Carnet de identidad
Los tilos ya han florecido. Los he estado observando durante mis paseos. Sus hojas tienen forma de corazón, bordes aserrados, y son ligeramente peludas. Las flores, ocultas bajo las hojas, nacen en pequeños racimos amarillos y huelen, como dijo Rimbaud, a las tardes de junio:
No puedes ser formal con diecisiete años. ─Es una hermosa tarde, de bocks y limonadas, De cafés ruidosos con arañas brillantes. ─Y vas por la avenida, bajo los tilos verdes.
Desafiante y aburrido el joven poeta camina por la ciudad hablando solo, buscando algún modo de perder el tiempo o de matarlo. Diecisiete años son quizá pocos años para un poeta, pero son en cambio muchos para un tigre. Si nacen en libertad, los tigres viven solo unos diez años. En cautiverio, sin embargo, su esperanza de vida aumenta y pueden vivir hasta veinte. Así que Rimbaud, aquella tarde, debía de ser un poeta muy joven o un tigre que acababa de escapar del zoo. Diecisiete años tiene también Mario Obrero, el poeta que nos acompaña como invitado estrella (las de mar, si son grandes, viven hasta los treinta años) a este número 32 de conVersos. Con Rimbaud, además de la precocidad, Obrero comparte ese no-sé-qué-cosa-es: si audacia o temeridad, si inocencia o descaro. conVersos 32 / pag 3