Contratiempo 95 • Junio 2012

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contratiempo DIRECTIVA Gerardo Cárdenas, Jochy Herrera, Moira Pujols, Rod Slemmons, Helen Valdez, Ellen Wadey Placey DIRECTORA EJECUTIVA Moira Pujols DIRECTOR EDITORIAL Gerardo Cárdenas CONSEJO EDITORIAL Rey Emmanuel Andújar, Gerardo Cárdenas, Marco Escalante, Eduardo Estala Rojas, Rafael Franco, Ignacio Guevara, Jorge F. Hernández, Catalina María Johnson, Verónica Lucuy Alandia, Stephanie Manríquez, Esmeralda Morales-Guerrero, Olivia Liendo, Luis Alejandro Ordóñez, Julio Rangel, René Rodríguez Soriano, Tanya Victoria, Febronio Zatarain DIRECTORA DE ARTE / ILUSTRACIÓN DE PORTADA Olivia Liendo

JUNIO 2012 • NúmerO 95

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l 15 de mayo del 2012 marca un hito en la literatura mexicana contemporánea. Ese día, en la Ciudad de México, muere Carlos Fuentes. Con Fuentes termina de morir el siglo XX literario mexicano. Reflexionar sobre el impacto de su obra, dentro y fuera de América Latina, es fundamental para entender en qué dirección van las letras latinoamericanas en este siglo XXI. Fuentes muere, también, menos de dos meses antes de las cruciales elecciones presidenciales en México, una cita que, entre otras cosas, tendrá que determinar si regresa o no al poder el Partido Revolucionario Institucional luego de 12 años de gobiernos de derecha que dejan una espiral inusitada de violencia e inseguridad. El 2012 no es sólo año de elecciones en México. También acuden a comicios los electores en Puerto Rico, Venezuela y Estados Unidos, tema que es analizado a fondo en nuestro Dossier; y ya lo hicieron los votantes en la República Dominicana, como lo refleja un texto que hemos trasladado a la sección Tiempo Extra. Sin embargo, nuestra atención como observadores y participantes de la vida cultural del español en Chicago vuelve una y otra vez a Fuentes. Fuentes visitó Chicago en varias ocasiones, ambientó uno de sus primeros cuentos aquí, y en 1999, en el curso de las Primeras Jornadas de la Lengua Española, pronunció un discurso sobre la in-

fluencia y el impacto crecientes de nuestro idioma en los Estados Unidos. Dos escritores de Chicago: el mexicano José Ángel Navejas y el dominicano Rey Emmanuel Andújar, reflexionan en un grupo especial de artículos que podrán leer a partir de la página 6, sobre sus primeras lecturas de Fuentes. Junto a ellos, el crítico peruano Julio Ortega hace una reflexión a fondo sobre la literatura de Fuentes (en un texto en dos partes cuya primera compartimos este mes de junio); y Fernando Macotela, director de la Feria del Libro del Palacio de Minería nos ofrece una acuarela del Fuentes humano. Como pilares de esta estantería literaria, dos piezas: la poesía de la puertorriqueña Johanny Vázquez Paz, cuyas contribuciones en estas páginas y en los talleres de creación literaria de contratiempo son muy frecuentes; y una entrevista con el poeta mexicano Javier Sicilia, quien de su presencia en el V Festival Poesía en Abril en Chicago saltó a un activismo aún más intenso en su México preelectoral. Y en nuestra sección de Deshoras, una mirada muy especial a la narrativa y la poesía de varios escritores de Ciudad Juárez. Esperamos que este contratiempo 95, Mayo del 2012, despierte en los lectores sus propias reflexiones sobre uno de los gigantes de nuestras letras. Gerardo Cárdenas, director editorial

CORRECTORES DE ESTILO Julio Rangel, Verónica Lucuy Alandia y Luis Alejandro Ordóñez Las opiniones expresadas por los escritores que colaboran en contratiempo no son necesariamente las de la revista, o de la entidad que la publica, contratiempo nfp, una entidad 501 (c)3 sin fines de lucro © contratiempo nfp 1702 South Halsted St., Chicago Il 60608 (312) 666 7466 contratiempo is grateful for the past and present support of The Chicago Community Trust, the Richard Driehaus Foundation, the Field Foundation of Illinois, the Illinois Humanities Council, the Illinois Arts Council, the City of Chicago Department of Cultural Affairs and individual, institutional and corporate donors, and the contribution of writers, artists and volunteers who make our work possible

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INFORMACIÓN SOBRE LA REVISTA, PUBLICIDAD O SUSCRIPCIONES: info@contratiempo.net 6

ENVÍO DE COLABORACIONES: Gerardo Cárdenas gcardenas@contratiempo.net VISÍTANOS EN: contratiempo.net issuu.com/contratiempo facebook.com/Contratiempo @revcontratiempo

TIEMPO EXTRA Poemas de Johanny Vázquez: Palabra pura y Anónimo. La mirada indiscreta de Johanny Vázquez Paz Gerardo Cárdenas

Encuentros en Chicago con los libros de Carlos Fuentes José Ángel Navejas

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Nuevo viejo gobierno Hamlet Hermann

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Conversación con Javier Sicilia: ¿Para qué sirven los poetas en tiempos de miseria? Jochy Herrera

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Arrecife se asoma a una civilización indiferente a la barbarie que genera Manuel Abical Carlos Fuentes y la escena de la lectura Julio Ortega

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Larger than Life Fernando Macotela

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Carlos Fuentes: Azar y naufragio Rey Emmanuel Andújar

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DOSSIER 2012, año de elecciones Gerárdo Cárdenas y Luis Alejandro Ordóñez La elección presidencial en Estados Unidos Israel Navarro

¿Quiere ganar las elecciones el Partido Republicano? Jorge Frisancho Puerto Rico ante una elección entre la espada y la pared Yanira Hernández Cabiya

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Elecciones presidenciales en Venezuela: El candidato ausente Luis Alejandro Ordóñez

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Para entender el regreso del PRI a los Pinos Guido Lara

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La violencia paraliza a la democracia mexicana Gerardo Cárdenas y Jorge Sánchez Cumming

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DESHORAS Escribir desde Ciudad Juárez Mauricio Mauricio Rodríguez y Eduardo Estala Rojas Textos: La biblia de Gaspar, Rubén Moreno Valenzuela; Con tinta sangre, Arminé Arjona; Sodoma –Chihuahua, Ricardo E. Anzaldúa; La espiral, Juan Pablo Santana; Bukowski se divierte: Jorge López Landó; Pesquisa por una mujer: Susana Chávez; Conozco esta ciudad, No es como en los diarios, Edgar Rincón Luna; Credo, Nabil Valles Dena.


POESÍA

Johanny Vázquez Palabra pura apalear la palabra castigar su silencio que escuche el látigo abrir caminos en sus letras que sienta el puño romper el mutismo en sus entrañas enseñarla a respetar la mano que la traza la boca que la libera del pensamiento lastimar su ego hacerla sentir menos que los ojos que hablan sin palabras apalear la palabra enterrar la pala hasta donde se ata la tierra y la raíz penetrarla hasta el fondo bien adentro hasta que duela para que grite, aúlle clame, ladre hasta que por fin sea sincera y alcance su libertad

NúMERO 95

Anónimo «Me atrevería a aventurar que Anónimo, que tantos poemas escribió sin firmarlos, era a menudo una mujer» Virginia Woolf

Anónima sin decir quién soy ni firmar mi nombre escondiéndome en seudónimos en identidades ficticias en un nuevo alias cada día escribo en silencio deletreando mis gritos dejando señales de vida esparcidas entre la primera mayúscula y el punto que indica mi final. Si me encuentras si adivinas quién soy y cómo me llamo rescátame del baúl de lo inservible y desempolva mi espíritu del estante de los libros ya leídos necesito tu mano acariciando mis letras necesito tu abrazo sujetando mi alma de papel necesito que entiendas mi miedo de admitir quién soy y firmar mi nombre para así recobrar mi identidad.

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CRÍTICA

La mirada indiscreta de Johanny Vázquez Paz Gerardo Cárdenas

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os diccionarios médicos y psicológicos definen al voyeurismo como un trastorno psicosexual en el cual el individuo obtiene excitación y satisfacción observando a escondidas los actos sexuales de otros. Como definición no está mal, pero me temo que se limita a definir el acto del voyeur, y por ende olvida la reacción de los observados en especial si aquéllos son conscientes de ser vistos. Johanny Vázquez Paz (San Juan, Puerto Rico) no tiene miedo a los voyeurs. Es más, los invita a mirar libremente mientras ella ama de manera tormentosa a las palabras. Su flirt con el ojo indiscreto se llama Querido voyeur (Madrid, 2012) y es el número 258 de la Colección Torremozas, un fondo editorial concentrado en la poesía de mujeres y donde publican autoras como Ana Rossetti, Carmen Plaza o Ana Delgado Cortés. Querido voyeur es el segundo poemario de Johanny Vázquez, avecindada en Chicago desde hace varios años e integrante de los talleres de escritura creativa de contratiempo. La autora presentó el libro recientemente en el Instituto Puertorriqueño de Artes y Cultura en Humboldt Park. Querido voyeur es más que un coqueteo, es una abierta invitación a mirar. Sus poemas, prosas poéticas y cuentos están divididos en dos segmentos: “Por la mirilla” y “Open House”. De mirar, se puede pasar a una contemplación más directa: del espía, al espectador. El voyeur mira actos pero esencialmente mira cuerpos. Los textos de Johanny Vázquez son un recorrido por su cuerpo poético, un viaje de doble mirada erótica; la del anónimo espía, la de la poeta a la que su propio cuerpo le cuenta historias. Un ejemplo es “Fototienda”, donde el poema invita al voyeur a re-crear a la medida de sus deseos: Manipula mi imagen adulterada / para complacer tus fantasías / recorta mi silueta, edita mi cintura / quítale el rojo a mis pupilas / y usa tu paleta de colores / para remover el sepia heredado / por los años y el olvido. Pero esa mirada indiscreta puede ser también la de una diabólica complicidad; tal es el caso del cuento “Cuatro paredes y un cielo” donde la intimidad de una pareja atrapada en un ascensor no es tal – la narradora que

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nos sabe espías al otro lado de las puertas nos ofrece una fantasía o un atrevimiento, un juego de espejos, o una charada. “Querido voyeur”, la prosa poética que da nombre al volumen, es resumen y estandarte de la declaración de intenciones de la autora: el lector es invitado a mirar a un cuerpo sin timideces ni pudores, pero el cuerpo no es sólo carne: es carne y letra. Letra que adquiere forma humana, carne que se diluye en renglones, signos de puntuación y palabras. Como todo aquel que se desnuda, ya sea ante el espejo o ante sus voyeurs, Johanny Vázquez nos revela el secreto final de la carne: no hay frontera más última e infranqueable que el propio cuerpo, pero este cuerpo es poético, esta anatomía es la del verso o la prosa. Me quito la ropa, me despojo del pudor y me entrego a ti, Poesía, en el confesionario con mi verdad desnuda, dice la autora en “Confesiones a mi diosa”. El colofón del viaje, el acto final de adoración al cuerpo, el clímax del ojo indiscreto de nosotros, voyeurs, es el poema “Palabra pura” donde ya se ha completado la transubstanciación del cuerpo en lenguaje: apalear la palabra / enterrar la pala / hasta donde se ata / la tierra y la raíz / penetrarla hasta el fondo / bien adentro hasta que duela / para que grite, aúlle / clame, ladre / hasta que por fin sea / sincera y alcance / su libertad. No tenga miedo, lector, de espiar impúdico en esas páginas.

Gerardo Cárdenas, escritor mexicano, es director editorial de contratiempo. Es autor del libro de relatos A veces llovía en Chicago (Vocesueltas/ Magenta, 2011) y del blog semanal En la Ciudad de los Vientos. JUNIO 2012


CRÍTICA

Arrecife se asoma a una civilización indiferente a la barbarie que genera Manuel Abical

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l escritor mexicano Juan Villoro sitúa su última novela, Arrecife (Anagrama, 2012), en una ficticia y desolada zona costera del estado de Yucatán con aguas contaminadas y un único hotel en pie. Un territorio de vanguardia en el que imperan los narcos y la opulencia y la pobreza extrema conviven dándose la espalda. Apenas iniciada la novela, el protagonista, Tony Góngora, se define a sí mismo de esta forma:”yo, ex músico de rock, había renegado de la contracultura, esa pomposa manera de convertir la rebeldía en un sistema de quejas más o menos rentable.” Los seguidores de Villoro, no pueden tardar en reconocerle sus mejores características: el humor incontenible, la mesurada calidad lingüística, el interés por personajes de escasa iniciativa a los que todo les sucede. La prosa de Villoro, ya sea en ensayo, reportaje, crónica o columna periodística, mantiene unas inconfundibles señas de identidad. Esto no impide, de todos modos, que se puedan observar en Arrecife nuevos territorios. Narrador avezado, Villoro construye un notable espacio novelesco: una Riviera Maya apocalíptica, en la que la contaminación y el cambio climático han acabado con todos los complejos turísticos excepto con un exclusivo hotel, La Pirámide, que oferta turismo extremo que atrae a huéspedes de todo el mundo. Su programa de entretenimiento cuenta demoledoras sesiones de fitness, simulacros de secuestros exprés y sacrificios humanos, excursiones submarinas nocturnas culminadas con un desayuno yucateco. Un lugar ficticio, pero creado con elementos de una cercanía desconcertante con la realidad. Lo mejor del caso es que Villoro crea ese espacio ficticio para ver evolucionar a sus personajes. Explorar los límites del individualismo, el significado de la amistad, el valor de la familia, la vigencia de las señales de identidad, la lucha por salir adelante. No le interesa la adivinación visionaria, por mucho que tal como él mismo recordaba en una charla electrónica con lectores, su novela El testigo hubiera anticipado la reivindicación de los mártires cristeros. Tampoco deriva por la sátira, aunque no falte el humor. Ni siquiera importan ya esos desgastados conceptos que son el bien y el mal. Muchos de los personajes manipulan a los desprotegidos, NúMERO 95

abusan de su poder, utilizan la intimidación o abrazan la corrupción, pero Villoro no pierde ni una línea en condenarlos. Eso queda en manos de los críticos marxistas, que encontrarán aquí material de sobra al que sacar jugo. Con todo, lo que importa en ese espacio es simplemente existir, aunque para sentirse vivo haya que ponerse al borde de un precipicio, abrazar los psicotrópicos, desbaratar una empresa o asociarse con personas a las que desprecia. Se trata de una apuesta valiente, porque ofrece muy poco consuelo al que agarrarse. Cualquier triunfo será transitorio, relativo y nunca del todo legítimo. Los personajes se saben a merced de una fuerza superior que tiende irremediable hacia la degradación última, su único consuelo es saberse a flote, aunque su precaria estancia en la superficie se base en que otros muchos estén hundidos. Merece comentario propio la presencia de

personajes norteamericanos. Ocupan diferentes niveles profesionales: un accionista, una profesora de yoga, un buzo. Dos de ellos en situación migratoria irregular. Aunque sólo sea por lo extraño, refresca entrar en contacto con estas realidades y matices. Sirven además como coartada para un notable ejercicio estilístico inédito en Villoro. El español de toda la novela, está trufado de anglicismos solapados. “Te hablo con el corazón en la manga”. “Es mejor tener un récord claro”. “Un macho alfa”. “Cuando la mierda toca el ventilador”. Con tal sutileza Villoro crea un lenguaje idiosincrático que pone en boca tanto de anglófonos como de mexicanos. Este aroma de pésima traducción obedece a un artificio. La habilidad narrativa del autor permite que se llegue a tomar como genuino. Un recurso meritorio que índice de flexibilidad de Villoro. De todas las novelas de Juan Villoro, tal vez sea esta la que tiene una estructura y un lenguaje más diáfano. Los puristas del storytelling le podrían criticar por vez primera una dependencia abusiva en la exposición, la renuncia a cincelar el carácter de los personajes únicamente a través de escenas, diálogos y acciones. Su estructura, podrían decir además, debe demasiado a la de una novela negra. Con todo, cuando se describe el efecto de la adicción a las drogas de un músico profesional con oraciones como “no sabía si había tocado en Puerto Vallarta o contemplado una camiseta que decía Puerto Vallarta”, resulta complicado no caer rendido ante la abrumadora combinación de perspicacia, lucidez e hilaridad de Arrecife. Las más de doscientas páginas de esta obra se dejan leer con tal facilidad que se corre el peligro de marginarla a la categoría de entretenimiento. Para los lectores atentos pasar por el hotel La Pirámide les dejará huella.

Manuel Abical, español, es traductor y autor del blog http://geografiasinvisibles.wordpress.com contratiempo

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ESPECIAL / CARLOS FUENTES

PArTe I

Carlos Fuentes y la escena de la lectura Julio Ortega

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ace unos años leí en la revista argentina Crisis un cuento de Carlos Fuentes en el que una pantera, que ha huido del zoológico, se oculta en el departamento de un hombre. Me impresionó el trazo dinámico, ligeramente irónico, de ese fresco relato, a la vez mundano y pesadillesco. Cuando me encontré con Fuentes le dije lo mucho que me había intrigado su último cuento, “Pantera en jazz”. “Pero si es uno de los primeros cuentos que he escrito,” me aclaró, divertido. Y, en efecto, “Pantera en jazz” es un cuento que no llegó a entrar en Los días enmascarados (l954). La revista había omitido el año de su publicación, pero treinta años después, ¿por qué pude leerlo como un cuento reciente? En la Casa de América, en Madrid, en un foro de escritores, teniendo al lado a Fuentes como testigo de descargo, conté ésta historia, pero añadí una variante. Escrito por el Fuentes joven, propuse, era evidente el estilo maduro, que maneja con sabiduría la dinámica cambiante de una prosa autoconsciente. En cambio, escrito por el Fuentes actual, qué audacia de relato surreal, qué libertad de juego, en una prosa que reproduce el ritmo del jazz. Fuentes, quise decir, acudiendo a la fábula de Pierre Menard, ha novelizado la lectura, porque es al leer que le damos sentido a un texto suyo; a tal punto, que ese texto adquiere la forma de nuestra lectura. Si Borges dramatiza la escritura como interpretación del lector que se apropia del texto, Fuentes convierte en ficción el acto de leer, que ocurre como un desdoblamiento del tiempo mismo, como la libertad de rehacerlo en tiempos. De allí el carácter desencadenante que tiene el presente en su narrativa, porque en la permeabilidad del presente se abre el horizonte de la lectura, desplegándose como la articulación del relato. Por eso, concluí, todo indica que Fuentes ha escrito de joven sus obras más maduras, articuladas y fehacientes; y lo ha hecho para poder escribir, de mayor, su obra más joven y audaz. Se podría, en consecuencia, postular la hipótesis de que la temporalidad narrativa de su obra no sigue la lógica de la cronología, y por lo mismo no se debe a una arqueología de su lectura; sino que es una narrativa cuyo tiempo discurre hacia adelante, buscando su comienzo no en el pasado sino en el futuro. Paradoja, en efecto, de este tiempo revertido, gestado por la fuerza novelesca de la temporalidad, cuyo eje de lectura decide el recomienzo constante de su producción narrativa. El sobresalto de mi lectura, por lo tanto, era una atribución temporal dictada por esa sed de tiempo de esta obra cambiante y proteica. Cristóbal Nonato (l988), por ejemplo, me pareció en más de un sentido su novela más joven, por más inventiva e irreverente. Incluso, es clara la ironía de que el hecho histórico

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fundador, el descubrimiento de América, fuese aquí rescrito desde el futuro, desde una suerte de ucronía o distopía, porque esa novela rescribe el pasado para demostrar su apocalíptica disolución futura. Si Joyce creyó que la Segunda Guerra Mundial se había declarado para interferir la lectura de Finnegans Wake, se podría decir, en este humor paradójico, que el quinto centenario del descubrimiento de América sólo se podía celebrar como su desfundación radical. Así, en esta novela se trata del recomienzo de México como un des-cubrimiento, o develación futurística de su fragmentación, lo que ocurre en el lenguaje y su desmontaje carnavalesco, y a la vez trágico, de la pérdida del mundo tal cual en las palabras. Y no en vano su libro más temporal, tan urgido de presente que se rehúsa a concluir, El naranjo (1993), sugiere en varios momentos un diálogo con los primeros libros del autor, como si esos libros se miraran por un instante en los nuevos relatos, y comprobaran, gracias a estos destiempos y entretiempos, que acaban de ser escritos. No es sino revelador, por lo mismo, que Fuentes haya llamado “La edad del tiempo” a la serie de su narrativa relanzada por la editorial Alfaguara; reordenamiento de “tiempos” narrativos, donde se incluye los libros que su autor aún no ha escrito, como si fuesen ya parte del mapa tangible de su obra. Una obra, por lo demás, que más que una geografía, es una tiempo-grafía, donde discurre la tinta de la actualidad permanente de la letra. Por eso, desde este perspectivismo temporal, cabría definir a Fuentes como el autor no sólo de una obra bien establecida sino, también, como el autor de varios libros por escribirse, entre ellos la serie que da cuenta del “Tiempo actual”, que es el nuestro, por ahora inéditas en la serie y en nuestra actualidad. Por lo tanto, la “edad del tiempo” no sólo es histórica (curso) y mítica (decurso) sino el reordenamiento de nuestra lectura. Una lectura donde, muy probablemente, todo comienza con Aura (1962). Esto es, con la reescritura de unas memorias que perpetúan a la Bruja, a una mujer sin edad, y culminan con “Las dos Américas” de El naranjo (o sea, con un Cristóbal Colón igualmente sin edad, cuyos Diarios reescriben la fábula perdida del descubrimiento). Pero si esta obra no se ordena por la cronología de su escritura ni por la histórica que rescribe, es porque organiza otra temporalidad, hecha de anticipaciones y anacronismos, donde el tiempo de la fábula circula en su propio registro, consumando y consumiendo los escenarios de su energía inquieta y traza barroca. Precisamente, el orden es aquí el recomienzo, el proyecto de una lectura donde los textos se leen mutuamente, y donde todo acontece de nuevo bajo una nueva atención. El “tú” al que se dirige el Narrador de Aura es el joven historiador, pero también es el lector para siempre

joven en el lenguaje que le abre las puertas del tiempo narrativo Pues bien, si leer a Fuentes es suspender la temporalidad (edad cíclica), es también recorrerla lúcidamente (edad histórica); y ello es así porque en la lectura pasamos de una orilla a otra, y desde una margen alcanzamos la siguiente. Es una obra, quiero decir, que adquiere imprevistas y renovadas resonancias en la relectura. Está hecha, se diría, para acrecentarse en la relectura. Y ya no es casual que releída hacia atrás nos revele sus anticipaciones como otro afincamiento en nuestra margen de presente. Fuentes escribe en el escenario de la lectura, del lenguaje procesado y transformado por el presente sin fondo de leer un texto dentro de otro, una conversación bajo otra: escenifica la letra y la voz de la cambiante verbalización del mundo, de su permanente invención. Por ello, hay una dimensión única de lo real hablándonos desde estos libros suyos. Si García Márquez necesitó cien años para escribir, como si fuese leída en unas horas, su novela milagrosa; y si Joyce necesitó un día para probar la banalidad del bueno de Leopold Bloom; Fuentes ha necesitado, en cambio, los quinientos años de nuestra edad histórica para su espectacular temporalidad narrativa. Por eso, releemos sus libros no sólo como si fuesen todos recientes, sino como si estuviésemos leyendo el pasado en el futuro, y a nosotros mismos en un relato siempre por venir. La historia deja de ser cronológica y gana otra edad discursiva, la de nuestra historicidad. En contra de las versiones traumáticas de la experiencia latinoamericana, la obra de Fuentes nos reafirma en el presente reconquistado por la lectura; revelando no las fáciles síntesis ni los meros pluralismos, sino la realización y el drama de la mezcla, la alegría y el riesgo de la diferencia, la apuesta por nuestro espacio, mapa y habitat hecho en las afirmaciones plurales y su energía inquisitiva, su poder crítico que desmonta los programas de control hegemónico y diversifica radicalmente la representación de la historicidad del presente. De allí que el sentido de lo histórico se dé como su actualización, que no es sino la política de la imaginación del cambio y la radicalidad de lo nuevo. Como bien dice Anthony Giddens: “La historicidad puede ser definida como el uso del pasado para ayudar a dar forma al presente... (Es) el conocimiento del pasado como medio de romper con él...La historicidad, de hecho, nos orienta precisamente hacia el futuro”. Es el caso extraordinario de La muerte de Artemio Cruz (1962), escrita en el albor de la revolución cubana pero exactamente como su revés: los comienzos de la promesa revolucionaria son vistos desde el fin de la experiencia revolucionaria mexicana, y así los tiempos del comienzo se leen, se descifran, en los tiempos del fin. Si los relatos y novelas de Fuentes ocurren como JUNIO 2012


ESPECIAL / CARLOS FUENTES

distintas versiones de la temporalidad, esa exploración es una ampliación de la naturaleza de la fábula. La calidad fabularia y fabulosa de estos libros se hace patente en la diversidad de sus fórmulas, en el cambiante registro de sus representaciones, en el diverso protocolo de su lectura. Pero, en esa exploración temporal es también una textualidad compleja. Cada libro proyecta una estrategia narrativa propia, que no se puede repetir en otro relato, y que se consuma como la forma misma de la fabulación. Podemos, por lo mismo, proponer la hipótesis de que estas obras se cumplen como una de las instancias paradigmáticas del cambio literario. Por ello, la innovación las distingue. Innovar implica renovar, recomenzar, reformular. Por eso, su primera obra maestra, Aura (1962) es una novela breve gótica que ocurre en el futuro; su obra más señera, La muerte de Artemio Cruz (del mismo año insólito), es una novela crítica y política que distribuye en cada persona narrativa (tú, yo, él) un tiempo complementario, que es espacio de asedio, acción y memoria; su obra mayor, Terra Nostra (1975), es una monumental construcción mitopoética, que suma los tiempos y los funde; y Cristóbal Nonato (1987), su novela más libérrima, hace del Apocalipsis una refundación humorística. Teóricamente, las poéticas del cambio se dan frente a y en contra de las poéticas de la normatividad, esto es, de los códigos y cánones que configuran, por un lado, el horizonte de la repetición como sistema de referencias letradas; y, por otro, la matriz discursiva, el archivo de modos del discurso, que definen un estilo, una productividad, una modulación genérica. La repetición es necesariamente estructurante, porque corresponde a las normas, los rituales y protocolos de la continuidad. Mientras que el archivo discursivo corresponde a las formas de habla, a la dicción de un estilo, y es modélico. Por eso, luego de haberse privilegiado la noción de cambio y desautomatización bajo la influencia de las vanguardias y de los formalistas rusos, se pasó a favorecer las nociones estructurales que privilegiaron los levantamientos cartográficos del enunciado y el significante. Y, más recientemente, a la luz de los cambios suscitados por la crítica de los modos de producción tecnológica, y gracias a los nuevos movimientos sociales y políticos, que cuestionan el programa de la modernidad, se han privilegiado las articulaciones socio-culturales. Las opciones son hoy menos polares, más inclusivas, y también más independientes de aparatos que totalizan la lectura. De varios de esos modos asumidos por el proceso crítico de leer se ha beneficiado la obra de Fuentes en su contexto internacional. Y es así que ha sido leída como parte del realismo mágico, como adelantada del relato postmoderno, como iniciadora de la nueva novela histórica… El propio Fuentes ha puesto en NúMERO 95

“Cabría definir a Fuentes como el autor no sólo de una obra bien establecida sino, también, como el autor de varios libros por escribirse” práctica una rearticulación de orillas remotas y contrarias, en ese tratado de sumas hispanoamericanas que es El espejo enterrado (1992), uno de los adelantos de la perspectiva crítica transatlántica. Esta inclusividad crítica, que convierte en textualidad los repertorios y monumentos de la cultura, es evidente en la narrativa latinoamericana, que desde Borges y Rulfo se ha alimentado tanto de la crisis del relato representacional como de las recurrencias simétrica del ritual y el mito. Por lo mismo, la idea de que las vanguardias habían terminado, y que vivíamos el fin de la experimentación ha sido contestada por las reapropiaciones formales del postmodernismo; especialmente por Lyotard cuando afirma que “en las diversas invitaciones a suspender la experimentación artística, hay un mismo llamado al orden, al deseo de unidad, de identidad, de seguridad, o de popularidad...para esos escritores nada es más urgente que liquidar la herencia de las vanguardias.” Ese patrimonio de la novela contemporánea, consagrado por la obra de Fuentes, es hoy nuestra instrumentación narrativa, tan fresca como ayer, capaz de nutrir de vigor el proyecto de una nueva novela nueva, ese permanente mito del presente en que ésta obra nos ha educado a leer más de lo que leemos. Si la obra de Fuentes es un paradigma del cambio no es porque siga el dictamen modernista de la búsqueda de la originalidad a ultranza, sino porque sus formulaciones exploran las aperturas del texto y amplían las funciones representacionales. Es revelador el hecho de que sus novelas más innovadoras son aquellas que trabajan sobre espacios socio-históricos más codificados; como si la fractura de la sintaxis narrativa, de las atribuciones del lenguaje mismo, fuera

el instrumento más seguro para desbasar y cuestionar lo que pasa por lo real; por ello, esas novelas no son gratuitamente experimentales sino aplicadamente exploratorias. Es el caso de La región más transparente (1958), que socaba una sociedad convencional que reproduce el fracaso; de La muerte de Artemio Cruz, cuya fragmentación y diversificación busca subvertir el edificio del poder corrupto, las articulaciones de la política y la economía en el monopolio del estado; y de Cristóbal Nonato, que imagina un fin del mundo mexicano donde las formas del poder autoritario son puestas en entredicho por la libertad jocosa del lenguaje permutante. No quiere esto decir que la innovación sea instrumental, sino que contradice la saturación de los lenguajes, la usurpación de los sentidos. Tiene, así, implicancia política, y fuerza emancipadora. Se puede adelantar la conclusión de que estas novelas son poderosos aparatos contra la Retórica: descubren tras las representaciones su carácter construido, los lugares que sostienen a los discursos, el interés y la banalidad de los poderes en control, y también la fuerza de revelación y contradicción que hay en la búsqueda de una verdad no por improbable menos urgida de hacerse lugar en los discursos. Pero, aun si acontece fuera del orbe social, la innovación en sí misma posee la fuerza impugnadora del deseo. ¿Cómo se podría haber escrito Aura al mismo tiempo que La muerte de Artemio Cruz si no fuese porque ambas responden con el deseo a la tiranía de la muerte? En una carta a Fuentes, Cortázar se mostró sorprendido por la coincidencia de ambas novelas en el mismo año, pues las encontró, como son, demasiado distintas, y prefirió el carácter fantástico de la primera. Pero son también íntimamente próximas, como si se hubiesen puesto de acuerdo para asaltar los límites, en un caso, de la subjetividad del amor más allá de la muerte; y en el otro, de la representación del poder desde su disolución. Cambiar, así , es desear; es proyectar en el espacio del deseo la estrategia de una celebración reafirmativa a través del simulacro, el espectáculo y el diálogo, para recuperar con el puro flujo del arte la mutualidad de la cultura, sus magias imparciales y alegrías filiales. Le debemos, a él y a su obra, esa lección de integridad creativa; su fidelidad a la promesa, tan nuestra, de cambiar este mundo a partir de la próxima lectura (Continuará). Julio Ortega, peruano, ha publicado varios títulos de crítica literaria y dos de las antologías más completas de poesía latinoamericana contemporáneas. Tras ser profesor visitante en Yale, Harvard, Texas-Austin y Pittsburgh, desde 1989 enseña en la Universidad de Brown donde dirige el Proyecto Trasatlántico. Es miembros de varias academias de la lengua latinoamericanas y ha recibido diversas condecoraciones por su obra contratiempo

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ESPECIAL / CARLOS FUENTES

Larger than Life Fernando Macotela

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o sé cuándo conocí a Carlos Fuentes y no recuerdo cuándo lo vi por primera vez. Y es que para mi generación, para los que crecimos en la Ciudad de México, él estuvo siempre allí. La gran fama le llegó después de publicar La región más transparente, pero su cara no nos era desconocida desde antes: iba a los cine clubes, a los estrenos del teatro universitario, a los conciertos, a las inauguraciones en las galerías de arte. Y después de La región… hubo tantas entrevistas suyas publicadas, tantas fotos en todas partes, que era ya inconfundible. Me tocó acompañar a la película Pedro Páramo, de Carlos Velo, al Festival de Cannes. Al pasar por París la embajada mexicana hizo un brindis para ponernos en contacto con la prensa y empezar la promoción de la película. Fuentes, que era coautor del guión con sus amigos Carlos Velo (el director) y Manuel Barbachano (el productor), asistió. Pilar Pellicer (aquella inolvidable Susana San Juan) y yo hablamos con él a más no poder. Tenía él entonces sólo 37 años, pero poseía ya el empaque de alguien muy importante y lo debía a su obra. No era ninguna pose. Adonde Fuentes entraba, se le notaba. Fuentes no fue a Cannes, asistió a la Embajada porque estaba en París en ese momento. No puedo precisar cuántas veces y en qué lugares tuve la oportunidad de estar con él. No fueron muchas y la comunicación no fue muy estrecha, pero nuevamente en París (para entonces ya trabajaba yo en la embajada de México, de la que pocos años después él sería el titular) volvimos a encontrarnos. Fue en 1973 durante la visita oficial del entonces presidente Luis Echeverría. Como siempre en sus viajes, Echeverría había invitado a un grupo de intelectuales para que lo acompañaran. Fuentes estaba incluido en el grupo de Francia. La primera vez que nos vimos en esta ocasión Fuentes me llamó aparte y señalándome a una bella rubia que estaba a pocos pasos me dijo: “Fernando, yo vengo con mi esposa, pero ella no tiene acceso a todos los lugares a los que nos han invitado, por favor, no me la dejes sola, ‘ái te la encargo’.” ¡Su tono fue tan sencillo y coloquial! Fue un encargo más que placentero. En esos breves días y a pesar del duro trabajo que representaba la visita, tuve oportunidad de llevar y acompañar a Silvia a varios de los puntos de la visita. Y debo decir que ella, desde entonces, no importa en donde nos encontremos, si me ve en algún sitio va hacia mí –he tratado siempre de no interrumpir, ellos siempre están rodeados de tanta gente– y me reclama que no la salude.

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Un día, la comitiva partió de la Embajada hacia el Instituto de Francia, pero el grupo de los intelectuales –y es muy extraño, pero no logro recordar a los demás, recuerdo sólo a Fuentes– se confundieron y en vez de acudir a la residencia del embajador se fueron a las oficinas (en el mismo edificio pero en la calle paralela, con una entrada diferente) y de pronto se dieron cuenta de que los habían dejado. Eran siete u ocho. Y se trataba de una de las visitas para las que habían sido requeridos. No había una solución fácil pues no había más vehículos y las comitivas oficiales, siempre con escolta, llegan a su destino –en esta ocasión bastante cercano– en pocos minutos. Ante la desesperación, lo único que se me ocurrió fue decirles que los llevaba en mi coche, un Peugeot nada grande, como todos los autos europeos de la época. Y allí nos metimos 9 personas, auténticamente como sardinas. Me gustaría recordar quiénes eran los demás, eran todos personajes distinguidos y llevaban un ánimo festivo. Fuentes se sentó sobre todos los de atrás y su cabeza salía hacía mí entre los asientos delanteros. En todo el trayecto él tuvo una ocurrencia tras otra, por el incidente y por las apreturas. Todo mundo reía. Nunca he olvidado la pequeña aventura, el día era hermoso, el ánimo inmejorable y allí iba yo manejando como loco, responsable de la vida de una parte conspicua del talento mexicano. El Instituto de Francia estaba en el lado opuesto del río; por el tiempo, era imposible que fuera yo a dar la vuelta hasta alguno de los puentes para auto, los dejé entonces en un extremo del Pont des Arts que es peatonal y que cruza del costado del Louvre donde estábamos hasta la entrada misma del Instituto. Salieron de mi coche como en una explosión y alguien gritó: “¡A correr, que no llegamos!” No puedo impedirme sonreír cada vez que recuerdo a la intelligentsia mexicana en pleno galope sobre el Sena. Todos pasaban ya de los cuarenta años. Volví a la Embajada, donde Silvia Lemus me esperaba, y con mucha más calma nos fuimos a uno de los actos que sucederían más tarde y en donde los Fuentes se reencontraron. Ellos conocieron a medio mundo y estuvieron en todas partes. ¿Cuántas anécdotas como ésta existirán? Y si vale la pena contarlas es sólo porque ellos fueron los protagonistas, por el carácter intrascendente y cotidiano de los pequeños episodios que los personajes viven también. Y por la forma en que los enfrentaban, con la mayor sencillez imaginable. Pero quienes los vivimos con ellos los atesoramos en la memoria como instantes excepcionales.

Fuentes ha sido uno de esos contados mexicanos que, sin proponérselo, consiguió el viejo sueño nacional del cosmopolitismo. Los mexicanos hemos querido siempre ser conocidos y reconocidos. Él fue un cosmopolita que accedió a ese status sin luchar por él. Así era, su educación y su carácter influyeron, pero ya los tenía, eran suyos. Igual que su amiga/enemiga María Félix, aunque claro, por razones diferentes. Yo atribuyo esta característica, aparte de lo ya apuntado, al hecho de que fueron verdaderos triunfadores, triunfadores universales. Como el mismo Paz. Y supieron serlo. Parte de eso consistió en saber deslumbrar por su talento y a través de su mexicanidad, utilizada como un arma más. La muy citada (y alterada) frase de Octavio Paz, en la que afirma que América Latina no es el Tercer Mundo –“concepto periodístico” – sino una zona excéntrica de Europa implica un doble significado: por un lado, no somos “el centro” y por otro: resultamos “raros, extravagantes” tanto al eurocentrismo como ahora también al “américacentrismo” entendiendo por “América” a los Estados Unidos como el centro del mundo. Una consecuencia podría ser que nos sintamos obligados a conocer mejor, o lo que es más, a dar prioridad a la cultura “del centro” (¿de los centros?), mientras que para ellos la cultura mexicana, la cultura latinoamericana –si nos ponemos en un solo paquete– son sólo suburbanas. Pero personajes como Fuentes rompen con facilidad estos moldes por su estatura intelectual, su obra y sus opiniones. De Carlos Fuentes podemos decir sin temor a equivocarnos una útil frase en inglés: “He was larger than life!”. Por eso el enorme impacto de su partida, por eso el hueco que ahora descubrimos imposible de llenar, por eso la grande tristeza.

Fernando Macotela dirige desde 2000 la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (Facultad de Ingeniería, UNAM, México) JUNIO 2012


ESPECIAL / CARLOS FUENTES

Fuentes: Azar y naufragio Rey Emmanuel Andújar

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oco antes del descojone conseguí un trabajo rompiendo noches en el McDonald’s de la Bruckner & Willis en el Bronx. El parrillero era un mexicano aspirante a teatrero con quien algunas veces hablé de fútbol y literatura. Durante la modorra de un turno muerto se sorprendió de que yo no pasara del Carlos Fuentes de Aura y me prestó una copia de La frontera de cristal que traía consigo. Dos días después me enteré por el gerente que el chamaco no regresaría más; sugirió que lo habían deportado. Aún conservo el ejemplar con las notas del muchacho y en la relectura siempre me sorprenden sus intereses, que iban más para el lado melodramático y carnal que para la trastienda política del texto. Con una voz ágil, Fuentes penetra con vitalidad en el asunto fronterizo que mantiene en tensión las relaciones entre México y Estados Unidos; reconozco ahora que esa fue una de mis primeras lecturas sobre el asunto y que desde ahí me lancé a buscar cosas de Octavio Paz en la desaparecida Lectorum, donde también conseguí los dos tomos de la Historial General de México. Después de lo de las Torres desanduve triste por lo newyorkino y esa depre me depositó en una playa de Puerto Plata, Cabarete para ser exactos, hasta donde llegué para pasar una semana y terminé escapando un año y una novela después. Todos los miércoles llegaba hasta el pueblo y visitaba a este tipo que vivía solo y tenía la casa llena de libros que vendía o canjeaba. Después de la acostumbrada caneca de ron con café, yo salía con un botín de cosas interesantes a precio de regalo. Allí conseguí una bella antología de Lezama Lima y novelitas policiales de La Serie en Rojo; allí también di con mi libro predilecto de Carlos Fuentes: La cabeza de la hidra. Llevo ya unos años de lector y caza libros y debo aclarar que esta tarea comenzó en mi adolescencia curazoleña, leyendo los textos del Boom porque era lo que estaba a la mano. Y siempre debo explicar que entre mis primeros textos está ese impresionante policíaco que retrata un Distrito Federal distinto al de las ideas telenovelísticas y cinematográficas que el Caribe recibía de México. Nada de vírgenes levitando ni guayabas voladoras, La cabeza… posee una voz elegante y el estilo parco que encontraría en Zona sagrada y La región más transparente. Ambos libros los conseguí en Río NúMERO 95

Piedras, en la Librería Mágica, recuerdo bien. Fuentes perteneció a una pandilla muy particular que ocupa un lugar especial en muchas listas de cosas preferidas. Salvo aquel Aura que compré en el bachillerato, sus libros me llegaron por tropiezo. Por accidente también lo conocí en un Congreso Trasatlántico en la Universidad de Brown. En su charla disertó sobre los procesos independentistas en Latinoamérica. La lectura fue magistral pero la sesión de preguntas y respuestas me dejó un tanto contrariado: una boricua quiso saber su opinión sobre el asunto de la Isla del Encanto y su condición de ELA y el escritor se defendió como pudo pero era obvio que no se esperaba esa y titubeó un tanto lo cual es perdonable porque muchos y muchas dudamos ante el mismo cuestionamiento; la segunda parte del estropicio se dio cuando un venezolano preguntó algo relacionado con Hugo Chávez y el mexicano contestó con la siguiente perla, “¿Quién es Hugo Chávez?” Pero la noche fue

rescatable ya que durante la cena me tocó ver a un caballero ya mayor, súper elegante y buen conversador, que cedió autógrafos y se dejó fotografiar. Yo no esperé el postre y aunque llevaba conmigo una copia de En esto creo, no se la di para que la firmara. En una de mis visitas a Alfaguara me regalaron una caja de libros y para mi deleite conseguí un ejemplar de Cristóbal Nonato, lo que me permitió constatar, a lo largo de todas esas lecturas, que lo aseverado alguna vez por Onetti es muy cierto: Fuentes se caracteriza por la forma vigorizante con que renueva su decir; un decir amplio y provocador como pocos. El cuerpo se ha ido. Queda la voz, resonando en su obra como un fantasma bueno que seguirá apareciendo en el desorden de las mudanzas y las bibliotecas rescatadas en cada naufragio.

Rey Andújar, escritor dominicano, es integrante del consejo editorial de contratiempo contratiempo

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Carlos Fuentes, 1987 Cortesía: Miami Bookfair International


ESPECIAL / CARLOS FUENTES

encuentros en Chicago con los libros de Carlos Fuentes José Ángel Navejas

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a primera vez que escuché el nombre de Carlos Fuentes fue aquí, en Chicago. Tenía yo unos 25 años y era repartidor de tortas, burritos y tacos para clientes anglos de los suburbios ubicados al sur de la ciudad. Me lo mencionó un compañero a quien yo envidiaba secretamente por haber cursado la prepa en México. Le envidiaba su educación, las lecturas que recreaba mientras preparaba la orden que yo habría de salir a entregar en breve. Él me llevaba ventaja, eso quedaba claro. Pero ahí, en la chamba, los dos éramos iguales. Al entregarme la orden y concluir la historia esbozó una sonrisa que me dejó intrigado. No fue sino hasta algunos años después, al iniciar mis estudios universitarios, que entendí la satisfacción de aquella sonrisa. Mi encuentro con los libros de Carlos Fuentes iluminó de nuevo un mundo que había comenzado a ensombrecerse. En la obra de Fuentes la realidad del país de donde yo provenía tomaba un giro inesperado: en sus páginas, México era un lugar donde ocurrían cosas mágicas y misteriosas; México era un país que tenía mucho de antiguo, pero que no era viejo, pues atendía puntualmente a sus ciclos de renovación; México era un universo por el cual habían desfilado numerosas e impresionantes civilizaciones; México era un país cosmopolita… Pero también era el país que yo conocía: el país de enormes desigualdades sociales. A pesar de que en ese entonces no lograba entenderlo, el rasgo de la obra de Carlos Fuentes que más me atrajo fue precisamente su diversidad, la complejidad del mundo que recreaba en cada uno de sus libros. Desde los albores de mi vida de lector, cuando me atravesé con Cambio de piel, libro donde fuerzas opuestas chocan y colapsan, hasta Adán en Edén, esa magnífica novela corta en la que las debilidades y vicios del alma mexicana se examinan con rigor, he sido un ávido lector de ese vastísimo corpus literario que conforma la obra de Carlos Fuentes. Leer a Fuentes a través de los años ha sido un gran placer. Recuerdo con agrado mi lectura de Terra Nostra, esa epopeya que consumió uno, dos, tres meses de mi tiempo libre. Me recuerdo completamente entregado a su lectura, trasladándome a lugares distantes, a siglos remotos. Es sólo ahora que recuerdo esos meses que me doy cuenta del gran genio de Fuentes, y de la feliz paradoja contenida en ese libro. Del lector, Fuentes exigía atención y tiempo, mientras que al tiempo, personaje central de

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esa novela, lo que le esperaba era su abolición. ¿Y qué es lo que queda después de semejante concatenación? Sólo dos vacíos que, como en el teatro japonés, se miran frente a frente: dos fantasmas que se contemplan y reconocen en un instante que se perpetúa. Después llegarían los libros de otra índole, los mágicos y los didácticos, como Aura y Nuevo tiempo mexicano, entre muchos otros. Para nuestro propósito baste recordar que Carlos Fuentes escribió ampliamente sobre la relación entre México y Estados Unidos. Abordó temas bilaterales y dedicó un libro completo a ficciones sobre la migración, fenómeno del cual somos producto. Uno de los cuentos de La frontera de cristal toma lugar en Chicago, y algunos de sus personajes radican en Pilsen. Al leerlo después de casi dos décadas, uno se da cuenta de que ese relato está plagado de lugares comunes debido a que Fuentes cayó en la trampa del estereotipo. Y no podía ser de otra manera, puesto que él escribía partiendo

Carlos Fuentes, París 2009. Fotografía: A. Bouirabdane

de su experiencia, es decir, de sus lecturas. No obstante, el tema central de su narración, que es la lucha por el reconocimiento y la dignidad, sigue tan vigente hoy como entonces. Con frecuencia se habla de Fuentes como el embajador de la cultura mexicana en el mundo; se habla de él como un incansable viajero, y no en pocas ocasiones se habla sobre su disciplina espartana, sobre el índice de su mano diestra, chueco de tanto teclear a un solo dedo en su máquina de escribir; y en más de una ocasión –y con un chovinismo profundamente herido– algunos hemos lamentado que nunca se le haya otorgado el premio Nobel. Sobre otros aspectos de su carácter se ha hablado menos. Poco se recuerda que supo sobreponerse a la peor de las penas, pues perdió a dos de sus tres hijos cuando estaban en la flor de su juventud. Lo que no perdió nunca fue el entusiasmo por la palabra, su pasión y entrega a su labor. En esto no fue diferente a Johann Sebastian Bach, de quien se dice que seguía componiendo música sagrada a pesar de haber perdido a diez de sus veinte hijos. Y qué decir de su generosidad. Al ser entrevistada, una señora que fue a rendirle tributo a las afueras del Palacio de Bellas Artes dijo que ella admiraba al gran hombre de letras, pero al que respetaba era al hombre del pueblo. Lo que quiso expresar fue su admiración por el hombre que, sin tener necesidad alguna, se alió a las causas de los desfavorecidos. Y de los que seguimos todavía un tanto desorientados. Alguien me contó que una de las veces que estuvo por aquí, algunos de los fundadores de la revista Zorros y Erizos le entregaron un ejemplar de la misma. Y Fuentes, con su característica alegría sonrió y les dijo, “¡Qué buen nombre! A mí nunca se me hubiera ocurrido”. Esa revista y el cuento de La frontera de cristal al que aludí anteriormente tenían mucho en común, salvo que las pugnas de la publicación de Chicago partían de la realidad concreta. Han pasado ya casi veinte años desde que se publicó ese libro, y ahora ya no somos aquellas personas desamparadas esperando a un redentor. Hemos descubierto que somos entes políticos y que poseemos nuestra propia voz. Podemos contar ya nuestra propia historia. De Carlos Fuentes hemos aprendido la mejor de las lecciones: confrontar nuestra problemática haciendo literatura. José Ángel Navejas es escritor mexicano. Reside en Chicago JUNIO 2012


ACTUALIDAD

Nuevo viejo gobierno Hamlet Hermann

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n República Dominicana se celebraron elecciones presidenciales el pasado domingo 20 de mayo de 2012. Estos fueron los decimocuartos comicios realizados desde el ajusticiamiento del tirano Rafael Trujillo en 1961. Se creía que, a partir de entonces, la democracia sería algo realizable en ese país y, como consecuencia, el pueblo se beneficiaría. Sin embargo, luego de medio siglo, el ranking establecido en 2011 por el Foro Económico Mundial entre 133 países del mundo, muestra que esta nación antillana ocupa los últimos lugares en los renglones que más importancia tienen para la ciudadanía. En los derroches de gastos gubernamentales y el favoritismo en las decisiones de los funcionarios, vale decir, en corrupción administrativa, ocupa el lugar 133, como el peor del mundo. En calidad de educación primaria es el 132, al igual que en la confiabilidad de las fuerzas policiales. En el deficiente servicio eléctrico ronda el lugar 130. Si estos son los resultados luego de catorce elecciones cabría preguntar: ¿para qué ha servido al pueblo dominicano la supuesta democracia? Más importante aún, después de tanta frustración ¿cómo es posible que las dos terceras partes de los seis millones de dominicanos con derecho al voto les hagan el juego a los candidatos de los partidos tradicionales? Históricamente, los comicios recién celebrados fueron los de mayor inequidad. Fue amplio y descarado el despliegue del poder del Estado nacional a favor de la candidatura del grupo gobernante, la cual incluye a la esposa del actual presidente de la República. Las labores de clientelismo vulgar y compra de votos fueron colosales. Los medios de comunicación fueron prácticamente secuestrados por el gobierno del doctor Leonel Fernández con la “contratación” de cerca de dos mil periodistas y comunicadores para promocionar la candidatura oficial. Este desborde ha sido hecho a expensas de un déficit fiscal que sobrepasa los mil millones de dólares. O lo que es lo mismo decir, llevar a alguien a votar a favor del candidato del gobierno costó cerca de mil 500 dólares per cápita. Suma enorme para un país atrasado y sin muchas probabilidades de sobrepasar el subdesarrollo reinante durante el siglo XXI. El partido de gobierno se negó a sí mismo para convertirse en un grupo corporativo cuyo capital es el erario, con el privilegio de que no paga impuestos sobre sus ganancias. El régimen, luego de ocho años de gobierno, trata de permanecer otros cuatro años disfrutando de los bienes del Estado dominicano luego NúMERO 95

de imponer un clima social sobresaturado intensamente durante la campaña electoral. La violencia psicológica y emocional predominó desde las ruidosas caravanas promocionales hasta la intimidación policial, las amenazas a toda expresión de disensión y presiones al empresariado cuando se ha supuesto que colaboran con el contrario. La campaña mediática ha sido basada en interceptaciones de llamadas telefónicas y acusaciones personales sin que hayan surgido rasgos de contenido político o ideológico de consideración. El uso abusivo de recursos del Estado en repartos de dinero, de bebidas alcohólicas y alimentos básicos entre los sectores depauperados fue insultante. Todo esto, bajo la supervisión de una Junta Central Electoral encabezada por miembros del Comité Central del grupo gobernante. Otro factor de incertidumbre fue el manifiesto empeño de las autoridades electorales en obstruir la observación electoral y negar la autorización para un conteo rápido a pie de urna por organizaciones de la sociedad civil. Excesivamente parcializada se mostró la Junta Central Electoral cuando tuvo la osadía de acusar falsamente a la sociedad civil de incluir en su lista de observadores electorales a centenares de delincuentes, sugiriendo que se

comportaba como una asociación de malhechores. Fue tan grave la imagen de un fraude potencial creada por el gobierno de Fernández, que una docena de los más importantes embajadores acreditados en República Dominicana, encabezados por los representantes de Estados Unidos y la Unión Europea, visitaron el despacho del Poder Ejecutivo, donde dejaron entrever su preocupación por las ominosas señales que asomaban en los finales de la campaña electoral. A final de cuentas y ante un desesperado gobierno de fuerza, la candidatura oficial ganó la mayoría de los votos. Algunos sectores esperan la continuidad del estilo de gobierno actual. No sólo porque el mismo grupo continúa al mando, sino porque la vicepresidencia de la República estará en manos de la esposa de Fernández. De mantenerse la continuidad en el manejo de la cosa pública, algunos analistas vaticinan que, a muy corto plazo, podría desestabilizarse el actual equilibrio social y provocar situaciones violentas difíciles de aplacar.

Hamlet Hermann es escritor dominicano contratiempo

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Marcha, 4 de Mayo de 2012 Cortesía: comando de campaña de Danilo Medina


TIEMPO EXTRA

CONVerSACIÓN CON JAVIer SICILIA

¿Para qué sirven los poetas en tiempos de miseria? Jochy Herrera

Fotografía: Arturo Richardson

La disolución de todas las formas tradicionales del sujeto –las del cuerpo social– las de las costumbres, la familia, la ciudad, la tradición y la memoria le dejan desamparado y desnudo”. Palabras del poeta mexicano Javier Sicilia (Ciudad de México, 1956) que se hacen eco de la insinuación de Friedrich Hölderlin sobre el papel del poeta en épocas como ésta; álgidos días que viven los hombres y mujeres de México y donde súbitamente el silencio –la voz callada del poeta– se convierte en voz. Cierto, Toda ausencia es atroz, pero es aún más desgarradora la rendición a que nos arrastra el olvido. Para vivir, ha de existir la memoria, el olvido absoluto sería justamente morir, conceder la amnistía a los creadores del mal. El dolor, el asesinato impune y la indignidad –oprobios e ignominias del presente– extrañamente, en ocasiones van de manos del amor, cercanos al don del amor que parece llenar el corazón de Javier Sicilia. Un hombre, que autorizado a gritar y llenarse de ira, escoge también la luz, la esperanza de que resucite la carne de su nación: ¿Hacia dónde volverse?; ¿hacia Dios, el ausente del mundo de los hombres?; ¿hacia ellos, que lo han interpretado hasta vaciarlo? ¿Hacia dónde volverse que no revele el hueco, el vacío insondable de la ausencia? Hacia ellos, los muertos, que guardan la memoria y saben que no estamos contentos en un mundo interpretado. Javier Sicilia pronunció en Chicago, a fines de abril, una conferencia en el Jane Addams Hull House Museum de la Universidad de Illinois-Chicago titulada: “Cuando los poetas callan”. La conferencia puso fin a los trabajos del V Festival Poesía en Abril, organizado por contratiempo con UIC, DePaul University, Global Exchange, el Instituto Cervantes y Northeastern Illinois University. Sicilia concedió posteriormente la siguiente entrevista a Jochy Herrera, integrante del consejo editorial y la mesa directiva de contratiempo. Jochy Herrera: Partiendo de la ya polémica discusión sobre Los motivos del lobo de Rubén Darío, ¿cómo ves el origen del mal? Javier Sicilia: Es un misterio y como tal no tiene una respuesta absoluta. La única manera

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TIEMPO EXTRA

de abordarlo es desde la poesía, sobre todo la de los libros sagrados cuyos significados se hunden en un mar insondable y permiten muchas interpretaciones. La metáfora que mejor conozco sobre el origen del mal, porque pertenece a mi tradición, es la del relato de la Caída que se encuentra en el libro del Génesis. En él se habla de un árbol que contiene un fruto, el del conocimiento del bien y del mal, un árbol metafórico. Se necesitarían muchas páginas de sesuda interpretación para poder llevar algo del inmenso contenido que ese relato encierra a la razón. Sin embargo, intento resumirlo, aunque termine por parecer banal. En el relato de la Caída, Dios no le vedaba a Adán ni a Eva sentarse bajo la sombra de aquel árbol que estaba en el centro del Paraíso, porque el conocimiento está hecho para la contemplación. Le prohibía comer de su fruto. La clave del origen del mal se encuentra entonces, como lo dice Lanza del Vasto, en esa relación entre el fruto y el acto de comer. Fruto significa goce y provecho, mientras que comer significa tomar con violencia algo y reducirlo a sí mismo. Cuando el ser humano toma el fruto del conocimiento, que está hecho para el goce de la contemplación y el don de sí, y lo reduce a sí mismos, destruye la unidad original y pone como centro del conocimiento al yo que buscará reducir todo para su placer y provecho, es decir, buscará racionalizar todo para su bien, y no para el Bien. De allí la historia que no ha sido otra cosa que el inmenso conflicto, plagado de horrores, por usar todo para un supuesto bien, el del provecho. La única manera de escapar a eso es devolverle al conocimiento y al yo su lugar original: la contemplación y el servicio; una ardua tarea porque implica la renuncia, el límite, la proporción, que sólo puede nacer del amor, del don de sí. Conocer en el sentido hebreo es entrar en la intimidad del otro para hacerlo florecer. De allí que cuando en el relato del Génesis Dios crea al hombre y a la mujer les da la tierra para que la cultiven. JH: Has declarado en mea culpa que la ira, en ocasiones, se apodera de ti haciéndote pecar ¿De qué forma la manejas? JS: Observándome. La ira es un pecado capital cuyo tronco es la soberbia. Es hija de la NúMERO 95

Caída, del centramiento del conocimiento en el yo que, en el caso de la ira, quiere someter todo a su deseo moral. Cuando tienes ese pecado – una violencia que lentamente se va apoderando hasta convertirte en puro furor; por eso Dante ve a los iracundos en el infierno como fuegos que se autoconsumen eternamente–, la mejor manera de manejarlo es observarse, mirarse en él, en la ira, y detenerla mediante la paciencia, la firmeza y la dulzura. A veces lo logro, a veces no. La lucha del ser humano contra su autocentramiento es constante, lleva toda la vida. Siempre recuerdo las palabras de mi padre cuando la ira me alcanzaba, unas palabras que retomaba de la sabiduría popular: “Se gana más con una gota de miel que con cien barriles de vinagre”. JH: ¿Cómo explicas que a tu modo de ver, con el silencio pueda morir la palabra vaciada en un poema y que no muera el poeta? JS: La poesía es un oficio, pero antes que nada es un don, una gracia que habita en alguien como habita la gracia, misteriosamente. Se puede renunciar al oficio, como yo lo he hecho, porque el mundo, como le escribo a mi Juanelo, ya no es digno de la palabra sagrada – al menos de la mía–, que pertenece a la poesía. Pero no se puede renunciar a la gracia. Sigo mirando como poeta, sintiendo como poeta y ese mirar y ese sentir se articulan en mi vida con otros lenguajes. JH: En 1949 Theodore Adorno afirmó que escribir poesía después de Auschwitz era algo barbárico; Javier Sicilia ha dejado de escribir poesía y ha catalogado la violencia en el México de hoy como un Holocausto. En tal contexto, ¿cuál es la responsabilidad moral del escritor ante tanta muerte? JS: No lo sé. La mía, yo sólo puedo hablar de mí, es encarnar en actos, desde el silencio –de donde emana y en donde se recoge el sentido–, el decir de lo que ha sido mi palabra poética. JH: Paul Celan, uno de tus favoritos, dijo que cada vez más el poema muestra una gran tendencia a enmudecer, y que el poeta “va con su existencia al lenguaje herido de realidad y buscando realidad” ¿De qué forma logra la poesía acercarnos al dolor? JS: De muchas maneras. Hay grandes poetas del dolor como César Vallejo o Miguel Hernández o, para hablar de un contemporáneo mío

mexicano, como Marco Antonio Campos. Pero cuando se ha vivido el Holocausto –un asunto de la intensidad del mal en la propia carne–, uno sabe, como lo supo Celan, que las palabras, “en el lenguaje herido de la realidad”, no alcanzan para revelar la realidad y mucho menos para revelar la densidad del dolor y del amor que nace de él. Celan, el más grande de todos los poetas del dolor, lo intentó con el alemán, herido por el nazismo, y lo llevó a territorios a los que quizás nadie más podrá llevar el lenguaje de ninguna lengua –yo, al menos, no podría; no tengo el genio de Celan– para al final terminar también en el silencio absoluto de las aguas del Sena. JH: ¿Cuándo resurgirán las palabras tras el silencio, es decir: cuándo volverás a escribir poesía? JS: Me digo a mí mismo, a la luz de mi fe, que cuando resucite la carne de mi nación. No sé si lo veré. Pero al fin y al cabo no importa si vuelvo a escribir poemas. Tarde o temprano al igual que venimos del silencio concluimos en él. JH: Este tiempo que vivimos es uno de penurias, al que según Heidegger “le falta el desocultamiento de la esencia del dolor, la muerte y el amor”, declaración contentiva de un optimismo desencarnado; el mismo que parece invadirte ¿De dónde lo sacas a pesar de? JS: Porque quizás en mí –no lo sé de cierto– la esencia del dolor, de la muerte y del amor se ha desocultado.

Jochy Herrera es autor dominicano, miembro de la mesa directiva de contratiempo. contratiempo

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Fotografía: Arturo Richardson




DOSSIER

RUMBO A LAS URNAS

La elección presidencial en Estados Unidos Israel navarro

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i hay una premisa fundamental en el mundo de las elecciones es que nada es cierto sino hasta que se cierra la última casilla y cae en la urna el último voto. Todo lo que sucede en ese sinuoso camino al día de la elección es mera ficción. En este momento estamos a cinco meses de una de las elecciones más importantes a nivel internacional de lo que se considera el puesto político con mayor poder en el mundo occidental: la presidencia de Estados Unidos. Si bien es cierto que los partidos Demócrata y Republicano designarán oficialmente a sus candidatos en las convenciones nacionales que serán a finales de agosto en Tampa, Florida, para los republicanos y a principios de septiembre en Charlotte, Carolina del Norte, para los demócratas, virtualmente tenemos en el plano electoral a Mitt Romney, ex gobernador de Massachusetts contendiendo contra el presidente Barack Obama, quien buscará la relección por un periodo de cuatro años más. Bajo esta premisa inicial, tenemos dos posturas de contraste en la que el actual presidente tratará de destacar los logros de su administración para refrendar la confianza de los votantes que lo eligieron presidente en 2008. Por otro lado, el discurso de Romney se basará en subrayar la falta de cumplimiento del presidente a las promesas realizadas hace cuatro años y la necesidad de un cambio en el rumbo del país sobre todo en los temas que más importan al electorado, tales como economía y empleo. Estos temas son los que marcarán la agenda de campaña más que cuestiones relacionadas con política exterior o migración, ya que son las inquietudes de mayor relevancia en el mercado electoral estadounidense. Como se demuestra en diversas encuestas, este punto de la agenda concentra más del 50% de importancia sobre las prioridades de la gente. Es decir, el voto de los electores estará influenciado por las propuestas que hagan los candidatos en materia de economía y empleo ya que esa es la necesidad primordial que les afecta antes que la migración o política exterior, por ejemplo. La gente votará con el bolsillo en esta elección. Por ello, Obama tendrá que demostrar que su administración ha hecho lo suficiente para mejorar el nivel de vida de los ciudadanos.

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Mucho de esto lo sustentará en comunicar que los niveles de desempleo han bajado a su nivel más bajo (8,1%) desde que asumió la administración; en propuestas para equilibrar la carga tributaria entre la clase media y los sectores más privilegiados; y en el desarrollo de programas para impulsar a los sectores productivos del país. Por otro lado, culpará a la lucha partidista y a la oposición republicana al interior del Congreso por la falta y estancamiento de reformas necesarias para avanzar en el cumplimiento de promesas. En su informe de gobierno de enero pasado, Obama ya advertía este elemento de su campaña, al mencionar que el golpe más relevante a la economía del país no vino del exterior, sino de un debate interno en el Congreso sobre si el país podría pagar sus deudas o no. Con ello marcó una línea clara de comunicación en la que veremos muchos de los mensajes de campaña. Por otro lado, veremos a Romney tratando de convencer a los electores sobre la falta de cumplimiento de Obama en diversos temas, destacando y sustentando esta campaña de contraste en el hecho de que el presidente prometió unidad y en estos momentos el país, políticamente, no da señales claras de que eso se haya logrado. Por otra parte, la falta de consenso es un factor clave que el primer mandatario tendrá que justificar en su campaña. Si la elección fuera hoy, de acuerdo con una encuesta de Clarus Research, Obama ganaría a Romney por un margen de dos puntos. Sin embargo, esta ligera ventaja cae dentro del margen de error, por lo que se habla de un empate técnico, lo cual en palabras más sencillas significa que nada está definido, máxime cuando el día de la elección está a varios meses de distancia. Lo que podemos desmenuzar de los datos es que en general hay una percepción de que Obama comparativamente manejaría mejor los temas cruciales para el electorado que Romney, lo cual es una buena señal para su campaña, ya que eso refleja cierto grado de confianza del electorado en que las cosas puedan mejorar. Cuando se hace estrategia electoral y desarrollo de mensaje político, una de las variables principales es saber si la gente piensa que el actual mandatario está haciendo lo suficiente

Fotografía: Nick Richards

para revertir el rumbo del país, independientemente de la situación actual. En ese sentido, es importante que Obama trabaje esta confianza del elector, y en el caso de Romney que sea capaz de minarla, en estados claves que están en juego, como Florida, Ohio, Carolina del Norte, Pennsylvania, Wisconsin, Nevada y Michigan. Recordemos que el objetivo es ganar 270 votos del Colegio Electoral que se obtienen a través de las victorias en cada estado en un modelo donde el ganador se lleva todos los votos (por cada estado). Algunos estados se encuentran tradicionalmente definidos hacia los partidos Republicano o Demócrata. Sin embargo, algunos estados, como los arriba mencionados, cobran una importancia sustancial porque son los que inclinan la balanza. Muy seguramente veremos campañas más activas y aproximadas a la realidad local en estos estados por su relevancia en la matemática electoral. Para finalizar, retomo la premisa inicial. Cinco meses en materia de campañas son eternos sobre todo cuando en esta era las elecciones se ven marcadas por las cuestiones coyunturales del día a día. En la democracia, se gana con votos y estos se cuentan cuando cierra la última casilla. Habrá que esperar hasta entonces para ver la realidad de lo que pasó en el mundo hipotético que percibimos en este momento.

Israel Navarro es Editor para Latinoamérica de la revista Campaigns & Elections, consultor y estratega político. Twitter: @navarroisrael JUnIo 2012


DOSSIER

¿Quiere ganar las elecciones el Partido Republicano? Jorge Frisancho

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l Partido Republicano ha perdido la razón. Los síntomas han sido claros y visibles ya por mucho tiempo —décadas en realidad—, pero es en este año electoral que la evidencia se nos vuelve insoslayable y la conclusión imposible de evitar. Olvidémonos por ahora de las audiencias de los debates aplaudiendo con entusiasmo cualquier mención de la pena de muerte o abucheando por ser homosexuales a soldados recién vueltos de la guerra; del candidato que se declaró a favor de que los niños pobres trabajen como empleados de limpieza en sus escuelas; del que habló de los beneficios de la esclavitud; de los votantes republicanos convencidos (más del 80% en Missisipi, por ejemplo, y 39% en Illinois) de que el presidente Barack Obama es musulmán. Olvidémonos de esas cosas y pasemos a hablar más bien de la pura y dura estrategia electoral, que a estas alturas es lo que más cuenta. La guerra contra las mujeres En todas las elecciones que el Partido Republicano ha perdido en los últimos 30 años, el voto femenino ha sido un factor crucial. La “brecha entre los sexos”, con una mayoría de hombres votando por el partido de Lincoln y una mayoría de mujeres votando por los demócratas, ha sido por todo ese tiempo, y más, una característica estructural de la política en Estados Unidos. Esto cambió sorpresivamente en 2010. En las elecciones legislativas de ese año, el voto femenino apareció por primera vez en mucho tiempo dividido casi en partes iguales. De acuerdo con las encuestas a boca de urna, los candidatos republicanos al Congreso habían logrado apropiarse del 13% de preferencia femenina obtenido por Obama apenas dos años antes; como agregado, los candidatos demócratas tuvieron que contentarse con menos votos femeninos (7%) que los obtenidos previamente por John McCain en 2008. No es posible saber si lo ocurrido en 2010 fue realmente la reversión de una dinámica política de fondo o meramente una excepción a la regla. Pero sí es posible decir esto: los estrategas republicanos tenían ante sí una oportunidad de alcances profundos, y de los siguientes número 95

pasos que dieran podría depender su suerte en las elecciones presidenciales de 2012. Sin provocación alguna y de manera por completo innecesaria, los precandidatos republicanos decidieron entonces poner el tema sobre el tapete durante las elecciones primarias y hacer evidente para una audiencia nacional su profunda aversión a los derechos de las mujeres, en particular sus derechos reproductivos. ¿El resultado? Mientras se consolidaba la posición de Mitt Romney como candidato oficial republicano a la presidencia, a principios de marzo, una encuesta de NBC/The Wall Street Journal lo presentaba derrotando a Obama en la preferencia de los votantes masculinos por seis puntos porcentuales —pero perdiendo entre las mujeres por 18 puntos, y con ello perdiendo también la elección general. Un mes más tarde, a principios de abril, USA TODAY/ Gallup mostraba a Obama con una delantera de 9 puntos porcentuales entre las votantes de estados “columpio” —es decir, precisamente aquellos donde se decidirá la elección general. ¿Ideología o errores estratégicos? El caso de su malograda relación con el bloque electoral femenino es una buena ilustración de las distorsiones que parecen estar afectando al Partido Republicano, pero no la única. Por ejemplo, a mediados de marzo, los republicanos en el senado bloquearon cualquier discusión (repitámoslo: cualquier discusión) de la así llamada “regla Buffet”, que hubiera requerido que aquellos estadounidenses cuyos ingresos anuales superen el millón de dólares paguen 30% en impuestos (lo que paga la clase media sobre ingresos mucho menores, más o menos). De acuerdo con todas las encuestas, más del 70% de los votantes estaba a favor de esa norma, pero ello no importó. No mucho después, a mediados de abril, los republicanos de la Cámara de Representantes decidieron abandonar un acuerdo previo con la Casa Blanca para elevar, en 2013, los niveles de endeudamiento en los que puede incurrir el gobierno federal. Con ello volvían a poner en la agenda pública la posibilidad de imponer por su intransigencia cortes brutales a programas de ayuda como Medicaid y Medicare, entre otros ampliamente favorecidos por la población y

tradicionalmente intocables en un año electoral. Todo esto, en un contexto de severa crisis económica y altísimo desempleo, y cuando su propio candidato tiene dificultades para librarse de una imagen de elitista y ricachón. Sería fácil ver en estos y otros ejemplos una serie de “errores” estratégicos, pero yo creo que no es así. Yo creo —y no estoy solo— que reflejan el abandono de los cálculos políticos tradicionales a cambio de un compromiso infranqueable con principios ideológicos radicales, a despecho incluso de la posibilidad efectiva de obtener triunfos electorales. Históricamente, los partidos políticos estadounidenses han sido en realidad coaliciones de amplio espectro, con la suficiente flexibilidad para acomodar y representar una multitud de facciones e intereses. La coalición republicana en la era moderna ha tenido esencialmente tres ramas: los grandes intereses industriales y financieros, la clase media o media-baja étnicamente blanca (especialmente en el Sur) y los grupos ultraconservadores que constituyen un sólido tercio de los votantes a nivel nacional. Dentro de esa coalición, la hegemonía que siempre estuvo en manos de las élites económicas ha pasado hoy a manos de los grupos ultraconservadores, muy poco predispuestos ya, tras décadas de ganar terreno, a una vez en el poder aceptar pitanzas en términos de políticas concretas. Es por ello que Romney, cuyos instintos políticos —multifacéticos y cambiantes como han demostrado ser— tendieron siempre hacia una relativa moderación, se encuentra hoy imposibilitado de retroceder en su posicionamiento de ultraderecha para pelear por la presidencia ahí donde tendría que hacerlo, en el centro del espectro político. Sus contrincantes en las primarias, motivados por su fiera ideología, lo encasillaron ahí. Romney no va a poder desprenderse fácilmente de su oposición declarada, por ejemplo, a los programas federales de planificación familiar (“Title X”) o su llamado a destruir Planned Parenthood para recuperar el afecto de las votantes en la elección presidencial.

Jorge Frisancho, poeta peruano, es integrante del consejo editorial de contratiempo contratiempo

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Puerto Rico ante una elección entre la espada y la pared Yanira Hernández Cabiya/ yhernandez@elnuevodia.com

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os puertorriqueños irán a las urnas el próximo noviembre con el reto de escoger un gobierno que le permita salir del estancamiento económico en el que se encuentra sumida esta isla caribeña desde el 2006 y provea mayor seguridad a una sociedad cada vez más violenta. Pero para añadirle dramatismo a este escenario, además de escoger a su liderato político, los boricuas recibirán una cuarta papeleta en la que deberán escoger si desean mantener el estatus actual de Estado Libre Asociado – una especie de gobierno propio sujeto a los poderes del Congreso de Estados Unidos - o si quieren cambiar a un estatus diferente. En esa misma boleta podrán contestar una segunda pregunta en la que, aunque en la primera pregunta hayan dicho que prefieren quedarse con el estatus actual, los electores podrán elegir si prefieren la estadidad, un Estado Libre Asociado soberano (una relación de libre asociación con Estados Unidos) o la independencia. Los resultados deberían servir para adelantar la discusión del centenario dilema del estatus de la Isla pero en realidad son pocos los que se atreven a apostar que la consulta provocará la reacción deseada en Washington. De acuerdo con la más reciente encuesta publicada por el diario El Nuevo Día, el candidato del Partido Popular Democrático (PPD), Alejandro García Padilla aparece con el 38% del favor de los encuestados mientras que el gobernador Luis Fortuño obtuvo 31%. El 11% dijo no saber por quién votar y otro 11% no votará. El restante 9% se divide entre los partidos minoritarios que hasta el momento incluyen al Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) y el Movimiento Unión Soberanista (MUS). Para el analista de noticias Luis Pabón Roca, los puertorriqueños ven esta elección como una en la que está en juego el futuro del país como se le conoce actualmente. “La gente está buscando alternativas y los dos discursos políticos están dirigidos a eso: por un lado el PNP dice que no cambiemos de jockey a mitad de carrera porque el otro jockey no tiene la madurez y la experiencia para ocupar el cargo. Por el otro lado, el PPD expone que las decisiones que ha tomado esta administración nos ha llevado por mal camino y si lo dejamos al mando vamos a tener un desastre de país”. Mientras, el analista Carlos Díaz Olivo planteó que está en juego en esta consulta “todo y

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nada. Porque el país está en una situación difícil en la que el modelo económico colapsó, hay una crisis socioeconómica. Sin embargo existe un vacío enorme entre las alternativas porque el gobernador Fortuño no ha podido estar a la altura del contexto histórico que le ha tocado y su contendiente García Padilla no ha presentado un modelo alterno confiable para resolver la situación” dijo Díaz Olivo. Ambos analistas coincidieron en que ante este panorama es de esperar una abstención electoral mayor a lo acostumbrado y quizás un voto a favor de un cambio, más por el cambio mismo que por apoyo a las propuestas de la oposición. Lustre perdido Durante los pasados 20 años, el modelo económico que una vez fue la envidia de muchos otros países y jurisdicciones, ha ido perdiendo vigencia. La Isla está, por sexto año consecutivo, bajo una profunda recesión económica que se especula ha servido de caldo de cultivo para el alza en la criminalidad que en el 2011 evidenció una cifra histórica en los anales del país. Sin embargo, el gobierno encabezado por Fortuño asegura que este año han comenzado a observarse indicios de una mejoría económica, más que todo basada en el crecimiento de los sectores relacionados al consumo. La Junta de Planificación, entidad gubernamental encargada de publicar los datos oficiales sobre el crecimiento económico del país, pronosticó en enero que la economía isleña tendrá un crecimiento base este año 2012 de un 0.9%. De concretarse, este sería el crecimiento más robusto desde que comenzó la recesión. La campaña de Fortuño, quien es elogiado por el liderato republicano en Estados Unidos como un ejemplo a emular sobre cómo implantar sus ideas de reducción del gobierno y apoyo a la empresa privada, ha manifestado que ese progreso podría detenerse si el mandatario no es reelecto en noviembre. El gobernante se atribuye además haber reducido el déficit fiscal en un 90% y haber mejorado la infraestructura y la calidad de vida del país con su programa de alianzas público privadas que le ha ayudado a mejorar la red vial y remodelar sobre 100 escuelas. El opositor candidato del PPD, Alejandro

Fotografía: Hector Alejandro

García Padilla afirma sin embargo, que son precisamente esas políticas las que han llevado a que el desempleo alcance 15% y que la criminalidad refleje cifras sin precedentes. Durante la administración de Fortuño se redujo la nómina gubernamental en cerca de 20,000 empleados, incluyendo aquellos que fueron despedidos, se retiraron voluntariamente, o sus contratos fueron cancelados. Eso se une a los cerca de 30,000 empleados dejados cesantes por la empresa privada. García Padilla ha asegurado que la razón para esa reducción es eliminar el costo de la nómina del gobierno y con ese dinero contratar empresas cercanas a su campaña para realizar las mismas labores. Sistema electoral comprometido A este cuadro se le añade un sistema electoral en el que durante la primaria de marzo pasado se evidenciaron varias instancias de fraude al realizar mudanzas falsas y vaciado de listas electorales para favorecer a algunos candidatos. Este año también se esperaba la implantación de un sistema de escrutinio electrónico pero aun se desconoce si será posible tenerlo listo y operacional para el 6 de noviembre de 2012. La situación, junto a los más de 10 casos de políticos encausados por las autoridades o que han tenido que dejar sus puestos ante denuncias de corrupción, mantienen al electorado boricua independiente -grupo que históricamente define la elección- aún en vilo sobre a quien apoyarán en esta contienda.

Yanira Hernández Cabiya es periodista del diario El Nuevo Día en Puerto Rico y el copyright de este texto pertenece a GFR Media©. JUnIo 2012


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ELECCIONES PRESIDENCIALES EN VENEZUELA

El candidato ausente Luis Alejandro ordóñez

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ras la reforma constitucional que permitió la reelección indefinida en el cargo de presidente de Venezuela, Hugo Chávez se preparaba no tanto a participar en una contienda electoral en octubre de 2012 como a transitar hacia su proclamación para otro periodo presidencial. Pero dos cosas se han atravesado en sus intenciones: la unidad de la oposición en torno a un candidato y la enfermedad del mandatario. ¿Qué tiene el Presidente? El presidente Chávez dijo el 11 de mayo que ya había terminado su ciclo de radioterapia. Pero en Venezuela no son pocos los que todavía dudan que el presidente esté enfermo. También hay quienes creen que sí lo está, pero no con la gravedad que se especula. Para estas personas, el asunto sería una estrategia para generar apoyo popular de cara a las elecciones de octubre basado en la simpatía por el hombre enfermo que supera su mal. Lo que esa explicación suele dejar de lado es por qué el mandatario se habría visto en la necesidad de ir a por ese voto lástima. En términos electorales, la enfermedad lo que ha hecho es complicarle el panorama al presidente. En su más reciente regreso a Venezuela, Chávez señaló que el candidato opositor ya estaba en campaña y es cierto, como también lo es que a pocos meses de las elecciones, Chávez está pasando como paciente un tiempo que debería utilizar como presidente y candidato. Nadie sabe si el presidente está o no en condiciones de ocuparse de su doble rol de aquí al 7 de octubre, fecha de las elecciones presidenciales. El cáncer que padece Chávez se ha manejado desde la desinformación y la principal fuente de noticia es un columnista opositor de la prensa nacional, Nelson Bocaranda, quien ha aportado el cuadro médico del paciente, corroborado de forma vaga y general por el propio presidente, así como muchos detalles no confirmados sobre la gravedad de la actual condición de Chávez. En público, el chavismo nunca ha dudado de la presencia de Chávez no solo en las elecciones de octubre sino en la presidencia por muchos años más, pero se han colado informaciones sobre sectores que manejan escenarios de ir a la contienda electoral con un mandatario en mal estado de salud, ir con un candidato número 95

distinto, o suspender el proceso electoral. El chavismo sin Chávez lo tendría complicado en una elección, en especial porque sin el Presidente ya no hay garantía de unidad. Ya entre los posibles sustitutos de Chávez, el canciller Nicolás Maduro, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello y el vicepresidente de la República, Elías Jaua, hay indicios de guerra sucia para ganarse el supuesto derecho de sucesión en caso de que Chávez no se presente a las elecciones de octubre. La mejor oportunidad En el poder desde 1999 y con fama bien ganada de ser electoralmente casi invencible, Chávez pudiera darse el lujo de realizar una campaña a distancia o con reposo médico. Pero más allá de si su ausencia o el realizar una campaña a media máquina terminaría afectándole en intención de voto, el principal problema que en este proceso enfrenta el presidente es una oposición mucho más fuerte que en elecciones anteriores. Capriles es el candidato opositor tras haber sido escogido en febrero vía unas elecciones primarias que tomaron por sorpresa al gobierno de Chávez, primero por haberse realizado—hasta días antes, voceros oficiales insistían en que un pacto de última hora abortaría el proceso—y luego por la convocatoria que tuvo: más de 3 millones de electores acudieron al llamado de escoger el candidato que se enfrentaría a Chávez en octubre de 2012. Henrique Capriles, actual gobernador del importante estado de Miranda, ya inició su

Fotografía: Reindertot

campaña por la presidencia con distintos actos de masas y recorridos por todo el país, marcando diferencias discursivas interesantes con Chávez, criticando sus múltiples ausencias y cuestionando sobre todo los resultados de los trece años de gestión del actual gobierno. En los últimos tiempos, los estudios de opinión muestran con mayor frecuencia algo que antes solía ser inusual: la gente está culpando directamente a Chávez de los malos resultados, especialmente de la inseguridad personal, el problema más acuciante en un país que mostró un saldo de más de 19 mil muertes violentas en 2011. Después de 13 años en el poder y frente a un proceso donde los nuevos votantes tenían cinco años cuando el presidente ganó sus primeras elecciones, es difícil que consignas como la culpa es de los gobiernos anteriores o a Chávez no lo dejan gobernar tengan el mismo significado para el electorado. Las tendencias Las encuestas más favorables para Capriles lo muestran aún puntos por debajo de Chávez. Pero el candidato está muy activo recorriendo el país. Mientras, las contadas apariciones públicas del presidente hacen que persistan las dudas sobre su salud, su capacidad para hacer campaña y por extensión, para seguir en la presidencia. El tiempo comienza a escasear para un Presidente que no está en campaña y sobre todo para un posible sustituto. Por primera vez, Chávez pudiera tener el calendario electoral en contra y, por si fuera poco, su apresurado tratamiento médico podría haberle acortado esperanza de vida. Aún así, la derrota de Chávez en octubre sigue siendo un pronóstico arriesgado.

Luis Alejandro Ordóñez es escritor venezolano, miembro del consejo editorial de contratiempo. www.laoficinadeluis.com contratiempo

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Para entender el regreso del PRI a los Pinos Guido Lara

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as encuestas te dicen el qué, pero no el por qué. Esa es la fortaleza de la investigación cualitativa. En LEXIA, firma de consultoría basada en insights, hemos llevado a cabo estudios sobre las percepciones ciudadanas en las tres últimas elecciones presidenciales en México, lo que nos permite compartir con el lector de contratiempo los resortes que explican el inminente regreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la presidencia de México. En tierra de ciegos, el tuerto es rey: el derrumbe de las alternativas. En nuestros estudios hemos aprendido que los votantes mexicanos utilizan sistemáticamente el voto para pasar factura a los políticos en funciones que no les hayan satisfecho. A pesar de que el gobernante Partido Acción Nacional (PAN) y el opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD) trabajaron arduamente para crear las condiciones de posibilidad de la democracia electoral mexicana, se han quedado cortos ante las expectativas. El PRI va arriba en las encuestas en gran medida por las fallas y carencias de sus contrincantes. El PAN se ha desdibujado en el poder, ha perdido la brújula de sus principios e ideas y ha gobernado muy por debajo de su posibilidad histórica, desde una perspectiva frívola como el caso del ex presidente Vicente Fox y metiendo al país en un clima de zozobra e intranquilidad a partir de la guerra contra el narcotráfico y el crimen priorizada por el actual presidente Felipe Calderón. Sus gobiernos estatales tampoco han sido bien valorados por los ciudadanos, quienes los han reemplazado en bastiones panistas como San Luis Potosí y Querétaro. Por su parte el PRD a excepción de gestiones con buena aceptación en el Distrito Federal no ha desplegado influencia regional, pues actualmente sólo gobierna en otro estado: Guerrero. En Chiapas, aunque el gobernador llegó bajo sus siglas, es de todos conocido que se ha distanciado claramente del partido que lo puso en la boleta. Ha dejado de gobernar en Michoacán (supuesto bastión perredista), Zacatecas y Tlaxcala. Sacados del poder a través del voto, durante estos años se han caracterizado por una imagen de conflictivos y rijosos que los aleja del respaldo ciudadano.

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Todo tiempo pasado fue mejor: Sáquenme del presente y llévenme al pasado Las opciones políticas no han logrado construir la visión de un futuro mejor para el país, por lo que ante la ausencia de un camino hacia delante se está propiciando un mecanismo de defensa para regresar a un puerto conocido, en el que a pesar de todos sus defectos se podía vivir con mayor tranquilidad. Bombardeados mediáticamente con noticias espeluznantes y con un conteo cotidiano de nuevos muertos, aunado a una comunicación gubernamental que genera spots en radio y televisión en tono de reality show policiaco, el ciudadano medio está aterrorizado. Este “terrorismo mediático”, aunado a un incremento en los delitos que más lastiman a la sociedad como la extorsión y el secuestro, detonan sentimientos de protección y regreso a los tiempos en que el PRI controlaba, contenía, administraba o negociaba con las organizaciones criminales. Los ciudadanos quieres escapar de este presente y, como no ven nada en el futuro, se están refugiando en la expectativa de regresar a lo de antes. A su vez, percepciones del tipo “robaban pero dejaban robar”, “robaban pero salpicaban” o “con el PRI siempre había modo” fundan la expectativa de una mejoría económica de la gente. Al mismo tiempo, una debilidad y temor existente sobre el regreso del PRI es su manejo irresponsable de la economía que trajo consigo devaluaciones y serias crisis económicas. Sin embargo, el tema seguridad se ha impuesto en la agenda por encima del económico. No me ayudes compadre: La agenda del presidente debilita a su candidata. La elección presidencial del 2012 tiene como eje central la seguridad y la violencia. Continuar o cambiar la ruta marcada por el presidente Calderón es un factor clave para enmarcar la elección. Aunque el electorado le reconoce a Calderón el haber enfrentado el problema y haber detenido a numerosos delincuentes, al mismo tiempo se impone la percepción de que la forma de ejecutarlo ha resultado altamente contraproducente. Para tener alguna posibilidad de triunfo, la candidata del PAN Josefina Vázquez Mota (JVM) estaría obligada a deslindarse de la estrategia

del presidente y proponer una nueva. Más allá de algunos guiños retóricos, la percepción es que su oferta es de continuidad: camino claramente perdedor. Otro deslinde que no ha realizado JVM ha sido el de manejar su campaña sin influencia del presidente Calderón y su equipo. La decisión de rodearse de calderonistas y dejarse llevar por sus recomendaciones la ata a una propuesta de continuidad con magro rendimiento electoral. Era suya y la dejo ir: Tibieza para destacar “Ser Mujer”. La candidatura de JVM detonó el interés de poder elegir por primera vez en nuestra historia a una mujer como presidenta de la República. Un mercado electoral deseoso de comprar cambio en lugar de continuidad ve como un verdadero movimiento hacia delante la posibilidad de ser gobernados por una líder con cualidades deseadas y atribuidas a las mujeres: sensibilidad, empatía, responsabilidad, honestidad, comprensión de los problemas, temores y esperanzas cotidianas, etcétera. Tanto en sus spots como en el conjunto de su plataforma de comunicación se destaca su género pero de una manera descriptiva y no como el atributo fundamental. Entre los electores, durante nuestros grupos de discusión ha sido común escuchar: “tenemos que escoger entre el candidato del PRI, el del PRD y la mujer”. Parafraseando al clásico dicho de la campaña de Clinton “Era la mujer, estúpidos”. El que se enoja pierde: López Obrador, el bloqueo de Reforma y su inelegibilidad. Andrés Manuel López Obrador (AMLO) tenía en la bolsa las elecciones del 2006 y las perdió por sus errores. También hubiera tenido el triunfo en el 2012 si hubiera asumido una actitud institucional y tomado otras decisiones tras su derrota por 0.56% de los votos. Si no hubiera bloqueado durante más de dos meses la principal avenida de la Ciudad de México y hubiera acatado civilizadamente el resultado, es difícil no imaginarlo como puntero en la presente elección En aquel tiempo AMLO mandó “al diablo a las instituciones” con lo que mandó al mismo destino sus aspiraciones presidenciales. Su deJUnIo 2012


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nuncia a la corrupción, a la mafia en el poder, a las múltiples injusticias que vivimos en México, así como su auténtica preocupación por los sectores populares son vigentes y tienen respaldo ciudadano, sin embargo, millones de votantes desconfían de alguien que busca el poder “a toda costa y sin respeto a los demás”. En un contexto electoral que mira más al pasado que al futuro es probable que AMLO pueda alcanzar un segundo lugar en la elección (irrelevante en términos de la presidencia pero importante en su impacto en la conformación del Congreso y el punto de partida para la dinámica de oposición al PRI). Su candidatura atraerá votos de todos aquellos que muestren acuerdo al slogan postelectoral de “estaríamos mejor con López Obrador”. Al que madruga, Dios le ayuda: El candidato Peña Nieto. Enrique Peña Nieto (EPN), su equipo y los profesionales de la comunicación que lo rodean han demostrado ser una implacable maquina electoral. Desde su contundente triunfo en la elección como gobernador del Estado de México en 2005 hasta el día de hoy EPN se colocó como el candidato puntero para la campaña presidencial del 2012. Los mexicanos sabíamos desde hace muchos años que, salvo una sorpresa mayúscula, EPN estaría en la boleta y esto le ha permitido crear una imagen y una expectativa previsible de cómo podría ser su presidencia. En Estados Unidos, los analistas han demostrado la importancia de crear los términos del debate desde épocas tempranas (al menos dos años antes de la elección presidencial). Por ello en México se han visto claramente favorecidos los candidatos que despuntan con gran anticipación en la contienda: Tal es el caso de Fox en el 2000, AMLO en el 2006 y EPN en el 2012. Un factor relevante para explicar las serias dificultades que enfrenta el PAN y su candidata es que apenas el 5 de febrero del presente año ganó la nominación y a partir de allí ha intentado crear una candidatura de alcance nacional. Es evidente que el tiempo, los recursos y las estructuras se quedaron cortos (“too little, too late”). Otro factor explicativo de peso es que la reforma electoral del 2007 se caracteriza por ser una enorme camisa de fuerza para modificar las preferencias electorales por estrechar y castrar número 95

Al mismo tiempo, la retórica pomposa pero cortés de EPN, al margen de la vacuidad de sus farragosos discursos, ha tenido la virtud de mantenerse muy por encima de los dimes y diretes, las reyertas y los conflictos. En una sociedad hastiada de una clase política más centrada en sus disputas que en generar acuerdos y resultados en beneficio de la población, la figura de EPN destaca por su capacidad de evitar fragmentaciones. Como ejemplo, es interesante citar la buena recepción que ha tenido su replica a los ataques de JVM y el PAN durante la campaña donde señala que él “no va a dividir a México”. Disciplinadamente se ha mantenido concentrado en sus “compromisos” y solo ha contestado los ataques de manera suave y discreta. Ser percibido como un político alejado de los conflictos y promotor de la unidad, le brinda rendimientos positivos.

los ataques y las críticas, privilegiar el diluvio de spots y limitar a dos los debates presidenciales obligatorios. Difícil desbancar al puntero con dicho marco legal. La reforma privilegia la inercia en las tendencias. No andaba muerto, andaba en los estados: La gran fuerza territorial del PRI. Solo una mente formateada durante los tiempos de la Presidencia Imperial podría pensar que bastaba sacar al PRI de los Pinos para que se diera un cambio mágico en nuestra cultura y hábitos políticos. De hecho la derrota presidencial del “monarca priista” permitió “reinar en sus feudos” a los gobernadores de los estados. Hoy gobiernan en 20 de las 32 entidades federativas. Simultáneamente a la elección presidencial habrá elecciones de gobernador en siete estados, dos gobernados por el PRI: Tabasco y Yucatán; y cinco por la futura oposición (Chiapas, Morelos, Guanajuato, Jalisco y DF) en los cuales tiene posibilidades reales de triunfo con excepción de la capital del país. Sólidas estructuras partidistas y eficientes operadores electorales brindarán gran número de votos a EPN. Con mayor vocación de poder, disciplina y trabajo de base el PRI seguirá cosechando resultados. El PRI unido jamás será vencido: el valor de la unidad. Mientras el PRD y sus miembros han vivido en la confrontación y conflicto permanente a su interior y el PAN se ha doblegado al Calderonismo, sea lo que éste sea, el PRI ha sabido mantenerse unido y cerrar sus filas.

Si no puedes con el enemigo, únetele.

Fotografía: Andre Deak

Como puede inferirse al analizar las motivaciones que colocan a EPN en el umbral de la presidencia no es el entusiasmo ni la esperanza los principales detonadores del voto. Es un voto derrotado y resignado que se expresa de distintas formas. Una de ellas es la claudicación ante el muro priísta en el Congreso. El bloqueo sistemático a muchas reformas propuestas ha generado una percepción de impotencia entre millones de electores, muchos de los cuales empiezan a considerar que para superar el estancamiento quizá convenga dar manos libres al partido del próximo presidente. Para aquellos que trabajamos fuerte para el triunfo electoral del primer presidente no priísta en 70 años, queda parafrasear lo dicho por la madre de Boabdil tras perder Granada: no lloremos como comentaristas lo que no supimos defender como demócratas.

Guido Lara es Presidente de LEXIA, empresa líder en consultoría basada en insights con operaciones en Ciudad de México, Washington y Bogotá. Es mexicano y Doctor en Métodos de Investigación Social y Teoría de la Comunicación por la Universidad Complutense de Madrid. Síguelo en Twitter @guidolara contratiempo

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ENTREVISTA CON JESÚS SILVA HERZOG MÁRQUEZ

La violencia paraliza a la democracia mexicana Gerardo Cárdenas y Jorge Sánchez Cumming

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e visita en Chicago para participar en la conferencia de la Asociación de Estudiantes Mexicanos de la Universidad de Chicago, llamada “México Tomorrow 2012: Ideas for the Future”, el politólogo mexicano Jesús Silva Herzog Márquez habló con contratiempo sobre las elecciones presidenciales de julio en su país, y los riesgos que para la democracia constituye el narcotráfico, la violencia y el crimen organizado. Contratiempo: La agencia Lexia de investigacion cualitativa llevó recientemente a cabo un estudio muy interesante sobre los factores que incidirían en la elección en México, y encontró que un factor importante para los electores era la nostalgia por un pasado supuestamente mejor. ¿Crees tú que la nostalgia sea un factor en la mente del votante, o que otros factores entrarán en juego? Jesús Silva Herzog Márquez: Yo no alcanzo a ver la elección como una que estaría marcada por la melancolía del antiguo régimen. Yo creo que hay otros elementos. Me parece que básicamente la fortaleza del PRI en estos momentos tiene que ver con su ubicación como el gran partido opositor; que se trata del partido que es la alternativa frente a 12 años de gobierno del PAN. Yo no diría que la gente que esté pensando en votar por el PRI en julio esté recordando lo que era el PRI antes, sino que es muy posible que muchas de esas personas quieran cambiar de gobierno. No sé si es un cambio para atrás necesariamente. Creo que es un voto que también tiene que ver con que, si bien el PRI dejó la presidencia del país hace 12 años, sigue siendo la gran maquinaria política del país, y es la única maquinaria realmente nacional que existe porque tanto el PAN como el PRD son partidos locales, que tienen presencia en una parte del país. El PAN no existe en el sur de México, el PRD no existe en el norte de México. La gran ventaja que tiene el PRI es que habiendo sido capaz de tener un candidato, sin pelearse, tiene una plataforma nacional muy poderosa para ganar la presidencia. CT: En la conferencias hablaste de la paralización que el sistema democrático mexicano vive debido a la violencia y la inseguridad. Realmente el votante, al llegar a urnas, ¿puede decir que el candidato X tiene un programa para resolver esta situación? ¿Tienen los par-

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tidos realmente ideas de cómo acabar con el clima de violencia? JSHM: Mi impresión es que los candidatos de la oposición son muy críticos frente a la estrategia del presidente (Felipe) Calderón, pero en lo concreto no están planteando una alternativa muy visible frente a la forma que ha tenido de enfrentarlo esta administración. Quizás hay cambios de acentos y de énfasis pero, digamos, no es fácil distinguir lo que propone Peña Nieto de lo que ha hecho Calderón en estos cinco años. Es básicamente una continuación de esa estrategia. En López Obrador quizás sí pudiera encontrarse un matiz distinto en tanto que su aproximación al problema es más social, con un subrayado en las causas sociales y económicas de la violencia, que son las que quisiera atacar, aunque es evidente que esas serían medidas de mediano y hasta de largo plazo. CT: ¿Cómo acabar con la violencia? ¿Cuál es la salida? JSHM: Yo creo que, tratando de exponer las cosas razonables que dicen los expertos en el tema, tendrían que revisarse las prioridades de la estrategia de Calderón, que buscó desarticular a las bandas criminales, que se concentró en los grandes capos del crimen organizado, y el resultado de esto es la multiplicación de las organizaciones criminales, su extensión a lo largo de prácticamente todo el territorio mexicano, y la generación de una cuota de violencia terrible. Puede coincidirse con él en que había que enfrentar el problema, había que atacar al crimen organizado, pero podría hacerse de una manera menos publicitaria, y que tendría que ver con el ataque no a las grandes cabezas sino a los cuerpos intermedios, a los encargados directamente de la violencia. Esta es la tesis de un especialista como Eduardo Guerrero que dice que en lugar de dirigirse hacia los grandes capos puesto que esto genera más violencia, si se ataca y captura a los coordinadores de los sicarios, éstos no son fáciles de reemplazar y así se resta el poder destructivo del crimen organizado. Lo que Guerrero dice, y suena muy convincente, es que el gran objetivo de la lucha contra el crimen organizado es la pacificación del país, no es tener la sala presidencial con todos los trofeos de las capturas. CT: Mencionabas la violencia y la inseguridad como factores que capturan y paralizan a la democracia. ¿Pueden matarla, se corre el ries-

go de la muerte de la democracia en México? JSHM: Sí. Creo que el peligro de que el crimen organizado se apodere del poder público, o que lo intimide de tal manera que lo nulifique o que lo extorsione al punto de ponerlo a su servicio, es un peligro que debe considerarse. No digo que sea inminente o que sea irreversible, pero sí creo que en estos últimos años hay señales verdaderamente alarmantes. Hemos ya visto el asesinato de un candidato al gobierno de un estado, producto evidentemente del crimen organizado. Hemos visto a un legislador que tiene nexos con el crimen organizado. Y han relatado los partidos políticos que en ocasiones tienen dificultades para postular candidatos a cargos de elección popular porque los mafiosos los intimidan y los amenazan, y nadie se anima a competir por un puesto de elección en un territorio ocupado por el narcotráfico. Eso es gravísimo. Creo que está a un nivel regional, local, pero eso no le quita gravedad al tema. CT: Dijiste (en la conferencia) que la democracia en el sentido más puro fomenta la imaginación, no sólo la política sino la imaginación en general. Y también que lo trunca la democracia y la imaginación política son las reliquias del PRI. ¿Cuáles son esas reliquias? JSHM: Hay veces que pensamos que el atasco tiene que ver con ideas, y creo más bien que tiene que ver con intereses que se visten como ideas o convicciones políticas. Me parece que el gran nudo tiene que ver con poderes de enorme fuerza que pueden bloquear decisiones pero que no tienen la voluntad de generar nuevas decisiones, y que se colocan por encima de quienes tienen el deber formal de decidir, como los legisladores, el gobierno, etcétera. Pienso en las grandes corporaciones económicas, los grandes sindicatos, la estructura mediática que no es que estén defendiendo la idea del nacionalismo o convicciones filosóficas; están cuidando su rebanada del pastel.

Gerardo Cárdenas es escritor mexicano y director editorial de la revista contratiempo. Es autor del libro de relatos A veces llovía en Chicago y del blog semanal En la Ciudad de los Vientos (http://gerardo1313.wordpress.com). Jorge Sánchez Cumming, mexicano, es estudiante de Química en la Universidad de Chicago JUnIo 2012


DESHORAS

Escribir desde Ciudad Juárez

Dunas de Samalayuca. José Félix García Aguirre

Derivado de las condiciones de inseguridad que han prevalecido en años recientes en el Estado de Chihuahua, México, en zonas mayormente habitadas como Ciudad Juárez, ha existido una discusión pública entre los escritores de Chihuahua sobre el contenido de sus propuestas, dada la situación de dolor que existe en varios sectores de la población. Más allá del sentido y riesgo que en un momento determinado un texto pudiera poner al autor, el que escribe en esta región, entrar en un ejercicio deontológico. Por un lado, existe la parte del creador artístico que exige a gritos la reconstrucción espiritual de las ciudades, de los pueblos, de las comunidades. La manera de hacerlo es a través del acercamiento de los creadores a espacios en donde normalmente la literatura no tiene cabida. Si bien el escritor de la región ha asumido este compromiso de forma tácita al encontrarse en una zona de violencia constante. Los escritores de distintas generaciones, algunos nativos de

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Ciudad Juárez y otros auto-declarados sus hijos, son generadores de proyectos literarios y manifestaciones artísticas. Por medio del trabajo poético o narrativo buscan denunciar el dolor, no como una mera forma de allegarse a los lectores, ya que su obra no se distribuye masivamente por las redes sociales o publicaciones tradicionales y especializadas, sino en el contacto cercano del lector-escucha: en los cafés, en los bares, en las bibliotecas, en las librerías, en los autobuses públicos, en las ferias de libro. Ofrecemos a los lectores de contratiempo una selección de algunos poetas y narradores contemporáneos. Escritores por Ciudad Juárez saludan al mundo a través de la palabra.

Selección, introducción y notas de Mauricio Mauricio Rodríguez y Eduardo Estala Rojas.

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LA BIBLIA DE GASPAR Rubén Moreno Valenzuela, 1956. Narrador y editor.

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Lluvia electrónica. Miles de puntos multicolores estallan en la pantalla como burbujas astrales. El tiempo dejó de existir. Súbitas moléculas ígneas. Jus divinum. El televisor está encendido. No hay señal. El hombre acostado observa sus pies desnudos. No hay señal. Sheol. Hades. Gehenna. Abysson. El zumbido proveniente del televisor. Una neblina violácea que asciende suavemente hasta el techo, sobre la habitación del hotel, con dos colchones sobre el suelo, en uno de ellos yace un hombre que está mirando hacia arriba. Un ruido parecido al silencio se instala. Creación, Redención y Justificación. Antes del advenimiento de la nueva era. Antes vendrá una de ellas con la dosis de heroína. Antes. No hay señal. El espacio dejó de existir. Soy la penumbra. Herr Schwelle. El señor del Umbral. Un eón después los puntos lumínicos siguen estallando en la pantalla del televisor. Santa Shiva. Alguien abre la puerta lentamente y permite la entrada de un incendio azul. La silueta de una mujer a contraluz. Habla. Su voz también es azul. –Aquí le traigo su chiva, Lutero querido, amado Gaspar.

Dentro del desierto del tiempo. Dunas de arena cubren la avenida Juárez. La soledad es el único ruido de la noche. Las luces de los letreros insisten. Curley’s. Neón rojo. Open. La arena también ha invadido el recinto. Sólo hay dos parroquianos sentados ante la barra. Un hombre de sombrero, traje y zapatos blancos, que disfruta de un whiskey; y Edelweiss. –Hace tiempo que no nos veíamos –dice el ángel. –La última vez fue en Nuevo Orleáns, me parece. –Sí, así es. Salud –brinda el ángel. –Prost. Edelweiss bebe un trago. –Y bien –dice–, ¿qué hay de nuevo? –Le traigo un aviso. Su encuentro con Satanás es inminente.

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Mi nombre es Eddy Gurf, trabajo como chofer de tráilers en Estados Unidos. Tome asiento. Lo estaba esperando –dijo Satán. El Curley’s. Avenida Juárez. Noche de viernes. Algarabía alcohólica. –Sírvale aquí al pastor Edelweiss –ordena Satán a un mesero. El demonio es un hombre fuerte y corpulento. Lleva puesta una chamarra negra de cuero. Tiene una enorme cabeza calva, bigotes gruesos y retorcidos en las puntas Está sentado ante una mesa. Detrás de él, Edelweiss contempla a las parejas, en su mayoría cholos, que bailan en la pista. Música (rock–oldie) que ejecutan los Night Twisters. Sucia atmósfera rojiza. Rojiza también es la mirada del diablo. – ¿Eres tú Satanás? –Sí y no. Lamento desilusionarlo si esperaba encontrar a una figura con cuernos y con aroma de azufre... Cristales rotos. Su risa. –Soy y no soy –agrega–. Porque soy uno y soy muchos. Porque cuantiosas son mis máscaras.

NOTA: Este texto está compuesto por fragmentos de la novela “La Biblia de Gaspar” (Rancho Las Voces Editores, Ciudad Juárez, 2012) de Rubén Moreno Valenzuela, quien lo leyó con la musicalización en vivo del grupo E*Spiral en el teatro experimental Octavio Trías del Centro Cultural Paso del Norte el 11 de abril de 2012.

Dunas de Samalayuca. José Félix García Aguirre

Era una vieja finca de adobe. Vandalizada. La Gracia, Centro de Rehabilitación para Drogadictos. El letrero pintado en un rectángulo de madera pendía de un solo clavo y la tolvanera lo haría caer pronto. Los hombres se apearon, sosteniendo sus respectivos sombreros, y caminaron con los ojos entrecerrados hasta la casa. Entraron y constataron el deterioro. Vidrios rotos. Ruinas de muebles. Basura y excremento. Las paredes, cuando no mostraban su piel de adobe, estaban pintadas con graffiti de letra chola con alusiones religiosas: Babilonia Rifa. Una esquina de la finca había sido quemada. El techo seriamente averiado. La tolvanera recorría la casa con un ágil movimiento de serpiente terregal.

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Dunas de Samalayuca. José Félix García Aguirre

CON TINTA SANGRE Arminé Arjona, 1958. Narradora y poeta. ...renuncio a tragar ese polvo, esa tierra dolorosa, esa arena mordida Vicente Aleixandre

Tinta tenaz la sangre tizna el paisaje tiñe calles tiende sombras tensa miedos turba tétrico el tañido de fusiles Coagula un sol tembloroso que huidizo se desliza hacia el bolsillo de la tarde…

SODOMA –CHIHUAHUA Ricardo E. Anzaldúa, 1958. Narrador y poeta. Y de todo el universo me tocó vivir en Chihuahua, la zona con el mayor número de crímenes en el mundo entero. Aquí es difícil no creer en la suerte, porque todos los días jugamos a la ruleta con una bala en el barril (Bueno... con muchas balas en los cargadores de armas que van de lo artesanal, hasta las más sofisticadas). Soy un tipo con suerte, porque hoy las balas de la ruleta no fueron para mí, ni para los míos. Hoy en el semáforo mientras esperaba el verde, levantaron a un pobre tipo que iba en el auto de enseguida. Hoy no llegué al bar de costumbre porque no encontré un lugar para estacionar mi auto. Luego me enteré que ejecutaron a veinticinco personas en ese mismo bar al poco rato de que pasé por ahí. Hoy compré la leche en el supermercado y no en el oxxo de por la casa y por lo mismo me libré de ver como mataban al encargado en un asalto. La ruleta está girando y afortunadamente todavía no me toca. Hoy la fortuna está conmigo y sobreviví a lo cotidiano. Hoy mis hijos duermen en sus camas y le doy gracias a Dios, pero a veces la noche suena “traca maraca pum pum”… mañana me enteraré por las noticias. SODOMA.CHIHUAHUA aquí la vida nos da por el culo diariamente, aquí desaparecen hombres y mujeres todos los días, aquí donde perdí a mi carnalita Suchaca (SUSANA CHAVEZ) victima de feminicidio, aquí donde unos sicarios ejecutaron de cuatrocientos tiros a mi amigo Wilberth Ponce de León por no pagar la cuota. Aquí donde asesinaron impunemente a Marisela en las puertas del palacio de gobierno y nuestras autoridades nuevamente nos dan por culo y no detuvieron a nadie, pero se ensañan con los manifestantes indignados y le dan una tremenda golpiza a mi compita Gero Fong antes de arrestarlo.

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LA ESPIRAL Juan Pablo Santana, 1972. Diplomático cultural y poeta. La espiral es un golpe entre el silencio y los demonios, algo más cercana al ombligo, pero aún muy lejos de los labios el amor, sonda inútil, plana marchando hacia el interior infinito interrogante cabeza de crisálida. El signo que pregunta incesantes pareceres, avances lentos que prodigan construirse la casa, atento “look” de fingida casualidad arma apuntando el daño tangible rosca de lo intangible línea que abarca y aprieta, sombrea y expulsa cuerpo ebrio, oráculo, aracle, que cae hasta el fin, mis brazos dominó flecha punta otro id.

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BUKOWSKI SE DIVIERTE Jorge López Landó, 1973. Narrador, poeta y traductor. Sus nalgas son de lo mejor. Esa puta sabe lo que me gusta ver cómo las mueve. Igual ocurre con sus senos. No me cobra por mirar. Es mi vecina y le obsequio poemas a cambio de que me permita espiarla cuando se baña antes de salir a la calle. Anoche no hubo clientes y me invitó a amarla sin cobrarme. Creo que le gusto o le halagan mis letras. A veces ser poeta vale la pena.

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DESHORAS

Dunas de Samalayuca. José Félix García Aguirre

PESQUISA POR UNA MUJER Susana Chávez, 1974-2011. Poeta y defensora de los Derechos Humanos. Busco a una mujer que recueste su boca sobre mis huellas, cante sin cansarse para mí. La busco queriéndola encontrar en poemas para encarnarla en la tarde, la quiero libre sin quererme siempre, esperando en un desnudo sutil, enferma de las cosas de la noche. A una mujer que no porte más que tacones por la calle, se esconda cuando la busque, camine de la mano de otros doliéndole la dureza y blandura de mi alma, que tenga secretos y no los revele, que crea en mis mentiras y se carcajee de mis verdades, que coma elotes conmigo en el parque. Una mujer que me busque en la madrugada y al final siempre repita mi nombre que no es otro que nada.

NOTA: La participación de Susana Chávez en las manifestaciones civiles incluía la lectura de su obra, la realización de cortos documentales y otras actividades. Se le atribuye la autoría de la frase “Ni una muerta más”, que ha sido emblema de varias organizaciones civiles que piden esclarecer los feminicidios en Ciudad Juárez. Escritores por Ciudad Juárez surgió tras el asesinato de la poeta Susana Chávez en enero de 2011. número 95

CONOZCO ESTA CIUDAD, NO ES COMO EN LOS DIARIOS Edgar Rincón Luna, 1974. Poeta y diseñador gráfico. Tome el periódico del día y colóquelo a una distancia prudente hasta que sin dificultades pueda leer: Usted está vivo El café se sigue sirviendo caliente aquí Con cien pesos puede ir a desayunar algo caro Luego arroje el montón de papel a la basura no son más que palabras muertas hablando de personas muertas entonces lea de nuevo los encabezados: Usted está vivo Ellos no Al final de la nota en letras rojas dice: Y usted no hace nada al respecto.

CREDO Nabil Valles Dena, 1989. Poeta y narradora. Creo en la sed, como en una roca golpeada por el mar en el amor que agoniza como una paloma en la ventana creo en mi madre escurriendo en el escupitajo del invierno creo en la promesa de no morir, en esta imagen vacía / como una caracola repitiendo la palabra oleaje. creo en los peces muertos en las costas, en la vejez que mira / hacia las redes de pescadores desaparecidos creo que un día heredaré el silencio, / los planos para la demolición de una casa en la arena me acostumbro a una sed que no pasa esta es la felicidad que conozco: mi credo es una risa en el presagio del polvo. contratiempo

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