Contratiempo 60 - Noviembre 2008

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contratiempo

número 60

noviembre 2008

Directiva Frances R. Aparicio, Raúl Dorantes, Gregory X. Gorman, Jochy Herrera, Fernando Olszanski, Félix Masud-Piloto, Moira Pujols, Helen Valdez

Directora ejecutiva Moira Pujols

Director editorial Gerardo Cárdenas

Consejo editorial

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19

22

Beatriz Badikian, Gerardo Cárdenas, Julio Rangel, Raúl Dorantes, José Castro Urioste, Febronio Zatarain

Jefe de redacción Febronio Zatarain

Directora de arte Esmeralda Morales

Diseño gráfico Marisa Bueno, Esmeralda Morales

contrafoto Santiago Weksler

Correctora de estilo Mayavel Saborío Carranza y Julio Rangel

Portada Lorenzo Ross www.alternativecitycomics.com

contenido 3. Editorial 4. “It’s the economy, stupid”, Jorge Frisancho 6. Por un puñado de votos, Gerardo Cárdenas 8. Bush, enemigo de los árboles, Kari Lydersen

dossier 9. Mirando al Norte, Víctor Reyes Montás latinidad 10. El acceso de los hispanos a los servicios de salud, Adela de la Torre, Lorena Las opiniones expresadas por los escritores que colaboran en contratiempo no son necesariamente las de la revista, o de la entidad que la publica, contratiempo nfp, una entidad 501 (c)3 sin fines de lucro.

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Para envío de colaboraciones: Gerardo Cárdenas directoreditorial@revistacontratiempo.com Raúl Dorantes tiempoextra@revistacontratiempo.com

García, Jessica Núñez de Ybarra, y Marisol Cortez

deshoras 11. El poeta en la calle: Una biografía literaria de la ciudad de México. Vicente Quitarte mirada 14. El mundo Azteca, Tanya Victoria 19. Los Quijotes de la escena, José J. Carmona Vega 20. San Agustín, 28 años de educación bilingüe, Andrew Sund 21. El canto del bracero en Chicago, Catalina María Johnson 22. Racismo, migración, blues y resistencia, Benjamín Anaya

tiempo 23. Votar o no votar: ¿he ahí el dilema? Bernardo Navia extra

24. Cuba-EEUU: el reencuentro (im)posible, Ernesto González 25. Lezama Lima y el poema, Francisco Pamplona 25. Contrafoto. Santiago Weksler

tiempo 26. Entrega inmediata desobra


EDITORIAL Las elecciones presidenciales del martes 4 de noviembre tienen todos los elementos necesarios para ser históricas. Y no porque por vez primera un afro-americano aspire a la presidencia; o porque una mujer sea candidata a vicepresidente (por vez primera en el bando republicano, y segunda en la historia– Geraldine Ferraro lo fue del lado demócrata en 1984); o porque ambos candidatos presidenciales–Barack Obama y John McCain–hayan nacido fuera del territorio continental estadounidense (el demócrata Obama en Hawai, y el republicano McCain en la Zona del Canal de Panamá) Las elecciones del 2008 son históricas porque llegan en un momento de profunda crisis económica, cuyo desenlace bien puede alterar el rumbo de Estados Unidos como la nación financieramente más poderosa del planeta. En un breve y complejo libro escrito en 2007, y publicado a principios del 2008 (The Credit Crisis of 2008 and What It Means), el magnate y filántropo George Soros preveía y predecía el estallido de la crisis crediticia, y pronosticaba que el desplome bursátil y la contracción crediticia llevarían a la economía mundial a un nuevo patrón, en el cual el dólar ya no será el rey. ¿Cuáles son las implicaciones de esto para el votante, en especial el votante latino, cuyos números se estima superarán por vez primera los 9 millones? ¿De qué manera la actual crisis económica afectará los proyectos de una reforma a fondo del sistema de salud, o incrementos al financiamiento federal y estatal de la educación? Los votantes tienen que observar cuidadosamente las declaraciones de ambos candidatos en este sentido, y determinar por sus propios medios si están respondiendo a esas preguntas, o si están haciendo las promesas típicas en cualquier curso electoral. Hay señales por demás preocupantes que los votantes deben tomar en cuenta antes de emitir su sufragio. Por ejemplo, análisis recientes de la Oficina Presupuestal del Congreso indicaban que la deuda interna acumulada al 2008 se estima en 9.5 billones (millones de millones) de dólares,–equivalente a un 38 por ciento del Producto Interno Bruto. Pero esto es antes de los 700 mil millones aprobados para el paquete de rescate financiero. Al paso que vamos, en 10 años la deuda interna del país se acercará a los 15 billones, de los que 745 mil millones serán en intereses. Si ese panorama no es suficientemente

negro, pensemos entonces en lo siguiente: el paquete de rescate financiero aprobado por el Congreso y firmado por el presidente Bush para evitar un desplome bancario, equivale a la casi totalidad del presupuesto anual para Seguridad Social (554 mil millones) y salud pública (269 mil millones, en cifras del 2006). Y la palabra operativa aquí es ‘Bush’. El presidente Bush deja un panorama devastador tras ocho años de gobierno. Esto incluye un déficit que rebasa los 500 mil millones de dólares (el país tenía un superávit fiscal de 210 mil millones cuando llegó al poder en el 2001), una clase media severamente golpeada en su presente y futuro económicos y, como apunta el artículo de Kari Lydersen, un medio ambiente desgarrado y nocivo. En materia económica “este gobierno no da señales de comprensión del predicamento en que se ha metido”, escribe Soros en su libro. Y, con igual puntería, Jorge Frisancho analiza el marco económico que deja como legado la administración Bush, sus efectos sobre las campañas electorales, y los problemas que el nuevo presidente–sea quien sea–tendrá que hacer frente. Finalmente está la cuestión del voto latino. La afluencia de nuevos votantes–resultante en mucho del profundo desencanto con la actual presidencia, y del éxito de los programas de empadronamiento de nuevos ciudadanos–puede dar a los latinos una palanca más confiable que los catapulte a nuevas dimensiones políticas. Estudios como el del Instituto Tomás Rivera–reseñado en el presente dossier revelan de qué manera unos cuantos miles de votos latinos podrían ser clave en estados como Colorado, Florida, Nuevo México o Arizona, claves en la batalla electoral de noviembre. Aquí en Illinois, el hecho de que el estado sea rabiosamente demócrata, y cuna de uno de los dos candidatos, no debe desanimar al votante, y mucho menos al votante latino. La actual crisis económica, y sus consecuencias a corto, mediano y largo plazo, deberían dar a cada votante el impulso necesario para acudir a urnas el 4 de noviembre, y la claridad de conciencia necesaria para sufragar por aquella opción que haya puesto sobre la mesa soluciones reales, factibles, y justas.

Estados de batalla para las elecciones de noviembre

15 billones 745 mil millones de interes

9.5 billones

Deuda interna del país ahora y la deuda pronosticada para el año 2018 2008

2018


“It’s the economy, stupid”

Jorge Frisancho En 1992, cuando Bill Clinton estaba en campaña contra George H. W. Bush por la presidencia de los Estados Unidos, sus asesores acuñaron un lema extraoficial pero directo y claro: “It’s the economy, stupid.” Con ello querían decir que el tema ese año era el económico, y que todo lo demás era una distracción. Ése fue, en efecto, el énfasis de la campaña de Clinton, y la clave de su éxito. A una escala mucho mayor, con la posibilidad de consecuencias infinitamente más graves, 2008 parece estar repitiendo ese verismo, y con él parece estar dándole una posibilidad acendrada de resurgimiento al partido Demócrata. La “sorpresa de octubre” A principios de octubre, el panorama electoral en los Estados Unidos parecía empecinadamente estático y equilibrado. Ninguno de los dos candidatos —John McCain por los republicanos y Barack Obama por los demócratas— lograba despuntar, y la mayoría de las encuestas los retrataba en una posición de empate estadístico. Es decir, el asunto estaba para cualquiera, y era muy difícil pronosticar el resultado final. Y ahí fue que de pronto, a apenas cuatro semanas de las elecciones generales, las cosas empezaron a cambiar. Nada está definido hasta el último momento, es verdad, en una elección tan compleja y crucial como la que comentamos. Pero una retahíla de encuestas publicadas el 7 de octubre, después del primer debate entre los candidatos a la presidencia, revelaba lo que bien puede ser un irreversible desplazamiento tectónico en el proceso. De acuerdo con CNN/Opinion Research Corporation, por ejemplo, Obama le había sacado a McCain una delantera global de ocho puntos en toda la nación, 53 contra 45. En un sondeo de votantes registrados, CBS News le daba al demócrata una ventaja comparable, de 47 contra 43. Más aún, los avances de Obama se reflejaban claramente en los así llamados “campos de batalla” de 2008, los estados cuya orientación está en disputa y en los que ambos candidatos son —o eran— competitivos. Según encuestas de Fox News/Rasmussen, Washington Post/ABC News y CNN/Times Magazine/Opinion Research Corporation, Obama mantenía sus posibilidades en Virginia y había logrado avanzar significativamente en Colorado, Florida, Missouri y posiblemente Ohio; McCain, por su parte, no había ganado un solo punto porcentual en estos estados, que serán la clave de la elección. ¿Qué ocurrió? Varias cosas, ciertamente. No se puede descartar la influencia del primer debate presidencial, donde Obama presentó una imagen de calma y consenso sin perder terreno en sus temas principales, mientras McCain trataba

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afanosamente de ganar fáciles puntos retóricos y no fue capaz siquiera de mirar a su oponente a los ojos, mucho menos de dirigirse a él directamente. No se puede desestimar tampoco el impacto de la selección de Sarah Palin, gobernadora de Alaska, como candidata a la vicepresidencia en la boleta republicana. En el plazo inmediato, el salto de Palin a la palestra dio nuevo fervor a las alicaídas bases del partido gobernante, pero a la larga hizo poco por captar las preferencias de los indecisos y los moderados. Más bien, con sus posturas ultra-conservadoras y su obvio desconocimiento de temas de importancia real, Palin parece haber empujado a esos votantes en la dirección opuesta. Sin embargo, la causa fundamental del súbito cambio de fortuna de los candidatos es más obvia, y tiene consecuencias más profundas. Se trata del vuelco que dio la economía de los Estados Unidos (y poco después, la del mundo entero) entre finales de septiembre y principios de octubre, tras un largo año de trastabilleos y deterioros. El legado Bush La verdad es que pocas noticias podrían haber sido tan funestas para McCain como la revelación de la debacle financiera ocurrida en esas vertiginosas semanas. McCain y sus asesores habían intentado desde un principio investir la candidatura republicana con un aura presidencial basada en el pasado militar, la experiencia en asuntos internacionales, y el carácter supuestamente independiente del senador por Arizona; la economía era para ellos casi anatema, un asunto que debían evitar siempre que fuera posible y resolver con gene-

ralidades cuando no quedara otro remedio. Y, desde un punto de vista estrictamente táctico, no les faltaba razón. Por un lado, el propio McCain ha dicho en muchas oportunidades a lo largo de su carrera política que de economía él entiende muy poco, de modo que pasar por experto ahora le hubiera resultado imposible (los dislates de su principal asesor en el tema, Phil Gramm, quien calificó a los Estados Unidos de “una nación de quejicas” cuando ya se empezaban a sentir los efectos de la crisis, no ayudaban demasiado). Por otro lado, y sin importar cuán independiente se reclame, a McCain le toca hoy cargar con el peso de ocho años de gobierno republicano, y cuando se trata de la administración de la economía nacional, esa tarea no es nada fácil. El legado de George W. Bush en este terreno es un desastre sin atenuantes. En sus dos gobiernos, Bush se las ha ingeniado para convertir una proyección de superávit fiscal de cerca de tres billones de dólares en un déficit de setecientos mil millones, y ha visto el número de personas viviendo en condiciones de pobreza aumentar en cinco millones. Bush, y el Partido Republicano han gobernado sobre un aumento del desempleo a niveles que no se veían desde hacía más de una década; este mismo septiembre se perdieron, por ejemplo, 160,000 puestos de trabajo. De hecho, durante los últimos ocho años la creación de empleos en el sector privado ha sido un sexto de lo que fue durante la administración Clinton. Además, el gobierno republicano ha generado niveles de desigualdad económica y social comparables únicamente a los de finales del siglo XIX y principios del XX (los años previos, para ser exactos, a la Gran Depresión). noviembre 2008


No es de extrañar, entonces, que cuando se les pregunta quién puede administrar mejor la economía, la mayor parte de los votantes, a todo nivel social y prácticamente en cualquier segmento demográfico, responde que los demócratas. Los republicanos, en cambio, llevan las de ganar en la percepción del electorado cuando se trata de la seguridad nacional y la “guerra contra el terror”. Como cambiar la percepción del público (especialmente cuando se carece de argumentos legítimos) es ir cuesta arriba, la estrategia preferida de McCain fue la de cambiar el tema. Entre septiembre y octubre, desafortunadamente para los estrategas del campo republicano, la realidad se encargó de que hacerles imposible esa tarea. El “errático” McCain Pero no se diga que no lo intentaron. La respuesta inmediata de la campaña Republicana a las noticias de la hecatombe financiera fue una seguidilla de anuncios extraordinarios. Primero, McCain comunicó a la nación que iba a “suspender” su campaña (cosa que no hizo) y—sin ofrecer opciones concretas y sustantivas y sin tomar una posición definida—dijo que regresaba a Washington para participar en las negociaciones de una solución legislativa al problema. Cuando las negociaciones legislativas se desarticularon en los días subsiguientes (en buena cuenta, por la negativa de los representantes republicanos a aceptar el plan preparado por la Casa Blanca y el Senado), McCain acusó a su rival, Obama, de permanecer indiferente y en silencio. Apenas unas horas más tarde, lo acusó de lo contrario: de intervenir de forma demasiado directa, “inyectando la politiquería presidencial” en las conversaciones entre el Congreso y el Ejecutivo. La idea, al parecer, era presentarse como una figura de liderazgo y decisión, trasladando el debate de los temas propiamente económicos al carácter de los candidatos, sus atributos de personalidad. El gambito no funcionó. Hacia la segunda semana de octubre, cuando los portavoces de Obama empezaron a usar con insistencia la palabra “errático” para describir a su rival, el frenesí de improductiva e inconsistente actividad por parte de McCain había hecho ese adjetivo ampliamente verosímil para el público general.

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Hasta ese punto, los más desaforados ataques a la persona de Barack Obama se habían mantenido como una suerte de telón de fondo, con oleadas de insinuaciones y desinformación vía correo electrónico o páginas Web de las que la campaña propiamente dicha podía desligarse con facilidad. En octubre, sin embargo, algunas de estas acusaciones pasaron a primer plano, propaladas por los propios candidatos republicanos, McCain y Palin. Sobre todo, la noción de que se pueden hallar oscuras motivaciones en el vago contacto algunos años atrás entre Obama y William Ayers, uno de los fundadores del Weather Underground en los años 60, ex reo por terrorismo doméstico y hoy un reconocido académico en el área de educación. (Ayers, que fue nombrado “hombre del año” en Chicago en 1997, enseña en UIC y apoyó a Obama cuando éste se lanzó por primera vez a las elecciones por el congreso estatal). Aunque—vale la pena repetirlo—es temprano aún para predecir con total certeza el resultado de las elecciones (este artículo se escribe a mediados de octubre), parece claro que esta táctica de ataques personales no dio los resultados que McCain y los suyos esperaban. En esas mismas semanas, la bolsa de valores de Nueva York, junto con sus contrapartes de Europa y Asia, continuaba en caída libre, y la Casa Blanca le daba vueltas y vueltas al plan de rescate finalmente aprobado por el Congreso, sin decidirse a tomar un rumbo definitivo. (A un costo final que se estima cercano al billón de dólares, el gobierno norteamericano estaba considerando nacionalizar temporalmente amplios sectores de la banca, un Rubicón que a los conservadores se les ha de haber hecho muy, pero muy difícil de cruzar). El espectáculo de McCain y Palin desgañitándose por acusar a su contrincante, en esencia, de terrorista, emitía un inconfundible tufo de desesperación y aparecía—cosa más grave—como profundamente desconectado de la realidad y de los temas que preocupan a los electores. ¿El fin de la coalición republicana? Si se me permite aventurar una hipótesis, creo que lo que se vislumbra aquí es el fin de la que ha sido por tres décadas una de las piedras angulares de la coalición republicana. Esta coalición, que agrupa a sectores tan dispares como los intelectuales “libertarios” del neo-conservadurismo por un lado y la ultraderecha religiosa por el otro, ha solventado varias décadas de éxito gracias la preferencia electoral de los así llamados “Demócratas Reaganistas”: votantes de bloques tradicionalmente demócratas que desde finales de los años 70 se pasaron al bando contrario y mantuvieron ahí su lealtad.

Se trata, particularmente, de votantes blancos pobres en estados con alto porcentaje de población rural o semi-rural, para los cuales los temas “sociales” (aborto, inmigración, uso de armas de fuego, etc.) han tendido a primar sobre los temas económicos. Sólidamente republicanos desde la elección de 1980, estos votantes han sido clave en todos los comicios presidenciales habidos desde esa fecha. Hoy, al parecer, muchos de ellos prefieren a Obama. Por supuesto, una coalición electoral como la que describo no se disuelve en un par de semanas, y una coalición alternativa tampoco se construye en ese lapso. Si acaso, este es el principio del fin de la coalición republicana, y le tocará al Partido Demócrata, victorioso o no el 4 de noviembre, trabajar con inteligencia y perseverancia para obtener de ahí beneficios sostenibles. Pero los indicios son claros. El fenómeno por el cual estos amplios bloques de votantes dejaron de verse representados en el Partido Demócrata y sus candidatos y se alinearon en cambio con los republicanos (provocando lo que algunos observadores ven como una paradoja: poblaciones pobres que votan consuetudinariamente en contra de sus propios intereses económicos), parece haber encontrado un límite. En el contexto de una crisis económica real, profunda e insoslayable, el imaginario republicano no les ofrece a estos sectores respuestas coherentes ni alternativas de solución. Más bien, la crisis misma invalida presupuestos clave del discurso militantemente anti-estatista, anti-regulador, pro-empresa privada que ha definido la primacía republicana en los últimos años, y abre las puertas para un retorno al redil de los votantes pródigos, treinta años más tarde. Una eventual victoria de Barack Obama este noviembre podría tener, entonces, una significación mayor de la que a simple vista ya tiene. No sólo porque se trata de un abogado negro proveniente de una gran ciudad, educado en las mejores universidades de la costa este, liberal sin demasiados tapujos (cada uno de estos atributos hubiera invalidado la candidatura apenas unos años atrás), sino porque arrastra consigo el potencial de una transformación sustantiva, básica, del mapa político norteamericano. Jorge Frisancho es poeta y escritor peruano.

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Estadísticas del voto latino

Gerardo Cárdenas

C

onvertidos desde el 200 como la primaria minoría del país, con una población ya estimada en millones de personas (de las que dos tercios son mexicanos o de origen mexicano), y la perspectiva de convertirse en un tercio de la población total de Estados Unidos para el 20 0, los latinos están al borde de ver convertido su avance demográfico y su relevancia económica en auténtico poder político, pese a que aún arrastran lastres significativos en materia de regularización migratoria, ciudadanización, participación cívica, educación e ingresos. Muchos esperan que los comicios generales del 200 sean el parteaguas. De acuerdo con diversas fuentes, ese poder político puede materializarse de dos maneras en noviembre: con una afluencia de votantes sin precedentes, y con una participación clave en estados que aún están indefinidos entre el candidato demócrata, Barack Obama, y el republicano, John McCain. En esos estados, bastaría una variación de 1 por ciento en el voto latino–es decir, unos cuantos miles de sufragios–para que la balanza se inclinase de un lado, o del otro. Y en la mente del votante latino la crisis económica ocupa el lugar primordial, seguida por la salud y la educación–temas que favorecerían más al voto por Obama, que al voto por McCain. Aún así, hay muchos latinos todavía indecisos de por quién se inclinarán el de noviembre.

9,320,277

7,587,000

5,934,000

4,928,000

4,238,000

3,710,000

3,092,000

Por un puñado de votos

2,453,000

Proyección del voto latino en 2008

1980 1984 1988 1992 1996 2000 2004 2008

Participación récord El Instituto de Política Tomás Rivera, una organización con sede en la Universidad del Sur de California, y dedicada al análisis de temas políticos relevantes para la creciente comunidad latina, ha estimado que la afluencia de los latinos a urnas en noviembre del 2008 será de 9.3 millones de personas, casi dos millones más que en los previos comicios (2004), y casi siete millones más que en los de 1980. Entrevistado por teléfono, el presidente del Instituto, Harry Pachón, recalcó que “estamos prediciendo más de nueve millones. Va a ser un salto significativo; esto no nada más es potencial, sino una realidad. Hay mucho entusiasmo entre los nuevos votantes, esto es los jóvenes y los ciudadanos de reciente naturalización”. De la misma manera se expresó Allert Brown-Gort, Director Adjunto del Instituto de Estudios Latinos de la Universidad Notre-Dame, en South Bend, Indiana. “Definitivamente va a haber un incremento. La cuestión es la movilización política, no nada más el puro crecimiento demográfico, que ya no es sólo por migración sino de manera cada ve más creciente por nacimiento. El incremento de votantes nacidos en Estados Unidos aún no es igual al número de inmigrantes, pero ya casi es lo mismo, y va a ser más” en el futuro. A pesar del constante crecimiento de la población latina, ésta no se encuentra equitativamente repartida en el territorio estadounidense. California y Texas siguen llevándose la parte del león de la población latina. Según datos del Censo de los Estados Unidos, actualizadosa julio del 2007, California contaba con unos 13 millones de latinos, y Texas con 8.6 millones. Les seguían, con bastante diferencia, Florida (3.75 millones), Nueva York (3.16 millones) e Illinois (casi 2 millones). Es decir, casi la mitad de la población estadounidense latina se ubica en sólo dos estados. ¿De qué manera puede afectar esa demografía a las perspectivas del voto latino?

‘E

l voto latino no va a ser un factor decisivo en Texas o en California, que tienen la mayor concentración de población latina en la nación”, dijo Pachón. “Pero en Nevada, Arizona, Nuevo México y Colorado el voto latino será muy significativo”.

La población latina total combinada en esos cuatro estados– considerados ‘indecisos’ en materia de intención general de voto junto con Ohio, Pennsylvania y Florida, y por tanto claves en la contienda entre Obama y el republicano John McCain–es menor inclusive que la de Texas, las fuentes consultadas consideran que el sufragio de los latinos puede inclinar la balanza.

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Impacto potencial de un cambio de 1% en el voto latino Votos emitidos totales

1% del voto

Total de votantes latinos

Margen de error

Variación Votos al de 1% Colegio Electoral

Arizona

2,239,000

22,390

296,000

6.1%

3.8%

10

California

12,807,000

128,070

2,081,000

2.6%

3.1%

55

Colorado

2,097,000

20,970

165,000

6.9%

6.4%

9

Florida

7,372,000

73,720

824,000

4.6%

4.5%

27

Illinois

5,672,000

56,720

294,000

6.5%

9.6%

21

Nueva Jersey

3,693,000

36,930

277,000

6.5%

6.7%

15

Nuevo México

837,000

8,370

276,000

6.4%

1.5%

5

Nueva York

7,698,000

76,980

613,000

4.6%

6.3%

31

Texas

7,950,000

79,500

1,533,000

3.3%

2.6%

34

FUENTE: Tomás Rivera Policy Institute, 2008

Arizona, tierra de McCain, cuenta con 1.8 millones de latinos. Colorado tiene 965 mil, Nuevo México 874 mil y Nevada 644 mil. ay estados que están en el aire (en materia de intención de voto), como Colorado, Nuevo México, Arizona y Nevada y ahí los latinos pueden significar la diferencia. Virginia también (508 mil latinos según el Censo), y en el norte de Virginia hay una elevada concentración de votantes latinos”, dijo James Hedtke, director del Departamento de Historia y Ciencias Políticas de Cabrini College, una universidad católica en Radnor, Pennsylvania. Tablas recientes creadas por el Instituto Tomás Rivera usaron ecuaciones para determinar qué pasaría en ciertos estados si el voto latino, por su afluencia en urnas, inclinara la elección en un hipotético uno por ciento. Hay que recordar que en Estados Unidos la elección presidencial se determina no por votación popular, sino por votos al colegio electoral, que dependen del número de distritos. Según la ecuación del Instituto, una variación de 1 por ciento significaría del porcentaje de votos latinos necesarios para inclinar la balanza electoral en cada uno de los siguientes estados. El voto latino “será decisivo en los estados con alta representación y votos en el colegio electoral y con fuerte población latina, tales como Texas, Nuevo México, Nevada, Florida y California. Tanto los demócratas como los republicanos están poniendo mucho esfuerzo en captar el voto latino en estos estados”, dijo la guatemalteca Maricela García, directora ejecutiva del Foro de Política Latina, una agrupación con sede en Chicago. Pero, ¿en verdad están las campañas de Obama y McCain haciendo un esfuerzo por capturar ese voto?

‘H

En busca de sufragios La campaña de Obama carece de un apartado específico dedicado a la población latina. Sí tiene un capítulo de su plataforma –titulada “Bosquejo para el cambio”–consagrado a la inmigración. En él, afirma que su plan de reforma migratoria pasa por incrementar la seguridad en las fronteras, reducir la burocracia en la tramitación de permisos de trabajo y residencia, incrementar los castigos a empresas que contraten indocumentados, facilitar el proceso de asimilación lingüística y naturalización, y promover mayor desarrollo económico en México como vía de control del flujo migratorio hacia el norte. Las palabras “latino” o “hispano” aparecen sólo cinco veces en las 33 páginas del documento. Sin embargo, el término afro-americano aparece sólo seis veces. Ambas categorías son usadas en el contexto de los bajos índices educativos de ambas

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poblaciones, y otros problemas similares. Los seguidores de Obama indican que esto se debe a que los problemas nacionales a los que hace referencia el candidato demócrata afectan por igual a todos los habitantes de este país. McCain, co-autor del proyecto de ley de reforma migratoria más reciente, dedica también parte de su plataforma a la inmigración, aunque salvo por un mayor énfasis en la vigilancia fronteriza y la persecución a la inmigración indocumentada, hay pocos elementos que lo distingan del plan de Obama. La plataforma del aspirante republicano está dispersa en varios documentos, pero en general no hay mención de las palabras “latino”, “hispano” o “afro-americano”. Más significativo aún es el hecho de que, en tres documentos distintos sobre política educativa, McCain no hace siquiera mención de la educación bilingüe, un tema candente para la población latina. Ambos candidatos han huido del tema de reforma migratoria –ninguno de los dos quiere invertir demasiado capital político en él ni arriesgar un revés en lo que está resultando ser una de las carreras presidenciales más disputadas de la historia. Aún con estas marcas omisiones de ambos candidatos, y aún pese al hecho de que Obama no era el candidato preferido de la mayoría de los latinos (sí lo era, por el contrario la ex primera dama y senadora por Nueva York, Hillary Clinton), hay un marcado desencanto del votante latino con los republicanos, algo que los demócratas pueden capitalizar en noviembre. “Hay una variedad de posibles explicaciones sobre por qué los republicanos podrían perder muchos votos”, dijo Mark Hugo López, director adjunto del Centro Hispano Pew, el brazo de investigación sobre temas latinos de Pew Research, uno de los mayores “think tanks” de este país. De cara a noviembre, hay más latinos “que se identifican con el Partido Demócrata, algo que es reflejo de una decepción de los latinos por el rumbo que ha tomado el país. Esa es una tendencia que empieza en 2006, y que coincide con el debate sobre inmigración. Además, el votante latino es joven, y los jóvenes se identifican con los demócratas y con Obama”. El pasado verano, el Centro Hispano Pew difundió una encuesta, practica entre 2 mil latinos en todo el país, que indicó que entre latinos empadronados, un 66 por ciento apoyaría a Obama, contra sólo un 23 por ciento que sufragaría por McCain. Esto tiene que ser muy significativo para los republicanos, dado que en el 2004 el presidente George W. Bush logró la reelección con un fuerte apoyo latino. Bush obtuvo un 45 por ciento del voto latino–el mayor voto latino jamás registrado por un candidato presidencial republicano, y 10 por ciento mayor que el obtenido por el propio Bush en el 2000. Dado que los latinos constituyeron 12 por ciento del voto en el 2004, esa ganancia de 10 puntos dio al Partido Republicano un 1.2 por ciento adicional

del voto nacional, y a Bush un 2.4 por ciento adicional de ventaja sobre su oponente, el senador John Kerry. ¿Qué llevará al votante latino a urnas el 4 de noviembre? Según las fuentes consultadas, el mal estado de la economía, la educación, el acceso a la salud, la guerra en Irak y la reforma migratoria. No todos, sin embargo, coinciden en el orden de estos factores. “La economía es el tema principal”, dijo Mark Hugo López. “Los latinos están descontentos debido a cómo están las cosas en el país, y a dónde van. Los latinos, como población, están peor (económicamente) que hace un año”. “Para los latinos, la inmigración sigue siendo un tema fundamental, está en el trasfondo de esta elección. Indudablemente, economía y salud son cuestiones que los latinos ven como primordiales”, indicó Brown-Gort. “La economía es la cuestión principal, seguida por el acceso a la salud y la seguridad nacional. La inmigración es como un riel electrificado que nadie quiere tocar. Ambos candidatos lo están evitando”, señaló Hedtke, en tanto Pachón concluyó que, además de la economía, no hay que olvidar “la guerra en Irak, que es importante debido a las bajas (entre la población latina). El acceso a la salud es importante, pero debido a que los latinos, en promedio, son más jóvenes que la media del estadounidense, no es un tema tan urgente y queda asimilado por la situación económica”.

Gerardo Cárdenas, escritor y periodista mexicano, es director editorial de contratiempo.

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BUSH: ENEMIGO

1

DE LOS

Fotografía de Kari Lydersen.

ÁRBO LE S

4

(La guerra del gobierno contra el medio ambiente) Por Kari Lydersen

contratiempo

El gobierno ha hecho de las plantas de carbón el centro del plan de energía de este país. Pero las plantas de carbón son uno de los principales causantes del calentamiento global, debido al bióxido de carbono que emiten cuando el carbón se quema para producir electricidad. Este país recibe ya más de la mitad de su electricidad a partir del carbón, y hay propuestas para la construcción de más de 100 nuevas plantas. El gobierno se ha rehusado hasta ahora, además, a fijar límites para la emisión de gases invernadero. Retos para el próximo gobierno El director de la EPA, Stephen Johnson, ha ignorado a un comité gubernamental, que le recomendó que impusiera reglas de reducción de emisiones a plantas generadoras y otras instalaciones industriales, debido a que constituyen un serio problema ambiental y de salud. El verano pasado, la EPA emitió un aviso de violación en materia de emisiones ilegales contra Midwest Generation, debido a las cinco viejas plantas de carbón que controla en Chicago (y que incluyen Fisk en Pilsen, y Crawford en La Villita) y en el centro de Illinois. La EPA todavía está en negociaciones con la compañía sobre cómo resolver el asunto, en tanto que grupos activistas han llamado la atención sobre los efectos que estas plantas han tenido sobre la salud de los residentes de esas áreas. Bush tampoco hizo nada para ejecutar reglamentos que limitan las emisiones de mercurio, una poderosa neurotoxina que puede provocar daños cerebrales y cardiacos, especialmente en niños pequeños y fetos. El mercurio, emitido por las plantas de carbón, se acumula en la carne de los peces que viven en agua dulce. Grupos ecologistas han expresado sus esperanzas de que al incluirse al oso polar en la lista de especies amenazadas de extinción no sólo se salvaría al animal, sino que se obligaría al gobierno a hacer algo en relación a los gases invernadero. Pero una regla especial emitida al tiempo que se incluyó al oso polar en la lista de especies amenazadas, indicaba específicamente que en todos los estados de la nación, con excepción de Alaska, las emisiones de gases invernadero no podrían ser examinadas en sus efectos sobre las capas de hielo y la supervivencia de los osos polares. Cinco grupos industriales demandaron al gobierno, arguyendo–orrectamente–que carece de lógica limitar el examen de gases invernadero al estado de Alaska, dado que el calentamiento global es el efecto acumulado de las emisiones de gases invernadero a nivel mundial. Los pueblos nativos de Alaska que dependen de los osos polares, las morsas y las focas para alimentarse y sobrevivir en su medio ambiente, están siendo rápidamente perjudicados por el deshielo atribuido al calentamiento global. El Ártico

Fotografía de Kari Lydersen.

Las políticas del gobierno Bush con relación al medio ambiente parecen como algo salido de un mundo kafkiano, en el que las palabras significan exactamente lo contrario de lo que aparentan. La iniciativa “Cielos Limpios” generó una mayor contaminación de la atmósfera. La iniciativa “Bosques Sanos” generó una mayor destrucción de los bosques a través de la tala, bajo el pretexto de que había que adelgazarlos para disminuir los riesgos de incendio. La inclusión del oso polar en la lista de especies amenazadas de extinción, en mayo pasado, incluía una regla que afirmaba que no podía hablarse del tema como razón para abordar el problema mayor del calentamiento global. Sin embargo, la razón específica de la inclusión del oso polar en la lista fue el calentamiento global, dado que ese fenómeno está acelerando el derretimiento de los bloques del hielo de los que osos (como las morsas, las focas y otros mamíferos marinos) dependen para sobrevivir. Bajo el control de Bush, la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) ha terminado, en muchos casos, ejerciendo funciones que contradicen su nombre, poniendo en práctica regulaciones débiles, y actuando sin poderes para contener los peores casos de contaminación y daño al medio ambiente, incluyendo en situaciones que ponen en peligro la salud pública. Una de las muchas maneras en las que el gobierno de Bush ha destripado la protección al medio ambiente es a través de la manipulación y el ninguneo de la ciencia. Esto fue evidente desde que Bush se rehusó a aceptar la existencia del cambio climático causado por la civilización, pese a las evidencias científicas de que así era. En el 2002 y el 2003, el gobierno de Bush omitió y manipuló a fondo secciones enteras de informes de la EPA sobre el cambio climático. En el 2006 surgió un escándalo, cuando un científico de la NASA, James Hansen, describió como un joven funcionario nombrado por Bush, y quien ni siquiera había terminado la licenciatura, le prohibió que hablara ante los medios de comunicación sobre el calentamiento global. En el 2007, la Casa Blanca también le metió mano a una propuesta de la directora de los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC) para testificar ante el Congreso sobre el cambio climático. Específicamente, le prohibieron hablar del cambio climático como “una seria preocupación en materia de salud pública”. Si bien Bush ya ha aceptado al cambio climático como un hecho real y una amenaza, su gobierno aún no ha tomado acciones significativas. El presidente se rehusó a firmar el Protocolo de Kyoto, que establece plazos para que cada país reduzca emisiones nocivas, apoyándose en el argumento de que el acuerdo era injusto porque no obligaba a países en vías de desarrollo como China, a hacer recortes drásticos.

se está calentando mucho más rápido que el resto del mundo, y las capas de hielo marino alcanzaron este verano su nivel más bajo histórico. Queda por ver si el próximo presidente será capaz de revertir la destrucción del medio ambiente tolerada durante el régimen de Bush. El próximo presidente podría directamente modificar los reglamentos emitidos por el gobierno de Bush para dirigir a la EPA. Un reciente análisis en la revista Mother Jones indicó que buena parte del daño ha sido causado por las personas nombradas directamente por Bush en diferentes departamentos oficiales. El próximo mandatario seguramente reemplazará a muchos de esos funcionarios. Y, con suerte, la mayoría de esas agencias seguirán contando con miles de científicos que son leales a su trabajo y a la verdad, mucho más de lo que cualquier político puede serlo. Esos son los mismos científicos que se han quejado de haber sido amordazados durante el presente régimen, y que esperan que las cosas mejoren a partir de enero. Desafortunadamente, el daño que se ha hecho en los ochos años de la presidencia de Bush no es tan fácilmente reversible. El calentamiento global continuará a pasos acelerados en las próximas décadas, aún si inmediatamente se redujeran las emisiones nocivas. Los bosques que crecieron intocados por siglos, y que fueron talados para permitir la perforación de pozos petroleros o la construcción de más carreteras requerirán de siglos para crecer de nuevo. Y el mercurio acumulado en los lagos, y en la carne de los peces, no podrá jamás ser eliminado. Y las personas que se mueren como resultado de la contaminación ambiental–como las 41 muertes prematuras anuales causadas por las plantas de carbón Fisk y Crawford, según un informe del 2001 de la Facultad de Salud Pública de Harvard–no podrán ser resucitadas. Kari Lydersen es periodista y escritora. noviembre 2008


1 & 2. Una planta de energía alimentada con carbón, y ubicada en la reserva de los Navajo en Nuevo México, arroja emisiones de óxido de nitrógeno, dióxido de sulfuro y otras partículas hacia la atmósfera, provocando enfermedades respiratorias entre los residentes de la localidad. 3. Las plantas de energía alimentadas con carbón, que son la causa principal de las emisiones de gases invernadero que provocan el cambio climático, proveen casi la mitad de la electricidad del país, transmitida a través de infraestructuras como la ubicada en la reserva de los Navajo. 4. Glaciales–como éste ubicado en la península de Kenai, en Alaska–se están derritiendo a un ritmo acelerado debido al calentamiento global.

Mirando al Norte Víctor Reyes Morris “Respice polum” decía un presidente colombiano a comienzos del siglo pasado, para indicar su orientación en política exterior, que se entiende como mirar hacia el norte, o sea mirar a los Estados Unidos. Por ello, quizás y además como todo el mundo, los colombianos miramos con interés la elección presidencial norteamericana. Y esta próxima, sí que tiene elementos nuevos que desbordarían el interés tradicional por tal justa. El interés se centra en el candidato demócrata, el senador Barack Obama, que se sale de los marcos tradicionales del “establishment”. Ya de por sí un senador negro (sin ser el primero) llama la atención, pero que sea un candidato exitoso que logra ganar en las primarias a una estrella del “establishment” demócrata, como lo es la senadora Hillary Clinton, indica claramente una situación diferente. Y lo es porque de alguna manera marca una especie de prueba para la sociedad norteamericana: qué tan racista es–si en la democracia más grande, tradicional y fuerte del mundo un negro puede llegar a ser presidente. Sin embargo cabría una pequeña digresión. ¿Qué tanto el tema de la etnicidad estaría jugando en la elección norteamericana? Esto, desde luego, lo deben responder los norteamericanos mismos. La elección tiene muchos condimentos o aristas (ya se la vea como plato nuevo o como nuevo prisma), entre ellos, la oposición a la guerra de Irak, la crisis económica, el tema de la inmigración, el cambio climático o lo energético y también lo mal clasificado que queda en las encuestas el presidente Bush. Obama despierta simpatía en Latinoamérica, precisamente por ese cierto halo de outsider, aun cuando no lo sea estrictamente. Buen orador (como lo era Martin Luther King), sabe decir cosas de una manera que parecen distintas y memorables y cala entre jóvenes e inmensas minorías. Sorprende también lo de (el candidato republicano John) McCain, porque cierta rara aureola de republicano liberal muestra, hasta cierto punto, un deslinde con el ala más derechista y más cercana al entorno gobernante de Bush, aun cuando sólo sea cuestión de matices. Los colombianos y la elección. De un lado el gobierno del presidente Uribe aparece como íntimo aliado de Bush y algo así como “nuestro hombre allende el Río Bravo”, pero esto es una visión que obedece más bien a una correlación de fuerzas en Latinoamérica. Colombia, o mejor el gobierno colombiano, para bien o para mal, ha sido siempre fiel aliado norteamericano y en una coyuntura como la actual, de predominio de gobiernos de “izquierda” especialmente en América del Sur, es más ostensible esa alianza. De otro lado, talvez el error del presidente Uribe (o la fuerza de las circunstancias así lo colocan), es parecer más aliado de Bush y de los republicanos que de los Estados Unidos (léase incluso demócratas). Esto ha tenido un precio: la negativa de los demócratas al TLC. Este asunto, que Uribe ha considerado vital (con oposición política y sindical interna colombiana) está empantanado por cuenta de un Congreso de mayoría demócrata que no ve, en alguna medida, esa alianza Bush-Uribe como santa. En general los tratados de libre comercio no tienen claramente en la opinión (al menos en la interna colombiana) un claro beneficio popular y la presión de los hombres de negocios a favor del tema no tiene el correlato tan claro de la opinión pública favorable. La sociedad norteamericana ha sido siempre admirada o envidiada de alguna manera, por los colombianos, y hay muchas familias con parientes o amigos inmigrantes en Estados Unidos. El tradicional antiyanquismo de la izquierda no ha calado mucho en el alma colombiana–menos número 60

Fotografía de Kari Lydersen.

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Fotografía de Kari Lydersen.

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ahora que la oratoria desbordada anti-norteamericana del presidente Chávez de Venezuela tiene el efecto contrario en Colombia. Hay una percepción de que el discurso anti-norteamericano es cosa del pasado y de una generación malograda. La visita del candidato McCain a Colombia fue vista como un gesto de los republicanos. Pero no hay un claro posicionamiento respecto a con quien le iría mejor a nuestro país. Supuestamente se podría pensar que con McCain y su gesto de visita. Los analistas han llamado la atención de que en la agenda de los candidatos presidenciales estadounidenses, América Latina no ocupa un lugar importante, salvo para ganar votos de los hispanos. Para el gobierno de Uribe, la pregunta es si con el triunfo de Obama habría TLC para Colombia. Independientemente de lo que signifique el TLC, la evaluación de los que ya están en funcionamiento no tiene un claro resultado favorable. Sin embargo los peruanos parecen estar felices con la aprobación adelantada del TLC para ellos. A Chile le ha ido bien con su TLC y acaba de firmar uno con Colombia. La mayor aproximación del gobierno de Uribe al gobierno norteamericano actual, puede ser más de percepción o de forma de mirar las cosas. De todas maneras, con dos vecinos hostiles (Venezuela y Ecuador), no resulta difícil colegir que se debe seguir mirando al norte ante cualquier eventualidad. También puede pensarse que Uribe debe intentar mejorar relaciones y evitar exacerbar al vecindario, que le daría mayor margen de maniobra que “estar llamando al papá” para que lo defienda. Está “ad portas” una definición del presidente Uribe sobre si buscaría un tercer mandato, volviéndole a torcer el cuello a la Constitución Colombiana; es decir de nuevo cambiándola para permitir una nueva reelección–algo impensable en Norteamérica. Si Bush por ejemplo, hubiese hecho un segundo mandato que terminara con un gran apoyo popular no se le pasaría por la cabeza al “establishment”, cambiar la norma que sólo permite una reelección. Ya hay cinco millones de firmas (al menos eso afirman quienes las recolectaron) pidiendo un referendo para cambiar la constitución y permitir el tercer mandato consecutivo de Uribe. La preocupación de algunos analistas y dirigentes (algunos de ellos uribistas) es la de la inconveniencia de un tercer mandato, por el desgaste que supone y por la pérdida de los contrapesos entre los poderes públicos que conforman el Estado Colombiano, y que sabiamente estableció la Constitución de 1991. La agenda Colombia–Estados Unidos Son básicamente dos los temas más importantes de la agenda entre los dos países. El primero, por su accidentada negociación y de alguna manera por haberse involucrado en la diferencia partidista entre demócratas y republicanos, es el TLC ya firmado entre Bush y Uribe, ratificado por el congreso colombiano pero no aprobado (todavía) por el legislativo estadounidense. Es muy curiosa la aparente “coalición” entre sectores de los demócratas y algunos sectores de la izquierda colombiana (y otros opositores al Tratado), pues la percepción es muy disímil; para los primeros es un premio que Colombia no merece, en razón de la persecución y muerte de sindicalistas, y en los segundos existe la idea de que es nefasto para las mayorías colombianas y que sólo traerá beneficio a un puñado de poderosos de ambos países. Un segundo tema es el eje: narcotráfico–terrorismo–Plan Colombia–insurgencia. Una difícil mezcla de diversas cosas, conectadas pero no necesariamente similares. Mezcla explosiva de diversos intereses. En el asunto del narcotráfico, en buena medida la percepción colombiana es que la mayor parte del precio y efectos del flagelo lo padecemos mayormente los colombianos y que los países consumidores, incluyendo Estados Unidos, poco hacen internamente. En general, el análisis de las relaciones Colombia–Estados Unidos no tiene una tradición fuerte y consistente, especialmente en el lado académico y político colombiano sobre todo por que en el segundo, digamos, se han naturalizado las relaciones, y hay una vieja tradición de que simplemente estamos del lado de Estados Unidos. Lo que se llamó el “alineamiento automático”. Considero que estas palabras guardan todavía mucha vigencia. Víctor Reyes Morris es catedrático colombiano. contratiempo


El acceso de los hispanos a los servicios de salud – identificación de las mejores políticas para la elegibilidad y el acceso a programas como Medicaid y SCHIP En un estudio del 2002 que examinaba el impacto de las expansiones de Medicaid sobre la salud de los niños, en cuanto a raza y origen étnico, los autores – Lykens y Jargoswsky - puntualizaban que el acceso a los programas públicos de seguro médico dependía de tres aspectos fundamentales. Para beneficiarse de programas como Medicaid o SCHIP (Programa de Seguro Médico Estatal para Niños), el beneficiario primero debe ser elegible, acto seguido debe darse de alta, y por último debe aprovechar las ventajas del plan. Aunque esto pareciese evidente, cada uno de estos tres aspectos representa una serie de dificultades para los latinos, especialmente en materia de poder beneficiarse de programas como Medicaid y SCHIP. El presente estudio revisa la situación de los latinos en relación con las tres etapas de accesos a programas de salud pública, identificados por Lykens y Jargowsky. La investigación también tiene por objeto identificar aquellas políticas que ayudan a mejorar el acceso de los latinos a la salud pública. Los latinos y los seguros médicos en Estados Unidos Según datos del Censo del 2000, los latinos constituyen ya la minoría más numerosa del país, y representan un 12.5 por ciento de la población total. Sin embargo, este crecimiento demográfico no ha ido de la mano de mejoras en el acceso a los servicios de salud. Varios estudios han documentado los diversos obstáculos que niños y adultos latinos enfrentan para tratar de obtener y utilizar servicios de salud. El principal de esos obstáculos es el acceso a los seguros médicos, algo fundamental para que un individuo reciba servicios médicos. Las barreras para la adquisición de seguros médicos pueden aminorar significativamente la cantidad y calidad de los servicios médicos recibidos. Por ejemplo, al comprar a los niños con acceso a Medicaid, con niños que no lo tienen, estos últimos tienen un 30 por ciento menos probabilidades de recibir cuidados médicos externos, y 50 por ciento menos probabilidades de visitar a un médico. Los cuadros 1 y 2, que se reproducen a continuación, demuestran la amplitud del problema.

Perspectiva histórica Antes de la creación de Medicaid en 1965, la factibilidad de contar con seguro médico dependía del nivel de ingresos de la familia, y el acceso a un empleo que ofreciese beneficios médicos. La creación de Medicaid generó una asociación niveles federales y estatales de gobierno, a fin de poder garantizar una tercera vía de cobertura para las clases empobrecidas. Si bien Medicaid creó una red de seguridad para los ciudadanos más pobres, el programa no resolvió las necesidades de la clase trabajadora de bajos ingresos, muchos de cuyos miembros continúan sin seguro. A fin de cerrar esa brecha, SCHIP – un programa federal de seguro médico subsidiado para niños con criterios de elegibilidad más amplios que los usados por Medicaid – se estableció en 1997. Aún así, el acceso a programas de servicios médicos siguió estando en función de raza y origen étnico. Para los latinos en particular, uno de los factores más directamente responsabilidades de las disparidades de raza y origen étnico, es el acceso a cobertura médica en el empleo. Si en el trabajo no se les ofrece un paquete de beneficios que incluya el seguro médico, las opciones que les quedan a los trabajadores latinos son comprar un seguro privado, depender de programas subsidiados por el gobierno, o quedarse sin seguro. Según el Muestreo de Población de marzo del 2002, sólo un 43 por ciento de latinos contaban con seguro médico proporcionado por su empleo, contra un 63 por ciento del resto de la población. Esta diferencia se debe en mucho al tipo de industrias en las cuales trabajan muchos latinos. En California, por ejemplo, muchos latinos, en especial los inmigrantes, trabajan en sectores como textiles, procesamiento de alimentos y electrónica – todos estos sectores pagan bajos salarios y no ofrecen beneficios médicos. Adicionalmente, muchos latinos a nivel nacional trabajan en los sectores de servicios, construcción y agricultura, que tampoco cuentan con buenos salarios o planes de seguro. Los bajos niveles de cobertura entre latinos son también resultados de grandes cambios estructurales en la economía de Estados Unidos en las últimas décadas, incluyendo una transición de la economía basa en las manufacturas, a una economía basada en los servicios, y a nuevas tendencias entre las empresas a ofrecer a sus trabajadores seguros médicos con primas más costosas. Además de esos cambios estructurales, el periodo entre 1979 y 1995 fue testigo de un notorio incremento en el costo de la salud con relación a los niveles personales de ingreso, lo cual contribuyó a un aumento en el número de trabajadores de bajos ingresos que no pueden costearse un seguro médico. Significativamente, cuando esa tendencia se analiza a la luz de las elevadas tasas de pobreza entre los latinos, en comparación con otros grupos, se observa que el acceso a servicios médicos adecuados está fuera del alcance financiero de muchos latinos, un gran porcentaje de los cuales gana por debajo de los límites federales de pobreza. El texto completo de la investigación se puede consultar en la página Web: http://latinostudies. nd.edu/pubs/pubs/Schip_Report_10_30.pdf

Como se ilustra en el cuadro 1, el número de latinos sin seguro creció 60% entre 1990 y 2000, pasando de 7 millones a 11.2 millones. Este incremento ha sido proporcional al crecimiento en la población latina durante ese periodo. El cuadro 2 nos ofrece una instantánea, actualizada al 2001, del porcentaje de latinos sin seguro médico, según su origen nacional. Como es evidente, las tasas más altas de no asegurados se encuentran entre los grupos de origen mexicano y centroamericano (49 y 55 por ciento, respectivamente, que tienen una tasa dos veces más alta de no asegurados que el total de la población del país. Estas disparidades en cobertura son inmensas, y refuerzan la idea de que el sistema de servicios médicos institucionalizado requiere de cambios, si es que se pretende alcanzar la igualdad en acceso a la salud sin importar diferencias étnicas o raciales.

Adela de la Torre, Ph. D.; Lorena García, M.P.PH, Dr. Ph.; Jessica Núñez de Ibarra, M.P.H., M.D; y Marisol Cortez, B.A.; son catedráticos de la Universidad de California en Davis.

Fuente: Doyt (2003), “La doble carga de los pacientes latinos: carencia de seguro médico y limitaciones en el inglés”, Págs. 2 y 3.

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El poeta en la calle.

Una biografía literaria de la ciudad de México

Conferencia dictada por el Doctor Vicente Quirarte

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l poeta y literato Vicente Quirarte es doctor en literatura por la Facultad de Filosofía y Letras de la Univer-

sidad Nacional Autónoma de México, es investigador del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la misma institución. Ha sido profesor visitante en las universidades de Austin, Jerusalén y Sevilla. Ha publicado libros de poesía, narrativa, teatro, crítica literaria y ensayo histórico. Algunos de sus títulos son Peces del aire altísimo, Vergüenza de los héroes, Elogio de la calle. Biografía literaria de la Ciudad de México, Enseres para sobrevivir en la ciudad, Del monstruo considerado como una de las bellas artes e Invitación a Gilberto Owen. Como dramaturgo ha escrito y han sido llevadas a escena las obras El fantasma del Hotel Alsace. Los últimos días de Oscar Wilde, Retrato de la joven monstruo y Hay mucho de Penélope en Ulises. Ha recibido el Premio Nacional de Ensayo Literario, el Premio Xavier Villaurrutia, el Premio de Dramaturgia “Sergio Magaña” y la Distinción Universidad Nacional. Es miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua e integrante del Consejo de la Crónica de la Ciudad de México. El doctor Vicente Quirarte vino a Chicago invitado como panelista en el evento “Modernidad, Vanguardia y Revolución en la Poesía Mexicana (1919-1930)”, organizado por el Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Chicago. Al mismo tiempo, el doctor Quirarte accedió amablemente a nuestra invitación para dictar una conferencia, en la sede de la Escuela de Extensión de la Universidad Nacional Autónoma de México en esta ciudad, intitulada “El poeta en la calle. Una biografía literaria de la ciudad de México” cuya sinopsis es la siguiente: La escritura da testimonio de iluminaciones y desastres. En medio de ambos extremos el poeta emprende la búsqueda de permanencia y supervivencia en la ciudad. Unreal city, escribe T. S. Eliot al mencionar a un Londres fantasmal, hundido en la niebla. Un poeta mexicano, contemporáneo suyo, del otro lado del mar, José Gorostiza, señalaba los elementos que parecen divorciar al individuo de la ciudad: “El hombre no vive, como solía, en la frecuentación de la naturaleza. El cielo no entra a grandes pedazos azules en la composición de la ciudad. Prisionero de un cuarto, ahíto de silencio y hambriento de

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comunicación, se ha convertido —hombre isla— en una soledad rodeada de gente por todas partes. Su jardín está en las flores desteñidas de la alfombra, sus pájaros en la garganta del receptor de radio, su primavera en las aspas del abanico eléctrico, su amor en el llanto de la mujer que zurce su ropa en un rincón”. La ciudad es un texto, y todos contribuimos a escribirlo. La pequeña odisea de recorrerla diariamente es tan importante como las heroicas epifanías que coronan nuestra aventura. El poeta, como el urbanista, es un lector profesional de su entorno, un iniciado capaz de traducir sus cambios y sus emociones. El poeta es el biógrafo emotivo de la urbe, como lo demostró Octavio Paz en varias etapas de su escritura: en su juventud, utilizó la forma clásica del soneto para sus “crepúsculos de la ciudad”; en su madurez, acudió al versículo libre y a la enumeración caótica, formas verbales más acordes a la ciudad caótica de fin de siglo. La conferencia pretende analizar los modos en que el poeta y la poesía han trazado el mapa invisible de la Ciudad de México, y los modos en que ese lenguaje de iniciados protege y fortalece la memoria, al mismo tiempo que contribuye a resistir cada día con mayor dignidad”. A continuación, el texto completo de la conferencia del doctor Quirarte. Esperamos que lo disfruten. Palabras de presentación del Lic. Fausto Vallado Miguel, director de UNAM Chicago, del texto de la conferencia dictada por el Doctor Vicente Quirarte el pasado 25 de abril de 2008, que se publicará en la revista contratiempo


De la consagración a la degradación de la primavera:

El poeta en la calle Vicente Quirarte

el rey Nezahualcóyotl había celebrado la transparencia del aire, que con el paso de los años adquiriría categoría de leyenda. “La ciudad sobre el lago”

Nic cuicailacatzoa cohuayotli. In tecpan nicquixtiz, an ya tonmochin, quin icuac tonmochin in otiyaque ye Mictlan. In yuh ca zan tictlanehuico. Con cantos circundo a la comunidad. La haré entrar al palacio, Allí todos nosotros estaremos, Hasta que nos hayamos ido a la región de los muertos. Así nos habremos dado en préstamo los unos a los otros. Temilotzin de Tlatelolco (Traducción de Miguel León-Portilla)

La niebla se tiende sobre nosotros: Que broten nuevas flores bellas y estén en vuestras manos entretejidas ¡será vuestro canto y vuestra palabra! Flores de luz erguidas abren sus corolas donde se tiende el musgo acuático, aquí en México, plácidamente están ensanchándose, y en medio del musgo y de los matices está tendida la ciudad de Tenochtitlan: La extiende y la hace florecer el dios: Tiene sus ojos fijos en sitio como éste, los tiene fijos en medio del lago. Columnas de turquesa se hicieron aquí, en el inmenso lago se hicieron columnas. Es el dios que sustenta la ciudad, y lleva en sus brazos a Anáhuac en la inmensa laguna. Y en 1982, en el poema “Tercera Tenochtitlan”, Eduardo Lizalde traza un mapa, visto desde el aire, del nuevo monstruo engendrado por la modernidad: Sobre el valle que aúlla Fauces de un dios alza el aire sus torres De alturas pasajeras e invisibles Su contrafuerte frágil de briznas microscópicas Su nebulosa de insectos

Son palabras vividas y escritas por Temilotzin de Tlaltelolco, poeta y guerrero, amigo de Cuauhtémoc, el último emperador azteca, y que prefirió morir por su cuenta, luego de ser derrotado, antes de verse dominado y humillado por el conquistador. En este poema se sintetizan los principales valores de la ciudad de Tenochtitlan, capital del imperio azteca, que basaba su grandeza espiritual en haber sido fundada sobre la flor y el canto. De acuerdo con la más antigua tradición indígena, una ciudad no estaba plenamente establecida mientras no existiera en ella una casa de canto, y nuestro poeta subraya la función de la palabra compartida: la fraternidad, la preocupación por el paso del tiempo, la certeza de que la trascendencia de venir a la tierra es entregarnos los unos a los otros. “Este era uno de los puntos principales de la enseñanza que daban a los jóvenes los sacerdotes en el calmecac: “Aprendían cuidadosamente los cantos que se llamaban cantos de los dioses, escritos en los libros. Y Aprendían cuidadosamente la cuenta de los días, el libro de los sueños y el libro de los años.” El testimonio de Temilotzin es doblemente dramático. Sus palabras nacieron en medio de una sociedad guerrera y sacerdotal que dominaba a los pueblos vecinos y cuya sola mención bastaba para despertar el terror de sus enemigos. Pero el canto del poeta era también contemporáneo de una época en que existía una alianza armónica entre la poesía y la ciudad. El paisaje y la naturaleza de la urbe era una perpetua consagración de la primavera y no había visto alterado su equilibrio. Establecida en un lugar que no parecía el más conveniente para fundar una ciudad, la elección fue fruto de la profecía y de la fe en un destino. Tan grande e intensa fue la segunda, que en muy pocos años, la aldea primitiva se convirtió en la esplendorosa, admirada y temida ciudad de Tenochtitlan. En 1469, unos años antes de la caída de la ciudad en manos de los españoles,

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Al centro la gran mancha de petróleo o tinta Un Rorsach la falena nictálope De la ciudad velada por su niebla letal Un continente de aeronauta pelusa Un grajo inmenso que se petrifica a la mitad del vuelo. Cinco siglos separan a ambos poetas. Cinco siglos en que se ha deteriorado la armonía entre el hombre y su entorno. Colorida, diáfana y en comunión con el Dador de la Vida, la de Nezahualcóyotl. Hostil, caótica, “escriturada por el Diablo”, la de Lizalde. La frase Todo tiempo pasado fue mejor puede decirse ahora como la dijeron los fundadores de México al atestiguar la primera evolución de su orgulloso espacio. Al ver transformada la sabiduría comunitaria en tiranía, la democracia en monarquía autoritaria, deben haber anhelado su existencia paradisíaca, donde las bondades del valle de México se prodigaban sobre la ciudad. La escritura da testimonio de iluminaciones y desastres. En medio de ambos extremos el poeta emprende la búsqueda de permanencia y supervivencia en la ciudad. Unreal city, escribe T.S. Eliot al mencionar a un Londres fantasmal, hundido en la niebla. Un poeta mexicano, contemporáneo suyo, del otro lado del mar, José Gorostiza, señalaba los elementos que parecen divorciar al individuo de la ciudad: “El hombre no vive, como solía, en la frecuentación de la naturaleza. El cielo no entra a grandes pedazos azules en la composición de la ciudad. Prisionero de un cuarto, ahíto de silencio y hambriento de comunicación, se ha convertido -hombre isla- en una soledad rodeada de gente por todas partes. Su jardín está en las flores desteñidas

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El poeta en la calle vicente quirarte

de la alfombra, sus pájaros en la garganta del receptor de radio, su primavera en las aspas del abanico eléctrico, su amor en el llanto de la mujer que zurce su ropa en un rincón”. La ciudad es un texto, y todos contribuimos a escribirlo. La pequeña odisea de recorrerla diariamente es tan importante como las heroicas epifanías que coronan nuestra aventura. El poeta, como el urbanista, es un lector profesional de su entorno, un iniciado capaz de traducir sus cambios y sus emociones. El poeta es el biógrafo emotivo de la urbe, como lo demostró Octavio Paz en varias

etapas de su escritura: en su juventud, utilizó la forma clásica del soneto para sus “crepúsculos de la ciudad”; en su madurez, acudió al versículo libre y a la enumeración caótica, formas verbales más acordes a la ciudad caótica de fin de siglo. En las palabras que siguen, trataré de compartir con ustedes la manera en que el poeta y la poesía han trazado el mapa invisible de la Ciudad de México, y los modos en que ese lenguaje de iniciados protege y fortalece la memoria, al mismo tiempo que contribuye a resistir cada día con mayor dignidad. En tres siglos de dominación colonial, la orgullosa Tenochtitlan perdió su nombre para recibir, por imposición, el de Nueva España. Durante ellos tuvieron lugar diversas alianzas entre la poesía y la ciudad donde la primera era parte del espectáculo y el poeta adquiría el papel no muy honroso de bufón. Los autores escribían poemas que se inscribían en los arcos triunfales levantados ante la entrada de un nuevo virrey. La mayor parte de ellos se han perdido, pero no los de Sor Juana Inés de la Cruz, cuya poesía fue la más importante de su tiempo y que siglos después de su escritura, continúa iluminando nuestro presente. Sor Juana nunca escribió un poema donde la ciudad de México fuera protagonista, pero su biografía es el mejor ejemplo del escritor que hace frente a todos los obstáculos para convertirse en personaje activo de la polis. Su difícil condición de mujer

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que deseaba pensar, estudiar y escribir, la llevó al convento. Desde él y a pesar de él libró su ejemplar combate. Aún se levantan, en el centro de la ciudad antigua, algunos de los muros del claustro de San Jerónimo, donde yace el polvo enamorado de la monja. Sus lecciones fueron múltiples y una es importante mencionar para nuestro tema del poeta y la urbe: su desobediencia a todos los cánones que le imponía una sociedad autoritaria y rígida, desobediencia que la llevó a la refundación de la ciudad ilustrada. En su celda había reunido una de las más importantes bibliotecas personales de su tiempo y en ella surgieron las letras más brillantes y polémicas del Siglo de Oro. La ciudad barroca tuvo su mayor expresión poética en Grandeza mexicana, extenso poema escrito por Bernardo de Balbuena, que si bien nació en España, en nuestra tierra desarrolló su formación y escribió la mayor parte de su obra. El poema apareció en 1604, cuando Miguel de Cervantes estaba a punto de entregar a la imprenta Don Quijote, y William Shakesperare escribía Troilius and Cressida, una sus obras más oscuras e intensas. El propósito del poeta mexicano era describir las bellezas de la capital en la cima de su esplendor; cuando sus edificios y su administración era admirados por propios y extraños. El argumento del poema se halla contenido en la estrofa inicial: De la famosa México el asiento, origen y grandeza de edificios, caballos, calles, trato, cumplimiento, letras, virtudes, variedad de oficios, regalos, ocasiones de contento, primavera inmortal y sus indicios, gobierno ilustre, religión, estado, todo en este discurso está cifrado. El poema no deja lugar a la duda en cuanto a la grandeza de la ciudad, esa que un viajero inglés, Thomas Gage, describirá como “una de las mayores del mundo considerada la extensión de las casas de los españoles y las de los indios.” Balbuena es un cantor del imperio concentrado en su joya allende el Océano y exalta exclusivamente lo que le otorga esplendor. Sin embargo, no hay en el poema contrastes humanos ni pasiones comunes. Faltan sangre, sudor y lágrimas. La monumentalidad de los edificios, las bondades del clima, la armonía urbana parecen vivir independientemente de sus habitantes. Había otra historia, marginal y secreta. Mientras la capital ofrecía a los ojos inmediatos sus fulgores a los privilegiados, al mismo tiempo propiciaba

el surgimiento de una rica corte de los milagros, barrios de indios que habían sido expulsados de la traza original de la ciudad. Por fortuna y como contraparte al poema de Balbuena, ese mismo 1604 un poeta anónimo, recogido por Dorantes de Carranza en su Sumaria relación…, daba en exactas pinceladas otro retrato de la Nueva España a través de su colorida fauna: Minas sin plata, sin verdad mineros, mercaderes por ellas codiciosos, caballeros de serlo deseosos, con mucha presunción bodegoneros. Mujeres que se venden por dineros, dejando a los mejores muy quejosos; calles, casas, caballos muy hermosos; muchos amigos, pocos verdaderos. Negros que no obedecen a sus señores; señores que no mandan en su casa; jugando sus mujeres noche y día; colgados del virrey mil pretensores; tianguis, almoneda, behetría… Aquesto, en suma, en esta ciudad pasa. Como señala uno de los versos anteriores, la capital de Nueva España pululaba de pretensores que se acercaban al virrey con objeto de obtener una alta posición, amparados no en sus luces ni méritos propios sino en ser descendientes de los primeros conquistadores. Esa ciudad de entonces, oscilante entre el orden y el jolgorio, el placer y la soberbia, mucho tiene qué ver con la presente. Como advierte Serge Gruzinski en su formidable biografía de la Ciudad de México, en el naciente siglo XVII asistíamos a una primera gran globalización. El Siglo XVIII fue un siglo de prosa, y la Ciudad de México no fue la excepción. Numerosos fueron los textos donde se analiza, de manera científica y estadística, la situación de la capital del imperio. La independencia de las naciones americanas será un acto de romanticismo activo, y con él resurge la supremacía de la imaginación y primera persona, así como el descubrimiento de la cultura popular y la actuación ciudadana. El poeta se convierte en un explorador solitario de la calle, un flânneur cuya principal ocupación será encontrar el significado de sus pasos. Un día de 1836, un joven de 22 años llamado Guillermo Prieto sale a la calle. Aún no ha leído a William Hazlitt, mas su prodigioso instinto le dice que caminar la ciudad es la forma más completa de leerla, poseerla y compartirla. Camina, y al hacer la traducción de cada uno de sus pasos, escribe su primera crónica urbana, un delicioso y sensorial recorrido por la ciudad, desde las primeras campanas de

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El mundo Azteca Tanya Victoria No es la primera vez que museos de Chicago abren sus puertas a la cultura y civilización azteca. Pero al dedicarle espacio central durante casi seis meses, el Museo Field de Historia Natural quiso no sólo reconocer las raíces de un pueblo cuyos descendientes integran un sector considerable de la población de Chicago, sino además mirar a una de las culturas más fascinantes del mundo precolombino, desde la óptica y los objetos que constituían su cotidianeidad. La exhibición, que se presenta del 26 de octubre al 19 de abril del 2009 se armó en colaboración con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, y el Museo del Templo Mayor de México, y ocupa varias salas del Field. Elizabeth Brumfiel, profesora de Antropología de la Universidad Northwestern y co-curadora de la exhibición, explica: “Nosotros queríamos incluir objetos que pudieron haber sido usados por las diferentes personas del mundo azteca: granjeros, artesanos, mujeres, mercaderes y guerreros, así como líderes, guerreros y sacerdotes. Intentamos usar todos sus objetos para adentrarnos en la vida diaria de las personas que crearon y mantuvieron el mundo azteca”. El Mundo Azteca reúne cerca de 300 objetos, muchos de los cuales nunca habían salido de México. Todos los objetos presentados en la exhibición tampoco viajarán a ninguna otra parte tras su conclusión.

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1. Mácascara de obsidiana Azteca (1325 - 1521 DC) Museo de Antropología e Historia 2. Collar de oro Mixteca - Azteca (1200 - 1521 DC) México Colección pre-colombina, Dumbarton Oaks, Washington, D.C. 3. Vasija de cerámica representando al Dios Tláloc Azteca (1440 -1469 DC) Ciudad de México Museo del Templo mayor Reproducción autorizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia 4. Bracero Antropomórfico Reproducción autorizada por el Museo de Antropología e Historia

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5. Figura de cerámica del Hombre águila Azteca (1440 -1469 DC) Ciudad de México Museo del Templo mayor Reproducción autorizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia 6. Figurilla de cerámica de mujer moliendo maíz Azteca (1325 -1521) Ciudad de México (Tlatelolco), México Museo de Antropología e Historia 7. Figurilla de oro Inca (1400 -1532) Región del Cuzco, Perú

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8. Vasija de cerámica para pulque, representando un conejo Azteca (circa 1500 DC) México Museo de Antropología e Historia

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9. Mapa de la Antigua Tenochtitlán 10. Prácticas religiosas de los agricultores Códice Florentino, cortesía de la Biblioteca del Field Museum 11. Figura Cihuateotl Códice Azteca Código de Borjia, cortesía del Field Museum 12. Agricultores aztecas plantando maíz Códice Florentino, cortesía del Field Museum 13. Guerreros Aztecas del Códice Florentino Códice Florentino, cortesía del Field Museum noviembre 2008


La muestra se ha dividido en cinco grandes áreas que reflejan la estratificación de la sociedad azteca: agricultores, artesanos y mercaderes, guerreros, líderes y sacerdotes, y establece una liga – a través de los objetos – entre cada sector y el papel que su visión del mundo tenía en el desarrollo de la vida cotidiana, a lo largo del periodo de aproximadamente 200 años de esplendor de su imperio. El Mundo Azteca logra una mezcla única de historia del arte y visión antropológica de la sociedad azteca, con una museografía fácil de seguir para el visitante que sólo hable español, ya que todas las tarjetas informativas han sido traducidas, y los vídeos están subtitulados. Gary Feinman, doctor en Antropología, curador de Antropología Mesoamericana del Field, y co-curador del Mundo Azteca, dijo: “Sentimos que era importante el compartir las ricas tradiciones de ese majestuoso imperio. Hace una generación, la atención prestada a la historia prehispánica era muy poca. El día de hoy, los latinoamericanos conforman una tercera parte de la población total de Chicago .Es crítico, para nuestra sociedad multiétnica, el reconocer las diferentes culturas”.

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los templos hasta los últimos gritos de los vendedores nocturnos que ofrecen su mercancía, en sinfonía intensa y desordenada. El poeta ya no será un hombre entre la multitud sino, como descubrió Edgar Allan Poe, The Man of the Crowd, esa nueva especie que nace como resultado de la sociedad industrial, que modifica de la noche a la mañana los conceptos de tiempo y espacio. Podemos ver esos cambios en autores mexicanos pero tienen sus ecos en otras lenguas y otras partes del mundo: Charles Baudelaire, cuyos petites poèmes en prose demuestran que una ciudad cambia más rápidamente que el corazón de un hombre; Charles Dickens y sus huérfanos que otorgan un nuevo significado a las calles de Londres; los jóvenes rebeldes de Víctor Hugo, al levantar trincheras en las calles; el Wakefield de Nathaniel Hawthorne, náufrago en el hostil océano de la gran ciudad. Es un fenómeno universal, y asombran los paralelos de autores que, sin conocerse ni haberse leído, comparten la sensación de amor y odio hacia la ciudad moderna. Señoras y señores, el Siglo XIX mexicano. Tiempo de héroes y canallas, musas y poetas, de virtudes amplificadas y defectos hiperbólicos. Tiempo de pronunciamientos y revoluciones, de guerras civiles e intervenciones extranjeras. Tiempo de corsarios de guante amarillo, de planes redentores y remedios tan radicales como fallidos, tan imposibles como milagrosos. Tiempo de militares que modifican, de un día al otro, el mapa de la ciudad, y pasean sus medallas al lado de las sotanas, también defensoras de sus privilegios; tiempo de civiles que, encabezados por un indígena llamado Benito Juárez, que hace de la levita símbolo de autoridad, dotan al naciente país de instituciones, de garantías individuales, de herramientas progresistas. Señoras y señores, el siglo XIX. Lo vocean los pregones urbanos de indígenas que ofrecen su mercancía desde el pueblo de Tacuba; el mismo aire malsano y corrompido donde un francés de apellido Meroliock, cuyo discurso barroco, hueco y envolvente, bautizará al linaje de los que hacen de la palabra un artículo vendible: merolico. Lo presentan al mundo ciudadanos que saltan, de la noche a la mañana, del anonimato al escenario de la Historia. Hombres que son ciudad, que toman la calle y reivindican su lugar en el mundo. Tiempo en que el individuo participa directa y activamente en la toma de decisiones y formula mitos políticos y metáforas sociales que hasta el día de hoy nos determinan. Señoras y señores, el siglo XIX mexicano. Lo ponen en venta sus canallas. Lo ofrecen al mejor postor y sin escrúpulos. Lo salvan de la ruina sus milagros y sus mártires laicos, sus fusilados y sus pensadores.

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En tiempos de construcción del concepto de nacionalismo, el poeta se transforma en educador y figura de autoridad. La calle es el escenario donde lleva a cabo este lento proceso de formación. En una sociedad analfabeta, el discurso político se transforma en un gran mural de palabras que ofrece una visión panorámica de la historia desde el pasado remoto hasta el instante presente. Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez, Francisco Zarco, Ignacio Manuel Altamirano, todos hombres de letras, serán hombres de acción que en la plaza pública, en el teatro o en el recinto parlamentario, construyen la nueva ciudad, de acuerdo con los conceptos liberales. Además del discurso, el otro gran género urbano del siglo XIX será la crónica, el cuadro de costumbres que exalta el habla, los hábitos, la conducta cotidiana, los vicios y las virtudes de sus habitantes. Y si bien ambos géneros, el discurso y la crónica, están escritos en prosa, no hubieran llegado hasta nosotros con toda su fuerza si sus autores no hubieran sido, antes que nada, poetas, si no hubieran dominado el peso y la temperatura de cada palabra y cada símbolo. Entre todos, Guillermo Prieto será el gran cantor de los héroes, pero también el historiador de la gente sin historia. Su libro central, La Musa callejera, denota desde su título este interés por la vida intensa y bulliciosa de la ciudad donde nació, y la que exploró incansablemente a lo largo de sus casi ochenta años de existencia. Ese siglo XIX de exploración urbana en la Ciudad de México termina de manera simbólica con la muchacha que en el poema “La duquesa Job” de Manuel Gutiérrez Nájera recorre el boulevard mexicano, sola y a pie, armada de su belleza y la eficacia temible de sus tacones. La lenta conquista de la ciudad por parte de la mujer logra una aceleración mayúscula con la Revolución Mexicana, que inaugura el siglo XX. La ciudad nacida de ella va a traer consigo un cambio radical en el uso de la ciudad. Son los tiempos de las mujeres que, casi concluida la etapa armada del movimiento, quieren ser algo más que buenas soldaderas de sus hombres. Obtienen, en cambio, con la valerosa manifestación de una vida convertida en obra, una actuación que les había sido negada en una patria viril, autoritaria y paternalista. El cuerpo femenino libra su batalla por la autonomía en tiempos donde la Revolución —machista a ultranza— persigue a sus homosexuales muy hombres y espera la incondicionalidad de sus mujeres. Con la Revolución, la mujer expresa su derecho a ser un elemento activo en la construcción de México, pero también en la construcción de una habitación propia. En 1921, Ramón López Velarde escribe el poema “La Suave Patria”: toma al país por la cintura y le hace una apasionada e irreverente declaración de amor, tan fresca que todavía se la decimos sin vergüenza. Poco antes, Saturnino Herrán había pintado su serie de exuberantes criollas, con lo cual había ofrecido el equivalente plástico de un país sanamente femenino, hembra rozagante y gozosa bajo la luz del sol. La poesía de López Velarde y la pintura de Herrán llenan el escenario y son tan definitivas como la mañana en que Tina Modotti se tiende, desnuda, en la azotea de una casa de la colonia Condesa para ser amorosa, obsesivamente fotografiada por Edward Weston; como el instante en que Carmen Mondragón se transfigura en Nahui Olín ante el éxtasis y el terror del doctor Atl; como el día en que Clementina Otero recibe la carta del poeta que le escribe “Me muero de Sin Usted” como el día en que una adolescente llamada Frida Kahlo, se dirige valientemente al enorme pintor Diego Rivera que da vida cromática a los muros, en esa cruzada pictórica que constituyó otro Renacimiento. La Revolución abre nuevas calles, anchas y espaciosas, a imitación de las que los políticos sonorenses vieron en Estados Unidos. Salvador Novo refleja el espíritu optimista de la ciudad posrevolucionaria en su libro Nueva grandeza mexicana. Futuro cronista oficial de la urbe donde nació, Novo la recorre junto con nosotros, sus lectores, y ofrece sus diversos escenarios, sus lugares para vivir, divertirse, amar y morir. Sin embargo, al lado de esta ciudad pujante y progresista, que no dejaba de ser un pueblo grande, había otra, íntima y secreta labrada tanto por Novo como por sus compañeros, la generación llamada de los Contemporáneos. La ciudad como alcoba submarina, la ciudad del deseo latente. Uno de los ejemplos más claros es el de Xavier Villaurrutia en los poemas de su libro Nostalgia de la muerte. La noche que canta es la noche de los románticos pero también, más próxima y tangiblemente, la noche secreta del México posrevolucionario, el espacio del cazador

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y del insomne, del adúltero y el suicida. Si la noche de Villaurrutia es un espacio tenso donde el hombre descubre su desamparo porque está solo consigo mismo, hay una correspondencia inmediata con el Surrealismo no como una técnica sino como una forma de existencia. La clave se encuentra en la palabra deseo: la noche propicia la actuación de una fauna de iniciados. La noche libera. Pero la noche abre trampas para cerrar sus fauces aun en el más sabio y fuerte. Uno de los numerosos temas que merecen ser estudiados es el de la relación de nuestros poetas cultos con la canción popular, particularmente con el bolero, género urbano por excelencia. Podemos vislumbrar sus esquemas de funcionamiento en estos versos de Villaurrutia: AMAR es una angustia, una pregunta, una suspensa y luminosa duda; es un querer saber todo lo tuyo y a la vez un temor de al fin saberlo. Contemporáneo de los poetas antes mencionados es Manuel Maples Arce, fundador del movimiento de vanguardia denominado Estridentismo. Su importancia histórica radica en que su poema Metrópolis, traducido por John Dos Passos, es el primer libro de un poeta mexicano aparecido en otra lengua. Como Dickens nos enseña desde el título de una de sus novelas más queridas, la relación que se hace de una ciudad es siempre la historia de dos ciudades (A Tale of Two Cities). El siglo XX no fue la excepción. Uno es el discurso del imperio o del Gran Hermano, que en su nueva conquista y en nombre del progreso construye casas de cartón con antenas parabólicas, y expulsa a los antiguos pobladores para levantar nuevas murallas que segregan la vida ciudadana. Otro es el discurso del poeta, subversivo y a veces doloroso, pero necesario para cobrar conciencia del cotidiano casos en que vivimos. De ahí que me interese compartir con ustedes un poema escrito a fines del siglo XX por Francisco Hernández, y el cual da título a mi conferencia: “La degradación de la primavera”. La imagen tradicional del poeta romántico que, como un nuevo Dios, observa desde su mirador solitario un encrespado mar de nubes, es sustituida por la de un ciudadano que asiste al despertar de un nuevo día desde uno de los

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múltiples edificios desechables que han sustituido a la arquitectura histórica: La degradación de la primavera I La he mirado con lástima en los últimos meses. Estoy en un décimo piso y hasta acá llegan los bramidos de las perforadoras, el rumor de los automóviles y gemidos de perros negándose a morir. La observo fijamente, trato de ver el sol entre sus brumas. A tan temprana hora, la ciudad es un paquidermo que bosteza. II Huele mal la ciudad. Con la llegada de la primavera han florecido las alcantarillas. En medio del polvo y el ozono brotan vislumbres de jacarandas, alfanjes de colorines y un olor penetrante a naranjas podridas. III Abajo hay policías, boleros, enfermeras, enanos, asaltantes. Llamas de incendios salen por las ventanas y el ulular de las sirenas anuncia el señorío de la violencia. Aquí en el décimo piso, los muertos caminamos con recelo, angustiados, alertas, no sea que nos vayan a matar de nuevo. IV Las azoteas son patios elevados, nidos de gatas, el último rincón de las macetas. En jaulas se destiñen sábanas, manteles y camisas de fuerza. No sopla el viento y un anuncio de cerveza se desploma. Una viejita lucha con avispas imaginarias. Un ciclista recuerda las mañanas en que se veían los volcanes, se distrae y una combi le parte las costillas. V Hay más antenas parabólicas que árboles. Zopilotes pequeños, muy parecidos a palomas, sobrevuelan las calles en busca de migajas o excremento. Los cilindros de gas empollan su potencia. Los tinacos tienen la boca seca y esperan, temblorosos, la temporada de la lluvia ácida. VI No dejan de sonar los teléfonos. Otros muertos nos llaman desde lejanos cementerios verticales. Afuera, el color dominante es el gris. Aquí en el décimo piso, nada tiene color, salvo los labios de las muertas. Me asomo nuevamente para admirar la primavera. Rodeados de basura se besan los amantes y se aparean las ratas. El poema de Francisco Hernández parece condenarnos, de manera inevitable, al apocalipsis. Sin embargo, en cada una de sus metáforas, implacables y sorpresivas, hay lugar para el humor negro, un humor muy mexicano que es una de las armas que nos ha ayudado a

sobrevivir. Visión de los vencidos es el título del libro donde Miguel León-Portilla reúne testimonios de la caída de la ciudad antigua. En el naciente siglo XXI, los habitantes de una de las ciudades más pobladas del planeta parecemos asistir a una visión semejante. A los ojos ajenos y a los propios, parecemos estar perdiendo la batalla ante un nuevo conquistador: el imperio de la información manipulada, del consumo, de la violencia interfamiliar, de la pistola de 9 milímetros que se ha convertido en parte cotidiana de nuestra información ciudadana. A la mitad del siglo pasado, Efraín Huerta, el gran poeta de la ciudad, escribió el verso “No hay respeto ni para el aire que se respira. Se camina como entre cipreses, bajo la larga sombra del miedo”. Sus palabras nacieron cuando el término ecología aún no formaba parte de nuestra cotidianidad, y cuando el temor a caminar por la calle era dos veces heroico ante la autoridad que reprimía la militancia política. Hoy, la sombra es aún más amenazante. Hemos dejado de esperar a los bárbaros. Al vernos en el espejo, reconocemos armas y armadura del guerrero que somos para enfrentar el desafío de cada nuevo día. La ciudad se fundó para resolver la nomadía y concentrar el poderío y los avances de la civilización. Antes aun, y como sintetiza admirablemente Lewis Mumford: “Historically the city begins in the village -a group of households attached to the soil. Here nurture and neighborly cooperation are the two basic elements; the limited horizon and a repetitive routine give to the growing child security and to the adult the basis of social solidarity, like mindedness”. Desde este punto de vista, la nuestra ha dejado de ser la City without walls que el poeta W. H. Auden anheló como utopía. La Ciudad de México no sólo ha aumentado el número y extensión de sus murallas, sino ha acudido a la reja que en principio surgió para protección pero que sin darnos cuenta se ha convertido en una jaula que nos aísla cada vez más del buenos días, el sol patrimonial, la democracia del aire envenenado.

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Estamos pagando el precio de haber dado a luz una Megalópolis: el monstruo se rebela, tarde o temprano, contra su creador, y sólo una lenta seducción, la auténtica conquista, puede restaurar la inicial armonía. Loba devoradora, madre nutricia, en su vientre existe sitio para el milagro o la hecatombe, para la hazaña y el sueño. Termino con uno entre los múltiples ejemplos que existen, en la Ciudad de México del nuevo siglo, de lectores afanados en no ser vencidos por la Ciudad, y mucho menos se invadidos por el sentimiento de odio que hacia ella pareciera tener la mayor parte de sus habitantes. Se trata de un equipo de trabajo interdiscplinario integrado por los jóvenes Ana Álvarez, Valentina Rojas Loa y Christian von Wissel, que el año pasado dieron a la luz un libro de palabras e imágenes titulado Citámbulos. Guía de Asombros de la Ciudad de México. Toda ciudad tiene sus misterios implícitos y más o menos compartidos, sus rituales domésticos, pero también sus cortinas, sus puertas, sus muros de cristal que deben ser descifrados por los que viven la ciudad de otro modo, para confirmar la condición y el ejercicio del citámbulo. La Ciudad de México no es una sino varias ciudades. Por su diversidad económica y social, tiene dominios que nunca serán tocados por las plantas del otro, y viceversa. El citámbulo es enemigo del turista. Desde su raíz tour, la palabra turista entraña una domesticación. Si tiene suerte y vocación, el turista puede transformarse en un adoptado por el espacio que visita. Esta Guía Heterodoxa tiene fidelidad a sus propios principios, uno de ellos próximo a la sorpresa que los surrealistas rescataron: el encuentro fortuito entre un paraguas y una máquina de coser sobre una mesa de operaciones. En primer lugar, un citámbulo es un explorador. Un cazador de imágenes. El citámbulo se declara fiel servidor de la caballería andante, pero al modo del hidalgo manchego. Sus sentidos deben

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ser susceptibles de imaginar castillos donde otros ven posadas; gigantes que para los no iniciados son simples molinos de viento. El citámbulo hace de la desconfianza uno de sus más preciados amuletos. Aunque lee y se nutre en fuentes secundarias, su texto es el territorio que descifra. De tal modo, desconfía de la crónica llena de lugares comunes y del exotismo prefabricado. El citámbulo es animal bípedo y a veces también anda en cuatro patas: desciende a las profundidades del desagüe, entra en pasajes oscuros y húmedos, se raspa las manos y las rodillas. Vive la ciudad con los seis sentidos. El citámbulo mira la ciudad como un nuevo gabinete del doctor Caligari: Ninguno de sus muros, seres, objetos, sucesos, realidades, instantes, es igual entre sí. A todos los hermana el hecho de ser territorios en los que nadie había colocado antes su bandera. Una forma de no ser derrotados, en nuestro cotidiano ejercicio de la urbe, es mediante la permanencia y transformación de la palabra. En este sentido, Rubén Bonifaz Nuño, el mayor de nuestros poetas vivos, insiste: “El poeta, como hombre, se cumple básicamente por ser parte de la ciudad; sitio y raíz de solidaridad, la ciudad es ámbito del amor sensual y de la fraternal comunicación. El hombre, a fin de protegerla, conservarla y engrandecerla, admite con placer y ufanía su llamado al combate, y en éste encuentra la consumación del honor de vivir”. En la ciudad sitiada donde los atacantes ordenan que un solo habitante sobreviva, la comunidad elige al poeta. Un gran poder trae consigo una gran responsabilidad (A great power brings a great responsability), declara uno de los héroes urbanos de nuestro tiempo. Al poseer el don de hacer el viaje de locura de ida y vuelta a la locura, el poeta tiene la obligación de contar y cantar la historia de los otros. Nombrar la desesperación es trascenderla. En la fundación de la Ciudad de México, de acuerdo

con los antiguos anales, se decía: “En tanto que el mundo exista, jamás deberán olvidarse la gloria y el honor de MéxicoTenochtilan.” Una y otra vez hemos vivido semejantes palabras, cuando la naturaleza o los hombres han alterado de manera radical el equilibrio urbano. El movimiento estudiantil de 1968 y el terremoto de 1985 provocaron un antes y un después. En el primero de esos dos grandes hitos, la imaginación juvenil se apoderó de las calles y las hizo palpitar de otra manera. Le recordó a la ciudad que estaba viva, que había que ser realistas y exigir lo imposible. Los sismos de 1985 abrieron una larga herida. Además de las numerosas muertes y pérdidas materiales, sacaron a la luz los peores vicios y las mejores virtudes de la Ciudad. José Emilio Pacheco las ha descrito, mejor que nadie, en su elegía titulada “Las ruinas de México”. Para los que ayudaron, gratitud eterna, homenaje. Cómo olvidar —joven desconocida, muchacho anónimo, anciano jubilado, madre de todos, héroes sin nombre— que ustedes fueron desde el primer minuto de espanto a detener la muerte con la sangre de sus manos y de sus lágrimas; con la certeza de que el otro soy yo, yo soy el otro, y tu dolor, mi prójimo lejano, es mi más hondo sufrimiento.

imprevista, letal y dadivosa, al descifrar sus signos no sabemos si luego de semejante atrevimiento algún día llegaremos a saberla, cuestionarla, rechazarla. O amarla contra todo. Leemos la ciudad al caminarla, al descubrir su rostro inédito, al trazar el mapa de nuestro tránsito por ella, una vez que nos concede volver a casa para soñar con reincidir en el diario combate: ganar y defender nuestro sitio en su incesante representación. La ciudad como gran casa; la casa como pequeña ciudad, según el precepto del arquitecto renacentista. Amar una ciudad es necesario y fatal. Igualmente odiarla, aunque ambas emociones, al mirarse en su espejo, encuentren semejanzas y diferencias. Cuando Efraín Huerta escribió su “Declaración de odio”, ofreció el más intenso poema de amor a la capital. Amar a la Ciudad de México parece una tarea cada vez más ardua. Fácil es caer en la inmediata provocación de repudiarla: aceptar el hechizo de condiciones y medios que facilitan el fugaz abandono del desastre. Sin embargo, tarde o temprano, humillados y ofendidos, convencidos o escépticos, por misteriosas razones regresamos a la imposible, la infiel, la insoportable. La inevitable Ciudad de México, noble y leal a pesar de nosotros. En sus casi siete siglos de existencia, los habitantes y los elementos hemos destruido una y otra vez nuestra ciudad. Con idéntica pasión y energía hemos vuelto a levantarla. No hemos podido acabar con ella, lo cual es prueba de su linaje. Pero también demuestra la casta de sus habitantes, aunque seamos los primeros en negar semejante obligación y privilegio. Cada minuto es una posibilidad para la epifanía: para el asombro de la voz en medio de la ceguera. Nunca como ahora hace falta, en cada uno de nosotros, y en nuestras acciones en apariencia más humildes, el héroe anónimo que con su acción de cada día las consagre y eleve y dignifique. Por eso, leer la ciudad es una forma de defenderla. Sostenerla cada día al vivirla.

Para todos ustedes acción de gracias perenne. Porque si el mundo no se vino abajo en su integridad sobre México fue porque lo asumieron en sus espaldas ustedes, héroes plurales, honor del género humano, único orgullo de cuanto sigue en pie sólo por ustedes. Leer una ciudad, particularmente aquella en que nacimos, es acto de amor y conocimiento. Criatura cambiante e

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tiempoextra Los Quijotes de la escena José J. Carmona Vega Hacer teatro en Chicago no tiene recetas ni misterios. Para dedicarse a este complejo arte, simple y llanamente se necesita amor verdadero, a ratos desmesurado, para soportar las dosis de sacrificio y resignación que exige. Sin embargo, para hablar de teatro en Chicago hay que diferenciarlo primero por el idioma ya que no corren la misma suerte las agrupaciones teatrales anglófonas —que trabajan desde siempre en inglés, para un público, una crítica y una prensa estadounidense establecida— que las hispanas, en pleno desarrollo y acomodándose a las realidades propias de su condición inmigrante y encajando en un medio artístico que no se comporta precisamente como buen anfitrión. A la vez, las agrupaciones hispanas están diferenciadas también. Unas trabajan obras en inglés, con subtítulos en español o sin ellos, o directamente en spánglish. Y otras, únicamente en español. Estas últimos han hecho teatro cabalgando durante lustros por las campiñas del oficio, a la conquista de un público y unos patrocinadores intermitentes en su respuesta, sin escuchar los ladridos de la crítica a su paso… por el simple hecho de que ésta no existe, y contando solamente con un tibio registro en los medios de comunicación hispanos, que cada vez le restan más espacio a la rica expresión cultural de Chicago para dárselo al entretenimiento de masas. No obstante, la gente de teatro arremete año tras año contra los molinos gigantescos de la ausencia del apoyo oficial y la intermitencia del privado, armados únicamente de su talento y ganas de trabajar. Afortunadamente mantienen el optimismo y, contrario al personaje cervantino, con fundamentos ajenos al delirio. Por una parte, el público da muestras de responder al coqueteo persistente al que lo han sometido durante casi tres décadas y, por la otra, hay evidencia confiable de que la creati-

Le Picare Theater Company, Teatro Infantil de Chicago, Irving Theater Company y Albany Park Theater Project. Para conocer sus trabajos, los seguidores deben tener ojos y oídos atentos para enterarse a tiempo de una puesta en escena que logre anunciarse en medios de comunicación; o contar con la suerte de tropezarse con el material de promoción en restaurantes, comercios o sedes de organizaciones comunitarias amigables con el movimiento teatral. La fórmula infalible es ingeniárselas para ingresar en las bases de datos de los grupos para ser informados de las diferentes presentaciones. Otra opción es esperar hasta agosto para saborear el gran banquete del teatro hecho en Chicago que sirve desde hace cuatro años el afamado Goodman Theatre con su Festival Latino. Al frente de cada edición de este evento se encuentra Henry Godínez, quien junto a Marcela Muñoz, la joven actriz y directora de Aguijón, y Roma Díaz, veterano actor y director mexicano, accedieron a aportar algunas luces sobre el presente y futuro inmediato del teatro en nuestra ciudad. H.G.: Al movimiento de teatro latino yo lo veo progresando poco a poco. Comparado con lo que teníamos hace diez años, estamos mucho mejor en las dos áreas… Tal vez más en inglés que en español. Fíjate, abrimos el Festival con la obra Al son que me toques Lorca, de Laura Crotte, totalmente presentada en español, sin subtítulos ni nada. Se llenó la sala casi cada noche de las cuatro funciones que tuvimos, así que esto me dice que sí hay público que quiere ver teatro en español. M.M.: En cuanto a la parte creativa y artística, ahora está muy vibrante, sana y activa, hay propuestas de las diferentes compañías nuevas y algunas que llevan años de existencia. En la parte económica, en este momento está bajo,

incluye a las fundaciones que las apoyan. En los grupos más pequeños, los artistas no ganan dinero; viven para pagar las cuentas del espacio, de las producciones, etc. Hasta los más grandes y más organizados, en inglés y en español, apenas sobreviven, y los directores y actores tienen que hacer otros trabajos. El teatro en este país no es apoyado por el Estado como en otros países; la gente lo hace porque le encanta y necesitan hacerlo. Se hace recolección de fondos, o préstamos al Estado pero es muy poco lo que se consigue realmente, hasta que te vuelves un teatro de gran talla. R.D.: Hay que entender que no somos productores de teatro, que no tenemos los recursos para hacerlo y muchas veces se tienen que buscar patrocinadores para hacer una postal, volantes, posters o el alquiler. Como no podemos generar de nuestros propios bolsillos, entonces tenemos que tocar puertas con la gente que simpatiza con el arte y la cultura. Pero los que terminan ayudándonos son los pequeños comerciantes, que casi no tienen dinero. M.M.: En una palabra te diría que no, y no es específico para el mercado latino. Es un poco más difícil en el mercado latino, obviamente, porque el público es más pequeño y las ayudas estatales también. Hablando como actriz es difícil vivir del teatro, sea en inglés o en español. Yo me apoyo haciendo trabajos de comerciales y publicidad. En mi caso particular puedo vivir de la actuación porque hago otras cosas. Pero si yo quisiera sólo hacer teatro en vivo, te diría que no. Tampoco en el mercado americano, porque no hay tantas compañías con presupuestos como para pagar a los actores un sueldo del que puedan vivir y no hay tantas producciones al año para acomodar a todos los actores teatrales que viven en Chicago. Si eres actor del sindicato, éste te dice cuánto hay que pagarle a tu actor, y ahí depende… Las compa-

...el movimiento teatral hispano de Chicago contó con precursores lanzados a la aventura en la década de los ochenta... vidad avanza con viento a favor. Sería desatinado adelantar el tema sin mencionar que el movimiento teatral hispano de Chicago contó con precursores lanzados a la aventura en la década de los ochenta: Miguel López Lemus (Compañía Latina de Teatro Experimental), Rosario Vargas (compañía de Teatro Aguijón) y Juan Ramírez (Teatro Latino). Sin contar las agrupaciones que trabajan en el entorno de sus vecindarios, promovidos por iglesias, organizaciones comunitarias o escuelas, en Chicago se pueden contabilizar menos de una veintena de grupos teatrales que trabajan con regularidad y con una representatividad hispanoamericana amplia y difícil de precisar por su extensión: Teatro Vista, Teatro Luna, Compañía de Teatro Aguijón, Molécula Artística, Teatro en Acción, Teatro Americano, El Tecolote, Batey Urbano, Teatro del Pueblo,

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porque el país no anda bien y lo primero que comienzan a cortar son los fondos para el arte. Hay un crecimiento en cuanto al número de obras, directores y actores. R.D.: Somos pocos los que hacemos temporadas de doce funciones, es decir, los que mantenemos una obra en cartelera para retar a la gente a que salga de su casa y vaya al teatro. Me siento un poco deprimido por la partida de colegas y amigos, como José Burgos e Iván Morales, quienes este año abandonaron la ciudad, decepcionados, después de pertenecer al movimiento teatral por más de diez años. Yo a veces también me desanimo, pero no me dejo derrotar. Acabo de iniciar los ensayos para Pedro y el Capitán, de Mario Benedetti. Pienso presentarla en noviembre. ¿Se puede vivir del teatro en Chicago? H.G.: Por ahora no. Las compañías ahora viven buscando dinero donde puedan, esto

ñías más grandes son los que mejor pagan, como el Goodman o el Chicago Shakespeare.

José J. Carmona: Publicista colombiano, trabaja como redactor independiente para diario HOY y las revistas Negocios Now y Rumba IN Chicago.


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Universidad San Agustín:

28 años de educación superior bilingüe Andrew Sund La educación bilingüe ha sido un tema controversial en los Estados Unidos durante muchos años. Los que apoyan su implementación en las escuelas públicas mencionan su efectividad pedagógica, su importancia al ayudar a mantener lazos culturales con los países de origen y, por último, su valor en términos de justicia social, al permitir que estudiantes con limitaciones en el inglés obtengan servicios educativos proporcionados por el Estado. Por otra parte, sus detractores destacan una aparente inefectividad como método de aprendizaje del inglés y el alto costo que le acarrea al Estado. A la vez, denuncian la enajenación de la juventud que participa en programas bilingües y que nunca se asimilan a la cultura norteamericana (si se puede decir que existe tal cosa). Sin embargo, el tema del bilingüismo en la educación superior apenas se menciona. Es por eso que creo necesario comenzar a explorar esa área desde mi punto de participante/testigo de este proyecto académico. Hay una pregunta central que nos podemos hacer para visualizar la considerable importancia del tema: ¿hasta qué punto puede contribuir positivamente la educación bilingüe en un programa universitario a personas que tienen limitaciones en el inglés cuando comienzan sus estudios? En Chicago esta pregunta puede ser contestada con un ejemplo concreto: la Universidad San Agustín, que emplea una metodología bilingüe con una población adulta y que ha obtenido muy buenos resultados académicos. Antes de analizar cómo se emplea el bilingüismo en la educación superior es importante aclarar a qué nos referimos cuando hablamos de educación bilingüe. Existen tantas interpretaciones acerca de la naturaleza de ésta que ello ha llevado a discusiones interminables y muchas veces estériles. En general, el término “educación bilingüe” se refiere al proceso de enseñanza que implica el uso de dos idiomas. Pero la manera en que se usan los dos idiomas varía a través de los sistemas educativos de los Estados Unidos. En un extremo está el sistema de idioma dual, en donde la enseñanza de todas las materias se hace en dos idiomas, con la intención de desarrollar ambos idiomas al mismo nivel. Este sistema es comúnmente usado en clases donde la mitad de los estudiantes domina un idioma y la otra mitad domina el otro. En el otro extremo, se encuentra el inglés como segundo idioma, en donde a los estudiantes que no dominan el inglés se les separa de su curso y se les enseña inglés intensivo hasta que tengan suficiente dominio de éste para poder entender las clases regulares en inglés.

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Entre estos dos extremos se encuentran varias metodologías. Las más comunes son la educación bilingüe de mantenimiento y la educación bilingüe transicional. La primera se refiere al sistema educativo en el cual se utilizan los dos idiomas. Se aprovecha y se mantiene el conocimiento de la lengua materna, y se integra el uso del inglés. La educación bilingüe transicional se refiere al sistema en el cual la enseñanza de materias de contenido se hace en el idioma natal, mientras el estudiante aprende el inglés. Una vez que el estudiante tiene un cierto dominio del inglés, se le reubica en clases de contenido que se enseñan en inglés. El objetivo principal es que el estudiante no se atrase en la adquisición de conocimiento en áreas de contenido y, al mismo tiempo, que aprenda el inglés lo más rápido posible. ¿Cómo se aplican estas metodologías a la educación superior? La respuesta a esta pregunta está íntimamente ligada con el tema del acceso a la educación superior en nuestra sociedad. Desde sus comienzos, en la Edad Media, las universidades han sido sistemas de exclusión. Sólo un número limitado de personas, con base en méritos académicos y capacidad adquisitiva, podía cursar estudios universitarios. Esto ha tenido, por supuesto, consecuencias políticas, porque aquellos con posibilidades de cursar estudios universitarios correspondían desproporcionadamente a las clases más altas. El resto de la población debió postergar sus deseos de llegar a la universidad debido a la carencia de medios económicos que le facilitara una buena preparación preuniversitaria. Sin embargo, en los últimos años el acceso a la universidad ha aumentado en gran medida tanto

en los Estados Unidos como en otros países. Los procesos de admisión y sistemas de ayuda financiera le permiten a un número mucho más alto de personas que no pertenecen a las élites cursar estudios universitarios. Pero esta nueva posibilidad de ingreso a la universidad aun no ha logrado superar la barrera del idioma. El estudiante inmigrante no sólo tiene que demostrar que su educación básica y media es suficiente para tener éxito en la universidad sino que además tiene que dominar el inglés. La barrera del idioma se convierte en una nueva manera de excluir a un grupo de personas de participar en la universidad. A través de la educación bilingüe, la Universidad San Agustín ha encontrado una manera de eliminar la barrera del idioma. Utilizando una metodología que se asemeja a la educación bilingüe transicional y de mantenimiento, los estudiantes pueden avanzar en sus estudios sin dominar el inglés. Cuando un estudiante ingresa a la universidad se le evalúa su conocimiento del inglés y de esa manera se le matricula en un curso de inglés que le permita adquirir más fluidez en el idioma. Pero además de inglés, el estudiante comienza a estudiar cursos de contenido de su carrera en español. Una vez que el dominio del inglés es suficiente, generalmente cuando alcanza un nivel intermedio/avanzado, el estudiante puede continuar con cursos de contenido en inglés. De esta manera, cuando el estudiante se gradúa, ha adquirido el conocimiento del idioma y además una carrera que le permitirá tener éxito en el mundo laboral donde predomina el inglés como método de comunicación.

El sistema empleado por la Universidad San Agustín ofrece varias ventajas sobre las opciones que existen. En primer lugar, ofrece acceso inmediato a la universidad y de esa manera acelera el proceso educativo. El estudiante no tiene que pasar años en clases de inglés como segundo idioma antes de tener acceso a clases en su carrera. En segundo lugar, el sistema de San Agustín le da al estudiante la posibilidad del éxito académico, paralelamente al proceso del aprendizaje de un idioma. Aprender un idioma nuevo es un proceso largo, difícil y muchas veces frustrante. El poder avanzar en una carrera y tener éxito en cursos de contenido permite al estudiante mejorar su autoestima y sus destrezas académicas y así superar las dificultades que presenta el aprender otro idioma. En tercer lugar, el sistema de San Agustín permite la reafirmación cultural ya que el estudiante participa en actividades intelectuales en su propio idioma. Leer libros en español, redactar ensayos, conocer la literatura hispanoamericana, aprender terminología científica y muchas otras actividades refuerzan la identidad cultural de los estudiantes. Esto ocurre al mismo tiempo que los estudiantes aprenden a interrelacionarse con otras culturas e idiomas que existen en la sociedad norteamericana. La importancia de este punto no puede ser menospreciada cuando nos encontramos en un mundo interconectado donde la pluralidad cultural es una realidad. El método educativo de San Agustín ya no es un experimento. Por más de 28 años, miles de estudiantes se han graduado de esta institución y se encuentran practicando sus profesiones en todos los ámbitos de Chicago y del país. Hay graduados de San Agustín trabajando como profesores de las escuelas públicas, en departamentos de la ciudad y muchísimas empresas privadas. Otros han continuado sus estudios en otras universidades, y así han avanzado más en sus carreras. La Universidad San Agustín representa un modelo nuevo de educación superior. Es una institución que con su metodología bilingüe incluye y no excluye, para demostrar su calidad. Un lugar que permite progresar a todo el que quiera esforzarse, y de esa manera contribuye a que la educación universitaria sea un proceso más democrático en el siglo veintiuno. Andrew Sund: Presidente del Colegio San Agustín

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El canto del bracero en Chicago Catalina María Johnson

“Cuando yo me fui p’al norte, me colé por California. Yo no tenía cartilla ni pasaporte, ni amigos ni palancas en Migración, pero me colé con resolución. Canto del Bracero La música nuestra —que desde sus inicios, a través de poemas y trovas acostumbraba ser noticiero del pueblo— comienza desde esas épocas también a documentar musicalmente la situación. Existen las canciones “El Bracero”, “Bracero y sin Licencia”, “Bracero Fracasado”, “Bracero Ausente”, “Lamento del Bracero” y muchas otras, entre las que se encuentra una de las más populares, “Canto del Bracero”, que cantaba Pedro Infante en la década de los cincuentas: ¡Ay qué triste es la vida, la vida triste, la del bracero lejos de la familia y de la novia y del compañero, dan ganas de llorar, de sólo recordar!” Canto del Bracero Sin embargo, la clásica canción en la que el mexicano llora por su tierra habiendo partido al extranjero, gran favorita del emigrante y difundida por todo el mundo y los Estados Unidos Latinos, fue escrita por un joven revolucionario dentro del mismo México justo en el mismo año que la palabra “bracero” ingresa al idioma inglés: Qué lejos estoy del suelo donde he nacido Inmensa nostalgia invade mi pensamiento Canción Mixteca A los 23 años de edad, el clarinetista oaxaqueño José López Alavés compone la melodía de lo que primero se llamaría “Canto a Huajuapan”. En 1915, tomando parte activa de la Revolución Mexicana, y cuando las fuerzas Villistas ocupaban la ciudad de Querétaro, escribe la letra.

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Y al verme tan triste y solo como hoja al viento Quisiera llorar, quisiera morir de sentimiento Canción Mixteca El convenio entre los Estados Unidos y México, que resultó en el programa oficial denominado “Braceros”, comenzaría varias décadas después, e incorporaría a cuatro millones de mexicanos a la fuerza laboral norteamericana, normalmente por espacios de seis meses, con la mayor concentración de ingresados en los años 1942-1946 (en 1945, había 62,000 braceros en la industria ferrocarrilera y 58,000 en la agrícola) época en la que los Estados Unidos carecía de hombres ya que los suyos los había concentrado en los campos de batalla de la Segunda Guerra Mundial. Las carreteras de este país, los trenes que lo cruzan, y mucha de su producción agrícola que se fortaleció en esos años se los debemos a brazos mexicanos. Recorrí varios estados de la Unión Americana, en Arizona y Texas y por Louisiana siempre sentí la falta de estimación, que es que dicen que es discriminación. Canto del Bracero

Fotos de Ramon Ibarra, ex-bracero residente de Chicago, con otros compañeros braceros trabajando de “icemen” en 1945, en East Bakersfield, California Foto superior: de izquierda a derecha, en la segunda fila, Ibarra es el quinto, en overoles y cachucha Foto inferior: de izquierda a derecha, en la segunda fila, Ibarra es el séptimo, de traje obscuro y sombrero con ala.

A la par, se estableció un vaivén de aves inmigratorias. Cuando en 1947 se firmó un acuerdo entre los Estados Unidos y México que otorgaba la amnistía a través de la deportación. Los mexicanos indocumentados deportados podrían regresar a los Estados Unidos bajo contratos temporales, y durante la vigencia del contrato no se les deportaría. O Tierra del Sol, suspiro por verte, ahora que lejos, me encuentro sin luz, sin amor Canción Mixteca López Alavés denomina su canción “Mixteca” aludiendo a la leyenda de ese pueblo del flechador del sol, un héroe llamado Tzauindanda, quien partió una mañana con su arco y flechas en busca de las tierras que necesitaba su pueblo para asentarse, y las tierras a las que llegó eran propiedad del sol. Con gran valor, levantó su arco y lanzó sus flechas contra el poderoso sol, pasando por calor y sed y agobio. Estuvo tirando flechas hasta que al atardecer el sol cayó debilitado tras las montañas. Cuentan los mixtecos que el cielo se tiñe de rojo con la sangre del sol, indicando el lugar donde ha caído vencido. Caso legal En los años del Programa Bracero, se les descontó a miles de braceros el diez por ciento de sus sueldo para destinarlo a un fondo de ahorros que se les reintegraría al regresar a México. A muchos no se les devolvió. Hace ya más de seis años, seis hombres entablaron una demanda federal. Fue lo que se denomina “acción de grupo” a nombre de ellos mismos y de otros trabajadores braceros contra el Gobierno Mexicano y otras entidades. Con algo de esfuerzo, papeleo y trámite burocrático, y si se cumple con una serie de condiciones, existe la posibilidad de que algunos braceros o sus familias recuperen una suma a través del acuerdo signado en años de labores de parte de Hughes, Socol, Piers, Resnick & Dym, Ltd., una firma de abogados en nuestra ciudad.

Como el héroe Tzauindanda, que lanzaba sus flechas al sol, pareciera que se le ha derrotado por un día, defendiendo aunque sea por lapso breve el derecho de una justa recompensa por los labores de los brazos mexicanos en estas tierras frescas y hermosas. Falta oír qué canciones se compondrán al respecto. Acaso las nuevas estrofas del canto del bracero, serán escritas en Chicago.

Catalina María Johnson, Ph.D. es conductora y productora de programas de música latina para estaciones de radio pública. Para mayor información: www.beat-latino.com Para mayor información sobre la música mencionada y el Acuerdo de la Demanda del Grupo Bracero: http://pcbinary.com.mx/b2evolution/index. php?blog=4&m=200703 http://www.casobracero.com/index_es.htm

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Fotos cortesía de Florence Carmona y Hughes, Socol, Piers, Resnick & Dym, Ltd

Cuando en los veranos visitaba a mis abuelitos mexicanos, hacíamos el recorrido en tren desde St. Louis hasta la frontera sur. Cruzábamos a México por los dos Laredos: el denominado “Nuevo”, que está del lado del Río Bravo, y el simple Laredo, que está del lado del Río Grande. Al cruzar el puente ferrocarrilero, los paisajes borrosos que enmarcaban las ventanas del tren dejaban de ser colinas verdes frondosas para tornarse sierras púrpuras, áridas y nopalosas. Por encima del chacachaca del tren, mi abuelito Jesús me contaba historias de otros viajes en tren. Me acuerdo de una en la que al cruzar entre los dos Laredos le había tocado en épocas anteriores ver filas y filas de hombres acostados a lo largo de los rieles, con los sombreros sobre la cara protegiéndolos del sol, pues habían pasado la noche tendidos a todo lo largo de kilómetros de rieles esperando poder cruzar la frontera. Por los detalles y las fechas del recuento, creo que los hombres habrían sido parte del Programa Bracero, que estuvo en vigor desde 1942 hasta 1962. Por medio de este programa, legalmente se ingresaron a este país cuatro millones de trabajadores mexicanos a los Estados Unidos. El nombre del programa se tomó de la palabra “bracero”, que proviene de la palabra “brazos”, y según Random House se documenta en el idioma inglés a partir de 1915.


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Racismo, migración, blues y resistencia Benjamín Anaya

El nacimiento de una reacción Cuando David W. Griffith caricaturizó en El nacimiento de una nación (1915) la revuelta negra posterior a la guerra de secesión de 1865, mostrando los arquetipos del negro violento y sangriento que “excede sus libertades hacia el libertinaje”, y del negro feliz con su sumisión delatora ante el amo eterno —por designio divino—, lo que estaba haciendo era mostrarnos la naturaleza racista del sur estadounidense, aunque vendiéndola como Eastern: un western hacia el este (de hecho, hacia el noreste), que cimentó la fenomenología del terror en el destino “redentor” del Ku Klux Klan, ante el avance probable de las libertades, proclamadas como estatuto de nación, que el asesinado presidente Abraham Lincoln intentó imponer en los estados confederados, particularmente la abolición de la esclavitud negra. La declaración de Lincoln sin duda fue un avance que pretendió disminuir la desigualdad social, aunque no incluyó a los indios nativoamericanos, ni reconoció su genocidio, segregándolos en un doble apartheid (el del derecho a su tradicional forma de vida autosustentable; el de su confinamiento en reservaciones sin recursos), lo cual gestaría la desigualdad y olvido intrínsecos al surgimiento de esa nación, en el origen del capitalismo bárbaro norteamericano. Quienes ahora pretenden revivir el racismo neanderthal sureño, los actuales Minuteman (qué paradoja, toman su nombre de una vanguardia política radical de los sesenta), con didáctica enjundia han extendido la versión southern cazainmigrantes, cambiando tan sólo de objetivo racial. Si durante 400 años se trató de aniquilar indios insumisos e inconvertibles al cristianismo white trash, y durante 300 años de esclavizar negros, había que completar la tarea despojando, conteniendo y asesinando mexicanos desde hace 160 años. Por eso, una herencia en la cultura de resistencia al racismo hacia negros y mexicanos ha sido fundamentalmente el blues, así como sus nuevas hibridaciones, algunas de las cuales perviven hoy en forma de hip-hop y freestyle. Muchas fuentes imprescindibles para el estudio del blues1 nos han confirmado los testimonios de quienes han utilizado este género popular negro, como banda sonora libertaria y lúdica, frente a la lucha contra la esclavitud y el afianzamiento de los afroamericanos en los United Snakes of Captivery2. Pero sobre todo, lo que me interesa aquí breve-

mente documentar es la similitud entre las migraciones hacia el norte de negros y mexicanos, quienes de diverso modo han encontrado en su música popular (el blues y el corrido) formas de resistencia que representan el sentir de la clase trabajadora en su durísimo penar hacia los territorios de los que fueron despojados los indios nativoamericanos, donde hoy se asienta la babel multicultural, que sin embargo se empeña en monoculturizarse a través del avasallamiento del neoliberalismo. White trash, black riot El concepto white trash, significa literalmente “basura blanca” y fue acuñado por los propios norteamericanos para designar al blanco intolerante, al que representa fielmente la familia de George W. Bush como encarnación de Dallas, la serie televisiva de los Ewing, en la que el rol del magnate petrolero consiste en joder constantemente al hermano casado con una migrante (Jeff Bush se emparenta demasiado con este personaje), a través de los dispendios de J.R. (en este caso George Walker, quien se describe así: gastalón, cocaíno y borrachote hasta antes de su “rehabilitación alcohólico-protestante”) y sus desplantes racistas, clasistas y machistas. Como ocurre en los paradigmas maniqueos inaugurados por el fresa-fascismo norteamericano, el granjero ignorante y aburrido es el antecedente del cowboy expansionista que según su interpretación histórica fue despojado de “sus esclavos” provocando una reacción racista —esa extraterritorialidad corporal heredada de la Colonia—, en la que todas las posesiones, incluidos los negros, eran consideradas meros objetos en la ardua cadena productiva de sus amos. La convivencia diaria, sin embargo, requirió de una colonización cultural de los esclavos, que así eran objeto de domesticación religiosa, mientras se pretendía que abandonasen sus prácticas rituales provenientes del África —de donde fueron traídos como mercancía para el trabajo forzado—, hábitos que eran vistos como incomprensibles y salvajes. Como lo señala Hakim Bey: “En los rituales de las religiones afro-americanas, como la santería, el vudú y el candomblé, los percusionistas y músicos (de total importancia), a menudo eran no-iniciados, profesionales buscados por la congregación —que sin duda es reflejo del estatus de ‘ministros’ cuasi-nómadas, que tenían los músicos en las sociedades pastorales-agrícolas altamente desarrolladas de África occidental”.3 En el proceso de asimilación a la tradición cristiana a que fueron obligados, los afroamericanos debieron también enfrentarse a las múltiples versiones que del cristianismo había (y que han proliferado), desde las sectas seglares y liberales, hasta las versiones fanáticas, fundamentalistas y apocalípticas que hoy son representadas por el neoconservadurismo white trash, y que representan grupos de presión muy fuertes en la economía y la sociedad norteamericana. Según Bey: “La espiritualidad afroamericana y la cristiandad combinadas, produjeron templos ‘espiritistas’ en donde la música forma una estructura de taller

(coral, musical, N. del a.), y la congregación inicia su formación artística profesional”.4 En la decantación de esa combinación, sin duda, el músico tiene un papel significativo, ya que, para concluir con Bey, “La ambigüedad en esta relación es revelada en las ligas poderosas entre el sagrado ‘gospel’ y el mundano ‘blues’, la proscrita música de las tabernas y el ‘jazz’, música del burdel (bordello: la propia palabra evoca sexualidad pura). Las formas musicales son tan cercanas, que la diferencia normalmente recae en el músico, que navega entre el límite de la revelación, el espacio intermedio de lo inatrapable, y la intoxicación chamánica”. 5 Migración, racismo y blues Los éxodos han sido fundacionales. Muchas sociedades tienen como mito creacional, la partida de un lugar originario (muchas veces sagrado) para llegar a otro que será su destino: Moisés guió a su pueblo hebreo durante el éxodo en que huyeron del yugo egipcio, a través del Mar Rojo que Jehová le abrió, para llegar hasta el Sinaí y de ahí a la Tierra Prometida, Israel, migración que sería paultinamente repetida incluso durante el siglo XX, como el caso de los judíos negros de Etiopía, que migraron hacia fines del siglo para formar parte de una nación que aún no los integra. Podríamos poner muchos ejemplos más, con las siete tribus nahuatlacas que partieron de Aztlán en busca del símbolo águila-serpiente-nopal-ombligo de la Luna guiados por su mesías Tenoch, o bien el de la propia expansión blanca, cuento de hadas recreado recientemente en The New World, cinta que narra la llegada hacia finales de agosto de 16196, de una embarcación holandesa-inglesa a Jamestown, Virginia, en lo que sería la expansión brutal y gestación de los EE.UU. La negación al éxodo, a la migración, es entonces una pauta antinatural (una aberrancia pseudosedentaria, que forma parte del sinsentido vital de los white trash, quienes al inventar las migraciones intermitentes del turismo controlado capitalista, no ponen peros a sus beneficios económicos, ni a la degradación ecológica que aquél supone). La aventura geográfica de los negros hacia el norte no fue una casualidad. Huían del maltrato y el esclavismo, que los confederados no deseaban (quizá aún, no desean) abandonar. En ese sentido, los conservadores Minuteman no son más que comunidades alcohólicas con nociones arcaicas de violencia, a partir de la cual justifican su permanencia en la tierra, para consolidar su “destino manifiesto”. La música de blues inició también como una liberación, como un escape a la tristeza crónica de la condición miserable de los negros. Si bien, como en toda la música popular, existe un nivel considerable de producción musical simplemente descriptivo de las pasiones humanas (el amor-desamor, el abandono del lugar querido), debemos entender al blues a partir del desarraigo producido por la migración. Cuando escuchamos al bluesista cantar sus penas de amor, debemos comprenderlo al dejar su pueblo natal y tener que emigrar a la gran ciudad, en donde quizá encuentre otro amor,

1. Estatua de W.C. Handy en el parque de Memphis que lleva su nombre. 2. Blind Lemon Jefferson, Robert Johnson, Sonny Boy Williamson y Howlin’ Wolf.

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pero no el originario. Así, Blind Lemon Jefferson canta: “Me estoy preguntando/ si mis trajes cabrían en una caja de cerillos/ No tengo cerillos/ Pero sí un camino por delante”.7 Esa tierra prometida tenía que ir río arriba en los buques que recorrían el Mississipi, desplegando migrantes desde las praderas algodoneras de New Orleans, Alabama y Tennessee, y sembrándolos en Memphis, Vicksburg y Saint Louis. Pero fue en las grandes ciudades receptoras de negros bluesistas, como Chicago, Detroit, Cleveland y en otra dirección, gracias al ferrocarril, Los Angeles, Oakland, y San Francisco, las que pudieron hacer crecer disqueras para producir la enorme cantidad de música blues de los migrantes negros. El impacto posterior sería un detonador central para la cultura del rock & roll, pero sobre todo, de una subcultura juvenil (blanca, chicana, negra, de cualquier color), que vio en la liberación de los bluesistas, un elemento singular que compartía su propia experiencia reivindicadora de libertades. Así, la fusión del blues con el country y el bluegrass, permitió la gestación de la enorme cultura rocanrolera, que hoy día cultiva notablemente también el zydeco y el cajun, mestizaje musical del negro y el blanco pobres. Por eso surgieron figuras contestatarias, como Woody Guthrie, Johnny Cash y Bob Dylan, en América; Rolling Stones, Animals y Cream, en Inglaterra, mientras los grandes bluesistas Willie Dixon, Memphis Slim, T-Bone Walker, Big Mamma Thornton, Etta James, John Lee

1. Recomiendo particularmente Blues people. Negro music in white America (1ª ed. 1963; reeditado en 1999, Perennial-HC, Nueva York; hay una versión en español de 1966, conocida como Los grandes del jazz, ed. Planeta) de LeRoi Jones (conocido también por su seudónimo Amiri Baraka, poeta y ensayista anarquista de la generación beat); El blues moderno, de Phillipe BasRabérin (Eds. Júcar, 1976, Barcelona); The Negro in the Making of America (1969, Colliers-McMillan, Toronto), de Benjamin Quarles, y Sounding off! Music as Subversion/Resistance /Revolution, editado por Ron Sakolsky y Fred Wei-han Ho (1995, Autonomedia, Nueva York). 2. Así los bautiza en su Pledge (plegaria), Jello Biafra, cantante original del grupo anarquista Dead Kennedys, en un performance con el grupo Ministry; cfr. el video In case you didn’t feel alive (1988). 3. Hakim Bey, “The utopian blues”, en Sakolsky, Ron, op. cit., p. 30. 4. Idem. 5. Idem. 6. Quarles, Benjamin, op. cit., p. 33. 7. Bas-Rabérin, Phillipe, op. cit., p. 121. 8. Cfr. El Río Bravo es charco, de Gustavo López Castro, publicado por El Colegio de Michoacán, la mayor compilación que se ha hecho hasta ahora del corrido de los migrantes. En él anota (p. 18): “El cancionero de la migración representa uno de los medios por los cuales se comunica la experiencia y se socializa la ideología de la migración: los mitos acerca de los viajes, de las relaciones con ‘las gringas’, la aceptación de valores, los trucos para pasar la línea, la vida ‘al otro lado’, los estereotipos acerca de la vida en la frontera, la nostalgia del terruño, los cuentos de migras y coyotes, la burla, y al mismo tiempo, la compasión por los que pierden hasta la camisa y que se pasan gorreando ‘los pescuezos de gallina’.” También conviene revisar Jefe de jefes, de José Manuel Valenzuela (Plaza y Janés, 2002), documentado y extenso análisis del fenómeno del narcocorrido, en el que es elemento central la migración ilegal y sus fantasías.

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Hooker, B.B. King y Buddy Guy dieron paso al impresionante Chuck Berry, Little Richard y Fats Domino en la gestación del rock negro, que después retomaría y llevaría a su paroxismo el genial Jimmi Hendrix, único zambo de esa cultura (padre negro y madre Cherokee), quien creó los rituales iniciáticos en escena. El Blues es al migrante negro, lo que el corrido al migrante mexicano ¿Por qué el blues nos une tanto a los mexicanos? ¿Por qué nos tiene congregados esta tarde y estas tardes aquí? La migración hacia el norte y al oeste californiano, no ha sido cosa únicamente de los afroamericanos. Los mexicanos han tenido su propia huída del apartheid económico durante el siglo XX, y a riesgo de ser malqueridos también por otros migrantes, como los polacos, italianos, griegos e irlandeses (al emplearse como braceros durante la gran depresión y la segunda guerra mundial, con sueldos menores a los acordados por las centrales obreras norteamericanas), los mexicanos han utilizado el corrido como soundtrack de su propia gesta migratoria.8 El blues, sin embargo, con la proliferación de las disqueras norteamericanas, el apoyo de Hollywood y de la industria del espectáculo,

se filtró también a partir de la absorción que durante los años sesenta tuvieron los músicos ingleses, blancos pero pobres, de la libertaria condición y del encantamiento musical de los bluesistas negros. No se puede entender de otro modo la decantación mexicana del blues, que ha dado muchos, muchísimos grupos cultivadores del blues, pero que también ha impactado directamente al folk rock mexicano, es decir, al rock rupestre o rock urbano, mucho del cual no es sino una versión de la nación mestiza respecto al blues. El mestizaje del blues negro y el sufrimiento mexicano, de la condición del ser humilde y explotado como en los barrios obreros norteamericanos, ha hermanado de un modo significativo al blues con México. Seguramente, a pesar de sus hibridaciones posmodernas (hay que ver el enorme legado que la cultura del hip-hop está teniendo en los barrios marginales de la capital mexicana), seguiremos teniendo lo que Víctor Roura llamó en su libro “negritud del corazón”, aunque, por más que le marquen su muerte, el blues mexicano está muy vivo, y por eso podemos encon-

Votar o no votar: ¿he ahí el dilema? Bernardo Navia “Para qué voy a votar si igual mi voto no cuenta entre tantos millones de ellos. Además, yo voto por los demócratas y este estado ya lo es”, respondió una joven hace algunos días a una pregunta mía. “Si yo viviera en alguno de los estados ‘indecisos’, entonces tal vez mi voto contaría para algo”, concluyó y sorbió su café una vez más. Me acordé de una calcomanía que vi en el guardabarros de un auto: “One nation undereducated” (haciendo evidente juego de palabras con el archiconocido One nation under God). Aprovecho este espacio que me brinda contratiempo para compartir con ustedes algunas reflexiones que la respuesta de esta chica produjo en mí. En primer lugar, sea uno parte de la mayoría o no, es tan deber cívico el salir a votar como lo es el salir a trabajar cada día. Es verdad, se puede vivir sin trabajar. Pero o se es muy rico para hacerlo o se vive al margen de la ley. En el primer caso, y para llegar a serlo, alguien tuvo que haber trabajado duro, muy duro (con la excepción, claro está, de las privilegiadas herencias generacionales). Y, en el segundo caso, no sé si realmente es vivir el tener que hacerlo en la cárcel. Curiosamente, quien me señalaba lo que he apuntado más arriba, estudia abogacía. Me pregunto hasta qué punto confiaría un cliente en un abogado que no sabe o no quiere aceptar uno de los derechos más básicos de cualquier ciudadano. Y hablando de ciudadanos, me pregunto también hasta qué punto se desconoce o se ignora (o se quiere hacerlo) el hecho de que haya tantos inmigrantes (millones) que han quedado marcados para siempre en su jornada por obtener la ciudadanía estadounidense. A esta futura abogada le hace falta entender que este país es de todos (nacidos en él o no); y, por lo tanto, todos debiéramos parti-

trar bandas increíblemente buenas, desde luego Real de Catorce, Radio Blues, Follaje, Betsy Pecannins, Mayita Campos, Javier Bátiz, Juan Hernández, Gato Gordo, Chester Blues Band y muchos otros, que no dejarán mentir, lo difícil que es no ser privilegiado en una sociedad que día a día, como en Atenco, muestra su intolerancia hacia el pobre. Así que, larga vida al blues, porque culturalmente, la resistencia sigue y ahí se anidan sus acordes más azules, más negros y más profundos. Este texto es parte de la antología El camino triste de una música, compilada por Jorge García Ledesma. En dicho compendio se analiza sobre todo el desarrollo del blues en México. Benjamín Anaya: Autor del libro Neozapatismo y rock mexicano (La Cuadrilla de la Langosta, 2000). Es profesor de la Academia de la Danza Mexicana del INBA.

cipar en la elección de sus dirigentes; debiera ella entender que el futuro de este país (reconozcámoslo o no; para bien o para mal) afecta el futuro de prácticamente el mundo entero; especialmente a Latinoamérica. Le hace falta entender a esta futura representante de los estatutos de la ley que su discurso de ‘indiferente buena onda’ con respecto a la votación y elección presidencial, afectará (querámoslo o no) a nuestros hijos, a la generación que nos sigue; que no podemos, no debemos dejar que la irresponsabilidad, la desidia, la comodidad nos gane la carrera y nos haga no salir a votar. Que no sea su discurso el que le gane la partida al ciudadano responsable, al que quiere dejar un legado a los que nos siguen. Discurso éste protegido y nutrido hasta la saciedad por un periodismo peligrosamente mediocre y sensacionalista; hasta la saciedad por un fundamentalismo religioso casi medieval; un discurso que, lejos de hacernos partícipes en el moldeamiento del avatar nacional, nos relega al pantano de la ignorancia, y el egoísmo. He aquí, creo yo, la trampa que hay que evitar en estas elecciones. En todas: que el hecho de tal vez no comprender plenamente los intricados laberintos de Wall Street, de la Casa Blanca, de la macro economía mundial no signifique esquivar un derecho que en tantos, tantos casos (literalmente hablando), se ha ganado con el sudor de la frente. Que el hecho de enfrentar una ingeniosa red de acusaciones, palabrería, oraciones hechas y demagogia no signifique la flojera por conocer y saber mínimamente por quién y por qué se vota. No hay dilema. Evitar esta trampa es salir a votar, con la misma dedicación con la que se ha salido a trabajar todos estos años. Evitar esta trampa es el mejor legado que le dejaremos a la generación que nos sigue. Evitar esta trampa es nuestro aporte a este país. Nuestro país. Bernardo Navia: Profesor de Literatura Latinoamericana en DePaul University.

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Cuba-EE UU: El reencuentro (im)posible Ernesto González

Las palabras que son estrictamente verdaderas parecen ser paradójicas Lao-tsé Vivir supone observar, experimentar y aprender. Balancear los extremos. Quemar etapas, proseguir. Tantos verbos juntos no podrán jamás dar una idea completa de la riqueza de la existencia, pero sí de una de sus constantes: la dinámica. Los extremos siempre han sido cómodos, por su misma naturaleza fracturada. Estar bien posicionado en cualquier extremo acerca el horizonte, minimiza o disuelve los conflictos que no pertenezcan a la estructura del Yo/Lo mío (mi historia, mi familia, mi casa, mi cuenta de banco, mi...), no perturba excesivamente eso que conocemos como “identidad” y valida todas las opiniones que expresemos. El Ego en su máximo esplendor. Cuando se habla de Cuba, generalmente se hace desde esa óptica. El régimen es terrible porque ha invalidado (e invalida) esta estructura del Yo, la supedita al Nosotros (que es una noción), o es irremplazable porque hace predominar el Nosotros sobre el Yo (que se convierte entonces en una noción). Y se acude a toda esa batería de calificativos que no describen la realidad, y que después de cincuenta años de diferendo ya ni siquiera son capaces de señalarla, radicalizando más la moraleja de la socorrida fábula Zen. ¿Hasta qué punto son objetivas las razones que esgrimen uno u otro bando? ¿Dónde terminan las consecuencias del embargo para la economía de la Isla y empiezan las culpas de una estructura que margina la iniciativa personal? ¿Cuál sería el efecto real en Cuba de lo que conocemos como libertad de expresión, cuando en su mayor promotor, Estados Unidos, se está obligado a ser políticamente correcto? ¿Por qué separamos el condicionamiento

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masivo dirigido al consumo del condicionaque es por cierto el único camino propiciador miento masivo impuesto por la ideología? ¿Es del diálogo real. que, por ejemplo, en Cuba no puede cambiarse Este discurso del candidato presidencial es de canal, apagar el televisor o hablar con el además de convincente, perturbador, porque vecino? ¿Cómo puede el mismo gobierno que incluye el diálogo con los que se consideran invade un país y justifica las torturas, abogar enemigos. Y es una actitud sabia también, si no por derechos humanos? ¿Por qué cuando se se queda sólo en el plano discursivo, si acephabla de la prostitución en tamos tanto la inmensa capacidad Cuba, se hace con un de manipulación del lenguaje tono que magnifica el como sus limitaciones a problema en la Isla la hora de describir la La y lo desconoce realidad. en el resto del La naturaleza del manera en que mundo? ¿Por diálogo genuino trabaja silenciosaqué los ejecudebe asumir el mente el sistema digestivo, tados en la hecho de que a silla eléctrica cada argumento le que selecciona e incorpora, en Texas persigue su exacto a la vez que elimina despiano cuentan antagonista como cuando se una sombra. La dadamente lo inútil, es habla de los realidad es dual, un buen ejemplo a tres cubanos aunque sólo en imitar. fusilados en 2003, apariencia. Reconocer por intentar secuesesa dualidad es el printrar un avión? ¿Secuescipio del fin de la apariencia. trar un avión es terrorismo Es la conciliación de la paradoja. La dentro Estados Unidos, pero “búsqueda estructura del Yo/Lo mío entonces se abre para de libertad” cuando ocurre en el aeropuerto aceptar al Nosotros/Lo nuestro. Todas las ideohabanero? logías parten en mayor o menor grado de una La ringlera de preguntas pudiera ser infide estas estructuras psicológicas, proyectadas a nita. Y las respuestas, en su mayoría, estarían nivel social. Todas las formas de autoritarismo, permeadas por la historia personal (el Yo/Lo incluyendo los fanatismos religiosos, son mío), o su reflejo en la política. Escuchar una consecuencias de un mayor grado de Predoopinión objetiva siempre es dificultoso, en lo minancia de una de esas estructuras. referente a Cuba es casi un imposible. En el ejercicio del debate la estructura del Yo/Lo mío se amuralla, y los egos se desgastan Diálogo versus debate y colapsan inútilmente, cada uno tratando de Uno de los atractivos del discurso de Barack convencer al otro de sus errores, sin proclividad Obama es su capacidad de mencionar un asunto para hallar un terreno común. En el caso de lo y de inmediato la contrapartida del mismo. que llamamos “medios libres”, los debatientes Una inusual lógica incluyente, aparentemente mantendrán sus sonrisas presentes a través paradójica, sobre todo en boca de un político, y del evento, a pesar de que se verán obligados a sintetizar sus argumentos y hablar rápido, debido a los anuncios intercalados graciosamente entre una y otra sonriente refriega. De manera que un tema urgente como la ayuda al pueblo de Cuba en grave crisis después de dos huracanes es “debatida” entre las visiones de fabulosos SUVs con un 0% de financiamiento, que podremos mostrar como “mío”, aunque de hecho pertenezcan al banco que nos ha prestado el dinero. La insistencia de Obama en motivar a la gente para que salga de sí misma y alcance algo mayor, es justamente un llamado a darnos cuenta de la interconexión real que existe entre todos, y de cómo hechos aparentemente aislados o alejados de nosotros, nos pueden afectar. Este llamado se interpreta como una amenaza por aquellos cuyos bienes les da una sensación de permanencia y seguridad. La batalla entre el Yo/Lo mío contra el Nosotros/Lo nuestro, rebasa por supuesto el marco del diferendo Cuba-EEUU e incluye, por ejemplo, a una Europa que parece estar cediendo ante el neoliberalismo y va en camino de sacrificar sus logros sociales en pos de la

competitividad. El Viejo Continente está en peligro de ver su antigua y rica cultura reducida a las salidas de compras o a la clonación de un estilo de vida y de valores que poco tienen que ver con su historia. Diálogo dinámico como la vida Se impone una revisión de las actitudes a uno y otro lado del Estrecho de La Florida. Los rencores deben disolverse para que la dinámica propiciada por el diálogo brinde resultados. Como se ha hecho en otros países que han sufrido enormes traumas sociales, el pueblo se ha movido hacia el futuro. Deberían abrirse las puertas a la diplomacia activa de la cual ha hablado Obama, y que constituye un siguiente elemento de conmoción para quienes han invertido demasiado en “su” dolor durante cincuenta años. Se impone, entonces, el diálogo con esos que calificamos de enemigos. Un diálogo donde la relatividad de lo que consideramos bueno o malo, verdad o mentira, o sea, la madurez y la objetividad, primen sobre las estructuras rígidas del pensamiento. La “no-mente” que prescribe la práctica Zen, sería un marco idealmente adecuado para enseñarnos a dialogar, si consideramos la mente (tal como la conocemos) siempre en el pasado, fragmentada e incapaz de ver el todo, como una enfermedad. Se dice que cuando la mente no es la que habla, lo hace el todo. A los seres comunes e incapaces de aplicar el Zen, nos queda entonces la obligación de integrar, al diálogo entre todos, los elementos prácticos de cualquier cultura y tradición que funcionen en nuestro aquí y ahora, sin dar cabida a ningún culto personal ni clonar ninguna receta aunque la prescriba la súper potencia del planeta con sus tópicos de hermosa resonancia mediática. Nos queda el camino genuino de la prueba y el error, del ajuste permanente. La manera en que trabaja silenciosamente el sistema digestivo, que selecciona e incorpora, a la vez que elimina despiadadamente lo inútil, es un buen ejemplo a imitar. Por mi parte, en el diálogo que intento mantener vivo entre todas las contradicciones que me componen y me hacen considerarme vivo, intento incorporar lo humano en igual dosis que lo divino: la música y el pragmatismo norteamericanos, el antiguo intelecto griego, los vinos y los quesos franceses, las fuerzas de la naturaleza que nos han mostrado las religiones africanas, la cocina del Mediterráneo, las danzas derviches que sacan al alma de su letargo milenario, la contemplación budista, la cortesía asiática, la literatura y el arte mejores de este planeta maravilloso, y la sabiduría de los aborígenes latinoamericanos junto a la invencible y sabrosa sensualidad caribeña. Ernesto González: Escritor cubano residente en Chicago, ha publicado en la revista bilingüe En la Vida.

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Aproximaciones

Lezama Lima y el poema Francisco Pamplona José Lezama Lima, al revés de la mirada común, sospecha sentidamente la noche como un descendimiento. La noche sobrevuela en arreboles cada instante más impenetrables. Cantidad hechizada, la poesía aparece llevando su luz ensombrecida, su sombra luminosa a través de las eras que la imaginación procrea, ahí en un espacio que se resiste. Lezama sabe que la poesía no puede ser sólo el resoplido del caballo en la encrucijada; no nada más deslumbramiento, sino luminosidad mnémica. La permanencia de la poesía está ahí, en el tiempo imaginario como pura posibilidad y en el cesto de fruta, elemental aroma, frescura de los brazos y el rostro bajo la lluvia. La poesía para Lezama es omnipresente en la escritura, y en los ojos ávidos que sin dejar de perseguir la trama, han despejado la bruma que trae consigo y resueltamente se disponen a leer aquello que se ofrece: novela, poemas, ensayos, observaciones. De ahí que sea complicado encontrar un Lezama narrador y otro poeta y otro ensayista. El cronopio de cronopios, Julio Cortazar, descubrió Paradiso como producto de la “inagotable fantasía de un hombre para quien el régimen de la imagen es una fabulosa cetrería en la que el halconero, el halcón y la presa triangulan una primera serie de reacciones capaces de multiplicarse hasta cuajar en un gigantesco cristal que contiene un mundo, «la ciudad tibetana» de la maravilla total”. Lezama, halconero de la imagen, cazador de eras imaginarias, no clasificable aún con el catalejo o el sextante o la brújula de los críticos y los imitadores. Quisiera repetir los versos de Lezama para aproximarme a su ensayística, pero la tormenta de imágenes deviene inabarcable. Huella de la totalidad, su prosa es idéntica a la cantidad causal que resulta de la potencia poética. Van Gogh y la teoría de los colores de Goethe son un pretexto de Lezama Lima para fijar momentáneamente la naturaleza poética de los girasoles amarillos sobre el fondo azul. Colores en reposo, aún vívidos, como las aguas de un Nilo remoto.

¿Tiene Lezama una poética? Convicciones sobre una totalidad poética sí. De tal forma que define el poema de forma irrebatible como “un espacio resistente entre la progresión de la metáfora y el cubrefuego de la imagen”, y al poeta como aquél “que toca ese espacio como posibilidad”. Cuando nos dijo cómo ir a la Montego Bay y llegar a ella, un “oscuro furor adolescente escondía sus flechas”, y mucho después, que “El paisaje para el sexo del insecto y no para la memoria del hombre, / es el que rueda las atolondradas lunas del oleaje en la Montego Bay” (Poesía Completa, II). ¿Ha tocado el poeta ese espacio resistente? Profundicemos en la discordia poética: De la contradicción de las contradicciones, la contradicción de la poesía, obtener con un poco de humo la respuesta resistente de la piedra y volver a la transparencia del agua que busca el caos sereno de océano dividido entre una continuidad que interroga y una interrupción que responde, como un hueco que se llena de larvas y allí reposa después una langosta. (“Discordias”, Fragmentos a su imán)

La posibilidad reposa hasta que el poeta inflama con su palabra, lo desacostumbrado, el desasosiego del no saber diciéndolo, al amartillar el cerrojo contra la banalidad detrás del desencanto. Si es el poeta el que irrumpe en un espacio que resiste, para golpear en él, para extraer de él, entonces es el poeta el que puede desmenuzar de manera eficaz la dureza del coco, la piel de la manzana, las plumas del águila o las alas de la libélula; es el que puede con la metáfora que quiere escaparse en su mejor vestido, la metonimia que espanta al historiador vulgar, o la sinécdoque, que media entre el cítrico agrio y el limón o en el viento que invade la dura piel del caimán que es una isla. La imagen del poema: una fuente cuyo chorro es una llama; un poco de humo, que rompa la dureza de la piedra y permita el paso al cangrejo, que habrá de meter en su maleta un lazo azul, para que creamos que ese mundo existe, así, bajo el sol de Lezama y de Lima. La cita de Julio Cortázar está tomada de: “Para llegar a Lezama Lima”, en: La vuelta al día en ochenta mundos, Tomo II. Siglo XXI, México 2000. P. 72. Francisco Pamplona: Profesor de Ciencias Sociales en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México; es autor del libro de poesía Aproximaciones.

contrafoto Santiago Weksler

El espejismo de la fe. número 60

Chicago, 2008 contratiempo

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entregainmediata

Sr. editor:

Octubre 7, 2008 Estimados editores: Soy un artista en el edificio Flat Iron Arts Building, que ha leído el artículo “DF-Chicago 1985-2008 Centros de arte alternativos: Un breve recuento”, publicado en su edición de octubre. En el artículo se hace referencia a las actividades que tienen lugar en el edificio. Lo interesante es que yo entré en contacto con su admirable publicación por vez primera en la entrada de nuestro edificio. Creo que si el autor del artículo hubiese sido la misma persona que nos entrega la revista, y si hubiera tenido los ojos abiertos, se habría dado cuenta de que éste no es lo que mucha gente llamaría un edificio “comercial”. Inmediatamente a la derecha de la entrada hay un tablón cubierto con anuncios de varios de los artistas del edificio; a la izquierda hay un directorio de sus 50 estudios. En breve, el edificio todavía está lleno de artistas y galerías. Como ejemplo de ello, durante el fin de semana del 10 y 11 de octubre, de 10 a 11 pm, se habrá podido observar que las ventanas del edificio brillaban debido a las animaciones, proyecciones, y sombras que son propias de un edificio lleno de artistas. Ese evento lleva por nombre “Puntos de Vista” y es uno de muchos eventos asociados con el Mes de los Artistas de Chicago. Durante ese mismo fin de semana los estudios están abiertos entre 6 y 10 pm. Creo entonces que el autor del artículo, Roberto Ferreyra, o cualquier otro escritor, podría escribir un artículo que representase fielmente la naturaleza de este edificio, y que corresponda con la relevancia de la fotografía tan prominentemente desplegada al pie del artículo. Queda de ustedes, Howard Webb Studio 204 hwebbart@earthlink.net

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Cuando le lamentablem envié mi reseña sobr e la obra te ente llegó atral “Hasta ta que posibl lo emente la ib rde y no la publicar on en la ed s gorriones dejan su ni an a public a sus lector ición de oc do”, ar es tener ot en noviem tubre. Me ra óptica, pu bre. Espero mi opinióndijeron que ello oc es sucede sobre este urra y se pe que ya publ tema, escrit En una part rmita icaron una a por José e de su crít crítica –inj Ángel Nav los principa ic a N usta en ej av as ejas dice de . les personaj la ob es: nombre, un fantasma qu la gata Valentina…”. ra: “el guionista desc uida a uno incita la ir “Aparte de a y los celo e se mece entre los de eso, Valen brazos del s de la case ti na una person es sólo un inmigrante, ra, que prov a tan falta una pesadi oca una m de imaginac a la gata fu lla que ala broma ión como e una distra del boxead yo, el esfu cción inne solucionad or. Para er zo cesaria, un o con un ga de te ne r a molestia que imagin to de pe Creo que cu que fácilm arme alquier dire luche”. (???) ente pudo las cosas qu ctor de teat haberse e más trabaj ro to m ar ía esto com o cuesta en se ve gracia o un insult un actor es sa o porque un logr al actor habr la capacidad histrión a de ica del acto ar que el espectador ía sido com “vea” lo qu r (o actriz). o hacen nu y nos desc e no estros amig Ponerle un riben lo qu os de Univi e estamos gato de pe Y por otro mirando luche sión cuando lado, cuan narran un pa dejan muc do Navejas , como si fuéramos ci rtido ho que dese eg dice: “En os . ar té . Es bien sa inmigrante bido que, cu rminos de actuación es una pers ona que po hay partes Así que la see un gran ando se trata de cues que avidez con tiones labo entu la que el in direccione rales, el migrante to siasmo: su disposició s es una m er n m es insupera a exag a su cuader Seguramen ble. no pa te Navejas eración que sale sobr tratando de ando y arru ra apuntar nombres y es seguidor imitar Hol in a de la l es te ce at ly na ro personas co wood— en ”. contemporá munes y co que los ac neo, aquel rrientes. Lo to combinar a —que está que yo vi en res deben dejar de ac un inmigra tuar y son nte de nues la escena de Tennessee más tro tiempo m Williams, arras es qu con uno de que estoy e se trataba de risa vien hace un sigl seguro, co do la obra m o o lo en el esquem de en la platea Navejas ha a de del Aguijón dije en mi reseña, se bla de muc estaría orin . muchos ac has limitac ando iertos. Por iones en es qu ta producci e me parece no el bosq ón, y ue. qu sea de paso Para poner en contex e él vio la obra con un creo que más bien ha to lo de W y hay distanci sólo ojo, vi il li as literarias o las ramas a éste por ams con lo ser más pr ab y de is D m or al an es ofundo o ex tes —que entre uno y hablando de dicho presiv otro—, no la se es local bastan adaptación de una ob o que el norteameric ano, sino qu tá criticando te interesant ra de teatro e aquí esta escrita en 19 e, que tom con pies y mos a cuerpo. Y cabeza prop 42 a una re ta ios... lo cu está “compi al es un elog l parece que es una ob alidad hispana tiendo” co ra independ io para Dor n Tenneesse nos hicieron antes, tenien iente eW sentir la tr do en cuen agedia diar illiams. Y los actores mismo tiem ta que hicieron m ia de miles po nos hici ás que eso, eron reír. ¿A de nuestros Si dice que pues poco no se hispanos in no, no se lo rio con el m migrantes creo. y onólogo de Rosario Var al gas? Eduardo A legria Periodista peruano ra dicado en Chicago.

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Invitado especial: Allert Brown-Gort, director asociado del Instituto de Estudios Latinos de Notre Dame University

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