prestigio de lo “poético” pero es también escéptico de sí mismo, lo que resulta en un espléndido poema en prosa “Una gota negra de infinito”: “Sepámoslo, a veces Damián tiene razón,
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hay mucho de nada en casi todo lo que pretende el hombre en los momentos ocurrentes de su llanto”. Su desencanto construye un espacio yermo pero vibrante, en el que sin embargo asoma la maravilla, como en “Breves variaciones del tema”, en el libro tercero: “(...) acariciamos la grama la tierra o la arena/ y palpamos la piel misma del universo/ nos entusiasmamos soñamos y enrarecidos/ viajamos por los laberintos fractales/ hasta que nos percatamos de que en verdad/ todas las estrellas del oscuro abismo/ nacieron desapercibidas de nosotros/ los seres vivientes”. No es el entusiasmo panteísta de Whitman, la voz poética no es aquí un extasiado eslabón del mundo natural, pero en su desasimiento hay una especie de estado larvario que se observa a sí mismo, una serena melancolía demasiado inteligente para desplantes dramáticos. El libro parte de los más recientes poemas (Damián) y se desenvuelve en un “viaje a la semilla” como él mismo escribe parafraseando a Carpentier, que visita sus dos libros anteriores, y en este trayecto en reversa vemos las estaciones de una voz poética que hurga inquisitiva los ladrillos de su propia construcción, una preocupación continua por la naturaleza del lenguaje, un vértigo ontológico que salta en versos bien forjados. “Nosotros, los que sólo creemos en la poesía/ somos a lo que más temen en este mundo; / porque intuyen que jugamos con la palabra: es decir, la materia con que se ha imaginado el universo.” Quiero decir que este libro, en su renuncia a los furores fáciles y a las trampas líricas no nos deja extraviados en ese frío espacio sideral, en esa vastedad cósmica que a menudo asoma en sus versos. Quiero decir que el trayecto de estos poemas es un acto de afirmación aun cuando niega. En estos poemas el desencanto es canto a secas, y el canto sabe.
Tríptico, tres lustros de poesía. León Leiva Gallardo. Mediaisla Editores (2015). Disponible en Amazon.
León Leiva Gallardo (Amapala, Honduras, 1962) es autor de las novelas Guadalajara de noche (Tusquets Editores, 2006), La casa del cementerio (Tusquets Editores, 2008), A la imagen del hombre (inédita) y el poemario Palabras al acecho en la coedición Desarraigos: Cuatro poetas latinoamericanos en Chicago (Vocesueltas, 2008). ENERO 2017
EDICIONES VOCESUELTAS
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VOCESUELTAS
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Tantos recorridos, tantas historias de inmigración que encuentran en común una sola cosa: el idioma español. contratiempo ha creado Ediciones Vocesueltas para diseminar y promover la literatura escrita en español en Chicago. Estos proyectos de publicación conjunta con los autores han dado frutos desde el 2007, habiéndose publicado seis libros a la fecha. Debemos un agradecimiento especial a los autores publicados en Vocesueltas, cuyo ímpetu, talento y generosidad han hecho posible el establecimiento de este sello editorial.
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01 A veces llovía en Chicago. Por: Gerardo Cárdenas Precio US$12.95. 1a. edición (2011) . En español. ISBN: 978-09800042-67 02 En la 18 a la 1. Por: Escritores de contratiempo en Chicago. Precio US$14.99. 1a. edición (2010). En español. ISBN: 978-09800042-5-0 03 Extrasístoles (y otros accidentes). Por: Jochy Herrera. Precio: US$ 19.99. 1ª. Edición (2009). En español. ISBN-13: 978-0-9800042-3-6 04 Jaleos y denuncias. Por: Stanislaw Jaroszek. Precio: US$14. 1a. edición (2010). En español. ISBN: 978-098000424-3 05 Desarraigos: Cuatro poetas latinoamericanos en Chicago. Por: Jorge Hernández, Febronio Zatarain, Juana Iris Goergen y León Leiva Gallardo. Precio: US$ 15. 1ª. Edición (2008). En español. ISBN-13: 978-0-980004212 06 Vocesueltas: Cuatro cuentistas de Chicago. Por: Raúl Dorantes, Bernardo Navia, Fernando Olszanski y om Ulloa. Precio: US$ 15. 1ª. Edición (2007). En español. ISBN-13: 978-0-980004205
Poesía en Abril 2017
SANTUARIOS Hoy más que nunca, contratiempo realza el aporte cultural de la población inmigrante hispanohablante en Estados Unidos, nuestra misión. Forjemos juntos un santuario en la poesía. Noveno festival de Poesía Del 9 al 29 de abril de 2017
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DOSSIER
No es mi presidente
“Hoy día, incluso en los países más pretendidamente democráticos, los seres humanos se encuentran divididos en tres categorías básicas, la de los ciudadanos únicos que disfrutan de la plenitud de los derechos inherentes a la condición humana; la de los residentes, categoría intermedia de habitantes de un purgatorio en el que se puede trabajar y se reciben prestaciones, pero se carece de los derechos políticos fundamentales; y la de los ilegales o indocumentados, que no existen”. Carlos Castresana Fernández – El muro
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os días posteriores a las elecciones los pasé afectado con el cuerpo trancado, enfermo, la respiración pesada, salado el paladar. Una suerte de malestar descendió de súbito sobre nosotros. Una sustancia viscosa que ha llegado para quedarse. Estamos ante el despertar de la pesadilla. El sentimiento de división, la cara separatista de la sociedad, ha tirado las fichas de su juego: un gran fuck you hacia los otros/nosotras; una bofetada en la cara de la esperanza. Apelando a un deseo de ley y seguridad, Trump el salvador promete un muro: el mito ideal del orden, la falsa categoría y la distancia. Este muro nunca ha sido una cosa remota que se pierde hacia el sur. Es una conversación que ha estado siempre presente y que ha perdido y ganado relevancia por diversos aspectos. Uno de ellos, y el más recurrente, es el elevado costo de construcción. No es casual que el tema de la responsabilidad del pago del muro fuese uno de los más sonados de la campaña electoral. Ahora que Trump se encuentra en el poder, ¿cumplirá su promesa de hacer pagar al pueblo mexicano por una pared que los encierra y los aparta de manera múltiple? ¿Puede definirse esto claramente como una de las últimas formas de la post-colonización? El deseo de ley y seguridad que ha llevado a Trump al poder, encuentra en el magnate cierta ventana de acceso que según ellos les está siendo arrebatada por los inmigrantes. El país no está en la dirección correcta porque hay muchos inmigrantes tomando decisiones o viviendo del estado, aprovechándose de los recursos que un norteamericano verdadero padece. Esta es la parte práctica o técnica del problema. La parte metafórica está ligada a los valores y tradiciones de la sociedad norteamericana. Valores que están siendo amenazados por la religión que practicamos, nuestro idioma o la manera de celebrar nuestras fiestas. La propuesta es separar, ya que la contaminación
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es negativa. No a la integración, sí al Apartheid. Esta separación es violenta y atenta contra los principios humanos y morales más básicos. El muro se construye para proteger y separar, pero fracasa brutalmente en ambas ideas. Esta contradicción, la de seguridad y valorización por una parte, y la división y categorización por otra, ha estado estrechamente relacionada a la edificación de murallas a lo largo de la historia. Se recurre a poner muros de por medio para separarse de la barbarie, para proteger los bienes y las costumbres, y para vender seguridad y consuelo. De nuevo, el muro fracasa, consuela mal. No resuelve los problemas que promete solucionar porque no enfrenta las verdaderas causas y consecuencias. Los efectos secundarios son nefastos. Más allá de lo que implica el muro y su presencia física, el muro es el símbolo fehaciente de la división social, estas líneas que ahora se hacen más hondas. Mencionar, reconocer el muro implica reconocer la muralla entre nosotros, y la capacidad que tienen de reproducirse en los demás. Al revisar los textos de este dossier encontré una línea similar, un sentimiento de dolor real y desconcierto. De inmediato reflexiono y concluyo que este episodio de la historia norteamericana tiene un significado especial para todo inmigrante, y si bien nuestras historias son individuales y valientes, cuando se ataca nuestra comunidad, el abuso nos iguala. Queda organizarse al margen de este odio, para poder combatirlo. Octavio Paz, recordando a Hörderlin dijo alguna vez, Hay mucho que proteger. Hay que ser fieles.
Ilustración: Yutta pong
Rey Emmanuel Andújar
Rey Emmanuel Andújar es el director editorial de contratiempo. ENERO 2017
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Música para el largo arco del universo moral Catalina María Johnson
“Démonos cuenta que el arco del universo moral es largo, pero se dobla hacia la justicia”. Martin Luther King
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n estos días vislumbramos los inicios de una nefasta era social y política gracias a las elecciones que elevaron a Trump a la presidencia del país y es difícil no rendirse ante tanta discordia y división, tantas posibilidades de echar en reversa pasos hacia una sociedad marcada por el respeto y la tolerancia de las vidas y creencias de todo ciudadano. Más a través de las décadas y hasta siglos, nos llegan melodías que todavía iluminan nuestros espacios, cuyas notas se mecen en el aire preñadas de esperanza. Han irrumpido de las gargantas de migrantes cruzando desiertos a su diáspora, refugiados en marchas forzadas, trabajadores en el campo, estudiantes abarrotando plazas. Sus melodías han resistido colonizadores, dictadores, inquisiciones, expulsiones, exilios, golpes de estado y asesinatos. Nunca las ha podido controlar ningún déspota desalmado. Todavía se cantan canciones sefardíes, congeladas en un castellano del medievo que lleva en sus vocablos rastros de la diáspora judía por Turquía, Grecia y otros países, quinientos años después de que expulsaron a los judíos ibéricos de su querida Sefarad. Los sones jarochos del Sotavento de Veracruz, por muy denunciados que hayan sido ante la Inquisición en el siglo dieciocho, hasta el día de hoy nos deleitan con sus albures e insinuadas burlas del clero y nos los saboreamos con el zapateado que reemplazó el golpe de tambor prohibido y el meneado de cadera que tanto escandalizó a los frailes. Repito: nadie puede quitarnos la música que llevamos dentro. Entonemos entonces con gran entusiasmo, el “Canto Libre” de Victor Jara, que todavía suena cuatro décadas de que fuera asesinado por militares en un estado de Santiago de Chile que hoy lleva su nombre. Cantemos a gritos “Solo lo Pido a Dios” de León Gieco, recordando la incomparable Mercedes Sosa que pregonó esta y muchas otras canciones que le valieron años de exilio de su Argentina, del cual regresó triunfante ya eliminados los dictadores. Tarareamos “Si te quiero” de Nacha Guevara, canción basada en el poema de Mario Benedetti, exilado durante una década de la dictadura en en su Uruguay. Y bailemos al NÚMERO 135
“Verde que te quiero verde” de Federico García Lorca al rasgueo flamenco de guitarras, ochenta años después de que lo mataran durante la Guerra Civil española. A la par, empapemonos de la música contestataria que hoy mismo se compone. Es excelente tónico para el alma el hip hop de artistas de pueblos originarios de las Américas quienes nos recuerdan que la misma existencia es acto de resistencia. Posiblemente no nos salve el arte, pero sí nos ayudará a sobrevivir. Y sin duda, ese arte mismo nos sobrevivirá, con posibilidades de brindarle ánimos a generaciones futuras en momentos de lucha. Porque como dice la canción, mientras no calle el cantor, viven la esperanza, la luz y la alegría. Catalina María Johnson es parte del consejo editorial de contratiempo. Ilustración: Yuttapong
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Simbiosis Kianny Antigua
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se martes el sol se había olvidado del ya lánguido y deshojado otoño, y del temprano invierno de Nueva Inglaterra. Brilló, brilló, caray cuánto brilló. Había luz, el cielo y las almas se habían iluminado, de eso no había duda. El momento de hacer historia (y de evitar el holocausto) se acercaba. Al llegar la noche el astro mayor le dio paso a la oscuridad. Los corazones empezaron a latir despotricados. Yo dormí poco y poco durmió mi marido. A cada segundo tomaba el celular de la mesita de noche y le daba a refresh para volver a apagarlo, cada vez más derrotada, cada vez con más temor. La mañana siguiente estaba gris, la mañana siguiente fue gris. El pavor se apoderó. El mapa de la esperanza se había convertido en rojo sangre. ¿Cómo decirle a mi hija de solo cinco años que esa persona detestable que se burlaba de los discapacitados, que amenazaba a los desprotegidos, que menospreciaba y humillaba a las mujeres, que no respetaba los ideales ajenos y que se cagaba en el mundo cada vez que las cámaras y las teclas de un computador se lo permitían había ganado? ¿Cómo darle la noticia a mi hija de que el ser más voluble, infantil, arrogante, intolerante, ominoso, tirano, truhan, inseguro, narcisista, ignorante e incapaz de todos los candidatos y candidata (incluyendo los de las primarias) ahora sería nuestro líder (un tipo que habla de su propia hija como si fuera un pedazo de carne, un par de piernas)? Luego vino lo peor: salir a la calle. Verme cara a cara con aquellas personas que habían hecho esta barbarie posible. Padres y madres que como yo dejan a sus hijos en la escuela, sonríen y te dan los «buenos días», mientras tú te preguntas: ¿Cómo puedes apoyar el racismo, el bullying, el acoso, las ideas y los actos misóginos, la xenofobia, el fascismo, y fingir
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que todo está bien con tu amiga dominicana/ latinx? Ese miércoles lloré. Lloré después de dejar a mi hija en la escuela y lloré al llegar a la universidad. Lloré tanto que apenas si pude salir de la oficina para ir a mi clase (para ser franca, todo el departamento de lenguas parecía un funeral). Sin embargo, no lloré tanto como lloraron, y lloran, mis estudiantes hispanohablantes. Los pocos que pudieron enfrentar lo que les esperaba, tanto a ellos como a muchos de sus familiares, apenas sí podían levantar la cabeza. —¿Y ahora qué? —Seguir adelante. —Pero no nos quieren. Ese día no hubo participio pasado ni subjuntivo (aunque no faltara la duda), ni mierdas de esas. Ese día les pedí que escribieran, que aprovecharan ese terror tan real, ese pavor a lo desconocido y lo plasmaran en papel. Les pedí que escribieran poesía, narrativa, un chisme, lo que fuera siempre y cuando no mencionaran su nombre. El bufón no lo merecía, y todavía no lo merece. El resultado fue maravilloso; por lo menos eso quiero creer. Alguien escribió de cerdos y otra persona de fields; pero todas de incertidumbre. La sublimación se apoderó de esos sesenta y cinco miserables minutos donde todos nos sentimos libres. No obstante, al otro lado de la ventana, las nubes grises nos recordaban, nos anticipa(ba)n, otra realidad. PD: A mi hija creo que le mentimos, mi marido y yo le dijimos que íbamos a trabajar juntos, que juntos como sociedad íbamos a construir una mejor nación.
Ilustración: Yuttapong
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9 de noviembre Kianny Antigua
Hoy puede que sea el día más triste: los niños no se equivocaron el monstruo seguía ahí debajo de sus camas dentro de los armarios detrás de las brechas; observaba alimentaba la sed y se cebaba de sonrisas ajenas. Se retorcía casi mudo se retorcía. No, no se equivocaron: el payaso acaba de quitarse la máscara. Es por eso que hoy fácilmente sea el día más triste. Mientras los niños dormían la noche se tragó el amanecer y los chiquitos que aun sueñan no se imaginan cuán cerca nos respira la bestia. Kianny Antigua es una escritora dominicana que vive en New Hampshire y es profesora en Darmouth College. Sus novelas y cuentos han sido premiados. Es además una prolífica escritora de literatura infantil. Ilustración: Yuttapong
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¿Hubiera sido preferible? Martha Cecilia Rivera
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esperté esa mañana dos horas más temprano que de costumbre, y de inmediato me asaltó una especie de choque emocional violento. Al principio me pareció inexplicable. Era un día diferente, en todo caso, la noche anterior se me había quedado encendido el televisor de mi alcoba. Zumbidos que querían ser voces diciendo cosas sin sentido fue lo que me cayó encima. También me cayó, todavía dentro de una especie de duermevela, la explicación de la gran sacudida, había ganado Donald. Increíble. Restregué mis ojos cinco o siete veces, y me prometí a mí misma no tomar jamás de nuevo una copita de vodka antes de dormirme. Será definitivamente más saludable regresar a la sana costumbre de dos o tres vasos llenos hasta el borde de vino, siempre más confiable porque nunca me ha hecho despertarme con una idea tan estrafalaria como esa de que ganó Donald. Vodka o vino, el caso es que allí estaba, Donald Presidente. Increíble, me lo repetí hasta convertir la palabra en un mantra. Increíble. Increíble. En este país en el que se ve de todo, inclusive esto tiene que ser visto para que pueda ser creído.
¿Y ahora qué?, me pregunté mientras caminé medio sonámbula por mi casa en busca de un punto de referencia para averiguar si todavía estaba dormida y todo el asunto no era más que un mal sueño de esos que producen escalofrío, o ya me había despertado en el primer día de mi nueva vida, ese en el que el comienzo del final empieza, seguramente cargado con esas insignificancias que con el paso del tiempo se reconocerán como prolegómenos de una tragedia ya establecida. Mi café cerrero, que preparo a diario con grano que yo misma muelo y me sirvo en taza grande, ese mismo del que alguien dijo que solo lo supera el café que prepara Jochy Herrera, adquirió en ese momento la misión urgente de devolverme a la realidad concreta y hacerme entender que Donald sí ganó las elecciones para la Presidencia. Lo primero que me dije mientras esperé con impaciencia el goteo interminable de la cafetera, fue que Donald no pudo haber ganado gracias a lo que dice, porque de lo que él dice nadie entiende nada, especialmente ni siquiera él mismo y especialmente de ciertos temas. Se le nota en las payasadas que intercala entre sus frases. A lo mejor Donald tiene algún problema
para articular correctamente los fonemas, aunque lo más probable es que nadie le dedica el nivel de atención que requiere eso que él dice, otra vez, empezando por él mismo. Enseguida me pregunté si habría salido electo debido a la imagen que proyecta su compañera. Pestañas largas, zapatos enormes, plumas y vestuarios, hasta se ha sabido que no quiere vivir con él dizque porque prefiere su independencia. Imposible que esa haya sido la razón para elegirlo, ella nunca tuvo ni tendrá perfil para ser la esposa de un Presidente, basta con mirarla una sola vez para darse cuenta. Dispuesta ahora a motivar con un fuerte golpe a mi cafetera para que fuera más efectiva, no pude evitar pensar en las bromas de pésimo gusto y las críticas hirientes de Donald, ¡imposible que esa haya sido la causa para haberlo elegido! Todos las conocen. A la mayoría, de un modo u otro, les parecen degradantes y ofensivas. Algunos hasta las consideran una especie de chiste, tan inaceptables son, y tan carentes de buen juicio. Chabacanas, se diría. A estas alturas no pude pensar ya en nadie menos presidenciable que Donald, quizás a causa de mi cafetera lenta, el vodkita de la noche anterior, y el zumbido de la tele encendida durante todo ese tiempo. Sacudí con un poco de desespero todo mi cuerpo con la intención de espabilarme pero no lo logré, lo confieso. Una sensación perpleja semejante a la que debe sentir quien apenas entra a una dimensión ficticia, siguió allí, a la espera de un café con el poder necesario para despejarme la cabeza. Ya a punto de declararme todavía dormida, y sobre todo de declarar que la elección de Donald solo fue una pesadilla, se me ocurrió pensar en su innegable elegancia y me pregunté de nuevo si esa pudo haber sido la causa para que lo eligieran. La cafetera por fin emitió ese sonido de haber terminado su trabajo, justo en el momento en que, ante mi mente onírica, se presentó el famoso gorrito levantado en una mano a manera de saludo, haciendo juego con su corbata roja sobre su chaqueta azul de marinerito, y me desperté con el inmenso alivio de constatar que efectivamente, no se había elegido al Pato Donald como nuestro nuevo Presidente. ¿Hubiera sido preferible? Martha Cecilia Rivera. Colombiana. Autora de las novelas Fantasmas para noches largas , La Fatalidad de la gallina y el volumen de relatos Ópera de un hombre que buscaba. www.marthaceciliarivera.com
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Ilustración: Yuttapong
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Oración Americana !Alma de Mark Twain, agitada y dulce como una colmena! !Alma de Walth Whitman, atribulada y contradictoria como una gran ciudad rodeada de árboles y montañas! !Alma delicada de Tenesse Williams y de Thomas Elliot y de John Lennon y de Dylan Thomas, que vieron el drama latente en los espejos del YO y la vanidad. !Almas sitibundas de Edgar Allan Poe, de Herman Mellvine, de Truman Capote, que, con ojos puntuales, retrataron el catecismo y el purgatorio de los obsesionados con su sombra! !Alma de Hopper que persiguió el rastro de café de las soledad moderna! Alma de John Huston y John Ford y del grandioso embustero Orson Welles! !Almas de los pieles rojas, de los constructores de puentes de New York, y de los concertinos frágiles de Boston y Filadelfia ! !almas de Washington y Jefferson! !Almas americanas todas! protejan hoy su airado rostro que pasará cerca, muy cerca del abismo y cruzará, como los leones y los Dioses, un llameante y voraz círculo de fuego.
Ivan Beltrán Castillo es un reconocido poeta colombiano. Fue Premio nacional de Poesía -Bogotá 450 años- en 1989, y Premio Nacional de Periodismo en 1995. Publicó el poemario Consagración del espejismo. Es autor del largometraje Sin Amparo. En 2009 publicó la Antología Cuentistas Bogotanos precedida por un dedicado estudio de este género así como de sus cultores en la capital colombiana. Ilustración: Yuttapong
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ocho de noviembre Andrea Ojeda
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ue como un tornado primero, luego un temblor de tierra y finalmente una inundación de desesperanza. Al día siguiente abrí los ojos a la nueva era y de pronto creí entender lo que tantos han sentido en años de guerras e historias de miedo y persecución. Me desperté llorando y ese sentimiento me ha acompañado hasta entonces, casi tres semanas después. Andar por el día a día es difícil, cuando sientes que un tren desbocado te ha pasado por encima. No estoy sola en mi sentir, sin embargo me cuesta trabajo entenderlo y a menudo me sacudo y me regaño a mí misma “¿no estarás exagerando?”. Porque yo sé que no tengo que temer ser atacada en la calle por gente que me ve diferente (¿o sí? hoy día cruzarse con cualquiera en la calle invita a la desconfianza, y ese, es un sentimiento que nunca había tenido), porque yo sé que no seré deportada (aunque la idea del auto-exilio se antoja cada vez más viable), porque yo sé que mi religión, o falta de, no es rechazada (¿o será que después los ateos seremos acusados de ir en contra de la norma y etiquetados como indeseables?), porque aunque soy latina no me veo como POC (people of color, de otra manera llamados “gente de color”) y no mantengo una guardia constantemente alerta, porque mis hijos son ciudadanos, porque nosotros somos ciudadanos, porque tenemos trabajo, porque…. ¡me cago en la puta que lo recontraparió!… ¡me duele el alma y toda mi pequeña humanidad! Quiero gritar y abrazar a toda la gente que conozco que es indocumentada, y a todos los que hasta ahora han vivido felices con sus parejas del mismo sexo, y a los que su género les estorba, y a los que temen por sus hijos porque son de un color que no gusta e incita miedo hasta en la policía. Quiero ir y proteger a tantos y tantos jóvenes que confiaron en la promesa de DACA (acción diferida para los llegados en la infancia) y ahora temen ser perseguidos y pateados fuera del único hogar que han conocido, dreamers que viven ahora una pesadilla nefasta, el miedo de ser un número en la lista negra del blanco ingrato, aquel que no le importa mandarlos a un regreso del que nunca vinieron, a una no vida. Yo sé, querido lector, que cualquiera de ustedes me dirá que no, que no exagero. La desesperanza es uno de los sentimientos más reales y también de los más tristes. No soy psicóloga pero entiendo que todo lo que me está pasando es sintomático de depresión: dormir todo el tiempo, dejar de disfrutar, llorar por nada y por todo. Sin embargo, el
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miércoles sigue al martes y así sucesivamente, llegamos a otra semana y a un concierto del coro de la escuela de mi hija, donde las voces de decenas de niños de secundaria, confluyen en una serie de armonías tan hermosas, que uno se pregunta si seguimos en la tierra o hemos ascendido al paraíso. Y esta vez las lágrimas fluyen de nuevo, pero de agradecimiento por la belleza y de esperanza por el futuro. El ocho de noviembre nos aplastó y nos hirió a todos; sin embargo es nuestro deber recordarnos cada día que esta, no es la normalidad, y que nuestra presencia es requerida, de manera constante, en las trincheras. Por nuestros hijos y por sus voces. Andrea Ojeda es madre, artista y miembro del consejo editorial de contratiempo.
Ilustración: Yuttapong
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Díptico migrante Febronio Zatarain
Immigrants’ maná
El voto de la desgracia llegó a las tierras del Norte y los indocumentados, ante el estigma que les había colgado el Presidente electo, se echaron de nuevo a andar. Las autopistas hacia el sur parecían procesiones de vehículos en pos de las bondades de alguna virgencita de vestido celeste y bordados de perlas. Jonás iba al volante de su Grand Caravan acompañado de su esposa y de sus tres hijas. Hacía dieciséis años había salido de Teloloapan, solo, sin nada, siguiendo las instrucciones de La Nena, su coyota. En la pick up los acompañaban otros dos pollos. Cuando llegaron a Iguala le preguntó a La Nena si pasarían por Acapulco, No, ésa es otra carretera. Desde aquel domingo de infancia en que el pastor de la Luz del Mundo había señalado que a uno que se llamaba como él se lo había tragado una ballena, lo persiguió la idea de caminar por la costa. En Chicago seguido andaba por la arena y contemplaba esa ilusión de océano llamado lago Míchigan. Mientras manejaba a paso de tortuga, pensó en lo que le contaban los familiares cuando platicaban por Skype; en los soldados de la Marina que los pararían a ocho kilómetros del pueblo, en la policía comunitaria que lo haría casi en la entrada, en los de la Familia Michoacana que podían regresar a cobrar protección, a secuestrar y a robarse a las jovencitas recién entradas en la pubertad; pensó también en el rostro de horror en sus paisanos al oírse el tronido de un cohete o el chillido de una ambulancia, o el simple arrancón de un automóvil. Miró a sus tres hijas por el espejo retrovisor e instintivamente buscó llegar al carril de la derecha y siguió el primer anuncio de EXIT, y salió a una carretera solitaria que iba hacia el oeste, Where are we going, dad?, le preguntó su hija Nínive, A conocer el mar.
Anoche soñé que Trump decretaba la expulsión de todos los inmigrantes y que nos regresábamos a pie. Avanzábamos por las faldas de las montañas Rocallosas cuando un hombre de barba gris y
Ilustración: Yuttapong
El regreso
de cayado dijo que nos detuviésemos, que una voz desde las cimas lo llamaba. Pasaron dos semanas y el barbón no bajaba. Un hacker que había trabajado para Wall Street gritó: Al veterano ya se lo echaron los osos, hagamos una manzana cibernética y divirtámonos. Todos sacamos los iPhones, las tabletas, las laptops los interconectamos y de la gran manzana salió la canción Voy a reír, voy a bailar, y la salsa se mezcló con la cumbia, la bachata, el pasito duranguense, con la cerveza y el tequila, con el perreo, con los labios, las lenguas y con me gusta tu cucu, y todos estábamos entregados al goce del Fruto Prohibido cuando se escucharon los toc toc del cayado sobre la cantera; volteamos a vernos y nos vimos desnudos; avergonzados, nos cubrimos. Momo, así le decían al barbón, miró su iPod donde había escrito el Decálogo Divino y lo estrelló contra el tronco de un encino. El castigo caerá sobre nosotros... Entramos a las áreas desérticas de Utah y luego a las de Arizona, y allí nos perdimos; no avanzábamos, nos movíamos en círculo. Se acabó la masa para las tortillas, para las pupusas, para las arepas... ¡Qué vamos a hacer! Tranquilos, los inmigrantes somos el pueblo elegido, ahora Dios nos castiga pero no nos matará de hambre; durmamos para guardar energía. Y con la primera luz del alba el cielo se llenó de nubes púrpuras, que luego se volvieron rosadas y se precipitaron, pero no era agua lo que llovía, eran piezas de pollo de Kentucky Fried Chicken, de Popeyes, eran nuggets de McDonald’s... Mordía un hash brown cuando desperté. Febronio Zatarain. Escritor, profesor y promotor cultural dirige el taller literario de la revista contratiempo, su libro más reciente es Febrónimos. Vive en Chicago.
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Ciudad Santuario Gerardo Cárdenas
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rump se lanzó ya a la guerra contra las Ciudades Santuario en Estados Unidos, es decir, aquellos municipios que han implementado ordenanzas que impiden a sus policías y a otras entidades de ley y orden colaborar con las autoridades federales en materia migratoria. Estas ordenanzas impiden las redadas arbitrarias, la separación de las familias, y la aplicación extrema de leyes federales en cuestiones que son exclusivamente del ámbito municipal. Amenazó Trump con quitarle fondos federales a las ciudades que mantengan el estatus de Santuario. Miami, lamentable y vergonzosamente - sobre todo porque es una ciudad construida a partir de la migración y el asilo político – cedió y la derogó. Pero otras como Nueva York, Chicago, San Francisco se han reafirmado. El éxito del concepto de Ciudad Santuario reside en su replicación. Mientras más ciudades se sumen, sin importar el tamaño, mayor será el impacto a nivel nacional y más trabajo le costará a la Administración Trump castigar a aquellas que lo reten. Chicago tiene el estatus de Santuario desde hace algunos años, y el condado al que pertenece, el Condado de Cook, adoptó recientemente una ordenanza aún mucho más avanzada ya que corrige los huecos y zonas grises que existen aún en la chicaguense y que generan inestabilidad y vulnerabilidad para su numerosísima comunidad inmigrante. A fines del año pasado, Evanston, suburbio al norte de Chicago adoptó su propia ordenanza de Ciudad Santuario si bien usó el ‘modelo Chicago’. Evanston tiene una fuerte tradición liberal y demócrata, y su medida ayudó a apuntalar un movimiento que poco se hizo posible. En enero, ese movimiento, liderado por organizaciones como PASO (Proyecto de Acción de los Suburbios del Oeste, una organización que aboga por las comunidades inmigrantes) movilizó a residentes de Oak Park y otros municipios cercanos para buscar que el municipio de 54 mil habitantes se sumara al movimiento. Oak Park es una ciudad parecida
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a Evanston: justo al otro lado de la frontera de Chicago, sólo que del lado Oeste, con una fuerte tradición liberal; y que además fue el lugar de nacimiento de Ernest Hemingway y el lugar de residencia de Frank Lloyd Wright. Oak Park, donde yo vivo. Oak Park, también, donde inclusive su alcalde Anan Abu-Taleb, es un inmigrante nacido en Palestina. Con todo, no fue tan fácil. PASO y muchos residentes de Oak Park introdujeron un proyecto de resolución modelado en la ordenanza del Condado de Cook. Se reunieron con el alcalde y conversaron con cabildos – que en Oak Park se llaman fideicomisarios. De forma un tanto absurda, los abogados de Oak Park quisieron ‘suavizar’ la ordenanza, reemplazándola por el modelo Chicago. Ni PASO ni los residentes de Oak Park que se
unieron – nos unimos – al movimiento dieron un paso atrás. Hubo una manifestación, muchas reuniones, campañas en redes sociales, llamadas telefónicas. Activismo a la antigüita, que todavía funciona. Y el primer lunes de febrero, por aclamación y unanimidad, Oak Park adoptó el modelo propuesto por los activistas ante un Concilio Municipal atiborrado de residentes y manifestantes. No sólo eso, sino que el propio alcalde arrancó, frente a todos, la promesa del jefe de Policía de respetar y hacer respetar la ordenanza. El triunfo en Oak Park puede parecer simbólico – en el municipio viven apenas mil inmigrantes, incluyendo quien esto escribe. Pero sus implicaciones a corto y mediano plazo son enormes. Oak Park está rodeado de municipios como Berwyn, Cícero, Melrose Park, Elmwood Park, Westchester, etcétera, donde la población inmigrante es numerosísima. Y vulnerable. Y aunque pertenece al condado de Cook, está muy cerca de los condados de DuPage y Will, donde el crecimiento de la población inmigrante en los últimos 20 años ha sido explosivo. Hacia el Oeste, hacia el Norte, hacia el Sur, es donde este movimiento quiere ir desde la geografía de Chicago; y así, en otras ciudades, por todo el país. No será fácil, y no en todos lados se ganará. Yo me enorgullezco de haber puesto un grano de arena y echado el hombro en la lucha en Oak Park y estoy listo para las siguientes batallas. Ni un paso atrás.
Ilustración: Yuttapong
Gerardo Cárdenas es un escritor mexicano residenciado en Oak Park, Illinois. ENERO 2017
DESHORAS
Prohibido leer Miguel Marzana
“Si cada quien dice lo contrario es porque tiene la razón” Tristan Tzara
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a propuesta de Prohibido Leer nace del tedio de tantas presentaciones y lecturas de poesía a las que hemos asistido como público y como participantes. En el proyecto, el performance o arte en vivo constituye al poeta como el objeto de la obra artística. Da paso a que lo interior, lo inscrito de la obra desmitifique su silencio físicamente; a que el grito o la voz poética del poema, no nos busque solamente desde un papel. En las presentaciones de Prohibido Leer también se configuran otros aspectos de arte en vivo, como: la música, el happening, elementos encontrados en el dadaísmo y hasta un tipo de fluxus cuando decimos que trabajamos en contra de un estilo tradicional. La premisa de no leer los cuentos o poemas y explorar lo que la poética encuentra en la oralidad, al momento de exponerse frente a un público; se hace cada vez más un desafío y
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se hace más interesante para los participantes del proyecto, que en un principio estaba compuesto casi exclusivamente por miembros del taller literario de la revista contratiempo. Al tener una aceptación y después de unos meses de preparación y estudio, el proyecto invita e incorpora autores locales, actores, músicos y un segmento de micrófono abierto en sus presentaciones. Han sido 23 meses de presentaciones y cancelaciones en los que apreciamos: el desarrollo de los participantes a través de palabra oral; exteriorizada de la escrita, el interés del público en ver y escuchar lo que aspiramos de la poesía, el apoyo de los artistas, escritores y las organizaciones que nos han brindado su tiempo y sus espacios. A continuación: como parte de este número de Deshoras dedicado al proyecto de performance poético y poesía escénica “Prohibido Leer” presentamos a seis de sus participantes. Cristian Roldan. Escritor y muralista Puertorriqueño. Graduado en Sociología por la Universidad de Puerto Rico en Cayey. Vive en
Chicago desde el 2012, donde se ha involucrado en el arte y la actuación. Emanuel Ayala. Dedica su tiempo a la contemplación. Febronio Zatarain. Escritor, profesor y promotor cultural dirige el taller literario de la revista contratiempo, su libro más reciente es Febrónimos. Vive en Chicago. Miguel Marzana. Escritor, ajardinado poeta y estudiante, autor del libro “Descomposiciones” es parte del consejo editorial de la revista contratiempo, coordina el proyecto Prohibido Leer. Tania Gomes. Mexicana y viajera. Anastasio Aranda. Escritor. Oriundo de Guanajuato México obtuvo una maestría en literatura hispánica por la Universidad de Texas-Austin, actualmente funge como instructor de literatura latinoamericana en el área de Chicago. Así mismo incluimos ilustraciones del artista plástico: Minor Paredes que nos presenta obras de su más reciente exposición “La belle indefference”.
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Minor Paredes
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DESHORAS
Anastacio Aranda
Argumento a favor de tu cuerpo Estoy convencido del valor poético de los dedos de tus pies Del peligro de lamer tu oreja con los labios descalzos De tu nuca humedecida y su aferrarse a las almohadas ajenas O el sofocar de pájaros en las hebras de tu barba que son mis dientes al morderla Descubrí que en tus uñas hay un lago lunular en su espuma flotan, fallecidas, diminutas libélulas arandarinas o que en tu columna se agita una especie transparente de ciempiés Wujjj … el viento detrás de él huyan las hojas secas que ayer fueron tus plantas. Hay veces. Confieso, que en mi andar reconozco tu garganta al batir, que se yo, el agua, al excavar la tierra descubro el antiguo puente que es tu espalda y tus rodillas en la cama son un loto de calcetines, de sábanas rituales Un arte nuestras manos torpes un ritual que culmina en íntima erupción, en tu ombligopuerto, que para mí es un sí.
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Tania Gomez
Tengo el canto de un pájaro sé que distingues que te alegra la mañana y te cansa con su incesante piar Soy así. Con las alas llenas de matices envuelta de colores que repudias al verme revolotear Soy amante de las nubes donde resplandece mi danza la danza que disfrutas conmigo y que odias, si me ve alguien más. ¿Por qué, si no te gusto me quieres tu amante? ¿por qué, si vuelo alto me quieres cautiva? Soy como el canto de un pájaro sé que me quieres libre pero en tu guarida
Emanuel Ayala
La péndula La péndula de ciertas visiones, el oscilo de mi coraje se aleja de los cuerpos de los sueños que se reciclan. El otro yo inferido. Confía en fijaciones: los silbidos de los petirrojos; siguen la índole del espinazo el escenario donde nada coincide. Siguiendo, aprendí a entender que el misterio del aire se resuelve, en la inmóvil jerarquía de la desnudez, sola…
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Minor Paredes
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Miguel Marzana Alejandra (a Alejandra Pizarnik) Alejandra es precavida; huye de su cuerpo lejos en la oscuridad. Flora siempre habla: buscando en el grito de los lobos Duerme en silencio la sujeción, la música leve del infausto Borda las palabras y piensa muy bien -No es tan sencillo, nadie Cree en Dios. Que daría yo por ser la sombra que alguna vez acariciaste el trastorno cuando tiembla tu pared. Flora Alejandra del espejo desciendes y te alzas anhelando en el destino de la muerte un púlpito en la soledad del pájaro profeta.
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contratiempo
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DESHORAS
Cristian Roldan
Diáspora Tierra inerte, tierra mía, el polvo de tus sendas desampara tus entrañas. Nosotros, tu barro, polvo de tu polvo, te añoramos tierra siena.
Minor Paredes
Somos el adiós y la esperanza del hasta luego, los ojos soñando adelante y la vista fija atrás. Somos la nostalgia de la madre y la infancia retumbando bajo tu arcilla, bajo tu siena. Somos tus pedazos rotos, tierra marchita, tus pétalos, tus hojas caídas y los frutos al otro lado de la valla rodando y rodando sobre el pavimento frío. Somos la mano callosa labrando la tierra ajena, y tu patio abandonado, y nuestras costillas llenas de anhelo. Míranos tierra, Nos hicimos adultos y tu... nostalgia. Ahora somos los caducos, el tráfico en nuestra ventana, el trueque de los árboles por farolas, la lengua que se cuela en el inglés Somos tú, tierra nuestra, Tierra siena, somos el polvo que teme no devolverse a tus sendas. Somos la diaspora.
26 | contratiempo
ENERO 2017
DESHORAS
Febronio Zatarain
Canción # 6 Ya no creo en nada ni en la flor para mí la luna es un lugar Soy lo que siento y soy tristeza refulge en mis uñas como luciérnagas El único consuelo de mi tristeza es ella misma camina por el apartamento garba dolorosa sin lágrimas A medianoche la saco a satisfacer su necesidad de ver avenidas por las que no avanzan coches sino vientos Ahora nos encaminamos a una banca frente al Michigan la invito a que se siente pero ella salta y se vuelve toda el agua Volteo a ver la luna y no la veo porque no es un lugar nada es un lugar nada existe mi tristeza está en todas partes.
NÚMERO 135
contratiempo
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4/9 – 7 PM. Taller con Carmen Ollé @ La Catrina Café 4/14 – 7 PM. Alejandro Romero y Roberto Echevarren @La Catrina Café 4/26 – 7 PM. Anthony Geist y Reginald Gibbons @Instituto Cervantes 4/27 – 7 PM. Encuentro poetas locales y visitantes @DePaul University, Lincoln Park 4/28 – 7:30 PM. Encuentro poetas locales y visitantes @Dvorak Park, Pilsen
Poesía en Abril 2017
4/29 – HORA TBD. Poesía en Caracol @Burnham Wildlife Corridor
Hoy más que nunca, contratiempo realza el aporte cultural de la población inmigrante hispanohablante en Estados Unidos, nuestra misión. Forjemos juntos un santuario en la poesía.
¡SEPARA LAS FECHAS! EL PROGRAMA COMPLETO DE ACTIVIDADES Y PARTICIPANTES VISITANTES Y LOCALES EN EL PRÓXIMO NÚMERO Y EN CONTRATIEMPO.NET.
SANTUARIOS Noveno festival de Poesía en Abril. Del 9 al 29 de abril de 2017
La Catrina Cafe Presents
BEAUTIFUL Art Exhibit of March Celebrating International Women’s Day 2017 Friday March 3rd 2017 6-10 pm La Catrina Cafe 1011 w. 18 st. Chicago Pilsen
Alejandra Carazo, Sabrina Rose Sabella, Erika Doyle, Mercedes Zapata, Laura Neira, * Sarah Montes, Alba Guerra y Vivian Garcia
4/29 – 7 PM. Cierre Poesía en Abril @Poetry Foundation